Está en la página 1de 4

ENSAYO

Nombre
Catalina Sanhueza Ureta
Profesor
Álvaro Bisama
Ayudante
María Jesús Peralta

Cátedra Mujeres y medios

Santiago, Chile
8 de Julio, 2020
El presente ensayo, tiene como fin exponer la representación de la identidad femenina,
específicamente con el análisis de los poemas de dos destacadas autoras chilenas, Gabriela
Mistral y Violeta Parra.
Para una mejor compresión, se partirá con una breve explicación de los poemas de
Mistral, para luego dar paso a una vinculación con los temas expuestos en cátedra.
Posteriormente, se hará lo mismo con los poemas de Violeta Parra, finalizando con una
comparación respecto a las miradas y perspectivas que las dos autoras representan en sus
poemas.
Teniendo esto en consideración, por una parte, Gabriela Mistral, fue una de las poetas
chilenas más notables a nivel país e hispanoamericano, obteniendo en 1945, el primer Premio
Nobel de Literatura. Mistral, analizó múltiples temas, que tenían que ver tanto con sus
sentires, como también con los problemas de su época, los cuales fueron siendo abordados en
sus poemas y ensayos. Sin embargo, para este ensayo, se utilizarán en una primera instancia,
la “Ausencia” y “Canción de las muchachas muertas”.
En primer lugar, la “Ausencia” presenta desde la narradora, el proceso de separación
hacia la persona amada. Este alejamiento o ausencia, parece ser agonizante, sobre todo
cuando dice “se te va todo, se nos va todo”, reforzando la desaparición, como cuando dice
“en tu recuerdo fiel yo me borro”. Asimismo, dada la información del poema, indica un
alejamiento lento “Se va de ti mi cuerpo gota a gota”. El poema da a entender que la
narradora sufre por la falta de este ser amado, expresando emociones relacionadas a la
tristeza y desolación. Haciendo alusión tanto a lo corpóreo como a los sentidos. En cuanto al
narrador, no queda claro si es hombre o mujer, pero sí pareciera ser que se acompaña de un
cuerpo vacío, del cual no sólo se va la persona amada, sino que también se va parte de ella o
él, con esa persona, como cuando dice “se va mi voz”, “se van mis gestos”, “se nos va todo”.
En segundo lugar, el poema “Canción de las muchachas muertas”, hace referencia a
una persona que siente nostalgia o desilusión por esas muchachas que no encuentran la
felicidad. Mujeres que aún no encuentran el amor, y que, por esto mismo, las llama como
“pobres muchachas muertas”, como cuando dice “¿a dónde fueron y se hallan encuclilladas
por reír o agazapadas esperando voz de un amante que seguir?”. Algo visible que reafirma
esto de no encontrar la felicidad, es la utilización del “casi”, “casi consiguen sonreír”, “casi
llegan al sol feliz”.
Ambos poemas, se relacionan a lo visto en clases, ya que, al hablar sobre ausencia y
muerte, estos hacen alusión al concepto de extranjería, el cual valga la redundancia, hace
reflexionar sobre la propia extranjería, que las mujeres sienten y expresan desde un lugar en
crisis, de ruptura, desde un estado permanente de desentendimiento, de sujetos errantes y de
invisibilización. Por lo que, cuando Gabriela Mistral escribe desde su extranjería, es como si
alguien escribiese de ella, refiriéndose a sí misma muchas veces como un fantasma, alguien
sin nombre, una extranjera, una forma sin cuerpo, poniendo sobre la mesa esta clase de
problemas, a la cual el profesor Álvaro, dirá que es lo que permite analizar, ordenar y
comprender ciertas situaciones no sólo como funcionan en sí misma, sino en el discurso
contextual que tiene un país, un territorio o un paisaje.
En el poema de la ausencia, la protagonista inicia este proceso de separación, en un
principio de lo físico, terminando rápidamente dejando sólo polvo y neblina. Haciendo
alusión nuevamente a esta fantasmagoría. Lo mismo pasa con el poema de canción de las
muchachas muertas, haciendo referencia a mujeres que no han encontrado la felicidad y por
ende, el amor.
En cuanto a Violeta Parra, fue un referente importante de la música popular chilena
para el mundo. Desarrollándose como artista de radio, compositora folclórica, artista y poeta.
Por otra parte, la irreverencia del discurso de Parra y su apasionada defensa de los derechos
de los sectores más vulnerables, la han convertido en un referente para diversos movimientos

1
sociales. Como se mencionó anteriormente, una de las facetas de Violeta, era escribir
poemas. Por lo que en este ensayo se analizarán dos de ellos, nombrados como “LVII” y
“LIX”.
En primer lugar, en la décima “LVII”, Violeta habla sobre cómo un día se fue a la
capital a pedido de su hermano Nicanor, para nunca más volver. Ella dice que no hubo
despedidas (“lo hice a l’amanecida. En fuga no hay despedida, ninguno lo sospechó, y si
alguien por mí lloró no quise causar un mal.”) ni tampoco quiso desviarse del camino,
interpretándose como, que no quería que nada ni nadie la detuviera, pues ella tenía un sentido
o motivo para hacerlo, que pareciera ser lo que le mencionó su hermano, el estudiar, el
aprender el abecedario, conocer el mundo, etcétera.
En segundo lugar, en la décima “LIX”, Violeta vincula una serie de ciudades y
pueblos chilenos a características mayoritariamente de connotación negativa, como penas,
rabias, soledad, miedo, hambrunas, etcétera. Como estas son décimas autobiográficas, es
probable que se haya referido a los lugares que Violeta ha visitado y las cualidades que ella
les ha atribuido.
Ambos poemas, son parte de sus décimas bibliográfica, es decir, Violeta Parra se exhibe a sí
misma, como su único territorio y mapa, narrando su propia experiencia, deseos y
sentimientos, hablando por ella misma sin aspiración a hablar por la boca de nadie más. Todo
esto se puede observar en los poemas, en primer lugar, por su narración en primera persona,
al hablar de su hermano Nicanor, la forma en que están narrados ambos poemas a través de
una poesía rimada, cercana y comprensible para una audiencia que es parte de una comunidad
popular.
Finalmente, se puede concluir que, ambas escritoras muestran en sus obras artísticas y
literarias, el lugar y el contexto desde donde escriben, teniendo distintas representaciones de
la identidad femenina, ya que, por una parte, Gabriela Mistral, escribe desde esta extranjería,
lo sin nombre, lo fantasmagórico y la ausencia. Mistral enfoca en estos poemas la idea y el
lugar del cuerpo, sobretodo en el primer poema, expresando sentimientos de sufrimiento por
la persona amada, asimismo en el segundo poema, expresa una gran desilusión por estas
muchachas, cuestionando la identidad de la mujer. Así es como Mistral va tensionando lo
tradicional con lo contemporáneo, el cuerpo y el funcionamiento de la comunidad. Con estos
dos poemas no queda muy claro quien es el o la narradora, sin embargo, en clases se vieron
otros poemas en el que efectivamente Mistral se percibía a sí misma como un fantasma que
pasea por el territorio, dentro de un espacio que pareciera no tener lugar.
Por otra parte, Violeta Parra, escribe desde la emancipación y autodeterminación, es
decir, ella escribe desde su propia experiencia, pero no lo hace desde una teoría del poeta o lo
que es un literato, sino que desde la poesía rimada. Ella decide escribir desde esta línea
popular, porque es la clase a la cual ella pertenece, escribe entonces, de una forma que
establece una especie de solidaridad con su clase campesina, de modo que ellos pudieran
entender su poesía o lo que ella quería decir, con un lenguaje más cercano y no tan
academicista. Asimismo, Violeta intenta hacer una reflexión no sólo sobre sí misma, sino que
el modo de sus vivencias, ingresando al territorio de la comunidad. Por lo que, lo que ella
hace a diferencia de Mistral, es materializarse, ella no se percibe como un fantasma o alguien
extranjero, ella toma decisiones, como se observa en el poema LVII, se apropia de un lugar,
se construye de un cuerpo, de habitar la comunidad y explicar su vida desde ese relato
comunitario. Como dijo el profesor, ella no habla por la voz de los muertos, habla de su voz
viva, tampoco habla de lo ajeno sino de pertenecer a la comunidad, y así estas cosas se van
mostrando en los poemas que se mencionaron con anterioridad.
Lo importante que se destaca de esta comparación, es la reflexión que se hace acerca
del lugar en que escriben las mujeres chilenas de todas las épocas. Porque si uno llega a
comprender lo que ellas quieren decir en sus obras, uno puede entender que es lo que pasa

2
con su escritura, que es lo que pasa a los alrededores, en el contexto, y cómo ha ido
avanzando la representación de las mujeres hasta el día de hoy. Por lo que, cuando se habla
de la representación de la mujer, también es pensar como ellas se describen a través de sus
escrituras.

También podría gustarte