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TABLA

DE CONTENIDO

I.- INTRODUCCIÓN, OBERTURA, PROEMIO, EXORDIO,


PREFACIO, INTROITO, PRÓLOGO, APERTURA, PREÁMBULO,
PRELUDIO O LO QUE SEA

II.- UNA BREVE HISTORIA DE ¡TAMBIÉN! TU VIDA

III.-OTRA DESCONOCIDA HISTORIA SOBRE TI

IV.- DE CÓMO PUEDE FUNCIONAR UNA PERSONA


EXTRAORDINARIA

V.- ¿NO SOMOS PERFECTOS?

VI.- JUSTIFICACIÓN DE LA JUSTIFICACIÓN

VII.- LA MISIÓN

VIII.- SOBRE REVOLUCIONES Y SOCIALISMOS

IX.- NOTA A FIN DE MEJORAR NUESTRA COMPRENSIÓN DE


NOSOTROS MISMOS

X.- LA PERSONA EXTRAORDINARIA

ANEXO

DATOS DEL AUTOR:









RELATO SOBRE
UNA PERSONA
EXTRAORDINARIA

Eduardo N, Cordoví Hernández

Lawton, La Habana, Cuba. 14 febrero 2017

«Decía Donne que nadie duerme en la carreta que lo conduce de la cárcel al patíbulo, y que, sin
embargo, todos dormimos desde la matriz hasta la sepultura, o no estamos enteramente despiertos.
Una de las misiones de la gran literatura: despertar al hombre que viaja hacia el patíbulo»
Ernesto Sábato
I.- INTRODUCCIÓN, OBERTURA,
PROEMIO, EXORDIO,
PREFACIO, INTROITO,
PRÓLOGO, APERTURA,
PREÁMBULO, PRELUDIO O LO
QUE SEA

Présteme su atención, por favor: mire, no estoy haciendo periodismo, más bien
intento hacer literatura económica pues debo escribir, como mínimo, diez mil
palabras. Aclaro esto para que la primera impresión que dé este título, no
asocie mis propósitos con los de Bárbara Walters, quien publicara en 1970,
Cómo hablar a prácticamente todo el mundo sobre prácticamente nada y, más
tarde, recibiera dos premios Emmy (1975 y 1983). No creo que ella se
propusiera ganar premios, tan solo los disfrutó como los disfrutaríamos; usted,
o yo; si nos los dieran. Pero estoy habituado a que no me los otorguen, sobre
todo desde que la Academia Sueca se vio obligada a no concederme el Nobel
de Literatura del 2003, según lo confirma un despacho de prensa de la agencia
EFE del dos de agosto de ese año, según ya denuncié en mi obra, Titule esta
novela (publicada gratis en Freeditorial.com durante casi tres años hasta que
me la retiré en 2020) y, en la cual, también, narro la vida de ¡otra! persona
extraordinaria (basándome en hechos reales). Lea esa novela y hágase un
favor. Tal cable nunca fue publicado porque un hacker logró hacerse de él y
enviármelo. Se trata de Kevin Mitnick, alias El Cóndor, cliente ocasional de
un primo mío quien, a su vez, era expendedor de cannabis en Miami antes de
ser, con injusticia, encarcelado en Coral Gable. Hablar en términos absolutos
puede parecer pretencioso. De la misma forma, este título tiende, de manera
asintótica, hacia los predios del ensayo, pero sólo eso. En realidad, el relato
que emparenta con el ensayo no es un invento mío como, tampoco, es
propiedad exclusiva de quienes han incursionado en semejante engendro.
Quizás, alguien piense que pretender un relato que bosqueje, con simplicidad,
la totalidad, aunque parcial, concerniente al interés humano, sea un exceso, un
reto o un descaro. La dignidad de nuestro género, a pesar de tamaño
pensamiento, (para quienes, por ciertas razones, oportunidades y hasta por
suerte, han vislumbrado qué fue aquello que Jesús no le dijo a Pilatos cuando,
éste, le preguntó: ¿Cuál es la verdad?) resulta primordial y sencilla, pudiendo
ser objeto de aplicación, también, a la literatura. Y si estamos, aquí, realizando
este relato; yo en su pasado y, usted, en mi futuro, no es por ningún disparate
casual en la concatenación de los eventos universales. En definitiva: esta
persona fuera de serie, quien ha pasado su vida, hasta ahora, alejada de la
publicidad (por suerte y/o por desgracia) pero que, de algún modo (asunto en
el que quiero intervenir), merecería incluirse entre los diez primeros
pensadores de todos los tiempos (Bueno… quizás no tanto) es una persona
ficticia, pero de la vida real, como anuncié en la reseña, lo cual explicaré más
adelante. Antes de entrar en los detalles, como ya se habrá dado cuenta, se
hacen necesarias unas palabras introductorias. En propiedad, Relato sobre una
persona extraordinaria, iba a titularse, Encuentro con un hombre notable, pero
sonaría mal después que, el llamémosle filósofo, George Ivanovitch Gurdjieff
titulara un libro suyo, Encuentros con hombres notables y podría, quizás, verse
como un acusado signo de parodia dada la ligereza coloquial, rayana en lo
humorista, conque algunos detractores caracterizan mis obras, sobre todo por
como las titulo. He nombrado a Gurdjieff y he sugerido dificultades o
necesidades para titular obras: y me veo obligado a referir hasta errores, sin
ánimo malintencionado, a un libro sobre él: Gurdjieff, el hombre más extraño
de este siglo, de Louis Pawell y Jacques Bergier, el cual debió ser titulado: ...el
hombre más extraño del siglo XX, por razones obvias. Entrando en materia.
Nací el 29 de octubre de 1950, en la ciudad de La Habana. En un día como
ese, pero un año antes (1949), moría Gurdjieff en París. Es un detalle. Otro es
que mi primer libro publicado se titula Bebidas notables, y este adjetivo venía
a sumarse, con particular exactitud, en la lista de eventos sobresalientes que
me hicieron decidirme por emplearlo, a riesgo de acusar pobreza imaginativa,
(hecho que no me ofende) a fin de llamar la atención sobre estas páginas. Este
sugestivo título, que al final escogí, es una invitación para que entre, usted, en
contacto con el significado de persona notable, y aunque no tiene que
convenir conmigo, ni es de mi interés forzar su criterio sobre la notabilidad de
algún ciudadano de este planeta, me resulta grato argumentarle lo siguiente: el
primer hombre notable que, usted, encontrará en este libro ¡Phssss! Soy yo
¡Voy a referirme a varios! De hecho, a todos porque voy a hablar en términos
generales pues, de alguna manera, debo demostrar que las personas
extraordinarias existen y no son producto de mentes afiebradas; pero, de
hecho, la persona extraordinaria de este libro es la persona que ¡Usted! puede
llegar a ser; no yo ni cualquiera otra citada como material de estudio. Ya le
dije que nací un 29 de octubre y ¡eso! es casi suficiente. Recuerde tan sólo que
también en esta fecha, pero en el año 1187, el papa Gregorio VIII proclamó la
tercera cruzada. El rey de Francia Felipe IV, El Hermoso, murió un 29 de
octubre de 1314. Fernando Álvarez de Toledo; general y político español,
conocido como gran duque de Alba, quien sirvió al emperador Carlos V y a
Felipe II; nació en la localidad abulense de Piedrahita otro 29 de octubre, pero
de 1507. Sir Walter Raleigh, quien en el año 1603 fuera acusado de conspirar
contra el rey, fue declarado culpable y sentenciado a muerte; sin embargo,
Jacobo I conmutó la pena capital por la de cadena perpetua, y lo hizo conducir
a la Torre de Londres, donde estuvo encarcelado trece años. Durante este
periodo escribió el primer volumen de su, Historia del mundo, la cual, junto
con otras de sus obras, La última lucha de la venganza (1591), y El
descubrimiento de la Guayana (1596); le proporcionaron un lugar importante
entre los intelectuales isabelinos. En el año 1616, fue liberado para dirigir una
expedición a América, la cual resultó un desastre y en la que murió su propio
hijo, en la Guayana, en busca de El Dorado, mítica ciudad selvática, cuyo
nombre, evidenciaba la abundancia de oro. De vuelta a Inglaterra, el rey
Jacobo I, aconsejado por el embajador español, conde de Gondomar, ordenó
que se cumpliera la sentencia a muerte de 1603; y el 29 de octubre de 1618 fue
decapitado. El único 29 de octubre del año 1914, el imperio otomano de
Turquía entró en la primera guerra mundial. En día semejante, pero del año
1923, se proclamó la república turca. El vigésimo noveno día que tuvo octubre
en el año 1956, Israel invade Egipto… y ya, porque está pareciendo esto una
apología. Y no crea que estas serendipias, las cuales pueden ennoblecer mi
destino, me llenan de vanidad. Si, usted, repasa un poco las efemérides de la
Historia podrá reconocerse como una persona tan distinguida como yo. La
correcta interpretación de estas páginas no estaría garantizada si no les
precediera un acápite decisivo, ¿Cómo decir? Algo así como ciertas
instrucciones para comprenderlas. Las instrucciones son ya lugar común,
basten unos pocos ejemplos que cito en mi libro: La literatura como recurso
para ser (libro que publiqué gratis en Freeditorial.com con el propósito de
evitar enriquecerme y que también retiré en 2020, para ver podía ganar alguna
plata) El inglés Andrew Marvell escribió: Últimas instrucciones a un pintor
(1667), Doris Lessing escribió una novela titulada, Instrucciones para un
descenso al infierno (1971). Los mayores éxitos literarios del francés Georges
Pérec llegaron con, La vida: instrucciones de uso (1987), novela galardonada
con el Premio Médicis. El argentino Julio Cortázar produjo, Un manual de
instrucciones, donde instruye acerca de diversas actividades que cualquiera,
que no fuera un intelectual, hubiera imaginado innecesarias. Y así, no me
quedó otro remedio que poner título a mis instrucciones para leer este texto;
pero el hecho de que tan elocuente, pedagógico y didáctico vocablo no
aparezca en la etiqueta elegida, implica ¡también! una intención. De modo
que; continuando la redacción de mis instrucciones, que no son instrucciones,
sino literatura codificada; paso a los detalles anunciados desde el inicio. ¿Qué
puede ser más interesante, sugestivo o trascendente para un lector, que conocer
los pormenores, circunstancias y referencias de una persona extraordinaria,
sobre todo, si él, puede ser esa persona? ¿Quién no ha soñado, ansiado o
acariciado la idea de ser tal? A las alturas del nivel de información que tiene la
humanidad sobre sí misma ¡todavía! sigue siendo un misterio convertirse en
alguien semejante, lo cual viene a ser como un premio de la vida o el resultado
de una esforzada travesía entre miles y disímiles fracasos; de ahí el éxito de
los libros y las conferencias de autoayuda, la creciente popularidad de
couchings, gurúes, deportistas, personalidades de la farándula y líderes tanto
religiosos como políticos… tan solo, el ejemplo de sus vidas conquista la
admiración de multitudes de fans. Lo primero a deslindar sería: ¿A qué me
refiero cuando digo persona extraordinaria? Como, usted, sabe,
extraordinaria, es un adjetivo el cual, en este caso, está calificando al
sustantivo persona. Tal adjetivo se trata de una palabra compuesta del prefijo
extra, el cual aporta una cantidad notoria de calidad al adjetivo en propiedad:
ordinario y, así, queda extra-ordinario; o lo que es: superior a lo ordinario;
que lo excede y supera. Ahora vamos a analizar al vocablo persona: y aquí
colisionamos con el primer escollo porque, persona, es un estado (o una
categoría) propio de la especie animal Homo sapiens a la cual pertenecemos;
el inconveniente es que, si bien, todas las personas son Homo sapiens ¡No se
cumple a la inversa! debido a que, la inclusión en la clasificación de la
especie, nos viene por herencia natural; pero, la condición de humanidad, que
nos vuelve personas, se efectúa por aprendizaje imitativo; si no ocurre ese
entrenamiento en el momento adecuado (que está desde que nacemos hasta los
tres o cuatro años de edad) el Homo sapiens pierde la capacidad de
humanizarse; baste como argumento como prueba que convoque el recuerdo
de los tristes casos de los niños lobos de La India. La comunicación con el
entorno familiar y con representantes de otras familias, o sea, lo que llamamos
sociedad ¡debía! volvernos personas; me refiero a personas reales, quiero decir
personas de verdad; pero, no es lo que ocurre porque nos volvemos personas
ficticias, sin terminar, del montón, es decir, ordinarias. Por esto, decía más
arriba, es que está es la historia de una persona ficticia, pero de la vida real. La
enorme mayoría de la humanidad está formada por falsas personas, por lo
menos desde el punto de vista escogido aquí no son personas reales, porque las
de verdad son las personas extraordinarias y este relato es, también, la historia
de lo extraordinario que resulta ser una persona extraordinaria. Esto debemos
definirlo porque este tipo de persona maravillosa no encaja bien en los
estándares de valoración manejados para referirnos a los individuos, por lo
común, considerados fuera de serie. De alguna manera, creo fácil de entender
que ser alguien extra-clase es como ser un bicho raro, con toda la negatividad
involucrada en el concepto inherente al vocablo bicho. No sería difícil de
aceptar, en cualquiera de las personas importantes citadas en una lista
arbitraria, que sufren limitaciones: las persiguen sus fans; los periodistas y
hasta algún loco, de vez en cuando, intenta matarlos o termina ejecutándolos;
deben confiar sus fortunas a quienes terminan robándoles y sus relaciones
personales están en la duda de si son basadas en su notoriedad y cuenta de
banco o si se debe a la espontaneidad de la simpatía desprovista de los
intereses adicionales de mejorar a su costa, a costa de la del importante ¡Claro!
Estamos de acuerdo en lo extraordinario de ser millonario, pero debemos
entender algo: no todo quien cuenta su dinero con cifras de siete dígitos son
extraordinarias por algo más fuera de eso. No hay nada malo en ser millonario,
si hubiera algo sospechoso, no lo creo malo sino error y, en tal caso, sería el
proponerse serlo. Porque cuando te propones algo, ya de hecho, situaste tu
mente en el futuro y saliste de la realidad, la cual está en el momento presente.
Esto no significa estar en contra de trazar metas y/o estrategias, sino de
eliminar la tensión, las ansias, de estar en función de… porque te estropean el
disfrute del día a día, del vivir de instante en instante. Lo sorprendente de la
persona que presento es: puede estar, por ejemplo, escribiendo su obra durante
décadas sin conseguir le publiquen. Esto, con las limitantes de trabajar, para
mantenerse él y su familia, en una actividad sin relación con la intelectualidad;
al cabo, cuando consigue insertarse, casi por accidente, en un empleo afín,
comprende que su obra no está acorde con el establishment. Cuando le
publican su primer libro se da cuenta de seguir siendo el mismo y con lo
ganado no resolvió mayor problema económico ni nadie se entera del nuevo
escritor y ni siquiera le publicaron el libro donde ya comienza a descubrir su
posesión de una noticia cardinal para ciertas personas. Lo maravilloso es:
escribe porque no puede evitarlo, sí o sí, como cuando una mujer está de parto;
pero, además, lo disfruta; se siente con un mensaje para ofrecer, con algo para
comunicar y ¡Eso! es importante. Se da cuenta que el tiempo pasa y ¿qué es un
escritor sin lectores? Participa en concursos esperando un golpe de suerte ¡un
día una mención! pero no le publican… otro, la publicación de un poema
dentro de una antología, y ¡Empieza a sentir el desgaste! Hasta ¡Un día!
descubre una editorial donde ¡Al fin! se auto-publica, pero debe financiarse el
costo de la edición; y logra publicar un par de libros a cambio de efectuar el
pago contra sus potenciales ganancias como autor. Se siente mejor, pero no
satisfecho porque no sabe si sus libros se venden y, por otra parte, si se venden
alguien almuerza mientras él ayuna y ¡Eso! no le parece bonito. Así, hasta
descubrir otra nueva editorial donde, también, se puede publicar uno mismo,
pero donde ¡no venden! y comienza a poner todos sus libros gratis en Internet.
Lo prodigioso es que, esta persona, se siente como el árbol al dar sus frutos:
no puede evitarlo y se los da a cualquiera; al quien pasa y a quien se queda un
rato bajo su sombra, al que va para el trabajo y a quien regresa de él; pero,
tampoco, se los niega al rufián de paso ni al caminante ocioso. Y este
conocimiento acerca de estar cumpliendo la misión para la cual fuiste creado,
te hace sentir ¡Muy próximo a tu creador! y no puedes menos que sentir dicha,
porque Él, también, hace llover sobre justos e injustos. Ahora la pregunta es: si
esta individualidad tan peculiar no se forma por los medios naturales
biológicos y si la familia y la sociedad no la producen por el aprendizaje
imitativo ya que no existen suficientes especímenes para darse lugar tal
proceso ¿Cómo pueden surgir, aparecer, formarse tales personas? Y aquí es
donde aparecen los conceptos de las escuelas y los caminos; pero no voy a
analizar esos temas. Nos apartaríamos mucho del argumento principal, aunque
sería interesante. Baste decir: en algún momento de la historia, cuando todavía
las familias poderosas no se habían hecho del suficiente poderío como para
agrupar bajo su control tantos clanes, aldeas, otros grupos familiares a fin de
esclavizarlos o por lo menos vivir mejor a costa de ellos, algunas personas
extraordinarias fundaron sectas secretas donde guardaron, recordaron,
escribieron y protegieron las ideas, procedimientos y conductas que les eran
propias a fin de transmitirlas. Básicamente, algunas de esas ideas son las que
estoy comentando en estas páginas. No puedo decir, y no digo, que sean ideas
mías desde el punto de vista de su origen porque no fui la persona a quien se
les ocurrieron por primera vez en la historia, muchos otros antes que yo las
han difundido; pero las he hecho mías, trato de convertirme en estas ideas, de
vivirlas tal como, usted, podría hacerlo ¡Qué no le dé vergüenza no ser
original! Hay tres fuertes razones para ello: una, mejorará su vida; otra, estará
contribuyendo a que a otros les suceda lo mismo y la otra, que encontrará la
originalidad en el cómo va a comunicarlas, porque cada ser humano tiene una
gradación, un color, un estilo, una forma de manifestarse que lo distingue; y
hallarla y desarrollarla es la razón de existir y, en otras palabras, para lo que
vinimos a vivir.

II.- UNA BREVE HISTORIA DE


¡TAMBIÉN! TU VIDA

Entre nosotros y la realidad existen varios velos que nos limitan apreciarla
dejándonos ¡apenas! un distorsionado remedo, cuando no nos impiden verla en
absoluto. El reconocimiento de lo que llamamos realidad depende de la
sensibilidad y calidad de nuestros sensores para detectarla. El ojo humano solo
capta el espectro luminoso dentro de un rango de vibraciones que están entre
el ultravioleta y el infrarrojo o sea entre las oscilaciones de onda entre 400 y
750 nanómetros, respectivamente; de modo que no puede detectar las
vibraciones del ultravioleta ni ninguna otra menor, tales como rayos X,
gamma, cósmicos, etcétera; ni el infrarrojo ni ninguna otra mayor, tales como
las ondas de radar, de radio y otras. De igual forma, sucede con el espectro
audible: el oído humano solo registra vibraciones sonoras entre los veinte
hertz y los veinte kilohertzios, es sordo para oscilaciones menores que la
primera o mayores que la segunda. Así, las serpientes, por ejemplo, pueden
ver el infrarrojo; por lo que el mundo objetivo para ellas es muy diferente del
que podemos apreciar los humanos o del que logra percibir una abeja, la cual
está capacitada para ver el ultravioleta. Las palomas se orientan por medio del
campo magnético de la Tierra; los delfines, las ballenas, los murciélagos y
algunas otras aves, por la eco-​localización; los ojos de los camaleones, por
otra parte, pivotean sobre ejes diferentes, sería dificilísimo poder explicar,
ópticamente, como aprecia, este reptil, una habitación desde cualquier ángulo
en que se encuentre en ella. Con esto quiero hacer notar que no todos los
inquilinos del planeta vemos, oímos o sentimos lo mismo, o sea no tenemos el
mismo contacto cognoscitivo con la realidad circundante. Aún funcionando
bien nuestros sentidos, nos engañan porque sentimos que la Tierra es plana,
aunque sepamos que es un esferoide desde hace mucho tiempo; y porque,
estando quietos en una silla, nos hacen sentir inmovilidad ¡sin embargo! la
Tierra rota sobre su eje en todo momento y se desplaza, en su órbita alrededor
del sol, a una velocidad de treinta kilómetros por segundo… además de girar,
junto con el sistema solar, alrededor del centro de la Vía Láctea desde la
periferia de uno de sus brazos espirales a una velocidad enorme… Desde otro
punto de vista, aparte de la sensibilidad de nuestros sentidos físicos, tenemos
la distorsión de nuestro nivel de información. Quienes tienen menos
conocimientos, información, cultura; tienen menos acceso a todo y están en
desventaja para comprender el mundo y sus circunstancias de vida, con
respecto a alguien con un mínimo de recursos… bastaría cierta cantidad de
información de geografía o historia, etcétera y/o herramientas intelectuales
como operaciones matemáticas o fórmulas de cálculo de Física para mejorar
su interpretación de lo llamado: realidad. También, nuestros estados de ánimo
pueden hacernos tener ideas sobre los eventos acaecidos en nuestro entorno y
lograr que tomemos decisiones erróneas de las cuales, más tarde, nos podemos
arrepentir. La ira es un estado de locura temporal con el cual podemos
destruirnos y destruir nuestras relaciones interpersonales y hasta objetos
materiales propios y/o ajenos, con toda la trascendencia legal que eso puede
conllevar; tal como estar triste por una situación tan normal como la pérdida
de un ser querido ya sea porque haya muerto o por un divorcio o un largo
viaje, etcétera pueden acarrearnos todos los síntomas de un estado depresivo
agudo, con el cual perdemos la capacidad de tomar decisiones más o menos
responsables y participar de forma activa de la alegría de vivir, al decir de los
franceses. Igual interpretamos la realidad de acuerdo a un esquema aprendido.
Por ejemplo, la noción de arriba y abajo, horizontalidad o verticalidad, etcétera
son relativas a puntos de referencia establecidos de forma arbitraria; tal como
los conceptos de belleza o fealdad, de lo correcto o no, de lo moral o inmoral y
no voy a poner ni un solo ejemplo, pero sí dejar alguna pauta para ver por
dónde vamos: en los años sesenta hacerse tatuajes era asunto de presidiarios y
marineros; pronto será raro ¡Creo ya lo es! encontrar alguien sin uno. Vean
fotos de personas en las playas en los años treinta… y ni qué hablar de ciertas
comidas típicas ¡Actuales! En algunos lugares del planeta o sociedades es
costumbre que una mujer tenga varios esposos. Con esto, la realidad ¡también!
puede ser una cierta hipnosis colectiva, inducida por la civilización, y en la
cual participamos de forma consciente o no. Un mínimo de observación nos
lleva a ver que hemos sido educados desde pequeños para volvernos celosos,
egotistas, vanidosos, desconfiados, mentirosos… Los juegos infantiles si no
fueron diseñados para estimular la competitividad, entiéndase esforzarse en
ganarle a otro, en ser mejor que los demás, al menos ¡eso! es lo que consiguen,
y vemos cómo no solo el juego sino ¡toda la sociedad! conspira y participa de
forma activa para enaltecer, reconocer y retribuir al ganador y señalar de
forma peyorativa, burlesca e/o irónica, a veces no tal velada, a los perdedores.
Esto instala en los niños la siguiente idea: lo pensado por los demás es más
importante que lo pensado por ellos mismos, la idea de actuar en función de
un estereotipo que es el esperado por el resto y, con lo cual, serán aceptados.
Instala, además, algo para invalidar, detener y terminar de borrar la capacidad
creativa. Instala, asimismo, la noción de que ser agresivo es lo correcto y
quienes no piensan como nosotros están equivocados y por tanto debemos
situarlos en el bando contrario, al cual debemos vencer de algún modo o a
todo coste. Desde mucho tiempo son populares los juguetes bélicos o
deportivos, los cuales estacionan los criterios de la separación en bandos
oponentes y que los conflictos se solucionan por medios agresivos como el
enfrentamiento y la lucha. Luego, los medios de difusión hacen lo suyo para
mantener estos hábitos emocionales como reflejos condicionados por medio
de imágenes, slogans, spots musicales… para mantenerte atado a una marca
comercial o para hacerte creer que si consumes aquello que usa o come o toma
el goleador de turno, se te trasladan sus aptitudes… y terminas andando por
ahí en busca de la camiseta con el número de tu ídolo, con lo cual llenas la
vacuidad de ti mismo, gastas dinero en objetos innecesarios o solo útiles como
fijadores de ciertas ideas, o como agentes para reforzar el estado hipnótico
general. Voy a develarte algunos detalles acerca de la hipnosis. Quienes no han
leído lo suficiente sobre el particular piensan que la hipnosis es un sueño
inducido, un artificio, lo cual es cierto, pero no es toda la verdad. Tiene
niveles, gradaciones y puedes andar por la calle y realizar actividades estando
hipnotizado. Tampoco es necesario formar un espectáculo truculento con
péndulos, palabras, ambientes, pases magnéticos con las manos, etcétera,
aunque ¡por supuesto! Tales condiciones pueden ser propicias y
complementarias, pero, también, pueden darse accidentalmente por el entorno.
La persona hipnotizada o a quien se va a hipnotizar suele llamársele sujeto y
quien hipnotiza, agente; pero no siempre el agente es una persona, puede ser
una melodía, una palabra dentro de una frase, un símbolo, un ademán,
etcétera. La hipnosis no es un sueño artificial sino un estado natural del
funcionamiento del cerebro. Lo que solemos conocer como sugestión o
autosugestión es resultado de un estado hipnótico leve. Si, usted, se adiestra a
sí mismo para despertar a cierta hora y llega a despertar antes de que suene la
alarma de su reloj, eso es autosugestión y una manera de auto hipnosis. Igual
cuando algunos practicantes varones realizan ejercicios de bramacharya, es
decir lograr permanecer durante un tiempo en castidad o abstinencia sexual
por motivos religiosos, deportivos, por enfermedad o de otra índole, al
principio suelen tener sueños eróticos en los cuales realizan el acto sexual y
eyaculan al efectuar la penetración despertando incomodados por la pérdida
del licor espermático; ellos logran, con el tiempo, durante el sueño extraer el
miembro de su pareja ilusoria ¡sin despertarse! para evitar el orgasmo y esto
es, también, auto hipnosis. Es muy difícil, para no decir imposible, que un
sujeto quede hipnotizado de inmediato a menos que acepte. A veces el sujeto
dice no querer ser hipnotizado pero el agente lo reconoce como persona
sugestionable y logra hipnotizarlo con facilidad. Pero por lo regular debe
haber algunas entrevistas previas para crear lo que se conoce como raport, o
una cierta química de simpatía, un clima de confianza, interpretado, también,
como una forma de entrega o sumisión o esclavitud la cual, en muchos casos,
establece el trance hipnótico sin intervención del agente, basta que el sujeto lo
vea a distancia para que ocurra. A un sujeto en estado hipnótico el agente
puede ordenarle, por ejemplo, tocarse la oreja derecha con la mano izquierda
cada vez que, el agente, saque su pañuelo o pronuncie una palabra cualquiera
que funcione como comando. Si le pide antes que despierte que no recuerde el
mandato al volver al estado de vigilia no sabrá que pasó, y cada vez que
escuche la palabra de comando para tocarse la oreja, lo hará y, semejante
orden o similar, se ha reportado que puede permanecer efectiva hasta por poco
más de un año. Muchas alergias raras, malestares recurrentes no bien
explicados, achaques, etcétera se ha comprobado que pueden tener génesis en
lo que alguna persona que recién sale del periodo de recuperación de anestesia
luego de una intervención quirúrgica, y que se encuentra en ese limbo
(semejante al trance hipnótico) entre dormida y medio despierta pero dolorida
e incómoda, escucha cualquier conversación trivial de personal médico o
asistentes y, en medio de ese susurro, capta una palabra cualquiera, digamos
tijeras, y la asocia con su experiencia actual; tiempo después ya de alta y
recuperada su salud, un día cualquiera alguien dice; tijeras y basta para
desencadenar la evocación de aquellos síntomas postoperatorios. Algo similar
puede ocurrir con niños, los niños son altamente sugestionables, en estados
febril por cualquier catarro pueden reproducir ese estado de limbo, la frontera
del sueño y la vigilia, y que los adultos les hablen o le canten al oído puede ser
contraproducente, hay que tener cuidado con el valor de las palabras que se
dicen en tales casos y que no sean para evidencia amor o despertarlo para su
alimento. Al infante le basta en ese estado, para sentirse seguro y atendido con
amor, el calor corporal y las caricias de la persona que lo atiende. No se
requieren dotes excepcionales para hipnotizar. La hipnosis es más una
capacidad o predisposición del sujeto hipnotizado que una destreza o poder del
agente hipnotizador este a lo sumo lo más que hace es crear o propiciar las
condiciones para que el sujeto desarrolle su innata sugestividad. Hay
individuos más sugestionables que otros tal como los hay más altos o más
inteligentes pero todas las personas son más o menos accesibles a la hipnosis y
de hecho el estado hipnótico es un estado natural de los procesos psicológicos
y alguien en una ceremonia o ritual religioso, político o artístico provisto de
vigorosos elementos de sugestión puede caer en trance sin intermedio directo
otra persona. Luego de conocer la existencia de algo que se llama
manipulación, ingeniería social, técnicas de control mental, marketing y un
largo etcétera, así como la presencia de otros tantos interesados en utilizarlas
para su beneficio, y me refiero a consorcios comerciales para vender más, para
que comamos más y compremos más comida de la necesaria; o los grupos de
poder a fin de movilizar a multitudes para votar por tal o más cuál partido
político o para evidenciar demostraciones de apoyo ficticio o dirigir campañas
guerreristas, en fin… todo eso que puede ser teorías conspirativas y simples
teorías de chachareo, paranoia o lo que sea, pero que existen muchas razones
para que sean, al menos, potencialmente ciertas; emprender la tarea de marcar
la diferencia y comenzar a dar los primeros pasos en convertirnos en una
persona extraordinaria, nos brinda la promesa de quedar libres de eso. Y si
bien es cierto que la libertad no es tan lo que la mayoría piensa repito ¡al
menos! tenemos la opción de escoger ser esclavos de las fuerzas de la
naturaleza las cuales entrelazan en armonía a las positivas, las negativas y las
neutras. Hasta aquí, una breve historia de lo que, también, es tu vida.





III.-OTRA DESCONOCIDA
HISTORIA SOBRE TI

Sería imposible escribir con seriedad sobre cualquier individuo, sea o no


extraordinario, sin tomar en cuenta aspectos tan importantes y constantes de su
vida, como lo son el sexo y el amor. En realidad, no sé ni cómo voy a escribir
este capítulo ¡No por falta de datos! Sino porque he escrito ya sobre el tema en
mi libro, Reflexiones de un filósofo de barrio, y tendría que repetirme o
comenzar a copiar fragmentos de esa obra en esta; de modo que lo primero
que voy a hacer es sugerirte lo descargues gratis en Freeditorial.com ¡No
tienes que leerlo todo! Busca, en la tabla de contenido, los capítulos con
referencias sobre el amor, los celos, el sexo, te recomiendo en especial, en esa
obra, uno sobre autoestima y otro sobre egoísmo los cuales son
manifestaciones particulares de amor hacia uno mismo y que no se parecen en
nada a cualquier cosa que ya hayas oído en otro lugar. De nuevo repito:
Estamos repletos de creencias falsas sobre nosotros mismos y es por ello que,
nuestra vida, no puede ser más eficiente o placentera. Una de tales es aquella
acerca de la proximidad de contenido o estrecha relación entre el sexo y el
amor, al punto de ser lugar común denominar a la realización del acto sexual,
cópula, coito y otros sinónimos menos distinguidos, con la frase hacer el
amor. No vengo a proponer otra frase tan diplomática, social o civilizada como
esta para dejar de llamarle así; sino comprender su desacierto porque, darnos
cuenta de tal, contribuirá a formarnos una idea clara sobre el origen de lo que
llamamos nuestros descalabros, sufrimientos y fracasos en la vida. Entiendo
que mucha gente no lo acepte o esté en total desacuerdo, pero ya he dicho en
algún otro sitio que escribo este libro para unos pocos quienes podrán
comprenderlo; no estoy aquí para hacer una revolución social ni para intentar
cambiar el mundo de todos, en todo caso ¡El mío! y el de tres o cuatro más por
el aquello de compartir para no sentirme ególatra, egotista o egocéntrico. Así
que, aquí vamos. Sexo, es una cosa; amor, otra bien distinta. Cada una es
importante y trascendente, pero mezclarlas es un error y, por tanto, conlleva un
precio de dolor el cual nadie estaría dispuesto a pagar de antemano pero que,
de saberlo tan solo, lo sufriría igual ¿Motivo? por desconocimiento pues no se
trata de saber sino de comprender. Debo hacer un aparte para explicar el
concepto de comprender, el cual muy poca gente conoce. Puedes saber algo y
no comprenderlo. Saber algo no te moviliza para tomar decisiones, la
comprensión sí. Todos saben que fumar, beber alcohol, consumir azúcar
refinada o no comer bastantes vegetales o ser promiscuo daña la salud, por lo
menos, es suficientemente peligroso, sin embargo, muchísimas personas lo
hacen. Comprender significa: estar de acuerdo y darse cuenta de algo, (en este
orden y no a la inversa). Algo que debes llegar a saber primero y comprender
más tarde, es que todo, todo, todo lo que llega a objetivarse, alcanzando la
gracia de existir merece respeto, si no logras comprenderlo acéptalo de
momento como un misterio porque tampoco vas a poder comprender todo por
muchas razones obvias o no. Esta es una característica notable de la persona
extraordinaria que aquí trato. Tienes tres cuerpos, no solo uno; más adelante
volveré sobre este tema. Tales cuerpos son el físico, el mental y el emocional.
Sabes algo con el cuerpo mental, pero solo comprendes cuando lo sabes con
los tres al unísono. Si algo te gusta mucho pero no emprendes la ejecución de
acciones para conseguirlo, el cuerpo emocional dice: Sí, pero el mental se
resiste. Cuando te enfrentas con un conocimiento o circunstancia y dices
¡Guao! o ¡Upa! o expresas cualquiera de esas palabras que la gramática
nombra interjecciones y, a la vez, saltas o levantas los brazos o das con el
puño cerrado contra tu palma abierta, es decir cuando hay movimiento
corporal, puedes decir que has comprendido, o lo que es lo mismo: te diste
cuenta y estás de acuerdo con tus tres cuerpos, cerebros o centros (Son formas
de decir). Otra cosa, no tienes que comprenderlo todo; para comprender algo
una parte de eso, que es objeto de atención, debe estar callado en ti para que
vibre en resonancia con aquello. En otras palabras, si no comprendes algo
ahora lo comprenderás en otro momento o no lo comprenderás nunca; tan
solo, no tiene nada que ver contigo, olvídate de eso y sigue adelante con otro
asunto porque éste, el cual no comprendes, no tiene nada para tí, es para otro.
Y que tal ocurra, es normal. Hemos crecido creyendo que el sexo es algo
indisolublemente ligado al amor. Falso. No tengo necesidad de explicarte lo
siguiente: puedes amar a muchas personas hasta el extremo de hasta dar la
vida por ellas, con quienes ¡Jamás! se te ocurriría tener sexo. De igual forma,
puedes tener sexo (sobre todo si eres varón) ¡de seguro ya lo has tenido! con
personas por quienes no sientes ningún afecto fuera de lo llamado atracción
física, sex appeal o magnetismo animal. No cabe duda, la relación sexual
clasifica en el ámbito de los asuntos de la intimidad personal los cuales son
discretos, incluso secretos, electivos y, si no fuera así, por lo menos no les
concedemos disponibilidad pública. Esto, en gran medida, dignifica al ser
humano ante sí mismo. Con anterioridad dije, acerca de la cierta facilidad para
tener sexo con personas sin amarlas: sobre todo si eres varón, por lo siguiente:
Podemos señalar la aparición de actitudes tales como la promiscuidad del
macho, lo cual no es más que una tendencia instintiva (si no le gusta la
palabra, entonces, use: gobernada) por las capas encefálicas más bajas o
primarias, las cuales nos conectan más con los animales y que, dicho sea de
paso, corresponden a al supuesto mecanismo de selección de la naturaleza para
garantizar la permanencia y reproducción de las especies con la mayor
cantidad de apareamientos posibles. Es por esto que el macho está
produciendo espermatozoides todo el tiempo, los cuales vierte por millones en
cada eyaculación. Este mecanismo, repito, garantiza la mayor cantidad de
apareamientos posibles para asegurar la continuidad de la especie. Nótese que,
durante la vida sexual útil de un Homo sapiens macho, este puede tener,
suponiendo como hipótesis que el año tenga cuarenta y ocho semanas, que
logrando fecundar ¡Como mínimo! a una mujer por semana tendría cuarenta y
ocho hijos cada año. Pero no garantizaría la calidad de los apareamientos. Tal
calidad está determinada por el instinto femenino desde su proclividad
instintiva; ya que cada mujer no podría tener en toda su vida fértil, como
máximo, más que un solo hijo al año. Por tanto, es ella la encargada de elegir,
discriminar, escoger al mejor ejemplar, a fin de garantizar la calidad de los
apareamientos genéticos. Podría adelantarse como hipótesis que la aparición
de actitudes tales como la promiscuidad del macho, antes señalada, todavía es
la que da lugar a que aparezca, en animales poco evolucionados que actúan
por el mecanismo de prueba y error, conductas de tipo homosexual, las cuales
a veces se esgrimen como para pretender confirmar la legitimidad de tal
tendencia como algo natural entre los humanos. En lo personal creo que,
aunque no como razón última ni de mayor peso, sí tiene su cuota de interés en
el tema. Pero esto es ya otro contenido que se aparta del interés que aquí
intento desarrollar. Creo que, en los momentos la pre-civilización, las
relaciones amorosas eran simples convenios sexuales y eran regidos por los
impulsos instintivos. Ahora, cuando comienza a instaurarse la post-
civilización y, poco a poco, su desarrollo con la aparición de la propiedad, los
intereses, la concentración de poder económico y social hizo necesario el
control y éste creó, para ejercerse, los protocolos, los conceptos de justicia, de
lo que está o no está bien, de lo que debe ser, y ahí mismo comenzó a tejerse la
unión entre el sexo y los sentimientos, porque si soy el jefe de la tribu o el
guapo del barrio si consiento que mi mujer se acueste con otro puede
suponerse que no soy muy fuerte y esto pone en peligro mi liderazgo. Y de
todo esto surge la sospecha de si mi esposa se divierte con mi amigo a lo
mejor va y, también, le da por acostarse con él; véase en el caso: inseguridad
por perder status, y el caso se resume en miedo. El otro gran problema actual
es que el tema sexo es sobrevalorado, manipulado, inducido y exacerbado por
el establishment porque al estar tan vinculado con los sentimientos por medio
de la cultura es fuente segura de incertidumbres, sufrimientos, miedos, etcétera
algo que desestabiliza la psicología de la sociedad y esta, es decir, cada uno de
sus individuos quedan indefensos a merced de los interesados en manipularlos
de acuerdo a sus intereses, o sea, los intereses de los grandes dueños de
consorcios comerciales, de productores, banqueros, y otras figuras de poder
asociadas como son, entre otras, el estado, la iglesia, la prensa o la cultura. Y
en esta gran Babel que es nuestra civilización, nuestra humanidad compuesta
por diferentes culturas, vemos cómo novelistas, poetas, dramaturgos,
ensayistas, cantantes, músicos, actores, cineastas, en fin, intelectuales de la
cultura sin sospecharlo siquiera y en la mayor inocencia contribuyen con la
instalación de paradigmas sociales destinados a inmovilizar el desarrollo
psicológico individual o ¿Qué son, si no, ideas como las siguientes? No sé si
recuerdas esta canción de Maná ¡Qué me encantan! pero dime si el mensaje no
es desastroso: Cómo quisiera Poder vivir sin ti, Pero no puedo, siento que
muero Me estoy ahogando sin tu amor. En una hermosa melodía y una
magnífica interpretación estos chicos les dicen a millones de personas, sin
mala intención ¡por supuesto! Que uno se muere sin el amor de alguien, que el
amor de otra persona es necesario y que si falta uno se ahoga… Si quieres ser
una persona extraordinaria lo primero que debes saber es: no necesitas a
nadie para ser feliz, no necesitas que nadie te ame, bástate tú para amarte y
procura amar a los demás porque el amor eres tú, vuélvete el amor y olvídate
de Lola.

No puedo ser feliz No te puedo olvidar Cantaba magistralmente Bola de


Nieve, pero cuántos no se quedaron encasquillados, trabados en el horror de
estas palabras, de no poder ser feliz porque alguien se marchó y no poder
olvidarlo, canciones hermosas que solo hablan de callejones sin salida, de
angustias como si sufrir fuera la cosa más normal del mundo y de contra
romántico, tierno y poético. Hay quienes piensan que sufrir es algo muy
humano y que el dolor psicológico del sufrimiento sea capaz de generar obras
maestras, lo cual no dudo, tal es la prueba de que la gente feliz no abunda y
esto habla de la necesidad de que comencemos a producirla o al menos
intentarlo o al menos contribuir a que la gente aprenda a dejar de ser
desgraciada ¿Habrá tenido Bola de Nieve intención de hacer daño? ¡Claro que
no! Pero mucha gente lloró en los bares aumentando el dolor del mundo o se
tomó la copa de más hasta volverse alcohólico gracias a canciones como esta.
Pudiera escribir diez tomos, nada más que copiando canciones de esta ralea
con todo y lo clásicas que sean pero no vale la pena, confío que este libro
caerá en las manos de alguien que podrá seguir disfrutando de canciones tales
porque en realidad son lindas pero ¡A la vez! sintiendo pena por quienes las
escribieron y por quienes sufrieron más aún por escucharlas sin el
conocimiento adecuado; confío que este libro si cae en manos de alguien
destinado a escribir canciones escriba canciones como aquella de Masiel que
dice:
Ya sé que se ha parado tu reloj
Pero ahora mismo vas a echarlo a andar
Es pronto para dar por un amor, la vida…
…brindaremos por ti,
brindaremos por él
Porque le vaya bien
y mañana verás que es mejor olvidar
que llorar por amor.
Vuelve a sonreír ¡Olvídale!
La vida es ancha y esos golpes del amor se olvidan.
Después de cada noche nace un sol
Y vuelven las gaviotas a volar
Después de la tristeza nacerá: la dicha.
Si hoy te han maltratado el corazón
Y duerme junto a ti la soledad
No importa porque empieza un día más: la vida.
De veras me hubiera gustado terminar aquí este capítulo porque queda bien
arriba con este final de canción optimista, pero encuentro todavía zonas en
penumbras. No se entienda esto como un canto al libertinaje, a la poligamia o
al desamor ni en querer animalizar la relación de pareja quitándole ternura y el
afecto. Lo que sí quiero es despojarla de ñoñería sin confundir la inocencia
con el infantilismo. Me pronuncio en favor de la fidelidad, de la relación por
otras causas de principios, nada en común con sentimentalismos. Me
pronuncio por mantener una relación de pareja monógama, estable y para toda
la vida, pero con la cual tienes relaciones sexuales por que sí, por gusto y
porque a ambos le viene en ganas y no por motivos de que se amen porque
muy perfectamente pueden amarse y no tener que relacionarse desde el punto
de vista sexual. Lo que el noventa y nueve por ciento de la humanidad llama
amor no es amor sino un trastorno neurótico mezcla de miedo a perder una
posesión y deseo de manipular, dirigir, controlar, gobernar al otro, en el cual,
de parte y parte, hay desgaste con una cuenta de dolor. Quiero decirlo de
nuevo: aprecio que en este asunto la gran mayoría de las personas interpreta
que amarse implica control, demostrar que siente cierta sumisión o ejercer
cierto tipo de dominio o ambas a la vez sobre persona. Hablo de sensación de
pertenencia, niveles de compromiso y ataduras manipulativas, prohibiciones y
juegos psicológicos semejantes al típico de ladrones y policías o tan sutiles
como los del tipo de espionaje, donde priman en recelo, los celos, la
desconfianza y todo eso en nombre del amor. Mucha gente cree que estar
enamorado implica conductas estandarizadas, estereotipadas, aprendidas
primero de las novelas románticas o la llamada poesía amorosa, del teatro
luego de las novelas de radiales, del cine, de las novelas y seriales para TV, así
como lo que oye en las letras de canciones como los boleros, baladas, etcétera
y quien no las reproduzca en su proyección conductual, así de simple, no
aplica como enamorado real, no ama nada o no lo suficiente. No obstante, la
persona feliz y sana emocionalmente, es nada más y nada menos que una
persona extraordinaria la cual nadie conoce o pasa por antisocial, inadaptado,
rebelde, etcétera un bicho raro que parece no amar porque tan solo es libre y
no se deja manipular por las personas neuróticas, neurasténicas y hasta
psicóticas que andan sueltas por la calle cuando debieran estar bajo control
médico especializado, pues constituyen peligro para ellas mismas y para el
resto de las personas, sobre todo para aquellas con quienes se relacionan de
manera afectiva. Una vez más os remito, por ser complementario, a mi libro
Reflexiones de un filósofo de barrio, no gano nada con ello, es gratis.





.- IV DE CÓMO PUEDE
FUNCIONAR UNA PERSONA
EXTRAORDINARIA

Un asunto importante es tener una clara definición de ¿qué es la vida? porque


es sobre ella que trata este asunto de volvernos persona real y dejar de ser un
proyecto o una imitación, debes saber: qué es la vida. Escucha: si le pides a
alguien que te cuente su vida ¿Qué te diría? O si alguien, de forma espontánea,
te dijera: te contaré mi vida ¿Qué te diría? Si te propusieras contarle a alguien
tu vida ¿Qué le dirías? Detén ahora, por unos minutos, la lectura y trata de
contestar estas preguntas; tómate tu tiempo y, cuando ya tengas una idea sobre
al respecto, sigue leyendo… Por lo general, casi todo el mundo coincide en
hacer un recuento de sucesos, de eventos o hechos; pero ¡de tal forma! una
vida, o lo tomado como vida, queda reducido a una crónica, a la narración o
historia de la serie de pormenores de hechos, eventos, accidentes,
acontecimientos, sucesos, incidentes intrascendentes o aventuras de
desventuras que has protagonizado o, en las cuales, te ha tocado jugar algún
rol de mayor o menor notabilidad. Tu vida no se reduce a una lista de sucesos
que te han sucedido, eso es historia, memoria, pero no resulta adecuado para
definir lo que tu vida pueda ser. Más bien muchas personas piensan que sus
vidas son la calidad de los sucesos que le ocurren y así los diferencian en
eventos buenos o malos, agradables o no; pero el color o el sabor o la manera
en que puedas describir tales contingencias son valoraciones que realiza tu
mente de forma arbitraria y así, muchas situaciones que te pueden resultar
desagradables pueden no serlo para otra persona y viceversa; pero, además, tus
valoraciones están en dependencia de tus estados de ánimo, de la
predisposición anímica por otros sucesos anteriores, por prejuicios, por la
influencia del criterio de otras personas, etcétera. Esta descripción acerca de lo
que puede ser la vida está más próxima a la realidad, aunque es ambigua y
puede parecer que tu vida va a quedar definida según lo que ocurra en el
exterior tuyo, es decir: dependerá de cómo tomes o reacciones a los sucesos
que ocurren más allá de tu piel, fuera de ti y que pueden resultar bueno o
malos, según sean agradables o no. De tal forma parecería normal o natural e
irrevocable que la vida de una persona a veces pueda ser buena o mala y que
eso es así como si fuera una ley. Pero las cosas que ocurren no son ni buenas
ni malas tales valoraciones son producto de nuestros juicios ambiguos o
predispuestos o desinformados. Y tal es la triste realidad de lo que le ocurre a
la mayoría de la población humana. Pero eso… no es: la vida, y ¡Si acaso lo
fuera! no por completo; quedaría algo más que añadir de mucha más
trascendencia. Todo eso que he descrito, con anterioridad, ha sido el escenario
y la decoración, es decir: el paisaje. La vida, como existencia en general,
siempre se ha tomado, en términos literarios o poéticos con tendencia
filosófica, como un camino; pero lo que es, en última instancia tu vida es el
clima psicológico de ese paisaje, no el paisaje ni los contratiempos, venturas y
desventuras durante el tránsito. Y la capacidad de poder modificar, a
conveniencia, el clima para disfrutar el viaje es una prerrogativa de las
personas extraordinarias. En otras palabras, la vida no es el recuento de las
actividades en que te puedas involucrar, sino el estado emocional, sentimental
como resultado; ocurre en tu ánimo y, no siempre, se haya en correspondencia
con tales circunstancias porque puedes estar en una fiesta y no estar
sintiéndote alegre, en un funeral y no estar para nada triste, puedes tener una
vida llena de éxitos profesionales, sólida retribución económica por ellos,
gozar de salud y tener franca aceptación social y ¡No ser feliz…! la literatura,
las biografías de personalidades, la historia toda, los noticieros y la prensa
diaria dan, de continuo, fe de esto. Quizás puedas, alguna vez, estar feliz,
sentirte feliz… Estar o sentirte implican brevedad en el tiempo, ser conlleva la
idea de mayor permanencia temporal. Tampoco creas la idea de ser feliz
constantemente o sentirte así todo el tiempo; las impresiones que recibirás de
la realidad pueden sacarte de ese equilibrio; lo que sí te aseguro es lo
siguiente: siendo persona extraordinaria, en el sentido en que la extra-
ordinariedad que apunto en estas páginas, siempre vas a poder tener ¡De
inmediato! herramientas, recursos, ideas para estabilizar tus emociones e
impedir la reacción negativa y si bien es cierto que no vas a ser feliz
ininterrumpidamente, nunca vas a sentirte desgraciado, porque a las opciones
de ponerte triste o estallar de ira, podrás interponerles la sabia indiferencia de
comprender la posibilidad de elegir algo mejor, pues la tristeza o la ira son
mucho más destructivas que la indiferencia ante algo que no puedes remediar.
Esta es una de las prerrogativas de ser una persona extraordinaria.
En primera instancia, todo lo que estamos tratando aquí tiene que ver con
cierto conocimiento que tengo la pretensión de mostrarte. Pero, como el resto
de otros asuntos, el conocimiento tiene niveles y, por tanto, diferencias. Las
formas del conocimiento toman nombre del modo en que es conseguido: por
experiencia, por referencia y/o por inferencia. De las tres, la primera es la
fundamental, por cuanto es la única de la cual puedes tener seguridad total.
Ahora, la cultura, los libros, las conferencias, los consejos, las tradiciones y
¡todo! lo que aprendes en aulas proveniente de profesores quienes aprendieron
de otros, incluso lo que puedan enseñarte mediante la exposición de ideas de
otros científicos es conocimiento referencial, pues pertenece a la experiencia
de otros, pero no te consta. ¡Tiene un valor! pero solo eso; duda de él. Si
Einstein no hubiera dudado de Newton hoy no hubiera, por citar solo un
ejemplo; telefonía celular. Duda de este libro y de todo lo que te digo, dudar
no es apartarlo sino ponerlo a prueba, verificarlo en la práctica, convertir las
ideas en hechos y convertirte en las palabras porque ¡eres! lo que creas que es
cierto, pero no basta que algo sea verdad es necesario constatar que es bueno.
Te conviertes en las ideas en las que crees, no en las ideas que piensas ni en las
ideas que sabes. Tus creencias son las ideas que no están en tu corteza cerebral
y de las cuales no tienes siquiera consciencia de tenerlas. Debes saber algo:
gran parte de tus creencias (las cuales desconoces porque pertenecen a tu nivel
inconsciente) son como programas informáticos malsanos que te fueron
instalados no por personas malas sino ineficientes con buena intención y
¡ahora! es tu deber deshacerte de tales programas. El otro tipo de
conocimiento es por inferencia, esto es: toda información que te llega por
intuición, por asociación de ideas mediante un proceso de cálculo ya
matemático, lógico o de sentido común y/o por deducción; tal contribuye, en
mucho, para la adquisición del conocimiento por experiencia. Ya en muchos
otros de mis textos he dicho: la personalidad es quien sufre o quien nos hace
creer que el éxito, el dinero, el confort o el reconocimiento ajenos sean los
determinantes o las condiciones para ser felices (léase extraordinarios). Si
logras, mediante este conocimiento, separarte interiormente y crear un yo
observante capaz de servir de testigo (no de juez) a todo lo que hace o siente la
personalidad; es decir, que cuando te sientas triste reconozca y diga: ¡Ah, esto
es estar triste! o cuando estés cabreado te informe: ¡Ah, esto es tener ira! con
el tiempo podrá fortalecerse y ser capaz de ¡sin esfuerzo! Disipar la tristeza o
la ira porque se dará cuenta de que tales son reacciones a ciertos estímulos y
las reacciones son automatismos aprendidos que se repiten como un repertorio
fijo, pero que pueden ser susceptibles de elección. Apenas el Observador
interno aprecia los automatismos, las reacciones emotivas, etcétera, estas
perderán su poder y te irás liberando de tensiones parásitas y sintiendo el
vacío. Te propongo, ahora, un ejercicio. Debe ser de noche con cielo
despejado y sin luna, de modo que puedas tener condiciones para ver más
cantidad de estrellas. Debes tener acceso a una azotea con suficiente altura,
como para no tener interferencia de edificios cercanos que la sobrepasen y que
puedan llamar tu atención y distraerte con luces o ruidos; si ocurriera esto
puede ser, entonces, en una montaña mientras estás de acampada o, quizás, en
la playa. Esta es una experiencia que puedes hacer solo, pero recomiendo
hacerla acompañado de alguien quien, de la misma forma, se interese en estos
temas. Y lo sugiero por dos razones: una, que puede ser un tanto
impresionante y, en compañía, resulta menos fuerte y no porque lo sea tanto
¡Vamos! La otra, porque compartir experiencias de este tipo profundiza la
intimidad de las personas a niveles increíbles e insospechados. Puedes hacerlo
con tu pareja, con tus hijos… ¿Ves, que no es tan fuerte? Claro, estamos
hablando de niños ya terminando la primaria, que tampoco con chicos
demasiado inmaduros; también con tus padres y/o amigos interesados, como
ya dije. No se debe hablar durante la experiencia, porque se trata de grabar al
máximo la impresión personal y hablar roba atención, ya después pueden
comentar qué sintieron y esto sirve para reafirmar el recuerdo de lo vivido y
establecer comparaciones. Recordar que cada quien siente distinto y no hay
motivo para coincidencias. Antes de realizar la experiencia con otra persona le
debes explicar los pormenores para que, al menos en teoría, sepa cómo
conducirse para obtener el máximo de conocimiento del proceso. Acuéstate
decúbito dorsal (bocarriba). Ojos cerrados. Afloja toda la ropa muy ajustada,
entreabre discretamente piernas y brazos (palmas hacia arriba) y disponte a la
relajación muscular completa de esta forma: repasa tus tensiones musculares
con la mente desde la cabeza, cuello, hombros, brazos y, uno por uno, los
dedos de las manos, espalda caderas muslos hasta llegar a los pies uno por
uno, igual que con las manos. Luego aquieta tu respiración diciendo con la
mente: Yooo, al inspirar y feliiiz, al expirar. La relajación idónea se establece
cuando sientes: pesadez, inmovilidad y calor corporal, así como pulsaciones
en las yemas de los dedos. Cuando esto ocurre, abres los ojos y observa el
firmamento estrellado en silencio y siente la magnitud del infinito, es algo
sobrecogedor, ten consciencia de esta impresión pues será lo que recordarás o
¡Lo que halles! cuando realices introspecciones al interior de tu mente en otro
ejercicio similar que detallaré más adelante. Sobre la vida, hablamos de un
camino y estás de viaje en él, pero no vas a ningún lugar, entonces ¿Cuál es la
prisa? Estás en el camino con otras personas; unas no continúan y otras se
incorporan, unas llegaron a donde iban y otras comienzan el viaje, entonces
¡no te aferres a las personas! Ser feliz no es estar contento siempre, se trata de
una sabia indiferencia, de una perfecta comprensión de lo que sucede. Hazte
un viaje placentero y le harás agradable el viaje a quienes viajen cerca de ti. Ya
te dije; estás de viaje y todo lo que tienes es: camino que desandar. No vas a
ningún sitio, entonces, puedes hacer, además de caminar, cualquier otra cosa
para entretenerte mientras viajas, pero ¿Cualquier cosa? Sí. ¡Cualquiera!
Ninguna es más importante que otra ¡A menos que te dé más gusto! Procura
que, con lo que hagas, puedas, también, ganarte el sustento y, así, matas dos
pájaros de un tiro. Como te habrás dado cuenta esto del camino es una alegoría
para explicar aspectos de la vida, otros aspectos no resisten la metáfora del
sendero y tendríamos que explicarlos por medio de otra parábola. Nos
ponemos en contacto con la realidad por medio de los sentidos, pero ya
sabemos que, estos, son limitados y no nos informan con suficiencia, los
sentidos son insuficientes pues nos ofrecen conocimiento cuya calidad está en
dependencia de la sensibilidad de nuestros sensores; por otra parte, nuestros
sensores están diseñados solo para cierto umbral de percepción. Aquí es donde
echamos mano de los símbolos; las palabras son símbolos y, de la misma
forma, son fuente de error, no olvides esto. Solo la observación ¡sin juicio! te
dará conocimiento por experiencia. Debes crear un observador dentro de ti.
Atiende, la voz que habla dentro de tu cabeza y dice YO de sí misma, NO
ERES TÚ. Es la voz de tu personalidad, es la voz de tu yo consciente, es la
voz de la cultura y de la civilización, es la voz de quien juzga, valora, calcula
y te hace tomar decisiones como: con quien casarte, elegir amigos, hacer
negocios… es la parte de ti con la que te equivocas casi siempre y la
responsable de tus divorcios, de tus problemas con los amigos y de que te
salgan de forma inadecuada los convenios laborales, mercantiles,
interpersonales, etcétera. A este nivel quizás ya te diste cuenta que, a veces,
doy la impresión de ir en pos de destruir la personalidad y otras parece todo lo
contrario; en otros casos empleo una metáfora para explicar algo y luego uso
otra que puede parecer que explique algo diferente, y tal parece una
contradicción. No. Es una paradoja. Es exactamente ambas. Recordar el
principio de complementariedad y que todo está compuesto de sí y de no. Una
persona extraordinaria es comparable, en su conducta, a una partícula
elemental, un electrón, etcétera pues nunca se sabe cómo va a reaccionar, es
impredecible y su pronóstico es, a lo sumo, estadístico. Creo lo más fuera de
lo común la capacidad de esta persona para conciliar el sí y el no. Por lo
regular siempre estamos juzgando, evaluando, sacando cuentas, comparando,
decidiendo, eligiendo entre dos o más objetos de atención y tal es algo que
implica desdeñar, descartar, apartar, no aprobar al menos uno o más entre
varios elementos en favor de otro o más; con lo cual decimos sí a un conjunto
(formado quizás por un solo individuo) y no a otro, de la misma forma. El
asunto no es negar una parte de la realidad existente pues eso es alienarse, sino
aceptar su totalidad. Nuestra existencia transcurre en el pendular entre el sí y
el no, pero es en el punto medio donde se encuentra la aprehensión de la
realidad. Igual ocurre con nuestra mente, la cual, va y viene entre el pasado y
el futuro, pero sólo en el punto medio, el presente, es donde ocurre la realidad.
No juzguéis, fue una de las recomendaciones capitales de Jesús. Es muy
importante, recordar esto otro: nadie te pone de determinada forma y si crees
que ocurre así, es porque das tu autoridad para que suceda; la gente que te
mortifica no te molesta, eres quien decide molestarse. Cuando pierdes la calma
por lo que otra persona hace, le estás dando autoridad sobre ti y cada vez que
esa persona haga eso que te incomoda es como si, esa persona, moviera un
hilo y tú te movieras quedando convertido en su títere. Muchas veces tal sujeto
ni sabe lo que te ocurre y, sin embargo, piensas que lo hace con intención, pero
si así fuera, con mayor razón para no darle ese gusto. Recuerda, las personas
funcionamos como espejos, lo que te fastidia de las otras personas es algo de ti
que no te gusta y que ves en ellos. Alégrate de que esas personas estén ahí
para que puedas verte a ti mismo tal como eres y puedas, entonces, observarte
y comprenderte y cuando eso suceda, de forma automática, dejará de
producirte enfado. El asunto es entrar en contacto con la persona real y
desconocida que eres. Haz silencio dentro de ti. Acalla a la voz que habla en tu
cabeza y observa. Si te decides, el primer logro será: darte cuenta cuán difícil
es. Requiere técnica y largo entrenamiento. Te puedo dar la técnica, el
entrenamiento va por ti. Si entrenas de forma correcta y con sistematicidad,
llegará el momento en que necesitarás supervisión de alguien. Para entonces
tendrás cierta experiencia, habrás leído otros libros y conocido otras personas
y conseguirás lo necesario para continuar. Ahora, en este minuto, lo que debes
saber es que debes aquietar tu mente para que calle. Eso requiere cumplir
algunos requisitos externos: 1- Un horario (con preferencia temprano al
amanecer, después de una caminata o un poco de ejercicios aeróbicos y tomar
una ducha, aunque puede ser, también, por la tarde después del baño, antes de
la comida, entre las seis y las siete, momento en que la naturaleza se prepara
para el descanso). 2- Un espacio. Habilitar un pequeño lugar íntimo y mínimo
(donde quepa uno sentado en el piso sobre una manta, un territorio de sesenta
por sesenta centímetros es suficiente) con la segura garantía de no ser
molestado mientras realiza esta actividad. 3- Condiciones: La misma ropa
siempre, o sin ropa, pero establecer periodicidad estable para crear el
acondicionamiento reflejo. Si ropa: no apretada, suelta, ancha y de preferencia
colores claros, o blanco. Otras condiciones: silencio o música muy débil,
penumbra, incienso, etcétera, aunque ninguna de estas condiciones es, en sí
misma, un requerimiento invalidante de no haberlo. Uno se puede sentar en
una silla pero se recomienda el piso, sobre una manta o estera, con preferencia
en la postura del loto (pie derecho sobre rodilla izquierda y viceversa, al
principio puede ser difícil, incómodo y hasta doloroso, las manos la izquierda
sobre la derecha con las palmas hacia arriba sobre los genitales) si esta postura
te resulta demasiado incómoda o no puedes lograrla, siéntate en la postura del
sastre o como los judocas, de rodillas los muslos juntos y sentado sobre los
pies. 4- Induce la relajación tal como lo explicado con anterioridad. 5- Haz
cada vez más lenta la respiración. 6- En interés de lograr más atención: con los
ojos cerrados intenta mirar al entrecejo forzando los ojos al estrabismo y
buscando allí un punto luminoso… hasta verlo; todo esto no es más que un
recurso para obligar a la mente a no saltar de un pensamiento a otro y
entrenarla hasta posicionarse en un único objeto de atención. Solo eso. Este
ejercicio repetitivo, gradual y sistemático lleva a lograr el silencio mental,
acallar a la voz que habla dentro de nuestra cabeza diciendo Yo de sí misma y
haciéndonos creer que somos ella. En medio de esa oscuridad y en presencia
de ese punto luminoso que hemos creado, podemos sondear la profundidad
interior de nosotros mismos y recordaremos el ejercicio de la infinitud estelar
nocturna y podríamos tener la experiencia de ser Nada y de ser Nadie, que es
como ser todo; conocer el vacío, lugar donde emana la vida, el tiempo y la
materia. El lugar donde puede ocurrir darse cuenta de la realidad real, perder
la identidad ficticia y unirse a todo lo que es. Haciendo un resumen quiero
dejar algo más definida tu vida: no es la lista de las problemáticas que te
ocurren, ni es la calidad de tales contextos, ni llegan a ser tus respuestas o
reacciones a tales y que pueden ser agradables o no… de ser posible la opción
más asistida o que todos quisieran sería la primera, pero sabemos que la
realidad está compuesta de ambas y lo natural es que las probabilidades son
del cincuenta por ciento de cada una. Es por eso que la persona extraordinaria
aprende que la solución para construir una vida armónica no es estar dispuesto
a pasar un tiempo bien y otro mal sino entrenarse en crear un programa donde
siempre opta por el estado intermedio de la sabia indiferencia de saber que
todo está bien porque ¡Así! es la realidad y que su vida termina siendo lo que
haga desde dentro de sí con cualquier cosa que suceda. Deja de tener
reacciones automáticas predecibles dejando de tener contradicciones con la
realidad.

V.- ¿NO SOMOS PERFECTOS?

Antes de contestar la pregunta del título comenzaré diciendo que, de forma


popular, al menos en Cuba y creo que en todos los países donde hablamos
español, se maneja el criterio de: no somos perfectos o no existe la perfección
o nada humano es perfecto. Tal presupuesto, desde antiguo se viene repitiendo
por medio del refranero popular, apoyado por las tradiciones y la cultura en
general, de modo que por generaciones hemos escuchado durante cientos de
años la repetitividad de esas frases, las cuales, han creado paradigmas, o sea,
algo que funciona, no como una idea cualquiera que es susceptible de crítica, o
sospecha, sino como un axioma, algo que es como la quintaesencia de la
verdad; se oye y no queda duda, no necesita argumentación y se instala como
una creencia porque es algo que oímos desde niños, proveniente de familiares
y otros adultos que ostentan figuras de poder. Es fácil comprender que
personitas de baja estatura, dependientes en totalidad de sus mayores, den
crédito a cualquier disparate que expresen las figuras de liderazgo que le
tutoran y favorecen. Una idea cualquiera que, como base de lo que constituyen
los pensamientos, puede discutirse, se guarda en la corteza cerebral y su
importancia puede ser variada con cierta facilidad por el raciocinio intelectual
de la esfera consciente. Las creencias, sin embargo, no; pues están formadas
por ideas más fijas que están grabadas en el inconsciente, a un nivel más
profundo. No las pensamos, como sucede con las ideas que forman el
pensamiento y las opiniones; las creencias ¡las vivimos! y ni siquiera sabemos
que las tenemos porque están grabadas en la subconsciencia. Están exentas de
juicio y de crítica. Desde niños hemos podido oír que los jabaos son malos,
que los gitanos son ladrones, los judíos tacaños, los latinos escandalosos, las
rubias frívolas, las trigueñas ardientes o que los chicos gordos son cobardes o
tímidos quienes usan espejuelos, etcétera. Pero aunque las ideas que forman
las creencias son bastante permanentes pueden, también, ser desplazadas por
medio de otras ideas: razonadas, comprendidas y aceptadas y, sobre todo, si
tales ideas se instalan mediante un procedimiento que, además de la
repetitividad, incluya que sean incorporadas durante un estado particular de la
consciencia, idóneo para grabar en el subconsciente y, tal, lograría inducirse
con cierto protocolo: ojos cerrados, relajación muscular y entrenarse en
reducir la actividad mental a un único objeto de atención: la instalación de las
nuevas ideas que formarán las nuevas creencias. Con respecto a la interrogante
del rótulo inicial digo: Sí, en potencia, somos perfectos. Tal como todo lo que
existe; porque todo en la naturaleza es perfecto. Llamamos imperfección a lo
que no comprendemos a lo que no funciona de la manera que consideramos
conveniente. En la realidad de la existencia no existen cosas buenas o malas o
funcionamientos correctos o incorrectos. Veamos un ejemplo: un cierto
mecanismo es inventado para realizar un trabajo y, a eso, le llamamos
perfecto, mientras realice tal función, lo cual es una apreciación externa y
arbitraria acerca del caso. Pasado cierto tiempo, el mecanismo, es desmontado
para darle mantenimiento, pero al volver a colocar sus piezas ¡una de ellas! es
puesta al revés y comienza un funcionamiento que no ofrece el mismo
resultado de antes. ¿Es este funcionamiento malo o imperfecto? No. Es
distinto. Y si tuviéramos que ser precisos tendríamos que decir que como
trabaja de acuerdo a la disposición actual de sus piezas ¡su funcionamiento! no
puede ser otro, tal función es perfecta de acuerdo al montaje de su mecanismo,
aunque no realice el trabajo para el cual fue diseñado en su origen. Si nos
consideramos imperfectos es porque no comprendemos nuestro
funcionamiento. Lo que sucede es que nuestro dispositivo para apreciar la
vida, la realidad de nuestro entorno y nuestra relación con él, está contaminado
con un software maligno; eso que ahora, en informática, conocemos como
virus… La solución es cambiar el software por otro más conveniente. La
capacidad de poder auto-repararnos es parte de nuestra perfección. Estas ideas
pueden funcionar como el software nuevo que debes instalar, pero es algo que
no tienes que hacer, ser feliz no es obligatorio.



VI.- JUSTIFICACIÓN DE LA
JUSTIFICACIÓN

Alguien, no sé quién, dijo: la justificación es la prostitución del carácter. El


desarrollo de las ciencias informáticas ha hecho posible una elevación
extraordinaria, en muy poco tiempo, de una alta calidad del flujo de
conocimiento, así como de formas de acceder a él. Así, las síntesis de ideas,
refranes, aforismos, máximas, proverbios, definiciones, etcétera, los cuales
existieron siempre en el coloquio familiar pero que, hoy en día, se han
multiplicado quizás para evitarnos largas lecturas y quedarnos ya con las ideas
centrales inmersas en extensos textos. Tales comprimidos de sabiduría son
útiles porque con economía de palabras nos dejan un mensaje claro sobre
formas de conductas, puntos de vista que, a veces, olvidamos o descubrimos o
redescubrimos. El error es creer que la sabiduría pueda regirse siguiendo
cláusulas fijas, normativas rígidas o cauces lógicos, cuando el secreto es que
resulta todo lo contrario. La aprehensión de la verdad puede resultar
paradójica y hasta contradictoria de ahí que Pablo de Tarso escribiera que las
cosas que son del espíritu de Dios ¡Y la sabiduría lo es! pueda parecer locura
para el hombre no espiritual, léase para el ser humano llamado ordinario en el
sentido en el que estoy escribiendo este libro, porque la vida es ¡con precisión,
cambiante! proteica, multifacética y, por tanto, no cabe en esquematismos. Si,
usted, alguna vez oyó decir: la justificación es la prostitución del carácter, y
le pareció una idea original que, como herramienta, podría usar para
edificarse, auto realizarse como persona y mejorar su proyecto de
humanización es algo que está muy bien; pero creo que, además, debe incluirle
la corrección de no siempre es así y/o a veces no aplica. Justificarse todo el
tiempo, es decir, si cada vez que dice algo, realiza una acción le sigue un
discurso explicativo de sus motivos y buenas intenciones con el fin de dejar
claro en todos que su pensamiento y su actuar (los de usted) son justos y
perfectos, algo que por lo regular es lo que considera todo el mundo, va mal
encaminado porque se está guiando por el criterio de pensar que ¡siempre!
tiene o debe agradar a los demás, algo que es imposible pero, además, lo
mueve el sentimiento de buscar aprobación, usted, hace esto o aquello para
quedar bien, para ser tenido en cuenta, para ser gratificado, reconocido y es,
este juego, un negocio malo porque nunca va a ser aceptado por todos. Basta
media vez que pretendas hacer ¡cualquier cosa! que rompa la normalidad, que
salga del promedio esperado, basta que intentes ser extraordinario para que
critiquen tu túnica de colores y te salgan al paso detractores gratuitos.
Recuerda el refrán para este caso: si sales a cazar leones olvídate de los
conejos. Si vas a salir por tu misión ¡Que es la caza mayor! ¿Qué haces
gastando cartuchos con quienes no tienen cometido alguno? Y, cuando digo
cartuchos, lee tiempo, energía, dinero… Otra cosa bien distinta es dar una
explicación por la interferencia que puedas hacer en territorio ajeno o usar una
satisfacción o ¡usemos la palabra! una justificación porque, al fin y al cabo,
vivimos en sociedad y hay reglas que son automatismos, pero que funcionan
muy bien como lubricante social para no ser tomado como un bandido; que
una cosa es romper reglas, ser diferente hasta lo extraordinario y otra ¡muy
diferente! es andar buscándose problemas gratuitos con personas que andan
por la vida sufridas, atormentadas, desesperadas y por tanto locas por tener
una disputa con cualquiera para descargar sus tensiones internas.


VII.- LA MISIÓN

No, no voy a hablar sobre aquel magnífico filme de Robert de Niro, haciendo
de monje jesuita en Sudamérica. En Breslov, pequeña ciudad de Ucrania,
conocida también como Breslav o Breslev, nació un día cuatro de abril del año
1772, quien es hoy conocido como Najman de Breslov o tan solo el rabí
Najman; un judío que trasciende como líder espiritual del jasidismo:
movimiento iniciado por su bisabuelo, Israel Ba´al Shem Tov, durante el siglo
XVIII. Una de los puntos característicos de este movimiento dentro del
judaísmo es que hace hincapié en la alegría. El rabí Najman escribió:
…existen tres cualidades que debemos aprender de los niños. (Yo añadiría
pequeños porque, ya después de los cinco años, es difícil que un niño no
demuestre en su proyección conductual estar contaminado con las
incongruencias de la educación, tanto familiar como escolar) y son: 1. Siempre
están contentos sin que haya motivo. No juegan para divertirse, sino que se
divierten jugando. 2. Siempre están en actividad. Estando saludables, no dejan
de estar en actividad. 3. Cuando quieren algo, lo desean con todas sus fuerzas.
Y hay siete conductas que debemos aprender de los ladrones: 1. Trabajan de
noche. Trabajar de noche implica: sobresfuerzo. 2. Si no completan su trabajo
en una, siguen en la próxima. El ladrón trabaja de noche, pero quien está
trabajando en convertirse en una persona extraordinaria vive; el resto del día
puede trabajar donde ganarse el sustento, pero descubrir su misión y/o una vez
descubierta empeñarse en llevarla a cabo, es vivirla, no le queda otro tiempo
que el nocturno, el cual roba de su descanso. 3. Viven en comunidad con sus
compinches. Esto es: si descubres que tu misión está en la música qué haces
reuniéndote todos los días con personas quienes nada tienen con la música. 4.
Arriesgan la vida en su trabajo. Se entiende que su trabajo es su misión; lo de
trabajar para comer y vestirte o alguna vez más que otra ir al cine, es más bien
un castigo. Ganarás el pan con el sudor de tu frente… se dice en la Biblia
luego de la Desobediencia en el Edén. Pero cuando arriesgas en tu misión,
vives adrenalínicamente, es una aventura donde eres el protagonista principal.
5. Lo que consiguen con su actividad vale, para ellos, tan poco que lo venden
por
menos de lo que vale. Aquí su actividad es: tu misión. Y, Lo que consiguen
con su actividad, para algunos cuya misión es escribir, vale, para ellos, tan
poco, que no solo son capaces de venderlo por menos de lo que vale, sino que
llegan a ofertarlo GRATIS. 6. No temen los riesgos. Y si temen se arriesgan
porque son responsables y conscientes de que toda misión es peligrosa. 7.
Aman su oficio y no lo cambiarían por otro. Aquí, su oficio, es tu misión y tu
misión es tu estrategia, la usas para convertirte en persona extraordinaria, no
importa si cantas, escribes o pintas, no importa si eres barrendero de calles; si
amas tu misión ¡claro que no la cambiarías por otra! Porque te hace sentir
vivo, útil, importante y, por tal motivo, aprenderás todo lo más que puedas,
dentro de tus posibles y reales limitaciones ¡Todo! sobre cómo realizarla
mejor… y si no logras la excelencia técnica, si no llegas a ser un prodigio, tu
obra sencilla llevará la marca de tu ser único y, en algo, será tenida en cuenta;
porque quien así se empeña casi está ¡sin remedio! condenado al éxito…
porque nadie como tú para decir lo que tienes que decir; porque otros,
también, podrán decirlo, pero nunca podrán decirlo como tú… ¡Nadie como
tú! Pero, déjame decirte algo, escucha esto, fíjate que dije: casi. Recuerda: lo
que estamos tratando aquí es de ser una persona extraordinaria, no de tener
éxito en la misión. La misión no es más que un pretexto, un subterfugio. Han
existido centenas de personas cuya misión era escribir las cuales murieron sin
publicar una línea y, sin embargo, fueron personas increíbles, fuera de grupo y
de eso se trata. Llegar a ser una persona de estas, que pudiéramos llamar siete
estrellas, tiene que ver con su calidad de vida no con lo que lograron producir
durante ella; ya fueran libros, cuadros o risas. Alguien me dijo recién, que la
propia vida era la mejor maestra para llegar a ser una persona extraordinaria,
solo que era una maestra asesina: al final del curso, te mata. Si no apruebas te
mata y si logras graduarte te mata igual. La diferencia es que, si no aprendes,
es decir, si no haces algo por convertirte en persona extraordinaria tu vida
termina siendo una serie de descalabros, considerados fracasos, una retahíla de
desencuentros, disconformidades y sufrimientos, y terminarás tus días lleno de
dolor porque la pena de no hallar un norte en la existencia, el desencanto de un
deber no cumplido es carcoma a los huesos, según la Biblia. Pero, si logras ser
tal persona, tu nueva condición borrará tus desencantos anteriores y los hará
ver como ejercicios, como medios, como que valieron la pena y, terminarás tus
días, dicho en una palabra: satisfecho.



VIII.- SOBRE REVOLUCIONES Y
SOCIALISMOS

Refiero esta analecta, sobre la revolución y la construcción del socialismo, no


como pudiera pensarse, a conceptos precisos ubicados en el tiempo y en el
espacio sino, en general, a las revoluciones y a las construcciones de
socialismos y, tampoco, con una idea crítica en términos sociológicos,
políticos ni de análisis históricos sino, más bien, de encontrar una
comprensión del funcionamiento psicológico humano y cómo la civilización y
los procesos sociales dificultan, lastran ¡impiden! que te conviertas en una
persona extraordinaria. La revolución, ya sea la rusa, la francesa o la
mexicana… Las revoluciones, en general, y sin querer definirlas y sí, más
bien, comentarlas, son fenómenos sociales explosivos, intensos, violentos… y
siempre un poco sangrientos, poco más o menos, pero poco más que menos;
sobre todo: son eventos transitorios, momentos históricos de tránsito entre dos
etapas. La historia, la cual es producida por seres humanos, como todo lo que
existe en este mundo tridimensional en que vivimos, es algo vivo, en proceso
de constante cambio, algo cuya presencia no es permanente; quiero decir que
ocurre, se manifiesta, produce sus efectos y pasa, por lo general, durante un
tiempo siempre menor al de las etapas entre las cuales acontece. La revolución
se nutre, por sus cualidades (antes nombradas, aunque no todas), de la energía
de la gente joven; también, de su inocencia; por eso le acompaña un aura
romántica, pasión que tiende a enaltecerla, y un lirismo que le confiere plaza
alta en el campo de las humanidades y hasta en el misticismo… en fin que le
da espacio entre los sentimientos dignos, morales, justos. Algo que intuyen,
muy bien, los próceres. Quienes han dedicado algunas horas a estudiar,
cualquier cosa, terminan dividiéndose en facciones o vertientes que aprueban,
cada cual, algo distinto por cada parte. Por eso hay quienes sostienen que la
revolución: Una, nace espontánea de entre las multitudes, en términos más
políticos: del pueblo. Otra, de forma más sociológica: que tiene aparición
histórica, que obedece a resortes o leyes de interacciones económicas y
político-sociales, en fin. Y; por otra parte, además; hay quienes argumentan
que, las masas, son arrebatadas por personas extraordinarias: líderes, caudillos,
próceres, genios o talentos quienes tienen la capacidad de dirigir encauzar o
determinar los momentos precisos de iniciar tales procesos. Una cuarta
posición, en la cual me alineo, es aquella que toma en cuenta que, tales,
ocurren debido a la convergencia de todos los factores y que depende de igual
forma de unos como de otros. Pretender que una revolución pueda extender su
permanencia en el tiempo, durante años y años y sumar décadas, pertenece a
un esfuerzo manipulativo. Los esfuerzos manipulativos no tienen, en sí
mismos, nada oprobioso pueden nacer de un genuino interés de servicio, pero
a la larga, terminan degradando aquello que pretendían servir. De la Historia,
de la experiencia cotidiana y del sentido común sabemos o llegamos, con
cierto esfuerzo reflexivo, a la conclusión de que, construir ¡cualquier cosa!
requiere una preparación previa. He dicho que: con cierto esfuerzo reflexivo,
porque es algo que, en realidad, olvidamos o hacemos que olvidamos o con la
cual, por alguna extraña conveniencia, terminamos conviniendo. Para
construir, cualquier cosa, hace falta un diseño, un proyecto, al menos un
antecedente porque, sin querer ser muy ilustrados, debemos recordar, con el
Eclesiastés, que: no hay nada nuevo bajo el sol. Incluso los creadores que se
desempeñan en las artes espaciales, los pintores, los escultores, los
arquitectos… aun cuando producen o edifican sus obras realizan esbozos,
planos, dibujos representativos de sus ideas y en el caso de las grandes
construcciones como torres, monumentos, grupos escultóricos o rascacielos se
auxilian de otras personas con conocimientos y experiencia sobre cómo
construir. De modo que el escultor, el arquitecto o el ingeniero, incluso cuando
realiza su ópera prima o su obra de máxima experiencia, necesita auxiliarse de
alguien que ya haya construido, de alguien que ¡Sepa! construir. Así, siempre
que de edificar algo se trate, ya sean barcos, edificios o cucuruchos de maní es
lo mismo; porque, sin saber construir, así de sencillo: no se puede. Así,
tenemos que acerca de la edificación del socialismo; y cuando digo, hemos,
me refiero a la humanidad; hemos acumulado suficiente experiencia como
para saber ¡ya! que quienes nos guiaron, desde 1917, a construir socialismos
no sabían muy bien qué era lo que estaban construyendo y que, en tan loable
construcción, con muy buena voluntad vamos a decir, quizás lo que hicieron
fue dar palos a ciegas, pero que le dieron en el lomo a mucha gente que no los
merecía. Quienes llevaban más tiempo construyéndolo terminaron creyendo o
dándose cuenta, no sé bien, de que se equivocaron en algo, porque no
funcionaba como era debido. Luego los demás quienes ¡también! lo estaban
construyendo, creyeron que no funcionó allá porque las condiciones de allá
eran otras y que, en otro lugar, con diferentes condiciones, no tenía por qué
pasar lo mismo, si se tuvieran en cuenta los errores de allá. Pero, y ahora viene
la pregunta de los cuarenta y cinco mil pesos: ¿Quién es y dónde está el que
sabe cuál socialismo es el que va a funcionar en tal o más cual sitio, quién es y
dónde está quien sabe construir el socialismo conveniente o cualquier otro
socialismo, quién tiene los planos, las instrucciones, la experiencia; quién vio
ya un socialismo terminado? Creo que lo principal es preguntarle, cuando
aparezca ¿De cuánto tiempo ¡más! estaríamos hablando? Hasta ahora, y casi a
un siglo de errores y desaciertos; de remiendos, enmiendas y revisiones; de
experimentos, de reflexiones, cambios y aperturas, vemos que no llegamos al
medio juego y mucho menos a los finales del partido mientras arrastramos, me
refiero a la humanidad, un sistema social el cual, como un potaje, no acaba de
cuajar porque no aparece un chef que dé pruebas de saber desenvolverse en la
cocina, inconcluso al punto de requerir a cada paso auxilio del sistema que
intenta desplazar. De veras, no quiero pasar por conspiranoico, algo tan en
boga y tan rebuscado, además. Pero me arriesgo por resultarme interesante
trastear en los orígenes de ciertos hechos no para buscar afirmaciones o
reafirmaciones, sino porque la curiosidad, a veces, atiza datos sospechosos que
pueden servir para obtener un atisbo de la realidad. Así, no hay que olvidar a
Trotsky, cercano colaborador de Lenin, poco antes de la revolución de 1917,
de luna de miel en Nueva York, estrenando las primeras limusinas que rodaran
en la llamada Gran manzana, casado con la hija del banquero judío Abram
Zhivotosky, asociado a la banca Rothschild. Su fortuna propia, la de Trotsky,
no pasaba de la paga de sus artículos en un diario neoyorquino y cómo, más
tarde, parte hacia Rusia, vía Canadá, con unos veinte millones de dólares para
financiar la revolución bolchevique. Pocos años después, Jacob Schiff, agente
de los Rothschild, declaró haber donado esa suma. Más aún: lo apoyaron para
que creara y dirigiera en persona al propio Ejército Rojo. No eran zonzos los
banqueros judíos de Wall Street. No pagarían millones de dólares para que
Rusia se hiciera de un fuerte ejército que no respondiera a alguien que les
sirviera. Cuando los canadienses detuvieron por casualidad el viaje de Trotsky,
desde Nueva York a Petrogrado, pensando que un aumento de la temperatura
revolucionaria en Rusia podría hacerla salir de la guerra, algo que alargaría el
conflicto pudiendo aumentar las bajas del ejército canadiense, haciendo todo
más gravoso, fueron autoridades británicas quienes sugirieron a las de Canadá
dejar al judeo-ruso proseguir viaje. Y al final del balance nos queda, me parece
y les parece también a muchas otras personas, que la creación del estado
comunista ruso no fue más que un rejuego de banqueros para sacar del juego
al zar que les ponía difícil hacerse de los pozos de petróleo de Bakú y de paso
crear una amenaza segura para próximas guerras ¡Qué tantas ganancias
generan! Porque ¿Qué es la Historia, si no el recuento de las guerras humanas?
Y ¿Para qué las guerras si no para despojar a otros de sus riquezas? Y mucho
mejor si son otros quienes guerrean, entiéndase los que quedan mutilados
cuando no muertos, sobre todo desde que Thomas Malthus probó
matemáticamente que está sobrando gente en el mundo. Todo, mientras el
tiempo pasa para todos, sigue igual sin diferencias. En el terreno los que
cuelan goles o les sacan tarjetas en colores, cuando acaba el partido, se van a
casa en Porches o Lamborginis, mientras que, los que aplaudimos, gritamos y
pagamos las entradas o compramos los productos que ellos promocionan,
hacemos cola para el bus. Así es, por lo menos para muchos, que viven en
Europa. Por eso, por lo otro y por lo de más allá. En palabras rectas porque el
establishment está diseñado para para garantizar la comodidad de los
poderosos a expensas del trabajo, el sacrificio, la vida y la muerte de la
mayoría, que somos las personas ordinarias. No se trata de juicios politiqueros,
ni de crítica social, de trata de ejemplificar cómo todos servimos de escalones
para que otros realicen sus gratas existencias. Moraleja: cuando yo era niño
existían muñecos de cuerda (ahora tienen baterías) no gastes la carga de la
tuya en asuntos que sirvan para garantizar la vida extraordinaria de otra
persona que no seas tú.



IX.- NOTA A FIN DE MEJORAR
NUESTRA COMPRENSIÓN DE
NOSOTROS MISMOS

Paul D. Mac Lean (N. 1 de mayo de 1913 –M. 26 de diciembre de 2007) fue
un médico y neurocientífico norteamericano quien hizo contribuciones
significativas en los campos de la psicología y la psiquiatría: Su teoría
evolutiva del cerebro triple propone que el cerebro humano es, en realidad,
tres cerebros en uno: el reptiliano, el sistema límbico y la neo-corteza; a lo
que llamó: cerebro tri-único. De esta forma, el cerebro humano puede semejar
una cebolla con tres capas siendo la interna la primaria; o sea, donde radican
nuestras conductas más cercanas al animal que todavía somos y que, por
supuesto, gobierna a las dos capas más recientes, desde un punto de vista
evolutivo. Dicho de otra forma, en las capas más externas radican los centros
encargados de promover la evolución y hacer que el ser que somos, y que se
manifiesta en este vehículo que se denomina Homo sapiens, pueda dejar de ser
un animal y convertirse en persona extraordinaria, real, es decir, en un ser
humano. Explicado de acuerdo al desarrollo histórico de las especies animales
(que es la teoría que aprueban los académicos y no estoy para que me llamen
la atención por indisciplina ya que en lo personal no las tengo buenas con
Darwin) primero surge el cerebro reptiliano; encargado de todas las funciones
instintivas como el impulso sexual, de supervivencia, equilibrio, etcétera y
automáticas y/o neurovegetativas como son la digestión, gestación, circulación
sanguínea, etcétera. Luego aparece sobre este, en especies superiores, el
sistema límbico, el cual va a encargarse de la aparición de las emociones
(miedo, ira, complacencia, etcétera) Más a posteriori, aparece la corteza
cerebral, donde se originan el pensamiento abstracto, el habla, la capacidad de
relacionar, procesar y almacenar información y tomar decisiones a partir de
este proceso. De modo que podemos distinguir en nosotros un cuerpo físico, el
cual todo el mundo puede apreciar sin problemas y no requiere explicación.
Este cuerpo que resulta un soporte, no es más que el vehículo donde se instala
o vive lo que, en realidad, somos. Tal soporte es lo que queda cuando morimos
según observamos a la simple inspección. Este cuerpo está regido por el
sistema reptiliano, el cual está formado por el tronco del encéfalo y el
cerebelo, y controla el comportamiento instintivo para sobrevivir, así como
controla, también, los músculos, el equilibrio y las funciones autonómicas
(digestión, respiración, latidos del corazón, producción de plaquetas, glóbulos
rojos y toda la bioquímica de que depende la fisiología, etcétera). Tenemos,
además, otro cuerpo, pero invisible a los ojos (para decirlo con palabras del
Principito) formado por nuestra forma de reaccionar, de forma emotiva, a los
estímulos de la realidad externa y, tal forma, es única en cada individuo. Aquí
entran (en el caso específico del humano) los sentimientos, la sensibilidad
artística, los estados de ánimo, la solidaridad, la empatía, la simpatía, etcétera.
La amígdala, el hipotálamo, y el hipocampo son los soportes orgánicos donde
se da lugar lo que, el doctor Paul D. Mac Lean, llamó sistema límbico.
(Aunque este término está en discusión porque eso de límbico no determina
con precisión lo que la ciencia requiere, pero no se trata más que de un asunto
de nombres. Por otra parte, quizás, ya no haya ninguna discusión sobre el caso
y hayan llegado a algún nombre consensuado, solo que no me he enterado ¡y
no porque no quiera! lo que pasa es que vivo en Cuba y ¡esto! es algo que los
que vienen de turistas desde el primer mundo no pueden comprender, unos
porque vienen a ver si lograr pescar unas mulatas y otras pues… porque
quieren subirse en la farola del Morro, entre otras actividades más culturales,
digo). También, podemos advertir otro cuerpo invisible a la vista, formado por
la suma o resultante de nuestros criterios y consideraciones, forma de
pensamiento, puntos de vista, formado por nuestro desarrollo intelectual,
capacidad de aprendizaje, etcétera y que se ejecuta en el neo-córtex o corteza
cerebral, tal como se ha dicho con anterioridad; membrana formada con la
llamada materia gris, cuyo espesor es de apenas dos milímetros y donde se
albergan unos veinte billones de neuronas; se ha calculado que para llenar a la
corteza cerebral de información visual, auditiva y kinestésica (kinestésica
agrupa tres tipos de información: olfativa, gustativa y táctil) se necesitarían
veinticinco mil años consecutivos ¡sin dormir! También, se ha computado que
una persona usa, con aproximación, entre un ocho y un diez por ciento de esa
capacidad, con la cual podría tener sesenta mil pensamientos diarios, el gran
problema del ser ordinario que somos es que, usando tan bajo potencial, podría
tener una vida plena, sin embargo, la cantidad de pensamientos que tenemos
hoy y qué ¡por supuesto! Ni siquiera alcanza la mitad de esa cifra, son los
mismos que repetimos durante casi toda la vida… y nos quedamos siendo un
animal de costumbres fijas o casi fijas; ya lo cantó el célebre Juan Gabriel: la
costumbre es más fuerte que el amor. Estos tres cerebros, propuestos por el
doctor Paul D. Mac Lean, tienen correspondencia con los clásicos cuerpos
sutiles los cuales son, aunque suene repetitivo, los que siguen: El primero de
ellos sería el cuerpo físico: nuestra estructura osteomuscular, la cual no tiene
ninguna dificultad para ser reconocida, se encuentra en el nivel de la primera
dimensión. El segundo cuerpo, relativo a la segunda dimensión, no es material
en el sentido del primero, sino que está conformado de una materia más fina,
pero podemos sentirlo pues es el que pone en movimiento al primero. Este
segundo cuerpo es el cúmulo de emociones y sentimientos que
experimentamos. Las emociones tales como el miedo, la ira, la tristeza,
desencadenan movimientos corporales, descargas hormonales en el torrente
sanguíneo las cuales producen erizamiento, palpitaciones, llanto, sudoración,
respuestas musculares para el movimiento, etcétera. Bajo estados emocionales
específicos se realizan actos, se dicen cosas, las cuales no se harían si estos
estados no aparecieran. La suma total de emociones, la gama de sentimientos,
la variedad de matices en este sentido es lo que constituye el segundo cuerpo,
al cual los místicos y algunos religiosos llaman: cuerpo Astral. El tercero, aún
más sutil, conecta con la tercera dimensión del ser humano, siendo el caudal
de pensamientos e ideas que podamos tener sobre el mundo circundante. Es el
llamado: cuerpo Mental. La mayoría, por lo común, todo el mundo, tiene, más
o menos, estos tres cuerpos dado que todos estamos en un mundo
tridimensional y nos comportamos tridimensionalmente, pero son cuerpos
deformes, rígidos, inacabados. El cuarto cuerpo, el cuerpo de la cuarta
dimensión, es la voluntad. La mentalidad es el sentido para conquistar esta
dimensión, pero los seres humanos más talentosos sólo utilizan un bajo
porcentaje de su capacidad mental. Los cuerpos sutiles nacen, crecen, se
desarrollan y mueren con cierta independencia del cuerpo físico. El
crecimiento, es decir, el desarrollo de todo cuerpo depende de la calidad del
alimento. El alimento de los cuerpos sutiles o, mejor dicho, los alimentos de
los cuerpos sutiles son, como en el caso del cuerpo físico, elementos que se
aportan desde el exterior y con los cuales, por sedimentación, acumulación,
etcétera, se va conformando tal cuerpo. Es decir, que, usted, se come una
galleta, la cual hasta ayer estuvo en las espigas de un campo de trigo y los
elementos de la galleta tales como proteínas, grasas, minerales, vitaminas,
etcétera, quedan conformando el tejido adiposo, muscular, etcétera y otra parte
se quema a fin de producir energía para producir movimiento corporal. Los
alimentos de los cuerpos sutiles (astral, mental y voluntad) son: las
impresiones. Su cuerpo emocional requiere ser alimentado de buenas
impresiones. Procure ser espectador de sentimientos amorosos, de emociones
de bondad. Ya sea por medio de libros, filmes, espectáculos, compañía de
personas; así como evite escenas de violencia, terror, grosería. Mientras más
afine la calidad de las impresiones que recibe mejor será su cuerpo emocional.
Con el cuerpo mental sucede lo mismo, procure incorporar buenas ideas y
pensamientos. Serán buenos aquellos que produzcan en, usted, agradables
sensaciones. Por lo general, todo aquello que a, usted, le parece bien (aunque
después descubra que no sirve), grato, importante, no se lo niegue a sí mismo.
Por otra parte, recuerde que está vivo en este mundo y por tanto está
produciendo, quiera o no, impresiones, que son alimentos para los cuerpos
sutiles de los demás. Reconozca su nivel de responsabilidad en el mundo y sea
creador de impresiones de calidad a fin de participar en la creación de otros
mundos sutiles. Dicho de otra manera: no se queje de sus achaques, ni de sus
dolores ante quienes no se lo va a remediar pues no son médicos, con esto crea
una impresión de derrota, de dolor, de pena o quizás esa persona se alegre de
que sea, usted, el dolorido y no él. De las dos formas, usted, crearía en los
demás una mala actitud ante la vida. Habrá distorsionado y deformado la
realidad de ese individuo. Trate de no convertir la vida ajena en el basurero de
la suya. Le sugiero valorar la idea de no hablar sobre riñas, acerca de guerras,
de miseria, de enfermedades o errores, los cuales no puede erradicar ni la otra
persona tampoco. Si puede erradicarlos, hágalo sin comentarios. Si habla,
comenta o difunde defectos de las cosas, de las personas o del ambiente en que
vive, estará aumentando la cantidad de mal que ya existe en el mundo, pues
será: el mal existente más el que, usted, introduce en el mundo sutil de los
demás; de este modo crea desconfianza, miedo, incertidumbre e inseguridad.
Esto no quiere decir que no pueda hablar de defectos, penas, errores, guerras o
problemas, o que alguien se lo prohíba. No. Usted, puede hablar de todo, de
cualquier asunto, pero sólo cuando su participación, su intervención, su
pronunciamiento sobre tales temas sea para resolverlos, calmarlos,
apaciguarlos, o para al menos afrontarlos con decisión cuando no se puedan
evitar o resolver. Por otra parte, si, usted, considera lo expuesto aquí como
algo sin sentido, pacato, y va a continuar viviendo para hacer todo lo contrario
pues me parece genial: eso verifica en, usted, la propiedad de un criterio
diferente. Identificamos a alguien con un cuerpo astral desarrollado cuando
experimenta emociones gratificantes, equilibradas, estables, positivas, que
sustentan la seguridad de la base física. A veces, tal individuo es tan raro, tan
fuera de lo común que nos choca, nos parece ofensivo, indiferente o egoísta.
El individuo podrá asustarse o encolerizarse (lo cual, resulta ser ejemplo de
emociones negativas) pero tales emociones las experimenta cuando algo, de
veras, afecta su integridad, la diferencia con el individuo común es que su
respuesta es siempre proporcional al estímulo que la produce y nunca se
excede porque nunca se reprime, siempre canaliza su energía hacia afuera. El
individuo puede parecer inalterable, quizás loco, pues atiende a un patrón
interno único, desconocido para los demás, por tanto, su respuesta es
imprecisa, no puede ser pronosticada, nunca se sabe cómo va a reaccionar, es
una caja de sorpresas. Es como un electrón cuya conducta, una vez sacado de
su órbita estable, sólo puede predecirse estadísticamente, pues no parece
seguir una ley fija. Tal individuo puede tener la apariencia del tipo duro a lo
Serpico, o a la de Robert Redford en el filme África Mía, o parecido a
Cocodrilo Dundee. Es alguien dueño de sí. Lo exterior no parece afectarlo. Un
individuo con un cuerpo mental desarrollado es un individuo con un cuerpo de
ideas y pensamientos propios, con un cuadro de nociones completo, con un
esquema personal para explicarse el mundo a su alrededor y sus
interrelaciones. Tal sistema podrá ser cierto o no, pero será coherente al menos
para él y actuará en correspondencia con lo que cree. Este sistema de ideas, es
lo que se llama: criterio propio. Tal, le servirá, o lo utilizará, para funcionar
con armonía con todo lo que sucede a su alrededor. El sistema puede no ser
exacto, o correspondiente con la realidad, pero sí sirve para que el individuo se
equilibre, y los sucesos sobre los cuales él no tiene elección o forma de
controlar, no lo afecten, en forma tan destructiva, como a otro individuo a
quien le ocurriese algo similar, significa que Me gusta. Sintiéndose en armonía
con el universo y no estando en desarmonía con él, puede decirse que poco
importa que no sea verdadero, el problema es que funcione de forma positiva,
produciendo la felicidad del individuo o por lo menos la satisfacción de estar
siendo lo que quiere ser. Siempre digo que, si algo no me sirve para ser feliz
pero sí para no sentirme desgraciado, ya es bastante, para ir empezando. Los
niños son carruajes con un caballo sin cochero, carecen de cuerpo mental. Son
seres sin control interno que pueden autodestruirse tal como un vehículo que
anda sin conductor. La ventaja del niño sobre el adulto es que su caballo se
dirige solo hacia lo gratificante (quiero recalcar que digo solamente) y se aleja,
de forma espontánea, de lo desagradable. Los esquemas culturales, la moral,
las tradiciones, las normas de conducta social, la llamada etiqueta, las
instituciones, las reglamentaciones, la religión, hacen que el niño vaya creando
un cuerpo mental (un cochero) que lo dirige hacia zonas negativas tales como
la dependencia psicológica, hacia la creencia de que existe una forma fija de
hacer las cosas, o hacia la necesidad de buscar reconocimiento ajeno, lo lleva
a evaluar lo que le ocurre en la vida y su experiencia de tal en función de la
idea de la justicia, algo descabellado porque el concepto de lo justo es una
creación humana, no existe en la naturaleza y para ampliación sobre esto
coloco a continuación un parrafito fragmento de mi libro Reflexiones de un
filósofo de barrio, publicado en Freeditorial.com, donde puede descargarlo
gratis: Aclaro que una cosa es lo que la realidad es, y otra lo que imaginamos,
lo que creemos sobre ella. Recordemos que pensamos, sentimos y actuamos en
función de lo que debe ser, en función de nuestro sentido de justicia, y justicia
en la naturaleza NO HAY: Los peces grandes se comen a los chiquitos, los
gatos a los ratones, los leones a las gráciles gacelas y no es nada justo para
los devorados. Mañana estornuda un chino y resbala una piedrecita en la
falla de San Andrés y se va al carajo la costa Este de San Francisco con Los
Ángeles y todo, y ¡tampoco! es justo. (Y lo del chino fue para no hablar del
Efecto Mariposa). Un individuo apático, abúlico, incapaz de entusiasmarse,
estimularse... por ejemplo un anciano que vive de recuerdos, es un ser
inmovilizado, es decir su cuerpo astral ha muerto o está agonizante. A pesar de
ello, el tal anciano del ejemplo, puede tener un gran caudal de conocimientos,
ser un erudito y tener un formidable criterio propio, o sea un saludable cuerpo
mental. Es el caso de un cochero con un carruaje, pero sin caballo. Otros son
entusiastas, viven para los demás, son expresivos, dinámicos, son servidores
porque no tienen motivaciones propias. Son seres con cuerpo astral pero no
mental. Son carros locos, carruajes tirados ¡solo! por el caballo: no tienen un
cochero que los guíe. Por eso necesitan resolver problemas ajenos, o sea,
necesitan a alguien que los guíe y dé dirección. El hombre medio, el
ciudadano común tiene sus cuerpos, emocional y mental, en estado
embrionario, en proceso de crecimiento, pero no tiene estos cuerpos
terminados o desarrollados y en la mayoría de los casos, dado que tales
cuerpos no reciben el alimento apropiado crecen deformes. El artista famoso,
el deportista destacado, el héroe victorioso, son personas de cuerpos astrales
más o menos terminados. Los científicos, los filósofos, los fundadores de
religiones, han sido individuos de cuerpos mentales más o menos terminados.
A veces el individuo advierte que su cuerpo emocional, o mental es horrible y
comprende que debiera cambiarlo por otro mejor, pero para ello deberá
destruir el que tiene y hacerse otro, lo cual implica un precio de dolor, un
impuesto de sufrimiento que no todo el mundo está dispuesto a pagar. Sin
embargo, cualquiera se hace aserrar brazos y piernas o abrirse las entrañas
para amputar un tumor. La persona extraordinaria sobre quien, usted y yo,
estamos tratando aquí, quizás, no disponga de un cuerpo físico en forma,
desde el punto de vista atlético; tal vez no sea, todavía, alguien con un cuerpo
emocional excelente; a lo mejor, no haya realizado aún un cuerpo mental que
pudiera tener un intelectual, pero ya rompió la inercia y está trabajando en
todas esas áreas porque sintió la angustia de no ser quien debe; y se hizo
consciente de tener, por su linaje, la promesa de una fabulosa herencia
inagotable y está gestionando recibirla, porque descubrió una actividad que le
da placer realizar y en la que se siente útil y la convirtió en su misión.


X.- LA PERSONA
EXTRAORDINARIA

Es alguien que evita consumir tiempo en quejarse porque ciertos eventos que
no son como le gustaría, son inevitables o imposibles de cambiar. ¡A veces se
queja! pero se da cuenta enseguida, y dice: quejarse no cambia las cosas y
estar alerta para darse cuenta le prepara para no tener que evitar quejarse
porque poco a poco deja de hacerlo pues reconoce que es inútil. Convertirse en
persona extraordinaria es estar alerta y darse cuenta. Esta persona llega a no
desear que las cosas sean de cierta manera. Es, con suficiencia, inteligente y
madura para saber que los eventos de la vida son cíclicos y siempre, siempre,
siempre van a ser dulces o amargos, placenteros o dolorosos. Y cuando lleguen
va a disfrutar unos y soportar otros, si no puede evitarlos. No es regocijarse
con todo lo que ocurre, se trata de aplicar la filosofía de aceptar lo que es.
Ciclones, terremotos y epidemias no le dan gusto, pero no consume su tiempo
en desear lo contrario de lo que está pasando, entiende que ¡es mejor! buscar
formas y medios para protegerse. La persona sobre la que tratamos no se
siente culpable, sabe que es mejor aprender con cualquier cosa sucedida en el
pasado que pasarse la vida rezongando, todavía, por lo mismo. Alguien así
disfruta con el buen humor, tiene habilidad para eso, pero, además, para
producirlo, y si hicieras algo con intención de molestarle o tan solo le haces
algo con lo cual otras personas se molestarían; tendrías de balde el tiempo
empleado, pues no te tomaría en cuenta. No pretende pasar por gracioso, pero
le pueden parecer divertidos muchos ambientes o contextos y puede reírse de
casi cualquier tema incluso de un asunto serio y hasta solemne, pero, con
honestidad, no le mueve la intención agresiva o irónica y nunca haría burla
sobre la discapacidad de otro ni sería capaz de ponerlo en ridículo; podría, de
muy buen talante, hacer burlas sobre sí mismo o crear anécdotas divertidas
donde pudiera quedar ridiculizada su propia persona. Le gusta reír junto con
otros, no reírse de ellos. Nunca se compra ropa para agradar a otros, compra la
que les gusta y le parece cómoda o fresca o duradera, no les importa que le
quede grande o que sea chillona o demasiado juvenil, si es mayor o ropa que
parezca demasiado seria, si es muy joven; si ve a un anciano en short y
sandalias en un lugar donde no hay playa no se ríe ni le da con el codo al de al
lado para que mire al vejete; quizás se ría, sí, pero de saber que existan otras
personas extraordinarias quienes andan por la vida con menos prejuicios que
el resto de la manada. Se esfuerza en preocuparse lo menos posible y, por esto,
puede parecer alguien no práctico; porque no es de los que acaparan para
cuando llegue, como se dice en Cuba, el tiempo de las vacas flacas, vive al
diario. Hasta que un día, repara en eso y hace un ahorrito discreto ¡por si
acaso! Pero que en la primera instancia gasta para seguir como hasta entonces.
Ama su libertad y quiere a su familia y a los demás, quienes les son próximos,
haciendo otro tanto y realizando sus propias decisiones y solventando sus
problemas por sus cuentas, por tal motivo pasan por egoístas o crueles, por
quienes no le conocen. Suele dar la impresión de ser gente huraña o poco
sociable porque es celosa con su tiempo, pasa mucho tiempo en soledad
realizando sus actividades ya que es autosuficiente en el sentido de preferir
hacerlo todo por sí misma, probarse haciendo cosas y no diciendo cuán
eficiente puede ser, quiere aprender, vivir la aventura de lograr algo nuevo y a
veces falla y termina dándose cuenta de que debe buscar un especialista, pero,
como dije, lo da por bien empleado. Por otra parte, como obra siempre de
buena fe y sin dobleces no cree que tengan que escoger con pinzas las palabras
a emplear para que los demás se sientan complacidos; muchas veces, la
urgencia por algo les hace olvidar dar los buenos días o las demostraciones de
agradecimiento del protocolo social. Al observar la existencia humana, se
percata de la inexistencia de un sitio a donde ir, por eso no considera momento
justo para hacer cosa alguna y en sentido estético no se preocupa demasiado
por la limpieza o por ser muy ordenado. Para una persona extraordinaria, la
limpieza y la organización son, nada más, tipos de instrumentos para ayudarse
en el trabajo pero que no tienen una finalidad interna. Puede ser creativa
debido a no sufrir de esa cierta neurosis organizativa. Aunque tiende a ser
anárquica, tampoco es anarquista, en realidad es muy difícil clasificarla. Una
persona así, tiende a evitar sitios donde sea norma la etiqueta y el protocolo.
Además, casi nunca, sus decisiones coinciden con las de la mayoría. (Entre
nosotros, pero ¡sin ser absolutos! creo que el anarquismo es lo que mejor les
va). Desde el punto de vista de las demarcaciones geográficas no aplica como
patriota pues considera las divisiones fronterizas como designios del poder y
del afán de conquista de familias que solo buscaban enriquecerse a costa de
los pueblos conquistados. Prefieren, mejor, verse como ciudadanos del planeta
y, como raza, parte de la especie humana. Ven las banderas y los atributos
patrióticos como ídolos y fetiches de utilidad para los gobiernos a fin de
enardecer a las masas en favor de sus conveniencias (las conveniencias de los
gobiernos) y facilitar conducirlos a guerras (a los pueblos no a los gobiernos,
estos nunca van a las guerras a menos que las pierdan) o para soportar
impuestos en nombre de derechos que no disfrutan y de la libertad que tienen
y a la cual les han enseñado a temer expresar. Si acaso el país donde viven,
estas personas, estuviera en guerra, no les alegrarían las bajas de los enemigos
porque, los tales enemigos, son tan humanos como los soldados del país donde
viven. Pensar así ha sido causa de considerárseles traidoras. No son fans de
nadie, no siguen a caudillos como si fueran ídolos ni gritan ni salen corriendo
tras el cantante de moda. Ven a todo el mundo como a seres humanos y no
ponen a ninguna persona sobre un pedestal por encima de la importancia de
otro humano. Aman la naturaleza, prefieren las escenas bucólicas y siempre lo
simple y natural a los productos o ambientes elaborados; por eso no tienden a
frecuentar restaurantes, bares ni lugares demasiado artificiales; aunque si
viven en ciudades populosas o capitales y alguna vez van por aventura o por
acompañar a alguien, lo disfrutan, pero si comienzan a sentirse incómodos no
tienen reparos en marcharse. Por lo general, la mayoría de las personas ven los
problemas de cualquier tipo, incluso los cotidianos, como eventos
amenazantes que constituyen un peligro o un riesgo para lo que entienden
como su amor propio; sin embargo, para estas otras personas diferentes no es
así; pueden encarar cualquier asunto con objetividad. No son gente enfermiza
o por lo menos no son de quienes andan contando sus achaques a quienes no
son médicos, consideran que pueden deshacerse de sus dolencias. Por increíble
que parezca, si no se culpan, por lo menos ¡siempre! se hacen responsables de
todo lo desagradable que puede ocurrirles. No tienen la opinión de que el
mundo deba ser cambiado, se dan cuenta que siempre hubo injusticias, pobres,
vagos, gente que se aprovecha de la necesidad de algunos para pagarles menos
y que intentar cambiar eso es un desgaste de energías donde no hay el menor
índice de éxito. También digo y repito que no necesitan el éxito, si lo logran lo
disfrutan como el primero, pero, en este caso ¡Caso que es el camino que
siguen los próceres, los políticos, los grandes líderes de pueblos intentando
arreglar el mundo y, al morir, dejándolo igual o peor! En este caso, repito, las
personas de las que tratamos, se dan cuenta que irían contra la voluntad de la
misteriosa fuerza creadora que da lugar a la existencia total, algo que no harían
porque son mensajeros de ella. Viven de manera holística y si el mundo no es
tal como a ellos les gustaría, se dan cuenta que eso, también, está bien. Uno,
puede hacerse una idea acerca de su salud mental (la de ellos) cuando, uno,
descubre que, para estas personas, lo que importa no es lo que la vida les hace
ni lo que les ocurre en la vida, sino lo que ellos logran hacer a pesar de eso.
Todo lo que hacen es producto del gusto por hacerlo, sienten una gran
necesidad de expresarse, están tan urgidos por terminar su trabajo, que
consideran urgente y útil, que tienden a ser un tanto chapuceros, aunque
quizás, diciéndolo con una palabra demasiado fuerte, el caso es que no les
preocupa haberlo hecho bien o mal o si llegó o no a cumplir su cometido. ¡Un
ejemplo! Son incapaces de poner carita porque leyendo un libro encuentre
erratas, no se ofende por eso, les parece una estupidez que alguien se
escandalice porque a un editor ¡o al autor! se le escaparon algunas comas
obligatorias según la gramática o algunos acentos en un título, o incurrió en
alguna falta ortográfica de más peso. También le parece exagerado, en algunos
casos (no en otros) cuando ciertos editores critican y/o comentan, aunque sea
de forma reservada con otros del gremio, que muchos autores reconocidos les
deban la fama, pero ni se pone bravo porque lo hagan ni anda por ahí
repitiéndolo y, si acaso, lo comentara, no denuncia la fuente. En realidad, este
trabajo de concurso exige un mínimo de diez mil palabras y me he pasado en
más de unas cuantas de lo que sería la norma. En realidad, no he terminado
con todo lo que podría continuar diciendo, pero, de todas formas, estoy
trabajando en cuatro nuevos textos donde sigo hablando sobre este tema, y
pienso escribir muchos más. A decir verdad, este contenido me apasiona
porque, cuando yo contaba entre catorce y treinta y cinco años, hubiera dado
¡Cualquier cosa! por haber encontrado un libro como este; quizás lo encontré
cuando tenía que encontrarlo y cuando ocurrió ¡Fue maravilloso! y hubiera
querido poder decirle a quien lo escribió cuánto bien me hizo, luego vinieron
otros y otros y otros libros que me ayudaron más, y todavía me sorprende
darme cuenta que me falta mucho más por mejorar. Si estoy escribiendo éste,
no es porque esté aquí en plan de profesor de algo, de salvador de vida, de
gurú iluminado ni poco menos; solo estoy escribiendo unas notas para
asegurarme de lo aprendido como estudiante, quizás, te sirvan para empezar a
construir la persona extraordinaria que mereces ser, que te gustaría y, en la
cual, todavía no has comenzado a trabajar. Al principio del libro, desde la
reseña, dije que mi premio sería la persona extraordinaria que serás, por eso
ahora, al final, os dejo mis dirección Emais: edwacor arroba gmai punto.com
Espero este texto haya llegado al menos a una persona que se disponga a crear
una persona así, aunque no es obligatorio, ser feliz tampoco.

FIN











ANEXO

EDUARDO N. CORDOVÍ HERNÁNDEZ


ENTREVISTA A
EDUARDO N. CORDOVÍ HERNÁNDEZ
Original: 25 de diciembre del 2016
Ve r s i ó n r e v i s a d a 2 8 d i c i e m b r e 2 0 1 7

Ve r s i ó n a m p l i a d a y re v i s a d a 8 d i c i e m b re 2 0 1 9

PREG: ¿Cree, usted, tener la suficiente importancia como


para merecer una entrevista en los medios?
RESP: Sí y no.

PREG: Explique eso.


RESP: Sería bueno definir qué significa la palabra importancia o
a qué le estamos llamando así, pero nos enredaríamos en la trampa
de las palabras; de modo que voy a considerar el concepto de
importancia que ¡supongo! la mayoría de las personas pueda tener
como para aceptar que alguien merezca se le entreviste; es decir:
una notoriedad fuera de lo común en algún sentido ¡que lo
distingue! y lo individualice al extremo de poder servir ¡no como
fuente de admiración! (algo muy ambicionado) sino como objeto de
inspiración; lo cual, marca una diferencia.

PREG: Antes de entrar a delimitar en qué radica su


importancia y ¡por supuesto! terminar la idea sobre el Sí y el No
que comenzó a explicar, creo interesante resumiera la diferencia
entre servir de fuente de admiración y/u objeto de inspiración.
R E S P : Es correcto. Cuando, usted, admira a alguien en alguna
medida lo coloca por encima de, usted; le dejo de tarea buscar un
diccionario de sinónimos y encontrar los de la palabra admiración,
verá que todos conllevan un significado de inmovilización, porque
la admiración crea un distanciamiento entre, usted, y quien es
admirado, creando una cierta conmoción la cual, de alguna manera,
lo limita para actuar desde su creatividad (la de usted) quedando
como un satélite de quien admira, vistiéndose tal como se viste,
repitiendo lo que dice, etcétera; pero, aquel ¡quien lo inspira! lo
moviliza, le anima porque la inspiración ¡no separa! sino que atrae,
se infiltra, lo une con el otro y, usted, termina diciendo: si él pudo
yo podré, si él llegó yo también puedo y si, de la misma forma,
termina vistiéndose parecido o diciendo lo mismo, será original y
no una copia.

PREG: Gracias, por favor continúe explicando el Sí y el No,


del inicio.
R E S P : Le decía: Sí, creo tener suficiente importancia. Y: No,
porque si la tuviera, los medios me entrevistarían y no me vería
obligado a entrevistarme yo mismo.

PREG: Pero no le parece que si, en realidad, la tuviera no


tendría que entrevistarse a sí mismo porque, los medios, lo
harían.
RESP: Debo recordarle algo: ya hace bastante tiempo los
científicos saben que la realidad es relativa, es una imagen mental
y, en última instancia, no existe, sino que es creada por quien
observa, eso dice la más moderna Física. Escucha, la Física
Cuántica es la teoría científica más exacta de todos los tiempos, su
margen de error es sorprendente de tan pequeño; si se hiciera una
medición entre Nueva York y la ciudad de Los Ángeles el error
sería como del diámetro de un cabello; siendo de tal forma, no creo
se equivoque en lo demás que afirma. Infórmate acerca de la
paradoja del gato de Erwin Schrödinger (premio Nobel de Física en
el año 1933) y luego me cuentas, es fácil encontrarlo en Wikipedia.

PREG: Tomo nota. Pero ¿por qué cree que los medios no le
reconocen la importancia que, usted, cree tener?
R E S P : Porque los medios de información y los periodistas,
responden a estamentos culturales, a intereses comerciales y sobre
todo políticos; están en función de lo que se ha dado en llamar el
establishment; y toda esa orientación es hacia afuera, hacia el
exterior del individuo, la función de los medios es orientar a las
masas hacia afuera, me refiero a nivel global, o sea, no me estoy
refiriendo solo a Cuba, La noticia es lo que pasa afuera de ti. En el
caso que nos ocupa ¡referido a mi importancia! es que es interna,
personal, íntima.

PREG: Bueno, bueno, me asalta la duda: si su importancia es


interna, personal e íntima ¿por qué merecería la atención de
alguien más?
R E S P : Comunicar mi experiencia puede ser interesante para
otros, aunque mi importancia, es decir mi hallazgo, sea distinto al
de ellos; el asunto de interés para todos no es lo que van a
descubrir pues ¡será distinto! a lo descubierto por mí, lo común a
todos es el proceso para descubrirlo… el cual puede ser más o
menos parecido, para no sonar absolutos.
También es de hacer notar que el hallazgo, por llamarle de algún
modo, tampoco difiere tanto como digo porque en última instancia
en lo genérico es exactamente lo mismo y que resumo con este
nombre: Darse cuenta de para qué vivimos, esto y el proceso para
llegar a eso viene siendo lo mismo para todo el mundo, la
diferencia es que yo nací para una cosa, aquél para otra y así por
ahí pa´llá, como decimos en Cuba.
Pero volviendo a la pregunta, concurren varias razones, sin orden
de jerarquía en su enumeración: uno, los humanos siempre se
interesarán por los humanos porque, psicológicamente, todos
funcionamos igual. Dos, porque todo el mundo se pasa la vida
buscando la felicidad donde no está y cuando aparece uno allá que
dice haberla encontrado, uno aquí quiere saber dónde; si dice ser
feliz, uno quiere verificarlo o por lo menos ver cómo es ser feliz
porque, si algo hay que saber, es que nadie sabe nada sobre la
felicidad, lo conocido por todos es que no lo son. Tres, porque
¡Cómo nadie se siente feliz! Pues la inconformidad consigo mismo
es el rasero universal pues quieren saber cómo es eso de ser feliz,
quieren un procedimiento, una teoría, una receta.

PREG: ¿Y, usted, trae una receta…?


RESP: No, no, no. Digo lo que la gente quiere… y muchos dan.

PREG: Pensé que iba a presentar algo en esta entrevista.


RESP: Exacto. Pero no una receta. Aclaro sobre las recetas que
otros dan y sobre el hecho de llamarlas yo recetas, puede parecer
que les resto valor; no es así. De hecho, las recetas son válidas y
hasta funcionan; el defecto es creernos que funcionen siempre y en
cada caso; pero el error es nuestro, no de las recetas y si vas a usar
recetas debes saber sus limitaciones. Lo que yo presento es el
ejemplo de mi vida, no para que seas igual a mí ni para que hagas
lo que yo, si no para que hagas lo que internamente sientes que
debes hacer y no sientas miedo hacerlo y si llegas a decidir hacer lo
que sientes; también, seas responsable de lo que suceda.

PREG: En definitiva ¿Cuál es la gran importancia de que


hablamos y, de la cual, dice estar en posesión?
RESP: Ahí está el detalle, no se trata de una gran importancia,
sino darse cuenta de no tener ninguna. Es la cultura, como dije, el
establishment, las tradiciones, la educación, la familia, las
instituciones, las que te hacen darle valor al tener una gran
importancia mediante nombramientos, títulos, diplomas, elevados
salarios, fama, premios, entrevistas, viajes, doctorados. Cuando
comienzas a acumular todo esto te da la impresión de ser cuando lo
que ocurre es que tienes: nombramientos, títulos, diplomas, alto
sueldo, fama, premios, entrevistas, viajes, doctorados… pero nada
de esto lo puedes ser. Todo esto solo puedes tenerlo. Solo te hace
feliz lo que logras ser. Y no estoy en contra de los diplomas y los
nombramientos ni de los premios ni de nada… solo digo que
debemos saber lo que representan y que lo malsano está en
buscarlos y hacer de ellos un objetivo, una meta preconcebida.

PREG: Ajá. Entonces ¿Qué es lo que hay que lograr ser?


RESP: Acabo de decirlo: NADA. Dije textualmente: no se trata
de una gran importancia; si no, darse cuenta de no tener ninguna.
Tener importancia es una ilusión creada por la mente y vivida por
la personalidad, es la personalidad quien se cree importante, quien
siente miedo de morir, quien se alegra con los premios, quien vive
en el futuro deseando éxitos…mientras olvida el presente.

PREG: ¿Está diciendo que debemos anular a la personalidad,


ser nadie?
R E S P : De eso se trata. Es un impedimento para la felicidad
humana y, en sus orígenes, es el mensaje de todas las religiones.

PREG: ¿Debido a eso ha publicado todos sus libros gratis en


Internet?
RESP: Sí, entre otras razones, además. Ya algunos de mis libros
llevaban escritos más de cuarenta años, Cuentos de otro mundo, por
ejemplo, lo escribí a principios de los años setenta del reciente
pasado siglo XX, y en realidad no hago nada con mis libros
engavetados, los libros ¡Se supone! se escriban para ser leídos.

PREG: ¿No tuvo otras opciones?


RESP: A finales de los ochenta zapateé La Habana buscando una
editorial que me publicara, Bebidas notables, y ninguna quiso, casi
por casualidad alguien me dijo: envíalo a la editorial Oriente en
Santiago de Cuba y lo mandé por correo, nunca he estado allí y fue
mi primer y único libro publicado en papel, hasta ahora, el cual
obtuvo éxito de venta, apenas salió al mercado, en aquella
oportunidad; según las estadísticas publicadas por el Instituto del
Libro en la revista Bohemia, se mantuvo en tercer lugar de venta a
nivel nacional durante dos semanas, algo notorio para un autor
desconocido; también, ayudó que le hicieran una cubierta preciosa.
Por aquellos días visitaba Cuba, el señor Diego Silva Lhemann,
presidente y fundador de AREGALA (Asociación de Reporteros y
Escritores Gastronómicos de América Latina y España) con sede en
Perú, quien compró el libro en un hotel; de regreso a su país
escribió a la editorial para ponerse en contacto conmigo y, así, me
envió un diploma honorífico por mi trabajo y publicó varios
artículos del libro en la revista especializada Menú Journal, de
amplia circulación en los focos hispanos del planeta. Todo esto me
hizo revalorar el libro y reescribir una versión ampliada la cual,
más tarde, en el año 2010, propuse a AZU Press Digital de New
York junto con mi novela, Conspiración en La Habana, pero debía
pagar por ambos una suma imposible para mí, y les propuse
descontaran el costo de la edición de mis posibles regalías, y,
actualmente, se oferta venta de tiempo de lectura o n l i n e en
loslibrosdigitales punto com sin posibilidad de descargar los libros
¡Bueno! opciones para publicar hay muchas, pero no se me han
hecho propicias. Hay muchas editoriales que te publican si pagas el
costo editorial pero no cuento con tal cantidad de dinero; las que
menos cobran, para mí resulta una millonada. La mayoría, aparte de
uno tener que pagar la edición, te pagan solo el diez por ciento de
las regalías; otras, como la norteamericana IBUKKO, te pagan el
cien por ciento, pero igual, no puedo costear el monto de la
inversión. La española CHIADO Editorial ofrece otra opción ¡me
parece buena! porque no hay que pagar nada; plantea un negocio
mediante una campaña publicitaria en la cual se buscan personas
que inviertan hasta cubrir el costo de la edición; pero, desde Cuba,
no me es rentable acceder a Facebook, YouTube, Google, Twitter,
etcétera pues es demasiado caro para mí y eso me imposibilita
hacer una buena propaganda en busca de amigos, fuera de Cuba,
quienes pudieran convertirse en socios, pero no creo que muchos
arriesguen sin conocerlo a uno, y ni siquiera conociéndolo; por otra
parte, el costo de edición de mi novela puesta en campaña es, en mi
opinión, astronómico no recuerdo bien ahora, pero era poco más de
tres mil euros, y me atreví a ponerlo en campaña por la aventura de
ver publicados durante tres meses la reseña y un capítulo para que
las personas valoraran y decidieran si invertir o no.
Así hasta que apareció Freeditorial.com donde uno se auto-
publica gratis y tiene acceso a la contabilidad de las descargas y
decidí publicar todos mis libros. Al menos, ahora sé que alguien me
lee, no creo que todos los que descargan libros los leen, muchos los
bajan, leen un poco y pudieran encontrar que no les gusta, esto es
normal, pasa hasta con los libros en papel, pero siempre alguien te
lee completo. Tampoco todo el que te lee queda satisfecho o está de
acuerdo con uno, y eso también es normal, pero alguno habrá que
sienta que tu libro le hacía falta; y si el libro lo ayudó a mejorar su
vida, no importa si se acuerda de tu nombre o no, porque al fin y al
cabo ¡Tampoco eres tu nombre!

PREG: ¿No teme, usted, a la piratería, que alguien descargue


un libro lo modifique un poco le cambie el título y lo plagie y
termine ganando dinero con el trabajo de, usted?
R E S P : Ya hay quien me lo ha dicho. Pero no, no le temo a la
piratería, la gente piratea lo que se vende, no lo que se regala. Por
lo general, la gente no le da mucho valor a lo que se obtiene gratis.
Aparte ya está publicado, alguna gente lo conoce y lo reconocería,
los ladrones roban, pero prefieren la impunidad con poco riesgo y
nadie está para buscarse problemas; además, asumen que si ninguna
editorial apostó a pagar por el libro es porque no vale suficiente.
Se piratea lo que tiene valor y si piratean mis libros es porque me
consideran bueno. Si alguien lo modifica y termina ganando dinero
con él, pues que le vaya bien. Gustarme, lo que se llama
gustarme… No, no me gusta, pero si sucediera creo que ni me
enteraría, entonces, para que voy a preocuparme por eso. Hago
como un árbol que da frutos para cualquiera, para el bueno y para
el malo, para el que tiene hambre y anda de paso y para el que
viene y se los lleva todo para ganar dinero y ni siquiera le echa un
cubo de agua en el tronco.

PREG: También está la opción de participar en concursos.


RESP: Es cierto, escucha, hay algo así como una ley de la vida o
de las probabilidades que dice: si estás el tiempo suficiente picando
piedras siempre encontrarás oro. ¿El asunto? no se sabe cuánto es
el tiempo suficiente, pero puede resultar agotador, para mí
demasiado. Además, la opción de los concursos es un arma de
doble filo, porque puedes quedar enamorándote del premio y
olvidando tu misión, escribiendo por unos miles de euros que tal
vez nunca ganes; quizás no lo creas, pero te puedes llegar a sentir,
sin ser demasiado puritano, como un mercenario de la pluma. En mi
caso, desde muy temprano no me llamaron la atención los
concursos: existe una literatura de concurso, existe una literatura
de moda, unos recursos estilísticos que pueden hacerte brillar más
que otros, porque existen temáticas que son más vendidas que otras
y están los golpes de la suerte, la cual, es loca y a cualquiera le
toca, dice el refrán. Además, mi caso, el cual es común para todos
los que vivimos en países del tercer mundo puede ser desgastante
porque sin una computadora (o un ordenador como se dice en
España) puede ser muy difícil y hasta casi imposible intentar
producir y dar a conocer una obra literaria, luego debes tener
correo electrónico, luego Internet, luego buena conexión y después
acceso a las redes sociales de amplia difusión; en Cuba, por
ejemplo, ahora mismo ( 12:10 h, 25 de diciembre del 2016)
rebajaron el costo de una hora en Internet pero le redujeron
¡cincuenta centavos! Ahora cuesta 1,50 c.u.c. o sea unos treinta y
cinco pesos una hora de internet (el salario promedio son unos 15
c.u.c.) en zonas de Wifi fuera de tu casa, al aire libre, sin
privacidad y con equipo propio, hay otros sitios con más privacidad
y comodidad y bajo techo por son recontra-mínimos. Todo esto para
poder participar en un concurso que admita trabajos vía Email.
¿Para qué vamos a hablar de certámenes enviados por correo
tradicional en papel y en ¡tres copias de la obra! ¿Imprimir una
cuartilla cuesta dos pesos en moneda nacional un texto de
doscientas páginas vale el salario de un mes de muchas personas en
Cuba y todavía no hemos hablado de encuadernación, sellos,
tiempo de tu vida en escribir, hacer gestiones… para qué contar?
Envié a decenas de concursos sobre todo a aquellos donde
publicaban a los concursantes, aunque no ganaran, en uno mi
trabajo, Contra la persona que soy, fue mención de ensayo, pero no
lo publicaron ni siquiera digital y eso que iban a ser publicados
todos los finalistas, más allá un poema fue seleccionado para una
antología de poetas latinoamericanos, pero ni siquiera pude
pagarme el libro en papel desde la Argentina. Me enviaron gratis el
libro digital.
Terminé decidiendo no enviar más a concursos, al menos no
como antes, porque añado: muchas veces el certamen estaba dentro
de mi línea, me sentía dispuesto, aceptaban la vía Email y contaba
con una dotación decorosa pero… tenía limitantes de cantidad de
páginas o de palabras o de caracteres, y en el caso del genero
novela ¡y era mi caso! o no llegaba o me pasaba y traté de reducir
¡o ampliar! para adaptar la obra a las exigencias y pretender que
me sirviera como ejercicio para resumir, para ganar en síntesis…
pero la obra perdía mucho o tenía que inventar cosas que no venían
al caso porque cuando terminas de decir, terminas de decir y todo
lo demás que digas, sobra; y si quitas, pierdes. Hablando con un
amigo, quien también escribe; me decía que, por otra parte,
asimismo, podrían plagiarle las obras, a lo que respondí ¡compadre,
entonces no participes en concursos! Háztela fácil. Si vas a andar
con miedos no mandes a concursos.
Y eso es lo que estoy haciendo. Pero no por miedos sino por el
desgaste, mucho trabajo y ni sabes si tienes al menos un lector.

PREG: ¿Pretende que otros sigan su ejemplo?


R E S P : Soy quien sigue el ejemplo de otros. No podría citar
nombres en este minuto, pero no creo ser el primero ni el único que
pone libros gratis en Internet, ni voy a ser el último. Sí, creo que
quienes sienten el llamado vocacional por escribir pero, también, se
sienten animados por inquietudes existenciales, proclividad por el
misticismo, la filosofía de la vida, el mejoramiento humano, el
esoterismo, el zen, etcétera pudieran utilizar la literatura como
camino de autorrealización, La literatura como recurso para ser
(frase con la que titulé un libro publicado en Freeditorial.com) y
cuyo primer paso sería el desapego de la propia literatura y ¡qué
mayor desapego que renunciar a ella! Quienes están o hablan de
estar en el camino de la autorrealización, a veces, ni se imaginan
que lo que tienen que realizar es la destrucción de su falsa
personalidad, que ser es: ¡ser nadie! y, para esto, conviene pensar
que la cultura y el saber deben ser gratis. Pero ¡eso! es algo que yo
(de momento) pienso, los demás pueden pensar lo que quieran y
está bien igual.

PREG: ¿No le gustaría ganar dinero por escribir sus libros?


R E S P : Sí me daría mucho gusto, pero no es algo que pueda
elegir. No depende de mí que ocurra. He sido bendecido por Dios
por cuanto puedo pintar cuadros, tallar madera y hacer figurillas de
barro cocido, estudié construcción civil y, hasta ahora, cada vez
que he tenido momentos críticos en mi economía personal, no ha
pasado mucho sin que llegue alguien deseando un cuadro, o un
bastón o que le restauren un santo o que le grabe unos nombres en
un par de copas, algo que no me da como para olvidarme de Dios,
pero que me permite comer dándole gracias todos los días.
Y claro que me gustaría vivir de escribir que es lo que me gusta
hacer, aunque todo lo que hago trato que me guste. Ahora que yo
crea que el producto de lo que escribo, que mis ideas sobre las
cosas puedan ser importantes y quiero comunicarlas porque
¡además de grato! me parece que es urgente, me parece que lo
debo, que es mi deber, y si puedo publicarlo pensando que a
alguien le puede servir para sentirse tan satisfecho con la vida
como yo, me doy por pagado. Y que ¡Escribir! sea como un hobby
no significa que no lo trate de hacer con profesionalidad. A veces
releo textos que he publicado y siento encontrar faltas, comas mal
puestas, ciertos giros se podrían haber dicho con menos recursos,
en fin… pero hasta Borges llegó a desautorizar ediciones por
insatisfacción con algunas de sus obras y citado por él mismo
cuenta que una vez le preguntó a Alfonso Reyes ¿Para qué o
porqué publicamos? Y éste le dijo: Para no tener que estar
corrigiendo eternamente los manuscritos. Así, creo que está bien
ser crítico y exigente, pero tampoco tan calvo que se le vean los
sesos, estoy seguro que quien necesita lo que estás escribiendo te
va a perdonar las faltas, yo he encontrado defectos en textos de
otros y me doy cuenta: cometer errores es una cualidad humana, no
un defecto, quizás no debía ser, pero nos equivocamos mucho. Sin
embargo, las abejas desde milenios hacen la miel perfecta; igual
que la leche, las vacas. Así que creo que nuestros defectos pueden
ser parte de nuestra perfección. Entonces, estaría incorrecto decir:
quizás no debía ser, pues estaríamos juzgando la realidad;
pensando: es mejor nuestra creencia sobre lo que es, que lo que es
realmente. Sin defectos, sin errores ni equivocaciones no habría
oportunidad de ser mejores ni de ser buenos. Es por ello que los
animales no alcanzan el valor de aquellos otros animales llamados
humanos pues, los primeros, no se equivocan, no tienen nada que
enmendar y si se les enseñara algo y durante tal aprendizaje
cometieran errores no serían propios sino del humano que los
educa.

PREG: ¿Se considera un buen escritor?


RESP: En algunos de mis libros hablo de mí como un magnífico
escritor; en algunos foros, me han llamado arrogante o tildado de
estúpido por eso, pero creía que estaba clara la intención
humorística, pues me burlo de ser escritor; de hecho, no me
considero escritor. Soy un hombre que escribe. Buen escritor o mal
escritor son cristales con los que miramos a quienes escriben y
dicen de sí: soy escritor. En algún lugar leí: en toda definición hay
una limitación y lo creo cierto. Ser escritor me parece ser
demasiado poco para un ser humano y desde otro punto de vista
tendría otra lectura: ser escritor me parece una exageración cuando
ya quedamos en que ser es comprender que somos ¡Nada!

PREG: ¿Podría precisar más esa nada?


RESP: Nadie te puede explicar el sabor de un mango, es algo que
debes probar y obtener ese conocimiento de primera mano. También
hay variedades de mango y todos tendrán sabor a mango y, sin
embargo, el bizcochuelo sabe distinto al tipo manzano y diferente al
filipino o a la manga, siendo mangos todos. Así que la experiencia
del vacío, de la nada, cada cual va a saborearla de otra forma que
es su manera. Lo que si voy a hacer es darte fe de que la nada
abunda más que aquello que, de forma común llamamos algo; y, en
propiedad, existencia material.
M i r a , GOOGLE INC., es el consorcio propietario de la marca
Google, uno de los principales motores de búsqueda de Internet. El
cuatro de septiembre del año 1998, Larry Page y Serguei Brin, los
dueños, fueron a patentar su marca, pero cometieron un error de
ortografía pues la palabra que iban a inscribir era GOOGOL, que,
en inglés suena muy parecido a GOOGLE. Tal palabra googol, fue
inventada en el año 1938 por el niño Milton Sirotta de nueve años
de edad, sobrino de Edward Kasner, un estadounidense de origen
judío profesor de Matemáticas, mientras ¡éste! preparaba una
conferencia sobre el infinito para sus discípulos en la Universidad
de Columbia.
Googol o gúgol, como se escribe en español, es el nombre del
número que resulta de elevar diez a la potencia cien, o sea: el
resultado es un uno seguido de cien ceros… Es un curioso número
ya que no tiene aplicaciones prácticas ni matemáticas. Representa
una cifra inimaginablemente grande pero que ¡Por supuesto! no
llega al infinito, pero es un valor mucho mayor que la cantidad de
¡átomos! que existen en todo el Universo Conocido.
Se calcula que, sin tener en cuenta la llamada materia oscura, la
cantidad de átomos que existen en todo el universo, es decir,
contando todas las nebulosas con todos sus soles, lunas y planetas,
cometas, asteroides, polvo cósmico y un largo etcétera; es un
número que está entre elevar diez a la potencia setenta y dos y/o
diez elevado a la ochenta y siete, o sea ¡No llega a un gúgol!
Esta curiosidad es para comprender que algo tan cuantiosamente
re-pequeño como un átomo y siendo el universo todo tan…
¡Inmenso! La cantidad de tales partículas se nos antoja ¡con esto
del gúgol! como un número que ya no nos parece tan grande.
Veamos otra curiosidad, escalofriante por lo próxima ¿Sabía,
usted, que el noventa y nueve coma nueve por ciento del volumen
de su cuerpo está vacío? Según la Física Cuántica, está establecido
que el noventa y nueve coma nueve por ciento de la masa del átomo
radica en su núcleo y que éste, tendría una dimensión ¡entre diez
mil y cien mil veces más pequeño que el tamaño total del átomo!
Por lo que, como promedio, si el núcleo tuviera el diámetro de un
centímetro, en proporción, la distancia a que estaría un electrón
girando alrededor suyo sería de ¡un kilómetro! Por otra parte, el
núcleo, aunque parezca macizo no lo es, pues protones y neutrones
se encuentran girando unos sobre los otros sin ponerse en contacto.
En proporcionalidad, si estamos formados por átomos,
mantenemos, por carácter transitivo, la misma distribución de
vacuidad: ¡El noventa y nueve coma nueve por ciento! de nuestro
cuerpo está: VACÍO o en mayoría nos forma, como se dice en las
funerarias: NADA.
El hecho de que puedan existir los famosos agujeros negros,
cuerpos cósmicos cuya densidad másica es de tal enormidad que un
centímetro cúbico de ella podría pesar cientos de miles de
toneladas, explicaría la gran cantidad de vacío en la materia que
conocemos y que podría ser comprimida hasta esos extremos. Otro
fenómeno que puede dar una idea de la gran cantidad de espacio
vacío que tiene la materia, considerada maciza es que los neutrinos
que emite el sol, pueden atravesar la Tierra, entrando por un punto
cualquiera y salir por su antípoda, sin colisionar con ninguna otra
partícula elemental. Hago notar que partícula elemental no es un
átomo, sino el nombre recibido por cada una de las piececillas que
lo forman, las cuales a su vez tienen, en propiedad otros nombres:
electrón, positrón, neutrón, etcétera.
Pero hay más, se sabe que las partículas elementales parecen
emerger de ese vacío, en términos prácticos se hipotetiza que
somos ¡Ese vacío! del cual formamos parte y que es, ese vacío, lo
que es la vida, lo que llamamos naturaleza, realidad, inteligencia
universal, es decir, Dios.
De acuerdo con los modelos actuales que el estado de la Física
propone, sólo el cinco por ciento del Universo Conocido está
formado por lo que llamamos materia ordinaria, es decir, que tiene
masa.
Repito, Del cien por ciento que constituye el universo, solo ¡El
cinco por ciento! es material en la forma que suponemos la
materialidad de manera ordinaria. El noventa y cinco por ciento del
resto del universo, que llamamos conocido, tiene ese nombre
(Conocido) porque es hasta dónde nuestra capacidad tecnológica de
visión alcanza o llega a apreciar objetos cósmicos considerándose,
por tanto, hasta tal límite; ese noventa y cinco, que llamamos el
resto del universo, hasta hace pocos años era considerado vacío.
Hoy se calcula que el veintitrés por ciento está compuesto de
materia oscura y el setenta y dos por ciento, restante, lo compone
energía oscura. Este calificativo de oscuridad es para determinar
su invisibilidad pues su masa es: ¡CERO!
En astrofísica esto de materia y energía oscuras vienen a
hipotetizar la necesidad que, en un momento anterior de la historia
de la Física, cumplió el concepto del éter para poder explicar
ciertos fenómenos de la luz que, con posterioridad, los trabajos
experimentales de Thompson y alguien más de quien no recuerdo
en este momento el nombre (si le interesa: búsquelo), parecieron
demostrar que ¡el éter! era un error. Ahora, en lugar de éter, es
necesario introducir los conceptos de materia y energías oscuras,
con lo cual las ideas del éter o del vacío desaparecen, aunque
significan lo mismo.
Toda esta descarga sobre Física es para dejar en términos de
cierta seguridad científica el hecho de intentar sintonizar y llegar a
lograr cierta estabilidad de constancia con este vacío, repito: lograr
crear cierta familiaridad con la nada. Si estás situado en una
emisora radial que transmite noticias y quieres oír música tienes
que salir de la frecuencia noticiosa, entrar en la zona de silencio
radial, entiéndase ¡el vacío! para poder encontrar la estación
musical. No puedes sintonizar una frecuencia de radio si estás
escuchando otra, debes mover el dial salir de la emisora para hallar
la deseada. Otro ejemplo: si apeteces beber té caliente, pero tu taza
está llena de té frío debes vaciar tu taza, si viertes té caliente en tu
taza llena de té frio, se derramará, la taza no podrá contener más té
estando llena. Igual ocurre con la mente: mientras estés estresado
con la cotidianidad de los eventos repetitivos de la vida ordinaria
no podrás vivir una vida extraordinaria. Quien parece tener un
cierto control de tu vida es tu personalidad, pero ¡no eres tu
personalidad! La personalidad es algo externo, es alguien artificial
que ha sido aprendido e instalado en el disco duro de tu mente
como un software malicioso desde tu niñez. Si quieres conocerte a
ti mismo, encontrarte con tu esencia, con tu vocación, con la fuente
de la felicidad y la optimización de tus procesos fisiológicos: como
son mejorar tu capacidad mental, tu estado de salud, elevar tu
sistema inmunológico, ser feliz o tener un encuentro personal con
Dios, no queda otro remedio que entrar en el vació en el silencio
interior, aquietar tu personalidad, darte cuenta que estás inflado de
afanes egotistas, egocentristas, ególatras los cuales conspiran
contra la calidad de tus estados emocionales. Eso de querer ser
escritor, ser famoso, ganar mucho dinero son resultados, no
objetivos. No es que sea malo querer ser escritor o disfrutar la fama
¡A ver si nos entendemos! Se trata de no convertirlo en necesidades
sino en medios. La vida es una locura sin control, te hablo de entrar
en cierto control de esa locura; ninguno de los eventos que ocurren
en la vida tienen más importancia que otros, pero como de todas
formas tienes que vivir algún tiempo en este mundo, te hablo de
vivir esos eventos como si fueran importantes, pero sabiendo que
no lo son. Y, la vida, comenzará a tener otro sabor.
No eres la vocecita que está todo el tiempo hablando en tu cabeza
y dice Yo de sí misma. No puedes parar de pensar, esa voz que usa
tu idioma natal y que está hablando sin cesar dentro de tu cabeza es
tu personalidad, dicho en otras palabras: no eres tú. Debes detener
el flujo de tus pensamientos y hacer silencio interior.

PREG: A menudo, menciona a Dios ¿Es, usted, religioso?


RESP: Sí y no. No en sentido institucional o denominacional.

PREG: ¿Significa que no se congrega?


RESP: Significa que no me afilio, no me comprometo con esta o
aquella vertiente religiosa. Me considero amigo de todas las
religiones y me siento bien visitando una iglesia bautista u otra
pentecostal o adventista o católica.

PREG: Hay quien llama a eso, en sentido un tanto peyorativo,


ser un cristiano cultural.
RESP: Ahí tiene, usted, a alguien que piensa diferente.
PREG: Dice ser amigo de todas las religiones, pero solo ha
nombrado denominaciones cristianas. To d a s suena un tanto
absoluto ¿Puede decir que no tiene preferencias? ¿Se siente
amigo, también, del islam?
R E S P : Sí, tengo preferencias, pero eso no impide la amistad.
Uno puede tener muchos amigos, pero siempre tiene más intimidad
con unos que con otros sin dejar de ser amigo de estos. Y, sí, me
siento, también, amigo del islam. Recuerdo que mi padre, siendo un
guajiro sin estudios ante algún acontecimiento venidero que
pudiera ser trascendente para bien o para mal, siempre decía, casi
con irreverencia: ¡Qué sea lo que sea! O si no ¡Qué sea lo que
Dios quiera! o de otra forma ¡Qué sea lo que Dios quiera que sea!
Como si no le importara el futuro, como si a todo le diera lo misma
importancia. Lo cual, mi madre siempre le reprochaba como si
fueran blasfemias. Sin embargo, hoy sé que uno de los
fundamentales principios del islam es la aceptación inquebrantable
de la voluntad de Dios.

PREG: ¿Podría señalar su preferencia religiosa y el motivo, si


lo hubiera?
R E S P : Desde niño en el único dormitorio de la casa había un
pequeño cuadro de la Caridad del Cobre, pero no recuerdo que se le
pusieran flores, cuando tenía yo unos diez años de edad, más o
menos, se cayó al limpiarlo y se rompió el vidrio, pero no se
repuso, y se guardó el marco con la litografía; no fui testigo de
adoración a imágenes. Tampoco visitábamos iglesias ¡Un día!
quizás, cada cierto tiempo asistíamos por compromiso a algún
bautizo, pero eso era un acontecimiento raro. Cuando triunfa la
revolución del año 1959 yo tenía nueve años y mi formación
escolar, académica y social fue de dirección atea. El marxismo-
leninismo era (aún lo sigue siendo) la filosofía oficial del estado y
asignatura obligatoria en todos los grados académicos,
politécnicos, cursos eventuales, etcétera. Creer en Dios o ir a la
iglesia era como un estigma que todo el mundo evitaba. Para
conseguir acceso a un trabajo o derecho a un curso de formación
laboral, cambio de trabajo, etcétera había que llenar un
cuestionario donde te preguntaban si tenías creencias religiosas y
cuáles, así como si tenías familia en el extranjero y dónde. Ostentar
algún símbolo religioso como crucifijos, medallas o collares podía
ser objeto de críticas, miradas inquisitorias demostrativas de estar
ingresando dentro del cálculo de los sospechosos, todo lo cual,
podía poner en peligro tu status laboral tu estabilidad económica…
pero no había persecución ni sanciones por ir a la iglesia o ser
religioso, era tan solo algo que sabías podría perjudicarte. En los
primeros años de la década correspondiente al año 1980 comencé a
interesarme por las prácticas de yoga y por esta vía inicié mi
relación con la persona de Jesús, algo raro porque pertenecen a dos
culturas distintas. El motivo de mi preferencia por el cristianismo
se debe a su acentuada referencia cultural en la parte del mundo
occidental en que vivo.

PREG: Si acepta tener preferencias ¿Tiene, también,


repulsiones? Por ejemplo ¿a fundamentalistas…?
RESP: Puedo aceptar que hay actitudes, hechos, temas, etcétera
que no me resultan simpáticos, pero no podría ponerle la etiqueta
de repulsivos; el caso de los fundamentalismos, podría ser un
ejemplo, Es muy difícil valorar caso a caso el nivel de antipatía,
dicho sea de paso, creo que en muy pocos sería antagónico, si lo
hubiera.

PREG: ¿Los fundamentalistas islámicos, por ejemplo?


RESP: Esa área, la de mis posibles repulsiones, es una parte para
mi uso exclusivo; es, por tanto, privada, personal y secreta. Sobre
todo lo que pueda hablar, trataré de hablar lo mejor, si se lo
encuentro; si es muy evidente que no, me callo. No estoy aquí (en
este mundo) para juzgar nada ni a nadie. No es la auto-imposición
de ser imparcial a ultranza, sino la convicción de que nunca tendré
suficientes elementos para conocer la verdad a fin de establecer
justicia, así que mi sanción más drástica es apartarme y evitar me
dañen.

PREG: Pasemos, entonces, a otro tema. En su obra se aprecia
algo de crítica social, discreta, pero la hay, y ha publicado en
Primavera Digital, un diario de franca oposición al estado
cubano ¿Se considera, usted, disidente?
RESP: No soy disidente. La disensión dice ¡No! a algo, excluye.
Mi intención es holística, trato de incluir, de sumar, de tender
puentes para unir no de levantar muros para impedir comunicarnos.
Si bien me negué a declararme como escritor podría decir: soy un
comunicador. Eso sí. Llegué a Primavera Digital con idea de
publicar, quería publicar mis opiniones sobre cualquier cosa, no
andar buscando noticias sobre violaciones o defectos en el estado,
algo para lo cual sobra gente y llegué allí con idea de hacerlo gratis
y resultó que pagaban y muy bien, por cierto. El diario salía o sale,
no sé ahora, una vez por semana, yo solo logré publicar una vez por
mes, me publicaron y cobré tres artículos… luego me dijeron que
no había dinero para pagar, no sé si fue excusa para darme el bate,
como se dice en Cuba o si fue real, En realidad, no me interesa
averiguarlo. Hubiera deseado que durara más, porque ganaba bien.
Pero siempre recuerdo un pasaje del filme Hair: cuando el padre se
despide del hijo, que va para la guerra en Viet Nam, le dice algo así
c o m o : Deja que se cuiden los listos, que a los tontos los cuida
Dios. Y que viene siendo algo así como: Que sea lo que sea, porque
cualquier cosa que sea, va a ser para bien.

PREG: Bien creo que sería demasiado extenso continuar la


entrevista a pesar de que quedan otras áreas por explorar que
podrían ser interesantes. Quizás en otro momento posterior, si
esta entrevista, tiene algún resultado positivo, de aceptación,
visitas, comentarios, descargas…etcétera. Muchas gracias, por
su tiempo.
RESP: Ha sido un placer. Gracias.

FIN

DATOS DEL AUTOR:

Eduardo N. Cordoví Hernández


Contacto:
edwacor arroba gmail punto com
Nacido en Ciudad de La Habana el veintinueve de octu​bre del año 1950.
Graduado de constructor civil en el ITC José Martí, ceramista, pintor y
escul​tor autodidacto. Ha realizado exposiciones perso​nales en
instalaciones culturales del munici​pio 10 de Octubre. Ha publicado en
dia​rios y revistas del país y en la revista peruana de circulación
continental Menú Journal. La Editorial Oriente publicó en el año 1989 su
libro BEBIDAS NOTABLES siendo un best seller nacio​nal según las
estadísticas de venta del Instituto Cubano del Libro publicadas en la
revista BOH EMIA, obtuvo un diploma honorífico por esa obra, de la
Asociación de Reporteros y Escrito​res Gastronómicos de América Latina
y España (AREGALA) con sede en Perú. Ha impartido conferencias de
divulgación cultural en la Casa de los Escritores de la Víbora, en el Video
Club de Ave. Camilo Cienfuegos esq. a 21 en Lawton, así como en
diversas entidades religio​sas y estatales. Ha escrito para programas de
radio de divulgación científico-técnica. Actual​mente (enero del año 2018)
trabaja en la Editorial Letras Cubanas del Instituto Cubano del Libro. Ha
publicado dos obras en Internet por AZUPress Digital de New York:
BEBIDAS NOTABLES en una versión ampliada y su novela CONSPIRACIÓN EN LA
HABANA. Escribió algunos artículos en la sec​ción de opinión del periódico
digital El Impar​cial de N.Y. Ver los sitios web: loslibrosdigitales
puntocom y elimparcialny punto com e igual para el diario digital
primaveradigital punto com.

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