Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Emi no entendía nada. ¿Acaso era que usó un vestido amarillo? ¡Qué frustración,
nadie usa un vestido amarillo para una primera cita! ¿Acaso es porque se recogió el
pelo cuando siempre lo lleva suelto? Es porque no le gustan sus orejas y trata de
ocultarlas siempre... tal vez sea eso. O porque no pidió una ensalada para cenar
como todas. ¿Qué fue lo que hizo mal? Porque ella se imaginaba terminando la cita
con un beso bajo el umbral de la puerta de su casa, al momento que Santi la
despidiera. Se imaginó una cita llena de risas, rubores gracias a los cumplidos y sus
dedos entrelazándose y nada de eso sucedió. Santi estaba como en su propio mundo,
a penas atendía lo que ella le decía y solía revisar el celular cada pocos minutos y ella
se dio cuenta de que solo reía por compromiso. Porque la risa verdadera de Santi es
la que hace que sus ojos se achinen formando arrugas en los costados y en estas casi
eran carentes.
―Sí, adelga express me ayudó ―miento y me limpió otra lágrima falsa―. Además
quiero estar linda para nuestra boda. Con Austin queremos una hermosa fiesta en la
playa.
Entonces, es cuando sucede lo que estaba esperando durante los últimos minutos: el
hermo... tonto rostro de Austin se deforma y yo me apresuro en tomarle una
fotografía. Queda enceguecido por el flash, por lo que aprovecho y le saco algunas
más.
―¡Por todos los labiales del mundo, casi me involucro con un joven casado!
―exclama Lulú.
Me llevo una mano a mi boca para tratar de no soltar una carcajada y siento como
Austin toma mi muñeca sacándome del lugar.
―¡Hey, suéltame, engendro del demonio! ―Le grito.
―¡Adiosito, tórtolos! ―Se escucha a Lulú.
Austin me lleva hasta el armario del conserje, en donde me había escondido cuando
se encontraba bajo los efectos de la "pica-cola", y me perseguía para asesinarme
sádicamente. Él entra conmigo y cierra la puerta detrás de él.
Debo confesar que acabo de entrar en pánico.
―¡¿Estás loca?! ―Me grita.
―No me trates así, esposito mío ―ordeno levantando mi dedo índice y frunciendo el
ceño―. Esa no es manera de tratar a la mujer que amas con locura.
―Estás totalmente loca, Agnus. ¡Estás loca! ―Niega con la cabeza.
―No sé de qué hablas. Ahora, si me disculpas, tengo que alimentarme y... ―No logro
abrir la puerta, ya que se pone frente a ella cerrándome el paso―. ¡Tengo hambre!
No es por amenazarte, pero soy lo peor del mundo cuando mis tripas rugen.
―Ya sé ―En su rostro se formó su típica sonrisa del mal―. Ay, Agnus... estás celosa.
―¿Celosa? ―Río―. Este encierro te afecta el cerebro.
―Ya veo por qué me perseguiste durante todo el día... ―Sigue sonriendo―. Si
querías un beso mío solo tenías que pedírmelo.
―¡¿Qué?! ―espeté―. ¿Tú te escuchas? ¿Eres consciente de la incoherencia
incoherente que tu mente sin coherencia dice? Déjame decirte que no. ¡No, señor, no
lo eres!
―¿Es esta tu venganza por lo de la torre? Pensé que me habías perdonado...
―¡Te perdoné!
―Pues no lo parece ―Encoje de hombros―. Espera, ya sé qué está pasando aquí...
No quieres perder este juego, es eso ¿verdad?
―No te estaría entendiendo ―confieso.
Se acercó más a mí, por lo que me vi obligada a mover mi flequillo para tapar mi ojo
izquierdo.
―Sí que lo haces, pero en este tira y afloja yo seré el ganador ―musita.
―Algo en tus neuronas no te deja ver las cosas con claridad, así que muévete de una
vez por todas, para que pueda salir.
―Disfruta de tu estadía, niñita ―Me guiñó un ojo.
―¿Estadía? Espera, ¿qué se supone que signifi...?
En un solo movimiento, Clarkson me dejó encerrada en el tétrico armario.
Perfecto, lo único que me faltaba.
Por más que intenté forzar el picaporte no logré abrirlo. Grité "ayuda" y "tengo
hambre" con todas mis fuerzas y nadie venía a rescatarme. Para sumar puntos a mi
desagradable vivencia, el lampazo me golpeó la cabeza y la cera ensució mis
impecables zapatos del colegio. Por suerte llevaba el celular conmigo, así que marqué
el número de France solicitando ayuda.
La fotografía que se reproducía, era en el momento donde daba arcadas para vomitar
después del pastel con gusanos. Benjamín se puso de pie y arrancó el cable del
enchufe para apagar el dispositivo, sin embargo, el profesor alcanzó a ver esa última
imagen. Lo primero que hizo fue llamar al director David y éste, cuando ingresó en
nuestro salón, fijó su vista en nosotros. ¿La verdad? No sé qué le llevó en sacar esa
conclusión, porque podría haber sido cualquiera... Bueno, no.
―Sé que no nos creíste, pero esta vez fue un mal entendido, Benjamín se confundió
de memoria y...
―No hace falta que te expliques, Clas ―Me interrumpió―. Quiero volverte a recordar
que todo lo que escuches de mi parte, en esa tonta carta del perdón, será falso.
StayStrong7: ¿Estás? Hoy tuve un día bastante difícil, y no sé, tenía ganas de hablar
contigo...
Yo también.
¿Cómo estáaaan? Espero que les haya gustado este capítulo y se hayan reído un
montón con Lulú jajajajajaja.
Gracias por todo el apoyo que me dan día tras día, que a veces no puedo creer. Son
los mejores lectores de este mundo. Los quiero un montóooooon :3
Si quieren pueden unirse al grupo de Facebook, el link está en mi perfilsh 7u7
¿PRÓXIMO CAPÍTULO?