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en San Antonio, Texas (Estados Unidos). Cuando apenas tenía doce años, su padre lo abandonó y,
cinco años después, Rodney se inscribió en el Ejército de los Estados Unidos, desempeñándose como
secretario. Nunca se llevó bien con sus compañeros.
Allí los test psicológicos mostraron que Rodney tenía la inteligencia de un genio (con un IQ entre 160 y
170). Sin embargo, esa brillantez intelectual estaba acompañada de anomalías que, en su caso, eran el
trastorno de personalidad límite, narcisismo, trastorno antisocial de personalidad y ciertas crisis que
desembocaron en que, pasados tres años de haber ingresado a la milicia, Rodney fuese dado de baja por
sufrir varios ataques de nervios.
Después de salir del Ejército, Rodney estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de
California en Los Ángeles (UCLA), donde se graduó en 1968. Fue ese mismo año cuando Rodney
cometió su primer crimen. Se trataba de Tali Shapiro, una niña de apenas ocho años de edad que fue
abordada por Rodney mientras se dirigía a la escuela.
Tras subirla a su automóvil, Rodney la llevó a su departamento y allí la golpeó, la violó e intentó
estrangularla con una barra metálica. La niña habría muerto si no fuese porque, cuando Rodney la subió
al coche, un automovilista lo vio y posteriormente contactó a la policía, posibilitando así que los
agentes irrumpieran a patadas en el departamento, hallando a la niña tirada en el suelo de la cocina, en
medio de un charco de sangre y casi asfixiada. No encontraron a Alcalá, ya que éste se había escapado
velozmente por la puerta trasera.
Tali Shapiro
Lo que encontraron fueron abundantes fotografías, muchas de ellas de mujeres jóvenes. Alcalá había
huido y en poco tiempo estaría en New York, donde se matricularía con los nombres falsos de “John
Berger” y “John Burger” en la NYU Film School, para estudiar cine con el afamado director Roman
Polanski.
En el momento la policía sospechó de Leon Borstein, el novio de Cornelia. Gracias a eso Alcalá pudo
librarse una vez más, tomando después, bajo el nombre de John Berger, un trabajo en un campamento
cerca del lago New Hampshire.
Leon Borstein
Pero el tiempo de tranquilidad de Rodney duró poco, ya que el FBI lo había puesto entre los diez más
buscados y, mientras trabajaba en el campamento, dos chicas adolescentes se dieron cuenta de que el
guía “John Berger” se parecía demasiado al criminal Rodney Alcalá, presente en el cartel de los Most
Wanted.
Rodney Alcalá
Fue así que arrestaron a Alcalá por violar a Thali, aunque las leyes de California eran muy laxas en ese
entonces, ya que ponían énfasis en la rehabilitación de los delincuentes sexuales. Sólo estuvo 34 meses
en la cárcel, obteniendo luego la libertad condicional.
El deseo por gozar de una presa joven tenía mucha fuerza en él, lo cual lo condujo a aprovechar su
libertad condicional para secuestrar a una chica de trece años, conocida con el pseudónimo de “Julie
J.”, en Huntington Beach. El agresor aprovechó que la chica esperaba el autobús escolar, para ofrecerle
un viaje más rápido en su vehículo. En lugar de llevarla a la escuela, la llevó a la playa de Bolsa Chica,
donde la hizo ir hasta los acantilados para, una vez allí, besuquearla y forzarla a fumar marihuana. Pero
la chica logró efectuar una llamada de emergencia desde una cabina en un momento de distracción por
parte de Alcalá, consiguiendo con ello que los policías llegaran a tiempo para salvarla. Volvieron a
arrestarlo y encarcelarlo.
“Julie J.”
Ellen Hover tenía 23 años y era hija de Herman Hover, dueño de Ciro, un prestigioso club nocturno de
Hollywood. Sucedió así que, tras cumplir su breve condena por el episodio con “Julie J.”, en el verano
de 1977 Alcalá aprovechó su libertad condicional para supuestamente visitar a sus familiares en Nueva
York. La realidad fue otra y el 15 de julio de 1977 fue el último día en que Ellen Hover fue vista con
vida. Según reveló su agenda, aquel día ella tenía planificada una cita con un tal “John Berger”.
Ellen Hover
Ante lo sucedido el padrastro de Ellen contrató a un detective privado y la familia de la chica pagó un
anuncio en el New York Times, dentro del cual se solicitaba información sobre el tal “John Berger”.
Por su parte, para Rodney Alcalá fue suficiente con adoptar su verdadero nombre y así pudo entrar a
trabajar como tipógrafo en el periódico Los Angeles Times.
Jill Barcomb medía sólo 1.52 cmts. Era una chica fugitiva originaria de Brooklyn, perteneciente a una
familia de once hijos, ex voluntaria en un hospital y trompetista de su escuela secundaria. Fue recogida
por Alcalá en el Sunset Boulevard. Jamás imaginó que aquel desconocido sería el responsable de que el
10 de noviembre apareciera en medio de un terroso camino: desnuda, arrodillada (como si el cadáver
hubiese sido intencionalmente puesto de ese modo), con la mitad superior de la cabeza aplastada por
una gran roca, una mordedura en el pezón derecho, graves lesiones anales por violación y signos de
haber sido estrangulada con un cinturón, con sus medias nilón y con sus propios pantalones. A esos
macabros restos había sido reducida.
Jill Barcomb
Entretanto, el anuncio del New York Times sobre “John Berger” no estaba dando resultados: nadie
había aparecido con información. No obstante, el FBI rastreó que un tal John Berger había sido
detenido tras el llamado de dos adolescentes campistas. Interrogaron a Alcalá en relación al caso de
Hover, y éste aceptó conocer a la chica pero nunca admitió haberla asesinado, por lo que, ante la falta
de evidencias, el FBI tuvo que dejarlo tranquilo.
El 16 de diciembre de 1977, la enfermera lesbiana Georgia Wixted, de 27 años, fue encontrada muerta
en su departamento de Malibú. Yacía sobre el suelo: tenía sus medias de nilón envueltas tan
fuertemente en torno al cuello, que las marcas habían quedado grabadas en el cartílago. Su cráneo y su
rostro habían sido martillados; sus genitales habían sido mutilados y los objetos de su bolso estaban
esparcidos por todo el cuarto de baño. Además, los cajones del gabinete estaban abiertos y revueltos, y
no existían indicios de que la entrada hubiese sido forzada. La última vez que la vieron había estado
con su novia, Barbara Gale; quien, al ver al día siguiente que Wixted no aparecía, se preocupó y, junto
con algunos compañeros de trabajo, denunció su desaparición.
Georgia Wixted
Hasta el momento era manifiesto que los crímenes de Alcalá presentaban un conjunto de patrones
comunes, pero aún así nadie lo había visto con suficiente claridad. Muestra de eso fue que, en marzo de
1978, durante el tiempo en que el “Equipo Especial de 'Los Estranguladores de Hillside'” estaba
haciendo entrevistas a todos los delincuentes sexuales de la zona, Alcalá fue interrogado, aunque no
sospechaban que fuera un asesino, de manera que sólo se lo acusó y se lo detuvo por portar una
pequeña cantidad de marihuana. Aquello no era suficientemente grave, siendo así que Alcalá pudo salir
de la cárcel a finales de junio de ese mismo año. Seguía teniendo sexo de forma compulsiva con todas
las chicas que podía, a las que también les tomaba fotografías en poses sugerentes o explícitas, casi
siempre desnudas. Llego a tomar cientos de imágenes, que coleccionaba. Para entonces, el deseo de
sangre y sexo ardía en su mente. Pronto ese deseo criminal estalló.
Antes de finalizado el mes de junio, la joven Charlotte Lamb apareció muerta y desnuda en la
lavandería del complejo de departamentos en que vivía. Era oriunda de Santa Mónica, tenía 32 años y
había trabajado como secretaria. Alcalá la golpeó brutalmente con una pesada pieza de madera, la
violó, le hirió el pecho derecho, le agujereó las orejas, le laceró el área genital y la estranguló con un
cordón, empleando tanta fuerza que le destrozó la tiroides.
Charlotte Lamb
Alcalá fue el elegido, pero el premio que debía recibir nunca llegó: Cheryl canceló la cita, debido a que
había visto en Alcalá “algo espeluznante” que la asustaba. Algo se ocultaba en el brillo demencial que
alumbraba los ojos de Alcalá. Es probable que ese instinto haya salvado su vida.
“Monique H.”
Según confesaría después Alcalá, él no tenía pensado hacer lo que hizo. En realidad quería seguir
teniendo sexo con el consentimiento de la chica, pero eso solo fue posible al inicio y, cuando la
situación se complicó por el miedo de “Monique H.”, él perdió el control y la violó. Por eso no la mató
y, tras abusar de ella, la subió en su coche y condujo hasta Riverside, donde dejó a la chica y ésta
aprovechó para, desde un motel, llamar a la policía y denunciar lo sucedido. Los agentes detuvieron a
Alcalá, pero éste consiguió salir rápidamente, ya que su madre pagó la fianza.
Nunca se supo bien por qué, pero el 14 de junio de 1979, el cadáver de Jill apareció en su departamento
de Burbank. Lo último que supieron es que ese día no se presentó a trabajar, así que fueron a ver si le
había pasado algo. El día anterior había salido más temprano del trabajo para poder ir a un partido de
baseball.
Como sucedió con otras víctimas de Alcalá, el cadáver de Jill estaba desnudo y presentaba signos de
agresiones: tenía la cara y la cabeza salvajemente golpeadas, tenía profundas heridas vaginales y
rectales que evidenciaban un violento abuso sexual, los pechos llenos de arañazos y, como signo de una
bestial estrangulación, una hemorragia masiva en la zona que destrozó la laringe y la epiglotis.
Jill Parenteau
Era la mañana del 20 de junio de 1979 en Huntington Beach, cuando la niña Robin Samsoe, de 12 años,
iba hacia su clase de ballet. Samsoe estaba apurada y le había pedido prestada una bicicleta amarilla a
Schwinn, su mejor amiga. Nunca llegó. Doce días después de su desaparición, el cadáver de Robin
Samsoe fue encontrado en las estribaciones de Sierra Madre por el guardabosque William Poepke.
Robin Samsoe
El crimen había sido atroz: el pie izquierdo y algunas partes de las manos del cadáver no estaban, la
cabeza estaba separada del cuello y, cerca de uno de los zapatos de la niña, yacía un cuchillo de cocina.
La putrefacción del cadáver impidió saber si hubo o no violación anal y vaginal, pero la naturaleza de
los anteriores crímenes de Alcalá permitía afirmar que lo más probable era que así hubiera sido.
Jackye Young, vecina de Robin, contó que aquel 20 de junio había visto a un hombre extraño
intentando convencer a la pequeña Samsoe y a su amiga Bridget Wilvert para que posasen en traje de
baño y él las fotografiase. Estaban jugando en la playa, cerca de los acantilados. Cuando la policía
entrevistó a Jackye Young y a Bridget Wilvert, ambas proporcionaron datos convergentes para la
elaboración de un retrato robot que coincidía con el rostro de Rodney Alcalá.
Retrato robot
Importante fue el testimonio de la guardabosque Dana Crappa, del Bosque Nacional de Los Ángeles.
Ella contó que ese 20 de junio de 1979, había visto a un hombre intentando llevar a una niña hacia un
arroyo. Según dijo, el modelo de automóvil que el hombre conducía era un Datsun F10: exactamente el
mismo que en ese entonces poseía Rodney Alcalá. El 24 de julio de 1979, fue arrestado en el
departamento de sus padres en Monterey Park.
Al momento de su detención, tenía alquilado un local de almacenamiento en Seattle, dentro del cual la
policía encontró cientos de fotos de mujeres jóvenes y niñas, además de una bolsa con objetos
personales que aparentemente pertenecían a las víctimas.
La nueva foto de detención
Entre esos objetos estaban unos aretes de oro que, según la madre de Robin Samsoe, eran suyos,
aunque usados por su hija. Esa colección de imágenes y objetos de las víctimas eran los trofeos del
asesino. Su colección de más de novecientas fotografías y ciertas evidencias, hicieron pensar que podía
haber matado entre 30 y 130 mujeres.
Largo y tortuoso fue el juicio de Rodney Alcalá. En 1980 se le condenó por el asesinato de Robin
Samsoe, ratificándose la condena en 1986, anulándose posteriormente y reanudándose finalmente. El
proceso recibió gran atención por parte de los medios, convirtiéndose así en una suerte de espectáculo,
entre cuyos rasgos más llamativos estuvieron la presencia de Charlize Theron (quien interpretó a la
asesina en serie Aileen Wuornos en la película Monster) y la actuación de Alcalá como su propio
defensor en cierta etapa del juicio, cambiando el tono de su voz según hablara como acusado o
abogado.
El juicio
Subió al estrado y durante cinco horas interpretó los papeles de ambos, interrogador y testigo,
preguntándose cosas y dirigiéndose a sí mismo como “el señor Alcalá” con una voz más profunda de
lo normal, y luego respondiendo a ellas. Durante este extraño espectáculo, dijo a los miembros del
jurado que se encontraba en Knotts Berry Farm cuando Samsoe fue secuestrada.
Mostró al jurado una parte de su aparición en El Juego de las Citas de1978, en un intento de demostrar
que los pendientes que se encontraron en su casillero de Seattle eran suyos, no de Samsoe, pero los
aretes que llevaba en el programa se veían tapados por su cabello largo, que le llegaba hasta los
hombros. No hizo ningún esfuerzo significativo para disputar los cuatro cargos adicionales.
Un detective de la policía llamó a Alcalá “una máquina de matar” y otros lo compararon con Ted
Bundy. Rodney Alcalá siempre negó haber asesinado a Robin Samsoe, pero fue declarado culpable de
dicho crimen, sobre todo por la abundancia de testigos. Pese a todas las complicaciones, en 2010 se
llegó, sobre todo gracias a pruebas de ADN, a la resolución de que Alcalá era culpable de secuestro,
violación y de los asesinatos de Robin Samsoe, Jill Barcomb, Georgia Wixted, Charlotte Lamb y Jill
Parenteau.
Después de menos de dos días de deliberación, el jurado declaró culpable a Alcalá de los cinco cargos
de asesinato en primer grado. Un testigo sorpresa durante el juicio fue Tali Shapiro, primera víctima
conocida de Alcalá. Fue condenado a muerte en tres ocasiones.
Los titulares
En marzo de 2011, los investigadores del condado de Marin, al norte de San Francisco, anunciaron que
estaban seguros de que Alcalá era el responsable del asesinato de Pamela Jean Lambson, de 19 años de
edad, quien desapareció en 1977 después de hacer un viaje a Muelle de los Pescadores para posar ante
un hombre que se había ofrecido para fotografiarla. Su maltratado cuerpo desnudo fue encontrado
posteriormente en el condado de Marin, cerca de una ruta de senderismo. Sin huellas dactilares o ADN
utilizable, no pudieron presentarse cargos.
Una investigación está en curso en Seattle sobre la posible conexión de Alcalá con los asesinatos de
Antonieta Wittaker, de 13años de edad, en julio de 1977; y de Joyce Gaunt, de 17 años, en febrero de
1978. Desde septiembre de 2013, 120 fotos tomadas por Alcalá se publicaron en Internet, y la policía
solicitó la ayuda del público para lograr identificar a la gente que aparece en los retratos.
En junio de 2012, Rodney Alcalá fue extraditado a Nueva York. El 7 de enero de 2013, recibió una
sentencia adicional de 25 años de cárcel. Actualmente aguarda su ejecución en la prisión de San
Quintin.
VIDEOGRAFÍA:
BIBLIOGRAFÍA:
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21 comentarios:
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Anónimodomingo, 25 de octubre de 2015 a las 15:52:00 GMT-6
Repetido. Igual todo bien!
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Muy buen relato ECS, Sigo esperando el de la familia Santoy Riverol, debo confesar que yo sigo
enamorada del joven asesino...
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Anónimomiércoles, 28 de octubre de 2015 a las 04:11:00 GMT-6
Pos esq Vanessa asi como se te hace atractivo Diego a estas mujercitas el greñudo les dio confianza y
hasta sintieron bonito que las pelara yo no se como sabe la policia que muchas de ellas consintieron las
relaciones pero ahi esta lo malo como la juventud de ahora les vale equis a los chabos mira que en
youtube hay miles de 12 añeros besandose y haciendo cosas que asu edad ps yo estaria jugando con
tierra en vez de estar pensando en hacer hijitos.
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http://escritoconsangre1.blogspot.mx/2010/02/diego-santoy-riveroll-asesino-de.html
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