Desarrollo Social, ambiente Dllo Psicológico Etología: Estudia el comportamiento de los animales; análisis del desarrollo y la interacción social. Contacto como innato. Impronta: Proceso de aprendizaje que tiene lugar en los animales jóvenes durante un corto período de receptividad, del que resulta una forma estereotipada de reacción frente a un modelo (ser vivo o mecánico). Son conductas programadas de la cría que se desencadenan por la presencia específica de cierto objeto de su entorno. (Estímulos que desencadenan conductas). T° del Apego, describir y explicar la formación, desarrollo y pérdida de los vínculos afectivos desde el nacimiento hasta la muerte. T° del Aprendizaje: proceso de cambio a los que están sometidos los componentes de patrones instintivos. T° de la Evolución: tomó un modo de explicación del funcionamiento humano según una perspectiva de supervivencia de la especie. Cibernética: tomó una de las ideas centrales de sus trabajos, la homeostasis: el ser humano mantiene su equilibrio por una autoregulación en función de su ambiente. Etología y Psicoanálisis: Esta última, puede ser formulada renovadamente, en vista de los avances logrados por la etología. Estudios relativos a los efectos patógenos ejercidos sobre el desarrollo de la personalidad por la privación de cuidados maternales. Lorenz (1935) – 1950 ”El comportamiento de apego es concebido como toda forma de conducta que consiste en que un individuo consigue o mantiene proximidad a otra persona diferenciada y preferentemente individual y que es considerada, en general, como más fuerte y/o más sabia” (Bowlby, 1979, p. 157) 4° edición, 2003. Se evidencia durante la primera infancia pero se considera durante toda la vida, con los años disminuye la intensidad. Incluye: Llanto y llamada (asistencia o cuidados) Seguimiento y adhesión Intensa protesta (solo o con extraños) Los patrones de comportamiento de apego que muestre una persona dependerán de su edad, sexo, circunstancias presentes y de sus experiencias en etapas anteriores de su vida, con figuras a las que tenía apego. Experiencia del niño con sus padres es fundamental en la capacidad posterior del niño de establecer vínculos afectivos. Funciones principales de los padres: base segura y animarlos a explorar. El niño debe depender de sus figuras de apego y éstas lo deben contener y proteger. La interacción entre cuidador y niño, dará cuenta de la calidad del vínculo, lo que el autor identificó como: Modelos Operantes Internos: El modelo interno activo o modelo representacional (internal working model) es una representación mental de sí mismo y de las relaciones con los otros (1980). Expectativas que posee el niño acerca de sí mismo y de los demás, y que le hacen posible anticipar, interpretar y responder a la conducta de sus figuras de apego, ya que integran experiencias presentes y pasadas en esquemas cognitivos y emocionales. RASGOS DEL MANTENIMIENTO DE PROXIMIDAD: (Bowlby, 1979, pp. 157-159) Especificidad: El comportamiento de apego está dirigido a uno o algunos y determinados individuos, por lo general con un claro orden de preferencia. Duración: Un apego persiste habitualmente en una gran parte del ciclo vital. Si bien durante la adolescencia, los primeros apegos pueden atenuarse y ser suplementados por otros nuevos, siendo en algunos casos sustituidos por ellos; dichos apegos primitivos no son abandonados facilmente y, por lo general, persisten. Intervención de Emociones: Muchas de las más intensas emociones surgen durante la formación, el mantenimiento, la ruptura y la renovación de las relaciones de apego, ya que tales emociones son habitualmente reflejo del estado de los vínculos afectivos de una persona. Ontogenia: En gran parte de los lactantes humanos, el comportamiento de apego a una figura preferida se desarrolla durante los primeros 9 meses de vida; a más experiencia de interacción social con una determinada persona, más probabilidad de que el lactante se apegue a ella. Es principalmente a través de los cuidados que imparte la madre, como un niño adquiere su principal figura de apego. Aprendizaje: Aprender a distinguir lo familiar de lo extraño, constituye un proceso clave en el desarrollo de apego; pasando a un plano reducido los premios y castigos utilizados por los psicólogos experimentales. Por lo cual, se puede desarrollar apego a pesar de repetidos castigos impartidos por la figura elegida. Organización: 1er año: el apego se establece a base de respuestas organizadas. Después del 1er año: se conforma en base de sistemas comportamentales cada vez más complejos que incorporan modelos representativos del medio ambiente y de sí mismo. Estos sistemas se activan por condiciones como la extrañeza frente al medio, el hambre, la fatiga o cualquier acontecimiento que asuste. Se extinguen por condiciones que incluyen percepciones visuales o acústicas de la figura materna. Cuando se ha activado intensamente el comportamiento de apego, su terminación puede requerir tocar o aferrarse a la figura materna y/o ser mecido por ella. En cambio, cuando la figura materna está presente o si se ausenta, el niño cesa de mostrar el comportamiento de apego y en lugar de ello explora el medio ambiente. Función biológica: Independiente de las diferencias de detalle en el comportamiento de apego entre las especies; la regla general es el mantenimiento de proximidad por parte de un animal inmaduro, a un adulto preferido, casi siempre la madre, lo cual indica que tal comportamiento posee un valor para la supervivencia; más adelante afirmará que la función que con mayor probabilidad desempeña el comportamiento de apego es la de protección. DIFERENCIAS CON P.A. (V. Guerra)
1) El apego como forma de comportamiento comprende
reacciones instintuales en parte independientes unas de otras. 2) Su función es la de unir al bebe con su madre, y contribuyen a un dinamismo recìproco de la relación. Son reacciones innatas y se inscriben dentro de una perspectiva evolucionista en relaciòn a la conservación de la especie. 3) Marcaría una forma de amor objetal primario, que se entrama con cinco esquemas de comportamiento instintuales, o comportamientos de apego: a) succión, b) apego, c) seguir a la madre, d) llanto, f) sonrisa. 4) Los lazos emocionales entre los individuos son esenciales para la supervivencia y tienen un valor primario. 5) La actividad del sujeto tiene como función mantener la proximidad o la accesibilidad fácil de un partenaire a otro. 6) Para que los partenaires operen con eficacia, cada uno construye mentalmente los modelos de sì y de los otros, asi como de las formas de interacción que se desarrollan entre ellos. 7) Los conocimientos actuales requieren que una teoría que postule los cambios del desarrollo reemplace las teorías de las fases especìficas del desarrollo con la fijación y la regresión. Tipos de Apego (Ainsworth) Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 2004, 4 (1); 65-81 (Oliva Delgado, A)
1. Niños de apego seguro (B). Inmediatamente después de
entrar en la sala de juego, estos niños usaban a su madre como una base a partir de la que comenzaban a explorar. Cuando la madre salía de la habitación, su conducta exploratoria disminuía y se mostraban claramente afectados. Su regreso les alegraba claramente y se acercaban a ella buscando el contacto físico durante unos instantes para luego continuar su conducta exploratoria. Sus madres habían sido calificadas como muy sensibles y responsivas a las llamadas del bebé, mostrándose disponibles cuando sus hijos las necesitaban. En cuanto a los niños, lloraban poco en casa y usaban a su madre como una base segura para explorar. La responsividad diaria de sus madres les había dado confianza en ellas como protección, por lo que su simple presencia en la Situación del Extraño les animaba a explorar los alrededores. Al mismo tiempo, sus respuestas a su partida y regreso revelaban la fuerte necesidad que tenían de su proximidad. 2. Niños de apego inseguro-evitativo (A). Se trataba de niños que se mostraban bastante independientes en la Situación del Extraño. Desde el primer momento comenzaban a explorar e inspeccionar los juguetes, aunque sin utilizar a su madre como base segura, ya que no la miraban para comprobar su presencia, sino que la ignoraban. Cuando la madre abandonaba la habitación no parecían verse afectados y tampoco buscaban acercarse y contactar físicamente con ella a su regreso. Incluso si su madre buscaba el contacto, ellos rechazaban el acercamiento. Las madres de estos niños se habían mostrado relativamente insensibles a las peticiones del niño y rechazantes. Los niños se mostraban inseguros, y en algunos casos muy preocupados por la proximidad de la madre, llorando intensamente cuando abandonaba la habitación. Cuando estos niños entraban en la Situación del Extraño comprendían que no podían contar con el apoyo de su madre y reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de indiferencia. Habiendo sufrido muchos rechazos en el pasado, intentaban negar la necesidad que tenían de su madre para evitar frustraciones. Así, cuando la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando cualquier tipo de sentimientos hacia ella. 3. Niños de apego inseguro-ambivalente (C). Estos niños se mostraban tan preocupados por el paradero de sus madres que apenas exploraban en la Situación del Extraño. Pasaban un mal rato cuando ésta salía de la habitación, y ante su regreso se mostraban ambivalentes. Estos niños vacilaban entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las conductas de mantenimiento de contacto. En el hogar, las madres de estos niños habían procedido de forma inconsistente, se habían mostrado sensibles y cálidas en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras. Estas pautas de comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad sobre la disponibilidad de su madre cuando la necesitasen. El rasgo que mejor define a estas madres es el no estar siempre disponibles para atender las llamadas del niño. Las madres tienden a intervenir cuando el niño explora, interfiriendo con esta conducta. Este aspecto, unido al anterior, aumenta la dependencia y falta de autonomía del niño, y sirve para explicar la percepción que el niño puede llegar a tener sobre el comportamiento contradictorio de la madre. En cuanto al comportamiento del niño, puede explicarse como una respuesta a un padre o una madre mínima o inestablemente disponible; el niño puede desarrollar una estrategia para conseguir su atención: acentuar la inmadurez y la dependencia puede resultar adaptativa a nivel biológico, ya que sirve para mantener la proximidad de la figura de apego. No obstante, a nivel psicológico no resulta tan adaptativa, ya que impide al niño desarrollar sus tareas evolutivas. 4.- Se ha propuesto la existencia de un cuarto tipo denominado inseguro desorganizado/desorientado (D) que recoge muchas de las características de los dos grupos de apego inseguro ya descritos, y que incialmente eran considerados como inclasificables (Main y Solomon, 1986). Se trata de los niños que muestran la mayor inseguridad. Cuando se reúnen con su madre tras la separación, estos niños muestran una variedad de conductas confusas y contradictorias. Por ejemplo, pueden mirar hacia otro lado mientras son sostenidos por la madre, o se aproximan a ella con una expresión monótona y triste. La mayoría de ellos comunican su desorientación con una expresión de ofuscación. Algunos lloran de forma inesperada tras mostrarse tranquilos o adoptan posturas rígidas y extrañas o movimientos estereotipados. El modelo representacional va a tener una profunda influencia sobre las relaciones sociales del sujeto. Si una persona, durante su infancia, tuvo un apego seguro con sus padres u otras personas significativas que se mostraron sensibles, responsivos y consistentes, en su vida posterior tendrá una actitud básica de confianza en las personas con las que establezca sus relaciones. Por el contrario, si un sujeto ha tenido experiencias negativas con sus figuras de apego, tenderá a no esperar nada positivo, estable o gratificante de las relaciones que pueda establecer en su vida adulta. Como siempre, esperará rechazos o falta de respuesta empática. (Oliva Delgado, 2004) George, Kaplan y Main (1985) diseñaron un cuestionario, el Adult Attachment Inventory (AAI), que sirve para evaluar el modelo interno activo de las personas adultas. En este cuestionario se pregunta al sujeto por el recuerdo de las experiencias de apego durante su infancia así como por la valoración de estas experiencias. No se trata de evaluar las experiencias objetivas del sujeto sino la interpretación y elaboración que hace de las mismas. A través de este procedimiento se obtienen tres tipos distintos de modelos internos activos: 1. Padres seguros o autónomos que muestran coherencia y equilibrio en su valoración de las experiencias infantiles, tanto si son positivas como si son negativas. Ni idealizan a sus padres ni recuerdan el pasado con ira. Sus explicaciones son coherentes y creíbles. Estos modelos se corresponderían con el tipo de apego seguro encontrado en niños. Estos padres suelen mostrarse sensibles y afectuosos en sus relaciones con sus hijos, que suelen ser clasificados como seguros en la Situación del Extraño. 2. Padres preocupados. Muestran mucha emoción al recordar sus experiencias infantiles, expresando frecuentemente ira hacia sus padres. Parecen agobiados y confundidos acerca de la relación con sus padres, mostrando muchas incoherencias y siendo incapaces de ofrecer una imagen consistente y sin contradicciones. Estos padres se muestran preocupados por su competencia social. En su relación con sus hijos muestran unas interacciones confusas y caóticas, son poco responsivos e interfieren frecuentemente con la conducta exploratoria del niño. No es extraño que sus hijos suelan ser considerados como inseguros-ambivalentes. 3. Padres rechazados. Estos padres quitan importancia a sus relaciones infantiles de apego y tienden a idealizar a sus padres, sin ser capaces de recordar experiencias concretas. Lo poco que recuerdan lo hacen de una forma muy fría e intelectual, con poca emoción. El comportamiento de estos padres con sus hijos, que son generalmente considerados como inseguros-evitativos, suele ser frío y, a veces, rechazante. 4. Padres no resueltos. Serían el equivalente del apego inseguro desorganizado/desorientado. Se trata de sujetos que presentan características de los tres grupos anteriores y que muestran lapsus significativos y desorientación y confusión en sus procesos de razonamiento a la hora de interpretar distintas experiencias de pérdidas y traumas (Main y Hesse, 1990; en Oliva Delgado, 2004). Como señala Bretherton (1985) lo importante no es el tipo de relación que el adulto sostuvo durante su infancia con las figuras de apego, sino la posterior elaboración e interpretación de estas experiencias, que es lo que en realidad evalúa el Adult Attachment Inventory. (Oliva Delgado, 2004)