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Fundamente el desarrollo de las obras danzarías en la etapa colonial a partir de las

influencias hispánicas, africanas haitianas, francesas.

Elementos hispánicos:

Los colonizadores trajeron sus costumbres, creencias y tradiciones, las que adaptaron
a las nuevas condiciones económicas, sociales y geográficas del territorio. Como
ejemplos de la influencia hispánica en nuestras manifestaciones danzarias tenemos: el
zapateo y las rondas infantiles.

El zapateo es un baile propio de las zonas campesinas, aunque también fue bailado en
las ciudades, distintas formas de zapateados procedentes de España dieron origen a
esta danza en Cuba y otras similares en otros similares en otros pueblos de América.
Carpentier señala que existen referencias precisas de bailes de zapateo, dados en
Cuba en los primeros años del siglo XVIII.

Esta danza se ejecuta por parejas sueltas, generalmente colocadas frente a frente,
marcando un ritmo suave y fluido con los pies. Su característica principal es el
zapateado, que marca el ritmo, unas veces con la punta del pie y otras con los talones.
Utiliza movimientos de avance y retroceso, hacia delante, hacia atrás y haca los lados,
giros sí mismos y alrededor de su pareja. Es común terminar la danza colocando el
hombre su sombrero sobre la cabeza a su pareja a manera de homenaje.

Las rondas infantiles son danzas corales que se realizan de distintas formas: en
círculos (uno o más círculos) o en líneas, (serpentinas, zig-zag y otras). La forma
circular puede utilizar también una o más personas fuera o dentro del círculo y el
movimiento puede seguir cualquier dirección, bien a la derecha o bien a la izquierda.
Las rondas siempre tienen carácter colectivo y puede ser ejecutado por niñas, niños o
pueden ser mixtas.

Como ejemplos de rondas podemos citar: A la rueda rueda, La pájara pinta, arroz con
leche, la señorita… y otras.
Elementos haitianos:

Con los que huían de la insurrección haitiana, entraron en Cuba numerosos negros:
unos por fidelidad a los amos, otros porque eran traídos como esclavos domésticos.
Cada sábado se reúnen a bailar en una de las dos asociaciones que subsisten la
ciudad.

Las Sociedades de tumba francesas fueron agrupaciones de recreo, protección y


ayuda mutua. Celebran sus fiestas en grandes salones engalanados con guirnaldas de
papel, banderas y bandas de tela. Sus cantos y bailes se acompañaban con los
tambores llamados, por extensión, tumbas… Los bailes de las tumbas conservan aun
muchos giros tomados de las antiguas cuadrillas y otros bailes del salón francés. No
faltaba el baile del hombre solo realizando figuras en una conversación o controversia
con el tambor premier. Este es el momento que hoy se dice hacer el front o el frente,
que queda como parte del baile llamado yubá, distinguible, por su ritmo y por la manera
misma de bailarlo, de otro baile, el masón.

En Haití como en Cuba las negradas esclavas bailaban en las plantaciones como en
África, pero en la ciudad los negros libres y mulatos ponían empeño a bailar como lo
hacían los blancos ricos. El deseo de imitar a la clase dominante como un modo de
obtener distinción, superioridad y rango social hizo que se popularizaran sus
costumbres, gestos, bailes, vestuarios, etc. En las ciudades los negros y mulatos se
recreaban con la contradanza, el minuet, el rigodón y demás danzas que bailaban los
colonos franceses.

Las danzas que ejecutan estas tumbas francesas nos recuerdan las danzas de figuras
y cuadrillas de los bailes del siglo XVII, aunque ya no son las mismas que se bailaban
en los palacios. Estos bailes sufrieron un proceso de transculturación, se baila con
tambores y chachas africana, en ellos se reproduce la fina cortesía y el porte señorial.
Los instrumentos y los ritmos vienen del África y las figuras y cadenas son de Francia,
los pasos y los contoneos nos recuerdan las plantaciones donde se fundían las razas
blanca y negra.
Elementos franceses:

Los movimientos migratorios de finales del siglo XVIII y parte del siglo XIX,
principalmente los de los franceses procedentes de Haití y la Louisiana, hacen que se
introduzcan en Cuba nuevas costumbres de salón que la burguesía adopta con
rapidez. Se incrementa extraordinariamente l vida social y los bailes y saraos se
suceden continuamente. La influencia francesa se deja venir no sólo en las
costumbres, modas, actividades, recreativas, sino también en la introducción de las
danzas que se bailaban en los salones europeos y que a partir de entonces se
incorporan a los salones de la clase dominante cubanas las cuales también asimila el
pueblo.

Durante este siglo es característico la utilización de los bailes de cuadros y figuras.


Entre ellos podemos citar: la contradanza, el minuet, el rigodón, los lanceros, las
cuadrillas, las polcas, las cracovianas y los valses. Estas danzan se caracterizan por
alegres, vivas, ligera, en las q se realizan distintas figuras y entrelazamientos de
parejas y reflejan el ambiente social de la clase burguesa que trataba de imitar en sus
gesto, ademanes elegantes y corteses a las salones aristocráticos-burgueses de los
países europeos, estos bailes de cuadros y figuras tuvieron una gran influencia en el
desarrollo de la danza en Cuba en el siglo XIX.

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