Está en la página 1de 24

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN


2162/2014.
QUEJOSOS: ********** Y **********, POR SU
PROPIO DERECHO Y EN
REPRESENTACIÓN DE SU MENOR HIJO
**********

PONENTE: MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ


SECRETARIO: DANIEL ÁLVAREZ TOLEDO

En atención a lo dispuesto en el artículo 73, segundo párrafo, de


la Ley de Amparo, así como en la jurisprudencia de rubro:
“PROYECTOS DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO, SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS
QUE SE ANALICE LA CONSTITUCIONALIDAD O LA
CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL, O BIEN, SE
REALICE LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE UN PRECEPTO
CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.”, a continuación se hace
público el fragmento del proyecto de sentencia del Amparo Directo en
Revisión 2162/2014 en el cual se realiza el estudio de
constitucionalidad respectivo: (…)

I. EL DERECHO A LA SALUD.

1. El derecho a la salud está reconocido en el artículo 4°


constitucional, que dispone que “toda persona tiene derecho a la
protección de la salud” y en diversos instrumentos
internacionales como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (artículo 25)1, el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (artículo 12)2 y el Protocolo
1
Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia,
la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad,
invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad”
2
Artículo 12. 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del
más alto nivel posible de salud física y mental”.

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

Adicional a la Convención Americana sobre Derechos


Humanos3.

2. Esta Suprema Corte se ha pronunciado sobre este derecho


fundamental. Al resolver el amparo directo **********, el Tribunal
Pleno sostuvo que el derecho a la salud no se limita a prevenir y
tratar una enfermedad, sino que atento a la propia naturaleza
humana va más allá en tanto comprende aspectos externos e
internos, como el buen estado mental y emocional del individuo;
es decir, se traduce en la obtención de un determinado bienestar
general integrado por el estado físico, mental, emocional y social
de la persona, del que deriva un derecho fundamental
consistente en el derecho a la integridad físico-psicológica.4

3. En el amparo en revisión **********, el Tribunal Pleno sostuvo que


la realización progresiva del derecho a la salud a lo largo de un
determinado periodo no priva de contenido significativo a las
obligaciones de los Estados, sino que les impone el deber
concreto y constante de avanzar lo más expedita y eficazmente
posible hacia su plena realización.5

4. Dentro de las muchas aristas que rodean a este derecho


humano, la Ley General de Salud prevé disposiciones que son
de orden público e interés social para protegerlo en todas sus
dimensiones; una de ellas es el consentimiento informado,
hipótesis que será motivo de análisis en este asunto, por lo que
resulta necesario concretar el contenido y alcance de esta figura.

II. EL CONSENTIMIENTO INFORMADO.

5. La exigencia del consentimiento informado está regulada en el


capítulo IV, denominado “Usuarios de los Servicios de Salud y
3
Artículo 10. 1. Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de
bienestar físico, mental y social.--- 2. Con el fin de hacer efectivo el derecho a la salud los Estados Partes se
comprometen a reconocer la salud como un bien público y particularmente a adoptar las siguientes medidas
para garantizar este derecho: --- a. La atención primaria de la salud, entendiendo como tal la asistencia
sanitaria esencial puesta al alcance de todos los individuos y familiares de la comunidad; --- b. La extensión
de los beneficios de los servicios de salud a todos los individuos sujetos a la jurisdicción del Estado; --- c. La
total inmunización contra las principales enfermedades infecciosas; --- d. La prevención y el tratamiento de
las enfermedades endémicas, profesionales y de otra índole; --- e. La educación de la población sobre la
prevención y tratamiento de los problemas de salud, y --- f. La satisfacción de las necesidades de salud de los
grupos de más alto riesgo y que por sus condiciones de pobreza sean más vulnerables.
4
Véase la tesis P. LXVIII/2009 del Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XXX, diciembre de 2009, Materia Constitucional, página 6, registro digital
165826, de rubro: “DERECHO A LA SALUD. NO SE LIMITA AL ASPECTO FÍSICO, SINO QUE SE
TRADUCE EN LA OBTENCIÓN DE UN DETERMINADO BIENESTAR GENERAL”.
5
Véase la tesis P. XVI/2011del Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XXXIV, agosto de 2011, materia constitucional, página 29, registro digital
161333, de rubro: “DERECHO A LA SALUD. IMPONE AL ESTADO LAS OBLIGACIONES DE
GARANTIZAR QUE SEA EJERCIDO SIN DISCRIMINACIÓN ALGUNA Y DE ADOPTAR
MEDIDAS PARA SU PLENA REALIZACIÓN”.

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

Participación de la Comunidad” de la Ley General de Salud, de


la siguiente forma:

Ley General de Salud.


Capítulo IV. Usuarios de los Servicios de Salud y
Participación de la Comunidad.

Artículo 50. Para los efectos de esta Ley, se considera usuario


de servicios de salud a toda persona que requiera y obtenga los
que presten los sectores público, social y privado, en las
condiciones y conforme a las bases que para cada modalidad se
establezcan en esta Ley y demás disposiciones aplicables.

Artículo 51 Bis 1. Los usuarios tendrán derecho a recibir


información suficiente, clara, oportuna, y veraz, así como la
orientación que sea necesaria respecto de su salud y sobre los
riesgos y alternativas de los procedimientos, diagnósticos
terapéuticos y quirúrgicos que se le indiquen o apliquen.

Artículo 51 bis 2.- Los usuarios tienen derecho a decidir


libremente sobre la aplicación de los procedimientos
diagnósticos y terapéuticos ofrecidos. En caso de urgencia o
que el usuario se encuentre en estado de incapacidad transitoria
o permanente, la autorización para proceder será otorgada por
el familiar que lo acompañe o su representante legal; en caso de
no ser posible lo anterior, el prestador de servicios de salud
procederá de inmediato para preservar la vida y salud del
usuario, dejando constancia en el expediente clínico.
Los usuarios de los servicios públicos de salud en general,
contarán con facilidades para acceder a una segunda opinión.

Artículo 77 bis 37.- Los beneficiarios del Sistema de Protección


Social en Salud tendrán además de los derechos establecidos
en el artículo anterior, los siguientes:

[…]

V. Recibir información suficiente, clara, oportuna y veraz,


así como la orientación que sea necesaria respecto de la
atención de su salud y sobre los riesgos y alternativas de
los procedimientos diagnósticos, terapéuticos y quirúrgicos
que se le indiquen o apliquen;
VII. Contar con su expediente clínico;
VIII. Decidir libremente sobre su atención;
IX. Otorgar o no su consentimiento válidamente informado y
a rechazar tratamientos o procedimientos;6

6
Énfasis añadido.

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

6. Los preceptos transcritos establecen el derecho de los usuarios


de los servicios médicos (pacientes), de tomar decisiones
relativas a su salud; en dichos artículos se prevé expresamente
que tendrán derecho a recibir información suficiente, clara,
oportuna y veraz, así como la orientación que sea necesaria
respecto de su salud, sobre los riesgos y alternativas de los
procedimientos, diagnósticos terapéuticos y quirúrgicos que se le
indiquen o apliquen; pero sobre todo, a decidir libremente sobre
la aplicación de dichos procedimientos.

7. Esta Primera Sala –aunque no de manera central– tuvo la


oportunidad de pronunciarse en torno al consentimiento
informado al resolver la contradicción de tesis **********,
estableciendo que el paciente tiene derecho a decidir libremente
sobre la aplicación de los procedimientos diagnósticos y
terapéuticos ofrecidos, ya que de otro modo, se vulnerarían sus
derechos de libertad personal y a la auto-disposición sobre el
propio cuerpo. Se dijo, igualmente, que para que se pueda
intervenir al paciente, es necesario que se le den a conocer las
características del procedimiento médico, así como los riesgos
que implica tal intervención ya que es a través del
consentimiento informado que el paciente asume los riesgos y
consecuencias inherentes o asociados a la intervención
autorizada. En dicha sentencia se adujo que el consentimiento
informado consiste en el derecho del paciente de otorgar o no su
consentimiento válidamente informado en la realización de
tratamientos o procedimientos médicos.7

8. Posteriormente, esta Primera Sala determinó que el


consentimiento informado cumple una doble finalidad: por un
lado, es la autorización de una persona para someterse a
procedimientos o tratamientos médicos que pueden incidir en su
integridad física, salud, vida o libertad de conciencia y, por otro
lado, es una forma de cumplimiento por parte de los médicos del
deber de informar al paciente sobre el propio diagnóstico,
tratamiento y/o procedimiento, así como de las implicaciones,
efectos o consecuencias que pudiera traer a su salud, integridad
física o vida.8

9. El consentimiento informado deberá cumplir con los requisitos de


la Ley General de Salud y el Reglamento de la Ley General de

7
Véase la tesis 1a. XLIII/2012 (10a.) de esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XI, agosto de 2012, Tomo 1, Materia Constitucional, página
478, registro digital 2001271, de rubro: “CONSENTIMIENTO INFORMADO. DERECHO
FUNDAMENTAL DE LOS PACIENTES”.
8
Cfr. Párrafo 179 del amparo directo 51/2013, resuelto por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en sesión de 2 de diciembre de 2015.

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención


Médica, los cuales, en sus artículos 50 y 80, respectivamente9,
señalan que deberá recabarse al ingreso de una persona a un
hospital su autorización para practicar los procedimientos
médico-quirúrgicos para su debida atención como usuario de ese
servicio de salud.

10. A pesar de ello, el propio numeral 80 del reglamento prevé que


el consentimiento informado inicial no conlleva a una
autorización generalizada de cualquier procedimiento o
tratamiento médico; por el contrario, se deberá recabar a su vez
una autorización previa a cada procedimiento que entrañe un
alto riesgo para el paciente.

11. Lo que motiva estos requisitos radica, precisamente, en la


observancia de la referida doble finalidad del consentimiento
informado: que la persona en concreto permita procedimientos o
tratamientos que pueden o podrían incidir en el pleno goce de
sus derechos humanos a la vida, integridad física, salud, libertad
de conciencia y, segundo, que el médico cumpla con su deber
de informar al paciente o a las personas responsables de este
último de su estado de salud y de las implicaciones del
tratamiento o procedimiento médico peligroso, a fin de que se
tome una decisión bien informada y con todos los elementos
posibles.10

12. Respecto a la forma que debe ser expresado el consentimiento,


los artículos 80 y 81 del Reglamento de la Ley General de Salud
en materia de prestación de Servicios de atención médica,
establecen que al ingresar a un hospital, siempre que el estado
del usuario lo permita, se debe recabar autorización escrita y
firmada por parte del paciente a fin de practicarle, con fines de
diagnóstico y terapéuticos, los procedimientos médico
quirúrgicos necesarios.11

9
“Articulo 80.- En todo hospital y siempre que el estado del paciente lo permita, deberá recabarse a su
ingreso autorización escrita y firmada para practicarle, con fines de diagnóstico terapéuticos, los
procedimientos médico quirúrgicos necesarios de acuerdo al padecimiento de que se trate, debiendo
informarle claramente el tipo de documento que se le presenta para su firma.
Esta autorización inicial no excluye la necesidad de recabar después la correspondiente a cada procedimiento
que entrañe un alto riesgo para el paciente”.
10
Véase la ejecutoria del amparo directo amparo directo 51/2013, resuelto por esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en sesión de 2 de diciembre de 2015.
11
Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de Servicios de atención médica.
Artículo 80. En todo hospital y siempre que el estado del usuario lo permita, deberá recabarse a su ingreso su
autorización escrita y firmada para practicarle, con fines de diagnóstico terapéuticos, los procedimientos
médico-quirúrgicos necesarios para llegar a un diagnóstico o para atender el padecimiento de que se trate,
debiendo informarle claramente el tipo de documento que se le presenta para su firma. - - - Una vez que el
usuario cuente con un diagnóstico, se expresará de manera clara y precisa el tipo de padecimiento de que se
trate y sus posibles tratamientos, riesgos y secuelas. - - - Esta autorización inicial no excluye la necesidad de
recabar después la correspondiente a cada procedimiento que entrañe un alto riesgo para el paciente.

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

13. Se reconoce, asimismo, que existen situaciones de urgencia en


que pueden actualizarse excepciones a la exigencia de recabar
el consentimiento informado. En conformidad con los artículos 51
bis de Ley General de Salud, y 81 del citado reglamento de
prestación de servicios de atención médica, cuando el paciente
se encuentre en estado de incapacidad transitoria o permanente,
la autorización para proceder será otorgada por el familiar que lo
acompañe o su representante legal; en caso de no ser posible lo
anterior, el médico podrá intervenir al paciente dejando
constancia en el expediente clínico.12

14. Si bien dichos preceptos no establecen expresamente cuáles


son los momentos en que se actualiza la denominada “ausencia”
de los familiares, tutores o representantes o la concurrencia de
un caso urgente, de una interpretación sistemática y teleológica
de su contenido, esta Primera Sala advierte que su ámbito de
aplicación requiere, en primer lugar, que cuando el paciente se
encuentre en un estado de incapacidad y las circunstancias
fácticas lo permitan, se deberá de recabar de manera forzosa la
autorización para el respectivo tratamiento o procedimiento por
parte de su familiar más cercano, tutor o representante; no
obstante, cuando tales personas no se encuentren en el hospital
y/o el tratamiento o procedimiento del padecimiento del paciente
sea de un carácter urgente (estado de necesidad) que si se
aguarda la aludida autorización conllevaría a una afectación
grave o irreversible a la integridad física, salud o vida del
paciente, entonces dicho tratamiento o procedimiento podrá ser
efectuado bajo el acuerdo de dos médicos (en el caso de que
físicamente existan en ese lugar, pues hay servicios de salud en
el país donde no están asignados dos médicos) y ante su más
estricta responsabilidad, con el condicionamiento de que se
asiente la valoración del caso y toda la información pertinente en
el expediente clínico.13
12
Ley General de Salud. Artículo 51 bis 2.- Los usuarios tienen derecho a decidir libremente sobre la
aplicación de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos ofrecidos. En caso de urgencia o que el usuario
se encuentre en estado de incapacidad transitoria o permanente, la autorización para proceder será otorgada
por el familiar que lo acompañe o su representante legal; en caso de no ser posible lo anterior, el prestador de
servicios de salud procederá de inmediato para preservar la vida y salud del usuario, dejando constancia en el
expediente clínico. - - Los usuarios de los servicios públicos de salud en general, contarán con facilidades
para acceder a una segunda opinión.
Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de Servicios de atención médica.
Artículo 81. En caso de urgencia o cuando el paciente se encuentre en estado de incapacidad transitoria o
permanente, el documento a que se refiere el artículo anterior, será suscrito por el familiar más cercano en
vínculo que le acompañe, o en su caso, por su tutor o representante legal, una vez informado del carácter de la
autorización. - - - Cuando no sea posible obtener la autorización por incapacidad del paciente y ausencia de
las personas a que se refiere el párrafo que antecede, los médicos autorizados del hospital de que se trate,
previa valoración del caso y con el acuerdo de por lo menos dos de ellos, llevarán a cabo el procedimiento
terapéutico que el caso requiera, dejando constancia por escrito, en el expediente clínico.
13
Cfr. Párrafos 184 a 188 de la ejecutoria del amparo directo 51/2013, resuelto por esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en sesión de 2 de diciembre de 2015.

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

15. Aun cuando pudiera parecer que es un contrasentido que el


estado de urgencia sea una excepción a la concurrencia de un
consentimiento informado expreso para efectuar un acto médico
que entrañe un alto riesgo para el paciente, pues precisamente
la respectiva autorización es la forma en que el sistema jurídico
respeta la libertad de esa persona para decidir sobre su propio
cuerpo, lo cierto es que el mismo sistema jurídico intenta realizar
una ponderación entre la voluntad del paciente y las obligaciones
que tiene todo personal médico-sanitario de llevar a cabo las
acciones necesarias para respetar y proteger el derecho a la
salud, la integridad y/o vida de una persona.

16. Así, el caso de urgencia que justifica el acto médico a pesar de


la ausencia de consentimiento del paciente, es la forma que el
ordenamiento jurídico reconcilia ambos valores, preponderando
la protección de la salud, pero sujetando consecuentemente al
médico o diverso profesional médico-sanitario a un estándar más
alto para acreditar su debida diligencia médica: tendrá que
demostrar que tal actuación era imperiosa para la protección de
la integridad o vida del paciente y deberá hacerlo en acuerdo con
otro profesional médico (salvo la aludida excepción), asentando
sus razones para acreditar el estado de urgencia y detallando
toda información relevante en el expediente clínico, bajo su más
estricta responsabilidad. Esta determinación no prejuzga sobre
los supuestos de negativa de consentimiento por objeción de
conciencia o libertad religiosa.

17. En ese tenor, cuando no concurra tal estado de urgencia y


tampoco se haya allegado el médico o profesional del
consentimiento del paciente, familiares, tutores o representantes,
se actualizará una negligencia médica en clara transgresión a la
lex artis ad hoc que podría conducir a una responsabilidad civil si
se tienen por satisfechos el resto de los elementos de la acción:
el daño y la relación causal. Es decir, el acto médico que
involucre un alto riesgo al paciente que fue realizado sin
acreditarse un caso de urgencia o sin recabarse el debido
consentimiento informado, se reputará como una conducta
negligente; sin embargo, tal situación no actualiza en automático
una responsabilidad civil, ya que se tiene que demostrar la
existencia de un daño y que tal acto negligente originó o fue un
factor determinante en la producción del daño.14
14
Para la opinión detallada en este apartado, tal como se estableció en la ejecutoria del amparo directo
51/2013, resuelto por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sesión de 2 de
diciembre de 2015 (cuyos argumentos son reiterados en esta sentencia), se atendió a las explicaciones
conceptuales de las siguientes dos obras, que aunque no son vinculantes para esta Suprema Corte, sirvieron
como apoyo técnico y conceptual sobre el deber de informar y el respectivo consentimiento. Véase, Gamarra,
Jorge, Responsabilidad civil médica, tomo 1, Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo, 2000, pp. 158
y ss.; Yebra-Pimentel Vilar, Paula Carolina, El consentimiento informado: criterios legales y

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

18. Es importante destacar que el objeto del consentimiento


informado lo constituye el tratamiento médico quirúrgico ajustado
a la lex artis ad hoc y con los riesgos que le son inherentes, pero
no comprende el resultado que es aleatorio, dada la incidencia
en el mismo de múltiples factores endógenos y exógenos, ajenos
al actuar del facultativo interviniente y que pueden truncar el fin
perseguido, dada la obligación de medios o actividad que
preside su actuación, aunque la diligencia exigible sea la propia
de las obligaciones del mayor esfuerzo, ante la trascendencia
vital que, en muchas ocasiones, reviste para el paciente el
proceder médico.15

19. Establecido que el consentimiento informado es fundamental


para la relación médico-paciente y que ello constituye un
derecho primordial para estos últimos; toca ahora precisar que
dentro de los elementos esenciales de dicha figura se encuentra
el respeto a la capacidad jurídica.

20. El relator especial de las Naciones Unidas, en su informe sobre


el Derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible
de salud física y mental (agosto 2009)16 examinó el papel
fundamental que desempeña el consentimiento informado en el
respeto, la protección y el ejercicio del derecho a la salud.
Señaló que las justificaciones éticas y jurídicas dimanan del
hecho de que el consentimiento informado promueve la
autonomía, la libre determinación, la integridad física y el
bienestar del paciente y que, por tanto, lejos de ser una mera
aceptación de una intervención médica, es una decisión
voluntaria y suficiente que protege el derecho del paciente a
participar en la adopción de las decisiones médicas y atribuye a
los proveedores de la salud deberes y obligaciones conexos.

21. En el informe citado se establecieron como componentes


esenciales del consentimiento, entre otros, el respeto a la
capacidad jurídica. En relación con este aspecto, debe decirse
que la competencia para otorgar el consentimiento es un estado
conocido como capacidad jurídica y, en la generalidad de los
casos, viene determinada por la capacidad para comprender,
retener, creer y sopesar la información que se recibe a fin de
tomar una decisión.

jurisprudenciales, Difusión Jurídica, Madrid, 2012, pp. 45 y ss., y Blanco Pérez-Rubio, Lourdes, La carga de
la prueba por omisión de información al paciente, Marcial Pons, Madrid, 2013, pp. 50 y ss.
15
GALÁN CORTÉS, JULIO CÉSAR, Responsabilidad Médica y consentimiento informado, Civitas Ediciones,
Madrid 2001, p. 164.
16
Asamblea General de las Naciones Unidas, A/64/272, Derecho de toda persona al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental, agosto de 2009.

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

22. Se da por sentado que los adultos poseen capacidad jurídica y,


en consecuencia, para otorgar su consentimiento a una
intervención que se les practique; sin embargo, pueden existir
diferentes supuestos en los que el titular del consentimiento
informado tenga una limitación para ejercer totalmente su
derecho a la decisión. Dentro de estos supuestos se pueden
enumerar los siguientes: i) menores de edad; ii) personas con
algún trastorno mental; iii) el titular se encuentre en estado
inconsciente; y, iv) emergencias médicas.

23. Sobre el primer punto, hipótesis que ocupa a esta Primera Sala,
el artículo 23 del Código Civil Federal17 dispone, como regla
general, que los menores de edad son incapaces; ello hace
suponer, entonces, que no es necesario el consentimiento de
éstos para adelantar los procedimientos hospitalarios o
quirúrgicos que se requieran, pues su voluntad se suple
mediante el consentimiento de sus padres, como manifestación
de la patria potestad, y es a éstos a quienes les corresponde
manifestar su aquiescencia para legitimar la realización de los
tratamientos destinados a mejorar las condiciones de salud de
sus hijos.

24. No obstante, si respecto al menor de edad son dadas las


condiciones de madurez, intelectuales y emocionales para
comprender el alcance del acto médico sobre su salud, se debe
tomar en cuenta su opinión en el momento del otorgamiento del
consentimiento; sobre este punto, el Comité de los Derechos del
Niño, en su Observación General Número 4°, estableció lo
siguiente: “Garantizar el acceso a los adolescentes a la
información que sea esencial para su salud y desarrollo y la
posibilidad que participen en las decisiones que afectan su salud
(en especial con un consentimiento fundamentado y el derecho a
la confidencialidad) la adquisición de experiencia, la obtención
de información adecuada y apropiada para su edad y la elección
de comportamientos de salud adecuados”18.

25. Surge así el denominado consentimiento por representación,


como presupuesto fundamental para garantizar la efectiva
protección de los derechos a la vida, a la salud y a la integridad
física de quienes no están en capacidad de decidir de manera
autónoma sobre su propio cuerpo. Ello ocurre, entre otras
17
Artículo 23. La minoría de edad, el estado de interdicción y demás incapacidades establecidas por la ley,
son restricciones a la personalidad jurídica que no deben menoscabar la dignidad de la persona ni atentar
contra la integridad de la familia; pero los incapaces pueden ejercitar sus derechos o contraer obligaciones por
medio de sus representantes.
18
Observación General No. 4, Comité de los Derechos Niño, La salud y el desarrollo de los adolescentes en
el contexto de la Convención sobre los Derechos del Niño, U.N. Doc. CRC/GC/2003/4 (2003).

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

hipótesis, con los hijos menores de edad frente a sus padres. En


este caso, la intervención de los representantes (los padres) ha
de ir encaminada a favorecer siempre la salud del representado.

III. ¿PROCEDE LA INDEMNIZACIÓN POR VICIOS EN EL


CONSENTIMIENTO INFORMADO RESPECTO DEL MÉDICO
TRATANTE?
26. Conforme a la doctrina jurisprudencial de esta Primera Sala, el
acto médico se divide en tres fases: la diagnóstica, la terapéutica
y la recuperatoria; en consecuencia, para determinar la
existencia de la mala práctica, dicho acto no debe ser analizado
de manera separada pues cada una de las fases que lo
componen se encuentra estrechamente vinculada. Así,
segmentar el acto médico sin tomar en consideración todas las
etapas que la conforman sería incongruente, pues las fases
siguen una secuencia en el tiempo.19

27. En la contradicción de tesis **********, esta Primera Sala


estableció el tipo de responsabilidad civil que generan los daños
ocasionados por el uso negligente de la anestesia. Sostuvo que
la responsabilidad médica rebasa el ámbito de la responsabilidad
contractual, porque existen deberes que van más allá de los que
pudieran estar contenidos en el contrato de prestación de
servicios, como son el deber del médico de actuar con la
diligencia que exige la lex artis y porque no puede aceptarse a
través de un contrato, la lesión a la integridad física o a la vida,
por lo que se actualiza una responsabilidad extracontractual,
pues los daños personales no pueden ser consensados
mediante un contrato de prestación de servicios entre el médico
y el paciente, al ser la salud, integridad física y la vida, bienes
jurídicos indisponibles.

28. En dicha resolución se dijo que la responsabilidad


extracontractual es de índole subjetiva, ya que en la medicina
confluyen demasiados elementos aleatorios como para que en
su ámbito pueda llegar a fundamentarse una responsabilidad
objetiva, que en último término supondría una carga tan grande
para los médicos y el resto del personal sanitario, que les llevaría
a ejercer un tipo de medicina defensiva que terminaría
perjudicando al paciente.

19
Véase la tesis 1a. XXIV/2013 (10a.) publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, Libro XVI, enero de 2013, Tomo 1, Materia Civil, página 621, registro digital 2002440 de
rubro: “ACTO MÉDICO. DISTINTAS ETAPAS O FASES QUE LO CONFORMAN PARA EFECTOS
DE DETERMINAR LA EXISTENCIA DE UNA POSIBLE MALA PRÁCTICA MÉDICA”.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

29. Las anteriores consideraciones dieron lugar a la siguiente


jurisprudencia:

“DAÑOS ORIGINADOS POR LA APLICACIÓN


NEGLIGENTE DE LA ANESTESIA. GENERAN UNA
RESPONSABILIDAD CIVIL DE ÍNDOLE SUBJETIVA
(LEGISLACIÓN CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL
ESTADO DE TABASCO). Aun cuando el paciente haya
otorgado su consentimiento informado para la
administración de la sustancia denominada anestesia, los
daños generados por la administración negligente de la
misma actualizan una responsabilidad de índole
extracontractual, al estar en juego valores indisponibles
para el paciente como el derecho a la salud y el derecho a
la vida. Ahora bien, tal responsabilidad extracontractual es
de carácter subjetivo, por lo que para exigir la reparación de
los daños generados por el uso de anestesia debe probarse
el elemento subjetivo de la conducta. No obstante, existe la
presunción de que los daños ocasionados por la anestesia
fueron originados por un actuar negligente, por lo que le
corresponderá desvirtuar dicha presunción al personal
médico que participó en las etapas que abarca el cuidado
anestésico.” 20

30. En la resolución a la contradicción de tesis citada se analizó –en


específico– la responsabilidad civil en los procedimientos de
anestesia; sin embargo y en consonancia con dicha postura, las
mismas consideraciones se deben aplicar a los procedimientos
quirúrgicos, por la razón de que en ambos están en juego los
mismos derechos, principios y valores, como son: la salud,
integridad física, la autodeterminación y la vida misma. Por lo
tanto, esta Primera Sala considera que al estar en presencia de
una mala práctica médica por parte del médico tratante en un
procedimiento quirúrgico, se genera, de la misma forma, una
responsabilidad civil extracontractual subjetiva.

31. La responsabilidad subjetiva deriva de la comisión de un hecho


ilícito el cual se configura por tres elementos: una conducta
antijurídica, culpable y dañosa21. A grandes rasgos, una
conducta es antijurídica cuando es contraria a derecho, ya sea
porque vulnere una disposición jurídica o el deber [jurídico] de
respetar el derecho ajeno. Obra con culpa quien causa un daño

20
Jurisprudencia 1a./J. 22/2011 publicada Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XI, agosto
de 2012, Tomo 1, Materia Civil, página 235, registro digital 2001287.
21
BEJARANO SÁNCHEZ, MANUEL, “Obligaciones Civiles”, Editorial Harla, Tercera Edición, México, 1992, pp.
221-246.

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

a otro sin derecho22; la culpa se traduce en no conducirse como


es debido. El daño es una pérdida o menoscabo, que no sólo
puede ser pecuniario sino referirse a la salud o a la integridad
física o emocional, cuando un hecho ilícito culpable o por un
riesgo creado afectó sentimientos.

32. Toda reclamación de daños, aunque se funde en un derecho


inobjetable a exigirlos, requiere la prueba de su existencia, ya
que para declarar la responsabilidad no basta comprobar
judicialmente la infracción de la obligación sino que es preciso
demostrar la existencia de los daños ocasionados, por lo que
para exigir la indemnización del daño se tiene que atender a una
consecuencia inmediata y directa del hecho perjudicial y,
además, que pueda resarcirse, en tanto que no todas las
consecuencias perjudiciales que fueron producto del hecho ilícito
van a poder ser reparadas por el causante, porque los hechos
nocivos pueden encadenarse hasta al infinito.

33. El derecho protege a la víctima cuando el daño ha sido


consecuencia de una conducta ajena antijurídica y culpable
(ilícito) o del aprovechamiento de un objeto peligroso, por lo que
la doctrina del daño apunta a la necesidad de que exista un
vínculo de causalidad entre el hecho y el daño, y que éste sea
consecuencia inmediata y directa del hecho.

34. El daño causado puede ser material o extrapatrimonial.


Tomando como base que el daño, desde el punto de vista
económico, es la pérdida o menoscabo que una persona sufre
en su patrimonio y el perjuicio es la privación de la ganancia
lícita a la que tenía derecho; el daño o perjuicio extrapatrimonial
debe entenderse como la pérdida o menoscabo que sufre una
persona en su integridad física o psíquica, en sus sentimientos,
afecciones, honor o reputación. A este tipo de daño se le conoce
como daño moral.

35. El daño moral se divide en dos: la “parte social o moral”, que


comprende el honor, la reputación, la consideración que de sí
misma tienen los demás; y la “parte afectiva”, la cual [tras]toca a
la persona en sus sentimientos y sufrimientos.

36. Las anteriores consideraciones están reflejadas en la siguiente


jurisprudencia:

22
BORJA SORIANO, MANUEL, “Teoría General de las Obligaciones”, Editorial Porrúa, Décima Segunda
Edición, 1991, p.347.

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

“RESPONSABILIDAD CIVIL. SU CONCEPTO Y


CLASIFICACIÓN. La responsabilidad civil conlleva la
obligación de indemnizar por los daños y perjuicios causados
por un incumplimiento a las obligaciones asumidas (fuente
contractual) o por virtud de un hecho ilícito o riesgo creado
(fuente extracontractual); de ahí que, de ser posible, la
reparación del daño debe consistir en el establecimiento de
la situación anterior a él, y cuando ello sea imposible, en el
pago de daños y perjuicios. Ahora bien, la responsabilidad
civil extracontractual puede ser de naturaleza: 1) objetiva,
derivada del uso de objetos peligrosos que crean un estado
de riesgo para los demás, independientemente de que la
conducta del agente no haya sido culposa, y de que no haya
obrado ilícitamente, la cual se apoya en un elemento ajeno a
la conducta; o 2) subjetiva, la cual deriva de la comisión de
un hecho ilícito que, para su configuración requiere de una
conducta antijurídica, culposa y dañosa.”23

37. Para exigir la reparación del daño moral debe acreditarse la


responsabilidad de la parte demandada que puede derivar tanto
de la responsabilidad contractual o extracontractual, la que a su
vez, puede ser de naturaleza subjetiva u objetiva. Afirmación que
tiene apoyo en las tesis: “DAÑO MORAL. SE GENERA CON
INDEPENDENCIA DE QUE LA RESPONSABILIDAD SEA
CONTRACTUAL O EXTRACONTRACTUAL.”24 y “DAÑO
MORAL. CONDICIÓN A QUE ESTÁ SUJETA LA
REPARACIÓN.”25

38. En conformidad con lo anterior, la responsabilidad civil se


excluye si el daño se causa por mero accidente, sin intención ni
imprudencia alguna, ejecutando un hecho con las debidas
precauciones si se obra en cumplimiento de un deber legal o en
el ejercicio legítimo de un derecho, o si el daño se produjo por la
culpa o negligencia de la víctima26.

39. Bajo este panorama, procede enseguida analizar el caso


concreto que ocupa a esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.

23
Tesis 1a. LII/2014, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 3,
febrero de 2014, Tomo I, Materia Civil, página 683, registro digital 2005542.
24
Tesis: 1a. CCXXXIX/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Libro 7, junio de 2014, Tomo I Materia Civil, página 448, registro digital 2006804.
25
Véase, aunque añeja, la tesis de la extinta Tercera Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Sexta Época, Volumen XXX, Cuarta Parte, Materia
Civil, página 152, registro digital 271641.
26
BORJA SORIANO, MANUEL, Op. Cit. p. 349.

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

IV. CASO CONCRETO.

40. Según quedó evidenciado, en el momento de la intervención


quirúrgica el menor involucrado no contaba con la madurez
necesaria para poder emitir una opinión sobre el tratamiento a
recibir, por lo que fue su padre, el señor **********, quien firmó el
consentimiento informado, lo cual es correcto, según los
argumentos desarrollados en párrafos que anteceden.

41. El Tribunal Colegiado consideró que el consentimiento bajo


información no reunió las exigencias del artículo 82, fracción VI,
del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Prestación de Servicios de Atención Médica, al no tener la
anotación relativa al nombre completo y firma de los dos
testigos, y al no contener la explicación de los riesgos y
beneficios esperados del acto médico autorizado, por lo que
carecía de los elementos necesarios para considerarlo como
válido (anexo 1).27

42. Bajo esta hipótesis fáctica, lo que habrá que determinar


entonces es si el vicio formal del que adolece el consentimiento
informado trascendió al acto médico en su conjunto, con el fin de
establecer si es procedente la indemnización por una alegada
responsabilidad civil por negligencia médica.

43. Recapitulemos. En la sentencia recurrida se concluyó que las


omisiones que presentó el documento en el cual se contiene el
consentimiento informado, no provocaron una afectación en la
esfera del menor. Por su parte, los recurrentes señalan que
dicha interpretación es incorrecta, esencialmente, porque el
consentimiento informado no se realizó conforme a derecho; en
consecuencia, afirman, se llevó a cabo un tratamiento médico no
consensual.

44. Esta Primera Sala considera que si el consentimiento informado


no cumplió los requisitos básicos para que sea considerado
válido, el mismo no se tendrá como tal, porque con ello se
trastoca el derecho a la salud contemplado en el artículo 4º
constitucional; sin embargo, ello no acarrea como
consecuencia necesaria una indemnización pecuniaria, pues
para que esto ocurra es necesario que se haya ocasionado un
daño extrapatrimonial para el paciente, que haya sido
consecuencia de una mala praxis, la que debe ser analizada de
manera conjunta en las tres fases de la atención médica
(diagnóstica, terapéutica y recuperatoria).
27
Ver foja 177 del juicio de Amparo Directo **********.

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

45. Los argumento de los recurrentes giran en torno al hecho de que


no se les informó que una complicación del procedimiento que
se realizó al menor era la acalasia secundaria, y que el médico
tratante no les informó que existían diversas alternativas menos
peligrosas como la Funduplicatura de Nissen de 360 grados por
vía laparoscopia, en lugar de una Funduplicatura de Nissen de
270 grados, por vía de abordaje abierto; y que aun así el
Tribunal Colegiado determinó que no se acreditó que el
procedimiento realizado no estaba indicado y que fue elaborado
en forma incorrecta.

46. Esta Primera Sala considera que, en el presente caso, el vicio


que rodea al consentimiento informado no es el único que debe
tenerse en cuenta al momento de valorar la posible
indemnización por un daño concreto, digamos el daño moral. Lo
anterior, porque la pretensión de los recurrentes tiene como
principal propósito obtener una indemnización por una mala
praxis médica, la cual debe ser valorada –se insiste– en sus
distintas fases (la diagnóstica, la terapéutica y la recuperatoria),
y no únicamente a partir de los vicios que rodearon al
consentimiento informado. Es decir, lo que los recurrentes
pretenden es obtener una indemnización pecuniaria, hecho
jurídico para el cual sería necesario analizar el acto médico y
acreditar que en éste existió una responsabilidad civil
extracontractual subjetiva que ocasionó un daño.

47. En el presente asunto, el Tribunal Colegiado, al analizar la


sentencia de la Sala responsable, estableció que no se
comprobó el nexo de causalidad entre el acto médico y el
resultado lesivo, y aunque en el caso existan vicios en el
consentimiento informado, no liga a esta omisión consecuencia
dañosa alguna. Y en efecto, lo que puede dar lugar o no a un
daño es la negligencia, siempre y cuando se acredite una
relación causal, pues aunque un consentimiento informado
deficiente es de por sí una mala praxis médica, ésta no puede
por sí misma dar lugar al daño moral, si del acto médico en su
conjunto no se acreditó daño alguno al paciente.

48. Si bien el acto médico es una actuación compleja que debe ser
examinada en su conjunto y que conceptualmente se conforma
por distintas etapas (diagnóstica, terapéutica y recuperatoria),
debe resaltarse que aun cuando el consentimiento informado
integra parte de ese acto médico y se encuentra estrechamente
vinculada con el resto de las actuaciones en la atención del
paciente, el simple incumplimiento de cualquiera de los
requisitos que lo conforman, no produce de manera forzosa que

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

la conducta del médico tratante se vuelva dolosa o negligente,


pues dependerá del contenido de esa norma y la regulación del
acto médico como parte integrante de la lex artis ad hoc.

49. Dicho de otro modo, los vicios en el consentimiento informado no


implica en automático la responsabilidad del personal médico-
sanitario, dado que en este tipo de acciones se tienen que
acreditar todos los elementos de la responsabilidad civil,
incluyendo la comprobación de la culpa y su relación con el
daño.

50. En ese sentido, cuando se advierta un vicio en el consentimiento


informado, a partir del resto de pruebas presentes en el juicio y
atendiendo a la carga de la prueba que le corresponde a cada
parte, el juzgador deberá analizar los supuestos incumplidos y
verificar si su indebido cumplimiento es el acto o parte del acto o
la omisión que produjo el daño, o si a partir de tal circunstancia
se produjo una ausencia de información que conllevó a la
pérdida de la oportunidad de haber corregido el daño o impedido
que éste ocurriera.

51. Por tal motivo, es correcta la afirmación del Tribunal Colegiado


cuando estableció que la falta de consentimiento informado
únicamente da lugar a una responsabilidad patrimonial y a una
indemnización, cuando se ha causado un daño por haberle
privado de la posibilidad de elección a someterse a la
intervención, bien por la inexistencia de información previa o del
consentimiento en sí, por omitir los riesgos y contraindicaciones
de la intervención, al no informar las secuelas de la intervención,
o por omitir la existencia de alternativas terapéuticas
acreditadas.

52. Cabe destacar que a pesar de que cualquier vicio del que
adolezca el consentimiento informado es una transgresión a la
lex artis ad hoc, como se adelantó, el que se diga que no
produce en automático una responsabilidad civil, no conlleva a
esta Primera Sala a incurrir en una contradicción. En algunos
casos, como el que ahora nos ocupa, la actuación diligente por
parte del personal médico-sanitario se puede efectuar
independientemente de lo correcto o incorrecto del contenido del
consentimiento informado, por lo que no existe una relación
necesaria entre el cumplimiento de los requisitos legales para el
consentimiento informado y la posible negligencia de un médico.
Así, podrá haber casos en que el consentimiento informado
cumpla con todos los requisitos normativos requeridos, pero a

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

pesar de ello se actualice una conducta negligente en la atención


médica de una persona, o viceversa.

53. Concluir lo contrario de manera genérica implicaría trastocar el


derecho humano a la legalidad y seguridad jurídica de los
profesionistas médico-sanitarios, pues precisamente los
elementos de la acción civil extracontractual por daños y
perjuicios (daño, culpa y nexo causal) están dirigidos a proteger
y asegurar que una persona responda civilmente únicamente por
sus propios actos ilícitos o por los hechos ajenos dada su
especial situación jurídica frente a la persona responsable, mas
no que se le sancione simplemente por la falta de acatamiento
de una normatividad secundaria en la elaboración del
consentimiento informado como si se tratara de una especie de
responsabilidad objetiva.

V. EL VICIO EN EL CONSENTIMIENTO INFORMADO ¿PODRÍA


TRASCENDER A LA RESPONSABILIDAD DE LAS
INSTITUCIONES HOSPITALARIAS?

54. A pesar de lo anterior, esta Primera Sala en términos del artículo


79, fracción II, de la Ley de Amparo procede, en suplencia de la
queja, a determinar si en el caso el vicio del que adoleció el
consentimiento informado, puede o no trascender a la
responsabilidad de la institución hospitalaria, en el caso, del
Hospital **********, **********.

55. Es importante destacar que la suplencia de la queja –en


términos de la jurisprudencia 191/2005 de esta Primera Sala–28
se debe observar en el presente asunto en atención a que se
vinculan intereses afectos a la esfera jurídica de un menor, y
también resulta relevante al caso el criterio emitido por la
Segunda Sala de esta Suprema Corte, en el sentido de que la
suplencia de la queja de los menores de edad, procede incluso
cuando sin ser parte formal de un juicio pudieran resultar
afectados por la resolución que en éste se dicte29.

28
“MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA
SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI
EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE”. [Época: Novena Época Registro: 175053 Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XXIII, Mayo de
2006 Materia(s): Civil Tesis: 1a./J. 191/2005 Página: 167].
29
“MENORES DE EDAD O INCAPACES. LA SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE
PROCEDE EN TODO CASO, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS
CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE”.[Época: Novena Época Registro: 191496
Instancia: Segunda Sala Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XII, julio de 2000 Materia(s): Común, Civil Tesis: 2a. LXXV/2000 Página: 161].

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

56. Pues bien, esta Suprema Corte ha sido enfática en torno a que
la responsabilidad extracontractual médico-sanitaria es de
carácter subjetivo y, por ende, la acción por daños y perjuicios
debe acreditar la concurrencia de una conducta culposa, un
daño y un nexo causal. El artículo 1910 del Código Civil para el
Distrito Federal prevé que la persona que obre ilícitamente y
cause un daño a otro u otra, está obligada a repararlo a menos
que demuestre que el daño se produjo como consecuencia de
culpa o negligencia inexcusable de la víctima.

57. No obstante, aunado a que cada persona responde por sus


propios actos, en materia de responsabilidad civil se entiende
que una persona puede hacerse responsable de los daños
causados por otra en atención a la especial situación jurídica o
fáctica que los vincula con ella. A este supuesto se le llama
responsabilidad por hechos ajenos. El propio Código Civil para el
Distrito Federal30 prevé en diversos numerales este tipo de
asignación de responsabilidad: el artículo 1918 establece el
supuesto de las personas morales en relación con sus
representantes legales; el numeral 1919 se ocupa de la
obligación de quienes ejerzan la patria potestad de responder de
los daños y perjuicios causados por los actos de los menores
que estén bajo su cuidado y habiten con ellos; el artículo 1923
establece la obligación a los maestros artesanos con relación a
sus operarios en la ejecución de la obra encomendada; el 1924
de los patrones y dueños de establecimientos mercantiles
respecto de sus obreros y dependientes; el 1925 sobre los jefes
de casa o los dueños de hoteles o casas de hospedaje por los
causados por la servidumbre en el ejercicio de su encargo; entre
otros supuestos.

58. Esta Primera Sala ya se ha pronunciado que las instituciones


hospitalarias pueden ser consideradas responsables civilmente
por hechos propios y, adicionalmente, por hechos ajenos de sus
trabajadores o dependientes. En el amparo en revisión **********,
resuelto el cinco de noviembre de dos mil catorce, se sostuvo

30
“Artículo 1,918.- Las personas morales son responsables de los daños y perjuicios que causen sus
representantes legales en el ejercicio de sus funciones”.
“Artículo 1,919.- Los que ejerzan la patria potestad tienen obligación de responder de los daños y perjuicios
causados por los actos de los menores que estén bajo su poder y que habiten con ellos”.
“Artículo 1,923.- Los maestros artesanos son responsables de los daños y perjuicios causados por sus
operarios en la ejecución de los trabajos que les encomienden. En este caso se aplica también lo dispuesto en
el artículo anterior”.
“Artículo 1,924.- Los patrones y los dueños de establecimientos mercantiles están obligados a responder de
los daños y perjuicios causados por sus obreros o dependientes, en el ejercicio de sus funciones. Esta
responsabilidad cesa si demuestran que en la comisión del daño no se les puede imputar ninguna culpa o
negligencia”.
“Artículo 1,925.- Los jefes de casa o los dueños de hoteles o casas de hospedaje están obligados a responder
de los daños y perjuicios causados por sus sirvientes en el ejercicio de su encargo”.

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

que “un hospital privado puede ser responsable civilmente,


atendiendo a la pluralidad de actividades que realiza en torno a
la salud de la persona y a la diversidad de personas físicas que
se desempeñan en su interior, pudiendo ser que el daño
producido en el paciente o usuario, sea por actos u omisiones,
generándose de manera material o incluso inmaterial o
intangible, como cuando se trata de omisiones en el deber de
cuidado, y que puede ser de manera directa o indirecta, de
acuerdo con los artículo 1913 y 1924, del Código Civil Federal,
este último en lo que a los actos de empleados y dependientes
de los establecimientos mercantiles se refiere”.

59. Así, una institución hospitalaria de índole privado puede ser


considerada responsable civilmente en caso de que el propio
hospital sea el causante del daño; por ejemplo, si el daño se
ocasionó por la inexistencia del material médico suficiente para
la debida atención de un paciente que debió haber sido
proporcionado por el respectivo nosocomio o por la falta de
mantenimiento de alguna instalación o instrumento médico que
produjo el respectivo daño.

60. Lo trascedente del precedente recién citado consiste en que tal


institución hospitalaria no sólo responderá por los actos de esa
persona moral, sino también por las de sus trabajadores o
personas que ejerciten su profesión en el interior del mismo,
independientemente de su relación contractual de estos últimos
con el hospital; ello, en razón de la teoría de la representación
aparente y a partir de una interpretación sistemática y funcional
del artículo 1924 del Código Civil Federal, que para efectos
prácticos detenta el mismo contenido que la norma aplicable en
este caso que es el artículo 1924 del Código Civil para el Distrito
Federal.

61. Como se adelantó, este precepto legal indica que “los patrones y
los dueños de establecimientos mercantiles están obligados a
responder de los daños y perjuicios causados por sus obreros o
dependientes, en el ejercicio de sus funciones”. Atendiendo a
ese contenido, se dijo que bajo una interpretación extensiva y no
literal de dicha norma, en cumplimiento de los principios de
progresividad y protección de los derechos humanos, como el
derecho a la salud, cuando en la norma se habla de
establecimientos mercantiles debe entenderse las instituciones
hospitalarias privadas o cualquier otra persona intervienen en el
servicio nacional de salud y “por lo que refiere a los obreros y
dependientes, estos deben en entenderse en el sentido más
amplio del término, a toda aquella persona que realiza sus

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

actividades laboral, profesionales o su actividad cotidiana para el


hospital o persona moral”31.

62. Esta Primera Sala optó por esta interpretación progresiva y


funcional y por la aplicación de la teoría de la representación
aparente, dado que en materia de salud, “el criterio de la
responsabilidad de los hospitales y centros de salud por actos
cometidos por terceros, que se desempeñan en los mismos,
atiende a criterios materiales y no formales como lo sería la
relación de trabajo entre médico y hospital; puesto que como se
señaló anteriormente ello pondría a esa clase de
establecimientos de salud fuera del alcance de una
responsabilidad civil, atentando contra los valores y principios
que imperan en el derecho humano a la salud”.32

63. En ese sentido, para esta Suprema Corte, “basta con considerar
el modo de conducirse de la persona que provoca un daño al
interior del centro de salud y frente a los usuarios, para que se
genere una responsabilidad por parte del hospital. Ello no
significa que en determinados casos, en los que además está
completamente clara y probada la relación de trabajo o
profesional médico-hospital, sea inconducente la
responsabilidad, sino por el contrario, ello robustece a la misma,
puesto que deja de tener el carácter de aparente, y se convierte
en una representación formal y material”33.

64. Consecuentemente, “si el médico tratante se conduce de manera


regular como empleado o integrante del hospital, a través de
elementos como su común localización en el nosocomio, el
desenvolverse bajo la estructura de éste, laborar de manera
constante y cotidiana en ese lugar y dar consultas ahí, entre
otros actos que haría suponer a cualquier persona que el médico
tratante es empleado o trabaja para la institución médica, es
decir una relación de patrón-empleado para los usuarios del
servicio médico”34.

65. En suma, en materia de responsabilidad civil médico-sanitaria, a


la luz del contenido del derecho a la salud y de las reglas de
asignación de responsabilidad del Código Civil, una institución
hospitalaria privada puede ser sujeta a responsabilidad por sus
propios actos o por hechos ajenos de sus trabajadores o
dependientes. En relación con este último supuesto, la
responsabilidad civil se actualiza únicamente cuando los daños
31
Cfr. amparo en revisión **********, párrafo 274.
32
Ibidem, párrafo 267.
33
Ibidem, párrafo 268.
34
Ibidem, párrafo 269.

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

hayan sido ocasionados por una persona que ejecutó sus actos
en representación aparente del hospital, independientemente de
su relación contractual con tal nosocomio; en caso contrario, el
profesional médico-sanitario responderá individualmente por su
conducta negligente.35

66. Ello, pues no se puede suponer que la persona que está


recibiendo la atención médica conoce la relación contractual
entre el profesional médico-sanitario y el hospital y que la misma
es relevante para el tratamiento de su padecimiento. Lo que le
interesa es recibir un servicio médico-sanitario en el que se
lleven a cabo todas las conductas necesarias para su atención y
solución (obligación de medios), salvo que el paciente
expresamente y directamente haya contratado los servicios de
ese profesional o se le hayan proporcionado los elementos
objetivos y suficientes para aclararle que los actos de tal o tales
personas no están auspiciados o respaldados por la institución
hospitalaria.

67. Se aclara que “el hecho de informar al paciente que el médico no


es su empleado, o consultarle que si está de acuerdo con la
intervención de un médico que no es formalmente su empleado,
no es suficiente para eximir al hospital de responsabilidad;
tampoco significa que en todos los caso exista responsabilidad
civil entre médicos y hospital. Pues en todo caso ello estará
sujeto a apreciación y valoración en cada caso concreto para
determinar si existió participación en la provocación del daño y si
35
Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª CXIX/2015 (10ª), Libro 16, marzo de 2015, Tomo II, página
1113, registro 2008749, de rubro y texto: “RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS HOSPITALES
PRIVADOS POR ACTOS COMETIDOS POR TERCEROS QUE DESEMPEÑAN FUNCIONES EN
SUS INSTALACIONES. SE ACTUALIZA SI EXISTE UNA REPRESENTACIÓN APARENTE. La
responsabilidad civil de los hospitales privados puede actualizarse por actos cometidos por su personal o por
terceros que prestan servicios en sus instalaciones. Ahora bien, este último supuesto se actualiza con la figura
de la representación aparente, en la cual una persona que se desempeña en las instalaciones del hospital, como
lo son la mayoría de los médicos, se conduce regularmente como si fuera empleado de la institución, tanto al
interior del centro de salud, como frente a los usuarios, por medio de elementos como su común localización
en el nosocomio, el desenvolverse bajo la estructura de éste, laborar de forma constante y cotidiana en ese
lugar y dar consultas ahí, entre otros actos, que harían suponer a cualquier persona, como usuario, que el
médico es empleado o trabaja para la institución médica. Así, atento al derecho humano a la salud y al
conjunto de bienes, servicios y condiciones que comprenden la atención médica, es posible actualizar la
responsabilidad civil de hospitales o centros médicos privados por actos cometidos por terceros que de
manera aparente realizan sus actividades para éstos. En ese sentido, el hecho de que se informe al paciente
que el médico no es su empleado o que no existe formalmente una relación laboral o de servicios
profesionales entre el hospital y el médico, no constituye un argumento válido para eximir de dicha
responsabilidad al hospital privado, ya que el criterio de la responsabilidad de los hospitales y centros de
salud por actos cometidos por terceros, que en éstos se desempeñan, atiende a criterios materiales y no
formales (como lo sería la relación de trabajo entre el médico y el hospital), y porque pondría a esa clase de
establecimientos de salud fuera del alcance de una responsabilidad civil, atentando contra los valores y
principios que imperan en el derecho humano a la salud y los derechos de los usuarios; sin embargo, ello no
implica que en todos los casos se actualice responsabilidad civil conjunta del médico y del hospital, pues el
juzgador deberá apreciar y valorar cada caso concreto para determinar si existió participación en la
provocación del daño y si en la comprensión común, podría pensarse que por el modo de conducirse o
desarrollar su actividad profesional, el médico es operador de la institución médica”.

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

en la comprensión común, cualquier persona podría pensar que


por el modo de conducirse o desarrollar su actividad profesional
el médico es operador de la institución médica”36.

68. Se insiste, la razón principal para que esta Suprema Corte haya
optado por esta interpretación progresiva de las reglas de
asignación de responsabilidad radica precisamente en el respeto
y protección del derecho a la salud de las personas, así como el
derecho a una justa indemnización en caso de daño. Las
instituciones hospitalarias privadas no pueden pretender que
actúan como un mero servicio de arrendamiento de
instrumentación o de un lugar para la práctica de actos médicos;
por lo contrario, participan activamente junto con los
profesionales médico-sanitarios en una actividad en la cual el
Estado tiene un interés superlativo de control y salvaguarda, al
estar inmiscuida la protección de la salud de sus habitantes.

69. Si bien podría decirse que no se deja en desamparo a las


personas que sufren de una negligencia médica, pues los
médicos o demás profesionales que concretamente incurrieron
en dicha negligencia deberán responder por sus propias actos, lo
cierto es que para esta Primera Sala, esa relación lineal de
responsabilidad no es acorde con la regulación del derecho de la
salud de la totalidad de las personas que se dedican a prestar
servicios en ese ámbito.

70. Una parte importante de la regulación médico-sanitaria se


encuentra dirigida a los establecimientos en donde se llevan a
cabo tales actividades; a saber, como ya se ha citado, se les
impone normas de salubridad, lineamientos de supervisión del
personal que labora o ejecuta sus actividades en su interior,
control de la instrumentación y sustancias/medicamentos
utilizados, entre muchos otros.

71. Adicionalmente, es un razonamiento válido afirmar que personas


que acuden a una institución hospitalaria de índole privado lo
hacen en razón de su prestigio en el mercado, por lo que
suponer que cuando existe un daño, la institución hospitalaria es
ajena a cualquier asignación de responsabilidad, imponiéndosela
únicamente a los profesionales médico-sanitarios en concreto,
provocaría un traslado de los efectos regulativos en materia
médico-sanitaria únicamente a estas personas físicas y no a los
establecimientos hospitalarios que los auspician, controlan,
insumen, regulan y promocionan. Bien lo afirmó esta primera
Sala en el amparo en revisión 584/2013: entre los profesionales
36
Cfr. amparo en revisión 584/2013, párrafo 170.

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

médico-sanitarios e instituciones médico hospitalarias privadas


existe una mutua obtención de beneficios y provechos ya que
ambos se valen del prestigio del otro, situación que en muchos
casos debe conllevar a que compartan asignación de
responsabilidades.

72. Por su parte, aceptar que las instituciones hospitalarias pueden


excepcionarse de los supuestos de asignación de
responsabilidades con base en un contrato de prestación de
servicios, sería ir en contra de la propia naturaleza de la función
médica e implicaría supeditar el respeto y protección del derecho
a la salud al derecho privado37.

73. Tal como se destacó de la contradicción de tesis 93/2011, las


partes pueden contratar la prestación de un servicio médico con
ciertas condiciones; sin embargo, no es posible convenir la
aceptación de producción de un daño culposo ni mucho menos
exceptuar a determinada persona de la responsabilidad de ese
daño de manera previa y sin valorarse las circunstancias fácticas
y jurídicas del caso. Justamente por eso se trata en muchos
casos de una responsabilidad extracontractual, en la que es
necesaria la satisfacción de una conducta culposa, un daño y
una relación causal para la asignación de responsabilidad y no
meramente la violación de una cláusula contractual.
74. En el presente caso, es patente que existió un vicio en el
consentimiento informado del menor *** y que ello constituye una
violación a su derecho humano a la salud contemplado en el
artículo 4 constitucional, que incluso transcendió a sus ***. Por
ese motivo, esta Primera Sala considera que debe revocarse la
sentencia recurrida y devolver los autos al Tribunal Colegiado del
conocimiento para que, a la luz de las premisas interpretativas
plasmadas en este último apartado, analice de nueva cuenta la
demanda de amparo y se pronuncie si, con base en las pruebas
de autos, el vicio en el consentimiento informado da lugar a una
la responsabilidad del centro hospitalario, ya sea en razón de un
eventual comportamiento negligente de su personal médico

37
Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ª CXXII/2015 (10ª), Décima Época, Libro 16,
marzo de 2015, Tomo II, página 1117, registro 2008751, de rubro y texto: “SERVICIOS DE SALUD. LAS
OBLIGACIONES DEL PERSONAL MÉDICO DERIVADAS DE SU PRESTACIÓN EN LOS
HOSPITALES PRIVADOS NO SE LIMITAN A LAS DISPOSICIONES DE DERECHO PRIVADO.
La actuación de los hospitales privados y de su personal médico tiene repercusiones en la protección de la
salud de los pacientes, lo cual reviste un interés de carácter público, por lo que excede el mero interés de los
particulares, al ser una meta inherente del Estado Mexicano, de manera que los profesionales de la salud
pueden tener un deber concreto, derivado del contrato de prestación de servicios, pero también uno que va
más allá de lo pactado o convenido por las partes, consistente en observar los estándares correspondientes a su
profesión; de ahí que las obligaciones derivadas de la prestación de servicios de salud en los hospitales
privados no se limitan a las disposiciones de derecho privado”.

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2162/2014

directo, o bien en razón de la representación aparente a la que


se hizo referencia en este apartado.

52

También podría gustarte