La cerveza y el vino son bebidas alcohólicas, producidas por
fermentación de azúcares con levadura. La cerveza es la bebida
alcohólica más consumida en el mundo; Es la tercera bebida más popular después del agua y el té. El vino se basa en uvas y la cerveza se basa tradicionalmente en cebada. Las uvas maduradas ya contienen los azúcares necesarios para la fermentación, mientras que la cebada contiene almidón que debe descomponerse en azúcares fermentables antes de que la levadura pueda producir alcohol. En el proceso de elaboración de la cerveza las enzimas tienen un papel importante, especialmente el almidón de la levadura que promueve algunas transformaciones durante el proceso de sacarificación. Algunas enzimas ya están presentes en la cebada, p. Ej. β-amilasas, pero la mayoría de las enzimas se producen durante la germinación, p. ej. α-amilasas y proteasas, y en la malta final están presentes todas las enzimas necesarias para la conversión de "granos" en un líquido fermentable (mosto). Las enzimas utilizadas en la elaboración de la cerveza son necesarias para la sacarificación del almidón (α-amilasas bacterianas y fúngicas), la descomposición del glucano ligado a β- 1,4 y β-1,3 de cebada (β-glucanasa) y la hidrólisis de proteínas (proteasa neutra). ) para aumentar la tasa de fermentación (tardía), particularmente en la producción de cerveza de alta densidad, donde se agrega proteína adicional (Aastrup et al., 2004). Las celulasas también se usan ocasionalmente, particularmente cuando se usa trigo como complemento, pero también para ayudar a descomponer los β-glucanos de cebada. Debido a la extrema estabilidad térmica de la α-amilasa de B. amyloliquefaciens,( provenientes de hongos y bacterias son las más utilizadas en el sector industrial por sus múltiples ventajas: fácil disponibilidad, volumen de producción, estabilidad de operación, modificación y optimización del proceso. Las α-amilasas bacterianas del género Bacillus como B. subtilis, B. stearothermophilus, B. licheniformis y B. amyloliquefaciens, han encontrado una extensa aplicación en diversos procesos industriales debido a sus amplios rangos de operación de temperatura (25-90°C), resistencia a pH extremos (1.0-11.5) y altos niveles de expresión (Pandey et al., 2000, 135; Quintero et al., 2010, 31). cuando se utiliza, el mosto debe hervirse durante un período mucho más largo (por ejemplo, 30 min) para inactivarlo antes de la fermentación. La papaína se utiliza en las últimas etapas posteriores a la fermentación de la elaboración de la cerveza para evitar la aparición de una "neblina fría" que contiene proteínas y taninos, que de otro modo se forma al enfriar la cerveza.