REVISTA MENSUAL

MAYO DE 2009

AÑO VIII • Nº 107

DOS PESOS

ISSN 1669-9122

Empezar a jugar ante la crisis

Al calor de la crisis económica mundial y con eje en quién pagará los “platos rotos”, la alianza social en
el gobierno se vio fuertemente sacudida por el giro realizado desde el “establishment” industrial, por un
lado, y por el “paso al frente” dado de manera obligada por el movimiento obrero, quien volvió a ganar
la calle como terreno de lucha.
EQUIPO DE TRABAJO

Redacción: Claudio Adrianzén Bei, José

María Dunn, Sebastián Juncal, Julián Kan, Empezar a jugar ante la crisis
Sebastián Ortiz, Mariano Ronzoni, María
Florencia Socoloff, Diego Tavormina,
Fabián Ulmann, Alejandro Viegas, Martín 3. En este Número…
Yuchak.

Corrección: Martín Yuchak y Claudio 4. Corrigiendo al capital. La cumbre del

Adrianzen Bei. G-20 en Londres
Por Sebastián Juncal y Fabián Ulmann
Dibujo de tapa: Colectivo El Furgón

Responsable de la publicación: 13. De Mar del Plata a Trinidad y Tobago.

Alejandro Viegas. Los cambios recientes en el orden regional
Por Julián Kan y María Florencia Socoloff

21. La crisis del “modelo industrialista”:

límites y potencialidades. Viraje político
Página web: del “establishment” industrial y paso al
www.analisisdecoyuntura.com.ar frente del movimiento obrero
Por Claudio Adrianzén Bei y Diego Tavormina
Para contactarnos:
informecon@yahoo.com.ar
26. El terrorismo de los números y de las
palabras. Cómo actúa el aparato
desestabilizador
Por Sebastián Ortiz

Fuentes consultadas: EE.UU.: Wall Revista Mensual

Street Journal (WSJ), New York Times
(NYT); Washington Post (WP); Usa Today
(UT). – Francia: Le Fígaro (LF); Le Monde
(LM) – Gran Bretaña: The Economist (TE);
BBC News (BBC) – España: El País (EP);
suplemento Nueva Economía de El
Mundo (NEEL) – México: La Jornada de
México (LJdM) – Venezuela: El Universal
(EUn) – Colombia: El Tiempo (ET) –
Bolivia: Los Tiempos de Cochabamba (LTC)
– Perú: La República (LR) – Brasil: Folha de
Sao Paulo (FSP); O estado do Sao Paulo MAYO DE 2009
(OSP); Folha da Tarde-Folha de Sao Paulo AÑO VIII • Nº 107
(FDT-FSP) – Uruguay: La República
ISSN 1669-9122
(LR)– Argentina: Clarín (C); La Nación
(LN); Página 12 (P/12)
 3

En este número…

Abordamos el desarrollo, los alcances y las consecuencias de la Cumbre del “G-

20”, grupo reflotado al calor de la crisis mundial por la que atravesamos. Conforme
se evidencian las certezas acerca de los alcances transformadores de la crisis, crecen
las demandas por parte de los centros del poder financiero mundial por consensuar
ciertos ajustes tendientes a posibilitar, paradójicamente, la continuidad de las condi-
ciones que derivaron en la misma crisis. A tono con la oleada de deslegitimación
política y de erosión del “liderazgo norteamericano”, se consideró conveniente in-
vitar a los “países emergentes” que componen el G-20 a los debates que concier-
nen, básicamente, a los socios rivales a ambos lados del Atlántico, la Unión Euro-
pea (UE) y los EE.UU.
Comenzamos explicando los antecedentes y el por qué de la necesidad de poner
nuevamente en los primeros planos esta iniciativa. Pero analizamos también los
puntos grises de la agenda de Londres. Como era previsible, la Cumbre londinense
culminó con una declaración que evitó cuidadosamente explayarse con claridad so-
bre los temas más ríspidos de “la agenda” y que, por supuesto, evitó toda mención
a esa suerte de agenda popular que se gestó en las calles de las principales capitales
europeas en los días previos al encuentro.
En América Latina, la V Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago, del pa-
sado mes de abril, en el contexto de la crisis global actual y ante el flamante nuevo
gobierno de Obama, no pasó para nada desapercibida, como lo estaba hasta poco
tiempo antes de antes de su realización, donde incluso se podía arriesgar la duda de
si la misma se iba a realizar, más allá de que había documentos elaborados previa-
mente que la anunciaban formalmente. Pero al igual que la anterior Cumbre de las
Américas, la de Mar del Plata del 2005, tendrá su lugar destacado.
Aquella Cumbre marplatense derrotaba el ALCA y abría un escenario de cambios
en el proceso de integración latinoamericano, donde emergían nuevas instancias, se
rediseñaban las existentes y la región comenzaba a actuar más cohesionada a nivel
global. Nos ocupamos en este número de analizar todo el recorrido entre una
Cumbre y la otra señalando la importancia del rediseño del proceso de integración
latinoamericano.
Esta nueva Cumbre, la de Trinidad y Tobago, marcará otro hito para la integra-
ción, que nos ocupamos de observar en la presente edición, ya que tuvo como eje
articulador el replanteo de la relación de EE.UU. con la región y el pedido unánime
de eliminación del bloqueo norteamericano a Cuba y que la isla se integre a la re-
gión como nunca antes lo había estado.
Ante el inminente acto eleccionario a realizarse en nuestro país a fines del mes de
junio, el debate quedó definitivamente instalado en torno de “dos modelos” en dis-
puta.
Sin embargo, al calor de la crisis económica mundial y con eje en quién pagará los
“platos rotos”, la alianza social en el gobierno se vio fuertemente sacudida por el
giro realizado desde el “establishment” industrial, por un lado, y por el “paso al
frente” dado de manera obligada por el movimiento obrero, quien volvió a ganar la
calle como terreno de lucha, ahora con un tono político que parecía guardado en el
arcón de los recuerdos.
Mientras tanto, desde la alianza social conducida por los tradicionales sectores
oligárquicos se apuesta a un ajustado triunfo electoral que permita comenzar un pe-
riodo de “transición”. Para ello, se prepara el terreno con una batería de acciones y
discursos que minen la credibilidad del gobierno y generen consenso sobre la inevi-
table salida forzosa del gobierno de Cristina Fernández, agitando los fantasmas de
la inestabilidad económica y de las supuestas características antidemocráticas de la
actual gestión.

MAYO DE 2009
4 Corrigiendo al capital
La Cumbre del G-20 en Londres
Corrigiendo al capital
Por Sebastián Juncal y Fabian Ulmann
Conforme se evidencian las certezas acerca de los alcan-
ces transformadores de la crisis, crecen las demandas por
parte de los centros del poder financiero mundial por
consensuar ciertos ajustes tendientes a posibilitar, para-
dójicamente, la continuidad de las condiciones que deri-
varon en la misma crisis. A tono con la oleada de deslegi-
timación política y de erosión del “liderazgo
norteamericano”, se consideró conveniente invitar a los
“países emergentes” que componen el G-20 a los deba-
tes que conciernen, básicamente, a los socios rivales a
ambos lados del Atlántico, la Unión Europea (UE) y los
EE.UU..
El G-20 y las “cumbres de corrección sistémica”
Empecemos por explicar brevemente qué es el G-20, fo-
ro en que parece haber recaído la tarea de realizar las
“correcciones sistémicas” necesarias de cara a la crisis y
cuyos miembros representan, sumados, el 90 % del PBI
mundial, el 80 % del comercio internacional y el 66 % de
la población del planeta. Constituído en 1999, fue en ese
momento caracterizado como un intento de coordinar
una respuesta a la crisis financiera asiática. Originalmente
se pensó como un foro informal consultivo que agrupara
a ministros de economía y presidentes de bancos centra-
les. Surgió del G-8, que en la reunión en Colonia, en ju-
nio de 1999, expresó su voluntad de “trabajar juntos para
establecer un mecanismo informal para el diálogo entre los países
sistémicamente importantes, dentro de la estructura del sistema ins-
titucional Bretton Woods.” En septiembre de ese año se
aprobó la lista de países emergentes que participarían del
foro. Los países europeos del G-8 tendieron en principio
a resistirse a la iniciativa: Francia, apoyada por Italia, te-
mía que el nuevo foro limitara la autoridad del FMI, en-
tonces conducido por el francés Michael Camdessus,
mientras que los británicos objetaban que el G-20 super-
ponía sus funciones con las del recién creado Comité Fi-
Composición del G20
América Europa Asia
EE.UU. Alemania Japón
Canadá Francia China
Brasil Reino Unido Corea del Sur
México Italia India
Argentina Rusia Indonesia
Turquía
Arabia Saudita
Asientos permanentes no pertenecientes a países
UE (Consejo de Ministros)
FMI
Banco Mundial
nanciero y Monetario Internacional, conducido entonces
por Gordon Brown. EE.UU., Japón y muy especialmen-
te Canadá apoyaron la iniciativa.
Sus reuniones anuales –la primera de las cuales se rea-
lizó en Berlín en 1999– congregan generalmente a minis-
tros de economía y presidentes de bancos centrales: la
presencia de jefes de estado, como en Washington 2008
y Londres 2009, es excepcional. La presidencia es rotati-
va y corresponde al país sede. La reunión de Washing-
ton, en noviembre, tuvo carácter extraordinario, y se rea-
lizó a pedido de la UE debido a la extensión de la crisis.
A esa reunión acudieron como invitados España, Países
Bajos y la República Checa. El 23 de abril, en Washing-
ton, se realizó una reunión a cargo de ministros de finan-
zas y banqueros centrales del G-20, con el fin de supervi-
sar el cumplimiento de las resoluciones de la Cumbre de
Londres que nos ocupa.
No puede dejar de advertirse que mientras los orga-
nismos multilaterales a cargo del crédito y la regulación
monetaria (FMI, Banco Mundial, Banco Central Euro-
peo) y de comercio (OMC, ASEAN) se hayan genero-
samente representados, los organizadores no parecieron
considerar necesario convocar, ya no a representantes
sindicales, sino cuanto menos a funcionarios de la Orga-
nización Internacional del Trabajo, tal como en su mo-
mento reclamaron los mandatarios de Argentina y Brasil.
Tampoco que la responsabilidad de “corrección sistémi-
ca” corre por cuenta, aparentemente, de las iniciativas
que surjan del 10% de los estados que componen el pla-
neta. Curiosamente, si se repasa la historia de las “cum-
bres de corrección sistémica” en la historia del capitalis-
mo, la de Londres se caracteriza por el reducido número
de países participantes.
En los días previos a la reunión de Londres, los me-
dios e incluso referentes políticos de países participantes
África Oceanía
Sudáfrica Australia
Asientos invitados para Londres 2009
ASEAN (Tailandia)
Unión Africana (Etiopía)
ONU / OMC
Comisión Europea / Banco Central Europeo
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
a la cumbre tendieron a comparar su importancia con la
que tuvo la realizada en Bretton Woods, New Hamps-
hire, en 1944. Recordemos que, al tiempo que la Segunda
Guerra Mundial llegaba a su fin, la “comunidad interna-
cional” alineada en el bando aliado celebró una confe-
rencia monetaria y financiera auspiciada por la recién
creada Organización de las Naciones Unidas, de la que
participaron más de 700 delegados de 44 países. Al cabo
de una negociación que duró tres semanas, se acordaron
en Bretton Woods los lineamientos esenciales del capita-
lismo de posguerra: la equivalencia fija entre el oro y el
dólar (patrón dólar) y la puesta en marcha de institucio-
nes financieras fundamentales que tuvieron el rol de cen-
tralizar, en torno de los países centrales del capitalismo
occidental, la asistencia con fines anticíclicos (FMI) o de
desarrollo (BIRD, luego Banco Mundial). La labor de so-
cavar las tendencias proteccionistas en el comercio mun-
dial corrió a cargo del Acuerdo General sobre Comercios
y Aranceles (GATT), precursor de la Organización
Mundial del Comercio (OMC).
La celeridad y el grado de consenso que hicieron posi-
bles las innovaciones de Bretton Woods derivaron del
indiscutido liderazgo con que emergió EE.UU. al térmi-
no de la Segunda Guerra. El tremendo esfuerzo de gue-
rra, la destrucción de la base física de la acumulación y la
casi paralización de las rutas comerciales tradicionales de
los antiguos competidores (Reino Unido, Francia, Ale-
mania y Japón) de EE.UU. dio como resultado una eco-
nomía mundial occidental con contornos imperiales, ex-
clusivamente motorizada por el dinamismo de la nueva
metrópolis. Las instituciones de Bretton Woods deriva-
ron de los lineamientos estratégicos de Washington, li-
neamientos que, por otra parte, ninguna de las naciones
de lo que sería en adelante reconocido como el “bloque
occidental” estaba en condiciones políticas de resistir. El
GATT tenía a su cargo la apertura de mercados antes to-
tal o relativamente protegidos, imperativo de una etapa
excepcionalmente dinámica del capitalismo estadouni-
dense; el FMI y el Banco Mundial, por su parte, cumpli-
rían, cada uno a su manera, el rol de regular el funciona-
miento de la acumulación a escala mundial y de limar sus
aristas más ominosas en el contexto de la Guerra Fría. El
papel de metrópolis de EE.UU. quedaba suficientemente
expresado mediante la “hegemonía del dólar”: durante
algunas décadas, el capitalismo norteamericano pudo
sostener sin dificultad la paridad con el oro, debido a que
centralizaba los dólares previamente volcados al mundo,
por su alto nivel de productividad industrial y también
porque su divisa, sus bancos y sus bonos del tesoro
constituían una reserva incuestionable de valor.
No es difícil percibir que no son éstas las condiciones
actuales, aun cuando la sorprendente apreciación del dó-
lar en los últimos meses parezca demostrar que el rol
primordial del capitalismo estadounidense no ha sido en-
5
teramente cuestionado. La percepción de que existe una
“crisis de liderazgo mundial” por parte de los EE.UU. –
en el fondo consecuencia de la pérdida de peso econó-
mico relativo frente a sus “aliados-competidores”–, y de
que esta pérdida de liderazgo constituye un obstáculo pa-
ra el rediseño del “sistema”, está presente en el abordaje
que los medios hicieron de la cumbre de Londres: “En el
pasado, funcionarios estadounidenses viajaban a la India, Brasil,
China y Sudáfrica para sermonear sobre la necesidad de los merca-
dos abiertos, el libre comercio y la desregulación. Pero ahora, algu-
nas de esas mismas políticas –particularmente, la desregulación–
son consideradas culpables del reciente colapso (…). Cuando
Obama se reúna con otros líderes en Londres, enfrentará una divi-
sión filosófica, con Estados Unidos a la defensiva, no sólo en temas
como el comercio y la regulación financiera, sino también en asuntos
de seguridad nacional y diplomáticos. Después de Londres, Obama
viajará a la frontera franco-germana para una cumbre de la
OTAN, en momentos en que los aliados europeos buscan retirarse
de Afganistán cuando Estados Unidos envía más tropas y dinero”
(LN 30/03). “De hecho, en este momento, Estados Unidos pare-
ce el Bernie Madoff de las economías: durante muchos años fue res-
petado, incluso reverenciado y temido, pero ahora resulta que todo el
tiempo fue sólo un fraude (…). Creo que ni siquiera los esfuerzos
económicos de Estados Unidos son adecuados, pero son mucho ma-
yores que los que casi todos los demás países ricos se han mostrado
dispuestos a realizar. Y, por derecho propio, la cumbre del G-20
de esta semana debe ser una ocasión para que Obama reprenda y
empuje a los líderes europeos, en particular, a contribuir con su es-
fuerzo. Pero en estos días, los líderes extranjeros no están de humor
para recibir sermones de los funcionarios estadounidenses, ni siquie-
ra cuando –como ocurre en este caso– los estadounidenses tengan
razón. La crisis financiera ha tenido muchos costos. Y uno de ellos
es el deterioro que ha sufrido la reputación de Estados Unidos, jus-
to en el momento en que nosotros y el mundo más lo necesitába-
mos” (Paul Krugman, NYT 31/03).
La analogía de la Cumbre de Londres con la de Bret-
ton Woods es quizá la que surge más inmediatamente a
la memoria histórica, pero no es la única posible. Los
análisis más pesimistas evocaron el fracasado intento de
1933, realizado en condiciones algo más semejantes a las
de la actualidad. La “Conferencia Económica y Moneta-
ria” de Londres reunió en ese entonces a delegaciones de
66 países que durante seis semanas intentaron delinear
soluciones “globales” –el término no estaba en auge en-
tonces– al derrumbe de los bancos, el empleo y el co-
mercio mundial. La cumbre terminó en un fracaso, en
parte por la presencia de representantes de potencias –la
Alemania nazi, la Rusia Soviética, la Italia Fascista y el
Japón Imperial– que habían adoptado líneas de creci-
miento relativamente autárquicas. Pero el golpe final
provino de la incapacidad de los EE.UU., Reino Unido y
Francia de acordar una estabilidad monetaria que impi-
diera las devaluaciones “competitivas”, vista la imposibi-
lidad de restaurar el “patrón oro”. El entonces presidente
MAYO DE 2009
6 Corrigiendo al capital
Roosevelt, agobiado por la necesidad de reactivar el co-
mercio exterior de su país, decidió no atarse a una pari-
dad fija entre el dólar, la libra y el franco. La fijación de
un patrón monetario, o de al menos una banda acotada
de flotación, parece un requisito esencial para garantizar
ciertas reglas de juego estables en el comercio mundial.
Pero la historia demuestra que acuerdos de este tipo sólo
han sido posibles en condiciones de excepcional lideraz-
go por parte de un estado: Reino Unido en el siglo XIX
(patrón oro), EE.UU. en el segundo tercio del siglo XX
(patrón dólar). Condiciones que, ciertamente, no son las
actuales, tal como se desprende de los choques de inter-
eses que se dieron en torno de la agenda de la cumbre
londinense, y que, como suele suceder en estos casos,
neutralizaron toda posibilidad de avance concreto en una
dirección.
Los puntos grises en la agenda de Londres
Hacia principios del mes de marzo, dos evidencias surgí-
an de los comentarios periodísticos. Por un lado, la in-
trascendencia del anterior encuentro del G-20 celebrado
en Washington, que había culminado en una tibia decla-
ración conjunta en la cual los líderes de foro reafirmaban
su fe en el librecambio, mientras anunciaban estar com-
prometidos en una “mayor transparencia” en las opera-
torias de los bancos y los fondos de inversión. La otra
evidencia era la extensión y profundización de la crisis,
así como la inoperancia y el carácter limitado de las me-
didas adoptadas para afrontarla. Como viene sucediendo,
curiosamente, en los últimos meses, las instituciones del
capitalismo global subrayan la profundidad de la crisis
volcando al público toda una serie de índices alarmantes:
“La economía mundial está en medio de la recesión más profunda
y extendida de nuestras vidas, causada por una crisis financiera
mundial y agravada por un colapso del comercio mundial (...).
Habrá una ‘hemorragia económica’: la economía de los 30 países
de la OCDE caerá un 4,3% este año. Además, se prevé un des-
plome del comercio internacional en un 13% este año y una caída
del 2,7% de la actividad económica mundial. El PBI de los
EE.UU. caerá un 4% este año; el de la UE, un 4,1%, y el de
Japón, un 6,6%. El desempleo llegará al 11,9% en la eurozona en
el cuarto trimestre de 2010 y del 10,5% en EE.UU. en el mismo
período. China, principal impulsor del crecimiento asiático, crecerá
un 7% este año, bastante por debajo de la meta de Pekín de 8%,
considerada el mínimo requerido para impedir el desempleo masi-
vo” (Informe de la OCDE, BBC 31/03). Este documen-
to de la OCDE, que reúne a las principales economías
industriales, culminaba recomendando la inyección de
fondos estatales, bastante en sintonía con la línea adop-
tada por la administración estadounidense.
Concientes de la necesidad de mostrar al menos cierta
voluntad de liderazgo en momentos de intensa “volatili-
dad” de los mercados financieros, los ministros de eco-
nomía y banqueros centrales del G-20 se reunieron du-
rante la primera quincena de marzo en Sussex, Inglaterra,
para discutir una hoja de ruta de la cumbre. Es obvio,
dado lo escaso en tiempo del encuentro de los jefes de
estado –un solo día, el 2 de abril–, que los temas de la
“agenda” y los compromisos se tejieron en este período,
si bien la persistencia de contrapuntos verbales hasta
horas antes de la cumbre da cuenta de las dificultades pa-
ra conciliar posiciones. Los cruces, centrados en el vo-
lumen de los rescates y en la regulación del sistema fi-
nanciero, estuvieron generalmente a cargo de
funcionarios de los EE.UU. y Reino Unido, por un lado,
y de Alemania y Francia por el otro, lo que pone una vez
más en evidencia el carácter contradictorio de la “alianza
occidental” –vale decir, de los EE.UU. y los países cen-
trales de la UE–, cuyos miembros oscilan entre la solida-
ridad a la hora de imponer condiciones en nombre del
capital más concentrado a escala mundial y el desacuerdo
en torno de las ramas específicas del capital que se bene-
ficiarán de estas condiciones generales. El presunto ca-
rácter “global” del foro quedó bastante desdibujado, vis-
to el papel bastante marginal de las intervenciones a
cargo de los llamados “emergentes”.
Los cruces más ácidos se dieron en torno de las carac-
terísticas de las “políticas de estímulo”. Básicamente,
se asume que el gobierno de los EE.UU. espera que el
resto de los países industrializados gasten el 2% de su
PBI para impulsar la demanda. El 13 de marzo, Larry
Summers, consejero económico de Obama, sugirió que
Europa debía realizar un esfuerzo comparable al de
EE.UU.. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, re-
clamó “acciones importantes y sostenidas que coincidan con la du-
ración previsible de la crisis” (LN 13/03), y aconsejó al G-20
que aumentara el gasto público todo el tiempo que resul-
te necesario para reabsorber la crisis. Obama advertiría,
en Londres, que el consumidor norteamericano no podía
ser más el motor de la economía mundial, y defendería la
necesidad de incrementar estímulos fiscales (LF 02/04).
Reino Unido, que encabeza el programa de rescate fi-
nanciero más cuantioso de Europa, se alineó claramente
con esta posición, al igual que lo hicieron, más tibiamen-
te, los gobiernos de China y Japón, obviamente ansiosos
por el sostenimiento del poder de consumo del ciudada-
no occidental. “La filtración de un borrador del comunicado fi-
nal de la cumbre del G-20, en el que Gran Bretaña parece presio-
nar a los otros miembros para que respalden nuevos planes de
estímulo por un total de dos billones de dólares, provocó nuevas ten-
siones entre los países que dentro de tres días se reunirán en Lon-
dres para discutir las medidas necesarias para superar la crisis fi-
nanciera. La prensa británica informó que se sospecha que el
borrador del comunicado, publicado el fin de semana por la revista
alemana Der Spiegel, fue ‘un acto deliberado de sabotaje por parte
de fuentes del gobierno alemán’” (LN 30/03). El ministro de
Relaciones Exteriores británico, David Miliband, acotó
que “no se les pedirá a los países que revelen sus planes de gasto
público en la cumbre, pero deberían estar al tanto de que el aumen-
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
to de la demanda tendrá un papel clave en la recuperación” (BBC
29/03).
Francia y Alemania, los países que asumen la dirección
política de la UE, han rechazado todo compromiso en
este sentido. Alemania, en particular, argumenta que las
políticas de estímulo deben adoptarse a nivel nacional. El
programa de estímulo alemán fue de 87.000 millones de
dólares, y el francés de 34.000 millones, ambos de mu-
cho menor relieve que los adoptados por los EE.UU. y
Reino Unido –que además se centraron en el rescate de
“activos tóxicos”. Es obvio que Alemania rechaza todo
programa de rescate “paneuropeo” –que debería solven-
tar en primer lugar– y recela de la capacidad financiera de
los EE.UU. para salvar a sus bancos y sus empresas –por
ejemplo, las automotrices–, cosa que ningún país euro-
peo por separado puede hacer: el programa de rescate de
Reino Unido está a punto de llevarlo a la quiebra fiscal.
El ministro francés de la Reactivación, Patrick Deved-
jian, fue el primero en reaccionar, al aconsejar a los esta-
dounidenses “ser un poco más de modestos cuando pretenden dar
lecciones, teniendo en cuenta la enorme responsabilidad que tuvieron
en esta recesión que está sufriendo todo el mundo”. La ministra
francesa de Economía, Christine Lagarde, añadió: “Es
preferible adoptar planes de reactivación dirigidos a un objetivo y
que se aplican inmediatamente y no lanzar programas, como hace
EE.UU., que afectan al 95% de la población, pero cuyo efecto
multiplicador sobre la actividad resulta neutralizado por la disper-
sión”. Desde Berlín, la canciller Angela Merkel y el presi-
dente Nicolás Sarkozy reiteraron que no deseaban nue-
vos planes de reactivación (LM 13/03).
La intervención más cruda en este sentido estuvo a
cargo de Mirek Topolanek, primer ministro de República
Checa a cargo de la presidencia europea, que en el Par-
lamento Europeo atacó los planes de estímulo de los
norteamericanos (“nos llevarán al infierno”) y la regulación
del sistema financiero internacional. “EE.UU. necesitará
liquidez para financiar las medidas de reactivación, y para hacerlo
deberá recurrir a las ventas de armas” (LM 26/03). Robert
Gibbs, vocero de la Casa Blanca, comentó irónicamente
que el primer ministro checo “tiene algunos problemas inter-
nos que pueden tener que ver con lo que ha dicho” (LN 26/03).
Ultraliberal en materia económica, Topolanek acaba de
perder un voto de confianza en el Parlamento checo y
debió presentar su renuncia a fines de marzo. La posi-
ción franco-germana obtuvo el insospechado apoyo del
presidente de Brasil “Lula” da Silva, quien, en su encuen-
tro en Brasilia con Gordon Brown, expresó: “No me gus-
taría dar una opinión sobre la política soberana del presidente
Obama, pero creo que no podemos gastar el dinero que nos resta
comprando títulos podridos. Si ese billón de dólares que se usará
para comprar activos podridos fuera para el comercio, sería mucho
mejor (…) el dinero que se dirige al sistema financiero no ayuda a
que se recuperen los flujos de comercio. Lo importante ahora es re-
cuperar el crédito para favorecer el intercambio comercial, pero nin-
7
guna de las medidas tomadas hasta el momento ayudan a recuperar
el crédito” (LN 27/03).
Otro de los “temas de agenda” fue el de la necesidad
de regulación de los hedge funds y los paraísos fis-
cales. No se dio en este caso un contrapunto abierto,
aunque la impaciencia europea en este sentido parece re-
lacionarse con cierta histórica renuencia de los EE.UU. y
Reino Unido a abordar con decisión el tema. Esta última
posición se explica por el peso que tienen los fondos de
inversión en las economías de ambos países, y por la pre-
sencia de paraísos fiscales adaptados a la operatoria por
trusts. El trust es una figura del derecho anglosajón que
permite a una persona despojarse de su fortuna para no
aparecer como el propietario a los ojos del fisco. Las islas
de Jersey, Guernesey y Man, en territorio británico, De-
laware (con sus Compañías de Pasivos Limitados, LLC),
Miami y las islas del Caribe, son centros especializados
en la composición de trusts. Los EE.UU., en especial,
poseen instrumentos legislativos desarrollados para for-
zar a los paraísos fiscales a brindar información. Luego
de 2001, se aprobó la Patriotic Act, con el fin declarado de
investigar las cuentas bancarias de organizaciones terro-
ristas. Obama apoya una nueva legislación contra el abu-
so de los paraísos fiscales, la llamada “Stop Tax Haven
Abuse Act”.
La avanzada del gobierno estadounidense sobre cier-
tos “paraísos fiscales” parece apuntar, más que a encarar
el problema de la evasión fiscal, a rediseñar la economía
de la evasión a gran escala. En febrero el gobierno esta-
dounidense forzó al principal banco suizo, el UBS, a en-
tregar los datos de cientos de cuentas secretas de presun-
tos evasores. La medida se suma a una serie de iniciativas
de asedio al secreto bancario suizo, establecido por ley
en ese país en 1934. En 1997, un informe comisionado
por Bill Clinton al entonces secretario de Comercio,
Stuart E. Eizenstat, concluyó que “Suiza era el banquero y
facilitador financiero de la Alemania Nazi, tomando y transfirien-
do oro alemán –la mayor parte saqueado– y suministrándole a
Alemania francos suizos para comprar los productos que necesita-
ba” (BBC 20/02). En 1999, otra comisión encabezada
por el presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, y
de la que formaban parte banqueros suizos e integrantes
de organizaciones judías, llegó a la conclusión de que si
aún no se podía probar una política sistemática tendiente
a desviar fondos de judíos a los nazis, sí se detectaron
“acciones cuestionables y engañosas de algunos bancos individuales
en el manejo de las cuentas de las víctimas” y, como resultado
de la investigación, se otorgó una compensación total de
cerca de 380 millones de dólares a los dueños de cuentas
o sus sobrevivientes. La ofensiva estadounidense puede
estar vinculada a la intención de efectuar un nuevo repar-
to del mercado del dinero “gris”. Suiza detenta el 27%
del mercado internacional del ahorro mundial adminis-
trado fuera del lugar de residencia; Reino Unido, con sus
MAYO DE 2009
8 Corrigiendo al capital
islas y centros off-shore, suma el 24 % de estos capitales;
Nueva York, Miami, las islas del Caribe y Panamá están a
cargo del 19% de los 7.300.000 millones de dólares si-
tuados fuera de las fronteras. Hay que señalar que Suiza
no ha sido invitada a la Cumbre, aunque puede ser que
resulte pagando los platos rotos por la nueva política en
torno del secreto bancario.
La Comisión Europea pretende terminar con el secre-
to bancario en todo el espacio de la UE y que cada Esta-
do informe automáticamente sobre sus cuentas extranje-
ras. A pedido de París y Berlín, la OCDE preparó una
nómina actualizada de esos paraísos fiscales. El G-20 de-
cidirá si publica esa “lista negra” durante su cumbre.
Alemania y Francia están en proceso de implementar le-
yes similares a la “Stop Tax” estadounidense. A fines de
marzo, el presidente fancés Sarkozy captaba cámara efec-
tuando (un poco creíble) ultimátum: “Si en Londres no hay
avances en materia de regulación financiera, aplicaré la política de
la silla vacía: me levantaré y me iré” (LM 31/03). Sarkozy fijó
una serie de objetivos que, consideraba, debían ser apro-
bados en la reunión de Londres: cambios en las normas
contables de los bancos y financieras, limitaciones en las
remuneraciones de los ejecutivos, el registro de los fon-
dos especulativos, la divulgación de una lista negra de pa-
raísos fiscales y el establecimiento de sanciones. “Francia
y Alemania no quieren que esto se quede en principios generales.
Exigen que el acuerdo recoja una lista negra de paraísos fiscales y
de posibles sanciones; que se sometan las retribuciones de los directi-
vos a supervisión y se extiendan los límites por ley a los sueldos de
entidades rescatadas con dinero público; que todos los hedge funds
estén bajo control público y no sólo los grandes; o que se prohíba a
las agencias de rating asesorar sobre la emisión de títulos que luego
van a calificar. De fondo, palpita la propuesta francesa de crear un
único regulador internacional” (EP 02/04). Alemania y Fran-
cia calculan que pierden, respectivamente, 30.000 y
20.000 millones de euros por la evasión fiscal hacia este
tipo de centros (EE.UU. perdería unos 85.000 millones
de dólares). El problema es más complejo de lo que pa-
rece, ya que la huída de capitales hacia paraísos fiscales
supera con amplitud las prácticas del “capitalismo ilegal”:
“‘¿Cómo se puede terminar con ellos cuando, por ejemplo, las 40
principales empresas francesas están presentes en paraísos fiscales’,
se preguntó esta semana el vocero del Partido Socialista, Benoît
Hamon. Esas empresas francesas tienen, en efecto, ‘casi 1.500 fi-
liales offshore, repartidas en unos 30 territorios’, según la revista
francesa Alternatives Economiques. Los bancos BNP Paribas,
Crédit Agricole y la Société Générale disponen de 361 entidades
offshore, según anota esa publicación. Las empresas de los países
industrializados utilizan esos centros como puente para invertir en
el extranjero desde filiales locales. Esa práctica, conocida con el
nombre de ‘precio de transferencia’, representaba el corazón de la
política fiscal del 77% de las empresas multinacionales repartidas
en 22 países, según una encuesta realizada en 2005 por el institu-
to de auditoría Ernst & Young. Los paraísos fiscales representa-
ban en 2005 un tercio de las inversiones directas en el extranjero
de empresas multinacionales, según un estudio de la ONU. No só-
lo sirven para pagar menos impuestos a las ganancias. Las multi-
nacionales los utilizan también para esconder sus deudas a fin de
mostrar balances sanos. Ese fue el caso de Enron, Parmalat y
Worldcom” (LN 14/03).
Otros contrapuntos de menor intensidad se dieron en
torno del proteccionismo comercial y de la posible
creación de una nueva divisa de referencia alternativa
al dólar. Aunque participa del consenso –reafirmado en
la cumbre de Washington– en relación a los beneficios
del libre comercio, algunas posturas del nuevo gobierno
de los EE.UU. provocan cierta alarma. Algo semejante
sucede en el caso de Francia, por ejemplo, en relación
con la industria automotriz: los 8.000 millones de euros
destinados al sector por Sarkozy excluyen a las filiales
deslocalizadas de empresas francesas. Especialmente mal
cayeron las declaraciones del recientemente confirmado
representante de Comercio Ron Kirk: “‘Creo en el libre co-
mercio y trabajaré para ampliarlo’, señaló en una declaración escri-
ta. Pero, al mismo tiempo, advirtió que son muchos los estadouni-
denses que ‘no se benefician’ de esa libertad. Y protestó por el hecho
de que los principales socios comerciales del país ‘no siempre respe-
tan las reglas del juego’. Kirk advirtió que, si es confirmado, no lle-
gará al cargo con lo que calificó como ‘fiebre de tratados’ comercia-
les, en momentos en que Washington tiene pendientes de
ratificación acuerdos en la materia con Panamá, Colombia y Corea
del Sur. De hecho, advirtió que pondrá varios de estos acuerdos en
revisión. En el caso de Corea del Sur, dijo abiertamente que, tal
como está redactado, ‘es injusto’” (LN 11/03). En este punto,
el tácito acuerdo entre estadounidenses y británicos pa-
rece entrar en cono de sombras, a juzgar por las expre-
siones del primer ministro Gordon Brown: “Tenemos el
deber de decir que el proteccionismo no protege a nadie efectivamente
a largo plazo. Más aún, puede ser la ruta directa a la ruina,
porque si el comercio declina, las compañías reciben menos pedidos
y empiezan a reducir empleos. De esta forma entramos en un ciclo
de depresión. Lo que estamos ansiosos por lograr en el G-20 es
asegurar que tengamos un sistema de monitoreo adecuado, de modo
de poder lidiar con problemas de proteccionismo cuando estos se pre-
senten. Pero al mismo tiempo tenemos que decir que hace falta alen-
tar el comercio con créditos para la exportación que ahora son difí-
ciles de obtener” (LN 24/03). También el presidente de
Brasil intervino en este sentido, al solicitar a Obama, en
el encuentro de mediados de marzo en Washington, que
no aplique políticas que perjudiquen el comercio de
EE.UU. con América Latina.
Quizás para dejar en claro cierta independencia en ma-
teria de política exterior, el mismo Lula da Silva secundó
la iniciativa china –también apoyada por Rusia– de im-
pulsar la creación de una nueva moneda de referencia en
reemplazo del dólar. La idea corrió a cargo del presidente
del Banco del Pueblo de China (equivalente al Banco
Central), Zhu Xiaochuan, quien sugirió que los Derechos
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
Especiales de Emisión del FMI podrían servir como
moneda de reserva, ya que no serían influidos fácilmente
por las políticas de países individuales. China es el mayor
tenedor de reservas en dólares, casi 2 billones. “La crecien-
te influencia de China quedó en evidencia esta semana, cuando fir-
mó un acuerdo de intercambio cambiario con la Argentina que le
permitirá al gobierno de Cristina Kirchner pagar sus importaciones
en yuanes sin tener que recurrir al dólar. El intercambio, el prime-
ro que China firma con un país fuera de su órbita regional, es un
desafío a la supremacía del dólar como moneda internacional y no
es coincidencia que haya sido firmado apenas días antes a la reali-
zación de la cumbre” (LN 02/04). La iniciativa fue rechaza-
da de plano tanto por el presidente de la Reserva Federal,
Ben Bernanke, como por el secretario del Tesoro, Ti-
mothy Geithner, quienes aclararon que no aceptarán que
el dólar sea despojado de su status de moneda de referen-
cia. Desde Estrasburgo, el economista jefe de la UE, el
español Joaquín Almunia, también defendió al dólar co-
mo una divisa de referencia.
El punto de “la agenda” que claramente aunó las pos-
turas de europeos y estadounidenses fue el sentido en
que deben reestructurarse los organismos multilaterales
de crédito y en particular el Fondo Monetario Interna-
cional. Recordemos el descrédito en que se ha visto su-
mido el FMI, en particular desde la crisis asiática de
1997, de la cual fue en buena medida responsable al res-
paldar la eliminación de controles de movimientos de
capital. Tras la crisis, sus préstamos estuvieron condicio-
nados a rigurosos planes de ajuste que resultaron aun
peores para las economías en crisis. Tailandia liquidó sus
deudas con el FMI en 2003, declarando su “independen-
cia fiscal”. Le siguieron Brasil, Venezuela y Argentina, e
Indonesia manifestó su intención de devolver sus deudas
lo antes posible. El FMI, además, ha sido completamente
incapaz de prevenir la crisis presente.
Respecto de la revisión del rol, de la asignación de
fondos y de la reestructuración de su directorio, no pare-
ce, aparentemente, haber controversias. Todas las inter-
venciones se dirigen en este sentido, aunque con distinto
énfasis. Los países emergentes, en particular, parecen in-
sistir en la necesidad de la flexibilización de las líneas de
crédito del Fondo, y en una mayor presencia de países
del tercer mundo en la toma de decisiones. Hay que
tener en cuenta que, de los 24 miembros del directorio
del FMI, ocho representan a Europa y sólo tres a
América Latina, en momentos en que varios países eu-
ropeos demandan líneas de crédito del fondo. China, en
particular, condiciona su aporte extraordinario –40.000
millones– a una mayor capacidad de decisión. El 13 de
marzo, Carlos Fernández, ministro de Economía argen-
tino, reclamó al G20 que obligue al FMI a “flexibilizar su
función de prestamista para atender las necesidades de los países en
desarrollo, con menor costo financiero y sin condicionalidades, o con
exigencias mínimas”. Fernández también reclamó para los
9
países en desarrollo un mayor poder de voto en el FMI,
el aumento de los recursos del Fondo y que el organismo
desarrolle un sistema de alerta temprana que se focalice
en los países de importancia sistémica, en especial los
centrales. Fernández, por otra parte, planteó “revisar el rol,
las estructuras de gobierno, los posibles requerimientos de recursos y
los instrumentos financieros del BM y el BID”, así como el
aumento de su capacidad prestable (LN 13/03). Dos días
después, el denominado grupo BRIC (Brasil, Rusia, In-
dia, China) emitió un comunicado en el que pide que las
instituciones financieras multilaterales aumentes sus
préstamos y, al mismo tiempo, se reclama mayor influen-
cia de voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El grupo amenazó, incluso, con cesar de aportar fondos
al FMI si no obtiene una mayor participación.
Los EE.UU. y Europa no parecen oponerse abierta-
mente a la ampliación “democrática” del directorio del
FMI, pero claramente el énfasis en este caso está puesto
en el incremento de la capacidad prestable del organ-
ismo. La UE, en particular, impulsada en este sentido
por Alemania, pretende que el FMI pueda proveer de
“salvavidas” financieros a las economías en problemas,
deslindando así de cierta responsabilidad a las economías
de los países centrales. El 30 de marzo, la Comisión Eu-
ropea reclamó que se aumente el papel de supervisión
del FMI y la duplicación de su presupuesto.El 1 de abril,
el FMI anunció el inicio de una nueva línea de crédito
“flexible”, que aplicará en primer lugar a “blindar” la
economía mexicana por 47.000 millones de dólares con
el fin de garantizar su liquidez.
La “declaración” y sus secuelas
Como era previsible, la Cumbre londinense culminó con
una declaración que evitó cuidadosamente explayarse
con claridad sobre los temas más ríspidos de “la agenda”
y que, por supuesto, evitó toda mención a esa suerte de
agenda popular que se gestó en las calles de las principa-
les capitales europeas en los días previos al encuentro. El
29 de marzo se realizó una marcha contra el G-20 en
Londres en la que participaron entre 35.000 y 40.000
personas, y que fue convocada por una coalición de más
de 130 organizaciones sindicales, religiosas y políticas de
distintos países. El lema de la manifestación fue Put people
first! (“Pongan a la gente primero”). Algunos manifestan-
tes corearon consignas como “Cuelguen a los banque-
ros” y “Destruyan los bancos”. En Berlín hubo una pro-
testa similar bajo el slogan “Nosotros no pagaremos por
su crisis”. Los manifestantes (provenientes de sindicatos
y asociaciones ecologistas) exigieron en sus pancartas
que fueran los bancos los que pagaran por la crisis y no
los empleados y los más pobres.
Pero volvamos a la declaración de Londres, consisten-
te en 29 puntos, de los cuales sólo aquellos que refieren a
puntos de acuerdo entre los miembros del G-7 parecen
expresar líneas de acción concretas:
MAYO DE 2009
10 Corrigiendo al capital

La “declaración de Londres” y la resolución de los “temas de la agenda”

Tema Resolución
Políticas de estímulo En el documento se menciona una ampliación fiscal concertada que debería sumar
5 billones de dólares para fines de 2009, aunque no se especifica cómo se ha con-
certado ni de qué modo se llega a esta cifra. Se repasan una serie de estímulos ya
utilizados (baja de tasas, instrumentos de política monetaria “poco convenciona-
les”, sic) pero no se explicitan otros nuevos.
Regulación de los Reconociendo que “las grandes fallas en el sector financiero y en la regulación y
hedge funds y paraísos la supervisión financieras fueron causas fundamentales de la crisis”, se decidió
fiscales ampliar la regulación y supervisión de todas las instituciones financieras, instru-
mentos y mercados importantes, lo que incluirá por primera vez a los fondos de al-
to riesgo (hedge funds) y agencias de calificación de riesgo. Se establece, además,
un Consejo de Estabilidad Financiera, que reemplaza al antiguo Foro de Estabilidad
Financiera. El Consejo, que incluye ahora a todos los países del G20, colaborará
con el FMI para alertar de riesgos macroeconómicos. También se adoptaron limita-
ciones a las primas recibidas por los banqueros. Se acordó imponer sanciones a los
paraísos fiscales que se nieguen a dar información sobre presuntos evasores, con lo
que se termina la era del secreto bancario. La OCDE publicará una "lista negra" y
dos "listas grises" de los países que no respeten las normas internacionales de in-
tercambio de información impositiva.
Proteccionismo Los firmantes se comprometieron a no elevar nuevas barreras y no imponer nuevas
trabas a la exportación, así como a abstenerse de las “devaluaciones competiti-
vas”. El G-20 notificará a la OMC de cualquier medida que restrinja los flujos de
capital globales. Se decidió disponer 250.000 millones de dólares en los dos próxi-
mos años para incentivar al comercio global. Estos fondos se instrumentarán me-
diante créditos de las agencias de créditos a las exportaciones y a las inversiones.
Se acordó terminar la Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial.
Reestructuración de los Se triplican los recursos para el FMI hasta 750.000 millones de dólares y se fija una
organismos nueva asignación de derechos especiales de giro por 250.000 millones de dólares.
multilaterales de Se permite una venta de las reservas de oro del FMI de hasta 6.000 millones de dó-
crédito lares para ayudar a los países pobres. Se apoyó la financiación de un mínimo de
100.000 millones de dólares de préstamos adicionales a los países más pobres a
cargo de los bancos multilaterales (BID, BM). Se acuerda implementar reformas en
la composición y el sistema de cuotas en el FMI, y también revisar la representa-
ción en el BM. La presidencia del FMI ya no corresponderá necesariamente a un eu-
ropeo, ni la del BM a un estadounidense: “deberán ser elegidos a través de un pro-
ceso de selección abierto, transparente y basado en los méritos”. En el documento
se apoya la iniciativa del FMI de implementar una “línea de crédito flexible”.
Nueva divisa de No se trató. No se menciona en el documento final.
referencia

Las eufóricas declaraciones de los líderes contrastaron
con los comentarios escasamente entusiastas por parte
de los medios occidentales. Para Obama, la cumbre re-
presentó “un punto de inflexión en la historia de la economía
mundial. Hemos acordado una serie de pasos sin precedente para
restaurar el crecimiento y evitar que una crisis como la actual se
produzca de nuevo. Pero esto es sólo el principio. Todos los proble-
mas del mundo no se resuelven en una sola reunión, ni siquiera en
dos” (LN 02/04). Más enfático aún, Gordon Brown ex-
presó que el Consenso de Washington había acabado
(LF 02/04). El presidente francés Sarkozy celebró, por
su parte, “la reforma más profunda del sistema financiero desde
1945” y afirmó que “la época del secreto bancario ha llegado a
su fin” (LN 02/04).
Veamos las opiniones periodísticas. “Hubo algunos bue-
nos lineamientos pero, en medio de una crisis que ha dejado en evi-
dencia la inadecuación total del sistema regulatorio, había mucho
espacio para ir más allá” (The Guardian 03/04). “Se queda-
ron cortos. Con el gasto de los consumidores y la inversión de nego-
cios derrumbándose alrededor del mundo, los países ricos son los
únicos que tienen los recursos para hacer lo que es necesario”
(NYT 03/04). “Pasó lo que tenía que pasar. No hay sorpresas
en el acuerdo al que llegaron los líderes del G-20 de reformar el sis-
tema financiero y prevenir los préstamos e inversiones bancarias de
alto riesgo, que desataron la peor crisis global desde los años trein-
ta. Al declarar que las bases de las instituciones financieras crea-
das en 1945 tenían que ser reformadas, el primer ministro británi-
co, Gordon Brown, parecía decir lo obvio (…). Las veinte
economías más poderosas del mundo coincidieron en la necesidad de
llevar a cabo transformaciones en la arquitectura financiera global,
lo cual representa la muerte de la doctrina anglo-estadounidense que
asocia el florecimiento económico con la libertad y la autonomía

MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
plena de las empresas” (BBC 03/04). “Incluso para las normas
de las cumbres mundiales, el comunicado final del G 20 es bastan-
te engañoso. Se anuncia una ‘concertada expansión fiscal’ de 5 bi-
llones de dólares para finales de 2010, así como 1,1 billones en ‘re-
cursos adicionales’ a través de instituciones internacionales como el
FMI. La cifra de 5 billones parece ser una estimación de lo mucho
que las finanzas públicas podrían deteriorarse antes de finales de
2010, lo que no es exactamente lo mismo que un proyecto de im-
pulso fiscal. Y 1,1 billones para la financiación de los organismos
internacionales no es lo mismo que 1,1 billones de gasto adicional,
por lo que la suma está inflada. En cuanto a los 250.000 millones
de ‘apoyo a la financiación del comercio’, que los políticos dijeron
que ‘garantizan’, no está claro de qué forma se hará esto. La can-
tidad adicional de dinero público comprometido en Londres es, en
realidad, una pequeña fracción de lo que se prometió” (TE
08/04).
Sin duda la reestructuración del FMI constituye la ini-
ciativa más concreta acordada en la cumbre. De algún
modo, se intenta “globalizar” los rescates, aunque la sen-
sación es que, aún con la triplicación del presupuesto del
Fondo, la suma es insuficiente. Debe hacerse notar (1)
que se triplican los recursos pero no necesariamente las
asignaciones de fondos (no es lo mismo “capacidad pres-
table teórica” que liquidez efectiva volcada al consumo);
(2) que se refuerza el rol y la capacidad de un organismo
que se ha revelado a todas luces inadecuado para preve-
nir la crisis (en muchos casos, desempeñó incluso un pa-
pel causal); (3) que los cambios en la composición de es-
tos organismos aparecen más como recomendaciones
que como iniciativas efectivas (habrá que esperar a 2011
para ver si prosperan).
En cuanto al tema de la regulación de la evasión a tra-
vés de “paraísos fiscales”, ciertas iniciativas en este senti-
do, especialmente a cargo de la administración de Oba-
ma en los EE.UU., parecen sugerir una línea de acción
concreta que excede incluso las estipulaciones de la de-
claración de Londres, algo atenuadas por la presión de
alguno de los miembros firmantes. China, por ejemplo,
habría sido renuente a apoyar la publicación de “listas
negras”, por temor al impacto que puede tener sobre
Hong Kong y Macao. “El primer ministro, Jean-Claude Junc-
ker, ha tachado hoy de ‘incomprensible’ la lista de la OCDE y ha
lamentado que ‘algunos estados de Estados Unidos’ no aparezcan
en esta clasificación, ‘como tampoco están Hong Kong y Macao’,
algo que ha atribuido a la ‘precipitación’, aunque no se ha mostra-
do preocupado por ocupar uno de los puestos en la lista gris de paí-
ses que aún no han cooperado” (EP 03/04). Durante mayo, el
premier de Luxemburgo ha emitido una protesta formal
en la UE por la inclusión de su país en una lista negra de
“paraísos” europeos elaborada por la CE, en la que tam-
bién se incluyen Bélgica y Austria. “La Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado
11
una lista de buenos, malos y no tan malos. En la lista negra están
Uruguay, Costa Rica, Malasia y Filipinas, que ya ha empezado a
cooperar y podía cambiar de condición. Hay una lista gris en la que
están encuadrados Andorra, Gibraltar, Liechtenstein, Barbados,
Liberia, Bahamas, Bahrein, Belize, Bermudas, Islas Caimán,
Mónaco, Panamá y Holanda y otra, también gris pero menos ma-
la, de centros financieros que no cooperan pero que no llegan a ser
paraísos fiscales: Austria, Bélgica, Brunei, Chile, Guatemala,
Luxemburgo, Singapur y Suiza, que conserva el 27% de los capi-
tales offshore del mundo” (EP 03/04). Uruguay, Costa Rica,
Malasia y Filipinas, los integrantes originales de la “lista
negra” confeccionada por la OCDE, pasaron a la prime-
ra “lista gris”, integrada por 38 naciones que se com-
prometieron a aplica ciertas regulaciones dictadas por la
entidad. La segunda “lista gris” incluye a países en donde
ya se estarían aplicando algunas de estas normativas. Vale
recordar que esta operatoria de las “listas” ya ha sido
aplicada en el pasado, sin resultado apreciable. En 2000,
el recién creado Grupo de Acción Financiera (GAFI),
que actuaba en el seno de la OCDE, elaboró una lista de
15 países “no cooperativos” en la lucha antilavado. No
se establecieron sanciones precisas, y la lista del GAFI
duerme hasta hoy el sueño de los justos.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, parece algo
sorprendente la determinación del gobierno estadouni-
dense de combatir la evasión fiscal en su propio territo-
rio. “El presidente de EE.UU., Barak Obama, y su secretario
del Tesoro, Timothy Geithner, han propuesto una serie de medidas
para evitar que grandes multinacionales estadounidenses como Ca-
terpillar Inc. o Procter & Gamble Co. se beneficien de la utiliza-
ción de los paraísos fiscales y dejen de pagar enormes cantidades al
erario público gracias a la existencia de diversos mecanismos lega-
les. En concreto, se trata de la eliminación de tres prácticas de eva-
sión de impuestos que podrían suponer unos ingresos para los
próximos 10 años de entre 190.000 millones de dólares (143.680
millones de euros) y 210.000 (unos 158.800 de euros) según los
cálculos de la agencia Bloomberg y The New York Times, respecti-
vamente. El plan de la Administración estadounidense eliminará
los beneficios para las empresas y personas físicas que tengan sus
cuentas en paraísos fiscales y evitará que las empresas se deduzcan
impuestos en EE.UU. inflando la cantidad de tasas que ya pagan
en territorios offshore. El Gobierno estadounidense prevé eliminar
las deducciones que las empresas pueden hacer en sus declaraciones
de impuestos por beneficios obtenidos en el exterior. ‘Durante años,
hemos hablado de acabar con los paraísos fiscales. Esto es lo que al
fin hará nuestro presupuesto’, afirmó ayer Obama en la rueda de
prensa tras la reunión con Geithner y Douglas Shulman, comisio-
nado del Servicio Interno de Ingresos (IRS, en inglés). Según ha
asegurado Obama, también se exigirá a los bancos extranjeros que
informen al fisco estadounidense sobre los ingresos que los ciudada-
nos de este país reciben en el exterior. ‘Si no cooperan, asumiremos
que se trata de un paraíso fiscal y actuaremos en consecuencia’, ad-
MAYO DE 2009
12 Corrigiendo al capital
virtió el presidente estadounidense” (EP 04/05). Según la Con-
taduría General de los EE.UU., 83 de las principales 100
empresas de este país derivan dinero a paraísos fiscales,
entre ellas Morgan Stanley y el Citigroup, con 273 y 427
filiales, respectivamente, en este tipo de centros off shore.
Curiosamente, se trata de entidades que están recibiendo
fondos públicos por parte del Tesoro desde el comienzo
de la crisis. Obviamente, la iniciativa del ejecutivo esta-
dounidense deberá pasar por el Congreso, donde se es-
pera una férrea oposición por parte de los republicanos:
el líder de esta bancada, Mitch McConnell, ya anunció
que se opondrá al proyecto. La justificación de la iniciati-
va por parte de Obama parece querer tocar cierta cuerda
populista herencia del New Deal, tan en boga por estos
días: “La ley actual dice que usted paga menos impuestos si crea
un puesto de trabajo en Bangalore, India, que si crea uno en Buffa-
lo, Nueva York (…). Para que las empresas estadounidenses sean
competitivas no se debe permitir que algunos individuos y algunas
empresas no cumplan con su responsabilidad y dejen que el esta-
dounidense común pague el costo”, señaló Obama (LM 04/05).
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
Los cambios recientes en el orden regional: el fin del aislamiento a Cuba y la exigencia a EE.UU. de otro vínculo con
la región
De Mar del Plata a Trinidad y Tobago
Por Julián Kan y María Florencia Socoloff
Introducción
La V Cumbre de las Américas, realizada en Trinidad y
Tobago en el pasado mes de abril, pasaba desapercibida
hasta alrededor de un mes antes de su realización. Inclu-
so, hasta ese entonces, se podía arriesgar la duda de si la
misma se iba a realizar, más allá de que había documen-
tos elaborados previamente que aunciaban formalmente
su concreción. O, al menos, se podía arriesgar la duda de
quiénes –y por qué– iban a participar.
Los insumos que justificaban esta preocucapación da-
taban del resultado de la anterior cumbe, la de Mar del
Plata, allá por el mes de noviembre de 2005, donde el
ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) queda-
ba derrotado y, tanto el esecenario político latinoameri-
cano como la relación entre la región y EE.UU., produ-
cían un giro que contrastaba con lo acontencido en la
década anterior. Durante esta, muchas cumbres regiona-
les no aportaban demasiado en cuanto a definiciones po-
líticas de importancia y varias veces los protocolos y
formalidades dominaban la escena. No fue el caso de las
últimas dos cumbres de las Américas.
En la anterior, la IV Cumbre, realizada en Mar del Pla-
ta, se le cerraban las posibilidades al ALCA y, a partir de
allí, apareceían espacios para desarrollar otras instancias
de integración como la Alternativa Bolivariana para las
Américas (ALBA), los Tratados de Comercio de los
Pueblos (TCP), la Unión de Naciones Sudamericanas
(UNASUR) y el Banco del Sur, entre los de mayor rele-
vancia. Instancias que no tenían que negociar con
EE.UU. su posibilidad de desarrollarse y que, en algunos
casos, están encarriladas claramente a favor de los inter-
eses contrarios a los que buscaba el país del norte en la
región.
La Cumbre de Trinidad y Tobago, en el contexto de la
crisis global actual con epicentro en los países centrales –
principalmente EE.UU.–, y ante el flamante nuevo go-
bierno de Obama, no pasó para nada desapercibida, al
punto que tuvo como eje articulador la relación de
13
“Cuando se habla de pobreza, los créditos y las donacio-
nes palidecen en comparación con el bien que puede hacer, en
todos los niveles de la sociedad, el desarrollo del libre comer-
cio. Voy a decirles a la gente, a los líderes y a todo el que
quiera escucharme allí abajo que nuestros mercados están
abiertos, siempre y cuando ustedes abran sus mercados. En
otras palabras, vamos a abrir los mercados", Goerge W.
Bush antes de iniciar la IV Cumbre de las Améri-
cas de Mar del Plata (LN 2/11/05).
EE.UU. con la región y el pedido unánime de elimina-
ción del bloqueo norteamericano a Cuba.
Cumbres de las Américas y ALCA: una relación
particular
Habiendo nacido en 1994 con el objetivo de discutir el
ALCA, en la Cumbre de las Américas participaban los 34
países de la región, con excepción de Cuba. Contaba con
el aval de la Organización de los Estados Américanos
(OEA), si bien mantenía distancia entre aquel histórico
ámbito más diplomático y este nuevo espacio que se
creaba con la exclusiva finalidad de la agenda regional y
comercial de la década anterior.
Las Cumbres de las Américas evidenciaban el tipo de
relación que EE.UU. proponía a la región; relación que
se venía construyendo desde mediados de la década de
los ’80. Esta consistía en mantener una necesaria influen-
cia geopolítica, que permitiera avanzar en el estableci-
miento de una zona de libre comercio, donde el capital y
las mercancías norteamericanas pudieran navegar por los
mercados latinos sin restricciones aduaneras. Este proce-
so por el cual EE.UU. transformó su relación con la re-
gión estuvo acompañdo por la aplicación, en la mayoría
de los países de la región, de las poíliticas del llamado
Consenso de Washington1. Las mismas tuvieron lugar desde
el final de los gobiernos dictatoriales del Cono Sur –
quienes sembraron las condiciones para su posterior
1 El Consenso de Washington fue un documento de 10 puntos,
surgido de un seminario comandado por el economista John
Williamson, en donde representantes del Departamento de Es-
tado norteamericano, del Banco Mundial (BM), del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y de los países miembros del
G-7 acordaron las políticas a seguir para los países periféricos.
El otorgamiento de préstamos para “ayudar” a los países peri-
féricos se haría a cambio de cumplir con los 10 puntos princi-
pales del Consenso: mayor recaudación impositiva y disciplina
fiscal, reforma tributaria, liberalización del sistema financiero,
tasas de cambio competitivas, reorientación de los gastos en
educación, salud e infraestructura, liberalización del comercio
exterior, eliminación de restricciones para la inversión extran-
jera, privatizaciones de empresas estatales de servicios públi-
cos, desregulación laboral, propiedad intelectual.
MAYO DE 2009
14 De Mar del Plata a Trinidad y Tobago
aplicación– y a partir de la desarticulación de los movi-
mientos armados en Centroamérica. Añádase como con-
texto mundial el fin de la Guerra Fría y la entrada en la
llamada “globalización”, palabra que sintetiza un proceso
de creciente concentración y centralización de capiatales
a escala mundial desde la resolución de la “crisis del ’70”.
Estas políticas impusieron el ajuste y la concentración
de la riqueza, por medio de los grandes partidos de ma-
sas, que contaron con el consenso de numerosas fraccio-
nes de todas las clases sociales. En este marco, a princi-
pios de la década de los ’90, EE.UU ensayaba en su
región más cercana los prolegómenos del ALCA. Nos
referimos al lanzamiento del TLCAN (Tratado de Libre
Comercio de América del Norte, más conocido como
NAFTA, por sus siglas en inglés), entre Canadá, EE.UU
y México. Firmado en el año 1992, comenzó a funcionar
en 1994, año en que tendría lugar la primera Cumbre de
las Américas, en Miami, cuyo propósito era discutir el
nuevo contexto de la integración regional, basada en los
principios del libre comercio. El objetivo de máxima, que
debía sancionarse para el año 2005, era la creación de
una unión comercial continental, que se proponía crear
una zona de libre comercio desde Alaska hasta Tierra del
Fuego2.
Sin embargo, a medida que las Cumbres avanzaban –
1998 en Santiago de Chile, 2001 en Quebec, la extraordi-
naria de Monterrey de 2004 y la que selló el definitivo
fracaso del ALCA, la de 2005 en Mar del Plata–, las dis-
cusiones comenzaban a trabarse. Los países de la región,
incluso estando gobernados por políticos que expresaban
los intereses del capital más concentrado y defendían po-
lítcas aperturistas, discutían los términos y condiciones
2El ALCA era un proyecto de integración comercial que abar-
caba desde Alaska hasta Tierra del Fuego (todo el continente
americano). Fue presentado por Bill Clinton en 1994 y apro-
bado por todos los países americanos –con la excepción ya di-
cha de Cuba. El objetivo del mismo era crear un área de libre
comercio que eliminase las barreras comerciales y arancelarias
para la libre circulación de mercancías. Esto crearía un merca-
do de 800 millones de personas, con un producto bruto de 13
billones de dólares –siendo el principal aporte el de EEUU,
con 9 billones. Fue impulsado debido a la necesidad de las
grandes corporaciones económicas –localizadas principalmen-
te en EEUU– de reproducir sus capitales. Producto del grado
y desarrollo de la capacidad productiva, las fronteras naciona-
les ya no servían para su reproducción y, para ello, se intentaba
crear un mercado común en todo el continente, que permitiera
la supremacía de las empresas que puedieran fabricar abundan-
tes mercancías en una menor cantidad de tiempo, eliminando
industrias más pequeñas –es decir, la mayoría de las industrias
locales latinoamericanas. Así lo puso en palabras Collin Po-
well, ex secretario de Estado norteamericano: “Nuestro objetivo
con el ALCA es garantizar a las empresas estadounidenses el control de
un territorio que va del Polo Ártico hasta la Antártica, y el libre acceso,
sin ningún obstáculo o dificultad para nuestros productos, servicios, tecno-
logía y capital en todo el continente” (ET 11/6/03).
de esa apertura irrestricta que planteaba Norteamérica. A
su vez, en sintonía con las protestas contra las políticas
neoliberales, comenzaban a esbozarse protestas callejeras
contra la instalación del ALCA, por los perjuicios que la
región debería afrontar en caso de aprobarse: eliminación
de industrias locales, pérdida de puestos de trabajo, inva-
sión de productos extranjeros, mercantilización de la tie-
rra de las comunidades, dominio del capital extranjero en
áreas estratatégicas y de desarrollo, reprimarización ex-
portadora… Todo esto, con el consecuente aumento en
los índices de pobreza e indigencia.
En el bienio 2003/2004 –con algunos gobiernos nue-
vos en la región–, las minicumbres de secretarios de
Comercio y cancilleres para acelerar las negociaciones, de
cara a instalar alguna forma de ALCA para el año 2005,
cristalizaban la divergencia de intereses en torno a la ins-
talación del ALCA. La misma se expresaba en la disputa
entre un grupo de gobiernos de países afines al proyecto
estadounidense –entre ellos México, Chile, Colombia,
Guatemala, Honduras, Panamá, Perú, Costa Rica, Nica-
ragua, República Dominicana– y un grupo de gobiernos
de países que se oponían a la sanción del proyecto nor-
teamericano en las condiciones que su impulsor exigía
(los países del MERCOSUR: Argentina, Brasil, Paraguay
y Uruguay, más Venezuela).
Agotadas las negociaciones para discutir algún tipo de
apertura consensuada, la situación se fue empantanando
y este úlitmo grupo de países se opuso a la instalación del
ALCA., obteniendo la victoria definitiva en la Cumbre de
las Américas de noviembre del año 2005, en Mar del Pla-
ta, donde se pospuso sin nuevo aviso la instalación del
ALCA.
La Cumbre de Mar del Plata y el posterior
escenario regional
La IV Cumbre de las Américas tenía lugar el 4 y 5 de
noviembre en la ciudad balnearia de Mar del Plata. La
consigna de la Cumbre, que había generado grandes dis-
cusiones, fue finalmente la que propuso el país anfitrión,
Argentina: “Crear Trabajo para enfrentar la pobreza y Fortale-
cer la Gobernabilidad Democrática”. Rápidamente, las discu-
siones empezaron a girar sobre lo que realmente genera-
ba tensiones entre los países –y sobre todo con EE.UU.–
: la conformación de plazos para establecer el ALCA, de-
jando a un lado el tema formal que englobaba el lema de
la cumbre.
Al momento de la inauguración de la cumbre, no sólo
no había un documento marco para la firma de los presi-
dentes, sino que las negociaciones se encontraban estan-
cadas, ante la disparidad de criterios acerca del ALCA. El
entonces presidente de Argentina, Néstor Kirchner, du-
rante el acto inaugural, sentaba las bases de la posición
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
tanto de Argentina como del MERCOSUR durante toda
la cumbre, que era apoyada también por Venezuela. So-
bre el papel de EE.UU. en la región, destacaba: “Su rol de
primera potencia mundial es insoslayable. El ejercicio responsable
de ese liderazgo en relación a la región debe considerar necesaria-
mente que las políticas que se aplicaron no sólo provocaron miseria
y pobreza, sino que agregaron inestabilidad institucional regional,
lo que provocó la caída de gobiernos democráticamente elegidos” (C
5/11/05). Sobre la integración de todos los países de
América, Kirchner decía: “La integración posible será aquella
que reconozca las diversidades y permita los beneficios mutuos. Un
acuerdo no puede ser un camino de una sola vía de prosperidad en
una sola dirección” (C 5/11/05). Hasta el final de la Cum-
bre, por un lado, se expresaron los intentos desesperados
de México, Canadá y Chile más algunos países centroa-
mericanos –con Panamá a la cabeza– para salvar la pro-
puesta del ALCA. Por otro lado, se expresaron los países
del MERCOSUR, que actuaron en bloque con Venezue-
la. Pues si bien los cinco países no dieron la misma expli-
cación de su rechazo, sí se mantuvieron en unidad ante el
enemigo en común.
Como saldo de la Cumbre, quedaron tres bloques polí-
ticos alineados, entre los cuales algunos países fueron sal-
tando desde entonces hasta la reciente de Trinidad y To-
bago. Pero la relación de fuerzas al interior de la región
no hizo más que continuar inclinándose en la dirección
elegida por los bloques que ganaron en Mar del Plata.
Repasemos la conformación de los mismos.
El primero de los bloques estaba conformado por
México, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Hondu-
ras, Panamá, Perú, Costa Rica, Nicaragua, República
Dominicana, EE.UU. y los países del Caribe –agrupados
en la CARICOM. Este grupo de países estaba a favor de
llevar adelante las negociaciones para la implementación
del ALCA. La mayoría de ellos ya había entablado nego-
ciaciones de libre comercio con EE.UU., como el NAF-
TA, CAFTA (con Centroamérica: Panamá y República
Dominicana por ejemplo) y algunos Tratados de Libre
Comercio (TLC’s) bilaterales con miembros de la Co-
munidad Andina de Naciones (CAN) –como Colombia,
Ecuador y Perú– y algunos países del miembros de la
CARICOM. El presidente mexicano Fox fue el que se
hizo cargo de la posición de este grupo e invitó a avanzar
sobre el mismo sin el MERCOSUR: “De no ser así [de no
llegar a un acuerdo hemisférico] tendría que pensar esta ma-
yoría [de países] en avanzar en esta configuración sobre el AL-
CA virtuoso porque quién bloquee un acuerdo como este, cierta-
mente está viendo por sus intereses y no por los intereses de los
demás”. Y agregó que “la invitación al MERCOSUR y a Ve-
nezuela es que reflexionen y se sienten en la mesa” (C 5/11/05).
El segundo bloque estaba conformado por el MER-
COSUR más Venezuela. Su posición fue la de atar cual-
15
quier avance en las negociaciones con el ALCA a la eli-
minación de los subsidios a la producción y a las expor-
taciones de los productos agrícolas de los países centra-
les. El relanzamiento de la Ronda Doha en Hong Kong
para finales de aquel 2005 era el lugar elegido para que la
UE, EE.UU. y Japón, retomaran las negociaciones de la
liberalización de sus mercados agrícolo-ganaderos. Según
el entonces canciller argentino, Rafael Bielsa: “Argentina,
Uruguay, Brasil, Paraguay y Venezuela encuentran que no están
dadas las condiciones para seguir negociando en términos equitati-
vos”, para agregar que “hace 20 meses que no hay nuevas nego-
ciaciones del ALCA y si no hay condiciones pueden pasar muchos
meses más” (C 6/11/05). Por su parte, el canciller brasile-
ño, Celso Amorim, resaltaba: “No podemos discutir el acceso
a los mercados americanos de nuestros productos agrícolas si no sa-
bemos qué decidirá hacer EE.UU. con los subsidios a las exporta-
ciones y la producción agrícolas”. Yremataba: “No soy alérgico al
ALCA, pero este proyecto no puede ser realizado por un mero acto
de voluntad. Es un mero acto comercial, no ideológico. Y por lo
tanto tenemos que ser muy prácticos: para que exista el ALCA és-
te debe representar ganancias concretas” (C 6/11/05). Según
Lula, “esa historia del libre comercio es muy interesante si nosotros
respetamos las asimetrías que existen entre los países, si tomamos
en cuenta que precisamos ayudar y ser generosos con los más pobres
y frágiles desde el punto de vista de sus economías” (C 6/11/05),
para concluir: “Yo fui invitado para esta reunión para discutir
empleo. No estuvo escrito en ningún momento que el tema sería el
ALCA. Es natural que alguien quiera introducir el tema, pero
también es natural que otras personas no lo quieran” (C
6/11/05). Días más tarde, el asesor político de Lula en
temas internacionales, Marco Aurelio García, destacaba
la importancia del MERCOSUR: “El MERCOSUR recu-
peró la fuerza de los mejores momentos”.
Por último, estaba la posición de Venezuela que, si
bien estaba contenida en el segundo bloque, se oponía
abiertamente al ALCA y, su vez, impulsaba por ese en-
tonces los primeros pasos de la Alternativa Bolivariana
para las América (ALBA) en conjunto con Cuba, privile-
giando los acuerdos de complementariedad y coopera-
ción y rechazando al libre comercio como principio rec-
tor del proceso de integración3.
3Los primeros acuerdos en el marco del ALBA datan del año
2005 y se realizaron entre Venezuela y Cuba, quienes inter-
cambiaron petróleo venezolano por los servicios educativos y
de salud que tiene la isla. Luego, se amplió la gama de acuer-
dos, sobre todo cuando en 2006 se suma Bolivia al proyecto,
en el marco del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP).
En la Cumbre de Mar del Plata, Bolivia no se había alineado
con niguno de tres los grupos, ya que debido a su inestabilidad
política de por aquel entonces –Meza había renunciado a me-
diados de ese año y gobernaba la corte Suprema de Justicia–
dejaron que el nuevo gobierno –que asumiría en enero de
2006– tomase partido por alguno de los alineamientos produ-
cidos. Ya se descontaba el triunfo de Evo Morales en las elec-
MAYO DE 2009
16 De Mar del Plata a Trinidad y Tobago
En la Cumbre de Mar del Plata, el presidente Chávez
elogió el papel de Kirchner en la defensa del MERCO-
SUR, a la vez que remarcaba: “El ALCA ha muerto”. El
papel jugado por Venezuela y su primer mandatario en la
Cumbre –y en la Contracumbre o “Cumbre de los Pue-
blos”, que se desarrollaba en el Estadio Mundialista de
Mar del Plata en paralelo a la de las Américas– le darían
un lugar de importancia al país caribeño en la región. Por
un lado, para desarrollar un vínculo con los países del
MERCOSUR. Por otro, para afirmar la iniciativa del
ALBA, que traía en sus manos el enlace estratégico entre
el proceso de cambio iniciado por la revolución boliva-
riana en Venezuela y las conquistas de la revolución cua-
bana.
En los años posteriores, se sumarían a este tercer ali-
neamiento países como Ecuador y Nicaragua, producto
de la reorientación de sus poilíticas a partir de la asun-
ción de los gobiernos de Rafael Correa y Daniel Ortega
respectivamente. También Dominica y Honduras firma-
ron acuerdos en el marco de este tratado (ver más abajo).
De Mar del Plata en adelante, el escenario político re-
gional cambiaría. El primero de los alineamientos fue
perdiendo adherentes y fuerza en la contrucción de un
ALCA, o algo semejante. Apenas se pudieron firmar al-
gunos TLC como el de Perú, aunque con una fuerte pro-
testa social, producto de los perjucios para las economías
campesinas y los pequeños productores. El TLC de Co-
lombia continúa trabado en el Congreso norteamericano,
mientras Honduras, Nicaragua y Ecuador han reorienta-
do su inserción regional. A su vez, el cambio de primer
mandatario en México (Calderón en lugar de Fox), si
bien no ofreció alteraciones sustanciales en las políticas
básicas que se venían implementando en ese país, en
términos regionales produjo un viraje que permitió res-
tablecer el histórico acercamiento entre la región y el país
de América Latina más cercano a EE.UU. De este modo,
México restableció las relaciones con Cuba, mirando más
a la región y comenzando –quizás sin desearlo y obligado
por el contexto de la crisis– a cuestionar algunas premi-
sas del NAFTA.
Chile, aliado comercial de EE.UU. vía Pacífico, con la
asunción de Michel Bachelet, también comenzó a mirar a
sus vecinos de la región, es decir, Sudamérica. Su acer-
camiento a Evo Morales –para tratar el áspero e histórico
problema de una salida al mar de Bolivia, arrebatada en
la Guerra del Pacífico– y la buena predisposición para la
conformación de la UNASUR y para el accionar de esta
en el conflicto en Bolivia señalan, al menos en forma co-
yuntural, un momento de acercamiento a las instancias
ciones de diciembre, que presagiaban a Bolivia dentro del AL-
BA, es decir, en el tercer alineamiento.
regionales más soberanas, que empezaron a contrarrestar
la presencia norteamericana en la región.
Por el lado del MERCOSUR, la cumbre realizada en el
año 2006 en la ciudad de Córdoba, que tuvo como invi-
tado estelar al todavía primer mandatario de Cuba por
ese entonces, Fidel Castro, le dio dimensión política a un
bloque regional creado con fines específicamente comer-
ciales y que había pasado por una crisis profunda ente los
años 1999 y 2002. Si bien las disputas comerciales entre
Argentina y Brasil continuaron –y el reclamo de los so-
cios pequeños persiste–, el perfil de unidad y cohesión
regional que han caracterizado al bloque, sobre todo en
instancias externas a él, es hijo de la derrota del ALCA,
donde la actuación en conjunto de sus cuatro socios
fundadores le marcaron el terreno a la iniciativa nortea-
mericana (Véase Análisis Nº 74, de agosto 2006). De esta
manera, quedaba en la región un nuevo piso de condi-
ciones: ningún miembro del MERCOSUR podía aceptar
la tentación de un TLC con EE.UU., como pareció su-
ceder con Paraguay y Uruguay, porque para concretarlo
tenían que abandonar el MERCOSUR, pagando un co-
sto político más que alto entre sus vecinos de la región y
en el exterior.
A partir de allí, se afianzó una tendencia que, salvo
Brasil en la última edición de la Ronda Doha, se vino
cumpliendo: la actuación conjunta de todos los miem-
bros del bloque en instancias globales y mulitalterales,
como la OMC, ONU, OEA o cumbres de presidentes.
En ese sentido, el bloque se ha afianzado, a pesar de sus
desequilibrios internos. Incluso, previamente a aquella
cumbre de Córdoba mencionada, Venezuela había pedi-
do su entrada al MERCOSUR. Entrada avalada desde los
primeros mandatarios de los países del bloque, pero re-
sistida por la poderosa industria paulista de Brasil, el sec-
tor económico más poderoso de la región, que no ve con
buenos ojos el acercamiento del país caribeño.
Veamos ahora algunos fenómenos que permiten per-
cibir el cambio en las relaciones de fuerza mencionado.
Banco del Sur
En este marco, pasaba el tiempo y nacía el Banco del
Sur, un organismo financiero propio de la región, que in-
tenta reemplazar a los organismos multilaterales de crédi-
to como el BM y el FMI (incluso también el BID), no
sólo en el origen del mismo sino también en el funcio-
namiento interno y en las condiciones para prestar dine-
ro a los países de la región (Véase Análisis Nº 83, mayo
2007). Las discusiones pasan por el poder de decisión de
los socios. Mientras Ecuador, Venezuela, Bolivia y Ar-
gentina son partidarios de que este sea igualitario, a pesar
de las diferencias en el monto de los aportes de cada pa-
ís, Brasil ha dubitado más, planteando por qué siendo
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
uno de los principales aportantes tendría igual participa-
ción y decisión que Bolivia y Ecuador, por ejemplo. Con
el tiempo y con el correr de la crisis, las discusiones fue-
ron cediendo y, luego de varios encuentros entre minis-
tros de finanzas de la región y firmas de compromisos de
sus primeros mandatarios, al cierre de esta edición se da-
ba el primer paso concreto en la construcción del banco.
UNASUR
El lanzamiento de la Unión de Naciones Sudamericanas
(UNASUR), también refuerza la idea de pensar un orga-
nismo regional sin la presencia de EE.UU, como es la
OEA, e inluso con desarrollo propio en cuestiones que,
hasta no hace mucho tiempo, parecían impensables. Por
ejemplo, la planifiación de la defensa de la región, tal
como se proyecta desde la creación de un Consejo Su-
damericano de Defensa (CSD), detrás del cual está Brasil
por numerosas y conocidas razones (Véase Análisis Nº
98, agosto 2008) referidas al ejercicio de su liderazgo re-
gional.
Si bien este lanzamiento parecía ser otra vez algo sim-
bólico –como su primera versión, la de Cuzco, de di-
ciembre de 2004, bajo el nombre de Confederación Su-
damericana de Naciones–, la situación política de Bolivia
del año pasado mostró una posible proyección del fla-
mante organismo. A través de UNASUR, los países de la
región dieron apoyo instiucional al gobierno de Evo Mo-
rales en momentos de amenazas golpistas alentadas por
el separatismo de las regiones orientales de la llamada
“Media Luna”, comandadas desde Santa Cruz de la Sie-
rra. Estén o no de acuerdo los miembros de UNASUR
con las políticas de Evo Morales, defenderlo en ese mo-
mento fue de gran utilidad para poder continuar con po-
líticas de desarrollo independiente.
ALBA
Por el lado del ALBA, como mencionamos anteriormen-
te, se han sumado nuevos países, pero también se han es-
trechado los intercambios solidarios y cooperativos entre
Bolivia, Cuba y Venezuela4. A su vez, en nombre tam-
4Si observamos los intercambios en el marco del TCP, los tres
países practican los principios de cooperación mencionados
anteriormente. Cuba ofrece a Bolivia servicios médicos oftal-
mológicos para instalar seis centros asistenciales, que atienden
a 100.000 personas por año, con equipamiento tecnológico y
personal médico especializado con sus respectivos costos. A su
vez, Cuba ofrece 5.000 becas para estudiar medicina integral u
otras áreas de las ciencias médicas. En el acuerdo, se hace ex-
plícito mantener los 600 médicos cubanos en Bolivia que habí-
an viajado en el mes de enero de 2006 por las catástrofes natu-
rales, mientras que dona los 20 hospitales de campaña,
trasladados con motivo de dichas catástrofes. También, Cuba
aportará material didáctico y medios técnicos necesarios para
el programa de alfabetización en cuatro idiomas (español, ay-
17
bién del estratégico proyecto del ALBA, Venezuela ha
expandido sus convenios petroleros con varios países de
América Central. Nos referimos al lanzamiento de Pe-
trocaribe y del “Fondo ALBA CARIBE”. El ALBA está
teniendo cumbres cada vez más regulares y sus países
miembros están llevando posiciones comunes a otras
instancias regionales (ver más abajo).
Cuba, la OEA y otras Cumbres…
Otro tema sensible en la historia de la relación entre
América Latina y EE.UU., que dividió aguas en variadas
ocasiones, es el tema Cuba. Excluida de la OEA en 1962
por la identificación de su rumbo político con el de la
Unión Soviética, la presión de EE.UU. en la región man-
tuvo a Cuba al margen de este ámbito diplomático regio-
nal y de las recientes Cumbres de las Américas que
hemos mencionado. Pero Cuba ha resisitido y su aisla-
miento de la década pasada ha comenzado a decaer. Va-
rios países –entre ellos Argentina– han cambiado en el
marco de la ONU su voto subordinado a EE.UU. en
contra de Cuba, e incluso han estrechado lazos de co-
operación que habían mermado con el apogeo de las po-
mará, quechua, guaraní). Venezuela ofrece los suministros re-
queridos hasta satisfacer la demanda interna de Bolivia de pe-
tróleo crudo, productos refinados y asfalto, estableciendo me-
canismos de compensación con productos bolivianos para la
total cancelación de la factura por estos conceptos. También
ofrece asistencia técnica a Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) y Corporación Minera de Bolivia (COMI-
BOL). Además, Venezuela creó un fondo especial de hasta
100 millones de dólares para el financiamiento de proyectos
productivos y de infraestructura en Bolivia y también aportó
30 millones de dólares para atender necesidades de carácter
social y productivo del pueblo boliviano según determine su
Gobierno. Al mismo tiempo, incrementará notablemente las
importaciones de productos bolivianos, especialmente aquellos
que contribuyan a elevar sus reservas estratégicas de alimentos.
Bolivia exportará productos mineros, agrícolas, agroindustria-
les, agropecuarios e industriales que sean requeridos por Cuba
o Venezuela. A su vez, contribuirá a la seguridad energética de
esos países con su producción hidrocarburífera disponible ex-
cedentaria y eximirá de impuestos sobre utilidades a toda in-
versión estatal y de empresas mixtas que se formen entre Boli-
via y los Estados de Venezuela y Cuba. Además, Bolivia
proporcionará su experiencia en el estudio de los pueblos ori-
ginarios tanto en la teoría como en la metodología investigati-
va y participará junto con los gobiernos de Venezuela y Cuba
en el intercambio de experiencias para el estudio y recupera-
ción de los conocimientos ancestrales de la medicina natural.
Ver “Acuerdo para la aplicación de la Alternativa Bolivariana
para los pueblos de nuestra América y el Tratado de Comercio
de los Pueblos”, artículos 1 a 13 de la parte “Acciones a desarro-
llar por Cuba en sus relaciones con Bolivia en el marco del ALBA y el
TCP”; artículos 1 a 14 de la parte “Acciones a desarrollar por Ve-
nezuela en sus relaciones con Bolivia en el marco del ALBA y el TCP”;
y artículos 1 a 6 de la parte “Acciones a desarrollar por Bolivia en
sus relaciones con Cuba y Venezuela en el marco del ALBA y el TCP”,
en http://www.alternativabolivariana.org/.
MAYO DE 2009
18 De Mar del Plata a Trinidad y Tobago
líticas neoliberales del Consenso de Washington. Nos re-
ferimos al acercamiento de Argentina, Brasil y Chile en
los últimos dos años a la isla caribeña, mediante la firma
de convenios comerciales y la visita a la isla de los prime-
ros mandatarios del sur del continente.
Pero, más importante que esto, fue y es la condena al
bloqueo norteamericano a Cuba que vienen haciendo va-
rios presidentes de la región. Esto ha ayudado en los úl-
timos tiempos a consolidar una mayor autonomía políti-
ca regional, la participación en proyectos estratégicos de
integración diferentes y la elección de rumbos políticos
distintos al interior de cada frontera nacional.
Esto se manifestó en las múltiples cumbres desarro-
lladas en diciembre pasado, en Brasil, que anunciaban la
futura discusión para Trinidad y Tobago. En un mismo
sitio se desarrollaron las cumbres del MERCOSUR,
UNASUR, del Grupo Río y de América Latina y el Cari-
be (CALC).
De las últimas dos, salieron los anuncios política-
mente más fuertes. En primer lugar, allí participó Cuba
por primera vez como miembro pleno del Grupo Río5.
Además, Felipe Calderón, presidente de México, anun-
ciaba en rueda de prensa que avanzaría en la creación de
una organización de Estados latinoamericanos y caribe-
ños, una especie de OEA, sin Estados Unidos y Canadá,
y con Cuba. Calderón dijo que se construiría en los
próximos dos años a partir del Grupo Río. La declara-
ción de la CALC incluye un párrafo dedicado a ella:
“[Los Jefes de Estado y de Gobierno] reafirmaron su com-
promiso con la defensa de la soberanía y del derecho de todo Estado
a construir su propio sistema político, libre de amenazas, agresiones
y medidas coercitivas unilaterales en un ambiente de paz, estabili-
dad, justicia, democracia y respeto a los derechos humanos”. Y se
realizó una declaración especial en la que los Jefes de Es-
tado y de Gobierno reunidos pidieron a EE.UU. que
cumpla con las regulaciones del derecho internacional.
No faltaron, durante los discursos, posiciones más en-
cendidas. Por caso, Evo Morales propuso un ultimátum
a Obama. Propuso “darle un término al nuevo gobierno esta-
dounidense para que levante el bloqueo económico. Si el nuevo go-
bierno no levanta el bloqueo económico, nosotros levantamos a sus
embajadores” (TeleSUR 17/12). Recordemos que Bolivia y
Venezuela ya han echado a sus respectivos embajadores:
el gobierno de Morales echó a Goldberg al declararlo
“persona non grata” en septiembre por “conspirar para
5Este grupo nació en diciembre de 1986 como foro para nego-
ciaciones de paz en Centroamérica. Estaba integrado original-
mente por 23 miembros: Argentina, Brasil, Belice, Bolivia, Co-
lombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Pa-
namá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Ve-
nezuela.
buscar la división de Bolivia”, mientras Venezuela imitó el
gesto poco después. Al respecto, véase Análisis Nº 103,
enero 09.
Destaquemos que las definiciones políticas fueron
muy claras tanto en la crítica al bloqueo como en el res-
cate del aporte de Cuba a la región. La presidenta argen-
tina calificó de “histórico” el ingreso de Cuba al Grupo
Río. En ese mismo sentido, en el marco de la visita ofi-
cial de Raúl Castro a Brasil, Lula destacaba que “el patri-
monio de ese pueblo revolucionario [el cubano] nos inspiró en los
tiempos terribles de la opresión y continúa motivándonos en la cons-
trucción de un mundo mejor”. Lula se reconoció parte de una
de varias muchas generaciones de brasileños que celebra-
ron las transformaciones sociales que convirtieron a Cu-
ba “en una nación extremadamente desarrollada en materia de sa-
lud y educación” (18/12 Télam).
Por otro lado, la experiencia histórica tiende a reunir a
los pueblos al sur de EE.UU., tanto por lo que significan
los siglos en común como por el especial momento ac-
tual. Ocurre que, tal como lo expresó Raúl Castro en la
CALC, “nuestra región experimenta un formidable renacer del es-
píritu de sus pueblos, con el surgimiento de una pujante fuerza ciu-
dadana dispuesta a asumir los destinos de sus respectivos países,
para hacer valer la prioridad que merecen los programas sociales,
defender las riquezas nacionales y luchar por la justicia.”.
Si pensamos en lo ocurrido postriormente en Trinidad
y Tobago y el sentido que tendría esta Cumbre de las
Américas sin el interés del ALCA como las anteriores, la
declaración especial de la CALC contra el bloqueo a Cu-
ba sembraba el precedente: “RECHAZAMOS de la forma
más enérgica la aplicación de leyes y medidas contrarias al Derecho
Internacional como la Ley Helms-Burton y exhortamos al Gobier-
no de los Estados Unidos de América a que ponga fin a su aplica-
ción. PEDIMOS al gobierno de Estados Unidos de América que
cumpla con lo dispuesto en 17 resoluciones sucesivas aprobadas en
la Asamblea General de las Naciones Unidas y ponga fin al blo-
queo económico, comercial y financiero que mantiene contra Cuba.
SOLICITAMOS en particular al Gobierno de los Estados Uni-
dos que, con carácter inmediato, detenga la aplicación de las medi-
das adoptadas en el curso de los cinco últimos años con el objetivo
de fortalecer y profundizar el impacto de su política de bloqueo eco-
nómico, comercial y financiero a Cuba” (Véase Análisis Nº 103,
enero 09).
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
Y finalmente llego el día…
Luego de una antesala llena de preguntas, cuestiona-
mientos y rechazos anticipados, comenzaba el 17 de abril
la tan esperada V Cumbre de las Américas. Una cumbre
huérfana de sentido en relación con las cuatro cumbres
anteriores, cuyo objetivo inicial era el despliegue del AL-
CA en las “Américas”, proyecto hoy muerto y sepultado,
como hemos señalado, en 2005 en Mar del Plata.
Se presentaba así, a los países concurrentes, con una
agenda para algunos incompleta y con un declaración
“que es difícil de asimilar porque está totalmente descolocada […],
como si el tiempo no hubiera pasado” (LN, 17/04/09), tal co-
mo afirmaba el presidente de Venezuela Hugo Chávez a
los periodistas, durante la Cumbre de los países del AL-
BA que tenía lugar unos días antes a la de Trinidad y To-
bago. Dicha Cumbre no sólo ratificaba un proyecto re-
gional que surgió justamente como contraposición al
ALCA; sino que le permitía a los países miembros discu-
tir y llevar posturas en común al gran encuentro regional.
Entre los acuerdos previos, apareció el rechazo a la ex-
clusión de Cuba de la agenda de la Cumbre y a la decla-
ración final propuesta.
Concretamente, la agenda de Trinidad y Toabgo giraba
en torno a temas de “comercio, la respuesta a la crisis global, la
energía, la lucha contra el narcotráfico, nuevos aportes a los orga-
nismos financieros internacionales” (LN, 17/04/2009). Sin
embargo, los discursos que dieron apertura al encuentro
marcaron la línea que iba a tomar el debate a lo largo de
la Cumbre. La primera en tomar la palabra fue la presi-
denta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien
abrió el encuentro demandando el levantamiento “del
anacronismo que significa hoy el bloqueo a la hermana República
de Cuba” (P12, 18/04/09), y presentando una postura
que luego tendría consenso general. Otro tema que in-
trodujo claramente la presidenta, y que se vislumbró du-
rante la Cumbre, fue la necesidad de un “nuevo orden regio-
nal” (P12, 18/04/09). Estos dos ejes, unidos a la
problemática de la crisis mundial y la necesidad de dotar
nuevamente de ingresos a los organismos internacionales
de financiamiento, particularmente al BID, marcaron la
agenda real de la Cumbre.
El siguiente en hablar fue el presidente de Nicaragua,
Daniel Ortega, quien llevando en sus manos y en su dis-
curso las palabras de los países del ALBA, empezó lle-
nando de contenido la discusión sobre el “nuevo orden re-
gional”, demandando una nueva postura de los Estados
Unidos respecto de los países de América Central y del
resto del continente, exigiendo que este país termine con
las constantes injerencias e invasiones en los asuntos in-
ternos de los países de la región, solicitud que sería reite-
rada por Lula y Cristina Fernández de Kirchner, durante
19
el encuentro entre Barack Obama y los presidentes de
los países de la UNASUR.
Podemos hacer un puente entre la Cumbre de 2005 y
la V Cumbre, analizando las discusiones en función de
los alineamientos de los países concurrentes respecto de
la agenda. Como comentamos previamente, en la Cum-
bre de Mar del Plata encontrábamos aquellos tres alie-
namientos de países. Varias diferencias podemos marcar
respecto de dichos alineamientos. Por un lado, encon-
tramos a Nicaragua y Ecuador, que habían defendido el
proyecto de Estados Unidos, en las antípodas de esa
fórmula y apoyando –como miembro el primero y como
asociado el segundo– el proyecto del ALBA, nacido en
2004 y que para la Cumbre de 2005 sólo tenía como vo-
cero a Venezuela. Hoy, este grupo de países, unidos a
Bolivia y otros de la región centroamericana, llevaron la
bandera común del apoyo a Cuba y la necesidad de un
nuevo orden regional regido por la cooperación, tal cual
lo definió Ortega en su discurso de apertura.
Por otra parte, encontramos a aquellos países como
Colombia y Perú que, si bien continuaron después del
2005 apoyando la política norteamericana para la región,
han demandado la atención de dicho país hacia la misma,
entendiendo que “si los países de América Latina no tienen ac-
ceso a las fuentes de financiamiento a tasas razonables es posible
que asistamos a procesos de anarquía y violencia, y que todo desen-
cadene en una nueva crisis de deuda externa en la región”, tal
como sentenció el presidente colombiano Álvaro Uribe
(LN, 19/04/2009). Si bien no han claudicado en su ali-
nemiento con Washington, el contexto los obliga, en al-
gunas situaciones, a no desconcocer el nuevo escenario
regional.
Por último, podemos encontrar algunos países del
MERCOSUR, que así como lo hicieron durante la reu-
nión del G20, demandaron la necesidad de respetar el
desarrollo social y político de la región y la ayuda finan-
ciera para continuar con el crecimiento económico a par-
tir de la recapitalización del BID y de la creación de nue-
vas instancias financieras.
Sin embargo, una de las diferencias claves de esta reu-
nión, en relación con la de 2005, fue el replanteo de la re-
lación de Estados Unidos con la región. Así, además de
Cuba y el “nuevo orden regional”, el tema excluyente
que estaba entremezclado de manera directa con los
otros dos era la exigencia a Obama para producir un vi-
raje de 180 grados en la relación con la región. Esta lec-
tura fue prevista por Obama, que –si bien no se encon-
tró dispuesto a discutir el tema del bloqueo a Cuba–
explícitamente se mostró abierto a un cambio, manifes-
tado en un breve mensaje de introducción en la reunión
con los países de la UNASUR: “Vengo a esta reunión sa-
biendo que tengo mucho que aprender y con muchas ganas de escu-
MAYO DE 2009
20 De Mar del Plata a Trinidad y Tobago
char” (P12, 19/04/2009). En este sentido, ya había inter-
venido al iniciarse la cumbre: “Les prometo que yo busco una
alianza entre iguales. […] No hay socio principal y otro menor en
nuestras relaciones, simplemente hay una implicación basada en el
respeto mutuo, nuestros intereses comunes y nuestros valores com-
partidos. Estoy aquí para lanzar un nuevo capítulo de acercamien-
to que durará durante mi mandato” (P12, 18/04/09), asegu-
ró.
Más que tener esperanzas en la concreción o no de las
palabras de Obama, podemos observar en ellas que lo
dicho es consecuecia –por un lado– del presente regional
y de los cambios acontecidos entre esta cumbre y la ante-
rior. Por otro lado, se traslucen en las palabras del presi-
dente norteamericano –como no podría ser de otro mo-
do– las consecuencias de la crisis mundial actual.
Este panorama de diálogo e intercambio marcó toda la
Cumbre, abriendo la puerta a nuevos aires para el “nue-
vo orden regional”. Sin embargo, ello no se vio reflejado
en una declaración final que manifestara el acuerdo y la
voluntad de cambio, en tanto el documento acordado
con varios meses de anticipación apareció explícitamente
rechazado por los países del ALBA, que traccionaron al
resto de los países –sobre todo a los del MERCOSUR– a
no firmarlo, en tanto desactualizado e incapaz de reflejar
los acuerdos de la Cumbre. Con lo cual, la declaración
contó con la sola firma del país anfitrión.
Para concluir, dos cuestiones.
Primero, la apertura –por ahora meramente discursi-
va– de los Estados Unidos a una firme demanda de
cambio promovida por países latinoamericanos respecto
del lugar otorgado a la región en el sistema mundial, nos
habla de una crisis que demanda acuerdos que no sólo
incorporen a los países centrales, sino que involucren a
los países tradicionalmente periféricos, los mismos que
han logrado reconstruir sus golpeadas economías luego
de la década neoliberal, resposicionándose en el esquema
global de manera más autónoma.
En consonancia con el G-20, la V Cumbre de las
Américas nos demuestra que los países latinoamericanos
cumplen efectivamente un rol a nivel mundial, que difí-
cilmente pueda ser negado, lo cual demanda una recons-
trucción de las relaciones internacionales y del rol de
América Latina en el sistema mundial. Sin embargo, tal
cual como sucedió en el G-20, la Cumbre no pudo defi-
nir efectivamente el papel de la región en ese nuevo or-
den mundial, probablemente porque tampoco existe un
acuerdo respecto de una salida a la llamada “crisis glo-
bal”. De este modo, aparece Latinoamérica, por ahora,
tan sólo como un actor visible, aunque difícilmente defi-
nible.
Por último, al igual que su predesesora, la Cumbre será
un hito otra vez en la historia reciente de la integración
latinoamericana, donde esta otra América pide eliminar
el bloqueo a Cuba y que la isla se integre a la región co-
mo nunca antes lo había estado.
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
Viraje político del “establishment” industrial y paso al frente del movimiento obrero
La crisis del “modelo industrialista”: límites y potencialidades
Por Diego Tavormina y Claudio Adrianzén Bei
Primeras contracciones hacia el parto del
“modelo agroindustrial”
A fines de marzo, Argentina y China celebraron un
acuerdo en el cual el Banco Central chino abrió una
cuenta al BCRA por el equivalente en yuanes a 10.200
millones de dólares. Con esto la Argentina podrá dispo-
ner de un crédito abierto en el cuarto banco central del
mundo igual al 22% de sus reservas. China funcionaría
así como un prestamista de última instancia; es decir,
como un colchón capaz de neutralizar cualquier corrida
generada por los capitales más concentrados. El acuerdo
de marras también permitió desbaratar la cantinela apo-
calíptica respecto de la falta de créditos externos. Pero,
tal vez, el punto central tenga que ver con que el comer-
cio entre ambos países abandona el dólar como medio de
cambio, realizándose, a partir de ahora, en las monedas
nacionales (pesos y yuanes), a la usanza del acuerdo fir-
mado varios meses atrás entre Argentina y Brasil.
El temor a que el convenio intensifique el comercio
bilateral condujo a las expresiones del capital medio
en el país a exigir el mantenimiento del esquema de pro-
tección arancelaria que garantiza la subsistencia de gran
parte de la producción y el comercio interno, temerosas
de una invasión de productos industriales chinos. Por
ejemplo, Osvaldo Cornide, de la Cámara Argentina de la
Mediana Empresa (CAME), alertó que “si esto implica una
inundación de productos, es un desastre. No sé por qué China nos
prestaría sin una contraparte” (LN 01/04). No es la primera
vez que relevamos el viraje parcial de la CAME, puesto
que en los últimos meses se manifestó con reclamos du-
ros frente al gobierno nacional, aunque sin animarse a
“sacar los pies del plato” del llamado “modelo oficial”.
Esta fracción del pequeño capital en la Argentina es más
o menos conciente de que no tiene ninguna posibilidad
de sobrevivir fuera del esquema de políticas económicas
denominadas “kirchneristas”. De todas maneras, algunos
días después, Cornide afirmaba que “los planes de estímulo
para las compras de productos nacionales han fallado” (LN
17/4), dando argumentos a las filas opositoras en cuanto
a la capacidad del gobierno nacional de pilotear el buque
en medio de la tormentosa economía mundial.
Por su parte, el recientemente asumido presidente de
la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, se mani-
festó realizando una ligera defensa de las medidas de
protección comercial: “Usemos las barreras paraarancelarias y
luego tomemos una posición colectiva a favor del libre comercio. El
cuidado es necesario porque hay que conservar una cuota de merca-
do razonable. Si sabés que hay un avance desproporcionado e injus-
to de las importaciones, hay que poner restricciones.” Para esto
recomendó: “No se puede obligar a que se devalúe a ultranza en
el corto plazo sin medir las consecuencias en el mercado interno.
Existen, no obstante, restricciones, reintegros y herramientas que se
pueden usar” (P12 12/04).
21
La contradicción dentro de la alianza social en el go-
bierno se expresó también en la tensión generada entre la
cartera de Economía y la cúpula de la UIA. Un trabajo
del Centro de Estudios de la UIA, que se hizo público a
principios de mes, indicó un derrumbe de la actividad
industrial del orden del 12,2%. Guarismo bastante lejano
al 1,5% estimado por el Indec. Otras “usinas de pensa-
miento” privadas, asociadas a los capitales más concen-
trados o a la iglesia católica, tales como FIEL o la Uni-
versidad Católica (UCA), respaldaron los sombríos datos
de la UIA. Esta intervención realizada por los industria-
les, para nada inocente, fue respondida por la ministra de
Producción, Débora Giorgi, quien negó rotundamente
los cálculos de la UIA aseverando en público que “esa no
es la realidad de la Argentina” (LN 09/04).
De todas maneras, dentro de la misma UIA no fal-
taron los matices. Su ex presidente, Juan Lascurain,
desplazado de la entidad tras el peso político que alcanzó
el sector vinculado estrechamente al negocio agropecua-
rio (alimenticias, bebida, etc.) luego de la avanzada de la
oligarquía terrateniente el año pasado, señaló que la baja
en la actividad se concentra en tres sectores y que “si se
deja de lado a estos, la caída hubiera sido del 3%” (C 09/04).
En el mismo sentido, en su columna económica semanal
en el diario Clarín, el periodista vinculado a la UIA, Mar-
celo Bonelli, levantó un trabajo publicado por Merrill
Lynch en el que la banca estadounidense reconoce que la
Argentina está lejos de caer en default.
Finalmente, las diferencias en el seno de los industria-
les se expresaron con la renuncia del secretario de Indus-
tria, Fernando Fraguío, tras su disputa con la ministra de
Producción, Débora Giorgi. Fraguío, hombre de las au-
tomotrices, vinculado a Cristiano Ratazzi, de la Fiat, se
opuso a una medida de corte proteccionista firmada por
la ministra de Producción que frena importaciones, entre
otras, de autopartes brasileñas. Esto, a su vez, impide la
exportación de autos a Brasil, quien exige que estos pro-
ductos fabricados en la Argentina contengan un mínimo
de partes brasileñas.
Hemos observado, sintéticamente, los desplaza-
mientos de algunas expresiones del capital en la Ar-
gentina que dejaron de funcionar como base indis-
cutible de las políticas económicas de los gobiernos
kirchneristas, comenzando a posicionarse en un lu-
gar crítico rayano con la oposición. Tales fueron los
casos de CAME y de un sector, ahora hegemónico, de la
UIA. Se trató, sin duda, de los primeros dolores de parto
y contracciones de un nuevo engendro agroindustrial-
bancario que, como hemos dicho, tras la presión de la
crisis global y la avanzada de la oligarquía terrateniente
contra el proyecto industrialista, amenazan con saltar del
kirchnerismo a la alianza social opositora.
MAYO DE 2009
22 La crisis del “modelo industrialista”: límites y potencialidades
El llanto anticipador de Ratazzi
“La idea de vivir con lo nuestro lo único que trajo fue pobreza y
nos alejó cada vez más del mundo, por lo que es hora de pensar de
una vez por todas en ser un país desarrollado” (P12 22/04). La
frase pertenece a Cristiano Ratazzi, presidente de Fiat
Argentina y hombre de peso en la Unión Industrial Ar-
gentina. Su honesta declaración repudiando la política
económica de protección de vastos sectores industriales
y comerciales locales provocó que los medianos y pe-
queños capitales pusieran el grito en el cielo. El ya citado
Osvaldo Cornide respondió sin mediaciones: “Lo que Ra-
tazzi predica ya se puso en práctica en los años ’90 y produjo la
destrucción de la industria y la desocupación”. La CAME ahora,
en su movimiento inconsistente y pendular, se alineaba
con el proyecto desplegado por el gobierno de Cristina
Kirchner.
Desde la Confederación General Empresaria de la Re-
pública Argentina (CGERA), Marcelo Fernández –
también diputado por el FPV– planteó: “Las declaraciones
de Ratazzi son desafortunadas. El trabajo de defensa de la indus-
tria nacional puesto en marcha por el Gobierno debe contar con el
apoyo de todos los sectores. Son momentos en que hay que pensar en
preservar el mercado interno” (C 22/04).
Por su parte, el presidente de la Cámara de las Manu-
facturas del Cuero y Afines, Raúl Zylbersztein, aseguró
que “las licencias no automáticas son incuestionables. No se puede
cuestionar el funcionamiento de un sistema por una cuestión especí-
fica, y menos cuestionar las políticas en defensa de la industria por
un tornillo” (P12 22/04), haciendo referencia a la protec-
ción de importaciones frente a Brasil. También sumaron
sus críticas a Ratazzi los sectores textil e indumentaria.
Las declaraciones del hombre de la Fiat y las sucesivas
réplicas no hicieron más que explicitar la contradicción
entre capitales que dependen del mercado interno y
capitales más concentrados con capacidad de ex-
portar. Los primeros requieren de barreras arancelarias
que los protejan de los productos fabricados en el ex-
tranjero, en condiciones mucho más competitivas, mien-
tras que los segundos propician una mayor apertura co-
mercial en la búsqueda de nichos específicos en el
mercado mundial, alentando a su vez la importación en
masa de bienes foráneos y con esto la debacle de frac-
ciones enteras del capital local.
De todas maneras, no todo es tan sencillo como pare-
ce decirlo Ratazzi. Tanto Héctor Méndez como la direc-
ción de la UIA en su conjunto salieron a afirmar que “la
Junta Directiva expresa que las declaraciones de su vicepresidente
5°, Cristiano Ratazzi, sólo constituirían opiniones estrictamente
personales y no reflejan el pensamiento institucional de la entidad”
(LN 29/04). Concientes de que requieren mantener más
o menos atado tras de sí a estas fracciones débiles del
capital y, fundamentalmente, al movimiento obrero, en
su inevitable tironeo con el sector realmente decisivo y
dominante en la Argentina –nos referimos al sector
agropecuario exportador– ,los capitanes de la industria
diluyeron fuertemente las “verdades” de manual lanzadas
por Ratazzi.
El dolor de las privatizadas
La posición libremercadista que tanto revuelo había
generado en las propias filas industriales, declaraciones
de Ratazzi mediante, logró un mayor grado de unidad
dentro del campo empresarial a la hora de posicionarse
frente a la avanzada estatizadora del Gobierno. La con-
signa capital privado versus Estado aglutinó una fuerza
más significativa, con menos fisuras. Dicho lema sería el
estilete, no sólo del “establishment” industrial, sino fun-
damentalmente del capital foráneo más concentrado y de
la oligarquía terrateniente local.
En medio de un conflicto por el reparto del negocio
de la telecomunicación, Telecom Italia denunció “confisca-
ción” por parte de la Comisión Nacional de Defensa de la
Competencia en la Argentina luego de que ésta obligara a
la compañía a retrotraer algunas decisiones de la direc-
ción, como por ejemplo nombrar directores. El vocero
de Telecom habló de “abuso de poder” (LN 05/04). En es-
te beligerante contexto, el propio vicecanciller italiano
anunciaba un urgente viaje a la Argentina con el preciso
objetivo de hacer “lobby” en vivo y en directo.
En el mismo sentido, el otrora beneficiario y alentador
de las políticas económicas del kirchnerismo, el presiden-
te de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, ad-
virtió: “Hay que cuidarse del avance del sector público sobre la ac-
tividad privada” (P12 26/04).
El diario La Nación, a modo de título en su columna
editorial, denunció: “Crece el Estado empresarial.” “El kirch-
nerismo en el poder se ha caracterizado por una ciega e insaciable
voluntad de incrementar su poder político y su dominio sobre los
poderes Judicial y Legislativo. Pero hay una faceta de esta voraci-
dad en la que no suele repararse con frecuencia, y es que ese afán de
dominio también se ejerce, y en forma creciente, en el ámbito de las
empresas. En buena medida eso es posible debido a la reestatiza-
ción de compañías antes privatizadas o entregadas en concesión,
empresas en las que, obviamente, el kirchnerismo ha colocado a su
gente en los niveles directivos. Sin pelos en la lengua, un reciente in-
forme del Departamento de Estado señala la existencia de ‘corrup-
ción’ entre los funcionarios; corrupción que ahora puede tener nue-
vos campos donde practicarse” (LN 08/04). Tal fue la
significativa columna editorial del órgano más coherente
con la línea liberal agroexportadora que, como tantas ve-
ces, se hace eco de los informes interesados de lo nú-
cleos de poder de EE.UU.
La catarata de condenas no era para menos. Tras la es-
tatización de las AFJP, el Gobierno, desde la Anses, soli-
citó a grandes compañías, cuyas acciones estaban en ma-
nos de las administradoras privadas, participar en el
directorio. Tales fueron los casos de Gas Natural BAN,
Transportadora de Gas del Sur, Telecom, la cementera
Minetti, el Banco Macro, Endesa Costanera, Consultatio
(de Constantini) y Siderar (del poderoso grupo Techint).
Respecto de este último caso, el conglomerado siderúrgi-
co rechazó de plano el intento de la Anses de concentrar
el 26% de los votos en la asamblea de accionistas. La di-
rección de Techint terminó aceptando al economista del
Plan Fénix, Aldo Ferrer, como director de la empresa.
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
Por esas cosas de la vida, Ferrer es el creador de la frase,
denostada por Ratazzi, “vivir con lo nuestro”.
El parto del engendro: el Grupo de los ocho
El año pasado se asistió, sin lugar a dudas, a una esca-
lada en la lucha política local, cuando la movilización de
fuerzas en torno de la resolución 125 (de retenciones
móviles) condujo al encuentro de dos alianzas político so-
ciales en pugna. Hubo en la vida política argentina (y re-
gional, si se quiere) un antes y un después de la tensión
desatada por las entidades agropecuarias que mantuvie-
ron las rutas internas cortadas por más de cien días. En
ese contexto de precipitación del enfrentamiento interno,
lo que hemos denominado “establishment” industrial –es
decir, los capitales más concentrados de la industria a es-
cala local, la mayoría vinculados directamente al negocio
agroexportador y otros asociados a grupos económicos
extranjeros– abandonó el barco del kirchnerismo en el
que venía navegando desde el estallido de diciembre de
2001, y viró hacia el programa político-económico de la
oligarquía terrateniente, al cual se incorpa subordinado a
los dueños de la tierra y a los capitales foráneos más
concentrados (fundamentalmente yanquis). En aquel en-
tonces, la UIA, todavía conducida por la agrupación
“Industriales” de Techint, negaba el apoyo a un Gobier-
no exhausto y sistemáticamente vapuleado por la derecha
liberal, y advertía que ningún acuerdo programático era
posible si no se incorporaba a las entidades rurales a la
mesa de negociación.
El mes pasado, a dos meses de las elecciones legislati-
vas nacionales, los capitales dominantes en la industria, la
banca, el comercio y el sector rural, decidieron comenzar
a formalizar los términos de la unidad en base a un pro-
yecto común, cuya forma organizativa se asemeja al viejo
“Grupo de los ocho”. Éste funcionó en los años noventa
cuando todos coincidían en vaciar y repartirse las empre-
sas del Estado, pero, a partir de la recesión en la que in-
gresó la economía argentina en 1998, el grupo se partió
dadas las diferencias respecto de quién se encargaría de
pagar la crisis en ciernes en la que ingresaba el país.
El mes pasado, y en este contexto de fractura interna
de la alianza social en el gobierno, se reunió el “Grupo
de los siete”, autoconvocado en la sede de la banca local
Adeba. Participaron siete de las más grandes corporacio-
nes del capital: la Unión Industrial Argentina, la Bolsa de
Comercio, la Cámara Argentina de Comercio, la Cámara
de la Construcción, la Asociación de Bancos de Capital
Privado Argentino (Adeba), la Sociedad Rural Argentina
y las Confederaciones Rurales Argentinas.
Anticipando el encuentro, y repitiendo la consigna del
año pasado, el presidente de la UIA señalaría: “Un acuerdo
social no sirve si no están todos los actores y todas las representa-
ciones”, haciendo referencia a las entidades rurales (P12
12/04).
También por esos días, el ya citado y desaforado Ra-
tazzi volvía a marcar la cancha, alertando que “la UIA
ahora cambió y habrá un acercamiento mayor con otras organiza-
ciones, como la Mesa de Enlace agropecuaria y la AEA” (P12
23
27/04). El cambio mencionado por el titular de Fiat in-
dica el abandono del apoyo al proyecto oficial, explici-
tando el “salto” que un sector de peso de la UIA se pro-
pone pegar a las filas de la alianza social opositora, cuya
conducción estratégica es la oligarquía terrateniente
agrupada en la funesta Mesa de Enlace.
A decir del periodista de Clarín y hombre cercano a la
UIA, Marcelo Bonelli, el “Grupo de los siete” se dispone
a trabajar sobre algunos puntos básicos: cerrar filas sobre
la discusión salarial evitando aumentos generales; pro-
fundizar la devaluación del peso; reformar el esquema
impositivo reduciendo las retenciones. A decir de Carlos
Wagner (CAC), la razón fundamental del Grupo no es
otra que “defender la actividad privada” de la ingerencia de
Estado. “Uno escucha por ahí que el Estado se va a hacer cargo
de alguna industria, y si hay que preservar las fuentes de trabajo en
algún conflicto, está bien que el Estado intervenga en esa empresa,
pero siempre debe volver a la actividad privada”, agregó Wagner
con brutal honestidad. En otras palabras, lo que el G-7
local propone es, ni más ni menos, que el Estado se haga
cargo de la catarata de pérdidas de las empresas y deje en
manos de los capitales privados las jugosas ganancias una
vez que aquellas fueron saneadas.
No es para nada menor que el G-7 haga jugar como
vocero de la crítica al proyecto oficial al hombre de la
construcción, uno de los que más alentó las políticas
económicas del kirchnerismo.
Finalmente, el mes pasado quedó claro que los dirigen-
tes del capital salieron a jugar fuerte, dejando de ocultar-
se detrás de cuadros políticos impresentables e incapaces
de estructurar seriamente programas de largo plazo, o de
medios de comunicación que han quedado fuertemente
expuestos frente a la sociedad. La crítica situación mun-
dial, regional y local amerita que los propios hombres de
negocio tomen en sus propias manos la conducción del
armado político económico nacional.
El movimiento obrero y su obligado despertar
político
Si embargo, no resulta nada sencillo para la conduc-
ción industrial prentender correrse del marco de una
alianza establecida y, a la vez, seguir conduciéndola como
si nada hubiese ocurrido. Esto es lo que, al menos en
forma embrionaria, comenzó a hacerse visible en lo que
respecta al papel, hasta el momento subordinado, que
ocupa el movimiento obrero en la alianza social gober-
nante.
Esta tensión, manifestación local de la crisis económi-
ca mundial y que implica la discusión de qué sectores so-
ciales pagarán “los platos rotos” de la fiesta neolibreal,
empujó en el mes de abril al movimiento obrero organi-
zado a iniciar un proceso de presencia pública que lo lle-
vará a realizar, incluso, un masivo acto en el cual explici-
tará ser, ya casi en soledad, el sector vertebral del
sostenimiento del actual “modelo” económico. Así, al-
gunos sectores sindicales harán su aparición en la arena
política, sin desdeñar el aspecto electoral, pero sin cir-
cunscribirse únicamente al mismo.
MAYO DE 2009
24 La crisis del “modelo industrialista”: límites y potencialidades
En los primeros días del mes de abril, la cúpula direc-
tiva de la CGT anunció su intención de reunirse con la
presidenta Cristina Fernández para analizar en conjunto
las medidas gubernamentales tendientes a sostener los
empleos –sobre todo industriales– que la crisis económi-
ca ya comenzó a llevarse por delante. Así lo expresaba el
Secretario de Capacitación y dirigente de Dragado y Bali-
zamiento, Juan Carlos Schmidt, al tiempo que señalaba la
profundización de la crisis: “Las medidas proactivas que se es-
tán tomando son valiosas y están bien direccionadas pero son insu-
ficientes. (...) La última vez que nos reunimos recién empezaban
las rotaciones de turnos. Ahora hay cada vez más intervención del
Estado para sostener la productividad. Hay 38 mil trabajadores
que están recibiendo ayuda a través del programa de recuperación
productiva del Ministerio de Trabajo.” En igual sentido se
pronunciaba Hugo Moyano, Secretario General de la
central obrera, disputando, de paso, el territorio simbóli-
co y material de la estructura del Partido Justicialista de
cara a los comicios de junio y la dirección del modelo a
sus aliados industriales, que, como vimos antes, se mani-
festaron en favor del congelamiento e incluso la reduc-
ción de la participación de los asalariados en el reparto
de la riqueza que los primeros generan: “Estamos enfren-
tando la crisis tratando de sostener el mercado interno, que es el
motor del país. El peronismo será peronismo o no será nada, que-
remos un peronismo que devuelva el poder adquisitivo a los traba-
jadores” (P12 08/04). De igual manera se manifestaría el
abogado laboralista de la CGT y diputado Héctor Recal-
de, respondiendo, en cierto sentido, a los dichos del nue-
vo presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA),
Héctor Méndez, acerca de la necesidad de descargar la
crisis sobre los sectores asalariados mediante una fuerte
devaluación de la moneda local: “Algunos pretenden que los
trabajadores que perdieron paguen igual que los empresarios que
ganaron (...). El titular de la UIA desafina” (C 18/04).
Al mismo tiempo, y en un hecho que sería más bien
anecdótico si no tuviésemos en cuenta todo el contexto
que venimos analizando, el día nueve de abril, y luego de
casi una semana de un gran debate mediático acerca de
las implicancias y razones del intendente de San Isidro, el
radical Posse, para tratar de levantar un muro de concre-
to que dividiera su municipio del de San Fernando, os-
tensiblemente de menor poder adquisitivo, y con la casi
total oposición de todo el arco político y social, los veci-
nos decidieron tomar en manos propias la tarea de de-
rrumbar los pocos metros que habían sido levantados
por las cuadrillas municipales del reluciente municipio.
En dicha tarea tomó parte, como consigna el diario de
los Mitre, La Nación, una delegación identificada con las
pecheras del Sindicato de Camioneros, en una de las
primeras muestras públicas de esta nueva actitud de sec-
tores de trabajadores organizados por participar, de ma-
nera también organizada, en actividades y hechos de ca-
rácter público, donde no se ven ellos directa y
sectorialmente implicados.
Con estos condimentos, el día 20 llegaría la tan anun-
ciada reunión entre la cúpula de la CGT y la presidenta
Cristina Fernández en la Casa Rosada. Aunque ninguno
de los actores principales brindó declaraciones a la pren-
sa luego de las dos horas de reunión, se supo que uno de
los principales temas tratados fue el referido al proyecto
de ley presentado en el Congreso por el abogado cegetis-
ta Héctor Recalde, que prevé gravar con un impuesto es-
pecial a las empresas que hayan obtenido durante el úl-
timo año ganancias por encima del 20 %: “hay empresas
que ganaron no mucho, sino muchísimo. (Esto sería) un impuesto
a la renta extraordinaria”, señaló el mismo Recalde días
después (LN 26/04). Es decir, desde el movimiento
obrero se busca disputar, a pesar de la crisis económica,
porcentajes de ganancia, por intermedio del Estado, a los
grandes industriales.
Así, la disputa por el salario y la ganancia enmarcaría
un mes en el cual se sucedieron, con tendencia creciente,
algunos conflictos entre asalariados y patronales, sobre
todo en las ramas que han quedado más expuestas a los
embates del parate económico mundial. En este sentido,
el día 22 la Federación Argentina Sindical del Petróleo y
Gas Privados (FASPyGP) anunciaba mediante una solici-
tada el inicio de “un paro total de actividades en los distintos ya-
cimientos y refinerías de petróleo a partir de la hora 0 del día jueves
23 de abril de 2009”. En la misma se definía claramente
los límites objetivos de algunos de los acuerdos que se
vienen llevando a cabo entre cámaras empresarias y sin-
dicatos: “Hemos firmado conjuntamente con el Gobierno Nacio-
nal y las Cámaras Petroleras una paz social, durante la cual
hemos resignado prosperar en mejoras para los compañeros a cam-
bio de que no se alteren los niveles de empleo. Transcurridos 120
días del acuerdo, tenemos 4000 trabajadores suspendidos con una
importante rebaja en sus ingresos y se han registrado más de 1000
despidos directos...” (C 22/04).
En igual sentido, el día 23 se produjeron incidentes en-
tre obreros enrolados en la Unión Obrera Metalúrgica
(UOM) y la policía durante una protesta en las puertas de
la siderúrgica Techint por el pedido de la liquidación de
premios dados los resultados positivos al cierre de balan-
ces de dicha empresa (LN 24/04). El mismo día, el Mi-
nisterio de trabajo dictaba la “conciliación obligatoria”
para el conflicto entre el gremio de bancarios que dirige
Juan José Zanola y las asociaciones bancarias, pese a lo
cual los trabajadores anunciaban la realización de un pa-
ro por 5 horas (LN 24/04). Asimismo, el mismo 24 se
anunciaba el cierre de la autopartista Mahle, con sede en
Rosario, con el consecuente despido de 500 trabajadores,
quienes definían permanecer a puertas de la empresa
mientras durasen las tratativas del Ejecutivo santafesino
para evitar el cierre de la empresa. Cerca de ahí, en Santa
Isabel, Córdoba, la empresa Renault resolvía prolongar el
cierre de su planta por 48 horas más dado el conflicto
que mantiene con los trabajadores enrolados en SMATA,
quienes reclaman un aumento salarial de 25 %, el pago
de un adicional y la garantía de estabilidad laboral (LN y
C 25/04).
Este incremento de las medidas de fuerza llevadas ade-
lante por los distintos sectores asalariados del país se en-
cuentra con la profundidad de la crisis económica mun-
dial y con sus manifestaciones a nivel local. Así, como
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
consigna un informe del diario Clarín, la mayoría de los
gremios han relegado “para el segundo semestre” las ne-
gociaciones paritarias que debían haberse cerrado entre
marzo y abril. En su lugar, en muchos sectores se han
acordado, entre gremios y patronales, sumas fijas no re-
munerativas a cambio de no despidos o, a veces, de que
los mismos no sean masivos. La Unión Tranviarios Au-
tomotor (UTA) acordó una suma de entre 300 y 400 pe-
sos no remunerativos, el sindicato de la carne una de en-
tre 200 y 400 pesos y el sector de Luz y Fuerza un pago
de 2000 pesos extras por única vez durante los próximos
seis meses, por citar algunos ejemplos (C 27/04).
La calle como terreno de lucha
Pero además de la descripción realizada hasta aquí, tu-
vimos durante el mes de abril la manifestación política de
los trabajadores enrolados en las dos centrales sindicales
del país (CGT y CTA), aunque por separado y con dife-
rencias explícitas en la lectura política del momento.
La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) rea-
lizó el día 22 una jornada nacional de protesta, con movi-
lizaciones en las principales ciudades del país así como
también con algunos cortes de ruta en el interior, y el ac-
to central en un recorrido desde la Plaza de Mayo hacia
el Congreso Nacional. El orador principal fue el Secreta-
rio General de dicha central, Hugo Yasky, originario del
sector docente, quien manifestó que “si no hay medidas que
protejan a los más vulnerables, que somos los trabajadores, los des-
ocupados y los jubilados, y si la respuesta se limita a seguir subsi-
diando a sectores empresarios, el costo de la crisis se va a descargar
sobre las espaldas de los trabajadores”, al tiempo que rechazó
“el congelamiento salarial con devaluación que propone la UIA,
(así como) la eliminación de las retenciones que pretende la Co-
misión de Enlace de entidades del campo, porque eso significa más
hambre” (LN 23/04).
25
Una semana después, desde la Central General de
Trabajadores (CGT), se organizaba una de las manifesta-
ciones del movimiento obrero de mayor masividad de
los últimos años. La misma fue una concentración sobre
la Avenida 9 de Julio, de la Capital Federal, a puertas del
Ministerio de Salud y Desarrollo Social. El único orador
fue el secretario general, Hugo Moyano, quien señaló que
“acá no se está debatiendo la forma de un gobierno, se está deba-
tiendo el fondo de la cuestión. Y el fondo de la cuestión es que nos
quieren arrebatar lo que hemos logrado en estos años. (...) Trate-
mos de tener memoria y de acordarnos lo que nos pasaba hace ape-
nas unos años, cuando se derrumbó el país y se rajaron los que hoy
viene con soluciones mágicas. (...) Hoy más que nunca, los trabaja-
dores tenemos que tener la claridad suficiente para que este bom-
bardeo permanente a través de algunos medios de comunicación no
nos confunda”. Por ello, exhortó a los presentes a “defender
un modelo económico nacional y popular que ha permitido a los
trabajadores salir de la miseria que produjeron las políticas econó-
micas de los ’90. (...) El 28 de junio, compañeros, votemos un pro-
yecto nacional y popular que tiende a buscar la justicia social. Ese
proyecto de nación lo encarna Cristina de Kirchner” (P12 y LN
02/05).
La profundidad de la crisis, vemos, obliga a los traba-
jadores organizados a salir de los marcos de la negocia-
ción salarial y jugar políticamente, constituyéndose, así,
en una de las patas cruciales –sino la principal– del sos-
tenimiento y profundización del modelo económico que
lleva adelante el gobierno.
Esto, a su vez, podría estar marcando que, empujados
por la crisis, lentamente los trabajadores organizados
comienzan a disputarles a sus aliados industriales la con-
ducción de la alianza social encarnada hoy en el kirchne-
rismo como expresión política.
MAYO DE 2009
26 El terrorismo de los números y de las palabras
Cómo actúa el aparato desestabilizador
El terrorismo de los números y de las palabras
Por Sebastián Ortiz
A dos meses de las elecciones legislativas, la confron-
tación en la batalla de ideas (plano teórico o estratégico
de la lucha) fue adquiriendo características de mayor po-
larización, al compás del enfrentamiento que venimos
observando en los terrenos económico (defensa de los
intereses gremiales o corporativos) y político (expresión
de dichos intereses en la conformación de alianzas tácti-
cas en pos del control de las instituciones estatales).
Ya a comienzos del mes de abril, un editorial del diario
La Nación, órgano de prensa de la alianza social condu-
cida por los sectores terratenientes tradicionales, expone
el problema y plantea dos terrenos de la confrontación
conceptual: el económico y el político. Titulado “Hora de
duelo, hora de reflexión”, y aprovechando la circunstancia
del fallecimiento del ex presidente Raúl Alfonsín, el dia-
rio de los Mitre utiliza la comparación para dejar sentado
su punto de vista: “El legado de Alfonsín ha comenzado, por lo
que se percibe, a fructificar en el ánimo ciudadano más allá de los
fracasos que pudieran haberse producido entre 1983 y 1989. En
primer lugar, se ha hecho evidente que el país está peor hoy que dos
décadas atrás. Por el crecimiento de la pobreza y de la indigencia.
Por la inseguridad jurídica y física de los habitantes. Por los índice
de corrupción que se han ido acumulando. Por la concentración ex-
cesiva de poder real en la administración y renuncia fáctica del
Congreso a ejercer sus facultades. Por las amenazas contra la inde-
pendencia del Poder Judicial. Por el desacoplamiento entre las invo-
caciones a la democracia y la ligereza con la cual se asume el espíri-
tu republicano sin el cual correría el riesgo de constituirse en cáscara
vacía de contenidos legales y legítimos (…). Viene el país de un
largo año de desencuentros, con espíritus que se agitan en grado in-
quietante para la estabilidad emocional de la República. Hay una
necesidad vital de encontrar el sosiego que abra paso al diálogo, al
consenso, a la humildad y al mismo tiempo al temple cívico apro-
piados para un orden de civilización como el que ha conocido y al
que aspira el país” (LN 02/04).
Por un lado, entonces, estamos peor en lo económico
(pobreza, indigencia). Por el otro, en lo político (insegu-
ridad jurídica, democracia, república). Y con posibilida-
des serias de enfrentamiento social. Veamos cómo se
desenvolvió al respecto la confrontación en la construc-
ción de las ideas durante el mes de abril.
La inestabilidad de la economía
Desde la alianza social en el gobierno, la discusión fue
planteada, como venimos observando mes a mes, en
términos de enfrentamiento “entre dos modelos”. El
propio Néstor Kirchner se encargó de hacerlo explícito
en cada presentación pública: “Acá hay dos modelos que es-
tán en juego, ellos quieren privatizar, vender el país, y nosotros pro-
fundizar el modelo de redistribución e inclusión social” (P12
01/04). Para ello, la apelación constante a los grupos so-
ciales capaces de constituirse en sujetos activos de dicha
propuesta: “Trabajadores, docentes, clase media, investigadores:
tienen que tener clara conciencia de defender lo logrado. No pode-
mos volver a la restauración conservadora” (P12 01/04).
En el mismo sentido, pero agregándole cuáles debi-
eran ser los intereses de dichos sujetos sociales por opo-
sición a los de quienes se da la confrontación, la propia
presidenta Cristina Fernández exponía en un acto en Ju-
juy: “Si hay un lugar en la patria donde entienden la necesidad de
ser solidarios, de construir justicia y equidad es aquí, en Jujuy, en
esta tierra de Belgrano, donde empezó a construirse la patria y
donde los jujeños no dudaron en desprenderse de lo poco o de lo mu-
cho que tenían, en quemar sus casas y sus derechos con tal de que
la patria viviera”, comparando dicha actitud con “la de otros
que parece que no les importa quemar la patria con tal de salvar
sus cosas (…). Seamos solidarios: construyamos más unidad na-
cional: que trabajadores, empresarios, estudiantes, amas de casa y
jubilados sepamos que necesitamos estar más unidos que nunca
porque tal vez otros intereses, pequeños pero poderosos, son los que
quieren retrotraernos al pasado, a un país donde las crisis las pa-
gaban los que menos tenían” (LN 07/04).
Frente a esto, desde el editorial del diario La Nación,
se intenta mostrar un cuadro de situación diametralmen-
te opuesto: “Llama la atención que, mientras amenaza con el
fantasma del desorden, el propio gobierno haya decidido convertirse
en el principal factor de incertidumbre que opera hoy sobre la vida
pública. La sociedad argentina se está acostumbrando a agregar a
la inseguridad física dosis malsanas de inseguridad política y eco-
nómica (…). La flexibilidad de los procedimientos también agregó
incertidumbre a la economía. La mera anticipación de la fecha de
las elecciones fue interpretada por los mercados como la confesión de
que la economía no llegaría a octubre sin atravesar una crisis. Los
operadores temieron que hubiera alguna medida traumática después
de los comicios, se trate de una devaluación, de un régimen de con-
trol de cambios más severo que el que ya existe actualmente para
las grandes operaciones, o del eventual default de un título público.
En consecuencia, comenzaron a cubrir ese riesgo con el clásico refle-
jo de fuga hacia el dólar” (LN 05/04).
De esta manera, La Nación anticipaba la actitud de
“los mercados” y sus personificaciones. Dos días antes
del citado editorial, el gobierno de los Estados Unidos
difundía un informe titulado “Haciendo negocios en la Argen-
tina: la guía comercial 2009 para las empresas de EE.UU.”.
Este reporte del Departamento de Estado señala que “al-
gunos inversores internacionales han expresado cierta preocupación
por cambios abruptos en los regímenes regulatorios de algunos secto-
res específicos, incluyendo la energía y la extracción de recursos na-
turales, que en su visión incrementan la incertidumbre” (LN y C
03/04).
Al mismo tiempo, un editorial de La Nación volvía a
cuestionar la mediciones oficiales, señalando que “cuando
se trata de la pobreza y la indigencia, la cuestión adquiere una gra-
vedad mucho mayor, ya que por no contar con estadísticas confia-
bles no resulta posible realizar diagnósticos o diseñar adecuadamen-
te las políticas públicas que podrían aplicarse para mitigar la
situación de quienes sufren mayores necesidades” (LN 03/04).
Unos días más tarde, el diario Clarín publica una serie
de informes de distintas consultoras privadas que prevén
la debacle de la política económica en curso. Según este
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
artículo, la consultora Prefinex anticipa que el superávit
comercial “se va a mantener bastante sólido, no por la fortaleza
del modelo sino por la caída de la demanda interna”; el Estudio
Bein “prevé un saldo aún más acotado, de 8.500 millones, un
35% menos que en 2008”; la consultora Abeceb estima que
“las exportaciones caerán entre 15 y 19% y las importaciones ente
13 y 15%” (C 12/04).
Tres días más tarde, y bajo el título “Dos informes priva-
dos dicen que la economía ya entró en recesión”, el mismo diario
señala que la consultora Orlando Ferreres y Asociados
“informó que la actividad económica se contrajo un 3.5% en los
primeros tres meses del año, luego que cayera un 2.2% en el cuarto
trimestre de 2008”; al tiempo que para Gabriel Rubinstein
y Asociados “en el cuarto trimestre de 2008 el PBI cayó el
2.3% respecto del trimestre anterior. Y en el primero de 2009 la
estimación preliminar arroja una baja del 1.8%” (C 15/04).
Al día siguiente, el editorial del diario La Nación, bajo
el título “Desalentador clima de negocios” señala: “No es nove-
doso que la corrupción enturbie el clima de negocios e inhiba la in-
versión en cualquier país. Es asombroso, en el caso de la Argenti-
na, que poco y nada parece hacerse en esa materia y que, a su vez,
no preocupen a las autoridades informes externos que dan por sen-
tado el efecto negativo de ese flagelo en la economía nacional. Cada
año, el Departamento de Estado actualiza, al pedido del Congreso
de los Estados Unidos, el Informe sobre Clima de Inversión, enfo-
cado en los países en los cuales hay empresas norteamericanas. El
capítulo sobre nuestro país se resume en una frase lapidaria: ‘La
corrupción del gobierno argentino es un problema serio’ (…). Entre
los 180 países que mide Transparencia Internacional, la Argenti-
na se encuentra en el poco decoroso lugar 109º (…). Frente a seña-
les tan visibles e inequívocas, Morgan Stanley determinó que el
mercado de capitales argentino sea retirado del índice más represen-
tativo que mide la actividad de los mercados definidos como emer-
gentes. Desde el mes próximo será considerado como ‘mercado fron-
terizo’ (…). La falta de seguridad jurídica y física; la impunidad;
la cultura del apriete y la anomia generalizada son algunas de las
muchas carencias que hoy presenta la Argentina para ser atractiva
a los ojos de los inversores” (LN 16/04).
Al día siguiente, es publicado un informe del Depar-
tamento del Tesoro de los EE.UU. presentado ante el
Congreso de dicho país, en el que se señala que “La res-
puesta oficial del Gobierno a la crisis ha contribuido a la incerti-
dumbre política, exacerbando la preexistente vulnerabilidad econó-
mica e incitando la fuga de capitales (…). A mediados de 2008,
la huelga de los agricultores deprimió el consumo y la confianza de
las empresas, y contribuyó al crecimiento de la incertidumbre sobre
la capacidad del Gobierno para mantener el boom de los seis años
de auge económico (…). La mayoría de los analistas creen que es
improbable que el estímulo fiscal revierta los efectos de la caída de
la inversión y el consumo, agravados por la nacionalización de los
fondos de pensión” (LN 17/04).
El mismo día, es publicado un informe de Transpa-
rencia Internacional, en el que se critican “las fallas en los
organismos de control, la falta de ley de acceso a la información y de
transparencia en los sistemas de contratación del Estado” (LN
17/04).
Una semana más tarde, desde el FMI, se critica nue-
vamente el sistema de medición oficial: “Hay que mejorar
27
la precisión del índice de costo de vida. Y en el FMI estamos listos
para proveer asistencia técnica al respecto, en cuanto nos lo digan”
(LN 23/04), señaló su titular, Dominique Strauss-Kahn.
Al mismo tiempo, un informe de este organismo sostie-
ne que “la actividad económica de la Argentina caerá 1.5% este
año” (LN 23/04). La reflexión del diario Clarín al publi-
car idéntica noticia era lapidaria: “con lo cual [la Argentina]
integrará el club de 65% de los países del planeta que se encuen-
tran recesión” (C 23/04).
Al día siguiente, se dan a conocer los datos oficiales
para la industria: caída en marzo del 0.4% en relación al
mes anterior. Al publicar la noticia, Clarín se apura en
comparar los datos “oficiales” con los “reales”. Estos úl-
timos, provenientes de consultoras privadas como FIEL
(usina de estadísticas y planes económicos de los gobier-
nos de Menem y De La Rúa), señalan que “la caída de la
producción industrial fue de 8.9% en marzo y de 13.1% en el tri-
mestre, en comparación con igual periodo en 2008” (C 24/4). La
construcción es grotesca. Además de poner a los datos
privados como los “reales”, en la contraposición estadís-
tica se juega con la distracción del lector: en el primer ca-
so, se compara con el mes anterior, en el segundo, con
igual mes del año pasado. El resultado es obvio: números
distintos, por lo tanto, los números oficiales mienten.
Como vimos, el ataque a la política económica de la
alianza social en el gobierno fue sistemático. Por un lado,
mostrando el mal clima de negocios que muestran tanto
las opiniones de los expertos internacionales como los
datos de las usinas estadísticas y de pensamiento locales.
Por el otro, con respecto al ocultamiento de los índices
reales de pobreza, lo que cobra vital importancia a la
hora de vincularlo con el problema democrático, tal co-
mo veremos a continuación.
La dictadura de los ignorantes y la democracia
de los sabios
Sobre el final del mes, la presidenta Cristina Fernández
señalaba en un discurso que “El 28 no sólo está en juego la
posibilidad de seguir con este modelo y este proyecto, también están
en juego la estabilidad y la calidad democrática”. Para ejemplifi-
car, se refería pormenorizadamente a lo ocurrido en un
programa televisivo a cargo de Mariano Grondona en el
cual, con Hugo Biolcati –titular de la SRA– como invita-
do, ambos dejaban planteada la posibilidad de que, tras el
acto eleccionario, se consiga la desestabilización del go-
bierno mediante la renuncia de la Presidenta y su reem-
plazo por el actual vicepresidente opositor Julio Cobos:
“Grondona dice que en realidad a este gobierno pueden no quedarle
dos años y medio, no llegar a 2011, porque hay un 28 de junio y
hay un vicepresidente; son 20 segundos imperdibles (…). Se sugiere
que va a haber cambios institucionales después del 28 de junio, lo
dice un señor periodista y lo dice además el señor titular de la So-
ciedad Rural (…). En estas últimas horas ha habido ciertos co-
mentarios en cierta prensa y ciertos dirigentes de la oposición acerca
de afirmaciones del ex presidente en la necesidad de contar con ma-
yoría en el Parlamento para poder gobernar. No sé por qué viene el
fastidio frente a lo que más que una valoración es una descripción
(…). Todas las leyes que transformaron la vida de los argentinos
MAYO DE 2009
28 El terrorismo de los números y de las palabras
fueron votadas en contra, puntillosamente, por la oposición” (LN
30/04).
Sin embargo, no es tan sencillo crear un clima desesta-
bilizador. Ya vimos cómo se lo intenta en el terreno eco-
nómico. Pero, en el plano político, resulta más difícil.
Hace falta encontrar argumentos muy sólidos para con-
vencer, sobre todo a las capas medias, de que al menos
miren para otro lado. Cuenta para ello con antecedentes
históricos no tan lejanos.
En el mes de abril, esta construcción estuvo, cuando
no, a cargo de la infatigable pluma de Mariano Grondo-
na. En su columna dominical del diario La Nación, y a
propósito de la reflexión sobre la muerte de Alfonsín
con el consecuente intento de capitalización de su figura
y de su trayectoria, el ideólogo señalaba: “La restauración
de 1983 sigue inconclusa porque a lo que llamamos simplemente
‘democracia’ aún le falta su segundo elemento esencial, eso que lla-
mamos ‘república’.
“(…) La inmensa manifestación que acompañó a Alfonsín a
su última morada lo hizo en respetuoso silencio. No se escucharon
en ella gritos ni improperios. Su recatada actitud portaba, sin em-
bargo, un mensaje elocuente: los argentinos no queremos solamente
la democracia sino también la república. Este es el mensaje que el
Poder Ejecutivo, si puso sus oídos contra el suelo, hubo de escuchar.
“Si el Gobierno sigue pretendiendo como hasta ahora la suma
del poder en singular, si sigue sin dialogar con quienes no piensan
como él, habrá desoído el elocuente silencio de la ciudadanía en esta
semana particular. Parafraseando al propio Alfonsín, el último
mensaje de moderación, pluralismo y honestidad que nos legó po-
dría reflejarse entonces en una de sus frases preferidas: ‘Ahora, la
república’.
“El Gobierno está invitado, pues, a rectificar su interpretación
autoritaria de la democracia. Ojalá lo intente él mismo porque, en
caso contrario, la tarea urgente y esencial de completar la democra-
cia republicana que aún nos debemos quedará a cargo, ya sea en
2009 o en 2011, del poskirchnerismo. Será sólo entonces, en tal
caso, que la democracia reclamará la compañía de la república co-
mo una hermana que al fin encuentra a la querida hermana que se
le había extraviado” (LN 05/04).
El mensaje es contundente. Esta democracia está in-
completa. O el gobierno cambia de rumbo, u otros debe-
rán completar el inevitable ciclo. Pero. para generar con-
senso al respecto, aún falta construir la ilegitimidad del
acto eleccionario, previendo un triunfo oficialista. Y en-
tonces fue cuando apareció el fantasma del fraude.
Una semana después de la columna citada, Grondona
avanza en su bajada ideológica: “El fraude desnaturaliza a la
democracia porque anula su fundamento filosófico: la soberanía po-
pular.
“(…) al manipular reiteradamente las reglas destinadas a pre-
sidir el pronunciamiento popular del 28 de junio, el ex presidente
‘en ejercicio’ Néstor Kirchner, ¿no está cometiendo fraude? Su
‘fraude’, si lo hay, se da en todo caso en frenéticas etapas. Empezó
por adelantar en cuatro meses la fecha de las elecciones (…); deci-
dió completar el despojo que ya sufre el campo con las retenciones a
la soja no sólo negándoselas a los productores, sino también atribu-
yéndoles el 30 por ciento de ellas a los intendentes y los gobernado-
res, que se vieron ante la necesidad de aceptar este inesperado ‘rega-
lo’ so pena de quedar desfinanciados (…); sumó a los gobernadores
e intendentes que todavía son leales a sus propias listas de candida-
tos a senadores y diputados, dejando saber además que esos candi-
datos no ocuparán las bancas para las que sean posiblemente elegi-
dos.
“(…) No estamos simplemente ante una, dos o tres violaciones
del espíritu democrático sino más bien ante una ‘seguidilla’ poten-
cial de futuras violaciones que el presidente en ejercicio aún esconde
en su galera. ‘Todo Vale’.
“(…) Si la democracia no consiste en el derecho del pueblo de
elegir entre dos o más candidatos, deja de ser. Y esto es lo que en el
fondo se está proponiendo Kirchner a apostar a todo o nada de cara
al 28 de junio.
“(…) Lo que se propone Kirchner, tras las huellas de Chávez,
es en definitiva reemplazar la democracia representativa por una
autocracia plebiscitaria negadora de la democracia” (LN 12/04).
Por lo tanto, el fraude ya está dado de antemano. No
importa el acto eleccionario en sí. El fundamento pro-
fundo del argumento está en que no se votan proyectos,
ideas, sino personas. Es la esencia del pensamiento libe-
ral: las partes antes que el todo, el individuo antes que la
sociedad. Por ello, el editorial de La Nación, unos días
más tarde, se permite jugar con este argumento, en un
intento por desnaturalizar el sentido de las candidaturas
de los máximos referentes territoriales dentro un único
proyecto: “No menos insólito resulta escuchar a un intendente de
un partido bonaerense anunciar que será candidato a concejal de su
distrito con el fin de defender el proyecto del gobierno nacional.
Hasta ahora, podía y debía suponerse que las cuestiones que se de-
baten en una elección de ediles eran típicamente locales. En adelan-
te, alguien pretende hacerle creer equivocadamente al electorado que
en cualquier simple elección de concejales estará en juego la política
de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es ése un reflejo
del grado en que se ha desvirtuado la concepción del federalismo y
del pobre nivel de cultura cívica de nuestra dirigencia política” (LN
14/04).
Y con la idea del fraude lanzada al ruedo, la oposición
política anunció públicamente su intención de acordar la
fiscalización conjunta en las elecciones de junio. Se hicie-
ron presentes en el acto dirigentes de la UCR, la Coali-
ción Cívica, el Pro, el Socialismo, el Frejuli, Recrear y del
Partido Demócrata Progresista. “Necesitamos 100.000 fisca-
les por partido en todo el país, si no, no tenemos garantizada la
elección” (LN 16/04), explicaba el diputado Esteban Bull-
rich, de Recrear. Pero, además, se propuso en el mitin
impulsar la figura de un fiscal general de la República,
que no pertenezca a ningún partido político. El hombre
elegido fue, nada menos, que el rabino Sergio Bergman,
férreo opositor al gobierno nacional.
Tres días más tarde, el argumento del fraude cobra un
nuevo giro. Está en riesgo la democracia, y la principal
causa es el “analfabetismo cívico” de gran parte de la
población. El editorial del diario de los Mitre explica:
“Mas allá de las transgresiones legales, hay otro aspecto aberrante
de estas candidaturas-estafa. Esa perversidad procede de que se las
imaginó como un modo de aprovechar la falta de ilustración cívica
de un sector muy amplio de la ciudadanía.
MAYO DE 2009
 Empezar a jugar ante la crisis
“(…) Para que las candidaturas que se están pergeñando ten-
gan el atractivo que sus autores les adjudican es indispensable que
el público no advierta que su voto será inútil. Y ese público existe.
Es para el cual fue concebida esta defraudación. Porque la hipótesis
central sobre la que se asienta este plan electoral es que existe una
parte de la población que ignora los datos básicos de los comicios.
Son argentinos que han quedado tan al margen de los beneficios del
sistema público que exhiben un desinterés total por la política. Mu-
chos de ellos no tienen siquiera la posibilidad de informarse para
saber qué es lo que estarán votando el 28 de junio.
“(…) Es decir, se trata de una forma de acceso y conservación
del poder para la cual la ignorancia, que en la gran mayoría de los
casos deriva de la pobreza, es un activo, una ventaja a ser explota-
da. Es de lamentar, pero hay infinidad de bonaerenses que estarán
votando a Scioli con la convicción de que Scioli será puesto en un
nuevo cargo desde el cual, suponen, los beneficiará de alguna mane-
ra.
“(…) No es casual que la postulación de Scioli y de varios in-
tendentes del PJ a cargos legislativos haya sido dedicada al conur-
bano bonaerense, que es una de las zonas del país más castigada
por la marginalidad y el déficit educativo.
“(…) Las falsas ‘candidaturas testimoniales’ no son más que
un desgarrador testimonio de la pobreza estructural, el analfabe-
tismo cívico, el clientelismo político y, por si todo esto fuera poco, del
nepotismo” (LN 19/04).
El argumento no tiene grietas. La democracia está en
peligro. El fraude está dado de antemano. Y la causa de
esto es que los pobres votan sin saber lo que votan. Es el
fantasma del hecho democrático maldito que se le apare-
ce, a la tradicional oligarquía nacional, en repetidas se-
cuencias de nuestra historia. La desesperación llega al
grotesco de tratar a los votantes del oficialismo de anal-
fabetos. E inclusive de señalar que, como son pobres, no
saben que un cargo de gobernador de la provincia más
importante en términos económicos del país es más tras-
cendente que una diputación nacional.
Casualmente el mismo día de publicado el citado edi-
torial, en su columna dominical, Mariano Grondona es-
grimía similares argumentos, apelando casi en forma des-
esperada a las capas medias, quizás como síntoma de que
éstas ya no están tan convencidas de las ideas que la pa-
tronal terrateniente y los medios masivos de comunica-
ción les habían inculcado hace apenas un año. Señala el
ideólogo: “Ahora que los regímenes militares han desaparecido,
¿quiere decir que hemos instalado definitivamente la democracia?
El analista político Michael Signer se permite dudarlo. En su re-
ciente libro El Demagogo. La lucha por salvar la democracia de
sus peores, Signer sostiene que la democracia tiene dos clases de
enemigos: unos son sus enemigos ‘externos’, como fueron entre noso-
tros los golpes militares, y otros son sus enemigos ‘internos’, porque
nacen dentro de ella. A la cabeza de estos enemigos internos, Signer
coloca a los demagogos.
“(...) No existe tal cosa entonces como una ‘democracia segura’.
La democracia es vulnerable a la demagogia que ella misma puede
engendrar como nuestro organismo es capaz de generar tejidos can-
cerosos. A la vista de lo ocurre hoy en el mundo, las nuevas demo-
cracias que no tienen todavía una larga experiencia son las más
expuestas a esta amenaza latente. Esto es particularmente cierto
29
tanto en la Rusia de Putin como en América latina, donde países
como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Honduras y la
Argentina están sufriendo los ataques de los demagogos sin haber
llegado todavía a padecer la tiranía aunque ella, como la Cuba de
los Castro lo demuestra, es la meta final de los demagogos.
“(...) El ascenso de los demagogos hasta la cima del poder no es
de todos modos instantáneo. Como su clave es engañar al pueblo, su
ruta es tortuosa. Chávez lleva ya diez años de poder. Kirchner lleva
sólo seis.
“(...) En la medida que esas dificultades más importantes se
dan entre nosotros, podrían provenir de que el pueblo argentino con-
tiene una mayor proporción de clase media que el pueblo venezola-
no.
“(...) Aquí viene a cuento una observación de Signer cuando
anota que la suerte de los demagogos depende de que en el pueblo
prevalezca, como en las naciones desarrolladas, la clase media, en-
tendiendo como tal a aquella cuyo nivel económico y educativo es su-
ficiente como para desenmascarar a los demagogos.
“(...) Nuestro problema es que a estos efectos no tenemos un solo
pueblo sino dos, uno humilde por sus escasos ingresos y su insufi-
ciente nivel de educación, que habita sobre todo en el segundo cordón
del Gran Buenos Aires y en algunas provincias norteñas como el
dramático Chaco, y el otro expresivo de la clase media que habita
en la Capital Federal, el primer cordón del conurbano y el interior
de la provincia de Buenos Aires, en las ciudades de Rosario, Cór-
doba, Mendoza, Mar del Plata, La Plata y otras, y en áreas pre-
dominantemente rurales como, por ejemplo, el sur de Santa Fe.
“Por eso, Kirchner se concentra, casi desesperadamente, en el co-
nurbano.” (LN 19/04).
El problema son los pobres, a quienes las capas me-
dias deben salvar de su ignorancia. Tenemos dos pue-
blos, dice Grondona. Uno capaz, económicamente satis-
fecho, culto, preocupado por el bien común, por eso
sabe votar. Otro pobre, inculto, analfabeto y despreocu-
pado de la política, por ello no sabe lo que vota.
Y una semana más tarde, insistirá Grondona en su co-
lumna oportunamente titulada “Somos dos pueblos dentro de
una sola nación”: “Cloacas a cielo abierto en los suburbios y pocas
clases mal dictadas en las escuelas: he aquí la clave electoral del po-
pulismo.
“(…) En grandes ciudades como la Capital Federal, Rosario,
Córdoba y Mendoza, así como en distritos rurales de vanguardia,
como los de Santa Fe y Córdoba, y tanto en el ‘primer cordón’ del
conurbano como en el interior rural de la provincia de Buenos Ai-
res, Kirchner retrocede y las dos conjunciones opositoras del ‘panra-
dicalismo’ (Carrió, Alfonsín, los socialistas y Cobos incluidos) y
del peronismo ‘disidente’ o ‘federal’ avanzan. Pero en las zonas
más pobres y dependientes del ‘segundo cordón’ y en las provincias
peor administradas, con el Chaco de los esposos Capitanich, donde
impera el dengue, a la cabeza, el kirchnerismo resiste.
“(…) En el Gran Buenos Aires se localizará por ello el centro
de gravedad de la batalla, ya que el kirchnerismo podría perder en
junio de dos modos. Uno, mínimo y probable, sería quedar sin el
control de una o ambas Cámaras en el Congreso. El otro, máximo
y menos probable, sería que las avanzadas de la oposición pudieran
penetrar incluso en la ciudadela ultraprotegida del Gran Buenos
Aires. Si éste fuera el caso, la suerte del kirchnerismo quedaría se-
llada. Si no lo fuera, aun así habría que ver cómo se las arreglaría
MAYO DE 2009
30 El terrorismo de los números y de las palabras
el kirchnerismo, acostumbrado como está a embestir frontalmente a
todos sus adversarios a la vez, para dialogar y negociar en el Con-
greso, con su ‘caja’ disminuida y en medio de una nueva situación
política en sí misma pluralista.
“Como lo ha observado el analista político Michael Singer en el
libro Demagogo, que citábamos la semana pasada en esta columna,
el problema de los caudillos que quieren quedarse con todo a partir
de una elección en sí misma democrática es que no se detienen en re-
clamar un poder amplísimo desde que son elegidos, sino que evolu-
cionan a la velocidad que les permiten las débiles instituciones que
los rodean, hacia una dictadura que finalmente incluye la persecu-
ción de sus opositores.
“(…) Esperemos que una adecuada política preventiva de parte
de todos aquellos que aprecian la república democrática y están dis-
puestos a defenderla llegue a tiempo para detener y revertir los abu-
sos autoritarios a los que se hallan expuestos los países latinoame-
ricanos amenazados por el populismo. Entre ellos, el nuestro.”
(LN 26/04).
El argumento se cierra. El fraude previsto implica ac-
ciones preventivas. Gane o pierda el oficialismo, no hay
salida posible. Se marcha hacia una dictadura. Salvar la
democracia, completarla con la república, implica actuar
con el “mal menor”.
Es por ello que el columnista del mundo empresarial
en el diario La Nación, Jorge Oviedo, señalaba prome-
diando el mes lo siguiente: “Parece increíble, pero a medida
que se acerca la elección de medio término para la etapa a cargo de
Cristina en el gobierno del matrimonio Kirchner, la peor opción pa-
ra el comportamiento de los mercados pareciera ser un triunfo del
oficialismo” (LN 17/04). Paradójicamente, lo que es malo
para los pobres y los trabajadores porque los mantiene
en el analfabetismo cívico oprimiéndolos económica-
mente, también es malo para los empresarios. Desapare-
cen los intereses, desaparecen las clases, desaparece el
enfrentamiento entre “dos modelos”.
Y continúa el periodista empresarial: “Pero hay quienes
observan que una derrota de Néstor y Cristina podría precipitar un
alejamiento del matrimonio, que dejaría la presidencia en manos de
un tal vez muy condicionado Julio Cobos” (LN 17/04).
El terreno del recambio, al menos en las ideas, está
preparado. Falta ver si dichas ideas germinan en las con-
ciencias de las explícitamente convocadas “capas me-
dias”.
Casi al final de mes, La Nación reproduce una nota de
la publicación británica The Economist, en la que se
anuncia que “Una derrota dura de los candidatos del Frente pa-
ra la Victoria y de sus aliados podría bien precipitar el final del
poder del matrimonio presidencial, aumentaría el riesgo de que la
Presidenta no terminara su mandato y presagiaría una transición
política agitada” (LN 25/04).
El risueño intercambio entre Biolcati y Grondona en
la pantalla chica, al que haría mención la Presidenta unos
días después, tal como citamos más arriba, había sido
precedido, como vimos, por una batería de ideas deses-
tabilizadoras.
En otro significativo ejemplo, el responsable editorial
del diario La Nación, José Claudio Escribano, reflexio-
nando sobre la muerte de Alfonsín, se permitía explorar
en nuestra historia de la siguiente manera: “(...) Había es-
cuchado el nombre de Raúl Alfonsín, por primera vez, de boca de
Haroldo Foulkes, hermano de su madre, Ana, una espléndida
mujer. Foulkes estaba casado con María Roldán, luchadora radi-
cal durante la dictadura de Perón, la de la primera parte de
los años 50” (LN 01/04).
Como para ir acostumbrándose, nuevamente, a que a
un gobierno electo democráticamente por el voto popu-
lar, se lo denomine “dictadura”.
Como vemos, también con los números y las palabras
se puede hacer terrorismo.
MAYO DE 2009