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Salmo 51 (50)

^Ten piedad de mí, o h Dios, p o r t u amor, '^enseñaré a los m a l v a d o s t u s c a m i n o s ,


Súplica p o r t u i n m e n s a iemura, b o r r a m i c u l p a ; los pecadores volverán a t i .
de
*lava d e l t o d o m i m a l d a d , ''Líbrame de l a m u e r t e . Dios, salvador mío,
perdón
l i m p i a m i pecado. y m i l e n g u a proclamará t u f i d e l i d a d .
•^Pues yo r e c o n o z c o m i c u l p a , " A b r e , Señor, m i s labios
tengo s i e m p r e p r e s e n t e m i pecado; y m i b o c a proclamará t u alabanza.
^contra t i , c o n t r a t i solo pequé; '"Pues el sacríficio n o te c o m p l a c e ,
hice lo q u e tú detestas. si ofrezco u n h o l o c a u s t o n o l o querrías.
Por eso eres j u s t o c u a n d o h a b l a s ' ' E l sacrificio q u e Dios q u i e r e
e i r r e p r o c h a b l e c u a n d o juzgas. es u n espíritu a r r e p e n t i d o ;
' M i r a q u e nací c u l p a b l e , u n corazón a r r e p e n t i d o y h u m i l l a d o tú,
p e c a d o r m e concibió m i m a d r e . o h Dios, n o l o desprecias.
^Perotúamas la verdad
en l o íntimo d e l ser, ^"Favorece a Sión p o r t u b o n d a d ,
Relectura
e n m i i n t e r i o r m e enseñas sabiduría. r e c o n s t r u y e las m u r a l l a s de Jerusalén.
posterior
' R o c í a m e c o n h i s o p o y quedaré l i m p i o , ^'Entonces t e agradarán
lávame y quedaré más blanco que l a nieve. los sacrificios prescritos,
' " H a z m e s e n t i r el gozo y l a alegría, h o l o c a u s t o y o f r e n d a perfecta;
y exultarán los h u e s o s q u e b r a n t a d o s . sobre t u a l t a r se ofrecerán novillos.
" A p a r t a t u v i s t a de m i s pecados,
b o r r a todas m i s culpas.

< ''Crea e n mí, o h Dios, u n corazón nuevo,


z
Súplica
> de
renuévame p o r d e n t r o c o n espíritu/irme;
" n o m e arrojes de t u presencia,
O renovación
n o retires de m í t u santo espíritu.
" D e v u é l v e m e el gozo de t u salvación,
afiánzame c o n espíritu generoso;
Salmo 51 (50)
¿ S a l m o 51 o Salmo 50?
E n la mayoría de las Biblias, los salmos del 10 al 147 aparecen con dos números,
uno de ellos entre paréntesis. ¿Por qué?
Los salmos fueron escritos en hebreo y en el siglo ii a.C. se tradujeron al griego.
Pero los traductores cometieron algunas imprecisiones, uniendo algunos salmos y
separando otros. A ñ o s m á s tarde, la versión latina de la Biblia siguió la
numeración griega.
Actualmente nuestras Biblias ofrecen en primer lugar la numeración del texto
hebreo y, entre paréntesis, la numeración griega y latina (que mantiene la liturgia
católica). Dicho de otra manera, la numeración alta es la hebrea y la baja
corresponde a la griega, la latina y la que sigue la liturgia católica.

El encabezado del salmo


*A¡ maestro de coro. Salmo de David. ^Cuando, después de su pecado con Betsabé, le uisitó e l
profeta Natán.

Los salmos son poemas destinados a ser cantados. Los compusieron multitud de cre-
yentes anónimos a lo largo de la historia de Israel. Cuando estos poemas se atesoran
en una colección, se pierde la situación vital que les vio nacer Por eso, buscando que <
el orante de cualquier tiempo y época se sitúe, se añade a muchos de estos salmos p
una cabecera con dos tipos de anotaciones. Una anotación señala con qué música de-
ben interpretarse (eran como el cancionero religioso del mundo judío). La otra indi- p
cación remite a un personaje bíblico, normalmente al rey David, y a la situación de ^
su vida que mejor convendría para la composición del salmo. <¡
Salmo 51 (50)

1. David y el salmo
Esta bellísima oración, el salmo penitencial El contexto de esta c o m p o s i c i ó n , s e g ú n la
por excelencia, fue atribuido temprana- tradición j u d í a , se encuentra en 2 Samuel
mente a David, el gran rey de Israel. 11-12: el profeta N a t á n reprocha al rey su
Aunque muchas situaciones en su vida pecado de adulterio con Betsabé y el asesi-
convendrían para la supuesta composición nato de Urías. Entonces el rey David, pro-
de este salmo, hubo una que a los recopila- f u n d a m e n t e arrepentido, entona el Salmo
dores judíos les pareció especialmente i n d i - 51 (50). Pero t a l atribución carece de valor
cada. histórico. Sería, simplemente, u n a anota-
ción que ayudaba al creyente a situar este
¿A qué situación remite el Salmo 51 poema oracional dentro de la historia de Is-
(50), según el u. 1? Recuérdala le- rael, a la vez que le hacía consciente de que,
yendo 2 Sm 11,1-15.26-27 y 2 Sm como a David, sus pecados le i m p e d í a n
12,1-9. llegar a la amistad con Dios.

2. Un salmo para leer «de pie»


•<
z
Q Según los estudiosos, los Salmos 50 (49) y acusa por deficiencias en el culto, sino por
Q 51 (50) f o r m a n u n a u n i d a d : son las dos las infidelidades a la alianza, por las i n j u s -
y partes de u n pleito j u d i c i a l entre Dios y su ticias, por el d a ñ o al prójimo, y espera de
^ pueblo. El Salmo 50 (49) presenta la acusa- los culpables el reconocimiento de la c u l -
ción de Dios. Curiosamente el Señor no pa, a la vez que u n sacrificio de alabanza.
lee el Salmo 50 (49). Para compren- nes l i t ú r g i c a s c o m o en oraciones perso-
derlo mejor, puedes ayudarte de la no- nales.
ta a pie de página de tu Biblia. Fíjate Frecuentemente subrayamos el carácter pe-
por dónde va la acusación de Dios. cador del ser h u m a n o , y desgraciadamente
¿No te recuerda la predicación de lo leemos encorvados, abatidos por el peso
grandes profetas como Isaías o Amos? de nuestros pecados. Sin embargo, es u n
salmo que pide ser leído de pie, no doblados,
Como c o n t i n u a c i ó n a ese pleito j u d i c i a l , sino firmes; no abatidos, sino restablecidos
habla el acusado a través del Salmo 51 en nuestra dignidad de hijos de Dios. Y es
(50). Apela a la misericordia y al perdón de que el p u n t o de partida de este salmo es la
Dios, se declara culpable y suplica ser re- certeza vivida de que Dios es misericordia.
creado para que pueda r e n d i r el culto ver- Es este Dios misericordia el que hace caer
dadero que Y a v é reclama. en la cuenta del pecado, y es a este Dios a
Seguramente, el l u g a r para ser recitado quien se le pide que transforme al orante,
era u n a asamblea l i t ú r g i c a j u d í a . Para con su Espíritu, en nueva creación. Solo así
nosotros, los c r i s t i a n o s , el Salmo 51 (50) el cambio será efectivo y redundará en favor
es el s a l m o p e n i t e n c i a l p o r excelencia, de uno m i s m o y de los demás.
rezado y m e d i t a d o t a n t o en celebracio- Leamos el salmo desde esta perspectiva.

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Q
O
\3

35
3. Lo mejor es leer
Súplica de perdón ( w . 3-11) todo m i m a l d a d » y otros imperativos si-
En estos versículos el orante se declara milares con los que confiesa su pecado y
culpable sin reservas de n i n g u n a clase. Re- desciende a su condición de p e c a d o r
conoce su debilidad m o r a l , admite con l i - H a b i t u a l m e n t e , esta ha sido la perspecti-
b e r t a d y responsabilidad que ha roto el la- va desde la que se ha leído la p r i m e r a par-
zo que le u n í a con Dios, que ha rechazado te del salmo, pero el v. 3 s e ñ a l a desde d ó n -
su proyecto amoroso. Su a c t i t u d nos re- de debe leerse: desde la certeza del a m o r
cuerda a la del h i j o pródigo: «Padre, he pe- de Dios que es superior al pecado y que
cado contra el cielo y contra ti» (Le 15,21). desborda sobre el pecador a b r a z á n d o l o y
Subraya los uerbos del salmo que, en reorientando su vida.
imperativo, piden a Dios que perdone Vuelve a leer elv.3. Para comprender
el pecado. mejor las palabras destacadas, ayú-
date del esquema de la página 37.
El pecador, sinceramente arrepentido, se Después, y a partir de lo leído, inten-
presenta desnudo ante Dios s u p l i c á n d o l e : ta responder: ¿Cuál es el rostro de
«ten piedad», «borra m i c u l p a » , «lava del Dios que presenta este uersícuío?

S a l m o Miserere
El Salmo 51 (50) se conoce c o m o
«Miserere» p o r q u e estas son sus
p r i m e r a s palabras en la t r a d u c c i ó n
l a t i n a : «Miserere m e i , D e u s » , «Ten
p i e d a d de m í , o h D i o s » .
Piedad, amor, ternura
El hebreo es u n a l e n g u a e n la que los verbos t i e n e n m u c h a i m p o r t a n c i a .
Las palabras que h e m o s t r a d u c i d o p o r « p i e d a d » , « a m o r » y «ternura»
p r o c e d e n de verbos sustantivados. Por t a n t o , n o son palabras abstractas.
Describen acciones, m o v i m i e n t o s , d i n á m i c a s concretas.

• ¿ Q u é significa piedad? S e ñ a l a el • ¿Qué significa amor? Caben en este


m o v i m i e n t o de inclinarse hacia sustantivo los gestos y actitudes que
alguien a q u i e n damos m u c h a circulan en una relación de a m o r En
i m p o r t a n c i a . Traduce la constante el Antiguo Testamento se refiere a
predisposición a ser m a g n á n i m o , Dios y se encuentra en el ámbito de
b e n é v o l o , que se expresa la Alianza. Es amor m á s fuerte que
e x t e r n a m e n t e en f o r m a de ayuda. el pecado.

are-Tí^adre

• ¿ Q u é significa ternura? H u n d e
su raíz en u n a palabra hebrea que
se refiere al vientre m a t e r n o , y
alude al v í n c u l o p r o f u n d o que se
establece entre u n a m a d r e y el
h i j o que ha llevado en sus coro.0 trañas.
es en sus en-
entrañas. nos lleva
^ que nos I
H a b r á s descubierto que este salmo, que El salmista pide a Dios: «Crea en m í u n co-
suplica el perdón, comienza s i t u á n d o s e razón nuevo» (v. 12). Y lo hace u t i l i z a n d o
en u n espacio relacional p r o f u n d o . La m i - u n verbo hebreo (bará), que en la Biblia de-
rada del orante se posa p r i m e r o ante u n signa u n a acción exclusivamente divina.
Dios que se i n c l i n a para perdonar, u n Dios Este verbo, utilizado por ejemplo en el re-
que es a m o r m á s fuerte que el pecado, u n lato de la creación (cf Gn l , l s s ) , i m p l i c a la
Dios que nos lleva en sus e n t r a ñ a s . Son realización de algo nuevo y maravilloso de
tres matices de la misericordia que h u n - lo que Dios no se desentiende, sino que si-
den al creyente en el c o r a z ó n de Dios y, gue sustentando y a c o m p a ñ a n d o .
desde ahí, i m p l o r a el perdón. El orante comienza c o n f i r m a n d o su fe en
Desde esta perspectiva, la lectura del sal- el Dios misericordia. Desde ahí reconoce
m o cambia de t o n a l i d a d . Desde aquí el su condición pecadora y suplica que el es-
orante se declara culpable sin paliativos, píritu del Señor, que desde los orígenes
expresa su condición de pecador por na- aleteaba sobre las aguas, lo t r a n s f o r m e en
turaleza, pero sabe que está t r a t a n d o con nueva creación: que le entregue u n a acti-
u n Dios que es padre y m a d r e a la vez y t u d f i r m e y decidida (v. 12), que le haga v i -
que m u e s t r a piedad, a m o r y t e r n u r a sin vir en la esfera de lo santo (v. 13), que
límites, porque Dios es así. otorgue a su vida generosidad, no para
c u m p l i r lo m í n i m o , sino para rebasar lo
Súplica de renovación ( w . 12-19) debido (v. 14).
En estos versículos el creyente, que se re-
conoce pecador, se ve i m p o t e n t e para sa- Llegados a este punto, el salmo señala
l i r de esa situación por sí m i s m o , y pide a • t i ^ algunos/rutos de! ser humano recrea-
Dios que lo convierta en u n ser nuevo. do por este espíritu. ¿Sabrías identifi-
carlos?
lee de nuevo los versículos 12-19. Fí-
jate en los uerbos y en las expresio- Recreado con el espíritu divino, el creyen-
nes que utiliza el orante para suplicar te alcanza la alegría de saberse salvado y
a Dios la renovación y la purificación. exterioriza esta vida nueva m e d i a n t e la
alabanza (v. 17) y el t e s t i m o n i o (v. 15).
De entre todos los verbos y expresiones A d e m á s , necesita dotar a su nueva vida
que h a b r á s s e ñ a l a d o , vamos a detenernos de la d i m e n s i ó n litúrgica y ofrece u n c u l -
en dos: el verbo crear y la t r i p l e alusión al to, u n sacrificio nuevo: el c o r a z ó n que-
espíritu. brantado.
Relectura posterior ( w . 20-21) Hoy podemos leerlos como u n a l l a m a d a a
i r m á s allá de la conciencia personal del
Precisamente es este t e m a del sacrificio el pecado e i m p l i c a r n o s en la t r a n s f o r m a -
que pudo l l a m a r a los dos últimos versícu- ción de las estructuras injustas. Igual que
los, que en la época posexílica ocuparon el salmo pasa de la renovación del cora-
este l u g a r El exilio fue u n periodo sin sa- z ó n a la r e c o n s t r u c c i ó n de las m u r a l l a s de
crificios ya que no h a b í a t e m p l o , n i altar J e r u s a l é n , nosotros estamos llamados, sin
donde i n m o l a r l o s , pero de v u e l t a a Jerusa- descuidar la r e f o r m a personal, a c o m p r o -
lén los desterrados p u d i e r o n r e c o n s t r u i r meternos en levantar unas estructuras
la ciudad y reanudar el culto, así que a ñ a - m á s justas y h u m a n a s , porque ese es el
dieron estos versículos finales. deseo del Dios misericordia.

4. El Salmo 51 (50) desde el Nuevo Testamento


Leído desde el Nuevo Testamento y lle- a m o r y el perdón del Padre (cf Le 15,11-
vando en la m i r a d a la fe en Jesucristo, el 32; Rom 5,8). Sabemos que somos renova-
Salmo 51 (50) recibe u n a nueva luz y u n a dos i n t e r i o r m e n t e por la a c c i ó n del Espíri-
nueva d i m e n s i ó n . Podríamos, por ejem- t u que h a b i t a en nosotros (Rom 8,9; 2 Cor
plo, colocar el salmo en labios de Zaqueo, 5,17). Por el valor redentor de la m u e r t e
el pecador acogido y perdonado por Jesús de Cristo podemos presentarnos ante Dios
que expresa su a r r e p e n t i m i e n t o y cambio y su j u s t i c i a , y reconocer nuestras faltas y
de vida (cf Le 19,1-10). debilidades, sabiendo que nos concede de
a n t e m a n o el perdón, la s a l v a c i ó n y la paz.
San Pablo recoge esta certeza en u n pre-
¿Qué otros pasajes del Nueuo Testa- cioso h i m n o con el que podemos cerrar
mento te sugieren este salmoP ¿Por esta sesión de S t u d i u m sobre el Salmo 51
quéP (50).

Muchos son los pasajes del Nuevo Testa-


m e n t o que podemos traer, s e g ú n acen- Encuentras el himno en Rom 8,31-39.
tuemos u n aspecto u otro del salmo. En Dedica unos momentos a leerlo con
Cristo se nos ha revelado el alcance del tranquilidad.
Lectio
Habla, Señor, que yo te escucho Divina
D u r a n t e unos m o m e n t o s t o m o conciencia de que no puedo
comprender y a s i m i l a r la Palabra de Dios solo con m i s propias j
fuerzas. Elevo m i s m a n o s y m i corazón i m p l o r a n d o la ayuda
del Espíritu Santo.
• M o m e n t o s de silencio
• Disposición de apertura al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,


abre mi corazón a las invitaciones de la Palabra.
Ven, Espíritu de Dios,
ayúdame a palpitar al ritmo del corazón de Cristo
para que siga encarnándose en nuestro mundo.
Ven...

1. Leo la Palabra (lectio)


El Salmo 51 (50) es u n a oración riquísima con la que h a n rezado,
y siguen h a c i é n d o l o , miles de creyentes. A h o r a me corresponde a
m í realizar u n a lectura orante, lenta y saboreada de este texto.
Dios quiere encontrarse conmigo en sus palabras.
• Comienza p r o c l a m a n d o el Salmo 51 (50). Despacio, sin prisas.
• Mientras lees:
- Deja que el texto se i m p r i m a en t u c o r a z ó n .
- Escucha. Date cuenta de c u á l e s son las palabras que quedan repicando en t i .
- Subraya esas palabras, vuelve a leerlas, repítelas i n t e r n a m e n t e s a b o r e á n d o l a s .
> • Lee y relee hasta que algunos pasajes queden grabados en t u c o r a z ó n .
Q
O Cuando percibas que algunas palabras o frases acuden constantemente a t i , que no de-
ü j a n de repicar con insistencia, a m o d o de notas que suenan reiteradamente en t u i n t e -
lU
—I rior, comienza la M e d i t a c i ó n .
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2. La Palabra me lee (meditatio)
La Palabra escuchada está l l a m a n d o a m i c o r a z ó n , quiere decir
algo de m í , de m i s actitudes, de m i compromiso. Es el m o m e n t o
de c o n f r o n t a r m e personalmente con la Palabra.
• Me m i r o en las palabras, en las frases, que no h a n parado de re-
sonar en m i i n t e r i o r d u r a n t e la lectura del salmo. ¿ Q u é dicen de
mí?:
- Ten piedad, amor, ternura: ¿Vivo desde la certeza de u n Dios que es padre-madre?
- Y o reconozco mi culpa: ¿ Q u é hago para solucionar el d a ñ o personal y e s t r u c t u r a l que
h a n causado m i s pecados?
- Crea en mí un corazón nuevo, dame tu Espíritu; Como persona renovada por el Espíritu
Santo, ¿ c ó m o puedo establecer unas relaciones sociales m á s fraternas? ¿ C ó m o pue-
do sembrar piedad, amor, t e r n u r a , al estilo de Jesucristo?
• Mientras meditas:
- No tengas prisa. Q u é d a t e en u n a palabra, en u n a de las notas que repican en t u i n -
terior. Entra en diálogo, saborea, déjate cuestionar
- No te quedes en u n escrupuloso e x a m e n de conciencia, no te pierdas en la mera ins-
trospección. Déjate atraer por el Dios que quiere c o n f o r m a r t e a imagen de su Hijo.
- Permite que la Palabra te sugiera u n a nueva lectura del presente, de t u presente, de
la realidad social, eclesial y m u n d i a l .
Cuando empieces a percibir la grandeza del don de Dios, o cuando te sientas rebasado
por la m i s i ó n que se te confía, es el m o m e n t o de la O r a c i ó n .

3. Oro la Palabra (oratio)


El salmo me ha hecho consciente u n a vez m á s de mi/nuestro pe-
i
cado, pero t a m b i é n me ha revelado que Dios es, ante todo, b o n -
dad y misericordia. Me dirijo a él como u n h i j o ante el padre/ma-
dre que le quiere.
• Ten piedad, amor, ternura
- T ú eres u n Dios de piedad: m i vida te i m p o r t a m u c h o , no soy i n -
diferente para t i .
- Tú eres u n Dios de amor, m e acerdo a t i con toda confianza; t u amor, que t a n t o ne-
cesito, s a n a r á m i s heridas y m e abrazará de nuevo a t u c o r a z ó n .
- Tú eres u n Dios de ternura: aunque m e he alejado de t i , de la c o m u n i ó n contigo, m e
llevas en t i como u n a m a d r e lleva a su h i j o dentro.

Yo reconozco mi culpa. Recréame, dame tu Espíritu.


Ante t i . Señor, no quiero buscar excusas ni justificaciones. El pecado, personal y estructural,
es una realidad presente en mi vida. Conviérteme en criatura nueva, abre mis labios para
que pueda decir a todo el mundo lo que has hecho conmigo. Y que tu amor en mí sea
fermento para continuar implicándome, con mis hermanos, en la edificación de tu Reino.

• Mientras oras:
- Permite que t u oración sea verbal, pero t a m b i é n corporal, gestual. Deja que entre en
juego t u creatividad y que se i m p ü q u e todo t u ser
- Dirígete a Dios con t o t a l confianza. Alaba, da gracias, pide, intercede.
- Recuerda que en esta palabra que Dios p r o n u n c i a en t u vida no estás solo. Estás u n i -
do a tus h e r m a n o s y h e r m a n a s en la fe. Dios te entrega, con ellos, u n a m i s i ó n hacia
el m u n d o .
Cuando percibas que sobra toda palabra, q u é d a t e sumergido en la Palabra. D é j a t e
atraer hasta el don de la C o n t e m p l a c i ó n .

4. La Palabra me atrae (contemplatio)


• Maravíllate del Dios que se i n c l i n a sobre t i , que habla a t u
c o r a z ó n con a m o r y misericordia.
• Déjate atraer por este Dios padre-madre. Acepta ser engen-
drado de nuevo como h i j o en el seno de la T r i n i d a d .
• Festeja en t u corazón su a m o r m á s fuerte que cualquier pe-
cado, su a m o r m á s poderoso incluso que la m u e r t e .
Te doy gracias, Señor
• Agradece las huellas que la Palabra ha dejado en
t u corazón y el encuentro que has m a n t e n i d o .
• Formula u n c o m p r o m i s o de vida para el día de
hoy.
• C o n t i n ú a viviendo, j u n t o a tus h e r m a n o s y her-
m a n a s , gozoso por el d o n recibido y como p o r t a d o r
de la misericordia de Dios.

Escucharé tu Palabra
Escucharé tu Palabra, En el trance del dolor
en lo profundo de mi corazón la Palabra de la cruz me salvará.
yo la escucharé.
Guardaré tu Palabra,
En la oscuridad de la noche
para la sed de mis días
la Palabra como luz brillará.
la guardaré.
Meditaré tu Palabra, En el transcurso del tiempo
en el silencio interior la Palabra de lo eterno no pasará.
la meditaré.
Anunciaré tu Palabra,
En el desierto de las voces
caminando por este mundo
la Palabra de amor resonará.
yo la anunciaré.
Y seguiré tu Palabra, Las fronteras de tu Reino
por el sendero de la vida la Palabra, como un viento,
yo la seguiré. abrirá de par en par.
Ana María Galiano
Parábola de la casa

En el pueblo h a b í a u n a gran casa. Era an- ta, en busca de a l g ú n cobijo donde d o r m i r .


tigua y m u y bien construida. Formaba A través de u n hueco entró en la casa. Vol-
parte de la vida del pueblo y era p u n t o de vió la noche siguiente con otros m e n d i -
reunión donde todo sucedía y la gente se gos. ¡Qué bien se estaba allí!
encontraba.
La noticia de que la casa h a b í a sido i n v a -
U n día l l e g a r o n al pueblo dos sabios es- dida llegó a oídos de los dos estudiosos.
tudiosos y p i d i e r o n p e r m i s o para quedar- Uno de ellos, al anochecer, se ocultó para
se a e s t u d i a r l a . Se i n s t a l a r o n en u n r i n - ver lo que h a c í a la gente. Le gustó t a n t o
c ó n , alejados de la v i d a del pueblo, para que se incorporó al pueblo. N u n c a se ha-
que no les m o l e s t a r a el ajetreo. Incluso bía sentido t a n fehz.
a b r i e r o n u n a p u e r t a l a t e r a l por la que
E m p e z ó a e n t r a r por la p u e r t a grande. Es-
e n t r a r Por la noche d e s c r i b í a n a la gente
tudió sus libros con ojos nuevos: desde la
sus d e s c u b r i m i e n t o s y fue creciendo la
luz que viene de los libros y del pasado, y
a d m i r a c i ó n del pueblo p o r su casa y p o r
con la luz que viene de la calle y de la fe-
sus profesores.
licidad de la gente. Hablaba a la gente y
Pero con el t i e m p o , la casa del pueblo de- escuchaba a la gente. Seguía escribiendo
j ó de ser del pueblo. No era u n lugar para libros, pero no olvidaba que la casa perte-
reunirse, charlar y danzar, d e c í a n . Solo la necía al pueblo y que todo debía r e t o r n a r
gente m á s culta la frecuentaba. La gente al pueblo para a u m e n t a r su felicidad.
sencilla, en cambio, no se interesaba por
las discusiones de los doctores, n i enten-
¿Encuentras alguna similitud entre este
dían los artículos en lenguas extranjeras
relato y lo que nos h a pasado a muchos
^ que, s e g ú n parece, h a b l a b a n de esa casa.
creyentes con la Biblia?
> Así que la p u e r t a grande por la que e n t r a -
Q ba el pueblo cayó en el olvido, se llenó de
A d a p t a c i ó n de la «Parábola de la puerta»,
g maleza y de hierbas.
LU
C. MESTERS, Dios, ¿dónde estás?
^ Cierta noche, u n mendigo se acercó a los Una introducción práctica a la Biblia,
zarzales que crecían a u n lado de la puer- Verbo Divino, Estella 1996, pp. 9-17
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