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Anatomía SPN

Introducción  Las cavidades nasosinusales constan de las fosas nasales y los senos
paranasales, son cavidades neumáticas excavadas en los huesos del macizo facial. Se distinguen
los senos paranasales anteriores (frontal, etmoides anterior y maxilar) de los senos posteriores
(etmoides posterior y esfenoides). Las cavidades nasales tienen una doble función, respiratoria y
sensorial, y están asociadas a las cavidades sinusales que filtran, calientan y humidifican el aire
inspirado, y drenan en las cavidades nasales.

Embriología
Fosas nasales  La nariz y las cavidades nasales se forman por cinco prominencias faciales
derivadas del 1er arco branquial y que aparecen alrededor de la 4ta semana de un engrosamiento
en el ectodermo (de la prominencia frontonasal) llamado placoda nasal. Las placodas nasales se
invaginan para formar las fosas nasales primitivas, que se denominan surcos olfatorios primitivos.

Inicialmente, la membrana oronasal separa las fosas nasales de la cavidad oral primitiva. Se
rompe en la 7ta semana, lo que provoca una comunicación entre la cavidad oral primitiva y la fosa
nasal. El tabique nasal se desarrolla a partir de la prominencia frontonasal. En la 9a semana, la
coana está en su posición definitiva, la cavidad nasal está separada de la cavidad bucal gracias a
la maduración de los paladares primario y secundario y los senos paranasales se desarrollan a
partir de divertículos de la pared lateral de la cavidad nasal.

Existen dos divertículos principales, uno da origen a los senos anteriores y otro a los posteriores.
Desde el punto de vista morfológico, la pared de la cavidad nasal embrionaria presenta cinco
crestas que formarán los cornetes etmoidales. Estas crestas están separadas por surcos de los
que se originan los meatos. Cada cresta consta de una parte ascendente vertical y una parte
descendente horizontal.

La parte descendente de la primera cresta da origen a la apófisis unciforme y su parte ascendente


al agger nasi. El primer surco da origen al meato medio, el infundíbulo y el receso frontal. La parte
ascendente de la segunda cresta da origen a la raíz tabicante de la bulla. Las crestas 3ra, 4ta y
5ta dan origen, respectivamente, al cornete medio, superior y el supremo. Los meatos superiores
y supremos provienen de los surcos correspondientes.
Seno Maxilar  es el primer seno que se desarrolla. Hacia el 70vo día de gestación, aparece por
encima del cornete inferior, una pequeña cresta que se convertirá en la unciforme. Poco tiempo
después, el canal uncibular se forma por evaginación y se extiende lateralmente a la fosa nasal.
Se trata del sitio de origen del esbozo del seno maxilar. Al nacer, el seno maxilar es pequeño y
mide, en promedio, 7 × 4 × 4 mm (el eje anteroposterior es el mayor). En este estadio, el seno
maxilar está en posición medial respecto a la órbita. Al final del primer año, su porción más lateral
no sobrepasa la región medial de la órbita. El seno maxilar es visible radiológicamente a partir del
año de edad. La neumatización maxilar alcanza el conducto supraorbitario durante el segundo año
de vida y lo sobrepasa durante el 3er y 4to años para alcanzar el hueso malar hacia los 9 años. El
crecimiento lateral del seno maxilar se continúa hasta los 15 años. En los lactantes, el piso del
seno maxilar está situado al nivel del meato medio. Entre los 8 y los 9 años, el piso del seno
maxilar está a la altura del piso de las fosas nasales. El seno continúa extendiéndose hacia abajo
hasta la erupción de los terceros molares. La altura definitiva del piso del seno maxilar es muy
variable dependiendo de los individuos.

Seno Etmoidal  es el primer seno que se neumatiza, lo que explica la frecuencia de las
etmoiditis en niños. Comienza a formarse entre el 3er y el 5to mes de vida intrauterina a partir de
la evaginación de la cavidad nasal. Las celdillas etmoidales anteriores son las primeras que
aparecen a partir de evaginaciones de la pared lateral de la cavidad nasal situadas al nivel del
meato medio. Las celdillas etmoidales posteriores se desarrollan a continuación a partir de
evaginaciones situadas al nivel de la región del meato superior (Fig. 3). Estas celdillas se
expanden a continuación entre la órbita y la lámina de los cornetes y pueden colonizar otras
regiones. Al nacer, el etmoides anterior mide 5 mm de alto, 2 mm de largo y 2 mm de ancho. El
etmoides posterior mide 5 mm de alto, 4 mm de largo y 2 mm de ancho. Alcanzan su tamaño
definitivo alrededor de los 12 años.

Seno Frontal  se desarrollan a partir de una o de varias excrecencias óseas de la región del
receso frontal. En menos ocasiones, provienen de una celdilla etmoidal anterior que se desarrolla
entre las dos tablas del frontal. En la mayoría de los casos, esta celdilla es el infundíbulo, situado
en el extremo superior del canal uncibular. Todas las celdillas etmoidales anteriores pueden dar
origen al seno frontal. Los senos frontales están ausentes al nacer. Su desarrollo comienza en
promedio a los 2 años. A los 4 años, el seno frontal alcanza la mitad de la altura de la órbita y se
extiende justo por encima de la parte superior de las celdillas etmoidales más anteriores. A los 8
años, la parte superior de los senos frontales está al mismo nivel que el techo de la órbita y, a los
10 años, los senos frontales alcanzan la porción vertical del hueso frontal. Sólo son visibles
radiológicamente a partir de los 7 años. El tamaño definitivo se alcanza después de la pubertad,
hacia los 20 años.
Senos Esfenoidales  El desarrollo del hueso esfenoides es complejo y en él intervienen dos
centros implicados en el desarrollo (osificción) del seno esfenoidal son los centros de los osículos
de Bertin y los centros basipreesfenoidales. El centro basipreesfenoidal medial se fusiona con los
otros centros basipreesfenoidales para formar el futuro pico esfenoidal. Los osículos de Bertin se
forman entre el 4to y el 6to mes de vida intrauterina y corresponden a dos elementos osificados de
la parte más posterior de la cápsula nasal embrionaria que se sitúan a cada lado del pico y
constituyen aparentemente una parte de la pared frontal del esfenoides.

A los 3-4 años, el osículos de Bertin se incorpora al esfenoides, y el seno aparece como una
invaginación de la pared anterior del esfenoides (Fig. 3). Es visible en Rx a los 4 años (Fig. 5). A
los 7 años, alcanza la pared anterior de la silla turca, a los 10-12 años, alcanza su conformación
adulta.

Anatmomía

Seno maxilar  cavidad excavada en el interior del hueso maxilar, tiene forma piramidal de vértice
lateral y de base medial. Presenta tres caras:
1. Superior (techo o cara orbitaria): corresponde al piso orbitario. situada detrás del borde
orbitario y tiene una orientación oblicua hacia arriba de delante hacia atrás y de lateral a
medial. El punto más alto del seno maxilar está situado en su parte posteromedial debajo
del cono orbitario. Paso el nervio maxilar (V2) a nivel del conducto infraorbitario. Este
conducto se sitúa en el tercio medio del techo del seno. A 1 cm por detrás del borde
orbitario, el conducto se dirige oblicuamente hacia abajo para llegar al agujero
infraorbitario, que se sitúa 1 cm por debajo del borde orbitario (Fig. 6A). Sus relaciones son
los elementos del contenido orbitario.
2. Posterolateral: es curva y marca el límite con la fosa infratemporal, de la que constituye la
pared anterior, Está recorrida en su parte lateral por el conducto del nervio alveolar
posterior (ramo de V2) y en la medial por el conducto palatino posterior (pasa el nervio
palatino anterior y la arteria palatina descendente) y los conductos palatinos accesorios.
En la fosa infratemporal, la pared posterior del seno maxilar se relaciona sucesivamente
con el músculo pterigoideo lateral, el nervio maxilar que penetra en la región después de
su salida del agujero redondo mayor, así como la arteria maxilar interna.
3. Anterior (yugal): tiene forma cuadrilátera y consta de dos pilares óseos muy sólidos (canino
y cigomático) y una zona más frágil, la fosa canina, en la que se puede realizar la
trepanación anterior del seno maxilar. En su parte superior, 5-10 mm por debajo del borde
orbitario inferior, se encuentra el agujero infraorbitario con su pedículo (vasos
infraorbitarios en situación medial y nervio infraorbitario en posición lateral.
4. Base del maxilar: es medial y constituye la parte inferior del tabique intersinusonasal. Se
abre al nivel del hiato maxilar. El orificio u ostium del seno maxilar es, en condiciones
normales, la única vía de comunicación entre el seno maxilar y la fosa nasal. Este hiato
(Fig. 8) está cerrado:
 Por delante, por el hueso lagrimal, por el que pasa la vía lagrimal.
 Detrás, por la lámina vertical del palatino, que es una lámina ósea sólida por la que
pasa la arteria esfenopalatina al nivel del agujero esfenopalatino.
 Arriba, por el hueso etmoides.
 Abajo, por el hueso turbinal (esqueleto del cornete inferior).
 Lateralmente, por la apófisis unciforme, que se inserta en el hueso turbinal, en la
lámina vertical del palatino y en el hueso etmoides.

Vascularizción: está vascularizado por las ramas de la arteria maxilar interna (rama terminal de la
arteria carótida externa). Las arterias infraorbitaria, palatina mayor y alveolar proporcionan la
irrigación sanguínea en las diferentes regiones del seno. Además, las ramas laterales de la arteria
esfenopalatina y de la arteria facial participan en esta red sanguínea. El retorno venoso se realiza,
por delante, por la vena facial y, en la parte posterior, por la vena maxilar. Esta última se
anastomosa con la vena temporal superficial y forma la vena comunicante intraparotídea, que
drena en la vena yugular interna. La vena maxilar da origen a ramas destinadas a los plexos
venosos pterigoideos, que se anastomosan con los senos durales a través de la base del cráneo.

Drenaje linático: a ganglios retrofaríngeos, yugulocarotídeos (IIA, III y IV) y submandibulares (IB).

Inervación: ramos originados de la 2nda división del trigémino, ramos del nervio alveolar superior,
del nervio palatino anterior y del nervio infraorbitario.

Anatomía endoscópica: accesos endoscópicos del seno maxilar pueden realizarse por su cara
medial (meatotomía media y/o inferior) o por su cara anterior (trepanación de la fosa canina por
acceso vestibular). La cavidad sinusal maxilar tiene forma cúbica, tapizada por una mucosa de
tipo respiratorio. Presenta una prolongación lateral: el receso cigomaticomalar o cigomático. La
pared medial, o del ostium, está marcada por el relieve del conducto nasolagrimal. Está excavada
por la fosita oval o fosita maxilar. Tiene la forma de una cubeta limitada por un reborde en voladizo
o cornisa, que es el relieve de la inserción de la apófisis unciforme. El ostium del seno maxilar se
abre por delante y por encima de la fosita oval. La pared inferior o piso del seno maxilar presenta
a menudo relieves de aspecto protuberante, correspondientes a las raíces dentarias. El receso
alveolar es una prolongación inferolateral del seno. La pared posterolateral del seno maxilar es
curva y separa la cavidad sinusal de la fosa infratemporal. Presenta unos relieves que son el
conducto del nervio alveolar posterior lateralmente y los conductos palatinos posteriores y
accesorios medialmente.

Seno etmoidal  tiene forma de paralelepípedo rectangular irregular y ocupa toda la masa lateral
del etmoides. Es más grande en su parte posteroinferior que en la anterosuperior. Su masa lateral
está unida a la parte externa de la lámina vertical (o lámina cribosa). Está dividida en muchas
celdillas (5-14). Estas celdillas están separadas entre sí por las raíces tabicantes pertenecientes a
los tres cornetes principales (huesos primarios): cornetes medio, superior y supremo (inconstante),
y a los dos cornetes rudimentarios (o secundarios): la bulla y la unciforme.

El anterior consta de 3 sistemas de celdillas:


1. Sistema de la bulla, se relaciona con la raíz tabicante de la bulla por delante, la raíz
tabicante del cornete medio detrás, la lámina de los cornetes en la parte medial y la lámina
papirácea en la lateral. Este complejo está constituido por 1-3 celdillas: la bulla, una celdilla
suprabullar y una celdilla etmoidomaxilar. Todas drenan en la parte posterior del canal
uncibular.
2. Sistema prebullar de la unciforme (celdillas de la unciorme), se relaciona con la rama
ascendente del maxilar (apófisis ascendente del maxilar) por delante, la raíz de la bulla
detrás, la raíz tabicante de la unciforme en la parte medial y el hueso lagrimal (unguis) y
después la lámina papirácea en la parte lateral. Este complejo está constituido por varias
celdillas, de las que una es constante: el agger nasi. Desembocan en la parte más superior
del canal uncibular.
3. Sistema prebullar del meato medio (celdillas meáticas), se relaciona con la raíz tabicante
de la unciforme por delante y lateralmente, la raíz tabicante de la bulla detrás y
lateralmente, y el cornete medio en la parte medial. Está constituido por tres celdillas: la
celdilla premeática, la celdilla meática anterior (que da origen al conducto nasofrontal) y la
celdilla meática posterior. Estas celdillas drenan en la parte baja de la porción vertical de la
unciforme.

El etmoides posterior se divide en varias celdillas por la raíz tabicante del cornete superior y la
raíz tabicante del cornete supremo (que es inconstante):
1. Celdilla posterior adelantada, se relaciona con la raíz tabicante del cornete medio por
delante, la raíz tabicante del cornete superior detrás, la lámina de los cornetes lateralmente
y la lámina papirácea medialmente;
2. Celdilla posterior centrada, que se relaciona con la raíz tabicante del cornete superior por
delante y la raíz tabicante del cornete supremo (si está presente) o la pared anterior del
seno esfenoidal detrás, la lámina de los cornetes lateralmente y la lámina papirácea
medialmente;
3. Celdilla posterior retrasada, celdilla preesfenoidal o celdilla de Onodi, que se relaciona con
la raíz tabicante del cornete supremo por delante, la pared anterior del seno esfenoidal
detrás, la lámina de los cornetes lateralmente y la lámina papirácea medialmente.
Estas celdillas drenan en el meato superior y en el meato de Santorini (bajo el cornete supremo).

Vascularizción: El anterior esta vascularizado por las arterias del meato medio, ramas de la
esfenopalatina y de la etmoidal anterior que discurre por la parte alta de la raíz tabicante de la
bulla. El posterior por la arteria del cornete superior y la arteria etmoidal posterior, que discurre por
la parte alta de la raíz tabicante del cornete superior. El drenaje venoso confluye hacia el seno
cavernoso, la vena facial y el plexo pterigomaxilar.

Drenaje linático: Los linfáticos comunican con los sistemas linfáticos de las fosas nasales y de las
meninges por vía transósea.

Inervación: La inervación depende del sistema trigeminosimpático de las fosas nasales, así como
del filete esfenoetmoidal de Luschka y el nervio nasal interno.

Relaciones del laberinto etmoidal:


- Laterales: se relaciona con el saco lagrimal situado en el canal lagrimal y el contenido
orbitario (periostio, cono musculoaponeurótico, cápsula de Tenon). En la parte superior,
discurre la arteria oftálmica que da origen a las arterias etmoidales anterior y posterior.
- Superiores: seno frontal y fosa craneal anterior.
- Mediales: lámina cribosa.
- Posteriores: fosa craneal anterior y esfenoides.
- Inferiores: cavidad nasal.
- Relaciones del laberinto con las otras cavidades sinusales: el laberinto etmoidal entra en
contacto con todas las otras cavidades sinusales: arriba y por delante con el seno frontal,
abajo con el seno maxilar, detrás con el seno esfenoida.
Anatomía endoscópica: sólo puede apreciarse cuando se realiza una etmoidectomía. De delante
hacia atrás:
 Unciformectomía vertical es el primer tiempo de la etmoidectomía total (Fig. 18). Permite la
exposición de las celdillas prebullares. La resección de la parte medial de la apófisis
unciforme expone las celdillas de la unciforme (celdillas del agger nasi en la clasificación
de Kuhn). La resección de la raíz tabicante de la unciforme expone las celdillas meáticas.
Estas celdillas se denominan celdillas suprabullares en la clasificación de Kuh.
 Abertura de la pared anterior de la bulla que da acceso al sistema bullar (celdillas bullar y
suprabullares). El techo etmoidal se visualiza después de la abertura de las celdillas
suprabullares. La arteria etmoidal anterior se sitúa al nivel del techo en la parte más
superior de la raíz tabicante de la bulla. En ocasiones es dehiscente a este nivel y puede
causar hemorragias peroperatorias importantes.
 Abertura de la raíz tabicante del cornete medio que da acceso al etmoides posterior. Esta
región es más amplia que el etmoides posterior. La última celdilla etmoidal posterior se
encuentra en la vertical de la pared posterior del seno maxilar. Se trata de una referencia
esencial para evitar entrar lateralmente en el seno esfenoidal. La arteria etmoidal posterior
discurre sobre el techo etmoidal, pero es más fina que la anterior.

Seno Frontal  son dos cavidades neumáticas asimétricas separadas por un tabique y que se
desarrollan en el espesor del hueso frontal, en la unión de la escama y de la porción horizontal. Se
proyectan por encima de la parte anterior de la fosa nasal y de la órbita, y se comunican con la
fosa nasal homolateral por el conducto nasofrontal.

Cada seno frontal tiene una forma de pirámide triangular compuesta por cuatro caras (Fig. 19):
 Anterior o cutánea.
 Posterior o cerebral: es una lámina de 1-2 mm de grosor, en ocasiones es dehiscente. Está
atravesada por las anastomosis entre la red venosa intrasinusal y los plexos venosos
extradurales. Se relaciona con las meninges y después el lóbulo frontal.
 Inferior u orbitonasal: constituye el piso del seno frontal y puede dividirse en dos
segmentos (Fig. 19):
o Segmento orbitario: parte situada por encima y lateralmente respecto a la sutura del
frontal con la lámina papirácea y la unciforme y, detrás, con la mitad medial del arco
orbitario.
o Segmento etmoidonasal: limitado lateralmente por el segmento orbitario, por
delante por la raíz nasal, medialmente por el tabique intersinusonasal y detrás por
la escotadura etmoidal del frontal.
El receso frontal es la vía de drenaje del seno frontal en la cavidad nasal
homolateral (Fig. 20). Mide, en promedio, 2-4 mm de diámetro y 15-20 mm de largo
y sigue un trayecto oblicuo en sentido posteroinferior de 30-40◦. Su orificio superior
se sitúa en el punto declive del segmento etmoidonasal de la pared inferior del seno
frontal y, más precisamente, a 1 cm de la línea media, ligeramente lateral al techo
de la fosa nasal. El receso frontal es un conducto limitado por el espacio presente
entre el techo del agger nasi delante y debajo, el techo de la bulla etmoidal y las
celdillas suprabullares detrás, la lámina papirácea lateralmente y la raíz tabicante
del cornete medio delante.
Por tanto, una neumatización importante de la bulla o de las celdillas del agger nasi
estrecha este receso, confiriéndole un auténtico aspecto de conducto nasofrontal.
 Interna o intersinusal: se trata de un tabique anteroposterior, constituido por una lámina de
tejido óseo compacto fino y frágil, en ocasiones dehiscente, que separa los dos senos
frontales. Es un tabique medial, pero con mucha frecuencia está desviado por el
predominio de un seno respecto al otro. En ocasiones, puede haber tabiques accesorios
que dividen el seno frontal en varias celdillas (celdillas del tabique interseptal).

La división del sistema de celdillas etmoidofrontales es en seis grupos distintos de celdillas que
son:
- Celdillas del agger nasi.
- Celdillas supraorbitarias: celdillas etmoidales anteriores (del grupo de las celdillas
suprabullares), que nacen detrás del receso frontal y se extienden al techo orbitario
neumatizando la parte orbitaria del hueso frontal.
- Celdillas suprabullares.
- Celdillas frontales: hay cuatro tipos de celdillas frontales (Fig. 21):
o Tipo1: celdilla única por encima del sistema de celdillas del agger nasi que no se
extiende al seno frontal.
o Tipo 2: constituido por celdillas múltiples situadas también por encima del agger
nasi sin extensión
o al seno frontal.
o Tipo 3: celdilla única, originada del agger nasi, que se extiende al seno frontal.
o Tipo 4: celdilla única, aislada e independiente del agger nasi que se sitúa en el
seno frontal.
- Bullas frontales (Fig. 19): celdillas etmoidales que protruyen bajo el piso del frontal.
Cuando están presentes, se desarrollan preferentemente entre el orifcio del conducto
nasofrontal y el segmento orbitario del seno. Pueden comprometer el drenaje del seno
frontal estrechando el calibre de su orificio de drenaje y causar sinusitis crónicas.
- Celdillas del tabique interseptal del seno frontal (cf supra).
El seno frontal es el que presenta las variaciones anatómicas más frecuentes y más importantes.
Hay tres tipos de senos:
1. Senos intemedios.
2. Senos pequeños: localizados en la apófisis orbitaria interna que no alcanzan la porción
vertical del frontal. También incluye las agenesias uni o bilaterales.
3. Senos grandes: se caracterizan por una cavidad aérea de gran tamaño, que puede llegar a
constituir un neumoseno dilatante.

Vascularización: la arterial proviene de la arteria etmoidal anterior y de las arterias del meato
medio. El drenaje venoso corresponde a las venas que atraviesan las paredes óseas del seno
para unirse por delante a las venas subcutáneas, debajo a las venas orbitarias y detrás a las
venas intracraneales que confluyen hacia el seno sagital superior.

Drenaje linfático: se realiza por una red poco densa que drena en los sistemas linfáticos de las
fosas nasales y de las meninges.

Inervación: depende del sistema trigémino-simpático de las fosas nasales y del nervio oftálmico
de Willis a través de sus ramos frontales interno y externo, así como nasal interno.

Anatomía endoscópica: El acceso endoscópico del seno frontal puede realizarse por:
 Vía endonasal: el primer tiempo quirúrgico consiste en una etmoidectomía anterior, que
permite identificar el techo etmoidofrontal, los orificios meáticos y de las celdillas de la
unciforme separados por la raíz tabicante de la apófisis unciforme. La introducción del
endoscopio en el conducto ampliado de este modo permite observar:
o La pared posterior del seno frontal cuya curvatura en sentido anterosuperior
comienza por delante del relieve de la arteria etmoidal anterior.
o La pared anterior del seno frontal en la unión de la apófisis frontal del maxilar y del
hueso frontal.
 Vía etmoidal: permite visualizar en la parte inferomedial, en posición declive, la parte alta
del orificio nasal del seno frontal. Este último tiene forma de embudo. Las paredes
posterior, inferior y medial también se visualizan.
 Vía externa: a través de su cara anterior.

Seno Frontal  son dos cavidades neumáticas asimétricas, situadas en el centro del macizo facial
y desarrolladas en el cuerpo del hueso esfenoides, separadas entre sí por un tabique delgado.
Cada seno se abre en la parte posterosuperior de la fosa nasal correspondiente. Existen
variaciones de tamaño y la de tipo medio es el más frecuente. Tienen forma irregular con 6
paredes:
1. Anterior o nasal: es una pared muy delgada, que se engruesa en la línea media.
Constituye la vía de acceso quirúrgico del seno por vía endonasal. Está excavada por el
ostium esfenoidal, que se abre en el receso etmoidoesfenoidal.
2. Inferior o piso: se relaciona con el cavum. Tiene un grosor de 3-10 mm.
3. Superior o techo: se relaciona con las fosas craneales anterior y media. Su cara
endocraneal puede dividirse en tres regiones (de delante hacia atrás): olfatoria,
corresponde al pico esfenoidal, la región ótica, forma un canal transversal en continuidad
con el conducto óptico, y la región hipofisaria, que corresponde a la silla turca. Esta pared
se relaciona con las meninges, las cintillas olfatorias, el quiasma óptico (apoyado en la
tienda de la hipófisis 1 cm detrás del canal óptico) y la hipófisis.
4. Posterior: lámina ósea de 15-20 mm de grosor. Se relaciona con la lámina cuadrilátera del
esfenoides (arriba), el canal basilar del hueso occipital (abajo) y el vértice de los peñascos
(lateralmente). Se relaciona con meninges, los elementos vasculonerviosos
subaracnoideos y el puente.
5. Lateral o pared oftalmológica: es una pared fina que se relaciona, de detrás hacia delante,
con la celda del seno cavernoso, el conducto óptico, el extremo medial de la tienda
esfenoidal y el extremo posterior de la pared medial de la órbita.
6. Tabique intersinusal: es una pared delgada, en ocasiones dehiscente, que separa ambos
senos esfenoidales.

Vascularización: La cavidad sinusal esfenoidal está revestida por una mucosa delgada de tipo
respiratorio que está poco vascularizada y contiene algunas glándulas cerca del ostium. La
vascularización arterial procede de dos sistemas:
 Sistema carotídeo externo a través de la arteria del conducto pterigoideo y de la arteria
pterigopalatina, que son ambas ramas de la arteria maxilar interna.
 Sistema carotídeo interno a través de la arteria etmoidal posterior.
Las venas que drenan el seno esfenoidal llegan a la fosa pterigomaxilar y se anastomosan con las
venas maxilares internas. Muchos ramos venosos perforan directamente la pared lateral para
drenar en el seno cavernoso o en el seno coronario de la silla turca. Este segundo elemento es
particularmente importante para explicar las complicaciones venosas de las sinusitis esfenoidales.

Drenaje linfático: drenana a los ganglio retrofaríngeos.

Inervación: depende del sistema trigémino-simpático (fosas nasales) y del etmoidal posterior.

Anatomía endoscópica: La endoscopia del seno esfenoidal se realiza después de efectuar una
esfenoidotomía. Las tres referencias anatómicas que marcan el área de la esfenoidotomía son el
cornete superior, el tabique nasal y la coana. Para tener una visualización adecuada del receso
etmoidoesfenoidal, la óptica se sitúa en posición medial respecto a la raíz tabicante del cornete
medio. Si éste es voluminoso, su cola se puede resecar para facilitar la exposición. A
continuación, se identifica el ostium del seno esfenoidal, que está situado al nivel de la cola del
cornete nasal superior. Suele describirse que la parte posteroinferior de la cola del cor- nete
superior se sitúa encima y medialmente al ostium esfenoidal. Después, se realiza la
esfenoidotomía introduciendo parcialmente el extremo de una pinza recta, con las puntas
cerradas, en el ostium. Después de progresar 3-4 mm, esta pinza se abre imprimiéndola un
movimiento lento de rotación. Una vez abierta la pared anterior, se puede efectuar la sinuscopia,
que permite identificar:
 El techo del seno esfenoidal está en continuidad con el techo del etmoides. La porción
posteromedial del techo esfenoidal presenta un abombamiento correspondiente al relieve
de la silla turca.
 La pared lateral del esfenoides presenta dos relieves importantes (Fig. 24):
o El relieve del nervio óptico, arriba. El conducto óptico situado en el ángulo
posterosuperior entre las paredes lateral, posterior y superior, cruza
horizontalmente el conducto carotídeo de lateral a medial.
o El relieve de la arteria carótida interna, al nivel de la unión de las paredes posterior
y lateral. Este relieve es variable y puede presentarse como un abombamiento focal
de la pared o marcar todo el trayecto intracavernoso de la arteria.
 Pared medial corresponde al tabique intersinusonasal.
 Pared inferior del seno.

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