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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES

“UNIANDES - IBARRA”

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA

CARRERA DE DERECHO

PROYECTO DE EXAMEN COMPLEXIVO PREVIO A LA OBTENCION DEL


TÍTULO DE ABOGADO DE LOS TRIBUNALES DE LA REPÚBLICA

TEMA:
“¿FEMICIDIO O ASESINATO?: UNA CONFUSIÓN QUE ATENTA CONTRA EL
PRINCIPIO DE TIPICIDAD PENAL”

AUTOR: ALBUJA TAFUR FAUSTO VINICIO

ASESORA: AB. MERIZALDE AVILÉS MARÍA LORENA, LL.M.

AMBATO – ECUADOR
2017
APROBACIÓN DEL ASESOR DEL TRABAJO DE TITULACIÓN

CERTIFICACIÓN:

Quien suscribe, legalmente CERTIFICA QUE: El presente Trabajo de Titulación

realizado por el sr. ALBUJA TAFUR FAUSTO VINICIO, estudiante de la Carrera de

Derecho, Facultad de Jurisprudencia, con el tema “¿FEMICIDIO O ASESINATO?:

UNA CONFUSIÓN QUE ATENTA CONTRA EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD

PENAL, ha sido prolijamente revisado, y cumple con todos los requisitos establecidos

en la normativa pertinente de la Universidad Regional Autónoma de los Andes

“UNIANDES”, por lo que se aprueba su presentación.

Ambato, Agosto de 2017

_______________________________

AB. MERIZALDE AVILÉS MARÍA LORENA, LL.M.

ASESORA
DECLARACIÓN DE AUTENTICIDAD

Yo, ALBUJA TAFUR FAUSTO VINICIO, estudiante de la Carrera de Derecho, de

la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Regional Autónoma de los Andes

“UNIANDES”, declaro que todos los resultados obtenidos en el presente trabajo de

investigación, previo a la obtención del título de Abogado de los Tribunales de la

República, son absolutamente originales, auténticos y personales; a excepción de las

citas, por lo que son de mi exclusiva responsabilidad.

Ambato, Agosto de 2017

_______________________________

ALBUJA TAFUR FAUSTO VINICIO


C.C: 1001010204
AUTOR
DERECHOS DE AUTOR

Yo, ALBUJA TAFUR FAUSTO VINICIO, declaro que conozco y acepto la

disposición constante en el literal d) del Art. 85 del Estatuto de la Universidad Regional

Autónoma de Los Andes, que en su parte pertinente textualmente dice: El Patrimonio de

la UNIANDES está constituido por: La propiedad intelectual sobre las investigaciones,

trabajos científicos o técnicos, proyectos profesionales y consultaría que se realicen en la

Universidad o por cuenta de ella.

Ambato, Agosto de 2017

_______________________________

ALBUJA TAFUR FAUSTO VINICIO


C.C: 1001010204
AUTOR
DEDICATORIA

El presente trabajo lo dedico especialmente


a mi esposa, mis hijos y mis nietos, quienes
supieron acompañarme y comprender el
sacrificio que representó llegar a esta
meta y culminar mis estudios.

Fausto
AGRADECIMIENTO

Primeramente doy las gracias a Dios. A mi


esposa, hijos, nietos, Especialmente quiero
agradecer a la Ab. Lorena Merizalde, quien
ha tenido la paciencia de revisar y corregir el
presente trabajo hasta su aprobación en su
calidad de asesora, así mismo mi
reconocimiento al cuerpo de profesores de la
Universidad Regional Autónoma de los
Andes, quienes supieron guiarme con sus
sabias enseñanzas, a fin de cumplir mi meta
de titulación de Abogado de los Tribunales
de la República.

Fausto
INDICE

PORTADA

APROBACIÓN DEL ASESOR DEL TRABAJO DE TITULACIÓN

DECLARACIÓN DE AUTENTICIDAD

DERECHOS DE AUTOR

DEDICATORIA

AGRADECIMIENTO

INDICE

RESUMEN

ABSTRACT

a) TEMA: .................................................................................................................. 1

b) PROBLEMA QUE SE VA A INVESTIGAR ......................................................... 1

c) JUSTIFICACIÓN DE LA NECESIDAD, ACTUALIDAD E IMPORTANCIA

DEL TEMA .................................................................................................................. 1

LINEA DE INVESTIGACION ..................................................................................... 3

d) OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS ...................................................... 3

e) FUNDAMENTACIÓN TEÓRICO-CONCEPTUAL.............................................. 4

EPIGRAFE I ................................................................................................................ 4

1. EL DELITO DE FEMICIDIO ................................................................................ 4

1.1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO DE FEMICIDIO ...................... 5

1.2. DEFINICIÓN Y ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DELITO DE

FEMICIDIO ................................................................................................................. 7
1.3. FEMICIDIO COMO DELITO CONTRA LA VIDA .......................................... 9

1.4. EL FEMICIDIO EN LA NUEVA LEGISLACIÓN PENAL ECUATORIANA 10

1.5. LAS PRUEBAS PARA DETERMINAR EL DELITO DE FEMICIDIO .......... 13

EPIGRAFE II ............................................................................................................. 15

2. DELITO DE ASESINATO .................................................................................. 15

2.1. TIPIFICACIÓN DEL DELITO DE ASESINATO ............................................ 16

2.2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DELITO DE ASESINATO ............... 19

2.3. SUJETOS DEL DELITO DE ASESINATO ..................................................... 20

2.4. CIRCUNSTANCIAS CALIFICATIVAS DEL DELITO DE ASESINATO ...... 21

EPIGRAFE III ........................................................................................................... 22

3. EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD......................................................................... 22

3.1. LA TIPICIDAD ............................................................................................... 22

3.2. CONCEPTO E IMPORTANCIA ..................................................................... 22

f) METODOLOGÍA ................................................................................................ 33

ANALISIS DE UN CASO PRÁCTICO ...................................................................... 34

g) PROPUESTA ...................................................................................................... 39

h) CONCLUSIONES GENERALES........................................................................ 45

i) FUENTES / BIBLIOGRAFÍA

j) DATOS PERSONALES
RESUMEN

En la actualidad, existe un significativo porcentaje de casos de muertes violentas de

mujeres, situación que ha generado gran preocupación en la sociedad y en las

dependencias de Administración de Justicia, este hecho ha evidenciado, en nuestro país,

una falta de medios necesarios o de personal para llevar a cabo una profunda investigación

criminal, así como poner en marcha mecanismos para perseguir adecuadamente estos

actos delictivos.

Entre las múltiples causas de impunidad en los casos de femicidio, se puede mencionar

que se ha llevado a formar una mentalidad en las mujeres de tal manera que no ejerce la

denuncia de los hechos de violencia en su debido momento, ya sea por temor a perder el

hogar o por motivos de dependencia económica de sus agresores.

El delito de femicidio está muy marcado en la sociedad y es por ello que las

organizaciones de mujeres se han manifestado y lo siguen haciendo con el fin de que se

promulguen una serie de instrumentos legales para que la sociedad y los Estados asuman

su deber ético-político y jurídico de prevenir y erradicar cualquier forma de amenaza y

afectación a los derechos humanos de las mujeres.

Es tarea de los funcionarios judiciales para llevar a cabo un proceso penal oportuno, justo

y transparente para tratar un caso de femicidio, de manera que se debe considerar que no

todo homicidio cometido en contra de una mujer, constituye un femicidio.

Es por esllo, que el presente trabajo busca realizar un análisis crítico de las normativas

vigentes en el Código Orgánico Integral Penal, y despejar varias dudas por los vacíos

legales existentes dentro del mismo.


ABSTRACT

Nowadays, the morbidity level of women who are physical abused has highly raised;

therefore, this issue has caused citizens and judicial institutions’ concerns. Unfortunately,

there is a lack of necessary means and trained staff to carry on deep criminal

investigations. In addition, mechanisms to conduct criminal acts have not been processed

properly.

Among the several causes of impunity on the crime of femicide, it has been seen that

many women avoid reporting then mentioned violence timely due to the fact that they are

concerned about losing access to home and economic dependency.

It is important to point out that femicide is a serious problem in today’s society, therefore

women organizations have gathered together in order to legislate regulations.

Consequently, the national estate would take on ethic-politic responsibilities to prevent

and eradicate any kind of threat and affectation on women’s human rights.

It is the job of judicial officials to carry on penal processes timely, fair and transparent.

One should keep in mind that not every homicide against women is a matter of femicide.

Therefore, the main objective of this research is to perform a critic analysis on the current

laws established at the Organic Integral Penal Code (Código Orgánico Integral Penal) in

order to clear up doubts on legal crimes.


a) TEMA:

“¿Femicidio o Asesinato?: Una confusión que atenta contra el Principio de Tipicidad

Penal.”

b) PROBLEMA QUE SE VA A INVESTIGAR

La falta de especificidad dentro del artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal

genera una confusión de tipo penal entre el delito de femicidio y el de asesinato, atentando

así contra el principio de tipicidad penal.

c) JUSTIFICACIÓN DE LA NECESIDAD, ACTUALIDAD E IMPORTANCIA

DEL TEMA

Es necesario empezar manifestando que el femicidio es el resultado de la extrema

violencia hacia las mujeres, pues se entiende como dar la muerte a una fémina a razón de

su género. Sin duda alguna, este es un hecho aberrante en el que la misoginia fusionada

con la cultura y la educación cobran vital protagonismo en el escenario problémica. El

femicidio en la actualidad es un problema social latente que afecta a todo el mundo, en

especial a América Latina y que en Ecuador ha generado una gran preocupación ya que

en lo que va del año 2017 las muertes por motivo de género se han duplicado en

comparación con el año anterior. Sin embargo, en varias de las noticias de medios de

comunicación nacional y extranjeros tienen una concepción errónea del femicidio, pues

expresan situaciones como: “La motivación de la muerte es sentimental. El patrón del

femicidio está relacionado con el conviviente”, o, “Se trataría de un hecho en la que

estaría involucrada alguna pareja sentimental”, cómo se puede evidenciar la vinculación

1
entre femicidio y pareja sentimental es automática, por lo que podemos percibir a simple

vista que basta con que el autor sea pareja o conviviente de la víctima y la víctima sea

una mujer para que se pueda configurar un delito de femicidio. Lastimosamente, estas

particularidades se han impregnado en inconsciente social para deducir que cuando se

produce la muerte a una fémina y se encuentra vinculada su pareja sentimental es un delito

femicidio, sin tener en cuenta que una de las circunstancias que pueden configurar el

delito de asesinato también es cuando a sabiendas, el autor, ha dado muerte a su

ascendiente, descendiente, cónyuge, conviviente, hermana o hermano, es decir, en un

asesinato también se puede matar a una mujer y puede estar inmiscuido su pareja

sentimental o cualquier familiar cercano. Esta confusión y mala concepción del delito de

femicidio y el delito de asesinato ha acarreado que se vulnere el principio de tipicidad

penal, arrojando como resultado que varios de los casos de femicidio que se presentan en

el Ecuador, sean mal juzgados a causa de una confusión de tipo penal.

La cuestión mencionada en líneas anteriores ha puesto en tela de duda las disposiciones

tipificadas en el artículo 141 y 142 del Código Orgánico Integral Penal, pues varios

autores determinan que lo establecido en la norma es demasiado amplio y que no era

necesaria la tipificación exclusiva del delito de femicidio en la legislación penal

ecuatoriana, situación en la que se basa el presente trabajo, pues pretende demostrar

mediante un análisis crítico-jurídico, que lo establecido en el artículo 141 del COIP,

carece de especificidad y genera muchos vacíos legales, dando como resultado una mala

interpretación de la norma y una confusión de tipo penal, hecho que atenta directamente

contra la tipicidad teniendo encuentra que la tipicidad es uno de los tres elementos

constitutivos de la infracción penal junto con la antijuricidad y la culpabilidad.

2
LINEA DE INVESTIGACION

Retos, perspectivas y perfeccionamiento de las ciencias jurídicas en el Ecuador.

 Fundamentos técnicos y doctrinales de las ciencias penales en el Ecuador.

Tendencias y perspectivas.

d) OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS

OBJETIVO GENERAL

Diseñar un documento de análisis crítico-jurídico que evidencie que la falta de

especificidad dentro del artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal genera una

confusión de tipo penal entre el delito de femicidio y el de asesinato, a fin de proponer

alternativas que eviten la vulneración del principio de tipicidad penal.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1. Fundamentar jurídica y doctrinariamente el delito de femicidio, el delito de

asesinato y el principio de tipicidad penal, mediante una revisión crítica de las

diferentes fuentes bibliográficas y un estudio de caso.

2. Analizar la sentencia perteneciente al Proceso N. 06333-00277-2015, dónde se

demuestra la confusión generada entre el delito de femicidio y el de asesinato, y la

influencia que dicha confusión tiene sobre el procedimiento penal y el principio de

tipicidad penal.

3. Establecer los parámetros del documento de análisis crítico - jurídico que

evidencien que la falta de especificidad dentro del artículo 141 del Código

3
Orgánico Integral Penal genera una confusión de tipo penal entre el delito de

femicidio y el de asesinato, atentando así contra el principio de tipicidad penal.

e) FUNDAMENTACIÓN TEÓRICO-CONCEPTUAL

EPIGRAFE I

1. EL FEMICIDIO

La violencia contra las mujeres ha tomado y tiene distintas afirmaciones según las épocas

y los contextos en los cuales se comete y reproduce. Los sistemas de justicia han

respondido de forma diversa por múltiples factores: desde la discrepancia de la extensión

de estos hechos como resultado de los esquemas culturales patriarcales y ascéticos

prevalecientes en la sociedad, la garrafal burocratización de los medios legales, las dudas

para investigar las complejas y crueles modalidades de esta violencia, hasta la

imposibilidad de establecer una caracterización de los responsables, según sean estos

miembros del entorno familiar o cercano a las víctimas o pertenezcan a estructuras

estatales y/o criminales (Vásquez, 2015).

Las formas de violencia contra las mujeres, sobre todo las de tipo intrafamiliar y las que

se producen en situaciones de conflicto armado, se han dilatado a todas las sociedades e

incluso tecnificado y se añaden, hoy día, a las nuevas expresiones de violencia contra las

mujeres (la trata de personas con fines de esclavitud y explotación sexual, la feminización

de la pobreza y el femicidio vinculado) así como a un incremento sin precedentes en

cuanto al número.

En objeción a esta situación extendida de violencia, y ante las peticiones de las

organizaciones de mujeres en diversos foros, se han promulgado una serie de

4
instrumentos legales de carácter mundial, regional y nacional con el fin de que la sociedad

y los Estados asuman su deber ético-político y jurídico de prevenir y erradicar cualquier

forma de amenaza y afectación a los derechos humanos de las mujeres.

A nivel mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en 1979 la

Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer

(en adelante CEDAW, por sus siglas en inglés). En esta Convención, los Estados se

obligaron a tomar una serie de medidas y acciones tendientes a lograr la plena igualdad

del hombre y la mujer en materias tales como la participación en la vida política, social,

económica y cultural, el acceso a la alimentación, a la salud, a la enseñanza, a la

capacitación, a las oportunidades de empleo y en general a la satisfacción de otras

necesidades.

1.1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO DE FEMICIDIO

El término nació en la segunda mitad del siglo XX como parte del bagaje teórico

feminista, introducido por Diana Russell y Jill Radford en su obra “Femicide: The politics

of woman killing”, así como por Mary Anne Warren en 1985 en su libro “Gendercide:

The Implications of Sex Selection”. Ambos conceptos fueron castellanizados por la

política feminista mexicana Marcela Lagarde como "feminicidio", siendo adoptado este

término, tras un largo debate, frente al término "genericidio” (citas).

De acuerdo con lo que establece Julia Monárrez, se entenderá por “feminicidio” al

asesinato de mujeres por razones asociadas con el género, entendida esta como la

violencia ejercida por los hombres contra las mujeres en su deseo de obtener poder,

dominación o control, incluyendo los asesinatos producidos por la violencia (Bernal et

al., 2014).

5
El término “femicidio” ha ocupado recientemente la atención como una nueva expresión

de la violencia ejercida por hombres en contra de la mujer, esta vez, con resultado de

muerte. El término "femicidio" recién en el año 2001 fue tipificado por la ONU, entidad

que definió este delito como “El asesinato de mujeres como resultado extremo de la

violencia de género que ocurre tanto en el ámbito privado como en el espacio público.

Comprende aquellas muertes de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares,

asesinadas por acosadores, agresores sexuales y/o violadores, así como aquellas que

trataron de evitar la muerte de otra mujer y quedaron atrapadas en la acción del femicida”

(Flores, 2012).

Siete países de América Latina han tomado la decisión política de tipificar el asesinato de

mujeres en determinadas circunstancias, denominándolo, algunos, femicidio, y otros,

feminicidio: Chile, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua lo denominan femicidio, y El

Salvador, México y Perú lo llaman feminicidio (Garita, 2013).

Según el Modelo de Protocolo Latinoamericano de Investigación de las Muertes

Violentas de Mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio) elaborado por la

ONU: “No existe una definición consensuada de los conceptos de “femicidio” y de

“feminicidio”. Su alcance, su contenido y sus implicaciones son todavía objeto de amplios

debates tanto en las ciencias sociales como en la acción política y en los procesos

legislativos nacionales. Sus acepciones varían según el enfoque desde el cual se examina

y la disciplina que lo aborda” (Bernal et al., 2014).

6
1.2. DEFINICIÓN Y ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DELITO DE

FEMICIDIO

A partir de los inicios de la humanidad los padrones que juega cada uno de sus integrantes,

ha sido determinado en destino del género. Las funciones e incluso las actividades han

sido clasificadas entre hombres y mujeres.

Tradicionalmente los hombres han ejercido dominación hacia las mujeres en diferentes

ámbitos: en lo económico, social, familiar, político, cultural y religioso, entre otros. Estas

relaciones son una expresión del androcentrismo, enmarcado dentro del patriarcado.

Precisamente, es el dominio de hombre, conocido como patriarcado lo que constituye el

inicio del tipo de organización social e inclusive intrafamiliar que nos rige actualmente;

es aquí, donde cada uno de los elementos del núcleo de la sociedad comienza a adquirir

su forma de comportamiento en el entorno que lo rodea. El feminicidio entra en la esfera

de la violencia contra la mujer, pero también toma otras formas.

En algunos países como China e India, las estadísticas muestran una relación de hombre

a mujer de 120 por cada 100, respectivamente. Sumado al aborto selectivo, el feminicidio

también toma la forma de infanticidio, y la violencia en contra de la mujer en algún estado

de su vida (Justo, 2014).

Diana Russell utilizó el término femicide por primera vez en 1976 ante el Tribunal

Internacional sobre los Crímenes contra la Mujer en Bruselas, para definir las formas de

violencia extrema contra la mujer (Russell, 2011). La misma Russell, junto con Jane

Caputi, redefine este concepto en 1990 como “el asesinato de mujeres por hombres

motivados por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión hacia las mujeres”. El gran

aporte que hicieron fue visibilizar que los motivos por los que históricamente se han

7
asesinado personas debido a su raza, nacionalidad, religión, origen étnico u orientación

sexual, son los mismos por los que se asesina a las mujeres y, de este modo, enmarcan el

femicide como un crimen de odio (Caputi & Russell, 1992).

Las causas principales para la tipificación del delito de femicidio en la legislación penal

ecuatoriana, radican en nuestra historia, en el sistema socio familiar que nos rige, el

patriarcado, que ha conformado relaciones desiguales de poder, originando a partir de su

configuración, una situación de extrema violencia física y psicológica contra las mujeres,

lo que ha conllevado la muerte de las mismas, incluso a través del suicidio.

Es por esto que es fundamental analizar desde qué momento se originan los elementos

misóginos que configuran al delito, esto ayudará a especificar desde el punto de vista de

que el motivo por el cual se le dio muerte a esa mujer, es su condición de género femenino

o a causa del hecho de ser mujer.

Se debe también realizar un profundo análisis entre los conceptos de homicidio y

femicidio. El homicidio es el resultado de muerte de una persona por falta de deber

objetivo de cuidado o por acciones y omisiones innecesarias, peligrosas e ilegítimas.

Frente a esto, Isabel Martínez (2014) sistematizó las diferencias entre el homicidio y el

femicidio que se establecen de la siguiente manera:

Homicidio:

- Existe un bien jurídico tutelado, la vida.

- Es instantáneo, es decir, son excepcionales las acciones fuera de tiempo a la comisión

del delito.

- El sujeto pasivo no requiere una calidad específica del sujeto activo o pasivo.

- En los casos específicos como homicidio calificado se tiene que hacer un análisis de

las calificativas, por lo general, alevosía, premeditación y ventaja, las cuales


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contienen elementos subjetivos que quedan a la interpretación del operador jurídico

que las interpretará.

- En el caso del homicidio se parte de la premisa de que éste puede ser doloso o culposo,

es decir, se parte de la voluntad del sujeto activo para acreditar la conducta.

Femicidio:

- Existen diversos bienes jurídicos tutelados: la vida, la dignidad, la integridad, entre

otros.

- El delito se configura una vez que se priva de la vida a una mujer y se actualiza una

de las hipótesis que se puede generar antes o después de la privación de la vida de una

mujer.

- El sujeto pasivo tiene como calidad específica el hecho de ser mujer.

- Para la acreditación de la hipótesis que acredita el delito no se requiere de medios

comisivos, pues las razones de género no son medios comisivos.

- Se requiere la realización de una o varias conductas, la última conducta puede ser la

privación de la vida o viceversa.

- Es un delito que en sí mismo es doloso, esto es por las conductas realizadas y por los

bienes jurídicos tutelados diversos.

1.3. FEMICIDIO COMO DELITO CONTRA LA VIDA

La expresión Feminicidio o Femicidio se refiere al tipo penal que castiga los homicidios

de mujeres por el hecho de ser tales en un contexto social cultural que les ubica en

posiciones, roles o funciones subordinadas, contexto que por tanto las expone a múltiples

formas de violencia. Por ser el Femicidio una forma de violencia en contra de la mujer,

debe comprender las conductas delictivas cometidas dentro del espacio privado y en el

público, pues de esa manera se acogería la definición de violencia contra la mujer

9
contenida en la Convención Interamericana de Belém do Pará, que en su artículo 1 señala

que “Debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada

en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,

tanto en el ámbito público como en el privado” (Yépez, 2014).

Es importante mencionar que el estudio del Femicidio en el Ecuador publicado por la

Comisión de Transición de las Mujeres y la Igualdad de Género (2013), señala que Los

actos de violencia en contra de las mujeres no son hechos fortuitos y aislados, sino

prácticas generalizadas y sistemáticas llevadas a cabo por los varones para controlar,

intimidar y subordinar a las mujeres.

Para completar, es puntual tomar en cuenta que el femicidio tiene el propósito de dar un

método específico a los homicidios de mujeres por el hecho de ser mujeres, y con la

tipificación de ese delito se enfrenta el problema como parte de la violencia de género

contra las mujeres.

1.4. EL FEMICIDIO EN LA NUEVA LEGISLACIÓN PENAL

ECUATORIANA

Concierta delimitar la corriente que adopta el Código Orgánico Integral Penal (COIP)

para analizar la norma que describe y sanciona el femicidio, y es así que al tenor del art.

18 del COIP, el delito en general responde a una noción dogmática, por lo que contiene

todas las características de la acción sancionada con una pena, y por tanto es la conducta

típica, antijurídica y culpable.

En ese orden, el art. 25 al tratar de la tipicidad, consigna que los tipos penales describen

los elementos de las conductas penalmente relevantes, en consecuencia, es la descripción

concreta de la conducta prohibida integrada por una parte objetiva y otra subjetiva.

10
El art. 141 del COIP y los elementos objetivos del tipo, describe el femicidio en los

siguientes términos: “la persona que como resultado de relaciones de poder

manifestadas en cualquier tipo de violencia, de muerte a una mujer por el hecho de

serlo o por su condición de género, será sancionada con pena privativa de la libertad

de veintidós a veintiséis años.”

Del texto reproducido se deduce que los compendios objetivos del tipo son:

- El sujeto activo: es la “persona” que lleva a cabo la conducta tipificada en esa norma,

lo que significa que no es un sujeto calificado, pues no se exige que reúna ciertas

calidades especiales, como sucede en otros países, por ejemplo: Nicaragua y Perú

- El sujeto pasivo: es el titular del bien jurídico protegido, que en ocasiones puede

tener ciertas calidades, como en el Femicidio. La norma mencionada establece que es

“una mujer”, por consiguiente, la conducta o acción debe dirigirse en su contra y será

solo ella quien reciba el perjuicio, por parte de cualquier persona.

- La acción o conducta: es el núcleo del tipo y se identifica como verbo rector; en el

caso es matar. Está seguido por el resultado que, según Fernando Velásquez, es el

efecto y la consecuencia manifestada en el mundo exterior y que incide tanto en el

plano físico como en el psíquico.

En este artículo se destacan como elementos preceptivos “las relaciones de poder

manifestadas en cualquier tipo de violencia”, “la condición de mujer”, “la condición de

género”. Al efecto, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la

Violencia en contra de la Mujer, delimita los tipos de violencia y es claro que la misma

11
es el resultado de un abusivo ejercicio del poder, y por tanto de inequidad en las relaciones

hombre-mujer.

La condición de género como circunstancia motivante del Femicidio, es una construcción

cultural y social que va más allá de las diferencias sexuales. La norma legal debe ser

explicada a través del método axiológico, es decir, por el sentido literal de su texto, pero

también se puede utilizar el método histórico de interpretación; en ese sentido no

solamente se ha de revisar detenidamente el texto del artículo, sino que además se

investigarán los criterios que el legislador imprimió en la redacción de la norma en los

debates previos y los antecedentes, por esa razón el haber utilizado la conjunción “o” para

separar las causas determinantes para dar muerte a una mujer, y configurar de esa manera

el Femicidio es un error, porque está creándose un delito abierto.

En contexto, la condición de mujer no es comparable a la condición de género, porque es

más amplia, y su aplicación requiere interpretaciones y razonamientos que en cada caso

deberá hacer el Fiscal y el Juzgador, para tener claridad en la visión de género, que desde

luego no tiene tan solo el componente de la diferencia sexual.

El art. 141 no asume todas las categorías del femicidio: íntimo, no íntimo y por conexión.

Además, las diversas circunstancias en las cuales se puede cometer el delito, están ubicas

en el art. 142 en calidad de agravantes, y no como constitutivas del delito, lo que daría

lugar a que algunas conductas quedarían por fuera del tipo.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la sentencia dictada por las

muertes de las mujeres de ciudad Juárez-México, la cual es paradigmática en materia de

Feminicidio, tomó en consideración el reconocimiento del Estado con respecto a la

situación de violencia contra la mujer, e hizo señalamientos en el sentido de que los

homicidios de mujeres se encuentran influenciados por una cultura de discriminación

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contra la mujer, y que son manifestaciones de violencia basada en género. Considera

también que “el estereotipo de género se refiere a una pre-concepción de atributos y

características poseídas o papeles que son o deberían ser ejecutados por hombres y

mujeres respectivamente” que la creación y uso de estereotipos se convierte en una de las

causas.

1.5. PRUEBAS PARA DETERMINAR EL DELITO DE FEMICIDIO

Comenzando con la tipificación del delito de femicidio en nuestro País Ecuador, la

investigación de muertes violentas requiere un cambio inminente, aplicándose la

especialización en caso de que se presuma el cometimiento del mencionado delito.

Es significativo el uso de formalidades de trabajo con perspectiva de género, tomando en

cuenta la interacción en la relación víctima-victimario; dichos instrumentos deben regir

el accionar de los estudiosos, cuyos instrumentos los utilizarán para la diferencia del

femicidio con el asesinato, así como para la valoración de: la escena del crimen, las

circunstancias en las que se produce los hallazgos en la autopsia, las situaciones anteriores

entre víctima y agresor; lo que les llevará a encontrar indicios probatorios que converjan

entre sí, y que correspondan a los elementos del tipo penal.

Ecuador aún no cuenta con protocolos propios y se debe considerar que no todo homicidio

cometido en contra de una mujer constituye femicidio, pues no siempre en los homicidios

está implícita la violencia por razón de género, tales son los casos de muertes derivadas

en asaltos, en los cuales el hecho de que la víctima sea hombre o mujer es irrelevante, es

decir no existe subordinación de género como motivación para cometer el ilícito, este

factor es necesario diferenciar para poder iniciar el proceso penal oportuno.

Un femicidio se manifiesta a través de la degradación a la vida de la mujer, realizada por

el agresor y su deseo de humillarla, lo cual se puede constatar de diversas maneras, por

13
ejemplo, cuando se exponen los cuerpos sin vida desnudos en lugares públicos, con

marcas o letras grabadas en la piel, cuando existen signos de violencia sexual, física o

psicológica, entre otros signos que puedan revelar también su aspiración de control y

superioridad. Para establecer la ejecución de un delito, corresponde analizar tanto la

existencia del mismo, así como la responsabilidad de la o las personas procesadas,

estableciendo el objetivo de la prueba; la existencia del delito es el cimiento de todo

proceso criminal, mientras no se constate que ha existido un delito, no se puede

determinar la responsabilidad de persona alguna. Si las y los jueces establecen la

responsabilidad de la persona procesada, se entiende que durante el proceso se ha

exterminado la presunción de inocencia, la cual constituye una garantía básica del debido

proceso, establecida en la Carta Magna, por lo que destruirla presupone la demostración

de la culpabilidad, a través de pruebas fehacientes debidamente controvertidas, en un

sistema que asegure la plenitud de las garantías procesales.

En el caso del femicidio, una investigación especializada y pertinente permite el

esclarecimiento de los hechos, por lo tanto, es central que el investigador, al tener la

noticia de la muerte violenta de una mujer, no deje de mirar a la víctima, a su entorno, ni

descarte la existencia de violencia de género, como parte del contexto de la conducta

criminal, analizando para tal efecto los antecedentes de la muerte que revelen maltrato

físico, sexual o psicológico, así como signos de desprecio o poder sobre la vida femenina;

es también importante que la imparcial labor judicial se vea reflejada en la debida

valoración de pruebas, con el fin de lograr una apropiada determinación de la existencia

del delito, así como de la responsabilidad, consecuentemente la imposición de la sanción

correspondiente, indudablemente, luego de haber desvirtuado la presunción de inocencia,

de acuerdo a su sana crítica, es decir, después de un proceso de valoración de pruebas en

14
conjunto, sin pasar por alto pruebas que pueden ser las precisas para llegar a la convicción

de la existencia del delito y la responsabilidad de la o las personas procesadas.

El delito de femicidio requiere una investigación rápida y especializada que permita

recoger elementos de convicción definitivos para demostrar la existencia del delito y la

responsabilidad del procesado. La inmediatez en los procedimientos es indispensable,

considerando que, al no tomarse las medidas oportunas, la evidencia puede desaparecer

de manera natural o de forma manipulada, por lo que se requiere de una cadena de

custodia adecuada, que garantice la veracidad de la evidencia, para que ésta pueda

convertirse en pruebas, que faciliten a las decisiones de los juzgadores, basadas en la

información cierta que de estas se desprenda.

EPIGRAFE II

2. EL ASESINATO

El delito de asesinato, como delito autónomo, se estructura con elementos objetivos y

subjetivos, a más de los normativos. Los elementos objetivos del asesinato son: el acto de

matar, el resultado muerte y las situaciones materiales que, como forma o modo,

acompañan como elementos del acto de matar. El elemento subjetivo está dado por el

dolo, esto es, la voluntad intencionalmente dirigida a matar a una persona. Pero además,

en ciertos casos de asesinato, también pueden existir otros elementos subjetivos como el

motivo y el fin del agente para matar (ZAVALA BAQUERIZO 2003, pág. 35).

15
2.1. TIPIFICACIÓN DEL DELITO DE ASESINATO

El acto humano contrario a la norma jurídica, recibe el nombre de infracción por el acto

trasgresor de la ley; desde el punto de vista jurídico, el artículo 18 del Código Orgánico

Integral Penal establece:

“Artículo 18.- Infracción penal.- Es la conducta típica, antijurídica y culpable cuya

sanción se encuentra prevista en este Código” (Código Orgánico Integral Penal, 2014,

pág. 10).

De esta definición se desprenden todos los elementos jurídicos de la infracción penal en

general, y del delito de asesinato en particular; puesto que, al ser un tipo de infracción

penal, también debe reunir estos elementos para su configuración legal. Pero, además de

los elementos jurídicos del delito de asesinato, éste debe ser cometido dentro de ciertas

circunstancias específicas de agravación.

Por cuanto lo que diferencia al homicidio del asesinato, son precisamente estas

circunstancias; a través de las cuales se irroga la muerte a la víctima, mismas que deben

estar descritas en la ley penal.

EL HOMICIDIO AGRAVADO (ASESINATO). Tradicionalmente la legislación

nacional ha mantenido el término asesinato para designar el homicidio calificado por la

concurrencia, singular o plural, de circunstancias materiales o morales excepcionalmente

graves. Y así, el concepto, con todo lo que tiene de intimidativo, ha calado profundamente

en el pueblo que lo repetiría aunque fuera abolido del Código, pues con él subraya las

manifestaciones más atroces de la actividad homicida

Así las circunstancias constitutivas del delito de asesinato son:

16
- Por la relación de parentesco: si a sabiendas, la persona infractora ha dado muerte

a su ascendiente, descendiente, cónyuge, conviviente, hermana o hermano

(numeral 1);

- Por la forma de ejecución: aumentando deliberada e inhumanamente el dolor a la

víctima (numeral 6).

- Por la situación de la víctima: como colocar a la víctima en situación de

indefensión, inferioridad o aprovecharse de esta situación (numeral 2);

- Por el medio empleado: por medio de inundación, envenenamiento, incendio o

cualquier otro medio que ponga en peligro la vida o la salud de otras personas

(numeral 3);

- Utilizar un medio o medios capaces de causar grandes estragos (numeral 5).

- Por el medio buscado de propósito: como buscar la noche o el despoblado con el

propósito de cometer el asesinato (numeral 4);

- Por el fin: como referido al matar para preparar, facilitar, consumar u ocultar otra

infracción (numeral 7);

- Para asegurar los resultados o impunidad de otra infracción (numeral 8);

- Por las circunstancias donde se produce la muerte: si la muerte se produce durante

concentraciones masivas, tumulto, conmoción popular, evento deportivo o

calamidad pública (numeral 9).

- Por motivo del cargo o dignidad: como perpetrar el acto en contra de una o un

dignatario o candidato a elección popular, elementos de las Fuerzas Armadas o la

Policía Nacional, fiscales, jueces o miembros de la Función Judicial por asuntos

relacionados con sus funciones, o testigo protegido (numeral 10), del artículo 140

del Código Orgánico Integral Penal.

17
Circunstancias que agravan el homicidio y lo transforman en asesinato, adquiriendo una

tipicidad y sancionabilidad diferente; pero que al final del camino, se unifican por el

común denominador o verbo rector del delito, “muerte de un ser humano”. Cualquier

trasgresión de esta índole, anula la vida humana y vulnera el entorno social; volviéndose

un acto contra el propio ser humano y contra los demás, quien como sabemos es el

principal destructor racional de su especie. Así tenemos que el acto de dar muerte a una

persona, toma el nombre de asesinato; cuando se comete en la forma, modo y

circunstancias señaladas en el artículo 140 Ibídem.

Si bien la nueva tipificación penal del delito de asesinato, es acorde a la realidad de los

ecuatorianos; no obstante, considero que pudieron tipificarse otras circunstancias, que se

presentan a menudo en nuestro medio social, tales como: la persona que mate a otra por

venganza o por ajustes de cuentas, que en su gran mayoría son el reflejo de esta actividad

ilícita en el diario vivir.

Sin embargo, el homicidio agravado tiene circunstancias que lo constituyen, esas mismas

circunstancias deben ser producidas, con la intención de causar la muerte de un ser

humano; dentro del parámetro legal que adecue su conducta al tipo penal específico. Estas

circunstancias, son las que deciden si la muerte de una persona, es un asesinato o bien un

homicidio; así las circunstancias constitutivas que dan vida jurídica al homicidio

calificado, están reunidas en un tipo penal concreto, determinado en el artículo 140 del

Código Orgánico Integral Penal.

El asesinato en su diversa tipificación penal, trae como resultado, la muerte del ser

humano producto del accionar delictivo; así el acto ilícito del sujeto activo y el resultado

producido son, pues, la causa y el efecto, respectivamente. Acto y muerte que lo

18
trasforman en homicidio agravado; para su configuración legal, basta la existencia de una

sola de las circunstancias establecidas en la ley penal.

2.2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DELITO DE ASESINATO

En relación a la evolución histórica del delito de asesinato en el Ecuador a lo largo de la

historia hemos tenido cinco Códigos Penales cada uno de ellos, ha tipificado y sancionado

de diferente manera el asesinato, así tenemos la siguiente reseña cronológica:

En el Código Penal de 1837, no existía propiamente la figura jurídica asesinato, por lo

que sus circunstancias no estaban determinadas técnicamente; más bien se consideraba al

“asesino”, pero se confundía la persona del delincuente con el delito por este cometido.

(EL SENADO, 2008, pág. 73).

El Código Penal de 1872, en el cual se da nacimiento al delito de asesinato propiamente

dicho; por cuanto en él, se dio la concretación de los elementos que contornan la figura

penal. (AGUILAR, 1983, pág. 19).

En el Código Penal de 1938, se vuelve a dar vida jurídica al asesinato como infracción

propia, y se detalla claramente los elementos constitutivos del delito; de modo que se

separa de la generalidad de infracciones penales, adquiriendo identidad propia y

específica la figura jurídica tratada. (BAQUE, 2011, pág. 10).

El citado artículo constituido por nueve numerales, era el mismo del artículo 450 del

Código Penal de 1971, publicado en el Registro Oficial Suplemento No. 147 de 22 de

enero del mismo año, que establecía: “Art. 450.- Es asesinato y será reprimido con

reclusión mayor extraordinaria de doce a dieciséis años el homicidio que se cometa con

alguna de las circunstancias siguientes…” (ZAVALA, 2003, pág. 24).

19
Posteriormente, el artículo 450 Ibídem fue reformado por el artículo 16 de la Ley 2001-

47, publicada en el Registro Oficial Suplemento No. 422 de 28 de septiembre de 2001;

en la cual se aumentó la pena de dieciséis a veinticinco años de reclusión mayor especial,

quedando el citado artículo de la siguiente manera: “Art. 450.- Es asesinato y será

reprimido con reclusión mayor especial de dieciséis a veinticinco años, el homicidio que

se cometa con alguna de las circunstancias siguientes…” (CORPORACIÓN DE

ESTUDIOS Y PUBLICACIONES, 2010, pág. 95).

Siendo uno de los delitos más castigados, durante toda la historia penal ecuatoriana, por

el valor y relevancia que se da al bien jurídico protegido vida; en cuyo accionar, refleja

las más perversas intenciones del ser humano, matar a un semejante.

2.3. SUJETOS DEL DELITO DE ASESINATO

Se requiere la intervención de por lo menos dos personas, quienes se convierten en sujetos

del delito.

Sujeto Activo.- Es sujeto activo de asesinato, igual que en el homicidio, cualquier

persona que priva la vida de otra persona.

Sujeto Pasivo.- Es cualquier ser humano, sin distinción de ninguna clase, como se

manifestó en el homicidio simple” (García, 1994, pág. 37).

Si falta uno de estos sujetos no podría configurarse el delito de asesinato, pues no habría

individuo que cause la muerte, o no habría persona destinataria de sus efectos; en tal

virtud, siempre ha de existir una persona causante del daño, y otra que necesariamente

sufre las consecuencias. Pero la parte débil de la relación sujeto activo-sujeto pasivo, es

20
este último, el sujeto pasivo del delito, la persona humana, titular del derecho a la vida

que es el violado.

2.4. CIRCUNSTANCIAS CALIFICATIVAS DEL DELITO DE ASESINATO

El Código Orgánico Integral Penal establece nuevas circunstancias que definen el delito

de asesinato en la legislación penal ecuatoriana, además de las ya existentes en el artículo

450 del Código Penal. Para lo cual se transcribe el texto completo del artículo 140 del

Código Orgánico Integral Penal (2014):

Artículo 140.- Asesinato.- La persona que mate a otra será sancionada con pena privativa
de libertad de veintidós a veintiséis años, si concurre alguna de las circunstancias
siguientes:
1. A sabiendas, la persona infractora ha dado muerte a su ascendiente, descendiente,
cónyuge, conviviente, hermana o hermano.
2. Colocar a la víctima en situación de indefensión, inferioridad o aprovecharse de esta
situación.
3. Por medio de inundación, envenenamiento, incendio o cualquier otro medio se pone
en peligro la vida o la salud de otras personas.
4. Buscar con dicho propósito, la noche o el despoblado.
5. Utilizar medio o medios capaces de causar grandes estragos.
6. Aumentar deliberada e inhumanamente el dolor a la víctima.
7. Preparar, facilitar, consumar u ocultar otra infracción.
8. Asegurar los resultados o impunidad de otra infracción.
9. Si la muerte se produce durante concentraciones masivas, tumulto, conmoción
popular, evento deportivo o calamidad pública.
10. Perpetrar el acto en contra de una o un dignatario o candidato a elección popular,
elementos de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional, fiscales, jueces o miembros
de la Función Judicial por asuntos relacionados con sus funciones o testigo protegido
(pág. 24).

21
EPIGRAFE III

3. EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD

3.1. LA TIPICIDAD

Es una de las características del delito que establece que los hechos cometidos por el

hombre, para que se los pueda sancionar con una pena, deben estar descritos en la ley

penal.

El Código Penal, en su artículo 2, dispone “Nadie puede ser reprimido por un acto que no

se halle expresamente declarado infracción por la ley penal, ni sufrir una pena que no éste

en ella establecida”, es decir, no hay delito sin ley previa.

De lo anterior se colige que la tipicidad constituye la personalización plena de la conducta

humana con la hipótesis prevista y descrita en la ley (descripción de un tipo penal),

existiendo coincidencia precisa entre lo sancionable por el texto legal y lo hecho por el

individuo.

La tipicidad tiene su función primordial, particularmente porque concierne a la faz

descriptiva del delito, y esta descripción solamente puede efectuarla el legislador.

Además, sirve para la aplicación del principio de legalidad; delimita el acto, es un indicio

de antijuricidad; y, es un requisito básico para iniciar el proceso penal.

3.2. CONCEPTO E IMPORTANCIA

Las leyes penales, a través de hipótesis abstractas, prevén las características que una

conducta humana debe reunir para que sea considerada como delito. Así, pues, el acto

concreto, ejecutado por el sujeto activo, debe acomodarse plenamente a esa descripción

22
hipotética. La tipicidad, el segundo elemento esencial del delito, es precisamente la

identificación plena de la conducta humana con la hipótesis prevista y descrita en la

ley. En ese caso estaremos frente a un acto típico.

La tipicidad cumple varias funciones fundamentales.

a) Sirve para la aplicación del principio de legalidad (no hay delito sin ley previa) y,

por lo tanto, para afirmar la garantía jurídico-política que este principio encierra,

es decir que todo ciudadano sepa qué es lo que puede y lo que no puede hacer.

Inclusive algún tratadista (Beling) sostiene que la más exacta formulación del

principio de legalidad sería la siguiente: no hay delito sin tipo legal.

Ahora bien, para que esta función se cumpla de manera adecuada, hace falta que

la tipicidad sea una verdadera descripción, que a través de ella se especifique

concretamente cuál es la conducta prohibida, con todos sus elementos y requisitos.

La ley no debe limitarse a decir: “El que causare un aborto será sancionado con

...” (Art. 441). Lo importante es describir con precisión la conducta típica de

aborto. También son defectuosas las descripciones, frecuentes en nuestro Código

(Arts. 257, 563, etc.), que abren la posibilidad de interpretaciones analógicas,

cuando al establecer las conductas señalan al final que también son típicos los

actos “semejantes” o “similares”, lo cual permite, e inclusive obliga al juez a

extender el precepto legal a otras conductas más allá de las expresamente

determinadas en la ley.

Esto nos revela que la tipicidad es también un problema de adecuada técnica

legislativa. El legislador debe preocuparse de tipificar los distintos delitos de una

manera precisa, con todos los elementos descriptivos y normativos necesarios, sin

23
ambigüedades ni vacíos y peor dejando abierta la posibilidad de interpretaciones

analógicas.

b) La tipicidad desempeña un papel importante en relación con los demás

elementos del delito: delimita el acto y se relaciona estrechamente con la

antijuridicidad. Tipicidad y antijuridicidad no son, por supuesto, caracteres

idénticos, pero la tipicidad es un indicio de antijuridicidad. No siempre el acto

típico será antijurídico; en ciertos casos no lo será, pues la tipicidad no tiene una

significación valorativa, sino que es puramente descriptiva y objetiva; pero sí

encierra una presunción de antijuridicidad, aunque desde luego ésta puede ser

desvirtuada. Por otra parte, también la culpabilidad está vinculada con la tipicidad;

más todavía para algunos tratadistas, al tipificarse una conducta debe hacerse una

referencia expresa o, al menos, implícita a la forma dolosa o culposa en que debe

realizarse para ser punible.

c) La tipicidad tiene además una fundamental función procesal. La comprobación

de la tipicidad de una conducta es un requisito básico para iniciar y continuar el

proceso penal. El fiscal para iniciar la instrucción (Art. 217 del Código de

Procedimiento Penal) deberá tener elementos suficientes para considerar que se

ha cometido un hecho delictivo y si al concluirla estableciere que no hubo tal,

deberá abstenerse de acusar (Art. 226) y el juez, por su parte, en la etapa

intermedia deberá dictar un auto se sobreseimiento definitivo si estima que los

hechos no constituyen delito (Art. 242). Y, por supuesto, nadie podrá ser

condenado si no ha realizado un acto típico.

3.3. ELEMENTOS QUE INTEGRAN LA TIPICIDAD

La adecuada conformación de los tipos legales es, conforme se ha dicho, un problema de

técnica legislativa. Es indispensable que la conducta quede claramente señalada, pero

24
¿cómo hacerlo? Muchas veces esta descripción puede ser bastante simple (homicidio);

pero en otras ocasiones (robo) es más compleja y hace falta precisar el acto delictivo con

una serie de referencias y elementos, que deben estar presentes todos ellos para que pueda

decirse que el acto sí cumple con el requisito de tipicidad.

Veamos cuáles son esas diversas referencias y elementos que integran la descripción

típica:

a) Núcleo

Es el elemento central de la tipicidad, el que determina y delimita el acto (acción u

omisión) ejecutado por la persona. Al ser, pues, una conducta, suele fijarse en la ley el

núcleo mediante un verbo en infinitivo: matar (homicidio), herir (lesiones), sustraer

(hurto y robo), falsificar (falsedades), imputar (injurias), abusar (peculado), distraer o

disipar (abuso de confianza).

En otras ocasiones, el legislador describe el núcleo de la conducta con un sustantivo:

cópula (estupro), acceso carnal (violación), acto de naturaleza sexual (abuso sexual); o

con una frase: faltar a la verdad (perjurio), introducirse en el domicilio (allanamiento),

etc.

Por ser precisamente el elemento central de la conducta, en la mayor parte de los casos

en el núcleo aparece el indicio de antijuridicidad que se señalaba anteriormente.

b) Referencias al sujeto activo

En muchos tipos legales el sujeto activo puede ser cualquier persona, sin ninguna calidad

ni exigencia especial. En otros, sin embargo, se exige del sujeto activo ciertas calidades

o condiciones, sin las cuales el delito no existe:

25
- El ser funcionario o empleado público (peculado, cohecho, concusión);

- El ser juez (prevaricato);

- El ser ecuatoriano (traición);

- El tener con el sujeto pasivo una relación de parentesco o matrimonio (parricidio);

- El estar casado (bigamia).

c) Referencias al sujeto pasivo

Así mismo, en la mayoría de los delitos el sujeto pasivo puede ser cualquier persona; pero

en ciertos tipos legales, para que haya tipicidad es necesario que éste reúna determinadas

condiciones. Por ejemplo:

- Presidente de la República (desacato);

- Niño recién nacido (infanticidio por causa de honor);

- Menor de catorce años (violación calificada).

d) Referencias al objeto material

En ciertos delitos hace falta que el delito recaiga en determinado objeto material, que la

ley expresamente exige:

- Cosa mueble ajena (hurto y robo);

- Ganado (abigeato);

- Bien inmueble (usurpación);

- Monedas, billetes, sellos, documentos públicos y privados (falsedades);

- Sustancias estupefacientes y psicotrópicas (tráfico de drogas);

26
- Dineros públicos o privados que estén en poder del sujeto activo en virtud o razón

de su cargo (peculado).

e) Referencias a los medios

Es un elemento muy importante en algunos delitos, a tal punto que en ocasiones es el que

muestra más claramente el indicio de antijuridicidad:

- Violencia o amenazas sobre las personas o fuerza en las cosas (robo);

- Violencia, amenazas o intimidación (violación);

- Seducción o engaño (estupro);

- Engaño (estafa);

- Amenazas de imputaciones contra el honor (chantaje).

f) Referencias al tiempo, al lugar, o a la ocasión

En ciertos delitos hace falta que se cumplan estas referencias, indispensables también para

que haya tipicidad:

- Tiempo de guerra (traición);

- Domicilio de un habitante (allanamiento);

- Lugar despoblado y solitario (abandono de niños);

- Al declarar, informar o confesar (falso testimonio y perjurio).

g) Elementos normativos

En algunos casos, la ley no se limita a señalar el núcleo y las demás referencias ya

indicadas, que tienen un carácter objetivo, sino que también incluye en la descripción

27
elementos de carácter subjetivo, que se refieren a estados de ánimo del sujeto activo, a

sus propósitos o motivaciones. Son, sin duda, de difícil prueba, pero si la ley incluye tales

elementos, éstos, como todos los demás, se tornan indispensables para que haya tipicidad.

Por ejemplo:

- A sabiendas (parricidio, perjurio);

- Para ocultar su deshonra (infanticidio);

- Ánimo de apropiarse (hurto y robo);

- Fines deshonestos (rapto);

- Por interés personal, afecto o desafecto (prevaricato);

- Para desacreditar, deshonrar o menospreciar a otra persona (injurias);

- Incitación al odio o al desprecio (delitos de odio).

Habría que agregar, como ya se señaló, que para algunos autores es indispensable que al

describir la conducta se señale el dolo o la culpa con que debe realizarse para ser delito,

que estos elementos subjetivos permiten establecer.

h) Condiciones o requisitos objetivos

La naturaleza de las llamadas condiciones objetivas es dudosa. Para algunos autores son

simplemente requisitos previos para que pueda ejercerse la acción penal. Pero otros

consideran que son elementos que integran la tipicidad y que deben tener el mismo

tratamiento de los demás, por lo cual, si faltan, no habrá tipicidad. En todo caso, son

circunstancias que están fuera del sujeto activo de la infracción, no vinculadas a su acto,

objetivas. Son de muy diversa clase: trámites administrativos, decisiones judiciales, actos

de terceros, etc. En nuestra legislación tenemos algunos casos:

28
- La auditoría de la Contraloría para establecer el enriquecimiento injustificado

(enriquecimiento ilícito);

- La sentencia de nulidad del matrimonio (rapto);

- La calificación de una acusación como maliciosa (injurias calumniosas);

- La calificación de la quiebra (quiebra dolosa o fraudulenta);

- El suicidio tentado o consumado (auxilio al suicidio).

Habría que agregar, como ya se señaló, que para algunos autores es indispensable que al

describir la conducta se señale el dolo o la culpa con que debe realizarse para ser delito,

que estos elementos subjetivos permiten establecer.

3.4. FIGURAS PENALES

Puede afirmarse que los diferentes tipos penales se agrupan en familias. De una figura

básica (la tipicidad mínima requerida), se desprenden figuras agravadas (se agregan a la

figura básica otros elementos que la vuelven más grave) o figuras atenuadas (se agregan

a la figura básica otros elementos que la vuelven menos grave).

Por ejemplo: El homicidio=matar a otro (figura básica).

De esta figura se desprenden: El parricidio=matar a otro + vínculo de parentesco o

matrimonio entre sujeto activo y sujeto pasivo + elemento subjetivo (a sabiendas y

voluntariamente);

El infanticidio=matar a otro + vínculo de parentesco entre sujeto activo y sujeto pasivo +

sujeto pasivo recién nacido + elemento subjetivo (causa de honor).

En el caso del parricidio tenemos una figura agravada; en el caso del infanticidio por

causa de honor, una figura atenuada.

29
Este esquema se repite con frecuencia en el Código Penal.

3.5. EL TIPO SUBJETIVO DEL DELITO

Aunque en este Manual el tratamiento del dolo y de la culpa se mantiene en el Capítulo

de la culpabilidad, conforme lo establece la doctrina clásica, indiquemos brevemente en

este punto la forma en que la doctrina finalista trata este tema.

El finalismo considera que en el tipo penal hay un aspecto objetivo y otro subjetivo. Para

comprobar lo primero hace falta que el acto reúna los elementos descriptivos y normativos

previstos en la ley; pero es indispensable, sostiene, que se compruebe también la presencia

del tipo subjetivo, es decir si la conducta es dolosa; o, en los casos en que

excepcionalmente la ley lo prevé, si la conducta es culposa (o imprudente, como

generalmente la califica la doctrina). Bajo este esquema el análisis del dolo y de la culpa

no se realiza al estudiarse la culpabilidad, sino en el examen de la tipicidad. Por ello de

no comprobarse la existencia de dolo o culpa, el acto es irrelevante para el derecho penal

ni se requiere dar inicio a un proceso.

La doctrina distingue el caso de los delitos dolosos y de los culposos:

En el caso del delito doloso debe comprobarse que el sujeto activo actuó con dolo (de

ninguna manera cabe la presunción de dolo), lo cual deberá deducirse de los elementos

externos que caracterizan el acto, lo que permitirá establecer una coincidencia entre el

tipo objetivo y el tipo subjetivo, es decir entre lo que se hace y lo que se sabe que se hace.

No habrá dolo en los casos de error sobre los elementos del tipo objetivo. Y, por supuesto,

si no hay dolo no habrá el acto típico.

30
Debe tomarse en cuenta que en algunos delitos se exige, además del dolo, la

comprobación de otros propósitos subjetivos, que la doctrina clásica los incluye en su

concepto de tipicidad (el ánimo de apropiarse en delitos contra la propiedad; el faltar a la

verdad a sabiendas en el perjurio; el favorecer o perjudicar a una de las partes en el

prevaricato).

En el caso del delito culposo, en que el autor no pretende realizar el tipo objetivo, el

elemento subjetivo, fundamento de su punibilidad, es la grave infracción del deber de

cuidado del sujeto activo, la culpa, que produce una lesión en bienes jurídicos de especial

importancia. Así mismo, si no se puede comprobar esta actitud, no habrá acto típico. En

todo caso el delito culposo en menos grave y de carácter excepcional.

3.6. AUSENCIA DE TIPICIDAD

Parecería innecesario referirse en forma particular a este asunto, pues es absolutamente

claro que si una conducta no está tipificada en la ley, es penalmente irrelevante y no hay

para que preocuparse de ella. Sin embargo hay dos situaciones posibles que merecen ser

esclarecidas, ya que podrían originar alguna duda o conflicto.

a) Una conducta parece cumplir con todos los elementos de la tipicidad. Sin embargo

falta alguno de ellos, que en un primer momento se creía que estaba presente.

Casos de estos podrían darse cuando las referencias al sujeto activo o pasivo, o a

los medios, a los elementos subjetivos o normativos, o a cualquier otro son,

precisamente, el motivo de discusión dentro del proceso penal.

Veamos algunos ejemplos: ¿Está o no una persona comprendida dentro de la calidad de

funcionario o empleado público que algunos delitos preceptúan? ¿Se habían cumplido o

no las formalidades que exige la ley para introducirse en el domicilio de un habitante sin

31
su consentimiento? ¿Es o no ajena la cosa sustraída? ¿Fue o no a sabiendas que el testigo

faltó a la verdad en su declaración? Las respuestas que se den a estas preguntas

determinarán que los actos sean típicos o atípicos y que, por lo tanto, no serían delitos.

También pueden considerarse como casos de atipicidad aquellos en que existe el

consentimiento válidamente expresado de la presunta víctima, como ocurre en la

violación o el allanamiento de domicilio.

Finalmente hay que señalar que, de acuerdo a los postulados de las teorías funcionalistas,

no habría tipicidad cuando se excluye la imputación objetiva, en los casos que se señaló

al estudiar la relación de causalidad. Y, como se indicó en el punto precedente, tampoco

habría acto típico si no se prueba la existencia de dolo o, cuando corresponda, de culpa.

b) Una conducta presenta evidentes características de antijuridicidad, pero la ley no la ha

descrito entre las conductas penalmente sancionadas. Como se ha dicho, la tipicidad no

es sinónimo de antijuridicidad, ni la antijuridicidad de tipicidad. No se olvide que hay

conductas antijurídicas en todas las ramas del Derecho, pero al Derecho Penal le interesan

sólo aquellas que sean además típicas, es decir previstas como tales por la ley penal.

En tales casos, la única alternativa posible es que el legislador introduzca en el Código

los correspondientes tipos, si realmente considera que se trata de conductas que lesionan

gravemente determinados bienes jurídicos y frente a las cuales no basta la sanción civil o

administrativa. El incumplimiento de un contrato, por ejemplo, o una infracción

administrativa, plantean una situación de antijuridicidad, que traerá determinadas

consecuencias y sanciones legales; pero si ese incumplimiento o esa infracción no están

descritos en la ley penal como delito, no pueden ser considerados como tales, ni siquiera

por analogía, principio inaceptable en el ámbito penal.

32
f) METODOLOGÍA

La presente investigación se llevará a cabo mediante el análisis de un caso específico

referente al tema que nos ocupa, con su respectiva, análisis de información jurídica, desde

una perspectiva descriptiva, evaluativa, explicativa y propositiva, bajo un lineamiento

jurídico en materia penal.

En la presente investigación se va a utilizar las siguientes metodologías:

INDUCTIVO – DEDUCTIVO

Método científico que obtiene conclusiones generales a partir de premisas particulares,

se caracterizan por la observación, registro de todos los hechos, el análisis la derivación

inductiva de una generalización a partir de los hechos y la contrastación la cual permitirá

realizar un análisis de análisis crítico-jurídico que evidencie que: La falta de especificidad

dentro del artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal genera una confusión de tipo

penal entre el delito de femicidio y el de asesinato, atentando así contra el principio de

tipicidad penal.

ANALÍTICO – SINTÉTICO

Estudia los hechos, partiendo de la descomposición del objeto de estudio de cada una de

sus partes con el fin de estudiarlas en forma individual y luego de forma holística e

integral para observar las causas, la naturaleza y los defectos, la cual permite realizar una

valoración del objeto de transformación para lo que se realizará un análisis general sobre

los delitos de femicidio y asesinato, así como su relación con el principio de tipicidad

penal.

HISTÓRICO – LÓGICO

33
Se complementan mutuamente, permiten descubrir las leyes fundamentales de los

fenómenos, en el cual se basan en los datos históricos y la descripción de los hechos que

descubre la lógica objetiva del desarrollo de la investigación, por tanto se analiza los

hechos, ideas del pasado, comparándolos los acontecimientos actuales, analizando la

relación causa – efecto de cada uno de los hechos analizados para realizar una

comparación del pasado y el presente dar una solución al problema planteado, es decir,

una correcta aplicación del principio de tipicidad penal, frente a los delitos de femicidio

y asesinato.

ANALISIS DE UN CASO PRÁCTICO

TRIBUNAL DE GARANTÍAS PENALES CON SEDE EN EL CANTÓN

RIOBAMBA, remite el Proceso Penal No. 06333-00277-2015, seguido en contra de

JOSE MARCELO GUARANGA MISHQUI por el delito de FEMICIDIO en agravio de

ROSA ELENA MOROCHO.

El Tribunal de Garantías Penales con sede en el cantón Riobamba, con fecha martes 15

de diciembre del 2015 las 15h10, declara la culpabilidad del acusado José Marcelo

Guaranga Mishqui, por considerarle autor del delito de ASESINATO al tenor del Art. 42

del Código Orgánico Integral Penal, y su conducta se adecúa al delito contemplado en el

Art. 140 numeral 1 ibídem, le impone la pena de veinte y dos años de privación de la

libertad, misma que la deberá cumplir en el Centro de Privación de Libertad que disponga

el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos. Conforme lo establece el Art. 70

de la Constitución de la República del Ecuador la reparación integral la fija en 35.000

dólares de los Estados Unidos de Norteamérica, la multa de ochocientos salarios básicos

unificados del trabajador en general conforme establece el Art. 70 numeral 15 ibidem.

34
El juicio se ha sustanciado de acuerdo a las normas procesales consignadas en el Código

Orgánico Integral Penal, sin que exista omisión de solemnidad sustancial alguna,

declarándose por lo tanto la validez de la causa.

EL acusado interpone recurso de apelación de la sentencia es procedente, de conformidad

con lo dispuesto por el Art. 653 del Código Orgánico Integral Penal., la Sala de acuerdo

a lo prescrito en el Art. 654.4 del COIP, convocó a los sujetos procesales a la audiencia

oral, pública y contradictoria, para que expongan oralmente sus pretensiones respecto al

recurso interpuesto por el recurrente y la Fiscalía; primeramente el acusado a través de su

abogado defensor, manifiesta haber presentado el recurso de apelación por cuanto sus

derechos y garantías han sido vulnerados, al considerar que el juez de primera instancia

determinó que el delito fue por FEMICIDIO y el Tribunal le sentenció por ASESINATO;

en la audiencia de juicio no se determinó ningún elemento que conduzca a determinar que

se haya cometido el delito de femicidio, indica que no existe huella dactilar que su

defendido sea autor del delito, no existe prueba de ADN para evidenciar que se haya

utilizado la soga en la muerte de la fallecida; agrega que el ex defensor del acusado le

asesoró mal, al indicarle que se declare culpable, para que los miembros del Tribunal le

declaren autor del delito de asesinato.

Fiscalía, manifiesta que dentro de las pruebas adjuntó el certificado de matrimonio que

unía a éstos desde el 2012, al igual que la partida de nacimiento de su hija menor de dos

años; indicó que se considere los golpes y marcas que tuvo la occisa antes de su muerte

así como el informe de valoración post mortem; agrega que se demostró fehacientemente

el delito de femicidio por los elementos de violencia de género y el poder que ejercía el

acusado en contra de la víctima, ya que existía una relación sentimental que les unía a

víctima y victimario;

35
En la audiencia de juzgamiento, con el fin de demostrar la existencia de la infracción la

Fiscalía aporta con los siguientes testimonios: perito, “acta de levantamiento de cadáver,

huellas de violencia varias escoriaciones en la región hioidea, laceraciones en la región

cigomas del costado izquierdo, equimosis en el tercio medio de las extremidades, huellas

de arrastre

1.- No hay indicios que permitan suponer que Rosa Elena Morocho Yaguarshungo se ha

suicidado.

2.- Se encontrarón indicios que permiten deducir que Rosa Elena Morocho

Yaguarshungo era víctima de violencia de género con manifestaciones de violencia

física y psicológica en la relación de pareja.

3.- Es altamente probable que Rosa Elena Morocho Yaguarshungo fue muerta por su

esposo José Marcelo Guaranga Mishqui.

4.- El presente caso técnicamente corresponde a un femicidio y no a un crimen

pasional, ni a un hecho particular de la cultura de una comunidad. Existe la

evidencia de una relación de pareja contaminada por la violencia física y psicológica

y no se trata de un acto singular con elementos pasionales, sino de la mera expresión

de violencia de género.

5.- En el contexto cultural indígena y en el mestizo, la masculinidad del hombre se ha

construido sobre la negación de valor de lo femenino, que da paso a la discriminación

sexista y a la violencia de género, fenómenos que son generalizados y atentan contra los

derechos de las mujeres…”

La víctima antes de su muerte sistemáticamente vivió violencia física, violencia verbal,

violencia psicológica, rechazada por su segundo embarazo que a decir de sus familiares

36
no contó con el apoyo del esposo para tener un control médico; a la fecha que murió tenía

siete meses de embarazo y no se había realizado un control de su embarazo. Violencia

psicológica ejercida la noche anterior por razones económicas, por no tener bienes ella y

sus padres, de lo manifestado se puede señalar que Rosa Elena Morocho Yaguarshungo

estuvo expuesta a situaciones de riesgo y conflictos, que con su silencio por no poder

compartir sus problemas con familiares.

Rosa Elena Morocho pudo haber estado atravesando situaciones de vulnerabilidad con el

riesgo de sufrir daño o estar amenazada de ser agredida física o emocionalmente, al estar

en una posición inferior de poder por ser mujer, físicamente en razón de siete meses de

embarazo, lo que hizo que ella no pueda reaccionar y defenderse oportunamente,

evidenciándose en su muerte una violencia extrema.

Respecto a la alegación del defensor del acusado de que los derechos y garantías de su

defendido han sido vulnerados, se debe indicar que no existe violación a éstos, más bien

violar el derecho a la vida implica arrasar con los demás derechos, que en el caso

subjudice sucede, por lo que dicha alegación carece de sustento jurídico. En lo

concerniente a que no existe ningún elemento que conduzca a determinar el delito de

femicidio, el protocolo de autopsia determinó fehacientemente que la muerte de la víctima

fue violenta, toda vez que presentó un surco en el cuello y varias lesiones y equimosis, y

fundamentalmente se encontraba embarazada de siete meses, determinándose que existió

violencia de género, misma que transgrede los Derechos Humanos.

Se debe considerar que en 1995 en la Cumbre de la ONU en Beijín, se trató de la lucha

en contra de todas las formas de violencia de género; se entiende que la manifestación

más inhumana es la violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y otras que se

producen en contra de las mujeres

37
Es evidente que el acusado se aprovechó de las condiciones personales de la víctima que

implica confianza, subordinación, superioridad y convivencia, para el cometimiento del

ilícito establecido en el Art. 141 en relación con el Art. 142 numeral 2 del COIP, que

señala: “Femicidio.- La persona que como resultado de relaciones de poder manifestadas

en cualquier tipo de violencia, dé muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su

condición de género, será sancionada con pena privativa de libertad de 22 a 26 años”, Art.

142 numeral 2 ibídem, que señala: “Exista o haya existido entre el sujeto activo y la

víctima relaciones familiares, conyugales, convivencia, intimidad, noviazgo, amistad,

compañerismo, laborales, escolares o cualquier otra que implique confianza,

subordinación o superioridad”. En la especie se ha cumplido con lo establecido en el

artículo antes citado, de tal manera que existe la certeza, primero del cometimiento de la

infracción y luego de la responsabilidad del acusado en el ilícito, empleando medios,

modos o formas de ejecución que tiendan directa y especialmente asegurarla, sin riesgo

para su persona, demostrando que el acusado en forma evidente y extrema utilizó la

violencia contra la víctima, y como resultado de la violencia se produjo su muerte,

comprobándose el femicidio.

La tipificación del delito realizada por el Tribunal de Garantías Penales, no es la correcta,

no se ha considerado la forma de violencia con la que actuó el acusado reflejado en el

intenso daño producido a la víctima y al ser que llevaba en su vientre producto de sus

relaciones maritales de convivencia; por lo que su conducta se subsume en lo establecido

en el Art. 141 del COIP en relación con el Art. 142 numeral 2 ibídem. El Art. 82 de la

Constitución de la República, señala: “el derecho a la seguridad jurídica, se fundamenta

en el respeto a la Constitución y en la existencia de normas jurídicas previas, claras,

públicas y aplicadas por las autoridades competentes”.

38
g) PROPUESTA

DOCUMENTO DE ANÁLISIS CRÍTICO-JURÍDICO QUE EVIDENCIE QUE LA

FALTA DE ESPECIFICIDAD DENTRO DEL ARTÍCULO 141 DEL CÓDIGO

ORGÁNICO INTEGRAL PENAL GENERA UNA CONFUSIÓN DE TIPO PENAL

ENTRE EL DELITO DE FEMICIDIO Y EL DE ASESINATO, A FIN DE PROPONER

ALTERNATIVAS QUE EVITEN LA VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE

TIPICIDAD PENAL.

ANTECEDENTES.

El Ecuador se desenvuelve en un Estado constitucional de derechos y justicia, en el que

la justificación de las decisiones de los poderes públicos es un mandato constitucional y

una necesidad para su evolución, por lo cual, es preponderante la práctica convincente

que deben desarrollar las y los jueces, en razón de dar a favor o en contra de definitivo

aspecto jurídico, a través de deducciones jurídicas concatenadas, lógicas, exhaustivas, en

base a la razón y conocimiento de cada caso concreto, lo que supone el sometimiento del

derecho a la razón, por lo tanto, se verifica la preeminencia del razonamiento jurídico

desempeñado por las y los jueces en el ejercicio de sus funciones. Los operadores de

justicia están llamados a cumplir con la gestión delegada a ellos por el Estado,

correspondiente a ejercer justamente la potestad jurisdiccional de juzgar y hacer ejecutar

lo juzgado, misma que les es conferida como representantes del Estado para efectuar su

fin esencial, determinado en la Constitución de la República, es decir garantizar a todos

los habitantes de la República, sin discriminación alguna, el efectivo goce de los derechos

establecidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales.

39
DESARROLLO

Los fallecimientos crueles, basados en razones de odio, desprecio, relaciones desiguales

entre hombres y mujeres y falta de valorización de la prueba por parte de los

administradores de justicia, han existido desde siempre.

La discrepancia radica en que en la actualidad, los delitos que se cometen en contra de

mujeres, han salido más a la luz debido a la influencia que tienen los medios de noticia y

las redes sociales en la sociedad; los medios, fueron los principales organizadores de la

idea de que la tipificación del delito de femicidio, era necesaria para frenar “la ola de

asesinatos” de mujeres por razones de género.

El Femicidio es eso: la muerte de una mujer provocada por razones de género.

El delito de Femicidio no solo arremete la vida como bien jurídico, sino que además y

atendiendo al principio de especialidad del Derecho Penal en el que lo especial prima

sobre lo general, el móvil o motivo por el cual se le da muerte a la mujer en este caso, es

el odio a su género femenino, lo cual denota una evidente acción de discriminación por

razón de sexo y esto a su vez aumenta la peligrosidad y los efectos lamentables de dicho

delito.

Como consecuencia del aumento, en la última década, del número de asesinatos de

mujeres por razón de género, los índices de impunidad y las demandas de las

organizaciones de mujeres existe en América Latina una tendencia, que se ha reconocido

en la 57 Comisión sobre el Estatus Jurídico y Social de la Mujer (CSW), de tipificar en

determinadas circunstancias el asesinato de mujeres como femicidio o feminicidio según

los países.

40
La tipificación de este delito obedece a la obligación de los Estados de adecuar sus

legislaciones a los instrumentos internacionales pero también al incremento del número

de muertes de mujeres y la crueldad con que la que se producen, a la ausencia de tipos

penales especiales para describir adecuadamente el asesinato de mujeres basado en

razones de odio, desprecio, y relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres,

así como a los altos índices de impunidad.

La motivación es imprescindible pues constituye un mecanismo de legitimación y de

control de los ciudadanos ante las decisiones judiciales, como elemento preventivo de la

arbitrariedad, con el objetivo de eliminarla por ser concebida como un accionar contrario

a la justicia; las resoluciones emitidas por las autoridades encargadas de impartir justicia

deben estar adecuadamente motivadas, no únicamente para consumar el mandato

constitucional establecido en el artículo 76.7, l), sino para cumplir con el ejercicio pleno

de sus funciones como juezas y jueces, convirtiéndose en verdaderos garantes de derechos

y custodios de la Constitución y la ley, así como de la vigencia del Estado constitucional

de derechos y justicia. Una motivación adecuada de las sentencias judiciales en los casos

de femicidio servirá como ayuda a los derechos fundamentales de las mujeres, al

acatamiento e insuperable aplicación de los tratados internacionales de derechos

humanos, de la Constitución y la ley, constituyendo además una base sólida para futuras

resoluciones.

El rol investigativo de los fiscales es indispensable en el juicio penal, por tal saber deben

estar autorizados de tal manera que puedan desplegarse de manera óptima dentro del

sistema oral, logrando armar una teoría del caso efectiva y presentar los elementos

necesarios para lograr convencer a los juzgadores. El ejercicio público de la acción le

corresponde a la Fiscalía, sin que sea necesaria denuncia previa; en el delito de femicidio

procede el ejercicio público de la acción, por lo tanto, los fiscales, quienes tengan

41
conocimiento de la comisión del delito, son los responsables de reunir los elementos de

convicción suficientes, respecto a su existencia y a la responsabilidad de la persona

procesada, para proceder con la acusación correspondiente.

En el delito de femicidio, corresponde a los fiscales lograr tener información de manera

especializada, de tal forma que les permita conocer las circunstancias que envolvieron la

muerte de la mujer, auxiliándose de varias ciencias, métodos y técnicas investigativas,

como la psicología criminal, sociología criminal, biología criminal, victimología,

balística, dactiloscopia, electrónica, genética, entre otras, que les guíen a examinar con

precisión y eficacia cada elemento encontrado en la escena, así como los antecedentes,

como por ejemplo, denuncias previas de violencia.

Coexisten pruebas concluyentes para constituir la responsabilidad de cada delito, en el

caso del femicidio, para este efecto, es imprescindible justificar la concurrencia de los

elementos del tipo penal, siendo estos:

a) La muerte de una mujer como resultado de relaciones de poder manifestadas en

cualquier tipo de violencia.

b) Se quite la vida a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género, para

esto, se debe probar que la persona procesada ha cometido el ilícito con la concurrencia

de las dos situaciones descritas; esta manifestación de violencia extrema anclada en

relaciones desiguales de poder, con una marcada desventaja de la mujer, considerada así

no solamente por su constitución física o sexo, sino también por la cimentación social de

su identidad, o género, debe demostrarse indagando respecto de la relación víctima-

agresor.

Es de gran ayuda para establecer la responsabilidad del agresor, estudiar sus antecedentes

delictivos, no con el fin de discriminarlo, lo cual lo prohíbe la norma constitucional, sino


42
con el fin de determinar si se trata de un femicida serial, y sus rasgos de violencia. Existen

ciertos instrumentos de gran utilidad, diseñados para su aplicación en el ámbito forense,

utilizados a nivel internacional en los procedimientos de valoración de riesgo y violencia.

La labor investigativa se complementa con la labor probatoria del Fiscal, quien debe

llevar a cabo una eficiente recopilación de elementos de convicción, para la comprobación

y reconstrucción fáctica del delito; al respecto, es imprescindible contar con peritajes que

se realicen de acuerdo a nuevos criterios forenses, que se adapten a los estándares

internacionales y que permitan constituir pruebas dirigidas a encuadrar el delito de

acuerdo a su tipificación, es importante también realizar exámenes completos y de

inmediato a los presuntos agresores, indagar posibles amenazas de muerte producidas con

anterioridad, obteniendo declaraciones, que no se basen en la credibilidad general del

testigo, sino respecto a la validez o credibilidad específica del testimonio, de tal manera

que dicha declaración pueda convertirse en un testimonio idóneo dentro de juicio.

La prueba tiene trascendental importancia dentro del proceso, por lo que corresponde

practicarla adecuadamente, de acuerdo al delito y al caso específico; en el femicidio los

medios de prueba, tales como los testimonios, deben ser precisos y conducentes a probar

el hecho, las circunstancias y la responsabilidad; éstos alcanzarán el valor de prueba, una

vez que sean pedidos, ordenados, presentados, incorporados y valorados; los peritajes han

de ser específicos, para que logren demostrar la concurrencia de ciertas características

que permitan establecer la existencia del delito, así como la responsabilidad del

procesado, correlacionando de manera coherente los medios probatorios con los hechos,

para tal efecto, es ineludible una exposición clara, que explique cada uno de los hallazgos

y su relación con el hecho específico.

43
CONCLUSIÓN

La violencia contra las mujeres ha tenido, y tiene, distintas manifestaciones según las

épocas y los contextos en los cuales se realiza y reproduce. Ante ella, los sistemas de

justicia han respondido de forma diversa por múltiples factores: desde la incomprensión

de la magnitud de estos hechos como consecuencia de los patrones culturales patriarcales

y misóginos prevalecientes en la sociedad, la excesiva burocratización de los

procedimientos legales, las dificultades para investigar las complejas y crueles

modalidades de esta violencia, hasta la imposibilidad de establecer una caracterización

de los responsables, según sean estos miembros del entorno familiar o cercano a las

victimas o pertenezcan a estructuras estatales y/o criminales poderosas, por lo que las

circunstancias que rodean al hecho delictivo y el establecimiento del poder del

hombre es el principal elemento de este tipo de delito, el cual debe ser establecido

para que no exista una confusión entre homicidio, asesinato y femicidio, ante la

muerte de una mujer, ya que matar a una mujer por cualquier otro motivo, técnicamente

no deja de ser el homicidio o el asesinato común y corriente, estos se convierten en

femicidio nada más y nada menos que, cuando el móvil de dicho acto, es el odio al género

femenino, la discriminación en contra de alguien por su naturaleza de mujer, por su

género y este odio se acentúa tan fuertemente y se hace tan visceral que lleva al ser

humano a considerar que la mujer no es ser humano susceptible de derechos elementales,

por el hecho de ser mujer y por ende, esto en su máxima expresión, lleva a que la persona

actúe en su peor manifestación, sesgando la vida de dicha mujer o mujeres.

44
h) CONCLUSIONES GENERALES

- El término Femicidio es político, es la denuncia a la naturalización de la sociedad

hacia la violencia sexista, es una de las formas más extremas de violencia hacia

las mujeres, es dar muerte a una mujer cometido por un hombre a quien considera

de su propiedad.

- La igualdad de género está en el centro mismo de los derechos humanos y los

valores de las Naciones Unidas. Un principio fundamental de la Carta de las

Naciones Unidas, aprobada por los dirigentes del mundo en 1945, es “derechos

iguales para hombres y mujeres” y la protección y el fomento de los derechos

humanos de las mujeres como responsabilidad de todos los Estados.

- La violencia contra las mujeres ha tenido, y tiene, distintas manifestaciones según

las épocas y los contextos en los cuales se realiza y reproduce. Ante ella, los

sistemas de justicia han respondido de forma diversa por múltiples factores: desde

la incomprensión de la magnitud de estos hechos como consecuencia de los

patrones culturales patriarcales y misóginos prevalecientes en la sociedad.

- En el femicidio se debe comprobar que se ha quitado la vida a una mujer por el

hecho de serlo o por su condición de género, con la concurrencia de la

manifestación de violencia extrema en relaciones desiguales de poder, con una

marcada desventaja de la mujer, considerada por su constitución física o sexo,

sino también por su estatus social de su identidad, o género, valorando las

pruebas que indiquen esta condición para que no sea confundido con el

homicidio o el asesinato.

45
i) FUENTES / BIBLIOGRAFÍA

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Obtenido de Texto basado en el artículo: "Movimientos sociales, género y

alternativas populares en Latinoamérica y el Caribe", publicado en Revista

Itinéraires, núm. 77 IUED, Ginebra:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=46952.
j) DATOS PERSONALES

NOMBRE: Fausto Vinicio Albuja Tafur

TELÉFONO: 0987375122

CORREO ELECTRÓNICO: Faustoalbuja1957@outlook.com

CIUDAD: Ibarra – Imbabura

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