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Riesgo de pérdida a causa de movimientos de los tipos de interés. Hace referencia al riesgo que
asumimos en una inversión al producirse variaciones no esperadas en los tipos de interés.
Este riesgo, a su vez, se diferencia en otros dos riesgos: Riesgo de Mercado y Riesgo de
Reinversión.
Riesgo de mercado o market risk. Es el que origina las pérdidas de capital en el valor de
mercado del activo originadas por un aumento en los tipos de interés. La mayor o menor
sensibilidad del precio ante las variaciones que se puedan producir en los tipos de interés
de mercado dependerán de las características propias del activo.
Riesgo de reinversión o reinvestment risk. Se materializa cuando la reinversión del propio
activo o de sus flujos de caja debe realizarse a unos tipos inferiores a los previstos y, como
en el caso anterior, la mayor o menor incidencia de este efecto, dependerá de las
características específicas del activo.
Riesgo de pérdida debido a movimientos de los tipos de cambio. Se deriva del desconocimiento del
precio de una divisa para realizar una transacción. Concretamente, el riesgo de tipo de cambio se
plasma por movimientos en el tipo de cambio en sentido contrario al esperado.
Dentro de este esquema de fluctuaciones entre los tipos de cambio las variaciones en el valor de
una moneda en términos de otra constituyen variaciones en el tipo cambiario que afectan a la
riqueza total del agente económico que mantiene posiciones en moneda extranjera.
Estas variaciones dan lugar a un cierto factor de riesgo que se incrementa de acuerdo con la
volatilidad que hay en el precio de estas monedas.
Riesgo de Crédito es el riesgo de que los clientes no cumplan con sus obligaciones de pago, por lo
tanto, la correcta administración del mismo es esencial para mantener un portafolio de crédito de
calidad.
Los objetivos de la administración de riesgo de crédito en la SOCIEDAD son:
• Mejorar la calidad, diversificación y composición del portafolio de crédito para optimizar la relación
riesgo rendimiento.
• Proveer a la Alta Dirección información confiable y oportuna para apoyar la toma de decisiones en
materia de crédito.
• Otorgar a las Áreas de Negocio herramientas claras y suficientes para apoyar la colocación y
seguimiento de crédito.
• Apoyar la creación de valor económico para los accionistas mediante una eficiente administración
de riesgo de crédito.
• Definir y mantener actualizado el marco normativo para la administración de riesgo de crédito.
• Cumplir ante las autoridades con los requerimientos de información en materia de administración
de riesgo de crédito.
• Realizar una administración de riesgo de acuerdo a las mejores prácticas, implementando
modelos, metodologías, procedimientos y sistemas basados en los principales avances a nivel
internacional.
Las entidades financieras deben resolver diariamente la estimación de la cantidad de dinero que
deben mantener en efectivo para atender todas sus obligaciones a tiempo. Entre estas
obligaciones se pueden citar la recuperación de la cartera de sus proveedores de fondos, ya sea al
final del término de un depósito a plazo, o cuando el cliente de cuenta de ahorro o corriente los
requiera. El Riesgo de liquidez se produce cuando una entidad a corto plazo no tiene liquidez
suficiente para atender este tipo de pagos.
El riesgo de liquidez hace pues referencia a la posibilidad de que el activo pueda ser vendido
fácilmente, antes de su vencimiento, sin sufrir pérdidas importantes de capital.
Una vertiente del Riesgo Legal es el riesgo derivado de los cambios en la normativa fiscal. El
tratamiento fiscal de los rendimientos que pueda generar un activo es también una fuente de
riesgo. El riesgo impositivo se produce por la posibilidad de que desaparezcan determinadas
ventajas fiscales que gozan algunos activos.
Procesos Internos
Posibilidad de pérdidas financieras relacionadas con el diseño inapropiado de los procesos críticos,
o con políticas y procedimientos inadecuados o inexistentes que puedan tener como consecuencia
el desarrollo deficiente de las operaciones y servicios o la suspensión de los mismos.
En tal sentido, podrán considerarse entre otros, los riesgos asociados a las fallas en los modelos
utilizados, los errores en las transacciones, la evaluación inadecuada de contratos o de la
complejidad de productos, operaciones y servicios, los errores en la información contable, la
inadecuada compensación, liquidación o pago, la insuficiencia de recursos para el volumen de
operaciones, la inadecuada documentación de transacciones, así como el incumplimiento de
plazos y presupuestos planeados.
Personas
Posibilidad de pérdidas financieras asociadas con negligencia, error humano, sabotaje, fraude,
robo, paralizaciones, apropiación de información sensible, lavado de dinero, inapropiadas
relaciones interpersonales y ambiente laboral desfavorable, falta de especificaciones claras en los
términos de contratación del personal, entre otros factores. Se puede también incluir pérdidas
asociadas con insuficiencia de personal o personal con destrezas inadecuadas, entrenamiento y
capacitación inadecuada y/o prácticas débiles de contratación.
Tecnología de la Información
Posibilidad de pérdidas financieras derivadas del uso de inadecuados sistemas de información y
tecnologías relacionadas, que pueden afectar el desarrollo de las operaciones y servicios que
realiza la institución al atentar contra la confidencialidad, integridad, disponibilidad y oportunidad de
la información.
Las instituciones pueden considerar de incluir en ésta área, los riesgos derivados a fallas en la
seguridad y continuidad operativa de los sistemas TI, a errores en el desarrollo e implementación
de dichos sistemas y su compatibilidad e integración, problemas de calidad de información,
inadecuada inversión en tecnología y fallas para alinear la TI con los objetivos de negocio, entre
otros aspectos. Otros riesgos incluyen la falla o interrupción de los sistemas, la recuperación
inadecuada de desastres y/o la continuidad de los planes de negocio.
Eventos Externos
Posibilidad de pérdidas derivadas de la ocurrencia de eventos ajenos al control de la empresa que
pueden alterar el desarrollo de sus actividades, afectando a los procesos internos, personas y
tecnología de información. Entre otros factores, se podrán tomar en consideración los riesgos que
implican las contingencias legales, las fallas en los servicios públicos, la ocurrencia de desastres
naturales, atentados y actos delictivos, así como las fallas en servicios críticos provistos por
terceros. Otros riesgos asociados con eventos externos incluyen: el rápido paso de cambio en las
leyes, regulaciones o guías, así como el riesgo político o del país.
Los reguladores, las agrupaciones sectoriales, los consultores y las empresas individuales durante
años han desarrollado elaboradas guías para evaluar y gestionar los riesgos en una amplia gama
de áreas, desde precios de los commodities hasta desastres naturales. Aunque los han
considerado todos, ignoraron el riesgo de reputación, principalmente porque no están seguros de
cómo definirlo y medirlo. Ése resulta en un gran problema. Porque es tanto el valor que proviene de
los activos intangibles difíciles de medir, como el valor de marca y el capital intelectual, que las
organizaciones son especialmente vulnerables ante cualquier cosa que dañe sus reputaciones.
Más aún, las empresas con sólidas reputaciones positivas atraen a los mejores empleados y son
percibidas como las que brindan más valor en sus productos y servicios, lo que a menudo les
permite cobrar precios Premium. Sus clientes son más leales y compran gamas más amplias de
productos y servicios. El mercado cree que brindarán ganancias sostenidas y un crecimiento futuro,
por lo que tienen múltiplos de precio-ganancia y valores de mercado más altos, así como menores
costos de capital. Sin embargo, la mayoría de las empresas no gestionan adecuadamente sus
reputaciones en general y los riesgos para sus reputaciones en particular. Tienden a concentrar
sus energías en manejar las amenazas que ya han surgido para sus reputaciones. Esto no es
gestión del riesgo, es gestión de crisis: un enfoque de reacción cuyo fin es limitar el daño. Los
autores brindan un marco para gestionar proactivamente el riesgo de reputación. Ellos introducen
tres factores (la brecha entre reputación y realidad, las creencias y expectativas cambiantes y una
débil coordinación interna) que influyen en el nivel de tales riesgos para luego explorar varias
maneras de cuantificar y controlar esos factores con suficiencia. El proceso delineado en este
artículo ayudará a los ejecutivos a evaluar mejor las amenazas existentes y potenciales a las
reputaciones de sus empresas y decidir si han de aceptar un riesgo específico o evitarlo y mitigarlo.
Se define el riesgo-país como el que afecta en las deudas de un país, globalmente consideradas,
por circunstancias distintas del riesgo comercial habitual.
Comprende el riesgo soberano y el riesgo de transferencia.
Medida de las posibles eventualidades que pueden afectar al resultado de explotación de una
empresa, que hacen que no se pueda garantizar ese resultado a lo largo del tiempo.
Este tipo de riesgo puede producir grandes pérdidas en un corto espacio de tiempo, debido por
ejemplo, a la irrupción en el mercado de un producto más avanzado y barato que el de la empresa
en cuestión, provocando grandes pérdidas en la empresa.
Hace referencia a los activos que llevan incorporadas determinadas opciones y cuyo precio
depende, además del nivel de los tipos de interés, de factores que puedan influir en el valor de las
opciones incorporadas, como puede ser la volatilidad en los tipos de interés.
Son los que amenazan generar disrupción en los supuestos en el corazón de la estrategia de la
organización. Un riesgo estratégico puede tomar la forma de un evento potencial que pueda
menoscabar la implementación de una estrategia de negocios o el logro de las metas estratégicas,
puede surgir de un riesgo.
El riesgo moral corresponde a un comportamiento oportunista en donde una de las partes busca su
propio beneficio a costa de que la otra no pueda observar o estar informada de su conducta.
1.3.14. RIESGO NATURAL O CATASTRÓFICO
Un riesgo natural se puede definir como la probabilidad de que un territorio y la sociedad que
habita en él, se vean afectados por episodios naturales de rango extraordinario. En otras palabras,
la vulnerabilidad de una población o región a una amenaza o peligro natural.
Riesgo que tiene su origen en sucesos extraordinarios e improbables pero que, por su magnitud,
implican una elevada cuantía de los daños que ocasionan. Por ejemplo, son riesgos catastróficos
los fenómenos de la naturaleza tales como los terremotos y maremotos, las inundaciones, etc. ...
Los riesgos en proyectos son los eventos o condiciones inciertas que, en caso de ocurrir, tiene un
efecto positivo o negativo sobre los objetivos de un proyecto.
El riesgo se puede definir como la posibilidad de tener una pérdida económica, vinculada
normalmente con incertidumbre, Deloitte (2015) define al riesgo como “el impacto y la
probabilidad de que una amenaza (o serie de eventos/amenazas) puedan afectar de manera
adversa la consecución de los objetivos”.
Para Jorion (2009) las categorías más relevantes son el riesgo operativo, de mercado, legal,
de reputación, de liquidez y de crédito, los cuales se deben de manejar de manera integral y
a continuación se definen.
2.2.1.RIESGO OPERATIVO
Riesgo1 (VAR) una de las metodologías más usadas para cuantificar este tipo de riesgo.
2.2.3.RIESGO LEGAL
El riesgo legal se presenta “cuando una contraparte no tiene la autoridad legal o regulatoria
para realizar una transacción.” (Jorion, 2009) Es decir, la contraparte incumple en las
obligaciones pactadas y resulta una pérdida pues los compromisos no se pueden exigir por
la vía jurídica por omisión o error en la interpretación de la documentación. El riesgo legal
abarca las actividades que podrían quebrantar la regulación gubernamental, donde el buen
cumplimiento de la normativa es muy importante.
2.2.4.RIESGO DE REPUTACIÓN
2.2.5.RIESGO DE LIQUIDEZ
El riesgo de liquidez representa la pérdida que puede incurrir la entidad al llegar a un punto
donde no se tiene capacidad de transformar en efectivo un activo o cartera. Éste riesgo
puede ser asumido en dos formas según Jorion (2009); el riesgo de liquidez/mercado y el
riego de flujo de efectivo/financiamiento.
El primero hace referencia a cuando hay una baja operatividad en el mercado y una
transacción no puede ser conducida a los precios prevalecientes.
Desde el punto de vista etimológico, la palabra crédito proviene del término latín creditum
que significa “deuda” y del verbo latino credere que significa “cosa confiada”, siendo así el
factor clave del crédito la confianza en la promesa formada, como se menciona en la obra
de Brachfield (2009).
El riesgo de crédito se origina según Jorion (2009) “cuando las contrapartes están parcial o
totalmente indispuestas o incapaces de cumplir con sus obligaciones contractuales”. Su
efecto se mide por el costo de la reposición de flujos de efectivo si la otra parte incumple
con sus obligaciones de acuerdo con los términos establecidos. Es importante pues se
expone la pérdida parcial del capital y los intereses celebrados impactando en los resultados
financieros.
De Lara (2008b) menciona que es un riesgo de los más importantes, así como uno de los
más antiguos, pues siempre se ha estado en la búsqueda de medir la probabilidad de pérdida
en el futuro; en la época del renacimiento el ser humano comienza a desarrollar estudios
sobre nociones de probabilidad, iniciando con soluciones de juegos de azar.
El riesgo de crédito puede ser visto desde dos puntos de vista; según Altman y otros (2003)
el riesgo de mercado alusivo a que el tenedor de un instrumento de deuda está