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OPERACIONES 1/7
Por Richard Holman, Hans-Werner Kaas y David Keeling
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-50% 23 +40% -40%
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Por Richard Holman, Hans-Werner Kaas y David Keeling
Información
Escenario B
Escenario A Escenario A
Bache de información: Escenario c
mayor riesgo de
duplicación de tareas y
Escenario B
resultados de mercado
desalentadores
Tiempo Tiempo
* Información suficiente para pronosticar o ratificar el éxito de mercado, el desempeño del producto, y los riesgos técnicos y de negocios.
específicas varían. Por ejemplo, si los costos son críticos, el equipo de producto define un flujo
de tareas que gira alrededor de determinar metas de costos y cumplirlas, sin permitir que se
descontrolen.
Como resultado, el proceso de desarrollo puede cambiar. Los proveedores clave y los geren-
tes de operaciones podrían, por ejemplo, generar estimaciones de costos para elementos del
diseño en una etapa inusualmente temprana del proceso, en lugar de tratar de minimizarlos
una vez que el equipo de desarrollo ya se decidió por un concepto.
Cada tarea es optimizada para impulsar el objetivo final, no la eficiencia de la tarea en sí.
Consideremos, por ejemplo, las pruebas de prototipos. Bajo el antiguo enfoque, el equipo del
prototipo intenta lograr el modelo más representativo del producto. Para hacerlo, necesita es-
pecificaciones detalladas del producto, que recién estarán disponibles en una etapa posterior
del ciclo de desarrollo, y bastante tiempo para construir el modelo. Bajo un enfoque basado en
la información, el primer paso consiste en decidir qué baches informativos deben cerrarse du-
rante las pruebas del prototipo, y cuándo resultará más útil esa información. A veces alcanza
con un modelo inicial más simple, que no requiere trabajo adicional y elimina, por lo tanto, una
fuente de demoras.
Organizar de esta manera el desarrollo de productos puede parecer sencillo y hasta obvio,
pero constituye una desviación drástica respecto de lo que la mayoría de las empresas está ha-
ciendo. Veamos cuál fue la experiencia de una compañía global que fabrica instrumental mé-
dico. En el proceso tradicional, los equipos se concentraban principalmente en definir las ca-
racterísticas y funciones de los nuevos productos. La investigación de mercado era secundaria,
y no se recababa la opinión del personal de operaciones ni de los proveedores hasta que los
prototipos estaban listos. El costo y la confiabilidad de los productos eran el resultado del di-
seño elegido, y no consideraciones clave durante su creación. Los subequipos no eran muy es-
trictos para coordinar sus actividades de desarrollo, y se necesitaban seis meses o más para
definir un concepto de producto y elegir sus funcionalidades.
Un equipo de la compañía que participó en un proyecto que aplicó un enfoque basado en
la información, empezó por crear tres flujos de trabajo simultáneos: uno para las necesidades
de los clientes y las características de diseño del producto, otro para los costos, y un tercero pa-
ra la confiabilidad. Los tres subequipos se comunicaban diariamente y evaluaban semanal-
mente lo que habían encontrado. Al organizarse alrededor del flujo de información, el equipo
vio la investigación de mercado bajo una nueva lente, y realizó un importante descubrimien-
to: contrariamente a sus presunciones, los clientes se interesaban más por el costo y la confia-
bilidad de los productos, que por su rendimiento y otras características avanzadas.
Más importante aún, el nuevo enfoque impulsó al equipo a reaccionar frente a la nueva in-
formación de una manera nueva. Desde el principio se les pidió a servicio al cliente y a opera-
ciones que analizaran las causas de las fallas de los modelos previos, y estimaran los costos de
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tas, pero, dado que el equipo se esfuerza por hacerlo lo antes posible, se eliminan los tiempos
de espera y los baches de información creados por decisiones prematuras (ver Gráfico 2). El re-
sultado es una mejor toma de decisiones, ciclos de desarrollo más eficientes y productos reno-
vados que satisfacen mejor las necesidades del mercado.
El desafío
Para pasar del enfoque actual, que es menos flexible y orientado a los procesos, a otro más
dinámico y flexible hacen falta nuevas capacidades y habilidades organizacionales. Sin los lí-
deres de proyecto adecuados y la capacidad de asignar recursos según sea necesario, y nuevas
formas de medir el desempeño de los equipos de proyecto, las empresas no podrán capturar
las potenciales mejoras en la eficiencia que brinda el nuevo enfoque y, lo que es peor, podrían
llegar a descubrir que éste carece de disciplina e hipoteca muchas de las ganancias de la últi-
ma década. Algunas empresas encontraron la manera de combinar ambos enfoques, y apren-
dieron algunas lecciones en el camino.
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Medir el desempeño
La mayoría de las empresas monitorea los costos de sus proyectos, el cumplimiento de los
plazos y las ventas resultantes, para conocer su propia capacidad de desarrollo de nuevos pro-
ductos. Las compañías que adoptan un enfoque basado en la información necesitan métricas
relativas a la calidad de la información que recogen, y a la eficiencia con la que la procesan. En
suma, los equipos deben asegurarse de estar reuniendo la mejor información posible y desti-
nando el tiempo correcto a analizarla.
Así como el desperdicio es una métrica clave en la fabricación magra (lean manufacturing), la
información perdida es importante para medir la eficiencia del desarrollo de productos guiado
por la información. Esta métrica debería mostrar la cantidad de tiempo que desperdician los
equipos de desarrollo en procesos infructuosos, esperando información, duplicando tareas o
usando tiempo extra para alcanzar la escala de producción y la calidad preestablecidas.
Igualmente importante es medir la calidad del procesamiento de la información. Por ejemplo,
comparar las estimaciones de costos y los pronósticos de mercado iniciales con los resultados
reales. ¿Hubo notorios baches de información durante el proceso? Si los hubo, ¿por qué? ¿Se dio
respuesta a todas las quejas de los clientes durante el desarrollo? Si no fue así, ¿por qué?
Durante las últimas dos décadas los desarrolladores de productos mejoraron su desempe-
ño, debido, fundamentalmente, a que lograron un proceso más disciplinado y riguroso. Pero
esto no basta para satisfacer la creciente demanda de mejores productos y lanzamientos más
frecuentes, para segmentos de clientes cada vez más pequeños. Las empresas deben dirigir
ahora su atención a la creación de una organización de desarrollo de productos más ágil y fle-
xible. Para hacerlo, tendrán que concentrarse en los flujos de información dentro del equipo de
desarrollo, coordinar más eficazmente los esfuerzos de docenas de subequipos, aprender a re-
solver problemas y a sintetizar resultados sobre una base continua, y otorgar mayor autoridad
para la toma de decisiones a los líderes de proyecto.
Aquellas empresas que estén a la altura del desafío lograrán una ventaja innegable sobre
sus competidores, porque no sólo tendrán éxito en sus respuestas al cliente y a los cambios
del mercado en etapas más avanzadas del proceso, sino que llevarán esos productos al merca-
do con mayor rapidez y eficiencia. ●
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