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COURSERA: EGIPTOLOGIA.

ORÍGENES (Prof. Josep Cervelló)

Lección 1

Cuestiones previas. Cronología y Geografía de Egipto (parte 1) (Video 1.1a)

En esta lección, titulada ORÍGENES, vamos a estudiar el lento y gradual proceso que condujo desde las
primeras sociedades neolíticas del valle del Nilo hasta las primeras dinastías faraónicas.

Es un proceso que tuvo lugar, esencialmente, en el 4º milenio antes de Cristo (a.C.) y al que vamos a
dedicar esta primera semana del curso.

Antes de entrar en materia debemos abordar una serie de cuestiones previas, de cronología y de geografía
de Egipto.

a) Periodización de la historia de Egipto.

Periodización e ideología: “Imperios”, “Reinos” y “Períodos Intermedios”

Hay 3 etapas centrales de la historia de Egipto reciben el nombre de:

Reino Antiguo

Reino Medio

Reino Nuevo

En la nomenclatura de estas etapas hay dos tradiciones egiptológicas distintas:

- ingleses e italianos: que prefieren hablar de “Kingdom” y”Regno”, respectivamente


- franceses y alemanes: que prefieren hablar de “Empire” y “Reich”, respectivamente.

La tradición egiptológica española, que es relativamente reciente, prefiere mayoritariamente el término


“Reino”, ya que un imperio siempre es un reino y, en cambio, un reino no es necesariamente un imperio.

Y como de estas tres etapas centrales de la historia de Egipto, solo el Reino Nuevo puede considerarse
realmente un imperio, parece más lógico retener la palabra Reino que es aplicable a las tres etapas.

En este curso se va a hacer así. Por ello, en las próximas semanas vamos a hablar de:

Reino Antiguo

Reino Medio

Reino Nuevo

Estas tres etapas centrales están separadas por los llamados Períodos Intermedios. Así:

El Primer Período Intermedio separa el Reino Antiguo y el Reino Medio

El Segundo Período Intermedio separa el Reino Medio y el Reino Nuevo

El Tercer Período Intermedio se desarrolla después del Reino Nuevo.

¿Por qué unas etapas se llaman Reinos y otras etapas se llaman Períodos Intermedios, con este término
tan poco descriptivo?

Hay que tener presente que la periodización histórica, igual que la praxis histórica en general, no es algo
aséptico, algo objetivo, algo que venga dado de manera natural, sino que es una construcción histórica y,

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por lo tanto, responde a un trasfondo ideológico, tanto de la persona que elabora la periodización como
del período de la época que a esa persona le ha tocado vivir.

Así, hemos de tener en cuenta que esas etapas centrales de la historia de Egipto fueron definidas en la
segunda mitad del s XIX. En un momento en que en Europa, la forma suprema, la forma superior de
organización sociopolítica humana era el estado-nación. Un estado-nación fuertemente centralizado, con
una administración centralizada, monárquico normalmente y, eventualmente en proceso de expansión
territorial. Era la época de los imperios coloniales.

Estas características del estado-nación europeo moderno se proyectan indefectiblemente en las culturas
del pasado, consciente o inconscientemente. Entonces, aquellas etapas de estas culturas del pasado que
responden a estos patrones, a estas características, son consideradas las etapas centrales de las
evoluciones históricas de las culturas del pasado.

Por esto, a esas etapas centrales se las llama reinos o imperios.

Por tanto son etapas de fuerte centralización política. En el caso de Egipto significan una monarquía
faraónica fuerte, que controlaba todo el territorio de Egipto, desde la primera catarata hasta el
Mediterráneo, incluso, en algunas etapas, un poco más.

Son periodos de presencia de un estado fuerte y centralizado.

En cambio, los periodos intermedios son etapas en que se verifica todo lo contrario. Son etapas de
disgregación política, en las que los dinastas locales asumen el poder en sus territorios, luchan entre ellos,
muchas veces por la supremacía en una región determinada y emprenden procesos de reunificación del
país, que son los que acaban culminando, al final de cada uno de los periodos intermedios, en la nueva
etapa de centralización política y de unificación.

Por lo tanto, el término periodo intermedio en realidad se define por oposición a los reinos. Es un
término definido en negativo, algo parecido a lo que sucede con el término Edad Media en el caso de la
historia europea. La Edad Media en realidad no es nada, es una denominación que indica que se trata de
una etapa que va en medio, entre una época de esplendor pasada, la época clásica, y una época de
esplendor presente, la Europa moderna.

b) La periodización se afina: añadido de las “Épocas” previas y posteriores a los periodos


centrales.

La periodización así definida, con estos 6 periodos centrales, se va afinando con el tiempo y se añaden lo
que se conoce como épocas.

Hay una época previa al Reino Antiguo, que es la Época Tinita, y dos épocas posteriores al Tercer
Periodo Intermedio, que son la Baja Época y la Época Grecorromana.

De esta manera tenemos estructurada toda la historia dinástica de Egipto.

Se recalca lo de historia dinástica porque estos periodos, a su vez, se subdividen en lo que llamamos
dinastías.

c) Las dinastías faraónicas: Manetón, Aegyptiaka y su epítome.

Disponemos de las dinastías faraónicas siguiendo un término propuesto por primera vez por un
personaje llamado Manetón.

Manetón de Sebennitos es un sacerdote egipcio originario de la ciudad de Sebennitos, en el delta del


Nilo, que, en el siglo III aC escribió una obra titulada Aegyptiaka, en griego.

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La escribe en griego porque es un encargo de Ptolomeo II Filadelfo (el segundo de los Ptolomeos).

En efecto, después de la desmembración del imperio de Alejandro de Macedonia, sus distintos generales
se repartieron el imperio macedonio y Egipto lo tocó a Ptolomeo. Por tanto, la dinastía de los Ptolomeos
era extranjera, de origen griego. Y Ptolomeo II, que era un hombre culto, quiso conocer bien al pueblo
que tenía que gobernar y para ello pidió a Manetón que le escribiera una historia de Egipto.

Manetón escribió estos Aegyptiaka, en 3 volúmenes. Obra que, para desgracia nuestra, se ha perdido.
Pero poco después de que la redactara, se elaboró un resumen (epítome) que consiste básicamente en la
serie de las dinastías, con los nombres de los reyes, los años de reinado de cada uno y algún
acontecimiento cuando parecía oportuno registrarlo.

De este epítome1 tenemos distintas versiones que nos han llegado a través de los cronógrafos cristianos,
en concreto de Julio Africano (en el siglo II dC), Eusebio de Cesarea (en el siglo IV dC) y Jorge
Sincelo (monje bizantino del siglo VIII dC). Gracias a estos extractos, a estas versiones del epítome de la
obra de Manetón, conocemos el esqueleto (podríamos decirlo así), la esencia de la obra de los Aegyptiaka
de Manetón.

Además del epítome transmitido por los cronógrafos cristianos, disponemos de un pasaje íntegro de la
obra de Manetón, concretamente aquel que corresponde a los hiksos, en el siglo I dC. Un autor de origen
judío, pero que escribió en latín, Flavio Josefo, en su obra Contra Apionem quiso demostrar la
antigüedad de los judíos y para ello entroncó la historia judía con la historia egipcia (puesto que los
egipcios eran considerados la nación más antigua de la historia de la humanidad). Josefo consideró a los
hicsos como los judíos más antiguos. Y, en efecto, sabemos que los hicsos eran poblaciones semíticas
procedentes de la franja sirio palestinas, que se establecieron en el delta del Nilo y que acabaron
haciéndose con el poder en Egipto.

Es interesante esto porque la iniciativa de Flavio Josefo nos permite conocer íntegro un pasaje de la obra
de Manetón. Pero hay que tener en cuenta que este pasaje, en la obra de Josefo, está puesto al servicio de
una determinada causa y, por tanto, es muy posible que haya sufrido algún tipo de interpolación. De todos
modos es el único fragmento de la obra de Manetón que podemos leer de forma completa.

Esto nos permite conocer la subdivisión en dinastías que realizó Manetón.

¿Qué es una dinastía faraónica?

Es importante que no nos confunda el término. Porque cuando se habla de dinastía en términos de
historia europea, hablamos de una familia reinante.

Una dinastía faraónica no es una familia reinante, o no lo es en primera instancia. Puede serlo, por
ejemplo si se trata de una dinastía extranjera, como en el caso de los reyes etíopes o los reyes persas, que
son familias reinantes que conforman una dinastía.

Pero, en general, el último rey de una dinastía egipcia autóctona es el hermano, el padre o un pariente más
o menos lejano del primer rey de la dinastía siguiente.

Cuando hablamos de dinastía faraónica nos referimos a una secuencia convencional de reyes que ha sido
determinada en función de criterios distintos del familiar.

Por ejemplo, en función de la capital desde la que esta dinastía gobierna, o en función de un cambio en
el ritual funerario. Por ejemplo, la dinastía XII se caracteriza por haber reinado desde una capital
específica, Itytauy. Y en el paso de la dinastía III a la IV, el último rey de la dinastía III, Snofru, era el

1
Epítome: resumen o sumario de una obra extensa, que define lo fundamental o lo más importante. Los epítomes de
Manetón (Aegyptiaka) fueron de gran importancia para el conocimiento de la historia de Egipto.

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padre del primer rey de la dinastía IV, Keops (Khufu). Ese paso viene determinado muy probablemente
por el paso de la pirámide escalonada a la pirámide de caras lisas.

Por lo tanto, hay razones de carácter ritual o de carácter geopolítico que determinaron esos cambios de
dinastía.

Pero no se trata de familias reinantes sino que, muchas veces, una misma familia comporta distintas
dinastías sucesivas.

También es importante tener en cuenta que en la obra de Manetón, las dinastías se nos presentan
correlativas unas a otras, como si se hubieran sucedido unas a otras. Sabemos en realidad que en los
periodos centrales de la historia de Egipto, en los reinos, sí que se produjo esta sucesión correlativa de las
dinastías que conforman dichos periodos. Pero, en los periodos intermedios muchas veces las dinastías
no fueron sucesivas sino contemporáneas, coexistieron paralelamente en el tiempo. Esta es una
consideración muy importante, que hay que tener en cuenta a la hora de comprender la periodización de
la historia de Egipto.

Cuestiones previas. Cronología y Geografía de Egipto (parte 2) (Video 1.1b)

En relación con la división en dinastías propuesta por Manetón, nos podríamos plantear si se trató de una
iniciativa del propio Manetón o si ya venía de más antiguo.

d) Las fuentes de Manetón

Sabemos que Manetón consultó toda una serie de fuentes (que en realidad venían de lejos) que son
características de toda la historia faraónica. Por un lado suponen las listas de reyes (listas reales) y por
otro lado suponen los anales reales.

Veremos a continuación, con cierto detalle, estas fuentes previas a Manetón:

d.1 Las listas reales

1.1. La primera de estas fuentes es el Papiro de Reyes de Turín, que se puede ver en dos fragmentos:

En la foto superior, en color, se observa un fragmento del Canon de Turín.

Su estado de conservación es bastante precario, debido al hecho de que este papiro fue hallado a
principios del siglo XIX en una tumba de la necrópolis tebana. Cuando fue hallado estaba prácticamente

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intacto pero, en su traslado a Luxor, de forma poco cuidadosa, sufrió de manera irremediable y una buena
parte del papiro se perdió, convertida en polvo.

Posteriormente, los egiptólogos hicieron un trabajo muy minucioso de recuperación de los fragmentos
que se habían conservado y de recolocación de los mismos, de tal manera que en la actualidad
disponemos de una parte del texto conservado.

Observemos el tipo de escritura:

La escritura reflejada en este papiro no es pictográfica, los signos que se observan en el papiro no
representan objetos, seres o procesos de la realidad. Observando estos signos no podemos reconocer seres
de la realidad. Trazos más o menos convencionales, cursivos, ya que se trata de escritura hierática, una
escritura no pictográfica, cursiva, que se caracteriza por ser la escritura que se utilizaba sobre papiro. La
escritura de cada día, la de los documentos cotidianos, pero también la de la literatura y la de algunos
documentos importantes, como podía ser este papiro de los reyes conservado en Turín

Por lo tanto, la escritura que vemos aquí es escritura hierática.

Fijémonos en las dos reproducciones que vemos en la parte inferior de la transparencia. La de la izquierda
es otro fragmento, en hierático, del papiro original.

En cambio, el de la derecha es un dibujo del mismo fragmento de la izquierda, pero esta vez en
transcripción jeroglífica. Es decir, el texto está en escritura jeroglífica, una escritura pictográfica, en el
sentido de que los signos representan seres, objetos o procesos de la realidad. Se reconocen abejas,
pájaros, cestos, brazos que llevan cosas en la mano,… En este fragmento son reconocibles toda una serie
de elementos que existen en la realidad porque es una escritura pictográfica, escritura jeroglífica.

Muchas veces, cuando los egiptólogos tienen que trabajar un texto en hierático, lo transcriben en
jeroglífico para que resulte más cómoda su lectura y un más directo reconocimiento de los signos.

Si nos fijamos en la “parte jeroglífica” se observan una serie de líneas y en cada una de ellas hay una
abeja. Esto constituye una de las columnas de texto del papiro.

Las columnas empiezan con el signo de la abeja e, inmediatamente por delante, el signo de la caña. Es
decir, dos signos: la caña y la abeja, inician cada una de las columnas de texto.

La caña es el símbolo heráldico del Alto Egipto y la abeja es el del Bajo Egipto. Unidas
ambas sirven para escribir uno de los títulos de la titulatura faraónica: el título de Nisut
Bity, que significa, literalmente, “el que pertenece a la caña y el de la abeja”.

La titulatura faraónica estaba compuesta por 5 títulos, uno de los cuales es el de Nisut
Bity, que traduciremos por: “rey del Alto y Bajo Egipto”. Se trata de un título dual dado que implica la

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soberanía del rey sobre las dos partes míticas en las que se divide el estado egipcio: el Alto y el Bajo
Egipto.

Inmediatamente después de la caña y de la abeja se encuentra el cartucho real, un


ovoide que empieza con forma arqueada y termina también en forma de arqueada
pero con un trazo vertical, dentro del cual se escribe el nombre del rey.

Esto sin embargo, en los documentos en hierático no se escribe completo, tan solo se escribe el arco
inicial y el arco final con el trazo vertical. Por ello, en la versión jeroglífica, detrás de la caña y de la abeja
se observa el arco del cartucho inicial y el arco de cierre del cartucho con el trazo vertical. Dentro hay una
serie de signos jeroglíficos, que reproducen el nombre del rey.

Por tanto, en cada línea tenemos el título de nisut bity del rey, el nombre del rey y después, si nos
fijamos, hay una serie de cifras., que recogen los años de reinado del rey.

Si vamos a la última línea del fragmento del papiro, se observa que solo tenemos la abeja ya que la caña
se ha perdido, falta, a continuación de la abeja, el signo de apertura del cartucho (a veces ocurre que el
escriba se haya “olvidado” de escribir algún signo) pero tenemos el nombre del rey: Snofru

Fijémonos ahora en el siguiente jeroglífico:

Tenemos un signo vertical que termina en forma arqueada en la parte superior y otros dos
signos que conoceremos más adelante.

El vertical es el que sirve para escribir la palabra jesebet (hsbt) que significa: “año de
reinado” Lo observamos, por ejemplo, en la última línea a la que hemos mención anteriormente. Tras el
signo, aparecen dos arcos hacia abajo (cada uno vale 10), por tanto tenemos la cifra 20. Y cuatro

trazos verticales a continuación (cada uno vale 1), en total 4. Así nos indica esta línea que: Snofru
reinó 24 años (por lo menos; podían haber sido 25 porque el papiro está roto justamente ahí. No podía

haber sido 26 porque entonces los trazos verticales se escribían 3 arriba y 3 abajo ).

Por lo tanto, los años de reinado registrados en el papiro, cuando estaba entero, podrían haber sido 24 o
25.

En realidad, la escritura hierática y la jeroglífica son lo mismo. Los signos son los mismos y se ordenan
exactamente de la misma manera. Hay pequeñas variantes gráficas dado que la escritura hierática es
cursiva, por tanto se escribe más rápido y a veces los signos se pueden ligar. Lo único que cambia es que
algunos signos pictográficos se hacen de forma más cuidada (los jeroglíficos) y los signos cursivos se
hacen de forma más acelerada (los hieráticos).

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1.2. Pasemos ahora a otro documento fundamental: las listas reales de época ramésida.

Las dos listas reales más importantes conocidas son las listas de los templos de Abidos. En Abidos hay
dos importantes templos de la dinastía XIX: el templo construido por Seti I y el construido por Ramsés
II.

1. Gran lista real del templo de Seti I

En el templo construido por Seti I tenemos una gran lista real, que observamos en la parte inferior, con
los nombres de todos los antecesores regios del propio Seti I.

A la izquierda, observamos la representación del faraón con su hijo. El faraón es el personaje


representado en módulo mayor con la corona faraónica, y su hijo es el personaje representado en el
módulo menor, con la trenza lateral en la cabeza que lo caracteriza como príncipe real.
Se trata del rey Seti I y de su hijo Ramsés (el futuro Ramsés II) haciendo una ofrenda a sus antepasados.
Es importante tener presente que esta tabla, esta enumeración de reyes no se encuentra en un lugar
visible; se encuentra en un lugar recóndito del templo, porque esto no es un documento histórico para
dejar constancia, objetiva y visible, de los antecesores de la realeza. Es un documento de carácter ritual.
Es un documento pensado justamente para rendir pleitesía, para rendir homenaje a los ancestros de la
realeza. Todos estos reyes puestos aquí, son en realidad los ancestros del rey reinante y de sus futuros
sucesores. Por lo tanto aquí se rinde culto a los ancestros regios y no hay tras esta lista ninguna finalidad
de dejar una constancia histórica de este pasado egipcio.

Esta es una característica que se ha de tener muy en cuenta para comprender bien este tipo de
documentos y para entender que normalmente se trata de documentos que se hallan en lugares
inaccesibles, lo cual indica que no han sido hechos para ser vistos de manera habitual por el común de los
mortales.

En la siguiente imagen hay fotografías de 2 dinastías de reyes.

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Del número 15 al número 19: la III dinastía. Y del número 20 al número 25: la IV dinastía.

El número 20 es el rey Snofru, cuyo cartucho veíamos en la diapositiva anterior. Snofru, es el primer rey
de la cuarta dinastía, y padre del rey Keops,… por lo tanto el cartucho número 21 es justamente el del rey
Keops (aquí está escrito hwfw, el nombre egipcio).

2. Lista real del templo de Ramsés II

La segunda lista es la lista procedente del templo de Ramsés II, también en Abidos.

Esta lista se conserva hoy en el Museo Británico, a diferencia de la anterior que sigue “in situ” en el
templo de Seti I, en Abidos.

Fijémonos en la segunda línea de cartuchos (la que se ven completos).

El primer cartucho de la derecha está roto por la parte inferior. El segundo en cambio ya está completo.

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Los primeros cuatro cartuchos contienen un escarabajo entre los signos jeroglíficos.
Estos cartuchos corresponden a los reyes Tutmosis II, Tutmosis III, Amenhotep II y Tutmosis IV.

Es interesante señalar que entre los dos primeros, Tutmosis II y Tutmosis III reinó en la realidad
histórica la reina Hatshepsut, pero aquí no está consignada.

Si continuamos, después del cuarto cartucho tenemos el


nombre de Amenhotep III en el que ya no hay un escarabajo.

Y a continuación tenemos el cartucho del rey Horemheb,


último de la dinastía XVIII.

Entre Amenhotep III y Horemheb faltan todos los reyes de


Amarna: Amenhotep IV (Akhenaton), Smenkhkare,
Tutankhamon y Ay.

Todos estos reyes faltan en la lista.

¿Por qué falta la reina Hatshepsut y faltan los reyes de Amarna?

Porque estos reyes son vistos como heterodoxos, en relación con el arquetipo de la realeza, y por eso no
son consignados en listas reales.

Y esto nos permite comprender otra cuestión muy importante relacionada con la visión que los egipcios
tenían del rey: El rey, la figura regia, debía responder a un arquetipo.

Y si esta figura regia, por la razón que sea, en un momento determinado dejaba de responder a ese
arquetipo, esa figura regia era condenada, se procedía a la Damnatio memoriae, a la condena de la
memoria, a esa figura histórica simplemente se la olvidaba.

Por eso, en las listas reales, estos personajes considerados “heterodoxos”, desde el punto de vista del
arquetipo regio, no son consignados.

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d.2. Anales reales de la V dinastía: La Piedra de Palermo

El siguiente documento que presentamos es la llamada Piedra de Palermo.

La Piedra de Palermo, como su nombre indica, se guarda hoy en el Museo de Palermo en Sicilia. Nadie
sabe muy bien cómo llegó hasta ahí, pero es un documento de una importancia excepcional.

En realidad es un fragmento, un trozo de piedra basáltica de un documento que debió ser mucho más
grande y mucho más completo.

El documento completo se puede ver en la figura siguiente. La letra "P" corresponde a la Piedra de
Palermo.

Observamos otros fragmentos de este gran documento: por ejemplo, el fragmento marcado como K1 se
guarda hoy en el Museo de El Cairo, de ahí la "K" y tiene un tamaño casi idéntico al de la Piedra de
Palermo, aunque es un documento un poco menos conocido.

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También se pueden ver otros documentos más pequeñitos, marcados con otras siglas, algunos de los
cuales están en el Museo del Cairo y otros en Londres, en el British Museum.

El conjunto dista mucho de ser completo, tenemos solamente fragmentos de estos anales. Cuando eran
completos, se trataba de unos anales elaborados durante la V dinastía, que recogían los reinados de todos
los reyes desde la I dinastía hasta el tercer rey de la V dinastía, Neferir-ka-re Kakai que es quien,
probablemente, ordenó la confección de los anales.

Una vez más estamos ante un documento de carácter ritual. No es un documento histórico, es un
documento colocado en un templo con un objetivo ritual.

Fijémonos en esta línea de la Piedra de Palermo, es solamente una de las líneas del documento que se
guarda en Palermo.

Cada una de las líneas está dividida en tres registros.

- El registro superior contiene, simplemente, el nombre del rey y el nombre de su madre.

En este caso, es fragmentario. En realidad, se conserva justamente el fragmento que viene a la derecha de
esta línea de la derecha, por tanto, de la piedra de Palermo y conservamos el nombre del rey y el
nombre de la madre.

El rey es Den, que es el quinto de la I dinastía. Y su madre se llamaba Meretneith.

Y aquí lo que tenemos es el final del nombre de la madre con un último signo, que es un determinativo.
Este ultimo signo jeroglífico, que representa una mujer sentada, es un determinativo. Es decir, un signo
que indica el campo semántico de la palabra que precede, pero que no se lee. Solamente indica que lo
que precede es una mujer, porque es un signo de una mujer sentada. Por lo tanto, tenemos el nombre de
la madre del rey.

El resto del registro queda libre, ya que una vez que se ha terminado de escribir el nombre del rey y de su
madre, el resto del registro queda libre.

El nombre del rey se empieza a escribir en la casilla que coincide con su primer año de reinado. Porque
éstos son unos anales, es decir, que registran acontecimientos año por año.

- Los dos registros inferiores están subdivididos en casillas. Y estas casillas están marcadas por
un signo vertical con la parte superior acodada. Es el mismo signo que ya veíamos en el
Papiro de Turín, y es el que se reproduce en la parte inferior de la diapositiva. Ese es el signo
para la palabra hesebet, que quiere decir “año del reinado”. Por lo tanto, cada una de las
casillas corresponde a un año del reinado del rey en cuestión.

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Cada una de las casillas está subdividida en dos:

- En la parte superior, se consignan los acontecimientos más importantes, los


acontecimientos dignos de nota de ese año de reinado.
- En la parte inferior, se consigna la altura de la crecida del Nilo en ese año. Este dato
es muy importante, tanto por razones rituales como por razones económicas. A partir
de la altura del río se calculaba, por ejemplo, el volumen de las cosechas y, por lo
tanto, la cuantía de los impuestos. Por ello, este es un dato fundamental que se
registra a lo largo de toda la historia de Egipto.

Observemos la segunda y la tercera casilla empezando por la derecha:

En la segunda casilla, se observan una serie de signos cuyo conjunto


significan Masacrar a los Iuntiu. (Los Iuntiu son las gentes del arco y
las gentes del arco son, en general, los extranjeros, los enemigos de
Egipto).

“Masacrar a los Iuntiu” es algo que el faraón debe hacer, porque forma
parte de sus deberes arquetípicos, de sus deberes como figura mítica.

En la casilla siguiente, la tercera, se nos habla de un ceremonial. La


ceremonia de la aparición del rey del Alto Egipto, de la ceremonia de
la aparición del rey del Bajo Egipto y del Festival de Sed.

El Festival de Sed es un gran ceremonial regio que el rey celebraba llegada su treinta año de reinado.
Porque los egipcios pensaban que, en ese momento, las fuerzas del rey estaban debilitadas y por lo tanto
debían regenerarse, para bien, no solo del rey, sino en general de toda la sociedad humana y de toda la
naturaleza. El Festival de Sed es un gran festival de rejuvenecimiento del rey y de renacimiento del
mundo, que se celebraba en el año 30 del reinado del faraón. (Si un faraón no llegaba a 30 años de
reinado, no se celebraba el Festival de Sed).

La concepción egipcia del pasado bascula entre dos polos:

- lo arquetípico, aquello que debe ser hecho por que forma parte de la esencia mítica de la
realeza, y
- lo histórico, es decir, la realidad de los hechos.

El historiador, el egiptólogo, debe moverse con mucha precaución y con mucha habilidad entre estos dos
polos para, a partir de lo que nos dicen los textos egipcios, y a partir de toda la documentación histórica
y arqueológica a disposición, llegar a conclusiones sobre la realidad de los hechos históricos.

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Orígenes de las listas y de los anales reales

Es muy interesante constatar que esta concepción egipcia del pasado se fragua a principios de la I
dinastía. Es sorprendente hasta qué punto hay una cesura entre el predinástico y el dinástico en relación
con la fijación por escrito de las concepciones del pasado.

Los documentos que se muestran en la anterior figura son de la I dinastía.

El documento de la derecha, en la parte superior, es el


documento original (figura adjunta) Es una impronta de un sello
cilíndrico, que tiene los signos grabados en hueco en su
superficie y se pasaba sobre la cerámica húmeda de manera que
los grabados quedasen inscritos en ella. Estos fragmentos de
cerámica servían para tapar y sellar recipientes, vasijas de
cerámica…

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La figura anterior reproduce este sello. Presenta una serie de columnas. Algunas de ellas empiezan con un
halcón, que en realidad es otro de los títulos de la realeza faraónica (antes hemos visto el titulo de Nisut-
Bity, “rey del Alto y Bajo Egipto”), el titulo de Horus, que identifica al faraón con el dios Horus, que es
un dios cósmico que representa la totalidad del Universo; el faraón se identifica con él porque de alguna
manera es responsable de la armonía del Universo.

Así pues, observamos al dios Horus encabezando algunas de las columnas e inmediatamente después,
tenemos el nombre de Horus del rey.

Así.

- En la segunda columna, por debajo del halcón, el nombre del rey Narmer.
- En la cuarta columna, agarrado de las garras del halcón, se observan los signos jeroglíficos que
conforman el nombre del rey Aha.
- En la sexta columna, tenemos el nombre del rey Djer.
- En la séptima, el nombre del rey Djet, que se escribe con una serpiente.
- Y en la octava, el nombre del rey Den.

Estos son los primeros cinco reyes de la I dinastía y esta es la lista real más antigua que conocemos.

Conocemos otras listas reales (que también empiezan con Narmer, primer rey de la I dinastía) pero no
conocemos absolutamente ninguna lista que enumere reyes predinásticos, inmediatamente anteriores,
que los hubo. Ni que enumere, por ejemplo, los últimos reyes del predinástico y los primeros reyes de la
primera dinastía.

Las listas que poseemos empiezan indefectiblemente, con el primer rey de la I dinastía, que es Narmer.

Esto es muy interesante, porque nos indica que esta tradición, esta concepción del pasado de los egipcios
empezó justamente desde el principio de la I dinastía. Fue algo intencionado, una invención intencionada
de la corte egipcia de muy comienzos del dinástico.

La imagen anterior muestra una etiqueta, encabezada por la derecha por el signo que ya hemos visto
varias veces: un signo vertical, arqueado en la parte superior. Es el signo hesebet. (“año”).

Esta es una etiqueta analística. Los jeroglíficos que hay inmediatamente a la izquierda del signo
hesebet nos dan cuenta de los principales acontecimientos del año de reinado en cuestión.

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En la parte central de la etiqueta, otra vez un halcón perchado encima de un signo rectangular, y dentro
de él está el nombre del rey. Se trata del rey Den, quinto rey de la I dinastía. Esta etiqueta nos señala los
acontecimientos principales de uno de los años del reinado del rey Den.

Este tipo de documentación es la que los analistas de la V dinastía tenían a mano en el momento en que
elaboraron los anales de los cuales la Piedra de Palermo forma parte.

Por tanto, uno de los acontecimientos del reinado del rey Den consignados en la Piedra de Palermo, lo
tenemos justamente reproducido aquí. Este acontecimiento es el del Festival de Sed.

La representación que se observa inmediatamente por debajo del arco del signo hesebet, es la de un rey
sentado en el trono, con la corona y el flagelo y también el rey corriendo entre tres marcas en forma de
media luna (esta es una representación de dos de las ceremonias más importantes que se celebraban en el
contexto del Festival de Sed).

Periodización de la historia de Egipto

Ahora ya estamos en condiciones de definir la periodización de la historia de Egipto.

Lo vamos a hacer por milenios, porque de esta manera os resultará más fácil retenerla.

- En el V y IV milenios aC:

Tuvo lugar la Neolitización del valle del Nilo y se desarrolla lo que llamamos el Predinástico
(cultura de Nagada)

- En el III milenio aC:

- Entre el predinástico y el comienzo de la época histórica, tenemos un acontecimiento


fundamental (o una serie de acontecimientos), la Unificación. Para escoger una fecha puntual
y redondeada : año 3100 aC

En ese año 3100 aC tiene lugar, o culmina, la Unificación de las Dos Tierras. Y empieza,
por tanto, el dinástico: la primera dinastía.

- La época Tinita, que va desde el año 3100 a 2700 aC, está conformada por las dinastías I y II.
Observamos el nombre: “época previa a un rey”.
- A continuación, el Reino Antiguo que va desde el 2700 a 2200 aC, es decir, pleno milenio III
aC. Está conformado por las dinastías III a VI.
- Luego tiene lugar el Primer Periodo Intermedio, con el que termina el III milenio, y va desde
el 2200 a 2050 aC. Está conformado por las dinastías VII a principios de la XI y hay que
tener en cuenta que estas dinastías, en gran medida, son paralelas. Es decir, son
contemporáneas. Por tanto, no es que haya un gran lapso de tiempo, sino que los dinastas de
esta época se superponen en gran medida.

- En el II milenio aC:

- Empieza el Reino Medio desde el 2050 hasta el 1720 aC, y abarca la segunda mitad de la
dinastía XI hasta la dinastía XIII.
- Luego surge el Segundo Periodo Intermedio, la famosa época de los hicsos, entre 1720 y 1550
aC, y abarca las dinastías XIII a XVII.
- Y, finalmente, el Reino Nuevo, desde 1550 a 1080 aC. Dinastías XVIII a XX.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 16

- En el I milenio aC

- El Tercer Periodo Intermedio, que va desde el 1080 al 664 aC , que abarca las dinastías XXI
a XXV.
- La Baja Época, desde el 664 a 332 aC., (fijémonos en la palabra época, porque ya estamos al
final de las seis etapas centrales de la Periodización). De la dinastía XXVI a la XXX.
- La Segunda Dominación Persa que para Manetón constituye la dinastía XXXI pero que
nosotros preferimos denominar II Dominación Persa.
- Conquista de Egipto por Alejandro, que tiene lugar en el año 332 aC.
- Y a partir de aquí, la época Grecorromana desde el 332 aC hasta el 395 dC, que es el momento
en que el Imperio Romano se divide definitivamente entre Imperio Romano de Oriente e
Imperio Romano de Occidente. Por tanto, Egipto queda dentro del ámbito del Imperio
Bizantino.

Cuestiones previas. Cronología y Geografía de Egipto (parte 3) (Video 1.1c)

El contexto geográfico. El Nilo.

Veremos brevemente unos aspectos de geografía de Egipto.

En estas fotografías, tomadas por satélite, se observa hasta qué punto Egipto, como escribe Heródoto, es
un don del Nilo. Heródoto se refería, esencialmente, al Delta, a toda la parte bajo-egipcia de Egipto; pero
la aseveración es válida para todo el país; porque si el Nilo no hubiera existido, en la actualidad esta parte

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 17

de la Tierra sería un desierto absolutamente árido; y si no lo es, si existe esta línea de tierra fértil y este
amplio delta que se abre al Mediterráneo, es justamente por la existencia del río.

El Nilo es el río más largo del mundo, un río que corre desde los lagos del África Central, y desde las
altas montañas de Etiopía, hacia el Mediterráneo, a lo largo de 6.000 kilómetros.

Las fuentes del Nilo son dos:

- por un lado, el Nilo Blanco, que nace de los lagos del África Central; y
- por otro lado, el Nilo Azul, que nace de las montañas de Etiopía.

Estas dos ramas del Nilo se unen en lo que hoy es Jartum, la capital del Sudán (del Sudán del Norte,
puesto que el Sudán se ha dividido en dos recientemente).

Después de la unión del Nilo Blanco y el Nilo Azul en Jartum, se llega a la primera de las seis cataratas
que jalonan el curso del río.

Una catarata es un rápido, no es un salto de agua como las cataratas del Niágara. En el caso del Nilo se
trata de rápidos debidos a un ligero desnivel y sobre todo a las rocas que generan una corriente que
muchas veces hace ese tramo del río imposible de navegar.

- La sexta catarata (6) está un poco al norte de la unión entre el Nilo


Blanco y el Nilo Azul.
- A continuación, el Nilo recibe su principal afluente, el río Atbara e
inmediatamente después se llega a la quinta catarata (5) y a partir de
aquí empieza el gran meandro que el Nilo hace de este a oeste.
- Y en medio de este gran meandro, la cuarta catarata (4) a la altura de la
ciudad de Nápata.
- Después, la tercera catarata (3), a la altura más o menos de Kerma.
- Continuando hacia el norte, la segunda catarata (2), a la altura de Abu
Simbel, aproximadamente.
- Después el Nilo se ensancha, porque ahí tenemos el lago Nasser a la
altura de la primera catarata (1). En los años sesenta del s XX se
construyó la Gran Presa de Asuán, que motivó la creación de un gran
lago artificial, que es el lago Nasser, justamente esta expansión del río
que se observa “groso modo” en la fotografía entre la primera y la
segunda catarata.

A continuación el río ya baja sin más afluentes, sin más cataratas, hasta desembocar en el Mediterráneo.

En la antigüedad, el delta poseía muchos más brazos que en la actualidad. Hoy día, el delta del Nilo solo
consta de dos brazos:

- el que desemboca al Mediterráneo por Rosetta y


- el que desemboca al Mediterráneo
por Damieta.

En las imágenes adjuntas, en la primera


catarata del río, zona de Asuán, se observan las
rocas que motivan justamente esta catarata.

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También se muestra un relieve que se encuentra actualmente en


el templo de Filae y que reproduce la cueva desde dentro de la
cual el dios del Nilo vierte el agua de la inundación. Dentro de la
cueva, una figura sedente con un tocado en forma de papiros
sostiene un recipiente en su mano y vierte agua. Este es el dios
Hapy, el dios del Nilo, que está justamente en el acto de verter el
agua de la crecida (los egipcios creían que la crecida surgía de las
rocas de la zona, justamente de la primera catarata, donde se halla
la isla de Elefantina, llamada así en transcripción griega).

En egipcio el nombre es Abu, que también significa "elefante",


porque estas rocas de granito redondeadas por efecto de la
erosión del río asemejan a espaldas de elefantes.

En el mapa adjunto se muestra el territorio central de Egipto desde Asuán, desde Elefantina, desde la
primera catarata por el sur, hasta el
Mediterráneo.

Importante: el Alto Egipto va desde


Elefantina hasta el vértice del delta.

A veces se habla del Egipto Medio, que


sería la parte superior de este tramo, pero en
realidad a efectos de cultura egipcia antigua,
no existe el Egipto Medio.

El Bajo Egipto, va desde el vértice del


delta hasta el Mediterráneo.

El Bajo Egipto es el territorio que queda


arriba del mapa, y el Alto Egipto es el que
queda abajo, por razones obvias, porque lo
que cuenta es la altitud. Si el río baja desde
el sur hacia el Mediterráneo, obviamente es
más alta la parte sur que la parte norte.

Por lo tanto, el Alto Egipto es el sur y el Bajo


Egipto es el Norte.

Y la división entre el Alto Egipto y el Bajo


Egipto es el vértice del delta.

Un poquito al sur del vértice del delta encontramos la ciudad de Menfis.

Menfis fue fundada en este punto por los primeros reyes de la primera dinastía, que se establecieron
justamente aquí, muy probablemente por razones de carácter simbólico o ritual. Era este justamente el
punto medio entre las dos regiones en que el nuevo estado dual, que se forja justamente en este momento,
queda dividido el Alto Egipto y el Bajo Egipto.

Estas dos porciones rápidamente tendrán símbolos heráldicos de una parte y de otra. Uno de los títulos de
la realeza justamente se basa en esta dicotomía simbólica entre el Alto y el Bajo Egipto.

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Es importante dejar claro lo siguiente: La idea de un estado dual, de un estado dividido en Alto y Bajo
Egipto no es una idea que venga dada por la realidad geográfica sino por la proyección en el territorio de
una estructura de tipo mítico.

Para los egipcios todo aquello que es perfecto, lo es por la combinación de dos polos opuestos
complementarios.

En el momento en que los reyes de la primera dinastía se plantean cómo conceptualizar un estado que
sienten como perfecto, como acabado, echan mano justamente de este motivo mítico, lo proyectan en el
territorio y crean el estado dual.

En realidad, el estado dual, significa simplemente, un estado perfecto, un estado que representa y
reproduce el orden del cosmos. Esto es lo que significa la monarquía dual.

En este mapa se muestra una ampliación de lo que es el área del Alto Egipto, desde la primera catarata
hasta lo que hoy llamamos Egipto Medio, hasta la zona de Hermópolis.

De aquí van a surgir las culturas que, sin solución de continuidad, sin ruptura, van a llevar la formación
de la civilización faraónica. Por tanto esta zona de la geografía de Egipto es importante.

Esta zona se caracteriza porque el río hace un meandro que se desplaza hacia el este y luego vuelve hacia
el oeste. Inmediatamente al sur de este meandro tenemos la ciudad de Hieracómpolis.

En la parte central de este meandro está la ciudad de Nagada y en la parte norte de este meandro está la
ciudad de Abidos.

Estos son los tres centros que de alguna manera suponen el principio del proceso que conduce a la
formación de la monarquía faraónica y el estado dual egipcio.

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Nomos del Alto Egipto, o división por provincias, ya en época


histórica, del territorio del Alto Egipto; desde un poco al sur del vértice del delta hasta el sur de Alto
Egipto.

En el mapa de la izquierda falta la parte más meridional del Alto Egipto, que sí tenemos en el mapa de la
derecha. En el mapa de la derecha se observa que los dos nomos meridionales son el número uno, que es
el nomo nubio, el nomo de Elefantina y el nomo número dos que es el nomo de Edfu.

Después, el número tres que es el nomo de Esna. Y a partir de ahí todos los nomos que están numerados,
desde el sur hacia el norte.

El número de nomos varía a lo largo de la historia de Egipto. Pero el número estándar es de:

- veintidós nomos para el Alto Egipto, y


- veinte nomos para el Bajo Egipto.

El mapa de la derecha no recoge el Alto Egipto completo sino solo la parte meridional, hasta el nomo 8

Aquí tenemos un mapa del delta, es decir


del Bajo Egipto:

Un poquito al sur de vértice del delta está la


ciudad de Menfis, que es de alguna forma,
el punto medio entre el Alto Egipto y el
Bajo Egipto.

Y después todo lo que es el delta con sus


distintas ramas (en la actualidad sólo quedan
2)

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En el delta, algunas de las ciudades más importantes son:

- en la parte occidental, por supuesto Alejandría, que sin embargo es una ciudad tardía, fundada por
Alejandro, y por lo tanto, no existe en época faraónica.
- en el centro del delta se encuentran ciudades como Sais, como Busiris, como Sebennitos, (de donde
es originario Manetón).
- en la parte oriental del delta ciudades tan importantes como Tanis o como Avaris, la capital de los
hicsos.

Es importante recordar la localización de estas ciudades porque constantemente se mencionarán a lo


largo del curso.

En la zona de Menfis hay una serie de localidades muy importantes: Giza, Abusir, Saqqara, Dashur.
Son todas las localidades donde se levantan las pirámides del Reino Antiguo. Es la Necrópolis menfita,
que consiste básicamente en las grandes sepulturas piramidales de los reyes del Reino Antiguo y del
Reino Medio.

En este otro mapa se pueden ver los nomos del Bajo Egipto. El número estándar es de 20 nomos.

El nomo número uno es el nomo de Menfis, que forma parte del Bajo Egipto.

En el mapa se observa la densidad de población en un momento concreto de la historia de Egipto como es


el Reino Nuevo.

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La neolitización del valle del Nilo y el periodo predinástico. (Video 1.2)

En este segundo vídeo de la lección uno vamos a conocer algunos aspectos de la neolitización del valle
del Nilo y a introducirnos en el periodo predinástico egipcio

Cambios climáticos: del Pleistoceno al Holoceno (10.000 aC)

El Sahara: de la hiperaridez del Pleistoceno final a la humedad del Holoceno inicial

De entrada nos situamos cronológicamente en el paso del Pleistoceno al Holoceno, hacia el 10.000 aC.

En el Pleistoceno terminal, lo que hoy es el desierto del Sahara conoció un periodo de extrema aridez
fría correspondiendo a la última glaciación en Europa. Las condiciones climáticas de este momento
hicieron imposible cualquier forma de vida humana o animal.

La situación fue algo distinta en el valle del Nilo, donde las poblaciones humanas continuaron viviendo.

A causa de la extrema aridez de los desiertos circundantes, estas poblaciones se vieron en la necesidad de
explotar de manera masiva los recursos del propio río, del Nilo, y de esta manera se produjo, por primera
vez, una fuerte interacción entre las poblaciones humanas y el río, de forma que este periodo es
conocido con el nombre de Adaptación Nilótica.

Algunas poblaciones de la adaptación nilótica explotaron así mismo los cereales silvestres, como sabemos
por la presencia en los yacimientos de equipos líticos de moler, de muelas de piedra, etc., que sirvieron
justamente para moler estos cereales silvestres.

No estamos todavía ante sociedades agrarias, pero esto indica que las cosas empiezan a cambiar en la
prehistoria terminal del valle del Nilo.

La situación climática cambia completamente en el paso del Pleistoceno al Holoceno.

El Holoceno, que es el periodo climático actual, supone el fin de las glaciaciones en Europa y el final
también de este periodo de extrema aridez en lo que hoy es el desierto del Sahara.

Sobre todo en la primera mitad del Holoceno, aproximadamente del 10.000 al 4.000 aC, las condiciones
climáticas son tales que las poblaciones humanas y animales pueden volver a poblar lo que hoy es el
desierto.

En efecto, las temperaturas suben, las lluvias se hacen abundantes, y la humedad es tal que, por ejemplo,
el lago Chad tiene una superficie veinticinco veces mayor que la actual. O se forman verdaderos cursos
de agua permanentes, verdaderos ríos, como estos que veis en estas fotografías, convertidos en la
actualidad en ríos secos o wadis, a causa de la desertización.

A partir del 4.000 aC, empieza el lento e inexorable proceso de desertización que conduce a la situación
actual del Sahara.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 23

En este mapa podéis ver los principales yacimientos prehistóricos del África sahariano- nilótica.

En la actualidad, nuestros conocimientos de la prehistoria terminal de África han aumentado muy


considerablemente gracias a las misiones y a las numerosas excavaciones arqueológicas que se han
realizado en las últimas décadas.

En este sentido el valle del Nilo es entendido, actualmente, como parte integrante de este complejo
cultural sahariano- nilótico de la prehistoria reciente.

Poblamiento humano y animal del Sahara en el Holoceno


El arte rupestre: gran fauna salvaje (del 8000 aC en adelante) y fauna doméstica (bóvidos y
ovicápridos, del 6000 aC, en adelante)

Las nuevas condiciones climáticas benignas del Sahara a principios del Holoceno, permiten el aumento
de la vegetación y hacen posible la vida de las comunidades humanas y de la fauna.

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Las poblaciones humanas se instalan principalmente, en los altiplanos y en las montañas y pronto, a
partir del 8.000 aC, empiezan a practicar el arte rupestre, que se convierte en un auténtico espejo de la
realidad ambiental y cultural de estas regiones en este momento.

En los primeros milenos se representan principalmente, grandes animales salvajes. Pero a partir del 6.000
aC, aproximadamente, empiezan a representarse también bóvidos y ovicápridos domésticos,
coincidiendo con el proceso de neolitización de estas regiones.

En el mapa de la derecha se puede ver la distribución del arte rupestre del norte de África: En verde, las
zonas con grabados, y en amarillo las zonas en las que además hay también pinturas.

Como se puede apreciar, la provincia más oriental de este arte rupestre se halla en el valle del Nilo,
concretamente en el sur del Alto Egipto y en el norte de Nubia.

Entre los animales salvajes representados tenemos por ejemplo: el cocodrilo, jirafas y elefantes; animales
todos que necesitan de abundante vegetación y de abundante agua para vivir. De manera que estos
grabados se convierten en un testimonio indirecto de las condiciones ambientales del momento.

A partir del 6.000 aC, empiezan a representarse también animales domésticos, como este ovino,
probablemente atrapado en una trampa, y este bóvido doméstico.

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La “Neolitización”

El advenimiento de la economía de producción en el Próximo Oriente y en el Sahara: inexistencia


de un modelo único y necesario

Neolitización significa el paso de una economía de subsistencia, donde las comunidades humanas son
cazadoras-recolectoras, a una economía de producción de alimentos.
Cerámica, domesticación animal, domesticación vegetal.
Las comunidades humanas dejan de ser cazadoras-recolectoras y pasan a ser productoras de alimentos.

El neolítico pleno se define por la práctica de la agricultura, especialmente de cereales y de hortalizas, y


de la ganadería, sobre todo de bóvidos y de ovicápridos, ovejas y cabras. Pero también de cerdos y de
perros como animales de ayuda y de compañía. Y, desde el punto de vista de la cultura material, por la
presencia de la cerámica, sobre todo, y también de la cestería y del tejido (aunque estos dos últimos son
más difíciles de documentar porque raramente se conservan).

Hasta hace unas décadas el proceso de neolitización mejor conocido era el del Próximo Oriente Asiático,
es decir, el de la región comprendida entre la franja sirio palestina, el norte de Mesopotamia y los Montes
Zagros.

En esta región la neolitización empieza en el IX milenio aC, y supone:

- primero la aparición de la agricultura,


- después de la ganadería
- y finalmente de la cerámica, en el VI milenio aC.

El Próximo Oriente fue considerado como el foco primario de neolitización y sus ritmos de neolitización
fueron considerados prácticamente como universales.

Sin embargo, los estudios conducidos en las últimas décadas en los yacimientos del norte de África han
revelado un proceso de neolitización igual de antiguo que el del Próximo Oriente, pero con ritmos
completamente distintos.

Sahara: la cerámica utilitaria más antigua del mundo

Marcadores neolíticos

Aquí el primer marcador neolítico en aparecer fue la cerámica, a fines del IX mileno aC.

Se trata de una cerámica sin agricultura y por tanto su función fue, sin duda, la de almacenamiento de
productos de la recolección; tanto si se trata de frutos, como de cereales silvestres.

En un segundo momento, en el VI milenio aC, tuvo lugar la domesticación del buey y, un milenio más
tarde, la introducción de las ovejas y las cabras.

Mientras que sabemos que el buey fue domesticado autóctonamente, porque se conoce el ancestro salvaje
del buey doméstico en el norte de África, las ovejas y las cabras tuvieron que proceder del Próximo
Oriente por un proceso todavía no esclarecido, porque sus ancestros salvajes se conocen para esta última
región pero no para el norte de África.

La agricultura está mal documentada en los yacimientos del Sahara y debió ser un recurso secundario.

En el Sahara se documenta la cerámica utilitaria más antigua del mundo.

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Yacimientos con cerámica del VIII milenio aC.

En este mapa se recogen los principales yacimientos del VIII milenio a.C. en los que se documenta
cerámica. Los más
importantes son los de la
zona del Aïr, especialmente
el yacimiento de Tagalagal
(2) y los del área del Acacus,
especialmente los
yacimientos de Ti en Torha
(7-8).
También es muy importante,
el yacimiento de Nabta
Playa (10) situado a solo cien
km al oeste de Abu Simbel
en el valle del Nilo.

El valle del Nilo: neolitización tardía

Veamos ahora lo que sucede específicamente en el valle del Nilo.

A diferencia del Sahara y del Próximo Oriente, donde la neolitización es muy temprana (empieza en el IX
milenio aC.), en el valle del Nilo la neolitización es más bien tardía y no se da hasta el VI milenio aC.
Esto es debido, muy probablemente, a que en el valle del Nilo, el medio fue suficientemente abundante
como para permitir a las comunidades humanas seguir viviendo de la caza, la pesca, la recolección, y en
definitiva la explotación de los recursos fluviales. Esto hacía innecesaria la economía de producción.

A fines del VI milenio, de todos modos, el neolítico llegó también a Egipto, y lo hizo por estímulos
internos (autóctonos) y también por estímulos exteriores. Algunas de las plantas y de los animales
domésticos de los egipcios neolíticos, por ejemplo, procedían del Próximo Oriente, como las ovejas, las
cabras o el trigo.

Así mismo, algunas tradiciones de talla lítica y de fabricación y de decoración de la cerámica procedían
más bien del desierto del Sahara.

En Egipto se distinguen dos grandes áreas de civilización neolítica:

- el área A corresponde al norte del país, al delta occidental con el yacimiento de Merimda
Beni Salama y al oasis de El Fayum. Es algo más temprana puesto que se fecha desde fines
del VI milenio antes de Cristo.
- el área B, en cambio, corresponde al sur del país, al Alto Egipto, y es algo más reciente
puesto que se fecha desde mediados del V milenio antes de Cristo.

Estas dos áreas son profundamente distintas entre sí.

Para empezar, los yacimientos del área A no constituyen en este momento una cultura unitaria sino que
son yacimientos independientes y presentan profundas diferencias culturales entre ellos.

En cambio, los yacimientos del área B presentan una cultura material muy homogénea, de manera que
constituyen una civilización unitaria. De ahí que se hable de la cultura badariense del Alto Egipto.

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Los yacimientos badarienses son ya neolíticos; es decir, conocen el trabajo del metal por percusión, en
concreto, del cobre, cosa que no sucede con los yacimientos del norte.

También la cultura funeraria es completamente distinta en las dos regiones:

- En el Alto Egipto, los enterramientos tienen lugar en necrópolis bien separadas de las zonas de
hábitat, y ubicadas en el desierto. Los cuerpos se entierran en fosas circulares, colocados en
posición fetal, con la cabeza hacia el sur, mirando hacia occidente (el sur es la región de donde
proceden las aguas fecundantes, fertilizadoras y por tanto revitalizadoras de la crecida del Nilo, y
occidente es el reino de los muertos)

Estamos pues, probablemente, ante la primera documentación de creencias que después serán
características del Egipto histórico. Fue precisamente en el Alto Egipto donde tuvo lugar el
proceso gradual que condujo de las comunidades neolíticas al Estado Egipcio histórico.

- En el Bajo Egipto, al norte del país, no se observa nada de esto. Allí las costumbres funerarias
son muy diversas.

El Alto Egipto: de la cultura badariense a la cultura de Nagada del IV milenio.

La cultura badariense dio paso a la cultura de Nagada, que se extiende a lo largo del IV milenio aC , y
que recibe su nombre a partir del yacimiento de Nagada, situado en el corazón mismo del sur del Alto
Egipto.

Es precisamente a lo largo del IV milenio que la documentación arqueológica, es decir las tumbas, los
ajuares y la iconografía, nos da cuenta del proceso continuado de jerarquización social y de
especialización del trabajo que acabó conduciendo a la formación de los primeros estados tempranos del
valle del Nilo.

Un breve apunte de cronología.

- La cultura badariense se extiende del 4.500 al 3.900 aC aproximadamente.


- La cultura de Nagada se extiende del 3.900 al 3.100 aC aproximadamente, abarcando la
casi totalidad del IV milenio, y se subdivide, a su vez, en distintas etapas:
 Nagada I : 3900 al 3750 aC
 Nagada II : 3750 al 3300 aC
 Nagada III : 3300 al 3100 aC
- Finalmente en el 3.100 aC aproximadamente, tuvo lugar la unificación de las dos tierras,
hecho que supuso la constitución del Estado egipcio histórico.

En estos tres mapas se muestra la


distribución geográfica de los yacimientos
de la cultura badariense a la izquierda, y de
las primeras dos fases de la cultura de
Nagada en el centro y a la derecha.

Los yacimientos badarienses se encuentran


concentrados en un tramo relativamente
pequeño del valle del Nilo, en el centro del
Alto Egipto.

En cambio, durante Nagada I, además de


en esta zona nuclear original, los

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 28

yacimientos se ubican en el área inmediatamente adyacente por el sur, hasta Hieracómpolis, de manera
que la cultura de Nagada I se extiende por la mayor parte del sur del Alto Egipto.

Durante Nagada II, la cultura alto egipcia se irradia hasta el norte del propio Alto Egipto e incluso hasta el
delta, de manera que a finales de Nagada II, todo el valle del Nilo presenta una cultura material
relativamente homogénea originaria del Alto Egipto.

Algunos objetos característicos de estas culturas predinásticas del Alto Egipto.

- La cultura badariense (4500-3900 aC)

El fósil director, es decir, el objeto distintivo de la cultura badariense, es la cerámica roja de bordes e
interior negro y sin decoración figurativa.

Enterramiento característico en fosa


de la época badariense.

El individuo inhumado en esta


tumba no ha sido objeto de
embalsamamiento sino que se trata
de una momificación natural a
causa de la sequedad de la arena
misma del desierto.

- La cultura de Nagada I (3900-3750 aC)

En esta imagen podemos ver algunos objetos característicos de las tumbas de las élites de Nagada I.

Su fósil director es esta cerámica roja con decoración figurativa en blanco

A partir de este momento la cerámica pasa a estar decorada con motivos humanos, animales, vegetales,
geométricos, inspirados, la mayor parte de las veces, en el medio fluvial y de las tierras inmediatamente
adyacentes.

En la fotografía inferior izquierda se puede ver una cabeza de maza discoidal. Se trata de un arma,
también depositada como ofrenda funeraria en las tumbas.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 29

En la fotografía de la derecha se observa, en cambio, una paleta de grauvaca para mezclas cosméticas,
con forma de antílope.

Este tipo de objetos, en un principio, como en este caso, tienen un uso utilitario, pero finalmente acaban
convirtiéndose en objetos votivos.

Y finalmente en la fotografía de la derecha podéis ver lo que en la literatura egiptológica se suele llamar
un barbado. Este tipo de estatuillas que proceden de las tumbas de las élites, son particularmente
significativas si tenemos en cuenta que la barba en tiempos históricos será una prerrogativa del rey y de
los dioses, es decir, un símbolo de poder.

- La cultura de Nagada II (3750-3300 aC)

En este conjunto de imágenes podemos ver objetos característicos de la época de Nagada II.

El fósil director de Nagada II es la cerámica beige con decoraciones en marrón o rojo oscuro, también
con distintos tipos de motivos inspirados normalmente en el medio nilótico, entre los que destacan estas
barcas de múltiples remos que han sido asociadas al simbolismo funerario.

En la fotografía de la izquierda podéis ver dos cabezas de maza, la de la izquierda es una cabeza de maza
discoidal característica de Nagada I, mientras que la de la derecha es una cabeza de maza piriforme, que
durante Nagada II sustituye a la anterior y que acabará convirtiéndose en un símbolo por excelencia de la
realeza faraónica.

Se trata de la principal arma que el faraón blande ante su enemigo, atado y arrodillado, en el conocido
motivo iconográfico de la masacre del enemigo.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 30

El Cementerio HK6 de Hieracómpolis- parte 1 (Vídeo 1.3.a)

Aquí conoceremos el yacimiento predinástico de Hieracómpolis y su cementerio HK6.

Los arqueólogos que trabajan en Hieracómpolis, que es un área arqueológica muy extensa, identifican las
distintas localidades que excavan con las letras HK de Hieracómpolis y una cifra.

HK6 significa: “localidad 6 del yacimiento de Hieracómpolis”.

En este mapa se muestran los principales yacimientos prehistóricos, predinásticos y de muy comienzos
del dinástico del valle del Nilo.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 31

En la parte central del mapa, la que corresponde al sur del Alto Egipto, el Nilo hace un meandro, que
lleva su curso primero hacia el este, y lo acerca al Mar Rojo y después hacia el oeste. Es la zona de la
actual cuidad de Luxor, antigua Tebas, que en este momento todavía no existía, que quedaría situada al
sur del meandro y de la cuidad de Coptos que quedaría emplazada en su extremo más oriental.

Es precisamente esta zona y las regiones inmediatamente al norte y al sur de la misma, la que nos va a
interesar ahora. Porque es justamente aquí donde, a principios de Nagada II, surgieron las primeras
entidades estatales, los primeros estados tempranos del valle del Nilo.

Estos estados, a finales de Nagada II principios de Nagada III, se unieron en un único reino unificado
del Alto Egipto predinástico.

Y fue este reino el que, a lo largo de las primeras etapas de Nagada III, emprendió un proceso de
expansión que lo condujo por el sur hasta la 1ª catarata y por el norte hasta el Mediterráneo; creando de
esta manera el estado egipcio histórico.

Es decir, el proceso que lleva sin solución de continuidad, sin rupturas, desde los primeros estados
surgidos en el valle del Nilo hasta el estado egipcio histórico, tiene su origen en esta región del valle del
Nilo.

Los tres proto-reinos del Alto Egipto (Nagada II: 3750-3300 aC)

Veamos esta región con más detalle.


Este mapa procede de la obra de Barry Kemp:
“Ancient Egypt, anatomy of a civilization”, publicada
en su primera edición en 1989.
En él Kemp define por primera vez estos estados
incipientes del Alto Egipto predinástico (Nagada II):
- el reino de Hieracómpolis, al sur,
- el reino de Nagada, en el centro, que ocupa la
parte meridional del meandro del Nilo
- el reino de Tinis-Abidos, al norte (Tinis es el
nombre de la cuidad y Abidos es el nombre
de la necrópolis correspondiente. Pero
mientras que Abidos nos es bien conocida y
ha sido exhaustivamente excavada, de Tinis
apenas intuimos el emplazamiento y nunca se
ha excavado en el lugar)

Kempt define estos 3 reinos, a partir de las ciudades


que habrían sido sus capitales: Hieracómpolis,
Nagada y Tinis Abidos, situadas las tres en la orilla
occidental del Nilo.

Es en estos centros, donde la arqueología documenta de manera más clara


- un incremento de la población.
- un incremento paulatino de la jerarquización social , y
- la presencia de cementerios para las élites, con tumbas cada vez más ricas tanto desde el punto
de vista arquitectónico como de los ajuares.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 32

Hieracómpolis

El reino de Hieracómpolis debe su riqueza básicamente a 3 factores:

- a la explotación de los recursos minerales del desierto oriental adyacente,


- a los contactos comerciales con las poblaciones nubias para abastecerse de materias primas
procedentes del África ecuatorial como: marfil, ébano, pieles de felinos, huevos y plumas de
avestruz, necesarios tanto para los cultos como para los ajuares de las tumbas de las élites
- a los contactos con las poblaciones del norte, en especial con Palestina, de donde se importaba
vino y aceite en grandes vasijas cerámicas, que también han sido documentadas en las tumbas
de las élites de Hieracómpolis.

En este plano vemos toda el área arqueológica de Hieracómpolis.

A la derecha tenemos la cuidad de NEKHEN, la Hieracómpolis histórica que, aunque fue fundada muy
a finales del predinástico, no nos va a ocupar aquí.

Nos interesa el resto del área arqueológica de Hieracómpolis, que está delimitada por 3 ejes topográficos
principales:

- el límite entre la zona cultivada y el desierto, que es esta línea vertical que vemos a la derecha
del plano.
- 2 wadis, que van de este a oeste. En el centro el Wadi Abu Suffian y al sur el Wadi Khamsini
que delimita el yacimiento justamente por el sur.

En el interior vemos una serie de localidades arqueológicas con las letras HK y una cifra, que son de
3 tipos distintos:
- zonas de hábitat
- zonas de enterramiento
- zonas industriales en las que se fabricaba, por ejemplo, cerveza, pan o cerámica.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 33

A nosotros nos va a interesar ahora la localidad HK6

Se trata del cementerio de las élites de la Hieracómpolis predinástica.

Está en la parte superior del plano, y se halla bien entrado el Wadi Abu Suffian, en el extremo
noroccidental del yacimiento.

Se distinguen 3 áreas de enterramiento bien diferenciadas:

1) La primera es la que está justo en el centro. Es la más antigua, data de finales de Nagada I, principios
de Nagada II, y consiste en pequeñas tumbas de fosa entre la que destaca la tumba T16.
2) La segunda área es la que viene inmediatamente al sur de la primera, con estructuras de
dimensiones bastante más considerables, entre las que destaca la tumba T23. Esta parte del cementerio
data de Nagada IIAB.
3) Y la tercera área, que en realidad tiene 2 sub áreas, son las tumbas que vemos al norte y al sur del
plano: la tumba T1 al norte, la tumba T2 al sur, que datan de Nagada III y que son tumbas más
monumentales porque están construidas en adobe.

El cementerio HK6 es importante porque en él se documentan por primera vez algunos rasgos definidores
de la cultura funeraria del antiguo Egipto.

Tumba 16 (Nagada IC-


IIA, 3750 aC)

En esta fotografía vemos


el complejo de la tumba
T16, el más antiguo del
cementerio.
Consiste en una tumba
principal, la T16 (de
mayores dimensiones)
que habría sido la tumba
de un jefe o ya tal vez de
un rey, y de una serie de
tumbas secundarias
dispuestas alrededor

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 34

La T16 está formada por una subestructura excavada en el terreno, y una superestructura construida
con materiales vegetales.

De la superestructura no ha quedado ningún vestigio, pero los arqueólogos han podido deducir su
existencia a partir de una serie de hoyos excavados en el terreno, alrededor de la subestructura, en los
cuales habrían sido clavados los postes que habrían sostenido la superestructura.

Tenemos por tanto una parte subterránea y una parte edificada por encima del nivel del suelo, ambas de
planta cuadrangular.

En esto consiste precisamente uno de los tipos más importantes de tumbas de toda la historia de la
arquitectura egipcia, como es la Mastaba, que tendría aquí su antecedente más antiguo conocido.

Aquí vemos la subestructura de la T16, que es la parte excavada en el terreno, no la construcción central.
La construcción central es de época algo posterior de principios de Nagada III, porque la zona fue
reutilizada.
A pesar de esta reutilización, una buena parte del ajuar funerario de la tumba original, de la T16, ha
podido ser recuperado.

Entre los numerosos


fragmentos cerámicos
recuperados de la T16,
destaca este que vemos en
la fotografía de la
izquierda, en cuya
superficie se halla grabada
parte de la cabeza de la
diosa Bat.
El motivo completo lo
vemos en el dibujo de la
izquierda.

La diosa Bat es una diosa


vaca, asociada al cielo, a
los astros y también a la dualidad. Es una diosa bifronte con 2 caras.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 35

En los Textos de las Pirámides del Reino Antiguo el faraón es asimilado a Bat con sus dos caras, como
vemos en este pasaje reproducido a la derecha.

En la parte superior de la famosa paleta de Narmer, primer rey de la I dinastía, que aquí vemos en la
fotografía inferior, las 2 caras de Bat están esculpidas a lado y lado del nombre del rey.

La asociación entre Bat y la monarquía faraónica es bien conocida, pero este fragmento de cerámica
demuestra que esta asociación se remonta al origen mismo del poder regio en el valle del Nilo.

Aquí vemos otro de los elementos más


significativos del ajuar de la T16.

Se trata de 2 máscaras funerarias.

Estas máscaras funerarias son las más antiguas


documentadas hasta la fecha en el valle del Nilo,
e inauguran una tradición de la cual la famosa
máscara de Tutankhamon, hoy en el Museo del
Cairo, es la realización más significativa, más
vistosa y más conocida.

Estos objetos nos permiten fechar la T16 de finales de Nagada I y principios de Nagada II.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 36

El Cementerio HK6 de Hieracómpolis- parte 2 (Vídeo 1.3.b)

En esta fotografía podemos ver de nuevo el complejo de la T16 desde otra perspectiva. En ella han sido
reconstruidos tanto la superestructura de la T16 como los cercados que rodean las diversas tumbas del
complejo.

Las tumbas que quedan más cerca de la T16 corresponden a enterramientos humanos. En ellas fueron
inhumados treinta y nueve individuos de edades comprendidas entre los 8 y los 40 años, aunque la
mayoría tenían alrededor de 15 años al morir. Esto ha hecho pensar a los arqueólogos que estos
individuos no murieron de muerte natural sino que fueron sacrificados en el momento del entierro de su
jefe o rey para que les sirvieran de séquito en el más allá.

Las tumbas que quedan más alejadas de la T16


corresponden a enterramientos animales. En ellas fueron
enterrados tanto animales salvajes (como por ejemplo:
un elefante, un cocodrilo, un hipopótamo, babuinos,…)
como animales domésticos (como por ejemplo: bueyes,
vacas, un ternero o perros) cuyas tumbas
significativamente se encuentran en los límites del
complejo como si los perros tuvieran la función
simbólica de vigilar a los demás animales enterrados
aquí.
Algunos de los animales salvajes como el elefante o el
babuino eran difíciles de conseguir porque en ese
momento no vivían ya en el valle del Nilo. De este modo
se convertían en verdaderos bienes de prestigio que
prestigiaban y singularizaban a quien los poseía.
Probablemente la tumba que más llama la
atención es la que corresponde al elefante. El
animal fue enterrado revestido de esteras y de
lino, y los arqueólogos han podido documentar
lo que ingirió como última comida antes del
sacrificio, en concreto hojas de acacia de plantas
nilóticas y cereales. Esto demuestra que estos
animales estaban bien mantenidos precisamente
en su condición de auténticos bienes que

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 37

prestigian a su poseedor y de animales sacrificiales.

En esta fotografía se muestra la tumba de un babuino.

En estas otras dos tumbas se pueden ver entierros de animales domésticos: bueyes en la fotografía de la
izquierda y una vaca y un ternero en la fotografía de la derecha.

Los animales domésticos fueron enterrados sin duda como ofrendas alimentarias. Los animales salvaje en
cambio, fueron muy probablemente símbolos de las fuerzas de la naturaleza con las que el mismo jefe o
rey se identificaban.
En efecto, a lo largo de toda la historia de Egipto los grandes animales salvajes fueron considerados
como alter y ego del faraón, en virtud precisamente de que tanto unos como otro representaban grandes
fuerzas de la naturaleza. En los “Documentos de la Unificación” de finales del Predinástico, el rey es
representado no en forma humana, sino en forma precisamente de grandes animales salvajes que envisten
enemigos como toros, leones, halcones o escorpiones.

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Tumba T23

Volvemos al plano del cementerio HK6.

El complejo de la T 23, situado inmediatamente al sur de la T16 está fechado en Nagada IIAB (3750-
3600 a.C.).

La tumba 23 es de mayores dimensiones que la tumba 16, pero responde a la misma estructura.

Tenemos por un lado una subestructura excavada en el terreno, y por otro lado una superestructura
construida con materiales vegetales, documentada a partir de los hoyos en los cuales estarían clavados los
postes que las sostendrían.
Igual que la tumba 16, también la tumba 23 estuvo rodeada por una valla. Y a diferencia de la T16, en
este caso los arqueólogos han podido documentar la existencia de una pequeña capilla funeraria situada al
este, construida de la misma manera que la superestructura de la tumba.
En las inmediaciones de la capilla funeraria se han inhumado una serie de objetos:
1. Objetos tallados en sílex, como armas y pequeñas tallas que representan animales salvajes, como un
Ibex u ovino salvaje. Esto hace pensar de nuevo en el tema del dominio del hombre sobre los
animales.
2. En la parte superior de la fotografía podemos ver una vértebra humana con claras marcas de
decapitación. Esto remite de nuevo a los sacrificios humanos.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 39

3. El objeto que de la derecha es probablemente el


mango de una maza, que es un objeto sacrificial
por excelencia.
4. En las inmediaciones de la capilla funeraria, los
arqueólogos recuperaron además alrededor de
seiscientos fragmentos correspondientes a una
estatua humana de piedra caliza, se trata de la
estatua humana más antigua documentada de la
historia del arte egipcio. Los fragmentos mejor
conservados corresponden a la nariz y a las orejas,
que podéis ver a la izquierda de la diapositiva.
A partir de estos fragmentos los arqueólogos han podido deducir que se trataría de una estatua de
tamaño casi natural.
Piensan además que probablemente sería la estatua de culto funerario del rey enterrado en la T 23.

El área arqueológica de la T 23 no comprende solamente tumbas, sino también otras grandes estructuras
referenciadas con las siglas D9, 07 o E8.

Veamos con más detalle la estructura 07.


No se trata de una tumba, porque no hay subestructura.
En cambio, la superficie se caracteriza por la presencia de los consabidos huecos para postes, que están
organizados en seis filas de cuatro postes cada una.
El edificio mediría unos 15x10 metros aproximadamente.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 40

Se trata de la primera sala hipóstila o edificio hipóstilo documentado en toda la historia de la


arquitectura egipcia.
En el interior los arqueólogos han podido recuperar una serie de objetos, el más importante de los cuales
es una estatuilla de malaquita de un halcón que podemos ver en la fotografía inferior derecha.
Esto es importante porque Hieracómpolis es el nombre que los griegos dieron a la ciudad egipcia de
Nekhen que significa la “ciudad del halcón” donde se adoró a lo largo de toda la historia egipcia al dios
halcón Horus.
Esta asociación entre el dios halcón Horus y Hieracómpolis se remonta a los orígenes mismos de la
ciudad.

En las imágenes anteriores, a la izquierda se muestra una planta del área arqueológica de la T 23 con sus
sucesivas fases constructivas.
Y a la derecha una reconstrucción de la estructura 07 con sus muros estucados y pintados de vivos
colores. Los arqueólogos han reconstruido este aspecto del edificio a partir de fragmentos de estuco
recuperados en las excavaciones.

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En cuanto a la función de la estructura 07, se cree que debió ser una capilla funeraria dedicada al culto a
los reyes enterrados en el cementerio.

Santuario HK29A (Nagada IIBD; 3650 – 3300 aC)


Abandonamos momentáneamente el cementerio HK6 para trasladarnos a otra localidad del área
arqueológica de Hieracómpolis: la localidad HK29A, situada próxima a la zona cultivada.

En esta localidad los arqueólogos han excavado un santuario fechado en Nagada IIBD (3650-3300 a.C.)
y por tanto en parte contemporáneo a la tumba T 23.
Puesto que no se trata de una zona de enterramientos, este santuario debió estar dedicado a una divinidad
que no conocemos, pero que bien pudo haber sido el dios halcón Horus.
El santuario consiste en un gran patio a cielo abierto en forma de parábola de unos 40 metros de
longitud, cercado con una valla y con edificios tanto en el interior como en el exterior.
El edificio más importante viene marcado por cuatro grandes hoyos que se distinguen perfectamente a la
derecha de la planta (en la elipse) . Los arqueólogos han propuesto reconstruir este edificio como una
gran capilla en forma de elefante, en la parte superior de cuyos postes de la fachada
se habrían colocado colmillos de este animal. Esta es la forma que tiene la capilla
simbólica del Alto Egipto desde finales del Predinástico y a lo largo de toda la
historia faraónica, de ahí que los arqueólogos hayan reconstruido así este edificio.
Dentro del patio fueron recuperados una serie de objetos entre los que destaca un
fragmento de cerámica que podemos ver en la fotografía, que tiene grabada en su
superficie la imagen de la cabeza de la diosa Bat. Esto redunda una vez más la
estrecha asociación entre esta divinidad y la Hieracómpolis de los orígenes.

Regresamos de nuevo al cementerio HK6 para conocer las últimas tumbas construidas en él.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 42

Tumba T1
Estamos a principios de Nagada III, en Nagada III AB.
La tumba T 23 data de Nagada IIAB. En la etapa de Nagada II CD, la élite de Hieracómpolis, por razones
que desconocemos, abandona el cementerio HK6 y pasa a enterrarse en la localidad HK31 próxima a la
zona cultivada, donde a principios del siglo XX se excavó la famosa tumba T 100 de Hieracómpolis.
A principios de Nagada III, en Nagada IIIAB, todo el Alto Egipto está unificado en un único reino con
capital en Abidos. En Hieracómpolis sin embargo, sigue habiendo una élite local importante que vuelve a
enterrarse en el cementerio de sus antepasados.

Las tumbas de esta época tienen la misma estructura que la T 23 o la T 16, pero ahora la subestructura
está construida en adobe, lo cual permite aumentar las dimensiones de la tumba.
En la imagen podemos ver la subestructura de la tumba T1, la más importante de esta época y dos dibujos
con su reconstrucción: en la inferior junto a las demás tumbas que la acompañan.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 43

El Cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el valle del Nilo- parte 1
(Vídeo 1.4.a)

Volvamos al mapa de Barry Kemp que muestra los estados tempranos del Alto Egipto predinástico.

El reino más meridional, el de Hieracómpolis, ya lo


conocemos.

En el centro queda el reino de Nagada.

A diferencia de lo que sucede con los yacimientos de


Hieracómpolis y de Abidos, el yacimiento de Nagada es el que
conocemos peor. Esto es debido al hecho de que, mientras que
en Hieracómpolis y en Abidos se ha estado trabajando
intensamente en las últimas décadas y se sigue trabajando en la
actualidad, lo que conocemos de Nagada se debe a las
excavaciones que allí condujo a finales del Siglo XIX Sir W.
Flinders Petrie.

Petrie pudo documentar una serie de zonas de enterramiento,


entre ellas un Cementerio general y un Cementerio para la
élite.
El Cementerio de la élite mostraba tumbas de mayor tamaño
que el del cementerio general, más regulares en su forma y con
ajuares mucho más ricos. Esto demostraba de manera clara que
también aquí se produjo este proceso de jerarquización social, que caracteriza estos 3 grandes núcleos
del Alto Egipto predinástico: Hieracómpolis, Nagada y Abidos.

Además, Petrie pudo documentar zonas de hábitat. El vestigio más importante es un gran muro de
adobe de proporciones monumentales, puesto que mide 34 x 50 metros y 2 metros de espesor, que debió
corresponder a un palacio o a un santuario. Asociada a este muro se halló una zona residencial con casas
también de planta cuadrangular.

Todos estos vestigios demuestran claramente que Nagada fue un centro tan importante como
Hieracómpolis o Abidos en este momento, pero por desgracia no podemos ir más allá. Esta es claramente
una asignatura pendiente de la Arqueología Egipcia.

Vamos a concentrarnos en el tercero de estos reinos predinásticos: el Reino de Tinis- Abidos, el que
queda más al norte. Tinis es el nombre de la ciudad (que no ha sido excavada) mientras que Abidos es el
nombre de la necrópolis correspondiente.

Aquí observamos una vista aérea de la zona arqueológica de Abidos.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 44

Fijémonos en la parte inferior izquierda de la fotografía, en esta línea nítida que separa las tierras de
cultivo de la franja del desierto.

En la misma Franja del desierto, a tocar de las tierras de cultivo en la parte inferior central de la
fotografía, vemos una serie de construcciones; los famosos Templos y Palacios funerarios de Abidos,
entre ellos los Templos de Seti I y de Ramsés II.

La parte del desierto a tocar de las tierras cultivadas es una franja plana, que queda delimitada por el
oeste, por una cadena de bajas colinas. Esta cadena dibuja, justo en esta zona, una especie de entrada
hacia el oeste, subrayada por la presencia de un wadi. Esta entrada hacia occidente la “entrada al Reino
de los Muertos” para los antiguos egipcios, y sin duda es lo que motiva la elección de este lugar como
zona de enterramiento.

Justo enfrente del wadi, se puede ver (enmarcado, en la fotografía) una serie de vestigios arqueológicos
en la franja del desierto, que corresponden al Cementerio de Umm el-Qaab, que significa en árabe “la
madre de los fragmentos de cerámica”; es decir, un lugar donde se acumulan muchos fragmentos de
cerámica.

En Umm el-Qaab están enterrados los líderes


y reyes predinásticos de Abidos, pero también
los reyes de la I Dinastía.
A partir del Reino Medio, una de las tumbas de
la I Dinastía fue considerada como la Tumba
del dios Osiris, por lo que empezó a celebrarse
anualmente una gran procesión desde el
Templo de Osiris (que se situaba en el límite de
las tierras del cultivo) hasta su tumba en Umm
el-Qaab , llevando recipientes cerámicos con
las ofrendas de los fieles (la acumulación de
éstos durante siglos ha motivado el nombre del
lugar).

En esta fotografía se observa con mayor detalle


el emplazamiento del Cementerio de Umm el-
Qaab y el Wadi al oeste.

He aquí el plano del sector más antiguo del Cementerio de Umm el-Qaab, datado entre Nagada I y muy
al comienzo de la I dinastía (3900-3000 aC)

El sector más reciente de


este cementerio vendría
fuera de este plano, por el
suroeste, y correspondería
al resto de las tumbas de
la I dinastía y a las
tumbas de los últimos dos
reyes de la II dinastía.
Después del último rey de
la II dinastía
(Khasekhemuy), el
cementerio de Abidos fue
definitivamente
abandonado.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 45

Este plano muestra el sector más antiguo del Cementerio de Umm el-Qaab, datado entre Nagada I y
muy comienzos de la I Dinastía (h. 3900-3000 a.C.):
Las tumbas de planta circular que se observan en el centro de este sector, unas más
pequeñas otras más grandes, son las más antiguas y corresponden a Nagada I y Nagada
II.
Las tumbas cuadrangulares distribuidas un poco por todo el sector, son más recientes, y
corresponden a la transición entre Nagada II y Nagada III, a la propia Nagada III y a muy
comienzos de la I Dinastía.
En la zona sur del plano, se ve una tumba de doble cámara, la B17-B18, que es la tumba de Narmer, el
primer rey de la I Dinastía (en círculo rojo pequeño).
Inmediatamente al sur y al sureste de la tumba de Narmer, se encuentra el Complejo Funerario del rey
Aha, segundo de la I Dinastía, formado por unas cámaras de mayores dimensiones (que son propiamente
la tumba del rey) y unas cámaras de dimensiones menores (que son en realidad tumbas subsidiarias, en
las cuales fueron enterradas personas sacrificadas en el momento de la muerte del rey, para que le
acompañaran como séquito, en el más allá. Esta práctica viene de lejos y ya la vimos documentada en el
Cementerio HK6 de Hieracómpolis)
En el caso de Abidos las tumbas subsidiarias caracterizan los complejos funerarios de los reyes de la I
Dinastía desde Aha, pero en cambio no se documentan para las tumbas predinásticas.
Los arqueólogos han dividido este sector más antiguo del Cementerio de Umm el-Qaab, en dos
subsectores:
Cementerio U es el más antiguo, queda al Norte. En este plano aparece dentro de una
línea punteada.
Cementerio B es el más reciente queda al Sur, en este plano esta fuera de la línea
punteada (x x x x x x…)

Cementerio U
Corresponde a la élite de la Abidos predinástica.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 46

En este detalle del plano anterior se pueden observar tres tipos distintos de tumbas:
1. Tumbas de planta circular de tamaño menor (como la 131), que datan de Nagada I y principios
de Nagada II.
2. Tumbas de planta circular y de mayor tamaño ( como la 132, 133 y 134) datan de pleno Nagada
II, sobretodo de Nagada IICD.
3. Tumbas de planta cuadrangular, de forma más regular porque están construidas de adobe, como la
que vemos en la parte superior de la diapositiva con la letra O, datan ya de Nagada III.

Es importante tener presente que, todo lo que vemos aquí son subestructuras, porque las
superestructuras prácticamente no se han documentado.
Los arqueólogos piensan que se tratarían de túmulos de arena, de piedras, de cascotes. Porque lo que sí
que se ha documentado son los plafones que cubrirían estas subestructuras, y por encima de los cuales se
habrían construido estos túmulos.
Vamos a concentrarnos ahora, en las tumbas
circulares de mayor tamaño, aquellas que
datan de Nagada IICD.
En ellas se han podido documentar de
entrada, grandes sarcófagos de cerámica o
madera , como podemos ver en las
fotografías de la derecha.
En los ajuares de las tumbas fueron
recuperados numerosos objetos, que
demuestran el alto estatus de las personas
enterradas y en algunos casos son esenciales
para comprender el origen de la monarquía
faraónica y sobre todo de su simbolismo.
Por ejemplo, la cabeza de un cetro heka de marfil. El cetro heka es el callado faraónico, aquel
que por ejemplo, Tutankhamon lleva en sus manos en sus famosos sarcófagos.

El dibujo adjunto reproduce un mango de cuchillo ritual decorado


con una escena de caza grabada, que es uno de los más antiguos
documentados. Los mangos de cuchillo, las paletas y las cabezas
de maza votivas, sirvieron de soporte a la iconografía de la
realeza egipcia naciente desde este momento hasta finales del
Predinástico.

La jarra de cerámica de asas onduladas tiene pintado un signo que ya puede ser
considerado como uno de los primeros signos jeroglíficos documentados en toda la
historia de Egipto. Su forma posterior corresponde al signo de grh, que significa
“noche” y representa un cielo del que cuelga un astro.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 47

Aquí tenemos la iconografía de un sello cilíndrico: se


trata de la impronta que el sello deja al hacerle rodar sobre
la arcilla húmeda. En el centro de la imagen, podemos
reconocer perfectamente la cabeza de la diosa Bat, en
este caso con estrellas en el extremo de las orejas, de los
cuernos y también en la frente, indicando claramente el
carácter astral de la diosa. El mismo motivo aparece
esculpido en una paleta votiva de tiempos algo
posteriores, de principios de Nagada III, lo que demuestra
que se trata de un símbolo bien establecido.
A la diosa Bat la vimos en Hieracómpolis y este trasvase
de símbolos de Hieracómpolis a Abidos puede deberse a
cambios históricos.
El motivo iconográfico más recurrente en el sello, es el de
las montañas y el del chacal recostado. En tiempos históricos, el dios chacal más famoso del panteón
Egipcio es Anubis, conocido por el epíteto “aquel que está sobre su montaña”. La asociación entre los
dioses chacales y las montañas es muy estrecha en la religión egipcia, porque los egipcios pensaban que
los dioses chacales presidían las necrópolis, y acompañaban a los difuntos por los caminos montañosos,
que llevan al Occidente, es decir, al Reino de los Muertos. En este caso, este dios chacal no es Anubis
sino que es el dios local de Abidos, Khentiamentiu cuyo nombre quiere decir muy significativamente,
“aquél que está al frente de los Occidentales” (aquel que acompaña a los muertos).
No es casualidad que estos símbolos aparezcan precisamente en este cementerio que se caracteriza por la
presencia de las montañas y de un marcado camino hacia el Occidente, como hemos tenido ocasión de
comprobar.
El Cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el valle del Nilo- parte 2
(Vídeo 1.4.b)

Tumba U-j de Abidos (Nagada III A2, 3250 aC)

En la transición de Nagada II a Nagada III, la situación política y cultural del Alto Egipto se transforma
profundamente. De los tres grandes núcleos urbanos de la región: Hieracómpolis, Nagada y Abidos, este
último va a estar claramente a la cabeza. Abidos se habrá convertido muy probablemente desde principios
de Nagada III en la capital de un nuevo reino predinástico unificado del Alto Egipto.
Las subestructuras de las tumbas del cementerio U de Umm el Qaab:
aumentan de tamaño
más regulares en sus formas
construidas en adobe.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 48

La más importante de estas tumbas, no sólo de Abidos sino de todo Egipto, es la tumba etiquetada como
U-j , excavada por el Instituto Alemán del Cairo a finales de los años 80 del siglo XX.
El proyecto inicial de esta tumba consiste en diez cámaras, dispuestas nueve de ellas en tres filas de tres,
al este, y la décima, al oeste de las anteriores, de mayores dimensiones porque sirvió como cámara
funeraria.
En un segundo momento, fueron adosadas dos cámaras alargadas por el sur, para
aumentar el espacio disponible para la deposición de ofrendas. Las cámaras del
proyecto inicial están comunicadas por unas oquedades verticales que,
impracticables para un ser humano, deben tener una función simbólica. Nada
sabemos de la superestructura de la tumba, no conservada, pero los arqueólogos
piensan que se trató de un túmulo, chato, de tierra y cascotes, en forma ya de
mastaba.
El propietario de la tumba U-j puede ser considerado, sin ningún género de dudas,
como un rey de este nuevo estado del Alto Egipto unificado.
En efecto, uno de los objetos más significativos que formaban parte del ajuar de la
tumba es este cetro heka de marfil, completo.
Pero sin duda, la importancia fundamental de la tumba U-j radica en el hecho de que en ella se han
exhumado los testimonios más antiguos de escritura documentados en el Valle del Nilo.

Se trata de pequeñas inscripciones vinculadas a las ofrendas funerarias y suponen el estado inicial del
proceso de formación de la escritura egipcia. En efecto, el origen de esta escritura está estrictamente
vinculado a los reyes enterrados en Abidos en este momento, y a su ritual funerario. De allí, que fuera
necesario encontrar específicamente estas tumbas de estos reyes para poder documentar estos estadios
iniciales de la escritura egipcia.
Esto contrasta poderosamente con lo que sucede en Mesopotamia. En Mesopotamia, la escritura nace en
este mismo momento, pero con finalidades claramente contables. Por eso, ahí, donde había un templo con
un archivo era posible encontrar testimonios de las etapas formativas de la escritura mesopotámica. En el
caso de Egipto, había que ir a buscar, específicamente, la tumba del rey que en un momento dado decidió
utilizar la escritura como recurso simbólico funerario.
¿Cómo se puede saber que se trata ya de escritura?

Disponemos de una serie de criterios que nos permiten discriminar entre secuencias escriturarias y
secuencias que no lo son.
Algunos de estos criterios son internos: tienen que ver con la propia escritura.
Otros, en cambio, son externos: tienen que ver con el soporte de las mismas.
 Criterios internos
 Que los signos sean los mismos que después aparecerán en la escritura jeroglífica
definitivamente constituida.
 Que las secuencias de signos sean legibles según las normas de la escritura posterior y esa
lectura de sentido.
 Criterios externos, el más importante es que estas secuencias aparezcan sobre soportes que en
tiempos inmediatamente posteriores lo serán de secuencias escriturarias seguras.
Todos estos criterios se verifican en las inscripciones de la tumba U-j.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 49

Antes que nada debemos saber que la escritura jeroglífica egipcia es una escritura pictográfica ya que
sus signos no son trazos convencionales, como pueden ser nuestras letras alfabéticas, sino imágenes que
reproducen seres u objetos de la realidad.
En la tumba U-j, tenemos dos tipos de inscripciones:
1. Inscripciones pintadas sobre vasos cerámicos de asas onduladas.
Las inscripciones pintadas sobre vasos cerámicos de asas onduladas (la
similitud entre estos vasos y el que vimos anteriormente, es precisamente
lo que nos permite proponer que el signo pintado en aquel vaso, datado de
finales de Nagada II, es ya un signo escriturario) consisten en uno o dos
signos.
Cuando se trata de dos signos, uno de ellos es siempre el signo de un animal mientras que el otro parece
hacer referencia a un lugar. El signo de animal que más se repite con diferencia es el del escorpión.

Aquí podemos ver 4 ejemplos de inscripciones pintadas sobre vasos, de la tumba U-j, cada una con 2
signos. Las dos de la izquierda son las que corresponden a los vasos de la figura anterior. Estas
inscripciones han sido interpretadas como sintagmas formados por un sustantivo y su genitivo. Si nos
centramos en la inscripción superior izquierda, que se lee de derecha a izquierda, el primer signo
representa un árbol, de modo que la secuencia completa podría leerse como “árbol” (o por metonimia,
arboleda o plantación) de “escorpión”. Cuando se descubrieron las inscripciones de la tumba U-j, se
pensó que el signo del escorpión anotaba el nombre del rey enterrado allí. En la actualidad se piensa más
bien que se trata de una alusión al rey como fuerza de la naturaleza, una suerte de epíteto. El sentido de la
secuencia completa, muy probablemente es la designación de la finca de la que procede la ofrenda
contenida en el vaso, pues a lo largo de toda la historia de Egipto posterior, los reyes y los altos oficiales
poseyeron una serie de fincas de donde procedían los bienes y los alimentos utilizados como ofrendas
para sus tumbas y para sus cultos funerarios. Estaríamos, pues, aquí ante el inicio de esta práctica.
2. Inscripciones grabadas sobre etiquetas de hueso o marfil.
El segundo tipo de inscripciones de la
tumba U-j consiste en secuencias de 1 a 4
signos grabados sobre etiquetas de hueso
o marfil.
Estas etiquetas miden entre 1 y 4
centímetros de lado y poseen un agujero
que permitía sujetarlas a las ofrendas con
las que se relacionaban. Están
estrechamente vinculadas a las ofrendas
funerarias depositadas en la tumba.
En la mayoría de los casos, los signos
constituyen la forma arcaica de los
signos de la escritura jeroglífica
definitivamente constituida.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 50

Estas inscripciones son de dos tipos:


Cifras: medidas de tejidos
Designaciones, especialmente de lugares
Si observamos las cuatro etiquetas que quedan más a la derecha (recuadro azul), veremos que recogen
cifras.

La etiqueta con una espiral sirve para anotar el número 100. Estas etiquetas que anotan cifras
estarían vinculadas a tejidos y las cifras darían cuenta de las medidas de estos tejidos, según
la práctica común después en época histórica.
Algunas de las etiquetas que se refieren a designaciones de lugares son particularmente
interesantes por razones escriturarias internas o por razones históricas.
Si observamos las dos etiquetas que quedan en el ángulo inferior izquierdo de la fotografía (recuadro
amarillo) podremos ver que recogen exactamente los mismos signos: un pájaro y un trono, pero
dispuestos en orientaciones inversas, que es una característica definitoria de la escritura jeroglífica
definitivamente formada (se puede leer y escribir en las dos orientaciones, tanto de derecha a izquierda
como de izquierda a derecha).
Tendríamos aquí un tercer criterio de discriminación de secuencias escriturarias.
Desde un punto de vista histórico, estas etiquetas son interesantes porque lo que anotan es el nombre de la
ciudad de Bubastis en el Delta. Esto significa que algunas de las ofrendas depositadas en la tumba U-j
procedían ya de localidades del Delta que estarían bajo el radio de acción de los reyes alto egipcios, que
en este momento habrían emprendido ya el proceso de Unificación de las Dos Tierras.
En esta etiqueta se observan tres signos, que se leen de derecha a izquierda y de
arriba abajo: un árbol, un elefante y unas montañas. Esta secuencia ha sido
interpretada también como un sintagma compuesto por un nombre y su genitivo y
ha sido leída como: “Plantación de Elefantina”.
Desde un punto de vista histórico es interesante porque significa que también por
el sur, la ciudad de Elefantina, habría entrado en el radio de acción de los reyes del
Alto Egipto de este momento.
Probablemente, las dos inscripciones más interesantes de la tumba U-j son estas
que tenemos a continuación, que se repiten en distintas etiquetas. A cada lado de la fotografía está la
transcripción, en jeroglíficos históricos, de las secuencias contenidas en las dos etiquetas. Debemos decir
que estas secuencias se leen de arriba a abajo y de derecha a izquierda.

Cada una de las dos etiquetas contiene tres signos. Los dos primeros, con ligeras variantes formales, son
idénticos en ambas etiquetas: una serpiente y una montaña.
- El signo de la montaña es un logograma (signo que anota una palabra completa) que anota la
palabra “montaña”, en egipcio dw.
- El signo de la serpiente es un fonograma (signo que sirve para anotar un sonido
independientemente de aquello que el signo representa) que anota el fonema d, el primer

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 51

fonema de la palabra dw. En realidad, el signo de la serpiente es un refuerzo fonético para la


lectura de la palabra dw. Falta en algunas de las etiquetas que reproducen estas mismas
inscripciones porque no es imprescindible.
En cuanto al tercer signo de cada inscripción, el de la inscripción de la derecha es un ibis crestado y sirve
para escribir la palabra egipcia j3hw, que significa “luz”. Mientras que el de la izquierda es un cielo del
que pende un astro, es un signo que ya conocemos y sirve para escribir la palabra egipcia grh, que
significa “noche” u “oscuridad”.
Así pues, las dos inscripciones pueden leerse dw j3hw, o “Montaña de la luz”, la de la derecha y dw grh,
o “Montaña de la oscuridad”, la de la izquierda.
Se trata muy probablemente, de designaciones de lugares, fincas de procedencia de las ofrendas o
santuarios, pero en todo caso, por el significado de sus nombres, los egiptólogos piensan que estos lugares
estarían ubicados en las dos orillas del Nilo: la Montaña de la luz, en la orilla este, y la Montaña de la
oscuridad en la orilla oeste.
Antes de dejar las inscripciones de la tumba U-j, hay que hacer una última apreciación importante.
El hecho de que estas etiquetas anoten cifras y lugares de procedencia de las ofrendas no les confiere un
sentido administrativo. Hay que pensar en primer lugar que proceden de una tumba y no de un archivo. Y,
por otro lado, la cuantificación de las ofrendas y la indicación de su lugar de origen es una característica
esencial del ritual funerario egipcio de todos los tiempos.
Es importante subrayar que todo lo que hemos dicho hasta aquí indica que en la escritura de la tumba
U-j, están presentes ya las dos grandes categorías de signos que caracterizarán la escritura
jeroglífica:
- los logogramas, o signos palabra, y

- los fonogramas, o signos sonido.

Procesos en Nagada III


A comienzos de Nagada III (hacia 3300 a.C.) los tres reinos tempranos de Alto Egipto predinástico se
unen en un único estado unificado.
De los tres núcleos urbanos de la región, los testimonios
arqueológicos nos demuestran claramente que Nagada
entra en declive y Hieracómpolis sigue siendo
importante, pero deja de ser el motor de los cambios
sociales y culturales, en cambio, Abidos se convierte en
el centro más dinámico, seguramente porque pasa a ser
la capital del nuevo estado unificado.
Los reyes de este periodo se entierran en la Necrópolis
de Umm el-Qaab de Abidos y la tumba U-j es, sin
duda, la tumba de uno de estos reyes.
No conocemos los mecanismos que unieron los tres
estados incipientes del Alto Egipto (por la guerra o por
vía diplomacia) pero tuvo que haber algún entendimiento
entre las élites de Hieracómpolis y las de Abidos porque
algunos símbolos fundamentales de Hieracómpolis
pasan a serlo de Abidos:
Diosa Bat
Dios halcón Horus, originario de
Hieracómpolis, que pasa a ser la
divinidad dinástica de los reyes de Abidos (y después de los faraones del Egipto histórico).

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A lo largo de Nagada IIIAB, los reyes del nuevo estado unificado emprenden un proceso de expansión
territorial que los lleva por el sur hasta la primera catarata (hasta Elefantina) y por el norte hasta el
Mediterráneo. Esto es lo que muestra este mapa que se debe también al egiptólogo británico, Barry Kemp.
A finales de Nagada IIIB, hacia 3100 a.C. todo Egipto, desde la primera catarata hasta el Mediterráneo
está unificado bajo una misma realeza. Puede empezar de este modo el Egipto dinástico.

La unificación y los comienzos del Dinástico- parte 1 (Vídeo 1.5.a)

Reino Unificado del Alto Egipto predinástico.

Los 3 estados incipientes del Alto Egipto predinástico: el reino de Hieracómpolis, el reino de Nagada y
el reino de Tinis o Abidos, se unieron muy a principios de Nagada III, en un único reino unificado del
Alto Egipto predinástico, que muy pronto emprendió un proceso de expansión política y militar, que lo
llevó por el sur hasta la altura de Elefantina, es decir, de la altura Asuán de la I catarata y por el norte
hasta el Mediterráneo.

Sin embargo, es importante tener presente que este proceso de unificación política y militar que tuvo
lugar durante Nagada IIIAB, es decir, aproximadamente entre 3300 - 3100 a.C., estuvo precedido por
un proceso de unificación cultural que se desarrolló durante Nagada IICD (es decir, aproximadamente
entre 3600 – 3300 a.C.) y que supuso que la cultura del sur, la cultura del Alto Egipto, se expandiera por
todo el valle del Nilo egipcio, y en especial por el delta, es decir por el Bajo Egipto.

En los yacimientos del delta observamos como la tradición cultural local es sustituida paulatinamente por
la tradición cultural del Alto Egipto.

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Nos referimos fundamentalmente a la cultura material, es decir: a la cerámica, a la industria lítica, a los
objetos en metal, a todo tipo de artefactos construidos por el ser humano, a los patrones de asentamiento,
a las necrópolis y a las tumbas.

En todos estos ámbitos observamos como en los yacimientos del delta la tradición local deja paso a la
tradición procedente del Alto Egipto.

El esquema muestra la estratigrafía arqueológica del yacimiento de Tell el-Fara'in o Buto, situado en
el norte del delta.
En él podemos apreciar como los estratos inferiores, que son los más antiguos, responden a la tradición
cultural del Bajo Egipto, mientras que los estratos superiores que son más recientes, responden a la
tradición cultural del Alto Egipto. El medio entre unos y otros, tenemos un estrato de transición, cuya
cultura material comporta elementos tanto de la tradición del Bajo Egipto como de la tradición del Alto
Egipto.
La cuestión es que a finales de Nagada II todo el valle del Nilo egipcio está unificado culturalmente
bajo la cultura del Alto Egipto, la cultura de Nagada.
No sabemos por qué mecanismos se produjo esta Unificación cultural, pero unos autores han avanzado la
hipótesis de que fuera el resultado de un proceso de colonización del delta por parte de las élites del
Alto Egipto, para asegurarse el control de las vías de comunicación por las cuales llegaban a Egipto
bienes de prestigio y materias de prestigio procedentes del continente asiático.

Los “documentos de la Unificación”

Durante Nagada IIIAB, los reyes de Abidos, del reino del Alto Egipto, llevan a cabo la Unificación
política y militar de las Dos Tierras.
Datan de este período toda una serie de documentos iconográficos que conocemos con el nombre de
“Documentos de la Unificación”, que son testimonio elocuente de este proceso.
1. Desde el punto de vista de los soportes, los Documentos de la Unificación pueden ser:
A. Pinturas murales o sobre tejidos
B. Relieves esculpidos sobre mangos de cuchillo ritual de marfil de hipopótamo o sobre
paletas votivas de grauvaca o sobre cabezas de maza votivas de piedra caliza.
Originalmente las paletas sirven para la mezcla de cosméticos y las cabezas de maza son
armas. Pero en este momento, aumentan de tamaño, se cubren de iconografía y se
convierten en objetos votivos.

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2. Iconografía de los documentos de la unificación. Ideología de la monarquía naciente.

La iconografía es el vehículo de expresión de la ideología de la monarquía faraónica naciente (de ahí


la gran importancia para el estudio de este periodo y la formación de la monarquía faraónica
histórica).
3. Procedencia de los documentos de la unificación:
3.1. Mercado de antigüedades: algunos como: el cuchillo de Djebel el-Arak o la Paleta de
la caza.
3.2. Yacimientos arqueológicos (tumbas o recintos de culto). El más significativo de estos
yacimientos es el Main Deposit de Hieracómpolis, que es un depósito de objetos
votivos de finales del Predinástico y de las primeras dos dinastías, que los arqueólogos
excavaron en el recinto del templo de la Hieracómpolis histórica. De él proceden
objetos tan emblemáticos como, por ejemplo: la Paleta de Narmer o las cabezas de
maza de Escorpión y de Narmer.
4. Temas de la iconografía de los documentos de la unificación
Los temas de la iconografía son básicamente cuatro:
1) La guerra y el dominio
2) La caza
3) El ritual regio
4) La dialéctica orden-caos
La ideología faraónica naciente se expresa a través de estos temas.

Conozcamos algunos de estos documentos de la Unificación:

1. La tumba 100 de Hieracómpolis (Nagada IICD, 3600-3300 aC)

Los frescos pintados en los muros de la llamada tumba 100 de Hieracómpolis, fechada muy a finales de
Nagada IICD, h. 3600-3300 a.C.

Pertenecen al momento inmediatamente anterior a la Unificación y, por eso, estos frescos deben ser
considerados más bien como un precedente inmediato de los Documentos de la Unificación.

Las élites de Hieracómpolis se enterraron durante Nagada IIAB y , después durante Nagada III, en el
cementerio HK6; pero durante Nagada IICD abandonaron este cementerio y pasaron a enterrarse en la
localidad HK31 situada en el límite mismo entre el desierto y las tierras de cultivo. Es allí donde a finales
del siglo XIX los arqueólogos excavaron la famosa tumba 100.

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El emplazamiento de la localidad HK31 nos es actualmente desconocido, porque después de la


excavación y la documentación de la tumba 100 y de otras tumbas de esta misma localidad, los
arqueólogos abandonaron el lugar que volvió a ser cubierto por las arenas del desierto o tal vez por la
vegetación.

A la izquierda se observa el dibujo de la parte más importante y mejor conservada de los frescos:
- El tema principal es una Procesión de barcas: se trata muy probablemente de un ceremonial
regio con significación funeraria.
- Alrededor del tema principal tenemos una serie de motivos secundarios asociados a la caza, a la
guerra y al dominio. Los más importantes están reproducidos y ampliados a la derecha y por
debajo de la imagen general. Dos de ellos aparecen, además, en la fotografía de la derecha.
Los frescos de la tumba 100 no han llegado hasta nosotros pero si conservamos una fiel reproducción de
los mismos realizada en el momento de la excavación de la tumba.
Estas fotografías corresponden a esta reproducción:
- En la superior podemos ver el famoso tema de “el Señor de los Animales”; es decir, entre el
personaje de dos leones lampantes, en este caso rojo el de la izquierda y negro el de la derecha.
El rojo es el color que, según los egipcios simbolizaba el desierto y la esterilidad, mientras que
el negro es el color de la fertilidad de la tierra negra de Egipto fertilizada por el limo del Nilo.
Algunos autores han propuesto por tanto, ver en este motivo una alusión a la capacidad del
líder, o del rey, de mantener el equilibrio de fuerzas cósmicas opuestas. Es el tema de la
dualidad.
- En la inferior se observa la primera representación conocida del motivo de “la Masacre del
Enemigo”, destinado a convertirse en uno de los temas iconográficos más significativos de la
realeza faraónica histórica. Se ve a un personaje que blande su maza ante otros tres
personajes arrodillados y sometidos a él.

2. Mangos de cuchillo ritual (Nagada IIIAB, 3300-3100 aC)

De Nagada IIIAB, es decir, ya propiamente del período de la Unificación, data el famoso cuchillo de
Djebel el-Arak, hoy conservado en el Museo del Louvre.

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En la parte superior del recto de este hermoso objeto, podemos ver de nuevo el motivo de “el señor de los
animales”, pero esta vez con una factura claramente elamita o mesopotámica que evidencia los contactos
e influencias que en este momento hubo entre Egipto y el golfo Pérsico. En el verso podemos ver escenas
de lucha, que evocan sin duda los conflictos del momento.
En la parte superior de la siguiente imagen se puede ver el dibujo del recto del mango de cuchillo del
Metropolitan de Nueva York. El tema representado es una vez más el de la “Procesión de barcas”
como en la tumba 100 de Hieracómpolis.
La iconografía de este objeto nos
interesa particularmente, porque
en la parte superior derecha
podemos ver la imagen de un rey
sentado en su trono, portando
el flagelo y tocado con la
corona blanca. Se trata de una
de las representaciones más
antiguas de lo que, en tiempos
históricos, será específicamente
la corona del Alto Egipto.
Además en la parte central
inferior del mismo objeto,
podemos ver una de las
representaciones más antiguas
también, de lo que en tiempos
históricos era la capilla
simbólica del Bajo Egipto, con el techo abovedado.
En la parte inferior de la imagen, se puede ver el dibujo del mango de cuchillo de Hieracómpolis, que
hoy se guarda en el Ashmolean Museum en Oxford. Aquí en el verso (es decir, a la izquierda), podemos
ver una de las más antiguas representaciones de lo que en tiempos históricos será la capilla simbólica del
Alto Egipto. Se trata del mismo edificio que presumiblemente presidió el recinto cultual HK29A de
Hieracómpolis.

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3. Grandes paletas cosméticas votivas decoradas (Nagada IIIAB, 3300-3100 aC)

Las más antiguas no presentan su decoración organizada en registros horizontales, como esta de la
fotografía que es la llamada Paleta de la caza, uno de cuyos fragmentos se guardan en el Museo de
Louvre, mientras que los otros se guardan en el Museo Británico.
A la izquierda, arriba, la vemos en posición vertical, que es la posición correcta de observación, ya que se
trata de una paleta escutiforme.

3.1. Paleta de la caza

En este documento se representan las dos modalidades posibles de caza:


- la caza al herbívoro que es alimenticia y por lo tanto sin peligro, y

- la caza al carnívoro, a la gran fiera salvaje, en este caso al león, que es una caza peligrosa y
socialmente prestigiosa.
Los cazadores aparecen dispuestos en dos hileras, a lado y lado de la composición, pertrechados con todo
tipo de armas, cosa que no sucede en una partida de caza real, donde las armas son siempre específicas en

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 58

función del animal cazado. Esto es así porque en este documento no se pretende reflejar un hecho
histórico o real, sino que lo que se pretende es “reflexionar” sobre la realidad “caza” en todas sus
manifestaciones.
Además en este documento observamos que no se representa
directamente al rey; pero es interesante observar que el atuendo ritual
que el rey llevará, ya desde finales del Predinástico y en la época Tinita
y a lo largo de todo el Reino Antiguo es, en esencia el atuendo de un
antiguo cazador.
El segundo cazador de la derecha,
en la parte superior de la Paleta
de la Caza, sujeta con su mano
izquierda un estandarte, levanta
con la derecha una maza y va vestido con un faldellín corto y una
cola de toro. Este mismo personaje aparece reproducido a la
derecha, en el dibujo inferior.
El dibujo superior derecho corresponde al “personaje que
masacra enemigos” de la tumba 100 de Hieracómpolis que ya
habíamos tenido ocasión de conocer. En cambio, el dibujo de la
izquierda reproduce el rey Narmer de la Paleta de Narmer.
Si nos fijamos, esta imagen viene a ser una síntesis de las otras dos. En efecto, el rey Narmer va vestido
con un faldellín corto, una cola de toro (igual que el cazador) y levanta con la mano derecha una maza,
(igual que los otros dos personajes) y sujeta con la izquierda (aunque aquí no esté reproducido) el
personaje arrodillado ante él, igual que en la tumba 100.
En efecto, el faraón será a lo largo de toda la historia de Egipto un gran cazador, un cazador de fieras
salvajes en tanto que fuerzas de la naturaleza porque él mismo es una fuerza de la naturaleza capaz de
oponerse a sus semejantes y porque esta actividad es una manifestación de su prestigio y de su
poder.
Origen de la corona roja del Bajo Egipto
Ya que estamos hablando del mundo de la caza, retrocedamos algo en el tiempo para ver el origen de lo
que en época histórica será la corona roja del Bajo Egipto.
Aquí vemos dos personajes que proceden
de sendos grabados rupestres del desierto
oriental de Egipto fechados en un momento
impreciso pero en pleno predinástico.
Se trata de dos líderes de caza, y están
tocados con la forma más antigua conocida
de lo que después será la corona roja.

A la izquierda se ve la fotografía y el
dibujo de un fragmento de cerámica
fechado en Nagada I, en cuya superficie
aparece en relieve una representación de
este mismo tocado.

Tanto la corona roja como la corona


blanca (que veíamos en un mango de
cuchillo), son símbolos originarios del Alto Egipto que en el momento de la constitución del estado dual
histórico, como sucedió con muchos otros símbolos como las dos capillas de que hablábamos también

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anteriormente fueron asignados, repartidos entre el Alto y el Bajo Egipto justamente para que
simbolizaran las dos mitades del nuevo estado dual.

Volviendo a los documentos de la unificación, aquí tenemos 3 paletas fragmentarias:

3.2. Paleta del León o del Campo de Batalla o de Los Buitres


Los 2 fragmentos de la izquierda corresponden a la llamada paleta del león, (o del Campo de
Batalla, o también de Los Buitres), debido a la decoración de la parte inferior del recto. Los dos
fragmentos se guardan hoy en el Museo Británico y en el Ashmolean de Oxford.
3.3. Paleta del Toro
Corresponde con el fragmento central. Hoy se guarda en el Museo del Louvre.
3.4. Paleta de las Ciudades
Corresponde con el fragmento de la derecha. Hoy se guarda en el Museo del Cairo. Esta última paleta
presentaba su decoración distribuida, organizada, en amplios registros horizontales como se puede
ver ver por la línea de separación de registros en la parte superior derecha.

En estas tres paletas el rey aparece representado en forma animal pero no en forma humana:
- a la izquierda como un león que devora enemigos;
- en el centro como un toro que embiste un enemigo; y
- a la derecha como una serie de animales: un halcón, un león, un escorpión, que destruyen
fortalezas o bien que fundan ciudades, según algunos autores.
En efecto, además de ser un gran cazador, el rey se identifica con las fieras salvajes en tanto que fuerzas
de la naturaleza, en virtud de ser él mismo una fuerza de la naturaleza.

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3.5. Paleta de Narmer


Es el más famoso de los documentos de la unificación, sin duda.

Hoy se guarda en el Museo del Cairo.


En la imagen se puede ver su recto y su verso.
En esta paleta la decoración se organiza en registros horizontales y el rey aparece representado cuatro
veces: dos en forma humana y dos en forma animal.
En el registro superior de las dos caras de la paleta tenemos representada a la diosa Bat a lado y lado
del serekh con el nombre del rey.
En el recto de la paleta, que aquí está reproducido a la izquierda:
- En el segundo registro podemos ver al rey en forma humana presidiendo una procesión militar
que se dirige hacia una serie de enemigos decapitados.
- En el registro inferior, en cambio, podemos ver al rey en forma de toro que embiste enemigos y
destruye fortalezas.
- En el registro central dos serpopardos, es decir dos animales fantásticos mitad felinos y mitad
serpientes (de clara influencia mesopotámica), entrelazan sus cuellos formando el círculo que en
las paletas más antiguas servía para la mezcla de cosméticos.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 61

En el verso de la paleta, que aquí está reproducido a la derecha, en un amplio registro tenemos al rey
representado en forma humana en el conocido motivo de la “Masacre del enemigo”, que aquí recibe
su forma canónica y definitiva.
Además también tenemos representado al rey en forma de un halcón que sujeta una personificación
de la tierra del delta, de la Tierra de los Papiros, que se ven brotar inmediatamente por debajo del
propio halcón. Este último motivo alude muy probablemente al dominio del rey sobre el Bajo Egipto,
y, por tanto, al hecho de que la Unificación de las Dos Tierras estaría ya completada.

La Paleta de Narmer, fechada alrededor de 3100 a.C., es considerada por los egiptólogos como el
documento que señala el final del predinástico y el principio del dinástico, de la I Dinastía, de la cual
Narmer sería el primer faraón.
No en vano, en la Paleta de Narmer, como se puede ver en estos dos detalles correspondientes al recto y
al verso, el rey aparece tocado por primera vez en un mismo documento, con lo que a partir de ahora será
la corona roja del Bajo Egipto (a la izquierda) y la corona blanca del Alto Egipto (a la derecha).
Esto significa que el estado dual histórico está ya en marcha.

4. Grandes cabezas de maza votivas decoradas (Nagada IIIAB, 3300-3100 aC)

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 62

Las más importantes de las cuales son la Cabeza de maza de Escorpión, que se ve en esta imagen, y la
Cabeza de maza de Narmer que veremos en la siguiente. Las dos se guardan hoy en el Ashmolean
Museum de Oxford y proceden, como también la Paleta de Narmer, del Main Deposit de
Hieracómpolis.
En ambas la decoración se organiza en registros horizontales. En la imagen anterior se puede ver el
dibujo y la fotografía de la parte conservada de la decoración de la Cabeza de maza de Escorpión. En
ella el rey aparece representado en forma humana, ataviado con el atuendo ritual, el faldellín corto y la
cola de toro, tocado con la corona blanca y portando en la mano una azada. La escena corresponde muy
probablemente a la fundación de un templo.
El siguiente es el dibujo y la fotografía de la Cabeza de maza de Narmer. El rey aparece también
representado en forma humana, sentado en su trono, bajo un dosel y sobre un podio, portando en la
mano el flagelo y tocado con la corona roja. La escena corresponde a un ceremonial del llamado
Festival de Sed, un gran ritual de rejuvenecimiento del rey y de regeneración del universo entero.

Del Predinástico al Dinástico: los nuevos canales de la ideología faraónica


Vistos los Documentos de la Unificación, podemos decir que durante el reinado de Narmer se produce
la transición del Predinástico al Dinástico.
Además, este reinado supone una inflexión fundamental en la historia de Egipto, que se observa en
distintos ámbitos de los cuales vamos a destacar aquí tres:
1. En primer lugar, Narmer es el último rey que es representado iconográficamente tanto en forma
humana como en forma de gran fiera salvaje. En efecto, a partir del segundo reinado de la I
Dinastía, el faraón será representado siempre exclusivamente en forma humana.
2. En segundo lugar, los motivos de influencia elamita o mesopotámica que aparecen en algunos
Documentos de la Unificación, como los serpopardos de la Paleta de Narmer o el motivo del Señor

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 63

de los Animales del cuchillo de Djebel Al-Arak, desaparecen por completo de la iconografía
faraónica.
3. Y en tercer lugar, los objetos que a finales del predinástico habían servido como vehículos de la
ideología faraónica, es decir: las cabezas de maza, las paletas y los mangos de cuchillo (soportes),
dejan de ser utilizados de forma súbita y drástica tras el reinado de Narmer y son sustituidos por
otro tipo de objetos entre los que destacan las etiquetas analísticas.

De este modo, los que hasta ahora habían sido los canales de la ideología faraónica dejan paso a nuevas
formas de expresión.

La fundación de Menfis (3100 aC)


Una vez completada la Unificación hacia el 3100 a.C., los reyes unificadores abandonaron Abidos como
lugar de residencia y se establecieron en Menfis, fundada en el vértice del delta, en el límite mismo entre
el Alto y el Bajo Egipto, y convertida a partir de ahora en la capital del nuevo Egipto unificado.
De la fundación de Menfis y de su palacio real así como del templo de la principal divinidad de la ciudad,
el dios Ptah (en griego "Hefesto") nos hablan distintos autores clásicos como Heródoto, Manetón o Flavio
Josefo:
“Min, el primero que reinó en Egipto, decían los sacerdotes, protegió con un dique a Menfis (…).
Cuando este Min, que fue el primer rey, logró secar el terreno de donde había desviado el Nilo,
fundó en él la ciudad que ahora se llama Menfis (…); y edificó en la ciudad el famoso santuario
de Hefesto, que es grande y muy digno de memoria”
(Heródoto, Historias, II, 99)
“Después de los Espíritus de los Muertos, los Semidioses, la primera casa real cuenta con ocho
reyes, el primero de los cuales, Menes de This, reinó 62 años. Fue capturado por un hipopótamo y
pereció. Atotis, su hijo, (reinó) 57 años. Construyó el palacio de Menfis…”
(Manetón, Aegyptiaca, según Africano)
“Y a los que se ha preguntado por qué todos los reyes egipcios desde Minayas, el fundador de
Menfis, que vivió muchos años antes de nuestro padre Abram, (…) se llamaron Faraones…”
(Flavio Josefo, Antigüedades judías, VIII, 155)

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 64

La unificación y los comienzos del Dinástico- parte 2 (Vídeo 1.5.b)

Paso del Predinástico al Dinástico. Cambios determinantes en el proceso histórico y cultural de


Egipto.
Como estamos viendo en el paso del Predinástico al Dinástico, se producen cambios determinantes en el
proceso histórico y cultural de Egipto. Otro de estos cambios afecta la conceptualización y la
organización de lo que podríamos llamar el tiempo cultural.
A partir del reinado de Narmer y de la I Dinastía empiezan a confeccionarse lista reales.
Se puede ver la fotografía y el dibujo de una impronta de sello cilíndrico sobre arcilla que recoge los
nombres de Horus de los ocho reyes que constituyen la I Dinastía. Este sello procede de la tumba del
rey Qaa, último de la misma.

Cada uno de los nombres de los reyes aparece dispuesto en una columna encabezada por el signo del dios
halcón Horus y se repite dos veces. La columna de la derecha corresponde al nombre del rey Narmer,
primero de la dinastía, y la segunda columna por la izquierda corresponde al nombre del rey Qaa, último
de la dinastía, en cuya tumba se encontró el sello.
La primera columnita por la izquierda, en cambio, corresponde al nombre, también repetido dos veces,
del dios chacal Khentiamentiu, el dios de la necrópolis de Umm el-Qaab en Abidos donde todos estos
reyes están enterrados.
La fotografía de la izquierda corresponde, a un
estatuilla de un sacerdote de fines de la II Dinastía o
principios de la III, en cuyo hombro izquierdo están
grabados los serekhs de los primeros tres reyes de la
II Dinastía.
El serekh, recoge el nombre por el título de Horus de
los reyes.

Estos documentos son dos de las listas reales más antiguas conocidas en la historia de Egipto.

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Los dos títulos duales de la titulatura faraónica


Es además, a lo largo de la I Dinastía, cuando aparecen los dos títulos duales de la titulatura faraónica.
En efecto, como sabemos, los reyes unificadores de finales del predinástico, tuvieron un solo título, el
título de Horus. Ahora en cambio, contemporáneamente a la puesta en marcha del nuevo estado dual,
aparecen estos nuevos títulos duales:

1. El primero de ellos, que es creado a mediados de la I Dinastía, es el título del “Rey del Alto
y Bajo Egipto”, que se escribe con una caña y una abeja.

2. El segundo, que es creado a finales de la I Dinastía, es el título de “Dos señoras”, que se


escribe con un buitre y una cobra encima de un signo jeroglífico que sirve para notar la
palabra “señor”, el signo de una cesta. El buitre es la diosa titular del Alto Egipto, mientras
que la cobra es la diosa titular del Bajo Egipto. El título se aplica al rey en tanto que
protegido por estas dos divinidades.

En la fotografía se puede ver los nombres de los últimos cuatro reyes de la I Dinastía pero no por sus
títulos de Horus, sino por sus títulos duales de “Rey del Alto y Bajo Egipto” y de “Dos Señoras”.

Etiquetas analísticas
Otra de las novedades de la I Dinastía, en lo que se refiere a la conceptualización y organización del
tiempo, es la aparición de las llamadas etiquetas analísticas.
En las etiquetas analísticas, como sabemos, se registran los principales acontecimientos, normalmente
rituales, de un año de reinado de un faraón. En este caso, el principal acontecimiento registrado, como
vemos por el registro superior derecho, es la celebración del Festival de Sed. Se trata del mismo motivo
que veíamos en la Cabeza de maza de Narmer. En este caso, el rey, que está representado dos veces,

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 66

aparece tocado ya con la corona Pshent, que es la corona doble. Está compuesta por la corona roja del
Bajo Egipto y la corona blanca del Alto Egipto y es un nuevo símbolo del estado dual.
Esta que vemos aquí corresponde al rey Den, quinto de la I Dinastía.

Tumbas reales
En cuanto a las tumbas reales de comienzos del dinástico, los faraones de la I Dinastía y los últimos dos y
más importantes de la II, a pesar de haber trasladado su lugar de residencia a Menfis, siguieron
enterrándose en el cementerio de sus antepasados, en el cementerio de Umm el-Qaab, en Abidos, en el
sector más meridional del mismo.

Lo hicieron en grandes mastabas, de las cuales hoy conservamos tan solo las subestructuras que se
caracterizan por ser más monumentales que las tumbas de la etapa inmediatamente anterior por incorporar
desde mediados de la I Dinastía una rampa o escalera de acceso a la cámara funeraria y por estar
acompañadas o rodeadas de tumbas subsidiarias destinadas a los miembros de la familia real o a altos

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funcionarios, o bien, a personas sacrificadas en el momento de la muerte del rey para acompañarlo como
séquito en el más allá.
La práctica de sacrificios humanos hunde sus raíces en el cementerio HK-6 de Hieracómpolis y es
característica de la I Dinastía, pero desaparece por completo en la transición de la primera a la II
Dinastía.
En esta fotografía, podemos ver la subestructura de la mastaba del rey Den, de mediados de la I
Dinastía

La superestructura de estas tumbas (no conservada) debió consistir en una mastaba baja y compacta,
de arena y cascotes revestidos de adobe, delante de la cual se habrían colocado (hincadas en el suelo) las
dos estelas simétricas con el nombre de Horus del rey correspondiente. Muchas de estas estelas han
llegado hasta nosotros, siendo la más famosa la Estela del rey Djet o rey serpiente, que se guarda en el
Museo de Louvre.

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Palacios funerarios

Otra importante innovación de los reyes de las primeras dos dinastías son los llamados palacios
funerarios.
Se trata de grandes recintos rectangulares de adobe con los muros modulados en entrantes y
salientes (como se puede ver abajo en la fotografía de la derecha) que la mayoría de estos reyes se hizo
construir para su culto funerario que ahora dejó de celebrarse junto a las tumbas en Umm el-Qaab.
Los palacios funerarios se encuentran en la misma Abidos a un kilómetro y medio aproximadamente al
oeste de Umm el-Qaab, en el límite entre el desierto y las tierras de cultivo, y constituyen el precedente
estructural inmediato de lo que a principios de la III dinastía será el complejo funerario del rey
Netjerkhet-Djoser en Saqqara, con la diferencia de que este último será piedra, será mucho más
monumental, e incorporará la pirámide escalonada.

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COURSERA: EGIPTOLOGIA. 69

BIBLIOGRAFIA Y WEBGRAFIA

ALDRED, C. 1984. The Egyptians. Londres: Thames & Hudson, p. 26.


BAINES, J. y MÁLEK, J. 1980. Atlas of Ancient Egypt. Abingdon: Andromeda Oxford, p. 13
CERVELLÓ AUTUORI, J. 2011. Narmer-Menes: discontinuidad histórica y refundación
mítica. En: BELMONTE MARÍN, J.A. y OLIVA MOMPEÁN, J.C. (eds.) Esta Toledo, aquella Babilonia.
Convivencia e interacción en las sociedades del Oriente y del Mediterráneo antiguos.
Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2011 (479-518)
CERVELLÓ AUTUORI, J. 2009. La aparición del Estado y la Época Tinita. En: PARRA ORTIZ, J.M.
(coord.). El antiguo Egipto. Sociedad, economía, política. Madrid: Marcial Pons (cap. 2), (libro
recomendado en la bibliografía básica del curso; en concreto pp. 90-99).
GARDINER, A.H. 1987. The Royal Canon of Turin. Oxford: Griffith Institute, lám. 2
GRIMAL, N. 1988. Histoire de l’Égypte ancienne. París: Fayard, p. 73.
MANLEY, B. 1998. Atlas historique de l’Égypte ancienne. París: Autrement, pp. 94-95.

http://www.ancient-egypt.co.uk/turin/pages/turin_royal_canon.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Nilo

La neolitización del valle del Nilo:


http://aars.fr/ (Association des Amis de l’Art Rupestre Saharien)

El cementerio HK6 de Hieracómpolis:


http://www.hierakonpolis-online.org/index.php/explore-the-predynastic-cemeteries/hk6-elite-cemetery

http://oi.uchicago.edu/research/publications/oriental-institute-museum-publications-oimp (The Oriental


Institute of University of Chicago)

El cementerio U de Abidos:

http://xoomer.virgilio.it/francescoraf/hesyra/dynasty00.htm

http://www.dainst.org/projekte?ft=all

La unificación y los comienzos del dinástico:

http://xoomer.virgilio.it/francescoraf/hesyra/Egyptgallery071.html (Descripciones de objetos e


iconografía)

http://xoomer.virgilio.it/francescoraf/hesyra/palettes.htm (Descripciones de objetos e iconografía)

http://www.etana.org/sites/default/files/coretexts/15249.pdf (Objetos hallados en el Main Deposit de


Hieracómpolis)

http://arce.org/expeditions/featuredexpeditions/u153 (The American Research Center in Egypt)

http://www.digitalegypt.ucl.ac.uk/abydos/index.html

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ÍNDICE LECCIÓN 1: ORÍGENES

Cuestiones previas. Cronología y Geografía de Egipto (parte 1) (Video 1.1a) 1

Periodización e ideología: “Imperios”, “Reinos” y “Períodos Intermedios”


Añadido de las “Épocas” previas y posteriores a los periodos centrales. 2
Las dinastías faraónicas: Manetón, Aegyptiaka y su epítome

Cuestiones previas. Cronología y Geografía de Egipto (parte 2) (Video 1.1b) 4

Las fuentes de Manetón


Las listas reales: a) Papiro de Reyes de Turín (Canon de Turín)
b) Las listas reales de época ramésida: a1) Gran lista real del templo de Seti I 7
b2) Lista real del templo de Ramsés II 8
Anales reales de la V dinastía: La Piedra de Palermo 10
Orígenes de las listas y de los anales reales 13

Periodización de la historia de Egipto 15

Cuestiones previas. Cronología y Geografía de Egipto (parte 3) (Video 1.1c) 16

El contexto geográfico. El Nilo


Las fuentes del Nilo 17
Alto Egipto, Bajo Egipto, Estado Dual. Menfis 18
Emplazamiento de Nagada, Hieracómpolis y Abidos 19
Nomos del Alto Egipto 20
Nomos del Bajo Egipto 21

La neolitización del valle del Nilo y el periodo predinástico. (Video 1.2) 22

Cambios climáticos: del Pleistoceno al Holoceno (10.000 aC)


El Sahara: de la hiperaridez del Pleistoceno final a la humedad del Holoceno inicial
Adaptación nilótica
Poblamiento humano y animal del Sahara en el Holoceno. El arte rupestre 23
La “Neolitización”: 25
Cerámica, domesticación animal, domesticación vegetal.
Sahara: la cerámica utilitaria más antigua del mundo
El valle del Nilo: neolitización tardía:
Las dos grandes áreas de civilización neolítica: Cultura Badariense 26
Cultura de Nagada 27
Un breve apunte de cronología
Algunos objetos característicos de estas culturas predinásticas del Alto Egipto. 28

El Cementerio HK6 de Hieracómpolis- parte 1 (Vídeo 1.3.a) 30

Los tres proto-reinos del Alto Egipto (Nagada II: 3750-3300 aC) 31
Hieracómpolis 32
Las 3 áreas de enterramiento del cementerio HK6 33
Tumba T16 (Nagada IC-IIA, 3750 aC)
Máscaras funerarias 35

El Cementerio HK6 de Hieracómpolis- parte 2 (Vídeo 1.3.b) 36

Tumba T16 (continuación)


Tumba T23 38
Estructura 07

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Zona HK29 Santuario HK29A 41


Zona HK6 Tumba T1 42

El Cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura - parte 1 (Vídeo 1.4.a) 43

Cementerio de Umm el-Qaab 44


Cementerio U 45

El Cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura - parte 1 (Vídeo 1.4.a) 47

Tumba U-j de Abidos (Nagada III A2, 3250 aC)


Criterios para saber si se trata ya de escritura 48
Tipos de inscripciones 49
Procesos en Nagada III 51

La unificación y los comienzos del Dinástico- parte 1 (Vídeo 1.5.a) 52

Reino Unificado del Alto Egipto predinástico


Los “documentos de la Unificación” 53
Algunos de estos documentos de la Unificación: 54
Tumba 100 de Hieracómpolis
Mangos de cuchillo ritual 55
Grandes paletas cosméticas votivas decoradas 57
Paleta de la caza. Origen de las coronas 58
Paleta del León o del Campo de Batalla o de Los Buitres 59
Paleta del Toro
Paleta de las ciudades
Paleta de Narmer 60
Grandes cabezas de maza votivas decoradas : 61
Cabeza de maza de Escorpión 62
Cabeza de maza de Narmer
Del Predinástico al Dinástico: los nuevos canales de la ideología faraónica
La fundación de Menfis 63

La unificación y los comienzos del Dinástico- parte 2 (Vídeo 1.5.b) 64

Paso del Predinástico al Dinástico. Cambios en el proceso histórico y cultural de Egipto:


Las listas reales más antiguas
Los dos títulos duales de la titulatura faraónica 65
Las Etiquetas analísticas. Corona pshent
Tumbas reales 66
Palacios funerarios 68

Bibliografía y Webgrafía 69

Índice 70

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