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Dedicado

a las personas que


me han servido de inspiración.












A. V. Tascón

INDICE
INICIO
LA MALDICIÓN
ESMERALDA
ZAFIRO
DIAMANTE
RUBI
DIAMANTE. LA VUELTA
AMATISTA
LAS PLANTAS
ÚLTIMA BATALLA
FINAL DE LA HISTORIA


INICIO

Abilio: "Güelu". ¿Qué diferencia hay entre oportunidad y destino?.
Pregunta Abilio, tumbado en el sofá que había colocado en el salón, al
lado opuesto de la chimenea, desde la que el hombre veía caer la nieve a través
de la ventana.
Abuelo: ¡Cómo ya te he dicho muchas veces!. Oportunidad es el tren que sólo
pasa una vez en la vida y para cogerlo necesitas estar preparado en el lugar
preciso en el momento oportuno, y destino es el tren que pasa varias veces por
tu vida.... ¿Por qué me haces esta misma pregunta tantas veces?.
Abilio: Para ver que me contestas.... La verdad es que necesito una chispa que
encienda la antorcha con la que iluminar el camino que deben seguir mis
pasos.
Abuelo: Quizás, esa chispa, no sea una palabra, sino una persona.
Abilio: ¿Una persona?, ¿quién podría ser?. En mi larga vida he conocido
muchas personas de distintas culturas y de distintas épocas, y en ninguna, he
visto ni encontrado nada, que me de una pista para resolver este misterio.
Abuelo: Si tu destino es encontrar ese camino, tarde o temprano lo hallarás.
Respondía el abuelo, mientras transcurría la fría y nevada tarde de
invierno, en un pequeño pueblecito, incrustado entre elevadas montañas
leonesas. Quien estaba de pie delante de la ventana del salón, observando
como los copos de nieve cubrían el sombrero de paja, que sus nietos y nietas
recientemente habían colocado sobre la cabeza del muñeco de nieve, que con
tanto esmero y trabajo, habían creado. Las risas y el alboroto de los
chavalines, inundaban las estrechas y empedradas callejuelas del pueblo, a las
que daban forma las viejas casas construidas a base de piedra y madera.
Cuando la tarde perdía sus tenues rayos de luz, los guajillos entraron
corriendo en casa, tirando por donde coincidía, las botas, los guantes, las
bufandas, los gorros y los abrigos, después de haber estado jugando con la
nieve. La abuela les esperaba con unas tazas de chocolate recién hecho y unas
rosquillas caseras, servidos con todo su cariño, sobre la vieja mesa de madera
situada en la cocina, e iluminada con un viejo candelabro de cinco brazos, con
sus correspondientes velas a medio uso. Los niños no le dieron importancia a
las velas y se tomaron el chocolate como una exhalación, sin apenas
saborearlo. Según acabaron, se fueron al salón a jugar con la videoconsola.
Cuando pulsaron el botón de encendido de la televisión, se dieron cuenta de
que no podían utilizarla, no había electricidad en la casa, todos rezungaron y
se propusieron alternativas. El abuelo, que se había sentado en su mecedora
enfrente de la chimenea al calor de sus llamas, les estaba oyendo, y les invitó a
que escucharan una de sus historias. Los niños no le hicieron caso, excepto
Mario.
Mientras, los hermanos, primos y primas de Mario se sentaron en la mesa
del salón a jugar a las cartas, bajo la luz de las velas. Mario arrimó la puerta,
se acercó a su abuelo, cogió unos troncos de roble, situados junto a la
chimenea, y los arrojó con suavidad a la lumbre, para evitar que saltaran
chispas. Después se sentó en la alfombra, al lado de la mecedora que ocupaba
su abuelo, y se dispuso a escucharle con gran interés, mientras ambos
observaban como prendían fuego los leños recién echados.
El abuelo comenzó a relatar la historia:
Abuelo: Lo que te voy a contar no es un cuento, ni una leyenda, es una
historia real en la que un sencillo hombre se tuvo que enfrentar a mil peligros
para salvar a su familia y amigos de una maldición…, “La maldición de las
cinco gemas”. Nuestro protagonista, Bily, había oído hablar del Castillo de
Luna y se disponía a visitarlo con su mujer Jennifer, su hija Ailish, su amigo
Tristán, Genoveva la mujer de éste y Dylan el hijo de ambos.
Mario: ¡Quieto parao güelu!.
Abuelo: ¿Qué te pasa?,
Mario: ¿Va a durar mucho la historia?.
Abuelo: Si.
Mario: Entonces, antes voy al baño y a por un par de tazas de chocolate
calentito, para los dos.
Abuelo: Esa es una buena idea, pero no te olvides de las rosquillas.
Al poco tiempo Mario ya estaba listo para seguir escuchando la historia
de su abuelo, quien continuó con su relato mientras saboreaba el delicioso
chocolate.

LA MALDICIÓN

Bily conducía su furgoneta por la serpenteante carretera que discurría al
lado del rio, siguiendo las indicaciones que Tristán le decía mientras
consultaba el mapa. Después de un largo viaje, desde su Asturias natal,
llegaron a un desvío, donde vieron una indicación hacia un merendero, lugar
en el que debían dejar el vehículo y continuar a pie.
Tristán: Cuando llegues al siguiente desvío, debes girar a la izquierda.
Bily: A sus ordenes mi sargento.
En vez de girar a la izquierda, Bily giró a la derecha y se metió por un
camino lleno de baches.
Tristán: ¿Pero qué haces?.
Bily: ¡Girar!, como me dijiste.
Tristán: Si, pero a la otra izquierda.
Bily: ¡Si, señor!.
Jennifer: A saber en que estarías pensando.
Genoveva: Cada día eres más peligroso.
Bily dio marcha atrás, salió de nuevo a la carretera y posteriormente giró
hacia en camino correcto.
No eran las once de la mañana cuando llegaron al merendero y aparcaron
la furgoneta, nada más apearse, mientras se estiraban, pudieron observar como
el rocío de la mañana que descansaba sobre las finas hierbas, les mojaba su
calzado, los gorriones iban y venían al merendero en busca de algún resto de
migas, los jilgueros acompañaban el susurro del agua del rio, con sus dulces
cánticos. El sol comenzaba a asomarse por encima de las cumbres de las
montañas, para hacer llegar sus calurosos rayos al fondo del valle.
Mientras los adultos contemplaban los bosques que pintaban de verde las
montañas, los niños salieron corriendo hacia un puente de madera que cruzaba
el rio de cristalinas aguas. Bily y Tristán cogieron sus mochilas y se las
echaron a la espalda. Las dos mujeres y Tristán emprendieron el camino hacia
el castillo, al tiempo que Bily se fue a buscar a los niños a un puente cercano.
Cuando llegó, les vio en la orilla, conversando con un viejo pastor y
acariciando una pequeña perrita negra que le acompañaba. El hombre estaba
sentado en una roca desde la que vigilaba, como su rebaño de ovejas churras
pacía las verdes hierbas, mientras eran guardadas por grandes mastines
leoneses. Bily se les acercó y le dijo al pastor.
Bily: Buenos días, ¡cómo madruga usted!.
Pastor: El sol es la fuente de la vida, y tenemos que vivir al ritmo que él nos
marque y no al de un reloj.
Bily: Hablando del sol, parece que hoy brilla con esplendor, seguro que vamos
a tener un buen día.
Pastor: El brillo del sol trae luz al día, pero también puede traer oscuridad a la
vida.
Bily: Con esos mastines, seguro que ningún lobo se acerca al rebaño.
Pastor: Cuando el lobo aúlla a la luna llena, la noche anterior al solsticio de
verano, la tormenta trae malos presagios, para quien no lee las señales.
Bily se quedó perplejo pero no hizo caso a las palabras de viejo pastor.
Bily: Hasta luego buen hombre.
Pastor: Ayer oí a los lobos cantar a la luna.
Dylan: Adiós señor pastor.
Ailish: Adiós señor, adiós Chispita.
Bily: Por cierto. Me gusta tu capa.
Pastor: Es la típica capa de los pastores de mi tierra. Aliste.
Bily recogió a los niños y de una carrerilla se pusieron a la altura del resto
del grupo, quienes caminaban por el angosto sendero, delimitado por dos
hileras de chopos, una por cada lado, y por salgueras y avellanos bordeando el
rio. Iban distraídos hablando entre ellos, y dejándose atrapar por la naturaleza
que les rodeaba. Casi una hora más tarde, llegaron a un claro desde el que
pudieron apreciar cinco imponentes torreones, colocados de forma aleatoria
dentro de una muralla de piedra, construida sobre la pared de roca, dando
forma al famoso Castillo de Luna, y entre los que destacaba uno, por ser más
alto que el resto y por presentar una vidriera con una orientación sur. Desde
lejos el castillo no era gran cosa, pero imponía el hecho de estar construido
sobre una roca casi vertical de unos cincuenta metros de altura. También les
llamó la atención, el ruido de la cascada formada por el agua del rio, que
pasaba al lado del castillo, a la que se acercaron antes de ir a visitarlo. Al
llegar a la orilla, pudieron observar como las truchas nadaban en las azuladas
aguas que se acumulaban a la caída de la cascada, formando un precioso
estanque. Sus aguas y el entorno invitaban a bañarse, pero la hora no era la
más adecuada.
Tristán: Viendo la cascada y el agua tan azul, dan ganas de bañarse.
Jennifer: La verdad es que si. Pero seguro que el agua está fría.
Bily, no se queda con la duda y va hacia la orilla a tocar el agua.
Bily: Fría no…, está congelada, y eso que ya está empezando el verano.
Genoveva: Seguro que no es para tanto.
Tristán, que no se fía de la valoración de Bily, va a comprobarlo por su
cuenta.
Tristán: Un poco fresquita si que está. Esperemos que esté mejor por la tarde.
Bily: Niños…., viendo este estanque, se me vienen a la memoria, las palabras
que dijo en una ocasión el poeta y escritor francés Víctor Hugo: “El agua que
no corre hace un estanque, y la mente que no trabaja hace un tonto”.
Ailish: ¿Qué quieres decir con eso?.
Tristán: Tu padre quiere decir lo mismo que Montesquieu, otro famoso
escritor y político francés, que hay que estudiar mucho, para saber poco.
Dylan: Vamos, que cuánto más estudiemos, menos sabremos.
Tristán: “Equilicual”.
Ailish: Entonces nos tiene más cuenta no estudiar.
Bily: Yo no he dicho eso.
Ailish: Decidido, no voy a estudiar mas.
Dylan: Yo tampoco.
Bily: Está bien, no olvidéis que el hombre inteligente, sabe mucho y que
cuanto más estudia, mejor sabe lo que le queda por aprender, éste siempre se
coloca detrás para escuchar, y cuando habla, lo hace después de pensar lo que
va a decir y lo hace porque tiene algo que decir, en cambio el tonto se cree que
lo sabe todo, siempre se coloca el primero para intentar demostrar que sabe
mucho, pero cuando habla, lo hace sin pensar y porque tiene que decir algo.
Dylan mira a Ailish y le dice.
Dylan: ¿Tú te has enterado de algo?.
Ailish: Si, que los tontos siempre van delante, así que es mejor que nosotros
vayamos detrás de ellos.
Jennifer: Antes de que enredes más las cosas, será mejor que nos vayamos.
Genoveva: Si, que en menudos líos se mete con sus frasecitas, que si este dijo,
que si aquel escribió, que si fulanito esto, que so menganito lo otro. A veces es
mejor estar callado.
Bily: Yo sólo intentaba enseñarles algo nuevo.
Tristán: Vamos niños, vosotros delante. El camino es por ahí.
Dylan: No, vosotras delante.
Tristán: ¿No queréis ser los primeros en llegar?.
Dylan: ¿Qué premio hay para el primero que llegue?.
Tristán: La satisfacción de llegar el primero.
Dylan: Paso, te concedo ese honor.
Ailish: Prefiero ser lista.
Bily: ¿Por qué dices eso?.
Ailish: Papá, tú lo dijiste, los tontos siempre se ponen delante.
Bily: Pero esto es diferente.
Tristán echa a correr.
Tristán: TONTO EL ÚLTIMO.
Y todos salen corriendo detrás de él, cuando llegan al descampado cesan
en su carrerilla, y continúan andando.
Tristán: Creo que es un buen momento de tomar un piscolabis.
Jennifer: Es una buena idea, yo ya tengo algo de hambre.
En un momento Bily sacó de su mochila chocolate, dulces, galletas y
frutos secos. Y Tristán sacó una caja de hojaldres.
Genoveva: ¿Qué es esto tan rico?.
Tristán: Hojaldres de Astorga.
Genoveva: ¿Cuándo las compraste?, que al salir de casa no estaban en la
mochila.
Tristán: En la gasolinera que paramos.
Bily: Pues no veas como están estos Nicanores de Boñar.
Jennifer: No desaprovecháis ocasión para comer productos de los lugares que
visitamos.
Tristán: Allí donde fueres, haz lo que vieres.
Bily: Haz y come lo que vieres.
Jennifer: Si, en lo de comer, os adaptáis muy bien, a los lugares.
Bily: Estos Lazos de San Guillermo, tampoco se quedan cortos.
Genoveva: ¿De dónde son típicos esos lazos?.
Bily: De Cistierna.
Genoveva: No me suena pasar por Cistierna.
Bily: Queda un poco lejos de aquí.
Después de un breve descanso, reprendieron la marcha. Poco más
adelante, vieron como se dividía en dos, el camino que se dirigía hacia el
castillo, uno ancho y tendido que daba un ligero rodeo por la colina, y otro
empinado, que ascendía directamente.
Mientras decidían que camino tomar, el grupo de amigos vio como una
extraña nube se formaba encima de ellos, lo que hizo que se decidieran a
tomar el camino más corto y directo, aunque fuese más inclinado y
complicado. Al poco tiempo Dylan llegó el primero arriba, gritando y
levantando los brazos en señal de ganador.
Dylan: ¡PRIMERO!. ¡SOY EL MÁS RÁPIDO!.
Al momento llegó Ailish, a quién Dylan ayudó a realizar su último
esfuerzo.
Dylan: Vamos Lish, que ya lo has conseguido.
Poco después llegaron Bily y Tristán. Que tomaban el pelo a las mujeres.
Bily: Vamos chicas, que os pesa el pandero.
Jennifer: A ti te voy a dar yo pandero.
La nube cada vez se hacía más oscura.
Los niños, inquietos ellos por la nube, vieron que no había puerta de
entrada al castillo, así que cruzaron el pórtico, enfrente de este, si que había un
gran portón, el cual estaba cerrado, ambos miraron a la derecha y a la
izquierda, para comprobar si había algún lugar donde cobijarse mientras
durase la tormenta, al ver que no había nada de nada, se dirigieron hacia el
portón. Tristán les siguió.
Tristán: Tranquilos chicos que sólo es una nube de verano, en un momento se
pasará... Lo más seguro es que no caiga ni una gota, no veis que la nube es
pequeñita,… “muuu” negra, pero pequeñita, y además sigue luciendo un sol
espléndido.
Dylan: Vamos Lish, ayúdame a abrir la puerta, que yo no me fio de sus
predicciones.
Mientras tanto, Bily esperaba a Jennifer y a Genoveva. Quienes llegaron
exhaustas. Al tiempo que comenzaban a caer las primeras gotas.
Los chiquillos se plantaron delante del portón de entrada y empujaron con
todas sus fuerzas para abrirlo, pero no se movió ni un milímetro.
Bily: Vamos chicas.
Genoveva: Bily, dame un trago de agua, que estoy seca.
Bily: Pues como no te des prisa vas estar bien mojadita en unos momentos.
Jennifer, Genoveva y Bily, quien cogió la cantimplora para darles agua a
las chicas, se dirigían hacia el portón de entrada, mientras los chiquillos
seguían empujado.
Genoveva: Gracias, vaya sed que tenía, como cuesta subir la cuesta.
Al mismo tiempo Tristán se unía a los “chavalines” para empujar el
portón de entrada.
Dylan: Así que lo más seguro es que no cayera ni una gota.
Tristán: Vamos, venid todos, que esto parece que cede.
Bily se disponía a cerrar la cantimplora cuando se le cayó el tapón, el cual
salió rodando y paró contra una gran piedra, que formaba parte de la muralla.
Las dos mujeres se fueron a empujar la puerta, y mientras ésta se estaba
abriendo, Bily observó que la gran piedra tenía algo grabado. Apartó algunas
hierbas y con dificultad pudo leer.
Bily: “En el solsticio estival, un relámpago caerá, con un rayo de luz
coincidirá, sobre cinco gemas se fundirá, y en una maldición se convertirá”.
Bily se acordó de lo que le dijo el viejo pastor, se giró y gritó.
Bily: ¡PARAR, NO CONTINUÉIS!.
Salió corriendo hacia la entrada del castillo, gritando.
Bily: ¡PARAR!.
Oyó un fuerte trueno, vio un resplandor dentro de la sala y al entrar en
ella, vio como cinco rayos de luz de diferentes colores alcanzaban a su familia
y a sus amigos, quienes desaparecieron al instante ante sus ojos, y sin poder
hacer nada por ellos.
Una ligera nieblilla invadió toda la sala. Bily cayó de rodillas con la
mirada fija en el lugar donde vio por última vez a las personas que más amaba
del mundo. La desolación se apoderó de él, mil pensamientos invadían su
cabeza, la culpabilidad irrumpió en su mente por no haber hecho caso al viejo
pastor. Todo su mundo se volvió negro. Apretó sus puños con todas sus
fuerzas, cada músculo de su cuerpo estaba tenso, como nunca antes lo habían
estado. Un desolador y ensordecedor grito salió de sus entrañas, retumbando
en toda la sala. Cuando este cesó, su cuerpo comenzó a relajarse.
Bily: ¿Por qué yo?, ¿por qué no se me llevó a mí con ellos?, ¿por qué?... Si
ellas no están aquí, no merece la pena seguir.
Una lágrima bajaba por su mejilla cuando oyó una suave voz entre la
niebla.
Elia: No pierdas la esperanza. Nunca permitas que nadie ni nada te arrebate la
esperanza ni te impida soñar. Son armas demasiado poderosas como para
perderlas.
Bily levantó la cabeza y pudo distinguir la silueta de una mujer que se le
acercaba. Sus pies descalzos estaban mojados, vestía una túnica blanca
ajustada a la cintura con una cinta dorada, en sus manos portaba un espejo y
un cepillo de oro, su pelo era brillante, largo, y de un rubio como nunca antes
había visto, estaba recién cepillado, su piel era blanca, como la nieve recién
caída, y sus ojos eran de color verde. Sus movimientos eran lentos y su voz
calmada, carentes de toda prisa, como si tuviera toda la eternidad. Toda ella
transmitía tranquilidad e invitaba a la relajación, daba la sensación de que a su
lado los problemas desaparecían, que todo tenía una solución y sabía como
encontrarla.
Elia: Hola Bily, mi nombre es Elia. Sobre tu familia y tus amigos ha caído una
maldición, de la que sólo tú puedes liberarles.
Bily: ¡Una maldición!, ¿qué maldición?, ¿puedo invertirla?, ¿cómo ha
ocurrido?, ¿por qué?, ¿qué tengo que hacer?, ¿cómo sabes mi nombre?, ¿quién
eres?, ¿qué haces aquí?...
Elia: Tranquilo. Preguntas demasiado deprisa. Responderé a tus preguntas,
pero poco a poco. La Maldición de las Cinco Gemas, el rubí, la esmeralda, la
amatista, el zafiro y el diamante. Al caer el rayo sobre el torreón, llenó la sala
de energía y al incidir la luz del sol sobre las cinco gemas esta rebotó y
capturó a tu familia y a tus amigos. Para liberarles de la maldición deberás
romper los lazos de unión entre las gemas y tu familia y amigos.
Bily se levantó y se dirigía a romper las gemas, cuando Elia le paró.
Elia: No es tan sencillo. Si rompes las gemas ahora, destruirás a tu familia y
tus amigos y no les volverás a ver nunca jamás. Ten en cuenta que ahora están
atrapados en ellas.
Bily: Entonces, ¿qué he de hacer?.
Elia: Deberás sustituirlas, por otras similares antes del siguiente equinoccio,
de lo contrario quedarán prisioneros para toda la eternidad.
Bily: ¿Cómo?, si ya están atrapados en las gemas.
Elia: No es posible aquí y ahora, pero si en otros lugares y tiempos.
Bily: Eso es imposible.
Elia: ¿También es imposible lo que acabas de ver?. En la vida todo es posible,
simplemente hay que creer y no tener miedo a lo desconocido.
Bily: ¿Y cómo voy a hacer para viajar al pasado o al futuro?.
Elia: Con mi ayuda.
Bily: ¿Cómo?.
Elia: Yo soy una Xana, y una de mis facultades es viajar en el tiempo.
Bily: ¿Una Xana?.
Elia: Una Xana es un hada que vive a las orillas de los ríos, y que tiene
poderes mágicos, pudiendo entregar un gran tesoro, a un hombre, o concederle
un deseo, si conserva intacto un panecillo de cuatro picos, como este. Las
Xanas sabemos muchas cosas, incluso las que se escapan de tu imaginación.
Bily: Si, ya sé lo que es una xana, simplemente pensé que no existían.
Elia le entrega un panecillo de cuatro picos a Bily, quien lo toma muy
extrañado.
Bily: ¿Y qué hago yo con esto?.
Elia: Cuidarlo hasta que acabes tu misión. Si mantienes el panecillo intacto te
entregaré un tesoro o te concederé un deseo.
Mientras, lo mete dentro de una bolsa y acto seguido lo deposita en la mochila.
Bily: ¿Qué misión?.
Elia: Deberás conseguir todas las gemas y traérmelas, entonces sustituiremos
las que consigas por las que tienen atrapados a tu familia y a tus amigos, y
además deberás conservar todos los picos del panecillo, por cada pico liberarás
a un familiar o a un amigo.
Bily: Pero el panecillo sólo tiene cuatro picos, y mi familia amigos son cinco.
No acaba de decir la frase cuando Elia le envía de viaje.
ESMERALDA

Bily: ¡Elia!. ¿Dónde estoy?. ¡ELIA! ¡ELIAAAAAAA!.
Bily suspira resignado, se encuentra en un lugar completamente oscuro,
se queda quieto y permanece unos instantes en absoluto silencio…, algo le
pone en alerta…, oye un ruido cerca, da una vuelta sobre si mismo y ve una
luz a lo lejos. Se acuerda de que tiene una linterna en algún bolso del pantalón,
y mientras la busca, oye un gruñido cerca…, muy cerca…, demasiado
cerca…, finalmente saca la linterna y al encenderla…, ve un gran oso que le
está olfateando. Bily echa a correr en dirección a la luz, alumbrando como
puede el camino a seguir y rezando para que no haya ningún obstáculo, ni
ningún otro bicharraco atravesado en el camino.
Sale corriendo de la cueva como alma que lleva el diablo, el oso le sigue
unos metros detrás. Mira hacia atrás y ve que la fiera cada vez está más cerca.
Lo único que se le ocurre es trepar a un chopo. El oso no le pilla por los pelos.
Bily no se dio cuenta de que, aunque el oso no pudiera trepar por ese árbol, si
que podía derribarlo con su fuerza. En ese momento se fija en que el chopo no
es muy grande y que no es demasiado resistente, le tira algunas ramas al oso
para ver si se va, pero lo único que consigue es enfurecerlo más.
Bily: ¡Vete osito!, mira que osita más maja viene por ahí…, mira en ese árbol,
hay una colmena que seguro que tiene una miel riquísima.
Bily sube hasta donde puede, y se agarra con todas sus fuerzas al tronco
del chopo, mientras el oso lo balancea cada vez más y más, hasta que
comienza a ceder, y finalmente…, Bily cae con el árbol, en medio del rio que
pasaba al lado. El chopo queda sujeto por sus raíces y Bily intenta agarrarse a
sus ramas, pero no lo consigue, después prueba a llegar a la otra orilla, pero no
consigue sujetarse a ningún asidero y la corriente le arrastra rio abajo,
llegando un momento en que no ve ningún árbol a ambas orillas, dándose
cuenta de que hay una cascada o algo peor, pero no puede hacer nada. Bily cae
por el salto de agua, el cual tiene unos cinco metros de altura y es recibido por
un profundo estanque.
Poco después, con un poco de esfuerzo, consigue llegar a una orilla y salir
del agua. Exhausto, con el susto en el cuerpo y el corazón a doscientas
pulsaciones por minuto, se abre paso entre las salgueras que bordean el rio, se
aleja unos metros del cauce, y se deja caer sobre el manto de fina hierba que
hay en un extenso campo. Un par de minutos más tarde, los rayos de sol que le
inciden en los ojos, le recuerdan que está empapado y además el estómago le
empieza a pedir alimento. Se reincorpora, echa un vistazo a su alrededor y
sólo ve hierba, árboles y montañas. Se detiene a escuchar todos los sonidos
que le rodean. Entre el murmullo del bosque destacan, el canto de los
pajarillos en sinfonía con la estridulación de los grillos y el ruido del agua del
rio. Se quita la mochila, y al momento se despoja de su ropa, para extenderla
sobre la hierba, y que seque al sol, quedándose en paños menores, después
abre la mochila y saca todo lo que tiene dentro, lo cual está completamente
empapado, curiosamente el panecillo de los cuatro picos que la xana le había
dado, permanecía en buen estado y no parecía muy mojado, después saca
varias bolsitas de frutos secos, algunas frutas y un par de fiambreras, la
primera contenía una hermosa tortilla de patata y la segunda queso, cecina,
jamón, chorizo, salchichón y lomo, además saca una bolsa térmica que
contenía un tarro de vidrio de medio kilogramo de yogur. Mientras come un
poco de todo, pero dejando gran parte por lo que pueda pasar, se le viene a la
memoria la imagen de su mujer y su hija, recordando los momentos que
pasaban de acampada, durmiendo en tienda de campaña, comiendo en las
praderas, contando historias a la luz de la hoguera, y caminando por los
senderos de los montes. La desolación se apodera de él mientras mantiene la
mirada perdida y diciéndose que las liberará del maleficio pase lo que pase.
Cuando ha acabado de comer, observa que la cantimplora está vacía y decide
ir a llenarla antes de abandonar ese lugar, se levanta y se dirige al rio, cuando
está abriéndose paso entre las salgueras, oye un estruendo en la lejanía, pega
un salto y se agazapa, observa como un grupo de mujeres montadas a caballo,
vestidas con cortas túnicas blancas y armadas, con arcos, lanzas, espadas,
hachas y escudos de media luna, pasaban gritando y riendo, a unos cincuenta
metros. Un destello le llamó la atención, era algo brillante que la primera de
las mujeres portaba a la altura de la cintura. A los pocos segundos todas las
mujeres habían desaparecido entre los árboles que rodeaban el descampado.
Bily se preguntaba quienes serían esas mujeres, la curiosidad le podía,
pero antes de comenzar su camino, debía llenar la cantimplora, cuando llegó a
la orilla se quedó contemplando el estanque, hacia el sur estaba el
descampado, separado del rio por una espesa pared de salgueras, y por unas
rocas que el rio bañaba con delicadeza, hacia el este se podía contemplar como
el agua daba forma a la cascada, que caía directamente sobre el estanque y que
mojaba los líquenes que crecen en la pared de roca, hacía el norte hay una
montaña, protegida por robles y hayas, y en cuya orilla se podían ver más
salgueras y avellanos, al oeste se podía observar como el estanque perdía la
tranquilidad para dar paso al brioso cauce, también se podía ver una pequeñita
playa de piedras menudas, al otro lado del río, y algún que otro mazo de
juncos. Cuando se agachó para coger agua, con su cantimplora, pudo observar
como las truchas se deslizaban ágilmente entre las aguas azuladas del
estanque, lo que le recordó las horas que pasaba pescando con su padre en el
mar que bañaba las costas de su pueblo.
Evelyn: Bonitos calzoncillos.
Una voz tras de si, le hizo soltar la cantimplora y pegar un salto para
ponerse en guardia, al caer sobre el agua, pisó las resbaladizas piedras y quedó
todo espatarrado dentro del rio. La chica recogió la cantimplora por su correa
antes de que se la llevase la corriente y después comenzó a reírse de la
situación, al momento, él también soltó una carcajada. Cuando dejó de reírse,
la miró fijamente, y un extraño pero conocido cosquilleo recorrió todo su
cuerpo, como hacía tiempo que no le pasaba. Su piel era ligeramente morena,
su pelo corto, era negro como el azabache, llevaba puesto un top, un pantalón
largo y una especie de botas, sus muñecas estaban protegidas por unas cintas y
sobre sus hombros descansaba una capa, todo era de cuero negro. Portaba una
lanza en la mano, y un arco y una espada, a la espalda. No vestía igual que las
mujeres que acababa de ver. Lo que le hizo pensar que no estaba con ellas. Al
intentar ver sus ojos, ella desvió la mirada para observar el rio.
Bily: ¿Quién eres?.
Evelyn: Soy Evelyn. ¿Y tú?.
Bily: Soy Bily. ¿De dónde has salido?. ¿Dónde estamos?. ¿Quiénes eran esas
mujeres?. ¿Estás con ellas?. ¿Qué pretendes?.
Evelyn le para y dice.
Evelyn: Tranquilo. Haces demasiadas preguntas sin dar tiempo a que te
conteste. Pregunta todo lo que desees, pero antes de realizar otra pregunta
debes esperar a escuchar la respuesta. Estamos en Temiscira. Las mujeres que
viste hace unos minutos montando a caballo, son amazonas. No estoy con
ellas. Y sólo pretendo ayudarte. ¿Por qué me haces todas esas preguntas?
Un poco más tranquilo, Bily sigue hablando con la enigmática chica.
Bily: Es una historia extraña e inverosímil. Me has dicho tu nombre, pero no
me has dicho quién eres. ¿Por qué dices que solo quieres ayudarme?.
Evelyn: Tienes razón. Simplemente, soy una viajera de la vida, y he visto a
una persona que quizás necesite mi ayuda. Pero explícame tu historia, tengo
mucho tiempo.
Bily: ¿Qué te hace suponer que necesite tu ayuda?.
Evelyn: Todo el mundo necesita ayuda en algún momento de su vida, unos la
piden con sus palabras, y no pasa nada por pedirla, y otros la piden con su
silencio, mediante sus gestos y actos. Incluso la persona que no quiere echarte
una mano, puede que te necesite en algún momento, la vida da muchas
vueltas. Además, ¿por qué crees tú que yo viajo con estas armas?.
Bily: Comienzas a convencerme.
Evelyn: Tengo ganas de que me cuentes tu historia.
Bily: Está bien, pero antes deja que me vista.
Bily y Evelyn se dirigieron hacia el descampado, y mientras él se ponía
sus pantalones negros de media polaina, su camiseta verde, sus calcetines
tobilleros y sus zapatillas de trekking, ella dejaba su capa, su lanza, su espada
y su arco con sus flechas en el suelo, después, ambos se sentaron a conversar.
Bily: ¿Quieres algo de comer?.
Evelyn: Gracias, tengo un hambre que me muero. ¿Qué tienes?.
Bily: Queso de cabrales, chorizo de Geras, lomo de Matallana, salchichón de
Coladilla, jamón de Villamanín y cecina de Vegacervera. También tengo yogur
de Coladilla.
Evelyn se queda mirando toda la comida.
Bily: Si, ya sé que estás pensando, ¿Cómo un asturiano saca tanta comida
típica de León?, es por culpa de una chica leonesa que conocí hace mucho
tiempo y que me envició a esta comida.
Evelyn: No, realmente estaba pensando...
Bily la interrumpió.
Bily: Ya sé que estás pensando, ¿de dónde ha sacado toda esta típica comida
leonesa un tío de Asturias?, la he comprado en una página de internet llamada
“tipicosleón punto com”.
Evelyn: Has vuelto a fallar, lo que realmente estaba pensando es en la buena
pinta tiene todo esto.
Bily: Eso me pasa por prisas.
Mientras Bily contaba su historia, Evelyn saboreaba la comida que se
estaba zampando.
Bily: Hoy por la mañana me dirigí con mi mujer, mi hija, un amigo, su mujer
y su hijo a visitar el Castillo de Luna, una vez allí, una nube negra apareció
sobre nosotros, yo me quedé un poco rezagado, mientras todos ellos entraban
en una sala del castillo, un rayo cayó sobre un torreón, y todos desaparecieron
de repente por arte de magia, al momento, apareció una chica rubia de nombre
Elia. Ella me dijo que a todos mis acompañantes les había caído una
maldición, la Maldición de las Cinco Gemas, atrapando a cada uno de ellos en
una gema distinta. Para poder liberarles, debo conseguir otras cinco gemas
similares, ella me dio este panecillo de cuatro picos y me dijo que debía volver
con el pan intacto y las cinco gemas antes del siguiente equinoccio. Después,
no sé como, acabé dentro de una cueva con un oso al lado, y al salir corriendo
me subí a un árbol, que el oso derribó, haciéndome caer a un rio y poco más
tarde, llegué hasta aquí.
Evelyn: Tenías razón, es una historia extraña e inverosímil.
Bily: Ya sé que piensas que estoy loco.
Evelyn: ¿Por qué no iba a creerte?. Esta vida me ha enseñado a creer en todo
y a no creer en nada.
Bily: ¿Y cuál es tu historia?.
Evelyn: Es una historia extraña e inverosímil.
Bily la mira, mientras ella sigue evitando que le mire directamente los
ojos, y se echan a reír.
Evelyn: Las amazonas, están dirigidas por Hipólita, su reina, quien porta un
cinturón con una esmeralda, que le da un poder mágico. Es un regalo de su
padre, Ares, el dios de la guerra. Quizás sea esa gema la que buscas.
Bily: Si he llegado hasta aquí, será por algo, así que, gracias por la
información. Tenías razón, me has ayudado bastante con lo que me acabas de
decir. Ha sido un placer conocerte, me quedo con las ganas de escuchar tu
historia, pero, yo me voy, tengo una misión que cumplir, y no tengo tiempo
que perder.
Evelyn: En ocasiones perder un minuto observando, escuchando,
aprendiendo, pensando y razonando, evita que pierdas horas, días e incluso la
vida.
Bily, se levantó, recogió sus pertenencias, y disponía a irse, cuando
Evelyn le paró.
Evelyn: ¿A dónde vas?.
Bily: A conseguir la esmeralda del cinturón de la tal Hipólita esa.
Evelyn: Que sepas, que las amazonas son grandes guerreras, que hasta el
hombre más valiente teme enfrentarse a ellas.
Bily: Con miedo no se llega a ninguna parte.
Evelyn: No me has entendido bien, las amazonas son unas mujeres que tienen
su propio sistema de convivencia, en el que no aceptan hombres, si estás de
paso, serás bien recibido, pero si intentas algo, entonces te enterarás de lo que
vale una amazona. En el mejor de los casos, primero querrán tener una hija
tuya, siempre que demuestres tu valentía en la guerra, y después…, te matarán,
y eso si las pillas en la época en la que buscan hombres para aparearse y tener
hijas, que si no, pasan directamente al segundo punto.
Bily se queda pensativo.
Bily: Me da igual, tengo que arriesgarme. El primer paso para conseguir algo,
es intentarlo. No puedo quedarme con las manos quietas, mi familia y mis
amigos me necesitan.
Evelyn: O eres muy valiente o un inconsciente.
Bily: Simplemente… tengo un objetivo claro por el que luchar. Una vez he
leído un mensaje en una manifestación que ponía: “Nos han quitado tanto, que
nos han quitado el miedo”. Y lo mismo me ha pasado a mí.
Evelyn: ¿También te han quitado la esperanza?.
Bily vuelve a quedarse pensativo.
Bily: Es lo único que me queda.
Evelyn: A tu familia y a tus amigos también es lo único que les queda..., tu
esperanza. Y si no actúas pensando, puede que su vida se esfume con la tuya.
Bily: Tienes razón, pero lo único que puedo hacer es agarrar la esperanza,
apartar el miedo y buscar el camino para hallar su libertad.
Evelyn: Un hombre o una mujer sin miedo a nada, es muy peligroso.
Bily: Ahí le has “dao”. Que se preparen las amazonas esas.
Evelyn: Creo que no me has entendido. El peligro es para ti. Ellas os odian.
Hasta el momento, muy pocos hombres que se han cruzado en su camino y las
han molestado, han salido vivos. Quizás con mi ayuda puedas tener una
oportunidad, pero primero tendrás que entrenarte en el arte de la guerra, con
las armas que ellas utilizan.
Bily vuelve a quedarse pensativo.
Bily: ¿Y quién va a entrarme?. No tengo tiempo para esas cosas, me voy.
Evelyn: Primero, nunca podrás ganar a un ejército de amazonas perfectamente
adiestradas para matar, y segundo yo te ayudaré a entrenar.
Bily: Está bien, demuéstrame lo que sabes.
Bily posa su mochila en el suelo y se pone en guardia para medirse a
Evelyn, ella se queda quieta. Bily no desea hacer daño a la chica y en su duda
Evelyn le da un tortazo, que él no ve ni venir.
Bily: Eres muy rápida.
Evelyn: Primera lección, un guerrero no puede dudar, debe estar siempre
preparado… Así que espabílate que parece que estás dormido.
Bily reacciona y ve que la pelea va en serio, intenta darle un puñetazo a la
chica, ésta se lo para, amaga otro golpe alto cuando le lanza una patada
circular a la altura del tobillo, Evelyn lo esquiva fácilmente, Bily le lanza una
patada a la altura de la cara pero ella se lo para con una mano.
Evelyn: Bonito dibujo. ¿Qué es?.
Bily: Es un…
Otro mamporro que le cae a Bily.
Evelyn: Segunda lección, un guerrero no debe distraerse con nada. Peleando
así no vas a conseguir mucho…, aunque, por lo menos es algo... ¿Dónde has
aprendido lo poco que sabes?.
Bily: Me gustan las artes marciales y practico el kick boxing.
Evelyn: Ahora demuéstrame lo que sabes hacer con una espada.
Bily: Una espada, tú tienes una, pero ¿de dónde vamos a sacar una espada para
mi?, además, eso tiene pinta de cortar mucho.
Evelyn: Créeme, cuanto más afilada esté el arma de tu enemigo, mejor para ti.
Bily: Pues no acabo de encontrarle la gracia.
Evelyn: Ya me entenderás.
Evelyn parte dos palos de los avellanos que había a la orilla del rio.
Evelyn: Con estos palos valdrá.
Bily: ¿Con dos palitos?,… ¿cómo los niños?.
Bily no había cogido el palo cuando ya había recibido dos golpes. La
improvisada espada se la cayó de la mano.
Bily: ¡Aaaaaayy!. No me has dado tiempo a prepararme.
Evelyn: ¿Qué pasa, te duele?.
Bily: Duele más un golpe en el corazón que mil en el cuerpo.
Evelyn: Los golpes al corazón son difíciles de evitar, pero debes aprender a
esquivar el resto.
Bily: No pasa nada. No hay dolor, sigamos.
Evelyn: Tercera lección, espérate lo inesperado. Siempre debes estar
preparado para todo.
Bily vuelve a coger la espada, pero esta vez se pone en alerta antes de
acabar de ponerse derecho, pero en ese momento se le acerca una abeja y se
pone a lanzar golpes a diestro y siniestro intentando espantar al molesto bicho.
Otros dos golpes que recibe, pero esta vez en la cabeza.
Bily: Es que la abeja…
Evelyn: Poco te importará el picotazo de una abeja si tu oponente tiene una
espada y está dispuesto a matarte.
Bily lanza un golpe alto a Evelyn, quien lo para y se lo devuelve a Bily,
como un rayo.
Evelyn: Como no consigas ser más rápido, no tendrás ninguna posibilidad.
Bily, se pone en guardia, Evelyn se le queda mirando, Bily lanza un golpe
a la altura del muslo de Evelyn quien lo para y a la media vuelta le da una
patada en la cara a Bily, quien cae al suelo.
Bily: Pero eso no vale, estamos en una lucha de espadas.
Bily vuelve a levantarse.
Bily: ¿De cuantas lecciones se compone esta clase?.
Evelyn: De tantas como necesites, para que tu cuerpo sea capaz de reaccionar
ante cualquier tipo de ataque, aunque tu mente esté pensando en las
musarañas.
Bily: Me has liado. Que quieres decir.
Evelyn: Ahora es el momento de estudiar y practicar todos los movimientos
que veas y se te ocurran, y de memorizarlos para que el día de la lucha tu
cuerpo actúe, aunque tú estés pensando en otra cosa o haya algo que te
distraiga.
Bily sigue con sus ataques sin ningún sentido. Media hora después no ha
conseguido ni rozar a Evelyn. Él está agotado y ha recibido golpes en casi
todas las partes de su cuerpo, mientras que ella parece que ha estado
tomándose un té frio, sentada tranquilamente.
Bily: ¿Cómo lo haces?.
Evelyn: Sólo pienso en la pelea.
Bily baja la mirada y se queda pensando en su mujer y su hija.
Otro puñado de golpes que le caen por todos los lados.
Bily: Pero…
Evelyn: No hay peros que valgan. No puedes distraerte con nada. El pensar en
tu familia te tiene que dar fuerzas, no restar concentración. Debes ser capaz de
luchar aun pensando en ellas.
Bily: Si, fácil y sencillo. ¿Pero no acabas de decir que tengo que practicar
hasta que mi cuerpo se mueva sin pensar en ello?.
Evelyn: Por eso mismo. Cuando peleas debes pensar solo en la pelea, pero
debes estar preparado por si pierdes la concentración, además si eres capaz de
mover tu cuerpo sin pensar, serás más rápido.
Bily: ¿Cómo puedo hacerlo?.
Evelyn: Con mucho entrenamiento. Pero para empezar, será mejor que sepas
unas nociones básicas. Coloca el pie derecho más adelantado que el izquierdo
y mirando a tu oponente, el pie izquierdo lo colocas en perpendicular, flexiona
un poco las rodillas, también has de flexionar un poco el brazo de la espada.
Para defenderte debes golpear la espada de tu rival hacia un lado, pero
mientras te defiendes no podrás atacar, y menos si eres tan lento. Con lo cual
lo mejor es apartarte y contraatacar. Evidentemente, el punto más vulnerable
es el que más cerca está del rival, tanto el tuyo como el de tu oponente, así que
deberás tener mucho cuidado.
Bily escucha atentamente mientras se pone en la posición que recomendó
Evelyn. La chica ataca a Bily, éste lo rechaza, e intenta agarrar con la otra
mano a su oponente pero ella se deja caer y le da un fuerte golpe en el
estómago a Bily, quien se lamenta, pero no del golpe, sino de que no es capaz
de contrarrestar los ataques de Evelyn. Mientras, con la mirada clavada en el
suelo, se coloca en posición, la desesperación se apodera de su cabeza, le da la
impresión de que jamás conseguirá su objetivo, en ese momento ve un trébol
de cuatro hojas y se agacha a cogerlo, cuando siente a Evelyn caerse sobre él.
Ella había lanzado un ataque alto por sorpresa a Bily, y al agacharse, la chica
se desestabilizó cayendo sobre él. Entonces Bily la agarró consiguiendo
inmovilizarla, y le puso la supuesta espada en el cuello. Al fin un rayo de
ilusión le invadió el cuerpo, parecía que aunque no dominase ninguna técnica,
con un poco de suerte podía conseguir vencer.
Evelyn: Quinta lección, mientras no abandones una lucha, ésta no estará
perdida. En ocasiones, para ganar una guerra hay que perder mil batallas.
Bily se levantó y alargó la mano para ayudar a levantarse a Evelyn,
cuando ésta tomo la mano, con otro rápido golpe desarmó a Bily de nuevo,
quien reaccionó y volvió a arrojar a Evelyn al suelo y a inmovilizarla.
Evelyn: Sexta lección. Aunque todo parezca perdido, jamás te rindas, siempre
podrás resistir un segundo mas, siempre podrás dar un paso mas, siempre
habrá fuerzas para luchar. Cuando no domines algo, debes resistir hasta
encontrar tu momento. La fuerza está en el cuerpo, pero la resistencia está en
la mente.
Bily: Realmente, yo solo te había preguntado, como podía seguir luchando,
aun pensando en mi familia.
Evelyn: Debes transformar esa desesperación y ese lamento de no estar con tu
familia, en fuerza y deseo de volver a estar con ellas. Ten en cuenta que si
bajas la guardia, lo más seguro es que no vuelvas a verlas.
Los dos siguieron practicando con los palos durante largo rato, a Bily le
comenzaban a flojear las piernas mientras observaba que Evelyn ni se
inmutaba. Aunque estaba agotado, no dejaba de luchar.
Evelyn: Dejémoslo por hoy.
Bily: Todavía no.
Evelyn: Será mejor que comas algo y que descanses.
Bily: Un poco mas.
Evelyn: El descanso es tan necesario como el entrenamiento, pero en su justa
medida, sin excesos.
Bily volvió a atacar a Evelyn, ésta esquivó el ataque al mismo tiempo que
le dio otro golpe a su oponente, quien cayó al suelo, mientras Bily cogía aire,
ella cogió sus cosas y le dijo.
Evelyn: Descansa. Mañana volveré.
Entonces Evelyn se fue, dejando sólo a Bily, quien se tumbó un rato sobre
la hierba. Cuando el sol comenzaba a ocultarse por entre las montañas.
Decidió comer un poco, antes de buscar un lugar donde dormir.
Con la navaja que llevaba consigo, cortó unas ramas y construyó un
pequeño refugio, donde amontonó hierbas, ramas y hojas secas para hacer un
camastro aislado del suelo, y pasar la noche. Estaba tan cansado que se durmió
enseguida.
El frescor de las primeras horas de la mañana le despertó. Antes de abrir
los ojos deseó que todo lo que había ocurrido, fuera un sueño. Pero al abrirlos,
volvió a la realidad, se encontraba sólo en el refugio que se había construido el
día anterior. El recuerdo de su familia volvió a apoderarse de él, se acordaba
de los paseos con los pies descalzos, por la fresquita arena de la playa en las
noches de verano, de la sonrisa con la que su hija le recibía después de un duro
día de trabajo, de los ratos que pasaba con su mujer jugando con Ailish…
Evelyn: Buenos días. ¿Qué tal has pasado la noche?.
Bily dio un sobresalto.
Bily: Vaya susto me has dado.
Evelyn: No era mi intención…, bueno si, era mi intención. Ya veo que todavía
no sabes detectar cuando alguien se te acerca sigilosamente.
Bily: Buenos días Evelyn. He dormido de un tirón, pero me duele todo el
cuerpo.
Evelyn: Te traigo unas frutas para que desayunes.
Bily: Muchas gracias. ¿De dónde las has sacado?.
Evelyn: Ya te enterarás, pero de momento, es mejor que no lo sepas.
Bily: ¿Por qué no quieres que lo sepa?.
Evelyn: Confía en mi… Ayer no acabaste de contarme que es ese dibujo
extraño que tienes en el tobillo.
Bily: Tú no me dejaste acabar de contarte.
Antes de comenzar a narrar la historia del dibujo que tenía en su tobillo,
Bily se comió las manzanas, las peras y las brevas que Evelyn le había
llevado.
Bily: ¿De dónde has sacado estos higos?, están muy ricos.
Evelyn: No son higos, son brevas.
Bily: Nunca he sido capaz de distinguirlos. ¿Qué diferencia hay entre ellos?.
Evelyn: A grandes rasgos, los dos son frutos de la higuera, las brevas, son un
poco más grandes, y se dan entre junio y julio, y los higos, son más dulces, y
salen entre agosto y septiembre, siempre y cuando la higuera de dos frutos por
año.
Bily: Ya lo sabía, sólo quería saber que me contestabas. Respecto al tatuaje, es
un símbolo celta, es el nudo del amor eterno, es un nudo que no se puede
deshacer. Es intercambiado por dos enamorados en señal de que su amor
durará para siempre.
Evelyn: ¿Dos enamorados?. ¿El tatuaje te lo hiciste tú sólo, o también se lo
hizo tu enamorada?.
Bily: Eso ocurrió hace muchos años, cuando éramos unos "guajes". Ella
también se hizo un tatuaje igual y en el mismo tobillo.
Evelyn: ¿Por qué en el tobillo?.
Bily: Porqué es un lugar poco visible.
Evelyn: Pero se trata de que se vea, para no olvidarlo y de que todo el mundo
sepa que vuestro amor es para siempre, ¿no?.
Bily: No hace falta tener un símbolo para recordar de quien estás enamorado.
Entonces nosotros sólo teníamos catorce años. Y si se enteraban nuestros
padres seguro que nos correrían a porrazos. Tampoco nos importaba lo que
pensasen los demás, sólo lo que nosotros sentíamos el uno por el otro. Además
es el sitio que más nos gustaba. Para nosotros, también representa el verano, el
calorcito, las vacaciones, las fiestas, la playa y los paseos sobre su arena con
los pies descalzos.
Evelyn: ¿Cómo fue?.
Bily: Pues ella y yo fuimos a un tatuador y elegimos este dibujo.
Evelyn: No hombre, sólo eso no, cuéntame desde el principio.
Bily: En mi pueblo se celebra una fiesta celta, en la que hay música y puestos
de artesanos y artistas. Bailamos, cantamos, visitamos los puestos y muchas
más cosas. Entre los artistas había un tatuador.
Evelyn: Disculpa que te interrumpa. Cuéntame desde el principio, desde que
conociste a esa chica.
Bily volvió a comenzar a relatar los hechos:
Bily: Transcurría el dos de Septiembre, y como cada día, por las tardes, yo iba
a jugar al fútbol con mis amigos a la playa de nuestro pueblo, un bonito lugar
de la costa asturiana, cuyas gentes se dedican a la pesca, de repente, me acordé
que tenía que ayudar a mis padres en sus tareas, así que salí corriendo hacia
donde había dejado mi bicicleta, cuando me disponía a montar para irme, vi a
una chica agachada que miraba su bici, no dudé en parar para ayudarla, se le
había salido la cadena, le arreglé la avería, y sin mas, volví a coger mi bici, al
momento tras de mí, oí como me daba las gracias, me gire para responderla,
cuando, ¡ZASSSSSS!, me choqué contra una farola, ella acudió a ayudarme, y
vio que tenía una herida en la rodilla. Suave y delicadamente me colocó su
pañuelo alrededor de la pierna, tapando la magulladura. Yo sólo vi unos
preciosos ojos de color miel, que brillaban entre su melena negra como el
carbón, que los mineros arrancan de las entrañas de la tierra en las oscuras y
peligrosas minas. Esa mirada hizo que me entrase un desconocido hormigueo
por todo el cuerpo, así que me levanté sin decir nada y salí disparado. Por la
noche, en la cama, no dejaba de darle vueltas a lo que había ocurrido, y me di
cuenta que con los nervios no le había dado las gracias, ni le había preguntado
su nombre, ni donde vivía para devolverle el pañuelo. Los días posteriores,
cuando me iba a jugar a la playa con mis amigos, no dejaba de mirar al lugar
donde había visto a la chica, con la esperanza de poder volver a verla, e
incluso algún día después de jugar, me quedaba yo sólo mirando al mar,
jugueteando con su pañuelo entre mis manos. Transcurrieron los días y nada,
lo que pensé es que, o era de otro pueblo vecino o que estaba de vacaciones y
se había ido para siempre, no podía olvidarme de ella. A esta chica le debía
unas palaras de agradecimiento, y un pañuelo. Así transcurrieron mis últimos
días del verano hasta que llegó el día que comenzaban las clases, ya había
perdido la esperanza de verla nuevamente. El primer día de clase tras las
vacaciones, que nadie tiene ganas de que se acaben, y menos para volver al
colegio, bueno en nuestro caso al instituto, pero todos tenemos ganas de volver
a ver a nuestros amigos o por lo menos los que quedan, porque en el paso del
colegio al instituto, algunos se van a otros centros, para recibir otro tipo de
enseñanza, o porque han suspendido alguna asignatura y tienen que repetir
curso. También tenemos ganas de saber con quién nos toca en clase, así que el
primero que llega va corriendo a mirar las listas y se lo comenta a todo el que
se acerca, pese a esto, todos las miramos, también para ver cuantos
compañeros nuevos llegarán. Sin tiempo para más sonó el timbre y nos fuimos
todos a nuestras aulas, cuando entré en la que me correspondía la vi de nuevo,
sentada en la última mesa del lado de la ventada, desde la que se podía
observar el mar, esta vez no dudé en acercarme y darle las gracias, cuando un
voz ronca sonó tras de mí, ordenándome que me sentara, de un salto me puse
en la mesa anterior a la de ella. Al salir de clase curiosamente los dos tomamos
la misma dirección, vivíamos cerca uno del otro.
Bily: Así que tu nombre es Shirley.
Shirley: Así es.
Bily: Me gusta, es un nombre muy bonito.
Shirley: El nombre lo escogió mi madre.
Bily: Sabes que Shirley es de origen celta y significa “la más brillante”.
Shirley: Si ya lo sabía. Veo que estás muy informado en nombres celtas.
Bily: Misterios de nuestro pueblo.
Shirley: Pero tu nombre no tiene mucho origen celta, que yo sepa.
Bily: La verdad es que no. Mi padre me lo puso en recuerdo de un amigo que
perdió su vida por salvar la suya. Cuando se iniciaban en la pesca, les
sorprendió un temporal en medio del mar, mi padre perdió el equilibrio y
cuando se iba a caer por la borda su amigo lo agarró y le ayudó a sujetarse,
pero finalmente su amigo se cayó y mi padre no pudo hacer nada por él.
Shirley: Vaya, amigos así no se encuentran en todas las partes.
Bily: Va a ser que no. Es muy duro perder a un amigo.
Los dos continuamos hablando durante unos minutos.
Shirley: Bueno, yo ya he llegado a mi casa.
Bily: Pues yo regreso a la mía, que hace un poco que me la he pasado.
Shirley: Hasta mañana.
Bily: Hasta mañana… Ah casi se me olvida, toma tu pañuelo.
Shirley: ¿Pero lo tienes contigo?.
Bily: Desde que me lo pusiste en la rodilla.
Shirley: Te lo regalo, para que no te olvides de mí.
Bily: Imposible hacerlo. Gracias por el regalo. Hasta mañana.
Shirley: Hasta mañana.
En mi vida había tenido tantas ganas de volver al instituto como ese día.
No me había separado de ella y ya tenía ganas de volver a verla. Poco a poco
nuestra amistad fue creciendo, cada vez pasábamos más tiempo juntos, llegó
un momento que nuestros ojos hablaban más que nuestras bocas y decían más
cosas que nuestras palabras, una simple mirada bastaba para saber lo que el
otro pensaba… Bueno…, eso es otra historia, pasaron los días y antes de que
nos diéramos cuenta, llegó el final del curso, lo cual quería decir que
comenzaban de nuevo las vacaciones. En mi pueblo la noche del veinte al
veintiuno de Junio, es especial para nosotros, pues celebramos la fiesta del
solsticio de verano. Como cada año los preparativos de los festejos, se realizan
con gran entusiasmo durante los días previos. Por la tarde quedamos todos los
amigos para ayudar a los mayores a ultimar las tareas de adornar la zona de la
celebración. Nos lo pasábamos genial. Al caer la tarde Shirley y yo nos
quedamos solos en el bosque de robles, antes de unirnos al resto de vecinos
para cenar todos juntos y después encender una gran hoguera, con la que dar
fuerza al sol, pues este comienza a tener menos poder a partir de ese día,
siendo los días más cortos.
Bily: Shirley.
Shirley: Dime.
Bily: Hagamos una locura.
Shirley: ¿En qué estás pensando?.
Bily: En la “Unión de manos”, es la unión entre dos enamorados. Es una
ceremonia de compromiso entre dos enamorados ante la Suma Sacerdotisa,
ésta se suele hacer al amanecer o al atardecer, cuando la luna y el sol
coinciden en el cielo, y ambos están presentes en la unión. Con un lazo se atan
a los dos enamorados a la altura de las manos y estos se prometen ser fieles y
vivir como marido y mujer durante un año y un día, tiempo en el que la pareja
deberá descubrir si son almas gemelas, cuando pasa ese tiempo, la pareja
deja de existir, a menos que ambos deseen seguir viviendo juntos eternamente,
como esposos.
Shirley: Esto parece la garantía de un matrimonio. Tienes un año, para
probar el producto, si no te gusta te devolvemos el dinero.
Los dos nos echamos a reír.
Shirley: Fuera bromas. Me parece muy romántico. Me encantan tus locuras.
Bily: Ya sé que no tenemos ninguna sacerdotisa, y que somos muy jóvenes
para esto, y que no viviremos juntos durante ese tiempo. Pero siento que eres
mi alma gemela, y deseo hacer la “Unión de Manos” contigo…, aquí y ahora.
Shirley: Yo siento lo mismo, hagámoslo.
Shirley desapareció un instante y a su regreso llevaba en la mano un lazo
rojo que había cogido de los adornos de la fiesta. Yo con mi mano izquierda
cogí su mano derecha, y con mi mano derecha pasé el lazo como pude,
alrededor de nuestras muñecas y manos, después pasando la mano entre el
lazo cogí su mano izquierda.
Bily: Ahora debes repetir lo mismo que yo, pero cambiando los nombres,
evidentemente.
Shirley: Vale.
Nos miramos fijamente a los ojos.
Bily: Yo, Abilio, te prometo a ti, Shirley, que te amaré, te respetaré, te
protegeré y te seré fiel.
Shirley: Yo, Shirley, te prometo a ti, Abilio, que te amaré, te respetaré, te
protegeré y te seré fiel.
Entonces le di un beso en la frente en señal de protección. Después
volvimos a mirarnos a los ojos, acercando lentamente nuestros labios, hasta
que el estruendo de nuestros amigos tirando petardos nos interrumpió nuestro
bonito enlace, antes de que nuestros labios llegaran a acariciarse.
Tristán: Vamos chicos, que la fiesta ya empezó.
Bily: Si…, ya empezó…., vamos con ellos.
Shirley: Si, vamos, que ya tendremos todo en tiempo del mundo para estar
juntos.
Poco más tarde, nos fuimos con nuestros amigos a cenar con todos los
vecinos del pueblo, cerca del bosque de robles. Una vez acabada la cena,
todos los colegas nos fuimos al encendido de la hoguera y después nos
dispusimos a dar una vuelta por los chiringuitos que había montados en la
feria, había mercaderes celtas con sus objetos de forja, barro, madera, cuero,
hueso, azabache, vidrio, esparto, jabones y dulces, incluso había un tatuador.
Todo el mundo estaba disfrutando de la música y los bailes a la luz de la
hoguera, cuando ella y yo nos fuimos a la playa, la luna se reflejaba en las
aguas del mar y la música celta se entrelazaba con el sonido de las olas, nos
descalzamos y anduvimos por la orilla de la playa hasta que esta se acabó, al
dar la vuelta me vio agacharme y salió corriendo, ya sospechaba que la iba a
salpicar, yo salí corriendo detrás de ella, a los pocos metros la cogí y nos
caímos al suelo, se hizo el silencio…, se detuvo el tiempo..., el mundo que nos
rodeaba desapareció…, otra vez ese hormigueo recorrió todo mi cuerpo..., el
pulso del corazón se aceleró…, nuestras miradas cayeron en un hechizo, no
pudiendo separarse la una de la otra…, nuestros labios se acercaron
lentamente hasta que finalmente se acariciaron…, cuando nos separamos nos
dimos cuenta de que nuestras vidas se habían encontrado porque el destino
así lo deseaba. El sonido de los fuegos artificiales nos despertó de nuestro
sueño…
Bily: Si, ya sé que no son muy típicos de los celtas, pero quedan tan bonitos…
Shirley y yo nos quedamos en silencio mientras veíamos las luces de
colores que producían los fuegos artificiales.
Bily: Para ti, ¿qué es el amor?.
Shirley: Hay una frase dicha por el filósofo alemán Gottfried Leibniz, que lo
define perfectamente: “Amar es encontrar en la felicidad en otro, tu propia
felicidad”.
Bily: ¡Qué razón tiene!.
Shirley: Y para ti. ¿Qué es el amor?.
Bily: Es entrega y pasión. Es olvidar y perdonar. Es paz y tranquilidad. Es
complicidad y armonía. Es paciencia y respeto. Es esperanza e ilusión. Es
libertad y felicidad. Es darlo todo sin esperar nada a cambio. Es compartir. Es
vivir un sueño. Es detener el tiempo. Es hacer desaparecer al mundo entero.
Shirley: Vaya juego de palabras.
Bily: Es que soy de ciencias.
Shirley: Si yo también.
Bily: En una frase, para mí el amor es esa fuerza oculta que mantiene unidos
dos corazones.
Shirley: Yo creo que eso es amor mutuo.
Bily: Tienes razón si el amor no es correspondido, no tendría mucho sentido.
Shirley: Es la necesidad de sentir a otra persona.
Bily: Yo también lo creo así.
Shirley: Paulo Coelho, famoso escritor brasileño dijo: “Amar a alguien es
una cosa, que alguien te ame, es otra, pero que te ame la misma persona que
amas, lo es todo”.
Bily: Vaya, ese hombre si que sabe.
Shirley: ¿Cómo sabes que estás enamorado de mí?.
Bily: Porqué, cuando estoy cerca de ti, sólo estamos tú y yo, todo a nuestro
alrededor desaparece. Porqué cuando estoy lejos de ti, solo pienso en ti y lo
único que quiero es estar a tu lado. ¿Y tú?, ¿cómo sabes que estás
enamorada?.
Shirley: Porqué lo único que deseo, es verte feliz.
Bily: Me has dejado sin palabras.
Al cabo de unos segundos me puse de rodillas ante Shirley y me quede
mirándola fijamente.
Bily: Cuando estoy lejos de ti, mi memoria te trae a mis recuerdos, tu imagen
se me aparece, mi cuerpo se estremece, mis manos desean acariciarte, mis
oídos desean escucharte, mis ojos desean verte, mi olfato desea olerte.
Cuando estoy cerca de ti, el mundo desaparece, el tiempo se desvanece, tu voz
me seduce, tus ojos me hechizan, tus perfumes me cautivan, tus labios me
acarician, y tú me hipnotizas.
Shirley: Veo que has interpretado muy bien lo de sentir a la otra persona.
Bily: Eres mi inspiración.
Shirley con sus manos cogió suavemente mi rostro me da un delicado
beso, acto seguido me dejo caer sobre la arena de la playa.
Bily: ¡Ay!. ¡Mala mujer!. Me has hechizado para que sea tu esclavo.
Shirley: Deja de hacer el tonto y levántate que te llenas de arena y vas a
parecer una croqueta.
Bily: Sus deseos son órdenes para mí.
Cuando me levanté, los ojos de Shirley se clavaron como dagas en los
míos.
Bily: Desearía ser el sol para poder acariciar tu delicada piel y poder jugar a
las sombras con las curvas de tu cuerpo.
Shirley: Yo desearía ser la luna para dormirte entre mis brazos mientras te
susurro apacibles melodías, y después poder ver tus dulces sueños.
Bily: Yo desearía ser la vida para darte un poquito de mí.
Shirley: Desearía ser la muerte para poseerte eternamente.
Bily: Ni la muerte hará que me separe de ti.
Shirley: Tengo una idea. Vamos a la fiesta.
Cuando llegamos al lugar de la fiesta, Shirley me llevó hasta el puesto
del hombre que hacía tatuajes.
Shirley: Hagamos otra locura. Sellemos nuestro amor.
Bily: Tienes razón, es una locura…. Pero me encantan tus locas ideas.
Un leve apretón de manos sirvió para decidir el tatuaje que deseábamos
hacernos.
Bily: Hola, queríamos hacernos un tatuaje.
Tatuador: ¿No sois algo jóvenes?.
Shirley: Señor, es nuestra decisión.
Tatuador: Tener en cuenta que un tatuaje, es para toda la vida. Aquí tengo
unos que se quitan al cabo de un tiempo.
Bily: Nosotros deseamos hacernos un tatuaje que dure para siempre.
Tatuador: Ya veo que estáis decididos. ¿Dónde queréis que os haga el
tatuaje?.
Shirley: En el tobillo.
Tatuador: ¿En qué tatuaje estáis pensando?.
Bily: En ese lazo celta.
Tatuador: ¿Estáis seguros de que no queréis que os lo tatúe con tinta que se
quita al cabo de un tiempo?.
Shirley: ¿De qué nos sirve tatuarnos un nudo del amor eterno si se borra al
poco tiempo?.
Tatuador: Tenéis razón.
Bily: Se trata de que nos dure toda nuestra vida.
Tatuador: ¿Y un colgante del nudo del amor eterno?.
Bily: Yo sería capaz de perderlo, y entonces el amor si que se acabaría,
porque ella me mata.
Tatuador: Vaya, no quiero ser el responsable de un asesinato. El cliente es el
que manda.
En ese momento el tatuador comenzó a hablarnos con voz misteriosa.
Tatuador: Ese lazo, es el símbolo que representa el amor eterno. Es mágico y
poderoso. Su hechizo os mantendrá unidos por toda la eternidad. Y no
permitirá que ni el tiempo, ni la distancia, ni nadie ni nada, os separe el uno
del otro. Pase lo que pase, vuestros caminos acabarán siendo uno.
Bily: Me gustaría añadirle algo más.
Tatuador: ¿En qué estás pensando joven enamorado?.
Bily: En dibujar un círculo alrededor del lazo.
Tatuador: Buena elección. El círculo representa protección y eternidad. El
círculo no tiene fisuras y no oculta nada.
Bily: Eso es lo que deseamos.
Tatuador: Como queráis, pero, ¿no preferís que os dibuje un claddagh?.
Shirley: ¿Cuál es?
Tatuador: Ese de las dos manos, una a cada lado del corazón y sobre el que
hay una corona?
Shirley: Lo he visto más veces, pero no sabía como se llamaba. ¿Cuál es su
significado?.
Tatuador: Las manos representan la amistad, la corona la lealtad y el corazón
el amor.
Shirley: Me encanta el dibujo y su significado. Bily, podríamos hacer este
tatuaje y dentro del corazón, el del circulo con el nudo del amor eterno.
Bily: Me gusta tu idea, además también podríamos unir las dos manos
alrededor de nuestro tobillo. Pero tenemos tres problemas.
Shirley: Que sería más fácil de ver.
Bily: No tenemos tiempo. Este tatuaje le llevaría demasiado rato hacerlo.
Shirley: Tampoco tenemos dinero suficiente.
Bily: Otra vez será.
Shirley: Decidido, sólo queremos el nudo del amor eterno dentro de un
circulo.
Tatuador: No sé si será imaginación, el amor o locuras de juventud, pero me
gustan vuestras ideas. Sigo pensando que sois muy jóvenes, ¿estáis seguros?.
Bily: Aunque seamos jóvenes, tenemos derecho a decidir lo que queremos
para nosotros.
Tatuador: Tienes razón todos tenemos derecho a elegir y todos debemos
asumir nuestros aciertos y nuestros errores.
Shirley: ¿Es posible añadir unas gotitas de nuestra sangre a la tinta?.
El tatuador nos miró extrañado y sorprendido.
Tatuador: En mis años de tatuador, muchas parejas me han pedido un tatuaje
con el lazo del amor eterno, pocas que además añadiera un círculo alrededor
del lazo, un par que añadiera el claddagh, pero es la primera vez que alguien
me pide añadir su propia sangre a la tinta.
Shirley: Deseamos estar en contacto eternamente.
Tatuador: La vida da muchas vueltas.
Bily: El amor no entiende de edad.
Tatuador: El problema no es estar enamorado, sino saber cuanto durará el
enamoramiento.
Shirley: No sabemos que pasará dentro de un segundo, pero si sabemos lo que
queremos que pase.
Tatuador: Veo que estáis convencidos.
En menos de una hora, el hombre nos tatuó sendos lazos en nuestros
tobillos, con la tinta mezclada con unas gotas de nuestra propia sangre que
habíamos conseguido pinchándonos en uno de nuestros dedos.
El tatuador volvió a poner voz misteriosa.
Tatuador: Que no se apague el fuego de la pasión, que noble y puro
permanezca vuestro corazón, que la fuerza del amor os mantenga unidos, que
las estrellas os muestren el camino de vuelta cuando en la oscuridad estéis
perdidos, que en vuestra vida el sol ilumine los senderos que tallan vuestros
pasos, que el impulso del viento os acerque cuanto estéis separados, que el
agua alimente y limpie vuestra respetuosa alma, que la tierra recoja vuestras
cenizas en vuestro perpetuo descanso y les aporte calma, que la esperanza os
de fuerzas para luchar por vuestra libertad, que el círculo os proteja y que el
lazo os mantenga unidos por toda la eternidad. No permitáis que el olvido
separe vuestros espíritus.
Después de que el hombre nos dijera esas palabras nos fuimos.
Bily: Ven, creo que es el momento de explicarte algo.
Shirley le acompañó hasta el bosque de robles, que estaba al lado del
descampado donde se celebraba la fiesta.
Bily: Estos robles, representan una de las historias más bonitas de mi pueblo.
Hace muchos años, algunos de nuestros antepasados celtas llegaron hasta
este lugar en busca de una tierra en la que poder vivir. Como sabes el roble es
un árbol sagrado para los celtas, y en esta zona no había ninguno. Una vez
instalados en el lugar, decidieron plantar varios robles, así podrían tener su
propio bosque mágico. Ese día por la noche una niña nació en la aldea. El
padre de la niña para dar gracias a los dioses, por ese primer nacimiento,
decidió poner una tabla con el nombre de la niña delante de uno de los robles
plantados, al resto de vecinos les gustó la idea, y desde entonces por cada
nuevo nacimiento se planta un roble, que pertenecerá a ese niño, quien debe
cuidarlo hasta el día de su muerte. Cuando esta llega, su cuerpo es incinerado
junto a tantas ramas de su roble, como años tenga, y después sus cenizas son
recogidas en una pequeña vasija de barro y enterrada junto a su árbol, para
que este capture su alma y forme parte de él. Sujeto a ese roble, se coloca una
tabla en posición vertical, en la que se graba el nombre de la persona a la que
pertenece el árbol y la fecha de su nacimiento, y cuando llega su muerte,
también se inscribe esa fecha. Cuando este se une en pareja con otra persona,
se dibuja un lazo en forma de ocho, con el circulo superior se rodea al nombre
inscrito, y dentro del circulo inferior se graba el nombre de la pareja, en caso
de tener hijos, los nombres de estos se tallan debajo del de sus padres.
Shirley: Entonces, ¿estos árboles sólo los pueden plantar personas que han
nacido en este pueblo?.
Bily: No, también lo pueden plantar las personas que juran proteger y
defender con su propia vida, la paz, la unidad y la libertad de este pueblo, así
como a sus habitantes. Y que aceptan vivir con nuestras costumbres celtas,
algunas de las cuales, evidentemente, han cambiado un poquito a lo largo de
los años, para adaptarse a los nuevos tiempos.
Shirley: ¿Qué tengo que hacer?.
Bily: Cuando hayas cumplido dos años viviendo aquí, entonces podrás
solicitar la plantación de tu propio roble, al cual se sujetará una tabla con tu
nombre, con la fecha en la que plantaste este árbol y con la fecha de tu
nacimiento. Después debes cuidar de tu árbol, por lo menos una vez al año en
los meses de verano.
Shirley: ¿Y si un día me voy?.
Bily: Como te dije, debes comprometerte a visitarle y cuidarle al menos una
vez en los meses de verano. Si no, el roble y su espíritu, dejarán de cuidarte.
Shirley: ¿Por qué hay que regresar una vez al año para cuidar del roble?.
Bily: Para que no olvides, donde está tu origen, y tu destino. Para que no
olvides tus raíces, bueno…, en tu caso las raíces que tú decidiste plantar.
Shirley: Si fueron tus antepasados quienes plantaron el primer roble, ¿por qué
sucede esto?.
Bily: Porqué hace muchos años, el hijo de un druida, se fue de casa, en busca
de una vida diferente y no regresó hasta que la mujer de este hombre, y madre
del muchacho, murió. El día en que devolvieron las cenizas de la mujer a la
tierra, el druida enojado, realizó un hechizo sobre el roble de su hijo, para
que el espíritu del roble regresase al árbol en el solsticio de verano, y el hijo
tuviese que volver al lugar donde crece el árbol, para que su espíritu volviese
a cuidar de él, y de ese modo tuviese que visitar al druida. Los vecinos ante el
temor de que les sucediese lo mismo, pidieron al druida que realizase el
mismo hechizo con los robles de sus hijos, ante lo que el hombre lo hizo, pero
con todos los robles que se plantasen en el bosque sagrado.
Un poco después nos detuvimos delante de un árbol.
Bily: Este es mi roble.
Shirley: Me encantan los grabados. Esto más que un árbol genealógico, es un
bosque genealógico.
Los dos nos echamos a reír.
Bily: Las letras, los números y los símbolos, son unos modelos que forjó un
herrero hace mucho tiempo. Las grabaciones las hacemos a fuego y hoy en
día las tablas se barnizan para que duren más tiempo.
Shirley: ¿Qué significa ese árbol que hay en la cabecera?.
Bily: Ese árbol simboliza al roble, que es mi árbol en el horóscopo celta.
Shirley: Entonces, ¿cuál sería mi árbol?.
Bily: Tú naciste el veintitrés de septiembre…, tu árbol es el olivo.
Shirley: Me encantan las aceitunas. Sólo con pensar en ellas, se me hace la
boca agua... Me puedes decir alguna de sus características.
Bily: La virtud del olivo es la sabiduría. Este árbol representa la paz y la
felicidad. Los nacidos en este día sois razonables y equilibrados, tolerantes y
calmados, sois muy espirituales y amáis al sol, pues da la vida, sois atractivos
y atléticos, también sois discretos y tenéis un gran sentido de la justicia.
Vuestro color de la suerte es el azul oscuro.
Shirley: Vaya, me has dejado sorprendida. Has acertado en todo. Ahora
cuéntame algo de los nacidos bajo el símbolo del roble.
Bily: El roble está consagrado al dios Dagda, el creador, y es el emblema de
la generosidad. Somos robustos, dinámicos, valientes, sensibles, tenaces,
independientes y algo autoritarios. Somos fieles a nuestros amigos. La virtud
del roble es la valentía y nuestro color de la suerte es el rojo opaco.
Shirley: ¿Te los sabes todos?.
Bily: Me encanta este tema, y debo aprender lo máximo que pueda, para
después enseñárselo a las nuevas generaciones. Son costumbres que no
podemos permitir que se pierdan, y la manera tradicional de transmitirlas, es
oralmente. Pues cuando algo se escribe en un libro corremos el riesgo de
perderlo, pues pensamos “para que lo voy a aprender si está en los libros”,
no pensamos en que estos se pueden perder, destruir o modificar su contenido.
También puede pasar que venga alguien y modifique lo que está escrito, para
adaptarlo a sus propios intereses, y después todo el mundo se lo crea porque
está escrito, sin investigar quien lo escribió, cuando lo escribió, y en base a
que lo escribió.
Shirley: Veo que hay algún árbol cortado.
Bily: Si, cuando hay un desertor o un traidor, su árbol se corta a golpe de
hacha, por encima de la altura de la tabla.
Shirley: Si yo planto mi árbol, y no puedo venir a cuidarlo, ¿también me
considerarían como desertora, y me cortarían el árbol?.
Bily: No, esos son casos muy especiales, en los que la persona reniegue de su
vida celta o traicionen a sus gentes. Debido a las circunstancias de la vida,
hoy en día se considera esa posibilidad, pero sólo para los menores de
dieciocho años, que dependan de sus padres. En estos casos, alguien puede
cuidar de su árbol, hasta que cumplan la mayoría de edad. Mientras no haya
muestras y motivos de que la persona en cuestión nos haya traicionado o haya
desertado, el árbol no se cortará, simplemente, permanecerá sin cuidados. En
estos casos el espíritu del roble dejará de ser el ángel guardián de la persona
que lo plantó.
Shirley: ¿Que hay que hacer para que ese ángel guardián regrese?.
Bily: Volver a cuidar de su propio árbol.
Shirley: ¿Qué pasaría si alguien intenta quemar este bosque, o cortar sus
árboles?
Bily: Cuentan los ancianos del pueblo, que en una ocasión un mozo de un
pueblo vecino se enamoró locamente de una bella muchacha de este pueblo, y
que él la pidió en matrimonio. El mozo la prometió tratarla como una reina,
pero para ello debían irse a vivir lejos de aquí. Ella se negó, y el mozo entró
en cólera, se dirigió hacia el bosque e intentó prenderle fuego,
misteriosamente no lo consiguió, y al siguiente día cuando se dirigía al
bosque con un hacha en la mano, fue pillado infraganti, antes de que
comenzara con su venganza.
Shirley: ¿Qué le hicieron?.
Bily: Le desnudaron, le ataron a dos troncos en forma de cruz y lo arrojaron
al mar.
Shirley: Que crueles.
Bily: Pero efectivo. Desde entonces nadie ha vuelto a intentar nada. Pero peor
fue lo que les hicieron a los vikingos.
Shirley: ¿Qué les hicieron?.
Bily: No lo sé, me dijeron que cuando sea mayor me lo dirían.
Shirley: Pues me has dejado con las ganas de saberlo.
Bily: Hablando de la edad, ¿qué quieres ser de mayor?.
Shirley: Feliz.
Bily: Creo que no entendiste la pregunta.
Shirley: Creo que tú no entiendes la vida.
Bily: La vida es un sueño, los sueños son libertad, la libertad es lucha, la
lucha es esperanza, la esperanza es ilusión, la ilusión es pasión, la pasión es
amor, el amor es felicidad, la felicidad es la vida.
Shirley: Que difícil lo haces. La vida es sencilla, nosotros mismos nos
encargamos de complicarlo todo.
Me quedé pensativo durante un par de minutos, dándole vueltas a lo que
Shirley me había dicho.
Bily: Tienes razón, yo también quiero ser feliz de mayor... ¿Qué tenemos que
hacer para ser felices?.
Shirley: Intentar disfrutar de las pequeñas cosas de la vida..., un pequeño
yate, una pequeña mansión…
Bily: Vaya, me has vuelto a sorprender.
Shirley: Es broma. Esta frase es del famoso Groucho Marx.
Bily: Y lo de ser feliz de mayor, ¿también es broma?.
Shirley: No, eso es en serio. Está sacada de una anécdota de John Lennon.
Ser feliz es complicado y cada persona tiene un concepto de felicidad propio y
cada uno debe buscar su propia felicidad a su manera. Por un lado está el
buscar la felicidad en las cosas que nos rodean sin estar todo el día pensando
en las que deseamos. Mientras deseamos conseguir algo, no seremos felices,
el día que lo consigamos nos sentiremos la persona más feliz del mundo,
pero… ¿cuánto durará?..., el tiempo que tardemos en desear otra, y
volveremos a ser infelices. Por otro lado está el luchar por tus sueños, para
ello no debes dejar que nadie se interponga en tu camino, pero escuchando
sus consejos y opiniones, pues puede que nada sea como parece o que te
ayuden a conseguir tus objetivos. Si no lo consigues, o finalmente lo consigues
y nada es como lo esperabas y te sientes frustrado, debes pensar que por lo
menos lo has intentado, sin tener que echar la culpa a nadie. Si lo consigues y
es como lo deseabas, debes disfrutarlo. Para mí hay tres principios básicos,
hacer lo que yo deseo y no lo que quieren los demás, apartar de mi vida la
envidia, y descubrir lo que realmente necesito en mi vida.
Bily: Por suerte yo ya he descubierto lo que realmente necesito, por desgracia
nunca lo podré tener.
Shirley Lucha hasta conseguirlo.
Bily: Hay cosas que simplemente son imposibles.
Shirley ¿Por qué dices eso?.
Bily: Porqué aunque finalmente yo consiguiese lo que quiero, seguro que hay
otras personas que no serían felices, y eso a mí no me haría feliz, con lo cual
llegamos a una imposibilidad.
Shirley: En eso tienes razón. En ese caso compara que es lo que más feliz te
hace, y adelante.
Volví a quedarme pensando en lo que Shirley me había dicho.
Bily: Resumiendo, dices que para ser feliz tenemos que descubrir cuales son
las cosas que realmente necesitamos en nuestra vida, y no las que quieren los
demás, y luchar por ellas.
Shirley: Con pocas palabras se podría decir así.
Bily: Yo también lo creía así hasta que te conocí.
Shirley: No te entiendo.
Bily: Yo siempre busqué la felicidad en las cosas que tengo, en las cosas que
hago y en la compañía de mis amigos. Pero al conocerte y descubrir que
tenemos tantas cosas en común. No he podido dejar de pensar en ti a cada
segundo, y me he dado cuenta que por mucho que busque la felicidad en las
cosas que me rodean, no la encuentro, pues nada es comparable a lo que
siento cuando te veo, a cuando estoy cerca de ti, a cuando escucho tu voz, a
cuando siento el contacto de tu piel.
Shirley: Bily, ten cuidado, quizás solo piensas así porque quieres escapar de
tu vida, o quizás porque pienses en mí como un ideal, o simplemente porque
soy la primera o la única chica en tu vida.
Bily: Sólo el tiempo lo dirá. Pero de una cosa estoy seguro. De mi amor por ti.
Shirley: Quizás mañana cambies de opinión.
Bily: No sé lo que pasará mañana, pero si se lo que quiero que pase.
Shirley: Pues hasta que no llegue el mañana, disfrutemos del hoy.
Bily: No dejemos para mañana lo que podamos disfrutar hoy. Shirley no
olvides que yo no te buscaba, simplemente, te encontré.
Entre ambos se hizo una breve pausa.
Shirley: ¿Qué te gustaría hacer?.
Bily: Envejecer a tu lado.
Shirley: Veo que aprendes rápido.
Bily: Es que tengo la mejor profesora del mundo.
Shirley: Tienes razón, tienes la mejor profesora del mundo. A ver que me
respondes a esta pregunta. ¿Qué quieres de mí?
Bily: Quiero tu sonrisa, quiero tu mirada, quiero tu voz, quiero tu compañía,
quiero tus palabras, quiero tu tiempo.
Shirley: ¿Qué es lo que más te gusta de mí?.
Bily: Lo decidida que eres, la fortaleza que muestras y tu capacidad para ver
lo bueno de las cosas. Y tú, ¿qué quieres de mí y que es lo que más te gusta de
mí?.
Shirley: Quiero tus secretos y me gusta tu vida.
Bily: ¿Pero qué respuestas son esas?.
Shirley: Son respuestas de alguien que no quiere responder a una pregunta…
Bily: Serás granuja.
Los dos nos volvimos a reír.
Bily: Sabes una cosa.
Shirley: Dime.
Bily: Te voy a denunciar por bruja, para que te quemen en la hoguera.
Shirley: ¿Por qué dices eso?.
Bily: Porqué no sé que hechizo me has echado, para que de ti esté tan
enamorado.
Shirley: Como dijo Baltasar Gracián “El más poderoso hechizo para ser
amado es amar”. Y la culpa de ello la tienes tú mismo.
Bily: No te confundas, la culpa de todo la tienes tú, por tener todo lo que me
encanta de una chica.
Los dos nos echamos a reír otra vez más.
Bily: ¿Si me muerdes aquí en el cuello?, también me transformaré en brujo?,
como los vampiros.
Shirley: No se, podemos probar.
Shirley me dio un mordisquito en el cuello.
Shirley: ¿Sientes algo?.
Bily: Si, un no sé que, que, que sé yo.
Shirley: Prueba a echarme un conjuro.
Bily: Por los dioses celtas, por los robustos robles, por los corazones nobles,
por las mujeres bellas, que tus labios bonitos… me den unos besitos.
Shirley: Ya siento tu hechizo.
Shirley me varios besitos y durante unos segundos estuvimos riendo.
Después de un pequeño silencio…, los dos nos dijimos al mismo tiempo: “Te
amaré eternamente”. Y nos fundimos en un abrazo.
Evelyn: Shirley, bonito nombre. ¿Finalmente plantó su árbol?.
Bily: Si. Al año siguiente.
Evelyn: ¿Volvió ella para cuidar de su árbol en verano?.
Bily: Mientras ella y su familia vivieron en el pueblo, le gustaba pasear hasta
su árbol, casi a diario. Después de que se fueron, la cosa cambió, y ya nunca
más regresó.
Evelyn: Entonces, ¿nunca nadie cuidó de su roble?.
Bily: Claro que sí, yo cuidé de su árbol. Como te dije, el problema estaba,
después de cumplir los dieciocho años, cuando mis cuidados ya no servían,
aun así, nunca dejé de cuidarlo.
Evelyn: ¿Y que le ha podido pasar?.
Bily: No lo sé, pero seguro que nada bueno. La fuerza mágica del roble es
poderosa.
Evelyn se queda pensativa durante unos segundos.
Evelyn: Por lo que me has contado, deduzco que Shirley no es tu esposa.
Bily se queda pensativo, y poco después contesta.
Bily: No
Evelyn: ¿Sigues enamorado de ella?.
Bily continuó con su historia, sin contestar a la pregunta que Evelyn le
había realizado.
Bily: A la semana de hacernos el tatuaje, su padre se lo descubrió, y se llevó a
Shirley a un pequeño pueblo de la montaña leonesa, donde vivían sus abuelos.
El que podía haber sido el mejor verano de mi vida pasó a ser el más triste de
todos, cada minuto me acordaba de ella, sus ojos color miel, sus sonrosados y
dulces labios, su suave piel, tostada por el sol, su brillante pelo negro
azabache, el cual se había cortado, dejando sus hombros desnudos…. Durante
todas las vacaciones recé para poder volver a verla en el instituto, el primer día
de clase, sin mediar palabra con nadie, sin mirar las listas, sin esperar a que
sonara el timbre, subí corriendo a mi aula, con la esperanza de que allí
estuviera…, pero no estaba, me senté en la penúltima silla de la fila de la
ventana, mi mente estaba más perdida que mi mirada en el horizonte, al poco
sonó el timbre, y me despertó de mi letargo. No podía quitar la vista de la
puerta, deseando que Shirley entrase por ella, pero no fue así, todas las mesas
se ocuparon. El profesor entró y cerró la puerta tras de sí, se sentó y comenzó
a pasar lista, llegado este punto tenía la esperanza de que dijese su nombre,
pero no fue así, entonces me di cuenta de que tampoco había dicho el mío, es
más todos los chicos y chicas eran nuevos en la clase excepto unos cuatro, así
que me levanté le dije que me había equivocado de aula y me fui, y es que con
la impaciencia no había empezado por el principio, mirando las listas para
confirmar que estaba inscrito, ni en que aula me tocaba. Tenía tantas ganas de
verla, que sin pensarlo subí al aula del año anterior. Esta vez miré las listas
para saber en que clase me tocaba, me fui abatido a mi nueva aula, piqué en la
puerta para pedir permiso para entrar, a lo que el profesor aprovechó para
decirme: “A quien madruga, Dios le ayuda”, y yo un poco cabreado le
contesté: “Si, pero no por mucho madrugar, amanece más temprano”, el
profesor con cara de pocos amigos me mandó sentarme, levanté la mirada y el
único sitio vacío que vi fue el penúltimo de la fila de la ventana, levanté un
poco más la mirada y allí la vi, otra vez el hormigueo estremeció todo mi
cuerpo. Su sonrisa y un guiño suyo, me devolvieron la alegría, renovando mi
cuerpo de vida. Deseaba que acabara la clase para poder volver a hablar con
ella y para poder abrazarla. Pasamos tiempos complicados, pues su padre se
empeñaba en separarnos en cuanto podía, pero la atracción que sentíamos el
uno por el otro era más fuerte que cualquier castigo y que la distancia. A los
tres años su padre se fue a trabajar fuera de España, seguimos en contacto por
carta, durante un par de años, hasta que un día dejó de escribirme.
Evelyn: ¿Sabes qué pasó?.
Bily: No lo sé, se cansaría de mí, conocería a otro chico, no lo sé.
Evelyn: ¿Te acuerdas de ella?.
Bily: Claro que sí, fue muy duro que desapareciera así, sin decirme nada. Sólo
pido que este bien y que esté donde esté, sea feliz, que la gente que tiene a su
alrededor sepa cuidarla, porque las personas como ella, se merecen lo mejor…
Después de este varapalo, tenía dos opciones amargarme la vida a mí mismo y
a todos los que me rodean, o bien guardar su recuerdo en mi memoria, e
intentar ser feliz, pues la vida continua, ande o no ande yo con ella. Estoy
seguro de que ella así lo hubiera querido. Cada día doy gracias a los dioses por
permitirme conocerla y compartir un poco de mi vida con ella... De hecho, tú
me recuerdas a Shirley.
Evelyn: Si seguías enamorado de ella. ¿Por qué no fuiste a buscarla?.
Bily: La mitad del verano de ese año me la pasé trabajando para ganar dinero
y así poder ir a buscarla, empecé por el final, donde me dieron las últimas
cartas que la había enviado y me dijeron que se habían ido de vacaciones a
España, como no tenía más pistas me dirigí al pueblo de sus abuelos en León.
Desgraciadamente estos ya nos habían abandonado y no quedaba nadie de su
familia viviendo en el pueblo. Unos vecinos me comentaron que habían
pasado unos días en su casa, pero que no se les veía mucho porque no paraban
de ir y venir, aunque a mediados de Junio, se fueron y ya no volvieron. Se me
habían acabado las pistas, así que tomé sus direcciones anteriores y en ninguna
de mis visitas conseguí nada, no me quedó más remedio que volverme a mi
casa.
Evelyn: Si tan enamorado estabas de ella, ¿por qué no la esperaste?.
Bily: Conocí a Jennifer, nos enrollamos y nació Ailish.
Evelyn: ¡Ya entiendo!. ¿Te has arrepentido en algún momento de ello?.
Bily: En ese momento, estaba estudiando y no entraba en mis planes tener una
hija, pero Ailish es lo mejor que me ha ocurrido en la vida, y por ella lo daría
todo. Quiero a Jennifer, es una mujer estupenda. Tenemos nuestras peleas,
pero hablando y respetando nuestras decisiones, las acabamos solucionando.
Evelyn: Me alegro. Pero aún no me has contestado a mi pregunta.
Bily: ¿Qué pregunta?
Evelyn: Si seguías enamorado de Shirley
ZASSSSS. Bily arreó un palazo a Evelyn en su mano.
Evelyn: ¡Ay!.
Bily: No olvides que debo mantener intactos los cuatro picos del bollo que te
intentas comer.
Evelyn: Cinco personas, cinco gemas y cuatro picos. Las cuentas no me
cuadran.
Bily: Lo sé, me falta un pico. Elia me dará un tesoro o un deseo, a cambio de
conseguir mantener intactos los cuatro picos, que lo tengo claro, salvar a mi
familia y a mis amigos, pero para ello, además debo conseguir las cinco
gemas. Nunca me dijo que pasará con la quinta gema, espero que con el deseo
pueda salvarles a los cinco.
Evelyn: Me has dicho que tu hija se llama Ailish, ¿Cuántos años tiene?
Bily: Ailish, tiene ahora cuatro años. Y sin ella mi vida no es nada.
Evelyn: ¿Y qué harías si finalmente no consiguieses salvarlas?.
Bily: No lo sé… ¿Qué pinto yo en esta vida sin ellas?.
Evelyn: Seguro que hay mucha gente que te necesita, para los que tú eres my
importante.
Bily: Yo solo soy un simple hombre.
Evelyn: No Bily, tú serás un hombre sencillo, pero en ningún caso serás
simple. Tú no eres el primero que pierde a su familia, y por desgracia,
tampoco serás el último, debes buscar apoyo, en estos momentos debes tener
cerca de ti a aquellos amigos que quieran ayudarte.
Bily: Y si no hay nadie que quiera ayudarme.
Evelyn: Estoy segura de que si, pero si no es así, debes hacer algo con lo que
te sientas necesario para los demás, y así te sentirás mejor. Puedes ayudar a
gente que necesite apoyo. Tú eres fuerte e inteligente.
Bily: No tanto.
Evelyn: No te subestimes. Tú vales más de lo que tú te crees. Realmente las
personas valen lo que cada uno se valora a sí mismo, y lo que les valoran los
demás. No olvides que para mucha gente, tener a alguien al lado que sea
fuerte, o por lo menos que lo aparente, les da fuerzas cada día para levantarse
y seguir luchando por su vida. Hay gente que lo único que necesitan es a
alguien que les escuche y que esté a su lado. Mira.
Evelyn saca una moneda de un bolso.
Evelyn: ¿Ves esta moneda?.
Bily: Si.
Evelyn: Por mucho que la pisotees, que la golpees, que la ensucies, que la
tires, y le hagas mil y una perrerías, siempre tendrá el mismo valor.
Evelyn tira la moneda contra en suelo, la pisotea, le da golpes con un
palo, y la llena de tierra.
Bily: Puede que tengas razón.
Evelyn: Cada persona es un mundo. Hay gente que cuando tiene un problema
se ayuda a sí mismo, ayudando a los demás. Otros en cambio, necesitan de
alguien en quien apoyarse, hasta que vuelvan a coger fuerzas, para continuar.
Hay un tercer tipo de personas que da igual que les ayudes que no, porque no
quieren tirar para adelante, y quizás sean estos los que más necesiten ayudar a
los demás.
Bily: Tienes razón constantemente tenemos momentos de bajón y necesitamos
tener a alguien al lado para que nos de un empujoncito.
Evelyn: Si, es importante tener a alguien al lado que tire un poquito de
nosotros y no nos eche tierra encima.
Bily: Todo depende de como lo mires. Si estás metido en un pozo sin salida y
viene gente y en vez te tirarte una cuerda te tira tierra, lo que debes hacer es
ser inteligente y fuerte, sacudirte la tierra y subirte al montoncito de tierra que
te acaban de tirar. Como el burro de la fábula.
Evelyn: Claro, claro, quizás no es que no quieran ayudarte, sino que falta
comunicación.
Bily: En cualquier caso, lo mejor es no hacer caso a la gente que tira para atrás
y no hace más que poner zancadillas y criticar todo lo que haces y dices.
Evelyn: Eso es. Pero sigues sin responder a mi pregunta.
Bily: Ya sabes mucho de mí y yo no sé nada de ti. Así que, hasta que no sepa
más de ti, no te responderé a esa pregunta.
Evelyn: Eso es que si.
Bily: Yo no he dicho nada. Hay cosas que es mejor no decir, que después todo
se sabe, o se interpreta mal.
Evelyn: Las cosas claras. Que después todo lo que pueda ser mal interpretado,
siempre será mal interpretado.
Bily: Palabras inteligentes de Dale Carnegie.
Evelyn: Bueno ya hemos hablado demasiado, ahora debemos entrenar. Pero
eso es un si.
Bily: No es justo que no me digas algo de ti.
Evelyn: Sólo te diré una cosa. Al igual que tu, yo también tengo una misión y
sólo estoy de paso. Así que levántate que hoy vamos a entrenar con los
bastones, aquí tienes el tuyo.
Evelyn le dio un palo de unos dos metros de largo a Bily, quien en esta
ocasión anduvo más listo y supo defenderse antes de que Evelyn le arrease el
primer golpe.
Evelyn: Aprendes rápido.
Bily: Por la cuenta que me tiene.
Ambos continuaron entrenándose con los palos durante varias horas sin
descanso.
Evelyn: Me empieza a entrar hambre, será mejor que descansemos un rato y
vayamos a buscar algo de comer.
No acabó de decirlo y ya se había ido.
Bily: Pues vale.
Bily se acercó al rio y se sentó en una roca a descansar un poco, mientras
observaba el rio, vio a una trucha saltar, y se le ocurrió que sería buena idea
pescar un par de ellas antes de que volviese Evelyn, así de paso, aprovechaba
para refrescarse un poco y quitarse todo el sudor. Bily se quitó la ropa, se
zambulló en el agua del estanque y nadó un poco. Poco después se sumergió
en el agua, y salió con una trucha entre sus manos, se dirigió a la orilla y la
clavó por las agallas en una rama. Volvió a zambullirse en el agua varias veces
más hasta que consiguió una segunda presa.
Evelyn: Vaya, parece que la segunda trucha se te ha resistido un poco... A todo
esto, esta ropa huele fatal, será mejor que la laves un poco.
Evelyn cogió la ropa y se la tiró al agua, Bily al verla fue todo lo deprisa
que pudo a recogerla.
Bily: Serás gamberra. Por lo menos podías acercarme una toalla de mi
mochila.
Evelyn: Vaaale, ya te la acerco un poco. Pero antes lava bien tu ropa.
Evelyn cogió las dos truchas y se fue al descampado, donde junto varias
piedras en forma de círculo, un par de puñados de hierba y unos palos secos,
para hacer fuego y así poder asar las truchas.
Bily: EVELYN, QUE ESTOY AQUÍ.
Evelyn coge la mochila de Bily y saca una toalla, en la que también
encuentra una navaja, que coge para vaciar la captura.
Evelyn: Ya te he acercado un poco tu toalla.
Bily: ¿ES QUÉ NO ME VAS A TRAER LA TOALLA?.
Evelyn: ¿QUÉ DICES?, ES QUE NO TE OIGO BIEN, ACÉRCATE UN
POCO.
Bily grita un poco más.
Bily: ¿QUE SI HACES EL FAVOR DE TRAERME MI TOALLA?.
Evelyn: SIGO SIN OÍRTE.
Bily: Ya veo que no me vas a acercar la toalla.
Bily cogió su ropa mojada y tapándose sus partes, salió del agua y se
dirigió hacia donde estaba Evelyn.
Bily: Muchas gracias por sacarme la toalla de la mochila, por lo menos no
tendré que utilizar las dos manos para abrir la cremallera.
Evelyn: Vaya, no me había dado cuenta de ese detalle.
Bily cogió la toalla con una mano y se tapó como pudo.
Bily: Otra vez será. ¿Cómo has hecho el fuego tan rápido?.
Evelyn: Secretos de mujer. Ha sido una buena idea pescar unas truchas.
¿Dónde has aprendido a pescar así?.
Bily: Son cosas que se aprenden de críos en los ríos.
Bily se queda mirando un conejo que había cerca de la lumbre.
Bily: Ha sido buena idea cazar un conejo. ¿Dónde has aprendido a cazar?.
Evelyn: Son cosas que se aprenden cuando el hambre aprieta.
Unos minutos más tarde.
Bily: Parece que las truchas ya están listas.
Evelyn: Eso parece, será mejor que las saquemos.
Bily: Mientras enfrían, voy a llenar de agua la cantimplora.
Cuando Bily regresa, ambos se sientan sobre la hierba y comienzan a
comer.
Bily: Todavía no sé nada de ti.
Evelyn: Sabes mi nombre y sabes que sé utilizar las armas.
Bily: Tienes razón, sé algo de ti, pero no sé porqué estás aquí, porqué me
ayudas, no sé, de donde sacas el alimento.
Evelyn: No seas impaciente, todo a su debido tiempo. Ya sabes que la
curiosidad mató al gato.
Bily: ¿Qué más puedes contarme de las amazonas?.
Evelyn: Las amazonas llevan una vida matriarcal, viven sin hombres, de
quienes odian su estructura patriarcal. Sólo se juntan con los que han vencido
en la guerra o con los de los pueblos vecinos con los que viven en paz, para
procrear. Las niñas se quedan con ellas, mientras que los niños los crían
durante unos años, y luego los dejan en los pueblos vecinos con sus padres, en
caso de no saber quienes son o no encontrarlos, los dejan con hombres o
familias que quieran criarlos. Las amazonas son muy religiosas y Afrodita es
su principal diosa. Cada año celebran la fiesta de las cinco diosas Afrodita,
Artemisa, Atenea, Demeter y Hestia. Son valientes guerreras, pero no son
crueles. No sólo se dedican a la guerra, también se dedican a la agricultura y a
la caza. De hecho tienen dos reinas una militar y otra doméstica. Se dice que
son las primeras domadoras de caballos, animales por los que sienten auténtica
devoción.
Bily: Fascinante.
Evelyn: Bueno, dejémonos de hablar y vayamos a entrenar. Pero ahora
entrenaremos con el arco.
Bily: Menos mal que por aquí normalmente, no pasa nadie.
Evelyn cortó una rama con hojas y la clavó en el descampado, ambos se
alejaron unos metros de la improvisada diana, y le dio instrucciones de como
se debía coger el arco, y como debía sujetar la flecha. Bily lanzó la flecha tal y
como le indicó Evelyn, y alcanzó su objetivo.
Evelyn: No ha estado mal.
Bily: Bueno, tengo que decirte que no es la primera vez que lo hago, mientras
estudié en la universidad me aficioné al tiro con arco, e incluso participé en
varios campeonatos, ganar no ganaba, pero lo pasábamos genial.
Evelyn: Todo cuenta.
Mientras Bily lanzaba flechas e iba a recogerlas, hubo un rato que Evelyn
permaneció sentada y pensativa.
Bily: ¿Hay algo que te preocupe?.
Evelyn: No, en estos momentos mi única preocupación es que tú aprendas a
manejar las diferentes armas.
Bily: Hay algo más, lo sé, y no me lo quieres contar. Los gestos de tu rostro y
tu cuerpo dicen más que tus palabras.
Evelyn: Tú estás aquí para salvar a tus amigos y a tu familia de una maldición,
y estoy segura que lo consigas o no, lucharás por ellos hasta el final.
Bily: Así es, lucharé por ellos… y lo conseguiré
Evelyn: ¿Tan seguro estás de que lo vas a conseguir?.
Bily: No, pero, no puedo permitirme pensar lo contrario.
Evelyn: En su día, mi padre no luchó por mí.
Bily: Algo le pasaría. Seguro que si lo hizo.
Evelyn: No te distraigas, tú sigue entrenando.
Al momento Evelyn desapareció. Bily continuó entrenando, hasta que un
par de horas más tarde, ella regresó, quien observó el entrenamiento de Bily,
antes de acercarse a él.
Evelyn: Parece que esto se te da mejor que la espada.
Bily, que estaba completamente concentrado en su tarea, dio un sobresalto
ante las palabras de Evelyn.
Bily: Hola Evelyn, vaya susto que me has dado.
Evelyn: Ahora estas en un mundo en el que debes aprender a escuchar. Todo
lo que te rodea habla, y está constantemente diciéndote cosas, un animal que
sale corriendo, un ave que vuela, un pajarillo que canta, una rama que se
rompe, un chapoteo en el agua.
Bily: Ya entiendo.
Evelyn: Tú sigue entrenando, mientras yo preparo el conejo. Y por cierto,
seguro que ya tienes la ropa seca.
Bily: Tienes razón, estaba tan concentrado en el arco y en mis cosas, que me
había olvidado de todo.
Al poco tiempo Evelyn ya tenía el conejo en el fuego.
Bily: Otra vez que me perdí como lo has hecho.
Evelyn: Algún día te lo diré.
Bily: Eres demasiado joven para andar por ahí tú sola.
Evelyn: Es una historia que ahora no puedo contarte. Perdóname, de momento
no puedo decirte nada, pero pronto sabrás más cosas de mí.
Bily se quedó pensativo.
Evelyn: En la vida existen dos tipos de edades la física, que son los años que
cumplimos, y la psíquica que es la más importante y son las ganas que
tengamos de vivir. Puedes tener veinte años y no tener ganas de vivir, en ese
momento estás apático sin fuerzas y sin ganas de nada, recuerda el instante en
que desaparecieron delante de ti tu hija tu mujer y tus amigos, y puedes tener
noventa años y tener todas las ganas de vivir del mundo y sentirte con fuerzas
de hacer casi cualquier cosa.
Bily: ¡Qué razón tienes!. Cuando Elia me habló, pasé de no tener ganas de
nada a tener fuerzas para superar todo lo que el futuro me ponga por delante.
Evelyn: Por eso es importante la gente que te rodea. Está muy bien que un
amigo te diga lo que realmente piensa y que te de su opinión y consejo, de lo
que tú piensas, pero muchas veces lo que un amigo debe decirte es lo que tú
quieres oír, porque el resto ya lo sabes.
Bily: Ahora entiendo porqué hay gente que paga dinero a las videntes,
simplemente, porque primero te escuchan y después te dicen lo que quieres
oír.
Ambos se quedan en silencio durante unos instantes.
Evelyn: ¿Piensas en tu familia?.
Bily: Si, estaba recordando a mi niña. Echo de menos a mi familia, pero sobre
todo a mi princesita. También me estaba acordando de lo de tu padre y de lo
que hacen las amazonas con los niños. No entiendo como un padre o una
madre son capaces de abandonar a sus hijos. Hay un momento en la vida en el
que estos deben volar por si solos, pero mientras son pequeñitos… No lo
entiendo, la verdad, no lo entiendo.
Evelyn: Yo tampoco. ¿Para qué los tienen?. Si no los quieren que los den en
adopción, hay gente que adoran a los niños y desean cuidarlos. Hay parejas
que no pueden tener niños y están dispuestos a todo para poder criar uno, o
varios.
Bily: Está claro que tú tampoco perteneces a esta época, ¿verdad?
Evelyn: Todo a su tiempo.
Después de unos minutos de silencio.
Bily: ¿Esta noche también te vas a ir, dejándome aquí sólo?.
Evelyn: No, esta noche me apetece estar contigo.
Ambos siguieron hablando durante largo rato.
Evelyn: Me está entrando sueño, será mejor que me vaya a dormir.
Bily: Si, yo también estoy muy cansado.
Los dos se dirigieron al refugio improvisado de la noche anterior, y
mientras ella cubría su cuerpo con su capa, Bily se tapaba con una toalla, y la
otra se la ponía por encima a Evelyn.
Evelyn: Buenas noches y que descanses.
Bily: Buenas noches y que descanses tú también.
A la mañana siguiente cuando Bily se despertó no vio a Evelyn y decidió
ir al rio a beber un poco de agua y a lavarse la cara. Cuando iba a agacharse a
llenar la cantimplora, vio una sombra en el agua, pegó un salto, y cuando se
fijó mejor, pudo comprobar que era Evelyn. Quien asomó su cabeza por el
agua.
Evelyn: Buenos días dormilón.
Bily: Tienes razón, son muy buenos.
Evelyn: O te giras o desearás pasar el resto de tu vida como esclavo de las
amazonas.
Bily: ¡Vale!, ¡vale!, ¡cómo te pones!.
Evelyn cogió su lanza, la cual tenía escondida a la orilla del rio y se la
enseño a Bily.
Evelyn: No suelo repetir las cosas dos veces.
Bily: Ni falta que hace, voy a ver si ha caído algún gamusino en la trampa.
Evelyn: Y de paso coge el agua donde haya corriente, no donde está
estancada.
Bily: También tienes razón en eso. Agua que vas a beber, déjala correr.
Evelyn salió del agua, y se puso por encima la toalla con la que Bily le
había tapado por la noche.
Evelyn: Ahí tienes un poco de leche.
Bily: Pero, ¿de dónde la has sacado?.
Evelyn: De la ubre de una cabra.
Bily: Ya.
Evelyn: Secretos de mujer.
Bily: ¿Por qué siempre me respondes con incógnitas?.
Evelyn: Porqué por ahora no necesitas saber más. En su debido momento te
enseñaré lo que nos rodea, pero antes de nada, debes saber que esta, es una
zona en la que hay muchas guerras, y por ahora el lugar más seguro para ti es
este.
Bily: ¡Está bien!, ¡está bien!. Confío en ti. ¿No tendrás un poco de cacao para
la leche?.
Evelyn: No, no tengo cacao.
Se hizo el silencio durante unos minutos.
Evelyn: Me has dicho que quieres a tu mujer, pero, ¿realmente estás
enamorado de ella?.
Bily: Pues claro que si.
Evelyn: No has contestado a mi pregunta, pero suponiendo que sigues
enamorado de Shirley. ¿Cómo se puede estar enamorado de dos mujeres a la
vez?.
Bily: Por un lado, el límite del amor es el tiempo. Para mí el amor es como el
fuego y los problemas como el agua, si le echas un tronco cada poco, éste no
se apaga, si le echas unas gotas de agua, estas se evaporan, si acumulas los
problemas y echas un caldero de agua al fuego lo apagarás. Pero, ¿quién te
quita de mantener vivos varios fuegos?. El único problema que tienes es si no
les dedicas el tiempo suficiente para mantenerlos vivos. Claro está, que si no
dejas suficiente espacio entre los fuegos te acabas quemando. Por otra parte,
en una relación, tenemos otro límite, la infidelidad de las personas, cada
persona pone un límite a su relación de pareja, para unos una infidelidad es
pensar en otra persona, para otros, un beso, para otros no hay límites y no
tienen la palabra infidelidad en su vocabulario. Todo es poner los límites entre
los integrantes de la pareja, y que ambos respeten esos límites.
Evelyn: ¿Qué me quieres decir?, ¿qué puedes vivir con dos personas o más a
la vez?.
Bily: Eso depende de cada persona y de cada sociedad. Donde yo vivo, no es
lo normal. Y yo, personalmente, tampoco lo haría.
Evelyn: Y, ¿si ahora volviera a aparecer en tu vida esa chica?.
Bily: Aunque la quiero mucho, seguiría con mi mujer y mi hija a quienes
adoro.
Evelyn: ¿La quieres o la amas?.
Bily: ¿Qué diferencia hay?.
Evelyn: ¿Cómo puedes hacerme esa pregunta?.
Bily: La verdad es que sobraba, solo era para evitar responder. Y tú, ¿estás
enamorada?.
Evelyn: En mi vida no hay lugar para el amor.
Bily: Quien quiere, busca soluciones para poder, quien no quiere, busca
excusas para no intentarlo.
Evelyn: No en mi caso.
Bily: La verdad es que no sé nada de ti, y si tú me dices que no puedes
enamorarte, pues te creo. Solo espero y deseo que el destino te ponga el amor
en tu camino.
El tercer día, Bily se levantó con mala cara.
Evelyn: Buenos días.
Bily: Buenos días. Por decir algo.
Evelyn: En realidad lo que quiero decir es que tengas un buen día. Pero en
algún momento de la historia, la frase se ha reducido hasta buenos días.
Bily: Gracias, yo también te deseo un buen día.
Evelyn: ¿Te encuentras bien?, tienes mala cara.
Bily: ¡No!. Me duele todo el cuerpo, la cabeza, los ojos, hasta los pelos de la
nariz. No puedo con mi alma.
Evelyn: Pues vas a tener que poder.
Bily: No puedo ni moverme.
Evelyn: Las enfermedades son la selección natural de los más fuertes, y los
que se adaptan, sobreviven.
Bily: En ocasiones hay que parar y coger fuerzas para poder continuar.
Evelyn: Quizás tengas razón, y lo mejor que podemos hacer hoy, es entrenar
tu mente.
Bily: Entrenar mi mente.
Evelyn: Así es. Hay ocasiones en las que no ganan los más fuertes
físicamente, sino que ganan los más fuertes mentalmente. Tú tienes que
conocer tu cuerpo y buscar sus límites, debes aprender a dar un paso más,
cuando ya no puedas hacerlo, debes enseñar a tu cuerpo a continuar, cuando él
te pida parar y descansar. Debes a aprender a controlar tus instintos, cuando tu
cuerpo te pida hacer algo, debes aprender a parar, debes enseñar a tu cuerpo a
detenerse y relajarse para pensar que hacer. No olvides que tu mente controla
tu cuerpo y no al revés.
Bily: Que complicado lo haces, si mi cuerpo pide parar, tengo que continuar y
si me pide seguir, tengo que detenerme.
Evelyn: Lo fácil lo hace cualquiera, lo difícil lo hacen sólo los buenos, pero lo
imposible, los únicos que lo consiguen, son las personas excepcionales.
Bily: Pero lo difícil lo puede hacer cualquiera con entrenamiento, y si me
apuras con mucho entrenamiento también conseguirían lo imposible.
Evelyn: Lo imposible solo lo logras con mucho entrenamiento y si naces con
un don especial. ¿Tú crees que yo podría clavar diez flechas seguidas en aquel
árbol de allí?.
Bily: Seguro que si.
Evelyn se levanta, coge su arco y lanza diez flechas seguidas
clavándolas todas en orden descendente en un arbolito de dos pulgadas de
grosor situado a unos cincuenta metros.
Bily: ¿Cuánto has entrenado?.
Evelyn: Menos de lo que te piensas.
Bily: ¿Algún otro don?.
Evelyn: Posiblemente, pero no tan poderosos como los tuyos.
Bily: ¿Los míos?, pero si yo no tengo de eso, es más, con uno, ya me
conformaría.
Evelyn: Lo tienes dentro de ti, sólo debes encontrarlo.
Bily: Llevo toda mi vida conmigo mismo y nunca he encontrado nada dentro
de mí.
Evelyn: Quizás sea porqué en ningún momento le has dado importancia
porque para ti hacer ciertas cosas sea como el dormir, o quizás sea porque
necesitas retos diferentes para que ese don despierte y aflore.
Bily: Quizás sea porque yo no tengo nada especial.
Evelyn comenzó a alejarse de Bily.
Evelyn: Créeme…., lo tienes. Si no, yo no estaría aquí.
Al momento desapareció entre el bosque, mientras Bily quedaba
pensativo.
Bily y Evelyn pasaban los días entrenando duramente y hablando de sus
cosas, hasta que al décimo día Evelyn aparece con un hermoso caballo
completamente negro, no tenía ni una sola pinta blanca, su pelo brillaba como
un espejo bajo la luz del sol.
Bily: ¡Qué caballo más bonito!.
Evelyn: Es el caballo más hermoso que he visto en mi vida.
Bily: ¿De dónde lo has sacado?.
Evelyn: Una amiga me lo ha dejado para dar un paseo. Ven monta, que nos
vamos a dar una vuelta.
Bily: ¿Cómo se llama?.
Evelyn: Pegaso.
Bily, sin pensárselo, se subió al caballo de un salto. Al momento ya
estaban cabalgando al trote.
Bily: Esta es una de las experiencias más maravillosas.
Evelyn: ¿El qué?, ¿montar a caballo conmigo?.
Bily: No, montar a caballo libremente, sin cercos ni paredes, sin caminos y sin
carreteras, sólo nosotros, el caballo y el campo.
Evelyn: Así que prefieres un caballo antes que a mí.
Bily: No me metas en líos, que no te estoy comparando con un caballo.
A los pocos minutos Evelyn detuvo al caballo.
Evelyn: Puedes apearte.
Bily: No irás a dejarme aquí, a mí solo.
Evelyn: No digas tonterías, aunque debiera hacerlo, por escoger a un caballo
antes que a mí.
Bily: Contigo es maravilloso estar en cualquier lugar del mundo, aunque sea el
mismo infierno.
Evelyn: Demasiado tarde, ahora eso ya no vale.
Bily: Que complejas sois las mujeres, nunca os entenderé.
Evelyn: Pero si es sencillo entendernos. Cuando decimos que queremos algo,
evidentemente es que lo queremos, pero puede haber momentos en los que
posiblemente no lo queramos. Cuando decimos que no nos importa que te
vayas con los amigos, lo que queremos decir es, no vayas con los amigos, que
os quedéis con nosotras, aunque probablemente haya días en los que realmente
queremos que os vayáis con vuestros amigotes y nos dejéis tiempo para
nosotras. Cuando decimos que no nos importa que hables con una amiga, en
realidad lo que queremos decir es que si hablas con ella, os matamos. Cuando
decimos que no nos importa que no nos acompañéis, lo que de verdad estamos
pidiendo es que nos acompañéis. Cuando os preguntamos que si soy más
guapa que otra mujer, lo que en realidad queremos oír, es que nosotras somos
las más guapas del mundo. Cuando decimos que nos duele algo, lo que
pedimos es atención, cariño, abrazos, mimos, besos…
Bily: Pues menos mal que era fácil, que si llega a ser difícil.
Dice Bily en voz baja.
Evelyn: ¿Qué decías?.
Bily: Eso, eso, abracitos, cariñitos, mimitos, besitos…
Evelyn: ¡Ah, bueno!.
Poco después, cuando quisieron darse cuenta, Bily y Evelyn estaban
metidos en un poblado. Enseguida le llamó la atención a Bily, la escasez de
mujeres.
Bily: Las mujeres de este pueblo, ¿dónde están?, ¿metidas en sus casas?.
Evelyn: En este pueblo apenas hay mujeres.
Bily: Pues veo muchos chiquillos, para no haber mujeres.
Evelyn: En realidad casi todos estos niños, son hijos de las amazonas.
Bily: Raras costumbres.
Mientras caminaban por las calles del poblado, Evelyn ve un perro en los
huesos al lado de un hombre.
Evelyn: Pero hombre, dele de comer al perro, que se le va a morir de hambre.
Hilario: Para lo que hace.
Evelyn: Pues si no lo quiere déselo a alguien para que lo cuide.
Hilario: Para lo que come.
Evelyn: Vaya, con usted no hay quien hable.
Hilario: Para lo que dices.
Bily se queda mirando a Evelyn.
Evelyn: No me lo digas, ya lo sé, el que recibe malas contestaciones es porque
quiere.
Bily: ¿Por qué me has traído aquí?.
Evelyn: Para comprar algo de comida.
Bily: Pero si el bosque nos proporciona la comida que necesitamos y nosotros
no tenemos dinero, o por lo menos, yo no tengo dinero que valga en este lugar.
Evelyn: Yo tengo algo.
Mientras seguían caminando por las calles del poblado, un griterío les
llamó la atención. Bily y Evelyn se dirigieron hacia el tumulto de gente.
Evelyn: ¿Qué les pasa a esos hombres?.
Nicholas: Que se les ha muerto su padre, e intentan repartirse la herencia, y
parece ser, que ninguno de ellos, está conforme con el reparto.
Bily: ¿Qué intentan repartirse?, monedas.
Nicholas: ¡Qué va!, con el reparto del dinero no tuvieron problemas.
Evelyn: ¿Con la casa?.
Nicholas: Con la casa tampoco, era un hombre muy trabajador y consiguió
ahorrar una pequeña fortuna, con la que construyó una casa para cada hijo.
Bily: Pero díganos que intentan repartirse, que nos tiene en ascuas.
Nicholas: Pero si es que antes de que acabe de contestar a tu pregunta, ya me
hacéis otra.
Evelyn: Entonces, ¿qué intentan repartirse?.
Nicholas: Caballos, intentan repartirse caballos.
Bily: Y tan difícil es, cogen los caballos, los dividen entre tres y ya está.
Nicholas: No es tan sencillo, como parece, y si no se lo creen, pregúnteselo.
Yo mismo les acompaño, que son mis sobrinos.
Bily: Seguro que alguna solución tendrá.
Bily, Evelyn y Nicholas, se acercan a los tres hombres.
Nicholas: Hola Sócrates.
Sócrates: Hola tío. Espero que nos traigas soluciones, que problemas ya
tenemos nosotros.
Nicholas: Te traigo a este hombre, quizás él pueda ayudarte.
Bily: Mi nombre es Bily. Dime, cual es tu problema, e intentaré buscar una
solución.
Sócrates: Mi nombre es Sócrates, y el dilema es el siguiente. Nuestro padre,
ha fallecido recientemente, y nos estamos repartiendo la herencia que nos ha
dejado, una casa para cada uno de los tres hermanos, no hay problema, el
dinero y las tierras a partes iguales, tampoco hay problema, pero con el reparto
de los caballos ha surgido un inconveniente. La última voluntad de nuestro
padre, es que el hermano mayor, yo, me quedase con la mitad, al hermano del
medio, Platón le correspondiese una cuarta parte, mientras al más joven,
Aristóteles, le quedaba una sexta parte. El problema es que tenemos veintitrés
caballos, y ningún reparto agrada a ninguno de nosotros.
Bily se queda pensativo unos segundos.
Bily: ¡Ya está!. Evelyn, préstame tu caballo.
Evelyn: Pero como te voy a dar mi caballo, que si vuelvo sin él, me matan.
Bily: No digo que me lo des, digo que me lo prestes un momento…. Confía en
mí.
Evelyn: Aquí tienes. Como salgamos de este pueblo sin este caballo, yo
misma me encargo de que no llegues a mañana.
Bily: Tranquila, que es todo cuestión de matemáticas.
Evelyn: Espero que tus matemáticas no te fallen.
Bily: Bueno, el reparto con veintitrés caballos no es exacto, por lo que yo…,
bueno ella, pone otro caballo, ahora tenemos para repartir veinticuatro
caballos. La mitad de veinticuatro son doce. A ti Sócrates te corresponden
doce, de la otra manera te tocaban once y medio así que no puedes protestar.
La cuarta parte de veinticuatro son seis, los cuales le corresponden a Platón, de
la otra manera te tocaban cinco y tres cuartos, así que no puedes protestar. La
sexta parte de veinticuatro son cuatro, que es más de tres y algo mas, que te
hubieran correspondido, así que tampoco puedes protestar Como vemos
sobran dos caballos un caballo que es de Evelyn, y el otro…. venderlo, si así
lo deseáis.
Evelyn: Todavía no sé como lo has hecho, pero te felicito.
Sócrates: Amigo, eres inteligente. Has conseguido que con tu reparto nos
hayan tocado más caballos, que con nuestro reparto. No sólo pones un caballo
vuestro, el cual vuelves a recuperar, sino, que además, te sobra uno. Yo
propongo que os lo quedéis.
Platón: Estoy de acuerdo, ellos resolvieron nuestro problema, que se lo
queden.
Aristóteles: Pues yo opino como él, es mejor venderlo y repartirnos el dinero.
Sócrates: Platón y yo, opinamos que se lo queden ellos, así que son dos votos
contra uno.
Bily: Será mejor que lo vendáis, yo no quiero problemas y menos que os
peleéis por mi culpa.
Sócrates: Lo hemos decidido por mayoría, vosotros os lo quedáis. Ahora es
decisión vuestra, quien se queda con el caballo, ella por arriesgar el suyo, o tú
por resolver el problema.
Platón: Pero antes, debes explicarnos, como lo has hecho.
Bily: Esto lo he aprendido leyendo libros. Para ser más exacto, un libro de un
matemático árabe, el caso lo presentaba con treinta y cinco camellos y al final
sobraban dos. Uno para el que prestó su camello y el otro camello sobrante se
lo quedó quien hizo el cálculo. Grandes matemáticos estos árabes.
Aristóteles: Embaucador. Nos has liado, para quedarte con uno de nuestros
caballos.
No acaba de decirlo, cuando ataca a Bily, con una espada. Rápidamente
Bily consigue esquivar el ataque y le contesta con una patada en la rodilla a su
oponente, a quien derriba al suelo. Cuando se disponía a volver a atacar a Bily,
sus hermanos le paran.
Sócrates: No seas inconsciente. El hombre ha hecho sus cálculos y ha
demostrado que salimos ganando.
Aristóteles: Se ha quedado con uno de nuestros caballos, nos lo ha robado.
Bily: Yo no vine aquí para robar a nadie. Yo sólo quería ayudar.
Platón: ¡No!, la culpa es nuestra por avariciosos y no saber repartir nuestros
caballos.
Bily: En realidad, vuestro padre, no hizo un reparto adecuado, y la suma de los
tres nunca es uno, para que así fuese debería haber hecho un reparto de la
mitad, una tercera parte y una sexta parte. Pero al tener veintitrés caballos, el
reparto nunca sería exacto, por lo que debería haber hecho el reparto, teniendo
en cuenta que eran impares.
Sócrates: No lo acabo de entender pero con tu reparto todos hemos salido
ganando, aunque Aristóteles no lo crea así.
Platón: Ya lo entiendo. Nuestro padre no se dio cuenta de que el reparto
estaba mal calculado.
Sócrates: Gracias por todo, y llévate el caballo, que te lo has ganado. Con tus
matemáticas has traído la paz a esta familia.
Platón: Bily, escoge el caballo que más te guste.
Bily: No yo no puedo escoger uno.
Sócrates: Está bien, toma este.
Bily: Gracias a vosotros. Adiós
Platón: Adiós, buen viaje.
Sócrates: Adiós.
Aristóteles: Adiós. Espero volver a veros pronto.
Evelyn: Adiós.
Bily cogió el caballo que le dieron y se fue con Evelyn.
Bily: Como se ha puesto el Platón ese.
Evelyn: Como dijo Charles Peguy, no juzgues a un hombre por lo que dice,
sino por el tono con que lo dice.
Bily: Ya sabes que es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.
Evelyn: Sabias palabras de William Shakespeare.
Bily: De todos modos. Vaya caballo más birrioso que me han dado, creo que
no tenían otro más flaco.
Evelyn: No hables mal del caballo hasta haberlo montado, que la vida da
muchas sorpresas, y puede que un día tu vida dependa de ese caballo. Además,
a caballo regalado no le mires el dentado.
Bily: La verdad es que tienes razón, no se puede hablar mal de nadie, ni de
nada.
Evelyn: Ya sabes, si no tienes nada bueno que decir de alguien, lo mejor es no
decir nada.
Bily: Como dice un proverbio árabe: “Si lo que vas a decir no es más bello
que el silencio, no lo digas”.
Finalmente Bily y Evelyn compraron algo de comida y se fueron del
poblado, cuando llevaban recorridos un par de kilómetros, Bily siente una
extraña sensación.
Bily: Creo que nos están siguiendo.
Evelyn: Pues si que has tardado en darte cuenta. Nos llevan siguiendo desde
que Sócrates te dio el caballo.
Bily: Entonces ya sabemos quien nos sigue. Lo que no sabemos, es la
cantidad.
Evelyn: Entre seis y ocho hombres.
Bily: Ya sabemos la cantidad aproximadamente. ¿También sabes si son
guerreros?.
Evelyn: En estos lugares todo el mundo es guerrero, pero también tienen otros
oficios. Dentro de poco sabremos si realmente saben luchar.
Bily: Son muchos, no crees que lo mejor sería despistarlos.
Evelyn: ¿Acaso tienes miedo?. ¿No quieres saber si te he entrenado bien?.
Bily: Lo que quiero probar es si mi caballo corre más que el tuyo.
Evelyn: Serás miedica. ¿Qué pasa, no tienes carajos para enfrentarte a ellos?.
Bily: ¿Qué no tengo que?, se van a enterar. Pero antes, una cosilla, yo no
tengo armas.
Evelyn: Pues eso habrá que solucionarlo.
Evelyn se apeó de su caballo, le dio las riendas a Bily, se dirigió a un
avellano que había cerca y con su espada cortó la rama más gruesa que
encontró, de unos tres centímetros de diámetro, y después le quitó la punta,
dejando la vara con una longitud de unos dos metros y medio. Ágilmente
volvió a montar su caballo.
Bily: Si muy bonita, pero como voy a defenderme de ellos, si utilizan espadas.
Evelyn: Fácil y sencillo, no dejes que se te acerquen.
Bily: Y eso ¿cómo se hace?.
Evelyn: Primero les dividimos, después atacas y te retiras tan rápido como
puedas.
Bily: No sé tú, pero yo nunca tuve un enfrentamiento así en mi vida.
Evelyn: Pues para eso estás aquí, para aprender a ser un guerrero, además de
un luchador.
Momentos después, delante de Bily y Evelyn, a unos veinte metros de
distancia, aparece Aristóteles montando a caballo, acompañado de seis
hombres.
Aristóteles: ¿QUÉ PREFERÍS?, ENTREGARME MI CABALLO POR LAS
BUENAS O LOS DOS POR LAS MALAS.
Evelyn: ¿QUÉ PREFERÍS?, IROS COMO HOMBRES POR LAS BUENAS,
O COMO COBARDES POR LAS MALAS.
Los siete hombres se rieron a carcajadas.
Aristóteles: SI ME FUESE SIN LUCHAR, LO HARÍA COMO UN
COBARDE, Y EN CAMBIO SI ME FUESE DESPUÉS DE LUCHAR LO
HARÍA COMO UN HOMBRE, Y ADEMÁS MONTANDO ESE HERMOSO
CABALLO.
Bily: ¿NO PODEMOS LLEGAR A UN ACUERDO?.
Aristóteles: SI, CUANDO TODO ESTO HAYA ACABADO. ATACAR.
Los seis hombres se dirigen a por Bily y Evelyn, con sus espadas en la
mano.
Bily: ¿Qué hacemos?.
Evelyn: Rodearles, tú por la derecha y yo por la izquierda.
Bily: ¿Pero qué dices?.
Evelyn se va por un lado, a quien la siguen tres hombres, mientras Bily se
queda quieto.
Evelyn: ESPABILA PASMAROTE.
Cuando quiere darse cuenta el primer hombre ya está a dos metros de él,
pero con un acto reflejo le arrea un palazo en todo el pecho consiguiendo
apearle del caballo, pero Bily, que no es buen jinete, pierde el equilibrio y
también se cae del caballo. Cuando el segundo hombre intenta tirarse, desde su
caballo, sobre Bily, choca contra el jamelgo de este, que asustado sale
corriendo, poniéndose en medio, por suerte para Bily. Mientras el tercer
hombre le atacaba desde el caballo, Aristóteles, decide apearse del suyo y
atacar a su oponente desde el suelo. El primer hombre vuelve a atacar a Bily,
quien le contraataca con otro golpe de su vara en el cuello, lo que le hace
tambalearse y caerse al suelo, el segundo hombre, que volvía a la carga,
tropieza con él y también se cae. Bily Consigue contrarrestar el ataque de
Aristóteles y apear del caballo al tercer contrincante, a quien Bily ataca de
igual modo que a su anterior oponente, pero a este ya no le pilla de improviso
y detiene su embestida, antes de que se levanten los otros dos hombres del
suelo Bily les asesta sendas patadas, que les devuelve a la hierba, Aristóteles
ataca a Bily, pero este le esquiva y le golpea con su vara en el costado,
Aristóteles se da media vuelta e intenta golpear con su espada a Bily, quien da
un salto hacia atrás esquivando el ataque. Cuando Bily se dispone a
contraatacar a su oponente, ve como Evelyn le agarra y le pone su espada en el
cuello.
Evelyn: Estate quieto o acabo contigo.
Bily: Menos mal que llegaste.
Aristóteles les grita a sus acompañantes, mientras acababan de levantarse.
Aristóteles: DETENEOS.
Bily: ¿Ya has acabado con los tuyos?.
Evelyn: Es que son muy malos.
Bily: Ya podemos irnos tranquilamente, les hemos dado un escarmiento.
Evelyn: ¡Cómo que ya podemos irnos!. ¿Quién os ha mandado parar a
vosotros?.
Jacinto: Nuestro dueño.
Evelyn: ¿Vuestro dueño?. Todos los hombres del mundo deberían ser libres.
Atacar si no queréis que acabe con él.
Bily: ¿Pero no venías a ayudarme?.
Evelyn: Vine para enseñarte otra lección. Y vosotros, a que esperáis… Ya
entiendo, o le atacáis o le suelto.
Los tres hombres siguen quietos, mirándose entre ellos, después miran a
Evelyn y posteriormente dirigen su mirada hacia Aristóteles.
Evelyn: Está bien si atacáis a Bily, Aristóteles os dará vuestra libertad.
Aristóteles: Yo nunca les daré su libertad, han nacido para servirme.
Evelyn: Yo sola no podré cambiar el mundo, pero si podré ayudar a que sea
un poco mejor aunque sólo sea para estos tres hombres.
Bily: Aristóteles, me parece que en estos momentos, no estás en posición de
exigir nada.
Aristóteles: Os mataré a todos.
Evelyn: Si, si, lo que tú digas. En cuanto les diga a las amazonas que un tal
Aristóteles me ha atacado…
Bily: No sería mejor que se fueran ellos tres, que después soltases a
Aristóteles y que nos fuéramos nosotros. Un momento, ¿qué pintan las
amazonas en todo esto?.
Aristóteles: De acuerdo, que me paguen lo que yo pagué por ellos y que se
vayan.
Evelyn: Vosotros, ¿tenéis dinero?. Lo de las amazonas es otro tema.
Jacinto: No.
Aristóteles: Pobrecitos, no tienen dinero.
Evelyn: Atacar a Bily, y os regalaré el caballo.
Bily: Que manía con que me ataquen. Además si me atacan y les regalas el
caballo, a quien matan las amazonas es a ti.
Evelyn: Y, ¿quién te ha dicho que yo les regale mi caballo?.
Bily: Encima. Quieres que acaben conmigo y les pagas con el caballo que me
acaban de regalar.
Aristóteles: Ese caballo no es suficiente para pagar la deuda.
Evelyn: ¿Qué me estás diciendo que vuestros caballos valen menos que tus
esclavos?, o mucho valoras a tus esclavos o poco valoras a tus caballos.
Aristóteles: No, sólo digo que la libertad de esos tres hombres vale más que
un caballo.
Evelyn: Al fin estoy de acuerdo contigo en algo. Esos hombres valen más que
un caballo, pero me parece que sólo tienes tres opciones, primera, coger tu
caballo e irte, sin hombres, por supuesto, segunda irte sin caballo y sin
hombres, y tercera quedarte, sin caballo, sin hombres y sin vida.
Aristóteles: Ante esta situación elijo la primera.
Evelyn: Pues hala, vosotros a que esperáis para atacar.
Jacinto: ¿El caballo nos lo vas a dar por ganar o por perder?.
Evelyn: Por ganar, evidentemente. Si perdéis no lo vais a necesitar.
Los tres hombres sin pensarlo vuelven al ataque. Bily los esquiva y le
arrea a uno un varazo en la mano que le hace soltar la espada, recibiendo otro,
antes de volver a cogerla. En ese momento el otro hombre vuelve a lanzar su
espada contra Bily, quien intenta protegerse con la vara, pero la fuerza del
arma de su oponente, la parte en dos. Cuando el tercer hombre ataca a Bily,
éste le para el golpe y de una patada circular le derriba. Cuando el hombre
desarmado intenta volver a coger su espada, Bily le da una patada en la cara,
que lo tumba al suelo, y recoge la espada para poder defenderse. Bily ataca a
su adversario, pero este repele su ataque fácilmente. Bily vuelve a atacarle,
pero le para con relativa facilidad, en el tercer ataque, Bily le amaga un golpe
de espada, pero lo que realmente hace es darle una patada en el estómago,
haciendo tambalearse a su oponente, cuando le va a dar otro golpe, los
hombres que estaban en el suelo se levantan aturdidos, pero con las suficientes
fuerzas como para agarrar a Bily por detrás. Entonces Bily le da una patada en
la espinilla a uno y un cabezazo en la nariz al otro, coge por el brazo al
primero y lo pasa por encima de si, enviándole el suelo de nuevo. En ese
momento le ataca el otro hombre, Bily le esquiva y consigue agarrarlo por el
brazo, tirándole al suelo e inmovilizándole.
Evelyn: Creo que habéis perdido el combate.
Aristóteles: Eso significa, ¿qué no les vas a dar el caballo?.
Evelyn: No, eso significa, que no se lo han ganado, pero aquí tienes tu
caballo, y vete antes de que me arrepienta. Como me entere de que vuelves a
tener esclavos, no tendré tanta compasión.
Aristóteles: Entonces, ¿cómo quieres que labre mis tierras?, yo solo no puedo,
necesito más hombres.
Evelyn: Pues págales por su trabajo. Déjales que tengan su propia vida. Lo
que más siento es haber acabado con los otros tres hombres. Si llego a saber
que eran esclavos tuyos, el final hubiera sido de otra manera.
Bily: Ya sabes lo que tienes que hacer, estudiar más, y admitir que has
cometido un error, para no volver a cometerlo.
Aristóteles: Otro como mi padre, intentando que estudie. Con la de tiempo
que requiere y lo caro que es estudiar.
Bily: Más cara te saldrá la ignorancia.
Evelyn: Eso me recuerda a una frase que leí en una ocasión: “La sabiduría me
persigue, pero y soy más rápido”.
Jacinto: Muchas gracias.
Evelyn: De nada. Iros y no permitáis que nadie os trate como esclavos.
Bily: William Drummond, famoso poeta escocés dijo una vez: “Aquel que no
quiere razonar es un fanático, el que no sabe razonar es un necio, y el que no
se atreve a razonar es un esclavo”. Martin Luther King, famoso activista
estadounidense dijo que no dobléis la espalda ante nadie, que se os puede subir
encima. Así que ya sabéis, no os arrodilléis ante nadie, vivir con la cabeza alta
y con las ideas claras, para no tener miedo a decir lo que pensáis.
Jacinto: Pero no sabemos hacer otra cosa.
Evelyn: Podéis ofrecer vuestro trabajo a cambio de dinero.
Jacinto: ¿Y qué diferencia hay?.
Bily: Eso, explícaselo.
Evelyn: La verdad es que apenas hay diferencia. Adiós.
Hombres: Adiós.
Bily: Adiós.
Finalmente Bily y Evelyn cogieron el caballo negro y se fueron en
dirección del estanque.
Evelyn: Has luchado bien, debes mejorar pero has estado bien.
Bily: Ahora lo entiendo todo, tú lo que realmente querías, era que me metiese
en líos en el pueblo.
Evelyn: Debía saber si eras capaz de superar un combate real.
Bily: Posiblemente fuera la mejor manera.
Evelyn: Bueno este era un pueblo de campesinos. Mañana iremos a uno con
auténticos guerreros.
Bily: Ah no, no, no. No quiero morir antes de salvar a mi familia.
Evelyn: Como quieras. Que no quieres ir al pueblo de los guerreros, no pasa
nada…, ya te los traeré yo.
Bily: ¿Siempre te tienes que salir con la tuya?.
Evelyn: Lo intento…, no siempre lo consigo, pero lo intento.
Bily: ¿A todo esto, que relación tienes tú con las amazonas?.
Evelyn arrea a su caballo, al tiempo que grita.
Evelyn: TE ECHO UNA CARRERA HASTA EL ESTANQUE.
Bily: ESO NO VALE.
Poco después ambos llegaron al estanque, y Evelyn se fue, dejando solo a
Bily.
Bily: Tienes algo que contarme.
Evelyn: Mañana. Ahora debo devolver el caballo a su dueña.
Bily: ¿No será de una amazona?.
Evelyn: MAÑANA.
Al final del día, cuando la oscuridad había invadido el valle, Bily decide
darse un baño en el rio, se despoja de sus ropas…, se dirige hacia el
estanque…, y se tira al agua de cabeza…, mientras nada, oye un ruido…,
decide quedarse quieto…, escucha voces acercarse…, Bily se va hacia la orilla
silenciosamente, desde donde saca un poco la cabeza por encima de las rocas
viendo a varias amazonas aproximarse al rio…, observa como todas se quitan
sus túnicas blancas, una de ellas le llama la atención al quitarse lo que parece
ser un cinturón, enseguida se acuerda de lo que le dijo Evelyn acerca de un
cinturón. Bily piensa para sí, que esta es la gran oportunidad que deseaba tener
para robar el cinturón a Hipólita. La amazona más decidida se dirige a las
rocas y se lanza al agua sin pensárselo.
Aella: Que buena está el agua, como apetece darse un baño en estas aguas de
vez en cuando.
Al momento se tira Hipólita al agua, quien grita.
Hipólita: ¡RAYOS Y CENTELLAS!, QUE FRÍA ESTÁ.
Aella: Bueno, eso depende de los gustos y preferencias de cada una.
El resto de mujeres también se tiran al estanque.
Melanipe: Se comenta que Hércules viene hacia aquí.
Hipólita: Al parecer no tardará mucho en llegar. Estaremos preparadas para su
bienvenida, y como siempre, estaremos aún más preparadas por lo que pudiera
surgir, que con hombres de por medio nunca se sabe.
Melanipe: Tienes razón, habrá que servir bandejas con una mano, mientras
sujetamos nuestras espadas con la otra.
Aella: Seguro que no traen nada bueno a este pueblo, por mucho Hércules que
sea.
Hipólita: Ya tenía ganas de conocer a Hércules. Y más ganas tengo aún, de
conocer el motivo de su visita.
Mientras las amazonas están distraídas hablando de sus asuntos en el
centro del estanque, Bily se escabulle como puede al lado de las rocas, sale del
agua oculto por la oscuridad de la noche, e intenta acercarse sigilosamente
hacia donde las mujeres dejaron sus pertenencias, al fin ve el cinturón, lo coge
y en ese preciso instante, es descubierto por Hipólita.
Hipólita: ¿QUIÉN ANDA AHÍ?.
Bily coge lo que pilla y sale corriendo todo lo deprisa que puede
abriéndose paso entre las salgueras, mientras tanto, las mujeres nadan todo lo
rápido que pueden hacia las rocas y gritando:
Hipólita: ¡ALTO!.
Aella: TE PILLAREMOS.
Melanipe: VAMOS A ACABAR CONTIGO.
Una vez en el descampado, Billy ve un caballo y pega un salto sobre él,
arreándolo para que se ponga en marcha, Bily intenta dirigir el caballo hacia el
este, pero el caballo no responde y se dirige hacia el oeste, Aella sale entre las
salgueras, sin ropa alguna y montando de un salto en su caballo sale a todo
galope siguiendo a Bily, quien no consigue que el caballo obedezca a sus
órdenes, mientras tanto, las demás mujeres se ponen sus túnicas y montan en
sus caballos, excepto Hipólita que se había quedado sin él, pero se sube con
Melanipe.
Bily hace galopar al caballo todo lo que puede y al mismo tiempo intenta
ponerse la túnica que había cogido, sin conseguir dominar al caballo, cuando
acaba de ponerse la dichosa túnica, se da cuenta que está dentro del poblado
de las amazonas. El caballo se va parando y Bily salta de él, pero es rodeado
por varias mujeres que son advertidas por los gritos de Aella. Bily ya no puede
hacer nada y es capturado por las mujeres. Al momento llegan las demás
amazonas. Hipólita se baja del caballo, se acerca a Bily y de un fuerte tirón le
arrebata el cinturón de la mano, acto seguido se le queda mirando fijamente.
Hipólita: ¿Qué pretendías, robarme el cinturón?.
Bily: Tengo una razón de vida o muerte.
Aella: Respeta a nuestra reina y ponte de rodillas
Bily mira medio de lado y desafiante a os ojos de Aella.
Bily: El respeto no se impone, se gana.
Aella se disponía a propinarle un golpe, cuando Hipólita la para.
Hipólita: Quieta Aella. Así que, el respeto tengo que ganármelo. No te
preocupes, que hoy voy a ganarme un poco más el respeto de las mujeres
amazonas. ¡MATARLO!.
Mientras Hipólita se da la vuelta para irse. Prótoe se baja del caballo, y se
disponía a clavarle una lanza.
Bily: ¿QUÉ SOIS NOBLES GUERREAS O CRUELES ASESINAS?.
Hipólita se para…, se gira…, le mira… y se le acerca. Su rostro mostraba
una ira como nunca antes se había visto.
Hipólita: Somos pacíficas, respetuosas y hospitalarias, pero somos guerreras
para defender nuestra libertad. Cuando un hombre nos molesta nos
convertimos en asesinas…. ¡MATARLO!.
Hipólita se da la vuelta para marcharse otra vez, cuando…
Bily: YO TAMBIÉN LUCHO POR LA LIBERTAD.
Hipólita se gira de nuevo.
Hipólita: ¿QUÉ LIBERTAD?
Bily: La libertad de mi hija, la de mi mujer y la de mis amigos.
Hipólita: ¿Tu manera de luchar por la libertad de tu familia y de tus amigos,
es robando?.
Bily: Mi mujer, mi hija y unos amigos han caído bajo una maldición y
necesito la esmeralda de tu cinturón para poder salvarles.
Hipólita: ¿No pretenderás que te crea?.
Bily: Tú crees que intentaría robar a una amazona, si no fuera por una causa
justificada, no estoy loco, simplemente intento salvar la vida a mis amigos y a
mi familia.
Hipólita: Quizás digas la verdad, no lo sé, pero lo que si sé, es que sólo las
personas de buen corazón han podido montar sobre Celeris.
Bily: Vaya con el caballito, hace lo que le viene en gana.
Hipólita: Atarle, ya pensaremos que hacer con él.
Algunas amazonas lo atan a un mástil que tenían en una pequeña plaza, y
se quedan vigilándolo.
A la mañana siguiente, el cantar del gallo le despierta con los primeros
rayos de sol. Observa un gran portón de hierro y madera que pertenece a una
muralla que rodea el poblado, en la que hay ranuras, supuestamente para las
arqueras, mira las casas que le rodean, parecen acogedoras, la larga calle que
cruza la ciudad de sur a norte, también puede ver algún pozo.
Poco a poco, el poblado va llenándose de vida, unas mujeres se acercan a
la posición de vigilancia, y dan el relevo a las amazonas que le estuvieron
custodiando toda la noche. Dando muestras de su hospitalidad, una mujer le
lleva algo de leche y fruta para comer, quién lo agradece.
Bily: Muchas gracias. Pero.
Mujer: No te preocupes. Yo te ayudaré.
Mientras la mujer le da de beber y comer, puede ver como, varios niños
pequeños y niñas de todas las edades, se le acercan con curiosidad.
Niños: ¿Quién eres?.
Bily: Soy Bily.
Niños: ¿Por qué te tienen atado?
Bily: Por intentar robar el cinturón a Hipólita.
Niños: ¿Para qué querías el cinturón de Hipólita?, ¿para sustituirla y ser
nuestro rey?.
Bily: No, lo quería porque el cinturón tiene una esmeralda que necesito para
liberar de una maldición a mi hija.
Niños: ¿Y tu hija es una amazona?
En ese momento llega Hipólita con varias amazonas.
Hipólita: Te vamos a dar una oportunidad de irte con vida, pero sin el
cinturón. Tienes que demostrar tu valentía venciendo a una de nosotras, en al
menos tres de las siguientes cuatro pruebas, la pelea de lanzas sobre un tronco,
el manejo del arco, el lanzamiento de hacha y la espada. Vamos, no perdamos
el tiempo, que espero visita.
Bily: Venceros en tres de cuatro pruebas es muy difícil, ¿no lo podíais poner
un poquito más fácil?.
Hipólita: No estás en posición de exigir nada.
Bily: Tenía que intentarlo.
Hipólita: Ya te estamos dando una oportunidad, cosa que antes, otros no
tuvieron.
Bily: Está bien. Pero, ¿no podríais dejarme unos pantalones?.
Hipólita: ¿Para qué?.
Bily: Es que, sólo con esta túnica no estoy muy cómodo.
Hipólita: Pues si no estás cómodo, quítatela, que seguro que su dueña querrá
recuperarla. Nosotras para estar cómodas nos desnudamos completamente.
Bily: Vale, ya me quedo con la túnica.
Para la primera prueba, llevaron a Bily a una zona en la que había un
tronco elevado un metro y medio sobre un pequeño estanque. Enfrente se
colocó Prótoe, la más fuerte de las amazonas, con su lanza, mientras que a
Bily le entregaron otra igual.
Hipólita: La primera prueba consiste el derribar al oponente del tronco con
estas lanzas. Quién caiga primero, pierde.
Comienza la lucha, Bily no había pestañeado y ya había recibido un
aluvión de golpes, al fin consigue protegerse y dar un paso atrás. Intenta
contraatacar pero Prótoe se defiende, el intercambio de golpes es continuo,
pero él recibe más palos de los que da. Oye como las demás amazonas gritan y
jalean a su compañera. Se acuerda de los duros entrenamientos con Evelyn y
de sus lecciones. Por su cabeza pasa la imagen de su familia. Mientras tanto se
da cuenta de que su adversaria salpica sus pies pasando la lanza por el agua
del estanque, su parte del tronco está resbaladiza, Bily intenta hacer lo mismo,
pero recibe un fuerte golpe en el hombro que le hace perder el equilibrio, y
cuando Prótoe le va a lanzar otro duro golpe, Bily resbala y se cae sobre el
tronco, con una pierna para un lado y otra para el otro, quejándose de su
entrepierna, la amazona no le alcanza con la lanza, pero pierde el equilibrio y
cae de pies sobre el estanque.
Se hizo el silencio, las amazonas no podían creer la suerte que el hombre
había tenido, pero quedaban más pruebas y una palabra es una palabra, de
todos modos, Bily había luchado valientemente.
Hipólita: Vaya, parece ser que eres un hombre afortunado.
Bily le contesta con una leve voz, mientras se echa las manos a sus partes
nobles.
Bily: Depende de la posición desde la que lo mires.
Poco después pasaron a la segunda prueba. Al lado de las murallas que
rodeaban al poblado había varios monigotes hechos con madera.
Hipólita: La segunda prueba consiste en alcanzar a ese hombre de madera con
las flechas. Nos alejaremos del objetivo veinte pasos, lanzaremos cinco
flechas, en caso de empate nos alejaremos diez pasos más y así hasta que se
deshaga el empate.
Hipólita coge su arco y cinco flechas, haciendo blanco con todas ellas.
Bily toma otro arco, y lanza sus cinco flechas consiguiendo clavarlas en lo que
se supone que es el cuerpo.
Ambos se alejan otros diez pasos, Bily da los pasos más pequeños.
Hipólita: La distancia es la que mido yo, así que ponte a mi lado. No vaya a
ser que falle en mi intento, porque hay un obstáculo en medio.
Bily: Tienes razón, que las armas las carga el diablo.
Hipólita: El problema no es quien las carga, sino quien las dispara.
Bily: Estoy de acuerdo contigo.
Hipólita lanza otras cinco flechas consiguiendo un blanco fácil. Bily
vuelve a lanzar las flechas, también consigue su objetivo, pero con un poco de
suerte.
Los dos combatientes se vuelven a alejar otros diez pasos. Hipólita vuelve
a clavar las cinco flechas en el cuerpo del monigote con suma facilidad. Bily
toma la primera flecha, a la cabeza del objetivo, la segunda al cuerpo, la
tercera a una pierna, la cuarta al cuerpo y la última, no calcula bien y le sale
algo flojo el tiro parece que no va a llegar, finalmente consigue clavarla en la
parte inferior de la pierna.
Hipólita: Parece que está cerca tu primer fallo.
Bily: No te fíes.
Hipólita ya se siente ganadora. Se alejan otros diez pasos. La amazona
coge su primera flecha y da en el blanco, la segunda también consigue su
objetivo, la tercera vuelve a alcanzar el cuerpo, la cuarta no la podía fallar,
coge la quinta flecha y cuando se dispone a lanzar, Bily con su arco le hace
cosquillas en un costado, Hipólita que no se lo esperaba lanza la flecha por
encima de la muralla. La mujer se le queda mirando fijamente.
Bily: Jeje has fallado... Hija, no me mires así, que ya me tienes ganado.
Bily coge su arco y lanza la primera flecha, le vuelve a dar al muñeco en
la cabeza, la segunda en el cuerpo, la tercera vuelve a alcanzar el objetivo, al
igual que con la cuarta, coge la quinta flecha y no se da cuenta de que Hipólita
le había quitado un lateral de las plumas, cuando lanza la flecha sale hacia un
lado que hizo blanco tres muñecos a la derecha.
Hipólita: Antes de actuar hay que comprobar el material que se tiene entre
manos.
Bily: Si tienes razón, pero le di a muñequito, no como otras.
Hipólita: El “muñequito” al que había que dar era a ese, no al otro.
Los dos se alejan otros diez pasos, Hipólita se asegura de que Bily no esté
cerca y lanza sus cinco flechas acertando con todas en su objetivo. Bily lanza
dos flechas logrando clavarlas en su muñeco, pero la tercera flecha se desvía
ligeramente hacia la izquierda. Las amazonas celebran gritando la victoria de
Hipólita.
Bily: Eres muy buena.
Hipólita: Tú tampoco lo has hecho mal, sin tener en cuenta lo que hiciste para
que fallara.
Bily: En el amor y en la guerra todo vale.
Hipólita: La tercera prueba es igual a la anterior pero con tres hachas.
En esta ocasión la elegida para enfrentarse a Bily es Aella. El hombre
lanza los primeros tres hachas, consiguiendo dar con todos en el muñeco.
Aella se dispone a lanzar su primer hacha doble.
Bily: ¿Por qué no hay hombres?.
Aella: Porqué no les queremos, nos gusta vivir bajo nuestras propias normas.
Consigue hacer blanco, y se dispone a lanzar el segundo.
Bily: ¿Por qué no hay niños mayores?.
Aella: A los niños les criamos de pequeños y cuando no les hacemos falta se
los entregamos a sus padres, si todavía están vivos o a los hombres de los
pueblos vecinos.
Con el segundo hacha también acierta, y va a lanzar el tercer hacha,
cuando se oyen voces a lo lejos, en seguida llegan nuevas noticias al lugar
donde se celebra el duelo:
Amazona 1: HÉRCULES Y SUS HOMBRES ESTÁN ACERCÁNDOSE
CON SUS BARCOS A NUESTRAS COSTAS.
Se levanta un murmullo entre todas las mujeres y al momento se ponen
todas en movimiento para acabar de preparar el recibimiento que Hércules, el
hijo de Zeus, se merece. Ante el jaleo Aella falla su lanzamiento, poco parece
importar ahora. Hipólita ordena atar al preso y llevarlo a un cobertizo.
No acaban de realizar sus preparativos cuando Hércules pisa tierra.
Hipólita estaba allí para recibir al hombre más famoso del mundo, pues sus
aventuras, su fuerza y su valentía le precedían por cualquier lugar por donde
iba. Al verle, Hipólita que ansiaba conocerle y tenía debilidad por él, cayó
enamorada. Era más guapo de lo que jamás hubiera imaginado.
Hipólita: Nos complace tu visita.
Hércules: A nosotros también nos complace ser tan bien recibidos por una
dama tan hermosa, y por su pueblo de tan bellas mujeres.
Hipólita: Acompañarnos, os hemos preparado algo de comida y de bebida.
Hércules: Así será, pero antes mis hombres habrán de montar el campamento
Mientras Hércules se reunía con Hipólita y le contaba alguna de sus
múltiples hazañas, sus hombres levantaban su campamento a orillas del mar.
Hipólita: Ahora que ya nos has contado alguna de tus aventuras, dime ¿por
qué nos has visitado?.
Hércules: Mi primo Euristeo, rey de Argólida, me pidió que le llevase a su
hija Admete, por su cumpleaños, el cinturón de la famosa Reina Hipólita.
Hipólita: Sabes que este cinturón es único y que es un regalo de mi padre
Ares, dios de la guerra. Es lo que me distingue como la reina de la guerra, del
pueblo de las amazonas.
Hércules: Por ese motivo te lo pido amablemente.
Hipólita: Te lo daré a cambio de una hija tuya. Pero como es costumbre en
nuestro pueblo, antes debes demostrar tus habilidades en el arte de la guerra.
Superándome en cuatro pruebas.
Hércules: Que así sea.
Más tarde, los hombres de Hércules, acompañados por las amazonas, se
dirigieron dentro de la fortaleza y se dejaron agasajar por la copiosa comida y
abundante bebida.
Cuando acabaron de comer y beber Hércules e Hipólita se batieron en
duelo en cuatro pruebas.
En la lucha con lanzas Hércules batió fácilmente a Hipólita, en la prueba
del arco y las flechas, Hipólita demostró que es una de las mejores arqueras
que existen, pero finalmente fue derrotada, la prueba de los hachas se acabó
cuando Hércules partió por la mitad todos los muñecos de madera de las
amazonas, y en la prueba de la lucha de espadas Hércules derrotó a Hipólita en
poco tiempo. Hércules había demostrado en un tiempo record, el porqué de su
fama.
Todos suponían cual sería el resultado final, pero la tradición de las
amazonas decía que los padres de las hijas de las amazonas debían demostrar
su valentía y su fuerza, y esto se conseguía con la lucha o en la guerra.
La fiesta continuó durante toda la tarde, al llegar al ocaso, Hipólita se
dirigió junto a Hércules a la tienda que a éste le habían montado a orillas del
mar, donde tendrían más privacidad. Mientras tanto Evelyn consiguió llegar
hasta donde se encontraba Bily, liberándole de sus ataduras.
Evelyn: Veo que estas bien.
Bily: No sé como habría acabado esto, pero quitando lo de las cuerdas, hasta
ahora me han tratado estupendamente, hasta me han afeitado. ¿Cómo has
conseguido llegar hasta aquí?.
Evelyn: No es difícil para una mujer moverse por un poblado de mujeres.
Toma ponte estas ropas... Aquí tienes tu mochila y algunas armas que puede
que necesites.
Bily: Pero si es ropa de mujer.
Evelyn: No es el momento de andar con tonterías, que de noche todos los
gatos son pardos. Por si te sirve de consuelo mi ropa y la tuya, están dentro de
la mochila.
Bily: Si no queda más remedio.
Evelyn: Antes de seguir, dime una cosa, ¿Por qué te precipitaste para robarle
el cinturón a Hipólita?.
Bily: Porqué se habían ido a bañar al estanque, e Hipólita había dejado su
cinturón en la orilla, y sin vigilancia. Y como dijo el poeta argentino José
Hernández: “la ocasión es como el hierro, se ha de machacar en caliente”.
Era una ocasión única, pero el caballo que cogí me trajo hasta aquí.
Evelyn: Lo tuyo es suerte, y lo demás tonterías, entre todos los caballos que
había, tenías que coger, precisamente, el de Hipólita.
Bily se puso la ropa que le dio Evelyn y la mochila, se colocó la espada,
el arco y las flechas a la espalda, el hacha de doble filo a la cintura, mientras
que la lanza y un escudo los llevaba en las manos.
Evelyn: Vamos, debemos salir de aquí.
Bily: Pero todavía no tenemos el cinturón. Además, si casi no soy capaz de
moverme con tanto artilugio.
Evelyn: Lo sé, pero también sé como conseguirlo. Y lo tenemos que hacer
antes de que Hipólita se lo entregue a Hércules, puesto que después será
prácticamente imposible. Además Hera, la madrastra y archienemiga de
Hércules, está haciendo correr el rumor de que este quiere raptar a Hipólita,
para que las amazonas le ataquen. ¡Sígueme!.
Evelyn y Bily salieron del poblado de las amazonas, una vez fuera, se
dirigieron hacia el campamento de los hombres de Hércules. Cuando
localizaron su tienda, comenzaron a oír gritos en el poblado, las amazonas
estaban atacando a los hombres de Hércules, quien entró en cólera cuando uno
de sus hombres le informó de lo sucedido.
Hércules: ME HAS TRAICIONADO, SÓLO QUERÍAS QUE BAJASE LA
GUARDIA PARA MATARME.
Hipólita: ¿Qué dices?, debe haber un malentendido.
Hércules cogió su espada y cuando iba a clavar su arma en el corazón de
Hipólita, algo le desvió ligeramente su golpe, hiriendo de gravedad a la reina.
Bily le había lanzado su hacha alcanzando el arma de Hércules, quien acto
seguido le dio un fuerte golpe con su espada a Bily, pero éste consiguió
pararlo con el escudo, lanzándolo fuera de la tienda, en ese momento llegó la
veloz Aella quien le lanzó un golpe de espada a Hércules, pero él, que era más
rápido, le paró su golpe y la dio muerte con su contraataque.
Mientras tanto Evelyn atendía la herida de Hipólita, quien sostenía con
una mano el famoso cinturón.
Prótoe atacaba a Hércules, varios golpes se sucedieron hasta que la fuerza
de este acabó con la valiente guerrera. Varias amazonas le lanzaban jabalinas
pero sólo una de ellas hizo blanco hiriéndole en una mano, Hércules acabó con
varias mujeres más, hasta que consiguió subir al barco, donde vio como sus
hombres habían cogido como prisionera a Melanipe, hermana de Hipólita.
Hércules: ALTO A TODAS. HIPÓLITA HA MUERTO Y SI NO ME
ENTREGÁIS SU CINTURÓN, SU HERMANA MELANIPE, TAMBIÉN
MORIRÁ.
Evelyn que había cogido el cinturón de Hipólita, se dirigió hacia donde se
encontraba Hércules, siendo acompañada por Bily
Evelyn: Aquí tienes el cinturón que tanto ansias. Pero antes deja libre a
Melanipe.
Hércules: De acuerdo, pero previamente, deben retirarse todas las arqueras.
Las amazonas se retiran y Evelyn entrega el cinturón a Hércules, quién
deja libre a Melanipe.
Bily: Pero estas loca. Ahora que teníamos la esmeralda, le vas a entregar a
Hércules el cinturón. En el momento que se lo des, va a ser imposible
recuperarlo.
Evelyn: Y ¿quién te ha dicho que no tengamos la esmeralda?. Ellos no saben
exactamente como era el cinturón, así que no sabrán si tenía una esmeralda,
una piedra del rio o una aceituna.
Bily: Has estado lista.
Evelyn: Toma la esmeralda y vete rápido, antes de que el resto de amazonas
se den cuenta del engaño, y la emprendan contigo
Bily: Está bien. ¿Volveré a verte?.
Evelyn: ¡Quién sabe!. La vida da muchas vueltas.
Bily: Muchas gracias por todo.
Evelyn: Corre, vete.
Bily se fue escabulléndose entre las tiendas del campamento que habían
montado los hombres de Hércules, y sin ser visto se alejó del poblado de las
amazonas. Mientras tanto los barcos de Hércules comenzaron a alejarse de la
costa
Evelyn: QUE ALGUIEN TRAIGA AGUA CALIENTE Y UNAS TELAS.
DEBEMOS SOCORRER A HIPÓLITA, QUE ESTÁ HERIDA.
Gritó Evelyn mientras se dirigía a la tienda de Hércules, donde estaba
Hipólita. Melanipe fue corriendo con Evelyn.
Melanipe: Hipólita, ¿cómo estás?.
Evelyn: Será mejor que la curemos, y la llevemos a su lecho para que pueda
descansar.
Hipólita: Estoy bien Melanipe, no veo a Antíope, ¿la ha pasado algo?.
Melanipe: No la he visto, pero sabe cuidarse de sí misma y seguro que nuestra
hermana está bien.
Una mujer amazona se acerca a Malenipe y le dice al oído en voz baja.
Amazona 2: Melanipe, he visto como en un segundo barco, Teseo se llevaba a
Antíope, y otros hombres raptaban a varias de nuestras compañeras.
Melanipe: Más tarde te veo hermana, ahora tengo que poner orden en el
poblado y cuantificar las bajas.
Evelyn, que sabía lo que iba a hacer Melanipe, la para.
Evelyn: No sería mejor que esperaseis a que se recupere Hipólita para tomar
una decisión.
Melanipe: Esto no puede quedar así.
Evelyn: Actuar por venganza trae malas consecuencias. En ocasiones es mejor
aceptar la derrota y lamerse las heridas.
Melanipe: Tú no eres quien para decirme lo que debo o no debo hacer.
Evelyn: En eso tienes razón. Yo sólo quiero que reflexiones antes de tomar
una decisión precipitada.
Pero Melanipe, no hizo caso a las palabras de Evelyn y se fue. Una vez en
el poblado, Melanipe reúne a las guerreras que todavía estaban en condiciones
de luchar.
Melanipe: Como todas sabéis, Hércules ha intentado dar muerte a Hipólita,
pero no lo consiguió, aún así se ha llevado su cinturón mágico, porque
Euristeo rey de Argólida se lo pidió para su hija. Teseo ha secuestrado a
Antiope, y a más compañeras amazonas. Así que, preparad vuestras armas,
que al amanecer partiremos hacia Argos para liberar a Antiope y al resto de
amazonas.
Poco después Melanipe, volvió al lado de su hermana. Evelyn y alguna
otra mujer continuaron curando a Hipólita, cuando acabaron, le improvisaron
una camilla y se la llevaron a su hogar. Al día siguiente cuando se despertó,
vio entrar a Evelyn en sus aposentos.
Hipólita: Últimamente te he visto alguna vez por aquí, pero no sé quién eres.
Evelyn: Soy hija de Helena.
Hipólita: Cuéntame algo más de ti, que yo sepa Helena llegó aquí ella sola, y
mientras ha estado con nosotras no ha tenido hijas.
Evelyn: A mí me tuvo antes de que viniese con vosotras.
Helena: Hola Hipólita. Mi verdadero nombre es Helen, hace tiempo fui una
valkiria, pero por órdenes de Odín tuve que dar a luz a una niña, Evelyn,
después una maldición nos separó. Yo llegué hasta aquí, y vosotras me
aceptasteis como una más.
Hipólita: Odín, ¿quién es Odín?.
Helena: Es el Dios de las gentes que habitan las tierras nórdicas.
Hipólita: ¿Una maldición?.
Helena: En una visita que nuestra familia hizo a un castillo de un lugar
remoto, y en otro tiempo, una maldición cayó sobre nosotros, yo aparecí aquí.
Evelyn: Yo fui reclutada como un valkiria.
Hipólita: ¿En otro tiempo?.
Helena: Como te dije, yo era una valkiria, y como tal, era inmortal. Fui
recogida por Odín hace muchos años, cuando todavía era joven. Después la
cosa se complicó, y Odín me necesitó para cumplir con una misión, tener una
hija, al perder mi virginidad, también dejé de ser una valkiria y por lo tanto
también dejé de ser inmortal. Entonces Odín, en deuda conmigo me llevó
hasta el lugar donde mejor podía estar, entre vosotras, las amazonas, donde
sigo envejeciendo.
Evelyn: Yo nací en el futuro, y al caer bajo la maldición de las cinco gemas
del castillo de Luna, Odín me reclutó.
Hipólita: Evelyn, lo que todavía no entiendo es, ¿por qué me estás ayudando?.
Evelyn: Las valkirias nos encargamos de reclutar a los valientes y nobles
guerreros que caen en combate, para llevarlos junto a nuestro Dios. Odín me
envió a esta tierra para que reclutase a Bily.
Hipólita: ¿Quién es Bily?.
Evelyn: Es el hombre que te robó el cinturón, que te salvó la vida y que
sobrevivió contra Hércules.
Hipólita: Pues si que es difícil de matar.
Evelyn: Ya te digo, tiene más vidas que un gato.
Helena: Será mejor que descanses un poco Hipólita.
Hipólita: Hay algo que no entiendo, ¿por qué otras valkirias se llevan a los
guerreros caídos, pero tú ayudas al Bily ese?.
Evelyn: Esa es otra historia que ya te contaré en otro momento.
Hipólita: Tenemos tiempo…, no tengo pensado ir a ningún sitio.
Evelyn: La verdad es que... Bily es algo más que un simple hombre, es mi
primer amor y es el hombre del que estoy enamorada, el destino nos separó y
ahora nos ha vuelto a unir. Cuando llegué aquí, sólo sabía que él moriría, al
principio me alegré, pues volvería a estar a su lado eternamente, pero cuando
le vi de nuevo, decidí no decirle nada, para saber si él seguía enamorado de
mi, tanto como yo lo estaba de él. Entonces me contó su historia, debía
conseguir cinco gemas para poder salvar de una maldición, a su amigo, a la
mujer de este, al hijo de ambos, a su propia esposa y a su adorada hija. La
manera con que me habló de su hija me conmocionó. En ese momento decidí
posponer su reclutamiento hasta que salvase a sus amigos y a su familia. Así
que comencé a enseñarle a luchar. Yo sabía algo de vosotras, incluso que su
reina tenía un cinturón, regalo de su padre Ares, el cual tenía una esmeralda
incrustada en el oro que le daba forma, también sabía que vosotras respetáis a
los guerreros valientes y lo de las cuatro pruebas. Para saber algo más de
vuestras costumbres y conseguir algo de alimento, dígase todo, me hice pasar
por una de vosotras, y ¿cuál fue mi sorpresa?..., encontrarme a mi madre
Helena. En un principio ella no se extrañó de verme tan joven, pues me
explicó lo que le había sucedido y entonces comprendí lo que nos había
pasado y porqué. Por su nobleza, por su valentía y por su perseverancia, Bily
ha sido elegido por Odín para luchar en la Valhalla, donde los guerreros caídos
en combate entrenan sin descanso hasta el día de la batalla final contra los
gigantes.
Hipólita: Otra cosa que no entiendo, ¿por qué me estas cuidando, cuando
deberías estar al lado de Bily?.
Evelyn: Para ser sincera. Bily todavía no se ha ido de aquí, su conciencia
nunca le permitiría irse sin vernos de nuevo.
Hipólita: ¿Tan bien le conoces?.
Evelyn: Puede ser, pero aun así, algo me dice que esperará para volver a
vernos, siento que nuestras almas están unidas.
Helena: También puede ser la fuerza de un símbolo, que ciertas personas se
tatuaron, y no miro para nadie.
Dijo Helena mirando a Evelyn, quien se echó a reír.
Hipólita: Vamos, cuenta. Que me está gustando tu historia.
Evelyn: Cuando Bily y yo teníamos catorce años, nos tatuamos este símbolo.
Mientras hablaba, Evelyn le enseñó el tatuaje de su tobillo a Hipólita.
Hipólita: Pues no parece que sea para tanto.
Evelyn: Después de hacernos el tatuaje, el hombre pronunció unas palabras.
Me dio la sensación de que era un conjuro, pero nunca le di demasiada
importancia.
Helena: A mí, todo esto me resulta extraño.
Evelyn: Creo que hay dos detalles que nunca te dije. La tinta del tatuaje
también contenía unas gotitas de nuestra sangre. Y otro tema, sin
importancia…
Evelyn se quedó pensativa por unos segundos.
Hipólita: Vamos suéltalo, que tengo ganas de saber más.
Helena: Continua que me puede la intriga.
Evelyn: Que antes de irnos del pueblo, planté un roble con Bily.
Helena: Vaya ahora lo entiendo todo.
Hipólita: Pues yo me he quedado como estaba. Alguien me puede explicar lo
que pasa.
Helena: Pues que ese dibujo que lleva tatuado es el lazo del amor eterno, y
por si fuera poco, añadieron su propia sangre, y para rematar la jugada, quien
les tatuó, les echó un hechizo.
Hipólita: Pues a mí me suena romántico…, aunque yo odio a los hombres,
que quede claro… Bueno alguno se salva. ¿Y lo del árbol?.
Helena: Con ese paso, aceptó ser una mujer celta.
Evelyn: Si, debía cuidar de ese árbol, debía visitarlo y atenderle por lo menos
una vez al año, en los meses de verano, pero no pude hacerlo, mi padre no me
lo permitió con engaños, diciendo que íbamos tal día, y tal, y tal, y tal…
Helena: Y entonces caímos bajo esta maldición.
Hipólita se queda pensando.
Hipólita: Todo esto me resulta demasiado rocambolesco.
Helena: Será mejor que nos vayamos y te dejemos descansar. Evelyn,
recuerda esta frase que he oído una vez: “solo quien realmente te ama
comprende de ti tres cosas, el dolor detrás de tu sonrisa, el amor detrás de tu
rabia y las razones que esconden tu silencio”.
Hipólita: Evelyn, ya estoy mejor, deberías irte con él. Pero antes me gustaría
darle las gracias personalmente.
Evelyn: Bily debe darse prisa en conseguir todas las gemas, pero también
necesita descansar antes de proseguir, así que, porque espere un par de días
más, no creo que vaya a pasar nada.
Evelyn permaneció dos días más en el poblado de las amazonas, mientras,
Hipólita se recuperaba rápidamente. Llegó un día en el que Hipólita se
encontraba mejor y decidió volver a montar a Celeris, su caballo, para dar un
paseo por el bosque, e ir a dar las gracias a Bily por salvarle la vida.
Hipólita: Hola Evelyn. Ya me encuentro mejor, aunque esto es muy extraño,
nunca antes me había recuperado tan rápido. No deseo retrasarle más en su
viaje a Bily. Seguro que tú sabes donde está, necesito darle las gracias, por lo
que ha hecho por mí, y pedirle perdón por lo que yo le hice.
Evelyn: Claro que sé donde se encuentra.
Mientras se dirigían con sus monturas hacia el bosque, Hipólita quería
saber algo más de Bily.
Hipólita: Dime algo de Bily.
Evelyn: La vida me lo ha arrebatado de mi lado, y el destino me lo ha
devuelto.
Hipólita: ¿No maldices a la vida por arrebatártelo?.
Evelyn: Cada día de mi vida como valkiria lo he hecho, pero al volver a verle,
me he dado cuenta que no sirve de nada maldecir por perder a alguien, sino
que hay que dar las gracias por cada segundo que pasaste al lado de la persona
querida. Hay que disfrutar cada instante, como si fuera el último, pues nunca
sabes cuanto durará. De vez en cuando, hay que detener el tiempo, para
recordar esos buenos momentos.
Las dos mujeres continuaron hablando de sus cosas hasta que poco
después llegaron al descampado en el que solía estar Bily.
Hipólita: Así que es aquí donde debe estar Bily.
Evelyn: En este descampado fue donde le enseñé a manejar las armas. No se
le ve, así que debe estar en el estanque, o cazando, por aquí cerca.
Hipólita: En este estanque fue donde me robó el cinturón.
Las dos mujeres se dirigieron hacia el estanque, pero no le vieron.
Hipólita: Aquí no está.
Hipólita se daba la vuelta para irse, cuando Evelyn se agachó para mirar
el agua.
Evelyn: Espera. Las aguas nos ocultan algo.
Unos segundos después, Bily asomó su cabeza cerca de la orilla, donde
ellas estaban, con una gran sonrisa en sus labios.
Bily: Hola Evelyn, hoy me toca a mí preparar las truchas.
Evelyn con otra sonrisa en su boca, le contestó.
Evelyn: Hola Bily. Estaré encantada.
Hipólita: Supongo que yo también estaré invitada.
Bily: Espero que no vengas a buscar tu cinturón, se lo llevó Hércules.
Hipólita: Ya sé que el cinturón lo tiene Hércules, lo que vengo a buscar es la
esmeralda.
Bily: Las truchas de este rio son muy caras.
Hipólita: Si, ya sé que las truchas de este rio son muy caras y que están muy
ricas, no sé exactamente que valor tendrán, pero de lo que estoy segura, es que
yo valoro mucho mi vida y la de mis chicas, y la esmeralda es un precio muy
pequeño por lo que hiciste por nosotras.
Bily: Aquí tenéis la primera captura, en cuanto pesque un par de truchas más,
las prepararé.
Evelyn coge la trucha.
Evelyn: Nosotras nos vamos al descampado para ir preparándola. No te
preocupes que te esperaremos para que tú hagas el fuego.
Bily: Evelyn, antes de irte, podrías hacer el favor de acercarme una toalla.
Evelyn: No.
Bily: Por favor.
Evelyn: Esta vez me llevaré toda la ropa conmigo.
Bily: No descansarás hasta que te salgas con la tuya. ¿No?.
Evelyn: Así es.
Evelyn e Hipólita se fueron hacia el descampado, llevándose la trucha
recién capturada y la mochila de Bily. Mientras él seguía pescando, Evelyn
aprovechó para coger su ropa y cambiársela por las ropas de amazona que
estuvo vistiendo los últimos días.
Al cabo de unos minutos, apareció Bily con una trucha en cada mano.
Evelyn: Otra vez que se me ha escapado otro pequeño detalle.
Bily: En efecto, como no sabía fijo si vendrías por aquí de nuevo, todos los
días, cuando pescaba o simplemente me daba un baño, me guardaba los
cayumbos entre las salgueras, por si acaso venías e intentabas quedarte con mi
ropa.
Evelyn: Otra vez será. No te escaparás.
Bily: ¿Como que otra vez será?, sabes que el tiempo es oro, y que es de bien
nacidos ser agradecidos. Una vez me fui sin dar las gracias a una chica, y no
quiero que eso vuelva a suceder, motivo por el cual he esperado, para darte las
gracias. Las cosas están un poco revueltas y no he podido acercarme para
agradecerte tu ayuda, pero bueno, has venido tú, así que aquí estoy para darte
las gracias por ayudarme a aprender a usar la espada, el arco y a pelear con la
lanza, y por darme consejos con el lanzamiento de hachas. También te
agradezco tu ayuda para conseguir alimento, y sobre todo tu compañía y tu
ayuda para conseguir la esmeralda. Gracias por saber escuchar mi historia, y
por creerme. Pero en cuanto acabemos de comer, debo irme.
Evelyn: Gracias a ti por devolverme la esperanza. En ocasiones es lo único
que nos queda. Por eso es importante tener a alguien al lado que la fortalezca y
no la debilite.
Bily: ¿Por devolverte la esperanza?.
Evelyn: Cosas mías.
Bily: También quiero darte las gracias a ti Hipólita por no poner objeciones a
lo de quedarme con la esmeralda.
Hipólita: Soy yo la que tengo que estar agradecida por salvarme la vida, a
pesar de querer yo acabar con la tuya.
Bily: Tú tenías tus motivos, yo te había robado un regalo de tu padre que era
sagrado para ti.
Hipólita: Si muy sagrado, que estuve a punto de dárselo a un hombre a
cambio de tener una hija suya.
Bily: No se me ocurre mejor motivo, cambiar un simple objeto por un hijo.
Ahora mismo yo cambiaría todo lo que tengo por volver a reunirme con mi
hija. Pero el destino no quiere lo que tengo, sino que me hace buscar.
Evelyn: Bily, preparas las truchas o esperamos a que se asen al sol. Además
tengo intriga de como encenderás el fuego.
Bily: Muy fácil cojo estas hierbas secas sobre las que pongo el nido que
encontré por ahí, el cual he despeluciado. Encima del nido pongo una corteza
o un cacho de madera también seco, al que le hago un pequeño orificio. Cojo
un palo, que por supuesto también tiene que estar seco, ahora tomo el arco,
pongo el palo al lado de la cuerda, le doy una vuelta y apoyando el palo del
arco sobre el orificio de la corteza o del cacho de madera, muevo el arco hacia
adelante y hacia atrás, hasta que comience a salir humillo de los palos, cuando
eso suceda, echo las cenizas de la corteza sobre el nido y soplo muuuuyyyy
suavemente hasta que sale la llama, momento en el que le echo las hierbas
secas y posteriormente unos palos finos.
Evelyn: Muy bien, pero yo tardo menos.
Bily: Ah si, ¿y cómo lo haces si se puede saber?.
Evelyn: Secretos de mujer. Bily, puedes ir a buscar unas ramitas para trinchar
las truchas.
Bily: Por supuesto.
Mientras tanto Evelyn enciende el fuego.
Bily: Lo has vuelto a hacer.
Evelyn: Es que tardaste mucho.
Bily: Pero si no hice nada más que darme la vuelta.
Evelyn coge los palos, los clava en las truchas y los pone al fuego.
Evelyn: Bily, ¿Qué tienes pensado hacer ahora?.
Bily: He llegado hasta aquí a través de la cueva, y aquí he conseguido la
primera gema, la esmeralda, así que, supongo que la cueva me lleve de nuevo
hasta el Castillo de Luna, para entregar la esmeralda a Elia y…
ZASSSSS. Bily le dio un golpe en la mano a Hipólita mientras esta
intentaba coger el panecillo de cuatro picos.
Hipólita: Serás egoísta, es que nadie te enseñó a compartir.
Bily: Lo siento Hipólita, no es que no quiera compartir contigo mis cosas, y
menos aún mi alimento, es que ese panecillo debo conservarlo, para que la
Xana me devuelva a mis amigos y a mi familia.
Hipólita: ¿Qué es una Xana?.
Bily: Una Xana es un hada de los ríos, ésta se llama Elia y vive en el Castillo
de Luna, y es quien me ha dicho como salvar de una maldición, a mis amigos
y a mi familia. Ella me ha entregado un panecillo de cuatro picos, y me ha
puesto como condición mantenerlos intactos y conseguir cinco gemas para
salvar a mi amigo, su mujer, su hijo, mi esposa y mi hija.
Hipólita: Las cuentas no me salen, cuatro picos, cinco gemas y cinco personas
a salvar.
Bily: No sé que pasará, pero lo primero es conseguir las cuatro gemas que me
faltan.
Evelyn: Espero que el oso no haya vuelto a entrar en la cueva.
Bily: Yo también lo espero. Como te iba diciendo, no sé si la cueva me llevará
al castillo o me llevará a otro lugar donde intentar conseguir otra gema. Y tu
Evelyn ¿qué tienes pensado hacer?.
Evelyn: Irme contigo.
Bily se echa a reír durante unos segundos.
Bily: Ahora sin bromas.
Evelyn: De verdad, Bily, si tú me dejas, me iré contigo, como sabes mi madre
está aquí, pero yo tengo una misión que cumplir.
Bily: ¿Como que una misión?.
Evelyn: Tarde o temprano tendrías que enterarte. ¿Sabes lo que es una
valkiria?.
Bily: Si, pero mejor explícamelo, que si me preguntas es por algo.
Evelyn: Una valkiria es una mujer que sirve al Dios Odin, y que se encarga de
reclutar a los grandes guerreros caídos en batalla.
Bily: Yo no creo en esas cosas. Estas de broma.
Hipólita: No, no es una broma, de hecho su madre fue una valkiria, y ahora
está viviendo con nosotras, las amazonas.
Evelyn: ¿Acaso no crees tú en los dioses celtas?, ¿o en el espíritu del roble?,
¿no me pedias que creyera tu historia?. ¿Por qué ahora tú no crees mi
historia?. Acaso no me pedías que te la contara y acaso no deseabas saber algo
más de mí.
Bily: Perdona. Tienes razón, después de saber lo que me ha pasado, no sé
como dudo de lo que me cuentas. ¿Me estás queriendo decir que tú eres una
valkiria y que tu misión es reclutar a los guerreros caídos en batalla?.
Entonces, que haces aquí, ¿vienes a por mí?.
Evelyn: No puedo mentirte, en efecto, mi misión es reclutarte a ti.
Bily: Pero yo no soy un guerrero, y mucho menos un gran guerrero.
Hipólita: Un guerrero no nace, se hace, pero un gran guerrero nace y se hace.
Y quizás tú hayas nacido guerrero y sólo hace falta entrenarte.
Bily: Yo no estoy aquí para ser un gran guerrero, estoy aquí para salvar a mi
familia.
Evelyn: Quizás ese sea el motivo por el que Odin te eligió a ti, y te puso esta
misión para que te entrenes hasta que seas un gran guerrero.
Hipólita: Mirándolo así, tiene sentido. El dios nórdico te pone una misión en
la que debes entrenarte a cada segundo para salvar a tu familia, y si no lo
haces les perderás para siempre.
Evelyn: Odin es un dios y no juega si no sabe que va a ganar, y en este caso
no sabe que nosotros tenemos dos comodines.
Bily: ¿Cómo?
Evelyn: Cosas mías.
Bily: Vamos, que de esta no salgo. O entreno y las salvo y me voy contigo o
no entreno no me voy contigo, pero tampoco las salvo.
Evelyn: Desde que te conocí hasta ahora has mejorado muchísimo.
Bily: La elección es sencilla.
Hipólita: Comamos las truchas pues.
Bily: Y tú Hipólita, que vas a hacer ahora.
Hipólita: Con todo lo que habéis contado, me ha entrado la intriga de saber
que va a suceder, así que si me aceptáis, me voy con vosotros.
Bily se levanta, se pone frente a Hipólita y se arrodilla ante ella.
Bily: Será un honor que nos acompañes.
Evelyn: Supongo que con esas palabras, aceptas la compañía de dos mujeres.
Bily: Efectivamente. Será un verdadero placer teneros a las dos cerca de mí, a
una reina amazona y a una valkiria. Es el sueño de todo hombre. Pero la
verdadera pregunta es si Hipólita acepta la compañía de un hombre.
Hipólita: A veces no podemos tenerlo todo en esta vida.
Cuando acabaron de comer los tres recogieron sus cosas y se dirigieron a
la cueva, en la cual entraron.

ZAFIRO

Bily, Evelyn e Hipólita fueron teletransportados hasta otra cueva, lugar en
el que todo a su alrededor estaba muy oscuro, excepto por un lado, donde se
podía divisar la luz que indicaba la salida. Todos se quedaron quietos y atentos
a cualquier mínimo ruido que se produjera a su alrededor. Mientras tanto, Bily
metía la mano en todos los bolsos de su pantalón, en busca de su linterna,
cuando la encontró y la encendió, pudo ver un enorme tigre olfateándole, pegó
un grito y salió corriendo todo lo deprisa que sus piernas le permitían, cuando
llegó al final de la cueva, se giró a uno y otro lado, pudiendo observar que
ninguna de las dos mujeres le seguía, por un momento se temió lo peor, se
detuvo y se acercó con extrema precaución hasta la entrada de la cueva, y al
momento, vio como un hombre salía con las dos mujeres a un lado y un
precioso tigre al otro.
Naitom: Hola Bily, no tengas miedo del tigre, está acostumbrado a mí, y no os
hará nada. Lo encontré cuando era un cachorro, y desde entonces he intentado
cuidarle de los cazadores que anhelan su piel, su cabeza o del simple hecho de
cazar un tigre, seguro que a su madre la cazó gente sin escrúpulos.
Mientras tanto, Evelyn e Hipólita no dejaban de reírse, al tiempo que
acariciaban al tigre.
Naitom: ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?.
Bily: Es una rara historia, que si te la contamos, nos tomarías por locos.
¿Dónde estamos?.
Naitom: En Kanchanaburi
Bily: ¿Dónde podemos encontrar joyas?.
Naitom: Vaya, no, perdéis el tiempo. La ciudad más importante cerca de aquí,
es Ayuthaya. Pero en Rangoon hay un rey a quien le gustan las riquezas, el rey
Hsinbyushin, quizás en su reino podáis encontrar las riquezas que anheláis.
Bily: Nosotros no deseamos riquezas, nosotros sólo queremos una gema.
¿Cuánto camino hay hasta Atayaya?.
Evelyn: Para atar a la abuela, nos queda bastante.
Naitom: Para Ayuthaya, hay unos cuatro o cinco días de camino, todo
depende de lo deprisa que andéis y de lo que aguantéis caminando.
Bily: Una pregunta más. ¿Cuánto queda para Rangoon?.
Naitom: Hasta Rangoon hay unos doce días caminando.
Bily: Muchas gracias por la información…. Me voy para Untayaya.
Evelyn: ¿De qué vas a untar a la “güela”, de mermelada o de mantequilla?.
Bily: Mira que es raro el nombre. No consigo que se me quede.
Evelyn: Bily, ¿no crees que si estás aquí, es por algo?.
Bily: Si claro, para conseguir una gema. Y a eso voy.
Evelyn: Quizás necesites algo de entrenamiento antes de seguir.
Bily: Cuatro días para ir, y otros cuatro para venir… no tengo tiempo.
Evelyn: Ni dinero.
Hipólita: El tiempo que pierdas hoy entrenando, quizás lo ganes mañana
luchando.
Bily: Vaaale, entrenaré un par de días.
Evelyn: Deberías entrenar hasta que estés preparado.
Bily: Pero si ya estoy preparado.
Evelyn: Eso mismo me dijiste hace unos días, cuando te conocí.
Bily: Vaaale, vosotras ganáis. ¿Quién me va a entrenar?.
Naitom: Yo mismo.
Bily: Como quieras, pero antes deberás demostrarme que sabes luchar. En el
momento que te derribe una vez, me voy.
Naitom: Así será.
Rápidamente Bily se abalanzó sobre Naitom, pero este con un rápido
movimiento se apartó, y al mismo tiempo le dio una patada en el trasero a
Bily, que le hizo morder el polvo. Bily se levantó rápidamente y atacó con una
patada a Naitom, quien volvió a esquivarla, al mismo tiempo que le agarró de
la pierna a Bily y le volvió a tirar al suelo. Bily volvió a levantarse velozmente
para atacar con varios puñetazos a su adversario, pero este esquivaba todos los
golpes, hasta que agarró por un brazo a Bily y le volvió a tirar al suelo.
Evelyn: Bily, no crees que deberías pensar un poco antes de atacar a lo loco.
Bily: Estoy estudiando a mi adversario.
Hipólita: Si un día te enfrentases a un combate real, quizás no tengas ni
tiempo de ver a tu adversario, así que menos tiempo tendrías para estudiarlo.
Naitom: Haz caso a las mujeres.
Bily, se queda quieto, mirando a Naitom. Un par de minutos después, ante
la impasibilidad de Bily, Evelyn comienza a tirarle palitos.
Bily: Estate quieta que me distraes.
Evelyn: Querrás decir, que no te dejo dormir.
Tres minutos más tarde.
Evelyn: Hipólita vamos a buscar algo de comer, a ver si mientras tanto, este se
mueve, que parece que le ha dado un “jamacuco”.
Hipólita: Si, será lo mejor, parece que se ha quedado dormido de pie.
Evelyn: Créeme, es capaz.
Diez minutos más tarde.
Bily: ¿Cuánto tiempo puedes estar quieto sin moverte?.
Naitom no contesta.
Bily: ¿Estás dormido?.
Naitom, sigue quieto. En ese momento Bily vuelve a atacar a su
oponente, pero este le vuelve a agarrar y a derribar.
Bily: Esto va a ser más difícil de lo que creía.
Bily extiende la mano hacia Naitom, para que este le ayude a levantarse,
y cuando le agarra, intenta tirarle al suelo, pero Naitom consigue clavar sus
rodillas en el pecho de Bily, a quien inmoviliza.
Bily: En algún momento, encontraré tu punto débil.
Durante otro rato Bily sigue atacando a su rival, pero siempre con las
mismas consecuencias, sus huesos van a parar al suelo. Bily ya estaba
agotado, y Naitom, parecía que había estado todo ese tiempo sentado en una
silla, tomándose un helado, puesto, que ni sudaba.
Bily: Será mejor que vayamos a buscar a las chicas, están tardando demasiado.
Naitom: Tienes razón. Vayamos a buscarlas y descansa un rato, a ver si se te
aclaran las ideas.
Naitom, va delante, y comienza a subir al lado de un riachuelo.
En ese momento Bily comienza a apreciar la auténtica belleza del lugar,
agua cristalina, estanques de ensueño repartidos de forma escalonada, donde el
agua toma un atractivo color azul turquesa, poco más adelante mientras siguen
caminando entre los árboles y esquivando las numerosas raíces, oyen las risas
de las chicas.
Bily: Quieto.
Naitom: ¿Qué pasa?.
Bily intenta acercarse sigilosamente hasta donde están las chicas.
Evelyn: BILY, ME ESTOY BAÑANDO EN EL ESTANQUE, COMO SIGAS
AVANZANDO, TE CUELGO DE UN ÁRBOL, POR LOS PIES.
Bily: Vale. Nos damos la vuelta, os esperamos en el siguiente estanque aguas
abajo.
Mientras tanto, Bily, se agacha y avanza un poco más hacia donde están
las chicas, no da dos pasos cuando una flecha se clava en un árbol a medio
metro de su nariz. Sin levantarse, se da la vuelta y se va para abajo.
Bily: Estas no se andan con tonterías.
Naitom: Si una mujer intenta darse un baño tranquila y relajadamente, no la
molestes, y más si son dos.
Bily: Ya lo sé, pero son cosas nuestras.
Bily y Naitom llegan al siguiente estanque, donde se sientan a observar el
riachuelo y los árboles que les envuelven. Después de un par de minutos
escuchando el ruido del agua y los cánticos de los pájaros, Bily rompe la
armonía ambiente.
Bily: La verdad, es que esto es el paraíso. El sosiego y la tranquilidad que aquí
se respiran, son asombrosos. Observando el agua…, dan ganas de darse un
baño.
Naitom: Tienes razón, este es un lugar tranquilo, pero hace tiempo lo era aún
más.
Bily: Dices que hace tiempo era aún más tranquilo. Entonces, ¿qué ha
pasado?.
Naitom: Llegasteis vosotros.
Bily: Tienes razón, nos iremos en cuanto vengan las chicas, supongo que
cuando un hombre está sólo en un lugar como este, es por algo.
Naitom: No te lo tomes a mal. Yo vivo en Ayuthaya, pero a menudo me retiro
hasta este lugar para comprobar que el tigre está bien, y en busca de silencio y
tranquilidad, para meditar y entrenarme, pero de vez en cuando está bien
relacionarse con gente nueva, para aprender cosas distintas. De todas las
personas del mundo se puede aprender algo, sean ancianos o sean niños, sean
más o menos inteligentes, todo el mundo tiene algo que enseñarte, aunque sólo
te hablen con su mirada, sin pronunciar una sola palabra. A lo largo de nuestra
vida, de vez en cuando tenemos algo que enseñar, y cada día tenemos mucho
que aprender.
Bily: ¡Que razón tienes!.
Un poco más tarde.
Bily: Yo no me aguanto más, tengo que darme un baño.
Bily se quita toda la ropa, excepto los cayumbos, y se tira al agua.
Bily: AAAAAAAHHHHHH...
Naitom asustado le pregunta a Bily.
Naitom: ¿Qué pasa?
Bily: ¡QUÉ BUENA ESTÁ!.
Naitom: Normal, estamos en la época de calor. Pero, ¿hace falta gritar por
eso?.
Bily: ¡Qué ganas tenía de darme un chapuzón!.
Naitom: Estate quieto, no te muevas.
Bily: ¿Qué pasa?.
Naitom: Una cobra detrás de ti.
Bily no se mueve pero comienza a reírse.
Naitom: Me has pillado…, era una broma, no hay ninguna cobra detrás de ti.
Sólo quería devolverte el susto.
Bily: Serás cafre, menudo susto me has pegado.
Naitom: Anda, yo pensé que te habías dado cuenta del engaño.
Bily: Que va, me reía porque estos pececillos me están haciendo cosquillas.
Naitom: Son los peces chin chin yu. Estos comen los restos que hay en la piel.
Poco después llegan las chicas.
Evelyn: ¿Qué fue ese grito?.
Naitom: Aquí vuestro amigo, que es un exagerado.
Evelyn: Nos habíais asustado.
Hipólita: Aquí traemos la comida.
Naitom: Gracias.
Evelyn: ¿Dónde está el cobarde de Bily?.
Naitom: En el agua.
Evelyn: Y su ropa.
Naitom: Ahí.
Evelyn coge la ropa de Bily, se acerca al rio y se la tira.
Evelyn: Eso, para que la laves, que huele mal.
Bily: Pero si la lavé la semana pasada.
Bily coge su ropa empapada y sale del agua hasta donde están las chicas,
y la cuelga de varias ramas donde inciden algunos rayos de sol que se abren
paso entre la espesa manta de hojas que protegen el lugar.
Bily: ¿Qué habéis traído para comer?.
Evelyn: Para ti zanahorias, que son muy buenas para la vista.
Hipólita: Hemos recogido frutas, esperemos que todas sean comestibles.
Naitom: Habéis elegido bien, estos son mangostanes, mis preferidos, son muy
sabrosos, y se derriten en la boca. Veo que también habéis cogido guayabas y
mangos. Vaya, estos son durianes, están ricos, pero huelen fatal.
Evelyn: ¡Anda!. Como Bily.
Bily: ¿Qué quieres decir?, ¿qué estoy muy rico?.
Evelyn: Está visto, que quien no se consuela es porque no quiere.
Bily: ¡Oh!. Gracias. Cuanto te quiero.
Evelyn le contestó con una leve sonrisa.
Evelyn: Si, yo también te quiero.
Finalmente todos se sentaron a comer las frutas recolectadas por las dos
mujeres, mientras Bily y las chicas le contaban su historia a Naitom, éste
escuchaba con atención e incredulidad, y no dejaba de hacer preguntas.
Acabaron de comer y Naitom continuaba haciendo preguntas a sus nuevos
amigos. Después de una hora Naitom se levantó y les dijo:
Naitom: Tengo muchas ganas de seguir haciéndoos preguntas, pero es hora de
volver al entrenamiento.
Todos se pusieron en pie. Momento en el que Naitom volvió a sentarse,
indicándoles todo lo que tenían que hacer con voz pausada.
Bily: Debes tener paciencia con Hipólita, todavía no está recuperada del todo,
de una grave herida.
Hipólita: La verdad, es que me encuentro muy bien, he tenido una
recuperación más rápida de lo esperado. Se ve que Evelyn me ha cuidado muy
bien.
Evelyn: Era mi deber.
Naitom: Está bien. Comencemos. Debemos desarrollar vuestra potencia,
vuestra resistencia, velocidad, fuerza, flexibilidad, intensidad, contundencia,
reflejos, concentración, intuición y anticipación. Sentaos... que ahora toca
desarrollar vuestra meditación…
Bily: Con todo lo que tenemos que desarrollar, ¿por qué empiezas por lo más
aburrido?.
Evelyn: ¿Seguro qué tenemos tiempo de desarrollar todo eso que has dicho?.
Naitom: Cerrar los ojos... Escuchar a vuestro cuerpo y preguntar a cada uno
de vuestros músculos... Debéis sentir cada uno de ellos... No os olvidéis de
escuchar todo lo que os rodea al mismo tiempo.... Nunca se sabe los peligros
que nuestro entorno nos depara… El luchador thai adquiere cuatro nobles
estados mentales esenciales para desarrollarse…, gratitud…, diligencia…,
paciencia… y solidaridad... Así que siempre…, cada día…, a cada hora…, a
cada minuto… a cada segundo… debéis saber aplicarlos a la vida cotidiana.
Todos permanecen en silencio durante unos segundos.
Naitom: Vuestro cuerpo debe ser como el agua de una cascada…,
rápido…, ágil…, poderoso..., si fuera preciso deberá ser capaz de evaporarse y
desaparecer. Vuestra mente deber ser como el agua de un estanque…
tranquila…, cristalina… paciente… El equipo que formáis debe ser como el
agua en sus tres estados… envolvente y adaptable como el gas…, escurridizo
y flexible como un líquido… y sólido y compacto como el hielo... Rodeáis al
enemigo como el gas…, lo estudiáis, buscando su punto débil, como hace el
agua en una rendija…, y después le atacáis para destruirle, como hace el agua
dentro de una grieta, al expandirse cuando pasa de estado líquido a estado
sólido....
Naitom se queda unos segundos en silencio.
Naitom: Vuestra mente debe aprender a ser fuerte…, debe aprender a
distinguir, los halagos y las críticas de nuestros amigos, sin ofenderse por
ellos… y las críticas de nuestros enemigos…. Con sus palabras nuestros
enemigos sólo buscan ofender para que perdamos la paciencia y mostremos
nuestros puntos débiles…, mientras que las palabras de nuestros amigos deben
darnos paciencia y sabiduría, para evitar que mostremos esos puntos débiles...
Después de una hora en completo silencio, Naitom se levantó.
Naitom: Ya podéis levantaros.
Evelyn e Hipólita se levantaron al momento, pero Bily permanecía
sentado.
Evelyn: Lo sabía, este se ha quedado dormido. Tengo una idea. Naitom, no
tendrás por ahí una cuerda.
Evelyn, Hipólita y Naitom cogieron a Bily y lo ataron a un árbol. Le
sujetaron unas frutas a la cintura y se escondieron. Pocos minutos después
Bily estaba rodeado de macacos. Cuando Bily fue despertado por uno de ellos,
pegó un grito al verse atado que los ahuyentó a todos, pero su curiosidad les
hizo volver. Bily intentaba soltarse, pero le era imposible.
Bily: Venga, vale, vosotros ganáis. He aprendido la lección. Vamos, soltarme.
Que no me gusta nada estar atado, y menos con estos macacos rondándome.
No me fio de ellos.
Poco después llegó Evelyn.
Bily: Ya se, te enfadaste y esta es tu venganza.
Evelyn: Que va, si hubiera querido vengarme, te hubiera quitado los
cayumbos, y te hubiera tirado a un rio lleno de pirañas, o mejor, de pacús.
Bily: No olvides, que empezaste tú. A todo esto, que es un pacú.
Evelyn: Empezaste tu, cuando yo me estaba bañando en el estanque, y tú no te
ibas.
Bily: Esa no cuenta, yo no sabía que te estabas bañando.
Evelyn: Cuentan todas.
Bily: Vaaaale, tú ganas. Perdona, pero suéltame, que no me gusta estar atado.
Evelyn: Esto es para que no te vuelvas a dormir en un entrenamiento, y sobre
todo, para que aprendas a escuchar aun estando dormido.
Bily: Pero no puedo evitarlo.
Naitom: Venga, dejar de discutir, y sigamos con el entrenamiento.
Hipólita: Si. Será lo mejor.
Bily: ¿Qué es un pacú?.
Evelyn: Es una especie de piraña que se come los testículos de los hombres, al
confundirlos con nueces.
Bily: Creo que a partir de ahora, siempre me bañaré con bañador.
Naitom: ¿Por qué te dormiste?
Bily: Es que…, eso de estar tanto tiempo quieto, resulta un poco aburrido.
Evelyn: Una vez oí decir a alguien que solo se aburren, los aburridos.
Bily: ¿Que me estas llamando?, aburrido.
Evelyn: Si
Bily: Te vas a enterar.
Naitom agarra a Bily por el brazo.
Bily: Suéltame, que sólo voy a darle un beso.
Naitom: ¿Siempre estáis así?.
Evelyn: No.
Naitom: Sigamos con el entrenamiento.
Hipólita: Si, será mejor. Que estos dos parecen niños.
Naitom: Son afortunados. De niños aprendemos tres cosas, que se nos olvidan
cuando somos mayores, a mirar todo con interés y entusiasmo, a divertirnos
con todo y reírnos sin motivo y a pedir lo que queremos con insistencia.
Bily: Algo parecido dijo una vez el famoso escritor brasileño Paulo Coelho.
Leyendo sus libros y artículos, he aprendido a ver la vida de diferente modo.
Evelyn: Solo la inocencia de un niño, puede cambiar este mundo.
Bily: Por desgracia, eso es imposible, pues los niños no tienen la sabiduría
necesaria para poder gobernar, y los adultos no tienen la inocencia necesaria
para hacer un mundo mejor, y las pocas personas que mantienen esa inocencia
y adquieren esa sabiduría cuando son adultos, no se les permite gobernar.
Naitom: Un niño es como la arcilla, se puede moldear fácilmente.
Bily: El problema son las manos que moldean la arcilla, que por lo general, a
los niños no se les enseña, se les manipula para aprovecharse de ellos.
Hipólita: Vamos chicos, debemos seguir con el entrenamiento.
Bily: Tienes razón, que podríamos estar hablando de esto durante horas.
Naitom: Debéis repetir mis movimientos. Vamos a realizar ejercicios de
equilibrio, tanto físico como mental.
Bily, Evelyn e Hipólita repetían cada uno de los movimientos que
realizaba Naitom. En uno de esos movimientos, cuando estaban apoyados
sobre una de sus piernas y con los brazos extendidos en cruz, Naitom les
ordenó pararse.
Naitom: ¡Quietos!, no os mováis, mantener esa posición.
Naitom se acercó a Bily, se quedó observándolo por unos segundos, y
finalmente con un rápido golpe en el pecho de envió al suelo, dejándole patas
arriba.
Bily: Me has hecho daño.
Naitom: ¿Cómo?.
Bily: Que me has hecho un poquito de daño.
Naitom: ¿Cómo?.
Bily: Que no hay dolor.
Naitom: Eso me pareció oír.
Evelyn: Ya te lo dije una vez, debes estar preparado y esperarte lo inesperado.
Después se acercó a Hipólita, ésta se esperaba otro golpe similar al que le
dio a Bily. Pero lo que hizo fue darle un beso en la mejilla. Ella respondió con
un soberano tortazo, que no le tumbó por un pelo.
Naitom: Me has hecho daño.
Bily: ¿Cómo?.
Hipólita: Otros por mucho menos han perdido su vida.
Evelyn: Creo que se nos ha olvidado decirte que Hipólita odia al noventa y
nueve por ciento de los hombres.
Naitom: Pero hay un uno por ciento de hombres a quien quiere.
Bily: Mirándolo así.
Evelyn: Si tuviste alguna posibilidad de estar en ese uno por ciento, creo que
ya la has perdido.
Bily: Bueno nos os enfadéis chicas. Sólo fue un casto besito en la mejilla, y
seguro que es parte del entrenamiento de Naitom. Debéis esperaros lo
inesperado.
Hipólita: Espero que no se vuelva a repetir.
Naitom: Bueno, sigamos.
Todos se vuelven a poner en la posición indicada por Naitom, quien se
vuelve a acercar a Hipólita. Amaga un puñetazo al estómago, Hipólita baja los
brazos para defenderse, pero Naitom la agarra por uno de ellos, por el pelo y le
vuelve a dar otro beso en la mejilla, soltándola y apartándose rápidamente.
Hipólita: Ahora si que te mato, y después te remato. Ven aquí cobarde
Rápidamente Bily y Evelyn se dirigen a Hipólita para pararla y
tranquilizarla.
Bily: Seguro que esto tiene una explicación.
Evelyn: No todo es lo que parece.
Naitom: Cuando yo llegué por primera vez a la ciudad de Ayuthaya, un
hombre me engañó y se llevó el poco dinero que tenía, entonces un viejo
hombre que vio lo que me sucedió, se acercó y me dijo: “Si un hombre te
engaña una vez será culpa de ese hombre, pero si te engaña dos veces, será
culpa tuya”.
Bily: ¿Por qué ese hombre no te advirtió de que te iban a engañar?.
Naitom: Lo mismo le pregunté yo, que por qué no me había advertido antes
de quién era ese hombre. Y me contestó: “¿Qué hubieras hecho, si te lo
hubiera dicho?, ¿habrías creído a un anciano?. Hay ocasiones en las que es
mejor aprender la lección por uno mismo para no olvidarla jamás, aunque
siempre que puedas aprende la lección de los demás, pues no tenemos tiempo
de aprenderlas todas por nuestra propia cuenta”.
Evelyn: ¿Qué hiciste?.
Naitom: Finalmente, ese hombre me dio cama y comida durante unos días. Yo
le pagué con mi trabajo. También me enseñó algunos trucos de lucha. Pero
bueno, esa es otra historia. Durante varias semanas, caminé en busca del
hombre que me engañó, cuando le encontré, intenté cruzarme con él
fortuitamente, y así fue. Volvió a intentar engañarme de nuevo, pero esta vez
le detuve y le llevé para que le juzgaran. Bueno sigamos con el entrenamiento.
Bily: Vaya. Hipólita…, mirándolo así, el segundo beso es culpa tuya.
Hipólita: Está bien, soltarme. Que no le voy a hacer nada.
Bily y Evelyn la sueltan. Hipólita se queda parada por unos segundos.
Hipólita: No me habéis dejado acabar la frase, lo que quería decir es que, no
le iba a hacer nada durante veinte segundos.
No acaba de decirlo, cuando Hipólita se abalanza sobre Naitom, quien
evidentemente, esquiva todos sus golpes, después de varios minutos, la mujer
sigue intentando dar patadas y puñetazos a Naitom, pero no consigue
alcanzarle en ningún momento, y su ímpetu comienza a desvanecerse.
Hipólita: Vale, tú ganas, ven que sólo voy a darte un besito de reconciliación.
Naitom: En este momento, no me fio de ti.
Hipólita: Que no te voy a hacer “naaada”.
Naitom: Ya sé que no me vas a hacer nada, de hecho, llevas un rato
intentándolo.
Finalmente Hipólita se para.
Hipólita: Ya no puedo más. Yo me voy a sentar.
Naitom: Todavía no hemos acabado con el entrenamiento. Debéis poneros en
la posición que os indiqué hace un rato.
Bily: No puedes pedirla que siga. No olvides que todavía está algo
convaleciente.
Naitom: Hipólita, si realmente eres una reina, es momento de demostrarlo.
Evelyn: Hipólita es una mujer que ha nacido para ser reina. Como mujer, sufre
heridas y dolores, como reina, se lame las heridas y se olvida del dolor para
continuar. Como mujer lucha sin quejarse ni lamentarse, y como reina sabe
tomar las decisiones adecuadas para sus chicas.
Evelyn se acerca a Hipólita, y poniendo su mano sobre la cicatriz,
continúa hablando.
Evelyn: Hipólita, si no te encuentras bien, para y descansa, este no es el
momento de demostrar nada a nadie, y aquí no está ninguna de tus chicas que
pueda verte flojear.
Hipólita: No te preocupes, no le voy a dar esa satisfacción a un hombre. Ya
me encuentro mucho mejor. Fue un momento de debilidad, que seguro se debe
a todos estos días de inactividad.
Evelyn: Si, seguro que es eso.
Evelyn se separa de Hipólita, mientras le guiña un ojo.
Todos, incluida Hipólita se colocan en posición. Naitom se separa un
momento de ellos y vuelve con dos piedras, más o menos del mismo tamaño, y
unos cinco kilogramos cada una, envueltas en una especie de malla hecha a
mano, las cuales le pone una en cada mano a Hipólita.
Hipólita: ¿Por qué sólo me las pones a mi?, ¿acaso me tienes manía?.
Naitom: Es que sólo tengo dos.
Hipólita: Pues por eso mismo, sólo tienes dos, y me tocan a mí las dos.
Naitom: Te pongo las dos para que haya reparto de cargas. Ahora dime, ¿a
quién se las pongo a Bily o a Evelyn?.
Hipólita: A Bily.
Naitom: ¿Acaso no sois los tres un equipo?.
Hipólita: Si.
Naitom: Si sois un equipo, ¿por qué eliges a Bily?, ¿para qué le pase lo peor?.
Hipólita: Por dos razones, por ser un hombre y por ser él quien más debe
entrenarse.
Bily: Tiene razón en lo de que soy un hombre.
Evelyn: También tiene razón, en lo del entrenamiento.
Naitom: No se trata de nada de eso, lo que quiero que entendáis es que en un
equipo todos pierden y todos ganan, que lo malo lo debe coger uno para si
mismo y no pasárselo al compañero. En un equipo todos son iguales, si uno
fracasa, fracasan todos. Si uno falla, puede resultar fatal para el resto. Debéis
ser uno y protegeros a cada instante. Debéis confiar todos en todos…, a
ciegas... Jamás debéis dar la espalda a uno de los vuestros. En público debéis
alabaros y defenderos y resolver vuestros problemas en privado. Ya sabéis que
una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil.
Bily: Ya entiendo, en ese caso, Hipólita, pásame las dos piedras.
Hipólita: Toma.
Naitom: Ahora es cuando tú debías decir que no, que tú seguirías pujando por
ellas.
Hipólita: Pero en un equipo también se reparten el trabajo.
Evelyn: Ahí le has “dao”.
Naitom: Encima es que tienen razón. Que mujeres. Y si un día alguien os
coge prisioneros y dice que para que los otros dos se salven, debe morir uno,
que decís: “Oiga mire usted, que somos un equipo, todos somos iguales, y lo
repartimos todo, mátenos un poquito a cada uno, y déjenos libres”.
Bily: Es de eso de lo que se trata, ¿no?.
Naitom: Si, también se trata de eso, pero en este caso, sólo dos van a librarse.
Hipólita: Vaya, haber empezado por ahí.
Naitom: Venga, va, sigamos. ¿Quién quiere coger las piedras?.
Nadie contesta.
Naitom: ¿Quién quiere morir para que se salven los otros dos?.
Evelyn: Yo.
Naitom: Muy bien, ¿por qué?
Evelyn: Porqué Hipólita es una reina y su pueblo la necesita y porque Bily
debe salvar a su familia y amigos.
Hipólita: No, Evelyn, la persona elegida debo ser yo. Ya he esquivado una
vez a la muerte, y vivo un tiempo extra gracias a vosotros. Además yo soy una
reina, he nacido para dirigir y gobernar el pueblo de las amazonas, he nacido
para luchar por ellas, he nacido para dar mi vida por ellas, porque si sólo
muero yo, otra mujer amazona me sustituirá y continuaremos vivas, pero si
mueren ellas, ¿qué puedo hacer yo sin ellas?.
Evelyn: Yo no soy una amazona, pero considero que una parte de mí también
lo es, y esa parte de mí me dice que mi obligación es morir por mi reina.
Todos se quedan en silencio. Naitom se queda mirando a Bily, esperando
a que hablase, o que dijera algo.
Naitom: Y tú Bily, ¿no darías tu vida por ellas?.
Bily: Yo no puedo decir algo que luego no podría cumplir.
Naitom: Ellas han dicho que si lo harían.
Bily: Yo tengo que salvar a mi familia y a mis amigos. La vida me ha dado
una segunda oportunidad, para salvarles, y yo no puedo fallarles. Juré luchar
por ellos, y sólo tengo dos caminos, salvarles si o no, y un único destino,
morir. La única manera de que diera mi vida por ellas, es que me prometan
luchar en mi lugar, y que intenten salvar a mi familia y mis amigos o que
perezcan en el intento. Si mi familia y mis amigos no dependieran de mí, no
dudaría un instante en dar mi vida por ellas.
Evelyn: Naitom, Bily ya ha hecho un juramento a su familia, y ahora no
podría romperlo con otro juramento posterior que rompiera el primero. Bily, si
a ti te pasará algo antes de salvar a tu familia, yo no podría salvarles, pero no
te preocupes, lucharé a tu lado hasta el final. Es más importante que tú estés a
su lado y les cuides, que yo.
Bily: ¿Qué quieres decir con eso de que yo esté a su lado?. ¿Hay alguna
posibilidad de que les salve y no tenga que morir?.
Evelyn: Como te he dicho, tengo dos comodines, y si los jugamos bien, puede
que así sea.
Hipólita: Bily, yo te prometo que si te pasara algo, lucharé con todas mis
fuerzas para salvar a tu familia y tus amigos, y te pido permiso para cuidar de
tu hija, con las amazonas, si a tu mujer le pasara algo.
Bily: Gracias Hipólita. No tengo ninguna duda de que vosotras la cuidaríais
como a vuestra propia hija.
Naitom: Bily, yo no tengo familia, pero escuchándote hablar, veo lo
importantes que son para ti. Así que yo también te prometo que lucharé para
liberarte de la maldición.
Bily: Pero yo no estoy bajo el hechizo de la maldición.
Naitom: Tú crees.
Bily: Sólo tienes que mirarme. Evidentemente, estoy vivo.
Naitom: Si, pero quien realmente está luchando física y mentalmente cada
día, eres tú.
Hipólita: En eso tienes razón.
Bily: Eso significa que nos ayudarás a conseguir una de las piedras preciosas,
y a continuar mi misión junto a nosotros.
Naitom: Claro que si, algo me dice que tengo que ir con vosotros.
Bily: Gracias a todos por vuestro apoyo y vuestra ayuda.
Naitom: Venga, debemos continuar con el entrenamiento.
Bily, Evelyn e Hipólita vuelven a colocarse en la posición que les había
indicado Naitom, quien se acerca a Evelyn, ella ya se espera cualquier cosa.
Pero en esta ocasión lo que hace Naitom es lanzarle una patada baja a la
pierna, Evelyn haciendo gala de sus reflejos da un salto y la esquiva. Y antes
de caer al suelo le arrea un puñetazo en la cabeza a Naitom.
Naitom: ¡AY!, pero, ¿por qué me has golpeado?.
Evelyn: A ver si aquí, el único que puede repartir mamporros eres tú. Que
pocos reflejos tienes, chico.
Naitom: No me lo esperaba.
Hipólita: Además es que no aprendes. Lo acabamos de decir. Espérate lo
inesperado.
Naitom vuelve a intentar golpear a Evelyn, quien esquiva el golpe otra
vez, y al mismo tiempo ataca a Naitom de nuevo, pero esta vez no le pilla
desprevenido y da un salto evitando ser alcanzado por Evelyn. PLAASSS.
Naitom: Pero, ¿por qué me golpeas tú ahora?.
Hipólita: No aprendes, ya te lo dijo Evelyn. Espérate lo inesperado.
Naitom: No, si está claro que esto tampoco me lo esperaba.
Evelyn: Pero eso es culpa tuya.
Naitom: ¿Cómo que culpa mía?.
Hipólita: La primera es culpa tuya por no esperarte lo inesperado, y la
segunda también es culpa tuya por ser la segunda vez que te pasa.
Naitom: No sé para que abro la boca, me tiene más cuenta estarme calladito.
Bily: No hombre, es mejor abrir la boca y parecer tonto una vez, que callarse y
ser tonto para siempre.
Naitom: Y eso, ¿a qué viene?.
Bily: Acaso no preguntaste que porqué era culpa tuya, pues así ya sabes
porqué.
Hipólita: Espero que esta vez no se te olvide.
Naitom: Me estáis volviendo loco. Yo estoy aquí para enseñaros a luchar, no
para recibir mamporros a traición. Yo… yo, abandono.
Evelyn: Por dos cosas no puede enfadarse una persona, por las cosas que
tengan remedio y por las cosas que no tengan remedio. Si tiene remedio, ¿para
qué te enfadas?, si no tiene remedio, ¿para qué te enfadas?
Naitom: Vosotros si que no tenéis remedio.
Bily: Pues, si no tenemos remedio, ¿para qué te enfadas?
Bily, Evelyn e Hipólita, se echaron a reír, mientras Naitom comienza a
recoger sus cosas para irse.
Hipólita: Sólo los perdedores y los cobardes abandonan.
Naitom: Cuando la batalla está perdida, sólo los que abandonan, pueden
volver a combatir en otra.
Evelyn: Vaya, el señorito abandona. El señorito va por ahí de machote y
después no aguanta una tortita de una mujer.
Hipólita: Vaya entrenador, que en vez de enseñarnos él a nosotros, le tenemos
que enseñar nosotros a él.
Evelyn: Físicamente y técnicamente será muy bueno, pero mentalmente es
vulnerable.
Bily: Yo no creo que abandone porque no aguante una torta de una mujer, ni
porque tenga que aprender cosas de nosotros. Yo creo que abandona porque no
tiene “güevos”.
Naitom: Paso de vosotros.
Evelyn: ¡Vale!, ¡vale!, ¡cómo te pones!.
Hipólita: ¿Pero qué dices?.
Bily: Pues eso en mi pueblo funciona. Le dices a alguien: “A que no tienes
güevos a… lo que sea”. Y el tío va, y lo hace.
Evelyn: Ya, pero aquí no estamos en tu pueblo.
Cuando Naitom ya estaba a unos diez metros de ellos. Bily le grita.
Bily: NAITOM. NO ERAS TÚ QUIEN PROMETIÓ AYUDARME, PARA
SALVARME DE UNA MALDICIÓN. NAITOM, NO ERAS TÚ QUIEN
DIJO QUE ME ENSEÑARÍA A LUCHAR. NAITOM…, TE LIBERO DE
TUS PROMESAS HACIA MI. UN VERDADERO MAESTRO DEBE
ENSEÑAR A SUS ALUMNOS, PERO TAMBIÉN DEBE ESTAR
DISPUESTO A APRENDER DE ELLOS. SI TE VAS, ME DEMOSTRARÁS
QUE TÚ NO ERES ESE VERDADERO MAESTRO QUE BUSCAMOS.
Cuando Bily acaba de gritarle, Naitom se detiene, se gira y vuelve sobre
sus pasos.
Naitom: Sois peor que cualquier ejercito al que me he enfrentado.
Bily: Ya te irás acostumbrando a ellas.
Naitom: No, si tú también estás incluido.
Bily: Es que somos un equipo.
Se quedan mirando unos para otros, y se echan todos a reír.
Naitom: La verdad…, yo con vosotros no puedo.
Evelyn: Pues ya sabes, si no puedes con tu enemigo, únete a él.
Naitom: Me queda algún otro remedio.
Hipólita: Si eres valiente, no, en cambio si eres un cobarde, si.
Naitom: ¿Pero siempre tenéis que tener la última palabra?.
Evelyn, Hipólita: SI.
Bily: Por eso y mucho más, adoro yo a estas mujeres.
Hipólita: Has oído Evelyn, somos adorables.
Naitom: Será mejor que sigamos entrenando.
Hipólita: Si pero, ¿quién entrena a quien?.
Naitom: Ya empezamos otra vez.
Bily: No les hagas caso, que están de guasa.
Después de tomar el pelo a Naitom, todos se pusieron a entrenar, hasta el
anochecer.
Naitom: Será mejor que paremos y cenemos algo.
Evelyn: Si pero se nos ha echado el tiempo encima y no hemos ido a por
comida.
Naitom: No os preocupéis, yo tengo algo de carne y algunas frutas, suficiente
para todos. Sólo debemos hacer fuego, y a mí eso se me da fatal.
Evelyn: No pasa nada, nosotras nos encargamos de hacer fuego, mientras,
vosotros ir a por algo de madera seca.
Bily y Naitom se alejan un poco en busca de ramas secas.
Naitom: ¿Qué tal se les da hacer fuego?.
Bily: Muy bien, yo a veces pienso que Evelyn tiene un mechero.
Naitom: ¿Qué es un mechero?.
Bily: Es un aparato pequeñito, que produce chispas al hacer girar una
ruedecilla dentada de metal sobre una piedrecita compuesta por una aleación
metálica, llamada ferrocerio, también llamada pedernal, debido a que
anteriormente se utilizaba una piedra de pedernal. Al mismo tiempo se pulsa
una palanquita que deja salir un gas, acumulado dentro del mechero. Las
chispas proyectadas sobre el gas originan una llama.
Naitom: ¿Dónde puedo conseguir uno de esos?.
Bily: En un estanco, mismamente.
Naitom: ¿Dónde hay un estanco?.
Bily: Será mejor que lo olvides.
Bily y Naitom acabaron de recoger la madera y se dirigieron hacia donde
estaban las mujeres.
Hipólita: ¿Hay algún modo de librarse de estos mosquitos?.
Bily: Si dándote un baño de lodo.
Hipólita se le queda mirando como si estuviera loco.
Bily: ¿Es que tú nunca has visto un documental de animales en la tele?.
Evelyn: Realmente… es que no ha visto ni una tele.
Bily se queda mirando a sus acompañantes.
Bily: Tienes razón, a veces olvido donde estoy. Bueno lo que quiero decir es
que hay animales que se rebozan en el lodo para asearse, quitarse parásitos, y
para evitar ser molestados por insectos, e incluso para curarse heridas debido a
sus propiedades antisépticas.
Hipólita: Si tú lo dices.
Evelyn: ¿Y dónde podemos rebozarnos en el barro?.
Naitom: Después os lo digo. Aunque es mejor pasar del tema a estas horas.
Todos se sentaron alrededor del fuego y cenaron. Hablaron durante un
rato de sus cosas y luego se echaron a dormir en un improvisado refugio que
tenía construido Naitom, con ramas curvadas y atadas en forma de iglú y con
grandes hojas colocadas encima.
Bily: Naitom.
Naitom: ¿Qué?.
Bily: No tienes miedo a que algún bicho te ataque por la noche, mientras
duermes.
Naitom: No.
Bily: ¿Cómo lo haces?.
Naitom: Si yo no hago nada a los animales, ellos tampoco me harán nada a
mí.
Bily se calla…, pero al momento.
Bily: Naitom.
Naitom: ¿Qué?.
Bily: En los documentales de la tele he visto caimanes y culebras que se
comen a hombres enteros.
Naitom: Culebras.
Bily: Si, serpientes.
Naitom: Aquí no hay de eso.
Bily: ¿Estás seguro?. Pero si hace un rato intentaste asustarme con una cobra.
Naitom: Si, pero las cobras no se comen hombres enteros.
Bily: ¿Y a cachitos?.
Naitom: Tampoco, además debes aprender a dormir con los oídos abiertos.
Evelyn: Bily, ¿puedes estarte calladito un ratito y dormirte tranquilito?.
Bily, vuelve a callarse, pero otra vez vuelve a la carga con sus preguntas.
Bily: Naitom.
Naitom: ¿Qué?.
Bily: ¿Cómo se duerme con los oídos abiertos?.
Naitom: Es una expresión.
Bily: Si pero esa expresión no nos tiene a salvo toda la noche.
Naitom: La expresión no, pero el tigre que está ahí al lado, si.
Bily: ¿EL TIGRE?…, ¡Ah!, tu tigre.
Naitom: Si ese mismo.
Bily: Eso me deja más tranquilo.
Evelyn: Pues si ya estás más tranquilo, duerme un poco.
Bily: Vale, ya me callo.
Bily vuelve a callarse.
Bily: Oigo un ruido.
PUM.
Bily: ¡AAAYYYYY!, ¿Quién ha sido?.
Evelyn: Seguro, que alguien que quiere dormir, y que no le dejas.
Bily: Ya lo pillo, me estaré calladito.
Bily se calla, pero algo le dice que encienda la linterna, cuando lo hace ve
una serpiente pasar por encima de Evelyn. Bily le da una patadita a Evelyn.
Evelyn: Y ahora ¿qué quieres?, apaga la luz y duerme.
Bily: MMMM.
Evelyn: Pero habla de una vez o estate en silencio.
Bily: Hay una serpiente pasando por encima de ti.
Evelyn: ¿QUEEEE?.
Naitom: No te muevas.
Evelyn: Ya claro, es muy fácil decirlo.
Rápidamente Naitom cogió la serpiente.
Naitom: Sólo es una cobra... Es inofensiva.
Evelyn: Y yo, voy y me lo creo.
Naitom: Bueno, quizás sea un poco venenosa.
Bily: Oye, que yo he visto muchos documentales en la tele. Y hasta saben
nadar y escupir veneno.
Naiton: Vaaale, son muy venenosas.
Hipólita: Pero no decías que no había peligro con los animales.
Naitom: No, no hay peligro, si no les hacéis caso. Si Evelyn hubiera estado
dormida, la cobra hubiera pasado de largo.
Bily: Pues yo ya no se, si seré capaz de dormir.
Naitom: Venga, dormiros que mañana tendremos un día duro.
Las dos mujeres y Naitom se tumbaron para intentar dormir, pero Bily se
levantó para avivar un poco el fuego con más madera, acto seguido se sentó al
lado de la lumbre, pronto comenzó a recordar las veces que pasó sentado junto
a su mujer frente a una hoguera, asando manzanas o chorizos, e incluso volvió
a acordarse de Shirley, rápidamente la apartó de sus recuerdos, para retornar a
pensar en su hija. En su memoria encontró la semana que pasaron encerrados
en una casa rural de los Pirineos, a causa de una nevada imprevista, y en la que
la mayor parte del tiempo la ocuparon contando historias frente a la chimenea,
rodeados de paredes de madera y piedra, mirando a través de la ventana como
nevaba.
Evelyn llamó en voz baja a Bily.
Evelyn: Bily, Bily, Biiilyyy.
Bily no contestó a la llamada de Evelyn.
Evelyn: Ya sabía yo, que este sería el primero en dormirse.
A la mañana siguiente, cuando Evelyn se despertó, pudo ver a su lado a
Hipólita, y a Bily tumbado cerca de las últimas brasas del fuego, y que en su
momento le dio seguridad. A quien no pudo ver fue a Naitom. Evelyn despertó
a Bily y a Hipólita.
Evelyn: Hipólita, despierta, que ya es hora de comenzar el día. Bily, perezoso,
levanta.
Bily: Antes de levantarme, tendré que despertarme.
Evelyn: Si, creo que es mejor que primero te despiertes y después de levantes.
Hipólita: ¿Dónde está Naitom?.
Evelyn: No lo sé, cuando me desperté ya no estaba.
Hipólita: ¿No se habrá ido?.
Evelyn: Ayer dijo que abandonaba.
Bily: Seguro que no, probablemente, haya sacado a dar un paseo al gatito.
Evelyn: Si será eso.
Bily: Yo tengo hambre.
Hipólita: Ahora que lo dices.
Evelyn: Vamos a buscar algo de fruta, y de paso a ver si encontramos a
Naitom
Poco después todos se levantaron, y se fueron a buscar algo de comer.
Bily: Ahora que recuerdo…, mirar donde pisáis, no vaya a ser que todavía esté
por aquí la cobra de ayer.
Evelyn: Tienes razón.
A los pocos metros se encontraron con Naitom.
Naitom: Buenos días.
Bily: ¡AAAAAHHHHHH!.
PLASSSSSHHH.
Naitom: ¡Ay!, vaya, otra vez que he recibido.
La aparición repentina de Naitom colgado boja debajo de un árbol, había
asustado a Bily, quien iba caminando delante de la mujeres, y de un acto
reflejo golpeo con su puño en el pecho a Naitom.
Bily: Lo siento, yo…, no quería. Es que me asustaste. Buenos días.
Naitom: Ya veo que aunque te pillé de sorpresa, tú si que estabas preparado
para actuar.
Bily: Es que he tenido una buena profesora.
Hipólita: ¿Qué haces ahí colgado?.
Naitom: Fortalecer los músculos de la zona del estómago.
Evelyn: Esos son los abdominales.
Bily: ¿Cuántos llevas?.
Naitom: Unos quinientos.
Bily: ¡Sólo!.
Naitom: Hombre, para calentar ya he estado corriendo durante una hora.
Evelyn: No, si está claro, que sarna con gusto no pica.
Naitom: ¿Qué has dicho que tengo sarna?
Bily: No, hombre, ha dicho, que el que le gusta correr, lo hace con gusto.
Naitom: Menudo susto.
Naitom, se baja del árbol.
Naitom: Bily…, ahora te toca a ti.
Bily: Pero si todavía no he desayunado.
Naitom: Esto es mejor hacerlo con el estómago vacío.
Bily: Pero si no como nada, seguro que me entra la pájara, como a los
ciclistas.
Evelyn: Venga sube y empieza a entrenar, no te hagas el remolón.
Hipólita: Ya te traeremos nosotras algo para que comas.
Naitom: Hasta que no hagas quinientas no te bajarás de ahí.
Bily: ¡QUINIENTAS!. ¿Estás loco?, si llego a cien, ya son muchas.
Naitom: Había que tantearte, ahora ya sé que puedes hacer trescientas. Si
tienes voluntad, tendrás fuerzas.
Bily: Vaya, si lo llego a saber digo menos.
Evelyn: Vaya hombre, que no es capaz de hacer trescientas abdominales.
Hipólita: Seguro que no puede.
Bily: Ves Naitom, hasta Hipólita cree que son muchas, y no podré hacerlas.
Naitom: Nunca…, nunca permitas que alguien te diga que no puedes
conseguir realizar un reto. El primero que debe creer en ti mismo eres tú. La
verdadera fuerza nace dentro de ti…, la voluntad, si tú realmente crees que
puedes realizarlo, lo acabarás consiguiendo, puede que al primer intento, o
puede que necesites mil intentos, pero si tienes la voluntad de persistir,
acabarás consiguiéndolo.
Evelyn: Cree en ti mismo, porque si tú no crees en ti, nadie lo hará.
Hipólita: En esta vida hay que intentar rodearse de personas optimistas, que te
den ánimos y te apoyen.
Evelyn: He visto de lo que eres capaz, y sé que lo conseguirás.
Bily: Seguro que si. Allá voy.
Bily, subió al árbol y se sujetó con sus piernas entre dos ramas. A los
pocos segundos, y antes de llevar ochenta, todos los músculos de cuerpo ya le
dolían.
Bily: Me duelen hasta los músculos de las orejas.
Evelyn: No seas exagerado.
Naitom: Pero si no has llegado ni a cien.
Bily: No puedo más.
Naitom: ¿Para qué estás aquí?.
Bily: Para entrenar.
Naitom: ¿Para qué quieres entrenar?.
Bily: Yo no quiero entrenar, yo lo que quiero es salvar a mi familia.
Naitom: Tienes dos opciones, tirar la toalla y rendirte, o secarte el sudor con
ella y continuar.
Evelyn: Ya has visto que sin entrenamiento, no hubieras conseguido ni la
primera gema.
Bily: En eso tienes razón. ¿Pero qué te hace suponer que siempre será así?.
Evelyn: Siempre será así…, lo sé.
Bily: Tú sabes más de lo que me cuentas.
Evelyn: Todo a su tiempo.
Hipólita: Yo te he hecho una promesa. Si no vas a hacer más que quejarte por
todo, y no vas entrenar para estar preparado para cualquier cosa, bájate de ahí
y déjame a mí, que yo salvaré a tu familia y a tus amigos, pero cuando lo
consiga, tu hija me la llevo conmigo, para que viva entre las mujeres que han
arriesgado su vida por ella, y no con un hombre que no supo sufrir por
salvarla.
Bily: Estoy seguro que tú ibas a cuidar de mi hija, como si fuera tuya, pero es
mi hija y no quiero separarme de ella, solo deseo tenerla entre mis brazos de
nuevo. Os prometo que no me quejaré más. Me lo habéis dejado claro, o sufro
ahora un dolor pasajero, o sufro luego un dolor eterno.
Naitom: Eso es lo que quería oír, pero ahora quiero verlo.
Bily continuo haciendo abdominales colgado del árbol. No decía nada.
Naitom: Confuccio, famoso pensador chino dijo una vez que debes exigirte
mucho a ti mismo, y esperar poco de los demás para ahorrarte disgustos. Así
que ya sabes, entrénate como si fueras a luchar tú solo contra el mundo.
Hipólita: Ahora ya entiendo tu entrenamiento, y porqué eres tan buen
luchador.
Naitom: Venga no pares… Siente cada músculo... No pienses en nada más
que en tu cuerpo, escúchale.
Contaba ciento cincuenta abdominales y todo su cuerpo temblaba como
una mimbre verde cada vez que subía. Las piernas cada vez le dolían mas,
parte debido a la posición, parte debido al esfuerzo y parte debido a las heridas
que se había hecho.
Naitom: Piensa en tu mujer…, en tu hija.
Cuando estaba por las doscientas Bily pensaba que sus abdominales le
iban a reventar, en ese momento una gota de sangre cayó sobre su mejilla.
Naitom tomó una vara de bambú y cada vez que extendía su cuerpo le
golpeaba en su estómago. Bily no se paró, aunque cada vez la pausa era mayor
cuando tenía el cuerpo extendido.
Naitom: ¿Te duelen los golpes?.
Bily no contestó a la pregunta Naitom.
Evelyn: Bily, ¿estás bien?, tienes sangre en la cara.
Bily tampoco contestó a Evelyn. Y Naitom continuaba golpeándole, pero
ahora en vez de una vez, le golpeaba dos veces, pues el tiempo que empleaba
para subir era mayor. Finalmente Naitom le pidió que se bajase del árbol,
momento en el que Evelyn se le acercó para limpiarle la sangre de su rostro.
Evelyn: ¿Qué le has hecho?.
Naitom: Lo que has visto.
Evelyn: Pero está sangrando.
Naitom: Debe endurecer su piel, sus músculos, sus huesos, su personalidad y
su alma. Mira mis piernas. Todo esto que ves es un cayo, cada día golpeo con
ellas varias cañas de bambú, hasta que las parto, para endurecer mi cuerpo. Él
solo ha sujetado su cuerpo con sus piernas. Lo que no te mata, te hace más
fuerte.
Bily: No pasa nada, estoy bien son dos rasguños de nada.
Evelyn: Disculpa Naitom, no volveré a decirte nada de tus métodos de
entrenamiento.
Naitom: Evelyn, Hipólita, me habéis pedido que entrene a Bily, pero si
vosotras queréis seguir su mismo entrenamiento…, el árbol está libre.
Hipólita: Yo si quiero entrenar.
Naitom: Está bien, puedes empezar cuando quieras. Bily, será mejor que
hagas unos ejercicios de estiramiento y que comas algo.
Primero Hipólita y después Evelyn pasaron por el ejercicio del árbol.
Cuando todos acabaron con el primer entrenamiento, se sentaron a meditar.
Más tarde Naitom les hizo colgarse de otro árbol, pero esta vez agarrados con
sus manos, e izarse treinta cincuenta veces, después continuó con el equilibrio,
momento que aprovechó para colocarles las famosas piedras en los brazos de
sus alumnos, los ejercicios de fuerza continuaron durante aproximadamente
una hora, dando paso a los de resistencia. Naitom y compañía se pusieron a
correr por la selva, donde Naitom ya tenía preparado un recorrido en el que
además había que sortear toda serie de obstáculos.
Antes del mediodía, más o menos, y después de estar corriendo más de
una hora seguida, Naitom se paró.
Naitom: Será mejor que paremos, hay que descansar y comer algo. ¿Cómo os
encontráis?.
Evelyn: Yo estoy agotada.
Hipólita: Yo me estoy buscando.
Naitom: Y tú Bily, ¿cómo estás?.
Bily: Yo no estoy. Ya no tengo fuerzas ni para hablar, me duelen hasta los
pelos del sobaco.
Evelyn: Pues si te huele el sobaco, báñate, que si no vas a oler peor que un
gocho en una pocilga.
Naitom: No esperaba menos. Bueno, yo voy a por algo para comer.
Bily: ¿Te acompaño?.
Naitom: Venga vamos.
Bily: Ve tirando tú, que yo no tengo fuerzas ni para acompañarte con el
pensamiento.
Naitom: Entonces, ¿para qué preguntas?.
Bily: Para quedar bien, esperaba un no por respuesta.
Naitom: Daros un baño, que os relajará.
Hipólita: Buena idea.
Naitom se fue, y mientras tanto Bily, Evelyn e Hipólita aprovecharon para
meterse en una de las pozas que había cerca.
Bily: Que bien se está aquí.
Evelyn: Esto es lo mejor del día.
Hipólita: Resulta muy duro.
Evelyn: La verdad es que sí.
Bily: Realmente, creo que su propio entrenamiento es mucho más duro que el
que nos tiene preparado.
Hipólita: ¿Por qué lo dices?.
Bily: Has visto su cuerpo.
Hipólita: No, no me he fijado.
Bily: Ya…, bueno, no tiene ni una pizca de grasa, se le nota cada uno de sus
músculos, y tiene cicatrices por todo el cuerpo.
Evelyn: ¿Con qué fin lo hará?.
Bily: Quizás para ser el mejor luchador.
Hipólita: O quizás para salvar a alguien.
Evelyn: Y si fuera por venganza.
Naitom que acaba de llegar, escucha la última parte de la conversación.
Naitom: En mi religión no existe la venganza, debemos ser tolerantes y no
violentos. Mi entrenamiento no es para hacer daño a nadie, mi entrenamiento
simplemente es para superarme a mí mismo. Si os entreno no es para que
empleéis esa fuerza contra nadie, a no ser que sea en defensa propia o para
defender a los indefensos. Aquí tenéis unas perdices para comer.
Evelyn: Disculpa, no era mi intención ofenderte, era simplemente una opción.
Naitom: Tus disculpas son aceptadas. Pero no olvides que si no tienes nada
bueno que decir de alguien, simplemente no digas nada.
Bily: Como dijo William Shakespeare: “somos dueños de nuestros
pensamientos, pero esclavos de nuestras palabras”.
Naitom: Hay un proverbio chino que dice: “Hay tres cosas que nunca vuelven
atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida”.
Evelyn: Y si nos comemos esas perdices. Si no recuerdo mal, hoy os toca a
vosotros hacer fuego y cocinar, y a nosotras recoger madera.
Naitom: No, no recuerdas mal. Vamos Bily, sal del agua, que nos llevará un
rato.
Bily: Ya voy.
Al momento Bily estaba fuera del agua junto a Naitom.
Naitom: ¿Qué tal se te da a ti hacer fuego?.
Bily: Fatal.
Naitom: Mira, aquí tengo este pequeño arco con un hilo, con el que es más
fácil hacer fuego.
Bily: Fácil y sencillo. La teoría ya me la ser, en lo que fallo es en la práctica.
Naitom: Pues igual que yo, aunque no me queda más remedio que hacerlo.
Mientras Naitom intentaba hacer fuego, Bily estaba atareado en retirar las
plumas a sus capturas.
Naitom: ¿Qué haces?.
Bily: Intentar quitarles las plumas a las perdices.
Naitom: Pero.
Bily: Si, ya sé que sería mejor quitarlas con agua hirviendo.
Naitom: Pero.
Bily: Es que no tenemos en que hervir el agua.
Naitom: Pero.
Bily: Hombre tenemos un coco, pero se quemaría.
Naitom: Pero déjame hablar y escucha un poco. Primero, no hace falta poner
la cáscara de coco en el fuego, aunque se podría porque el agua absorbe el
calor y la cáscara aguantaría bastante. Para hervir agua, basta con poner unas
piedras, pequeñas y limpias, evidentemente, dentro del fuego, y una vez que
estén calientes se meten dentro del coco con la ayuda de unos palos. Este
método lo utilizo yo para matar los parásitos del agua cuando no me fio mucho
de su procedencia. Y segundo, ¿para qué quieres quitar las plumas?, ya se
quemarán con el fuego al asarlas.
Bily: Esto me pasa por impaciente.
Después de diez minutos, llegan Evelyn e Hipólita con una pequeña
antorcha, hecha con palos y hojas secas.
Bily: Ves. Para ella es como respirar.
Naitom: Ya veo. Debemos vigilarla para saber como lo hace.
Evelyn: Hola chicos, como me imaginaba que todavía no lo habíais
conseguido, me he tomado la libertad de traer yo misma, un poco de fuego.
Naitom: Hola chicas. Ahora que ya tenemos fuego, ya podemos asar las
perdices.
Hipólita: No se, que haríais sin nosotras.
Bily: Si tienes razón, no sé que haríais sin nosotros.
Todos se echaron a reír, después comieron tranquilamente mientras
conversaban y descansaban antes de ponerse otra vez manos a la obra.
Hipólita: Naitom, ¿con qué tipo de tela está hecha tu ropa?.
Naitom: Es seda.
Hipólita: Es suave. Como se hace.
Naitom: La seda se obtiene de los gusanos de seda. Primero, tenemos los
gusanos unos cuatro días apareándose y poniendo huevos. Unas tres o cuatro
semanas después, los huevos eclosionan y nacen los gusanos de seda, los
cuales se alimentan de hojas de morera, estos hay que protegerlos de ser
comidos por los ratones, las hormigas o las moscas, también hay que evitar
que les de la luz del sol. Treinta días más tarde, los gusanos ya han crecido
mucho y pueden hacer sus propios capullos, éstos los forman con una sola
fibra blanquecina o amarillenta, que sale de su boca a un ritmo de unas cuatro
pulgadas en un minuto. A los diez días se cogen los capullos y se meten en una
olla con agua caliente, sin que llegue a hervir, para matar los gusanos, después,
con una vara de bambú, se entresacan las fibras y luego se trenzan juntas para
formar la hebra.
Hipólita: Parece difícil.
Evelyn: Difícil no, laborioso.
Naitom: Bueno, creo que ha llegado el momento de seguir entrenando.
Bily: Lo que usted mande maestro.
Naitom: Vamos al árbol que tenéis que hacer otras trescientas repeticiones.
Bily: “Pallá”, vamos.
Naitom: Es broma, sólo es para saber que decías.
Bily: No es por no hacerlas, que si hay que hacerlas se hacen.
Naitom: Hoy vamos a dedicar toda la tarde a la parte técnica. Os enseñare
como defenderos y como atacar, como golpear con la rodilla y como hacerlo
con el codo.
Los dos hombres y las dos mujeres continuaron entrenando duramente,
unas veces el profesor era Naitom, pero otras veces las profesoras eran Evelyn
e Hipólita, cada uno tenía su especialidad, y todos mostraban gran interés por
aprender cosas nuevas. Así pasaron diez días hasta que un día a última hora de
la tarde, la llegada de un hombre, rompe la monotonía de los entrenamientos
del grupo.
Jaisai: NAITOM, NAITOM.
Naitom: JAISAI, ESTAMOS AQUÍ.
Al momento los dos amigos se encuentran.
Jaisai: Naitom, siento perturbar tu paz, pero nos han llegado noticias de que
los birmanos se acercan a Ayuthaya.
Naitom: Debo partir.
Bily: ¿Qué pasa?.
Naitom: Que las disputas de los reyes, las pagan las espaldas de los
campesinos.
Jaisai: Que el rey birmano, está próximo a invadir nuestro pueblo
Bily: Nosotros iremos contigo.
Naitom: Yo voy a la guerra de mi pueblo, vosotros no tenéis la obligación de
ir conmigo.
Bily: Da igual lo que digas, iremos contigo.
Naitom: Como deseéis, al amanecer partiré, pero yo no voy a esperar a quien
se quede atrás.
Bily: Intentaremos aguantar.
En cuanto llegaron las primeras luces del nuevo día, Naitom cogió sus
cosas, algo de comida y se puso en marcha. Bily, Evelyn e Hipólita le
siguieron. El ritmo de Naitom no era elevado, pero si constante, después de
más de dos horas corriendo, Hipólita comenzó a dar signos de flaqueza, ella
no estaba acostumbrada a correr tanto. Pero conseguía aguantar. Una hora más
tarde, Naitom paró para comer algo y descansar un poco. Bily e Hipólita ya
estaban sin aliento.
Bily: Pero, ¿es que no te cansas nunca?.
Naitom: El poder está en la mente, debes ser capaz de olvidarte de todas las
sensaciones.
Bily: Tu, ¿en qué piensas en estos momentos?.
Naitom: En mi pueblo, en mi gente.
Bily: Pero no decías que había que olvidarse de todas las sensaciones.
Naitom: Hay que olvidarse de las sensaciones, y para ello, lo mejor es pensar
en lo que te de fuerzas.
Después de unos minutos todos comenzaron la marcha. Hipólita no
aguantó demasiado, y Naitom agradeció a sus nuevos amigos el detalle, pero
insistió a Bily y a Evelyn en que lo mejor es que volviesen a su tierra, lejos de
esa guerra, junto a Hipólita. También pidió disculpas a Bily por no poder
ayudarle en su misión.
Bily, Evelyn e Hipólita no hacen caso a Naitom y dos días más tarde,
llegaron a Ayuthaya, donde se encontraron una esplendorosa ciudad destruida
por la batalla. Evidentemente, habían llegado tarde. Bily no podía soportar lo
que estaba viendo y se fue hacia las afueras, mientras Evelyn e Hipólita
buscaban supervivientes. Al cabo de unos minutos, no habían hallado a nadie,
pero Hipólita encontró numerosas huellas que se dirigían hacia el norte. Entre
los tres decidieron que lo mejor era seguir esas huellas.
Después de nueve días de largas caminatas, alcanzaron al ejército
birmano y al numeroso grupo de presos que llevaban consigo, entre los que
distinguieron a Naitom. Bily, Evelyn e Hipólita se pasaron un par de días
ideando un plan para intentar liberar a los cautivos del ejército, al tiempo que
debían evitar ser vistos. Cuando ya habían decidido como hacerlo, llegaron a
la ciudad de Yangon, donde ya no pudieron hacer nada.
Bily: Ahora, ¿qué hacemos?.
Evelyn: Lo mejor que podemos hacer es olvidarnos de todo, conseguir la
gema que el destino nos ponga en las manos e irnos.
Bily: Pero no podemos dejar a Naitom ahí.
Hipólita: Ya nos dirás tú, como pretenderás salvarle, de un ejército.
Evelyn: Lo hemos intentado y no lo hemos conseguido.
Bily: No podemos rendirnos tan fácilmente. Esperemos un par de días a ver
que pasa.
Evelyn: Seguro que te vas a meter en algún lio…, conociéndote…, seguro que
te metes en algún lio.
Hipólita: Bily, no le des más vueltas, vamos a buscar la piedra preciosa y
vayámonos. Estoy segura de que Naitom así lo hubiera deseado
Bily: Un par de días.
Mientras sigue hablando, se aleja de ellas.
Bily: Dentro de un par de días, al medio día, nos vemos aquí mismo.
Al momento Bily desaparece entre el bullicio de la gente.
Evelyn: A saber en que lio se meterá ahora.
Hipólita: En fin, lo que está claro, es que nos vamos a divertir.
Evelyn: Deberíamos conseguir algo de dinero, para comprar comida.
Hipólita: Demos una vuelta por la cuidad.
Mientras las dos chicas observaban con atención los puestos de frutas,
telas, cerámica, pescado y todo tipo de bichos…, que formaban el mercado de
la población en la que se encontraban, oyeron mucho griterío en una plaza
cercana, cuando se acercaron, las dos mujeres pudieron ver que había peleas
entre hombres. Evelyn intentó entablar conversación con un hombre que tenía
al lado.
Evelyn: Hola. ¿Qué hay que hacer para poder pelear?.
El hombre se giró, la sonrió, pero no la contestó. Evelyn volvió a
preguntar a más hombres, obteniendo siempre la misma respuesta. Cuando
quiso dar cuenta, ve a Hipólita metida entre los dos hombres que estaban
luchando en ese momento.
Hipólita: ALGUIEN SE ATREVE A PELEAR CONTRA MI.
Todos los allí presentes la miraron incrédulos, una mujer osaba a retarles.
Juez: Será mejor que se retire, no queremos que resulte herida una mujer.
Hipólita: ¿QUÉ PASA?, TENÉIS MIEDO DE QUE UNA MUJER OS
DERROTE.
Juez: Cuando aprendas el verdadero sentido del Muay, entonces te
concederemos la pelea que tanto deseas.
Hipólita: YO NO ESTOY AQUÍ SÓLO PARA LUCHAR, NI PARA HACER
DAÑO A NADIE, YO ESTOY AQUÍ PARA APRENDER, PARA
COMPARAR MI FUERZA CON LA DE OTROS LUCHADORES, PARA
SABER SI MI ENTRENAMIENTO ES EL CORRECTO, y sobre todo,
porqué necesito algo de dinero para poder comprar comida.
Juez: Está bien, pero deberás esperar tu turno. Y evidentemente deberemos
encontrar a alguien que quiera pelear contra ti.
Hipólita: Eso es otra cosa.
Hipólita se aparta a un lado en espera de su turno. Poco después se le
acerca Evelyn.
Evelyn: Estos no deben de ser de la misma religión que Naitom.
Hipólita: ¿Por qué lo dices?.
Evelyn: Por lo de evitar la violencia y no utilizar lo aprendido para hacer daño
a nadie.
Hipólita: Será que sólo emplean lo no aprendido.
Evelyn: Has visto que guantazos arrean. ¿Estás segura de que quieres pelear
contra ellos?.
Hipólita: ¡Ah!, ¿pero no ibas a luchar tu?.
Evelyn: Vaya, me cedes el honor.
Hipólita: Oye, que era una broma, que ya tengo ganas de dar unos mamporros
a un hombre.
Evelyn: Me toca a mí, que la idea fue mía.
Hipólita: Yo soy una reina, y debo sacrificarme por mis mujeres.
Evelyn: ¡Ya!, serás una reina, pero aquí, en este lugar, eso no cuenta, así que
lucharé yo.
Hipólita: Debes respetar a los mayores.
Evelyn: Vale, tú ganas. Pelea tú.
Hipólita: Vaya, te has rendido rápido, pensé que ibas a insistir un poco más.
Evelyn: ¿Para qué?, si te veo en plena forma y con ganas de pelea.
Después de un rato de espera el hombre que hacía de juez de pelea, llamó
a Hipólita.
Juez: ¿QUIÉN SE ATREVE A LUCHAR CONTRA ESTA MUJER?,
SEGURO TODOS DESEAMOS VERLA LUCHAR, Y DE LO QUE ES
CAPAZ.
Al poco tiempo salió entre el público un luchador cubierto con una capa
con capucha.
Juez: YA TENEMOS PELEA. QUE COMIENZEN LAS APUESTAS. Y
QUE COMIENZE EL COMBATE.
El oponente de Hipólita se quitó la capa, resultando ser una mujer, cuando
se dispuso a atacar a Hipólita, ésta paró el combate.
Hipólita: Yo no puedo luchar contra una mujer.
Juez: Pues si no peleas contra ella, se te dará el combate por perdido y no te
permitiremos volver a luchar aquí.
Enseguida Evelyn se dio cuenta de lo que pasaba y salto a la zona de
combate.
Evelyn: Señor, tiene sus razones para no luchar contra una mujer, así que
pelearé yo en su lugar.
El juez preguntó a la otra mujer si aceptaba el cambio, quien asintió con
un leve movimiento de cabeza, sin dejar de sonreír y de mirar a Hipólita.
Juez: QUE COMIENCE EL COMBATE.
No acaba de decirlo, cuando Evelyn recibe el primer golpe, que detiene
con un rápido movimiento, su oponente continua atacando mientras Evelyn
repele uno y otro golpe.
Hipólita: EVELYN DESPIERTA QUE PARECES UN ÁRBOL.
Evelyn mira a Hipólita y le echa una sonrisa de complicidad. La otra
mujer no cesaba en su ímpetu, hasta que Evelyn decide dejar de recibir golpes,
entonces, da un salto hacia atrás y cuando su oponente intenta darle una patada
Evelyn la agarra por la pierna y le asesta varios rodillazos en un costado y una
patada baja en el pie de apoyo, dejándola en el suelo, ésta se levanta
rápidamente e intenta darle una patada en la cara a Evelyn, quien se agacha y
le vuelve a dar una patada en el pie de apoyo enviándola de nuevo al suelo. La
mujer se incorpora rápidamente, pero esta vez se piensa un poco más su
ataque, amaga un puñetazo con la mano derecha, e inmediatamente intenta un
gancho con la izquierda, pero Evelyn se aparta, se agacha velozmente y a la
media vuelta le arrea un codazo en un costado a su oponente. La mujer se
retuerce levemente, y se retira un poco hacia atrás, en ese momento Evelyn la
ataca dando un par de pasos hacia adelante, agachándose justo delante de ella
para propinarle un puñetazo en el estómago a la otra mujer, quien se aparta a
un lado y a la media vuelta apresa con su pierna a Evelyn por su cuello,
arrojándola al suelo e inmovilizándola.
Evelyn mira a Hipólita, quien asiente con la cabeza. En ese momento
Evelyn deja de moverse asumiendo su derrota. Al momento ambas mujeres se
levantan, y se saludan. El juez les da sus respectivos premios, que no era
mucho.
Hipólita: ¿Qué te ha pasado?.
Evelyn: Que me ha ganado.
Hipólita: Te has dejado ganar.
Evelyn: Olvídate de mi combate y sal ahí a machacar a quien se te ponga
delante.
Hipólita: ¿Por qué lo has hecho?.
Juez: VAMOS SEÑORES, BUSCAMOS UN HOMBRE PARA ESTA
MUJER. ¿QUIÉN SE ATREVE A ENFRENTARSE A ELLA?. ALGUIEN
QUE NO TENGA MIEDO. LE PAGAREMOS LO MISMO TANTO SI
GANA COMO SI PIERDE.
Poco después sale un hombre entre los asistentes.
Luchador 1: Yo me enfrentaré a ella.
Juez: ¿Eres luchador profesional?.
Luchador 1: No.
Juez: Nunca te había visto por aquí luchando, pero en esta vida nunca se sabe.
Como sabrás, dentro de poco se va a celebrar un importante campeonato en
esta ciudad con motivo de las fiestas locales, y acuden muchos luchadores de
todos los lugares.
Luchador 1: No, que va, yo solo soy un simple aficionado.
Juez: QUE COMIENCEN LAS APUESTAS, QUE COMIENCE LA PELEA
Y QUE CONTINUE EL ESPECTAAAACULO.
En ese momento, Evelyn apuesta el poco dinero que tiene por la victoria
de Hipólita.
Ambos luchadores se saludan con una leve inclinación de sus cabezas, e
inmediatamente el hombre intenta atacar a Hipólita, quien lo esquiva, se da
media vuelta y le da un codazo a su rival que lo tira al suelo patas arriba,
quedando aturdido en el suelo, el silencio se apoderó de los espectadores, poco
después el hombre intentaba reincorporarse, momento en el que comenzaban a
jalearle todos los asistentes, sin recuperarse del todo intenta darle una patada a
Hipólita, quien agarra su pierna y le golpea con su rodilla una vez al hombre,
inmediatamente le suelta, y mientras el hombre se retuerce de dolor hacia un
lado, Hipólita da un salto hacia delante dando un golpe con su codo, de arriba
hacia abajo, en el cuello a su oponente, quien cae al suelo, para no levantarse
más.
Juez: YA TENEMOS GANADORA.
El juez señala a Hipólita, y al momento le da su dinero.
Juez: ¿Quieres luchar otra vez?.
Hipólita: No.
Juez: Te ofrezco el doble de lo que ganaste ahora.
Hipólita: No.
Juez: El triple y te busco un luchador mejor.
Hipólita: Haber empezado por ahí.
Juez: Vale, entonces te busco un luchador profesional, pero te pago lo mismo.
Hipólita: Ya tengo dinero suficiente para que mi amiga y yo podamos comer
hoy y mañana, así que si peleo otra vez, no es por dinero, y tampoco lucho por
luchar, sino para saber en que nivel estoy y para saber cuanto tengo que
entrenar aún. Pero no soy tonta, así que acepto que me pagues cuatro veces
más que antes.
Juez: Sólo te había prometido el triple.
Hipólita: No te oí bien, ¿qué dijiste?, ¿qué me pagabas cinco veces más?.
Juez: No, no, cuatro veces más, está bien. Pero sólo si ganas.
Hipólita: Trato hecho.
El juez llamó a uno de los luchadores que habitualmente participaban en
los combates que se celebraban, habló con él unos instantes.
Juez: SEÑORES, YA TENEMOS AL LUCHADOR QUE SE ENFRENTARÁ
A ESTA MUJER. COMO SIEMPRE, QUE COMIENCEN LAS APUESTAS
Y LA PELEA.
Hipólita y el nuevo rival se saludaron con una ligera inclinación de sus
cabezas y rápidamente comenzaron a golpearse, el hombre llevaba la
iniciativa, la mujer, intentaba recibir los menos golpes posibles apartándose, o
bien que el daño fuera el menor posible, protegiéndose lo mejor que podía,
patadas, puñetazos, rodillazos y codazos iban y venían, para jubilo del público.
Evelyn que había vuelto a apostar a favor de Hipólita todo el dinero que
había ganado en la apuesta anterior, era la única que animaba a Hipólita.
Evelyn: VAMOS HIPÓLITA, QUE SÓLO ES UN HOMBRE. QUE TÚ YA
HAS GANADO A OTROS PEORES Y CON ARMAS EN SUS MANOS.
Hipólita aguantaba como podía, hasta que su contrincante un poco
confiado bajo la guardia e intentó darle un puñetazo de derechas, momento en
que Hipólita le agarró por la mano, luego, antes de soltarle, el hombre intentó
darle otro puñetazo con la mano izquierda a Hipólita, la cual también se la
agarró, y antes de que le diera tiempo a hacer nada, Hipólita echó su cuerpo
hacia atrás, para tirar del de su oponente con más fuerza y aprovechar para
darle una patada en la barbilla que le hizo saltar un diente por los aires, al
tiempo que caía desplomado al suelo.
Juez: SEÑORES, HA VUELTO A CONSEGUIRLO, HA GANADO OTRA
VEZ LA MUJER.
El juez le dio a Hipólita sus ganancias.
Juez: ¿No querrás volver a pelear?.
Hipólita: No, ya veo que aquí no voy a encontrar lo que quiero.
Juez: Te traeré al mejor luchador que conozco.
Hipólita: Quizás otro día.
Juez: Vaya, ¿tienes miedo?.
Hipólita: No, la verdad es que tengo que dejar algo para mi amiga.
Juez: ¿Quién, ella?.
Hipólita: Si ella misma.
Juez: Pero si perdió fácilmente contra una mujer.
Hipólita: ¿Tú te crees todo lo que ves?.
Juez: Si, yo creo todo lo que ven mis ojos.
Evelyn que se acercó a felicitar a Hipólita le contesta.
Evelyn: Te voy a dar un consejo. No digas todo lo que sabes, no hagas todo lo
que puedes, no creas todo lo que ves y oyes, no gastes todo lo que tienes,
porque el que dice todo lo que sabe, el que hace todo lo que puede, el que cree
todo lo que ve y oye, el que gasta todo lo que tiene, muchas veces dice lo que
no conviene, hace lo que no debe, juzga lo que no ve y lo que no oye y gasta
lo que no tiene.
Hipólita: Ahí te ha quedado eso.
El juez se queda pensativo.
Juez: Me habéis engañado.
Evelyn: No, señor, tú fuiste quien nos engañó, ofreciéndonos menos dinero
que a un hombre por nuestra victoria.
Juez: No es lo mismo.
Evelyn: Tienes razón, tú no nos engañaste, tú nos discriminaste por ser
mujeres, así aprenderás a tratarnos igual que a los hombres.
Juez: Espero no volver a veros por aquí.
Hipólita: Nosotras tampoco tenemos ganas de volver a verte, así que, ¡adiós!.
Finalmente, Evelyn e Hipólita se fueron, y cuando ya estaban lejos de la
plaza.
Hipólita: Mira todo el dinero que he ganado.
Evelyn: Vaya te han pagado bien por tu victoria, pero mira, yo he ganado más.
Hipólita se da media vuelta en busca del juez.
Hipólita: Yo lo mato.
Evelyn la agarra por un brazo, pero Hipólita no se detiene.
Evelyn: ¿Pero qué haces?.
Hipólita: Yo lo mato, te ha dado más dinero a ti por perder, que a mí por
ganar, lo mato.
Evelyn: Paaaara, que a mí me dio una miseria, lo que pasa que lo aposté todo
a que ganabas.
Hipólita: ¿Qué es eso de apostar?.
Evelyn: Apostar es jugarse algo contra alguien a que sucede algo.
Hipólita: Me lo puedes repetir, que no me ha quedado muy claro.
Evelyn: Mejor te lo explico con un ejemplo. Antes de que comenzase la pelea,
yo creía que ibas a ganar tú y los hombres que observaban la pelea creían que
iba a ganar tu oponente, así que quien lo desease, podía poner dinero y decir
que ganabas tú o bien poner dinero y decir que ganaba tu oponente, si fallabas,
perdías el dinero, pero si acertabas, lo ganabas. Otro ejemplo, ¿tú crees que
Bily se va a meter en algún lio entre hoy y mañana?.
Hipólita: Si.
Evelyn: Yo también, pero voy a decir que no, así que si quieres nos apostamos
dos monedas de estas, si Bily no se mete en ningún lio, tú me das dos monedas
de las tuyas, en cambio, si se mete en algún lio, yo te daré dos monedas de las
mías.
Hipólita: Ya entiendo…, espera un momento, lo que no entiendo, es como
ganaste tantas monedas.
Evelyn: Pues, porqué sólo yo aposté a que tú ganabas.
Hipólita: ¿Sólo tú?.
Evelyn: Bueno también algún hombre apostó por ti, pero bien creo, que más
que porque confiara en ti, era para ganar más dinero por menos.
Hipólita: Lo que hagan los demás me da igual. Lo que realmente me importa
es que tú creyeses en mí.
Evelyn: Claro que si, ¿cómo no iba yo a confiar de ti?. Y eso que no utilizabas
ni espada, ni arco, ni lanza, que si no.
Hipólita: Estos hombres, que son unos blandengues.
Evelyn: Tienes razón, no valen para nada. Bueno… no todos son iguales.
Hipólita: ¿Estás pensando en alguien en especial?.
Evelyn: No, ¿y tú?.
Hipólita se queda pensativa.
Hipólita: Ahora que lo dices…, yo si, pero me ha decepcionado.
Evelyn: Olvídalo, eso no tiene solución.
Hipólita: Cosas como esas, son las que me hacen luchar con más fuerza por
mis chicas.
Evelyn: Eso es, que lo que no te mate, que te haga más fuerte.
Hipólita: ¿Sabes que te digo?.
Evelyn: Sorpréndeme.
Hipólita: Que tanto ajetreo me ha abierto el apetito.
Evelyn: Ahora que lo dices…, vamos a comer algo.
Las dos mujeres se fueron al mercado en busca de algo de comida para
comprar, y pasaron el resto del día recorriendo la ciudad, e intentando conocer
a sus gentes y sus costumbres, pretendiendo obtener alguna idea para salvar a
Naitom. Se estaba acercando el atardecer y no habían obtenido ninguna
información que les fuera de utilidad.
Hombre 1: Ven corre, al parecer hay un luchador extranjero que ha ganado a
varios luchadores birmanos sin despeinarse.
Evelyn e Hipólita se miraron.
Hipólita: Creo que vas a perder tus dos monedas.
Evelyn: Todavía estoy a tiempo de evitarlo. Vamos.
Evidentemente, cuando llegaron vieron a Bily luchando.
Juez: SEÑORES, LO HA VUELTO A HACER, HA GANADO DE NUEVO.
Evelyn desde lejos, mueve los brazos para llamar la atención de Bily, pero
este no las ve, y Evelyn decide pegar un silbido, que enmudece a todos los que
estaban allí presentes, obviamente, todos se giran hacia ella, incluido Bily.
Hipólita: Pero, ¿por qué silbas?.
Evelyn: Para que sepa que estamos aquí.
Hipólita: Para que lo sepa, ¿quién?.
Bily: HOLA CHICAS.
Evelyn: Ostras. Agacha.
Hipólita: Si, ahora.
Bily se acerca hasta donde están ellas mientras ellas se agachan para que
no las vea el juez.
Bily: Hola, ¿qué hacéis?, ¿por qué os agacháis?.
Juez: Se esconden de mí, DETENERLAS. Os dije que no quería volver a
veros por aquí.
Bily: ¿Qué habéis hecho?.
Evelyn: Ya te lo explicaremos…, si salimos de esta.
Al momento varios soldados cogen a las mujeres para llevárselas.
Juez: ¿Qué hacéis?.
Soldado 1: Llevarnos a las mujeres, como usted ordenó, mi rey.
Juez: A este hombre también, seguro que los tres están compinchados.
Soldado 1: A sus órdenes, mi rey.
Los soldados también cogieron a Bily.
Evelyn: Soltarle, él no ha hecho nada.
Bily: ¡Ah!, ¿pero vosotras habéis hecho algo?.
Hipólita: ¿Qué eres un rey?, si eres un rey, ¿qué haces aquí?.
Juez: De vez en cuando me gusta mezclarme entre las gentes de la calle para
saber como luchan los habitantes de mi reino.
Hipólita: Yo también soy reina.
Juez: Si claro, eres la reina de las amazonas. No te digo.
Bily: ¿Cómo lo has adivinado?
Acto seguido, el rey se dice para sí mismo en voz baja.
Juez: Estos se piensan que yo soy tonto, y que me lo creo todo.
Los soldados se los llevaron presos a los tres.
Hipólita: Y ahora, ¿qué hacemos?.
Bily: Pues no sé, ya se nos ocurrirá algo. Pero me podéis explicar que habéis
hecho.
Evelyn: Teníamos hambre, pero no teníamos dinero para comprar nada,
entonces oímos jaleo, y al acercarnos, se nos ocurrió una manera fácil de
conseguirlo. En principio Hipólita iba a luchar una vez, ganar lo suficiente e
irnos, pero todo se complicó cuando salió una mujer a pelear contra Hipólita.
Hipólita: Yo no puedo pelear contra otra mujer, así sin más, así que me negué
a luchar, entonces se ofreció Evelyn, pero hubo un momento en que la otra
mujer la inmovilizó, y entonces Evelyn decidió dejar de seguir combatiendo.
Bily: ¿Perdiste el combate?..., no me lo puedo creer.
Evelyn: Esa es otra historia, el caso es que después, el juez llamó a pelear a
Hipólita, y yo, con la euforia del momento aposté por Hipólita el poco dinero
que me habían dado por combatir.
Hipólita: Yo vencí fácilmente al primer oponente, entonces el rey me lio para
que volviese a combatir, y vencí de nuevo al segundo oponente, pero con más
esfuerzo. Después me propuso que volviese a luchar, pero me negué
tajantemente, y le dije que se lo pidiese a Evelyn.
Evelyn: Él no quiso aceptarme porque había perdido el primer combate. Y
bueno, finalmente se enfadó y dijo que no quería volver a vernos por allí.
Bily: Vamos, que pensó que le habíais timado.
Evelyn: Eso debió pensar.
Bily: Pues se ha complicado mi primera parte del plan.
Evelyn: ¿Cómo que se ha complicado la primera parte de tu plan?.
Hipólita: Explícate.
Bily: He estado investigando por ahí. He hablado con un importante joyero y
me dijo que casi todas las piedras preciosas que talla, son para el rey, a quien
le gustan dos cosas por encima de todo, la ostentación y la lucha. He hablado
con más gente por ahí y me han dicho que al rey le gusta mezclarse entre las
gentes para ver como luchan, y para aprender más técnicas de combate. Y
preguntando por ahí, me han dicho que a partir de mañana se van a celebrar las
fiestas locales más importantes del año, y que el rey va a celebrar un
campeonato de lucha. El joyero me dijo que el rey le había encargado un par
de coronas con tres zafiros en la parte frontal. Supongo que fuesen para los
ganadores del campeonato de lucha.
Evelyn: Ya veo, tu plan era presentarte el campeonato y ganarlo.
Bily: Exactamente.
Evelyn: Pero, ¿por qué te complicaste la vida presentándote a estas luchas
callejeras?.
Bily: Porqué debía darme a conocer, y llamar la atención del rey.
Hipólita: Ya tenemos clara cual es la primera parte del plan, pero, ¿cuál es la
segunda parte?.
Bily: La segunda parte del plan, es salvar a Naitom, y a los suyos.
Evelyn: ¿Cómo lo vas a hacer?.
Bily: Fácil y sencillo…. No tengo ni idea.
Evelyn: No te preocupes, si consigues el zafiro y te vas, Naitom lo entenderá.
Bily: Posiblemente él lo entienda, pero yo no podría dormir tranquilo,
sabiendo, que ni lo intenté.
Hipólita: Evelyn, olvidas que ahora estamos presos y Bily ya no podrá
participar en el campeonato.
Evelyn: ¡Ups!, tienes razón.
Entonces decide hacer algo.
Evelyn: OIGA, ALGUIEN QUE ME ESCUCHE. ESTE HOMBRE ES
INOCENTE, SÓLO HA VENIDO A PARTICIPAR EN EL CAMPEONATO.
Soldado: CÁLLESE.
Evelyn: NO ME CALLARÉ HASTA QUE ALGUIEN ME ESCUCHE.
Soldado: ¿QUIERES QUE TE ESCUCHE MI ESPADA?.
Bily: Déjalo. Nuestro delito no es tan grave quizás nos indulten mañana con
motivo de las fiestas.
Hipólita: ¡Quizás!.
Poco más tarde les metieron en una celda a los tres compañeros de
fatigas. Bily, Evelyn e Hipólita se sentaron en el suelo y se apoyaron sobre la
pared. Estuvieron hablando de lo sucedido durante unos minutos, hasta que
Bily se quedó dormido apoyado sobre Evelyn. Poco después las chicas
también cayeron en manos de Morfeo
A la mañana siguiente un soldado les despertó lanzándoles fruta, y
gritando a todos los presos.
Soldado: ESCUCHADME, EL REY HA ODIDO HABLAR DEL ESTILO
DE LUCHA DE LOS HOMBRES DEL REINO DE SIAM, Y DESEA
COMPARARLO AL ESTILO DE LUCHA BIRMANO, ASÍ QUE HA
DECIDIDO QUE VUESTROS DIEZ MEJORES GUERREROS SE
ENFRENTARÁN A LOS DIEZ MEJORES SOLDADOS BIRMANOS.
TENEIS UNA HORA PARA COMER LO QUE SE OS HA DADO Y PARA
ELEGIR DIEZ HOMBRES.
Bily: ¿Habéis oído?, quizás Naitom esté por aquí.
Hipólita: Pues va a ser que si. Mirarlo, ahí está, en esa otra celda.
Bily: ¡NAITOM!.
Naitom: ¿Qué hacéis vosotros aquí?.
Evelyn: Este, que se ha empeñado en venir a liberarte.
Naitom: Pues tienes un modo un tanto extraño de liberarme.
Hipólita: Lo de que estemos aquí presos, es culpa mía.
Evelyn: La culpa es mía, fui yo quien perdió el primer combate.
Naitom: ¡Qué perdiste un combate!.
Evelyn: Esa es otra historia.
Hipólita: Si, pero fui yo quien se negó a pelear contra otra mujer.
Evelyn: Vale tú ganas, la culpa es tuya.
Hipólita: Vaya, otra vez que me la has vuelto a jugar.
Naitom: Bueno, dejarlo, ya pensaremos algo después, ahora debo pelear por
mi pueblo.
Hipólita: Ten cuidado, no les hagas mucho daño a estos birmanos, no vaya a
ser que se enfaden contigo.
Al cabo de una hora Naitom y nueve luchadores más, ya estaban
preparados para enfrentarse en combate a los birmanos.
Naitom se ofreció voluntario para pelear primero. Pidió a los birmanos,
unas cintas de piel de caballo, con las que se vendó las manos y los
antebrazos, para protegerse y para realizar el máximo daño al rival. Naitom
también se puso una protección en la ingle utilizando una corteza de árbol.
Cuando el rey ordenó que comenzase el primer combate, Naitom hizo una
particular danza delante de su adversario, a quien quedó perplejo y sin saber
como actuar, cuando acabó, Naitom atacó a su oponente a quien venció con
relativa facilidad. El rey molesto por lo sucedido, ordenó que se repitiese el
combate, pero claro, el anterior luchador ya estaba KO, así que ordenó que
llevasen al lugar a los diez mejores luchadores birmanos, fuesen soldados o
no. Una hora más tarde ya estaban todos preparados para enfrentarse a
Naitom. No fue difícil encontrarlos, pues todos estaban en la ciudad con
motivo del campeonato.
En menos de una hora Naitom ya había acabado, él solo con los diez
oponentes, quedando el rey muy molesto por lo sucedido, entonces se acordó
del luchador que había conocido el día anterior.
Rey: ¿Cómo te llamas?.
Naitom: Naitom.
Rey: Naitom, has vencido a los mejores luchadores de mi reino, pero antes de
recibir tu premio debes enfrentarte a alguien más. Si vences, tú y tu pueblo
seréis liberados, si pierdes, quien será liberado será tu oponente.
Entonces aparecen dos soldados escoltando a Bily.
Naitom: ¿Qué pasará al que pierda?.
Rey: No te preocupes por el que pierda…, sólo podrá salir uno.
Naitom, se quitó sus vendajes lentamente, cuando acabó le dijo al rey.
Naitom: Me declaro vencido, deja marchar a este hombre, y acaba con mi
vida si así lo deseáis.
Rey: Como quieras, pero todo tu pueblo correrá la misma suerte.
Bily: No puedo dejar que eso suceda. Confío en vuestra promesa… Si lo que
quieres es que sólo salga uno, ahí tienes a ese hombre, es quien realmente se lo
merece.
Rey: Vaya, veo que tú tampoco quieres luchar. TRAERLAS.
Al momento aparecieron cuatro soldados custodiando a Evelyn y a
Hipólita.
Rey: O peleas, o los tres correréis la misma suerte.
Bily: ¿Qué les ocurrirá si pierdo?.
Rey: Si ganas seréis liberados los tres, y si pierdes ellas serán llevadas a las
afueras de la ciudad para que se vayan lejos.
Bily: Tú ganas, ya nos ha quedado claro.
Bily se gira y se queda mirando a las chicas.
Bily: Gracias por todo. No os puedo obligar a nada, pero os agradecería
eternamente que salvaseis a mi familia.
Evelyn: Gracias a ti, pero recuerda que tenemos una conversación pendiente.
Hipólita: Lo intentaremos.
El rey había decidido su futuro.
Bily: Bueno, teníamos algo pendiente.
Naitom: Ha llegado el momento de que me demuestres lo que has aprendido.
Bily: Espero no defraudarte.
Naitom: Te prometo que salvaré a tu familia de la maldición.
Bily: Y yo te prometo que llevaré a tu pueblo hasta su hogar sanos y salvos.
Naitom: Realmente crees que me vas a vencer.
Bily: Tengo por costumbre no darme por vencido antes de empezar algo.
Naitom: Es una buena costumbre.
Rey: Queréis dejaros de tanta “cháchara” y comenzar a luchar.
Los dos hombres se saludan y se ponen en posición de lucha, entonces
Bily se pone de puntillas, y con una mano puesta encima de los ojos en forma
de visera, y con la otra señalando detrás de Naitom, le dice.
Bily: ¡Ey!. ¡Mira Naitom!, parece que esa mujer te está haciendo señas.
Naitom se gira, y como no ve nada le pregunta a Bily.
Naitom: ¿Quién?.
No acaba de decirlo y siente como Bily se le echa encima para intentar
inmovilizarle.
Naitom: ¿Qué haces?, serás cobarde, atacar a un hombre por la espalda a
traición.
Bily: ¡Eh!, no te equivoques, yo ataqué a un hombre que se cree todo lo que
dice su adversario y se distrae con cualquier cosa.
Bily y Naitom acaban revolcándose por el suelo, forcejeo por aquí vuelta
por allí. Y así hasta que el rey se harta. Entonces se levanta, coge la lanza del
soldado más próximo que tiene, y se acerca a Bily y a Naitom. Con la punta de
la lanza pincha en el trasero a Naitom.
Naitom: ¡AAAYYY!.
Rey: ¿A esto le llamas tú pelear?.
Bily: Si.
Rey: ¿Me estáis tomando el pelo?.
Naitom, Bily: No.
Rey: Pues ya podéis empezar a luchar como sabéis, si no lo hacéis os mataré a
los dos…, y después a todos los demás.
Naitom: Está bien.
Bily: Recuerda que te he tirado al suelo.
Naitom: Con malas artes.
Bily: Si pero te he tirado.
Naitom: Ahora te vas a enterar.
Naitom atacó como un rayo a Bily, quien esquivó el golpe de casualidad,
y por medio de un acto reflejo Bily golpeó en la espalda a Naitom, éste volvió
a la carga, amagó una patada por un lado soltando otra por el otro, Bily se
defendía como podía, e incluso en varias ocasiones consiguió alcanzar con sus
golpes a su oponente. La iniciativa era de Naitom, cada golpe bien dado por
Naitom, para Bily, era como si le hubieran golpeado como una maza, sentía
como la fuerza y la intensidad de los golpes de Naitom iba aumentando. Bily
seguía resistiendo. Naitom, algo cansado por todos los combates anteriores, se
tomaba algo más de tiempo para preparar su ataque, instantes que Bily
aprovechaba para tomar aire y atacar con todas sus fuerzas, las cuales
mermaban a cada segundo que duraba el combate. Naitom continuaba
castigando a Bily, no quería hacerle daño, pero deseaba que fuera valiente y
resistiese lo justo como para que el rey le indultara. Poco después Naitom,
viendo que Bily estaba prácticamente derrotado, bajó el nivel de ataque.
Naitom le decía en voz baja a Bily.
Naitom: Bily, déjate caer, intentaré convencer al rey para que te indulte por tu
valentía.
Bily con las fuerzas justas para mantenerse en pie le contestaba.
Bily: No puedo dejarme caer. He prometido luchar por mi hija mientras mi
corazón latiera.
Naitom: No te preocupes, salvaré a tu familia y les diré que luchaste
valientemente, hasta el último latido de tu corazón. Eres un bravo guerrero.
Hasta pronto Bily.
Bily: Gracias. Dile a Shirley que siempre la he llevado en el corazón y dile a
mi Ailish que es a quien más he querido en la vida.
Naitom: ¿Quién es Shirley?.
Bily: Evelyn lo sabe.
Según acabó de hablar Bily. Naitom retrocedió dos pasos, tomó aire,
avanzó otros dos pasos rápidamente, y al tiempo que dejaba una pierna atrás
completamente estirada, iba flexionando ligeramente la pierna más adelantada,
en ese preciso momento, golpeo con sus puños, de los que sobresalía
levemente los dos dedos índice, dos puntos vitales del pecho de Bily, con un
puño por encima del corazón, y con el otro puño, por debajo del mismo. Bily
se desplomó instantáneamente, su corazón había dejado de latir. Naitom se
reincorporó rápidamente, cogió entre sus brazos el cuerpo de Bily y se dirigió
sin pausa hacia el rey.
Evelyn no pudo evitar soltar un grito de desesperación. Hipólita agachó la
cabeza, no podía ver lo que le había ocurrido a Bily.
Naitom: Señor antes de seguir, te pido que permitas a las dos mujeres llevarse
a este bravo luchador, un hombre tan valiente merece que le traten con respeto.
Rey: Está bien, que se lo lleven, pero di a esas mujeres que se vayan de la
ciudad hoy mismo. Antes debo comprobar que realmente está muerto.
El rey puso su mano sobre el cuello de Bily, comprobó que este no tenía
pulso, e inmediatamente hizo un gesto con su mano a Naitom para que se
llevase a Bily y a los soldados para que liberasen a las dos mujeres. Naitom se
volvió corriendo hacia ellas con Bily entre sus brazos.
Naitom: EVELYN, HIPÓLITA.
Ellas se acercaron a Naitom rápidamente. .
Naitom: Rápido, no hay tiempo que perder. Debéis alejaros con Bily de aquí,
lo más rápido posible, y en cuando estéis fuera de la vista de los hombres del
rey tenéis que golpear el pecho de Bily, aquí, y al mismo tiempo insuflarle aire
en los pulmones. Rápido.
Evelyn: Vamos, lo que viene siendo la reanimación cardiopulmonar.
Naitom se la queda mirando.
Naitom: Si, lo que tú digas, pero hacer lo que os he dicho, y daros prisa. Que
el tiempo nunca se detiene. Cuando todo esto acabe, nos encontraremos en la
playa.
Hipólita echo a Bily sobre su espalda y salió todo lo deprisa que pudo del
lugar, hasta que estaban fuera de la vista del rey y de sus soldados.
Mientras las mujeres se llevaban a Bily, Naitom regresó para hablar con
el rey.
Rey: Como te había prometido, tu pueblo será liberado. Te entrego este
mongkhon en señal de vencedor y te concedo un deseo, este cofre lleno de
joyas y oro, o elegir dos mujeres entre todas ellas, para que sean tus esposas.
El Rey birmano señala el grupo de mujeres jóvenes, entre las que debía
elegir.
Naitom: Gracias. A pesar de odiarte por matar a mucha gente de mi reino, me
has demostrado que eres un hombre de palabra. En cuanto a lo del deseo,
teniendo en cuenta de que es más difícil encontrar el amor que riquezas,
prefiero las dos mujeres.
Rey: Como desees.
Naitom escoge dos mujeres.
Naitom: Espero que a partir de este día nuestros pueblos vivan en el respeto, y
que nunca más, tengamos guerras. Adiós.
Rey: Esperemos que así sea. Adiós. Pero antes, una cosa más.
Naitom: ¿Dígame?.
Rey: Estarías dispuesto a entrenar a mis hombres.
Naitom: No.
Rey: Te haría rico y tendrías a todas las mujeres que deseases.
Naitom: Es una oferta muy tentadora…, pero no. Prefiero vivir solo y pobre, a
traicionar a mi pueblo.
Rey: Eso te honra.
Al momento Naitom se fue del lugar junto a las dos mujeres y toda la
gente de su pueblo, previamente puesta en libertad por el rey.
Mientras tanto, en un lugar apartado, Hipólita colocó con sumo cuidado a
Bily en el suelo. Evelyn levantó la nuca de Bily ligeramente, y comprobó que
las vías respiratorias estuvieran libres.
Evelyn: Hipólita, sujétale por el cuello a Bily, y mantén su boca abierta con el
dedo gordo.
Mientras Hipólita sigue las indicaciones de Evelyn, ésta se pone de
rodillas a un lado y poniendo una mano entrelazada con la otra, encima del
tórax, en la zona del pecho donde se acaban las costillas y empieza el vientre,
comenzando a comprimir su pecho a un ritmo de una compresión cada
segundo. Después de realizar treinta compresiones, se detiene y pasa a realizar
la respiración boca a boca, tapándole la nariz e insuflando aire a los pulmones,
dos veces, mientras comprueba de reojo que el pecho se hincha.
Después de repetir la misma operación varias veces, las mujeres
comienzan a desesperar en vista de que Bily no reacciona, lo que provoca que
Hipólita golpee a Bily tal como Naitom le había dicho, pero nada, volvió a
golpearle, pero nada. Evelyn continuó insuflándole aire. Viendo que no pasaba
nada Hipólita volvió a golpearle, pero nada, Evelyn volvió a hacerle la
respiración boca a boca, y ante la desesperación Hipólita no esperó a que se
retirase Evelyn, y le dio otro golpe en el pecho a Bily, quien finalmente
reaccionó, cuando abrió los ojos se encontró a Evelyn muuuyy cerca.
Bily tomó aire, y se reincorporó, en ese momento las dos mujeres se
abalanzaron sobre él para abrazarle. Segundos después las chicas se levantan.
Al momento, todavía aturdido por lo que había pasado, Bily comenzó a hacer
preguntas.
Bily: ¿Qué ha pasado?.
Evelyn: Que Naitom te paró el corazón de un golpe. Nosotras te sacamos de
allí, con su ayuda, evidentemente, y después hicimos que tu corazón volviese a
latir.
Bily: En realidad me refería a lo del beso y los abrazos.
Evelyn: No fue un beso, sólo te estaba haciendo la respiración boca a boca.
Bily: Si, ya. Sólo te faltó decir: “No es lo que parece”. Y lo de los abrazos.
Hipólita: Eso fue que iba a levantarme, y tropecé.
Bily: Que casualidad, tropezasteis las dos a la vez.
Evelyn: En realidad ella tropezó y cayó encima de mí, y yo encima de ti.
Bily: Respecto al beso, era una broma, supongo que me estabais haciendo la
respiración boca a boca, pero lo que os habéis caído, no, no me lo creo.
Evelyn: ¿Acaso dudas de nuestra palabra?.
Hipólita: Ya sabes que yo odio a los hombres.
Bily: Vamos…, que no pasa nada por mostrar un poco de cariño y darse un
abrazo de vez en cuando.
Bily abre los brazos, pidiendo que ellas le abracen de nuevo sin miedo a
expresar sus sentimientos.
Bily: Vamos chicas, que todos necesitamos que nos abracen alguna que otra
vez.
Evelyn accede y la da un abrazo. Pero Bily también espera que Hipólita
haga lo mismo.
Bily: Aunque odies a los hombres, supongo que en tu corazón también habrá
sitio para el amor. El cual puedes mostrarlo no sólo a las mujeres, sino que
también a los hombres.
Hipólita: Explícate.
Evelyn: Será mejor que so lo expliques de camino a la playa, que hemos
quedado allí con Naitom.
Los tres se pusieron en camino.
Bily: ¿A quién prefieres tener a tu lado?, a las personas que te quieren o a las
que te odian.
Hipólita: A las que me quieren, evidentemente.
Bily: Ya sé que prefieres a una mujer antes que a un hombre, pero, ¿a quién
prefieres tener a tu lado?, a una hombre que te quiera o a una mujer que te
odie.
Hipólita: A una mujer que me odie.
Bily: ¿Y si tuvieras que pedirle un favor?.
Hipólita: Seguiría prefiriendo a una mujer.
Bily: ¿Y si tuvieras que confiarle un secreto?.
Hipólita: Seguiría prefiriendo a una mujer.
Evelyn: ¿Confiarías tu vida a Bily?.
Hipólita: Si.
Evelyn: Pero él es un hombre.
Hipólita: Si, pero Bily me ha demostrado que puedo confiar en él.
Evelyn: ¿Qué te hace pensar que no hay más hombres como él?.
Hipólita: Porqué ningún hombre de los que conozco es como él.
Evelyn: Has probado a mostrarles cariño, aunque sólo sea una sonrisa.
Bily: Ni te puedes imaginar el poder que tiene una sonrisa. Puede decir más
que mil palabras, puede hablar cualquier idioma, la sonrisa es el idioma de las
personas inteligentes, puede abrir infinitas puertas. Sembrando una sonrisa
puedes recoger un amigo. Una simple sonrisa puede salvarte la vida.
Evelyn: La vida es como un espejo, te devuelve lo que tú le das. Haz la
prueba, sonríe al primer hombre que pase por aquí.
Bily: Pero en este lugar es fácil, todo el mundo sonríe.
Evelyn: Da igual.
Hipólita se cruza con varios hombres, y nada.
Hipólita: Veis, no pasa nada.
Evelyn: Pero les has sonreído.
Hipólita: Si.
Bily: A ver, muéstrame cómo sonríes.
Hipólita hace un gesto forzado de sonrisa.
Bily: Normal, parece que te han puesto una daga en la espalda y te están
obligando. Debe ser un gesto natural, ves así.
Hipólita: Es que no me sale.
Evelyn: Pues acuérdate de….
Entonces Evelyn se acerca a Hipólita y le cuchichea algo en voz baja al
oído. Hipólita suelta una sonora carcajada.
Evelyn: Ves que fácil, cada vez que quieras sonreír de acuerdas de una
anécdota divertida y ya está.
Hipólita: Vale, lo intentaré con el próximo hombre que me encuentre.
Bily: Ríe y el mundo reirá contigo, llora y llorarás sola, dijo Ella Wheeler
Wilcox, poetisa estadounidense.
Evelyn: Algo parecido dijo Charles Chaplin.
Poco después llegaron a la playa donde pasaron al lado de un grupo de
pescadores, que estaban a punto de salir a faenar. A quienes Hipólita saludó
sonriendo.
Hipólita: ¡Hola!.
Pescadores: ¡Hola!.
Cuando se alejaron un poco.
Evelyn: Ves que fácil. No ha pasado nada por sonreír.
Bily: ¡Mirar!, por allí viene Naitom. NAITOM.
Hipólita: Viene con dos mujeres.
Bily: ¡Cómo lo habrá hecho!.
Cuando llegó hasta donde estaban ellos, Bily le dio un abrazo a Naitom.
Bily: Gracias por todo Naitom. Ya me explicarás como lo has hecho. Ves le
doy un abrazo y no pasa nada, además es un hombre.
Naitom: Suelta, que esto no está muy bien visto por aquí.
Soldado: ALTO, EN NOMBRE DEL REY, DETÉNGANSE.
Naitom: Será mejor que huyamos
Bily: Pues vaya, como se ponen por un simple abrazo.
Naitom: No creo que sea por el abrazo. Esos soldados estaban presentes
durante el combate que tuvimos y creo que te han reconocido.
Bily: ¿Qué hacemos?. Yo no estoy para muchos trotes todavía.
Evelyn: ¡Rápido!, ¡correr!.
Todos echaron a correr en dirección al embarcadero, justo en ese
momento el pequeño barco mercantil, en el que estaban los hombres a los que
Hipólita acababa de saludar, estaba zarpando y Evelyn, Hipólita y Naitom
saltaron a bordo, pero Bily que iba un poco detrás de ellos no llegó a tiempo y
cayó al agua, rápidamente Evelyn cogió una soga y se la lanzó a Bily quien la
agarró y con gran esfuerzo consiguió subir a bordo.
Una vez sobre el barco.
Bily: Por poco.
Evelyn: Pensé que tenía que tirarme a por ti.
Después de rescatar a Bily, todos saludaron a los dos soldados de los que
acababan de escapar, y después se dirigieron al capitán del barco que se acercó
a ellos para pedir explicaciones.
Evelyn: Hola señor, aceptarían a cuatro personas más en su barco.
Maung: Hemos visto que los soldados del rey les estaban siguiendo y no
queremos problemas, así que es mejor que se bajen de nuestro barco.
Bily: Con lo que me ha costado subir.
Naitom: Pero nos meterán en la cárcel.
Maung: Ese no es nuestro problema.
Naitom: Para cuando volváis, ya no se acordarán de lo sucedido.
Maung: Lo más seguro es que si se acuerden, y que nos metan a nosotros en
la cárcel, por ayudaros.
Naitom: Eso tiene fácil solución.
Maung: ¿Cuál?.
Naitom: No volváis.
Maung: Y, ¿nuestras familias?.
Bily: Quizás no se olviden de lo sucedido, pero lo más seguro es que no se
acuerden de quienes erais.
Maung: No quisiéramos arriesgarnos.
Evelyn: Tenéis otra opción…, cambiar de barco.
Maung: Eso es muy caro y nosotros no disponemos de tanto dinero.
Evelyn: Nosotros tenemos algo de dinero.
Bily, Evelyn e Hipólita le enseñan todo el dinero que tienen al hombre,
quien rápidamente lo coge.
Maung: Vaya tenéis mucho dinero. Cuando lleguemos a nuestro destino y
consigamos un buen trato por un barco, hablaremos de dinero.
Evelyn: Es justo.
Bily: Lo justo no siempre es lo correcto, este barco está que da pena y no sé si
resistirá muchos viajes más, necesitaríais cambiarlo de todos modos. Y lo
correcto sería que nosotros pagásemos el viaje y os diésemos más dinero para
ayudaros a cambiarlo, pues es culpa nuestra, el lio en el que os hemos metido,
pero lo justo es que nosotros nos quedásemos con el dinero, hasta que
lleguemos a puerto.
Maung: Puedes repetir, que no me ha quedado muy claro.
Bily: Te voy a explicar la diferencia entre justo y correcto, para que te quede
bien claro. Que te quiten tu barco por no poder pagarlo, cuando solo te quedan
unas monedas para acabar de pagarlo, es correcto, pero no es justo. Que yo te
meta el dedo en la nariz, es justo, pero no es correcto.
Maung: Tienes razón, nos quedaremos con la mitad del dinero como fianza, y
cuando consigamos el nuevo barco, entonces ajustaremos cuentas.
Hipólita: Eso me parece más justo.
Maung: Veo que sabes de barcos.
Bily: Lo justo.
Maung: Y en este caso también es correcto.
Bily : No nos hemos presentado. Ellas son Evelyn e Hipólita, él es Naitom y
yo me llamo Bily.
Maung: Mi nombre es Maung. Encantado de conoceros y de hacer tratos con
vosotros.
Bily: El gusto es nuestro.
Maung: Acomodaros por donde podáis.
Los cuatro amigos se sientan en la proa y Bily se quita sus ropas para
ponerlas a secar.
Evelyn: No sé como te las apañas para acabar siempre con la ropa empapada.
Bily: Gafe que es uno.
Bily y Evelyn se echan a reír.
Hipólita: ¿Qué es un gafe?.
Bily: Alguien que atrae la mala suerte.
Naitom: Ahora ya entiendo muchas cosas.
Hipólita: Y porqué a Bily le pasan tantas cosas extrañas.
Todos se echan a reír.
Bily: Cambiando de tema y continuando con la conversación de la playa... Ves
Hipólita. Ese es el poder de la sonrisa. Sonríe a la vida y esta te devolverá
carcajadas.
Evelyn: Pase lo que pase, ve por la vida sonriendo, que la gente se muera de
envidia al verte. Seas feliz o no.
Hipólita: Si, tú sonríe mucho, que todavía no has conseguido la gema.
Bily: ¡Uuupppsss!. Bueno, que le vamos a hacer, ya habrá otra oportunidad.
Evelyn: No olvides que no tienes todo el tiempo del mundo.
Naitom: Bily, tengo algo para ti.
Naitom le entrega a Bily el mongkhon que previamente le había dado el
rey birmano por ganar sus correspondientes peleas.
Bily: Anda, una corona como la que utilizáis los luchadores de Muay antes del
combate.
Naitom: No es una corona, es un mongkhon y no es para ti. Para ti es lo que
hay en ella.
Bily se fija mejor en el mongkhon y ve tres zafiros, uno grande en el
centro y dos algo más pequeños a ambos lados, de distinto color. Bily coge
solamente el más grande.
Bily: Gracias Naitom. Esperemos poder sustituirlo por algo que merezca la
pena.
Naitom: De nada, te prometí que te ayudaría, y una promesa hay que
cumplirla. Mientras no me pongas una aceituna.
Evelyn: Una aceituna no, pero su hueso.
Bily, con una sonrisa de oreja a oreja le dice a Hipólita.
Bily: Ves Hipólita. Finalmente todo ha salido bien, hemos liberado a Naitom y
hemos conseguido la gema.
Evelyn: Si mal no recuerdo, Naitom se ha ganado la libertad por si solito.
Bily: También es verdad.
Evelyn: Y si mal no recuerdo, fue Naitom quien consiguió el zafiro.
Bily: En eso también tienes razón, pero, ¿no somos un equipo?
Evelyn: Efectivamente.
Bily: Pues entonces lo dije bien, hemos liberado a Naitom y hemos
conseguido la gema…, entre todos.
Naitom: Evelyn…, por mucho que te pese…, Bily tiene razón.
Bily: Como os iba diciendo, la sonrisa tiene un poder inesperado.
Hipólita: Ya veo, ya. Voy a tener que sonreír más.
Bily: En esta vida hay que ser positivos, nunca negativos.
Hipólita: Cambiando de tema. ¿Y las dos mujeres de la playa?.
Naitom: ¡Vaya!, las dos mujeres… Tendrán que esperar a que regrese.
Evelyn: ¿Quiénes son?.
Naitom: Iban a ser mis esposas.
Bily: Nunca nos dijiste nada de que te ibas a casar, ¿dónde estaban?, ¿también
fueron capturadas por los birmanos?.
Naitom: No, ellas son birmanas.
Bily: No pierdes el tiempo. ¡Eh pillín!.
Hipólita: Explícate mejor.
Naitom: Al ganar los combates, el rey puso en libertad a mi pueblo, me
entrego este mongkhon, y me dio a elegir entre un cofre lleno de joyas y oro, o
dos mujeres. Y yo escogí las dos mujeres.
Evelyn: ¿Por qué razón?.
Naitom: Porqué es más difícil encontrar el amor que ganar dinero.
Hipólita: Pero no se pueden escoger dos mujeres como si fueran frutas.
Evelyn: Tampoco se puede escoger el amor de ese modo. El amor surge
donde, cuando y como menos te lo esperas y tiene que ser reciproco. ¿De qué
te sirve estar con una mujer que no te ama?, o ¿para que estas con una mujer si
no la amas?, ¿para haceros daño?, para eso es mejor dejarlo cuanto antes y ser
libre para seguir buscándolo. Seguro que aparece en el momento más
inesperado y pondrá tu vida patas arriba. El mundo está lleno de mujeres y
seguro que más de una se enamoraría de ti.
Naitom: Puede que tengáis razón, las cosas no se pueden forzar, y menos el
amor.
Hipólita: Me has decepcionado.
Bily: No os lo toméis así, cada pueblo, cada lugar, cada época tiene sus
costumbres.
Hipólita: Pero cuando algo no es justo hay que luchar para cambiarlo.
Bily: ¿Y quién te dice a ti que no sea justo?, quizás la única manera de tener
una vida digna para esas dos chicas, sea casándose con un hombre que hayan
elegido para ellas, o como en este caso, que ese hombre las haya elegido a
ellas, y no tengan que hacer otras cosas para poder vivir o malvivir.
Evelyn: Hipólita, Bily tiene razón no todas las mujeres tienen una vida fácil y
tú lo sabes mejor que nadie. Vosotras tenéis un líder, cada día lucháis por
vosotras y cada día os preparáis para ello, a pesar de todos los inconvenientes
que tenéis y que os ponen. En cambio ellas quizás no tengan un líder que las
guíe y quizás por unas razones u otras, tampoco puedan luchar por su libertad,
pero seguro que la desean tanto como vosotras y también estoy casi segura
que, si mañana pudiesen irse a vivir con vosotras, lo harían... Aunque siempre
hay excepciones.
Hipólita: Está bien, si tú lo dices, seguro que lo dices por algo. No me ha
gustado lo que ha pasado, pero lo acepto. Naitom, disculpa mis palabras. Al
final todo de resume en una cosa…, supervivencia.
Naitom: No pasa nada. Tus razones tienes.
Evelyn: Naitom, ¿tú crees en el amor a primera vista?.
Naitom: No, yo creo que el amor hay que cultivarlo cada día.
Bily: En eso tienes razón. El amor es como una planta. Las plantas necesitan
una tierra donde plantar una semilla y, agua, luz y aire para seguir creciendo.
El amor necesita una pareja donde nacer, quienes deben respetarse
mutuamente, y perdonarse y olvidarse cada error, para seguir creciendo día a
día. Ten en cuenta que, cuando el amor no crece es que merma, y si algo no se
perdona y luego se olvida, el amor acabará desapareciendo.
Naitom: Vosotros, ¿cómo sabéis si estáis enamorados?.
Bily: Cuando cierro los ojos, sólo la veo a ella. La recuerdo a cada segundo.
Soy incapaz de olvidarla, cada noche me acuesto con su recuerdo y cada
amanecer me levanto pensando en ella y con el deseo de poder volver a verla,
y si no es así, me vuelvo a acostar pensando que ya queda un día menos para
verla. Cada cosa que veo me recuerda a ella.
Evelyn: Cuando me imagino mi vida, sólo le veo a él, e incluso, cuando me
imagino mi vida de anciana, sólo puedo verle a él, junto a mí, no puedo
imaginarme al lado de otro hombre.
Hipólita: Cuando le miro, sólo veo sus ojos. Y cuando le escucho, sólo oigo
su voz, a veces estoy atenta a lo que me dice y a veces me pierdo en sus ojos,
es como si el tiempo se detuviera, como si cada segundo a su lado fuera un
regalo de las diosas.
Bily: Cuando la veo, e incluso cuando pienso en ella, me entra un extraño
hormigueo por todo el cuerpo.
Naitom: Eso nunca me ha ocurrido.
Hipólita: Si tiene que pasar…, pasará.
Evelyn: Sólo tenéis que coincidir en el espacio y en el tiempo. Quizás, el día
más inesperado en el lugar más impensado. Ahí aparezca ella.
Naitom: Pero eso no es fácil.
Evelyn: Por eso es tan bonito, porque simplemente, surge. Quizás de una
manera repentina que de un vuelco a tu vida en un abrir y cerrar de ojos, o
quizás vaya poco a poco, hasta que llegue un momento en que no seas capaz
de olvidarte de ella ni un solo instante, y lo único que deseas, sea estar a su
lado cada segundo de tu vida.
Naitom: Puede que tengáis razón, pero es que me es muy difícil conocer
chicas.
Evelyn: Te voy a dar un consejo. Cuando conozcas a una chica que te guste,
dile lo que piensas sin miedo a nada, que con el no, ya vas.
Naitom: No es tan fácil.
Bily: Siempre es mejor recibir un no por repuesta, que arrepentirte toda tu vida
de no haberla dicho nada.
Naitom: ¿Y si se ríe de mí?.
Evelyn: Entonces es que esa mujer no merece la pena.
Hipólita: Después de escucharte, retiro lo de machista…, de momento.
Naitom: No esperaba menos de ti.
Finalmente Bily, Evelyn, Hipólita y Naitom se acomodaron y siguieron
hablando de sus cosas.
Unos minutos más tarde Maung se dirige a Bily
Maung: Bily. Hoy nos faltan dos hombres, me han dicho que están enfermos,
pero yo no me lo creo, siempre que hay algún festejo, se ponen enfermos.
Bily: Y, necesitas un par de manos para ayudaros.
Maung: Bueno, en realidad, necesito una ayuda con los aparejos y a alguien
que pesque.
Naitom: Pero, yo no soy pescador ni sé lo que es un aparejo.
Bily: Yo si sé de que va esto, mi padre es pescador, y aunque seguro que los
aparejos y los métodos de pesca son distintos, sé como moverme en un barco.
Maung: Por eso sabes de barcos.
Evelyn: Nosotras podemos ayudar a pescar.
Hipólita: ¿Pero esto no es una embarcación mercantil?.
Maung: Evidentemente, pero en nuestras travesías, pescamos algo para comer
y no gastar todas nuestras provisiones, por si acaso. Además tampoco
contábamos con dos pasajeros más…, descontando los dos que no vinieron.
Hipólita: Mirándolo así.
Maung: Vuestra ayuda será muy valiosa.
Bily: Como decía mi “güela”. Gente es lo que falta para trabajar y sobra para
comer.
Maung: ¿Por qué os habéis subido a mi barco?.
Naitom: Porqué nos perseguían y porqué necesitamos ir hasta Ayuthaya.
Maung: Va a ser imposible que nosotros os llevemos hasta ese lugar.
Hipólita: ¿Acaso vosotros no ayudáis a unas damas en apuros?.
Maung: No es eso, es que Ayuthaya no está cerca del mar, y lo más cerca que
podríamos llevaros en barco se tardaría demasiado tiempo en llegar. Por lo
tanto, creo que lo mejor es que os llevemos hasta Tokkya Chaug, y después
que continuéis por tierra..
Naitom: ¿Hasta Tokkya Chaug?..., está bien.
Los cuatro amigos, junto a los pescadores, pusieron rumbo al sureste.
Pasaron un par de días, durante los cuales ayudaron a los marineros en sus
labores de manejo de aparejos del barco y a pescar. Cuando ya estaban
llegando a su destino, fueron sorprendidos por una fuerte tormenta que les
rompió el mástil del barco y les ocasionó diversos destrozos en la
embarcación, arrastrándoles muchas millas hacia el sur. Finalmente, varios
días después, llegaron a una zona donde del mar, sobresalían colinas de piedra
caliza protegidas por mantos de hierbajos y arbustos, dibujando caprichosos
equilibrios. Tras un gran esfuerzo impulsando la embarcación como podían,
con remos improvisados hechos con restos de tablas, el grupo de navegantes
llegó a una playa de fina arena blanca, desde la que se podía divisar un
poblado.
Maung: Con este barco es imposible seguir. Ahora si que no nos queda más
remedio que cambiarlo por otro.
Bily: La verdad es que a donde nosotros nos dirigimos, no necesitamos este
dinero, así que nos quedaremos con un poco y el resto para vosotros… Toma.
Maung: Muchas gracias. Pero sigo con la intriga… Esto es mucho dinero…
¿No habréis robado este dinero al rey?.
Hipólita: No, aunque el rey considera que si.
Maung: No lo entiendo.
Evelyn: Este dinero lo ganamos peleando y apostando en las peleas.
Maung: Pero no es normal ganar tanto dinero…, a no ser… que las peleas
estén amañadas.
Evelyn: O… que nadie apueste a que va a ganar una mujer, excepto tú.
Maung: Ahora ya lo entiendo…. Pero… si la pelea fue limpia… ¿Por qué os
persigue el rey?.
Bily: Porqué en la primera pelea Evelyn fue derrotada dando a entender que
ellas no sabían luchar, y en las dos siguientes peleas Hipólita derrotó primero a
un luchador aficionado y luego a un profesional.
Maung: Ahora ya me cuadra todo… Lo que habéis hecho fue engañar al rey.
Hipólita: Yo solo me limité a ganar mis combates.
Maung: Quizás si, pero si Evelyn se dejó ganar.
Evelyn: Esa es otra historia. Nos tenemos que ir. Adiós a todos.
Maung: Y tú Naitom, ¿qué tienes que ver en todo esto?.
Naitom: Yo fui capturado por vuestro rey cuando invadió Ayuthaya.
Maung: Y te fugaste.
Bily: No, se ganó la libertad al derrotar en una pelea a los diez mejores
luchadores birmanos.
Maung: Entonces es mejor no meterse con vosotros.
Bily: Nosotros somos pacíficos.
Hipólita: Hasta que alguien sobrepasa la raya.
Maung: ¿Qué raya?.
Hipólita: La raya de nuestra libertad.
Bily: ¿Dónde estamos?.
Maung: Por las colinas de roca que salen del mar, yo creo que estamos en
Krabi.
Naitom: ¡Krabi!. ¿Estamos muy lejos de Ayuthaya?.
Maung: Demasiado.
Naitom: Gracias amigo, ahora nos toca buscar otra manera de llegar a
Ayuthaya.
Hipólita: Gracias por traernos hasta aquí.
Evelyn: Siempre os estaremos muy agradecidos.
Bily: Nunca olvidaremos lo que habéis hecho por nosotros.
Después de despedirse de los mercaderes, los cuatro amigos se dirigieron
hacia el poblado que se veía desde la playa.
Naitom: Dentro de poco, será de noche, será mejor que cenemos y que
busquemos un lugar para dormir.
Hipólita: Si, este viaje me ha dejado hecha polvo.
En menos de media hora, los cuatro amigos ya estaban cenando.
Un rato después, cuando ya habían acabado de cenar, todos se quedaron
pensando en sus cosas, hasta que Naitom rompió el silencio.
Naitom: Chicos despertar. ¡Eh!, que estoy aquí.
Bily: Disculpa, estaba pensando en...
Naitom: ¿En quién?.
Bily: En mi hija.
Naitom: Si…, ya…., sólo pensabas en tu hija.
Evelyn: Yo estaba…
Naitom: Déjalo en que tú estabas.
Hipólita: Será mejor que vayamos a descansar.
Naitom: Si, siempre será mejor dormir tumbados que sentados.
Al momento se levantaron de la mesa, pagaron la cuenta y se fueron a
dormir a una posada, excepto Bily y Evelyn, a quienes les gustaba pasear por
la playa.
Bily: ¿Por qué me acompañas?.
Evelyn: Para sentir en mis pies la fina arena y el agua fresquita mientras oigo
el ruido del mar y pienso en mis cosas.
Bily: Igual que yo.
Evelyn: Este es un lugar increíble..., es el paraíso.
Bily: La verdad es que si, pero el paraíso se puede convertir en infierno si lo
habita mala gente, y hasta el mismísimo infierno se puede convertir en paraíso
si estás rodeado de auténticos amigos.
Evelyn: Que razón tienes.
Bily: Hasta ahora la gente que hemos conocido en este lugar nos ha tratado
amablemente y siempre nos han recibido con una sonrisa y eso lo convierte en
un lugar doblemente hermoso.
Evelyn: Tengo algo que decirte.
Bily: Ahora no. Ahora es tiempo de descansar y de colgar nuestros problemas
en una palmera. Ahora es tiempo de disfrutar de este lugar, es momento de
sentir la arena y el agua bajo nuestros pies, es la hora de sentir la brisa marina
en nuestro rostro, de sentir todos los olores que nos rodean, de sentir… de
sentir tu compañía.
Evelyn permaneció callada, agarró de la mano a Bily y la apretó
ligeramente en señal de agradecimiento por sus palabras. Él le devolvió el leve
apretón. Ambos se giraron hacia el mar donde sólo se podían ver las siluetas
de las colinas que sobresalían del mar. Minutos más tarde Evelyn tiró de Bily
para llevárselo a descansar y cuando llegaron a la posada, sin decir nada se
despidieron hasta el día siguiente, con tan solo una mirada.
A la mañana siguiente todos se levantaron con los primeros rayos de sol,
y después de comer algo decidieron ponerse en camino.
Bily: ¿A dónde vamos?
Naitom: Al norte, a Ayuthaya..
Bily: ¿A qué distancia está?.
Naitom: Ni idea.
Bily: No crees que será mejor que preguntemos.
Evelyn se acerca a un hombre que pasaba por allí cerca:
Evelyn: Buenos días. ¿Podría decirme por donde queda Ayuthaya?.
Hombre: Ayuthaya…. Estáis muy lejos.
Naitom: ¿Cuánto de lejos?
Hombre: A más de una semana caminando…. Supongo.
Evelyn: ¿Hay por aquí cerca alguna cueva?.
Hombre: Por aquí, está la cueva de los tigres.
Evelyn: ¿Por dónde queda?.
El hombre señala unas montañas.
Hombre: ¿Veis aquellas montañas?.
Evelyn: Si.
Hombre: Pues debéis dirigiros hacia allí.
Evelyn: Ya habéis oído, debemos dirigirnos hacia allí.
Bily: Pero, Atayuya, queda por el otro lado.
Evelyn: He tenido una idea. Puede que esa cueva también nos teletransporte a
otro sitio.
Bily: Y, ¿si no es así?. Habremos perdido un día de viaje.
Evelyn: Pero, ¿si es así?, nos habremos ahorrado más de una semana de dura
y larga caminata.
Bily: Está bien, confío en ti.
Naitom: ¿Todavía no has aprendido a decir bien el nombre de mi ciudad?.
Bily: Si, Ayatata.
Naitom: Déjalo.
Así es como los cuatro amigos se dirigieron a la cueva de los tigres, no
tardaron mucho en llegar y desde lo alto de las montañas pudieron apreciar la
verdadera belleza del lugar, para luego meterse en la cueva. Desde la que
comenzaron un nuevo viaje.

DIAMANTE

Bily, Evelyn, Hipólita y Naitom, aparecieron en otra cueva, todos se
quedaron quietos, esta vez no se veía completamente nada, estaban en la más
absoluta oscuridad, Bily cogió su mochila para sacar la linterna, cuando la
encendió, vio que estaban rodeados por paredes y no había salida, todas eran
de roca excepto una que era hecha de piedra, hacia la que se dirigió Bily.
Bily: Esto no puede ser. Tiene que haber algún modo de salir de aquí.
Todos comenzaron a buscar algún resquicio en la pared de piedra.
Evelyn: Mirar aquí, las piedras no están entrelazadas y hay una ligera
separación entre ellas.
Bily: Puede que sea una puerta. Empujemos.
Todos comenzaron a empujar, pero no se movía ni un milímetro.
Naitom: Quizás haya algo por el otro lado que impida que la abramos.
Hipólita: O quizás este trancada y no se pueda abrir.
Bily: Quizás se abra hacia adentro.
Evelyn: O quizás estemos empujando por el lado equivocado.
Se quedaron mirando unos para otros.
Bily: Tienes razón quizás estemos empujando por el lado de los goznes.
Busquemos el otro lado.
Así que buscaron el otro lado, una vez hallado comenzaron otra vez a
empujar, esta vez la puerta de piedra comenzó a ceder muy lentamente.
Después de un gran esfuerzo empujando, consiguieron abrir el suficiente
hueco como para salir de la cueva. El primero en salir fue Naitom, quien se
quedó mirando a su alrededor. Después salió el resto del grupo.
Bily: Pues si que nos ha costado.
Naitom: ¿Dónde estamos?.
Evelyn: Ni idea.
Bily: No tengo duda, estamos en Roma, y por la manera de vestir de la gente,
seguro que estamos aproximadamente en el año dos mil. Esconder vuestras
armas en la cueva, que no podemos ir con ellas por la calle sin más.
Evelyn: ¿Cómo puedes estar tan seguro de que estamos en Roma?.
Bily: Porqué esto es la Villa Borguese de Roma, la reconocería sin problemas.
Después de acabar la carrera me concedieron una beca de investigación para la
universidad de Roma, y en este parque he pasado muchos buenos momentos.
Evelyn: ¿Cómo de buenos?
Bily: Eso no te lo puedo decir, que después sabes tanto como yo.
Evelyn: Es que si no pregunto no me entero.
Bily: No te ofendas, pero como escuche una vez en la radio decir a un hombre,
en la vida las cosas que se pueden contar no interesan a nadie y las cosas que
interesan a los demás, no se pueden contar.
Evelyn: Quizás, tenga que ser así.
Bily les llevó a todos a un bar cercano, en el que solía tomar café, a leer la
prensa y de paso a tomar algo, cuando entraron, les pidió un refresco a cada
uno. El camarero se lo sirvió en un vaso con hielo y ellos lo miraban
extrañados. Hipólita metió los dedos en el vaso y sacó un cubito.
Hipólita: Está frio. ¿Qué es?.
Bily: Eso es hielo y se utiliza para enfriar la bebida.
Naitom: ¿Cómo se hace?.
Bily: Hay máquinas que lo hacen.
Hipólita: ¿Máquinas?.
Bily: Si, son aparatos que tienen unas funciones determinadas, unos lavan
ropa, otros enfrían la comida, otros calientan la comida o la bebida, casi todo
lo que te puedas imaginas. Bueno, es todo muy complejo y muy largo de
explicar, así que a beber se ha dicho.
Evelyn: Hubiera sido más sencillo darles un botijo lleno de agua.
Hipólita: ¿Qué es un botijo?.
Bily: Es una vasija cerrada de arcilla porosa, con forma más o menos esférica
y que tiene en su parte superior un asa para agarrarlo, un agujero por el que
entra en aire y un pitorro por el que sale el agua que se bebe, y que es capaz de
enfriar el agua que le introduzcamos a temperatura ambiente, incluso en días
de mucho calor.
Naitom: ¿Cómo es capaz de enfriar el agua?.
Bily: Así de forma sencilla. Echamos agua a temperatura ambiente dentro del
botijo, ésta debido a la porosidad de la arcilla, la atraviesa y sale al exterior,
donde se evapora, pero esta evaporización requiere calor, el cual lo coge de la
temperatura ambiente y de la propia agua que lo rodea, lo que hace que la
temperatura de esta disminuya ligeramente, consiguiendo enfriar el agua que
hay dentro del botijo. También influye el agua que se evapora dentro del botijo
y que sale por uno de los agujeros, siguiendo el mismo proceso de tomar
energía del agua interior para evaporarse. Claro está, que esto depende del tipo
de arcilla, de su cocción, de la humedad y del calor ambiental, del volumen del
botijo y de la cantidad de agua que contiene. Habiendo lugares donde es más
eficiente y momento en los que el agua de su interior no se enfríe más y
comience a calentarse por haber muy poca.
Naitom: Me ha quedado claro.
Naitom se tapa la boca con la mano y le dice en voz baja a Hipólita.
Naitom: No me he enterado de nada, ¿y tú?.
Hipólita: Yo tampoco, pero cualquiera pregunta. Es capaz de soltar otro rollo
más largo.
Mientras tanto Bily se pone a buscar el periódico del día.
Bily: Camarero.
Camarero: ¿Qué desea el caballero?.
Bily: El periódico del día.
Camarero: Señor hace poco que dejamos de traer el periódico impreso,
debido a la variedad de turistas que nos visitan.
Bily: ¿Y?.
Camarero: ¿Ve usted esas mesas?
Bily: Si
Camarero: Pues en ellas tenemos instaladas unas tablets con acceso a
internet, desde las que podrá consultar las noticias del día. También tenemos
wifi, para que utilice su propia tablet, ordenador o teléfono móvil.
Bily: ¡Ya!.
Camarero: Si usted lo prefiere, también tenemos instalado el “Kiosnet”.
Bily: ¿Qué es eso?.
Camarero: ¿Ve la máquina que está en ese rincón?
Bily: Si.
Camarero: Es una máquina desde la que podrá descargarse, en su ordenador,
tablet, móvil, libro electrónico, memoria USB o tarjeta de datos, el periódico
del día por cincuenta céntimos, o periódicos atrasados por veinte céntimos.
También podrá descargarse cualquier revista del mundo por su precio fijado, e
incluso podrá descargarse multitud de libros en varios idiomas, por su precio
correspondiente. Si el caballero lo desea también podrá descargarse en su
ordenador, tablet, móvil, mp3, mp4, memoria USB o tarjeta de datos,
cualquier canción que elija por sólo cincuenta céntimos, así sólo pagará por lo
que realmente desee.
Bily: Ya.
Camarero: El funcionamiento es sencillo, insertas la tarjeta de memoria o la
memoria USB, elige el periódico, la revista, el libro o la canción que desee,
mete el dinero en la ranura y al momento recibe usted el archivo, o bien, elige
usted su dirección de datos, a la que recibirá su elección, para después podrá
descargarla a su ordenador.
Bily: Ya.
Bily se va hacia una mesa coge una tablet y se conecta a internet, donde
busca las noticias del día.
Al momento se le acerca Evelyn.
Evelyn: ¿Qué te ha dicho?.
Bily: ¿Qué el mundo corre más que yo?.
Evelyn: ¿Qué haces?.
Bily: Buscar en este aparatito las últimas noticias.
Evelyn: ¿Qué es eso?.
Bily: Es una ventana a la imaginación y al pensamiento de otras personas. Es
una puerta a la información y a la desinformación. Es la maza que rompe el
muro de la hipocresía oculta tras el anonimato de la gente.
Evelyn: No sé que me has querido decir, pero ya me lo explicarás.
Bily: Es sencillo. Aquí puedes encontrar prácticamente cualquier información,
la cual puede ser cierta o falsa. Aquí las personas dibujan y escriben sus ideas.
Aquí es donde unas personas escriben lo que realmente piensan, porque tienen
algo que decir, aunque otras realmente escriben sin pensar, porque tienen que
decir algo. Vamos que el hecho de poder permanecer oculto y anónimo, hace
que la mayoría de la gente escriba lo que realmente piensa, o auténticas
barbaridades, aunque bien utilizado se pueden aprender infinidad de cosas.
Evelyn: Creo, que vas a tener que explicarme muchas cosas.
Bily: Lo mismo te digo.
Evelyn: Bueno, tú sigue a lo tuyo, a ver si encuentras algo de interés.
Bily finalmente encuentra una página donde lee que los diamantes más
famosos del mundo se expondrán en la Galería Borguese, entre los que están
los famosos diamantes Hope y Estrella del sur.
Bily: Chicos, ya sé lo que tenemos que hacer.
Evelyn: ¿Qué has descubierto?.
Bily: Los diamantes más famosos del mundo, están expuestos en la Galería
Borguese, que se encuentra en el parque donde está la cueva a la que llegamos
aquí.
Evelyn: ¡Qué suerte!, aquí mismo.
Bily: Acabaros el refresco, que tenemos que irnos.
Hipólita: Ahora que estaba empezando a sacarle gusto a esto.
Evelyn: Ya tendrás tiempo para beber refrescos en otras ocasiones.
Todos acabaron la bebida y se dirigieron a la galería, cuando llegaron,
Bily cogió la cartera de su mochila y se dirigió a la taquilla.
Bily: Quiero cuatro entradas para la exposición de diamantes.
Taquillera: Lo siento señor, la exposición de diamantes ya se ha trasladado
hasta el museo de Louvre.
Bily: Pero si acabo de leer en el periódico que estaba expuesta aquí esta
semana.
Taquillera: Pues se habrá equivocado de fecha, o habrá leído un periódico
atrasado.
Bily: Será eso. Adiós.
Taquillera: Adiós y que tenga un buen día señor.
Bily se dirigió al resto del grupo con la cabeza gacha y pensativo.
Evelyn: ¿Dónde están las entradas?.
Bily: Me temo, que debemos ir a Paris a comprarlas.
Evelyn: ¿Queeeé?, ¿pero no estaban aquí los diamantes?.
Bily: Tú lo has dicho, estaban.
Evelyn: ¿Qué pasó?, ¿te has equivocado de periódico?.
Bily: Lo más seguro, no miré la fecha de edición.
Mientras tanto, Hipólita y Naitom les miraban con cara de no enterarse de
nada, pero con ganas de saber que es lo que pasaba.
Hipólita: ¿Qué sucede?.
Bily: Que los diamantes ya no están aquí, ahora están expuestos en Paris, en el
museo Louvre.
Hipólita: ¿Dónde queda Paris?.
Bily: Paris queda a unos mil quinientos kilómetros de aquí, hacia el norte.
Naitom: Mil quinientos, esos son muchos kilómetros, para ir corriendo,
tardaremos por lo menos… tres semanas.
Hipólita: ¿Pero cuánto eres capaz de correr sin descansar?.
Naitom, se queda pensando…
Bily: No te preocupes, iremos en avión.
Hipólita: En avión.
Bily: Son aparatos que sirven para volar.
Hipólita: Aparatos que sirven para volar, ¿cómo?.
Bily: Perdona que no te conteste, en cuanto tenga más tiempo contesto a todas
tus dudas y preguntas. Ahora que sabemos donde estamos y a donde nos
dirigimos, debo hacer unas gestiones, pero antes debemos conseguir dinero
que el que yo tengo es muy poco y mi tarjeta no sé si servirá, además no
andaba yo muy sobrado.
Evelyn: Yo sólo tengo mis armas.
Hipólita: Lo mismo que yo.
Naitom: Yo tengo dos zafiros más, además del que te di.
Bily: El zafiro que me diste y la esmeralda que me dio Hipólita, no los puedo
vender. ¿No te importará vender uno de los otros dos que tienes?.
Naitom: Claro que no, para que me sirve a mí un zafiro. Toma los dos y haz lo
que creas conveniente.
Bily cogió los zafiros.
Bily: Bueno, vosotros ir a tomar otro refresco tranquilamente que vuelvo
dentro de un poco.
Bily se fue y el resto del grupo se quedó en la terraza de un bar, tomando
un refresco y viendo pasar a la gente, todo les llamaba la atención y no
dejaban de hacer preguntas a Evelyn. Al cabo de media hora llega Bily.
Bily: Ya está resuelto el tema del dinero. Nos alojaremos en un hotel que me
recomendaron por aquí cerca, el Hotel Lina Landa.
Evelyn: Espero que sea de cinco estrellas, que para una noche que vamos a
pasar en Roma, por lo menos, que podamos darnos un caprichito.
Bily: Va a ser que no, pues no va a ser sólo una noche, serán varias. Hasta que
no hable con un amigo, no sabremos exactamente cuantas.
Evelyn: ¿Cómo que varias?, ¿cuántas estrellas tiene el hotel?.
Bily: Pues eso, que vosotros os quedareis en el hotel unos días, mientras
resuelvo unos asuntos.
Evelyn: ¿Qué asuntos?
Bily: En cuanto los haya resuelto, os lo explico.
Evelyn: ¿Por qué no vamos todos contigo?.
Bily: Es mejor que os quedéis por aquí.
Todos se dirigieron al hotel, una vez dentro, Bily hizo la reserva. Evelyn e
Hipólita se fueron a una de las habitaciones, mientras Bily y Naitom se
metieron en la contigua.
Evelyn: Pero si sólo hay una cama.
Hipólita: Si no te importa, la compartiremos.
Evelyn: No, no me importa. Este hombre es un desastre. No cambiará nunca.
Mientras tanto, en la otra habitación.
Bily: Vaya, otra vez que metí las patas. Sólo hay una cama. Vamos a la
habitación de las chicas, debemos hablar con ellas.
Naitom: La idea de compartir cama con un hombre no es que sea de mi
agrado, pero no creo que ellas la quieran compartir con nosotros.
Bily: Yo tampoco. Pero vamos a intentarlo.
Naitom: Con el no, ya vamos.
Bily: Será mejor que ni lo intentemos, ellas tienen armas.
Naitom: Pero las han dejado en la cueva.
Bily: Ni aun así.
Bily y Naitom se fueron a la habitación de las chicas.
Bily: Veo que vosotras también tenéis una sola cama.
Evelyn se le queda mirando fijamente a Bily.
Evelyn: Gracias a alguien a quien no miro.
Bily: No os importará compartirla.
Hipólita: No, que va, no tenemos ningún problema.
Bily: Genial, ¿con quién prefieres dormir con Naitom o conmigo?.
Hipólita: ¿A quién de los dos no le importa morir esta noche mientras
duerme?.
Bily: A Naitom, que yo tengo una misión que cumplir.
Naitom: Que sólo era una broma, para ver que decíais.
Hipólita: Aun así, ya sabes cual sería vuestro destino si intentáis algo.
Bily: Bueno, como os he dicho hace un rato, antes de irnos a Paris, debo ir a
visitar a Leo, un viejo amigo con quien hice prácticas de investigación,
después de acabar la carrera. Además, debo gestionar el viaje. Tomad este
dinero y compraros algo de ropa, que no queda muy bien que vayáis vestidos
así por ahí, y tener cuidado que hay mucho timador y ladrón por el mundo.
Evelyn: No te preocupes. Sabemos cuidarnos.
Bily: En cuanto tenga lo que necesitamos volveré.
Bily le entregó dos mil euros a Evelyn, y el zafiro que le había sobrado, a
Naitom.
Evelyn: Pues si que sacaste dinero por un zafiro.
Bily: Muchas gracias por el zafiro. Me han pagado por él, cuatro mil euros, así
que aquí tienes el otro. Debo irme. Hasta pronto.
Naitom: De nada. Hasta pronto amigo.
Hipólita: Hasta pronto Bily, y cuídate.
Evelyn: No te preocupes, sabremos utilizar el dinero.
Bily se fue, y quedaron en la habitación Evelyn, Hipólita y Naitom.
Evelyn: Lo primero es darnos un buen baño.
Naitom: ¿Dónde?, ¿en una de las fuentes de ahí fuera?.
Evelyn: No hombre no, en la bañera, ven, sígueme.
Evelyn llevó a Hipólita y a Naitom al baño, y les indicó para que servía
cada cosa.
Evelyn: Eso es el lavabo, sirve para lavarse las manos y la cara, eso es la taza
y sirve para hacer tus necesidades.
Naitom: ¿Mis necesidades?.
Evelyn: Si hombre, para mear y demás.
Naitom: Ya entiendo.
Evelyn: Eso si, levanta las dos tapas, la de arriba y la del agujero.
Hipólita y Naitom la miran extrañados.
Evelyn: Ya me entenderéis, sobre todo tú Hipólita. Y después debéis tirar de la
cadena.
Evelyn tira de la cadena para enseñarles como funciona.
Hipólita: ¿Y esa agua?, ¿hay una fuente dentro?.
Evelyn: No, la fuente está lejos. Para traer el agua se construye un depósito,
donde se acumula el agua, para que esta no se pierda y esté disponible para
cuando sea necesaria, después mediante unas canalizaciones, que suelen ir por
debajo de tierra se lleva el agua hasta donde se requiera.
Hipólita: ¿Canalizaciones?.
Evelyn: Si, tuberías…, mira agáchate, ves eso gris…, son tubos, y esos son los
utilizados para las canalizaciones.
Hipólita: Ya veo.
Evelyn: Y finalmente esa es la bañera. Esto es el grifo si giráis la llave del
lado azul para un lado, sale agua fría, y si la giráis para el otro lado, se cierra
el paso del agua. Si giráis la llave del lado rojo para un lado, se abre el agua
caliente y si la giráis para el otro lado, se cierra el agua.
Hipólita: Es asombroso, hay agua en casa, no hace falta ir a ninguna fuente y
tampoco hace falta ir al rio a bañarse…. Dices que sale agua caliente pero no
es así.
Evelyn: Esperemos un poco, a veces tarda.
Naitom: Ahora si sale, es increíble, sale agua caliente.
Hipólita: Vaya, tampoco es necesario esperar al verano para bañarse, o
calentar el agua para poder asearse y compartirla.
Evelyn: Si es verdad, es una gran ventaja. Pero por desgracia no todo el
mundo puede disfrutar de ello, hay zonas donde el agua escasea y en cambio
hay otras zonas donde el agua se malgasta.
Naitom: ¡AHHHH!, que me quemo.
Evelyn: Pero abre el agua fría o cierra el agua caliente.
Hipólita: ¿Qué haces?.
Naitom: ¿Bañarme?.
Evelyn: Pero no seas burro. Antes debes quitarte la ropa.
Naitom: Es que…
Evelyn: Es que, ¿qué?.
Naitom: Es que así sin más… me da vergüenza.
Hipólita: No te quejes que por lo menos se ha quitado el calzado.
Evelyn: Para eso tienes tu habitación. Bueno da igual, tú quédate en esta, que
nosotras nos vamos a la vuestra, total no tenemos maletas, ni mochilas ni “na
de na”. Pero por favor…, quítate la ropa. Ahí tienes una esponja y jabón para
lavarte el cuerpo, y champú para lavarte el pelo. Cuando acabes coges esa
toalla y te secas, y utilízala para taparte mientras seca tu ropa, eso si, ponla al
sol para que seque antes. Me llevo la llave de esta habitación y dentro de un
rato volvemos.
Naitom: Evelyn, no sé mucho de ti, pero, ¿cómo sabes todo esto?.
Evelyn: Tú disfruta del baño, que en su momento te contestaré a lo que
quieras saber. Hipólita, vamos a la otra habitación a bañarnos.
Hipólita: Vamos, vamos, que estoy deseando probar la bañera y el agua
calentita.
Evelyn e Hipólita se fueron a la habitación de los chicos. Una vez en ella
Hipólita se dirige al baño, pero Evelyn se va hacia la ventana.
Hipólita: Puedes venir conmigo, a mí no me da vergüenza, y así seguimos
hablando.
Una vez en el baño, Evelyn prepara el baño, Hipólita se desnuda y se
mete en la bañera sin pensarlo.
Hipólita: ¡UUMMMM!. ¡Qué agustito se está aquí!, debería salir para dejarte
el sitio, pero es que…
Evelyn: Bueno, no te preocupes, después ya me doy una ducha rápida antes de
irnos, mientras tanto voy a lavar un poco tu ropa y a ponerla a secar tu ropa.
Hipólita: ¿Cómo deseas que acabe Bily?.
Evelyn: Desearía que Naitom y tú sigáis entrenando a Bily. Que Naitom acabe
en su sitio con los suyos, que tú vuelvas a reinar a tus amazonas, y que Bily
salve a su familia y a sus amigos, y pueda continuar su vida con todos ellos.
Hipólita: ¿Cómo crees que acabará Bily?
Evelyn: Acabará reclutado por Odin.
Hipólita: Odin le quiere por ser un gran guerrero, pero está muy lejos de serlo,
y sinceramente, no creo que algún día lo sea, aunque mejora a cada segundo y
tiene un algo, que le hace diferente a otros guerreros que he conocido o a
quienes me he enfrentado. ¿Qué pasaría, si no le entrenásemos?.
Evelyn: Lo más seguro es que no salvaría a su familia. Aunque con este
hombre nunca se sabe. No deja de sorprenderme. Cada día que pasa y cada
entrenamiento que realiza, le hace más fuerte. No sé si te habrás dado cuenta
de que Bily es capaz de adaptarse a su oponente, y luchar según su capacidad.
Cuanto mejor sea su contrincante, mejor será él. Tiene un don especial.
Hipólita: En eso te doy la razón. Algún dios le ha dado su bendición.
Evelyn: Te imaginas que fuese descendiente de Odin.
Hipólita: Eso podría explicarlo todo.
Evelyn: Habría que investigarlo.
Hipólita: Resumiendo, que Bily no tiene salida, o entrena y salva a su familia,
pagando con su vida por ello, o no entrena y no salva a su familia pero
también paga con su vida su fracaso.
Evelyn: Así es.
Hipólita: ¿Qué pasará contigo?.
Evelyn: Que seguiré siendo una valkiria.
Hipólita: ¿Qué pasará con tú relación con Bily?.
Evelyn: Creo que Bily acabará en la Valhalla y así yo podré estar cerca de él.
Hipólita: En fin, que asumes y aceptas que vuestro destino, es estar juntos y
separados por toda la eternidad.
Evelyn: Si el destino lo ha querido así, ¿quién soy yo para cambiarlo?.
Hipólita: Tú eres la dueña de tu destino, tú eres quien decide. El destino no
está escrito, el destino lo escribimos día a día, con nuestras decisiones, sean
acertadas o no.
Evelyn: ¿Y qué puedo hacer yo?.
Hipólita: Tu madre también era una valkiria, te tuvo a ti y pasó a ser una
mortal más.
Evelyn: Bily no tendrá un hijo conmigo. Ama a su mujer.
Hipólita: ¿Y si sigue enamorado de ti?. No puedes tener miedo a una
respuesta, siempre es mejor recibir un no, que estar amargándose toda la vida,
y por lo visto la tuya va para largo.
Evelyn: Tienes razón. Pero aunque tuviese un hijo con Bily, Odín podría hacer
conmigo lo que desease, y lo más seguro es que no fuese nada bueno para
nadie. Así que lo mejor es seguir con el plan, no podré compartir mi vida con
él, pero si podré pasar la eternidad cerca de él, podré verle, oír su voz, oler su
cuerpo….
Hipólita: Pero no podrás sentir su piel.
Evelyn: Lo sé, pero es un mal menor.
Hipólita: Y, ¿si el verdadero propósito de Odin es que tuvieses un hijo de
Bily?.
Evelyn: No lo creo, demasiado rebuscado.
Hipólita: Entonces, ¿por qué os volvió a juntar a ti y a Bily?.
Evelyn se queda pensativa.
Evelyn: ¿Para qué iba a querer Odin que yo tuviera un hijo con Bily?.
Hipólita: Por lo mismo que has dicho antes. ¿Y si Bily fuera descendiente de
Odin?.
Evelyn: No lo sé, pero si así fuera, ¿para qué tanto lio si podría llevárselo con
él sin más?.
Hipólita: Tienes razón, la verdad es que no tiene mucho sentido.
Evelyn: Seguro que es para ponerme a prueba como valkiria.
Hipólita: Quizás si…, quizás no…. Todo esto es muy extraño. Piensa en
como has llegado tú hasta aquí y como ha llegado Bily.
Evelyn vuelve a quedarse pensativa.
Hipólita: ¿Y qué hay de la opinión de Bily?, ¿acaso no cuenta lo que él
piense?.
Evelyn: En esta historia Bily es una marioneta en manos de Odín.
Hipólita: Cuando una sólo tiene una salida, la decisión es fácil, pero cuando
tenemos varias opciones, al final siempre dudaremos de haber tomado la
decisión correcta. Créeme si yo pudiese hacer algo por vosotros, lo haría.
Evelyn: Ya haces bastante por nosotros con ayudar a Bily a salvar a sus
amigos y a su familia.
Al cabo de unos minutos. Mientras Hipólita disfruta del agua calentita de
la bañera, Evelyn encarga la comida.
Evelyn: He pedido que nos traigan algo de comer mientras secan las ropas.
Será mejor que salgas del agua, te estas quedando como una pasa.
Hipólita: Tienes razón, será mejor que me salga, además tú también necesitas
bañarte.
Evelyn: Tranquila, yo sólo me daré una ducha. Pero donde vas…, ponte esta
toalla,… así,… y así.
Evelyn le explicó a Hipólita como debía ponerse la toalla, para que no se
le cayera. Después ella se metió en la ducha y al cabo de unos minutos ya
estaba fuera.
Evelyn: ¿Ya llegó la comida?.
Hipólita: No.
Evelyn: Pues si que tardan... Que raro… Ahora que caigo…, la he pedido a la
habitación de Naitom, no me di cuenta de que nos habíamos cambiado.
Debemos ir a su habitación, antes de que se lo coma todo él sólo.
Hipólita: Ahora que lo dices, tenía cara de hambre. ¿Pero tú no lavas tu ropa?.
Evelyn: Al ser oscura, no se notan mucho las manchas. Además dentro de un
poco nos iremos de compras.
Hipólita: Pero es que huele un poco.
Evelyn: Después le echamos un poco de perfume y ya está.
Evelyn e Hipólita se fueron a la habitación de Naitom, y cuando entraron
se lo encontraron sentado en la terraza poniéndose morado de espaguetis.
Naitom: No sé que será esto, pero está muy bueno.
Evelyn: Son espaguetis. La pasta italiana es muy famosa en el mundo.
Naitom: Me gusta este sitio. Te traen la comida a la habitación así, sin más.
Evelyn: Tanto como que sin más…, tampoco. Esto nos lo cobrarán en su
momento. En esta vida con dinero se consigue prácticamente todo, excepto las
cosas que realmente tienen valor. Poderoso caballero es Don Dinero.
Naitom: Si las cosas tienen valor, tendrán un precio.
Evelyn: ¿Qué precio pondrías tú a ser el mejor luchador de Muay Thai del
mundo?. ¿Qué precio pondrías tú a la amistad?. ¿Qué precio pondrías tú al
amor?. ¿Qué precio pondrías tú a tu hijo?. Puedes pagar por ganar el
campeonato del mundo pero eso no te convierte en el mejor luchador, sólo tu
esfuerzo te hará ser el mejor. El dinero atrae a la gente, pero sólo los
verdaderos amigos permanecen a tu lado cuando tienes problemas. El
verdadero amor no se compra, surge de la nada, así sin más, o bien aparece de
repente, o bien un buen día te das cuenta de que estás enamorado, y a partir de
ese momento, debes cuidarlo cada día para que no se marchite. En cuanto al
último punto, pregúntale a Bily.
Naitom: Vaya, me ha quedado clarito. Serviros.
Hipólita: Tienes razón, esto está realmente delicioso.
Evelyn: Están muy buenos. El hotel no es gran cosa, pero la cocina, es …
es…
Naitom: Evelyn, todavía me debes una explicación.
Evelyn: Hace algunos años, mi familia y yo fuimos al Castillo de Luna,
situado en León, una región de España, país situado al oeste de donde estamos,
cayó sobre nosotros una maldición, la maldición de las cinco gemas, mi padre
fue el elegido para salvarnos, quien no lo consiguió, entonces mi madre fue
enviada con las amazonas, mientras que yo fui acogida por Odín, dios nórdico,
de los pueblos del norte, para ser una Valkiria, mujer enviada para reclutar
guerreros caídos en la batalla, quienes lucharan eternamente hasta que llegue
el momento de la batalla final contra los gigantes.
Naitom: Vamos, que tú perteneces a esta época, pero, ¿qué tiene que ver todo
esto con Bily?.
Evelyn: Yo conocí a Bily cuando los dos éramos unos críos, después nos
enamoramos, y más tarde el destino, más bien una maldición, nos separó.
Ahora he sido enviada por Odín para reclutarle como uno más de sus
guerreros.
Naitom: ¿Eso significa que va a morir?.
Evelyn: Si.
Naitom: Deja que Bily salve a su familia y llévame a mí en su lugar, o es que
yo no soy lo suficientemente bueno para vosotros.
Evelyn: Tus palabras te honran. Pero, ¿por qué iba a llevarte a ti ahora, si
puedo hacerlo en su momento?. Además necesito que le entrenes.
Naitom: ¿Por qué quieres reclutarle a él?. Si por algo destaca es por su
personalidad y por su perseverancia, no por ser un gran guerrero.
Hipólita: Quizás no sea el mejor guerrero, pero tiene algo que le hace difícil
de vencer.
Evelyn: Odín debe haber visto algo en él, que le diferencia de los demás.
Naitom: ¿Qué te hace pensar que le voy a enseñar el Muay Thai?.
Evelyn: ¿Qué te hace a ti pensar que solo puedes enseñarle y no vas a
aprender nada de él?. Todos tenemos algo que aprender de cualquier persona.
Naitom: Pero por lo menos conseguirá salvar a su familia.
Evelyn: Eso depende de todos nosotros.
Hipólita: Es triste saber que va a morir y no poder hacer nada. Él no se
merece lo que le está pasando.
Evelyn: Así es la vida. Cuando nos pasa algo malo, no nos lo merecemos,
pero cuando nos pasa algo bueno, entonces nos lo merecemos, nunca lo
pensamos al revés.
Naitom: Os prometo que si él no consigue salvar a su familia, lo haré yo. El
día que luchamos me demostró con su valentía lo mucho que deseaba
salvarles.
Los tres continuaron conversando hasta pasada una hora de la comida.
Evelyn: Ya habrá secado vuestra ropa. Vestiros, que nos vamos de compras.
Evelyn preguntó al botones del hotel, por donde podrían encontrar tiendas
de deporte, el hombre les indicó por donde podrían ir, así que Evelyn, Hipólita
y Naitom, salieron del Hotel y se dirigieron en la dirección que les indicaron.
A los pocos metros llegaron a un paso de peatones.
Evelyn: ¡QUIETO QUE TE VA A PILLAR UN COCHE!.
Naitom: ¿Qué?.
Evelyn: Mira, esas rayas pintadas en el suelo, indican que esto es un paso de
peatones, y aunque los coches deben parar para dejarnos pasar, no siempre lo
hacen, por lo que es mejor parar y esperar a que pasen.
Hipólita: Y si no paran.
Evelyn: Tarde o temprano paran, aunque… mira esta señal de paso de
peatones tiene un interruptor que enciende unas luces en la señal que indican
al conductor del coche de que hay peatones en el paso. En otros sitios hay
semáforos que lo que hacen es ponerse ellos solos en rojo o verde para indicar
quien tiene preferencia. El rojo indica peligro y quiere decir que debe
detenerse. Algunos también tienen un interruptor.
Naitom: Que cosas más complicadas.
Enseguida encontraron la tienda indicada, donde se compraron algo de
ropa de deporte la cual utilizaron para entrenar duramente por la mañana y un
rato por la tarde. El resto de la jornada la aprovecharon para visitar la ciudad.
El jueves por la noche a Evelyn se le ocurrió llevar de fiesta a Hipólita y a
Naitom, así que al día siguiente por la tarde les cogió a los dos y se fueron de
compras. Al poco tiempo los tres encontraron una tienda cuya ropa le gustó a
Naitom, así que entraron en ella, y a los pocos minutos, y con el consejo de las
chicas, Naitom salió vestido con un pantalón y una camisa de lino blanca, un
sombrero tipo fedora, negro con rayas blancas, un cinturón negro y unos
zapatos simulando al calzado de deporte, también negros. Mientras su ropa la
llevaba en una bolsa que le habían dado en la tienda.
Hipólita: ¡Cómo has cambiado!. ¡Qué guapo estás ahora!.
Naitom: Gracias por el cumplido y por ayudarme a elegir.
Evelyn: Como dijo aquel, el traje no hace elegante a la persona, sino que la
persona hace elegante al traje.
Naitom: ¿Qué quieres decir con eso?.
Evelyn: Que por mucho traje que te pongas, si no eres un galán, si no tienes
un cuerpo esbelto y apolíneo, y caminas con paso firme, seguro, airoso y
ligeramente arrogante, nunca serás una persona elegante, por mucho traje que
vistas.
Poco después llegaron a una tienda de ropa de mujeres, y para dentro que
se fueron, pero no les gustó nada, así recorrieron cinco tiendas más, hasta que
finalmente entraron en una en la que compraron un par de vestidos. Hipólita
salió con un vestido corto y ajustado, con diversas tonalidades verdes, y un
escote de hombros caídos, mientras Evelyn se compró uno similar pero de
color rojo y con escote de palabra de honor.
Una vez fuera de la tienda.
Evelyn: Me encanta el vestido que te compraste, espero que me lo dejes algún
día.
Hipólita: No hay problema, pero espero que tú me dejes el tuyo, no sería justo
que yo fuese vestida con mis antiguas ropas, aunque no me importaría.
Evelyn: No hay problema. Ahora tenemos que buscar una peluquería, y si
además es un centro de esteticién, mucho mejor.
Hipólita: ¿Qué es eso?. En la peluquería te cortan el pelo y te lo peinan, te lo
moldean para dejarlo a tu gusto o para que resalte tu rostro y figura, el centro
de esteticién, te hacen tratamientos de piel y te maquillan. Vamos que entras
siendo tú, pero sales siendo otra.
Hipólita: ¿Eso también lo hacen con los hombres?.
Evelyn: Por supuesto, Naitom, tú también saldrás que parecerás otro. Naitom,
NAITOM. ¿Pero dónde se ha metido este hombre?.
Hipólita: La última vez que le vi estaba en la tienda de ropa, sentado en una
silla pensando en las musarañas.
Evelyn: Vamos a buscarlo a la tienda.
Hipólita: Quizás se quedó dormido.
Cuando entran en la tienda ven a Naitom de rodillas delante de una chica.
Naitom: Si hubiese sabido que existías, te hubiera buscado por tierra y mar, te
hubiera buscado día y noche, te hubiera buscado en la jungla y en desierto, te
hubiera buscado en el cielo y en el infierno, te hubiera buscado sin descanso
hasta encontrarte.
Justo cuando acaba de hablar Naitom entran Evelyn e Hipólita en la
tienda.
Ghina: Nunca nadie me había dicho nada así.
Evelyn: Naitom, no molestes a la chica que está trabajando.
Naitom: Yo…
Hipólita coge a Naitom por el brazo.
Hipólita: Ya has oído a Evelyn, la chica está trabajando.
Naitom: Pero.
Evelyn: Venga vamos.
Una vez fuera de la tienda.
Naitom: Os acordáis de la conversación de hace unos días.
Evelyn: ¿Qué conversación?
Naitom: En la que me preguntasteis si creía en el amor a primera vista.
Evelyn: Claro que si.
Naitom: Pues ahora, si que creo en el amor a primera vista.
Evelyn: Mirar, una zapatería, vamos “padentro”.
Sin hacer mucho caso a Naitom, las chicas comenzaron a probarse
zapatos, esto les fue un poco más complicado, puesto que Evelyn quería
ocultar el tatuaje del tobillo. Finalmente ambas encontraron unos zapatos a su
gusto, y evidentemente un bolso a juego. Como no podía ser de otro modo, el
siguiente lugar a visitar, era la peluquería, mientras a Naitom le cortaron el
pelo y le afeitaron.
Como lo de las chicas iba para largo, Naitom decidió salir a la calle.
Naitom: Ya que no me hacéis caso, me voy, ¿cuánto tardareis?
Evelyn: Un buen rato, ten algo de dinero y tómate un refresco, según sales a
mano izquierda, hay un bar un poco más adelante.
Naitom: De acuerdo.
Cuando Naitom sale de la peluquería, se dirige a su derecha, cruza por
delante de una callejuela en la que hay un tumulto de gente, pero no le da
importancia, pues va pensando en sus cosas, bueno más bien en la chica de la
tienda, poco más adelante ve una tienda de esoterismo y tatuajes, y se detiene
para ver las cosas que hay en el escaparate, pero un letrero le llama la
atención: “Se hacen conjuros de amor”, entonces, decide entrar.
Lina: Hola caballero.
Naitom: Hola. Necesito que me hagas un conjuro de amor.
Lina: Como gustes. El donativo de este conjuro son cien euros.
Naitom mira el dinero que tiene, y ve que no tiene suficiente.
Naitom: Sólo tengo veinte euros.
Lina: Por veinte euros, solo te puedo dar esta vela del amor, que
evidentemente, es parte del conjuro, y hay que pagarla aparte, que por si sola
no hace mucho.
Naitom decide ir a pedir más dinero a Evelyn.
Al volver sobre sus pasos y pasar por delante de la callejuela, unas voces
le llaman la atención.
Trilero 1: AQUÍ PODRÁN GANAR DINERO FACILMENTE. NO SEAN
VERGONZOSOS.
Esta vez Naitom decide acercarse a ver que pasa. Había unos trileros
engañando a la gente.
Trilero 1: ACERQUENSE, VEAN QUE FACIL ES GANAR, APUESTE
DOS EUROS Y PODRÁ GANAR CINCO.
El hombre mueve rápidamente los tres cubiletes, cuando para, un segundo
hombre elige uno de los tres.
Trilero 2: Elijo este.
Trilero 1: USTED GANA. SUBA SU APUESTA SEÑOR. NO SIEMPRE SE
GANA, PERO ES FACIL, TODO DEPENDE DE USTED.
Naitom, no le quitaba ojo. Durante un rato observó como lo hacían, varios
hombres se acercaban, apostaban, y aunque no siempre acertaban, siempre se
marchaban con beneficios. Al final decidió apostar él.
Naitom: Yo apuesto dos euros.
Trilero 1: MUY BIEN VALIENTE.
Naitom seleccionó un cubilete y cuando lo levantó el trilero, allí estaba la
bolita. Ganó cinco euros fácilmente. Volvió a apostar todo lo que tenía, pero
esta vez lo perdió todo. Naitom, se fue a la peluquería.
Naitom: Evelyn, necesito trescientos euros.
Evelyn: Estás loco, como te voy a dar trescientos euros.
Naitom: Bueeeeno, con veinte me conformo.
Evelyn: Eso es otra cosa. Pero… ¿ya te lo has gastado todo?.
Naitom: Si, pero pronto lo recuperaré.
Naitom sale de la peluquería y se dirige hacia el trilero.
Naitom: Apuesto estos dos euros.
Trilero 1: VAMOS SEÑOR, FÍJESE BIEN, QUE ES MUY FACIL
ACERTAR.
Naitom elige un cubilete y acierta, así que vuelve a apostar cinco euros,
pero esta vez falla. Naitom comienza a sospechar, cuando hace una apuesta
baja, gana, en cambio cuando hace una apuesta alta siempre falla.
Naitom: Lo apuesto todo.
Trilero 1: ASI DEBEN SER LOS HOMBRES. VALIENTES, SIN MIEDO.
El trilero mueve rápidamente los cubiletes, y cuando se para, Naitom no
elige un cubilete, sino que levanta dos, diciendo al mismo tiempo
Naitom: En esta ocasión voy a decir en que dos cubiletes no está la bola. Así
que está en el que no levanto. ¿Puede comprobarlo?.
Trilero 1: Usted pierde, sólo puede elegir donde está, no puede levantar usted
el cubilete, y mucho menos dos.
Naitom: ¿Por qué motivo, no puedo levantar dos cubilotes?. Si usted es legal
no tendría porqué tener miedo.
Trilero: No, por ninguno. Usted gana. Para cobrar sus ganancias, vaya a ese
bar que está al final del callejón, diga que va de mi parte y le darán el dinero.
Mientras tanto.
Evelyn: Hay algo que me tiene con la mosca detrás de la oreja.
Hipólita: ¿A qué te refieres?
Evelyn: Que Naitom me pidiera más dinero y que me dijera que pronto lo
recuperaría.
Hipólita: ¿Y?.
Evelyn: ¡Oh, Oh!, me huele a problemas. ¡Espera!. ¡Vuelvo ahora!.
Evelyn se levanta de la silla y sale corriendo de la peluquería. Se dirige al
bar que le dijo, pero no le vio, después fue en dirección contraria, pues
también había visto un bar en esa dirección, entra en el bar pero no ve a
Naitom, cuando sale, recuerda haber visto un tumulto de gente en un callejón
y decide acercarse, por si tenía algo que ver con Naitom. Donde puede
comprobar que Naitom tampoco está. Evelyn se queda pensando, y se acuerda
de la chica de la tienda, y cuando se va a ir, ve a Naitom entrando en el bar del
fondo del callejón, a quien le siguen cinco hombres. Diciéndose para si:
Evelyn: Vaya, falsa alarma, si que se iba a tomar un refresco al bar.
Evelyn se dirigía de nuevo a la peluquería, cuando una extraña sensación
le pide que vaya al bar a comprobar que Naitom está bien. Cuando abre la
puerta y entra, ve a los cinco hombres que entraron detrás de Naitom,
espatarrados por el suelo y al camarero dando dinero a Naitom:
Evelyn: ¿Pero qué haces?, ¡qué robar es delito!.
Naitom: Pero si yo no estoy robando, este hombre sólo me está dando el
dinero que yo gané apostando con ese otro de ahí afuera.
Evelyn: Suena extraño, ese de ahí fuera es un timador.
Naitom: No, te equivocas. Si fuese un timador no me daría dinero. Lo que no
entiendo, es por qué estos cinco me atacaron, querrían robarme el dinero.
Evelyn: Seguro que todo tiene una explicación. Ven conmigo.
Evelyn y Naitom, salieron del bar y se dirigieron hacia donde estaba el
trilero, éste en cuanto les vio, salió corriendo, pero no recorrió ni diez metros,
cuando Naitom ya le había cogido.
Evelyn: Explica a mi amigo quien eres y a que te dedicas.
Trilero: Su amigo hizo trampas, levantó dos cubiletes.
Evelyn: Ahora lo entiendo todo. Vaya ocurrencias que tienes. Al hacer eso les
dejaste en evidencia.
Naitom: Pero es más difícil acertar los dos en los que no está, que en el que
está.
Evelyn: Es que de ese modo, si tú eliges levantar uno para ver si aciertas, o
decides levantar dos para comprobar que está en el otro, tú tendrías más
posibilidades de ganar que él.
Naitom: Pues no lo entiendo, ¿por qué iba a tener yo más posibilidades?.
Evelyn: Cuando tú eliges un cubilete, en realidad la bolita no está ahí, la
ponen ellos al levantarlo. Al poner los tres cubilotes boca abajo, hábilmente
esconden la bolita entre sus dedos, mueven rápidamente los cubilotes y
después eliges uno, ellos al levantarlo, ponen o no ponen la bolita,
dependiendo de sus intereses. Pero si tú decides levantar uno o dos cubilotes,
les destrozas toda su estrategia. Por eso se les llama timadores, porque juegan
con trampas. Si siempre estuviese la bolita debajo de un cubilote, sólo sería un
juego de azar.
Naitom: Ya, me ha quedado claro. Pero…, ¿por qué hubo hombres que se
fueron con ganancias?.
Evelyn: Están todos compinchados. ¿Estás seguro de que no fueron los que te
atacaron en el bar?.
Naitom: Ahora que lo dices.... De todos modos, si fuese así, muy tonto tenía
que ser ese hombre, con poner la bolita, y no hacer trampas, bastaría para que
yo no ganase siempre.
Evelyn: En eso tienes razón. Jugando legalmente, tú tienes menos
posibilidades de ganar, pero aun así, ellos quieren asegurarse de que cuando
hagas una apuesta importante, tú no ganes.
Naitom: Me dan ganas de quitarles las ganas de timar a más gente.
Evelyn: Nunca lo conseguirías. Si se va este aparece otro, y si acabas con este
engaño, idearán otro. Ya lo decía un amigo mío, Dios nos puso en este mundo
para vivir del sudor de nuestra frente, pero algunos entendieron, que Dios nos
puso en este mundo para vivir del sudor del de enfrente.
Evelyn: Será mejor que te vengas a la peluquería conmigo y que no te
muevas.
Naitom: Pero yo necesito cien euros.
Evelyn: ¿Para que necesitas cien euros?, si con lo que tienes te sobra para
tomarte unos cuantos refrescos?.
Naitom: Aquí al lado hay una tienda de tatuajes y eso… no sé que, en la que
una mujer que me puede echar un conjuro para que la chica de la tienda se
enamore de mí.
Evelyn: ¿Tatuajes?
Evelyn se queda pensativa y en ese momento llega Hipólita.
Hipólita: ¿Dónde estabais?, ¿qué ha pasado?, ¿por qué tardáis tanto?.
Evelyn: Ya te explicaré. Y en cuanto a ti. No puedes forzar a que una mujer se
enamore de ti. Además sólo existe un conjuro para que una mujer se enamore
de ti.
Naitom: ¿Cuál?.
Evelyn: Sonreír y hacerla reír.
Hipólita: También ayuda hacer algún regalo.
Evelyn: Si es caro mejor.
Hipólita: Tampoco tiene porqué ser caro. A veces una bonita flor dice muchas
cosas.
Evelyn: Si una flor dice mucho, pero un ramo dice mas, no…, mejor,
imagínate un diamante, y que además sea bien grande.
Hipólita: Con que sean un poco románticos, también valdría.
Evelyn: No vale, con que sean un poco románticos, tienen que ser, muy
románticos.
Hipólita: Pero tampoco demasiado, un hombre también tiene que ser un
hombre.
Evelyn: Pero muy hombre.
Hipólita: ¿Por qué siempre pides que sea más de lo que yo digo?.
Evelyn: Pide mucho, para que te den poco, si pides poco no te dan nada.
Hipólita: Mirándolo así…, tienes razón.
Evelyn: Vamos Naitom, que todavía no nos han maquillado. Naitom.
NAITOM.
Hipólita: Pero, ¿Adónde se ha ido este hombre?
Evelyn: Creo que ya sé donde ha ido.
Evelyn e Hipólita se dirigen a la tienda y cuando llegan ven a Naitom
delante de la chica.
Naitom: Eres el más bello sueño realidad hecho, la dulzura de tu rostro se ha
grabado a fuego en el corazón de mi pecho, tu mirada hechicera me ha hecho
perder la cabeza. Ghina, toma estas flores. ¿Aceptarías una cena conmigo?.
Ghina: Gracias por las flores, y por la invitación a cenar, pero acabo de salir
de una relación y…
Evelyn: Naitom.
Naitom se levanta y antes de irse le dice a Ghina.
Naitom: Me tengo que ir, en la tarjeta pone el nombre de un restaurante que
me han recomendado y la hora de la cena, si te apetece, mañana estaré allí, así
tendrás más tiempo de pensártelo.
Ghina: Está bien, me lo pensaré.
Naitom: Adiós.
Ghina: Adiós. Ve por la sombra.
Cuando están fuera.
Evelyn: Naitom, sabes que estamos aquí de paso, y no puedes cambiar la vida
de esa chica.
Naitom: Pero ella puede decidir lo que quiera, como hice yo con vosotros.
Evelyn: Tienes razón. Pero no es lo mismo.
Naitom: ¿Por qué?.
Hipólita: Porqué nosotros decidimos venir para ayudar a Bily.
Naitom: Tenéis razón. Será mejor que lo olvide. Ghina no está preparada para
esta aventura.
Evelyn, Hipólita y Naitom volvieron a la peluquería. Al rato cuando
acabaron de peinarse y maquillarse, las chicas se dirigieron hacia Naitom, a
quien despertaron de su sueño.
Evelyn: Vamos Naitom, despierta, que debemos irnos.
Naitom: Vaya, vosotras si que estáis guapas. Pero…, Hipólita ¿por qué se te
ha cambiado de color el pelo?, y a ti Evelyn, ¿cómo te ha crecido tan rápido?
Evelyn: No Naitom, nosotras no estamos guapas, estamos divinas.
Hipólita: Gracias. La verdad es que me siento rara.
Evelyn: El cambio de color se debe a un tinte, y lo demás simplemente son
extensiones.
Al salir de la peluquería, Evelyn, Hipólita y Naitom se dirigían hacia el
hotel, cuando se encontraron con una niña que estaba sola sentada en un
banco, que lloraba desconsolada. Evelyn se le acercó para intentar ayudarla,
pensando que se había perdido.
Evelyn: ¿Qué te pasa?.
Niña: Que mi mamá nunca quiere comprarme gominolas.
Evelyn: Pero no llores por eso. Una vez el escritor y poeta hindú Rabindranath
Tagore dijo que no dejásemos que las lágrimas por haber perdido el sol nos
impidiesen ver las estrellas. Esas lágrimas deben servir para borrar esa tristeza
y hacer aparecer una bonita sonrisa en tu rostro.
Hipólita: Te voy a contar una pequeña historia. Un día un sabio llegó a un
pueblo, donde reunió a toda la gente y contó un chiste, todo el mundo se rio, el
sabio volvió a contar en mismo chiste, la gente volvió a reírse, pero con menos
intensidad, el hombre volvió a contar una y otra vez el chiste hasta que la
gente dejó de reírse, e incluso algunos abandonaron el lugar. Entonces el sabio
les preguntó. Si no podéis reíros de una cosa muchas veces, ¿por qué lloráis
por la misma cosa una y otra vez?.
Naitom: Yo una vez lloré porque mis padres no me compraban unos zuecos
nuevos, hasta que vi a un hombre sin pies.
Evelyn: Pero no le digas esas cosas a la niña.
Naitom: Ya, pero me sucedió. Desde ese día, aprendí que siempre puede haber
otras personas en peor situación que yo.
Niña: Tenéis razón, yo lloro por unas gominolas, mientras que hay niños que
no tienen ni para comer.
Evelyn: ¿Está tu madre por aquí?.
Niña: Si.
Evelyn: ¿Dónde está?.
Niña: En el kiosco.
Evelyn: Entonces, te está comprando gominolas.
Niña: ¡Qué va!, es la kiosquera.
Evelyn: Pues vaya. En fin…, nosotros nos tenemos que ir. Toma un par de
euros, para que te compres unas golosinas. Pero lo mejor será que no las
compres en este kiosco.
Niña: Adiós. Y gracias por el dinero.
Hipólita: Adiós.
Después de echar a andar Hipólita de dice a Evelyn.
Hipólita: Lo del poeta hindú y la historia, no tenían mucho que ver con la niña
y lo que le pasaba.
Evelyn: Es que con esas cosas hay que ir poco a poco, no como Naitom, tan
delicado con mujeres y tan bruto con las niñas.
Naitom: Hay cosas que es mejor dejarlas claras desde un primer momento,
para que no haya malentendidos.
Hipólita: Estoy segura que tus pocas palabras dejaron más claras las cosas a la
niña, que las muchas, de Evelyn.
Evelyn: Si es que…, hay veces que es mejor decir mucho con pocas palabras,
que poco con muchas.
Naitom: ¿Qué hacemos ahora?.
Evelyn: Yo tengo que hacer una cosa, vosotros ir al hotel y dejar las bolsas en
nuestra habitación, después hacer lo que queráis pero sin meteros en líos. Nos
vemos aquí en tres horas.
Hipólita: ¿Tres horas?
Evelyn: Tienes razón. Preguntáis a la gente que hora es, y cuando os digan las
siete, os venís hasta aquí, tener cuidado de no perderos.
Naitom: OK
Evelyn se fue a la tienda de esoterismo y tatuajes, mientras, Hipólita y
Naitom se fueron al hotel, a dejar las bolsas con sus ropas usadas. Después
fueron al parque a dar un paseo y al rato continuaron su paseo por las
enrevesadas calles de la ciudad..
A las siete y media llegaron Hipólita y Naitom al punto indicado por
Evelyn.
Evelyn: Habéis tardado un poco.
Hipólita: Estos hombres que les gusta preguntar ni la hora.
Evelyn: Sean de la época que sean. Sean del lugar que sean. Tengan la edad
que tengan, son todos iguales.
Naitom: Estas mujeres que les gusta mirar todos los escaparates.
Evelyn: Ya veo que os habéis adaptado demasiado pronto a la vida moderna
de la ciudad. Busquemos un sitio para cenar.
Una vez acabaron de cenar los tres amigos se fueron a un pub que les
habían recomendado. Hipólita estaba tomando algo en la barra del pub, tan
tranquila junto a Evelyn, cuando un hombre, que llevaba un rato observándola,
en plan chulesco se le acerca, y sin decir nada le echa el humo de su cigarro
cerca de la cara, Hipólita comienza a toser.
Paolo: Hola ragazza, ¿quieres bailar?.
Hipólita: No.
El hombre vuelve a echarle el humo cerca de la cara.
Paolo: No seas cortarrollos, que te lo haré pasar muy bien.
Hipólita: No, no me gustan los hombres en general, y menos los gallitos como
tú.
Paolo: Pues si te va el rollo de las mujeres, a mí no me importa, tengo para ti y
para tu bambina.
Evelyn: Te ha dicho que no quiere nada contigo. Y no vuelvas a echarle el
humo a la cara, que tú eres libre de fumar y matarte como quieras, pero no es
tu decisión el como queremos morir nosotras. Además afuera hay un cartelito
que pone que está prohibido fumar aquí dentro.
Paolo: ¿Sabes con quién está hablando?.
Evelyn: No, ni me importa.
Paolo: Yo soy el dueño del local y echaré el humo donde a mí me de la gana.
Hipólita: En ese caso será mejor que nos vayamos.
Evelyn: Si, será lo mejor, que no quiero darle un tortazo al chulito este, no
vaya a ser que me llene la mano de mocos.
Paolo: Fue a hablar de mocos la niñata, seguro que todavía usas pañales.
Cuando las dos mujeres se disponían a irse, el hombre agarró por el brazo
a Hipólita, quien se giró.
Hipólita: Será mejor que me sueltes.
Paolo: Golpéame si tienes lo que hay que tener.
ZAAASSSSSS!. Tortazo que le arreó Hipólita. Naitom que en ese
momento regresaba del aseo, se abalanzó sobre el hombre, dándole un
puñetazo, que lo dejó patas arriba, al instante llegaron un par de porteros
intentando golpear a Naitom, quien con varios puñetazos y patadas, les tumbó.
Naitom: Pero, ¿qué ha pasado?.
Evelyn: Luego te contamos, vayámonos.
Los tres amigos se fueron rápidamente del garito.
Evelyn: Cosas como estas le quitan a una, las ganas de salir de fiesta. Bueno,
gente buena y mala hay en todas partes. Vayamos a otro pub. Que todavía es
pronto
Bily iba por una calle solitaria, cuando a lo lejos ve un hombre con dos
“peazo” mujeres, una rubia de media melena a un lado y una morena de pelo
largo al otro
Bily: Que suerte tienen algunos.
Dice para si Bily. Antes de cruzarse con el trio, estos giran a la derecha
entrando en un callejón. Bily ve que les siguen dos hombres, y puede ver
como uno de ellos lleva medio escondido un bate de beisbol. Bily abre la
mochila que lleva a la espalda y saca dos bastones cortos que los une con un
simple giro de muñeca.
Luigi: Eh vosotros, dadnos todo el dinero, si no queréis que os hagamos la
cirugía estética.
El hombre y las dos mujeres no hacen ni caso y siguen hacia adelante.
Francesco: Además de una operación de cara también necesitan una
operación de oído.
Cuando están llegando al final otros tres hombres les cierran el paso.
Acorralando a Evelyn, Hipólita y a Naitom.
Luca: ¿A dónde vais tan deprisa?.
En ese momento llega Bily por detrás de los hombres.
Bily: Buenas noches señores. Creo que no nos conocemos. Mi nombre es Bily.
Luigi: Es mejor que no te metas donde nadie te llama,…. Bily. Esto es entre
este señor y nosotros.
Bily: No, si yo no me meto, lo que pasa es que yo los he visto antes, por lo
tanto tendré derecho a robarles primero.
Francesco: Esto no es por dinero.
Luigi: Ya está bien de tonterías.
No acaba de hablar cuando el hombre ataca a Bily. Quien reacciona le
para el golpe de su bate con su bastón, y como un rayo de devuelve el golpe
dejándolo tirado en el suelo, acto seguido un ciento de golpes le caen a otro de
los hombres, quien se queda arrodillado quejándose de los golpes recibidos.
Los tres hombres que quedan le atacan a la vez, pero Bily se revuelve y con su
bastón les deja KO.
Bily: No os preocupéis, mientras esté yo aquí, no os pasará nada.
Le dice al hombre y a las dos mujeres. Bily ve venir a los otros tres
hombres y con su bastón, continua repartiendo golpes para todos, hasta que
finalmente les derrota.
Evelyn: ¡Eres mi héroe!.
Bily: ¡Evelyn!.
Naitom: Has luchado muy bien.
Bily: Podíais haber ayudado un poco.
Hipólita: Y quitarte la ilusión de salvar a dos damas en apuros.
Evelyn: Es que tienes que practicar, que si no, te oxidas.
Naitom: Pero si ya les habíamos dado una buena hace un poco a alguno de
ellos.
Bily: Ahora lo entiendo todo. Querían vengarse de vosotros.
Naitom: Enfrentarse de nuevo cara a cara, es una segunda cita, y eso es de
hombres. Vengarse, es atacar por la espalda, y eso es de cobardes, gente sin
agallas, y no son dignos de nada.
Mientras los cuatro amigos están hablando, los cinco hombres se
levantan, uno de ellos saca una pistola y la dispara sobre Bily, a quien le
alcanza en la espalda, Naitom se abalanza sobre él para cogerlo antes de que
caiga al suelo, mientras Evelyn más rápido que un rayo, le coge el bastón a
Bily y le da un golpe en la mano al hombre, arrebatándole la pistola, quien
sale corriendo junto al resto de hombres.
Hipólita: Bily, estás bien
Evelyn:¡BIIIILYYY!.
Naitom: Resiste, te curaremos.
Bily: Tranquilos, no pasa nada, estoy bien. No veis, no sangro ni nada. Ahora
ya me ha quedado clara la diferencia entre un caballero y un vengador.
Naitom: Es verdad, no hay sangre. ¿Es qué no te ha alcanzado o qué?.
Evelyn: ¿Qué tal estas Bily?
Bily: Bien. Si que me ha dado. Me duele un poco, pero mirar.
Bily se sube la camiseta y les enseña un chaleco de color azul claro, que
llevaba debajo de su camiseta.
Evelyn: Si, muy bonita, ¿peeero?.
Bily: Es un chaleco de un compuesto de grafeno y otro de un gel especial que
se endurece al recibir un impacto.
Evelyn: ¿De qué?.
Bily: De grafeno, una alotropía del carbono, que bien solo, o bien combinado
con otros elementos adquiere unas propiedades determinadas, en este caso
elasticidad y resistencia. Vamos, en pocas palabras, podríamos llamarlo
chaleco antibalas y anticortes.
Evelyn: ¿Cómo se os ha ocurrido la idea?.
Bily: Como casi todas las grandes ideas, uno, dos o un equipo de gente
inteligente, inventan o descubren un par de cosas, y un tipo listo tiene la
brillante idea de unirlas. La fregona, la piruleta, etc., etc. Así nació este
chaleco antibalas, cogimos el gel que se endurecía con los golpes, por un lado,
y el grafeno por otro, y los unimos. Como dice el emblema de una gran
empresa: “Las mentes son como los paracaídas. Sólo funcionan cuando están
abiertos”.
Evelyn: Como dijo una persona inteligente: “Las mentes pobres hablan de los
demás, las mentes pequeñas hablan de sucesos, las mentes medianas hablan de
hechos y las mentes grandes hablan de ideas”.
Bily se levanta la camiseta y les enseña donde le alcanzó la bala.
Bily: Debemos irnos antes de que venga la policía. A todo esto.
Bily silba a las dos chicas.
Bily: Vaya curvas peligrosas que tienen esos cuerpos tentadores.
Naitom: Las curvas más hermosas son las curvas de las sonrisas de sus bocas.
Bily: Tienes razón. ¿De dónde venís vosotras tan guapas y tú tan elegante y
moderno?.
Hipólita: Perdona, no estamos guapas, estamos divinas.
Bily: Para mí siempre estáis divinas. Bueno… tú no Naitom.
Evelyn: En cuanto a la ropa, pues debíamos modernizarnos un poco y en
cuanto de donde venimos, pues decidimos salir a conocer la ciudad de noche,
que un poco de fiesta no nos viene mal, hasta que uno de esos hombres de
antes se puso pesado con Hipólita y acabamos a mamporros, y después, pues
ya sabes lo que pasó.
Poco después llegaron al hotel.
Bily: Vosotros ir subiendo, que yo tardaré un poco, tengo que hacer una
llamada de teléfono, y quizás tarde un poco.
Evelyn: Está bien, nos iremos a descansar, que además, me imagino que
mañana tendremos un día ajetreado.
Bily llamó a Leo, su amigo el investigador y estuvieron hablando durante
largo rato. Cuando acabó le pidió la llave a la chica de recepción y se fue para
su habitación. Como se imaginaba que Naitom ya estaría durmiendo, decidió
entrar haciendo el menor ruido posible y sin encender la luz, ahí, palpando
como podía, llegó a la cama, una vez comprobó que por ese lado estaba libre,
se quitó la camiseta, el calzado y los pantalones, para después meterse
despacito entre las sabanas de la cama. Cuando estaba dentro notó como su
compañero de cama se volvía contra él. Bily intentó empujarlo suavecito hacia
el otro lado, pero no podía.
Bily: Naitom yo también te tengo mucho cariño, pero que corra un poco el
aire... Déjame un poco de sitio.
Hipólita: ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHH!.
Bily ante semejante grito, pegó un salto de la cama.
Bily: Pero que haces tú en mi cama, y además gritas. Casi me matas del susto.
Hipólita: Para susto el que me diste tú a mí, y la pregunta es, ¿qué haces tú, en
mi cama?.
Evelyn se despierta y enciende la luz.
Evelyn: ¿Qué son esos gritos?, ¿qué ha pasado?.
Hipólita: Que Bily se ha metido en nuestra cama.
Bily: Pero si esta es mi cama, y esta es mi habitación. A todo esto, ¿dónde está
Naitom?.
Evelyn: ¿Dónde va a estar?, en la otra habitación, cuando vinimos le estuve
enseñando para que servían las cosas del baño y enseguida se metió en la
bañera, así que decidimos cambiarnos de habitación.
En ese momento se oye aporrear la puerta.
Naitom: ¿Estáis bien?, ¿ha pasado algo?.
Evelyn: Mejor dicho, está en el pasillo.
Bily: Vaya, podíais haber avisado. De todos modos, discúlpame Hipólita. No
era mi intención.
Hipólita: No tengo problema en compartir cama contigo, sólo compartir,
ehh…, pero es que me has pegado un susto de muerte.
Bily: “Pa” susto el que me diste tú a mí, con ese grito.
Bily se dirige hacia la puerta y la abre.
Bily: Pasa Naitom…
Naitom: ¿Qué ha pasado?.
Bily: No ha pasado nada, sólo un malentendido.
Naitom: Menudo susto, bueno, pues si no ha pasado nada, yo me voy a
dormir, que tengo sueño. Hasta mañana.
Bily: Espera, que me voy contigo. Hasta mañana chicas. Que durmáis bien.
Evelyn: Hasta mañana. Que descanses.
Hipólita: Hasta mañana.
Bily coge sus cosas y se va con Naitom a su habitación.
Cuando los chicos se van, Evelyn le dice a Hipólita.
Evelyn: Vaya, así en calzoncillos, mejoran bastante.
Hipólita: No me había fijado.
Evelyn: Por que será que no te creo.
Hipólita: Vaaaale…, si…, me has pillado, pero no son mi tipo.
Evelyn: ¡Que no son tu tipo!.
Hipólita: A mí me gustan más musculosos.
Evelyn: Para ti todos, excepto Bily.
Hipólita: Así tendré más donde elegir.
Evelyn: Pero si tú odias a los hombres.
Hipólita: Si, pero sólo a ratos.
Evelyn: Serás pillina.
Las dos mujeres se echaron a reír y finalmente se echaron a dormir.
Mientras tanto.
Naitom: Pero ¿qué has hecho?.
Bily: Como no me dijisteis nada, pedí la llave de la primera habitación que
habíamos escogido para nosotros, y a oscuras, para no despertarte me metí en
la cama, hasta que Hipólita se dio cuenta de que éramos demasiados y pegó un
grito que casi me mata.…, ¡Vaya susto!.
Naitom: Así que con dos mujeres en la cama, serás granuja.
Bily: Anda que tú, toda la noche presumiendo de mujeres.
Naitom: Fue divertido, pero…
Se hace el silencio entre los dos amigos.
Bily: ¿Pero qué?. Vamos, di algo.
Naitom: Hoy he conocido a una chica, a la que no puedo apartar de mi
cabeza. Cuando la vi, su esbelto cuerpo me atrajo, su dulce mirada me
hechizó, su contagiosa sonrisa me cautivó y su suave voz me enamoró. Ella es
la mujer más bella que mis ojos han visto jamás.
Bily: Eso mismo me ocurrió a mí, con Shirley.
Naitom: Ghina es la brisa que trae nuevos aromas en la primavera, es la lluvia
que en verano los calurosos días refrigera, es la tierra que en otoño las hojas
recién caídas de los árboles, delicadamente recoge, es el fuego que en invierno
calienta y alumbra las frías y oscuras noches, es la estrella polar que me
orienta en el inmenso firmamento, es el sol que da energía a mi cuerpo, es la
razón por la que me levanto cada mañana.
Bily: Pero si la acabas de conocer.
Naitom: Es la dama más bella, la más linda, la más bonita, la más hermosa, la
más atractiva, la más llamativa, la más seductora, la más excitante, la más
apasionante, la más tentadora, la más insinuante, la más impactante, la más
cautivadora, la más fascinante, la más sugerente, la más maravillosa, la más
hechicera, la más encantadora, la más resplandeciente, la más dulce, la más
tierna, la más delicada, la más impresionante, la más asombrosa, la más
admirable, la más extraordinaria, la más guapa, es la más ardiente, la más
impetuosa, es la más afectuosa, es la más fogosa, la más simpática, la más…
indescriptible. La verdad es que no tengo palabras para describirla.
Bily: Menos mal.
Naitom: Es dulzura, es ternura, es pasión, es inspiración, es vida.
Bily: Es fácil enamorarse de una mujer, en un instante, pero debemos ser
capaces de amar a la persona por toda la vida, como me ha pasado a mí con
Shirley, ella es la brújula que orienta mi destino, es la luz que ilumina mis
pasos en el camino, es el sol que me da energía cada día, es quien que me da la
fuerza, es el aire que respiro. Shirley es el pensamiento con quien me acuesto
y me levanto cada día. Shirley es la mano que me levanta cuando caigo.
Shirley es inspiración, es deseo, es pasión, es tranquilidad…
Naitom: A todo esto, ¿quién es Shirley?
Bily: No me cambies de tema, que estamos hablando de ti. Pero si ya tienes
dos mujeres.
Naitom: Ella es distinta.
Bily: Todas son distintas a todas, no hay dos iguales. Olvídala, igual que
vienen se van.
Naitom: No puedo olvidarla.
Bily: Seguro que dentro de un par de días, cuando estemos lejos de aquí y no
la veas, lo conseguirás.
Naitom: No puedo, siento que ella es mi alma gemela.
Bily: Te recuerdo que ya tienes dos almas gemelas.
Naitom: Pero con las otras dos mujeres no he sentido lo mismo al verlas por
primera vez. Tengo ganas de ver a Ghina a cada momento, de hablar con ella,
de compartir cada instante de mi vida con ella, de ver su carita al despertarme,
de pasear a su lado.
Bily: Por eso las mujeres odian a los hombres, porque tenemos una mujer y
buscamos a otra.
Naitom: Pero yo no la buscaba, simplemente la encontré, el destino hizo que
nuestros caminos se cruzarán.
Bily: Las oportunidades se presentan una vez en la vida y se van para no
volver, el destino es la misma oportunidad que se repite.
Naitom: ¿Qué me quieres decir?.
Bily: Quizás has visto en ella algo que te ha hecho perder la cabeza, que puede
que mañana no lo veas y sea un amor a primera vista pasajero.
Naitom: Pero no lo siento así.
Bily: Es mejor que la olvides, si estáis destinados a estar juntos, volveréis a
encontraros.
Naitom: Recuerda que me dijisteis que si me enamoro de una chica, se lo
tengo que decir, pues si no se lo digo, puede que me arrepienta toda la vida.
Bily: Yo te entiendo, el destino es muy caprichoso y no siempre pone a nuestra
alma gemela en nuestro camino en el momento oportuno, pero eso no siempre
lo entienden las mujeres, ellas piensan que estamos continuamente buscando a
otra más joven y más guapa.
Naitom: Si, de esos, conozco alguno.
Bily: Tú lo has dicho, conoces alguno que lo hace, pero no todos los hacen.
Naitom: ¿Tú estás enamorado de tu mujer?.
Bily: Si.
Naitom: ¿Es tu alma gemela?.
Bily: No.
Naitom: Entonces te ha pasado lo mismo que a mí.
Bily: No Naitom. Mi alma gemela la conocí cuando yo era un chavalín, y a mi
mujer la conocí siendo un mozo.
Naitom: ¿Por qué la dejaste escapar?.
Bily: No la dejé escapar, el destino me la arrebató.
Naitom: ¿Murió?.
Bily: No, simplemente desapareció.
Naitom: Y si el destino la pusiese otra vez en tu camino, ¿qué harías?.
Bily se queda pensando unos segundos.
Bily: Si realmente crees, que esta mujer, es tu alma gemela, lucha por ella. No
hay nada más hermoso que compartir el tiempo con los seres queridos, y sólo
tenemos una vida. En esta vida tan importante es amar como ser amado, pero
lo máximo, es ser amado por la persona a la que tú amas..
Naitom: Será mejor que lo deje.
Bily: ¿Por qué?, ¿por vergüenza?. No dejes que un mal momentito, te ruine el
resto de tu vida. No puedes estar cada día pensando que hubiera pasado se te
hubieras atrevido a decirla algo. Si ella está interesada en ti te hará fáciles las
cosas. Pero debes demostrarla que estás dispuesto a luchar por ella.
Naitom: No, no es eso, cuando la tengo enfrente, me olvido completamente de
la vergüenza, siento una confianza para hablar que nunca antes había sentido
cuando estaba delante de una mujer. Todo es distinto.
Bily: ¿Tienes miedo a que se ría de ti?. Si lo hace con malicia, es que no te
merece. Ni tú deberías perder más el tiempo en ella. Si lo hace con picardía, es
que quiere que sigas luchando por ella.
Naitom: Tampoco es eso. Me encanta ver su sonrisa, se pone tan hermosa.
Bily: ¿Qué pasa?, ¿qué alguien te ha hablado mal de ella?. No hagas caso a las
habladurías, debes escucharla tú mismo. En este mundo hay demasiada gente
malvada, que sólo vive, para hacer el mal a los demás.
Naitom: No Bily, déjalo, todo es más complicado.
Bily: Ya lo sé, dos mujercitas te han dicho que no pertenecéis a la misma
época, que tú estás de paso, que no te la puedes llevar contigo, que tú estás
todo el día jugándote la vida por un desconocido, que quizás ella no quiera
dejar su vida y que tú tampoco puedes dejar la tuya, que…
Naitom interrumpe la charleta de Bily.
Naitom: Será mejor que durmamos. Pero antes una cosa, tú, no eres un
desconocido, eres un amigo.
Bily: ¡Es eso!. Naitom, no permitas que nadie ni nada se interponga en tus
deseos. Si tú quieres estar junto a ella, debes proponérselo, y después que ella
decida.
Naitom: ¿Dejarías a tu mujer para volver con tu alma gemela?
Bily: Será mejor que durmamos, mañana tenemos que irnos de viaje.
Naitom: ¿A dónde?, ¿a París?.
Bily: Efectivamente. Hasta mañana.
Naitom: Hasta mañana. Je, je, ya sabía yo que tocándote ese tema, no
seguirías hablándome de Ghina. Ahora que me doy cuenta, le entregué una
tarjeta para una cita para mañana.
Bily: Naitom.
Naitom: ¿Qué?.
Bily: Olvídate de mí y ve con ella. Te agradezco mucho lo que has hecho por
mí, pero tú debes buscar tu sueño. No le des plantón en vuestra primera cita.
Naitom: Quizás ella sólo sea un sueño, pero lo tuyo es una realidad y te
prometí que te ayudaría a salvar a tu familia, después habrá tiempo para
perseguir mis sueños. Lo más seguro es que ni acuda a la cita.
Bily: ¿Y si no hay un después?. Debes vivir el presente. Ve con ella.
Naitom: Yo soy un hombre de palabra y si prometo algo, lo cumplo.
Bily: Tu, ya has cumplido tu promesa. Así que ve a por ella, que puede que
nunca tengas otra oportunidad. Y si sientes que es tu alma gemela, no puedes
dejar escapar la ocasión de intentarlo, pues siempre estarías echándome la
culpa de lo sucedido, y al final ni chica, ni promesa. Por favor Naitom, ve a
por ella. Además, ya la has invitado, y dejarla plantada no es de caballeros.
Naitom: Gracias amigo.
A la mañana siguiente cuando sonó el despertador, Bily se levantó y
comprobó que Naitom no estaba en la cama.
Bily: Pues si que madruga este hombre. Bueno, será mejor que vaya a entrenar
un poco, antes de desayunar. Suerte amigo.
Bily se vistió, cogió su mochila con los bastones dentro y se dirigió a la
habitación de las chicas, quienes tampoco estaban. Después salió a correr un
poco por el parque, esperando encontrarse con Evelyn e Hipólita. A los pocos
minutos localizó a las chicas, quienes estaban practicando el Muai Thai.
Bily: Buenos días chicas.
Evelyn: Buenos días dormilón.
Hipólita: Buenos días.
Bily: ¿Habéis visto a Naitom?.
Las dos chicas miran para arriba.
Naitom: Pero, ¿qué horas son estas?.
Bily: Gracias por elegir promesa.
Naitom: Es que es demasiado temprano para elegir sueño.
Bily: Eso me pasa por hablar.
Naitom: En realidad he elegido promesa. Si realmente ella es mi media
naranja, seguro que el destino me la pondrá otra vez en mi camino.
Bily: Elijas lo que elijas, yo estaré contigo, pero si me eliges a mí, será mejor
que le digas o por lo menos que le envíes un mensaje, para decirla que no irás
a la cena, por el motivo que sea.
Naitom: Tienes razón. Tengo que ir a hablar con ella.
Bily: Pero más tarde, que ahora está todo cerrado.
Hipólita: Vamos chicos que tenemos que entrenar.
Evelyn: Bily, ¿Se te han pegado las sabanas al trasero?.
Hipólita: ¿O es que te has pasado toda la noche buscando tu cama?.
Evelyn: Recuerda que a quien madruga Dios le ayuda, de hecho cuando
veníamos para aquí nos encontramos este reloj…, parece de oro.
Naitom: Que razón tienes.
Bily: Evelyn, pero no olvides que por mucho madrugar, no amanece más
temprano. De hecho quien lo perdió, madrugó más que vosotros.
Naitom: En eso tienes razón.
Hipólita: Quizás lo perdiese ayer, y si hoy hubiese madrugado más, quizás lo
hubiera encontrado antes que nosotros.
Evelyn: Como dijo el famoso filósofo francés René Descartes: “No hay nada
repartido de modo más equitativo que la razón, todo el mundo está
convencido de tener suficiente”.
Bily: Como dijo alguien: “Toda cuestión tiene dos puntos de vista, el
equivocado y el mío”.
Mientras debaten sobre su modo de pensar, llega un hombre muy
elegantemente vestido, traje de marca, pañuelo italiano de color negro con
rayas inclinadas moradas, cuyos colores brillaban como las estrellas en una
oscura noche de verano, unos zapatos blancos acabados en punta, cinto blanco
de auténtico cuero, camisa morada y chaleco blanco, también llevaba puestas
unas gafas de sol y el pelo completamente engominado.
Jaky: Buenos días bellas damas. Buenos días caballeros. Estoy buscando un
reloj de oro, ¿no lo habréis visto?.
Bily: Uno de la marca Niungi. Con tres esferas e incrustaciones de brillantes
azules.
Jaky: No uno de la marca Felines. Con una sola esfera y con incrustaciones de
rubíes en el tres, en el seis, en el nueve y en el doce, y con esmeraldas algo
más pequeñas en el resto de números, además de tener un diamante en cada
una de las agujas.
Evelyn: Una pregunta más, ¿cuándo lo perdiste?.
Jaky: Hoy por la mañana, se me olvidó quitármelo antes de salir a correr, y
como me molestaba me lo quité, lo puse en un bolso de la chaqueta del
chándal, pero hace un poco, cuando estaba recogiendo la ropa de deporte, me
di cuenta de que el bolso estaba roto.
Evelyn: Aquí tienes tu reloj. Ten cuidado con él, parece muy valioso.
Jaky: Gracias. Si que es valioso. La verdad es que lo encontré durante una de
las guerras en las que combatí.
Naitom: Que ese reloj te sirva para no olvidar, que en las guerras, la gente
humilde, no gana nada, sólo pierde.
Jaky: ¿Por qué has dicho eso?.
Bily: Acaba de vivir una guerra.
Hipólita: En las guerras, cuando uno pierde algo, hay otros que ganan mucho,
y estos suelen ser los que las provocan y luego no dan la cara.
Jaky: ¡Que me vais a contar vosotros de la guerra!.
Evelyn: No subestimes con quien estás hablando, que la vida da muchas
sorpresas.
Al momento pasan un par hombres corriendo al lado de ellos y Jaky se les
queda mirando.
Naitom: OYE, NO NOS HEMOS VISTO ANTES.
El hombre que reconoce a Naitom, evita mirarle y acelera la carrera, al
momento Naitom sale corriendo detrás de él.
Hipólita: PERO DONDE VAS, DÉJALE.
Jaky: ¿Qué os ha hecho?
Evelyn: Ayer por la noche, un pesado no dejaba en paz a Hipólita, y al final de
arreó un bofetón, entonces se montó el lio padre, y tuvimos que irnos. Poco
después, cinco hombres entre los que estaban esos dos, nos atacaron en un
callejón sin salida, pero un apuesto y valiente caballero nos salvó.
Jaky: ¿Un solo hombre os salvó de los cinco atacantes, incluidos ellos?. Muy
bueno debe ser. Seguro que vino a la concentración de luchadores. Ya me
hubiera gustado a mí ser quien salvase a dos damas tan hermosas como
vosotras.
Bily: Concentración de luchadores. ¿Qué concentración?.
Jaky: Cada tres años, en Birmania, se celebra un campeonato para saber quién
es el mejor luchador de todos, no importa el tipo de combate, cada uno puede
practicar su especialidad, muay thai, boxeo, kárate, valetudo, capoeira, sumo,
lo que sea. Vale todo excepto tres cosas, patadas en ciertas partes, mordiscos y
el uso de cualquier tipo de armas, evidentemente, también pueden participar
mujeres, para ellas las reglas son las mismas además de que a ellas no se las
puede golpear en el pecho.
No acaba de decir la frase, cuando ven acercarse a Naitom corriendo a
todo lo que daban de si sus piernas.
Naitom: VAMOS, CORRER, QUE SON MUCHOS Y MUY GRANDES.
Bily: ¿Pero qué pasa?.
Todos se dan la vuelta y se quedan mirando como pasa Naitom corriendo
a su lado y no ven acercarse a un grupo de unos veinte hombres, por detrás.
Luigi: DETENTE COBARDE.
Naitom mira hacia atrás, y como ve que sus amigos no le siguen se para y
se acerca a ellos.
Naitom: ¡Giraros!.
Todos se dan la vuelta y ven como el grupo de hombres se acercan a ellos.
Luigi: Valiente, ven aquí si te atreves.
Jaky: Para valiente tú, que necesitas de unos cuantos amigotes para
enfrentarte a un hombre indefenso.
Luigi: Será mejor que te mantengas aparte, que este hombre ya me golpeó a
traición ayer por la noche.
Jaky: No sería el que os derrotó él solito a varios de vosotros.
Luigi: No, ese iba armado, y ya está criando malvas.
Jaky: No me dijisteis nada de que le mataron.
Evelyn: Bueno…, le dispararon por la espalda pero no le mataron.
Jaky: Entonces estará herido.
Hipólita: Bueno…, la verdad es que tampoco está herido.
Mientras tanto Bily saca un par de bastones, los cuales une y le pasa uno a
Hipólita.
Hipólita: De hecho está aquí.
Todos se giran y se quedan mirando a Bily, quien les sonríe al tiempo que
les saluda levantando su mano izquierda ligeramente.
Luigi: Dejémonos de tonterías. A POR ELLOS.
Al instante todos los luchadores se abalanzaron sobre los cuatro amigos.
Evelyn y Naitom en un principio se defendieron a golpe limpio, puñetazo por
aquí, patada por allí, rodillazo a quien pillaban, codazos... Hipólita utilizaba el
bastón que Bily le había dado y mantenía a raya a todo el que se acercaba.
Jaky se unió a los cuatro amigos para intentar que el resto de luchadores les
dejaran en paz y dejaran de pelear. Bily repartía para todos, hasta que
consiguió darle su bastón a Evelyn, y después a demostrar sus habilidades de
Kick boxing, al cabo de varios golpes recibidos y un par de volteretas por el
suelo, consiguió coger otro par de bastones, los cuales unió y comenzó a
repartir más mamporros. Uno de los luchadores que le había visto, se dirigió
hacia la mochila y sacó los dos bastones que quedaban, los cuales unió
formando un bastón largo que utilizó para atacar a Bily, pero Hipólita se
interpuso devolviendo el golpe al atacante. La pelea duró varios minutos en
los que Evelyn e Hipólita demostraron sus habilidades con el uso de las armas,
Bily pudo poner en práctica sus avances en la lucha, mientras que Naitom
demostró que es el mejor luchador de todos. En medio del jaleo se encontraba
Jaky intentando poner paz, apartando a unos y a otros, sin quererlo se hizo con
el bastón que uno de los luchadores le había cogido a Bily de su mochila.
Jaky: EH TU, SI TAN VALIENTE ERES, PELEA UN UNO CONTRA UNO.
La pelea continuaba y uno a uno, los atacantes iban cayendo, hasta que se
oyeron las sirenas, momento en el que todos salieron corriendo, excepto
Hipólita y Naitom.
Naitom: ¿PERO DONDE VAIS?, QUE TODAVÍA NO HEMOS ACABADO.
Bily oye gritar a Naitom, se da la vuelta y le agarra por un brazo.
Bily: Tú si que vas a acabar, pero en la cárcel como no te vengas.
Naitom: Está bien, ya vamos.
Evelyn: Pero que hacéis, daros prisa.
Todos salieron corriendo hacia el hotel, e incluso alguno de los
luchadores. Una vez en el hotel.
Jaky: Mi nombre es Jaky, vosotros, ¿quiénes sois?.
Bily: Yo soy Bily, ellas son Evelyn e Hipólita, y él es Naitom.
Jaky: Ahora ya sé vuestros nombres, pero me refiero a que, ¿quiénes sois?,
¿de dónde habéis salido?.
Bily: Pues yo vengo de España, Naitom viene de Tailandia, Hipólita, no sé
muy bien si de Grecia o de Turquía y Evelyn viene de… de…
Evelyn: De aquí y de allí.
Hipólita: Haces muchas preguntas, y no sabemos nada de ti.
Bily: Bueno chicos, será mejor que nos vayamos a nuestras habitaciones, que
dentro de un par de horas sale nuestro avión y debemos estar en el aeropuerto
una hora antes. Encantado de conocerte Jaky, pero eso que llevas en la mano
es nuestro.
Jaky: Si, tienes razón, toma. El placer ha sido mío. ¿Nos volveremos a ver?.
Hipólita: Para mí también ha sido un placer conocerte, pero dudo que nos
volvamos a ver.
Jaky: Espero que no sea así.
Naitom: Hasta otra y gracias por tu ayuda.
Evelyn: Quizás yo si que te vuelva a ver. La vida da muchas vueltas antes de
encontrar la muerte.
Bily: Para nosotros ha sido un placer conocerte, es difícil que nos volvamos a
ver. Adiós y cuídate.
Jaky: Adiós, cuidaros vosotros también.
Todos se despidieron para después irse cada uno a sus aposentos. Una vez
en la habitación Bily les enseñó a sus amigos sus nuevos juguetes.
Evelyn: Creo que ya es hora de que nos des una explicación.
Bily: Como ya os dije, cuando acabé en la universidad, tuve la suerte de
conseguir una beca para realizar investigaciones en la universidad de Roma.
Evelyn le interrumpe.
Evelyn: No es suerte, es estar en el lugar adecuado, en el momento preciso,
tener la preparación requerida y aprovechar la oportunidad presentada.
Bily: Puede ser... En Roma me incorporé al equipo de Leo, quien se dedicaba
a investigar la resistencia de varios materiales con unas propiedades
especiales, entre los que destacaban dos, el primer compuesto es una especie
de gel, formada por polímeros, que se endurece instantáneamente al recibir un
impacto, y que fue descubierta por un equipo de ingenieros químicos que
trabajaban en Inglaterra, y la segunda es un compuesto basado en las
propiedades del carbono, en particular las del grafeno, el cual fue descubierto
en los años treinta, por Konstantin Novoselov y Andre Geim, quienes
recibieron el premio nobel en el año dos mil diez. Una vez se me acabó la
beca, Leo siguió contando conmigo, pero llegó un momento en el cual me di
cuenta de que este modo de vida me tenía esclavizado dentro de mi vida y que
no era feliz, así que lo dejé todo y regresé a Asturias, para trabajar como
guarda forestal, rodeado de naturaleza y de animales, que es realmente lo que
me apasiona. Pero aun así, siempre seguí relacionado con Leo y con sus
investigaciones, a quien aportaba mis ideas, pero más como un hobby, que
como un trabajo. Debido a mi relación con Leo, le he hecho una visita para
pedirle un encargo…, hacer unos juguetitos para todos, que sean ligeros,
resistentes e invisibles para los detectores de metales.
Bily posa uno de los bastones que llevaba en la mano, encima de la cama,
mientras otro lo sujeta con las dos manos, hace un leve giro de muñecas, suena
un clic y separa el bastón en dos, después deja uno de los dos bastones cortos
encima de la cama y con las dos manos vuelve a hacer un giro de muñecas,
pero en esta ocasión no se separa en dos, sino que comienza a separar ambas
partes momento en el que comienza a verse el filo de una espada, al momento
saltan cuatro gavilanes, al final el bastón resulta ocultar una espada con un filo
de unos ochenta centímetros de longitud y una empuñadura de unos veinte
centímetros.
Evelyn: Me gusta más mi espada.
Bily: A mí también me gusta más tu espada, pero esta pasa desapercibida.
Toma.
Evelyn: Es ligera. Espero que resista dos golpes.
Bily: Ya tendrás tiempo de probarla.
Bily le da un bastón largo a Naitom.
Bily: Toma Naitom, este es para ti. Hipólita dame el bastón que llevas en la
mano.
Hipólita le da el bastón a Bily, quien vuelve a separarlo en dos más
cortos, coge uno de ellos, y le quita un pequeño capuchón haciéndolo girar.
Este bastón está partido en dos partes, las cuales separa lentamente hasta
formar un arco.
Hipólita: A mí también me gusta más mi arco.
Bily: Si, tienes razón, es más bonito, pero este lo puedes llevar contigo sin
problemas.
Hipólita: Y las flechas.
Bily: Hemos fabricado algunas, las cuales debes llevar en el carcaj que está
ocultado dentro de esta mochila.
Bily coge una mochila alargada que hay encima de la cama y se la da a
Hipólita.
Bily: Ves abres la mochila y hay tienes varias flechas, siempre que puedas,
recupéralas. Evelyn quédate con el bastón que tienes en la mano, una parte es
una espada y otra es un arco, también tienes otra mochila para ti encima de la
cama. Hipólita, esto te va a gustar.
Bily coge otro bastón corto y este lo separa en otros dos más cortos, uno
se lo entrega a Hipólita y el otro lo sujeta Bily con las dos manos, quien
vuelve hacer un leve giro y obteniendo un Sai.
Bily: Cógelo por ambos extremos, y haz un leve giro de muñecas. Y ahora ve
separando ambas partes, igual que hago yo.
Hipólita: Tenías razón, me ha gustado. Pero estoy más acostumbrada a utilizar
una espada.
Bily: No te preocupes ya me los quedo yo. Si cogemos la vaina de la espada y
quitamos el extremo de abajo podemos obtener una lanza. Como veis podemos
combinar los bastones de varios modos, que nos serán de gran utilidad. Y por
último aquí tenéis un chaleco para cada uno, como el mío, espero que sean de
vuestra talla.
Evelyn: ¿Cómo algo tan blandito, puede parar una bala y evitar cortes?.
Bily: Está formada por una capa externa de grafeno que es prácticamente
impenetrable y resiste los punzamientos y los cortes. Otra capa interna de
medio centímetro de grosor, compuesta por un gel que al recibir un golpe se
solidifica, parando los golpes y haciendo un reparto de fuerzas en todo el
cuerpo, no sólo en un punto. Como puede ser el impacto de una bala. También
tiene una capa textil, que permite salir el sudor, impidiendo que este vuelva
hacia adentro. Otra gran ventaja es que es muy ligero y muy cómodo, puesto
que se adapta al cuerpo.
Evelyn: Vaya, es realmente increíble.
Naitom: Vamos a probarla.
Señalándose el estómago Bily de dice a Naitom:
Bily: Golpea aquí, pero no muy fuerte…, que te puedes hacer daño.
Naitom: No te golpearé fuerte, pero para no hacerte daño a ti.
Naitom golpea a Bily pero no demasiado fuerte. Bily ni se inmuta, e
incluso mira para el techo en plan chulesco y se pone a silbar.
Naitom: Te vas a enterar.
Naitom golpea más fuerte a Bily, pero lo único que consigue es
desequilibrarlo. Bily se mira las uñas y se las frota en el chaleco. Las chicas
les miran con cara de asombro por una parte y con cara de preocupación por
otra.
Evelyn: Esto no va a acabar bien.
Hipólita: ¡Que le vas a hacer!, son hombres.
Evelyn: Querrás decir, “niños”.
Bily: ¿Qué hay de malo en ser un poco niño?. Es algo que nunca deberíamos
perder.
Naitom que ve que no le hace ni cosquillas.
Naitom: Prepárate que ahora vas a saber lo que es bueno. Colócate ahí,
delante de la cama.
Bily: ¿Qué vas a hacer?.
Naitom: Nada que no me hayas pedido.
Bily: Ten cuidado.
Naitom: Tranquilo, que no va a pasar nada.
En el momento que Naitom se dispone a golpear a Bily, éste se tira para
atrás, cayendo encima de la cama, todo lo largo que es, la cual cede,
rompiéndose las patas. Naitom, se desequilibra y se cae sobre la tele, tirándola
al suelo, la cual, evidentemente, se rompe.
Evelyn: Ya te decía yo, que esto no iba a acabar bien.
Naitom: ¿Por qué te apartas?. ¿No dices que ese material se endurece con los
impactos?.
Bily: Ya, pero es que me asusté.
Evelyn: Espero que tengas dinero para pagar esto.
Bily: Pues…, después de comprar los billetes de avión sólo me quedan… unos
cien euros. A ti, ¿cuánto te queda?.
Evelyn: Después de las compras, me quedan menos de ochenta euros.
Naitom: Nos queda el zafiro.
Bily: Ahora no tenemos tiempo de ir a venderlo, debemos irnos. No os
preocupéis, ya pagaremos cuando volvamos.
Evelyn: Si…, eso… cuando volvamos pagaremos.
Hipólita: Antes de irnos, nosotros también tenemos algo para ti. Toma.
Bily cogió la bolsa que le dieron y sacó un pantalón y una camisa negras
de lino, un cinto de cuero y unos zapatos simulando a unas zapatillas, de color
blanco, además de un sombrero tipo fedora blanco, con rayas negras.
Evelyn: De nada. Para que veas que no nos olvidamos de ti.
Bily: Muchas gracias. Esto, casi se me olvida, tengo un detalle para
personalizar vuestros bastones, son unas figuras de animales, hechas con
galatita, que es un tipo de marfil artificial. Hipólita, toma una cabeza de
caballo, en tu caso fue sencilla la elección.
Hipólita: Es preciosa, muchas gracias.
Bily: De nada, sabía que te iba a gustar. Naitom, para ti tengo la cabeza de un
tigre, en tu caso dudaba entre esta y un elefante.
Naitom: Muchas gracias, es muy bonita. En cualquier caso hubieras acertado.
Bily: De nada. Evelyn, para ti tengo la cabeza de un lobo.
Evelyn: Gracias, me encanta.
Bily: De nada.
Bily: Bueno, vosotros jugar un ratito con vuestros nuevos juguetitos, que yo
voy a darme una ducha rápida.
Mientras todos se entretuvieron por un momento desmontando y
montando los bastones, Bily se fue a duchar. Al cabo de unos minutos, sale
vestido con su ropa nueva.
Evelyn: Estás muy guapo.
Bily: Gracias. Pero no estoy guapo, estoy divino.
Hipólita: Te queda muy bien.
Bily: Yo me voy a desayunar que en quince minutos nos cierran el comedor.
Evelyn: Pero si no nos hemos duchado.
Naitom: Pues yo no perdono la ducha, ya desayunaré después.
Bily: Esto…, no es por meteros prisa…, pero debemos estar en el aeropuerto
en menos de cuarenta minutos.
No acaba de decirlo cuando Naitom sale corriendo a ducharse, las chicas
lo ven y ellas se van a la habitación de al lado a asearse antes de irse. Bily
coge los bastones, los mete en la mochila junto a su ropa habitual, y se va en
dirección del comedor. A los cinco minutos aparece Naitom y le da tiempo a
coger su desayuno, pero las chicas llegan cinco minutos tarde y se encuentran
con el comedor abierto pero con la cocina cerrada.
Hipólita: Vaya hemos llegado tarde.
Evelyn: No pasa nada ya tomaremos algo en el aeropuerto.
Bily: ¡EH!, ¡CHICAS¡, VENIR, QUE OS HEMOS COGIDO ALGO DE
DESAYUNO.
Hipólita: Gracias, menos mal, tenía un hambre.
Evelyn: Tanto ejercicio por la mañana me abre el apetito.
Bily: Que os aproveche, pero daros prisa, que nos tenemos que ir. Voy a pedir
un taxi.
Bily va a recepción.
Bily: Buenos días.
Recepcionista: Buenos días. Señor
Bily: Te dejo las llaves. Hoy no estaremos, pero volveremos mañana. ¿Puedes
pedirnos un taxi?.
Recepcionista: Si señor. Pero antes debes abonarnos los días de estancia.
Bily: No hay problema. Aquí tienes mi tarjeta.
Mientras el recepcionista intentaba utilizar la tarjeta de crédito de Bily,
recibió una llamada.
Recepcionista: Señor, tenemos dos problemas.
Bily: ¿Qué sucede?.
En ese momento llegaron Evelyn, Hipólita y Naitom.
Evelyn: ¿Pasa algo?.
Recepcionista: Señor, señorita, la tarjeta de crédito no es válida y la cama y la
televisión de su habitación están destrozadas.
Bily: Es que…, CORRER.
Todos salieron corriendo del hotel.
Hipólita: ¿Pero es que tenemos que salir corriendo de todos los sitios?.
Naitom: A mí no me mires.
Recepcionista: DETENEROS.
En ese momento llega Jaky en un taxi.
Jaky: Hola, es un placer volver a veros.
Bily: Hola Jaky. Adiós Jaky.
Evelyn: Hasta otra Jaky.
Naitom: Adiós.
Hipólita: Adiós Jaky.
Los cuatro amigos se montaron en el taxi, en la parte de atrás, un poco
apretujados.
Recepcionista: DETENEROS.
Bily: Al aeropuerto.
Taxista: Yo no os llevo a ningún sitio, que no quiero problemas.
Hipólita agarra por el cuello al taxista.
Hipólita: Será mejor que obedezcas.
Taxista: Vale, de acuerdo.
El ese momento Jaky intenta detener el taxi.
Jaky: DETENTE.
Recepcionista: DETENEROS.
Jaky: ¿Qué ha pasado?.
Recepcionista: Que se han ido sin pagar.
Jaky: No te preocupes, yo me ocupo, soy policía.
Jaky llama a sus compañeros.
Jaky: ¿Sabes a donde se dirigían?.
Recepcionista: No lo sé.
Jaky: Creo que yo si. Intentaré detenerles. Después pasaré por aquí para tomar
declaración y para ir a comisaría a poner la correspondiente denuncia.
Al momento llegó el coche patrulla, recogieron a Jaky y se fueron.
A medida que el taxi se acercaba al aeropuerto Hipólita y Naitom miraban
los aviones con asombro.
Hipólita: ¿Qué es eso tan grande?.
Bily: Eso es un avión
Hipólita: Creo que ahora es el momento de que me digas que es un avión.
Bily: Los aviones son aparatos que sirven para llevar a las personas de un
lugar a otro en poco tiempo, volando.
Hipólita: Volando, ¿cómo un pájaro?. Y ¿cómo mueven las alas?.
Bily: Los aviones no mueven las alas, tienen unos potentes motores reactores
que impulsan al avión a grandes velocidades. Para conseguir que se mantenga
en el aire, se les da una forma especial a las alas, que simula la de los pájaros,
siendo más anchas en la parte delantera, más estrechas en la parte trasera, son
más o menos planas por la parte de abajo y cóncava por la parte de arriba, de
modo que cuando en aire pasa por el ala, en la parte superior lo hará más
deprisa que en la parte inferior, porque tiene que recorrer más longitud de ala,
creándose una depresión en la parte de arriba, lo que hará que se origine una
fuerza llamada de sustentación que hace que el avión se eleve. Ésta fuerza
depende de la velocidad del avión, de la superficie del ala y en menor medida
de la densidad del aire.
Hipólita: ¡Ah!... No me he enterado de nada.
Evelyn: En resumen, son aparatos que vuelan debido a unos motores y gracias
a la forma de sus alas, y que sirven para llevar personas de un lugar a otro en
poco tiempo.
Hipólita: Un poco más claro si que me ha quedado.
Una vez en el aeropuerto recogieron los billetes que previamente había
encargado Bily. Donde le entregaron las tarjetas de embarque y le
comunicaron que el viaje saldría con retraso
Bily: Chicos, el avión sale con retraso, así que será mejor que busquemos un
sitio para sentarnos. Esperemos que no aparezca la policía.
Evelyn: Pues nada, a esperar.... Ahora que lo pienso, será mejor que nos
pongamos los chándales.
Bily: Tienes razón, mejor cambiémonos de ropa.
Antes de que les diese tiempo de cambiarse, aparece Jaky con dos
policías.
Bily: Vaya, ahí está Jaky, y viene con dos policías. Será mejor que intentemos
pasar desapercibidos.
Bily y compañía intentan escabullirse, pero Jaky les reconoce.
Jaky: Hola Hipólita.
Hipólita: Hola Jaky, adiós Jaky, tenemos que irnos.
Jaky: ¿A dónde vais con tanta prisa?.
Evelyn: Al aseo de damas.
Jaky: ¿Venís a un aeropuerto para ir al aseo de damas?.
Evelyn: Preguntas demasiado.
Jaky: Quizás porqué soy policía, y vosotros os habéis ido de un hotel sin
pagar, después de haber causado varios destrozos.
Evelyn: Bueno, eso tiene una explicación.
Jaky: Soy todo oídos.
Evelyn: Es una historia un poco larga, y seguro que tienes prisa.
Jaky: Os concedo una oportunidad porque me parecéis buena gente.
Evelyn: Ya, y ¿no tendrá nada que ver Hipólita?.
Jaky: Si lo prefieres, os detengo, os llevo a comisaría y allí se lo explicáis al
juez.
Evelyn: Bueno, te lo resumo, pero la historia es un poco peculiar.
Evelyn comenzó a narrar la historia de lo que les había sucedido.
Evelyn: Bla, bla, bla… bla, bla bla…
Jaky: ¿Y tú te crees que yo voy a creerme esa historia?.
Evelyn: Tenemos varias pruebas, pero la mayor parte de ellas las tienen Bily y
Naitom.
Jaky se le queda mirando con cara de incredulidad.
Jaky: Decirles a los otros dos que dejen de esconderse y que vengan para acá.
Evelyn: No vendrán mientras no les asegures que podrán viajar a Paris para
conseguir un diamante.
Jaky: ¿No tenéis dinero para pagar una cama y una tele, y tenéis dinero para
comprar un diamante?.
Evelyn: Bueno, tampoco es así del todo. Tenemos dinero, pero poco, y
también tenemos un zafiro por el que seguro que nos dan una pasta, pero no
teníamos tiempo de venderlo, y pagar en el hotel, así que teníamos pensado
pagar a nuestro regreso.
Jaky: Los zafiros no están tan valorados, como para sacar mucho dinero por
ellos.
Evelyn: Todo depende del tamaño y de la calidad.
Jaky: Tampoco será para tanto.
Evelyn: No sé que te habrán dicho a ti, pero el tamaño si que importa.
Jaky: ¿Cómo es?.
Evelyn señala con las manos.
Evelyn: Así de gordo.
Jaky: ¡Vaya!. En ese caso si que vale dinero. Entonces, si que podréis comprar
un diamante.
Evelyn: ¿Que pensabas?, ¿qué íbamos a robarlo?.
Jaky: Pero…, claro…, y si…, no puede ser…, ¿de qué tamaño tiene que ser el
diamante?.
Evelyn: Lo más gordo posible.
Jaky: Ibais a Paris, donde curiosamente está la exposición de los diamantes
más famosos del mundo, a comprar un diamante, lo cual podéis hacer en
Roma sin ningún problema.
Evelyn: Paris, la ciudad del amor. Que mejor que regalar un diamante a tu
enamorada.
Jaky: No me cambies de tema. Vosotros ibais a robarlo.
Evelyn: Tampoco es eso. De momento, sólo íbamos a viajar a Paris.
Jaky: Déjame ver vuestros pasaportes.
Evelyn: ¿Pasaportes?..., vaya no tenemos pasaportes.
Jaky: No tenéis pasaportes y pretendéis viajar a Paris en avión.
Evelyn: Un fallo…. Yo lo mato.
Hipólita: ¿Qué pasa?.
Evelyn: Que para viajar a Paris en avión necesitamos nuestros carnets de
identidad y nuestros pasaportes.
Hipólita: ¿Qué es eso?.
Evelyn: Dos papeles que acreditan nuestra identidad.
Hipólita: Pero yo no tengo eso.
Evelyn se pone a gritar.
Evelyn: BIIIIILYYYYYYY. VEN AQUÍ AHORA MISMO.
A quien contesta Bily, pero no muy lejos.
Bily: NOOOOOOO
Evelyn: COMO QUE NO. QUE VENGAS, TE HE DICHO.
Bily: VALE, VOY, PERO NO PORQUE TÚ ME LO ORDENES. VOY
PORQUE A MÍ ME DA LA GANA.
Evelyn: ME DA IGUAL EL MOTIVO. PERO VEN.
Todo el mundo de alrededor se les queda mirando.
Evelyn: ¿Dónde están los carnets de identidad y los pasaportes?.
Bily: Que pasaportes. Para viajar de Roma a París no hacen falta pasaportes.
Jaky: Déjame ver los carnets de identidad
Bily le da los carnets a Jaky.
Jaky: Pero si se nota que son falsos…
Jaky se fija en las fotos.
Jaky: Pero si estas son Ava y Marilyn , y este es Bruce.
Evelyn: ¿Quiénes dices que son?.
Jaky: Ava y Marilyn, dos célebres actrices y Bruce, famoso luchador y actor
de artes marciales.
Evelyn se le queda mirando a Bily.
Jaky: ¿Y con esto pretendíais pasar el control?.
Bily: Si con esa documentación y con la inestimable colaboración de un
importante general del ejército italiano.
Jaky: Y yo, voy y me lo creo.
Bily: ¿Para quién te piensas que Leo ha diseñado estos chalecos antibalas?.
Bily le enseña su chaleco a Jaky, quien se queda pensativo, mientras lo
toca.
Jaky: Si muy bonito el color, pero pretendes que me crea que algo tan
blandito sea capaz de parar una bala.
Bily: Vamos, dame un puñetazo en el estómago.
Evelyn: Ves, así empezó todo.
Jaky le da un puñetazo a Bily, pero este como si nada.
Bily: ¿No sabes golpear más fuerte, o es que tienes miedo a romperte una
uña?.
Jaky le golpea más fuerte.
Bily: ¿Ya me has golpeado?. No he sentido ni cosquillas.
Jaky: Te vas a enterar.
Evelyn: Esto vuelve a acabar mal.
Jaky coge la porra a su compañero y cuando se dispone a golpear a Bily
en el estómago, este se aparta. Jaky pierde el equilibrio y sale hacia adelante
trastabillado hasta que se lleva por medio a un grupo de mujeres mayores.
Montándose un monumental lio. Después de unos minutos de discusiones y en
los que las mujeres aporrearon a Jaky, éste se acerca a Bily, en plan chulesco.
Jaky: ¿Por qué te apartaste?, ¿tenías miedo?.
Bily: No, solo fue un acto reflejo.
Evelyn: Ya te dije que así había comenzado todo.
Jaky: No sé porqué, pero ahora empiezo a creérmelo.
Evelyn: Entonces, ¿podemos irnos?.
Jaky: No, todavía está pendiente el tema del impago del hotel.
Bily: Está bien, teníamos pensado pagarlo al volver, pero lo solucionaré ahora
mismo, déjame hacer una llamada.
Jaky: Toma mi móvil. Es última tecnología, pantalla táctil, ranuras para
insertar tarjeta-gadget, con distintas funcionalidades, termómetro, altímetro,
gepeese, medidor de distancias por láser, alcoholímetro, medidor de gases, y
muchas más cosas, de modo que tienes el móvil que tú desees tener, si pagar
por lo que no necesitas.
Bily: ¿No estarás intentando venderme el móvil?.
Jaky: No…, bueno si…, necesito dinero. Mi vida se ha convertido en una
mierda. No valgo para nada. Tengo la autoestima por los suelos
Evelyn: Antes de decir que no vales para nada, asegúrate de no estar rodeado
de imbecilesmemosenvidiososrobasueños.
Bily: No será para tanto. Cualquier situación, por grave que sea, siempre
puede empeorar.
Naitom: Cuando algo malo te pasa, tienes tres posibilidades, dejar que te
destruya, dejar que te marque o dejar que te haga más fuerte.
Jaky: En pocos días he pasado de ser rico a ser pobre.
Evelyn: El famoso filósofo griego Platón, dijo una vez, que la pobreza no
viene por la disminución de las riquezas, sino que viene por la multiplicación
de los deseos.
Jaky: Como dijo el famoso actor cómico Groucho Marx, en la vida hay
muchas cosas más importantes que en dinero, pero cuestan mucho.
Bily: Tiene su gracia. Es buena.
Jaky: Mi novia me ha dejado y se ha llevado nuestros dos hijos y el coche. El
banco me ha embargado el piso de doscientos mil euros porque debía veinte
mil. Hace un mes han degradado como policía, antes investigaba corrupciones,
y después de detener a varios políticos por robar millones de euros públicos,
veía como eran indultados. Estos todavía no se han enterado de que ellos son
elegidos por los ciudadanos para gestionar los recursos de todos, no para
creerse ser superiores a todos, y con el derecho de poder gastarse el dinero en
lo que a ellos se les antoje. Debí hacer muy bien mi trabajo, porque pronto me
apartaron. Hoy por la mañana me levanté investigando un caso de robo de
joyas, y hace un rato me volvieron a degradar, así que mañana comenzaré a
trabajar en la calle, a partir de ahora me jugaré el tipo cada día para detener
asesinos, ladrones y carteristas, para ver como estos entran por una puerta y
salen por la otra. Un hombre que roba una pizza en el supermercado para
comer, le encarcelan dos años y medio. Viene un tipo a tu casa a robarte, te
defiendes y te meten a ti en la cárcel. Viene otro, mata a tu mujer y como está
borracho y drogado le quitan la mitad de la condena. No declaras a hacienda
un ingreso de mil euros y te multan con miles de euros, viene un tipejo,
blanquea millones de euros, roba millones de euros de los contribuyentes, y no
le pasa nada. Esto es una mierda. Estoy harte de la injusticia de la justicia.
Estoy harto de todo, estoy harto de trabajar como policía, estoy harto de este
mundo.
Evelyn: Groucho Marx también dijo que la política es el arte de buscar
problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los
remedios equivocados.
Jaky: Seguro que esos problemas que buscas, se los inventan, porque para los
verdaderos problemas no aplican soluciones, ni aunque sean erróneas.
Bily: Una vez leí que el mundo va mal porque las cosas se han hecho para ser
usadas, y los hombres y las mujeres se han creado para ser amados, pero lo
que hacemos es amar las cosas y utilizar a los hombres y a las mujeres.
Jaky: Que razón tenía quien lo escribió.
Hipólita: Pero, ¿no tenéis leyes?.
Jaky: Si, ya lo dijo el filósofo escita Anacarsis: “La ley es una telaraña que
detiene las moscas y deja pasar los pájaros”.
Bily: Si tu novia te ha dejado, quizás no te amase tanto.
Jaky: Si…, pero como saberlo.
Evelyn: Eso no se sabe, se siente. El verdadero problema es que cuando
debemos sentir, pensamos, y cuando debemos pensar, sentimos.
Jaky: ¿Qué quieres decir con eso?.
Evelyn: Que hay cosas que debemos pensar detenidamente con la cabeza,
como hacer algo, y otras cosas que hay que sentir apasionadamente con el
corazón, que hacer. El misterio está en acertar el modo de elección.
Bily: En esta vida cuanto mejor intenta uno hacer su trabajo, peor le tratan.
Evelyn: No te agobies, cambia de trabajo y ya está.
Hipólita: Evelyn tiene razón, si tu vida no te gusta, busca otra vida nueva en
otro lugar, déjalo todo, vete en su busca. La felicidad existe, solo hay que tener
valor para buscarla.
Naitom: Para buscar tu lugar en el mundo, vete poco a poco, ponte un reto,
aunque sea muy pequeñito, no importa, y cuando lo consigas y te sientas
mejor, ponte otro reto un poquito más difícil, así hasta que veas que tú vales lo
que tú quieras valer.
Jaky: La situación en la que vivo me ha vencido, no sé como acabará todo
esto.
Bily: Anímate hombre. Que todo saldrá bien. Yo de momento, me voy a
llamar por teléfono, desde una cabina.
Jaky: ¿Qué pasa, no te gusta mi teléfono?.
Bily: Si es muy bonito y muy interesante, pero, prefiero utilizar una cabina.
Que el número de teléfono al que llamo no debe saberlo nadie.
Jaky: Te olvidas de que soy policía, y que con una simple llamada sabré a que
número llamas.
Bily le enseña el chaleco azulado.
Bily: Creo que nunca lo sabrás.
Jaky: Sí lo sabré.
Bily: No, no, no lo sabrás. Si lo que quieres es un chaleco de estos, será mejor
que te vayas alistando en el tres E.
Jaky: ¿Tres E?
Bily: Equipo especial del ejército.
Jaky: Pues vaya. La verdad es que tengo ganas de tener uno.
Evelyn: Si finalmente dejas la policía, ¿para qué quieres uno?.
Jaky: También tienes razón.
Naitom: ¿Qué es un teléfono?.
Jaky: Es un aparato que sirve para hablar con otras personas que están muy
lejos.
Naitom: Mejor no pregunto como funciona.
Jaky: Como quieras.
Naitom: ¿Puedes dejármelo?.
Jaky: Si claro.
Jaky le deja su teléfono a Naitom.
Naitom: ¡Ghina!, ¡Ghina!.
Naitom intenta llamar a Ghina, pero no consigue nada.
Naitom: No funciona.
Jaky: Es que debes gritar más alto.
Naitom: Ok. ¡GHINA!, ¡GHIIINAAAA!.
Evelyn: No grites hombre, que te está tomando el pelo. Para poder llamar a
Ghina debes marcar su número de teléfono.
Naitom: ¡Ahhh!.
Evelyn: ¿Sabes cuál es su número de teléfono?.
Naitom: No.
Evelyn: Pues entonces no podrás llamarla. A todo esto, no habíamos quedado
en que te olvidarías de ese tema.
Naitom: Bueno… yo….esto.
Evelyn: Haber, suéltalo.
Naitom: Es que la invité a cenar.
Evelyn: ¡Ya!.
Evelyn se queda mirando a Jaky.
Evelyn: A ver tú. ¿Puedes conseguir el número de teléfono de la tienda de
ropa Ragazza Bella?.
Jaky: Déjame el teléfono, que eso es un momento.
Poco después Jaky ya está llamando a la tienda.
Jaky: Aquí tienes. Espera a que te hablen.
Naitom coge el teléfono.
Julietta: Ragazza Bella, dígame.
Naitom: Hola Ghina. Soy Naitom. Perdona, pero hoy tengo que realizar un
importante viaje y no podré ir a la cena contigo. Espero que no te importe
aplazarlo para otro día.
Julietta: Te has equivocado yo no soy Ghina. Ahora te paso con ella. Ciao.
Pero Naitom no le deja acabar de hablar a Julietta y le devuelve el
teléfono a Jaky.
Naitom: Gracias Jaky, pero creo que no funciona muy bien.
Jaky: ¡Qué raro!.
Evelyn: ¿Qué te ha dicho?.
Naitom: Que me había equivocado.
Evelyn: Pero tú marcaste bien el número de teléfono?.
Jaky: Yo llame a la tienda que me dijiste. Y tú, ¿preguntaste por Ghina?.
Naitom: No. ¿Pero no llamaste a Ghina?.
Jaky: Si yo llamé a la tienda, pero no sabemos quien coge el teléfono hasta
que contestan, y aun así, a veces tampoco.
Jaky vuelve a llamar al mismo número de teléfono.
Julietta: Ragazza Bella, dígame.
Jaky: ¿Ghina?.
Julietta: Ahora.
Julietta llama a Ghina.
Julietta: Ghina, te llaman por teléfono.
Ghina: ¿Quién es?.
Julietta: Pues no lo sé, no le pregunte, pero es un hombre.
Ghina coge el teléfono.
Ghina: Diga.
Jaky: Hola Ghina, te paso con Naitom.
Naitom coge el teléfono de nuevo.
Naitom: ¿Eres Ghina?.
Ghina: Si.
Naitom: Vaya, al final parece que esto si funciona.
Ghina: ¿Cómo dices?.
Naitom: Cosas mías. Perdona, pero hoy tengo que realizar un importante viaje
y no podré ir a la cena. Espero que no te importe aplazarlo para otro día.
Ghina: No te preocupes, lo entiendo ya habrá más ocasiones.
Naitom: Gracias por tu comprensión. Me tengo que ir, pero ya estoy deseando
que llegue el momento de poder verte de nuevo.
Ghina: Yo también tengo ganas de volver a verte y así poder reírme con tus
ocurrencias.
Naitom: En ese caso espero que no conozcas a Bily. Que ese si que está
estropeado.
Ghina: Hasta pronto y buen viaje.
Naitom: Gracias. Hasta pronto.
Naitom le devuelve el teléfono a Jaky.
Naitom: Gracias Jaky. Ahora ya me quedo más tranquilo. No podía irme así,
sin más, sin decirle lo que pasaba.
Jaky: De nada. ¿Has colgado?.
Naitom: ¿El qué?.
Jaky: El teléfono.
Naitom: No, no lo he colgado, no ves que te lo he devuelto.
Jaky: Ya veo que no me has entendido. Se dice colgar un teléfono cuando
pulsas este botón, para cortar la comunicación.
Naitom: Pues explícate hombre, que tenéis una manera muy rara de llamar a
las cosas.
Jaky: Todo tiene un sentido. Algunas palabras parecen raras porque nuestro
idioma proviene del latín y hay raíces que con el paso de tiempo se siguen
llamando igual, pero el objeto ha cambiado mucho. Y otras palabras se derivan
de un uso anterior, como en este caso. Hace años, para cortar la comunicación
de un teléfono, éste se colgaba de un soporte. A decir verdad, hoy en día
también se utiliza ese método en algunos casos.
Naitom: ¡Qué raros sois!.
Jaky: ¡Quizás!. Pero Ghina ha podido escuchar lo último que nos dijiste.
Naitom: Menos mal que no he dicho nada malo.
Evelyn: Ya sabes, si no tienes nada bueno que decir de nadie, lo mejor es no
decir nada, que hasta las paredes oyen.
Mientras tanto Bily se acerca a una cabina donde hace una breve llamada.
A la vuelta continúa hablando con Jaky.
Bily: Me han dicho, que en cinco minutos todo está solucionado.
Jaky: Mientras tanto esperaremos.
A los cuatro minutos los policías que acompañan a Jaky reciben un aviso.
Policía 1: Teniente. Me acaban de comunicar que el incidente del hotel ya está
solucionado.
Jaky: Vaya, tienes buenos amigos.
En ese momento se acercan dos hombres vestidos de forma informal, al
tiempo que les enseñan sus identificaciones a Jaky, a los dos policías, a Bily y
al resto del grupo.
Hombre 1: ¡Bily!.
Bily: ¿Si?.
Hombre 1: Tu, y tus amigos debéis acompañarnos, y usted teniente Jaky,
deme los documentos de este hombre.
Jaky: Pero si son falsos, estos documentos no sirven ni para jugar al
“Mundipoly”.
Hombre 1: Usted ya ha hecho su trabajo, ahora nosotros debemos hacer el
nuestro.
Jaky: Está bien, aquí tiene.
Bily: Adiós Jaky.
Jaky: Y espero no volver a veros nunca más…, bueno espero no volver a
veros haciendo fechorías, esto… espero volver a veros, Hipólita, espero volver
a verte pronto, aunque sea haciendo travesuras.
Hipólita: Hasta pronto.
Evelyn: Aaaaadiós.
Naitom: Hasta la vista.
Evelyn: Vaya, le tienes loquito por tus huesos.
Hipólita: ¿Tú crees que pasaría nuestras pruebas?.
Evelyn: Sin dudarlo… No.
Hipólita: Pues eso lo resume todo.
Evelyn: Por lo menos déjale intentarlo.
Hipólita: ¿Crees qué merecería la pena?.
Las dos chicas se quedan mirando una para la otra, y contestan al mismo
tiempo.
Evelyn e Hipólita: ¡No!.
Bily, Evelyn, Hipólita y Naitom acompañan a los dos hombres. A Naitom
le llama la atención un pórtico, por el que pasa la gente, y que de vez en
cuando pita.
Naitom: ¿Qué es eso?
Bily: Es un detector de metales.
Evelyn: Pero nuestras armas.
Bily: No te preocupes por eso, están hechas de una aleación de grafeno y no
son detectadas como metales.
Hombre 2: Aunque seáis amigos de Leo, no podemos fiarnos de nadie, debéis
pasar por el detector de metales. Posar aquí vuestras mochilas, y dejar las
llaves, monedas o cualquier cosa de metal que llevéis encima, dentro de esas
bandejas.
Cuando quisieron darse cuenta ya estaban todos sentados en sus
respectivos asientos del avión. A quienes Bily ayudó a sujetar el cinturón de
seguridad. Poco tiempo después Hipólita y Naitom comenzaron a asustarse
por los meneos que el avión les daba al despegar. Una vez pasado el susto
inicial, se relajaron y comenzaron a disfrutar de las vistas desde el avión, hasta
que unas turbulencias les hizo cogerse con fuerza a su asiento. Cuando
llegaron al aeropuerto de Paris, se dirigieron a la parada de taxis, se montaron
en uno y se fueron al Palacio de Versalles.
Bily: Hola veníamos a ver la exposición de diamantes.
Recepcionista: En este momento aquí no hay ninguna exposición de
diamantes. Que yo sepa se va a realizar una, en el Museo de Louvre en Paris.
Bily: Pero, la chica de la Galería Borguese, me dijo que la exposición sería en
Palacio de Versalles
Recepcionista: Se habría confundido o le habrá entendido usted mal.
Bily, se va hacia el grupo, con la cabeza gacha y pensativo
Evelyn: A ver, ¿qué ha pasado esta vez?.
Bily: Chicos, los diamantes se exponen en otro museo. Ya que estamos aquí,
¿qué os parece si entramos a ver este?.
Evelyn: Me parece buena idea. Pero creo que sería mejor ir a comer antes, y
después visitarlo con más tranquilidad.
Bily: Tienes razón. Vayamos a comer.
Al momento todos se fueron a buscar un restaurante donde poder comer.
Durante la comida todos le preguntaban cosas a Bily, quien respondía con
cortesía. También le pedían consejo sobre que comer.
Hipólita: Esto está delicioso.
Naitom: Exquisito. ¿Cómo decías que se llamaba?.
Evelyn: Mousse de chocolate. Bily, ¿sabes de donde es originario?.
Bily: Creo que de Francia.
Evelyn: Hace tiempo leí que el mousse de chocolate lo inventó un
artesano chocolatero de Astorga, llamado Manuel Cordero, quien tuvo que
preparar su famosa espuma de chocolate, mousse en francés, para el
emperador francés, supongo que Napoleón, a petición general Junot, quien era
conocedor de su fama de chocolatero, después de que este venciese a los
valientes astorganos, quienes ante la superioridad del enemigo se rindieron
con honor. También leí que en esa batalla, un tal Tiburcio Álvarez valiente y
cabezota dijo: “Si se han rendido, yo, Tiburcio, no me rindo”. Y acabó con
veinte enemigos más hasta que le mataron. Finalmente el emperador se llevó
consigo a Francia, a Manuel Cordero y a su familia, para que trabajase para él.
Bily: Interesante.
Evelyn: Eso es lo que he leído, si es verdad o no, no lo sé.
Después de poder saborear la exquisita comida francesa, se fueron de
visita al museo, lo que les llevó menos tiempo del esperado, así que al acabar
se dieron un paseo por los jardines.
Evelyn: Realmente ha merecido la pena la entrada.
Bily: Si, los cuadros son realmente espectaculares.
Evelyn: Bueno, yo más bien me refería al edificio, a sus salones, a sus
pasillos…
Bily: Tienes razón, el edificio es muy bonito.
Hipólita: Pues que queréis que os diga, a mí me está gustando más este jardín,
que todo lo del interior.
Naitom: Es verdad, este jardín si que es espectacular.
Más tarde, cogieron otro taxi, cuyo conductor les llevó a un hotel cerca de
la Torre Eiffel, pero antes de entrar buscaron una joyería donde poder vender
el segundo zafiro. Una vez conseguido su propósito, se dirigieron al hotel,
donde después de reservar dos habitaciones, cenaron en la terraza del propio
hotel, desde la cual se podía contemplar la espectacular vista nocturna de la
torre.
Poco después de haber acabado de cenar.
Hipólita: Naitom, necesito que me expliques algunos de tus trucos.
Naitom: ¿Trucos?, ¿a estas horas?.
Hipólita: ¿Vas a negar tu ayuda a una dama en apuros?.
Naitom: Siempre es un placer ayudar a una dama en apuros, pero yo no veo a
ninguna dama por aquí que necesite de mi ayuda.
Bily: Quizás yo pueda ayudarte.
Hipólita: No tranquilo. Naitom, siempre es un placer poner a un hombre en
aprietos.
Naitom: Vale, vale, ya voy.
Finalmente Hipólita se llevó a Naitom, dejando solos a Bily y a Evelyn.
Bily: Siempre he deseado traer a mi mujer a Paris.
Evelyn: Paris, la ciudad del amor.
Bily: Cuéntame algo más de ti.
Evelyn: Disfrutemos del lugar, del momento y de la compañía.
Bily: La vista desde aquí es espectacular.
Evelyn: Tienes razón, no puede ser mejor.
Bily: Estas muy guapa.
Evelyn: Gracias.
Bily: ¿Por qué evitas mirarme a los ojos?..., Shirley.
Evelyn, que estaba mirando hacia la mesa, comenzó a levantar su mirada
lentamente, hasta que… justo en ese momento se les acerca un camarero quien
porta dos copas y una botella de Champagne.
Camarero: Dama,… caballero.
Bily: Gracias, pero nosotros no hemos pedido nada, se habrá confundido.
Evelyn: Nosotros no la pedimos, pero si hace el favor de traernos una botella
en cuanto pueda.
Camarero: No es ningún error, una dama me pidió una recomendación para
traerles algo de beber, y me permití la libertad de traerles esta botella.
Evelyn: Está bien. La aceptamos.
Bily: No bebo, pero una copilla de Champagne acompañado por la más bella
dama del mundo, no se puede rechazar, y menos en una ciudad como Paris.
Evelyn: Vaya, estaba equivocada, si que se puede mejorar.
Bily: Muchas gracias, ya abro yo la botella.
Camarero: Como usted desee.
El camarero se retiró y Bily se dispuso a descorchar la botella, justo en el
momento en que en tapón salió disparado comenzaron a estallar fuegos
artificiales. Evelyn se dijo para si en voz baja.
Evelyn: Otra vez que estaba equivocada.
Bily: ¿Cómo?.
Evelyn: Que nunca había visto unos fuegos artificiales tan bonitos.
Los dos se quedaron mirando como pasmarotes los fuegos artificiales.
Evelyn: Seguro que preferirías que en mi lugar estuviera tu mujer.
Bily coge de la mano a Evelyn.
Los dos se quedaron en silencio disfrutando de los fuegos artificiales.
Pero cuando acabaron…
Evelyn miró fijamente a los ojos de Bily.
Evelyn: No puedo seguir más con esta mentira. Bily... Si, soy Shirley, y yo
también visité el Castillo de Luna, y como tus amigos y tu familia, también
caímos bajo la maldición de las cinco gemas, en nuestro caso, el que se libró
del maleficio fue mi padre, quien no nos salvó, por lo que yo fui reclutada por
Odín, para ser una valkiria y mi madre fue enviada con las amazonas. Gracias
a esta misión me volví a encontrar con ella.
Bily no puede dejar de alegrarse por la noticia.
Bily: Entonces si yo no salvo a mis amigos y a mi familia, ellos tendrán una
segunda vida en otro lugar y en otro tiempo.
Evelyn: No, este ha sido un caso excepcional.
El rostro de Bily pasa de mostrar alegría a expresar tristeza.
Bily: Vamos que debo salvarlas si, o si.
Evelyn: “Equilicual”. Como ya te he dicho, yo soy una valkiria, y nuestra
misión es reclutar a los más valientes guerreros… Y en esta misión … he de
reclutarte a ti.
Bily: Pero si yo no soy un buen guerrero.
Evelyn: Por algún motivo, Odín te quiere junto a él.
Bily se queda pensativo.
Evelyn: Lo siento Bily.
Bily: ¿Y no puedes negarte?.
Evelyn: Si, si puedo… pero…
En ese momento llegó Hipólita, acompañada de Naitom.
Hipólita: Tú única oportunidad para salvar a tu familia, pasa por ella. Si ella
no hubiera sido la encargada de reclutarte, la que hubiera venido en su lugar
no te hubiera dejado pasar del primer día. Pero ella ha preferido pasar un breve
tiempo a tu lado, ella quería volver a oír con tu voz, vuestra historia de amor, y
cuando le contaste lo que te había sucedido, decidió ayudarte a salvar a tu
familia. Ella quería darte la oportunidad de que salvases a los tuyos y les
volvieses a ver, aunque sólo fuera durante un segundo, pues ella no tuvo esa
oportunidad. Si Evelyn se negase a llevar a cabo esta misión, Odín podría
tomar represalias con ella, e incluso con tu familia.
Evelyn: Si yo no estuviese aquí, estaría otra valkiria.
Bily, escucha las palabras de Hipólita y sigue pensativo.
Bily: Tienes razón Hipólita. Si tengo que morir por alguien, que sea por mi
hija. Si tengo que morir junto a alguien, que sea junto al amor de mi vida.
Evelyn: Perdóname.
Bily: No tengo nada que perdonar… Ven dame un abrazo. Que desde el día
que te vi tengo ganas de hacerlo.
Evelyn: En una ocasión el psiquiatra húngaro Thomas Szasz dijo que el tonto
nunca perdona ni olvida, el ingenuo perdona y olvida, y el sabio perdona pero
no olvida.
Bily: En ese caso, yo soy un ingenuo, o simplemente es amor.
Evelyn: Será el amor, que todo lo perdona y todo lo olvida. Si no fuese así
tampoco sería amor.
Bily y Evelyn se levantaron de sus sillas, y se abrazaron. El tiempo
parecía detenerse a su alrededor. Sus ojos se humedecían. Evelyn le susurraba
al oído.
Evelyn: Te he echado mucho de menos.
Bily: Aunque me quiera arrebatar mi familia y mi vida. Doy gracias a Odín
por permitirme volver a verte, hablar contigo y a sentirte. Doy gracias a los
dioses por cada segundo que paso a tu lado.
Naitom: Vamos chicos, que vais a conseguir que yo también llore.
Hipólita: ¡Hey!, que estamos aquí.
Naitom: Nada, que no hay manera de separarlos… ¿Y si les llevamos a su
habitación?.
Hipólita: La idea es buena. ¿Cómo les llevamos si no hay quien les separe?.
Naitom: Tú coges a Bily y yo a Evelyn.
Hipólita: Será mejor que les dejemos aquí.
Cuando Hipólita y Naitom se iban a ir, Bily y Evelyn se separaron.
Bily: Por lo menos me dejarás salvar a mi familia.
Evelyn: Odín me encargó que te llevase junto a él, no me dijo cuando... Yo no
quiero que tú mueras.
Una lágrima caía por la mejilla de Evelyn, cuando Bily sacó un pañuelo
de su bolso y se la secó, mientras, con la otra mano no soltaba a Evelyn.
Evelyn: Gracias
Bily: Tú estate tranquila, que lo que tenga que ser será, y yo sé que tú harías lo
mejor para mí.
Evelyn: Este es el peor trabajo que me podía haber encargado, y eso que es el
primero. Desde un primer momento pensé que todo sería más fácil, un hombre
que no sabe luchar en una tierra hostil, en la que hay guerras por todas partes y
sobre todo entre las amazonas que odian a los hombres, entonces apareciste tú.
Bily: Aparecí yo, como podía haber sido cualquier otro hombre.
Evelyn: No Bily, tú eres el elegido, no podía ser otro hombre, no, tenías que
ser tú.
Bily: Bueno olvida ese tema ahora. Disfruta del momento. Ya habrá tiempo de
hacerse preguntas y buscar soluciones.
Evelyn: Es verdad, hay que disfrutar el momento como si fuera el último
segundo de nuestra vida.
Bily: Como dijo San Isidoro de Sevilla: “Estudia como si fueras a vivir para
siempre y vive como si fueras a morir mañana”.
Evelyn: Creo que lo dijo Mahatma Gandhi, pero la frase era: “Vive como si
fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre”.
Bily: Pues ahora me haces dudar. Quizás tengamos razón los dos.
Evelyn: Bueno, da igual, en cualquier caso las frases son parecidas, y dicen lo
mismo. En la segunda parte estoy de acuerdo, pero lo de estudiar… creo que
ya es un poco tarde.
Bily: Nunca es tarde para estudiar, y mucho menos si estudias para aprender.
Sin soltarse la mano, Bily y Evelyn volvieron a sentarse uno al lado del
otro. Ella colocó su cabeza sobre el hombro de Bily.
Evelyn: Si te dieran un poder, ¿cuál elegirías?.
Bily: Ser elástico.
Evelyn: ¿En serio?.
Bily: Si, pero en otras circunstancias. Ahora desearía el poder viajar en el
tiempo. Desearía volver al día que te conocí.
Evelyn: ¿Cambiarías algo?.
Bily: Nada…, absolutamente nada. ¿Qué poder te gustaría tener a ti?
Evelyn: El de dominar el tiempo. Me gustaría poder acelerar el tiempo en
unos momentos y ralentizarlo en otros.
Bily: Pero si eso ya lo haces, cuando estoy contigo el tiempo se me pasa
volando, y cuando estoy lejos de ti, parece que se detiene.
Evelyn: Ya, pero desearía que fuera al revés.
Por un momento se hizo el silencio entre ellos.
Evelyn: Creo que tienes algo que enseñarme.
Bily: ¿Cómo lo sabes?
Evelyn: Mira.
Evelyn le enseña su tatuaje recién hecho en la tienda de esoterismo.
Bily: ¡Como me gusta!.
Al tiempo que Bily le enseña el suyo a Evelyn.
Bily: ¡Qué casualidad!, ¡Son idénticos!.
Evelyn: Como no van a ser idénticos, si nos lo hemos hecho en la misma
tienda.
Bily: ¿Cómo lo sabes?.
Evelyn: Porqué la mujer que me hizo el tatuaje me dijo: ”Qué casualidad ayer
mismo un chico con un tatuaje igual al tuyo me pidió lo mismo, que le hiciese
un corazón alrededor de ese nudo, que le dibujase dos manos, una a cada lado
del corazón y unidas alrededor del tobillo por un lazo celta, y que sobre el
corazón le dibujase una corona”.
Bily: Y tú le dijiste que querías uno igual.
Evelyn: Así es.
Bily: A pesar del tiempo pasado, a pesar de la distancia que nos separa,
nuestras almas siguen unidas.
Evelyn: ¿Sabes Bily?.
Bily: Dime.
Evelyn: Me apetece dar un paseo por la orilla del rio.
Bily: Me parece una buena idea.
Bily le soltó la mano a Evelyn, y ambos se levantaron de la mesa, pagaron
la cuenta y se fueron del restaurante. El paseo duró media hora, y en ningún
momento salió una sola palabra de sus bocas. Cuando llegaron al hotel, se
despidieron hasta el día siguiente.
Bily: ¡Gracias!.
Evelyn: ¡Gracias!, ¿por qué?.
Bily: Gracias por todo, por existir, por tu ayuda, por tu compañía, por tus
palabras.
Evelyn: Pero si no hemos hablado durante todo el paseo.
Bily: En ocasiones el silencio dice más que las palabras.
Evelyn: Te entiendo.
Bily: Tenía tantas cosas que decirte y que preguntarte, que no sabía por donde
empezar.
Evelyn: No te preocupes, no era tiempo de hablar, era tiempo de sentir.
Bily: Como siempre, tienes razón.
Evelyn: Desearía poder estar a tú lado cada segundo, hasta que nuestros
caminos volvieran a separarse. Pero necesitas descansar.
Bily: Yo también desearía poder estar a tú lado cada instante.
Evelyn: Buenas noches y que duermas bien.
Bily: Buenas noches y que descanses.
Al día siguiente por la mañana se dirigieron al museo de Louvre, después
de un buen rato haciendo cola consiguieron entrar.
Evelyn: Hay muchos diamantes, ¿seguro que necesitas uno de estos?:
Bily: No lo sé.
Evelyn: ¿Qué diamante crees que es el que necesitamos?.
Bily: No lo sé.
Evelyn: Está todo lleno de medidas de seguridad, como vamos a conseguir
uno.
Bily: No lo sé.
Evelyn: En caso de que finalmente consigamos uno, ¿qué pasaría si no es el
que necesitas?.
Bily: No lo sé.
Evelyn: Pero sabes algo.
Bily: Si, que daría todo lo que se, por un poquito de lo que ignoro.
Evelyn: A veces es mejor no saber nada, pero en este caso…, ¿qué hacemos?.
Bily: No tengo ni idea. Pero hoy por la noche voy a venir hasta los alrededores
del museo para ver si veo algo que me pueda dar una idea. De hecho sólo se
trata de cogerlo y llegar a la cueva de Roma, y si te he visto no me acuerdo.
Fácil y sencillo.
Evelyn: Lo dices como si Roma estuviera aquí al lado.
Bily: Algo tengo que hacer.
Evelyn: Esperemos que se nos ocurra algo.
Cuando salen del museo dan un paseo por la ciudad. Al comenzar el
ocaso del sol deciden buscar un restaurante para cenar. Después de saborear la
estupenda cocina francesa, siguen con su plan de visitar los exteriores del
museo Louvre para buscar alguna idea. Al dirigirse hacia el museo Bily ve un
puesto de bicis de alquiler. Consigue convencerles para alquilar una bici cada
uno y así no llamar tanto la atención.
Bily: Esto es como montar a caballo. Vosotros os sentáis en al sillín, ponéis los
pies en el suelo y os vais impulsando como si fuerais andando, una vez que
hayáis cogido el truquillo, ponéis los pies en los pedales y os impulsáis con
ellos, en el manillar tenéis los frenos.
No acaba de decirlo cuando Naitom se la pega contra una farola,
quedando patas arriba.
Naitom: ¡Ay!, ¡Ay!, ¡Ay que daño!.
Bily va corriendo a ayudarle.
Bily: ¿Te has “mancao”?.
Naitom: No hay dolor... ¡Ay que daño me he hecho!.
Bily: Pero no dices que no hay dolor.
Naitom: No, no lo hay.
Bily: No hay quien te entienda.
Naitom: ¡Ay que porrazo!…, nunca he montado a caballo, pero seguro que es
más fácil, que esto.
Hipólita: Créeme, es más fácil.
Naitom: Yo desisto, paso de aprender a montar en bici.
Bily: No desistas, lo estás haciendo muy bien.
Evelyn: Tú tranquilo que seguro que aprendes.
Bily: Tú inténtalo, que a la última va la vencida.
Naitom: Está bien. Hasta que no aprenda, no pararé.
Después de un tiempo, ya le cogen el truquillo y cuando acuerdan, están
al lado del museo, se paran un momento y ven una sombra deslizarse
sigilosamente por un tejado, entonces comienza a sonar la alarma y deciden
largarse del lugar por lo que pueda pasar, cuando dan la vuelta a la esquina ven
a un hombre vestido completamente de negro, coger una bici para huir del
lugar, Bily que lo ve, sale disparado detrás de él, quien ante la presencia de
éste, toma el primer camino que pilla, dando la vuelta la Place du Carrousel,
cruzando el Pont du Carrousel, según lo pasa, cruza la Quai Malaquais
subiéndose a la acera y girando a la izquierda, poco después se desvía hacia la
derecha, en la Rue des Saints-Pères pasando por delante de la iglesia Sant
Germain Des Pres, vuelve a girar a la izquierda y pasa por la Fontaine Sant
Michel, vuelve a pasar por otro puente, pasando al lado del Palacio de justicia,
según cruza el rio, gira a la derecha, llegando hasta la Catedral de Notre-
Dame, poco después pasa por otro puente y llega al hotel de Ville, gira a la
izquierda por la Calle Rivolli, pasando por el Centro Pompidou. Más adelante
coge la calle Montmaille, pasando por delante del Bourse, también se
encuentra en el opera Garnier, pasa por delante de La Madeleine, y finalmente
llega hasta la estación del tren el Gare Sant Lazare Bily, Evelyn, Hipólita y
Naitom consiguen llegar a subirse al tren por los pelos, han perdido la pista del
hombre, pero saben que está montado en el tren, así que sólo se trata de
buscarlo. Recorren todo el tren pero no encuentran al hombre, así que no les
queda más remedio que fijarse en todas las estaciones en las que se detengan.
Evelyn: ¿Realmente crees que ese hombre ha robado algún diamante?.
Bily: Eso creo, si no, que iba a hacer un hombre escabulléndose como puede
en un museo, coincidiendo con una exposición de diamantes para después
coger un tren.
Naitom: ¿A dónde vamos?.
Bily: No tengo ni idea.
Hipólita: ¿Qué es esto?.
Bily: Es un tren y se utiliza para transportar personas, animales, y casi
cualquier cosa que se te ocurra, de un lugar a otro.
En ninguna ciudad por las que ha pasado el tren, se ha apeado algún
hombre sospechoso, como el que buscaban, y así, a media mañana llegan a la
estación terminal de Roma, última parada de ese tren.
Bily: Esta es la última parada, se tiene que bajar aquí tarde o temprano, o eso
espero, si no estamos perdidos.
Después de esperar unos minutos, no le ven bajarse. El hombre sabe que
le están esperando así que decide salir corriendo, cuando sale de la estación ve
a varios hombres y mujeres que estaban montados sobre sus respectivas
vespas las cuales tenían arrancadas y estaban preparados para seguir a un guía
turístico, quien tenía varias de estas para alquilar a los turistas. El hombre
misterioso empuja a una chica y se monta en su moto saliendo disparado y
pillando por sorpresa al guía y a sus acompañantes, antes de que estos
reaccionen llegan Bily, Evelyn, Hipólita y Naitom.
Bily: Dadnos vuestras motos. ¡Rápido!.
Turista 1: No quiero
Naitom sin pensárselo, empuja a otro hombre y se monta en la moto, la
cual mira y remira.
Naitom: ¿Dónde están los pedales?.
Bily: Esto no tiene pedales, tienes que girar la mano derecha hacia abajo, y ya
está, o es la izquierda, vaya, ahora no sé.
Naitom gira la empuñadura del acelerador y sale disparado, agarrado al
manillar de la moto, con una sola mano, y sin saber que hacer.
Guía Turista 1: ¡POLICIA!
Bily, Evelyn e Hipólita, siguen el ejemplo de Naitom y les quitan las
motos a sus ocupantes, quienes no se resisten mucho. Bily saca varios billetes
del bolso, sin mirar la cantidad de dinero y se los entrega a uno de los guías
turísticos, para acto seguido salir disparado detrás del ladrón.
Poco después Bily alcanza a Naitom
Bily: TRANQUILO, QUE ESTO ES COMO LA BICI, PERO SIN DAR
PEDALES.
Naitom: DECIRLO ES FÁCIL.
Hipólita también tiene sus dificultades, pero Evelyn que va a su lado le
explica como hacerlo.
El hombre misterioso, a quien le sigue el grupo de amigos, y un guía
turístico gritando, se va por la Piazza del Cinquecento, hacia el Viale de
Nicola Enrico.
Bily: ¿Pero esto no corre más?, ¿si mi hija va más deprisa con su triciclo?.
Guía turístico: Es que la velocidad está limitada a veinte kilómetros por hora.
Bily: ¿Y no hay manera de quitarle esa limitación?.
Guía turístico: Si. Pero no te lo voy a decir.
Bily: Te daré más dinero.
Guía turístico: De acuerdo, pero debes parar, para quitarle la limitación,
necesitamos parar la moto.
Bily: En ese caso, será mejor olvidarlo. Intentaré darle alcance con esta
hipermegasupervelocidad ultrasónica.
Hombre: ¿Qué?.
Bily: Nada, que me agacharé para ver si esto corre más.
Después el hombre gira a la derecha por la Via Cernata, hasta la Plaza
Della Repubblica, toma la primera salida por la Via Nazionale, más adelante
gira a la izquierda por la Via Depetris, pasando por la plaza del Minalle,
debido a un atasco vuelve a girar a la izquierda, y cuando llega al teatro de la
Ópera gira a la derecha por la Via Torino. Llega a la plaza Delle Olalino, pasa
al lado de la basílica Santa Maria Maggiore, y llega a la plaza de Maria
Maggiore, sale por la primera salida hacia la Vía Merulana, y poco después se
mete por una calle peatonal llegando a la plaza San Martino Almonti. Debido
al tráfico, el hombre perseguido decide entrar en el parque Esquilino, saliendo
de este por la plaza donde se encuentra el Coliseo, da una vuelta y media, para
ver si consigue despistar a sus perseguidores entre los turistas, pero como no
lo consigue, finalmente toma la Via del Fori Imperali. El hombre misterioso,
pone la vespa a todo lo que da, mientras Bily y compañía intentando poner la
postura más aerodinámica posible, le van ganando centímetros poco a poco.
Cuando llega al monumento A Vittorio Emanuelle II, cruzan la plaza Venezia
y giran a la izquierda por la Vila del Plebiscito enlazando con la Via Emanuele
II, que les lleva hasta la Torre de Argentina, lugar en el que se desvía por la
Via de Cistari, pasando por la Plaza della Minerva, llegando al Phanteon y
dando una vuelta a la plaza de la Rotonda, cuando salen de ésta, llegan a la
plaza de Caprettare, callejan un poco y salen a la plaza Navona, cuando salen
de esta plaza, vuelven a callejear y cuando quieren dar cuenta, pasan por la
plaza Di Montecitorio, y poco después por la plaza Colonna, siguen
callejeando y pasan por delante de la Fontana Di Trevi, Bily, que la ve, saca
una moneda del bolso y la tira, pidiendo un deseo, después cogen la Via del
Lapatide alcanzado la Via della Esquarie, donde giran a la izquierda por la Via
de Teaforo, siguiendo por la Via del Due Macelli, pasando por la plaza
Mignanlli, y llegando a la Plaza Di Spagna, donde debido al tráfico, no les
queda más remedio que girar a la izquierda por la Via Condotti, en la siguiente
rotonda, toman la Via Tomacelli, hasta la Via di Ripetta, en la giran a la
derecha, pasando por delante de Mausoleo Di Augusto, y de la Academia de
las Bellas Artes, siguen por la misma vía, con el acelerador a tope. Poco
después llegan a la plaza del Popolo, salen por la Via Ferdin Di Savoia, y
cruzan el rio por el Puente Regina Margherita, una vez en la Plaza Della
Libertad, se van por la Via Cesi, hasta la Piazza Cavour, donde toman la Via
Ulpiamo, cuando llegan al paseo del rio, giran a la derecha, pasando por el
Palazzo Di Giustizia, por la Plaza Del Trininali, siguen todo recto pasando por
delante del Castel San Angelo, se van por la Via Della Conciliazione, hasta la
Plaza San Pietro la cual rodean, poco después cogen la Viale delle Mura
Aurelie, la cual siguen, hasta que al girar, toman la Via Garibaldi, poco
después giran por la Via Goffredo, más adelante giran a la izquierda por la Via
Santin, hasta la Plaza San Cosimiato, llegando al famoso barrio Trastevere,
por donde callejean, atravesando la Plaza Cailisto y la plaza Maria Trastevere,
desde la que salen por la Via Della Lungarfita, girando a la izquierda llegan a
la plaza De Mantilla y poco después a la Plaza de Obella, en esta gira a la
derecha antes de cruzar el rio, por la Via Ungotevere Anguillara, toma el
primer giro a la izquierda cruzando el puente Cestio, llegando a la Isola
Tiberina, según llega a esta isla, gira a la derecha, detiene su moto y echa a
correr hasta un embarcadero de lanchas de paseo, donde se monta en una de
ellas, empuja el barquero y se la lleva, al momento llega Bily, y realiza la
misma operación, poco después llega Evelyn y hace exactamente lo mismo,
cuando llegan Hipólita y Naitom, recogen a los barqueros y les piden que les
sigan con sus lanchas. Quienes, lo hacen, más que por ganas, por necesidad de
recuperar sus lanchas.
Una vez en el rio, el hombre pasa por debajo del puente Garibaldi, poco
después por el Puente Sisto, más adelante por el Mazzini. El rio gira a la
derecha, donde inesperadamente se encuentra con varias embarcaciones, cuyos
ocupantes están entretenidos haciéndose fotos, y en muy poco espacio debe
esquivar las lanchas, y los puentes Amedeo Savoia Aosa, el Vittorio Emanuele
II y el San Angelo, en ese momento Bily, aprovecha para recortarle casi todo
el terreno perdido, al igual que Evelyn, poco después pasan por debajo del
puente Umberto I, y más adelante por el puente Cavour. Antes de llegar al
siguiente puente, el Regina Margherita, Bily, ya estaba casi a la par del
hombre al que perseguían, quien hizo un giro brusco, y echo a Bily contra el
lateral del rio, pero con un poco de suerte consiguió esquivarlo, momento que
aprovechó Evelyn para ponerse al lado izquierdo del hombre. Evelyn estaba al
lado del hombre misterioso y Bily había perdido unos preciosos metros. Según
pasaron el siguiente puente, el Nenn, el hombre misterioso, paró el motor de
su lancha, la cual encajó entre otras que estaban paradas en el embarcadero
que estaba situado a la derecha del puente que acababan de pasar, saliendo
todo lo deprisa que pudo de la embarcación, Evelyn se coló unos metros, y
tuvo que apearse al final del embarcadero, perdiendo un tiempo precioso,
mientras Bily, también paraba el motor de su lacha, la cual paraba contra la
lancha que el hombre misterioso había robado, y apeándose como un gato de
ella, poco después Evelyn echó a correr detrás de Bily, quien a su vez
perseguía al hombre. Al momento, y con el tiempo suficiente, para ver a
Evelyn, llegaron Hipólita y Naitom, quienes echaron a correr detrás de Evelyn,
e intentaban no perderla de vista. El hombre subió corriendo por la Via
Beccaria, y giro a la derecha por la Via Flaminia, hasta la plaza Flaminio,
donde entró en la Villa Borghese, haciendo exactamente lo mismo Bily
primero, después Evelyn y al momento Hipólita y Naitom. Poco después, y
tras correr por los paseos de la Villa, Bily, dio alcance al hombre misterioso, a
quien derribo tirándose encima de él. Mientras los dos estaban en el suelo
forcejeando, llegó Evelyn, quien ayudó a Bily a inmovilizar al misterioso
hombre.
Antes de llegar a donde estaban Bily y Evelyn, Naitom observa que
Hipólita no le sigue, éste se para para comprobar que la mujer está bien, y en
ese momento, ve que Hipólita se dirige hacia donde hay un corro de hombres,
se fija en el grupo y puede distinguir a Jaky que está en medio de todos.
Naitom no se lo piensa y se va a donde están todos ellos. Hipólita saca uno de
sus bastones de su mochila, al tiempo que se dirige hacia donde está Jaky, en
cambio Naitom saca los dos, los cuales une, formando uno solo. Cuando
estaba llegando Hipólita, pudo ver como uno de los hombres sacaba un arma
de dentro del traje, y antes de que estos se dieran cuenta uno de ellos ya tenía
colocada la espada de la mujer en su cuello
Hipólita: Dejaros de tonterías.
Hombre 1: No tienes lo que hay que tener.
Naitom: Créeme, lo tiene. No le deis ese placer, que vosotros no sabéis quien
es realmente.
Hombre 1: Está bien, nos iremos.
El hombre se guardó su arma y ordenó a sus acompañantes que se
retiraran.
Hombre 1: Tarde o temprano te encontraremos, y entonces ajustaremos
cuentas.
Hipólita: Si quieres las ajustamos aquí y ahora, pero las armas las elijo yo.
Naitom: Déjate de tonterías que ahora no tenemos tiempo.
Hombre 1: Eso, huir como cobardes.
Hipólita: Ven que te voy a enseñar quien es el cobarde.
Naitom: No le hagas caso, y vámonos.
Mientras tanto en otro lugar del parque.
Bily: “Quietu parau”, que si no, es peor para ti.
Hombre misterioso: ¿Qué queréis de mí?.
Bily: Queremos un diamante de los que has robado en el museo de Louvre.
Hombre misterioso: Yo no he robado ningún diamante.
Bily: Como que no. Nosotros te vimos salir del museo Louvre.
Hombre misterioso: Vosotros habréis visto a un hombre, pero no podéis
asegurar que fuese yo, y menos que haya robado algo.
Bily: Entonces deja que registremos tu mochila.
Bily forcejea con el hombre cayéndose su mochila al suelo, de la cual se
salió una bolsita negra de piel, Evelyn la coge, la abre y saca de ella un
diamante.
Evelyn: Es el diamante Estrella del Sur.
Bily: ¿Cómo sabes que diamante es?.
Evelyn: Ya lo tenemos, vámonos.
Hombre misterioso: ¿Shirley?.
Evelyn se le quedó mirando.
Evelyn: ¿Papá?.
Hombre misterioso: Hija dame el diamante, lo necesito para salvaros de la
maldición.
Evelyn: No puedo entregártelo. Además…, el hecho de que yo esté aquí
significa que aun dándote a ti el diamante, no nos salvarías. Como dijo
Baltasar Gracián: “El mentiroso tiene dos males, ni cree, ni es creído”.
En ese momento llegan Hipólita, Naitom y Jaky al lugar donde estaban
Bily y Evelyn.
Jaky: Vaya fue más fácil de lo que pensaba capturar al ladrón de diamantes y
piedras preciosas.
Evelyn: Ladrón de diamantes.
Jaky: Si, a lo largo de estos últimos años, se han sucedido misteriosos robos
de piedras preciosas en circunstancias un tanto extrañas.
Evelyn: Ahora lo entiendo todo, y también porqué va así disfrazado
En ese momento se oyeron un par de disparos y Bily, Hipólita, Naitom y
Jaky salieron corriendo hacia la cueva, dejando libre al padre de Evelyn.
Hombre misterioso: Hija, debes irte, o esos hombres te matarán.
Evelyn: Necesito respuestas.
Hombre misterioso: ¡ALTO!. ¡NO DISPAREIS!. En este momento, no puedo
responderte a ninguna pregunta, debes irte.
Finalmente Evelyn, se fue con el resto de amigos. Una vez dentro de la
cueva.
Evelyn: Jaky, cuéntame todo lo que sepas.
Jaky: No puedo, soy policía.
Evelyn: Si lo prefieres por las malas…, yo no tengo problema.
Jaky: Pues yo nací en Venecia, el veintinueve de febrero del año…
Evelyn: ¿Me estás tomando el pelo?.
Jaky: Vale, vale, no te pongas así. Siempre me gustaron las armas, así que
desde pequeño practiqué el tiro olímpico. Por presión de mi padre, saqué la
carrera de abogado, pero a mí nunca me gustó, y como no ejercí como tal, mi
padre me puso un ultimátum, trabajaba como abogado o me buscaba la vida,
así que para ganarme la vida me busqué trabajo en el campo de tiro, allí conocí
a un par de personas que me ofrecieron mucho dinero por trabajar como
francotirador en alguna misión esporádica o en alguna guerra, así fue como
conseguí este reloj, hasta que un día me di cuenta de que eso no era para mí.
Con el dinero ganado, que no fue poco, me dediqué al juego y a las apuestas,
hasta que lo perdí casi todo, entonces en una de esas ocasiones en las que te
quedas sin nada y viene la policía para solucionar los problemas, me encontré
con una exnovia, a la cual le sentaba muy bien el uniforme, así que lo vi claro,
me metí en la policía. Debido a mis estudios como abogado y a mi habilidad
con las armas, no me fue nada difícil ascender y acceder al puesto de la policía
que más me gustase, de ese modo fue como me concedieron el trabajo de
investigar a políticos, pero debido a mi fuerte personalidad, nunca dejé que
influyeran sobre mí, terceras personas, de modo que no les quedó más remedio
que esperar la oportunidad para apartarme de esas investigaciones, dándome el
caso de los robos de piedras preciosas, después ya sabéis lo que pasó. También
tengo que decir que lo del juego y las apuestas nunca lo deje del todo y
después de entrar en la policía, mi suerte cambió y conseguí ganar mucho
dinero. En cuanto a lo de los hombres esos, bueno, eso es debido a…
Evelyn: Una deuda de juego.
Jaky: No. Eso es debido a que el otro día os ayudé a vosotros, en la pelea.
Evelyn: No sé si creérmelo, un policía, tan bien vestido.
Jaky: Si algo nos gusta a los italianos, es ir elegantemente vestidos.
Evelyn: En cuanto a ese hombre.
Jaky: Es un caso muy extraño, roba piedras preciosas en varios sitios, nos
deja una gota de sangre y después desaparece sin dejar ni rastro, e incluso en
ocasiones en muy breve espacio de tiempo, es como si se teletransportase de
un lugar a otro.
Evelyn: Y no pueden ser varios los ladrones.
Jaky: ¿Cómo explicas lo de la sangre?
Bily: Pues la llevarán en un cuentagotas.
Jaky: ¿Y las huellas?.
Evelyn: En fin, es fácil de explicarlo todo.
Según acaba de decirlo, todos se teletransportan a otra cueva.

RUBI

Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky aparecen en otra cueva. Bily ve la
luz de la entrada cerca y sin esperar a nadie, sale corriendo hacia ella. No
deseaba volver a encontrarse con otro animal salvaje.
Bily: Allí está la salida, correr.
Jaky: ¿Para qué corre?.
Hipólita: Para buscar problemas.
Evelyn: No cambiará. Si no van los problemas a él, va él mismo a buscarlos.
Naitom: ¿Siempre actúa sin pensar?.
Evelyn: No, a veces se piensa las veces una vez, que es peor.
Cuando está acercándose al final mira hacia atrás para comprobar que le
siguen, pero sin parar de correr, cuando vuelve la mirada a la dirección de
marcha comprueba que ha llegado al final de la cueva, no puede detenerse a
tiempo y acaba saltando al vacío, cayendo en el agua, donde puede ver, que
debajo de la cueva desde la que cayó, hay una enorme gruta, de unos veinte
metros de alto y unos quince metros de ancho.
Mientras tanto, los demás acompañantes permanecen quietos y en
silencio, atentos a todo lo que les rodea, escuchan voces cerca de donde ellos
están, caminan despacio hacia donde las oyen y comprueban que realmente
están en una enorme gruta, se acercan al borde de la roca donde se hayan y
pueden ver un navío que está saliendo de la gruta y otro más pequeño que está
a punto de zarpar.
Poco tiempo después la tripulación del primer barco ve a Bily en el agua.
Naitom se da cuenta de que la entrada a la cueva por donde salió Bily
coincide por donde salen los barcos, así que se dirige corriendo hacia la
entrada de la cueva, gritando.
Naitom: BIIIILYYYYY. BIIIILYYY. CUIDADO.
Bartolomé: Suban a ese hombre al barco y registren la cueva. Seguro que no
está solo.
Varios piratas cogieron un par de botes y se dirigieron hacia la cueva para
apresar a todo el que se encontrasen. Mientras que otros ayudaron a Bily a
subir al barco.
Cuando Bily accede al barco delante de si, había un hombre alto, moreno,
bien afeitado, aseado y que daba un ligero olor a perfume, con un gran
tricornio negro en el que destaca una pluma roja, viste una chupa blanca y una
casaca de damasco color turquesa, con bordados el oro y botones de plata, que
le llega hasta las rodillas, pero que deja al descubierto una pistola que tiene
sujeta a la cintura por medio de un fajín de seda del mismo color que la
casaca, tiene unos calzones ajustados de color turquesa que le llegan hasta las
rodillas, también tenía puestos unos zapatos negros que no tenían orna y
resultando curioso el hecho de que estos tenían tacón alto.
En una mano portaba una pistola, mientras que en la otra sujeta un sable
muy brillante, pero lo que más le llamaba la atención de todo es que tenía
varias joyas incluido un collar de oro que sustentaba una cruz de diamantes
con un rubí en el centro.
En un principio Bily pensó que estaba en un barco de la armada española,
portuguesa o inglesa, del siglo XVII o XVIII.
Bartolomé: Yo soy Bartolomé Roberts, y tú, ¿quién eres?.
Bily: Mi nombre es Bily.
Bartolomé: ¿Qué buscas?.
Bily: Ostras, para coger sus perlas.
Bartolomé: No te preocupes, que nosotros te vamos a pasar por la quilla para
que cojas unas pocas, a ti, y a todos los que vengan contigo. ¡Atadle!.
Bily: ¿Qué es eso de pasar por la quilla?
Bartolomé: Te ataremos una cuerda a las manos, la pasaremos por debajo de
la quilla, y el otro extremo te lo ataremos a los pies, te arrojaremos al agua y
tiraremos del otro extremo para hacerte pasar por debajo de la quilla, por tres
veces. En este barco tienes suerte, pues a menudo limpiamos la quilla de
almejas, mejillones y todo lo que se pegue al barco para que no pierda
velocidad, pero seguro que encuentras alguna.
Bily: Tranqui tronco, si sólo quiero ser pirata. Si no, como iba a venir yo aquí,
y más, estando vosotros.
Bartolomé: ¿Tú quieres ser pirata, y no sabes lo que es pasar por la quilla?.
Bily: Claro que sé lo que es pasar por la quilla, sólo quería saber que me
contestabas.
Bartolomé: Vamos a ver que sabes de barcos. ¿Qué diferencia hay entre proa
y popa?.
Bily: La proa es la parte delantera del barco y la popa es la parte de atrás.
Bartolomé: ¿Qué diferencia hay entre estribor y babor?.
Bily: Mirando hacia proa, estribor es el lado derecho, y babor es el lado
izquierdo.
Apuntando al palo saliente de proa, Bartolomé le pregunta a Bily.
Bartolomé: ¿Cómo se llama ese mástil?.
Bily: Ese mástil que sale casi horizontalmente de la proa, es el mástil bauprés,
el cual va unido al casco del barco por medio del botalón, y que sujetan las
velas petifoque, foque, fofoque y contrafoque.
Bartolomé: ¿Cómo se llama el mástil situado en proa y sus componentes
principales?
Bily: Mástil trinquete, de arriba abajo podemos ver la verga sobrejuanete, al
cual se sujeta la vela sobrejuanete de proa, por debajo está la verga del juanete,
que sujeta la vela llamada juanete de proa, más abajo tenemos la verga
velacho, que sujeta la gavia, que sostiene el velacho, y abajo del todo está la
verga trinquete de la que cuelga la vela trinquete.
Bartolomé: ¿Cómo se llama el mástil del centro?.
Bily: Palo mayor, de arriba abajo podemos ver la verga del sobrejuanete, que
sujeta la vela llamada sobrejuanete mayor, debajo tenemos la verga juanete
que sostiene el juanete mayor, después está la verga gavia, que sujeta la gavia,
y abajo del todo está la verga mayor de la que cuelga la vela mayor. El mástil
situado en popa es el mesana y de arriba a abajo podemos ver la verga del
sobrejuanete, que sujeta la vela llamada sobreperico, más abajo tenemos la
verga juanete que sustenta la vela perico y abajo del todo está la verga gavia
de la que cuelga la vela sobremesana. El mástil mesana en su parte más bajera
sujeta la vela cangreja, sujeta al mástil mesana de forma transversal.
Bartolomé: Ya veo que sabes de que hablas.
Bily: Mi padre es marinero, y yo hice muchos viajes con él, aunque
utilizábamos otro tipo de barco.
Bily se temía lo peor, ya sabía que habían visto a Naitom, pero más
preocupado estaba por las mujeres. Mientras esperaban, sus ojos no dejaban de
observar todo lo que le rodeaba,
Bily: No veo ninguna mujer en el barco, ¿están en algún aposento?.
Bartolomé: En nuestro barco están prohibidas las mujeres, no se les permite
subir, y si nos encontramos una en el barco lo pagaría con su vida al igual que
el hombre que pretenda subirla.
Al rato llegan los botes. Y accedieron al barco los piratas que se habían
ido y los presos capturados.
Pirata: Capitán, hemos capturado al hombre que vimos, y hemos
encontrado…
A Bily se le hizo un nudo en la garganta.
Pirata: Otro hombre y un muchacho.
Bartolomé: ¡Atarles a los cuatro!. ¡Serán pasados por la quilla!, y después
decidiremos que hacemos con ellos… Si es que sobreviven.
Bily: ¡Jo!, que manía con la quilla.
Cuando los piratas se disponían a atarles, una avalancha de puñetazos,
patadas y collejazos cayeron sobre ellos, Bily, Naitom y Jaky, les estaban
dando una clase avanzada de reparto de mamporros, guantazos y pescozones.
Los piratas utilizaban sus armas, pero jamás en su vida habían visto a tres
hombres pelear de modo similar, cada vez que les atacaban con sus espadas
daban con sus huesos contra el suelo o acaban cayendo al agua, Bily consiguió
arrebatar la espada a un pirata y se midió en duelo al capitán Bartolomé. Del
otro extremo del barco dos certeras flechas dejaron sin vida a sendos piratas,
mientras tanto Evelyn acababa con otros tres, y Jaky ponía a remojo la ropa de
los piratas, con ellos dentro, claro está. Al mismo tiempo un pirata cogía su
sable y acudía en ayuda del capitán Bartolomé, quien al ver semejante
escabechina, consiguió amarrar al joven que habían capturado junto a Naitom
y Jaky, y ordenó a Bily y sus compinches que se detuvieran o le mataría.
Bartolomé: DETENEOS O MATO A VUESTRO AMIGO.
Todos se detuvieron, incluidos sus hombres.
Naitom: Amigo, ¿qué amigo?. A ese chico no le conocemos de nada.
Bartolomé: YO NO ME ANDO CON TONTERIAS, O PARAIS, O ACABO
CON EL MUCHACHO.
Bily: La tontería es la más extraña de las enfermedades. El enfermo nunca
sufre, los que de verdad la padecen son los demás. Dijo Paul-Henrl Spaak.
Jaky: ¡Vah!, no pasa nada, tiene que espabilar y aprender a defenderse él
solito.
Bartolomé: ES LA ÚLTIMA VEZ QUE LO DIGO. Os rendís o acabo con él.
Hipólita: Haz lo que quieras, pero si tú le matas, nosotros no dejaremos a
ninguno de los tuyos con vida, incluido tú mismo.
Bily: Está bien. Ya paramos, pero con la condición de que no haya presos y
hablemos, que nosotros no venimos ni a robar ni pelear con nadie. Y que las
chicas estén con nosotros.
Bartolomé: Así será. Pero lo de las chicas tenemos que hablarlo. Ya te he
dicho que en este barco está prohibida su presencia.
Bartolomé les dice a sus hombres que se retiren.
Bartolomé: Retiraos.
Una vez que todos los piratas se van a continuar con sus faenas. Bily, Naitom,
Jaky, el muchacho y las dos chicas, se reúnen con Bartolomé.
Bartolomé: ¿Quiénes sois?.
Bily: Es difícil de creer.
Bartolomé: También es difícil de creer lo que he visto.
Bily: Yo soy Bily, y vengo del futuro, ella es Hipólita y viene del pasado, ellos
son Naitom y Jaky, y también vienen del futuro, y ella es Evelyn, una vieja
amiga que viene del más allá. Y ese muchacho…, no sé quien es, ni de donde
ha salido.
Gabi: Yo soy Gabi, entré en una cueva de la Villa Borguese, en Roma, y de
repente aparecí en una cueva.
Bartolomé: Tenéis razón, es difícil de creer. ¿Cómo puedes demostrar que
vienes del futuro?.
Bily le enseña su reloj, y saca del bolso su linterna, mientras que Jaky le
enseña su móvil, y le hace una foto.
Bily: ¿Habías visto alguna vez algo similar?.
Bartolomé: Lo que me has enseñado me sorprende, pero tus ropas…
Bily: En mi época y donde yo vivo, prima la comodidad antes que la
ostentación.
Jaky: Mira, este eres tú.
Bartolomé: Por todos los diablos. ¿Cómo has conseguido hacer un retrato
mío?.
Jaky: Esto es una foto. Se hace con este aparatito.
Bartolomé: Ya me contarás más cosas de ese chisme, pero ahora quiero saber,
¿cómo habéis llegado hasta aquí?, y ¿por qué?.
Bily: Llegamos a través de una “puerta del tiempo” que se abre en una cueva
cuando consigo mi objetivo, y quienes están a mi lado en ese momento viajan
en el tiempo conmigo. Estamos aquí porqué mi familia y mis amigos cayeron
bajo la maldición de las cinco gemas, y para salvarles necesito conseguir cinco
gemas, y creo que ese rubí que tienes en el centro de tu cruz, es el que
necesito. Ellos se han unido a mí para ayudarme en mi propósito. De hecho
Evelyn me entrenó y me ayudó en mis inicios a conseguir la esmeralda que
tenía el cinturón de Hipólita, y que Hércules le robó, pero previamente le
habíamos quitado la gema. Naitom me regaló uno de los tres zafiros que tenía
el mongkhon que un rey birmano, le regaló por ganar la libertad para su
pueblo, quien previamente había capturado decenas de rehenes, del pueblo de
Naitom, en la guerra entre sus correspondientes países, después de derrotar en
combate, cuerpo a cuerpo, a diez de los mejores luchadores birmanos y
después de derrotarme a mí, que también había sido apresado por el rey
birmano. Posteriormente llegamos a Roma, desde donde tuvimos que viajar a
Paris para conseguir un diamante, el cual robó el padre de Evelyn, quienes
años antes también habían caído bajo la maldición de las cinco gemas, pero él
no pudo salvar a su familia, y ahora estamos aquí.
Mientras tanto Bily le enseña las gemas conseguidas a Bartolomé, a quien
le llama la atención el diamante.
Bartolomé: ¿A esto le llamáis vosotros diamante?.
Bily: Si.
John, la mano derecha del capitán, lo coge, lo mira cuidadosamente a
trasluz y acto seguido coge su cuchillo y lo raya.
Bily: Vaya no había caído en la cuenta de hacer eso para asegurarme de que
realmente es un diamante, simplemente lo di por hecho.
Evelyn: El muy bribón nos ha engañado.
Jaky le pide el diamante a John para verlo.
Jaky: Es impresionante, lo bien hecho que está. Esto explica más cosas.
Evelyn: No creo que este cristal sirva, así que tendremos que volver a por el
auténtico diamante.
Bily: Mejor llámalo vidrio.
Evelyn: ¿Qué diferencia hay?.
Bily: Si fuese un cristal, lo más seguro es que fuera un diamante auténtico,
pero como es falso, lo más seguro es que sea un vidrio. Un cristal es un sólido
cuyos átomos y moléculas están regular y repetidamente distribuidos, como
por ejemplo un rubí, una esmeralda, un diamante... Un vidrio es un sólido que
no tiene estructura cristalina, es amorfo. Para obtenerlo se mezcla arena
silícea, caliza y carbonato de sodio y se somete a elevadas temperaturas. A
esta mezcla se le pueden añadir otros componentes para obtener determinadas
propiedades o colores.
Evelyn: Ya me ha quedado claro.
Bily: Debemos volver a por el diamante auténtico.
Evelyn: Ya que estamos aquí, consigamos el rubí.
Bily: Pero él la…. Tu padre se nos escapará.
Evelyn: Olvidas que podemos viajar en el tiempo, y que por lo tanto podemos
volver al momento exacto en que nos fuimos, de ese modo sabemos que mi
padre no andará muy lejos.
Bily: ¿Por qué no antes?.
Evelyn: No podemos coincidir con nosotros mismos en el espacio y en el
tiempo.
Bily: Tienes razón, consigamos el rubí.
Bartolomé: Si lo dices por este rubí, éste es parte de esta cruz, la cual iba
dirigida a un rey portugués. Si la necesitas para salvar a tu familia, te la
daré…, pero antes…, debes ganártela… vamos a realizar un importante
trabajo, y necesitamos hombres fuertes. Antes de continuar debemos de aclarar
el tema de las mujeres.
Bily: Ya has visto como luchan, así que si quieres bajarlas del barco, tú
mismo…, deberás atenerte a las consecuencias.
Bartolomé: En nuestro barco está prohibido, la estancia de mujeres.
Evelyn: Antes de continuar, debemos aclarar el tema del rubí.
Bartolomé: Todo hombre que lo desee podrá unirse a nosotros y ser un pirata.
Si un día decide dejarlo, podrá hacerlo, siempre y cuando aporte la cantidad de
mil libras.
Hipólita: ¿Qué quieres decir?, que nos darás el rubí cuando Evelyn y yo nos
bajemos del barco, y Bily, Naitom y Jaky se unan a los piratas hasta conseguir
la cantidad de mil libras cada uno.
Bartolomé: Tú lo has dicho.
Evelyn: Como dijo Mark Twain: “Es más fácil quedarse fuera, que salir”.
Bily: Desde luego, si no fuera porque necesitamos el rubí, y que la única
manera de conseguirlo es haciéndonos piratas, no me iba con ellos.
Naitom: Ya has visto lo que hemos hecho con tus hombres, quien nos quita de
que te cojamos el rubí y nos larguemos.
Bartolomé: Pues todos los piratas que tienes apuntándote con sus pistolas.
El grupo de amigos echa un vistazo a su alrededor, donde solo veían que
piratas.
Bily: ¿De dónde han salido todos estos?, antes no había tantos.
Naitom: No lo sé, pero podemos devolverlos a sus escondites, de cuatro
guantazos.
Evelyn: No hay problema. Nos bajaremos del barco. Las reglas, las normas y
las leyes están para respetarlas y cumplirlas. Que si están es por algo.
Jaky: Siempre que estas sean justas, y sean para todos iguales, que ya estoy
cansado de ver leyes absurdas, que no tratan a todos por igual.
Hipólita: Tampoco será para tanto.
Jaky: Ya veo que no estás al día. Hay lugares en los que si robas una gallina te
meten en la cárcel, si robas millones de monedas, no te hacen nada, si matas a
un hombre en defensa propia, te meten en la cárcel cuarenta años, si asesinas a
personas inocentes, te meten en la cárcel cuarenta años, pero que si estabas
borracho, que si estabas drogado, que si estabas loco, que si esto, que si lo
otro, sales a los dos días, a esos les metía yo el doble de años. Vivo en una
época en la que si un ladrón entra en tu casa, no la puedes defender, pues te
caen a ti más palos que al ladrón, vivo en la época de las prohibiciones
AAAAAAAAGGGRRRR.
Hipólita: Por cosas como esas, nosotras vivimos sin hombres.
Evelyn: Cada uno tenéis vuestras opiniones y son respetables, pero en este
caso las que nos propone Bartolomé parecen lógicas.
Hipólita: Bartolomé. Si Evelyn está de acuerdo, yo también lo estoy, pero
antes llévanos a algún puerto.
Bartolomé: ¡John!, trae té y ron para todos y dos casacas para las mujeres.
Una vez servido lo que Bartolomé pidió, todos se sentaron en la mesa que
colocaron en el alcázar de popa. Mientras bebían té, Bily, Evelyn, Hipólita,
Naitom y Jaky contaban sus aventuras, y cosas curiosas de sus respectivas
épocas.
Bartolomé, pudo observar como todos los piratas escuchaban con
atención lo que decían los nuevos acompañantes, además de que no quitaban
ojo a las mujeres.
Ya estaba anocheciendo cuando llegaron a Isla Tortuga, donde Bartolomé
decidió pasar la noche en el puerto de la ciudad, antes de zarpar en busca de
nuevos navíos a los que abordar para robar sus ricas mercancías.
Mientras Bartolomé dirigía a Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom, Jaky, Gabi y
alguno de sus hombres, a través del poblado, hasta la cantina de uno de sus
pocos amigos, Bily, observaba como se iban cerrando las contras de las
ventanas, antes de que ellos pasaran, al mismo tiempo Bily no dejaba de mirar
las descuidadas casas de dos plantas, construidas a base de piedra y madera. A
lo largo de la calle había algunos candiles que apenas iluminaban las calles, en
las cuales sólo había hombres borrachos, bien caídos en el suelo o bien
caminando sin rumbo tambaleándose para todos los lados. Finalmente
Bartolomé se plantó delante de un portón, el cual abrió de par en par de un
fuerte empujón. Una vez dentro echó un vistazo a su alrededor, y antes de que
nadie dijera nada, una mesa para unos veinte comensales, se había vaciado de
inmediato. Para cenar les pusieron algo de bucan y mucho vino y ron, además
de pan, el cual parecía piedra pómez.
Mientras el grupo cenaba sin preocuparse de lo que ocurría a su alrededor,
un grupo de piratas entraba en la taberna riendo, cantando y gritando.
Pirata 1: TABERNERO.
Tabernero: ¿Qué quieres?.
Pirata 1: Tres cosas, RON, MÁS RON y MUCHO MÁS RON. Que hoy
estamos de celebración hemos capturado un barco español, hemos matado a
toda su tripulación, excepto a estas dos señoritas que gustosas han aceptado
acompañarnos, y hemos conseguido un botín de oro como para estar de
borrachera todo el mes. De paso pon una ronda para todos los aquí presentes,
que hoy invitamos nosotros.
Todos los piratas presentes en la taberna gritaron en agradecimiento por la
invitación, excepto Bartolomé y sus acompañantes.
El grupo de piratas seguía cantando y bailando, mientras arrinconaban a
las dos mujeres.
Bartolomé: Por eso no permito que haya mujeres en mis barcos. Vuelven
tontos y necios a los hombres.
Bily: Como dijo Baltasar Gracian: “Los ignorantes son los muchos, los necios
son los infinitos, y así, el que los tuviere a ellos de su parte, ése será señor de
un mundo entero”.
Pirata 2: A ver tu, señorita, te vamos a proponer dos opciones. ¿Qué prefieres
la muerte o molongo?.
Las dos mujeres se miran.
Ana Nicolasa: No sé que elegir, estos son unos bárbaros, pero por muy malo
que sea, no será peor que la muerte.
María Nicaela: Pues elige molongo.
Ana Nicolasa: Elijo molongo.
Piratas: BIEEEEEEEEEEN.
Todos cantaban a la vez.
Piratas: QUE BIEN NOS LO VAMOS A PASAR.
Entre varios piratas cogen a la mujer y mientras la van arrancando la ropa,
siguen bebiendo y tirándole ron por encima. Hipólita se dispone a levantarse
cuando le agarra Bartolomé por un brazo.
Pirata 3: Esta es la mejor mezcla del mundo. MUJERES Y RON.
Bily: No podemos consentirlo.
Bartolomé suelta a Hipólita y agarra por un brazo a Bily.
Bartolomé: No te entrometas.
Mientras tanto.
Pirata 1: Y tú, ¿qué prefieres?.
La mujer piensa para si, que casi es preferible la muerte.
María Nicaela: Yo elijo…, la muerte.
Piratas: BIEEEEEEEN
Pirata 1: Vale, pero antes…, un poco de molongo.
Piratas: QUE BIEN NOS LO VAMOS A PASAR.
Varios piratas más, cogen a la segunda mujer y comienzan a arrancarle la
ropa.
Bily: QUIETOS PARAOS.
Nadie le hace caso y Bartolomé se le acerca.
Bartolomé: Déjales, sólo están divirtiéndose.
Hipólita: Y las mujeres, ¿acaso se divierten esas pobres mujeres?.
Bartolomé: La ley de la piratería es la que es.
Jaky: Esta es una de esas leyes que no es justa.
Evelyn: Pues la ley de la mujer también es la que es, y antes de que hubiera
piratas, ya había mujeres en el mundo.
Evelyn le coge una pistola a Bartolomé y pega un tiro al aire, dejando
mudos a todos los piratas de la taberna.
Jaky: Esta ley si es justa. Una mujer con una pistola defendiendo a otra mujer.
Evelyn: Soltar a las mujeres.
Bartolomé: Pero, ¿qué haces?..., no desperdicies las balas, y menos un arma
cargada.
Pirata 3: ¡Vaya!, pero si hay más mujeres a repartir. PARECE QUE HOY ES
NUESTRO DIA DE SUERTE. A POR ELLAS.
Naitom: Otros que quieren vender la piel del tigre antes de cazarlo.
Jaky: Pero vosotros siempre estáis metidos en líos.
Naitom: Pueeeeeees……, si. Desde que les conocí no me he aburrido ni un
solo segundo.
Jaky: Estos están locos.
Dice Jaky para si mismo.
Varios piratas se dirigen hacia Evelyn e Hipólita.
Bartolomé: Estas mujeres están conmigo y como intentéis tocarles un pelo
os...
No acaba la frase, cuando Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky, ya están
repartiendo puñetazos, codazos, patadas, rodillazos, tortazos y bastonazos
entre todos los piratas, que osaban acercarse a ellas.
Poco tiempo después llega el dueño de la taberna. Pega dos tiros y un
grito, y todos se detienen.
Levasseur: ¿QUÉ PASA AQUÍ?.
Bartolomé: Hola amigo, estábamos de paso, cuando estos hombres, entraron
en la taberna para celebrar que habían conseguido un estupendo botín y que
habían capturado a dos mujeres.
Levasseur: Hola Bartolomé. Si, es habitual. ¿Y qué?.
Bartolomé: Pues que a mis amigos, no les gusta que le hagan daño a las
mujeres.
Levasseur:¿Acaso tus amigos son nuevos?.
Bartolomé: Si.
Levasseur: ¿Acaso no conocen las leyes de los piratas?.
Bartolomé: No.
Evelyn: ¿Acaso tú no sabes tratar a una mujer?.
Levasseur: Si que sé como tratar a una mujer, y te lo demostraré.
Levasseur intenta agarrar a Evelyn por el brazo, pero en menos que dura
un pestañeo, Hipólita le hace ponerse de rodillas delante de ella.
Hipólita: Tienes razón. Tú si que sabes como tratar a una dama, dejando que
haga contigo todo lo que quiera y poniéndote de rodillas a sus pies, sin que
ella te lo pida.
Levasseur: Suéltame si no quieres que mis hombres acaben contigo.
Bartolomé: Puedes intentarlo, pero no te lo aconsejo. Ya antes lo intenté yo
con mi tripulación y lo único que conseguí fue quedarme sin varios hombres.
Levasseur:¿Pero quiénes son?. ¿Qué quieren?.
Bartolomé: Es complicado describir quienes son, nos llevará bastante tiempo,
así que lo mejor es que ofrezcas protección a estas dos mujeres, y a las dos
españolas que acaban de capturar los otros, hasta que yo regrese del próximo
viaje, y sus amigos hayan pagado su deuda.
Levasseur: Está bien, que se queden las cuatro mujeres en mi fuerte, te
prometo que nadie les tocará un pelo.
Hipólita: Eso espero. Porqué como un solo hombre vuelva a tocar a estas dos
mujeres, te prometo que les arrancaré las ganas de volver a tocar a una
mujer…, y algo más.
Bartolomé: Créela, no habla por hablar.
Levasseur: Suéltame.
Evelyn: ¡Cómo!
Levasseur: ¿Qué si puedes soltarme?.
Evelyn: No te he entendido bien.
Levasseur: Por favor, ¿puedes soltarme?.
Evelyn: Que educado.
Hipólita suelta a Levasseur.
Levasseur: Por lo que veo no habéis acabado de cenar.
Bartolomé: La verdad es que no, con todo este jaleo.
Levasseur: Cenar tranquilos que invita la casa.
Bartolomé: Gracias, pero mientras tenga dinero, pagaré mis gastos y el día
que no lo tenga saldré a trabajar para ganármelo, que tú también trabajas para
ganar dinero.
Bily: Querrás decir, que irás a robar.
Bartolomé: Robar es una palabra muy fea. Más bien di, que se lo quitaremos
a los que antes se lo sustrajeron a otros, para que nosotros podamos comer.
Bily: Más bien, para que podáis comer y “beber”.
Levasseur: Si eso también. Habrá que divertirse día a día, que nunca
sabremos si vamos a llegar a mañana.
Evelyn: Es la vida del pirata. Vivir rápido, que la vida puede ser breve.
Bily: Como los niños, que viven el presente, olvidándose del pasado y sin
preocuparse por el futuro.
Hipólita: Bueno, cenemos, que yo tengo hambre, pero antes trae ropa a esas
dos mujeres, para que se puedan sentar a cenar con nosotros.
Levasseur: Está bien.
Levasseur pidió algo de ropa, la cual se pusieron las dos mujeres, quienes
se sentaron a la mesa.
Levasseur: Espero que no os moleste poneros ropa de hombre mientras
consigo algo más apropiado para vosotras.
Ana Nicolasa: Si no queda otro remedio.
Levasseur: He aceptado que os quedéis en mi fortaleza y así ofreceros
protección, pero evidentemente, debéis ofrecer algo a cambio.
Evelyn: ¿Qué es lo que pretendes?.
Levasseur: Necesito a alguien que sepa cocinar, que lave la ropa, y esas
cosas.
Evelyn: ¡Ah!, bueno, las cosas hay que dejarlas claras, que después vienen los
malentendidos.
Levasseur: Tu, ¿qué sabes hacer?.
Evelyn: Yo sé seleccionar buenos luchadores.
Levasseur: Y, tú, ¿qué sabes hacer?.
Hipólita: Yo sé matar hombres.
Levasseur: Vamos, que ella los elige, y tú los matas. Y vosotras ¿qué sabéis
hacer?.
Ana Nicolasa: Yo soy Ana Nicolasa de Guzmán Osorio y Manrique de
Zúñiga, decimotercera marquesa de Astorga, séptima marquesa de Velada,
quinta marquesa de San Román, sexta marquesa de Villamanrique, octava
marquesa de Ayamonte, decimocuarta condesa de Trastámara, sexta condesa
de Saltés, decimoquinta condesa de Nieva, decimosegunda condesa de Santa
Marta de Ortigueira, Grande de España.
María Nicaela: Yo soy María Nicaela Pilar Tascón de Lucas novena
marquesa de Barrios de Gordón, undécima marquesa de Alcedo, octava
marquesa de Montuerto, séptima marquesa de San Isidro, novena marquesa de
Lorenzana, undécima marquesa de Babia, sexta marquesa de Riaño,
decimoquinta condesa de Sagasta, decimosegunda condesa de Niebla, decima
condesa de La Cabrera, decimosegunda condesa de Luna, octava condesa de
Omaña y primera marquesa del Torio.
Levasseur: Si, pero, ¿qué sabes hacer?.
Ana Nicolasa: Nada.
Levasseur: Y tú, ¿qué haces?.
María Nicaela: Yo ayudo a Ana Nicolasa.
Levasseur: Pues si lo único que sabéis hacer es nadar, ya podéis iros nadando
hasta España.
Evelyn: No te preocupes, ya aprenderán a cocinar, a fregar, lavar…, y todo lo
que haga falta.
María Nicaela: Nosotros somos marquesas, y no nacimos para servir a nadie.
Levasseur: Que poca memoria. Pues desde mi punto de vista tenéis tres
opciones, servirme mientras estéis en mi fortaleza, nadar hasta España o
molongo con los piratas
Ana Nicolasa: Aprenderemos a cocinar.
María Nicaela: Pero…
Ana Nicolasa: Ya habrá tiempos mejores, mientras tanto habrá que elegir la
mejor opción.
Bily: ¿Qué hacíais vosotras en ese barco?.
María Nicaela: Fuimos requeridas por un importante virrey de las américas,
para elegir esposa entre una de nosotras.
Levasseur: En ese caso, será mejor que me deshaga de vosotras.
Bartolomé: Creo que has hablado de más y antes de tiempo.
Evelyn: Pues yo creo que si no llegan a puerto, seguro que el virrey ese, saldrá
en su busca, y si ve que tú has cuidado de ellas, quizás lo tenga en
consideración, sobre todo si ellas hablan bien de ti.
Levasseur: Está bien, podéis quedaros las cuatro, yo cuidaré de vosotras.
Bartolomé: ¡UF!. Menos mal, ya estaba pensando que lo siguiente que se les
ocurriría, sería que se embarcasen las cuatro en mi barco.
Levasseur: Viendo la lengua que tienen, lo que estoy pensando es en irme yo
contigo.
Evelyn se acerca a las mujeres y en voz baja les dice.
Evelyn: Será mejor que tengáis cuidado, que yo sepa Ana Nicolasa está
casada con Antonio Gaspar Osorio de Moscoso y Aragón, noveno conde de
Altamira, y no existe ninguna María Nicaela Pilar Tascón de Lucas novena
marquesa de Barrios de Gordón.
Las dos mujeres se quedan perplejas.
Ana Nicolasa: Estás confundida.
Evelyn: A mí no tenéis porqué engañarme. Yo no os delataré.
María Nicaela: Está bien. Haciéndonos pasar por nobles, era nuestra única
manera de poder casarnos con un hombre rico.
Evelyn: Sólo espero que nadie lo descubra.
Ana Nicolasa: Una pregunta, ¿Cómo lo has sabido?.
Evelyn: Porqué nací en León y he estudiado algo de historia de la tierra a la
que pertenezco.
María Nicaela: ¿Algo de historia?.
Evelyn: Esa es otra historia.
Después de cenar, Evelyn, Hipólita, Levasseur y las dos mujeres se
despidieron de Bartolomé, de Bily, de Naitom y de Jaky, quien quiso quedarse
con ellas, pero no le dejaron.
Bartolomé: Ha sido un verdadero placer conocer a dos mujeres tan bellas, y
tan esplendidas guerreras y con una vida tan interesante. Me hubiera gustado
luchar a vuestro lado, pero las normas son las normas y si dejásemos subir a
una sola mujer al barco, no habría ningún orden y todo acabaría mal. Así que
por el bien de todos es mejor que esperéis aquí. Cuando Bily, Naitom y Jaky
consigan un buen botín yo les regalaré el rubí de esta cruz y les traeré hasta
Isla Tortuga.
Hipólita: Gracias por tu amabilidad y hospitalidad, aunque para ganarla
tuviéramos que defender la vida de nuestros amigos y la nuestra misma. Bily,
Naitom, Jaky…, tener cuidado…, buen viaje.
Naitom: Gracias, pero creo que vosotras debéis tener más cuidado aquí, que
nosotros en el mar. ¡Hasta pronto!.
Bily: Gracias Hipólita. Pronto nos veremos. Evelyn, gracias por todo, en
cuanto este viaje acabe, seguiremos hablando.
Evelyn: Buen viaje, a todos. Bily, ten mucho cuidado.
Bartolomé, Bily, Naitom, Jaky y compañía se dirigieron hacia el puerto,
cuando iban a subir al barco, Bily se separó del grupo y se fue hacia un rincón
de una playa que había a unos metros. Al llegar a la arena, se descalzó,
pudiendo sentir en sus pies la fina arena, la cual estaba calentita. El mar
permanecía en calma, sus aguas reflejaban el resplandor de la luna llena que
brillaba en el firmamento, Bily fue paseando hasta unas rocas que sobresalían
de la arena, donde se sentó a pensar en sus cosas. A la memoria le vinieron los
recuerdos de Ailish jugando en la playa, de las figuritas de arena que hacían
juntos, de su primer baño en el mar, de sus primeras carreras, de cuando se
quitaba la arena en la duchas y después se rebozaba otra vez en la arena, como
una croqueta…. Los paseos con su mujer Jennifer por la orilla de la playa,
sintiendo el agua del mar en sus pies descalzos, de repente estos recuerdos se
diluyeron entre los de Shirley, cuando caminaban agarrados de la mano y con
los pies descalzos por la arena fresquita de las noches de verano en la playa de
su pueblo natal. Bily intentaba recordar los mejores momentos que había
pasado con su mujer y su hija, pero en seguida volvía Shirley a su cabeza,
desde que se había vuelto a reencontrar con ella, se había convertido en una
obsesión, no podía dejar de pensar del día que la conoció, de sus travesuras, de
sus charlas, de sus cartas, de su sonrisa, de su mirada, de su voz…
Evelyn: ¡Hola Bily!. Todo saldrá bien, pronto liberarás a tus amigos y a tu
familia de la maldición.
Evelyn apareció detrás de Bily.
Bily: ¿Qué haces aquí?.
Evelyn: Parece que no te sorprende mi presencia. ¿No te asuste ni un
poquito?.
Bily: Esta vez, no.
Evelyn: Aprendes rápido.
Bily: Lo intento, por la cuenta que me tiene. Es peligroso que andes tú sola
por ahí.
Evelyn: Ya sabes que vivo al borde del peligro. Vengo a desearte buen viaje y
a charlar contigo.
Bily: Yo también tengo ganas de estar un rato a solas y poder hablar de todo lo
que nos está sucediendo, pero sobre todo, de todo lo que ha pasado.
Evelyn: Te debo una explicación.
Bily: No me debes ninguna explicación… Bueno si…, creo que necesito
escuchar todo lo que ha pasado, lo que está ocurriendo y lo que
previsiblemente sucederá. Sé que lo que haces, lo haces por algo y tienes tus
razones para hacerlo. Yo sólo necesito una aclaración.
Evelyn: A mi padre le salió un buen trabajo fuera de España, que no pudo
rechazar, era una buena oportunidad, todos los veranos volvíamos unos días al
pueblo de mis abuelos en León, y un día mi madre se empeñó en que quería
visitar el Castillo de Luna, así que mis padres, mis tíos, mi primo y yo, nos
fuimos a pasar el día al famoso castillo de Luna. Después, como te ocurrió a ti,
caímos bajo la maldición de las cinco gemas, el elegido para salvarnos fue mi
padre, y como has podido comprobar no consiguió salvarnos, y ahora es un
ladrón de piedras preciosas.
Bily: Quizás no sea un ladrón y simplemente esté recopilado las cinco gemas
para salvaros. Ten en cuenta que tu padre tiene un importante puesto de
trabajo, conoce a mucha gente, mueve mucho dinero y tal vez, su modo de
reunir las gemas sea por medio de esos trapicheos. Nosotros no sabemos con
seguridad si él fue el verdadero ladrón, sólo sabemos que él tenía el diamante,
¿y si alguien se lo pasó en el tren?.
Evelyn: Claro, claro.
Bily: Claro que si, no puedes pensar mal, hay que dar un voto de confianza a
las personas antes de juzgarlas. Todo el mundo es inocente hasta que se
demuestre lo contrario.
Evelyn: No seas bobo, tu teoría se cae por si sola. No coincide nada de nada,
lo primero, yo estoy aquí, con lo cual, es que mi padre no consiguió reunir las
cinco gemas, para salvarnos. Ya sabes que en nuestra época, para la gente,
todo el mundo es culpable hasta que no demuestre lo contrario.
Bily: Quizás sea porque el diamante que necesitaba fuese el que nosotros
conseguimos.
Evelyn: Bien, de acuerdo, pero hay otro punto, que no coincide, el año. Tú
dices que él tiene contactos y quizás su modo de conseguir las gemas sea
comprándolas o bien pagando a alguien para que las consiga, pero eso sería en
su época, no varios años más tarde, ten en cuenta, que desde que nosotros
caímos bajo la maldición, hasta nuestra visita a Roma, pasaron varios años.
Bily: Pero él también pudo viajar en el tiempo.
Evelyn: Pero entonces, no sería él.
Bily: Visto lo visto tu padre no os salvó. Caísteis bajo la maldición, tu padre
intentó conseguir las gemas fuese como fuese, eso da igual, entonces viajó al
futuro unos años, para conseguir el diamante, donde no lo consiguió, después
pudo volver al pasado y seguir con su vida, y encontrarse consigo mismo en el
futuro, para ayudarse a si mismo a conseguir todas las gemas.
Evelyn: Puede ser.
Bily: Ves, tu padre no tiene porqué ser un ladrón.
Evelyn: Tienes razón. Ya sabes, lo que dijo Dale Carnegie: “Todo lo que
puede ser mal interpretado, es mal interpretado siempre”.
Bily: Cambiando de tema, ¿por qué no me dijiste que eras Shirley desde el
principio?.
Evelyn: Porqué no puedo aparecer así, sin más, en tu vida y decirte: “Hola
Bily, soy Shirley, ahora soy una valkiria y vas a morir, pero no te preocupes
que yo te llevo conmigo”.
Bily: Ya…, es una situación difícil.
Evelyn: Quería saber más cosas de ti. Quería estar a tu lado.
Bily: Yo te hubiera contestado a todo lo que me preguntases.
Evelyn: Pero, ¿me habrías contestado la verdad?.
Bily: ¿Quién te asegura a ti que no te hubiera contestado la verdad?.
Evelyn: ¿Desde cuándo lo sabes?.
Bily: Desde que te vi por primera vez. Cómo voy a olvidarme de esos ojos tan
hechizantes.
Evelyn: ¿Y por qué no me dijiste nada?.
Bily: Quería saber hasta donde eras capaz de llegar.
Evelyn: Por lo visto no muy lejos. Me reconociste muy pronto.
Bily: ¿Qué tal tu nueva vida?.
Evelyn: Por lo menos he tenido una segunda oportunidad al igual que mi
madre. Lo que no acabo de entender, es que mi madre antes fuese una valkiria.
Bily: Es intrigante… ¿No te contó nada más?.
Evelyn: No
Bily: ¿A ti te gusta lo que haces?
Evelyn no quería seguir con esa conversación y cambió radicalmente de
tema.
Evelyn: Por culpa de mi padre no he podido estar contigo. Él fue quien me
arrancó de tu lado cuando éramos unos críos. Él fue quien no me dejó ir a
nuestro pueblo para verte. Él fue quien no permitió que me encontrases. Hasta
llegué a pensar que fue él, quien nos echó la maldición.
Bily: Seguro que tu padre quería lo mejor para ti, un chico con estudios, que
tuviese un prometedor futuro… y no un pescador.
Evelyn: Pues vaya vista que tiene mi padre, el pescador se convirtió en un
buen ingeniero investigador y en un estupendo padre. ¿Un chico con un
prometedor futuro?. Lo único que realmente necesitamos en esta vida, es tener
personas alrededor, que nos respeten a nosotros mismos, que nos acepten tal y
como somos, con nuestras virtudes, pero también con nuestros defectos, y que
nos entiendan y apoyen en nuestras decisiones, si estas son correctas, o que
den otro punto de vista si piensan que estas son equivocadas. Necesitamos a
alguien que sepa cuando darnos un abrazo sin pedirlo, que no nos deje caer en
los malos momentos. Lo que se debe pedir a una pareja es, además de respeto
y apoyo, es amor, todo lo demás llega por si sólo.
Bily: Estoy seguro que tu padre te quería.
Evelyn: Pero no respetaba mis decisiones.
Bily: Has cambiado mucho, tu corazón está lleno de odio.
Evelyn: La vida no me ha tratado nada bien.
Bily: Ese no debe ser un motivo de odio. Debes afrontar la vida con alegría,
debes observar las cosas y buscarles el lado positivo. Te voy a contar una
hermosa historia que leí hace poco. “Había una vez un hombre cuyo negocio
no le iba bien, y como todo el mundo, tenía sus problemas, cada día, antes de
entrar en su casa, hacia el gesto de colgar algo en una alcayata que había al
lado de la puerta. Un vecino, que todos los días le veía hacer lo mismo,
pensaba que estaba loco, pero un día, con la intriga, se le acercó y le preguntó
que por qué hacía eso, a lo que el hombre contestó, que lo que hacía era
colgar sus problemas de trabajo en esa alcayata, para que su familia no
cargase y sufriese con sus problemas, el vecino quedó pensativo, y el hombre
acabó diciéndole, que lo mejor de todo es que al día siguiente cuando volvía
para recoger esos problemas y regresar al trabajo, siempre había menos
problemas”.
Evelyn: Es muy fácil decirlo.
Bily: El primer paso para conseguirlo es intentarlo, y el segundo paso es creer
realmente que se puede conseguir.
Evelyn: No es tan fácil cambiar.
Bily: Evelyn, ten en cuenta una cosa, puedes odiar todo lo que quieras pero
por mucho que tus pensamientos sean oscuros y negativos debes tener cuidado
a la hora de hablar, pues la lengua es la más afilada de las armas y la que más
daño puede hacer. Te voy a contar otra historia que también leí hace poco.
“Había una vez un muchacho que tenía mal genio y siempre lo pagaba con las
personas que tenía cerca. Un día su padre harto del carácter de su hijo, le
propuso hacer una cosa. Le dijo que cada vez que le hiciera daño a alguien
clavara un clavo detrás de la puerta de su habitación, acto seguido el padre le
dio un martillo grande y una bolsa con clavos de menos de un centímetro de
longitud. El chico hizo lo que su padre le había propuesto, cada vez que hacía
daño a alguien iba a su habitación a clavar un clavo, éste harto de ir a casa a
menudo a clavar un clavo y de darse martillazos en los dedos, decidió que era
más fácil controlar su genio que clavar el clavo. A medida que pasaban los
días cada vez clavaba menos clavos, hasta que un día consiguió no clavar
ninguno, ese día fue corriendo a decírselo a su padre, este, orgulloso de su
hijo, le felicitó por su hazaña y le propuso que cada día que pasara sin hacer
daño a alguien, quitara un clavo de la puerta, después de muchos días el
muchacho consiguió quitar todos los clavos de la puerta, quien fue corriendo
a decírselo a su padre, este le volvió a felicitar y le llevó a su habitación. Y le
dijo: “Ves hijo, por mucho que pidas perdón y disculpas después de hacer
daño a alguien con tus palabras y tus actos, la marca siempre estará hay. Por
lo tanto antes de hacer decir o hacer algo a alguien debes pensar muy bien lo
que vas a decir o hacer”.
Evelyn: Muy interesante la historia.
Bily: Ya sabes. Querer es poder.
Evelyn: Tengo lo que merezco.
Bily: No, no es así, no tienes lo que mereces. Si la vida no te da lo que te
mereces, quizás sea porque realmente no te lo mereces, o quizás sea porque no
has luchado lo suficiente. Así, que si no estás conforme con lo que tienes,
sigue luchando por lo que quieres.
Evelyn: Parece que mi destino es odiar todo.
Bily: Pues, en estos días que hemos estado juntos, me has demostrado todo lo
contrario. Te he visto ayudar a la gente. Te he visto sonreír.
Evelyn: Eso no quiere decir nada.
Bily: Quizás a ti no te diga nada, pero para mí, lo es todo. Tus palabras dicen
lo que tú quieres, pero tus gestos dicen lo que tú piensas. Tu destino es el que
tú quieras tener.
Evelyn: Mi destino ya está escrito.
Bily: Tú no sabes como está escrito tu destino, por lo tanto, tú eres quien
escribe día a día tu destino con tus decisiones, y aunque tomes una decisión
acertada o equivocada, siempre puedes darle la vuelta como a una tortilla de
patata. Como echo de menos comerme una… Bueno, que me distraigo, y dar
un cambio radical en tu vida. También puede suceder que ese cambio radical
de la vida se deba a la decisión de otras personas que te rodean.
Evelyn: En eso tienes razón, por suerte el destino, en este caso, llamado Odín,
nos ha vuelto a juntar, pero por desgracia tiene un precio demasiado elevado
para ti...
Después de unos segundos de silencio.
Evelyn: Hagamos algo que no hemos hecho nunca.
Evelyn se levanta se quita sus ropas y camina despacio hacia el agua, Bily
se queda atontado observándola. La luna llena le permite ver como Evelyn
mueve las curvas de su cuerpo al caminar. Una vez dentro del agua se da la
vuelta y ve a Bily sentado en la arena, entonces le invita a bañarse con ella.
Evelyn: Vamos,…. No te quedes ahí como un pasmarote.
Bily: Voy.
Bily se quita también su ropa y se va corriendo hacia el agua, antes de
llegar al agua mete el pie en un agujero que había en la arena y cae de bruces
en el agua.
Evelyn: No cambias, eres capaz de lo mejor y de lo peor.
Bily desde el suelo se echa a reír. Cuando se le pasa, se levanta y se dirige
hacia Evelyn. La salpica…, la coge entre sus brazos y después la tira al agua,
nadan un poco juntos hasta que Bily se detiene, Evelyn también se para y se
dirige lentamente hacia él.
Bily: Tengo algo que confesarte.
Evelyn: Dime.
Bily: No es la primera vez que te veo completamente desnuda.
Evelyn: ¡Vaya, vaya!.
Bily: No pareces muy sorprendida.
Evelyn: Ya lo sabía. En la playa que hay próxima al poblado de las amazonas.
Bily: Ya estaba un poco cansado de hacer siempre lo mismo y decidí ir a la
playa al atardecer, para verla y hacer algo distinto, y para darme un baño
cuando anocheciera sin ser visto, ya sabes que cuando tengo el mar cerca, su
llamada es poderosa. Entonces te vi cabalgando desnuda sobre Pegaso. Tengo
que decirte que fue la escena más sensual que he visto jamás, me estaba
encantando lo que veía y no podía apartar mis ojos de ti.
Evelyn: No pasa nada, a ti te perdono. En ese momento sólo deseaba sentir la
libertad, sentir la brisa del mar sobre mi piel, y que mejor que no llevar ropa y
compartir ese momento con un animal tan noble.
Bily: Vaya, siento no haberte dejado ese momento para ti sola.
Evelyn: No te preocupes, no interviniste y me dejaste disfrutar del momento.
Bily: Cambiando de tema. Este viaje se presenta peligroso…, Bartolomé es un
pirata muy perseguido…, no sé si volveremos vivos de esta.
Evelyn: Ya has oído, que hay tripulaciones, que en cuanto ven su bandera se
rinden.
Bily: También he oído que el capitán Chaloner Ogle, ha reunido varios buques
de guerra de lo más modernos, para acabar con el capitán Bartolomé.
Evelyn: Seguro que todo sale bien y pronto estaremos juntos.
Bily: Tengo algo que contarte. La verdad es que tu padre y mi madre estaban
comprometidos cuando eran jóvenes, iban a casarse, y lo tenían todo
preparado para la boda, pero las amigas de mi madre le prepararon como
despedida de soltera una fiesta celta en un pueblo de Asturias, donde conoció a
mi padre y se enamoró de él, así que mi madre no volvió a su pueblo. Tu padre
fue a verla para pedirle que recapacitase, que se lo pensase mejor y que
volviese con él, pero mi madre no quiso.
Evelyn: Y mi padre juró vengarse.
Bily: Sólo me han contado la historia hasta este punto. Ya no sé que pasó
después. Lo que no entiendo es por qué fuisteis a vivir, precisamente a este
pueblo, si tanto odiaba a mi padre.
Evelyn: Como sabes, mi padre era muy ambicioso y se enteró de que un
importante director de zona se iba a jubilar pronto, pero que para tener
posibilidades de acceder a su puesto, antes debía conseguir ser director de una
sucursal, la oportunidad se le presentó cuando quedó vacante la plaza en el
banco de tu pueblo, entonces, se tragó su orgullo, y para allí que nos fuimos.
Se movió todo lo que pudo para hacer contactos y finalmente consiguió que le
dieran ese importante puesto de director de zona, pero antes debía ir fuera de
España durante una temporada.
Evelyn abrazó a Bily.
Evelyn: Te he echado mucho de menos. Tenía tantas ganas de poder sentirte.
Evelyn puso una mano leve y delicadamente sobre la cara de Bily.
Bily: Desde que te volví a ver, yo también tenía muchas ganas de poder
abrazarte y de poder volver a sentir el contacto de tu piel.
Evelyn se disponía a besarle, cuando Bily se retiró unos centímetros para
atrás. Y agachando levemente el rostro, le dijo a Evelyn.
Bily: No puedo…, lo siento…. Después de mi hija, tú eres a quien más he
querido en mi vida…, pero mi cabeza está con Jennifer.
Evelyn: Tienes razón, todo en nuestras vidas ha cambiado y ya no somos unos
críos. Perdona.
Evelyn le da un beso en la frente y deslizando suave y lentamente la mano
de su rostro, se da la vuelta y se fue alejando de su enamorado hacia la orilla.,
cuando está saliendo del agua, salió corriendo, cogió rápidamente sus ropas y
desapareció, diciéndose para si misma.
Evelyn: Suerte. Ten mucho cuidado. Espero que la fortaleza y el espíritu de tu
roble te sigan protegiendo, como lo han hecho hasta ahora.
Bily reacciona y sale corriendo del agua, pero cuando llega a la orilla ella
ya no está, y dice en voz alta, esperando que Evelyn lo oiga.
Bily: Te diré la verdad. Ni el tiempo, ni la distancia han impedido que siga
enamorado de ti. La distancia sólo ha impedido que nos veamos…, que nos
hablemos…, que nos abracemos…, que nos besemos... El tiempo sólo ha
impedido que envejezcamos juntos. Quien sabe, quizás nuestros cuerpos
deban estar separados, para que nuestras almas estén unidas porque nuestro
destino así lo desee. Debería odiar a Odín por separarnos, pero solo puedo dar
gracias a los dioses por permitir conocerte y por cada segundo que te veo, por
cada palabra que oigo, por cada acaricia que siento y por cada beso que recibo
de tus labios.
Evelyn que estaba detrás de una roca oyó lo que dijo.
Bily se vistió y se dirigió al barco.
La tristeza que la invadía por dentro le hizo caer un par de lágrimas por
las mejillas… acto seguido su rostro presentaba la rabia de alguien a quien
nada le sale bien, cerró los puños, apretó sus dientes y salió corriendo hacia la
fortaleza de Levasseur.
Cuando Bily llegó al barco todas las luces estaban apagadas pero había
piratas que todavía seguían bebiendo, bailando y cantando. Buscó un lugar en
cubierta donde dormir, la temperatura ambiente, el lugar y el hecho de que no
tuviera ganas de buscar un sitio a oscuras, le incitaba a ello.
Al día siguiente el bullicio del puerto despertó a Bily, cuando hecho un
vistazo a su alrededor, sólo vio moverse a Naitom haciendo sus típicos
ejercicios de estiramiento. El resto de hombres que había en el barco, estaban
tirados por toda cubierta, e incluso algunos todavía sujetaban sus jarras.
Bily: Buenos días Naitom.
Naitom: Que tú también tengas un buen día.
Bily: Eso espero, pero no sólo para mí, sino para todos.
Naitom: Vaya vida que se pegan estos.
Bily: Ese es el motivo por el que muchos se hacen piratas. Saben que lo más
probable es que vivan poco, así que lo que intentan es vivir al máximo cada
momento. De todos modos, la vida en el mar es muy dura, escasas
provisiones, tormentas… y si además tenemos en cuenta que se dedican a
asaltar barcos, lo que supone el riesgo de lesiones, de heridas infectadas, e
incluso la muerte, pues la vida de un pirata no pinta tan bien.
Poco después aparece John en cubierta, junto a Jaky y Gabi para invitar a
Bily y a Naitom a desayunar con Bartolomé.
Bartolomé: Buenos días señores. Hoy les invito a desayunar conmigo, porque
durante hoy ustedes serán considerados como mis invitados, pero mañana, les
consideraré como cuatro piratas más, y deberán trabajar como cualquier otro
tripulante, a cada uno de vosotros se os otorgará un trabajo. Tú, Naitom, te
encargarás de mantener en perfecto estado las velas, tú, Jaky, te encargarás de
mantener en perfecto estado los cañones, tú, Gabi, te encargarás de la limpieza
del interior del barco, y tú, Bily, puesto que te gustan las ostras, te encargarás
de la limpieza del barco por fuera, quizás encuentres alguna perla. Algo que
objetar.
Bily: ¿Por qué tengo que limpiar yo el barco por fuera?.
Bartolomé: Ya te lo he dicho, para que busques perlas, pero si no quieres, no
hay problema, si no te gusta limpiarlo por fuera, lo limpiarás por dentro.
Bily: ¿Por qué tengo que limpiar yo el barco?.
Bartolomé: Vaya, no sabía que no te gustaba limpiar. Dime que es lo que
quieres hacer en el barco.
Bily: No sé.
Bartolomé: Entonces, para que protestas. ¿Te gustan los animales y las
plantas?
Bily: Si.
Bartolomé: Pues tienes dos opciones, quedarte en la próxima isla que
encontremos viendo plantas y peces o bien limpiando el casco del barco,
incluida la quilla, donde también puedes ver animales y algas, además de la
cubierta y el interior.
Bily: Pero eso es mucho trabajo.
Bartolomé: Vaya, vamos avanzando, ya no te quejas del tipo trabajo, sino de
la cantidad.
Bily: Está la cosa como para quejarse.
Bartolomé: Quien no vale para obedecer, tampoco vale para mandar.
Bily: En realidad era para ver que decías. Sé que tengo que hacer algo y si me
hubieras dejado elegir un trabajo, hubiera elegido el que me ofreciste.
Bartolomé: Bueno, ahora que ya habéis escogido que trabajos queréis realizar
a bordo, ya podemos hablar de otras cosas. ¿Habéis abordado un barco alguna
otra vez?.
Bily: Hombre, alguna vez salí con mi padre a pescar, pero de ahí a abordar
otros barcos.
Naitom: Yo soy alérgico al agua de la pantorrilla para arriba.
Jaky: Yo alguna que otra vez, pero no a vuestra manera.
Bartolomé: Y tú, muchacho.
Gabi: Estoy deseando abordar barcos.
Bartolomé: Te veo con ganas, guarda tus energías para la batalla.
Bartolomé dio la orden de zarpar y después continuó conversando con sus
nuevos tripulantes, en la cubierta del barco, mientras miraban como se
alejaban de la isla, e interesándose por todo lo que le comentaban sobre el
futuro.
A Bily le llamó la atención de que salían del puerto tres barcos, cuando el
día anterior habían llegado con dos.
Bily: Ayer llegamos con dos barcos, el Good Fortune y el Royal Fortune, y
hoy sale otro con nosotros o simplemente es coincidencia.
Bartolomé: Ese es Montigny la Pallise, un pirata francés que capitanea el The
Sea King, y que en esta ocasión va a venir con nosotros.
Así pasaron el primer día embarcados. El segundo día varios piratas les
explicaron a los nuevos tripulantes en que consistían sus trabajos. El tercer día
amanecieron con un barco menos, el comandante Thomas Anstis, a los
mandos del Good Fortune, y antiguo tripulante de Davis, había decidido dar la
vuelta y seguir pirateando por su cuenta en el Caribe. El cuarto día transcurría
tranquilo hasta que se oyó un grito.
Pirata 1: BARCO A ESTRIBOR.
En seguida Bartolomé comenzó dar órdenes a todos los tripulantes. Los
piratas desplegaron todas las velas, con el fin de aprovechar todo el viento que
soplaba a su favor, poco a poco iban recortando yardas al barco avistado.
Pirata 1: CAPITÁN, AHORA VEO DOS BARCOS.
Bartolomé: Vaya, quizás tengamos suerte y consigamos un buen botín.
Unos minutos después.
Pirata 1: CAPITÁN, VEO MÁS BARCOS, PERO DOS DE ELLOS ESTÁN
GIRANDO A BABOR Y RECOGIENDO LAS VELAS.
Bartolomé: Esto me huele mal. RÁPIDO GIRAR A ESTRIBOR.
Cuando los otros dos barcos vieron la maniobra de Bartolomé, volvieron
a desplegar algunas velas para girar a estribor, pero mientras las dos fragatas
intentaban orientar sus cañones hacia el navío de los piratas, Bartolomé volvió
a virar a babor. Bartolomé buscaba la popa de uno de los barcos enemigos,
intentando evitar que ambos barcos orientasen sus cañones hacia sus barcos,
pues sabía que en ese caso estaba perdido.
Bartolomé: RÁPIDO, COLOCAR LAS CULEBRINAS EN PROA,
CARGARLAS CON METRALLA Y DISPARARLAS A LA CUBIERTA,
HAY QUE DESPEJARLA.
Estos cañones no tienen mucho alcance, pero los barcos piratas ya estaban
tan cerca que podían lograr su objetivo. Los cañoneros obedecieron sus
órdenes. Al momento, y antes de que el enemigo le diese tiempo a realizar la
misma operación, una lluvia de metralla hizo ponerse a cubierto a sus
enemigos, excepto a uno de ellos, para quien la lucha había acabado. El primer
disparo contra los barcos de Bartolomé dejó algún herido, pero no causó bajas,
en cambio el segundo disparo acabó con tres de ellos. Poco tiempo después el
barco de Bartolomé ya estaba tan cerca que todos se prepararon para el
abordaje, una ráfaga de disparos de pistola se oyeron en unos segundos,
hombres abatidos por ambos bandos, dieron paso a la lucha cuerpo a cuerpo,
donde el ruido de las espadas y los gritos de los heridos hacían estremecerse a
cualquier hombre. En medio del alboroto aparecieron Bily y Naitom con sus
bastones largos, y Jaky, los golpes se sucedían, los más afortunados
abandonaban el barco voluntariamente por la borda, mientras que los
enemigos iban cayendo poco a poco hasta que llegó el momento en que ya
vieron que su causa iba a tener un final trágico, y se dieron por vencidos.
Cuando todo había acabado Bily se asoma a estribor para ver como le iba
a la fragata que les acompañaba. Desde la cubierta de Royal Fortune, pudo ver
a dos piratas que luchaban de manera muy diferente al resto de asaltantes.
Bily: NAITOM, RÁPIDO, DEBEMOS PASAR AL OTRO BARCO.
Naitom: Es que no tuviste bastante con este abordaje.
Bily: Mira por ti mismo.
Naitom: No puede ser.
Bily: Rápido trae una de esas cuerdas con ganchos que utilizamos antes.
No acababa de decirlo cuando Naitom ya tenía una cuerda en las manos.
La tira con fuerza hacia la verga más alta.
Bily: Vaya eres más valiente que rápido.
Naitom: Toma, agárrala un momento mientras me seco las manos de sudor.
Bily sujeta la cuerda mientras mira a su alrededor para buscar otra cuerda,
cuando Naitom le empuja.
Bily: AAAAAHHHHHH.
Cuando quiso dar cuenta ya estaba en el aire. Pronto se dio de bruces
contra las cuerdas que amarraban las vergas y demás utensilios del barco.
Bily: Vaya esto no es como en las típicas películas de piratas, que veía por la
tele.
Bajo a cubierta tan rápido como pudo, y cuando quiso darse cuenta
Naitom cayó sobre él.
Bily: Con lo grande que es el barco, y la cantidad de enemigos que hay, tienes
que caer encima de mí.
Naitom: Pero mira a tu alrededor, todos están en los huesos y todos tienen
espadas en las manos.
Bily: Déjate de tonterías y vamos por ellos.
Bily y Naitom se pusieron a repartir mamporros entre sus enemigos y a
ponerlos a remojo. En poco tiempo ya sólo quedaba un puñado de enemigos,
que acabaron rindiéndose, ante la superioridad de sus adversarios. Bily y
Naitom buscaron a los dos piratas que había visto desde el otro barco, pero no
les encontraron por ninguna parte.
Bily: Naitom, ¿les has visto por alguna parte?.
Naitom: No, parece que el mar se los haya tragado.
Bily: Has mirado en el mar.
Naitom: No.
Los dos amigos se fueron a ambos lados del barco a mirar por la borda,
donde vieron a varios enemigos, a quienes antes habían tirado al mar, ahora
ayudaban a subir al barco. En ese momento las vieron.
Bily: Estáis locas.
Evelyn: Pero, ¿tú crees que teníamos ganas de perdernos esto?.
Una vez que todo hubo acabado, Bartolomé ordenó registrar los barcos
abordados y coger todo lo de valor, incluidas las armas y si quedaba algo de
comida. Como la fragata tenía dañado un mástil, se detuvo a sustituirla por la
de uno de los barcos asaltados. Bartolomé decidió perseguir al resto de barcos
de la expedición, dando rápidamente las órdenes precisas, para que su
tripulación se pusiera en marcha. Mientras tanto, reunió a los rehenes en la
cubierta y les propuso unirse a ellos.
Bartolomé: TODOS HABEIS DEMOSTRADO VUESTRA VALENTÍA EN
COMBATE, Y NOSOTROS HEMOS TENIDO VARIAS BAJAS, QUIEN
QUIERA SER UN PIRATA, SERÁ BIEN RECIBIDO, PERO QUIEN NO
QUIERA SERLO, SERÁ RESPETADO, Y EN LA PRIMERA ISLA POR LA
QUE PASEMOS, ALLÍ LE DEJAREMOS. A QUIENES QUIERAN SER
PIRATAS, NO LES PUEDO OFRECER NADA, TODOS SABEIS QUE
NUESTRA VIDA ES COMPLICADA, CONTINUAMENTE ESTAMOS EN
COMBATE, SE NOS BUSCA EN TODOS LOS MARES PARA
MATARNOS Y ACABAR CON NOSOTROS, NUESTRA VIDA
TRANSCURRE EN EL MAR, ESTANDO CONTINUAMENTE
EXPUESTOS A TERRIBLES TORMENTAS Y HABRÁ DIAS EN LOS
QUE PASEMOS HAMBRE, ASÍ QUE A QUIENES SE UNAN A
NOSOTROS SÓLO LES PUEDO PROMETER UNA VIDA LIBRE, Y LO
MÁS SEGURO QUE CORTA.
La mayoría de ellos decidieron unirse a los piratas.
Bartolomé repartió los nuevos piratas según las necesidades y siguió
dando órdenes a su tripulación.
Jaky: ¿Qué hacen ellas aquí?.
Bily: Me dijeron que no tenían ganas de perderse el viaje.
Jaky: Como se enteren, las matan.
Naitom: Eso será si pueden
Jaky: También es verdad. En fin, esperemos que todo salga bien.
El sol estaba perdiendo fuerza cuando por fin avistaron al resto de barcos.
Durante toda la noche les siguieron sin descanso, los piratas sabían que si una
expedición llevaba barcos de guerra para defenderles, lo más seguro es que
llevasen importantes tesoros. Al amanecer, pudieron comprobar que había tres
barcos, el Royal Fortune ya estaba bastante cerca de los barcos, y Bartolomé
tomó una decisión, ir a por el barco que más adelantado estaba.
Mientras se acercaba al barco más atrasado, las culebrinas hacían estragos
entre las velas, y entre los tripulantes de la cubierta, con el fin de mermar su
maniobrabilidad.
Tiempo después alcanzaron el segundo barco y volvieron a realizar varios
disparos al barco enemigo para evitar que fuera lejos.
Poco tiempo más tarde alcanzaron el tercer y último barco, volvió a volar
la metralla sobre la cubierta del enemigo, para dar un aviso a su tripulación,
quienes se rindieron al momento, pues sabían cuales eran las pretensiones de
los piratas.
Los piratas abordaron el barco capturado para revisar sus bodegas,
cuando acabaron de coger todas las cosas de valor, volvieron sobre sus pasos
para abordar el segundo barco, y después hicieron lo mismo con el primero.
En ningún caso tuvo demasiada resistencia.
Cuando Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom Jaky, Gabi y varios piratas más,
regresaron al Royal Fortune, Bartolomé vio un gesto extraño.
Bartolomé: ¡EH! ¡VOSOTROS! ¡VENID AQUÍ!.
Bily, Naitom, Jaky y Gabi se dirigieron hacia él, mientras las dos mujeres
intentaban escabullirse.
Bily: ¿Qué deseas?.
Bartolomé: ¿Quiénes son esos dos piratas con los que estabais?.
Naitom: No los conocemos, después del primer abordaje, pasaron a este
barco. Seguro que pertenecían a uno de los primeros barcos abordados.
Bartolomé: TRAÉDMELOS… NO, ESPERAD. John necesito que me traigas
ante mí a todos los piratas que hay en el barco y que registres cada rincón, por
si alguno se ha escondido.
Bily: Yo voy a ayudarle.
Bartolomé: No, tú te quedas.
Bily: Si querías jugar al tute, haberlo dicho antes.
Bartolomé: ¿Qué es eso del tute?.
Bily: Es un juego de cartas en el que…
Bartolomé le para.
Bartolomé: No le líes. Ya te he dicho que tú no vas.
Naitom: Entonces iré yo.
Bartolomé: Quieto
Jaky: Está bien, ya voy yo.
Bartolomé: Tú, tampoco vas.
Bartolomé: Vosotros cuatro, no os movéis de aquí. Como estén embarcadas
vuestras amiguitas, vais a tener un problema.
Jaky: Amiguitas, ¿Qué amiguitas?.
Bartolomé: ¿No estarás intentando tomarme el pelo?.
Bily: Como estén aquí las chicas, el problema lo vais a tener vosotros. ¿Quién
permitió subirse a las chicas a este navío o la fragata que te acompaña?. ¿Por
qué esos dos piratas aparecieron en este barco al asaltar los dos primeros?.
John: Capitán, aquí te traigo a los dos últimos piratas.
Bartolomé: Vosotros quienes sois.
Hipólita: Nosotros nos unimos a vosotros en el último abordaje.
Bartolomé: ¿Por qué no os había visto hasta ahora?.
Hipólita: Intentamos no llamar la atención.
Bartolomé: Ah, eso explica, porqué no os había visto anteriormente
Hipólita: Eso debe ser.
Bartolomé: APRESADLAS.
Evelyn: Hala, otra vez. En este barco no hay un minuto de tranquilidad.
Todos los piratas, se abalanzaron hacia ellas, excepto Bily, Naitom y Jaky,
quienes se unieron a las chicas para repartir tortazos, mamporros, puñetazos,
patadas, codazos, rodillazos, guantazos…
John: Pero capitán, ¿no hemos tenido bastante por hoy?, si no hay quien les
eche mano.
Bartolomé: Ya sabéis que las mujeres a bordo no traen nada más que
desgracias, así que hay que bajarlas del barco cuanto antes.
John: Quizás si se lo pides amablemente.
Bartolomé: Ya se lo pedí amablemente una vez, y mira donde están.
John: Pero es que van a acabar con todos. No va a quedar ningún hombre en
el barco para manejarlo, y menos para abordar más barcos. Dales una tregua.
Bartolomé: He dicho que no, las normas son las normas, y están para
cumplirlas.
En ese momento se acerca Jaky a Bartolomé, y le encañona con su
pistola.
Jaky: Si John no te convence, quizás mi CZ75, si lo haga.
Bartolomé: ¿Qué es eso, un candil?.
Jaky: Este candil, es capaz de disparar dieciséis balas seguidas, antes de que
pestañees una vez.
Bartolomé: Eso habría que verlo.
Jaky sin dejar de mirar a Bartolomé, dispara dos tiros al aire.
Vigilante: AAAAAAAAAAAHHHHHHHH.
Bartolomé: Si muy bien, pero te has cargado al mejor vigilante que tenía.
Jaky: Esto… fue sin querer… yo solo quería mostrarte que dispara más de un
tiro seguido.
Bartolomé: Está bien. ALTO. PARAD. Os permitiré quedaros en el barco
hasta el siguiente puerto, donde os bajareis, y yo, personalmente, me encargaré
de que no volváis a subir.
Evelyn: ¿Pero cómo vamos a volver a Isla Tortuga?.
Bartolomé: En una barca de remos o nadando, me da igual.
Bily: Déjalas subir al barco, son mejor luchadoras que todos los piratas que
tienes juntos, y han ayudado a abordar varios barcos.
Bartolomé: No, no y no. Y da gracias a que no las tiro a los tiburones.
Bily: Entre todos no habéis sido capaces de ponerlas una mano encima, tú
crees que ibais a poder tirarlas a los tiburones.
Evelyn: ¿Aquí hay tiburones?.
Bartolomé: Alguno que otro.
Evelyn: Pues ya podéis ir cogiendo a los que se han caído por la borda, antes
de que se los coman.
Bartolomé: Yo con vosotras no puedo, si después de pasar por el siguiente
puerto vosotras seguís aquí, yo me bajo y me voy a cuidar vacas y a arar la
tierra.
Dos días después Bartolomé llegó a las costas de Guinea, donde no dejó
títere con cabeza, y donde capturó dos barcos, que le estaban persiguiendo, a
los que llamó The Ranger y Little Ranger poniendo al mando a Thomas Sutton
y a James Skyrme. Durante esos días llegaron noticias a oídos de Bartolomé
que una flota de naves de guerra, capitaneados por Chaloner Ogle, quien
viajaba en el Swallow persiguiendo a Bartolomé, estaban cerca de su
ubicación.
El cinco de febrero, Bartolomé y sus hombres avistan un solo barco, y
que en lugar de perseguirles, parece que se da la vuelta. James Skyrme decide
ir a por él. Después de una hora de persecución James Skyrme se da cuenta de
que es una trampa, y que el capitán Ogle sólo pretendía alejarlo lo suficiente,
para que no se oyesen los cañonazos, desde la costa ni desde el barco de
Bartolomé. En realidad Ogle también tuvo algo de suerte, pues el resto de flota
estaba en malas condiciones para perseguir a los piratas y cuando avistó su
objetivo quedó atrapado en un banco de arena, debiendo dar la vuelta,
momento en el que Ogle consiguió dividir a su enemigo pues sólo uno de los
barcos piratas fue a por él, pues el hecho de que Ogle no les siguiera, fue
considerado como un acto de cobardía.
La diferencia de armamento y de combatientes era evidente y en poco
tiempo el Ranger resulto severamente dañado, varios de sus tripulantes,
murieron y muchos estaban gravemente heridos. Ogle decidió enviar un bote
para pedir la rendición de los piratas, pero antes de llegar se produjo una gran
explosión en el barco. Prefirieron una muerte rápida en su barco, a una muerte
más lenta después de un juicio.
Bartolomé necesitaba un poco de tranquilidad y arreglar algunos
desperfectos de sus barcos, así que decidió izar la bandera de su Gales natal y
descansar en el primer puerto que encontrasen. Ordenó a su tripulación
ponerse las ropas que habían conseguido en uno de sus últimos abordajes, y
así llegaron al puerto de Cabo López, donde envió a su inseparable John a
buscar a Bily, a Naitom y a Jaky, quienes estaban trabajando en sus respectivas
tareas. A su regreso, Bartolomé mandó a John, junto a cuatro de sus piratas
más elegantes, a visitar al gobernador del pueblo, para invitarle a cenar en su
navío. Bartolomé también envió a Bily, a Naitom y a Jaky a comprar dos
elegantes vestidos para Evelyn e Hipólita.
Bartolomé: Bily, Naitom y Jaky, tomad estas monedas de oro y comprar los
dos vestidos más elegantes que veáis, para las mujeres, y como volváis sin
dinero y sin vestidos, os tiro a los tiburones.
Bily: ¿Para qué les compras dos vestidos si las vas a echar del barco?.
Bartolomé: Cosas mías, tengo un plan.
Naitom: Si no te fías de nosotros, ¿por qué no envías a otros?.
Bartolomé: A obedecer se ha dicho, que si os envío a vosotros es por algo.
Jaky: Coge el dinero y vámonos.
Naitom cogió el dinero y junto a Bily y a Jaky se fueron pitando del barco
en busca de una tienda. Poco más tarde, dando vueltas por el pueblo, llegaron
a una calle donde unos piratas, algo contentillos comenzaron a increparles.
Pirata 1: ¿Dónde van los dos enamorados, y su doncella?.
Ninguno les hizo caso, pero Jaky les echo una mirada de esas que matan.
Pirata 1: Seguro que las tres damiselas traen oro para gastar.
Mientras tanto un grupo de seis piratas les cerraban el paso. Bily, Naitom
y Jaky se dieron la vuelta, no querían problemas, y menos llamar la atención,
pero en la retirada había otros cinco hombres.
Pirata 1: Dadnos todo lo que llevéis encima, y os dejaremos ir.
Naitom: Será mejor que nos dejéis pasar.
Bily: Quien tiene la lengua larga, conviene que tenga la espalda dura.
ZASS, PUM, CRASH, PAM,
En un periquete todos los piratas estaban en el suelo patas arriba.
Después de una hora dando vueltas por el pueblo, por fin encontraron un
lugar donde comprar un par de vestidos para las chicas. Entraron y compraron
los dos, que para su gusto, eran los más bonitos y elegantes. Cuando
regresaban al barco, pasaron otra vez por el callejón donde les asaltaron los
piratas, y de nuevo volvieron a increparles.
Pirata 1: Que vestidos más bonitos llevan las enamoradas.
Pirata 2: Seguro que estaréis muy bellas con esos vestidos.
Pirata 1: Esta noche no os van a faltar pretendientes.
Naitom: No tuvisteis bastante antes. Desde luego, todos los hombres tenemos
el derecho de caer en un error, pero sólo los necios persisten en él.
Bily: Como dijo Platón, el famoso filósofo griego: “Los sabios hablan porque
tienen algo que decir. Los tontos hablan porque tienen que decir algo”. Estos
se llevan la palma.
Naitom: Hay un viejo proverbio chino que dice que el sabio no dice todo lo
que sabe y que el necio no sabe lo que dice.
Jaky: Vale más caer en gracia que ser gracioso. Pero es que estos me ponen de
los nervios. Suéltame que me los cargo a todos.
Bily: Pero si yo no te tengo agarrado.
Naitom: Yo tampoco.
Anciana: Hijo, es mejor que no te enfrentes a ellos son muy peligrosos.
Le dijo una mujer a Jaky, mientras le sujetaba por el brazo. Antes de que
esta acabara de hablar, Naitom hizo el amago de salir a por ellos, quienes
entraron corriendo y tropezando unos con otros, en la tasca, donde estaban
bebiendo y cantando.
Bily: ¿Qué decía usted?.
Anciana: Que vamos a darles una paliza, entre los cuatro, que son pocos y
cobardes. Ya era hora de que alguien pusiera en su sitio, a esos rufianes.
CORRER MALANDRINES. ¡BRIBONES!.
Bily: Pero señora, no vaya que se meterá en un lio.
Le dice Bily, mientras la agarra.
Jaky: Si señora, ya están en su sitio, en la tasca. Adiós.
Anciana: Adiós, mocetones, si algún día necesitáis algo, lo que sea, por aquí
me tenéis.
Finalmente, dejan a la mujer, y se van al puerto, donde Bartolomé les
esperaba impacientemente.
Bily: Aquí tienes tus vestidos.
Bartolomé: Dadme la vuelta y echadme el aliento.
Naitom: Toma, lo que nos sobró.
Bily: Te devolvemos dinero, te traemos los vestidos y sigues sin fiarte de
nosotros.
Bartolomé: La verdad que me fio casi más de vosotros que de cualquier
hombre de este barco, pero debía asegurarme.
Bartolomé coge cuidadosamente un vestido, lo toca, le da un par de
vueltas…
Bartolomé: Moda rococó, me gusta esta combinación de verde claro y color
marfil, hecho de fina seda francesa, este corsé seguro que estiliza su cuerpo.
Falda sobre el miriñaque, realza la figura femenina, lleno de volantes, encajes
y bordados… HUUUUMMM… Precioso… Y este, muy parecido, donde el
azul claro, sustituye al verde... Ya veo que tenéis buen gusto para los vestidos,
sólo espero que también tengáis buen ojo para las tallas… Llevárselo a las
mujeres para que se los pongan, que quiero verlas con ellos puestos.
Bily, Naitom y Jaky se retiran a los aposentos de las chicas para
entregarles los vestidos. Mientras tanto, llegan John con sus cuatro
acompañantes.
John: Bartolomé, el gobernador, insiste en que primero debe ir usted a su casa
a cenar.
Bartolomé: ¿Ha propuesto algún día el gobernador?.
John: No.
Bartolomé: Dedicaremos el día de hoy y el de mañana a reparar el barco, así
que ve y dile que mañana iremos a cenar a su casa, y que seremos cuatro
personas.
John y los cuatro hombres, volvieron a dirigirse a la casa del gobernador,
para acabar de ultimar los preparativos. Poco después Bartolomé se dirigió
hacia donde estaban las chicas, para ver como les quedaban los vestidos.
Bartolomé golpea la puerta, y pide permiso para acceder.
Bartolomé: ¿Puedo entrar?.
Evelyn: Si, ya estamos listas.
Bartolomé: Estáis muy bellas, no sabía que los harapos que vestíais hace un
rato, ocultasen dos mujeres tan hermosas. Estáis muy elegantes.
Hipólita: Gracias por los cumplidos.
Evelyn: El vestido no nos hace elegante a nosotras, nosotras hacemos elegante
al vestido.
Bartolomé: Tienes razón, sólo hay que mirarme a mí.
Los tres se echaron a reír.
Hipólita: Es verdad, a ti también te sientan bien tus ropas. Tienes buen gusto.
Evelyn: Gracias a ti por comprarnos estos vestidos tan bonitos.
Hipólita: Me siento como una reina.
Bartolomé: Es que vos, sois una reina.
Evelyn: Si, si, la reina de las amazonas, para ser más exactos. Cambiando de
tema. ¿Por qué nos has comprado estos vestidos?, seguro que tramas algo.
Bartolomé: Si no hay cambios, mañana cenaremos en casa del gobernador.
Tú, Hipólita, me acompañarás a mí, y tú, Evelyn, irás con John.
Evelyn: ¿Qué yo acompañaré a quien?.
Bartolomé: Ya me has oído.
Evelyn: John me cae bien, pero yo no iré con nadie que no sea Bily.
Bartolomé: Tú irás con quien yo te diga.
Evelyn: Dos cosas, primera, tú no eres ni mi madre, ni mi padre para pedirme
esas cosas, y segunda, yo ya soy mayorcita, para decidir con quien quiero ir.
Así que tú decides.
Bartolomé: Vais a acabar conmigo. Está bien irás con Bily.
Hipólita: ¡Ahh!. No te olvides de Naitom y de Jaky, que si no van ellos, no
vamos ninguna.
Bartolomé: Yo os mato, cuando todo esto acabe, os mato. GRRR.
BILYYYYYY.
Bily: ¿Qué pasa?
Bartolomé: Ir corriendo a buscar a John, y decirle, que le diga al gobernador,
que finalmente seremos siete personas a cenar. Después buscaremos algún
traje para vosotros, que sea apropiado para la ocasión.
Bily: OK. Ahora mismo vamos.
Bily y Naitom salen pitando del barco en busca de John.
Bartolomé: Alguna petición más, bellas damas.
Evelyn: Hombre, ya puestos, necesitamos asearnos, también necesitaremos
perfume …
Bartolomé: Estáis acabando conmigo. Es más difícil trataros a vosotras que
acabar con toda la armada española, portuguesa, francesa, holandesa e inglesa
juntas.
Hipólita: Tampoco pedimos tanto.
Evelyn: Bueno… ya que vamos a visitar al gobernador… supongo que no será
como visitar a tu madre, seguro que te traes algún asuntillo entre manos…
también necesitaremos alguna joya.
Bartolomé: Lo sabía, sabía que algo más teníais que pedir. Pero he de decir
que tenéis toda la razón del mundo, no podéis ir elegantemente vestidas y
oliendo mal, y supongo que no estaría bien visto que vosotras no llevaseis
ninguna joya puesta, es más, debemos aparentar ser lo que queremos
aparentar.
Evelyn: ¿Qué se supone que debemos aparentar?.
Bartolomé: Todo a su tiempo. Por suerte, hace poco un tío lejano, me dejó
una importante herencia, la cual guardo en el sótano, así que podemos ir allí y
elegir lo que deseéis.
Evelyn: Tú si que sabes dar a una mujer lo que desea, sin que tenga que
pedírtelo.
Bartolomé y las dos chicas se dirigieron al sótano a buscar algunas joyas
para las mujeres. Donde escogieron pulseras, anillos, collares y pendientes.
Evelyn: Gracias por el regalo.
Bartolomé: Oye, que esto es con vuelta.
Evelyn: Desde cuando se devuelve un regalo.
Bartolomé: Esto os lo voy a descontar de vuestra asignación.
Evelyn: Nuestra asignación, eso significa, ¿Qué formamos parte de vuestra
tripulación?.
Bartolomé: Buen intento... NO
Evelyn: Pues vale, no pasa nada, seguro que el gobernador nos pagará bien si
le decimos quien eres realmente.
Bartolomé: GRRR, me estáis volviendo loco, vais a acabar conmigo. Ya veo
que no sois de fiar. Está bien, quedaros con las joyas, con el vestido y
quedaros también con el barco, pasado mañana, yo me busco otro.
Evelyn: Los vestidos son bonitos, pero no son nuestro estilo, las joyas, son
muy hermosas, pero no las necesitamos… aunque… pensándolo mejor… un
regalo no se debe rechazar, así que nos las quedamos, Bily, Naitom y Jaky, las
necesitaran como parte de su pago. En cuanto al barco si que nos lo quedamos,
ya que debemos regresar a la cueva donde les encontraste. La verdad es que
nosotras somos mujeres de palabra, y en ningún momento te hubiéramos
delatado ante el gobernador.
Bartolomé: ¿Cómo lo hacéis?.
Hipólita: ¿El qué?
Bartolomé: Saliros siempre con la vuestra.
Hipólita: Armas de mujer. Pero si no te gustan, tenemos otras.
Al día siguiente, a media tarde Bartolomé pidió a John que preparase el
baño para las dos mujeres, y que se preparasen para visitar al gobernador.
Ellas se asearon y una vez acabaron de prepararse, Bartolomé ordenó a toda su
tripulación que bajasen del barco para que le hiciesen el pasillo y le jaleasen a
su paso.
Evelyn e Hipólita se echaron a reír cuando vieron a Bily, a Naitom y a
Jaky vestidos, con una casaca y chaleco, floreados, Bily de tonos morados,
Naitom con tonos verdes y Jaky con tonos azulados, unos calzones blancos y
botines negros. Además llevaban un pañuelo al cuello, prendas en las que
predominaba la seda. Pero sobre todo, por las pelucas blancas que portaban.
Unos minutos más tarde cuando llegaron a la casa del gobernador,
Bartolomé y sus acompañantes fueron presentados ante el gobernador.
Hombre: PHILIP ROBERTS, CONDE DE PEMBROKESHIRE Y SU
ESPOSA HIPÓLITA.
Hombre: BILY Y SU ESPOSA EVELYN, HIJA DEL CONDE DE
PEMBROKESHIRE.
Hombre: Y FINALMENTE JOHN, NAITOM Y JAKY
Gobernador: Pasen, les estaba esperando.
Gobernador: ¿Qué le trae por aquí?...Conde de Pembrokeshire.
Bartolomé: Negocios.
Gobernador: ¿Qué tipo de negocios?, ¿quizás yo pueda ayudarle?.
Bartolomé: No nos andemos con rodeos, necesito esclavos para mis tierras.
Gobernador: Yo no me dedico a ese negocio, pero sé quien puede ayudarle.
Antes respóndame a una pregunta. ¿Por qué viene usted personalmente a por
ellos?.
Bartolomé: Tendría que haber visto en que estado me llegaron los últimos. No
estoy dispuesto a que me pase lo mismo. Además tengo más negocios entre
manos.
La conversación entre el gobernador y sus invitados se alargó durante
cuatro horas más, hasta que finalmente el gobernador aceptó la invitación de
Bartolomé de cenar en su barco.
Según abandonó Bartolomé la finca, el gobernador llamó a su hombre de
confianza.
Gobernador: Patrick, lo quiero vivo.
Poco después Bartolomé y sus acompañantes fueron parados por Patrick y
sus hombres.
Patrick: Detente Bartolomé.
Bartolomé: Ese no es mi nombre, me confundís con otro. Será mejor que me
dejéis pasar. Soy amigo del gobernador.
Patrick: Yo también soy amigo del gobernador, y de hecho, me envía él
mismo a detenerte.
Bartolomé: Tiene que haber una confusión.
Patrick: Confusión la tuya, si pensabas que te iba a ser tan sencillo secuestrar
al gobernador. Vamos, déjate de tonterías, y no intentéis oponer resistencia.
Bartolomé: Ven tú a por nosotros, si te atreves.
Patrick: A por ellos.
Antes de que Patrick y sus hombres les atacasen, John, que tenía el bastón
de Evelyn, se lo pasó a esta, quien lo separó en dos partes, dándole una a
Hipólita, obteniendo una espada cada una. Mientras tanto Naitom, ya había
comenzado a enseñarles uno de los muchos usos del bastón a Patrick y a sus
hombres. Bily, repartía mamporros a todo el que se le aceraba. En cuanto
Evelyn e Hipólita empuñaron su espada, sus enemigos se dieron cuenta de que
estos piratas no eran normales, rindiéndose enseguida y alejándose del lugar
todo lo deprisa que sus piernas les permitían. Bartolomé junto a sus
acompañantes se dirigieron corriendo al barco.
Bartolomé: RÁPIDO, SOLTAR AMARRAS, SOLTAR VELAS, QUE NOS
VAMOS.
Evelyn: Así que lo que intentabas era secuestrar al gobernador.
Bartolomé: Sólo busco oportunidades de ganar dinero. En realidad este truco
lo aprendí del capitán Howell Davis, que fue el mismo plan que siguió él, en la
Isla Princesa. Que curioso, aquel día los portugueses descubrieron nuestro
plan, igual que hoy, y Davis sufrió una emboscada, igual que hoy, con la
diferencia de que él murió y yo, gracias a vosotros, aún sigo vivo... Además, si
os hubiera dicho que le iba a secuestrar no me hubierais dejado
Evelyn: Por supuesto que no.
Bartolomé: VAMOS RÁPIDO, ESTAIS BORRACHOS O QUE.
Bily: Hombre, después de tanto trabajo, se han dado una fiesta, y yo creo que
la mayoría están un poco borrachos, bueno, creo que todos se han pasado un
poco con el alcohol, mejor dicho, va a ser que todos llevan una cogorza de no
te menees.
Bartolomé: Esto es un desastre.
Bily: Como dijo el político español Francisco Gambó: “Hay dos maneras
seguras de llegar al desastre, una es pedir lo imposible, y la otra es retrasar lo
inevitable”, y en este caso se dan las dos circunstancias.
Hipólita: ¿Qué es un político?.
Bily: Es alguien que busca problemas donde no los hay, que se gasta el dinero
de los demás, la mayoría de las veces en cosas que no se necesitan, o en cosas
personales, que promete lo que no debe prometer y que encima, dirige una
nación.
Bartolomé: Ves, por eso prohíbo el consumo de alcohol en mi barco, porque
convierte a los hombres en inútiles, y un hombre inútil, no sirve ni para nada.
A duras penas logran salir del puerto, poniendo rumbo hacia el oeste, pero
ante el panorama que veía de su tripulación decidió parar la marcha y
descansar un poco.
A la mañana siguiente Bartolomé tomaba su desayuno tranquilamente,
cuando le llegó el aviso de que un barco se acercaba. Bartolomé siguió
desayunando sin prestar mucha atención a lo que le habían dicho, pero poco
más tarde el aviso se concretó, y le dijeron que el barco que se acercaba, era
un navío de guerra, el Swallow, en ese momento saltó de su silla como un
resorte, y fue a vestirse con sus mejores galas, poco después salió a cubierta y
comenzó a dar órdenes a una tripulación todavía resacosa, por la fiesta del día
anterior. Como buenamente pudieron, pusieron el barco en marcha mientras su
adversario se acercaba. Bartolomé intentaba salir de la bahía lejos del alcance
de los cañones enemigos. Mientras tanto el capitán Chaloner Ogle disparaba
algunos cañones, para intentar hacer el mayor daño posible a su adversario.
Cuando ya había pasado la zona de peligro, el timonel del Royal Fortune, no
fue capaz de mantener el rumbo indicado por Bartolomé, provocando un
brusco viraje a su barco, ofreciendo un blanco fácil al Swallow, cuya
tripulación volvió a disparar sus cañones. Bartolomé permanecía de pie en
cubierta, Bily le vio y cuando se dirigió hacia él para ponerlo en cubierto,
resbaló y cayó al suelo, cuando se levantó pudo ver a Bartolomé sentado sobre
un montón de sogas.
Bily: Levanta y lucha cobarde, que ahora no es momento de sentarse.
Al ver que Bartolomé no respondía, Bily le zarandeo un poquito, y en ese
momento vio la sangre que emanaba de su cuello.
Bily: Mierda... Naitom.
Naitom: ¿Qué?.
Bily: Bartolomé ha muerto.
Naitom: ¿Estás seguro?.
Bily: Si. La metralla que dispararon, le seccionó el cuello.
La noticia de su muerte corrió como la pólvora entre la tripulación. Los
piratas tomaron la decisión de arrojarlo al agua para que no lo cogieran los
enemigos.
Bily cogió la cruz de diamantes, antes de envolverlo en una vela y
arrojarlo al mar. Cuando Naitom, Jaky y Gabi se dispusieron a arrojar el
cuerpo de Bartolomé al agua, Bily les empujo, y antes de saltar el mismo,
pidió a Evelyn y a Hipólita que se lanzasen también ellas. En ese instante los
hombres de Ogle abordaron el barco pirata y el intento de las chicas de
abandonar el barco, quedó abortado.
Bily: Debemos volver a por ellas.
Naitom: No podemos, nos matarán antes de que pongamos un pie en el barco,
debemos esperar el momento oportuno.
Bily: No puedo quedarme de brazos cruzados.
Bily intentaba regresar al barco, cuando Naitom y Jaky le agarran como
pueden.
Naitom: Espera, tengo una idea, sígueme.
Naitom se dirigió hacia en navío de Ogle y se agarró como pudo a una
cuerda que colgaba de una de las portas por la que asomaba un cañón.
Bily: Y bien, cuéntame en que consiste tu idea, en quedarnos aquí agarrados,
hasta que nos coma un tiburón.
Naitom: En realidad no tengo ninguna idea, sólo quería ganar un poco de
tiempo, para que no cometieses una locura.
Bily: Locura, locura es dejar ahí a las chicas.
Naitom: SSSSHH. Escucha.
Bily: No oigo nada.
Naitom: Por eso mismo, después de la tempestad siempre llega la calma. Las
tienen apresadas. Tenemos que enterarnos de que van a hacer con ellas.
Bily: Seguramente las colgarán en la plaza del pueblo, ante miles de personas
para escarmentar a quien quiera ser pirata.
Naitom: No seas tan mal pensado.
Bily: ¿Pero tú has visto como se las gastan por aquí?.
Naitom: Debemos esperar.
Poco después el Swallow y lo que quedaba del Royal Fortune se pusieron
en marcha en dirección al puerto de Cabo López, donde juzgaron a los piratas,
incluidas las dos mujeres. A pesar de que el gobernador testificó en contra de
ellas alegando que habían intervenido en el intento de secuestrarle, finalmente
las pusieron en libertad, pues las consideraron rehenes de Bartolomé, ya que
todo el mundo sabía que este hombre tenía prohibido tener mujeres en sus
barcos, y a que todos los piratas negaron haberlas visto anteriormente.
Posteriormente condenó a todos los piratas a la horca.
Mientras preparaban las ejecuciones, Evelyn e Hipólita, buscaron un
barco para regresar a la cueva de origen. Momento en el que se les unieron los
hombres.
En el viaje de vuelta, Evelyn, Hipólita, Naitom, Jaky y Gabi, pudieron ver
muy pensativo a Bily.
Jaky: No te pongas así por Bartolomé y sus hombres, ya sabes que la vida del
pirata es corta, y lo que les ocurrió es parte del juego.
Bily: Ya sé que la vida es un juego, en el que siempre estás apostando algo,
pero…
Evelyn: Anímate, no puedes venirte abajo ahora, ya ves que con esfuerzo, vas
consiguiendo tu objetivo poco a poco.
Bily: Desde que me cayó la maldición de las cinco gemas, no he dejado de
esforzarme, pero…
Hipólita: Levanta ese ánimo, que mientras sigas en pie, todo es posible,
aunque parezca difícil.
Bily: Tener en cuenta que mientras tenga aliento, seguiré luchando, pero…
Naitom: Debes seguir peleando, ya sabes que mientras hay vida hay
esperanza, y tú nos has demostrado que tienes muchas vidas.
Bily: Mientras corra una gota de sangre por mis venas, no dejaré de luchar por
mi familia y mis amigos, pero…
Jaky: Bily, debes ser fuerte, cuando mires un vaso con whisky hasta la mitad,
no pienses que sólo te queda medio vaso, piensa que todavía te queda medio
vaso. Debes buscar el lado positivo de las cosas
Bily: Gracias por los ánimos, pero en realidad yo estaba pensando como
animaros a vosotros. Lleváis luchando demasiado tiempo y poniendo en
peligro vuestras vidas excesivas veces, por una causa que no es la vuestra,
nunca sabré como agradecéroslo.
Evelyn: No cambias.
Bily: Ni lo intento. La vida me ha arrebatado a mi familia y amigos de mis
manos, pero yo se los voy a arrancar a la muerte de sus entrañas.
Se hizo el silencio durante unos minutos, roto de repente por Bily, quien
de un salto felino, se puso en pie.
Bily: VAMOS HOLGAZANES QUE DEBEMOS ENTRENAR.
Naitom: Mejor mañana.
Hipólita: Tiene razón Naitom, tómate un respiro.
Evelyn: Será mejor que entremos con él, que si algo se le mete en la cabeza,
no hay quien le haga cambiar de idea.
Naitom: Sigo pensando que será mejor entrenar mañana por la mañana.
Bily: Está bien, como quieras, pero antes ponte de pie, que quiero enseñarte un
nuevo truco que he aprendido.
Evelyn le susurra en voz baja a Hipólita.
Evelyn: Miedo me da.
Hipólita: Alguna prepara.
Naitom se pone de pie, como le dijo Bily.
Naitom: Ya estoy de pie. Ahora, ¿qué me vas a enseñar?.
Bily intenta golpear a Naitom, una y otra vez, pero nada, éste se defiende
con suma facilidad.
Naitom: Ya veo tu nuevo truco. Matarme de aburrimiento.
Bily le giña el ojo y le tira un besito a Naitom, al tiempo que dice.
Bily: GHINA.
Naitom se queda pensativo, y de repente recibe un mamporro de parte de
Bily, que le sienta en el suelo.
Naitom: Pero…
Bily: Ni peros ni leches. He encontrado tu punto débil. Creo que es mejor
seguir con el entrenamiento mañana, ahora estás enojado y podrías hacer daño
a alguien.
Al tiempo que Bily se sienta, Naitom se levanta.
Naitom: Levanta, que te voy a enseñar a ti lo que es un punto débil.
Evelyn: Creo que Bily tiene razón.
Hipólita: Naitom, no olvides quien eres, ni lo que representas, y acepta tu
derrota. La fuerza mental debe ser superior a la fuerza física, y tan importante
es la inteligencia como la maestría en la lucha.
Naitom: Tienes razón. Disculpa Bily por mi enfado, y por no saber aceptar mi
derrota. Eres el primero que consigue vencerme en mucho tiempo.
Bily: Eres humano, y todos tenemos puntos débiles. Ahora que ya sabemos
cual es el tuyo, lo único que quiero es ayudarte a superarlo.

DIAMANTE. LA VUELTA

Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom, Jaky y Gabi, aparecieron en una cueva
que aparentemente no tenía salida, en seguida se dieron cuenta de que estaban
en la cueva de Villa Borguese de Roma. Así que no les costó mucho salir de
ella. Cuando salieron vieron al hombre misterioso hablando con varios
hombres. Se les acercaron sigilosamente y cuando quisieron darse cuenta
varias espadas estaban amenazando sus cuellos.
Hombre misterioso: ¿Qué queréis ahora?, ya os he dado el diamante que me
pedíais.
Bily: Queremos el diamante auténtico, y que tus compañeros tiren las armas.
Hombre misterioso: Está bien, os lo daré, pero antes, que el policía ese se
vaya de aquí.
Hipólita: No estás en condición de pedir.
El hombre misterioso, le entrega el diamante auténtico a Evelyn, quien se
lo pasa a Bily. Los hombres que le acompañan tiran sus armas al suelo.
Hombre misterioso: Toma hija, que sepas que estás cavando tu tumba y la de
tu familia.
Evelyn: Lo que realmente estoy haciendo es ayudando a un policía a detener a
un ladrón, a quien lo único que le importa es vivir bien pasando
olímpicamente de su familia.
Naitom: Ahora que tenemos el diamante, ya podemos irnos.
Hipólita: Ahora si que será la última vez que nos veamos.
Jaky: Me gustaría seguir con todos vosotros, pero antes debo entregar a estos
hombres a la policía.
Bily: Me alegro de que quieras continuar con nosotros, pero antes debo visitar
a Leo. Nos vemos en el restaurante que está enfrente del hotel de la otra vez a
las nueve.
Bily se fue a llamar a la policía, para después ir a visitar a su amigo Leo.
Debía pedirle otro par de camisetas antibalas y bastones. Mientras tanto, Jaky,
con la ayuda de Evelyn, Naitom, Hipólita y Gabi, mantenía retenidos al
hombre misterioso y al resto de hombres.
Gabi coge una pistola del suelo.
Gabi: Nunca había tenido una de estas en la mano.
Jaky: Será mejor que la dejes en el suelo.
Gabi posa la pistola en el suelo, pero coge una ametralladora mini uzi.
Gabi: Esta si que mola.
Jaky: Déjala en el suelo. Que las carga el diablo.
Pero Gabi no le hace caso.
Hombre misterioso: ¡Eh!, chico. Libéranos.
Gabi: ¿Por qué iba a hacerlo?.
Jaky: No les hagas caso.
Hombre misterioso: Te haremos rico. Tendrás mujeres hermosas.
Gabi: Suena bien.
Jaky: Gabi, no te creas todo lo que te dicen.
Hombre misterioso: ¿Cuánto pagarías por ser libre?
Jaky: Gabi, ten en cuenta que si tú nos traicionas, ellos también te
considerarán un traidor y no confiarán en ti.
Hombre misterioso: Vivirás una vida de lujo y placer, donde no te faltará de
nada y serás respetado.
Gabi se da la vuelta, y apunta con la ametralladora a Jaky.
Jaky: No lo hagas, te matarán. Créeme sé de lo que hablo, en esta vida debes
aprender de los errores de los demás, ya que tú no vivirás tanto como para
cometerlos todos tú mismo, y yo cometí ese error una vez
Gabi: Dejarles ir.
Evelyn: Gabi.
Gabi: He dicho, que dejéis que se vayan.
Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky sueltan a sus rehenes. El hombre
misterioso y el resto de hombres cogen sus armas y comienzan a alejarse sin
dejar de mirar a quienes hace un instante les tenían presos.
Hombre misterioso: Vamos chico. No te quedes hay parado.
Gabi: Lo siento amigos vosotros no tenéis nada que perder y yo no tengo nada
en esta vida.
Evelyn: Tienes razón nosotros tenemos el diamante que buscamos, pero te
perdemos a ti.
Gabi: Lo siento, esta es mi oportunidad de tener dinero y chicas. Hace poco
tiempo mis padres murieron en un accidente de tráfico y yo no tenía nada.
Al momento se oye un disparo, y Gabi cae desplomado al suelo.
Hombre misterioso: Pero que has hecho imbécil, somos ladrones no asesinos.
Hombre 1: No me gustan los traidores, igual que les ha traicionado a ellos,
nos puede traicionar a nosotros.
Se oyen sirenas de policías acercarse.
Hombre misterioso: Adiós Shirley. Cuídate.
Jaky: Será mejor que nos lo llevemos.
Evelyn: Rápido, cogerlo todo y vámonos a la cueva.
Cuando llega la policía, no ve nada raro, excepto un tumulto de gente, a
quienes preguntan sobre lo sucedido, estos explican lo que vieron y les
señalaron en dirección a la cueva y por donde se habían ido los hombres
armados. Los policías fueron hacia ella, pero no vieron nada ni a nadie.
Poco antes de las nueve, Bily va al restaurante donde habían quedado, y
pregunta por ellos en recepción, pero nadie sabe nada. Así que se dirige al bar
a tomar un refresco y esperar un rato a que lleguen, mientras lee el periódico
deportivo. Cuando acaba de leer la parte que le interesaba, entabla
conversación con el camarero.
Bily: Hola. ¿No habrás visto por aquí a dos mujeres morenas, más bien una
morena y otra rubia, un hombre oriental de un metro setenta y cinco…
Camarero: Si antes de ayer.
Bily: ¿Antes de ayer?.
Camarero: Si, estuvieron las dos mujeres con el hombre oriental cenando.
Bily: Gracias.
Bily se queda pensativo, en seguida se da cuenta de que para él ha pasado
casi un mes en su viaje con los piratas, pero al volver a Roma, volvieron al día
en que se habían ido. Coge el periódico del día, pero no hay nada que le
interese, así que se pone a ver la tele.
Bily: ¿Quiénes juegan?.
Camarero: Lazio contra Roma.
Bily: Vaya, el derbi.
Camarero: Si, y yo aquí, trabajando.
Bily: ¿Cómo van?.
Camarero: Cero a cero.
Bily: Otro partido sin goles, quizás si diesen un punto más por cada tres goles,
pusiesen más interés.
Camarero: Es un partido de copa.
Bily: Yo creo que si primero juegan la liga y después la copa, los equipos
pequeños, no tendrían tanto miedo al descenso y quienes no hayan ganado otro
título pondrían más interés.
Camarero: O que les den puntos para la liga por partido ganado en la copa.
Bily: Es otra posibilidad. ¿De qué equipo eres?.
Camarero: De la Roma. ¿Y tú?.
Bily: Entre Roma y Lazio, prefiero que gane el Lazio.
Camarero: Me he fijado que te has leído todas las noticias de la Roma.
Bily: Hay que saber como piensa el enemigo.
Camarero: ¡Qué razón tienes!. El verdadero poder está en la información.
Bily: ¿Cuánto te debo?
Camarero: Un euro.
Bily: Adiós.
Camarero: Que vaya bien y gracias.
Bily vuelve a recepción a preguntar por ellos. Pero obtiene la misma
respuesta. Así que decide irse a la cueva.

AMATISTA

Bily apareció en una cueva oscura, como otras veces, metió su mano en
su mochila, en busca de la linterna, al encenderla, pudo ver un puma delante
de él, el cual le miraba fijamente. Bily salió corriendo de la cueva, cuando ya
estaba fuera vio cuatro hombres de piel roja, vestidos con taparrabos y con
arcos en las manos, quienes sin pensarlo dos veces le lanzaron una flecha cada
uno, alcanzándole un par de ellas en el cuerpo, pero no le hicieron nada,
gracias a que llevaba puesto el chaleco antibalas, en este caso, antiflechas. Los
cuatro hombres, al ver que las flechas no le habían hecho nada al hombre
blanco, se quedaron parados, pensando que era un chamán, y antes de que
reaccionasen, una lluvia de mamporros les cayeron por todas partes, Bily
había dado buena cuenta de ellos. Cuando todos se fueron, salieron de la cueva
Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky.
Bily: ¿Dónde estabais?, ¿dónde está Gabi?.
Evelyn: Después de que tú te fueras, mi padre convenció a Gabi para que les
liberara, y uno de los hombres que iba con él, le mató de un disparo.
Gabi: Pero si estabais todos, ¿cómo lo hizo?.
Jaky: Gabi cogió la ametralladora que uno de esos hombres tiró al suelo.
Naitom: Le ofrecieron dinero y mujeres.
Hipólita: Y nos traicionó.
Evelyn: Es normal, ante la posibilidad de tenerlo todo y no tener nada, decidió
arriesgarse.
Jaky: Se lo advertimos, que no les hiciera caso, que a nadie le gusta tener a su
lado a alguien que ha traicionado a sus amigos, porque siempre puede volver a
hacer lo mismo.
Hipólita: Después nos lo llevamos a la época de los piratas donde le
enterramos, cerca de la cueva donde le conocimos.
Bily: Vaya lamento su perdida, murió como un pirata, intentando vivir su vida
rápida e intensamente. Este chico estaba destinado a vivir poco.
Evelyn: En esta vida hay una cosa que está clara, que se puede confiar en las
malas personas.
Jaky: ¿Por qué dices eso?.
Bily: Porqué las malas personas no cambian nunca, y cuando lo hacen es para
bien.
Evelyn: Exactamente. Eso dijo el escritor estadounidense William Faulkner.
Naitom: Te noto algo jadeante, ¿no saldrías de la cueva huyendo de este
bonito gatito?.
Bily: Además de eso,… he sido atacado por varios indios.
Jaky: ¿Indios?, ¿estamos en la India?.
Bily: Los de la India son hindúes, estos son indios de Norteamérica.
Evelyn: Ostras, es verdad. ¿Cuántos eran?, ¿dos?.
Bily: No os le creéis…, mirar.
Bily les enseñó dos agujeros que las flechas le habían provocado en la
camiseta y las flechas que había por el suelo.
Evelyn: ¿Cuántas vidas te quedan?.
Bily: Una, Hipólita, dos, Naitom, tres, el hombre del callejón, cuatro, los
piratas, cinco, los sioux, ¡huy!, ¡sólo me quedan dos!.
Hipólita: ¿Y ahora qué?.
Bily: Pues ni idea, habrá que ir a algún lugar. Si estamos aquí será por algo,
como siempre. Que el destino decida.
Bily coge del suelo un puñado de hierbas y las suelta, en ese momento
una corriente de aire desplaza las hierbas hacia la cima de la colina.
Jaky: El viento dice que nos dirijamos cuesta arriba, pero yo creo que es
mejor que vayamos colina abajo y después seguir el curso del río.
Bily: Jaky Destinity ha hablado.
Hipólita: Tiene lógica.
Naitom: Y el rio agua.
Bily: Antes de continuar. Jaky, toma esta camiseta. Para ti no tengo bastón, a
Leo no le dio tiempo a fabricar más, debido a un problema con los materiales.
Jaky: No pasa nada. El chaleco es un buen regalo.
Naitom: Pongámonos en marcha, que hasta la más larga caminata comienza
con un primer paso.
El grupo de amigos se quedaron mirando el paisaje que les rodeaba,
montañas de roca al fondo, algo más cerca, montes cubiertos por grandes
árboles, en el fondo del valle había una espesa manta de hierba verde dividida
en dos por un rio de caprichosas curvas. Bily montó su bastón largo para
ayudarse de él, en su caminar, lo cual hizo el resto de integrantes del grupo,
excepto Jaky, que no lo tenía. Decidieron seguir lo dicho por Jaky y todos se
dirigieron montaña abajo hasta llegar al cauce del rio, cuyas aguas apagaron su
sed y refrescaron sus rostros, después siguieron la dirección hacia la que fluye
el agua.
Poco más tarde, mientras todos observaban pasmados la belleza del lugar,
Hipólita sentía que alguien les observaba y desmontó su bastón largo para
preparar su arco, al tiempo que advertía a sus compañeros, para que
preparasen sus armas. Evelyn también preparó su arco, pero ni Bily, ni Naitom
desenvainaron sus espadas, preferían no utilizarlas, mientras no fuese
verdaderamente necesario, en cambio Jaky sacó su pistola. Al cabo de un rato,
un grupo de unos veinte hombres, montados a caballo, que mostraban una piel
de tono rojizo, salieron de entre los árboles del bosque y acorralaron al grupo
de amigos, contra el rio. Estos hombres iban tapados con taparrabos y sus
cuerpos estaban adornados con llamativos colores. Portaban en sus manos
arcos, en sus espaldas carcajs llenos de flechas, mientras que sujetos a sus
cinturas tenían tomahawks y cuchillos.
Bily: Supongo que ahora os creeréis lo que os digo.
Jaky: Será mejor que nos vayamos, por el rio.
Hipólita: No seas inconsciente, si te metes en el rio, lo único que vas a
conseguir es no poder defenderte y estar en todo momento a merced de sus
flechas.
Mientras los atacantes se acercaban rápidamente, Evelyn e Hipólita
ponían sendas flechas en sus arcos, cuando los hombres estaban a unos
cuarenta metros de distancia, comenzaron a disparar sus flechas, Evelyn e
Hipólita, quien derribó a uno. Los adversarios respondieron al ataque
mostrando su habilidad con el caballo y con el arco, no habían lanzado una
flecha y ya tenían otra en la mano, mientras cabalgaban sin silla de montar,
parecía que habían nacido sobre un caballo y con un arco en la mano. Hipólita
seguía disparando flechas consiguiendo apear otros dos hombres de su
montura. Evelyn abatía a otros dos, y Jaky a otro con su pistola. Algunas de
las flechas lanzadas por los pieles rojas, también consiguieron alcanzar en el
cuerpo de nuestros amigos, sus chalecos les protegían, pero una de las flechas
hirió a Jaky en su pierna. Cuando los guerreros que aún quedaban sobre sus
caballos, llegaron a la altura de los cinco amigos, se les arrojaron encima, pero
se les complicó la cosa, pues aunque ellos eran bravísimos luchadores en el
cuerpo a cuerpo, y sobre todo con el uso de sus tomahawks y sus cuchillos, en
las distancias cortas Evelyn e Hipólita eran unas verdaderas expertas con sus
armas, mientras que Naitom era invencible y Bily comenzaba a dominar las
armas y el arte de la lucha. Después de unos pocos minutos, el jefe piel roja
veía como otros cinco de sus hombres caían a manos de las mujeres guerreras,
mientras que los dos luchadores vencían con suma facilidad a sus guerreros,
así que ordenó la retirada, pero antes de que a él le diese tiempo a huir con su
caballo, Bily consiguió darle un golpe con su bastón y apearle de su caballo.
Cuando el resto de atacantes se dio cuenta de que su guía había sido
capturado, todos excepto uno, quien fue a buscar ayuda, se dieron la vuelta y
se disponían a atacarles de nuevo. Rápidamente Bily desenvainó su espada
para ponérsela en el cuello al hombre capturado.
Bily: Dígales que se detengan o te mataremos.
Toro Sentado: Prefiero morir a rendirme.
Hipólita: El problema no es que mueras tú solo, el problema es que moriréis
todos.
Toro Sentado: Uno de los nuestros ha ido a pedir ayuda y somos demasiados
para vosotros, acabaremos con todos vosotros cueste lo que cueste, con el fin
de defender las tierras en las que vivimos, y nuestro modo de vida.
Bily: La tierra es de todos. Nosotros no hemos venido a quitársela a nadie, y
mucho menos a acabar con vuestra manera de vivir. Yo creo que todas las
culturas son importantes y respetables.
Hipólita: Yo soy Hipólita, reina de las amazonas y también he luchado por mi
modo de vida, en la que a los hombres sólo los necesitamos para procrear, y
hemos sido perseguidas por ello. Este hombre debe salvar a su familia, y es su
único objetivo. Él nos ha ayudado aun habiéndole condenado a morir. Merece
una oportunidad.
Bily: Para matarnos siempre tendréis tiempo, pero antes deja que hablemos, y
si mis palabras no te convencen, entonces seréis libres de atacarnos, pero
créeme, muchos de los tuyos caerán inútilmente, antes de darnos muerte.
Toro Sentado: ¡DETENEOS!.
Toro Sentado ordenó detenerse a sus hombres. Entonces Bily suelta a
Toro Sentado.
Bily: Hola. Mi nombre es Bily, y no venimos a esta tierra a luchar contra
nadie, venimos a esta tierra porque el destino nos trajo hasta aquí, y pronto nos
iremos. Debemos conseguir una gema, para salvar a mi familia y mis amigos
de una maldición.
Toro Sentado: Hau. Mi nombre es Tatanka Yotanka, aunque el hombre blanco
me llama Toro Sentado, soy un hunkpapa y pertenezco a una de las siete tribus
que forman el poderoso pueblo sioux. Corren malos tiempos y las relaciones
con los hombres blancos no son muy buenas, y no vamos a permitir que los
hombres blancos nos echen de las tierras que el Gran Misterio nos ha
entregado para vivir y en las cuales descansan nuestros ancestros.
Hipólita: Yo soy Hipólita, reina de las amazonas. Este hombre me robó el
cinturón que mi padre me regaló, y le condené a muerte por ello, y aun así me
salvó la vida.
Bily: Nosotros no hemos venido a estas tierras para echar a nadie de ningún
lugar.
Toro Sentado: Mis hombres estaban buscando algo de caza, y te vieron,
entonces te atacaron.
Bily: Pero si yo no les he hecho nada.
Toro Sentado: Nosotros tampoco hicimos nada a los hombres blancos y ellos
intentan aniquilarnos. Desde la Masacre de Washita en el otoño de mil
ochocientos sesenta y ocho, donde el teniente coronel Custer con su séptimo
de caballería, formado por más de setecientos hombres atacaron un
campamento sioux matando incluso a mujeres y niños indefensos, hemos
dejado de respetarles a ellos y a sus palabras. Sois afortunados guerreros, sólo
uno de vosotros ha resultado herido y por el contrario habéis matado a once de
mis hombres.
Bily: Bueno a decir verdad nosotros también hemos sido alcanzados por
vuestras flechas.
Bily le enseña toro sentado las secuelas en su ropa, del ataque recibido.
Toro Sentado: Tenéis agujeros en la ropa pero no tenéis ninguna herida, ¡sois
unos chamanes!.
Bily: ¡Ahh!, te refieres a eso. No es magia, ni brujería ni nada.
Bily se levanta la camiseta y le enseña el chaleco azulado a Toro Sentado.
Bily: Es un chaleco antibalas, en este caso antiflechas. Está hecha de varias
capas, una exterior realizada de grafeno, un material muy resistente e
impenetrable que nos protege, de los cortes, y otra un poco más gruesa hecha
de un gel que se endurece al recibir un impacto, también tiene más capas, pero
su función es proporcionarnos comodidad.
Toro Sentado: ¿Y vuestras armas?, ¿y vuestra manera de luchar?
Bily: Nuestras armas son de una aleación de grafeno y han sido diseñadas y
fabricadas por Leo, un ingeniero italiano. Nuestra manera de luchar, más bien
la manera de luchar de Naitom, es el resultado de años de entrenamiento de
una forma de lucha milenaria tailandesa. Y la manera de luchar de Hipólita, es
el resultado de luchar por sus ideales.
Toro Sentado: ¿Todos los hombres blancos tenéis esos chalecos?
Bily: Sólo nosotros cinco, hay otros hombres que tienen otro tipo de chaleco
antibalas. Si a lo que te refieres, es a que si en esta época los hombres blancos
tienen esta camiseta, te diré que no.
Toro Sentado: Menos mal.
Hipólita: Lamentamos haber dado muerte a varios de tus hombres, pero lo
único que hicimos fue defendernos.
Toro sentado: La muerte de un hombre siempre es lamentable, pero la culpa
es nuestra, el rencor hacia el hombre blanco nos ha hecho atacaros. Os pido
que me acompañéis a nuestro campamento y que curéis vuestras heridas.
Toro sentado ordenó a uno de sus hombres adelantarse para evitar que
más sioux atacasen a sus nuevos amigos, acto seguido entregó su caballo a
Bily, para que montarán en él a Jaky y posteriormente ordenó que recogiesen a
los guerreros abatidos. Poco después comenzaron a caminar hacia su
campamento, rio abajo.
Bily: Gracias por ofrecernos vuestra ayuda, espero que las relaciones entre
vosotros y los hombres blancos mejoren. Hay hombres blancos buenos y
hombres blancos malos.
Toro Sentado: Admito que haya hombres blancos buenos, pero los malos
deben ser más fuertes, puesto que estos son los que mandan. Los hombres
blancos malos quieren imponer sus ideas sobre todos, odian a los que no
piensan como ellos y quieren eliminar a los que no son como ellos, aunque
todos hayan sido creados por el Gran Misterio. La palabra del hombre blanco
no tiene valor, no son como nosotros. Somos enemigos en tiempos de guerra
pero somos amigos en tiempos de paz.
Bily: Cada persona tenemos nuestra manera de pensar, nuestra opinión y
nuestro modo de vivir la vida. Por desgracia hay personas que piensan que sus
ideales son los buenos e intentan imponerlas al resto de la gente, mintiendo o
manipulando la realidad para así conseguir su apoyo. El problema no es que
haya gente mala y gente buena, sino que los buenos por debilidad, por miedo o
por falta de información, se hacen caso de los malos, y los que no les hacen
caso, tampoco hacen nada por evitar que engañen al resto de personas buenas.
Un tonto hace ciento si le dan lugar y tiempo.
Toro Sentado: El Gran Misterio nos ha entregado estas tierras para que
vivamos en ellas, así como el gran Misterio ha entregado al hombre blanco
otras tierras, al otro lado de las grandes aguas. El hombre blanco ha venido por
donde sale el sol, nos ha ido arrebatando las tierras en las que vivíamos y nos
ha ido empujado hacia donde se oculta el sol. Al principio llegaron unos
pocos, pero cada vez vienen más y más, se van extendiendo por las tierras que
nosotros habitamos, y han impuesto sus costumbres. No nos molesta que vivan
aquí, lo que realmente nos molesta es que no nos dejen tener nuestra manera
de vivir. El hombre blanco ha traído agua de fuego que hace perder la cabeza a
los hombres. El hombre blanco ha traído enfermedades, que han acabado con
muchos de nuestros hermanos. El hombre blanco ha traído sus libros porque
no ha escuchado a sus ancianos, a quien el Gran Misterio les ha dado la
sabiduría, como han hecho nuestros ancestros, quienes han transmitido esa
sabiduría a nuestros ancianos, y estos nos la han transmitido a nosotros y lo
mismo haremos con nuestros descendientes, esa sabiduría que recibido la
guardo en mi corazón y nunca renunciaré a ella. El hombre blanco ha traído
sus fusiles con los que matan a nuestros hermanos los bisontes por diversión y
para exterminarlos, de modo que no tengamos caza y pasemos hambre,
nosotros antes de matar un bisonte le pedimos perdón por nuestros actos, y
sólo matamos los que necesitamos para poder comer sus carnes y abrigarnos
con sus pieles. El hombre blanco no nos ha traído bendiciones, sino
desgracias. El hombre blanco ha encontrado piedra amarilla, que dicen que es
muy valiosa, e intentaron echarnos de esta tierra, evidentemente nosotros nos
negamos. Como no nos íbamos, nos intentaron comprar las tierras que
habitamos, nos ofrecieron mucho dinero, pero, ¿se puede comprar el
firmamento?, ¿se puede comprar el calor de la tierra?, o el frescor del aire o el
fulgor de las aguas, acaso esta tierra en la que nacieron, vivieron y murieron
nuestros ancestros, ¿se puede vender?, acaso la tierra sobre la que vuelan
nuestras hermanas las águilas, ¿se puede vender?, acaso los ríos por los que
nadan los peces, ¿se pueden vender?, acaso las tierras sobre las que camina el
bisonte, ¿se puede vender?, acaso las hierbas sobre las que cae el rocío de la
noche, ¿se puede vender?. Cada palmo de esta tierra, es sagrada para mi
pueblo, cada árbol, cada animal, cada sonido es sagrado a la memoria de mi
pueblo. Somos parte de esta tierra y esta tierra es parte de nosotros. Todos
pertenecemos a la misma familia, el lobo, al caballo, el gran oso, el águila, las
flores, los árboles y hasta las rocas. El agua que forma los ríos, riachuelos y
arroyos, representan la sangre de nuestros ancestros. Para el hombre blanco la
tierra no tiene importancia, le da igual un trozo de tierra que otro, no le
importa dejar atrás la tumba de sus padres y seguir su camino, olvidándose de
ellos y de la tierra que le vio nacer y crecer. Los hombres blancos han creado
las ciudades, donde todo es ruido y no hay un solo lugar tranquilo en el que
escuchar los sonidos que nos rodean. Quizás sea porqué nosotros solamente
somos salvajes y sólo nos guste oír y escuchar los sonidos de nuestros
hermanos. Las ciudades están impregnadas de mal olor, donde no se puede
respirar el agradable frescor de la tierra después de una tormenta, ni el olor de
los plantas. Quizás sea porqué nosotros solamente somos unos salvajes y nos
guste compartir el aire con nuestros hermanos. Ustedes deben enseñar a sus
hijos a respetar la tierra que pisan, pues en ella yacen sus antepasados, deben
enseñarles que la tierra que pisan está enriquecida con la vida de sus abuelos,
que todo lo que le ocurre a la tierra que pisan también les ocurrirá a ellos.
Enseñarles que la tierra no les pertenece, que ellos pertenecen a la tierra.
Enseñarles a respetar la tierra, porque si no llegará un día en el que se acabará
la vida y comenzará la supervivencia. Algunos hermanos de otras tribus
aceptaron y han firmado acuerdos con el hombre blanco, cediendo tierras en
las que viven, pero nosotros no aceptamos ningún acuerdo, somos nómadas y
necesitamos desplazarnos hacia las praderas en invierno y hacia las montañas
en verano para conseguir caza, aun sin aceptar ese acuerdo intentan echarnos
de estas tierras. Nosotros hemos reducido nuestro terreno de caza, en parte
porque están acabando con todos los bisontes, y en parte para evitar
encontrarnos con el hombre blanco, pero desde que han encontrado la piedra
amarilla, no cesan de venir más y más hombres blancos, e invadir las tierras
que el propio hombre blanco ha dicho que nos dejaba para vivir sin ser
molestados. Ahora nos quieren llevar a otras tierras a las que llaman reservas
para que vivamos trabajando en la agricultura, vosotros hombres blancos,
podéis trabajar si queréis, nosotros no os molestaremos, pero el Gran Misterio
nos ha hecho cazadores, no agricultores. Toda nuestra vida depende de la
naturaleza, ya que el sol da vida a las plantas, el cielo nos da la lluvia
necesaria, los animales nos dan comida para alimentarnos y cuero para
abrigarnos, y los ríos nos dan agua para beber y peces para comer. Todos estos
elementos son vitales y necesarios para nosotros. Nosotros respetamos la
naturaleza, la naturaleza es sagrada para nosotros. Como no lo han
conseguido, ahora intentan aniquilarnos. Hombres blancos, nadie os ha pedido
que vengáis. El hombre blanco quiere que nos civilicemos, pero nosotros no
queremos vuestra civilización, queremos vivir como nuestros padres y madres.
El Gran Misterio nos ha hecho diferentes. Si tan bueno es el hombre blanco y
tan malos somos nosotros, ¿por qué El Gran Misterio envió a su hijo a la tierra
del hombre blanco?. Nosotros nunca hemos hecho ningún mal al Gran
Misterio.
Jaky: Pero el hombre blanco os ha traído caballos y fusiles, con los que os es
más fácil cazar.
Hipólita: La tierra es de todos y todos tenemos derecho a vivir en ella. Pero
todos debemos respetarla así como a los animales que en ellas viven, y a los
hombres y mujeres que las habitan.
Toro Sentado: El hombre blanco, viene, destruye bosques, siembra cosechas
y cuando se cansa o cuando ya no les sirven, lo abandonan todo y se van,
dejando un desierto. La tierra no pertenece a nadie, para nosotros es nuestro
modo de vida, nos desplazamos de norte a sur y de sur a norte, según las
estaciones, y cuando llegamos a una tierra, ese trozo en el cual el hombre
extiende su manta, le pertenece temporalmente, y no será molestado, cuando
levanta su manta, deja de pertenecerle.
Bily: Por desgracia, hay hombres que lo único que ven en las cosas es dinero,
y no les importa el precio a pagar mientras tengan un beneficio que les haga
millonarios. Incluso hay hombres que someten a otros y los tienen como
esclavos, a quienes hacen trabajar durante largas jornadas, sin apenas
descanso, en trabajos muy duros y en ocasiones demasiado peligrosos, por un
plato de comida. En mi época supuestamente no hay esclavos, pero hay
semiesclavos, siendo la única diferencia que a estos no les dan un plato de
comida si no dinero con el que no pueden ni pagar ese plato de comida, y todo
por ganar un poco más de dinero, y quien puede acabar con ello, no le interesa.
Toro Sentado: Nosotros no somos una raza, ni una nación, ni una ideología,
ni unas costumbres. Nosotros somos una forma de vivir. La forma de vivir
fundida con la naturaleza. A la que respetamos y a la que consideramos como
sagrada. Nosotros no entendemos el deseo que tiene el hombre blanco de
poseer un trozo de tierra y acumular riquezas. Venimos al mundo con las
manos vacías, y con las manos vacías nos vamos. Nosotros compartimos la
tierra, el aire, el agua y los seres vivos que el Gran Misterio ha creado.
Nosotros podemos vivir en cualquier lugar, y todo lo que necesitamos nos lo
da el Gran Misterio. El Gran Misterio ha creado los bisontes, los antílopes, los
alces, para que los podamos cazar y así alimentarnos y abrigarnos, ha creado
los peces, para que podamos pescarlos, nos ha dado las plantas para que
podamos curarnos. El Gran Misterio ha creado todas las cosas, las que son
grandes y las que son pequeñas. El Gran Misterio nos ha dado la sabiduría que
necesitamos. A nosotros nos gusta caminar descalzos para sentir la tierra,
cuando nos sentamos, no lo hacemos siempre para descansar, también lo
hacemos para acercarnos un poco más a la tierra a la que pertenecemos. La
codicia del hombre blanco va a acabar con nuestro modo de vida, el cual
hemos cuidado, respetado y mantenido durante miles de años. El hombre
blanco construyó el Fuerte Buford, cerca del rio, en las tierras que los
hunkpapas habitamos para defender a los hombres blancos que venía a buscar
la piedra amarilla. Después construyó otro, y otro, y otro fuerte más. Nosotros,
los “Corazones Fuertes” atacamos dichos fuerte.
Bily: Disculpa que te interrumpa, ¿Corazones fuertes?.
Toro Sentado: Los Corazones Fuertes, es una comunidad integrada por los
más valientes y aguerridos guerreros sioux, lo cual supone un gran honor.
Bily: ¡Ahh!.
Toro Sentado: Seguimos atacando todos los fuertes que habían construido y
también atacamos a los hombres blancos que venían en busca de las piedras
amarillas. Hasta que un día el hombre blanco quiso hacer un tratado, el
hombre blanco nos ofreció estas tierras como nuestra reserva, el territorio del
Powder River, tierras en las que ningún hombre blanco podría entrar sin
nuestro consentimiento. Algunos jefes sioux y cheyennes nos habíamos
negado a participar en estos tratados, y aunque en principio parecía un tratado
generoso, resultaba ser injusto, pues no nos permitía salir de dicha reserva, y
por lo tanto nos privaba de desplazarnos por una gran extensión de tierras en
las que nosotros vivíamos y cazábamos. ¿Qué tratado ha respetado el hombre
blanco que el hombre rojo haya roto?, ninguno. ¿Qué tratado ha hecho el
hombre blanco con nosotros que después él haya respetado?, ninguno. Cuando
yo era niño, los Sioux eran dueños del mundo; el sol se levantaba y se ponía
en sus tierras. Hasta diez mil hombres iban a la guerra. ¿Dónde están hoy los
guerreros?. ¿Quién los ha exterminado?. ¿Dónde están las tierras que nosotros
habitábamos?. ¿Quién las saquea?. ¿Qué hombre blanco puede decir que le
hemos robado su tierra o un solo centavo suyo?. Nosotros seguimos montando
nuestros campamentos y cazando en las tierras que el Gran Misterio entregó a
nuestros ancestros, estuviesen o no dentro de las tierras que el hombre blanco
había llamado reserva. El único pecado que hemos cometido ha sido el de
vivir en las tierras que el hombre blanco desea. Nosotros intentamos no
coincidir con los hombres blancos. Los hombres blancos cada vez se
adentraban más en el territorio de los sioux y de los cheyennes, lo que provocó
más de una muerte. Como los soldados blancos eran incapaces de contener el
desplazamiento del resto de hombres blancos dentro del territorio sioux y
cheyenne, el hombre blanco quiso comprar las tierras que habitamos, y como
nosotros nos negamos, ahora quieren echarnos de estas tierras por la fuerza.
En estos momentos estamos reuniendo a los pueblos sioux, cheyennes y
algunos más, para realizar un consejo de guerra contra el hombre blanco.
Bily: Ahora entiendo porqué nos habéis atacado.
Toro Sentado: Disculpa por el ataque.
Bily: Sólo puedo decirte, que no todos los hombres somos iguales. Nosotros
venimos del futuro.
Toro Sentado: ¿Qué venís del futuro?.
Bily: Si. En una visita que hicimos a un castillo, mi esposa, mi hija, un amigo,
su mujer y su hijo, cayeron bajo la maldición de las cinco gemas, después
conocí a Elia, una Xana que me explicó que había sucedido y como podía
liberarles del maleficio, así llegue al territorio y a la época de las amazonas,
donde primero conocí a Evelyn quien me entrenó con las armas y me ayudó a
conseguir la esmeralda que, Hipólita, reina de las amazonas portaba en un
cinturón que su padre, Ares, dios de la guerra, le había regalado. Después
llegamos a Tailandia, donde conocimos a Naitom, el rey de Birmania apresó al
pueblo de Naitom. El rey birmano era gran seguidor de las distintas formas de
lucha, y para celebrar las fiestas de su pueblo y la victoria sobre sus enemigos,
se le ocurrió celebrar una pelea entre los diez mejores luchadores de su reino,
contra los diez mejores luchadores del pueblo de Naitom, para saber que
pueblo era más hábil en su lucha milenaria. Yo me enteré de este desafío, antes
de que tuviera lugar, y tuve que pelear contra varios luchadores, para
asegurarme que el rey birmano supiera que yo también sabía luchar, y así
intentar que me permitiese participar. Pero surgió un imprevisto, nos apresaron
a Evelyn, a Hipólita y a mí, que después sería un punto clave en todo esto, y es
que no hay mal que por bien no venga. Una vez dentro de la cárcel, cuando
comenzaron los combates, Naitom derrotó fácilmente a los diez guerreros
birmanos, así que el rey se acordó de mí, y como ya lo daba todo por perdido,
me envió a luchar contra Naitom, fue un combate a vida o muerte.
Toro Sentado: ¿El guerrero Naitom?,
Bily: Si, ese mismo.
Toro Sentado: Pero, es tu acompañante.
Bily: Si, es mi acompañante y mi amigo, como a ti también te considero
ahora.
Toro Sentado: Amigo, pero si hemos intentado matarte, y la lucha contra
Naitom no era a vida o muerte, pues os veo muy vivos a los dos.
Bily: Amigo, tú no me atacaste a mí, ni a mis amigos, atacaste a un grupo de
hombres y mujeres blancos que habían invadido las tierras de las que mis
semejantes intentan echarte. Así como Naitom no lucho contra mí, luchó
contra un guerrero que se interponía entre la cárcel y la libertad de su pueblo,
y ambos casos son muy loables y merecen todos mis respetos.
Toro Sentado: Pocos hombres tienen ese modo de ver las cosas.
Bily: Continuando con nuestra historia. En nuestro caso la lucha era a vida o
muerte. Sólo uno podía salir con vida. Si yo ganaba el rey me daría la libertad
y me entregaría el mongkhon, que es una especie de corona que se ponen en la
cabeza los luchadores del pueblo de Naitom, los luchadores de muay thai, la
cual tenía tres zafiros, gema que necesito para liberar del maleficio a mi
familia y mis amigos, y si ganaba Naitom, le entregaría el mongkhon y
liberaría a todos los presos de su pueblo. No sé como lo hizo pero después de
un largo combate Naitom me dio dos golpes al mismo tiempo, con sus dos
puños, en el pecho y me paralizó el corazón, una vez que los soldados del rey
birmano atestiguaron que yo no tenía pulso, Naitom pidió al rey que yo le
fuese entregado, por mi valentía en la lucha, a lo que el rey aceptó y mientras
los presos celebraban la libertad, Naitom me entregó a las dos mujeres,
quienes consiguieron reanimarme de nuevo, devolviéndome a la vida. Más
tarde, aparecimos en Roma, donde conseguimos estas armas y estas camisetas,
desde donde tuvimos que viajar a Paris para conseguir un diamante que se
exponía en un museo, cuando estábamos ideando un plan para conseguir el
diamante, alguien se nos adelantó y lo robó, a quien perseguimos hasta Roma,
donde pudimos arrebatarle el diamante, que resultó ser falso. En ese momento
Jaky se unió a nosotros. Después aparecimos en la época y en el mar de los
piratas, donde tuvimos que enrolarnos en un barco pirata y abordar varios
barcos mercantes, para saldar un pago y poder conseguir un rubí. Cuando lo
conseguimos, volvimos a Roma, donde esta vez si que conseguimos el
verdadero diamante, pero perdimos a un amigo, y después aparecimos aquí.
Toro Sentado: Es una historia fascinante.
Mientras caminaban cauce abajo, Bily contemplaba ensimismado las
montañas que poco a poco iban dejando atrás, los cedros, los pinos y algunos
corros de álamos. También observaba las verdes llanuras que acogían entre sus
finas y verdes hierbas el río que las daba de beber.
Bily: No me extraña que luchéis por esta tierra, y más sabiendo de lo que es
capaz el hombre blanco. Es un lugar maravilloso, en el que se respira la
tranquilidad y la armonía de la naturaleza, es un lugar que te envuelve y te
hipnotiza. Yo también sería feliz viviendo en este sitio, pudiendo ver cada día
este paisaje, sus animalillos correteando y jugando y el revoloteo y cántico de
sus pajarillos.
Toro salvaje: Al hombre blanco sólo le interesa el dinero, le da igual destruir
lo que sea.
Bily: Créeme, no sabes de lo realmente son capaces de realizar algunos
hombres blancos.
Evelyn: Como dijo el famoso activista hindú, Mahatma Gandhi: “la tierra
tiene lo suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no las
ambiciones de unos pocos”.
Toro Sentado: Amigo, echa un vistazo a tu alrededor y dime que ves.
Bily mira con atención a su alrededor.
Bily: Veo una tierra maravillosa, llena de vida.
Toro Sentado: ¿Darías tu vida por ella?.
Bily: Sin pensarlo.
Toro Sentado: Y tú, Naitom, darías tu vida por esta tierra.
Naitom: No, yo daría mi vida por las personas que habitan esta tierra.
Toro Sentado: Esa es la respuesta.
Bily: Aún así yo seguiría dando mi vida por estas tierras, para conservarla tal
y como es. Aunque no hubiera ningún hombre o mujer aquí, estas tierras están
llenas de vida.
Toro Sentado: Tienes razón amigo Bily, pero las montañas y los ríos, siempre
han estado ahí, antes de que nosotros llegáramos y cuando nosotros nos
vayamos, seguirán ahí. Nosotros sólo nos adaptamos a vivir en el lugar donde
nos ha enviado el Gran Misterio, si nos hubiera enviado a otro lugar, nos
habríamos adaptado a vivir en ese lugar. Cuando la sangre de tus venas retorne
al rio, cuando el polvo de tus huesos se mezcle con la tierra, entonces quizás
recuerdes que un trozo tierra no te pertenece, sino que tú perteneces a la tierra.
En realidad nuestras únicas pertenencias en esta vida son, nuestro tiempo y
nuestros conocimientos, los cuales no podemos perder…, pero lo
verdaderamente importante, es a quien tenemos. Dime Bily, ¿dónde has
nacido?.
Bily: En Asturias.
Toro Sentado: Y tú, Evelyn, ¿dónde has nacido?.
Evelyn: En León.
Toro Sentado: ¿Qué es más importante para vosotros, la tierra o la persona?.
Bily: Evelyn
Evelyn: Bily.
Toro Sentado: Eso es lo importante, la persona, no donde haya nacido o
vivido. ¿Acaso cambiaría algo entre vosotros si no existiese ese invento tan
maligno del hombre blanco, llamado frontera?.
Bily y Evelyn: No
Toro Sentado: Estoy seguro que entre vuestras respectivas tierras siempre
hubo, hay y habrá disputas. Pero vuestro amor hace que esas disputas
desaparezcan. Porqué el verdadero sentimiento está entre las personas no entre
una persona y una cosa, las cosas van y vienen pero las personas se quedan y
unas dejan cicatrices y otras recuerdos.
Evelyn: Así debería ser, pero hay gente que prioriza un objeto a una persona.
Bily: Como le oí decir una vez a Bart. Las tres tonterías que nos separan no
son nada comparado con las mil idioteces que nos unen. Ya sabéis que hay
gente, para los que son más importantes esas cuatro tonterías.
Evelyn: Quizás, sólo sea egoísmo.
Toro Sentado: Quizás sea desconocimiento.
Todos se quedan en silencio unos minutos, hasta que lo rompe un
pensativo Bily.
Bily: Es curioso, en mi pueblo, el día que nacemos, nuestros padres plantan un
roble, el día que morimos, nuestros hijos nos incineran y nuestras cenizas las
entierran en la base de ese roble. Nuestro pueblo también vive en armonía con
la naturaleza.
Toro Sentado: Eso demuestra que nuestros pueblos, a pesar de la distancia,
son más parecidos de lo que parece, y que nuestra vida y muerte está
relacionada con la naturaleza que nos rodea.
Bily: Tienes razón, todos nos parecemos más de lo que nos pensamos, la
diferencia la hemos creado nosotros, olvidándonos de nuestros orígenes.
Toro Sentado: Dime Bily, que más ves.
Bily vuelve a mirar a su alrededor.
Bily: Un grupo de guerreros.
Toro Sentado: Dime Hipólita, ¿qué ves?.
Hipólita: Un grupo de hombres y mujeres.
Toro Sentado: ¿Qué ves tú Evelyn?.
Evelyn: Un grupo de hombres y mujeres de distintas razas.
Toro Sentado: Y tú, Naitom, ¿qué ves?.
Naitom: Un grupo de hombres y mujeres de distintas razas, caminando juntos.
Toro Sentado: Eso es lo que esperaba oír. Como veis todos tenemos cabida en
este mundo. Aunque todos seamos diferentes, podemos vivir juntos y luchar
por un mismo objetivo, sin perder nuestra identidad. Lo importante es recordar
las cosas que nos unen y olvidar las que nos separan y hacer que esos lazos de
unión sean fuertes.
Después de un rato caminando, poco a poco se iban acercando al
campamento situado a orillas del rio Little Big Horn, donde se podían ver los
tipi, típicas viviendas de los sioux, que consistían en una tienda de forma
cónica, construidas con varas de madera formando un círculo, y unidas entre si
en la parte superior, sobre estas varas descansaban pieles de bisonte y de alce,
cosidas entre sí, y sujetas por pinzas de madera, para poder estirarlas. Este tipo
de vivienda tiene la ventaja de que pueden ser rápidamente desmontadas, tarea
que suelen hacer las mujeres. En su parte superior había una abertura, por la
que se podía ver como salía el humo, y dos pieles que servían para dirigir el
aire y evitar que impidiese salir el humo. En su parte inferior había una
entrada con una piel que colgaba, y que hacía las veces de puerta. Estos tipis
estaban decorados con dibujos geométricos y median entre tres y cinco metros.
A medida que se acercaban también podían apreciar como un grupo de
mujeres iban cargadas de leña hacia el campamento, como otras cortaban unas
tiras de carne de unos veinte centímetros de largo, unos tres centímetros de
ancho y un centímetro de espesor y las ponían al sol, para secarlas. Se podía
ver a varios hombres fabricar armas. Al mismo tiempo que se acercaba Toro
Sentado con su grupo al campamento, también llegaba otro grupo de pieles
rojas. Una vez en el poblado se podían ver a las mujeres cocinando dentro de
su tipi, otras hacían ropas y calzados. Todos, absolutamente todos miraban a
Toro Sentado, buscando una explicación a la compañía que llevaba con él.
Bily no podía ver el final del campamento extendido a lo largo del rio,
compuesta por varios grupos de tipis bien diferenciados, más tarde se
confirmó lo que pensaba, estos grupos estaban compuestos de norte a sur por
los cheyennes, los Brule, los oglala, los miniconjoux, los sans arc, los pies
negros y los unkpapas, también se podían ver otros grupos más pequeños
formados por los arikara y los two kettles.
Una vez llegaron al tipi de Toro Sentado, éste invitó a sus nuevos amigos
a comer algo, mientras seguían conversando.
Toro Sentado: Tomad, aquí tenéis nuestra típica comida, a ver si os gusta,
comed y bebed cuanto necesitéis.
Naitom: Está bueno, es carne, pero deja sabor a frutas.
Toro Sentado: Es pemmican, está hecho con grasa, con carne seca y salada, y
con bayas, está en concreto, contiene cerezas.
Bily: No está mal, pero prefiero una lubina al horno, acompañada de queso de
Cabrales y una “sidriña”.
Evelyn: Puestos a elegir, yo estoy deseando comer unos huevos fritos con
solomillo de gocho, patatas fritas y mosto.
Después de comer, Toro Sentado siguió conversando, con sus nuevos
amigos, más que hablar de si mismo y de su pueblo, estaba interesado en
escuchar lo que los demás decían. Antes de caer la noche Toro Sentado invitó
a los hombres y mujeres a dormir en un tipi, mientras sus nuevos amigos
descansaban, él se reunió con el resto de grandes jefes, para darles
explicaciones de su conducta respecto a sus invitados.
A la mañana siguiente cuando el gran jefe fue a hablar con ellos, no se
encontró con nadie, ni siquiera con Jaky, se le pasó por la cabeza que podían
haber huido con el hombre blanco, que podían haber soltado a los caballos, y
muchas más cosas, dio una vuelta por el campamento buscando alguna pista,
no viendo nada, pero al fijarse en la lejanía vio a las dos mujeres y a Bily y
Naitom peleando, mientras que Jaky les observaba, sentado cerca de ellos, el
gran jefe resopló de alivio, ahora estaba más tranquilo y se fue con los suyos,
poco más tarde una algarabía le sobresaltó, gritos sioux procedían de la zona
donde estaban entrenando sus nuevos amigos. Toro Sentado pudo ver como un
numeroso grupo de sus hombres les rodeaban. Rápidamente se dirigió hacia
ellos temiéndose lo peor. Cuando llegó vio a los hombres de Caballo Loco
atacándoles.
Toro Sentado: PARAR, NO LES ATAQUÉIS. SON AMIGOS.
Caballo Loco: ¿Desde cuándo eres amigo del hombre blanco?.
Toro Sentado: ¡Hau kola!. Después de que me perdonasen la vida y de que
hablásemos con tranquilidad.
Caballo Loco: ¡Hau Kola!. Eso díselo a esos hombres a quienes han matado.
PIDO SU MUERTE.
Hipólita: Nosotros estábamos tan tranquilos cuando nos atacaron, y
evidentemente nos defendimos.
Bily: Amigo, sabes que no estamos aquí para mataros, os respetamos y os
ayudaremos en lo que podamos, pero no nos dejaremos matar tan fácilmente.
Caballo Loco: Toro Sentado, sabes de lo que es capaz el hombre blanco, hace
tiempo que no nos respeta y nos trata como apestados, y el único modo que
tenemos de defender nuestro modo de vida es haciéndonos respetar, acabando
con todos ellos.
Toro Sentado: No todos los hombres blancos son iguales. Mis hombres les
atacaron y ellos se defendieron, más tarde volvimos a atacarles y ellos
volvieron a defenderse, me cogieron prisionero y hablaron conmigo, yo creí en
sus palabras, el día que su amigo herido esté bien, se irán.
Caballo Loco: Deben irse ahora mismo.
Toro Sentado: Está bien…, que pelé el mejor de vuestros guerreros contra el
mejor de ellos, si ellos ganan se quedarán como así hemos hablado, en cambio
si pierden deberán irse.
Bily: No es lo que hemos hablado, pero no queremos causar molestias. Nos
iremos.
Naitom: Yo pelearé.
Bily: Déjales, este no es nuestro lugar, es el suyo y tienen sus propias reglas.
Es normal que quieran defenderlas, y nosotros tampoco seremos considerados
como uno de ellos.
Naitom: Lo sé, nos iremos, pero antes pelearemos.
Bily: Tienes razón, antes demostraremos quienes somos. Pelearé yo.
Naitom: No, lo haré yo.
Caballo Loco: Toma un tomahawk.
Hipólita: Bily, deja a Naitom.
Bily: Tienes razón Hipólita, mejor que luche Naitom.
Naitom: Serás cobarde.
Bily: No hombre, es que necesitas nuevos retos.
Naitom no cogió el arma que Caballo Loco de ofreció e inició su típico
baile antes de cada combate, pero Caballo Loco no se impresionó por
semejantes movimientos y antes de que acabase le atacó, Naitom no tuvo
problemas para esquivarlo dándole un golpe a su oponente, Caballo Loco lo
intentó una y otra vez, pero siempre con el mismo resultado, Naitom lo
esquivaba con facilidad y respondiendo con un golpe diferente a cada ataque,
Caballo Loco cada vez estaba más enfurecido, no era capaz ni siquiera de
rozar a Naitom, y todo el rato recibía golpes. Caballo Loco cambió de
estrategia, tiró su arma al suelo, ahora en lugar de intentar golpearle, lo que
intentaba era agarrarle, pero una lluvia de golpes le cayeron por todas partes,
Caballo Loco estaba debilitado y algo cansado.
Naitom: Es mejor que dejemos de seguir combatiendo.
Caballo Loco: Para ganar una batalla, lo primero es no abandonarla y yo
nunca me rendiré.
Caballo Loco volvió a atacar a Naitom, pero al momento ya estaba otra
vez por el suelo.
Naitom: Que acabemos el combate no quiere decir que no seas un gran
guerrero.
Caballo Loco: Nunca me rendiré.
Bily: No te rindas, con que te pares valdrá. Yo he visto como ganó en una
pelea a diez grandes guerreros de forma consecutiva.
Caballo Loco volvió a atacar a Naitom, pero Evelyn se puso en medio.
Evelyn: A tu pueblo no le servirás de nada si mueres en esta pelea.
Caballo Loco: Sé que voy a morir defendiendo a mi pueblo y las tierras en las
que yacen mis antepasados. Y hoy es tan buen día para morir, como cualquier
otro.
Evelyn: Tienes razón, cualquier día es bueno para morir, cuando la causa es
justa, pero hoy no hay motivo para entregar tu vida a la muerte. Hoy debes
aprender que sólo tienes una vida. Con tu muerte sólo les darás un impulso
inicial en el combate, motivados por ansias de venganza, en cambio con tu
presencia les darás fuerza durante toda la batalla. Un gran guerrero como tú se
debe a causas mayores, no a un combate sin importancia. Debes aprender a
elegir el momento para morir.
Caballo Loco: Para mí, esta pelea es tan importante como cualquier otra.
Bily: Pero hoy no estas combatiendo contra alguien que quiere arrebatarte
estas tierras, si no con alguien que quiere que tú y los tuyos sigáis conservando
estas tierras tal y como están, en las que vivís en armonía.
Caballo Loco empujó a Evelyn hacia un lado y cuando se disponía a
atacar a Naitom de nuevo, éste de una patada lo envío al suelo, entonces se
dirigió hacia él y le tendió la mano para ayudarle a levantarse, quién sacó un
cuchillo de su pantalón sin que Naitom le viera, cuando Caballo Loco se
levantó con la ayuda de Naitom, intentó agarrarle para ponerle el cuchillo en el
cuello, pero Naitom con un rápido movimiento le arrebató el cuchillo y le dio
tal patada que le dejó inconsciente en el suelo.
Toro Sentado: Lleváoslo.
Bily: Amigo, será mejor que nos vayamos.
Toro Sentado: Os di mi palabra de que os quedaríais hasta que vuestro amigo
se recuperara y así será.
Bily: Entonces, ¿por qué dejasteis que Naitom luchara contra Caballo Loco?.
Toro Sentado: Caballo Loco es uno de los mejores guerreros que he
conocido, quizás no sea el más fuerte, ni el más hábil, pero es valiente,
orgulloso y tenaz, y su coraje es insuperable. Pero nunca he visto luchar a
nadie como a Naitom.
Bily: Gracias, pronto se recuperará y nos iremos.
Pasaron unas horas hasta que Caballo Loco recuperó el conocimiento.
Toro Sentado: ¡Hau Kola!. ¿Cómo te encuentras?.
Caballo Loco: ¡Hau Kola!. Espero que esos hombres blancos ya se hayan ido.
Toro Sentado: Les he dado mi palabra de que se quedarían hasta que su
amigo estuviese curado, y así será. Además te ha vencido, y hemos quedado,
en que si te derrotaban en la pelea, se quedaban.
Caballo Loco: Ese hombre me ha demostrado su coraje, su valentía y su
grandeza como guerrero. Me ha derrotado, es justo que acepte tu decisión de
que se quede.
Cuando Toro Sentado y Caballo Loco acaban de hablar, Bily, Evelyn,
Hipólita, Naitom y Jaky, visitan a Caballo Loco, para interesarse por su estado.
Naitom: Hola. Mi nombre es Naitom, me han dicho que ya te habías
despertado, y venía a ver como estabas.
Caballo Loco: Hau. Gran Guerrero. Mi nombre es Tashunka Witko, de la
tribu de los oglala. El hombre blanco me llama Caballo Loco. Tu estancia con
nosotros será bien recibida, pero recordad que en cuanto vuestro amigo se
recupere, será mejor que os vayáis.
Naitom: Si, ya me habían dicho como era tu nombre. Así será, respetamos
vuestras palabras y vuestras costumbres, y no queremos causaros problemas.
Solo estamos de paso.
Caballo Loco: Pero antes debes enseñarme como peleas.
Naitom: No hay problema, pero Jaky se recupera rápidamente y no creo que
tengamos mucho tiempo.
Caballo Loco: Pues habrá que aprovechar el tiempo.
Naitom: Nunca el tiempo es perdido, si lo sabes vivir.
Caballo Loco: En la pelea se conoce al guerrero, en la victoria se conoce a los
hombres honorables, y tú me has demostrado que eres un hombre de honor.
Naitom: Intento tratar a las personas como me gustaría que me tratasen a mí.
Sean hombres o mujeres, sean ancianos, adultos o niños. Sean de la raza que
sean, o sean del país que sean, sean de la clase social que sean.
Al acercarse la noche, Toro Sentado y Caballo Loco se reúnen con Bily y
sus acompañantes.
Toro Sentado: Amigo Bily. Vamos a reunirnos los grandes jefes de la guerra,
tu peculiar visión de las cosas y sabiduría, nos resultarán de gran ayuda.
Caballo Loco: Sabemos que el mes pasado el hombre blanco ha enviado un
regimiento de dos mil quinientos soldados a aniquilarnos, partieron desde
cientos de kilómetros, pero ya están cerca. El general Philip Sheridan ideó un
plan de ataque contra nuestro pueblo, el general George Cook vendrá por el
sur desde el fuerte Fetterman con más de mil trescientos soldados, el coronel
John Gibbon vendrá por el oeste, desde el fuerte Ellis, con más de quinientos
soldados y exploradores, el general Terry junto al teniente coronel Custer
vendrán por el este desde el fuerte Lincoln con más de mil doscientos
hombres.
Bily: Como sabes todo eso.
Caballo Loco: Al amigo hay que tenerlo cerca, pero más cerca debemos tener
al enemigo.
Bily: Siempre digo que me lo creo todo y no me creo nada, pero esto no me
encaja.
Caballo Loco: La verdad es que no siempre un traidor es tal.
Bily: Ya entiendo. Bueno respecto a la invitación yo no sé nada de guerras,
pero con nosotros tenemos una reina, que ha combatido en numerosas guerras,
Hipólita.
Toro Sentado: Hipólita, estas invitada a nuestro Gran Consejo.
Hipólita: Será un honor, pero yo…
Bily: No seas así, vamos, si no tienes nada que aportar, no hablas y ya está.
Esa noche Toro Sentado por los Hunkpapas, Caballo Rojo por los
minneconjous, Dos Lunas por los cheyennes, Caballo Loco por los oglala,
Gall de los siounan, y Lluvia en el Rostro por los cheyennes del norte, se
reunieron en el tipi de Toro Sentado, para formar un Gran Consejo mientras
fumaban calumet, todos los grandes jefes iban vestidos con sus mejores trajes
incluidos sus típicos warbonnets.
Un par de horas más tarde, se deshace la reunión, e Hipólita se va en
busca de sus amigos.
Bily: ¿Qué tal ha ido todo?,
Hipólita: Al principio, no les gustó que Toro Sentado hubiese invitado a una
mujer.
Evelyn: ¡Qué machistas!.
Hipólita: Y menos que fuese blanca.
Jaky: ¡Qué racistas!.
Bily: No seáis mal pensados, que ellos no tienen por costumbre invitar a sus
reuniones de guerra a las mujeres, y teniendo en cuenta lo que están viviendo,
desconfían de todos los hombres blancos.
Hipólita: Sólo les dije que la mejor defensa es un buen ataque y que en
ocasiones hay que sorprender al enemigo haciendo cosas inesperadas.
También les dije que lo mejor que pueden hacer es, permanecer todos unidos,
porque cuanto más unidos estén, más fuertes serán, y que tienen que dividir al
enemigo para hacerle más vulnerable. Entonces le puse el ejemplo del oso y
del enjambre, un oso es más fuerte que cualquier abeja, pero si estas atacan en
conjunto al oso, acabarán por vencerle. Se me olvidaba, también les di otras
ideas.
Al día siguiente, día dieciséis de Junio, Toro Sentado y Caballo Loco
reunieron a unos mil doscientos guerreros y se dirigieron hacia el Sur, cuando
caía la noche ambos jefes sioux acamparon junto a sus guerreros, para
descansar antes de entrar en combate. El día diecisiete de Junio cuando el
general George Crook se disponía a avanzar con sus más de mil soldados,
desde el río Rosebud, hasta la posición de los campamentos nativos, situada al
norte, para destruirlas y exterminar a sus pobladores, fueron sorprendidos por
el ataque de los hombres de Toro Sentado y Caballo Loco
Caballo Loco había dispuesto a sus hombres en una larga hilera,
inmóviles. El general Crook ordenó a su caballería cargar contra la fila de
contrincantes, quienes realizaban algunos disparos con sus fusiles. Cuando los
jinetes se aproximaron a la fila de rivales, estos se cerraron en dos filas
paralelas sobre el ataque de los soldados, provocando una emboscada sobre los
soldados de caballería, atacando sus flancos, en poco tiempo numerosos
soldados sucumbieron bajo los tomahawks, las lanzas y una lluvia de flechas
de los sioux y sus aliados. Este ataque pilló desprevenidos a los soldados,
quienes en las distancias cortas no eran tan efectivos como sus rivales.
Mientras tanto el gran jefe de los cheyennes, Jefe que se Pone a la Vista, atacó
a los soldados de infantería, impidiendo que estos fuesen en ayuda de los
soldados de caballería, el caballo del jefe Cheyenne fue abatido, pero él no
sufrió ninguna herida, siguió luchando valientemente y cuando iba a sucumbir
bajo los disparos de los soldados, entre una nube de polvo apareció Hipólita
montando un caballo para recoger a Jefe que se Pone a la Vista, quien se subió
a lomos del caballo de un salto, con la ayuda de la mujer, para volver a
desaparecer entre la nube de polvo.
Los atacantes mantenían a los soldados separados en tres grupos de
combate, a los que atacaban, se retiraban y volvían a atacar, una y otra vez,
hasta que el general Crook ordenó la retirada.
Después de esta sonada victoria, los guerreros sioux y cheyennes se
retiraron hasta su campamento situado al norte, en la orilla occidental del río
Little Big Horn, donde habían montado su campamento.
Una semana después Jaky ya estaba completamente recuperado y los
cinco amigos preparaban sus cosas y algo de alimento que Toro Sentado les
había dado para irse al día siguiente, al alba.
Bily: ¡Hau!. Caballo Loco. Jaky ya está recuperado, así que mañana nos
iremos.
Caballo Loco: ¡Hau Kola!. Ha sido un gran honor haberos conocido, haber
practicado la lucha junto a vosotros y haber combatido a vuestro lado. Me
habéis demostrado que no todos los hombres blancos sois iguales. Os estamos
agradecidos por haber luchado por nuestro pueblo. Siempre seréis bien
recibidos entre nosotros.
Bily: A mí personalmente, me encantaría poder ayudaros más, sois un gran
pueblo. Y he aprendido muchas cosas con vosotros, y de vosotros.
Caballo Loco: Ahora tengo tareas que realizar, ya nos veremos.
Bily: Hasta luego.
La noche antes de irse, Toro Sentado, Caballo Loco, Hipólita y otros
grandes jefes aliados se retiraron para debatir sobre la guerra con el hombre
blanco. Varias horas después todos salieron del tipi donde se reunieron y se
fueron a cenar, más tarde los sioux y sus aliados se reunieron para bailar
alrededor de la hoguera, Bily se alejó del grupo para ir al bosque, acompañado
de su inseparable bastón, donde encontró una roca en la que se sentó a pensar
tranquilamente en sus cosas, al tiempo que observaba el cielo estrellado y la
luna llena que iluminaba el valle.
El recuerdo de su hija dando los primeros pasitos, cuando llegaba a casa y
le recibía con una sonrisa de oreja a oreja, las carcajadas que echaba cuando le
hacía cosquillas, el ver a Ailish bailar, sentir esos abrazos tan tiernos, el
disfrutar de esa inocencia con la que los niños descubren el mundo y que les
moldea poco a poco,… el recordar todas esas pequeñas cosas era lo que daba
fuerzas a Bily para seguir luchando.
Toro Sentado: ¡Hau Kola Bily!. Normalmente cuando me separo del grupo es
para orar en solitario, para pedir al gran Misterio fuerzas y sabias decisiones…
Bily: Oh, lo siento, te dejo solo, para que hagas lo que tengas que hacer.
Toro Sentado: Hoy no he venido hasta aquí para estar sólo, hoy he venido
para conversar contigo.
Bily: De vez en cuando, a mí me gusta estar solo, para pensar en las cosas que
me rodean. En estos momentos también necesito un poco de espacio para
recordar a mi familia, sobre todo a mi hija… la echo mucho de menos.
Toro Sentado: En ese caso te dejo solo.
Bily se levanta y rápidamente se dirige hacia Toro Sentado, a quien sujeta
levemente por el brazo.
Bily: No te vayas. Para estar solo siempre hay tiempo, pero para escuchar las
palabras o el silencio del gran Toro Sentado, nunca hay tiempo suficiente.
Toro Sentado: Como desees.
Bily: Sentémonos.
Bily y Toro Sentado se quedan en silencio durante un par de minutos
Toro Sentado: Todo lo que un sioux hace, está dentro de un círculo, esto es
debido a que el poder del Gran Misterio actúa en círculos. Hace años
formábamos un pueblo poderoso, cuyo poder procedía del círculo sagrado de
la nación. Hubo un momento en que ese círculo fue quebrantado y desde
entonces hemos dejado de ser un pueblo poderoso y respetable. El árbol crece
en el centro del círculo, y es alimentado por los cuatro lados. El este le
proporciona luz, el sur le aporta calor, el oeste le sirve lluvia y el norte le
abastece de viento. He oído que la tierra en la que vivimos es redonda, así
como las estrellas. El nido del pájaro es redondo, como nuestros tipis. El sol
describe un círculo en su viaje por el firmamento, al igual que la luna. Las
estaciones son un circulo, acaban en el mismo sitio que donde empezaron. La
vida también es un círculo y así es cada cosa en la que actúa el Gran Misterio.
Bily: Yo desciendo del pueblo celta, y para nosotros el círculo representa la
protección, y la unión de nuestro pueblo. El círculo representa la trayectoria
del sol. El círculo simboliza la eternidad. El círculo es perfecto, no tiene
fisuras y no oculta nada.
Toro Sentado: Es curioso como dos hombres provenientes de lugares tan
distintos y distantes, tienen costumbres tan semejantes.
Bily: Quizás no lo sea tanto.
Después de otro par de minutos de silencio.
Toro Sentado: Tus ojos me han hablado.
Bily: ¿Que te han dicho?.
Toro Sentado: ¡Qué tienen miedo!.
Bily: No tengo miedo por mí, tengo miedo por mis amigos y mi familia.
Toro Sentado: Tus amigos saben defenderse y a tu familia no la veo por
ninguna parte.
Bily: Si yo no salgo de esta, no estos amigos, sino los amigos que cayeron
bajo la maldición y mi mujer y mi hija, quedarán atrapados bajo el hechizo y
nunca volverán a la vida. Todos nacemos preparados para perder a nuestros
padres, pero no nacemos preparados para perder a nuestros hijos. Es
demasiado doloroso y triste perder a un hijo, y más aún, si este es tan pequeño.
Toro Sentado: Sé de que me hablas, nosotros también hemos perdido a
mujeres y a niños. La guerra debería ser sólo para guerreros. Es más, no
debería haber guerras. No entiendo por qué el hombre blanco quiere
arrebatarnos nuestro modo de vida y las tierras en las que vivimos, matando a
inocentes. Nosotros sólo queremos vivir nuestra vida en libertad.
Bily: Te voy a contar una breve historia, que no tiene mucho que ver con todo
esto, pero que me he acordado ahora, y dice mucho del hombre blanco. Si no
recuerdo mal, una vez en la tele vi un anuncio de una famosa marca de ropa de
deporte, en el que a una mujer corría bajo el sol abrasador, bajo la fría nieve, y
bajo la húmeda lluvia, la gente desde sus casas, protegidos por un techo y unas
paredes, la veían a través de las ventanas pasar corriendo y se decían: “Esa
mujer está loca”, mientras ella pensaba: “Seguro que la gente que me ve desde
sus casas, piensan que estoy loca, pero no se dan cuenta, que quienes están
encerrados son ellos”. En cuanto a lo del hombre blanco, es sencillo de
explicar, la avaricia, la codicia, la envidia, la ira, la venganza y la soberbia no
tienen límites para el hombre, y no importa el precio a pagar. Por suerte no
todo el mundo es así, por desgracia son los que más se hacen notar, por suerte
casi siempre encontrarás a alguien que te ayude en los momentos difíciles, por
desgracia también hay gente que se intenta aprovechar de los demás, por
suerte hay gente que sabe disfrutar de su propia vida sin meterse en la de los
demás, por desgracia hay demasiada gente que no sabe que la felicidad no está
en las cosas que deseas, sino que está en las cosas que realmente necesitas, y
para ello no basta con ver, sino que hay que aprender a mirar y dedicar unos
minutos a pensar, por suerte en esta vida siempre habrá personas positivas que
sepan aconsejarte, apoyarte y animarte en tus decisiones, por desgracia hay
gente negativa que sólo saben desaconsejar, desanimar y hundirte más, lo malo
es que lo hacen intencionadamente. Así que lo mejor es rodearse de personas
positivas, con ganas de vivir y de ser feliz, que siempre vean el vaso medio
lleno, y no medio vacío, y alejarse todo lo posible de la gente negativa y que
no quiere o no sabe ser feliz.
Toro Sentado: Amigo, eres un buen hombre, sigue tu camino, y libera a tus
amigos y a tu familia.
Bily: Un buen hombre, no es aquel que sólo respeta y no hace mal al prójimo
ni a nada de lo que le rodea, un buen hombre, es aquel que además de respetar
y cuidar de todo lo que le rodea, actúa contra el que no respeta a nadie ni a
nada. Hasta ahora sólo cuidaba de lo mío, pero mis compañeros de viaje
arriesgan su vida por mí y por mi familia, así que es justo que yo os ayude a
vosotros. Un pueblo que sabe respetar y cuidar del mundo. Sois un pueblo que
merecéis vivir como vosotros deseéis.
Toro Sentado: Debes cuidar tu mente, tu cuerpo, tus emociones y tu alma, y
mantener un equilibrio entre ellos para tener paz interior y así tomar las
decisiones más adecuadas.
Bily: Yo, ya he tomado una decisión, siempre contando con su beneplácito y el
del resto de grandes jefes.
Toro Sentado: No es tu deber arriesgar tu vida por nosotros. Recuerda lo que
nos dijo Evelyn, debemos saber el momento adecuado para arriesgar nuestra
vida, y este no es tu momento. Nosotros estamos dispuestos a dar nuestra vida
por los nuestros, tú debes hacer lo mismo por los tuyos.
Bily: Mira este dibujo, es un tatuaje que me hice junto a mi primer amor, una
chica llamada Shirley, el destino nos separó, hace poco me enteré de que ella
también cayó bajo la maldición de las cinco gemas, su padre no la salvó a
tiempo y fue reclutada como una valkiria, ahora esa chica es Evelyn, y está
aquí, ayudándome a salvar a mis amigos y a mi familia. Hipólita es la reina de
las amazonas y está aquí para lo mismo, Naitom acaba de salvar a su pueblo
de vivir como esclavos, y debe ayudar a su pueblo, pero está conmigo. Jaky es
policía y se dedica a detener ladrones, asesinos, y a ayudar a la gente de su
época. No sé por qué está aquí, pero también está ayudándome. No sé sus
motivos, pero sé que están a mi lado, y no quiero que les pase nada, deseo que
cuando esto acabe, puedan reunirse con los suyos.
Evelyn: Disculpad que os molestemos, no hemos podido evitar la última parte
de vuestra conversación. Bily, este tatuaje no ha perdido su poder, y daría mi
vida por ti, sin pensarlo.
Hipólita: Bily, tuviste la valentía de intentar robarme el cinturón que mi padre
me regaló. Como sabes las amazonas somos guerreras pero también somos
hospitalarias. Tú nos has visitado en tiempos de guerra y tu afrenta fue muy
elevada, motivo por el que te sentencié a morir, con tus palabras lograste que
te diera una oportunidad, tuviste la suerte de librarte, y a pesar de haberte
sentenciado de muerte, salvaste mi vida de una muerte segura.
Naitom: Bily, hemos luchado a muerte y te vencí, aun sabiendo que era muy
superior a ti, supiste compensar esa diferencia física, con una fortaleza mental
increíble y en ningún momento diste el combate por perdido. Con tu valentía,
me demostraste que tu objetivo era realmente importante para ti, y quiero
ayudarte.
Jaky: Esto yo…, simplemente quería evitar que me matasen. Pero ya que
estoy aquí, os ayudaré en vuestra misión.
Evelyn: Bily, escucha a Toro Sentado y sigue sus indicaciones, debes seguir tu
camino.
Bily: Pero esta guerra…. No es solo su guerra, es la guerra de todos, es la
guerra del respeto del poderoso hacia las personas. Es la guerra de la justicia.
Evelyn interrumpió a Bily.
Evelyn: Está es su guerra, nosotros no podemos cambiar nada.
Bily: Pero…
Evelyn volvió a interrumpir a Bily.
Evelyn: El destino está escrito, y que nosotros les ayudemos, no va a cambiar
nada.
Bily: Quizás esté así escrito, porque nosotros les ayudamos, y si no les
ayudásemos hubiera sido distinto.
Toro Sentado: Vosotros sabéis algo que no queréis decir.
Bily: Amigo, recuerda que nosotros venimos del futuro, y sabemos como
acaba esta guerra y lo que sucederá después.
Evelyn: Es mejor que no les digas nada.
Bily: O quizás si. Creo que será mejor que decida él si lo quiere saber o no.
Hipólita: Bily tiene razón, creo que es mejor que lo decida el mismo.
Evelyn: Pero eso no cambiará el futuro.
Naitom: Pues por eso mismo, yo también creo que es mejor que él decida si
quiere escucharlo.
Evelyn: Vosotros ganáis. Que él decida.
Bily: Amigo, quieres saber que pasará.
Toro Sentado: Si.
Bily: Pero antes prométeme que lo que te voy a contar, no se lo dirás a tu
pueblo.
Toro Sentado: Tienes mi palabra.
Bily: Mañana ganareis una gran batalla, que despertará la ira del vencido y
después pasareis inmerecidas e innumerables penurias.
Toro Sentado: Tus palabras no son lo que deseaba escuchar.
Evelyn: Por eso no quería decirte nada.
Toro Sentado: Y si no ganamos mañana la batalla, ¿qué sucederá?.
Evelyn: Eso no va a suceder. Vuestra victoria está escrita y hagáis lo que
hagáis, nada cambiará la historia. Tu pueblo logrará una victoria épica.
Bily: Debes dar fuerzas a tus guerreros para ganar esta batalla.
Toro Sentado: No es fácil. Saber que una victoria acabe por enterrar nuestras
esperanzas de una vida en libertad.
Hipólita: Debes dar esperanzas a tu pueblo, para que luche por su destino.
Sabes que si ganáis, a la larga perdéis, pero estoy segura, de que si se pudiese
cambiar el destino, y mañana perdieseis la batalla, vuestro pueblo acabará
igualmente enterrado, así que lo mejor que podéis hacer es dar vuestra última
lección de honor y bravura. Siempre será mejor morir de pie que vivir
arrodillado.
Naitom: Tus guerreros no merecen morir como cobardes. Ahora mismo ellos
no saben lo que va a suceder mañana, pero si saben por lo que van a luchar
mañana. Os conozco poco, pero creo que si ellos saben, que pasado mañana
van a morir viviendo una vida que no quieren, preferirían morir mañana como
guerreros.
Bily: Amigo, aun sabiendo que todo acabará mal, dales la esperanza de que
vais a tener una vida mejor. No les digas que con esta victoria vais a conseguir
vivir en libertad, diles que debéis ganar esta batalla para poder seguir luchando
por vuestra libertad.
Toro Sentado: Os prometí que no le diría nada a mi pueblo, y así lo haré.
Ellos luchan por nuestro modo de vida y dejaré que los hechos transcurran
como deban hacerlo. Si me disculpáis, ahora necesito estar solo para orar por
mi pueblo.
Poco después Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky, volvieron hacia el
campamento, donde se encontraron con Caballo Loco.
Caballo Loco: El día veintiuno el teniente coronel Custer, quien se encontraba
a más de ciento cincuenta kilómetros de este lugar, tomo el mando del séptimo
de caballería, y viene hacia aquí remontando el rio Rosebud, donde
probablemente cogerá el desvío hacia la izquierda por el valle del rio Little
Big Horn. El teniente coronel Custer se dirige hacia aquí con unos setecientos
cincuenta hombres, y sabemos que no traen su famosa ametralladora Gatling,
ni sus sables, pero si que traen carabinas y revólveres.
Bily: Veo que estás muy bien informado.
Caballo Loco: No es fácil.
Evelyn: Recuerda lo que hablaste con Toro Sentado.
Hipólita: Yo también desearía ayudarles.
Naitom: No podemos irnos sin más.
Jaky: Yo estoy preparado para el combate.
Dice Jaky, al tiempo que palmea su mochila con la mano derecha.
Evelyn: Bily, recuerda lo que hemos hablado.
Bily: Lo sé Evelyn, pero no puedo dejar de pensar en ellos. No puedo irme sin
más. Siento que debo ayudarles. Vosotros iros si así lo deseáis.
Naitom: ¡Y hacer nosotros tu trabajo!, ni hablar, yo me quedo.
Hipólita: ¿Y tu familia?.
Bily: No tengo pensado morir mañana.
Jaky: Yo me quedo, nadie me espera en Roma.
Según oye la palabra Roma, Naitom se queda pensativo y suspira.
Naitom: ¡Ghina!.
Evelyn: ¿No tendrá nada que ver una india muy guapa que te cuidaba las
heridas cada día?.
Jaky: ¿Cómo sabes tú eso?.
Evelyn: La verdad es que no sabía nada hasta ahora.
Bily: ¡Ahhh!. ¡Picaste!. Te engañé.
Jaky: Caí como un pardillo.
Evelyn: Ya sabes cual es mi opinión. Pero si tú decides quedarte a ayudarles,
yo también me quedo, prometí ayudarte a salvar a tu familia, y si para ello
tengo que enfrentarme a todos los soldados y guerreros del mundo entero, así
lo haré.
Todos se quedan mirando a Hipólita.
Hipólita: Ojala alguien hubiera hecho lo mismo por mis chicas las amazonas.
Alguien debe proteger a las mujeres.
Bily: Está decidido, nos quedamos.
Bily se dirige a Caballo Loco.
Bily: Mañana será un gran día.
Caballo Loco, a la vez que levantaba su tomahawk pegó un grito que casi
deja sordo a Bily, a quien siguieron los que estaban a su alrededor y a estos los
siguientes, y así hasta que todo el campamento se sumó al grito de alegría y
esperanza.
Caballo Loco: Vuestra ayuda será bien recibida.
Al día siguiente, el veinticinco de Junio, cuando el sol comenzaba a
asomar por encima de las montañas, Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky,
como era de costumbre se fueron a entrenar fuera del campamento. Toro
Sentado estaba intranquilo y ese día se levantó algo más pronto que de
costumbre, su mirada se dirigió hacia el lugar donde solían entrenar Bily y sus
amigos, cuando los vio se dirigió hacia ellos.
Toro Sentado: ¿Qué hacéis aquí?
Bily: Estirar los músculos.
Toro Sentado: Debéis iros.
Bily: Caballo Loco nos dijo que el ejército llegaría muy pronto hasta aquí, y
nosotros queremos ayudaros.
Toro Sentado: Voy a hablar con Caballo Loco.
A los pocos minutos volvieron Toro Sentado y Caballo Loco.
Caballo Loco: Bily, Toro Sentado, me ha hablado. Debéis iros. Esta es nuestra
guerra, no la vuestra. Nosotros tenemos unas obligaciones y vosotros otras.
Así que sin hablar más, coger vuestras cosas, algunos caballos e iros.
Bily: Pero…
Caballo Loco: No Bily, Toro Sentado me ha explicado algunas cosas y no
podemos ser egoístas. Nosotros luchamos por nuestra familia y por nuestro
pueblo, así que no es justo. Tú también debes luchar por tu familia, sin poner
en riesgo tu vida. Vuestra ayuda sería de gran valor, pero hay alguien que os
necesita más que nosotros.
Bily: Te he dado mi palabra de que os ayudaría.
Caballo Loco: Eso fue antes de que supiera tu historia. Ahora todo ha
cambiado. Amigos, debéis iros.
Bily: Está bien, nos iremos.
Toro Sentado: Ahora os traerán cinco caballos.
Bily: No es necesario, iremos a pie.
Toro Sentado: No podéis rechazar un regalo.
Bily: Pero yo no tengo nada para vosotros.
Toro Sentado: Ya nos habéis dado demasiado.
Al momento, un hombre apareció con cinco caballos. Bily, Evelyn,
Hipólita y Jaky, montaron en sus respectivos caballos, pero Naitom no se
decidía.
Caballo Loco: ¿Qué te pasa amigo?, tienes miedo.
Naitom: No tengo miedo al caballo, tengo miedo a lo que el caballo pueda
hacer conmigo.
Bily: Ha sido un verdadero honor poder pasar unos días con vosotros,
conociendo y compartiendo vuestras costumbres.
Toro Sentado: El honor ha sido nuestro, nos habéis demostrado que no todos
los hombres blancos sois iguales. Gracias Jaky por enseñarnos a ser más
fuertes, gracias Naitom por enseñarnos a pelear, gracias Bily por enseñarnos a
ver las cosas de diversos modos, gracias Hipólita, por enseñarnos más técnicas
de guerra, y gracias Evelyn por enseñarnos a morir. Gracias a todos por
vuestra humildad y amistad.
Bily: Gracias a vosotros. Me he sentido como en casa. Yo sería feliz aquí,
siempre y cuando me aceptaseis como uno de los vuestros.
Caballo Loco: Para ser uno de los nuestros debes ser valiente, fuerte,
generoso y compasivo. Y tú nos has demostrado que tienes estas cuatro
virtudes, así que siempre serás uno de los nuestros. Toma Bily. Te dará fuerza
para conseguir salvar a tu familia.
Bily: ¿Qué es esto?.
Caballo Loco: Es un pequeño tótem, que he tallado para ti. No me ha dado
tiempo a tallar más.
Bily: Gracias. Es precioso. ¿Qué animales tiene?.
Caballo Loco: Un bisonte, un oso, un águila y un lobo.
Bily: Gracias Caballo Loco, por considerarme uno de los vuestros. Mi piel no
será como la vuestra, pero en mi interior si lo es, y en él late un corazón que
desea vivir en libertad y con sus viejas costumbres. Gracias a todos por vuestra
sabiduría y amabilidad.
Jaky: Gracias por curarme como si fuera uno de los vuestros, gracias a todos.
Naitom: Gracias por vuestra hospitalidad. Caballo Loco… Ha sido un gran
honor luchar contra ti.
Caballo Loco: El honor ha sido mío. Gracias a ti por enseñarme otra forma de
pelear.
Naitom: Sólo otro hombre llegó más lejos que tú luchando contra mí.
Caballo Loco: Debía estar más loco que yo.
Evelyn: La verdad es que si.
Evelyn, Hipólita y Naitom se echaron a reír.
Hipólita: La verdad es que si que está un poco majareta.
Naitom: Simplemente era un hombre que necesitaba devolver la libertad a los
suyos por encima de su propia vida. No estaba loco, estaba desesperado y
tenía mucho que ganar y nada que perder, y cuando un hombre no tiene nada
que perder es muy peligroso.
Caballo Loco: La libertad de mi pueblo y el respeto de mis costumbres es lo
que deseo yo también, ese hombre podría considerarlo como un hermano, me
hubiera gustado conocerlo.
Naitom: Ya le conoces, puedes saludarlo.
Caballo Loco se dirigió a Jaky.
Caballo Loco: Jaky Siempre serás un hermano para mí.
Jaky: Yo no, él.
Le dijo Jaky mientras señalaba a Bily.
Caballo Loco: ¿Él?.
Toro Sentado: Si, él es el elegido.
Caballo Loco: Pero si cualquiera de mis hombres podría vencerlo.
Toro Sentado: Estoy seguro que eso mismo pensasteis de Naitom, y después
te derrotó, y por eso dejé que lucharas contra ellos, para que aprendas a no
subestimar a nadie. Bily tiene algo en su interior que le hace ser mejor, cuanto
mejor es el rival, tiene algo en su interior que hace que su enemigo se
convierta en su amigo, Hipólita casi le mata y Naitom le mató, para poder
devolverle a la vida.
Caballo Loco: Si le mató, significa que no es tan bueno.
Toro Sentado: Recuerda que a ti sólo te dejó inconsciente. Y si a Bily le quitó
la vida por unos segundos, sería por una buena razón.
Naitom: Bily es un hombre valiente y tenaz y un hombre así merece mis
respetos, y sólo tenía dos posibilidades que lo matase yo, o que lo hiciese el
rey birmano después, pero Bily prefería morir en el combate antes que
abandonarlo, así que tuve que darle un golpe mortal para paralizarle el corazón
por unos instantes, para después devolverle a la vida con otro golpe.
Caballo Loco: ¿Y por qué a mí me dejaste inconsciente?.
Naitom: Tú estás entre los tuyos, aquí nadie desea tu muerte y tu pueblo te
necesita para la guerra contra los hombres blancos. Eso no significa que seas
peor guerrero que Bily, simplemente significa, que Bily sólo tenía una salida
que tú no la necesitabas.
Caballo Loco: Gracias por vuestra lección.
Evelyn: Gracias a todos, no olvidéis que las personas no morirán mientras
sean recordados, y que los grandes guerreros serán recordados eternamente.
Bily: Tienes razón Evelyn, nadie muere mientras haya una sola persona en el
mundo, que se acuerde de él, aunque sólo sea un segundo, durante su vida.
Evelyn: Y tú, Naitom, no olvides que Bily ya te ha ganado un combate.
Jaky: Evelyn tiene razón
Naitom: Ese no cuenta, no era un combate, me estaba enseñando un truco
nuevo.
Jaky: Tú también tienes razón.
Bily: Sólo le derribe una vez.
Evelyn: En una pelea a vida o muerte, ese fallo de Naitom, le hubiera costado
la vida.
Jaky: Evelyn vuelve a tener razón.
Naitom: Tienes razón, he cometido un fallo que en otra situación podía
haberme costado la vida. Lo único que puedo hacer es dar las gracias a Bily
por encontrar ese punto débil antes que un enemigo de verdad.
Hipólita: Gracias amigos, os deseo la mejor de las suertes. Mi vida es muy
parecida a la vuestra. La mayoría de los hombres no respetan el modo de vida
de las amazonas, y se piensan que son más fuertes, más valientes y más
inteligentes que las mujeres, y por ello no nos aceptan y quieren acabar con
nuestro pueblo.
Caballo Loco: Así es, los hombres somos más fuertes, más valientes y más
inteligentes que las mujeres, y por eso debéis tener un hombre a vuestro lado.
Toro sentado: En este momento estás pensando igual que el hombre blanco al
que tanto odias.
Caballo Loco: Tienes razón, Toro Sentado. He hablado sin pensar, disculpa
mis palabras Hipólita.
No acaba de decirlo cuando intenta agarrarla para inmovilizarla, pero
Hipólita con su habilidad y fuerza lo aparta y saca su espada como un rayo.
Hipólita: Si quieres que te demuestre lo que te afirmo, estaré encantada, y si
deseas luchar a muerte lo haré, pero recuerda que yo no soy como Bily o
Naitom. En mi tierra ya he matado a muchos hombres.
Evelyn: No es reina de las amazonas por casualidad.
Caballo Loco: Tranquila, sólo quería comprobar tus palabras.
Hipólita: Ya sabes, si realmente quieres tener un duelo contra mí, lo tendrás.
Toro sentado: Caballo Loco, te necesitamos descansado. Amigos coger estos
cinco caballos y lo que necesitéis para partir.
Hipólita: Gracias por tu ofrecimiento.
Naitom: Los caballos y yo no somos muy amigos.
Toro Sentado: Ahora los jefes de cada tribu aquí asentada, debemos
reunirnos, Hipólita nos hubiera gustado que nos acompañases una vez más,
pero debes partir.
Hipólita: Es un honor que queráis que os acompañe en vuestras reuniones y
que contéis con mis opiniones, pero esta vez debemos irnos.
Finalmente todos cogieron sus pertenencias y los caballos, que Toro
Sentado les había regalado y se alejaron del pueblo hacia el sur, a los pocos
minutos se cruzaron con un siux que iba como alma que lleva el diablo, se
miraron entre ellos y comentaron lo sucedido, pero no le dieron importancia,
poco tiempo después comprobaron porque cabalgaba tan deprisa el hombre.
Un batallón formado por tres escuadrones, de unos ciento treinta hombres,
dirigidos por el comandante Marcus Reno, y perteneciente al regimiento del
teniente coronel Custer, se acercaba hacia el campamento.
Bily: Vayamos a avisar a Toro Sentado.
Naitom: Creo que no tardará mucho en enterarse de que el ejército ya está
cerca de ellos.
Jaky: Yo creo que lo mejor es que nos enfrentemos a ellos.
Bily: Si claro. Les rodeamos, yo les ataco por sur, Naitom por el Este, tú por el
Oeste y las chicas les esperan aquí.
Naitom: No mejor nos los repartimos, para mí, la mitad de la derecha y para
vosotros la otra mitad.
Evelyn: Queréis dejar de decir tonterías. Será mejor que volvamos con los
hombres de Toro Sentado.
Hipólita: No creo que haga falta ir muy lejos, seguro que ellos ya vienen
hacia aquí.
Bily no deja de observar los movimientos de los soldados.
Bily: ¿Pero qué hacen?.
Hipólita: Se bajan de sus caballos, habrán decido hacer un ataque sorpresa sin
meter tanto ruido.
Mientras todos seguían hablando, Jaky se bajó del caballo, se adelantó
unos metros, y se escondió detrás de un arbusto. Poco después saca de su
mochila una ametralladora mini uzi, se levanta y se planta en medio del
camino disparando a diestro y siniestro. Con su acto, consiguió que los
enemigos comenzaran la retirada, pensando que eran atacados por cientos de
sioux.
Cuando el grupo de amigos oyó el ruido se bajaron rápidamente de los
caballos y se tiraron al suelo.
Hipólita: ¿Pero qué es eso?.
Bily: Lo mismo que una pistola o un rifle, pero dispara más balas por minuto.
Naitom: Menos mal que ellos no tienen de estas.
Bily: ¿Y eso?, ¿de dónde lo ha sacado?.
Evelyn: Ese es el verdadero motivo por el que murió Gabi, la cogió para verla
un momento, y entonces mi padre aprovechó para comerle el coco.
Bily: La curiosidad mató al gato.
A los pocos segundos, un ejército de unos mil hombres, dirigidos por
Caballo Loco, llegaron a la altura de Bily y compañía, emprendiendo el ataque
contra sus enemigos.
Caballo Loco: HOY ES UN BUEN DIA PARA MORIR.
Gritó Caballo Loco mientras comenzaba a atacar a los soldados, a quienes
provocó la dispersión y confusión por su ataque, ocasionando más bajas
todavía, y obligándoles a replegarse hacia un pequeño bosque.
Mientras Caballo Loco atacaba al comandante Reno y a sus hombres, en
teniente coronel Custer, con más de doscientos hombres llegó a la cima de la
colina situada al norte del campamento de Toro Sentado y sus aliados, desde
donde pudo ver el numeroso campamento, en el cual no daba la impresión de
que estuvieran recogiendo para irse, como le habían comunicado. Ante su
error de enviar al capitán Frederick Benteen al sudeste, para acabar a todos los
pieles rojas que intentasen huir por ahí, el teniente coronel Custer envió a un
hombre a llamar al capitán Benteen, quien portaba la mayor parte de la
munición
Evelyn: CABALLO LOCO, ESTÁN ATACANDO EL CAMPAMENTO,
POR EL NORTE.
Cuando Caballo Loco se dio la vuelta vio el ejército de Custer intentando
cruzar el rio para atacar el campamento. Caballo Loco ordenó a un grupo
numeroso de guerreros seguir hostigando al comandante Reno quien ante la
lluvia de flechas y balas de los winchester de los nativos, al Comandante
Reno, no le quedó más remedio que ordenar la retirada a sus hombres,
cruzando el rio.
Mientras tanto, hacia el norte del campamento de Toro Sentado y sus
aliados, el teniente coronel Custer se disponía a atacar a sus rivales por
sorpresa, pero lo que no sabía el teniente coronel es que Caballo Loco sabía de
su posición y este se adelantó a su ataque, rodeando con su ejército al del
teniente coronel Custer, quien decidió subir con su escuadrón a lo alto de una
colina, parapetarse y así tener una posición dominante y resistir hasta que
llegasen los refuerzos.
Al ver la maniobra, Caballo Loco decidió agrupar a numerosos guerreros
para rodear la colina y cortar la retirada al teniente coronel Custer, quien en
pocos minutos se vio rodeado por más de mil guerreros. Los hombres de Toro
Sentado y sus aliados tenían dos ventajas, su superioridad en número y el uso
de arcos, además de los fusiles, pues mientras que con los fusiles es necesario
exponerse para ver al enemigo y así poder abatirle, con los arcos y sus flechas,
se pueden resguardar y utilizarlos sabiendo la posición del enemigo de una
manera aproximada. Los matorrales del terreno y las irregularidades del
mismo daban una ventaja extra a los nativos para atacar a Custer con sus
flechas y acercarse sin ser vistos
Durante el ataque de Custer a los sioux y sus aliados, el capitán Bentenn,
con más de cien soldados cambió de rumbo al no avistar ningún enemigo, para
rencontrarse con el comandante Reno.
Mientras unos aliados atacaban a los soldados a caballo con sus fusiles,
otros les enviaban una lluvia de flechas. Los soldados que quedaban en pie
mataron a sus caballos para poder protegerse tras ellos, pero eso no les sirvió
de mucho y en menos de media hora el ejercito del general Custer había sido
vencido sin dejar ningún superviviente, bueno si, un caballo, curiosamente,
llamado comanche.
La derrota del general Custer se debió a varios errores, no hacer caso a
sus guías crow, quienes le advirtieron de que habían avistado el campamento
de sioux más grande jamás visto. El general Custer tenía orden del general
Terry de esperar hasta el día veintiséis, para atacar de forma conjunta a los
nativos, la impaciencia del general Custer, su arrogancia y su afán de
protagonismo, pues no estaba dispuesto a esperar al resto del ejército, que
también se dirigía a Big Horn. Custer aceleró el ritmo de marcha de sus
soldados, de modo que en un día ya había recorrido ciento diez kilómetros,
cuando ordenó el descanso, la noticia de que sus enemigos estaban a menos de
veinticinco kilómetros y que se disponían a levantar el campamento, hizo que
Custer ordenase continuar la marcha de noche, y así poder atacar a los sioux y
sus aliados antes de que se fuesen.
Esto también fue facilitado debido a que el general Custer quería
adelantarse al general Gibbon para acabar con los nativos y llevarse él toda la
gloria, lo cual hizo que su ejército prescindiese de las ametralladoras Gatling y
así poder forzar a sus hombres a ir más rápido, quienes llegaron cansados al
momento de la batalla. Pero el teniente coronel Custer cometió otro par de
errores más, dividir su regimiento en cuatro batallones, donde realmente
necesitaría un ejército entero, para atacar desde varios flancos a sus rivales, y
pensar que sus enemigos iban a huir ante la primera ofensiva, como hacían
siempre. Otra desventaja de los soldados era el uso de carabinas de un solo
disparo contra el uso de Winchester de sus rivales, de trece disparos, si la
lucha hubiera sido en campo abierto quizás la cosa hubiera cambiado, pero el
campo de batalla se produjo en un valle lleno de matorrales, árboles y terreno
desigual, además de no contar con sus sables.
Cuando todo acabó, Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky se reunieron
con Toro Sentado.
Toro Sentado: Debéis iros.
Bily: Cuidaros. Se avecinan tiempos muy duros.
Bily y sus amigos cogieron los caballos y se fueron, pero esta vez
decidieron irse al este. Horas más tarde se encontraron con una caravana de
buscadores de oro. Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom y Jaky se acercaron a ellos.
Bily: Será mejor que os deis la vuelta. Ir hacia el oeste es muy peligroso.
Buscador 1: El ejército ha ido para acabar con esos salvajes.
Hipólita: Esos salvajes como tú dices son personas que defienden la tierra que
ha visto nacer, vivir y morir a su pueblo, son personas que defienden su modo
de vida. ¿Tú a qué vienes aquí?.
Buscador 2: Venimos a buscar oro a las montañas, para poder dar de comer a
nuestras familias.
Bily: ¿Por qué no vais a buscarlo a los ríos?.
Buscador 1: En los ríos se encuentra poco y mal. En cambio, en las montañas,
con un poco de dinamita, la suerte cambia.
Hipólita: ¿Por qué no vivís de lo que la naturaleza os da sin destruir nada,
como han hecho ellos durante generaciones?.
Buscador 1: Trabajando las tierras no se hace uno rico.
Hipólita: Entonces, ¿a qué venís, a conseguir oro para dar de comer a vuestras
familias, o a haceros ricos?
Bily: Vamos, ¿qué lo que queréis es destruirlo todo y después iros como si
nada?.
Buscador 2: Para eso está.
Hipólita: Debería mataros a todos ahora mismo.
Buscador 1: Atrévete.
Hipólita saca su espada y se la pone en el cuello al hombre, quien coge su
revólver y apunta a la mujer en el pecho.
Bily: Tranquilízate Hipólita.
Evelyn: Vayámonos, deja que se vayan al oeste, quizás con un poco de suerte
se vuelven a encontrar con los sioux y alguno de sus amigos.
Jaky: Como para decir que no.
Los cinco amigos siguen su camino, pero poco después oyen a sus
espaldas gritos y disparos.
Bily: Vamos, debemos ayudarlos.
Hipólita: No Bily, se lo dijiste una vez, y por ansiar ser ricos no te hicieron
caso. ¿Acaso es necesario arriesgar tu vida por alguien que no respeta la vida
de los demás?.
Evelyn: Bily, Hipólita tiene razón, unos defienden su modo de vida, mientras
que los otros no respetan nada ni a nadie con tal de conseguir ser ricos.
Jaky: El intentar salvar a esos hombres, aun sabiendo lo que piensan te honra,
pero si vamos, no sería justo para los nuestros nuevos amigos.
Hipólita: Yo si voy, es para acabar con los buscadores esos.
Bily: Pero les van a matar a todos.
Evelyn: Ellos han elegido su destino.
Jaky: Vámonos, que ojos que no ven, corazón que no siente.
Finalmente consiguieron convencer a Bily, para seguir su camino.
Cinco días más tarde, el grupo de amigos llega a Deadwod, un poblado
formado por una larga calle en la que hay multitud de casetuchas a ambos
lados y diversas edificaciones de dos plantas, donde los primeros buscadores
de oro de las montañas Black Hills, intentaban descansar un poco de su
azaroso día, mientras soñaban con hacerse ricos. Evidentemente en lugares
como estos no falta el típico oportunista, un banco a un lado, un salón por el
otro lado, una tienda por aquí, una barbería por allí, un hotel que daba miedo,
más allá. El poblado era un constante ir y venir de gente. Unos carros se
marchaban y otros llegaban. Había jinetes con sus caballos pasando por las
calles sucias, malolientes y completamente descuidadas.
Hipólita: ¿Qué hacemos ahora?.
Bily: Yo creo que lo mejor es ir a buscar oro…, al rio, evidentemente, o
intentar vender las armas que hemos conseguido, quizás saquemos algo de
dinero para pasar la noche en el hotel.
Bily se queda pensativo mientras observa el salón del pueblo.
Evelyn: ¿Dónde vas Bily?.
Bily: Al salón, en las películas de vaqueros, siempre hay partidas de póker,
quizás tengamos suerte y podamos ganar algo de dinero.
Evelyn: ¿Tú sabes jugar al póker?.
Bily: No, pero sé jugar al mus, que es parecido.
Jaky: Pero que es eso del mus. Déjame, que juego yo, que de esto controlo.
Bily: Como tú quieras, pero como pierdas te dejamos aquí, para que trabajes
de sheriff.
Al cabo de un rato, Jaky, había sido desplumado, vamos, había perdido,
los caballos, las pistolas y hasta su ropa, entonces, sucedió lo inevitable.
Bily: Pero no decías que sabías jugar.
Jaky: Si, sé jugar, pero lo de ganar no depende sólo de mí.
Hipólita: Ahora no tenemos, ni dinero, ni fusiles, ni revólveres, ni caballos,
sólo nos quedan los bastones.
Naitom: Mientras vosotros estabais aquí parados he encontrado algo que nos
puede ayudar. Seguirme.
Bily, Evelyn, Hipólita y Jaky siguieron a Naitom hasta el Cricket Saloon,
establecimiento todavía más andrajoso que el anterior. Cuando llegaron vieron
un gran corro de hombres gritando. Era un lugar donde se hacían peleas. En el
momento de su llegada, había un hombre de un metro y noventa centímetros,
más o menos, y unos ciento cuarenta kilogramos de peso.
Jaky: Has tenido una gran idea, voy a luchar un rato que estoy muy cabreado.
Naitom: Si ese es tu deseo, adelante.
Hombre: ¿QUIÉN QUIERE COMPETIR AHORA?. SI CONSIGUE
DERRIBAR A NUESTRO CAMPEÓN GANARÁ SUFICIENTE DINERO
COMO PARA EMBORRACHARSE TODO EL DÍA, Y SI PIERDE POR LO
MENOS GANARÁ DINERO PARA UN VASO DE WHISKY.
Jaky: YO, YO QUIERO PELEAR.
Hombre: AQUÍ TENEMOS OTRO VALIENTE. No valen, golpes bajos, ni
mordiscos, ni tirar del pelo o de las orejas.
Jaky: Ok.
Hombre: QUE COMIENCE DEL COMBATE.
No había comenzado el combate y Jaky ya estaba en el suelo sin
conocimiento.
PPPLLLAAAAASSSS.
Bily: Madre mía. Menudo tortazo. Seguro que se le ha pasado el cabreo.
Naitom: Espero que todavía tenga todos los dientes en su sitio.
Evelyn: Yo creo que todavía le están temblando las orejas.
Hipólita: Eso le está bien por jugar con el dinero de todos.
Hombre: PARECE QUE EL HOMBRE VALIENTE NO HA RESISTIDO
MUCHO. ALGUN OTRO QUE SE ATREVA.
Bily y Naitom van a recoger a Jaky.
Bily: Vamos a por él, a ver si echándole un poco de agua fresca por encima, lo
espabilamos.
Naitom: Tú primero, que a mí me da la risa.
Bily se adelanta un poco a Naitom para ir a recoger a Jaky.
Hombre: AQUÍ SALE OTRO VALIENTE.
Según oye lo que dijo el hombre, Bily se para.
Bily: No, yo…, si solo iba a recoger a este hombre.
Hombre: VAMOS SEÑOR, LE DARÉ EL DOBLE QUE AL ANTERIOR.
Bily se da la vuelta para hablar con Naitom.
Bily: Has estado hábil eh: “Tu primero, que a mí me da la risa”.
Naitom no puede dejar de reírse.
Naitom: Ves… no puedo dejar de reírme.
Bily: Cuando acabe con él, te las veras conmigo.
Naitom: Como quieras. Pero, ¿acaso piensas ganar a ese hombre?.
Bily: Si pensase que no le iba a ganar, saldría corriendo de aquí.
Hombre: Las reglas del combate son sencillas, no valen, golpes bajos, ni
mordiscos, ni tirar del pelo o de las orejas.
Bily: De acuerdo.
La pelea dio comienzo, y como un rayo Bily le asestó varios puñetazos en
el estómago, que sólo le hicieron cosquillas a su contrincante, quien le lanzó
un puñetazo al rostro de Bily, pero consiguió esquivarlo, Bily seguía con su
bailecito, como le había enseñado Naitom, pequeños saltitos, hacia adelante,
hacia atrás, hacia un lado y hacia el otro, atacando como una centella y
retirándose más rápido todavía.
Mientras Bily seguía peleando Jaky se recuperó milagrosamente.
Naitom: Tú, te has recuperado demasiado rápido.
Jaky: Es parte del plan.
Naitom: ¿Qué plan?.
Jaky: Yo me dejo ganar en el primer golpe, todos estos piensan que somos
unos “mindundis”, entonces entra Naitom a pelear, y apostamos los caballos a
que gana Naitom, y ya está.
Naitom: Se te han pasado varias cosas por alto con tu plan, primero que los
caballos no son nuestros, segundo que nadie sabía cual era tu plan y tercero
que yo soy Naitom.
Jaky: Primero, ellos no saben que los caballos ya no son nuestros, segundo, si
os cuento cual es mi plan, no hubierais aceptado, y tercero… si tú eres
Naitom… dile a Bily que se deje ganar… pues si que me ha dejado tocado el
golpe.
Bily cada vez tenía más cansado a su rival y más enojado, al cabo de unos
diez minutos y cuando el corro de hombres más gritaba, el rival asestó un
golpe en todo el estómago a Bily que le dejó patas arriba, en ese momento
Naitom se le acercó.
Naitom: Si te encuentras mal, retírate.
Bily: Pero, si ya le tengo donde quería.
Bily se volvió a levantar para seguir con su estrategia, seguía golpeando a
su rival donde pillaba con sus puños, en otro de los ataques de Bily, su rival le
asestó otro puñetazo en la cara, que le envió otra vez al suelo, pero está vez
Bily no se levantó. Jaky fue a cogerlo para llevárselo a un rincón donde fue
atendido por Evelyn e Hipólita.
Jaky: Menos mal que has seguido con el plan, que si te da por ganar, nos
matan.
Bily: Plan. ¿Qué plan?. ¿Qué hiciste ahora?.
Jaky: Ya te enterarás.
Hombre: MI LUCHADOR HA VUELTO A GANAR A OTRO BRAVO
HOMBRE. ¿QUIÉN QUIERE SER EL SIGUIENTE?, AHORA QUIEN LE
GANE LE DAREMOS CINCO DÓLARES. ANIMENSE CABALLEROS,
AHORA MI LUCHADOR ESTÁ MÁS CANSADO. Y SERÁ MÁS FÁCIL
GANARLE.
Naitom: Yo lucharé.
Hombre: Está usted seguro caballero. Tenga en cuenta que nosotros, no nos
hacemos cargo de los daños que puedan ocasionarle.
Naitom: Déjese de tonterías, no tengo miedo.
Hombre: AQUÍ TENEMOS OTRO HOMBRE VALIENTE, QUE
COMIENCE LA PELEA.
No hace más que decir que comience la pelea cuando el luchador se
abalanza sobre Naitom, quien se protegió con sus puños, y le arrea dos
tortazos que lo sentó en el suelo. Todo el mundo comenzó a apostar por el
luchador de gran tonelaje excepto Jaky que apostó todos los caballos por
Naitom.
Bily: Pero tú estás tonto. Que no son nuestros.
Jaky: Y que más da, si va a ganar Naitom..
Según se levantó Naitom, otro puñetazo que le asestó en todo el
estómago, pero está vez Naitom le golpeó con sus pies, las rodillas de su rival,
mientras este se dolía de su punto más débil, Naitom se levantó de un brinco y
con su rodilla le golpeó a su rival en la cabeza, enviándolo al suelo, quien
intentó levantarse de nuevo, pero finalmente Naitom con una patada circular al
rostro de su oponente, consiguió derribarlo definitivamente. Al hombre que
dirigía el combate no le quedó más remedio que poner buena cara y dar por
vencedor a Naitom. Pero había una sorpresa, el dueño del chiringuito, Al
Swearengen, que se había dado cuenta de la jugada de los cinco amigos,
protestó y consiguió alterar a toda la muchedumbre contra ellos, de tal modo,
que antes de que se retirase Naitom con sus cinco dólares, y Jaky con los
caballos ganados y todas las ganancias correspondientes, obligó a Naitom a
pelear de nuevo. De un rincón oscuro, salió un hombre mulato, de más de dos
metros y con unos brazos como las piernas de Naitom.
Al Swearengen: Pelearas de nuevo contra Fredo Silva, pero esta vez por tu
vida y la de tus amigos, si ganas saldréis de aquí con vida, pero si pierdes, a
los hombres os colgaremos de un árbol.
Naitom: No tengo miedo a pelear, pero antes dejemos una cosa clara. ¿Cómo
me vas a obligar a que pelee y a que te entregue mis ganancias?.
Al Swearengen: Mira a tus amigos.
Naitom: Si ya les veo, después les preguntaré que les han hecho esos hombres
para que les tengan puestas sus espadas en el gañote.
Según le dice eso Naitom, el hombre se gira y ve como sus pistoleros
están desarmados y tienen las espadas de Bily, Evelyn e Hipólita al cuello,
mientras que Jaky con su pistola tiene bajo control a otro par de ellos.
Al Swearengen: Hoy en día no se puede confiar en nadie.
Naitom: Nos podríamos ir de aquí sin más, pero lo peor de esta vida es la
venganza, y por eso pelearé, tú sacarás el beneficio que puedas con la pelea y
a cambio nos dejarás a mis amigos y a mí tranquilos.
Al Swearengen: Has elegido bien, pues la otra opción para hacerte pelear era
denunciaros al Sheriff. Sé lo de los caballos.
Naitom: Ya he aceptado a luchar, así que no hay necesidad de decirle nada a
nadie.
Al Swearengen: Acepto, pero os propongo que trabajéis para mí, a cambio os
haré ricos.
Naitom: Somos libres y deseamos seguir siendo libres.
Hipólita: Ni por todo el oro que contienen las montañas que les habéis robado
a los sioux, nos pondremos bajo tus órdenes.
Evelyn: Preferimos la libertad al oro.
Al Swearengen: Como queráis. Preparaos que en cuanto indique comenzará la
pelea.
Ambos luchadores se pusieron uno enfrente del otro, mientras Fredo Silva
permanecía inmóvil, Naitom comenzó a hacer su típica danza, todos los
presentes se quedaron callados y extrañados ante semejante espectáculo, hasta
que el hombre que dirigía la pelea reaccionó y de un grito dio comienzo la
pelea. Naitom se abalanzó sobre su rival para asestarle un golpe en la cara,
pero este apenas se inmutó, cuando Naitom volvió a atacar a Fredo Silva, éste
se revolvió y le propinó un mamporro a Naitom en un costado que lo envió
contra la barrera de hombres que formaban el circulo de combate. Las
apuestas comenzaron a decantarse del lado de Fredo Silva, mientras, Jaky no
quería apostar, Bily le convenció de que apostase todo a favor de Naitom.
Naitom enseguida entendió que estaba ante un gran luchador, no
demasiado ágil, pero si tremendamente fuerte, así que no le quedó más
remedio que poner en práctica todo lo que el muai thai le había enseñado. Al
momento una lluvia de codazos, puñetazos, rodillazos y golpes de todo tipo le
cayeron a Fredo Silva, quien poco a poco iba acusando el desgaste de esos
golpes, Fredo Silva intentaba golpear a Naitom, pero este conseguía esquivar
casi todas las envestidas de su rival. Después de quince minutos Fredo Silva
ya se tambaleaba.
Naitom: Será mejor que te rindas, esta pelea no es contra ti.
Fredo Silva: A mí me pagan por pelear, y he de cumplir con mi trabajo.
Mientras me tenga en pie seguiré luchado, si tú has hecho que me tambaleé y
también puedo hacer que tú te tambalees.
Naitom: Está bien, como desees.
Naitom volvió a atacar a Fredo Silva, pero esta vez con la intención de
derribarle, su rival se seguía manteniendo en pie.
Bily: Al Swearengen. Será mejor que pares el combate. Yo he visto a este
hombre derrotar a diez grandes luchadores de forma consecutiva para salvar a
su pueblo.
Al Swearengen: Ves esos hombres gritando, quieren que haya una pelea justa
y que uno de los dos hombres quede KO, para eso apuestan y para eso pago a
Fredo Silva, para que sólo quede él en pie al final del combate.
Bily: Como tú quieras, pero Fredo Silva, nunca ganará a Naitom, y si él
quisiese le quitaría la vida de un golpe, como hizo conmigo.
El hombre se le queda mirando fijamente a Bily.
Bily: Bueno, después unas amigas me devolvieron a la vida, y aquí estoy.
Al Swearengen: No me impresionas, ya he visto como te derrotó al anterior
luchador.
Bily: Si volviese a pelear contra él, ¿por quién apostarías?...
Poco después Naitom consiguió derribar otra vez a su oponente, quien
cayó desplomado al suelo, pero su orgullo y fuerza eran tremendas y volvió a
levantarse, mientras Fredo intentaba incorporarse, Naitom se dirigió hacia él a
la carrerilla, puso su pie derecho, sobre la rodilla izquierda de su rival, en
cuerpo de Naitom estaba completamente estirado con su codo derecho en su
máxima altura, y de un impresionante golpe con su codo, de arriba hacia
abajo, en la cabeza de su oponente, dejó KO instantáneamente a Fredo. El juez
de la pelea se dirigió hacia Fredo Silva, temiéndose lo peor.
Naitom: No te preocupes por él, sólo está inconsciente. Paga lo que debes y
no olvides lo hablado. Bily no ha matado a nadie, yo solo lo he hecho en
defensa propia, Jaky, una vez fue su trabajo, Evelyn por causas del destino
pero Hipólita, la rubia de esas dos mujeres, no dudaría en acabar contigo ni un
solo instante, es más estaría encantada de hacerlo, con un tipo como tú.
Una vez acabado el combate, cuando salían del salón, se cruzaron con una
mujer bien vestida quien portaba en su cuello un collar con una hermosa y
brillante amatista. Cuando Bily la vio, se dio la vuelta y pudo observar como
se ponía a hablar con Al Swearengen, quien resultó ser su marido.
Nettie: ¿Cómo han ido las peleas?.
Al Swearengen: Hoy ha sido un día malo, muy malo. Han llegado unos
hombres nuevos a la ciudad que espero que se vayan pronto.
Nettie: Hablando de irse, que no se te olvide que mañana me voy y quiero que
Fredo Silva venga conmigo.
Al Swearengen: Si se recupera, irá contigo.
Nettie: ¿Que le ha pasado de Fredo?.
Al Swearengen: Que ya no es el hombre más fuerte de Deadwood.
Nettie: Llevarlo al médico a que le atienda.
Mientras Al Swearengen hablaba con su mujer, se les acerca Bily.
Bily: Hola bella dama. Quería preguntarle por ese precioso y llamativo
colgante.
Nettie: Es un regalo de mi abuela, que a su vez se lo regaló su abuela.
Bily: ¿Dónde puedo conseguir una amatista como esa?, porqué supongo que
usted no la venderá.
Nettie: No, no está en venta, y no sé, donde podría conseguir una igual o
parecida, supongo que tendrás que viajar a Europa.
Bily: Ha sido un placer conocerla, disculpe las molestias y la intromisión.
Nettie: No te preocupes. Siempre es un placer hablar con un hombre tan
educado y que se interesa por las joyas.
Bily: El placer ha sido mío. Hasta pronto.
Nettie: Hasta pronto.
Al momento, Bily vuelve a reunirse con sus amigos.
Bily: Tengo buenas noticias. La mujer del hombre que dirige todo este cotarro
tiene una amatista, que seguro que es la que buscamos, y esta mujer se va
mañana de viaje en una diligencia, sólo tenemos que asaltar la diligencia,
arrebatarle la amatista e irnos a la cueva.
Jaky: Así sin más. Fácil y sencillo.
Evelyn: El hombre ese nos tiene vigilados y seguro que tiene ganas de acabar
con nosotros. No buscará más que una excusa para conseguirlo.
Bily: Bueno, pues vamos a ver si hay plazas libres para viajar en la diligencia
y así le damos el palo por el camino, cuando quiera darse cuenta su marido ya
estaremos a kilómetros de aquí.
Evelyn: Eso me gusta más. Pero será mejor que vayas a ese médico a que te
cure mientras nosotros preguntamos por la diligencia.
Mientras Evelyn, Hipólita y Jaky van a preguntar por el viaje de la
diligencia, Bily y Naitom se dirigen hacia el local del médico, pero antes
pasan por delante de una barbería.
Bily: Creo que es buen momento para que nos afeiten.
Naitom: Si, a mí ya me pica la barba.
Una vez afeitados se dirigen al médico, cuando Bily y Naitom llegan a la
consulta ven a Fredo Silva tendido en una cama y a Nettie a su lado.
Bily: Esto no es un médico, es un matasanos, esto está más sucio que el palo
de un gallinero.
Naitom: Pues no lo veo tan mal.
Médico: ¿Que desean ustedes?.
Bily: Una tirita y un poco de mercromina.
Médico: ¿Qué?.
Naitom: Nada, que venimos a ver a Fredo Silva.
Bily sigue observando todo lo que hay alrededor, hasta que ve un bote
con cloroformo, y le dice a Naitom en voz baja.
Bily: Entretén al médico, que he visto algo que puede sernos útil.
Naitom: Ok… Doctor, ¿cómo se encuentra, Fredo Silva?, ¿se recuperará
pronto?, ¿le quedarán secuelas?, ¿podrá volver a pelear?.
Médico: Haces demasiadas preguntas, Fredo Silva, está bien y ya puede irse,
aunque debe guardar reposo.
Naitom: Ok, ya nos lo llevamos.
Bily y Naitom acompañaron a Fredo Silva y Nettie al Cricket Saloon,
donde dejaron a Fredo sentado en una silla, apartada.
Naitom: Perdona por la pelea, pero es que…
Fredo Silva: No te preocupes, es mi trabajo, y ya cuento con ello cuando
salgo a pelear. Me has recordado que no soy el más fuerte y que necesito
entrenar.
Bily: Pues, a descansar y a recuperarse pronto. A las buenas noches.
Nettie: Gracias por ayudar a Fredo a llegar hasta aquí. Buenas noches
Naitom: Hasta mañana.
Fredo Silva: Hasta mañana.
Cuando iban a salir del salón, Bily vio a Jaky sentado en una mesa de
juego dentro del salón.
Bily: Ven Naitom, he visto a Jaky jugando al póker.
Bily y Naitom se acercaron a Jaky.
Bily: ¿Pero qué haces aquí?.
Jaky: Intentando recuperar el dinero que he perdido, y mi ropa.
Bily: Déjalo, eso ya pasó, olvídate del dinero, ahora ya tenemos el que
necesitamos.
Naitom: Vamos Jaky.
Jaky: No me moveré hasta que lo recupere. O por lo menos mi ropa.
Bily: Seguro que con el dinero que has perdido, ya hubieras comprado ropa
nueva.
Jaky: Ya, pero a mí me gustaba mi ropa.
Naitom: A todo esto, ¿dónde están las mujeres?.
Jaky: Están en el hotel.
Naitom: Voy hasta allí.
Bily: Yo me quedo intentando convencer a Jaky.
Naitom se fue en busca de las chicas y cuando estaba llegando al hotel,
las vio sentadas tranquilamente conversando, en un banco de madera en el
porche.
Naitom: Hola chicas. ¿Cómo habéis dejado a Jaky ir a jugar al póker?, espero
que no se haya llevado todo el dinero.
Evelyn: ¿Pero no teníais vosotros el dinero?.
Naitom: No, nosotros pensábamos que lo teníais vosotras.
Evelyn e Hipólita se quedaron mirando una para la otra. Cuando de
repente se levantan y salen corriendo hacia el Cricket Saloon.
Hipólita: A nosotras nos dijo que se iba con vosotros.
Evelyn: Seguro que Jaky tiene todo el dinero.
Naitom: ¡QUE!
Al momento Evelyn, Hipólita y Naitom llegan al Cricket Saloon, y se
ponen al lado de Bily, que estaba observando la partida.
Evelyn: Bily, dime que está ganando.
Bily: Hasta ahora si, pero está eufórico y se ha apostado todo el dinero que
llevaba encima, en esta mano.
Evelyn: No será verdad. Tiene todo el dinero que ganamos en las peleas.
Bily: Hay que hacer algo.
No acaba de decirlo, cuando Jaky saca su escalera de tréboles, siendo su
carta más alta el rey. Bily suspira aliviado.
Naitom: Eso es bueno.
Bily: Si a esta jugada y en este modo de juego, sólo hay una jugada que le
gane, y es muy difícil de conseguirla.
Evelyn: Si, es difícil, pero no imposible, así que hay que esperar.
Jaky: Es hora de que enseñes tus cartas.
Wild Bill Hickok: Tu jugada es muy buena. Pero no tanto como la mía.
Wild Bill Hickok pone su escalera real de corazones sobre la mesa, al
tiempo que se dispone a recoger todas sus ganancias.
Evelyn: ¡TRAMPOSOS!, OS VAIS A ENTERAR DE LO QUE LE PASA A
LA GENTE QUE HACE TRAMPAS A MI AMIGO.
Wild Bill Hickok: Nosotros no hemos hecho trampas, será mejor que os
vayáis.
Bily: Si ella dice que habéis hecho trampas, es que algo ha visto.
Otro de los jugadores que había sentado en la mesa saca su revólver y
apunta a Bily.
Charlie Utter: Si Bill dice que no ha hecho trampas, es que no ha hecho
trampas.
Rápido como un relámpago, Naitom con su bastón golpea al hombre en
su mano, haciéndole soltar su arma, en un momento se montó la marimorena,
puñetazos, sillas rotas, patadas, hombres volando por la ventana, codazos,
botellas por los aires, pocos minutos después cuando estaban todos
desparramados por los suelos llega el sheriff con sus hombres.
Seth Bullock: ¡ALTO!
Bily: Nosotros, ya nos íbamos.
Seth Bullock: ¡HE DICHO QUE ALTO!.
La mirada del sheriff se clavó en los ojos de Bily. El cuerpo de Bily se
estremeció, como nunca lo había hecho.
Seth Bullock: ¿Qué ha sucedido aquí?.
Fredo Silva se levantó de la silla en la que había observado lo sucedido.
Fredo Silva: Sheriff, he jugado una partida al póker, he perdido y hemos
acabado así.
Seth Bullock: No te creo, pero si tú lo dices. Pasarás la noche en el calabozo.
En cuanto a vosotros, habéis tenido suerte de que no haya ningún muerto, será
mejor que os vayáis de la ciudad, o acabareis mal.
Cuando el Sheriff se llevaba a Fredo, Wild Bill Hickok, se cruzó con ellos
y le dijo al preso en voz baja, intentando que Seth Bullock no oyera nada.
Wild Bill Hickok: Fredo, vigila tu espalda.
Bily cogió de la mesa de juego la parte de dinero que había apostado
Jaky, dejando el resto, y se fue con sus compañeros en busca de los caballos
para irse de la ciudad.
Evelyn: Ahora, ¿dónde vamos?.
Bily: ¿Hacia dónde se dirigía la diligencia?.
Evelyn: Hacia el este.
Bily: Pues hacia allí iremos, esperemos que haya un poblado donde poder
descansar las posaderas de cabalgar en estos caballos. ¿No podemos conseguir
una silla como la que usan los demás?.
Evelyn: Tienes razón, habrá que conseguir unas sillas.
Bily: Ahora que me acuerdo, estos caballos ya no son nuestros, los nuestros
son esos otros, que además ya están ensillados.
Bily desata los caballos que Toro Sentado les había regalado y les arrea
para que se vayan del poblado.
Evelyn: ¿Qué haces?.
Bily: Estos tipejos no merecen tener unos caballos como estos. Sólo deseo que
lleguen hasta Toro Sentado.
Hipólita: Ni estos ni ninguno.
Todos montaron sus caballos.
Bily: Antes de irnos debemos hacer algo.
Bily se dirigió a los calabozos.
Seth Bullock: ¿Qué quieres?.
El tono de voz del sheriff volvió a conseguir que se estremeciera todo el
cuerpo de Bily en un acto reflejo.
Bily: ¿Cuánto vale la fianza de Fredo Silva?.
Seth Bullock: Fredo Silva pasará aquí la noche.
Bily: Estas reteniendo a un hombre por una simple pelea. Ten en cuenta que
para que haya una pelea tiene que haber al menos un contrincante.
Seth Bullock: Tienes razón, por listo te voy a meter a ti también en el
calabozo.
Antes de que se diera cuenta el sheriff ya tenía una espada cerca de su
cuello.
Bily: Detienes a un hombre sin pruebas, intentas detener a otro hombre sin
pruebas, no detienes a otros muchos por el simple hecho de estar
inconscientes, ¿qué tipo de sheriff eres, justo o corrupto?.
Seth Bullock: Está bien, le soltaré. Pero tú y tus amigos iros de la ciudad sin
demora.
Bily: Ves, hablando se entiende la gente. Si hubieses pensado mejor las cosas,
ahora tendrías algo más de dinero, para los gastos de la estrella.
El sheriff soltó a Fredo Silva, quien salió con Bily a la calle.
Fredo Silva: Gracias.
Bily: Gracias a ti, por salvarnos. La verdad es que no dijimos nada antes,
porque necesitábamos algo de tiempo para solucionar unos asuntos, y dentro
del calabozo, no hubiéramos podido, además de que nos hemos hecho muchos
enemigos, quienes tienen ganas de acabar con nosotros. Gracias otra vez y
adiós amigo.
Fredo Silva: Estoy cansado de esta vida, puedo irme con vosotros.
Bily: Como quieras, serás bien recibido. Pero nosotros tenemos una vida que
no es la que parece.
Fredo Silva: Me da igual, cualquier cosa es mejor que esto.
Bily: Pero nosotros nos iremos pronto de aquí.
Fredo Silva: Yo también quiero irme de aquí.
Bily: Bueno, da igual, vayámonos, que más tarde te lo explicaremos todo.
Bily, Naitom y Fredo Silva se reunieron con el resto del grupo, que les
estaba esperando.
Bily: Chicos, necesitamos un caballo más. Fredo quiere venirse con nosotros.
Evelyn: No hay problema, escoger uno cada uno que nos vamos.
Fredo Silva: Pero estos son los caballos de Wild Bill Hickok. Nos matará.
Hipólita: Ve acostumbrándote, en todos los sitios por donde pasamos, alguien
nos quiere matar. No sé como lo hacemos, pero salimos de todos los sitios
corriendo.
Evelyn: Bily, otra vez que te has equivocado. ¿No eran estos los caballos que
ganamos en las apuestas?.
Bily: Cuando apostamos los caballos, los otros hombres nos indicaron estos
caballos.
Hipólita: También puede ser que los hombres de las apuestas se fueran con
los caballos que perdieron, antes de que nosotros los cogiéramos.
Naitom: O eso, o que se apostaron caballos que no eran suyos.
Jaky: De cualquier modo, ahora estamos montados en unos caballos, que no
son nuestros, pero es que además su dueño nos quiere matar.
Naitom: Al final, hasta resulta divertido.
Evelyn: Dejaros de tonterías y vayámonos, que comienzan a oírse voces
dentro.
Cuando estaban a las afueras de Deadwood.
Bily: ¡QUIETOS PARAOS!,
Evelyn: ¿Qué pasa ahora?
Bily: He tenido una idea. ¿Habéis sacado algún billete para la diligencia?
Evelyn: No, no quedaban.
Bily: Bueno, algo se me ocurrirá. Fredo Silva no ha hecho nada y nadie le
persigue, excepto que Wild Bill Hickok te quiere matar. Así que si no te
importa quedarte en la ciudad una noche más conmigo, después nos
reuniremos con el resto del grupo.
Evelyn: ¿Qué idea de bombero se te ha pasado por la cabeza?.
Bily: Nettie la mujer de Al Swearengen, va a viajar con su collar de amatista
en la diligencia, y quiere que le acompañe Fredo Silva, que ya está harto de su
vida y quiere hacer un cambio. Así que yo me las apañaré de algún modo para
coger la diligencia. Donde a vosotros os parezca la asaltáis y ponemos pies en
polvorosa. Wild Bill Hickok no sabrá donde estamos. Cuando Al Swearengen
se de cuenta de que hemos robado a su mujer y de que Fredo Silva ya no está
con él, nosotros estaremos muy lejos.
Hipólita: Parece una buena idea.
Evelyn: Ten cuidado. Y no olvides, esperarte lo inesperado.
Naitom: Cuídate.
Bily: Hasta pronto.
Bily y su nuevo amigo, se apearon de los caballos y volvieron sobre sus
propios pasos. Fredo Silva llevó a Bily hasta una gran casa por una calle
secundaria, antes de entrar en ella, cogió un vestido de mujer, que había en un
tendal y se lo dio a Bily.
Fredo Silva: Toma, ponte esto.
Bily: Pero, ¿por qué tengo que ponerme esto?.
Fredo Silva: Por si acaso.
Bily: Todo el mundo se empeña en que yo vaya vestido de mujer.
Finalmente Bily se pone el vestido, y ambos entran en la casa, y sin
demora, se dirigen hacia la habitación de Fredo, situada en la segunda planta.
Justo antes de que entre Fredo, éste oye una voz tras de si.
Al Swearengen: Buenas noches Fredo.
Fredo Silva: Buenas noches, señor.
Al Swearengen: ¿Quién es tu acompañante?.
Fredo Silva: Una prima mía que acaba de llegar a la ciudad.
Al Swearengen:¡Si!, ¡ya!, ¡claro!, ¡una prima!.
Fredo Silva: Si, una prima de mi lejano Brasil.
Al Swearengen: No pierdes el tiempo, eehh, ¡pillín!.
Fredo Silva: Si usted no desea nada más de mi…
Al Swearengen: ¿No me la vas a presentar?.
Fredo Silva: Mañana por la mañana. Que es un poco tímida y le cuesta coger
confianza.
Al Swearengen: Ahora que recuerdo, mañana te vas con mi mujer a Kansas
City. ¿Vas a dejar a tu prima sola en un lugar como este?.
Fredo Silva: Esperaba que usted la cuidase durante mi ausencia.
Al Swearengen: No hay problema. Yo cuidaré bien de ella. Buenas noches.
Fredo Silva: Buenas noches. Señor.
Finalmente Fredo Silva pudo deshacerse de Al Swearengen, y entrar en la
habitación.
Fredo Silva: ¡Uff!, pensé que no se iría hasta que entrase a conocerte.
Bily: Ya iba a saltar por la ventana. A todo esto, tengo ganas de ir al aseo.
Fredo Silva: ¿Qué es eso?.
Bily: Donde hace uno sus necesidades.
Fredo Silva: ¡Ah!, ya entiendo. Ve al salón y pregunta por Lady Rock.
Bily: Ir al salón, las cosas están un poco revueltas. Que como me pille el Bill
ese, me mata.
Fredo Silva: Tienes razón, salta por esa ventana, que da directamente al
callejón de atrás, el salón es el siguiente edificio situado a la derecha según
sales, te diriges a la primera ventana y subes con esta cuerda, de paso, átale
bien este gancho, que se me ha soltado.
Bily: Pues si que es difícil ir al aseo en esta ciudad.
Fredo Silva: El que algo quiere, algo le cuesta.
Bily: ¿Seguro que tengo que hacer todo esto?,¿no será mejor que vaya ahí
detrás y…?
Fredo Silva: Anda no pongas pegas, que no te vas a arrepentir.
Bily: ¿Estás seguro?.
Fredo Silva: ¡Qué si!, tú tranquilo, que hay confianza.
Bily: No lo veo…, esto, no lo veo…, es muy raro…
Fredo: Venga, ve de una vez, y no se te olvide decirle que vas de mi parte.
Bily: Bueno, si tú lo dices.
Bily ata la cuerda al gancho con un nudo de doble lazo, y se va por la
ventana, el callejón estaba oscuro y no se veía nada, ni siquiera la luna estaba
hoy de su parte. Bily se acordó de su linterna, la sacó de su bolso, y pudo
caminar sin problemas hasta el edificio contiguo. Una tenue luz se apreciaba
en la primera ventana. Como le indicó Bily, lanzó su gancho hasta el balcón
donde se enganchó a la primera, subió sigilosamente…, antes de entrar, se
quedó observando por la ventana, no fuera que se llevase una sorpresa. Dentro
había una bella mujer de unos cuarenta años, vestida con poca ropa, melena
rubia, piel blanca y una estatura de aproximadamente, un metro y sesenta y
cinco centímetros.
Bily se decía a si mismo.
Bily: O no me ha entendido bien o me ha estado tomando el pelo, será mejor
que eche una meada en cualquier lugar y que me vaya a dormir.
Cuando Bily disponía a bajarse del balcón, un golpe dentro de la
habitación le llamó la atención, lo que hizo que volviese a asomarse a la
ventana. Dentro vio a la mujer de antes besando a Al Swearengen
Bily: Será granuja, el canalla este. De todos modos, tampoco me sorprende
demasiado. Bueno, yo me voy, que no quiero ver más.
No acababa de bajar Bily al suelo, cuando otro portazo volvió a llamar su
atención, dudó de volver a subir, pero cuando comprobó que el gancho no se
deshacía, no le quedó más remedio que volver a subir, pero por curiosidad
volvió a asomarse a la ventana, pero ¿cuál fue su sorpresa?…, ver a Al
Swearengen reunido con Wild Bill Hickok.
Al Swearengen: Lo dicho, mañana no me falles.
Wild Bill Hickok: Tranquilo, todo saldrá bien. Mi hombre es de total
confianza.
Dijo Wild Bill Hickok, mientras salía por la puerta.
Bily soltó el gancho y dando una vuelta a la cuerda a través de la
barandilla, lo tiró al suelo, agarró fuertemente la cuerda por los dos lados y se
fue para abajo.
Bily: ¿Qué habrá querido decir?.
Pensativo Bily ascendió hasta la ventana de la habitación de Fredo, y sin
pensárselo se metió para dentro.
Fredo Silva: ¡Qué poco has tardado!
Nettie: ¿Pero qué haces tú aquí?.
Bily: No me cambies de tema. La pregunta es ¿qué haces tú aquí?.
Nettie: Venía a interesarme por Fredo, mañana tenemos viaje.
Bily: Parece que no he realizado bien la pregunta. ¿Qué haces tú aquí, con tan
poca ropa?.
Nettie: Estoy en mi casa, y ando por mi casa como a mí me da la gana.
Además, yo no tengo porqué darte explicaciones a ti.
Bily: En vista a las pruebas que tenemos, no me queda más remedio que
decírselo a tu marido o bien que pagues por mi silencio.
Fredo: Bily, no digas tonterías, y tú, Nettie, será mejor que te vayas a tu
habitación y por favor, no digas a nadie que Bily está aquí.
Nettie: Está bien, no diré nada, pero, mañana debe irse en cuanto salga el sol.
Nettie se fue, y mientras tanto Bily le contó a Fredo lo que había visto y
oído en la habitación de Lady Rock.
Fredo: Seguro que es algún negocio que el señor se trae entre manos.
Bily: ¿Qué relación tiene Al Swearengen con Lady Rock?.
Fredo Silva: Piensa mal y acertarás.
Bily: ¿Qué relación tienes tú con Nettie?.
Fredo: Será mejor que no pienses nada.
Bily: Si, si. Que no piense. Anda pillín.
Bily le giña el ojo y le tira un besito a Fredo.
Fredo: Porqué soy un hombre tranquilo, que si no…
Bily: Bueno, bromas aparte, ¿Qué relación tiene Al Swearengen con Wild Bill
Hickok?.
Fredo Silva: Wild Bill Hickok hace trabajillos para mi señor.
Bily: ¿Qué tipo de trabajillos?.
Fredo: Preguntas demasiado. Hay cosas que es mejor no saberlas. Así que
duerme un poco.
Bily: Vale, como quieras.
Fredo Silva: Ve a dormir
Bily: Vaaaale… Pero es extraño, que Al Swearengen, que está liado con Lady
Rock, le encargue un trabajo, a un forajido, el día antes de que su mujer, que
está liada con su hombre de confianza, se vaya de viaje a Kansas City, con un
cargamento de oro.
Fredo Silva: ¿Cómo sabes tú lo del cargamento de oro?.
Bily: Me lo acabas de decir tú.
Fredo Silva: Vaya, de una mentira has sacado una verdad.
Bily: Una ciudad, próxima a unas minas de oro y de unos ríos, donde es más o
menos fácil, encontrar oro. En la que un solo hombre, es dueño del banco y del
principal salón, pues fácil deducir que cada poco tiempo realizará un viaje de
oro a una ciudad importante. Lo que no me acaba de cuadrar es que tipo de
trabajo le ha encargado al Bill ese. ¿Matarte?..., eres demasiado valioso para
él. ¿Matar a su mujer?.
Fredo: Nettie es hija de un importante hombre de negocios de Kansas City.
Bily: ¿Atracar la diligencia?... ¿Por qué iba a robarse a si mismo?... No, eso no
puede ser.
Fredo: Puede ser que el dinero fuera para otro, y él quisiera quedárselo para si
solo.
Bily: Tú sabes más de Al Swearengen, que yo, pero ¿tú crees que este hombre
se fiaría de que unos ladrones robaran su dinero, para que luego se lo
devolviesen?.
Bily y Fredo se miran a los ojos por unos segundos y contestan los dos a
la vez:
Bily y Fredo Silva: ¡Nooo!.
Fredo: Tendrá alguna deuda con alguien y querrá saldarla, y de este modo no
levanta sospechas.
Bily: Será eso.
Fredo Silva: Si, será eso.
Finalmente los dos hombres se echaron a dormir, no sin antes darle más
vueltas a lo sucedido y a lo hablado. Al día siguiente ambos se levantaron
antes de que amaneciera, Bily se puso unas ropas viejas y un sombrero y se
dirigió hacia el lugar donde debía salir la diligencia, mientras Fredo Silva fue a
hablar con Nettie. Después de un par de horas esperando, y observando
detenidamente todo el quehacer de los hombres del lugar, Bily vio como una
mujer se subía sola a la diligencia, y Bily pensó que esa era su oportunidad, se
fue hacia la diligencia y se subió también, y en menos de un suspiro, Bily le
puso en el rostro de la mujer, un pañuelo empapado de cloroformo.
Rápidamente Bily se puso el vestido de la mujer, mientras a ésta le vistió con
sus ropas, después la sacó en brazos por la otra puerta, y la sentó en un banco,
de forma que no se cayera.
Al poco tiempo llegaron otros dos hombres muy elegantes, momento en
el cual se montó un gran revuelo alrededor de la diligencia, poco después
llegaron más hombres bien vestidos, y armados hasta los dientes, montados a
caballo, uno de ellos se subió a la parte delantera de la diligencia y otro en la
parte de atrás, mientras otros cuatro se repartieron a ambos lados y dos más se
pusieron detrás. Poco después llegó finalmente Nettie y Fredo Silva, quien se
subió a la parte de atrás de la diligencia.
Al Swearengen: Hasta pronto querida. Hoy no tendrás miedo a que te roben,
vas acompañada por ocho de los mejores pistoleros del Oeste.
Jeffrey: Al, el baúl que transportamos debe ser bien protegido.
Al Swearengen: Como puedes ver, mis ocho mejores hombres, y el hombre
más fuerte del oeste, te están protegiendo a ti y el baúl.
Nettie: La verdad es que, pocas veces me he sentido más segura, pero no
tengo buenas sensaciones.
Al Swearengen: No te preocupes, todo irá bien.
Nettie: Eso espero. Hasta pronto.
Al Swearengen: Adiós querida.
Cuando el cochero iba a arrear a los seis caballos que tiraban de la
diligencia, Fredo Silva vio a Bily sentado en un banco cercano a la salida, en
ese momento se apeó de un salto indicando al cochero que esperase un
segundo, fue corriendo hasta donde estaba Bily y cuando le levantó un poco el
sombrero, vio que era una mujer con las ropas de Bily, rápidamente se dio la
vuelta y vio una mujer en la diligencia, en seguida se dio cuenta de todo, y
volvió a subirse a su sitio.
Fredo Silva: Puedes seguir, sólo estaba comprobando que ese hombre
estuviera vivo.
Finalmente la diligencia se puso en marcha, dejando tras de si una estela
de polvo. Todo acontecía con una sospechosa tranquilidad, hasta que en medio
de un valle, donde por un lado del camino transcurría un rio y por el otro lado
había un bosque, se encontraron con un par de árboles cruzados en medio del
paso, la diligencia no tuvo más remedio que detenerse, los jinetes que
acompañaban a la diligencia, no dejaban de mirar para todos los lados
buscando a los causantes del desaguisado, poco después se apeó de la
diligencia otro hombre que también se puso a observar entre los árboles.
Después de un par de minutos, el cochero, Fredo Silva y dos de los jinetes,
soltaron a los seis caballos que tiraban de la diligencia para apartar los árboles
del camino.
Mientras retiraban los obstáculos, comenzaron los tiros, cuatro jinetes
fueron abatidos, las balas silbaban por todos los lados, cada uno intentaba
protegerse como podía, en un descuido Bily tomo su pañuelo, lo volvió a
empapar de cloroformo y se lo puso a Nettie en el rostro, casi al instante la
mujer quedó adormilada, entonces Bily cogió el collar de Nettie y poco
después se hizo con un arma y apuntando al hombre que quedaba en la
diligencia, quien no paraba de disparar a los asaltantes, le obligó a que
mandase parar de disparar a sus hombres.
Bily: Señor, ordene a sus hombres a que se detengan, y que dejen de disparar.
Hombre 1: Está bien, les ordenaré parar. ¡DEJAR DE DISPARAR!. PARAR
TODOS.
Bily: Eso está mejor. Ahora diles a todos que tiren sus armas y no le pasará
nada a nadie. Tú también, tira tu arma.
Hombre 1: TIRAR LAS ARMAS.
Todos hicieron caso y arrojaron sus armas al suelo. Cuando Bily se apeó
de la diligencia, vio poner mala cara a Fredo Silva.
Bily: ¿Qué te pasa a ti?.
Fredo Silva: Me habéis engañado, pertenecéis a la banda de Jesse James.
Bily: Jesse James. ¿Quién es ese?.
Fredo Silva: No intentes disimular.
Bily: ¿No serán los que nos han asaltado?.
Fredo Silva: Os habéis reído de mí.
Bily: Créeme. Te lo digo de verdad, yo pensé que eran mis amigos.
Poco después llegó Jesse James con sus cómplices.
Jesse James: No sé quien eres, ni que intentas, pero si no hubiera sido por tu
ayuda, nunca habríamos conseguido el botín. Chicos liquidar a todos los
hombres.
En ese momento Bily se puso entre la pistola de Jesse James y el hombre
de la diligencia. Bily poniendo su voz todo lo aguda que pudo, comenzó a
hablar con el asaltante.
Bily: Soy Nettie, y no hace falta que matéis a nadie más, ya habéis conseguido
lo que deseáis, y si os lleváis sus armas y sus caballos, cuando consigan ayuda,
vosotros ya estaréis muy lejos de aquí. Si los matáis a todos, lo único que
conseguiréis es cabrear a todo el mundo, y sobre todo a mi marido Al
Swearengen y a mi padre, un importante hombre de negocios de Kansas, quien
tiene muy buenos contactos y podría a acabar contigo en menos que canta un
gallo.
Jesse James: Está bien atarles y dejarles en medio del camino. Y tú, dame tu
collar.
Bily: A mí podrías acercarme al siguiente poblado, recuerda que os he
ayudado. Por favor no me pidas el collar, es un regalo de mi abuela, no vale
nada.
Jesse James: Puedes llevarte un caballo.
Bily: Pero yo no sé montar a caballo, la última vez que intenté montar a
caballo, me caí y rompí una pierna. Usted no deseará que se lastime una dama.
Jesse James: Está bien, me has convencido, te acercaré hasta donde nuestros
caminos se separen, pero antes dame ese collar.
Bily: ¿Puede venir Fredo Silva conmigo?.
Jesse James: No.
Bily: Pero no querrá usted dejar a una dama sola y abandonada en medio de
estos parajes llenos de bandidos, ladrones, forajidos y salvajes. No ve usted
que no lleva armas.
Jesse James: Está bien, que vaya él también… ¡Ahh!... Mujeres.
Después de un rato los forajidos ya habían atado a los jinetes y habían
enganchado los caballos a la diligencia, y finalmente se pusieron en marcha.
Unos minutos más tarde salieron del valle y llegaron a un descampado, otra
vez comenzaron a oírse disparos. Bily se asomó por una de las ventanillas y
vio a Naitom perseguir a la diligencia desde atrás, mientras Evelyn e Hipólita
intentaban asaltar le diligencia desde ambos flancos, y a Jaky en medio del
camino, pero el cochero no estaba dispuesto a parar, Jaky, al ver que la
diligencia no aflojaba y que se acercaba a todo lo que daba, no le quedó más
remedio que apartarse. Bily al ver que sus compañeros no conseguían nada, no
le quedó más remedio que tomar cartas en el asunto, sacó la navaja que
siempre llevaba encima y cortó las cuerdas que sujetaban el cofre con el oro,
cuando Evelyn, Hipólita y Naitom vieron rodar el baúl por medio del camino,
se detuvieron. Jesse James al ver la jugada mandó detenerse la diligencia.
Jesse James: PARA COCHERO.
Poco después se detuvo. Jesse James con su arma apuntó a Bily.
Jesse James: Así que ese era tu plan.
Bily: Bueno yo.
Jesse James: Vas a morir.
Bily: Si me matas te quedarás sin oro. En cambio si estamos vivos seguro que
nos canjean por el baúl de oro.
Jesse James: CALLA YA CHARLATANA. No haces más que liarme con tus
palabras.
Bily: Que fácil es manipularos a los hombres.
Jesse James se acercó a Bily y se le quedó mirando fijamente, se quedó
pensando un momento, y finalmente le arrancó el sombrero.
Jesse James: Ahora si que te mato, y lo haré de modo que mueras sufriendo.
Sube otra vez a la diligencia.
Cuando Bily estaba otra vez sentado en su sitio, Jesse James le propinó un
tiro en el estómago. Fredo Silva se abalanzó sobre el asesino, pero las armas
del resto de acompañantes le detuvieron.
Jesse James: Tú estate quieto, que de momento te necesito vivo.
Jesse James ese dirigió hacia sus asaltantes con cara de pocos amigos.
Jesse James: ¿Quién de vosotros es el que manda aquí?
Naitom: Ella.
Dice Naitom, apuntando con su dedo índice hacia Evelyn.
Evelyn: Recuerda que cuando apuntas con un dedo, otros tres te apuntan a ti.
No, yo no, es él.
Jaky: ¿Quién yo?, que va es ella.
Hipólita: Ah no, yo no, el líder de la banda es Naitom.
Naitom: Pero que dices, un líder es aquel quien se pone a andar sin rumbo y
todos le siguen sin más. Mira, mira, si me voy ellas no me siguen.
Naitom se pone a andar en dirección opuesta de donde está Jesse.
Jesse James: ¡VASTA YA DE TONTERIAS!.¿CON QUIÉN TENGO QUE
HABLAR PARA CAMBIAROS EL BAUL DE ORO POR VUESTROS
AMIGOS?.
Bily: Conmigo.
Jesse James se giró rápidamente, y se le quedó mirando como si hubiera
visto un fantasma.
Bily: Sorprendido. Al fin puedo quitarme esta ropa, no sé como estas mujeres
aguantan todo esto y más aun con este calor. Bueno Jesse, aquí nos separamos
Evelyn: Vaya pinta, nunca dejarás de sorprenderme.
Jaky: Pero no te quites esa ropa, que estás muy guapa.
Hipólita: Espero que ya tengas la amatista.
Bily: Tener no la tengo, pero este hombre tan majo seguro que me la regala.
No, Jesse James.
Jesse James: No
Entonces Hipólita le pone la punta de su espada en sus partes.
Jesse James: Mujer, si lo pides así, de buena manera, no tengo ningún
problema en entregártela.
Jesse James, le devuelve el collar a Bily.
Naitom: Ahora que tienes la piedra, ya podemos irnos.
Jesse James: Y todo este lio, por este collar.
Bily: Pues… si. Si me hubieras dejado libre y no me hubieras robado el collar,
todo esto no hubiera pasado. Pero la avaricia rompe el saco, y ahora te quedas
sin collar y sin oro.
Jesse James: ¿Tú me hubieras dejado en libertad?. ¿No, verdad?.
Bily: Pues, eso mismo.
Bily y compañía ataron a Jesse James y a sus compinches, y les montaron
en la diligencia, pidiendo al cochero que fuese a su destino. Después todos
tomaron su camino hacia el oeste, para volver a la cueva.
Cabalgaron sin parar en dirección a su destino. Al oscurecer se detuvieron
para descansar y pasar la noche.
Jaky: Perdona Bily, casi hecho a perderlo todo.
Bily: ¿Por qué lo has hecho?.
Jaky: Ya sabes que he tenido un problema con el juego y esta vez encontré
una buena disculpa para volver a jugar.
Bily: ¿Y si nosotros hubiéramos sido tu familia?.
Jaky: Seguramente hubiera hecho lo mismo, no he podido evitarlo.
Bily: No hay nada ni nadie en este mundo que quieras por encima de todo.
Jaky: Pues…. No
Bily: Y tu novia.
Jaky: La quiero más que nada en este mundo, pero mi obsesión por el juego
ha hecho que me apueste su amor sin darme cuenta de ello.
Bily: Pero dices que ella intentó ayudarte, y te avisó de las consecuencias, y
aun así seguiste con tu cabezonería. ¿Cómo te hubiera sentado que ella se
jugase tu amor en una partida de cartas?. Veo tus tres euros con… Jaky.
Jaky: Hombre, así según lo pones, parece que me está poniendo encima de la
mesa.
Bily: Eso fue lo que hiciste tú con ella, no directamente, por cada euro que te
jugabas, ponías un poquito de tu novia encima del tapete.
Jaky: Pero no podía evitarlo.
Bily: Y tus hijos. Has perdido tu familia por un poco de dinero.
Jaky: Que tonto he sido. No entiendo como he podido hacerlo.
Bily: Sabes cual es la diferencia entre un animal y un ser humano.
Jaky: Que los animales no razonan.
Bily: Que equivocado estás. Los animales se mueven por instintos, cuando
necesitan comer comen, y si necesitan matar, primero seleccionan la presa más
débil, después la cazan y finalmente se alimentan. Los animales procrean
cuando están preparados para ello y los machos pelean entre ellos por la
hembra. Los humanos también nos movemos por instintos, pero el control de
estos, es lo que nos diferencia de los animales. Cuando un humano actúa por
actuar, y no controla sus instintos, es peor que un animal.
Jaky: Quizás tengas razón, pero el juego era una obsesión para mí.
Bily: Jugarse el dinero, es un instinto, el instinto de querer ser mejor, querer
ser superior a otro, querer tener más y más, cada vez. Controlar ese instinto es
lo que te hacer ser una persona. Si yo puedo controlarlo, tú también puedes, y
no me digas que no porque sólo te estás engañando a ti mismo.
Jaky: No puedo, ya viste lo que me pasó, vi una baraja y en lo único que
pensaba era en jugar.
Bily: Tenemos dos posibles soluciones, una buena y otra mal. ¿Cuál prefieres?
Jaky: Evidentemente, la buena.
Bily: Has elegido bien, el remedio acción reacción, te llevaremos a todos los
lugares donde se pueda apostar, y cada vez que te juegues algo, te arreamos
diez bastonazos, hasta que se pasen la ganas de hacerlo.
Jaky: Casi que prefiero la otra solución
Bily: Quizás esta sea la mejor solución para ti. Deshacer el binomio juego-
dinero. Debes rodearte de gente que no juegue a las cartas por dinero, y poner
tierra de por medio.
Jaky: Si, creo que esta solución es la mejor y la menos dolorosa.
Bily: Yo he perdido a una pareja de amigos, a su hijo, a mi mujer y a mi hija.
Y jamás haría algo que pudiese poner en peligro su salvación, porque son lo
más importante del mundo para mí, y daría mi vida por volver a verles sonreír.
No olvides que nosotros te ayudamos cuando estabas en problemas, y no lo
hicimos para que nos devolvieses el favor, lo hicimos porque vimos a un
hombre con problemas.
Jaky: Lo siento Bily, te prometo que les volverás a ver aunque me cueste la
vida.
Bily: No prometas nada que no vas a cumplir, porque si no cumples tu
promesa o por lo menos no lo intentas hasta sus últimas consecuencias, me
demostrarás que no eres un hombre de palabra, y aun cumpliéndola, la
siguiente promesa estará en duda. Ten en cuenta, que una cadena es tan débil,
como el más débil de sus eslabones.
Jaky: Te entiendo.
Bily: ¿Me prometes que no vas a volver a jugar a las cartas?
Jaky: No.
Bily: Esa era la respuesta que esperaba oír. ¿Me apostarías a mí por dinero?.
Jaky: Lo más seguro.
Bily: ¿Y a Hipólita?.
Jaky: No.
Bily: Vaya, ya hemos avanzado algo…, pillín.
Jaky: Es que me mata, sería lo último que haría en esta vida.
Bily: Ya tenemos la solución. Cada vez que te apuestes algo, piensa en que te
estás apostando a Hipólita.
Jaky: Creo que esa no va a ser la solución.
Bily: Si, yo también lo creo. No me imagino a Hipólita sentada en una mesa
con una espada en la mano.
Jaky: Habrá que seguir intentándolo.
Mientras Bily y Jaky hablaban de lo sucedido. Fredo le contaba lo
ocurrido a Naitom quien no paraba de reírse. Hipólita y Evelyn hablaban de
sus cosas, al tiempo que recogían algo de leña para el fuego.
Hipólita: Ahora, ¿qué vas a hacer?.
Evelyn: No lo sé, pero tengo un problema.
Hipólita: Si algo puedo hacer por ti.
Evelyn: La decisión de ayudar a Bily a salvar a su familia, es sólo mía, y sólo
yo debo enfrentarme a mi destino. Lo que tengo claro, es que quiero que Bily
sea feliz, y estoy segura de que lo será al lado de sus amigos y de su familia.
Le amo con todo mi corazón, pero no podría verle sufrir, por estar alejado de
su hija.
Hipólita: De todos modos si necesitas mi ayuda yo estaré dispuesta a lo que
haga falta, y estoy segura de que ellos también darían su vida por ti, y mis
chicas, también.
Evelyn: Gracias, por todo, pero ni entre todos los hombres del mundo
podríamos enfrentarnos a Odín. Ahora debemos ayudar a Bily, esto todavía no
ha acabado.
Poco después cuando ya estaban todos reunidos alrededor del fuego.
Naitom: Creáis o no en la reencarnación. ¿En qué o quién os gustaría
reencarnaros?. A mí en un fuerte tigre.
Hipólita: A mí en un noble caballo.
Evelyn: Yo no creo en la reencarnación, pero como dijo Tom Hiddlestones:
“Todos tenemos dos vidas, la segunda empieza cuando nos damos cuenta de
que solo tenemos una“. Aun así, si yo me reencarnase, me gustaría hacerlo en
un libre águila, para poder volar tan alto que nadie puede alcanzarme.
Jaky: A mí, en un astuto zorro.
Fredo: A mí, en una delicada y hermosa mariposa.
Jaky: No te veo yo, siendo una mariposa.
Fredo: Ni yo, pero sería divertido.
Bily: A mí me gustaría reencarnarme en mí mismo… Para poder conoceros y
luchar junto a vosotros, para poder volver a sentir los abrazos de mi hija, para
poder sentir los besos de mi mujer, y para…
Bily le susurra algo al oído a Evelyn
Bily: Para poder volver a conocer el amor a tu lado.
Naitom: ¡Qué te hemos oído!.
Todos se quedaron en silencio. Unos minutos después, Bily se apartó del
grupo, para poder pensar sobre sus cosas, pero ese pensamiento se vio
interrumpido por las palabras de Evelyn.
Evelyn: Ya tienes las cinco gemas, ahora ya puedes salvar a tus amigos y a tu
familia.
Bily: Si, ya las tengo, gracias por todo, pero esto aún no ha acabado, todavía
tenemos que llegar a la cueva y hay un detalle que me mosquea. Cinco gemas
y un panecillo con cuatro picos.
Evelyn: No te preocupes, todo saldrá bien.
Bily: Ya tengo ganas de ver a mis amigos y de abrazar y besar a mi mujer y a
mi hija.
Evelyn: Has pasado muchas calamidades, para llegar hasta aquí, te lo
mereces.
Bily: En esta vida no siempre tenemos lo que nos merecemos.
Evelyn: Si no tienes lo que crees que te mereces, debes luchar por
conseguirlo. Si no lo consigues puede ser porque realmente no lo mereces, o
porque no has luchado lo suficiente.
Bily: Esto no hubiera sido posible sin vuestra ayuda…. Evelyn, tu trabajo
consistía en reclutarme. ¿Por qué no lo has hecho todavía?.
Evelyn: Porque te sigo amando, y lo que más deseo es que seas feliz.
Bily: Yo también te sigo amando, nunca he dejado de hacerlo, pero ahora
estoy casado.
Bily le da un abrazo a Evelyn.
Bily: El destino no deseaba vernos juntos..
Evelyn: Pues lo esquivaré.
Bily: Va a ser imposible.
Evelyn: Quien sabe.
Bily: ¿Ahora que va a pasar contigo?.
Evelyn: No lo sé, pero debo dar la cara ante Odín.
Bily se queda pensativo.
Bily: Por alguna extraña razón, Odín me quiere a mí. Cuando todo esto acabe,
me tendrá.
Evelyn: Bily, no hagas ninguna locura. Tu familia te necesita más que yo,
tienes una niña de quien cuidar.
Bily: Ellas estarán bien. Hace muchos años yo te juré amor eterno, y debo
cumplir mi palabra.
Dice Bily, mientras se mira y se toca el tatuaje.
Evelyn: Eso fue un juego de niños. Ahora es tu vida, y tienes contigo,
personas que te quieren y que te necesitan más que yo.
Bily: Pero no quiero que te pase nada por mi culpa.
Evelyn: No te preocupes, no me pasará nada. Yo sola he tomado una decisión
y debo responder por ella.
Bily: Yo también he tomado una decisión y no podrás hacerme cambiar de
idea.
Evelyn: No lo hagas, porque yo no te llevaré conmigo. Ahora ve a descansar
que lo necesitas.
Al día siguiente, con las luces del alba el grupo de amigos se puso en
marcha y continuaron su viaje hasta que se les hizo de noche, parando de
nuevo para descansar. Al tercer día de marcha llegaron a la cueva a media
mañana.

ENTREGA DE LAS 5 GEMAS



Bily regresó al castillo con las cinco gemas y el panecillo, el cual todavía
conservaba los cuatro picos intactos.
Elia: Enhorabuena. Veo que has conseguido tu propósito.
Bily: Todo gracias a un grupo de amigos estupendos que me han ayudado.
Elia: En esta vida conseguir amigos es muy importante.
Bily: Más importante es saber y poder conservarlos, y más en las
circunstancias en las que yo estaba, que no hacía nada más que pedir, sin
ofrecer nada a cambio.
Elia: Como te he prometido, debes escoger entre un gran tesoro o entre tu
familia y tus amigos.
Bily: No necesito pensarlo, quiero a mi familia y a mis amigos.
Elia: Así será.
Elia hizo aparecer a Tristán, a Genoveva y a Dylan, la familia se abrazó
en cuanto se vieron, al mismo tiempo hizo aparecer a Jennifer quien se abrazó
con todas sus fuerzas a Bily, la pareja se dio un beso en los labios que parecía
que nada ni nadie podría separarlos, excepto...
Jennifer: ¿Dónde está Ailish?.
Bily miró a Elia.
Elia: Cuatro picos, cuatro gemas, cuatro personas, para la otra gema y la otra
persona necesito algo más…
Elia se quedó mirando fijamente a Bily.
Bily: Yo he cumplido con mi parte del trato, ahora debes cumplir tú.
Elia: Debes beber esto.
Bily: ¿Qué es?.
Elia: Es lo que hará que tu hija vuelva…, a cambio de tu vida. Si realmente la
quieres, no te será ningún problema.
La xana dejó un frasquito sobre el pedestal que había en el salón.
Bily: ¿Que contiene ese frasco?.
Elia: Cicuta mezclada con adormidera.
Enseguida todos se dieron cuenta de cuales eran las intenciones de la
Xana. Bily y Jennifer comenzaron a discutir por quien se lo bebería para
conseguir liberar a Ailish. Al momento, Tristán, después de mirar fijamente a
Genoveva y a su hijo durante unos instantes, se fue hacia el pedestal para
coger el bote, Bily le paró, comenzaron a forcejear, Tristán se sentía en deuda
con Bily por lo sucedido y pensaba si antes Bily arriesgó su vida por salvar a
su familia, ahora debía ser él quien debía dar su vida por la familia de su
amigo, al momento Tristán sintió como le cogían la mano, se giró y vio a su
hijo.
Dylan: No discutáis, yo salvaré a Lish.
Todos miraron al pedestal y no vieron el botecito. Tristán se quedó
mirando fijamente a Dylan quien se desplomó sobre sus brazos, su cuerpo
estaba inerte, el botecito cayó de su mano, y todos comprendieron lo que había
sucedido. Un grito desolador salió de las entrañas de su madre, quien corrió a
cogerlo entre sus brazos, cuando sus ojos se clavaron en el rostro del pequeño,
las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y a deslizarse con suavidad por
sus mejillas, mientras sus llantos y sus gritos de desesperación retumbaban en
la sala, Genoveva apretaba a su hijo contra su cuerpo.
Bily miró a Elia. Ella sabía lo que le iba a decir.
Elia: Sé lo que estás pensando. Viajar al pasado para salvar al pequeño. Eso
no sucederá, por algún motivo, el destino es quien lo ha deseado.
Bily: ¿Que puedo hacer para salvar a los dos niños?.
Elia: Un trato es un trato, aquí tienes a tu hija.
Jennifer y Bily corrieron a abrazar a su hija. El sufrimiento y los peligros
pasados habían merecido la pena, el volver a ver a su hija, el poder abrazarla y
besarla de nuevo le hizo el hombre más feliz del mundo, al fin y al cabo él
había tenido una segunda oportunidad para estar de nuevo con su familia.
Después de saborear ese momento Bily se dirigió a Tristán y a Genoveva.
Bily: Lo siento. Dylan ha sido muy valiente dando su vida por Ailish.
Genoveva: La culpa es tuya, eres tú quien deberías haber bebido del frasco.
ERES UN COBARDE
Bily: Lo sé…
Genoveva se levantó con Dylan entre sus brazos y se lo pasó a Tristán. La
mujer se dirigió hacia Bily.
Genoveva: COBARDE, JAMÁS TE PEDONARÉ ESTO, TÚ TIENES A TU
HIJA, PERO YO JAMÁS RECUPERARÉ A MI HIJO, LO HE PERDIDO
PARA SIEMPRE, COBARDE. OJALA TE PUDRAS EN EL INFIERNO.
No acabó de gritarle cuando se dispuso a abofetear a Bily, pero justo antes
de que su mano llegara a impactar en el rostro de Bily, una mano detuvo el
golpe.
Bily se giró y miró a Elia.
Evelyn: No consiento que le golpees, y ya no permitiré que vuelvas a
insultarle ni a echarle todas las culpas. Tú no sabes lo que ha pasado, se ha
enfrentado a un ejército de amazonas, quienes le sentenciaron a muerte, se
enfrentó al todopoderoso Hércules quien casi le mata, se ha enfrentado a
Naitom, a vida o muerte, quien le venció, y después tuvimos que reanimarle,
ha perseguido ladrones por media Europa, ha tenido que embarcar con los
piratas, se ha enfrentado a los indios y luego a un ejército de soldados, le
dispararon dos veces con pistolas y otras tantas con flechas, y si no llega a ser
por este chaleco, le hubieran matado. Casi pierde la vida seis veces, y todo
para salvaros a todos vosotros, y en ningún momento ha dejado de acordarse
de todos vosotros incluida tú, tu marido y tu hijo. Teniendo que entrenar para
ello día y noche. Y lo ha hecho con gusto. Con su lucha os ha dado una nueva
oportunidad. En ningún momento se ha dado por vencido a pesar de todos los
tropiezos que ha tenido.
Genoveva: Pues hubiera preferido estar muerta. De que me sirve vivir si no
tengo a mi hijo a mi lado.
Evelyn: Eres tan egoísta, que no sabes agradecer lo que han hecho por ti, por
tu marido, por tus amigos. Eres tan egoísta que no te alegras de que Bily y su
familia estén de nuevo juntos. Bily ha luchado hasta la extenuación aún sin
saber fijo si iba a salvaros.
Genoveva: Pues seré una egoísta, pero mientras viva, seguiré odiándole.
Tristán: Genoveva, la culpa no es de Bily. En todo momento, él se prestó a
beber el veneno, pero la discusión entre él, Jennifer y yo acabó en este
desenlace.
Genoveva: Pero Bily, debía beber el veneno para salvar a su hija, cosa que
“tú” no debías hacer.
Tristán: Pero yo estaba en deuda con él. Él luchó por todos nosotros, era justo
que aportase algo de mi parte.
Genoveva: Digas lo que digas, y hagas lo que hagas, jamás me devolverás a
mi hijo ni me haréis cambiar lo que pienso y siento hacia él.
Hipólita: Soy Hipólita, reina de las amazonas, siempre he defendido a las
mujeres por encima de todo y ante los hombres. Pero te equivocas con Bily. Él
me robo el cinturón mágico que mi padre me regaló, porque tenía una
esmeralda, que necesitaba para salvaros, y le condené a muerte por ello, pero
consiguió convencerme para que le diera una oportunidad, se la di y la
aprovechó, e incluso me salvó de una muerte segura a manos de Hércules,
enfrentándose a él. Y no sólo le he perdonado sus actos, sino que le he
ayudado a salvaros a todos, y ahora tú se lo pagas con tu odio. Sin que sirva de
precedente, pero por primera vez me pongo del lado de un hombre ante una
mujer. Bily no merece que le odien.
Bily: No os preocupéis, ella tiene un motivo para odiarme, debía haber
actuado con rapidez en cuanto tenía hacerlo.
Bily se dirige hacia Elia.
Elia: Yo ya he cumplido con mi parte del trato.
Bily: Pero no puedes dejar que un niño pague por mí. Te daré mi vida a
cambio de la del niño.
Tristán: No, tómame a mí, pero devuelve a Dylan con su madre.
Elia: Yo ya he hecho todo lo que tenía que hacer.
Bily: Ahora lo comprendo todo. Cinco gemas, cuatro picos, yo era el quinto
pico, yo era el elegido, y yo debía estar en el lugar de Dylan, y entonces tú me
reclutarías.
Evelyn: Ahora que lo dices. Al parecer así debía ser, pero el niño se te ha
adelantado y ahora los planes han sufrido un ligero vuelco.
Bily: Entonces, si el elegido soy yo y no Dylan, ¿tú crees qué podré salvar a
Dylan?.
Jennifer: Bily. ¿Quién es esa mujer?.
Bily: Es Shir… es Evelyn. Es la mujer que ha estado a mi lado desde el
principio y una de las personas que me ayudó a que vosotros estéis aquí ahora.
Evelyn: Necesitaremos ayuda.
Tristán: ¿Hay esperanza?.
Hipólita: ¿Qué veneno le ha suministrado al pequeño?
Bily: Cicuta mezclado con adormidera.
Hipólita: El niño todavía no está muerto, aún tenemos tiempo. Pero
necesitaremos de un mago, o bruja o hechicero que sepa revertir los efectos
del veneno.
Tristán: Entonces que le está pasando, ¿por qué está inconsciente?.
Hipólita: El veneno de la cicuta tarda en hacer efecto unas cuatro horas, si iba
dirigido a Bily, que es un hombre adulto, seguro que al niño tarda menos
tiempo en hacerle efecto, pon unas tres horas. El niño está inconsciente porque
la mezcla de adormidera debió ser alta para provocarle el sueño, y que no
sufra los síntomas del veneno. Esto nos ayudará, pues si en todo momento
permanece inmóvil, nos dará algo más de tiempo, en conclusión, cuanto antes
consigamos ayuda, pues mejor.
Evelyn: Necesitamos la ayuda del mejor, debemos darnos prisa.
Tristán: Yo voy. Es mi hijo, quien está en peligro.
Bily: Hola a todos, y gracias por estar aquí. Evelyn, ¿qué debemos hacer?.
Naitom: No estábamos dispuestos a perdernos el final, con todo lo que hemos
pasado.
Bily: Genoveva, Tristán no descansaré hasta que salve a Dylan.
Tristán: Yo me voy con vosotros.
Bily: No puedes, quizás sea muy peligroso, debes quedarte aquí y cuidar de
las mujeres. Además Genoveva necesitará de tu compañía.
Bily se dirigió hacia Jennifer y Ailish.
Bily: Te amo mi vida, y a ti pequeña, te adoro, ahora me tengo que ir, pero
pronto volveré para curar a Dylan, y así podréis seguir jugando juntos.
Bily les dio un abrazo y un beso en la frente a ambas, y después se fue
hacia Evelyn, mientras se iba no podía dejar de mirarlas. Poco tiempo después
todos desaparecieron entre las sombras del castillo.

LAS PLANTAS

Esta vez Bily, Evelyn, Hipólita, Naitom, Jaky, Fredo y Tristán, no
aparecieron en una cueva, sino en un lugar que parecía una vivienda, pero al
mismo tiempo parecía un laboratorio, pues había una especie de camastro para
un lado formado por varias pieles tiradas en el suelo, en el centro había un
fuego sobre el que se había dejado un caldero de plata con agua. Por todas
partes había recipientes con líquidos y manojos de plantas y raíces. La
vivienda parecía una choza, era redonda, su pared, de unos dos metros de
altura estaba construida por piedras, y el techo parecía de paja, la cual se
sujetaba mediante largueros de madera, y era de forma cónica, en el vértice
superior se podía apreciar una especie de chimenea, llamaba la atención la
ausencia de ventanas, sólo se podía ver una puerta de madera, la cual carecía
de cerradura.
Bily: ¿Dónde estamos?.
Evelyn: Se supone que aquí vive Merlín.
Bily: ¿Merlín?, ¿el famoso Merlín?.
Hipólita: ¿Dónde está este hombre?.
Tristán: Voy a mirar fuera.
Tristán se dirigió a la puerta y cuando la abrió, vio un lobo, como un rayo,
cerró la puerta, pegó un grito y se fue para adentro.
Bily: ¿Qué te ha pasado?.
Tristán: Es que está lloviendo y no tengo paraguas.
Bily: Igual tienes miedo a mojarte.
Ahora es Bily quien se dirige a la puerta, y en cuanto la abre también ve
el lobo, vuelve a cerrar la puerta rápidamente, y se va para adentro.
Naitom: ¿Qué pasó ahora?, siempre sales corriendo de las cuevas y aquí ni te
asomas, y no me digas que está lloviendo que no te creo.
Bily: Es que hay un perrito a la puerta.
Evelyn: Parece mentira que con lo que te gustan los animales, les tengas tanto
miedo.
Bily: Claro que me gustan, pero verlos en libertad, lejos de mí. Sobre todo si
son salvajes.
Naitom: Y, ¿tienes miedo a un perrito?.
Naitom abrió la puerta, y sin pensarlo salió fuera, al momento entraron
Naitom, el lobo y un hombre vestido con una capa de piel. Nada más entrar, y
sin decir nada, el hombre se quitó su capa. Enseguida les llamó la atención el
torques de oro, decorando su cuello, labrado con una cabeza de un jabalí en un
extremo y la cabeza de un lobo en el otro, mientras que en el resto se podía ver
decoraciones de hojas de diferentes árboles. Merlín llevaba puesta una camisa
blanca de lino ornamentada con dibujos circulares de colores verdes, un kilt
verde de lana, decorado con figuras cuadradas a modo de tartán, y un pantalón
de lino, también blanco. En los pies lucia unos mocasines de cuero que le
llegaban hasta casi las rodillas, eran marrones y se sujetaban mediante
cordones..
Evelyn: Hola Merlín.
Merlín: Hola Evelyn.
Bily: ¿Pero os conocéis?.
Merlín: No, no nos conocemos, pero yo sé muchas cosas… Bily.
Bily: Vaya, también sabes mi nombre.
Merlín: No debemos perder el tiempo, en tonterías si queréis salvar la vida a
Dylan, debemos preparar el “Hada Verde”. Bily, tú debes traerme hielo.
Evelyn e Hipólita, debéis traerme una planta de anís. Naitom, tú tienes que
traer una planta de artemisa absinthium o absenta, y tú, Jaky deberás traerme
muérdago de roble, para ello necesitarás mi hoz de oro. Más te vale que me la
traigas de vuelta o te convierto en búho. Fredo y Tristán si queréis, acompañar
a vuestros amigos, podréis hacerlo.
Al momento Evelyn e Hipólita aparecieron en Temiscira, cerca del hogar
de Hipólita. Jaky y Fredo Silva salieron de la cueva de Merlín y se dirigieron
hacia el bosque situado al oeste. Naitom apareció en otra cueva, donde había
hielo por todas partes, al verse sólo, salió corriendo hacia la entrada, donde vio
a varias personas descansando, sentadas en unas rocas.
Naitom: ¿Dónde estamos?.
Mujer 1: En la gruta de Casteret.
Naitom: ¿Dónde queda el rio más cercano?.
Mujer 2: Por allí, pero si quieres agua, yo puedo darte un poco.
Naitom: Gracias, pero no. ¿Queda muy lejos?.
Mujer 1: Un poco.
Naitom sale corriendo en la dirección que le indica la mujer.
Al mismo tiempo Bily fue enviado a otra cueva en la que hacia frio y
estaba todo oscuro, Bily buscó su linterna en su bolsillo, antes de dar un paso,
cuando la encendió pudo ver a Tristán a su lado. Los dos pegaron un grito.
Bily: Vaya susto me has dado.
Tristán: “Pa susto”, el que me has dado tú.
Bily: Tampoco soy tan feo.
Tristán: Eso lo dirás tú.
Bily: Pues mi güela dice que soy el más guapo del mundo.
Tristán: ¿Dónde estamos?.
Bily: En un lugar oscuro, frío y húmedo.
Tristán: De eso ya me había dado cuenta yo solito.
Bily alumbró con su linterna todo a su alrededor, pudiendo comprobar la
amplitud y la grandiosidad de la sala que les rodeaba, ambos se quedaron
mirando las estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas, de multitud de
tonalidades de colores, que la naturaleza había moldeado haciendo pasar, muy
lentamente, el agua a través de la roca caliza, a lo largo de los siglos. La
admiración silenciosa de la maravilla de la naturaleza que les rodeaba, les
permitía oír el sonido de las gotas al caer desde las estalactitas sobre las
estalagmitas, y un poco más lejos se podía escuchar el ruido de un arroyo.
Ambos caminan hacia el arroyo y cuando llegan a él, observan una cascada de
unos quince metros de altura.
Bily: A mí me parecen las Cuevas de Valporquero.
Tristán: Si que lo parecen, pero esa cascada, no la recuerdo de la visita que
hicimos a esta cueva en la excursión del instituto.
Bily: Lo que si recuerdo es que afuera había un bar. Vamos a por algo de hielo
y regresemos.
Tristán: Pero no te has fijado que no hay focos, ni accesos adaptados, “ni na
de na”.
Bily: Ahora que lo dices.
Bily se quita la camiseta de grafeno y se la entrega a Tristán.
Bily: Toma, debes ponerte esta camiseta.
Tristán: Pero si yo ya tengo mi camiseta y me gusta más que esta.
Bily: Tómalo como un regalo, y prométeme que no te la quitarás hasta que
todo esto acabe.
Tristán: Vaaaaaaaale, como quieeeeeras.
Bily: ¡Uuuuffff!, ¡qué frío!.
Dijo Bily estremeciéndose de frio.
Tristán: Oye, pues con esta camiseta se nota algo menos el fresquito.
Rápidamente Bily se puso su camiseta y sacó de la mochila su chaqueta
que se la pasó a Tristán y su anorak.
Bily: Toma ponte esta chaqueta que yo me pondré el anorak.
Tristán: Gracias, la verdad es que hace más frio del que parece.
Bily: Bueno será mejor que busquemos algo de hielo.
Tristán: Me parece estupendo, para eso hemos venido, pero ¿Dónde lo
buscamos?.
Bily: En las Cuevas de Valporquero el agua va para abajo, y llega al rio Torio.
La cueva acaba en las Hoces de Vegacervera, y llegar hasta allí es complicado
y más con el arroyo tan crecido. Ahora hay mucha más agua que cuando
nosotros venimos de excursión, así que lo más seguro es que ahora sea
invierno. En un pozo las variaciones de temperatura son ligeras a partir de los
seis metros de profundidad, permaneciendo casi inalterables a partir de los
quince metros, aunque en esta cueva la temperatura es inferior a otras cuevas,
debido a las filtraciones de agua, que se producen a través de la roca caliza, de
hecho, si no fuera así, no se formarían las estalactitas ni las estalagmitas. Así
que vamos para arriba a buscar la salida, que todavía no he visto un
carámbano en una cueva, y quizás con un poco de suerte haya nieve.
Tristán: Y para llegar a esa conclusión, hace falta soltar todo el rollo.
Bily: Estaba pensando en alto.
Tristán: Venga vamos.
Bily: Ahora ya no tengo dudas, estamos en las Cuevas de Valporquero.
Tristán: ¿Por qué estás tan seguro?.
Bily: Por el fantasma.
Tristán: Si claro, el fantasma de Canterville. Drácula pasa las noches colgado
de una estalactita y el hombre lobo tiene su camada por aquí, no te digo. Mira,
por allí pasa el Monstruo de Frankestein. La leche, detrás de ti.
Bily pega un salto.
Bily: ¿Qué pasa?.
Tristán: Que del suelo está saliendo un zombi.
Tristán se echa a reír de Bily.
Bily: Ya veo que la ignorancia es infinita y atrevida.
Tristán: ¡Qué bueno!, lo que me estoy riendo.
Bily: Si tú ríete. ¿Ya no te acuerdas de esa estalagmita con la forma de la cara
de un fantasma?.
Tristán: ¿El qué?.
Bily: Eso.
Tristán: Esto me pasa por bocazas, si me estuviera callado y no hablase antes
de tiempo.
Murmuró Tristán entre dientes.
Bily: ¿Decías algo?.
Tristán: “Na”, que a veces hablo antes de tiempo.
Bily: No olvides que el pensamiento debe ir siempre por delante de la palabra.
Bily y Tristán siguieron su camino hasta que llegaron a la entrada de la
cueva, donde pudieron ver carámbanos de más de dos metros de alto y una
capa de nieve más alta que ellos dos.
Tristán: Ya puedes coger el chupitel que necesitamos.
Bily: Has traído una escalera.
Tristán: No, pero voy a buscar una en un momento.
Bily: Bueno, si no podemos subir nosotros a por un chupitel, será mejor que
hagamos que él venga a nosotros.
Así que Bily y Tristán cogieron un par de bolas de nieve cada uno, pero
sólo conseguían romper las puntas.
Tristán: Así no conseguimos nada, si llevamos sólo la punta, cuando la
necesite Merlín, no va a tener nada de hielo.
Bily: Es que estamos tontos, nosotros tirando bolitas de nieve, con la cantidad
de piedras que hay por aquí.
Tristán: El sabio busca la sabiduría, el tonto ya la ha encontrado. Dijo el
escritor y científico alemán George Lichtenberg.
Bily: Algo parecido dijo Napoleón Bonaparte. En cualquier caso ambos tienen
razón. Dice un proverbio chino que todos somos sabios, unos antes y otros
después.
Tristán: Es verdad, ahora que nos hemos dado cuenta de las piedras, todos
somos muy listos.
Bily: Dejémonos de tonterías y consigamos un poco de hielo.
No acaba de decirlo cuando Bily coge una piedra, la tira, le pega en mitad
a un carámbano y los echa todos abajo.
Tristán: Menos mal, que no nos pidió una estalactita.
Bily: Bueno, coge un trozo gordo, que nos vamos.
Tristán: Y tú, ¿qué coges?.
Bily: Yo llevo la linterna.
Tristán: Que morro tienes.
Bily: No te quejes tanto, que cuando te echan hielo en el cubata no protestas.
Tristán: Pero eso no es lo mismo.
Mientras seguían protestando los dos amigos aparecieron en la cueva de
Merlín.
Bily: Ya estamos aquí.
Merlín: Ya os veo.
Tristán: ¿No ha llegado nadie más, todavía?.
Merlín: No.
Tristán le entregó el hielo a Merlín, y después de sentó frente al fuego,
frotó sus manos entre si, para posteriormente estirarlas hacia la lumbre. Bily se
sentó junto a él, ambos permanecieron en silencio unos minutos. En la
memoria de ambos apareció Dylan, y sus travesuras. Tristán rompió el silencio
de ambos con sus palabras.
Tristán: ¿Por qué a mí?.
Bily: Esa misma pregunta me la he hecho yo infinidad de veces, desde que
todo esto comenzó. Solo nos hacemos esa pregunta cuando nos pasan cosas
malas, nunca cuando nos sucede algo bueno. Quejándonos y lamentándonos
no vamos a conseguir nada, ahora lo que tenemos que hacer es pensar en lo
sucedido, si tiene solución, debemos luchar por solucionarlo, y si no tiene
solución, debemos asumir nuestro destino y tirar “palante”. Que estoy seguro
de que siempre tendremos más momentos buenos, y cosas o personas por
quien seguir luchando.
Tristán: Es sólo un niño, él no se merece esto.
Bily: Si yo hubiera cogido el botecito, según lo posó, nada de esto hubiera
pasado.
Merlín: No os preocupéis, si todos tus amigos cumplen con su misión antes de
que el tiempo se agoté, no pasará nada.
Bily: Dylan ha sido muy valiente, no ha dudado en dar su vida para salvar a
Ailish. Creo que es el único niño del mundo que haría eso.
Tristán: Dylan quiere mucho a Ailish.
Bily: Si ya lo sabía, pero con este gesto me ha demostrado, que siendo un niño
es más hombre que nosotros.
Merlín: El amor de un niño es puro y sincero. No está afectado por el interés,
como en los adultos.
Bily: Eso es que no tienes hijos.
Merlín: No confundas amor con deseo. Tu hija te ama, pero si Tristán tiene un
caramelo y Ailish lo desea, le dará unos mimos para conseguir el caramelo, lo
que no quiere decir que le ame. Y tu… ¿Quieres, amas o deseas a tu mujer?.
Se hace el silencio.
Merlín: ¿Y a Shirley?.
Tristán queda sorprendido.
Tristán: ¿Shirley?.
Bily: Evelyn es Shirley.
Tristán: Entonces…
Tristán fue interrumpido con la llegada de Evelyn e Hipólita con la planta
de anís, quienes se la entregaron a Merlín y después se sentaron junto a Bily y
a Tristán.
Hipólita: Habéis sido rápidos.
Bily: Si, tuvimos suerte, aparecimos en las cuevas de Valporquero, en invierno
y había hielo y nieve en la entrada, así que sólo tuvimos que cogerlo.
Evelyn: En las cuevas de Valporquero…, que recuerdos.
Mientras Hipólita le contaba sus aventuras a Bily, Evelyn recordaba su
excursión con sus amigos del instituto a las cuevas.
Hipólita: Nosotras aparecimos en Temiscira, y como ya conocíamos el lugar,
nos fue fácil encontrar la planta de anís, pero nos entretuvimos un poco,
porque fuimos al poblado de las amazonas a ver a su madre y a ver a mis
chicas.
Tristán no dejaba de mirar fijamente a Evelyn. Mientras en su cabeza se
entremezclaban los recuerdos de Shirley y de su hijo.
Evelyn: Veo que ya sabes quien soy.
Tristán: Me acabo de enterar. La de vueltas que da la vida.
Hipólita: Tristán estás muy pensativo.
Tristán: Estaba pensando en Shirley y en mi hijo.
Hipólita: Háblanos un poco de Dylan.
Tristán: Es moreno, delgado, alto para su edad, inquieto, travieso, atrevido,
deportista, le encanta el ciclismo…, de mayor quiere ser futbolista.
Hipólita: ¿Qué es ser futbolista?.
Bily: Es un deporte, en el que once jugadores se enfrentan a otros once en un
campo rectangular de unos sesenta metros de ancho por cien de largo, y deben
meter un balón en unas porterías rectangulares colocadas en ambos extremos
del campo.
Hipólita: Ah, vale. ¿Cómo era tu hijo de pequeñito?.
Tristán se queda pensativo.
Bily: Evelyn, despierta, que te estás quedando dormida.
Evelyn: Me estaba acordando de la excursión a León, las vidrieras de la
Catedral, la casa Gaudí, San Marcos, San Isidoro, la Plaza del Grano y sobre
todo la escapada por el barrio Húmedo.
Tristán: Apenas tengo recuerdos de Dylan, cuando era más pequeñito.
Bily: Es que te estás haciendo mayor.
Tristán: Bily, di la verdad. Después de acabar la carrera de económicas, me
puse a trabajar, en una importante empresa, mientras tanto, añadía a mi
currículum un máster en dirección y administración de empresas. Cada vez le
dedicaba más tiempo a mi carrera profesional, y esta me recompensaba con un
par de ascensos, el segundo año añadí un hijo a mi vida y otro par de ascensos.
El tercer año, se rumoreaba que el actual director general se iba de la empresa
y querían savia nueva. Llegó un momento en que el trabajo me absorbía la
vida, mi cuerpo me decía basta, pero mi cabeza me decía que estaba ante una
oportunidad única en la vida, y que después les dedicaría más tiempo a mi
mujer y mi hijo, pero me fui por el camino fácil. En una cena de Navidad un
compañero de trabajo me ofreció cocaína, parecía que era el salvavidas que
necesitada, pero en realidad era la pala con la que cavaría mi tumba. Al
principio me sentía mejor, no necesitaba dormir tanto, mi concentración en el
trabajo era mayor, pero resultó ser un espejismo, y una trampa, al poco tiempo
todas mis percepciones iban en descenso, al tiempo que mi consumo iba en
ascenso, el puesto se lo ofrecieron a otro, pero yo seguí consumiendo, hasta
que hace más de un año, Bily se dio cuenta de lo que me pasaba. Y me
convenció para que lo dejara todo, antes de que esa vida me destruyera a mí y
a mi familia. Así que lo vendí todo y abrí una tienda de deportes en nuestro
pueblo, donde ahora intento recuperar el tiempo perdido con mi mujer, con mi
hijo y conmigo mismo. Sé que los años perdidos con mi hijo no volverán, por
eso intento vivir cada día, como si fuera el último. Lo que más aprecio de Bily
es que, pase lo que pase, siempre me defiende ante los demás, aunque después
en privado hemos tenido discusiones muy fuertes, pero sé, que siempre desea
lo mejor para mí.
Hipólita: Ya veo.
Tristán: Fui un tonto.
Bily: Isabel de Rumania hija de unos reyes rumanos, y posteriormente reina de
Grecia, dijo que la tontería se coloca en primera fila para ser vistos, y que la
inteligencia se colocan detrás para ver. Y yo nunca te he visto colocarte el
primero. Tampoco he visto que vayas por la vida presumiendo de todo lo que
sabes.
Tristán: Si como dijo el famoso filósofo francés René Descartes, yo también
daría todo lo que sé por un poquito de lo que desconozco, así como ahora daría
todo lo que tengo por poder salvar a Dylan. Ahora sólo deseo poder tenerlo a
mi lado y abrazarle…. La verdad es que uno no sabe lo que tiene hasta que lo
pierde. Quise vivir deprisa y no me di cuenta que en esta vida lo que realmente
importa es vivir intensamente lo que te rodea de forma natural, sin aditivos.
Ahora me doy cuenta que vale más una gota de agua de rocío sobre una hoja al
amanecer, que un cubata en la barra de un bar por la noche. También me he
dado cuenta de que vale más tener un solo amigo que te diga las cosas según
son y que te apoye en tus decisiones, que decenas de conocidos que te alaben
todo lo que haces, sólo por interés. Ya sabéis…, quien tiene un amigo, tiene un
tesoro.
Bily: Seguro que todo saldrá bien, ya lo verás.
Tristán: Ojala hubiera una forma de evitar que esto le pase a más gente.
Merlín: Hay un modo de evitar que la maldición de las cinco gemas se repita,
y es partiendo las gemas en mil pedazos con el martillo de Thor.
Evelyn: Será mejor que os olvidéis del tema.
Tristán: Pero si podemos conseguir el martillo, ninguna familia más, caerá
bajo la maldición de las cinco gemas.
Bily: Debemos intentarlo.
Merlín: Yo podré ayudaros.
Evelyn: Olvidaros del tema, es mejor que no enfadéis a Thor.
Finalmente ni Bily ni Tristán hicieron caso de los consejos de Evelyn y
pidieron a Merlín que les ayudase. Al momento Bily y Evelyn aparecieron en
una gran sala, cuyas paredes eran de piedra, el suelo también era de piedra, y
el techo de madera, en las paredes se podían apreciar antorchas y no se veía
ninguna ventana, pero una puerta de madera destacaba en una de las paredes,
en el centro de la sala, sobre un atril, se podía ver un mazo, que debía de
pertenecer a Thor.
Evelyn: Piénsatelo bien, es mejor que no lo cojas.
Bily: ¿Qué podemos perder?.
Finalmente Bily cogió el martillo y al momento aparecieron de nuevo al
lado de Merlín.
Tristán: ¿Ya lo tenéis?.
Bily: Si, aquí está, ha sido más fácil de lo que pensaba.
Hipólita: Deja que lo sujete en mis manos.
Bily de entrega el mazo a Hipólita.
Hipólita: Pues, no veo que tenga nada especial.
Merlín: Ese mazo, en las manos de Thor, es mágico, pero si además él tiene
puestos sus famosos guantes, adquiere un poder asombroso.
Había transcurrido poco más de una hora, Bily, Evelyn, Hipólita y Tristán
seguían hablando de sus cosas, al calor del fuego, mientras Jaky y Fredo Silva
continuaban buscando el muérdago por los bosques que rodeaban la choza de
Merlín. Naitom ya había pasado de largo la famosa Cola de Caballo, del valle
de Ordesa, y se dirigía al bosque más cercano a buscar la planta que Merlín le
había pedido.
Hipólita le susurró a Evelyn cerca del oído.
Hipólita: Es mejor que se lo digas. Antes de que sea demasiado tarde.
Evelyn: Está bien. Tienes razón. Ha llegado el momento.
Bily: ¿Qué te pasa?.
Evelyn: Vayamos fuera Bily, tengo algo que decirte.
Ambos salen de la vivienda de Merlín, quien les ofrece una capa para que
les proteja de la lluvia, Bily toma la capa y se la pone por encima de los
hombros a Evelyn. Cuando están fuera, pueden ver otro murete de piedra de
poco más de un metro de altura y que da forma de círculo, que cerca la entrada
a la cabaña, formando una especie de ocho. Evelyn coge de la mano a Bily y le
lleva fuera del cerco. Evelyn se queda pensativa observando los tonos
marrones, ocres y amarillos de las hojas que aún quedan sujetándose
delicadamente de las ramas de los robles, esperando que la más ligera brisa las
acoja entre sus brazos y les ayude a volar. Mientras Bily se fija en los árboles
que rodean el descampado sobre el que se alza la choza de Merlín. Los dos se
quedan en silencio y toman el sendero que se dirige hacia el oeste, el cual les
encamina hacia el frondoso bosque. Su caminar es lento, como si con su gesto
intentasen detener el tiempo.
Evelyn: Parece que en este lugar nunca deja de llover.
Bily: ¿Qué tienes que decirme?.
Evelyn: Quería despedirme de ti…, a solas.
Bily: Pero no venías a reclutarme como guerrero de Odín.
Evelyn: Si. Pero sigo enamorada de ti y no puedo llevarte conmigo.
Bily: Entonces, ¿ya no te volveré a ver nunca más?.
Evelyn: No.
Bily: No hay ninguna posibilidad aunque sea remota.
Evelyn: No.
Bily: Por lo menos, espero que todo te vaya bien allá donde vayas. Gracias por
toda tu ayuda.
Evelyn: Allá donde voy no hay retorno. Cuando fui a buscar la planta de anís
con Hipólita, aparecimos en Temiscira, y fuimos a ver a las amazonas. Hablé
con mi madre y ella me dijo cual sería mi destino… Cuando todo esto acabe,
dentro de muy poco, y vuelva con Odín, él hará que caiga en un profundo
sueño, del cual nunca más despertaré.
Bily: ¡Qué me quieres decir!, ¿qué vas a morir?.
Bily no podía contener las lágrimas. Ahora más que nunca deseaba que se
detuviese el tiempo
Bily: Todo por mi culpa… Todos están a salvo, excepto Dylan, al que pronto
le daremos de beber el antídoto y se salvará. Llévame contigo. Dale a Odín lo
que quiere.
Evelyn: No puedo hacer eso, he pensado mucho en ello, en ese caso
estaríamos cerca uno del otro, pero jamás compartiríamos nuestras vidas. Tú
debes estar con tu mujer y tu hija, ellas te necesitan más que yo. Desde el
primer momento ha sido una decisión mía y debo enfrentarme a sus
consecuencias. Parece que el destino no quiere darnos una oportunidad. No
llores porque esto se acaba, ríe por los momentos que hemos vivido juntos.
Bily: No olvides lo que me dijiste.
Evelyn: ¿El qué?.
Bily: Que esquivarías el destino para estar conmigo.
Evelyn: Olvídate de mí. Tu destino es estar con tu familia.
Bily: La verdad es que no sé cual es mi destino.
Evelyn: Mi destino es que tú seas feliz.
Bily: Yo soy feliz contigo.
Evelyn: Pero eres más feliz con tu familia, viendo crecer a tu hija, jugando
con ella y enseñándole todo lo que sabes.
Bily se queda en silencio.
Bily: ¿Hay alguna manera de hacerte cambiar de opinión?.
Evelyn: No. Lo tengo decidido.
Bily: Lo siento... Pase lo que pase te amaré eternamente y nunca te olvidaré.
Evelyn: Yo también te amaré eternamente allá donde esté. Mientras te
acuerdes de mí, permaneceré viva, aunque sólo sea en tu interior. De este
modo nunca estaremos uno al lado del otro físicamente, pero si estaremos
unidos espiritualmente.
Bily: Te prometo que nunca dejaré de cuidar de tu roble, mientras viva.
Bily se abrazó a Evelyn, sus cuerpos parecían fundirse. La fina lluvia que
caía, arrastraba las lágrimas que brotaban de los ojos de Bily. Poco después a
lo lejos oyeron el sonido de un carnyx asustaba. Poco después oyeron el
sonido de varios cuernos y al momento un tremendo griterío.
Bily: Madre mía, ¿qué será eso?.
Evelyn: No lo sé, pero espero que no anden por ahí ni Jaky ni Fredo.
Bily: Yo espero que no vengan para aquí.
No acababan de decirlo cuando ven a Fredo Silva montado en un
percherón, acercándose a todo lo que daba el pobre caballo.
Fredo Silva: RÁPIDO, DEBÉIS HUIR.
Bily: ¿QUÉ HA PASADO?.
Fredo Silva: Si salimos de esta os lo explico. CORRER.
Sabiendo que no tenían salida, rápidamente Evelyn preparó su arco, y se
dispuso a dispararlo, cuando, al momento vieron acercarse a ellos corriendo
todo lo que podían, niños, mujeres y un poco más atrás hombres. Estos vestían
capas de piel, túnicas de lana hasta casi las rodillas, sujetas por un cinturón de
cuero con hebillas de metales nobles, unos pantalones de lino y unos
mocasines de cuero que cubrían toda la pantorrilla, bien sujetos con cordones,
sus ropas estaban ornamentadas con diversos materiales, oro, plata, cobre, y
presentaban colores vivos, tono rojizos, azulados, amarillos… Eran altos y
fornidos, predominaban los rubios sobre los morenos y pelirrojos, llevaban el
pelo largo y peinado hacia atrás, la mayoría de ellos lucían barba y bigote, casi
todos adornaban su cuello con torques, unos de oro, otros de plata…, todos los
hombres llevaban en una de sus manos un escudo mientras que en la otra
portaban espadas, hachas o lanzas no muy largas, quienes todavía llevaban las
lanzas en la mano conservaban sus hachas o sus espadas metidas en sus
vainas, sujetas a la cinturas, e incluso alguno de ellos portaba las tres armas.
Hacían uso de casco con una parte superior semiesférica y dos protecciones
móviles a ambos lados para los pómulos, y una tercera para la nuca, en la parte
superior de casco se podía ver un penacho, algunos con forma de jabalí.
Evelyn pudo comprobar como los niños y las mujeres pasaban gritando a
su lado. Pensando que eran perseguidos por los hombres que venían
inmediatamente detrás, se preparó para disparar su arco contra uno de ellos,
pero justo en ese momento comprobó como varios de ellos se daba la vuelta
para enfrentarse a otro grupo de hombres que corría detrás de ellos, después de
unos segundos aparecieron un numeroso grupo de hombres de parecida
apariencia física, pero vestidos de modo diferente, pantalones largos hechos de
lana, camisas largas hasta tapar medio muslo, las cuales estaban ceñidas al
cuerpo por medio de una cinta de cuero atada a la altura de la cintura, zapatos
de cuero, también utilizaban una capa sin mangas fijada al hombro con un
broche. Todos lucían pobladas barbas y la mayoría la tenían trenzada de
diferentes formas. Algunos lucían cotas de mallas realizadas a base de anillos
metálicos entrelazados, la mayoría utilizaban chalecos realizados con varias
capas de cuero endurecido a modo de armadura, muchos de ellos utilizaban
cascos con protección para los ojos, a modo de antifaz. Todos ellos portaban
escudos redondos, realizados con madera y acabados con un borde metálico
remachado, el cual servía para unir todas las piezas, en el centro se podía
apreciar un remate metálico, algunos tenían sus maderas cubiertas por pieles
endurecidas, casi todos estaban adornados con símbolos guerreros de vivos
colores. Muchos de estos hombres portaban en su mano libre una espada
sencilla de doble filo las cuales no parecían muy afiladas. Otros muchos
hacían uso de hachas de un metro de largo más o menos. Llamaba la atención
un saliente al final de la hoja, por la parte del mango. Algunos hacían uso de
lanzas y otros pocos llevaban en sus manos martillos de guerra con una
longitud de unos ochenta centímetros. Unos pocos llevaban a sus espaldas
arcos.
Evelyn comenzó a derribar hombres del segundo grupo con sus flechas,
Bily, al ver la seriedad del ataque, no le quedó más remedio que desenvainar
su espada, Fredo Silva al ver a sus amigos enfrentarse a sus perseguidores, se
bajó de su caballo. Momento en el que Bily le cedió su espada para sacar a
relucir sus sais.
Fredo Silva: Pero si yo no sé utilizar esto.
Bily: Pues aprende rápido, o muere para siempre.
Hipólita que estaba en la cueva de Merlín oyó gritos fuera y cuando salía,
tropezó con algunos niños que pretendían pedir ayuda a Merlín, una vez fuera
y repuesta del susto pudo ver como sus tres amigos y unos pocos hombres
desconocidos, eran atacados por un grupo de hombres, sacó su arco y comenzó
a lanzar flechas contra ellos. Tristán salió detrás de Hipólita.
Hipólita: Tristán, es mejor que tú te vayas para dentro.
Tristán: Yo estoy aquí para salvar a mi hijo, y haré todo lo que esté en mi
mano.
Hipólita: Tristán, tú no estás preparado. Además alguien tiene que llevar el
antídoto a Dylan.
Tristán: Para eso está Naitom. Ahora lo que necesitamos es que esos no
destruyan la choza, con todo lo que hay dentro, ni maten a Merlín.
Hipólita: En eso tienes razón.
Tristán Como dijo Mahatma Gandhi: “Cuando hay tormenta los pajarillos se
esconden, en cambio el águila vuela más alto”. Y yo no soy un pajarillo.
Tristán se lanzó a la carrera con el mazo de Thor en su mano, más que
manejar el hombre al arma, era el mazo quien manejaba a Tristán. Cuando el
grupo de hombres ya estaban cerca de Bily, Evelyn, Fredo y sus nuevos
compañeros de batalla, Evelyn dejó su arco para utilizar la espada, varios de
los atacantes cayeron. Mientras tanto Hipólita no dejaba de lanzar flechas al
tiempo que se acercaba a sus amigos. Evelyn manejaba su espada como si
hubiera nacido con una en la mano, Bily ponía en práctica todas las horas de
entrenamiento con sus compañeras de viaje, Fredo Silva no manejaba bien la
espada, pero su fuerza le permitía desarmar a sus enemigos con facilidad, al
poco tiempo consiguió un escudo para poder defenderse de los ataques de sus
enemigos, el resto de hombres combatía con bravura, Tristán se sumó a la
batalla, quien permanecía en pie gracias al martillo mágico de Thor. A Tristán
le produjeron varios cortes en su ropa, que gracias a la camiseta que Bily le
había entregado poco antes, no tuvo consecuencias mayores. Cuando se le
acabaron las flechas a Hipólita, ésta desenvainó su espada y volvió a sacar la
auténtica guerrera que llevaba dentro, dejando hombres caídos por donde
pasaba. Los atacantes daban muestras de su valentía, pero no conseguían
abatir a ningún contrincante, ni siquiera conseguían producirles heridas, lo que
les desalentaba.
Después de varios minutos de lucha sin tregua el grupo de atacantes se
había reducido considerablemente y los que aún quedaban en pie decidieron
retirarse, mientras estos hombres huían, un arquero escondido en el bosque le
alcanzó con una flecha en el pecho a Bily, a quien le hirió de muerte,
desplomándose al momento, Tristán y Evelyn se dirigieron hacia él, Evelyn le
rasgó la camiseta y vio que tenía la flecha clavada en la zona del corazón y
que lo más probable era que su vida acabase en ese momento. Miró a Tristán y
vio que este tenía su camiseta con varios cortes. En seguida se dio cuenta de
que Bily le había dado su chaleco a Tristán.
Mientras, la lluvia que cada vez era más intensa, caía sobre el rostro de
Bily, la llama de la vida acabó por apagarse en su interior. El cielo lloraba su
muerte. En un segundo pasaron por la cabeza de Evelyn todas las experiencias
vividas a su lado.
Hipólita intentó ver quien había lanzado la flecha pero no consiguió ver
nada. Fredo Silva corrió unos metros detrás del arquero, pero apenas pudo ver
una sombra desaparecer en la espesura del bosque. Hipólita y Fredo Silva se
dirigieron hacia donde estaba el cuerpo inerte de Bily, allí estaba Evelyn
abrazada a él, con la mirada perdida, poco después separó su cuerpo y clavó
sus ojos en los de Bily.
Hipólita: Evelyn, ha llegado el momento, ya puedes cumplir con tu misión y
tu deseo, llevándote a Bily contigo.
Evelyn: No puedo hacerlo. Le amo demasiado y me he dado cuenta, de que lo
que realmente quiero es que sea feliz, y si no está cerca de su hija, no lo será
jamás. Todo lo que ha vivido estos últimos días demuestra que está dispuesto a
darlo todo por ella. Doy gracias a Odín por haberme permitido volver a estar a
su lado, aunque haya sido tan poco tiempo.
Evelyn se quedó mirando fijamente a los ojos Bily, le arrancó la flecha de
su pecho y la clavó a su lado, una lágrima se deslizó por su mejilla cayendo
sobre la herida de Bily. Había tomado una decisión.
Evelyn: El cruel destino no deseaba vernos juntos... seguro que no contaba
con esto… Perdóname por todo Bily... Tristán dile a Bily, que nunca me olvide
Evelyn posó suavemente a Bily sobre el manto de hierba, agarró su rostro
delicadamente con sus manos, y mirándolo fijamente con sus ojos húmedos,
dijo:
Evelyn: Bily... Solo te puedo pedir una cosa... Aunque ahora estés con otra
mujer... Por favor…, no te olvides de mí, ni de nuestra historia.
Evelyn se hizo una bola de fuego y se esfumó por la herida que Bily tenía
en el pecho, poco a poco esta se fue cerrando y al momento todos pudieron ver
como comenzaba a mover sus manos. Ninguno de los presentes, excepto
Merlín, podía salir de su asombro. Evelyn le había devuelto a la vida a su
amado, a cambio de la suya.
Cuando Bily abrió los ojos, vio como todos los compañeros de la última
batalla librada, estaban a su alrededor, observándole, excepto Evelyn, Naitom
y Jaky.
Bily: ¿Qué ha pasado?..., ¿Dónde está Evelyn?.
Preguntaba Bily todavía aturdido, por todo lo que le había sucedido.
Mientras se miraba y se tocaba el pecho en el lugar donde debía estar la
herida, no había ni rastro de ella, ni siquiera una tenue cicatriz, pero en su
lugar noto algo, era una lágrima de cristal.
Bily: ¿Qué es esto?.
Merlín: No es que, sino quien.
Tristán: Alguien te lanzó una flecha, que acabó con tu vida, pero Evelyn se
convirtió en fuego y desapareció por ella, al momento tú volviste a moverte, y
esa piedrecita apareció en el lugar donde te hirieron.
Merlín: En realidad es una lágrima que Evelyn derramó sobre ti al verte
inerte.
Bily agarró fuertemente la lágrima entre sus manos. Mil preguntas
pasaron por su mente.
Hipólita: Vámonos, no hay tiempo que perder, estamos en una zona muy
peligrosa, todavía no hemos acabado lo que vinimos a hacer.
Tristán y Fredo Silva le ayudaron a levantarse. Todos se dirigieron a la
choza. Bily miró a Merlín buscando una explicación más completa y
convincente.
Merlín: Las valkirias pueden crear fuego, pueden curar heridas y pueden
convertirse en fuego eterno. Lo que no acabo de entender es quien te mató
realmente.
Hipólita: ¿Qué quieres decir?
Merlín: Estos niños, mujeres y hombres a quienes habéis defendido, al igual
que yo, somos celtas.
Bily: ¡Celtas!. Yo también soy celta.
Merlín: Si, ya lo sé.
Bily: Tengo muchas preguntas que haceros.
Merlín: En otro momento, que ahora no tenemos tiempo. Quienes nos
atacaron son vikingos, y a pesar de que ellos rara vez utilizan el arco en sus
ataques, hay algo extraño en la flecha que alcanzó a Bily.
Fredo Silva: Cuando el asesino huyó, me dio la sensación de que era una
mujer y no un hombre.
Bily: Eso explica porque siempre hacia fuego tan rápidamente, porque nos
curábamos las heridas tan rápidamente y porque estoy vivo de nuevo.
Al momento llegó Naitom extenuado por el esfuerzo.
Naitom: Aquí tienes la artemisa.
Merlín: Fredo, tienes el muérdago.
Fredo Silva: Esto, yo, Jaky, esos hombres…
Bily: Vamos, que no lo tienes.
Fredo Silva: No.
Bily: Pero, la habéis encontrado, ¿no?.
Fredo Silva: Si, la encontramos, pero...
Bily: No hay tiempo que perder, vamos a buscarla.
Merlín: Tranquilo Bily, que para este antídoto no hace falta el muérdago.
Bily: Haberlo dicho antes, que casi me da un patatús.
Merlín tomó la planta y se dispuso a preparar el antídoto del veneno que
había tomado el pequeño Dylan.
Merlín: Bily, realmente tienes grandes amigos.
Bily: Lo se… Naitom, ¿qué ha pasado?, ¿por qué has tardado tanto?.
Naitom: He corrido durante más de dos horas, para conseguir esta planta.
Bily: Y estarás cansado y todo.
Naitom: Cuando recupere el aliento y todo esto acabe, te vas a enterar.
Cuando Merlín se disponía a preparar el antídoto, la inquietud y el
nerviosismo hacia que todos se pusieron alrededor de Merlín para ver lo que
hacía, mientras tanto Bily, no podía dejar de pensar en Evelyn. Merlín cogió la
artemisa y la colocaba en un mortero, poco después hacía lo mismo con la
planta de anís, cuando ya tenía bastante cantidad de plantas estrujadas, las
echó en un cuenco de plata, al que le añadió un poco de agua, y lo puso al
fuego, poco después, cuando quedaba la mitad del vaso, retiró el vaso de
fuego, cogió otro vaso, sobre el que puso una cuchara de oro agujereada, y…
Merlín: Azúcar, necesito azúcar…
Merlín se puso a buscar entre todos sus frasquitos.
Merlín: Vaya no tengo azúcar y es difícil de encontrar.
Tristán: Toma, aquí tienes dos azucarillos.
Bily: Por fin sirve de algo que siempre lleves dos azucarillos en el bolsillo.
Tristán: Hombre, cuando te quejas del café, no le pones pegas.
Bily: Pero eso no es importante.
Tristán: Pues para mí si lo es.
Mientras, Merlín continuó preparando el antídoto, colocó un azucarillo
sobre la cuchara, y sobre este vertió la infusión de artemisa y anís, momento
en el que la infusión de color verde comenzó a tornarse en una mezcla lechosa
y blanquecina, entonces cogió un palo con llama del fuego y lo acercó al
azúcar empapado, comenzando a arder el alcohol de la mezcla, posteriormente
introdujo la cuchara, con el azúcar, en el vaso y comenzó a remover, mientras
el alcohol seguía ardiendo, cuando el fuego empezó a debilitarse, apagó la
llama y echó un trozo de hielo en el vaso.
Merlín: Toma Tristán, debes dar de beber esta mezcla a Dylan.
Tristán: ¿Estás seguro de que esta queimada funcionará?.
Merlín: Más puede negar un burro que probar un sabio.
Bily: Creo que le has ofendido, muchas veces, hablas antes de pensar.
Merlín: Si dudas de mí, no se lo des, pero es tu única esperanza.
Hipólita: No le hagas caso, ten en cuenta, que la vida de su hijo, pende de un
hilo.
Bily: Vayámonos, que Dylan no puede esperar más.

ÚLTIMA BATALLA

Bily, Hipólita, Naitom, Fredo y Tristán, aparecieron en la sala principal
del castillo. Cuando Tristán se dirigía hacia el pequeño para darle de beber la
pócima, oyó ruidos detrás de si, un hombre, fornido, rubio, de dos metros de
alto, apareció detrás del grupo de amigos. Con voz grave y pausada les dijo.
Thor: Dadme mi martillo.
Bily: Deja que destruyamos las gemas, después te lo devolveremos. Así, nadie
más, volverá a caer bajo la maldición de las cinco gemas.
Thor: Dadme mi martillo. Si lo vuelvo a repetir, nadie saldrá vivo de esta
sala.
Bily: Un segundo.
Thor: Se acabaron los avisos. Ninguno saldréis de esta sala. De todos modos
nadie debería tomarse la vida demasiado en serio, pues nadie saldrá vivo de
ella.
Thor se puso el primer guante de hierro.
Bily: Solo será un momento.
Evelyn: Esa frase…, creo que ya la oí antes.
Thor acabó de ponerse el segundo.
Thor: Vosotros lo habéis querido.
Bily se disponía a golpear las gemas cuando Thor estiró el brazo y el
martillo, por arte de magia, salió disparado hacia su mano, nada más agarrarlo,
se abalanzó sobre Bily, quien de un rápido salto hacia un lado, pudo apartarse
y así esquivar su mortal golpe. Mientras tanto Tristán sacó del castillo a Dylan,
junto a Genoveva y acompañado por Jennifer y Ailish. Fredo y Naitom
consiguieron golpear a Thor, pero este de un rápido movimiento golpeó con su
martillo a Fredo, a quién derribó. Rápidamente Hipólita desmontó su arco y
utilizó una flecha para disparar a Thor, momento en el que Bily desenvainó su
espada para atacar a su oponente, pero este le lanzó su martillo a Hipólita y al
mismo tiempo esquivó el ataque de Bily, pero sólo en parte, pues Bily
consiguió cortar en dos el cinturón mágico de Thor, que le daba el doble de
fuerza. Ya sólo quedaban en pie Bily y Naitom.
Naitom y Bily atacaban constantemente a Thor quien se defendía y
contraatacaba a sus oponentes con su martillo, Naitom gracias a su rapidez
conseguía esquivar todos los ataques pero Bily fue alcanzado varias veces por
el martillo de Thor, gracias a su nueva condición de inmortal sus heridas se
curaban rápidamente. Bily consiguió alcanzar con su espada varias veces a
Thor, pero este también tenía la protección del grafeno, con la diferencia de
que tenía una camiseta de manga larga y unos pantalones, de modo que sus
puntos débiles desaparecieron.
Thor logró arrebatar a Bily su espada, quien rápidamente saca los dos
sais. Poco después Thor hirió a Naitom en una de sus piernas y Bily se quedó
sólo ante el peligro, no veía manera de acabar con su oponente, era más fuerte,
más rápido y no tenía puntos débiles, solo la unión con Evelyn le daba una
oportunidad, pero veía la victoria imposible. Bily se ponía en guardia ante su
oponente, con los dos sais por delante, entonces tubo una idea. Bily se lanzó al
ataque sin vacilar, ahora ya sabía lo que debía hacer, atacaba constantemente a
su oponente, con el fin de encontrar el momento oportuno, mientras Thor se
defendía y atacaba con su martillo y con la espada recientemente conseguida,
después de varios minutos, las horas de entrenamiento al lado de Naitom
daban su resultado. Bily conseguía alcanzar con sus sais en dos puntos al lado
del corazón de Thor, consiguiendo detenerlo, al igual que Naitom había hecho
con él. Al fin Bily había acabado con su oponente, al momento fue a
comprobar como estaba Naitom.
Bily: ¿Cómo te encuentras?.
Naitom: Bien, pero debes devolverle a la vida, antes de que sea demasiado
tarde.
Bily: Pero…
Naitom: Tú no eres un asesino.
Bily: Como desees.
Cuando Bily se disponía darle otro golpe para reactivarle el corazón una
mujer le paró.
Hilda: Alto, es una decisión del Dios Odín. Tú debías acabar con la vida de su
hijo Thor, para que nosotras las Valkirias lo llevásemos a su lado.
Bily: ¿Quiénes sois?.
Hilda: Mi nombre es Hilda, y soy una Valkiria, enviada por Odín, para llevar
de vuelta a su hijo Thor.
Bily: Y, ¿no le podías llevar vivo?.
Cuando Hilda se dispone a contestar, aparece otra mujer.
Hilda: ¿Tu que haces aquí?.
Brunilda: Evitar que te lleves a Thor.
Hilda: No lo permitiré.
Ambas mujeres comienzan a luchar entre sí, pero la pelea no dura
demasiado y Brunilda vence con cierta facilidad a Hilda, ésta no acepta la
derrota y se revuelve, cuando Brunilda se dispone a darle el golpe de gracia
aparece otro hombre en la sala.
Odín: Detente Brunilda.
Brunilda se detuvo, pero no apartó su arma del cuello de Hilda.
Bily: ¿Alguien me puede decir que está pasando?.
Odín: Thor, el hombre al que acabas de matar es mi hijo.
Bily: Yo, sólo intentaba defenderme y salvar a mis amigos.
Odín: Brunilda era la única guerrera capaz de acabar con la vida de Thor, pero
ella se negó, la otra posibilidad era que yo mismo lo hiciera, pero no podía.
Entonces, busqué al mejor guerrero de la historia de la humanidad.
Bily: Y, ¿qué pinto yo en todo esto?.
Odín: Busqué al mejor guerrero de la historia de la humanidad pero ninguno
podría vencer a Thor.
Bily: Pues yo le vencí.
Odín: Tú solo jamás habrías vencido a Thor. La siguiente opción era reunir a
varios de los mejores guerreros de la historia. Y los encontré, pero aun así no
serían lo suficientemente buenos como para vencer a Thor.
Bily poniendo cara de ya te lo he dicho, volvió a repetir.
Bily: Con la ayuda de mis amigos, pero yo le vencí
Odín: Debía buscar algo más, una combinación perfecta, y entonces te
encontré a ti, un ingeniero con conocimientos de un compuesto extraordinario,
como lo es el grafeno, capaz de conseguir que algunos de los mejores
guerreros de la historia se pongan de su parte, para ayudarle en su causa, capaz
de entrenar hasta la extenuación y luchar por salvar a sus amigos, sobre todo
para salvar a su familia de cualquier circunstancia.
Bily: Pues yo le vencí, aunque gracias a mis amigos.
Odín: Aun así jamás hubieras vencido a Thor, todavía te faltaba algo, la pieza
más importante del puzle. A ti ya te había encontrado, así que envié a una
valkiria, al pasado, para que tuviera una hija con un mortal, de la cual deberías
enamorarte.
Bily: No hubiera sido más fácil enviar a una valkiria para que me enamorase
de ella.
Odín: Si, hubiera sido más fácil, y aunque los hombres nos enamoramos
fácilmente de una chica guapa y sonriente, no podía arriesgarme. El que
escribe en el alma de un niño escribe para siempre, y el primer amor es el que
realmente llega al corazón, el más importante, el que nunca se olvida, el que
marca tu vida, es un amor mágico, y para asegurarme ese primer amor debía
asegurarme de que fuerais jóvenes.
Bily: En cambio te arriesgaste a que Evelyn y yo no nos enamorásemos.
Odín: Aunque no hubiera surgido el amor, como pareja, si habría surgido el
amor como amigos. Aunque no hubieras estado enamorado de ella en ningún
momento de tu vida. ¿No habrías dado tu vida por ella?.
Bily: Sin pensarlo.
Odín: Por eso era importante que os conocierais desde niños. La elección de
vuestros padres no fue una casualidad. Además eso para mí no era un
problema.
Bily: Pues vaya.
Odín: Cuando erais mayores y estabais preparados, reclutamos a Evelyn.
Evitar que su padre no consiguiera, las cinco gemas para salvarla a ella y a su
familia, fue fácil, cosas de la tentación. Así que ya teníamos otra pieza del
puzle. El siguiente paso fue sencillo, apartar a tu hija de ti, y hacerte pasar por
varias pruebas para sacar al guerrero que llevas dentro y de paso reclutar a
algunos de los mejores guerreros de la historia. Lo más complicado fue
conseguir que permanecieras vivo hasta el momento preciso, para que en el
último instante te mataran y que Evelyn te salvara la vida a cambio de la suya
propia y así darte la inmortalidad.
Bily: ¿Me lo puedes repetir?.
Odín: Tú conocías el grafeno para hacerte un poderoso chaleco, y mantenerte
vivo durante todas las guerras en las que te has metido, pero tú no consentirías
que tu mejor amigo muriese fácilmente, por lo que tuvimos que envenenar a su
hijo, para que este fuera contigo a la guerra, donde le entregarías tu chaleco,
quedando tú desprotegido, y vulnerable, de este modo sería más fácil matarte,
pero sabíamos que Evelyn no dejaría que murieses, te ama tanto que te daría
su vida por ti sin pensarlo, cosa que así hizo, y cuando una valkiria salva la
vida a un mortal, convierte a este en inmortal, de ahí la importancia de que
fuese hija de una valkiria, aunque después su madre ya no pudiese volver a
serlo, porque como sabes estas son vírgenes.
Bily: Te ama tanto. ¿Qué quieres decir con eso?. ¿Acaso Evelyn sigue viva?
Odín: Adiós Bily, nos tenemos que ir.
Bily: No hubiera sido más fácil matarme y que ella diera su vida por mí.
Odín: Y donde estarían esos amigos que te entrenaron y te ayudaron.
Bily: PERO DIME, ¿EVELYN SIGUE VIVA?.
Odín, mirando a Bily murmulla algo.
Odín: Por cierto Evelyn, aunque tú tuvieras los dos comodines, yo he ganado
la partida.
Bily: ¿Decías algo?
Al instante Odín, Hilda y Brunilda cogieron a Thor y desaparecieron.
Bily se queda pensativo, y se pregunta a si mismo.
Bily: Lo que no entiendo es por qué Evelyn. Su trabajo lo podía haber hecho
cualquier otra valkiria.
No acababan de irse cuando por la puerta entró Tristán corriendo.
Bily: ¿Qué tal está Dylan?
Tristán: Recuperándose. ¿Qué ha sucedido?
Naitom: Thor mató a Hipólita y a Fredo y me hirió a mí en una pierna, y
después Bily acabó con él, gracias a la fuerza y a la inmortalidad que Evelyn
le dio.
Tristán: ¿Dónde está Thor?.
Bily: Odín, su padre, y dos valkirias se lo llevaron.
Tristán: Hablando de valkirias. Evelyn me dijo que te dijera que no te
olvidases de ella, que mientras te sigas acordando de ella, permanecerá viva.
Bily: Es imposible no acordarse de una mujer como ella, es más es imposible
olvidarse por un segundo de una mujer como ella, y créeme, permanecerá viva
dentro de mí.
Tristán: Eso espero.
Bily: Odín me dio a entender que Evelyn está viva dentro de mí.
Tristán: Eso es imposible.
Naitom: Seguro que tu amor por ella desea que siga viva, y eso te hace pensar
en lo imposible.
Bily: Será eso. Que cosas tengo. Evelyn viva dentro de mí. No puede ser. Es
imposible.
Merlín: Hola Bily. No olvides el regalo que te dejó al morir.
Bily rebuscó entre sus bolsos hasta que encontró algo, sacó la mano, la
abrió y pudo ver la lágrima de cristal. En ella pudo ver la mirada de Evelyn, y
mil y un recuerdos se pasaron por su mente.
Naitom: Quien lo iba a decir, deseando pasar una vida entera uno al lado del
otro y ahora vais a pasar la eternidad uno dentro del otro.
Cuando todo acabó Bily se acercó a Hipólita, clavó sus rodillas a su lado
y dijo:
Bily: Hipólita, Fredo, Jaky, Gabi… Evelyn… Perdonarme amigos, por mi
culpa habéis perdido la vida, nunca me perdonaré no haber tomado el veneno
en su momento. Sólo espero que donde estéis, sepáis perdonarme. Jamás
olvidaré lo que habéis hecho por nosotros.
Naitom se le acerca y le pone la mano sobre el hombro.
Naitom: Bily, no te culpes por su muerte. Ayudarte ha sido una decisión
personal de cada uno. Estoy seguro de que si mañana tuviesen que volver a
ayudarte, lo harían sin pensarlo, porque eres un hombre noble y con honor…
Yo lo haría
Bily se gira y levanta la mirada.
Bily: Pero…
Naitom: No digas nada y ve a reunirte con tu familia. Lamentarte por lo
sucedido no les va a devolver la vida.
Bily se levanta y le da un abrazo a Naitom.
Bily: Lo siento.
Naitom: Haz que su vida, merezca la pena.
Bily se separa de Naitom y se le queda mirando.
Bily: Nada merece la pena si un amigo pierde la vida.
Naitom: Si tuvieras que elegir, ¿qué elegirías a Hipólita o a tu hija?.
Bily: Para mí, la respuesta es fácil, pero, ¿qué elegirías tú?.
Naitom: Por suerte, no tengo que elegir.
Bily: Todo depende desde el punto de vista que se mire.
Naitom: No le des más vueltas y ve a reunirte con tu familia.
Bily, Naitom y Tristán salieron del castillo junto a Merlín. Bily abrazó
con fuerza a su mujer y a su hija, mientras Tristán hacia lo mismo con su
familia.
Naitom: Hoooola. Os olvidáis de alguien.
Bily: ¡Ah si!. Tienes razón.
Bily presento a Naitom y a Merlín a todos.
Bily: Naitom, Merlín, estas son mi mujer Jennifer, mi hija Ailish, la mujer de
Tristán, Genoveva, su hijo Dylan. Él es un amigo, mi entrenador y el mejor
luchador que jamás han visto mis ojos
Jennifer: Encantada de conoceros.
Merlín: Igualmente
Naitom: Es un placer, conocer las personas por las que tanto luchó Bily. Así
que tú eres Ailish.
Ailish: Si.
Merlín: Bonito nombre.
Genoveva: Mucho gusto.
Merlín: El gusto es mío.
Naitom: Mientras no seas capaz de perdonar a Bily, yo no podré decir lo
mismo. Y tú eres Dylan. Vaya susto nos has dado.
Genoveva: Fue un calentón, ahora estoy más tranquila y si que le perdono,
como no iba a hacerlo. Estoy arrepentida por como le traté, espero que él me
perdone a mí.
Bily: Claro mujer, te entiendo no es fácil perder un hijo, ven dame un abrazo.
Genoveva le dio un fuerte abrazo a Bily y un beso en la mejilla.
Genoveva: Gracias por todo. Tristán nos lo ha contado todo, e incluso, que tú
le diste tu chaleco.
Bily: Son cosas que debía hacer, y que volvería hacer sin pensarlo.
Naitom: Con todo lo que Bily nos ha hablado de vosotros, es como si os
conociera de toda la vida. No os podéis imaginar por todo lo que ha pasado
Bily, para poder reunirse con vosotros de nuevo.
Jennifer: Naitom, nos gustaría que te quedases con nosotros un tiempo, y así
nos cuentes que os ha pasado.
Naitom: No puedo, tenemos que llevar a Hipólita y a Fredo con los suyos.
Bily: Tienes razón, será mejor que vayamos. Jennifer, debo acompañar a
Naitom a realizar esta última misión.
Merlín: No te preocupes, será mejor que tú te quedes con tu familia, yo
mismo le ayudaré.
Naitom: Nosotros nos apañaremos, además tengo que pedirle un favor a
Merlín.
Bily: Como queráis, esperaremos aquí un ratito por si necesitáis nuestra
ayuda. Gracias por tu ayuda, nunca olvidaré lo que has hecho por nosotros.
Naitom: Gracias a ti, Bily. He aprendido mucho más de lo que he enseñado.
Merlín: Debes irte.
Bily: Siento que me haya gastado el dinero que nos dieron por tus zafiros.
Naitom: No te preocupes, en esta vida hay cosas mucho más importantes que
el dinero.
Bily: Sigues pensando en Ghina.
Naitom: Es imposible olvidarse de ella. Cada vez que cierro los ojos veo su
tierna y delicada mirada y su linda y dulce sonrisa, cada vez que pienso en
algo, se me aparece. Es inolvidable.
Bily: Realmente estás enamorado.
Naitom: Crees, que el tiempo me llevará hasta ella.
Bily: No lo sé.
Naitom: ¿Y Merlín?.
Bily: Si se lo pides por favor y le consigues un poco de muérdago.
Naitom: Desafiaré a todos los dioses, retaré a todos los demonios, y aunque
mi cuerpo muera, mi espíritu jamás abandonará este mundo hasta que se funda
en uno solo, junto al de Ghina. Eso después de pedírselo a Merlín.
Bily: Deseo que, por lo menos, tengas la oportunidad de que Ghina te de una
oportunidad.
Merlín: No te entretengas, seguro que tienes deberes, echar de comer al perro,
regar las plantas.
Finalmente Naitom y Merlín entraron de nuevo en el castillo.
Bily: Adiós amigo.
Jennifer abrazó a Bily, fuertemente.
Jennifer: ¡Bueno!, ya nos contarás todo lo que te ha pasado.
Sin soltarle Jennifer le dio un apasionado beso en la boca a Bily.
Bily: ¡Hay!. ¡Cómo me pica!.
Le dice Bily a Jennifer mientras se separa.
Jennifer: ¿Qué te pasa?.
Bily: Que me pica mucho aquí en un costado.
Jennifer: Ahora que me fijo, estás hecho una pena, y tu ropa, que te ha
pasado.
Bily se subió la camiseta del lado donde le picaba y pudo ver un tatuaje
que le llegaba hasta un poco por debajo de las costillas.
Jennifer: ¿Qué es eso?.
Genoveva: Es el tatuaje de una mujer.
Tristán: Se parece a Evelyn.
Jennifer: Así que te hiciste un tatuaje de esa mujer. ¿QUÉ TIENES CON
ELLA?. ¿DÓNDE ESTÁ?.
Bily: Pero si yo no he hecho nada.
Le gritaba Jennifer a Bily, mientras corría detrás de él.
Tristán: QUIETA UN MOMENTO JENNIFER.
Jennifer: A ti, ¿qué te pasa?, no le defiendas porque…
Tristán: Cuando Bily me dio su camiseta no tenía ningún tatuaje en ese lugar.
Más tarde cuando un arquero mató a Bily, y Evelyn se hizo una bola de fuego
entrando por su herida dentro de él, para revivirlo, tampoco tenía este tatuaje.
Seguro que es ella
Jennifer: No sé si creérmelo.
Bily: Que si mi vida, que no hay otra explicación.
Jennifer: Ven aquí, y abrázame.
Ailish: Y yo, ¿qué?.
Bily: Tú también, ven aquí que te demos un achuchón.
Tristán: A todo esto, ¿qué día es hoy?.
Bily: veintiuno de septiembre.
Tristán: Debemos darnos prisa.
Bily: Por eso Merlín dijo que tenía que regar las plantas. Tenemos que llegar a
casa antes de las doce de la noche.
Finalmente, todos tomaron en camino de vuelta a casa, a la carrera.
Cuando estaban llegando al parking el pastor se le acercó.
Pastor: Un rayo destruye un árbol, pero con ese árbol se pueden hacer lo que
la imaginación o la necesidad de digan
Bily: Hola buen hombre.
Pastor: Mientras hay vida hay esperanza, y tú tienes mucho tiempo para
luchar.
Finalmente todos se subieron a la furgoneta y regresaron a casa.

FINAL DE LA HISTORIA

Abuelo: Y así acabó esta historia.
Mario se queda pensativo, durante unos instantes.
Abuelo: Abilio, ABILIO, despierta Abilio.
Abilio: ¡Ah!, no, yo no estaba dormido sólo estaba traspuesto.
Abuelo: Tampoco hablabas, sólo estabas roncando. Siempre te quedas
dormido en cuanto cuento una de mis historias.
Abilio: Es que no entiendo como eres capaz de narrar tan mal, una historia tan
bella.
Finalmente Mario se decide a preguntar a su abuelo una par de cosas que
le rondaban la cabeza.
Mario: Y Bily... ¿Nunca intentó devolver la vida a Evelyn?.
Abuelo: Si, muchísimas veces, a día de hoy todavía vaga entre nosotros,
buscando el modo de poder abrazarla.
Mario: ¿Que pasó con la lágrima solidificada?.
Abuelo: Que Bily se hizo un colgante con ella.
Mario: Si esa lágrima fue la única posesión de Evelyn que quedó fuera de
Bily, cuando le salvó la vida, quizás en esa lágrima esté la clave.
Abuelo: Pudiera ser, y estoy seguro de que Bily lo probó todo para salvarla.
Mario: Si no la ha salvado, seguro que no lo ha probado todo.
Abuelo: ¿Alguna idea?.
Mario: No sé, quizás si se la tragase.
Abuelo: Y si no es eso.
Mario: Pues ya la recuperará.
Abuelo: Mirándolo así.
Ahora el que se queda pensativo es el abuelo, quien al momento se gira
hacia Abilio.
Abuelo: ¡Abi...lio!.... .Mejor dicho Evelyn.
Shirley: Aunque me gusta el nombre de Evelyn, mejor llamarme Shirley.
Al oír la extraña voz, todos se giran y en lugar donde estaba tumbado
Abilio, pueden ver a una mujer vestida con las ropas de Abilio.
Shirley: No me miréis con esa cara, que yo también estoy asustada.







A. V. Tascón

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