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delitos tributarios
Aún no tenemos nada así…
Es posible (o necesario) acreditar la finalidad
(última) que posee la defraudación tributaria
EL DOLO (...nooo)
Posturas doctrinarias
Artículo 2° del Código Penal chileno “las acciones u omisiones que cometidas
con dolo o malicia importarían un delito, constituyen cuasidelito si sólo hay
culpa en el que las comete”.
Sergio Politoff :
“…se encuentran con frecuencia en las leyes penales expresiones como a
sabiendas u otras equivalentes (“scientemente”, “wissentlich”), cuyo alcance
suele ser bastante menos significativo del que se le atribuye. La mayor parte
de las veces se tratará de una simple tautología (repetición en la figura de la
exigencia del elemento intelectivo del dolo); alguna otra se la usa ‘para
distinguir una determinada figura delictiva dolosa del idéntico tipo
descriptivo de naturaleza culposa’. Todavía puede significar la exclusión de
una forma de culpabilidad (culpa, por ejemplo, o dolo eventual)”
DÉCIMO TERCERO: Que, por lo demás, esta exigencia de dolo específico, frente a la versión culposa,
provoca un efecto que no parece admisible de cara a una sana lógica y que deviene en la
eliminación punitiva del dolo eventual porque si el tipo doloso requiriese, en su faz subjetiva, un
dolo específico, por definición se convierte en atípico el hecho verificado con dolo eventual. Esta
exclusión no merece objeciones per se, dado que es posible suponer una voluntad legislativa en tal
sentido, pero se transforma en anómala cuando, como en la especie, media una conducta culposa
paralela, como el numeral 3° del artículo 97, desde el momento que ello implica penalizar la
negligencia y el dolo específico, pero dejar impune el dolo eventual, que se halla sicológicamente a
medio camino entre ambos (SCA Valdivia, N° 200-2007, de cuatro de marzo de dos mil ocho).
Tampoco escapa a este análisis lo estatuido en los artículos 2° y 490, inciso primero, del Código
Penal, que al fijar los elementos fundamentales de la imputación subjetiva en su sistemática,
equiparan sin mayores disquisiciones dolo y malicia. Lo propio hace el artículo 100, inciso segundo,
del Código Tributario.
Sentencia de Orpis 3er TOP (Mayoría)
“…se puede afirmar que las figuras delictivas del Código Tributario no contienen elementos
de ánimo o tendencia en sentido estricto, como el ánimo apropiatorio (o el ánimo de lucro)
en ciertos delitos contra la propiedad. Cuando la Ley en el artículo 97 del CT se refiere a
procedimientos “encaminados a ocultar o desfigurar el monto de las operaciones” (N° 4), de
“maniobras tendientes a aumentar el verdadero monto de los créditos” (N° 4), de facilitar
documentos “con el objeto de cometer o facilitar la comisión de ciertos hechos (N° 4), o bien,
del uso de ciertos medios “para defraudar” al Fisco (N° 22, N° 25) no se trata de otra cosa
que del dolo del delito, reforzando semánticamente en la figura de que se trata, para
hacerla plausible desde una perspectiva político-criminal.
Quien, por ejemplo, facilita a otro una factura falsa, con la que éste obtiene una devolución
de impuestos que no le corresponde, o bien tiene dolo respecto del delito cometido
directamente por el otro, o carece de él. Si no lo tiene no es punible pues el Código Tributario
sólo sanciona hechos dolosos. Si lo tiene, no responde cómo partícipe sino según el inciso
final del Art. 97 N° 4, que, como veremos, se superpone a toda relación de intervención
delictiva (…) es importante recordar que tal dolo no se refiere al resultado “perjuicio de la
Hacienda Pública”, pues dicho resultado no integra el tipo penal y, por lo tanto, no es punto
de referencia del dolo típico (…) un perjuicio a la Hacienda Pública, es irrelevante para
efectos de la tipicidad, siempre que el autor conozca el sentido de la regulación tributaria y
la actitud concreta de su conducta para cuestionarla”
¿Dolo de Peligro?
• Struensse / Kiss.
…Ahora bien, se podría sostener válidamente que en realidad la finalidad tenida a la vista por el agente
era solo obtener una mayor utilidad, pero como contrapartida viene la pregunta por el costo de dicho
beneficio, pues quién debe soportar la consecuencia de que producto de un ardid se obtenga una
mayor ganancia de la que me corresponde, soslayando a la vez el gravamen aparejado, no es otro
que el erario fiscal.
En efecto, las anteriores inferencias lógicas que realizó el Tribunal sirvieron además para concluir que la
acusada Natalia Compagnon tenía en su actuar una clara conciencia de la ilicitud, porque dado su
conocimiento empresarial, sus años de experiencia en el rubro y su preparación por sobre la esfera
del profano, le permitían deducir las consecuencias que se producían al consentir en incluir en la
contabilidad de su empresa gastos inexistente reflejados en facturas falsas, que llevaban finalmente
a pagar un menor impuesto con el consecuente perjuicio a la hacienda pública.
Sobre lo anterior, cabe destacar que en materia tributaria se distinguen 2 tipos de obligaciones, la
principal, que por definición corresponde a una obligación de dar y no es otra que el pago del
impuesto y las denominadas accesorias, que obedecen a obligaciones de hacer, tales como presentar
declaraciones, llevar contabilidad, iniciar actividades, etcétera . El reproche que se dirige a la acusada
Compagnon en esta causa, no dice relación directamente con una obligación principal, sino que se
identifica con una obligación accesoria, que es la de consentir en presentar declaraciones, que a la luz
del principio de buena fe vigente en el área que nos ocupa, deben ser fidedignas.