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INSTITUCIÓN Universidad Mesoamericana de San Agustín

NOMBRE COMPLETO DE LOS INTEGRANTES


- Anna Cecilia Castillo Echeverría
- Edgar Uriel Chan Hong
- Dafne Asunción Flores Cocom
- Karina María Palma Castro
NOMBRE DEL EQUIPO “Las Marquesitas”
LICENCIATURA Criminalística
ASIGNATURA Criminología
SEMESTRE 1er semestre
JUANA BARRAZA “LA MATAVIEJITAS”
Juana Barraza Samperio nació el 27 de Diciembre de 1957 en Epazoyucan Hidalgo, México.
Sus padres fueron Trinidad Barraza Ávila y Justa Samperio.
Desde pequeña sufrió el rechazo de su madre debido a que era alcohólica y constantemente
la maltrataba y humillaba, con el tiempo, Barraza comenzó a sentir odio y resentimiento hacia
su madre.
Juana al no saber leer y escribir se dedicó a todo tipo de ventas que no le dejaron muchos
frutos económicos, hasta que comenzó a vender palomitas en las peleas de lucha libre.
Un día un hombre de la lucha libre vio en ella un gran potencial como luchadora. Se hacía
llamar “La Dama del Silencio” ya que era muy reservada. Dejó la lucha libre debido a un
accidente que sufrió en el ring en una ocasión.
Fue en el año de 1998 en la Ciudad de México cuando se comenzaron a reportar crímenes
contra mujeres de la tercera edad. Al principio, la policía suponía que el responsable de todos
los crímenes contra las ancianas era un hombre vestido de mujer para obtener el acceso a la
casa de las víctimas. E incluso se llegó a rumorar que eran un grupo de personas quienes
cometían los asesinatos contra las mujeres de la tercera edad, un grupo de personas fueron
arrestadas como principales sospechosos, pero las mujeres seguían siendo asesinadas. Al
final, el 25 de Enero del 2006 arrestaron al autor de los crímenes contra ancianas, su sorpresa
fue que no se trataba de un hombre, sino de una mujer.
Tras el asesinato de Ana María Reyes Alfaro, una mujer de la 3era edad, un jóven de 25 años
(inquilino de la mujer) se percató de que una mujer salía del domicilio de Ana María y
también se percató que la mujer no tenía signos vitales, por lo que llamó a la policía y
atraparon a la mujer, se trataba de Juana Barraza.
En su relato, Juana dijo que vio a Ana María regresar a su casa después de hacer el mandado,
ya que la veía cargar bolsas de supermercado e iba caminando lentamente, Juana se ofreció a
ayudar a la señora para cargar las bolsas. En el transcurso, Juana le comentó que se dedicaba
a hacer servicios de lavado y planchado. Ana María le ofreció pagarle a Barraza $22.00 por la
docena de ropa, por lo que Juana le dijo que era muy poco, a lo que la mujer le respondió:
“Así siempre son las gatas, quieren ganar demasiado”
Fue a partir de ahí donde Juana desató su furia y asesinó a la mujer, tomó un estetoscopio
que había sobre la mesa, se colocó detrás de la anciana y la privó de la vida.
Aprovechaba el hecho de que eran mujeres que vivían solas en casa e iba con el pretexto de
ofrecerles programas de beneficencia para las personas de la 3era edad. Su “amabilidad”
hacía que las ancianas creyeran en ella y las dejará pasar, al entrar las estrangulaba de forma
inmediata y cuando ya estuvieran inconscientes les robaba objetos de valor.
Un dato curioso, es que Juana siempre vestía de rojo cuando cometía sus crímenes.
El día de su detención dijo que mataba ancianas porque las odiaba, ya que veía en ellas el
reflejo de su madre que siempre la maltrataba, la hacía menos, la maldecía e incluso en una
ocasión la ofreció a un señor.
En 2008, Juana Barraza fue condenada a 759 años y 17 días de prisión en Santa Martha
Acatitla, por homicidio y robo.
LA CASA ZURITA
El 22 de agosto de 1999 una familia en Yucatán sufrió un ataque de 5 delincuentes, fueron el
feminicidios de Elda Zurita Ricalde Azcorra de 70 años de edad, y Cynthia Sue Ricalde
Zurita de 35 años de edad.
Fueron asesinadas de forma cruel en el interior de la casa 549
Alejandro Carlo Varela Baeza, novio de Cynthia Ricalde, quien era practicante de artes
marciales fue herido gravemente al recibir 15 heridas punzocortantes en varias partes de su
cuerpo, pero sobrevivió.
Los agresores después de cometer los crímenes tomaron todo el dinero que la señora Elda
Ricalde tenía en su poder, ya que ella era prestamista.
Los delincuentes huyeron al percatarse de la presencia de William Ricalde Gamboa, ex-
esposo de Elda Zurita y padre de Cynthia Sue.
Los hechos habrían ocurrido entre la 9:00 y 9:30 pm del 22 de agosto de 1999, los criminales
aprovecharon que la señora Elda estaba sola en casa, ya que Cynthia había salido con su
novio Alejandro. Ella les abrió la puerta muy confiada ya que luego se confirmó que la
señora conocía a uno de los 5 delincuentes ya que su “cliente” aparte la cerradura no había
sido forcejeada. Amordazaron a la mujer con cinta adhesiva y la subieron a la planta alta y la
comenzaron a torturar para que confesara en dónde tenía guardado el dinero y sus alhajas
pero ella no quiso confesar, finalmente los crimina
les estrangularon a la mujer hasta matarla.
En ese momento llegó Cynthia Sue junto con su novio Alejandro Varela a la casa,
inmediatamente los criminales agredieron a la jóven, la llevaron al baño y ahí le deshicieron
el cráneo a martillazos hasta matarla.
Alejandro antes de ser atacado con el objeto punzocortante fue golpeado en varias ocasiones
con la intención de matarlo e incluso varios golpes en la cabeza con un martillo, pero como
antes mencionado, sobrevivió.
Alejandro dio la pista para atrapar a los delincuentes, al hacer la investigación en la casa se
dieron cuenta que había un celular, a uno de los criminales se le cayó. Y eso ayudó mucho a
dar con ellos.
Finalmente todos fueron arrestados, pero hace 3 años en 2019 uno salió libre.

LAS POQUIANCHIS
Delfina, María de Jesús, Carmen y María Luisa Gonzales, nacieron en El Salto, Jalisco. Su
madre era una fanática religiosa y su padre fue parte del cuerpo policial durante el gobierno
Porfirista, él era alchólico y constantemente las maltrataba. Su padre las obligaba a presenciar
los castigos e incluso las ejecuciones de los detenidos.
En 1938 Carmen se relacionó con un criminal, al que tiempo después abandonó. Sin
embargo, durante ese periodo aprendió todo lo necesario sobre el negocio de los bares. Y
pronto abrieron su primer burdel. En este las hermanas atraían a jóvenes de entre 13 y 16
años con la promesa de un trabajo como empleadas domésticas y las prostituían.
En 1954, abrieron el “Guadalajara de Noche”, este establecimiento era parecido a un motel.
El mismo alcalde proporcionó los permisos a cambio de favores íntimos. En este
establecimiento algunas de las mujeres eran engañadas y otras eran compradas. A estas
mujeres se les daba un trato pésimo, las alimentaban con tortillas duras y frijoles, se les
bañaba con cubetazos de agua fría y constantemente se les amenazaba.
Para mantener a las mujeres bajo control. Delfina las endeudaba vendiéndoles artículos de
higiene personal. De igual manera eran sometidas a castigos severos y las mantenían
encerradas.
Cuando las mujeres rebasaban los 25 años de edad, eran asesinadas por los colaboradores
masculinos de las hermanas. Algunas otras prostitutas más antiguas se convirtieron en
cómplices de las proxenetas, funcionando como celadoras y participando en los homicidios
Compraron un local al cual llamaron"La Barca de Oro" sin embargo como este pertenecía a
un hombre que le apodaban “El Poquianchis” a ellas automáticamente se les adjudicó el
apodo de “Las Poquianchis”.
En 1964, Catalina Ortega escapa del burdel localizado en la granja “ Loma de Angel”.
Delgada y demacrada denuncia a las hermanas Gonzales. El 14 de enero de 1964 se encuentra
dentro de la granja a numerosas mujeres en diferentes cuartos, todas en malas condiciones.
Cuando empiezan a sacar a las mujeres, más de una comenta que en el patio trasero del
precinto había un cementerio. Al excavar el área se encontraron cadáveres con marcas en la
cara, embriones y un sinfín de huesos. Se encontraron más de 91 personas de ambos sexos.
Desde el año 1945-1965 se les atribuye alrededor de 150 homicidios, sin embargo,
oficialmente solo se registraron 94.
La hermanas fueron condenadas a la pena máxima de 40 años de cárcel, pero sólo una logro
morir en libertad

ASESINOS SERIALES DE YUCATÁN


“El matachavitas”
Mario Alberto Sulú Canché o Mario Alberto Sulub Canché, mejor conocido como “El
matachavitas”, un asesino serial
Sus sangrientos actos fueron cometidos entre el 2007 y 2008, sus víctimas predilectas fueron
mujeres joven de entre 15 y 25 años de edad.
“El matachavitas”, fue responsable de 3 sangrientos crimines, según, su estrategia era
engañar a las mujeres ofreciéndoles un trabajo bien remunerado.
Victimas:
Alma Lucely Canul Ciau
Estudiante de preparatoria, Sulub la interceptó cuando salía de la escuela, fue asesinada en
Jun. del 2007. Sulub la mató a golpes.
Leydi Marlene Pech Canul
Fue asesinada en enero de 2008, no tenía ningún parentesco con la primera víctima pese al
apellido “Canul”.
Guadalupe de los Ángeles Rodríguez Méndez
Fue asesinada en julio de 2008. La ató de pies y manos, la ultrajó y estranguló. Enterró su
cuerpo junto a una brecha de la carretera
Asesinos seriales en Yucatán: Wilbert Jorge Solís Albertos, asesinó a sus tres novios
Un hombre que responde al nombre de Wilbert Jorge Solís Albertos fue el autor de tres
horrendos homicidios, lo peor, es que fueron sus parejas
Wilbert Jorge Solís Albertos, quien pasó a la historia por sus terribles homicidios efectuado
entre los años 1979 a 1985, estas fueron sus víctimas.
De acuerdo con la información que circula en internet, una de sus víctimas fue Manuel Díaz
Aguilar, su cadáver fue encontrado en la vía Chuburná – Sisal.
Aunque se desconoce cómo le quitó la vida a sus víctimas, algunos aseguran que habría sido
por la vía del ahorcamiento.
Esta segunda víctima habría sido víctima de varios balazos a manos de Wilbert Jorge Solís
Albertos en un predio de la colonia Bojórquez.
Finalmente, su sed de sangre culminó con Armando Toraya Ríos, sus restos fueron
encontrados en la carretera Campeche – Villahermosa.

Asesinos seriales en Yucatán: El Bunga, el más sanguinario multihomicida homofóbico


yucateco
“El Bunga”, fue un despiadado asesino serial de Yucatán que era capaz de acabar con la vida
de una persona a golpes, pudo ser detenido
Entre los asesinos seriales más impactantes que se cuenta en Yucatán, está, Alfredo Aguilar
Can, mejor conocido como “El Bunga” o también como “El matagays”.
De acuerdo con la información que circula en internet, “El Bunga”, realizó sus fatales actos
en complicidad de su pareja, Ángel Martín Solís, también conocido como “El Chistes”.
Tanto “El Bunga”, como el “El Chistes”, fueron detenidos en el año 2000
El dúo habría perpetrado uno de sus primeros crimines en el año de 1996, fueron los autores
del asesinato del modisto cubano Rigoberto Chaviano León.
Sin embargo, su sed de sangre no paró ahí, “El Bunga”, continuó con un sujeto conocido
como Jorge Carlos Pizarra Barrera en 1993.
No satisfecho, el gerente Hernán May Magaña fue el siguiente en el año de 1995, y dos años
después Nicolás Manuel Hoil Canto en 1997. El asesino serial de Yucatán, drogaba a sus
víctimas para poder quitar les la vida
Cabe mencionar, que “El Bunga” acaba con sus víctimas a golpes, los amarraba de manos y
los golpeaba hasta la vida se les escapaba del cuerpo.
En el año de 1999, intentó acabar con la vida de un sujeto identificado como César Manuel
Artuña, y el 30 de marzo de 2000, logró acabar con la vida de un abogado.

Las muertas de Juárez


en la última década (1993-2003), cientos de mujeres han desaparecido sin saber más de ellas,
a menos que los raptores, luego de violarlas y mutilarlas en muchas de las ocasiones, decidan
abandonar el cuerpo en algún suburbio de la ciudad... por lo menos 300 cadáveres se han
encontrado con huellas de violación, mutiladas o quemadas. Este patrón victimológico
uniforme se rompe y, actualmente, se puede hablar claramente de "feminicidio". Ya no es un
tipo único: cualquier mujer puede ser otra víctima. Muchachas jóvenes de entre 15 y 22 años,
obreras de la maquila, delgadas, morenas y de cabello largo. Casi todas —se afirma— fueron
violadas y estranguladas. Cientos de ellas sufrieron mutilaciones, les cercenaban lo pechos
como parte de un extraño rito antes de que sus cuerpos fueran abandonados en el desierto.
Hace cerca de 20 años que empezó a llamárseles “las muertas de Juárez”, pero fue apenas en
2005 cuando la periodista Diana Washington usó cada uno de esos detalles para escribir un
libro llamado Cosecha de mujeres, en el que narra tras una “exhaustiva investigación” que en
los numerosos asesinatos están involucrados los hijos de familias prominentes de Juárez,
vinculadas con el narcotráfico y protegidas por las autoridades

El canibal de la guerrero
José Luis Calva Zepeda, mejor conocido como “El poeta caníbal” o “El caníbal de la
Guerrero”, fue algo así como el Hannibal Lecter mexicano, con un twist seductor y
autoproclamado escritor, poeta y dramaturgo El caníbal de la Guerrero se decía poeta,
periodista, escritor y actor. Escribió una decena de novelas y obras de teatro, pero su
especialidad siempre fue la poesía. De hecho, durante una época se ganó la vida vendiendo
sus obras, recitando poemas y monólogos en las calles y cafés de la Ciudad de México.
También, Jose Luis enamoraba a sus víctimas con detalles como chocolates y flores. Lo que
convirtió al caníbal de la Guerrero en un feminicida serial fue el hecho de que mató a tres
mujeres. Quizá no lo sepas, pero un asesino en serie es alguien que comete tres o más
asesinatos (generalmente con el mismo modus operandi) durante un extenso período y —
normalmente— con un lapso de enfriamiento entre cada crimen. La detención del Caníbal de
la Guerrero ocurrió el el 8 de octubre de 2007, acusándolo de canibalismo y triple homicidio.

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