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La Fianza

Es el contrato por el cual una persona llamada


fiador contrae el compromiso de pagarle al
acreedor si el deudor, llamado deudor
principal, no cumple.

En ocasiones, la palabra fianza designa una


suma de dinero o algunos títulos que una
persona, generalmente un administrador, debe
depositar, al entrar en funciones, como
garantía de su gestión. Otro caso es la fianza
real, una pignoración o una hipoteca sobre los
bienes de una persona para garantizar las
deudas ajenas. También se cita la licenciatura
del derecho intelectual, aunque tiene un
carácter personal (autor), sus efectos, en
razón de que puede ser ejecutada sobre los
derechos que genera el derecho mencionado y
sobre el vínculo, se podría llamar una
garantía mixta. Por esta razón no llamaremos a
la fianza para ser señalada como aplicación
única a una sola situación, nos limitaremos a
la fianza como seguridad personal, debiendo

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señalar que, aun cuando designa una garantía
personal, el vocablo fianza puede tener una
aceptación más o menos amplia según que
designe el conjunto de la operación de
garantizar al acreedor o la garantía en sí
misma de la cual se beneficia el acreedor o
bien el contrato de fianza celebrado por el
acreedor y el fiador, contrato que origina
directamente la garantía.

Fianza Voluntaria, Legal o Judicial

Debemos señalar que se distinguen tres


categorías de fiadores:

A) Voluntarios,
B) Legales, y
C) Judiciales.

Sobre esto debemos agregar que no se debe


pensar que la fianza es susceptible de
concretarse al margen de la voluntad del
fiador y el acreedor. Pueden ser necesarias

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tres operaciones sucesivas para concretar una
fianza:
1) Un contrato entre el acreedor y el
deudor; el acreedor exige un fiador y el
deudor acepta presentarle uno.

2) Un mandato o gestión de negocios ajenos;


el deudor da mandato al fiador, pero tal
mandato no es indispensable. En efecto,
el fiador puede comprometerse
válidamente sin saberlo el deudor, razón
por la cual existiría entonces una
gestión de negocios ajenos y no un
mandato;

3) Un contrato celebrado entre el acreedor


y el fiador, en virtud del cual el
último se obliga a pagar si el deudor
principal no lo hace.

Mientras que la fianza voluntaria comprende


estas tres operaciones, en la fianza legal o
judicial el compromiso de procurar un fiador
es sustituir por la orden de la ley o la

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justicia. Por ejemplo, el tribunal puede
condicionar el beneficio de la ejecución
provisional de una sentencia susceptible de
apelación a la prestación de una fianza.

La fianza, sea voluntaria, legal o judicial,


implica las mismas obligaciones para el
fiador. El hecho de que el deudor consienta o
no un fiador, implica diferencia entre los
diferentes tipos de fianza.

Fianza Simple y Fianza Solidaria

Movido por un criterio de humanidad, el


legislador ha intentado suavizar la suerte de
los fiadores, pero en la práctica para
satisfacer las necesidades del crédito, se ha
esforzado por obtener de los fiadores la
renuncia a las ventajas que les eran
concedidas por la ley.

El derecho romano conoció esta doble evolución


en su origen; en tal sentido el fiador fue
considerado como un codeudor solidario,

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obligado igual que el deudor principal. Más
adelante se dedujo el carácter accesorio del
compromiso del fiador, se le reconoció a este
el beneficio de excusión, que obliga al
acreedor a perseguir en primer término al
deudor principal y el beneficio de división
que, en caso de pluralidad de fiadores, le
obliga a dividir las persecuciones judiciales
entre los cofiadores.

El antiguo derecho francés abandonó por


influencia de los textos romanos el rigor para
con el fiador, adoptó el beneficio de excusión
y el de división, pero en la práctica, exigía
siempre la renuncia a estos beneficios por
parte del fiador.

El Código Civil ha mantenido el carácter


accesorio del compromiso del fiador y los
beneficios de excusión y de división. Pero en
la práctica moderna se obtiene la renuncia del
fiador a los beneficios legales, ya sea
haciendo que consienta en una renuncia
directa, ya sea, con mayor frecuencia,

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imponiéndole que se obligue como fiador
solidario. En la actualidad, tal como resulta
de los textos del Código Civil, la llamada
fianza simple solo funciona en el caso de
fianza legal o judicial; esto así porque en la
fianza convencional el acreedor exige siempre
una fianza solidaria, garantía mucho más
ventajosa que la fianza simple.

Sobre las diferencias entre la fianza simple y


la solidaria se refieren eventualmente a los
efectos de la garantía.

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