DOCENTE. – DR. HUGO SANDOVAL SANTOS. En 1935, Nils Löfgren (1913-1967) un estudiante de pregrado que trabajaba para von Euler, se ofreció a ayudar con el proyecto como una forma de desarrollar su interés en el nuevo campo de relaciones de actividad estructural molecular. Sintetizaron 16 compuestos y seleccionaron (una vez más por degustación) los 10 “mejores” para un estudio más formal.
Löfgren continuó con su Carrera y, después de su graduación,
trabajó con Pharmacia para desarrollar una alternativa a la procaína porque las condiciones de tiempo de guerra limitaban su suministro desde Alemania. El resultado, la amoxecaína (Lokastin), aunque no muy buena, se consideró clínicamente aceptable para su uso cuando la procaína no estaba disponible.
En 1941, Löfgren regresó al departamento de von Euler como
profesor asistente con importantes tareas docentes, pero también estableció un grupo de investigación de pregrado para ayudar con su tesis doctoral. Su tema, tal vez impulsado por el trabajo en Pharmacia, era la anestesia local
A principios de 1943, un estudiante entusiasta llamado Bengt
Lundqvist (1922-1953), que también era un esgrimista de nivel internacional, se unió al grupo de Löfgren,Pidió a Löfgren que le permitiera probar lo que podría ser uno de los compuestos más efectivos, originalmente etiquetado como LL30 (Iniciales de Löfgren y Lundqvist, compuesto número 30) y realizó autoexperimentos en los que descubrió que el fármaco estaba activo y que tenía una acción de mayor duración que la procaína. Löfgren aprovechó su entusiasmo y sus contactos con Torsten Gordh, entonces único especialista en anestesiología de Suecia, y había tomado prestado un libro sobre bloqueo nervioso. Löfgren regresó a Suecia en 1955 como Profesor Asistente y todavía pudo lanzar su otro gran anestésico local, la Prilocaína, en 1963. Posteriormente entró en una espiral descendente probablemente relacionada con el alcohol y se suicidó en 1966. Löfgren con Lundqvist fueron pioneros de las relaciones estructura- actividad en química y encontraron un fármaco que revolucionó la farmacología anestésica local, condujo al desarrollo de un rango de agentes que promovieron la práctica de la anestesia local y regional.
A medida que surgen mejores anestésicos locales, desde el punto
de vista de su potencia y duración, también se descubre la toxicidad potencial del paso inadvertido del fármaco al torrente sanguíneo. De los múltiples usos que deparó la molécula original, la procaína, dan fe las numerosas publicaciones que aparecen en las décadas de los años 40-50-60 del pasado siglo.