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Durante los años 1974 y 1991 el Estado de Kansas sufrió uno de los

episodios más sangrientos de su historia reciente. Diez ciudadanos


fueron torturados y asesinados en sus propias casas. El asesino tenía su
marca personal: BTK (siglas en inglés de: atar, torturar y matar).

ANTECEDENTES
Dennis Rader nació el 9 de marzo de 1945 y se crió en un ambiente
familiar sin aparentes complicaciones. Era estudioso y sacaba buenas
notas. Todo parecía indicar que se trataba de un niño normal, salvo la
peculiaridad de su afición a maltratar animales, un rasgo muy frecuente
en el perfil de potenciales psicópatas.
La etapa laboral de Rader comienza en las Fuerzas Aéreas del ejército
estadounidense y continúa en la carnicería de un supermercado,
ayudando a su madre. Más adelante se sacará el título de electricista y
un máster en justicia criminal. Parece un ciudadano integrado en la
sociedad, es monitor de boyscout, presidente de la iglesia Luterana de
Wichita, funcionario municipal. Un perfil similar al de otros asesinos en
serie admirados por su entorno como Ted Bundy (LINK) o David
Berkovitz (LINK), ambos aceptados y respetados por la comunidad.

COMIENZOS CRIMINALES Y MODUS OPERANDI


Dennis Rader, un padre de familia, con un empleo estable y una vida sin
complicaciones decide un día convertirse en criminal. Los motivos solo
pueden ser conocidos a través de sus propias declaraciones y por
algunas indicaciones que se dejan ver en su modus operandi.
Probablemente un deseo de poder y control le llevó un día a entrar
armado en la casa de una pareja con dos hijos. Ató a toda la familia, la
torturó y la mató. Este modo de obrar marcaría el resto de sus crímenes.
Las siguientes víctimas fueron dos hermanos adolescentes, uno de ellos
consiguió salvarse. No ocurrió lo mismo con las siguientes 5 víctimas,
todas mujeres, que murieron siguiendo la firma BTK (bind, torture, kill).
El perfil de sus víctimas era el mismo, mujeres, ancianas y niños, aunque
no determinaba su conducta puesto que si se encontraban en presencia
de un
hombre, también le aplicaba el mismo método. Sus actos le
proporcionaban un poder y control que iba alimentando cada vez más
sus ansias de matar.
OBSESIÓN POR EL PODER Y RECONOCIMIENTO
El asesino no solo mataba sin remordimientos, mostrando su
insensibilidad y
falta de empatía por las víctimas, sino que quería ser reconocido por ello.
Cada vez que cometía sus crímenes se encargaba de dejar pistas sobre
su autoría, enviando cartas a la policía o un reportaje fotográfico a la
prensa. Quería alcanzar la fama de algunos de los asesinos en serie que
habían pasado a la historia.

SEGUIMIENTO DE PISTAS Y DETENCIÓN


Las investigaciones de la policía de Kansas les habían llevado hasta
Rader, pero aún no disponían de pruebas concluyentes que presentar
ante un tribunal, es por ello que recurrieron al ADN. La hija de Dennis
Rader estudiaba en la universidad y en su ingreso tuvo que dejar análisis
de sangre. La policía accedió a la muestra y pudo hallar la
correspondencia con los restos encontrados en las uñas de las víctimas.
El asesino fue capturado en febrero de 2005 tras un meticuloso
seguimiento. Rader, en su afán por la fama, no tuvo inconvenientes en
confesar sus crímenes y fue juzgado en agosto de ese mismo año y
condenado a 10 cadenas perpetuas, una por cada uno de sus
asesinatos. Se libró de la pena de muerte gracias a que el Estado de
Kansas la instauró 3 años más tarde del último de sus crímenes, en
1994.
Arranca el "psycho killer"
En 1974 arrancó el raid asesino de Rader. Fue con la familia Otero y mató a 4
de sus integrantes. 

La policía sospechó que buscaba invadir la casa y esperaba que sólo estuviera la
mujer. Pero se encontró con toda la familia, dado que su esposo había dado parte
de enfermo y los chicos no habían ido a la escuela. 

Mientras desayunaban, todo a la puerta y cuando abrieron entró. Joseph Otero,


de 39 años, pensó que era un simple robo pero no iba a ser tal. 
Los ató a todos en sillas. Los torturó al padre y a la madre (Julie Otero, de 34
años) haciéndoles creer que estaba violando a su hija mayor, Josephine Otero,
de 11 años.
Después le ató una bolsa de plástico en la cabeza al padre y le ató una soga
al cuello para que se sofocara. Después siguió la madre, con la que se
masturbó mientras los niños miraban.
Después estranguló con una soga a la pre adolescente y finalmente Joseph
Otero II, de 9 años. Pero antes de matar al menor se percató de que los padres
seguían con vida, por lo que volvió a estrangular a la mujer hasta matarla. Cuando
se estaba yendo notó que Josephine estaba viva por lo que la ahorcó en el
sótano y luego se masturbó nuevamente, dado que se hallaron rastros de
semen en la pierna de la niña.

También en 1974 Rader atacó de nuevo, pero esta vez fue aún más
metódico. Kathryn Bright tenía 21 años en ese momento y fue su víctima. El 4
de abril ella y su hermano Kevin entraron a su departamento alrededor de la 1 PM
cuando fueron sorprendidos por Rider, quien obligó a Kevin a atar a su hermana y
lo llevó a otro cuarto. Cuando estaba pasándole una cuerda por el cuello, Kevin
intentó defender a su hermana dándole golpes a BTK y logró alcanzar el revólver
del asesino, pero cuando intentó dispararla el arma falló. Rader lo golpeó, le sacó
el arma y le disparó dos veces en la cara. El arma tenía puesto el seguro y por eso
no había funcionado. Lo dio por muerto y fue por su hermana a quien apuñaló
tres veces en el estómago y escapó.

Increíblemente Kevin estaba vivo y logró arrastrarse para pedir ayuda. Fue
hospitalizado y cuando la policía llegó al departamento Kathryn estaba viva
aunque a las 7 de la tarde fue declarada muerta en el hospital.

Hasta marzo de 1977 no se supo nada de BTK. De hecho, la policía ni había


relacionado los asesinatos de los Otero con lo que había sufrido los Bright. 
Shirley Vian, madre de dos niños y una niña pequeños, tenía 26 años. Fue
asesinada en su casa. Esta vez no mató a los pequeños "de milagro", sino que los
encerró en el baño. La ató, torturó y la mató estrangulándola. Después le puso
bolsas plásticas en la cabeza y se masturbó. Los niños sobrevivieron debido a
que, según contaría después el propio Rider, sonó el teléfono y se espantó.
Las únicas pistas que podían tener a esta altura la policía eran la clase de
soga que utilizaba y los nudos que realizaba para atar a sus víctimas. Pero
aún no los relacionaban. 
Claro que a esta altura que no vincularan a las víctimas le molestaba a
Rader, que comenzó a mandar cartas a la policía y a los diarios de la época
burlándose y atribuyéndose el asesinato de Vian. Fue ahí cuando empezaron
a atar cabos sueltos y a relacionar los crímenes. 
Él mismo, en esas cartas, se denominó "BTK" y hasta se inventó un logo. 
El 8 de diciembre de 1977 Rader se cobraría su séptima víctima, Nancy Fox, de
25 años. Poco después de las 9 de la noche, entró al departamento de la joven,
quien no se dio cuenta. La llevó a la cama donde la ató y la estranguló con sus
propias medias. Su cuerpo fue hallado boca abajo poco después de las 8.20 del
día siguiente cuando se recibiera una llamada a la policía alertando del asesinato.
Se estima que fue el propio Rader el que hizo la llamada. 
Después se calmó y por un período de 6 años no cometió ningún crimen, hasta el
27 de abril de 1985, cuando su víctima fue Marine Hedge, de 53 años. Entre la
1 y la 7 de la mañana BTK atacó a la mujer en su casa y se la llevó. La estranguló
nuevamente con sus manos y la dejó totalmente desnuda. Su cuerpo no tenía
ataduras pero hallaron unas pantimedias cerca.

Un año más tarde, el 16 de septiembre de 1986, Vicki Wegerle de 28 años fue su


novena víctima. La madre de un niño de 2 años fue estrangulada y su cuerpo fue
hallado en el piso de la habitación. Tenía un hijo de 2 años.  

Su esposo contrató un detective privado para que siguiera el caso pero poco pudo
hacer. 

El último asesinato ocurrió en enero de 1991 y su víctima fue Dolores Davis, de


62 años. Fue secuestrada de su casa y estrangulada. Su cuerpo fue hallado
debajo de un puente. 
¿Cómo lo detuvieron? 
Después de 1991 Rader se calmó definitivamente y no volvió a matar. 
Sin embargo, su espíritu de fanfarrón y su necesidad de atención pudo más
y tras una pausa de una década de enviar cartas a los medios y a la policía,
volvió a tomar contacto. Esto fue la punta del iceberg en 2004, en un caso
que ya a esa altura se consideraba un "cold case" (caso frío, sin pistas, caso
sin resolver). 

Pero Rader y sus ganas de burlarse pudieron más; por eso comenzó una serie de
comunicaciones con los medios de Wichita que condujeron directamente a su
arresto en febrero de 2005. 
En marzo de 2004 The Wichita Eagle recibió una carta de alguien usando la
dirección de "Bill Tomas Killman" (BTK). El autor de la carta afirmó que había
asesinato a Vicki Wegerle el 16 de septiembre de 1986 y adjuntó fotos de la
escena del crimen y la fotocopia de su carnet de conducir, que había desaparecido
al momento del crimen.
Hasta esta carta no se había vinculado este asesinato con BTK y un dato no
menor: debajo de las uñas de Vicki había ADN del agresor, porque la joven
se había defendido. Se analizaron 1.300 muestras inicialmente y ninguna fue
positiva. 
Rader no estaba ni remotamente cerca de los 1.300 sospechosos cuyo ADN
había sido analizado;  ni una pista tenía la policía para llegar hasta él; ni
siquiera estaba en el radar. Pero él insistió. 
El 9 de junio del mismo año se halló un paquete atado a una señal de "Pare"
(STOP) en la esquinta de First y Kansas, en Wichita. Tenía descripciones
gráficas de los asesinatos de los Otero y un boceto titulado "the sexual thrill is my
bill" (algo así como "la emoción sexual es mi motivación"). De paso dejó los
capítulos para "su" libro que quería titular "The BTK story", que imitaba una
historia escrita en 1999 por el escritor de crímenes de Court TV David Lohr,
cuyo primer capítulo era "ha nacido un asesino en serie". 
En julio se dejó caer un paquete en la biblioteca pública en el centro de Wichita
que contenía material más extraño, incluyendo la afirmación de que había sido
responsable de la muerte de Jake Allen (19 años) en Kansas, a principios de
ese mes. Supuestamente después esa muerte fue declarada un suicidio pero
Rader confesó luego que lo tenía en sus "papeles". 
En octubre un sobre de papel fue dejado en UPS en Wichita. Tenía muchas
imágenes de terror y esclavitud, un poema que amenazaba la vida del principal
detective del caso, Ken Landwhr, y una falsa autobiografía de BTK con
muchos detalles de la vida de Rader que después resultaron ser ciertos (con
el "diario del lunes", como se dice, una vez arrestado), datos que fueron
revelados al público con el fin de que alguien asociara a algún conocido. 

En diciembre la policía recibió otro paquete de BTK, paquete que había sido
hallado en un parque. Tenía el carnet de conducir original de Nancy Fox y una
muñeca atada de la misma forma en la que encontraron a esta víctima, incluso
con una bolsa de plástico sobre su cabeza. 
En enero de 2005 dejó una caja de cereal en una camioneta, pero fue descartada
por el dueño de esta. Cuando Rader preguntó qué había pasado con esta
pista, fueron por ella y con las cámaras de seguridad lograron identificar un
Jeep Cherokee. 

En febrero envió más postales a Kake y se descubrió que en otra caja de cereal
había una muñeca atada, aparentemente para simbolizar el asesinato de
Josephine Otero. 

Hasta que en sus cartas Rader preguntó si podrían rastrear un disquete. La


policía respondió a su pregunta en un anuncio publicado en el Wichita Eagle que
decía que aún no tenían la tecnología necesaria para realizar esto. Increíblemente
Rader creyó este ardid y pasó el disquete. La policía ya contaba un departamento
informático que algo podía rastrear. Fue así como recibieron un disquete y
lograron determinar varias cosas por un documento de word que mandó. En
la metadata se halló que la última modificación que había recibido el
documento había sido realizada por "Dennis" y que en la plantilla de word se
había escrito "Iglesia Luterana de Cristo".
Una búsqueda en internet con las palabras "Iglesia Luterana de Cristo
Wichita Dennis" derivó en que "Dennis Rader" era presidente del consejo de
esa iglesia. Cuando los investigadores pasaron por la casa de Rader, notaron que
había un Jeep Cherokee. Todo cerraba pero faltaba más evidencia más allá de la
circunstancial y consiguieron una orden judicial para analizar el ADN de su hija,
que había sido tomado en una clínica para la Universidad de Kansas. El ADN
coindicía con el hallado bajo las uñas de Wegerle. Quedaba todo en bandeja, y
sólo gracias a BTK, para su arresto, que se produjo poco después del
mediodía del 25 de febrero de 2005.
Un policía le preguntó "¿Sabe por qué lo llevamos?" y Rader respondió
"ohh, tengo sospechas de por qué".

La policía de Wichita, la oficina fiscal de Kansas, el FBI y hasta agentes de la ATF


(oficina de armas, tabaco y alcohol) registraron la casa y el vehículo de Rader,
incautando mucha evidencia para el departamento informático. También
registraron la iglesia, su oficina en el ayuntamiento y a la mañana siguiente no
quedaban dudas, el jefe de la policía de Wichita Norman Williams anunciaba: "BTK
es arrestado".
Fue acusado de 10 cargos por asesinato y sentenciado a 10 cadenas
perpetuas con un mínimo de 175 años, después de idas y venidas, el 18 de
agosto. de 2005 Inicialmente no había declarado ante el juez hasta el 27 de junio
cuando cambio su declaración a "culpable" y describió los asesinatos en detalle.
No se disculpó.
Despedido por "ausentarse"
Por si algo le faltaba al combo cuasi hollywoodense de BTK, Rider fue despedido
de su empleo en el ayuntamiento (municipio) de Park City por "ausentarse
del trabajo sin previo aviso". Fue el 2 de marzo de 2005... el problema era que
había sido arrestado 7 días antes.
Divorcio express

Paula, su esposa, solicitó el divorcio inmediatamente después de su detención y


confesión. El 27 de julio de 2005 un juez autorizó el divorcio y no esperó los 60
días que exigía la ley en ese momento. 

Paula Dietz alegó que tanto su salud mental como física habían sido
afectadas por el matrimonio con Rader.
Kansas no tenía pena de muerte al momento de los asesinatos, aunque se
reinstauró en 1994. Por ello, las investigaciones continuaron sólo con el objetivo
de encontrar víctimas posteriores a ese año. Por ello se reabrieron un sinfín de
casos sin resolver tanto en Wichita, como en Kansas y sus alrededores, e incluso
en los lugares en los que estuvo en servicio.
Sin embargo ninguna pista fue conluyente para relacionar a BTK con otros
asesinatos. Sin embargo en sus declaraciones y confesiones, aseguró que había
"mucha gente con suerte" ya que pensó en matar a varias personas más. Incluso
confesó que estuvo a punto de matar a una mujer que no llegó a la hora que
llegaba habitualmente a su casa.
De hecho luego se supo todo lo que llevaba en su auto; soga, cuerda, cinta
adhesiva, guantes y todo lo que necesitaba para atar, torturar y matar. 
El psicólogo de Massachusetts Robert Mendoza fue contratado por los
abogados públicos defensores designados para determinar si podía ser juzgado.
Mendoza determinó que Rader padecía trastornos de personalidad, que era
narcisista y antisocial, además de una obsesión compulsiva por mentener un
orden estricto y una completa falta de empatía. En su informe sostuvo que
Rader tenía un sentido "grandioso de sí mismo", una creencia de que era un
ser especial y una necesidad patológica de atención y admiración… fue esto
último, justamente, lo que llevó a Rader a la ruina y a la cárcel de por vida.

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