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EUCARISTÍA DE GRADO 2018

INTRODUCCIÓN

Este año ha sido muy especial para nosotros porque somos la promoción
de la Beatificación de la Madre Clara y la conmemoración de los ochenta
años de nuestro querido Colegio Santa Clara. Por eso, venimos
rebosantes de alegría.

Nos reunimos para agradecer a nuestro Padre Celestial por este día tan
especial, en el que celebramos el cierre de una etapa que empezamos
hace doce años y que nos impulsa a continuar por la senda de la
excelencia.

Elevamos nuestra acción de gracias por cuanto nos ha concedido Dios


durante estos años de colegio a través de tantas personas, de pequeños y
grandes detalles por parte de las Hermanas del Niño Jesús Pobre, de
nuestros padres y seres queridos, de nuestros profesores y colaboradores.

En el Evangelio escucharemos una vez más la exhortación a cuidar la


semilla de la Palabra sembrada en nosotros y a cosechar hoy lo que
hemos cultivado durante este tiempo. Sea esta también, la oportunidad
para suplicar al Dios de la vida, que conserve nuestro camino siempre
dirigido hacia Él y nos haga personas perseverantes y fuertes ante las
presiones del mundo que quieren ahogar nuestra fe y apartarnos del
proyecto de vida cristiano.

Hagamos de esta, nuestra fiesta, la gran fiesta del Banquete Eucarístico,


recordando el amor que Dios ha tenido con nosotros y, unidos a nuestra
Beata Clara del Niño Jesús Pobre, quien nos heredó el anhelo de vivir en
la presencia de Dios al servicio del prójimo.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses
(22,1-7)

Yo no es que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que


continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo
alcanzado por Cristo Jesús.

Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago:
olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo
hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto
en Cristo Jesús.

Así pues, todos los perfectos tengamos estos sentimientos, y si en algo


sienten de otra manera, también eso lo declarará Dios. Por lo demás,
desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante.

PALABRA DE DIOS
Salmo responsorial (Salmo 25 4- 12)

R/ Instrúyeme en tus sendas

Señor, muéstrame tus caminos,


enséñame tus sendas,
 
instrúyeme en tu verdad; enséñame,
porque tú eres el Dios que me salva,
en ti pongo mi esperanza cada día. R/

Recuerda, Señor, tu misericordia


y tu amor que desde siempre existen;
recuérdame en tu amor,
por tu bondad, Señor. R/

El Señor es bueno y recto,


él muestra el camino a los pecadores,
instruye en la justicia a los humildes,
enseña a los humildes su camino. R/

Las sendas del Señor son amor y verdad


para quienes respetan su alianza y sus mandatos.
 
A quien venere al Señor,
él le enseñará qué camino elegir. R/
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (13, 1- 9)
Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó
mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba
en la playa.

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador


salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al
camino; y vinieron las aves y la comieron.

Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto,


porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y se
secó porque no tenía raíz.

Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, unos el ciento, otros el
sesenta y otros el treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.

Palabra del Señor


ORACIÓN DE FIELES

SACERDOTE: porque sabemos que el amor de Dios es grande y


escucha las súplicas de sus hijos, elevemos nuestra voz diciendo: Padre
de misericordia, escúchanos.

1. Señor, ponemos en tus manos la vida del Papa Francisco, del


Cardenal Monseñor Rubén Salazar, del ministro que preside esta
Eucaristía, de los religiosos y de los laicos comprometidos. Ayúdalos
para que su predicación y su testimonio sean reflejo de tu
misericordia.

2. Bendice, Señor, a nuestros padres y a nuestros seres queridos


recompénsales con bienes espirituales cuánto hacen por nosotros.
Ayúdalos para que como familia cristiana católica, vivan siempre
bajo el principio fundamental del Evangelio: el mandamiento del
amor.

3. Padre bueno, te pedimos, por intercesión de la Beata Clara del Niño


Jesús Pobre, que les concedas la fidelidad y el aumento de las
vocaciones a nuestras queridas Hermanas del Niño Jesús Pobre. Dales
sabiduría abundante, especialmente a la Hna. María del Rocío y a la
Hna. Nora María. Que la Virgen María siga siendo su modelo y
protectora.

4. Concede, Señor, el don de ciencia a nuestros profesores, quienes nos


han acompañado desde pequeñas y con su entrega han contribuido en
nuestra formación integral. Dales paciencia y fortaleza para que
nunca se cansen de regar la semilla sembrada y de podar cuando sea
necesario.

5. Señor, porque confías en nosotros y nos has capacitado, hoy depositas


en nuestras manos la responsabilidad de construir el Reino de amor
en nuestra patria. Haz que tengamos como fundamento el legado de la
Madre Clara: servir a los menos favorecidos, haciendo todo por Jesús
solo.
PROCESIÓN DE OFRENDAS
Señor, a través de estos años de colegio hemos comprendido que la vida
se construye paso a paso, que una pequeña luz puede vencer la oscuridad
y que Tú eres el camino, la verdad y la vida. Por eso hoy venimos ante ti
para tornar los dones que tú mismo nos has concedido:

Una luz:
La vida de nuestros padres se ha consumido poco a poco por amor a
nosotros y para transmitirnos la luz de su fe y de su experiencia.

Una luz:
La entrega de aquellos seres queridos que ante la ausencia de nuestros
padres se han olvidado de todo egoísmo para acompañarnos y
fortalecernos en el camino de la vida.

Una luz:
Las enseñanzas recibidas de tantas personas que en Santa Clara, con su
testimonio de vida, acrisolaron nuestro corazón en el fuego de tu amor.

Una luz:
La vida de cada uno de nosotros, promoción 2018, aún pequeña y frágil
luz, está llena de sueños e ilusiones y sobre todo de confianza en que tú
mismo nos ayudarás a vencer los vientos que la quieran apagar.
(Van subiendo al presbiterio con las ofrendas)
Queremos alumbrar en este mundo haciendo vida nuestro lema: “LOS
DE SANTA CLARA SIEMPRE CLAROS”.

Señor, estas pequeñas llamas han convergido en nuestras vidas forjando


nuestra mente, nuestro corazón y nuestro espíritu y han hecho posible
alcanzar esta meta tan significativa (diplomas). Te la ofrecemos junto
con el Pan y con el Vino, para que por la fuerza del Espíritu Santo, se
transforme en una antorcha fuerte y luminosa, que a ejemplo tuyo, se
entregue al mundo consumiéndose para dar vida.
ACCIÓN DE GRACIAS

Dios, Padre Creador, te damos gracias porque un día nos llamaste a la


vida y nos rodeaste de amor y protección.

Gracias porque a través de estos años nos han acompañado nuestros


padres, familiares y amigos, las Hermanas del Niño Jesús Pobre,
nuestros maestros y compañeros, que con su cariño, su ejemplo de vida y
su entrega silenciosa, nos han ayudado a crecer, a forjar nuestros ideales,
a luchar por aquello que queremos.

Gracias porque en esta Eucaristía, como en todas las que celebramos en


nuestro amado colegio, nos alimentaste con tu Palabra y con tu Cuerpo y
nos envías a ser pan partido para todo aquel que lo necesite.

Gracias, Señor, por concedernos el honor de ser la Promoción de los 80


años del Colegio Santa Clara y la Beatificación de la Madre Clara.

Gracias por haber grabado en nuestro corazón aquellas palabras que


tantas veces cantamos en el Himno: “Hay una fulgente estrella que
inunda de luz la vía”, esa estrella eres tú, quien nos iluminará en este
nuevo camino.

Alabado seas, Señor.

NOTA: El sacerdote hace la oración final y da la bendición, pero aún no dice: “Pueden ir
en paz”. Los estudiantes leen la CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA.
El sacerdote da la bendición, empieza el canto de salida, los estudiantes pasan a dejar
la rosa a la Virgen María y salen de la Capilla.
Oración Final
María, cuántas veces de niños y de jóvenes
nos hemos acercado a Ti,
nuestra virgen del Colegio,
confidente de nuestras lágrimas de niños,
de nuestra penas y anhelos de jóvenes,
de nuestras luchas cotidianas,
de nuestros temores y esperanzas.

Hoy terminan nuestros días de Colegio,


pero Tú no te quedas aquí,
vas esculpida en nuestra alma
donde queremos que permanezcas para siempre.

Sigue siendo la Madre que comprende, que anima,


que sostiene el ideal de vida que queremos realizar
y nuestra mejor compañera de camino,
que descubre a diario para nosotros
la razón cotidiana para vivir,
la espléndida trilogía de Dios, de Patria y Hogar.

Esta rosa, Madre querida, es nuestro corazón que


ha florecido
entre un brillar de esperanzas y por la fe protegido.
Que nunca se marchite porque es para Ti.

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