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Revoluciones Industriales y Movimientos
Revoluciones Industriales y Movimientos
PAISES CENTRALES.
PRESENTACIÓN
FASE PRELIMINAR:
Desarrollo de las fuerzas productivas y de la tecnología. Aparición del fenómeno
industrial.
Partimos de los trabajos de arqueólogos y antropólogos que han estudiado los orígenes
del hombre y la evolución de sus herramientas y de sus medios de producción. Durante
la mayor parte de su evolución la humanidad ha vivido en un estado de hambruna, sin
excedentes significativos, ni real división de trabajo. La expresión del hombre frente a
la naturuela se da bajo la forma de la mentalidad primitiva y actividad mágica.
Con la “revolución neolítica” aparece una primera división del trabajo, se genera
excedentes, aparece la agricultura (15,000 años A.C.) y una cierta actividad artesanal.
Esta evolución crea las condiciones para la aparición de formas sociales de dominación
y estructuración en castas, clases, etc.
Esta forma de acumulación capitalista, después de una grave secesión en Europa en los
siglos XIX y XV, resurge de manera explosiva con la “revolución Comercial” (s.16)
con la trasformación de las condiciones de viajes marítimos (…)1, el descubrimiento y
el pillaje de América, las relaciones comerciales con Oriente, etc.
Esta revolución comercial está acompañada de una revolución de los precios (debido al
flujo de una gran cantidad de metales preciosos) que contribuye a desplazar la
hegemonía de los sectores terratenientes.
Este proceso está acompañado del dinamismo creciente de los sectores burgueses frente
al régimen antiguo, preparando la “revolución burguesa”.
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una línea de texto ilegible
y de acumulación en la industria. El modo de producción capitalista industrial llega a
ser hegemónico y la burguesía capitalista industrial tiene las condiciones para una
revolución política.
Así, la revolución industrial supone una primera división del capitalismo comercial
complementario y dependiente del capitalismo industrial de los países “avanzados” va a
tener un papel importante para subordinar los modos de producción “pre-capitalistas”,
transformándolos en función de sus intereses. En las colonias, se puede mantener ciertas
formas “pre-capitalistas” de relación social (a nivel de las relaciones laborales, por
ejemplo), pero ellas ya son subordinadas indirectamente al capitalismo industrial.
b. Modelo Francés
c. El modelo norteamericano
d. El modelo japonés
El estado entregó las grandes empresas que había fomentado a unos grupos familiares
tradicionales, creando artificialmente una concentración privada de capital industrial.
Estas corporaciones privadas de capital industrial. Estas corporaciones fomentadas por
el estado y dominadas por el jefe de familia tradicional forman las estructuras llamadas
“Zaibatsu”. Su desarrollo se complementa con el desarrollo de la pequeña producción
fabril y del comercio internacional.
a. Saint-Simon (1760-1825)
b. Fourrier (1772-1837)
c. Owen
Dirigiendo una importante fabrica textil en Inglaterra, introduce una serie de reformas
sociales en su empresa. Pero la competencia con otras empresas traba sus ideales.
a. La filosofía alemana
Marx se vincula con Engels a partir de 1944. Engels, desde Manchester (1842), había
analizado la situación y las luchas de los obreros ingleses, sacando las lecciones del
movimiento cartista (ver: La situación de la clase obrera en Inglaterra, 1845).
En la “Ideología Alemana”, Marx expone su tesis sobre la contradicción principal en el
sistema de producción capitalista industrial: entre el desarrollo de las fuerzas
productivas (socialización) y las relaciones de producción (apropiación privada). Por
otra parte, critica el idealismo de los hegelianos.
Marx retomó una actividad política en 1864, participando este año a la fundación de la
Asociación Internacional de los Trabajadores (A.I.T., o Primera Internacional) se
pronuncia contra el socialismo puramente reivindicativo así como contra la acción
revolucionaria espontánea. Preconiza una organización política que actúe en función del
análisis científico de todos los aspectos fundamentales y coyunturales de la realidad
social. Plantea la necesidad de la revolución y de la dictadura del proletariado para la
instauración del socialismo.
Proudhon tuvo una gran influencia a nivel de la acción social reivindicativa de las
organizaciones obreras, preconizando y previendo muchas de las futuras conquistas
obreras: participación creciente en los beneficios y en el control de las empresas,
mutualismo y cooperativismo agrícola, creación de “consejos” económicos y políticos
de descentralización, etc.
Fueron los trabajadores de este tipo que organizaron los “Trade-Unions” en Inglaterra,
alrededor de 1830, así como las “asociaciones amalgamadas” (especie de federaciones).
En estados Unidos, algunos sastres fundaron en 1869 los “Caballeros del Trabajo”,
movimiento anti-capitalista, pro-artesanal, que lanzó la lucha para conquistar la jornada
de las ocho horas. En Francia, estos obreros calificados (Tolain, Varlin, Malon, etc.)
fueron los principales actores de la Primera Internacional y de sus células obreras,
preparando el movimiento sindical, muy influenciado de proudhonismo y anarquismo.
La “amenaza obrera” constituye un factor capital para explicar por que los diferentes
sectores burgueses acabaron por dejar el paso a la figura de Luis Napoleón Bonaparte
(representante de los campesinos parcelarios y del lumpen proletariado de París), para
establecer un equilibrio político y una paz social de transición en una situación de
agudos conflictos. Este “bonapartismo” acabó con los dramáticos acontecimientos de la
Comuna donde se enfrentaron el proletariado y la burguesía. La masacre del
proletariado revolucionario de Paris permite la dominación política de la burguesía
industrial financiera.
Cronología2
Fecha Acontecimientos
1830 Insurrección de Julio en París, de los Borbones, ligados a la gran propiedad agraria hereditaria;
partidaria: los legitimistas, que expulsa al rey Carlos X. Se instala Luis Felipe, partidarios de
los orleanistas, representante de la aristocracia financiera y de la gran burguesía.
1830- Actividad obrera en “sociedades secretas” (edad de las familias, falanges democráticas,
1840 Federación de los Justos a la cual perteneció Marx). Influencia de Baboeuf, Blanqui, etc.
1839 Golpe de Mano fracaso de Blanqui
1840 Sociedad Comunista. El movimiento obrero se liga más con el movimiento republicano:
campaña de los banquetes (Luis Blanc); campaña para la organización y la protección del
trabajo. Creación de organizaciones corporativas. Influencia de Proudhon (Que es la
propiedad: 1840; Filosofía de la Miseria: 1846)
1848 -Revolución Obrera de Febrero en París (la Revolución “Hermosa”) que proclama la república
-Periodo de febrero: comisión del Luxemburgo (organización del trabajo), con L. Blanc y
Albert.
-Elección e la asamblea constituyente (mayo) y afirmación de la república burguesa.
Organización de los talleres nacionales.
-Insurrección de Junio y derrota del proletariado de París (Revolución “Fea”). Dictadura de los
republicanos burgueses.
-Diciembre Elección de Bonaparte (apoyo del campesinado parselario)
1849- -Disolución progresiva de los partidos parlamentarios
1851 -Derrota de la Burguesía republicana
-Derrota de los pequeños Burgueses
-Dictadura y luego división del partido del orden (legitimistas y orleanistas)
-2 de diciembre 1851: Golpe de estado de L.N. Bonaparte con la ayuda de la “Sociedad del 10
de Diciembre” (lumpen proletariado)
1852 Diciembre: Luís Napoleón Bonaparte emperador y “apoderado político de la oligarquía
industrial y financiera”.
1852- Bonapartismo
1871 -hasta 1860, periodo de afirmación burguesa (bonapartismo de derecha) desarrollo industrial
(ferrocarriles, concentración financiera), represión de las org. Obreras, expulsión de los
obreros del centro de París (obras de Haussman).
-1860-68, concesiones, bonapartismo de izquierda
envió de obreros a la exposición de Bruselas en 1862
-1864: “manifiesto de los 60”: el derecho político requiere el derecho social. Se reconoce
asocisiaciones, y el derecho de huelga.
-1865: sección francesa de la primera internacional (Tolain, Varlin)
-Represiones: contra los internacionalistas, contra huelgas (Ricamario, 1869). Se afirma las
tesis de Marx contra Proudhon; polémica con Bakunín.
-1870, Guerra Franco Alemana. Derrota francesa Gobierno republicano (Thiers)
-1871, la comuna de París. La provocación del gobierno a la población obrera de París dan
lugar a la insurrección del 18 de Marzo. Se eligió en París un consejo (la “comuna”) en
mayoría revolucionaria (blanquistas, proudhonistas, internacionalistas, etc.) Se empezó una
serie de reformas sociales pero el gobiernote Thiers reprimió y masacró a los insurrectos (la
semana sangrienta: 21-28 de mayo). La comuna queda como un símbolo en el movimiento
obrero internacional.
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Este periodo ha sido el objeto del análisis histórico y sociopolítico de C. Marx en: “Las luchas de clases
en Francia de 1848 a 1850” (1850) y “el dieciocho de Brumairo de Luis Napoleón Bonaparte” (1852);
estas obras quedan como modelos ejemplares del análisis de las clases sociales y de la sociología de
Marx.
c. La primera internacional
Pero ya nacían los futuros grandes partidos socialistas, políticos y nacionales: Wilhem
Liebknecht con Augusto Bebel crearon el Partido Social Demócrata Alemán en 1869,
en el cual se fusionaron varias tendencias socialistas en el Congreso de Gotha en 1875.
Ya el capitalismo industrial había entrado en una nueva fase de su historia.
LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Este doble proceso, que podemos llamar proceso de monopolización, se realiza a través
de la mediación del sistema financiero. El capitalismo industrial competitivo de la
primera revolución industrial no se transforma directamente en capitalismo industrial
monopolístico (o corporativo), sino que pasa por una fase de transición bajo la
dominación de grandes organizaciones financieras. Esta dominación realiza y acelera el
proceso de monopolización. Rudolf Hilferding analizó esta fase como la del
“capitalismo financiero” (1930).
En la lucha ente los competidores industriales, interviene el sistema de crédito que llega
a ser una arma clave en esta lucha. Los bancarios y los promotores financieros llegaron
a ocupar lugares claves en los concejos directivos de las empresas industriales y de
numerosas empresas a la vez. Con su capacidad financiera, estos “magnates” se
aseguran el dominio sobre la mayor suma posible de capital ajeno: este echo crea las
condiciones para la creación de acuerdos y combinaciones:
• Gentlement´s agreements, conventos voluntarios o asociaciones de
regulación de precios.
• Pools; repartición precisa del mercado y convenios sobre los precios
• Carteles y sindicatos de compra-venta: contratos y acuerdos mas estables
de varias empresas que guardan todavía su independencia.
• Trust: entidad a la cual las sociedades anteriormente competidoras
confían sus acciones, recibiendo en cambio certificados que indican en
que proporción participan en la obra común. (es utilizado de manera
corriente para indicar una fusión de empresas).
• Holding o Conzern: sociedad de participación que permite concentrar el
control financiero de numerosas empresas formalmente independientes
(permite reducir la fracción del capital necesario para el control efectivo.
• Fusión de empresas o concentración definitiva.
Este proceso hace que la propiedad real de capital se “distancie” de la gestión directa de
la producción industrial. El industrial propiamente dicho –o industrial activo– llega a
ser el gerente, el administrador del capital ajeno, mientras que los propietarios de capital
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El papel de la tecnología quedo señalada pero no fue incorporada en el texto original.
se convierten en simples capitalistas de dinero: se crea una nueva aristocracia de la
finanzas (el “caballero” de la industria, el “tycoon”, el magnate, etc.) Este nuevo sector
capitalista tiene características de sector parasitario: mientras que a nivel de la
producción industrial misma, se realiza un proceso de socialización (por ejemplo, en
una “sociedad anónima” es la cual la dirección no tiene la propiedad privada de la
empresa) el proceso de acumulación se concentra en un sector capitalista financiero: lo
que pierden muchos empresarios industriales competitivos, lo ganan unos pocos
“caballeros de la industria”, financieros y especuladores. Peso eso no quiere decir que
bastaría suprimir este sector parasitario y socializar los bancos para que aparezca la
naturaleza social de la producción industrial (en este sentido va Hilferding). El capital
financiero lleva consigo un control de la producción industrial a escala superior: es una
fase de transición hacia la reversión del capital a los productores, no como productores
aislados, sino como grandes productores asociados controlando inmensos monopolios.
En este sentido se puede hablar de una “fase superior” del capitalismo (Lenin).
c. Transformaciones internacionales.
El capitalismo acumula capital para poder invertirlo de manera genera que genere más
plus-valía. Hay crisis cuado el capitalista no encuentra oportunidades de inversión que
le permitan una cierta tasa relativa de plus-valía o cuando es incapaz de “realizar” el
valor integro de las mercancías que produce (sobre-producción o sub-consumo, según
los criterios capitalistas). Analizando el “tipo ingles de capitalismo en su fase
competitiva”, Marx señalaba una tendencia al decrecimiento de la tasa de ganancia.
Kautsky (1854-1938) pensaba que este proceso histórico debía llevar a un “ultra-
imperialismo pacífico”, es decir una completa internacionalización de los capitales
mediante acuerdos y procesos monopólicos a nivel mundial, lo que permitiría la paz
entre las nacionales.
Lenin (El imperialismo, fase superior del capitalismo, (1916), al contrario, ve un reparto
siempre inestable del mundo entre potencias y monopolios cada vez mas amplios. A
través de conflictos bélicos y/o de transacciones pacíficas se establece un reparto
provisional, sujeto a las modificaciones de las correlaciones de fuerza y a nuevas formas
de reparto. La paz no es sino una “tregua” en este estado de competencia a nivel
internacional.
II. Desarrollo de las Clases Sociales
a. La burguesía imperialista
Este proceso de proletarización masiva define una “situación obrera” global que abarca
no solamente los trabajadores de tal o tal empresa, sino toda una población de barrio o
de área geográfica vinculada a un complejo urbano industrial. Es esta fase, el concepto
de clase obrera tiene en lo concreto una expresión visible, masiva. El sindicalismo de
defensa profesional y a no puede responder a las necesidades de esta nueva masa obrera
no calificada de la gran industria. Se requiere un nuevo sindicalismo de masa,
organizando un gran numero de trabajadores por ramas industriales.
En Bélgica se creó el Partido Obrero Belga en 1885. En Inglaterra, se formo una liga
socialista que desembocó en el “labour Party” en 1893. En Rusia, Plejanov creó el
“Grupo de Liberación del Trabajo”, en 1883. Antecedente del Partido Obrero Social
Demócrata de Rusia, formado en 1898. En Francia el Partido Obrero Francés de Jules
Guesde representaba una de las múltiples tendencias socialistas.
Los diferentes grupos y partidos socialistas europeos trataron de coordinarse. Pero las
distintas tendencias dentro de cada país dificultaban esta empresa. En 1889 en París, se
reunió dos congresos paralelos, uno de tendencia Marxista, el otro de tendencia
socialista (tipo “posibilista” francés y “laboralista” ingles). Se confrontaron entonces los
principales partidos y organizaciones obreras nacionales de Alemania, Francia e
Inglaterra, sobre todo. Aunque no se logró la unidad, estas reuniones de París y las
negociaciones de Engels permitieron plantear las bases para hacer resurgir una nueva
“Internacional”. En 1891 se realizo un congreso unificado en Brúcelas, donde
predominaron las tendencias “marxistas”.
La Segunda Internacional nacía así como una confrontación de partidos. A pesar del
fracaso de la comuna, la mayoría de ellos creía en el triunfo próximo de la revolución
proletaria y se dedicaba a preparar al proletariado para el asalto final. Pero las
reivindicaciones obreras inmediatas ocupaban ya un amplísimo lugar. Ya existía una
diferenciación marcada entre las luchas sindicales y políticas, pero eran vistas como
relacionadas dialécticamente: para la Social Democracia Alemana por ejemplo el
sindicalismo era considerado como la escuela primaria del socialismo. Sin embargo
existía interpretaciones concretas relativamente divergentes: los socialistas franceses
querían mantener el carácter político de la Internacional, mientras que los ingleses
buscaban dar el mismo peso de representación al sindicalismo y a las organizaciones
políticas.
Las dos tendencias estuvieron de acuerdo con expulsar a los anarquistas (en el congreso
de Zurcí, en 1893), pero las divergencias entre ellas agudizaron al empezar el siglo XX
b. El movimiento sindical
Como ya lo hemos indicado, el movimiento sindical tomó una gran amplitud con la
segunda revolución industrial, siendo lo más importante el desarrollo de las
organizaciones por ramas de industria. Sin embargo, según los países, este desarrollo
tomo caracteres muy variados: en Francia, el sindicalismo por industria se combinó con
una organización de tipo territorial (las “bolsas de trabajo” animadas por Pelloutier, por
ejemplo). En Inglaterra, el sindicalismo de oficio predominó hasta el fin del siglo XIX.
En el caso de los EE.UU. representa todavía una mayor resistencia del “viejo
sindicalismo”, debido al poder y a la acción represiva muy eficaz de los nuevos
industriales así como a la fuerza de la AFL, la central nacional de los sindicatos de
oficio: solamente en 1936, con la creación de la CIO, se impuso el “nuevo
sindicalismo” a nivel nacional en los EE.UU.
Entre las últimas líneas de acción sindical que se desarrollaron entonces señalamos las
siguientes:
Al fin del siglo XIX se agudizaron las polémicas dentro de la internacional y de los
círculos marxistas. Engels había muerto en 1895. Empezaron a desarrollarse nuevas
interpretaciones del marxismo y nuevas líneas políticas que denominaron
“revisionistas”.
E. Bernstein es el más representativo de estas nuevas tesis (que expuso sobre todo en:
Las premisas del Socialismo y las tareas de la Social Democracia, 1899). Para
Bernstein, el marxismo se encontraba superado por la evolución del capitalismo
moderno. Piensa en particular que las teorias del declive natural del capitalismo, de la
plus-valía, de la pauperización de la clase obrera, etc. deben ser revizada. En el plano
práctico propone un sindicalismo reformista, una participación política en los
parlamentos y, ocasionalmente en los ministerios.
La posición de Bernstain fue duramente atacada por Kautsky (1854-1938), quién hizo
triunfar el “marxismo ortodoxo” en la segunda internacional. Pero, si bien los partidos
social demócratas quedaban oficialmente en esta línea, mental y políticamente se
acercaron al revisionismo. La propia evolución de Kautsky fue en este sentido, en 1902,
en “Revolución Social”, considera que solamente el despotismo hace necesaria una
revolución violenta, mientras que la democracia debe permitir, con la evolución del
capitalismo financiero y monopolístico, un pasaje gradual del capitalismo hacia el
socialismo, sin conquista política del proletariado.
A medida que avanzaba la guerra, y después de ella, se agudizaron las crisis sociales
internas en la mayoría de los países, desarrollándose importantes movimientos
revolucionarios.
El más importante de ellos ocurrió en Rusia. Los fracasos del Zar en la guerra y la
corrupción de su gobierno originaron la insurrección de Petrogrado en febrero de 1917,
transfiriendo el poder al parlamento (Duma) encabezando por Kerenki. Pero una gran
parte de los obreros estaban organizados en “soviets” –consejos obreros, distintos de los
sindicatos que ya habían jugado un papel determinante en la “revolución de 1905”,
especialmente en San Petersburgo, los cuales eran dominados por los Bolcheviques,
dirigido por Lenin, se había formado como partido independiente el Partido Obrero
Socialdemócrata Ruso, donde predominaban los mencheviques, de tendencia más
heteróclita y reformista). Como medida de transición, Lenín lanzó la consigna: “todo el
poder a los soviets” (Ver. Tesis de Abril 1917) no para la implementación del
socialismo, sino para controlar la producción social, evitar el desbarajuste económico y
la fuga de capital, pero esta dualidad de poder no podía ser sino muy transitoria. En
octubre, el comité central del partido bolchevique tomó la decisión de la insurrección
que se realizó con éxito en noviembre. Luego, los dirigentes bolcheviques (Lenin,
Trostky, etc.) se enfrentaron contra el “grupo de oposición obrera” (el cual pedía más
autonomía para las organizaciones obreras de base) y lograron integración de los
sindicatos y comités de fábrica en el Estado y una sujeción a su política económica.
Frente a estos acontecimientos, especialmente la toma del poder por los bolcheviques en
Rusia, hay que destacar la posición de Lenin y Trotsky.
El primero demostró que la revolución proletaria era más fácil instaurar en un país sub-
desarrollado y autocrático, por que este representa “el eslabón más débil” en la cadena
de poder de los estados burgueses. Insistió sobre el carácter no espontáneo de la
revolución, sobre el papel del partido y los revolucionarios profesionales (en este
sentido se distinguía de Rosa Luxemburgo que confiaba más en el papel de masas
obreras, y criticaba el ultra centralismo político de los líderes del partido. Trotsky (ver:
Balances y Perspectivas 1906, y Revolución Permanente, 1928) como Lenin, piensa que
en un país atrasado el proletariado debe hallarse más temprano en el poder que en un
país capitalista avanzado: en los países atrasados la burguesía esta débil, dependiente y
poco numerosa. No tiene fuerza para realizar las tareas de la “revolución democrática
burguesa” (por ejemplo, la reforma agraria, el desarrollo de la producción industrial,
etc). Es el proletariado quien, tomando el poder puede asumir las tareas revolucionarias
tradicionales de la burguesía en los países en desarrollados. Por eso, el proletariado
aparece, para el campesinado, como la fuerza revolucionaria inmediata en los países
atrasados. De eso se deduce la posibilidad y la importancia de la alianza obrero
campesina en estos países.
Por otra parte, Trotsky piensa que el proceso revolucionario en un país no puede
desarrollarse y desembocar si no logra el sostén del proletariado de los otros países y si
no se extiende en una revolución mundial. En eso se distingue de Lenin y se opondría a
Stalin que trataron ante todo de defender y consolidar la revolución rusa, sujetando a los
otros partidos comunistas a la política de la Unión Soviética.
f. Nuevas internacionales.
Desde el principio del siglo XX, se creó un Secretario Sindical Internacional, vinculado
a los socialistas de la segunda internacional. Este secretariado se transformo se
transformo en 1913 en Federación Sindical Internacional (FSI): al fin de la guerra, la
conferencia de la paz de Versailles permite la formación de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo), en la cual participan dirigentes ligados a la FSI, cuyas
actividades se habían parado durante la guerra. En 1919 se reestructuro una nueva
Internacional Sindical, llamada de Ámsterdam, siguiendo la línea reformista de la
antigua FSI. La Internacional Sindical de Ámsterdam agrupaba a las grandes
organizaciones sindicales como la Trades-Unions inglesa, la AFL norte americana, la
Comisión General de los Sindicatos de Alemania, etc. representando a casi 18 millones
de trabajadores organizados. Pero su programa se dirigía a los sectores de la clase
obrera más privilegiados y a los países más industrializados. Su ideología era más
marcada por el prudhonismo.
La gran extensión del capitalismo en el conjunto de los países del mundo que
significaba la segunda revolución industrial, está acompañado de nuevos movimientos
de suma importancia en los países dominados, colonizados, etc. Señalamos por ejemplo
la subida del nacionalismo chino con la creación de la república por Sun Yat Sen en
1911 y el desarrollo de su partido el Kuomitang (bloque de 4 clases: obreros
campesinos, pequeña burguesía y burguesía nacionalista) aliado con el partido
comunista hasta la ruptura y la masacre de este ultimo en 1927. Señalamos también el
proceso revolucionario mejicano a partir de 1911. Después de la primera guerra hubo
también importantes movimientos en India, Egipto, Siria, etc. Estos diferentes
movimientos y la problemática de que implican serán analizados en otro lugar.
I. La Depresión y la Transición
Las empresas monopolísticas generan una masa de utilidades mucho superior a las
empresas en una situación predominante competitiva. Estas utilidades no pueden ser
enteramente consumidas y deben ser reivindicadas para generar de nuevo utilidades.
Para ello se requieren amplias oportunidades de inversión que además aseguren la
mayor tasa de ganancia posible. Las oportunidades de inversión habían sido múltiples
en la fase que hemos descrito como “segunda revolución industrial”: los ferrocarriles a
partir de 1970, la conquista colonial con las inversiones para las actividades extractivas
y con la apertura de nuevos mercados que representan (para colocar productos
manufacturados o préstamos), la extensión de amplias ramas industriales, etc. Todo eso
explica el dinamismo del capitalismo industrial en esta fase. Pero este dinamismo no
debe hacer olvidar los elementos coyunturales favorables sorbe el cual descansa. Si
estos elementos desaparecen o pierden importancia, ocurre la crisis.
Baran y Sweezy (el capital monopolista, 1968) analizaron este problema en EE.UU. y
explicaron por ejemplo la depresión económica de los años 1907-1915 en este país por
la perdida de importancia del factor de inversión que representaba el ferrocarril,
mientras que las nuevas innovaciones tecnológicas de la época (ej. Electricidad) no
tenían el mismo factor positivo, pero las oportunidades de inversión que había
representado la implantación de todo el sistema ferroviario. En este mismo país la crisis
fue superada gracias a la primera guerra mundial y por prestamos para la reconstrucción
Europea. Otro echo importante que explica que el capitalismo industrial norteamericano
de la época que aguardo un gran dinamismo es el auge de la industria del automóvil
(1915-1925) que tenía inmensa consecuencias en cuanto a las oportunidades de
inversión.
Pero estas fases de prosperidad dejaban intacta la tendencia latente que hemos señalado,
y, cuando la industria del automóvil empezó a estancarse fue toda la economía que
parecía entrar en receso, resaltándose numerosos sectores en crisis (sector agrícola,
minas de carbón, sector textil, etc.) El optimismo se mantuvo hasta 1929, gracias a la
especulación financiera. Pero ya se anunciaba la gran depresión de los años 30, y hará
falta de la segunda guerra mundial para que el capitalismo monopolístico mundial
recupere su dinamismo. Los países industriales y especialmente EE.UU. se habían sobre
capitalizado (en buena parte a expensas de los países sub-desarrollados y sus
trabajadores), y este excedente de capital bruscamente vio caer su valor.
Es en esta situación económica de fondo que se ubica la gran fiebre de especulación del
fin de la década 20 en los EE.UU. El optimismo de lo hombres de negocio, acompañado
de prácticas de corrupción y una búsqueda sin freno de sobre ganancias a través de la
especulación preparaban una catástrofe en la bolsa de Nueva York, centro de las
operaciones especulativas, se produjo una baja de los valores hasta el momento en alza
constante. Los especuladores quisieron vender masivamente. El gran pánico se produjo
el 24 de octubre de 1929 –“el jueves negro”– en Wall Street. En algunos meses las
acciones perdieron la mitad de su valor. Los hombres de negocio y el gobierno
republicano no perdieron su optimismo en un primer momento. Pero en los años
siguientes, la crisis se había extendido al conjunto de la economía norteamericana y de
la esfera capitalista. La demanda fue fuertemente reducida, repercutiendo sobre la
producción; el crédito estaba bloqueado. El comercio exterior se redujo también
La gran mutación del capitalismo industrial que se opera entonces comporta un aspecto
importante: el Papel creciente de la intervención del Estado en la regulación directa de
la vida económica y social. En las fases anteriores de la industrialización el Estado se
limitaba antes que todo al control político de las diferentes clases –o sectores de clases-
sociales, controladas en última instancia por la burguesía más “avanzada”. Pero, en el
proceso de monopolización y con la crisis que estamos analizando, el Estado no
solamente debe asumir la “expansión cohesionada”, sino también directamente una
cierta infraestructura económica y social y una cierta planificación sin las cuales la
crisis se volvería insostenible. Por Ej. El Estado debe tomar a su cargo ciertos sectores
que ya no puede asumir el capital privado (transporte, materias primas básicas, energía,
etc.) o que requieren de una iniciativa que escapa a la dinámica de la acumulación
privada del capital privado.
El Ney Deal retoma la intensa actividad que había tenido el Estado en la vida
económica durante la primera guerra mundial. El gobierno empezó a controlar el
sistema bancario y financiero, a fomentar programas de desarrollo agrícola e industrial.
(se creó por ejemplo, la Tennesee Valley Authority, empresa pública modelo encargada
del desarrollo del valler Tennessee a base de un complejo hydro-eléctrico). Se creó un
sistema de ayuda a los desocupados; también se institucionalizó las negociaciones con
los sindicatos a través del “Nacional Labour Relations Boad”.
Sin embargo el New Deal no logro superar la crisis económica, alcanzando sus causas
profundas. El desempleo saguía y el segundo mandato de Roosvelt significo múltiples
dificultades. Es la segunda Guerra Mundial que explica fundamentalmente la
recuperación económica del capitalismo industrial norte americano después de la gran
crisis. Pero es indudable que el New Deal permitió plantear las bases de nuevos
mecanismos de regulación del capitalismo monopolístico, que tendrán su mayor
rendimiento después.
Hemos visto que la división internacional del trabajo y los intercambios internacionales
habían sido profundamente afectados después de la primera guerra y con la crisis del 30.
La mayoría de los países trataron de recuperar un equilibrio interno a u nivel inferior.
En cierto caso se trató de organizar una zona internacional de intercambio protegida
cortado del resto del mundo, es el caso ingles con su “zona esterlina” y el
“commonwealth”.
Estos sectores se movilizaron alrededor de un nacionalismo muy fuerte. “mas aya de las
clases sociales”, animando por un líder. El nacionalismo significaba un reforzamiento
del ejército, de la industria de guerra y un recrudecimiento del imperialismo. El control
de la clase obrera suponía la eliminación de sus organizaciones propias, la
militarización de los trabajadores en el seno de las corporaciones a la vez poseídas por
le gran capital privado y fomentadas por el Estado, y la utilización de slogan socialistas
demagógicos.
El fascismo en Italia y el nazismo en Alemania son los casos extremos de este tipo de
movimientos.
En el Japón, cuyo comercio exterior y cuya economía fueron también fuertemente
tocados por la crisis de 1929, el Estado empezó a intervenir de nuevo, de manera masiva
en la economía, a instancia del ejército, apoyado por los artesanos, los pequeños
industriales y campesinos. El estado organizó un sistema de racionalización, estableció
una concentración obligatoria de las empresas, reagrupando nuevos “Zaibatzus”, bajo la
forma de empresas mixtas. Tomó el control del comercio exterior.
Con la guerra, los EE.UU. han accedido a la posición de primera potencia mundial,
logrando alcanzar la mitad de la producción industrial mundial, hecho nunca antes visto,
salvo al principio de la primera revolución industrial con el caso ingles. La guerra
represento para los EE.UU una reincentivación de su economía, una oportunidad de
inversión lucrativa sin precedentes, especialmente en la industria de material de guerra,
mientras que sus principales competidores eran afectados por la ocupación o la derrota
(caso japonés y alemán). En 1945 la burguesía norteamericana dispone de una inmensa
acumulación de capital y de un conjunto de fuerzas productivas, lo cual va a repercutir
sobre las características del sistema productivo y transformar la división internacional
del trabajo.
Mientras que en la fase de transición que representa el capital financiero, cada empresa
era dominada por entidades bancarias que no ejercía sino un control indirecto sobre sus
actividades productivas, en las corporaciones modernas ya no hay separación entre la
gestión financiera y la gestión económica de la producción. Estas nuevas corporaciones
representan grandes empresas integradas con un centro de gestión que administra su
expansión y actúa directamente a través de sus múltiples sucursales.
b. Los managesr y la “tecno-estructura”
Eso llevo a los analistas, tal como James Burnham a hablar de una “revolución de los
managers” (The mangerial revolution, New York, 1941). Según este autor, son los
técnicos quienes cada vez más dirigirán y controlaran la economía moderna haciendo
desaparecer las diferencias entre los sistemas capitalistas y socialistas. Y estas
tecnocratización se darán también a nivel del Estado, ya que este se vuelve siempre más
coordinador y planificador de la vida económica y social.
El sociólogo francés R. Aron describe las sociedades industriales y las luchas de clase,
utilizando en buena parte la concepción tecnocrática para acercar en una misma
tendencia el modelo de desarrollo industrial soviético y el modelo capitalista y para
defender el último (ver: 18 lecciones sobre la sociedad industrial, 1962) y las luchas de
clase (1964).
e. El trabajo y la automatización.
Por eso, lo que este sistema requiere; es de una mano de obra altamente calificada, de
tipo profesional, que tenga la capacidad de controlar, de tipo profesional, que tenga la
capacidad de controlar, evaluar, adaptarse y trabajar en equipo integrado. En cierta
manera, este trabajador profesional recupera la autonomía relativa que permite la
calificación autonomía que tienen los “trabajadores de oficio” y que habían perdido los
trabajadores estrictamente especializados en tareas parcelarias de cadena. (Ver
Touraine: la organización profesional de la empresa en Sociología del Trabajo, op cit.
El autor elabora una tipología en la cual explicita las correspondencias y combinaciones
lógicas entre estas tres formas de trabajo)
Para estos trabajadores de tipo profesional, el salario no puede ser calculado a partir del
rendimiento individual directo (como por ejemplo, a la hora, a la pieza, etc), sino que
corresponde a la evaluación previa de un puesto de trabajo y de sus requerimientos. Así,
el trabajador entre en un sistema integrado de comunicación, y se le exige
fundamentalmente esta integración. Eso supone que sea preparado y seleccionado: esta
preparación requiere de todo el sistema educativo, escolar, técnico, y universitario,
complementando con los stages y la experiencia en la propia empresa. En este sentido,
el trabajador entra en una “carrera profesional”, la cual, en la medida que no esté
afectada por los cambios tecnológicos, le asegura una cierta seguridad ocupacional.
Así, la tercera revolución industrial ve nacer un nuevo sector obrero, en general joven,
técnicamente preparado, profesionalizado, que tiene un estilo de comportamiento, un
nivel de consumo “moderno”. Esta “nueva clase obrera” se distingue de la “aristocracia
obrera” en el sentido que dispone de una formación técnica moderna, y entra de frente
en la “sociedad de consumo”, mientras que la aristocracia obrera corresponde a viejos
sectores obreros estrictamente especializados, o obreros de oficio, que se han asegurado
una mejor posición social gracias a la acción sindical y política, se puede notar
igualmente diferencias: mientras que los sectores obreros tradicionales insisten sobre
una actitud de defensa y de negociación, los sectores más modernos se manifiestan más
gestionarios, interesados a tener acceso al sistema de comunicación y de decisión, en la
empresa, en la región, o en el país. (ver: Serge Mallet, La nouvelle clase ovriere, Seuil,
1969).
El Sociólogo Elton Mayo representa a este respecto un punto de partida (ver: The
humans problems of an industrial civilización, Harvard, 1945, traducido al cast.) Elton
Mayo realizó experiencias en la Western _Electric Cy, en sus talleres de Hawthorne de
Chicago. Se había empeñado durante varios años en establecer el efecto del ambiente
material del trabajo (por ejemplo el tipo de iluminación…) sobre el rendimiento de los
trabajadores. En esta vía no tuvo ningún resultado significativo. Frente a este interesante
fracaso, realizo una serie de experimentos sobre la fatiga, la monotonía. Estableció un
sistema de observación y de experimentación muy minucioso con seis trabajadoras
encargadas de montar piezas telefónicas. Se dio cuenta que las transformaciones
experimentales (tales como pausa, descanso, comida, conversación a intervalos
apropiados, etc.) tenían efectos positivos sobre el rendimiento, pero este efecto positivo
se mantenía cuando se suprimía estas transformaciones. Esta observación extraña no
tenía explicación a partir de las “variables” del experimento. Mas bien, Elton Mayo
explico este fenómeno en el hecho que las trabajadoras habían tomado un “interés” en el
experimento, estableciéndose una relación de confianza y de sinceridad que el jefe
interesado en la prueba, cambiándose la “actitud mental” del grupo de trabajo, etc. De
allí Elton Mayo sacó una serie de conclusiones generales para establecer “una
colaboración eficaz y sincera entre los grupos de administrativos y obreros” y tener en
cuenta los “factores sociales y humanos”.
En la misma línea que Elton Mayo, y desarrollando la sociología del trabajo en este
sentido, trabajaron los de la “Escuela de Michigan”, entre los cuales se destacan
Roesthlisberger y Dickson (ver: Management and the worker, Harvard, 1939). Esta
escuela siguió estudiando el grupo de trabajo a nivel de las relaciones sociales como de
los mecanismos psico-sociales, llegando a formar un tipo de sociología industrial que
generó aplicaciones prácticas de parte de los empresarios, (por ejemplo, organización de
un servicio de relaciones humanas en las empresas, stage de dinámico de grupo, etc.)
Sin embargo, estos estudios que parecían haber obtenido un amplio consenso,
empezaron a ser criticados a medida que se profundizaba el sentido de la tercera
revolución industrial y de los nuevos sectores de trabajadores en ella. Bottomore por ej.
en “Las clases sociales en la sociedad moderna” (1968) señala como las teorías sobre las
sociedades democráticas, igualitarias, opulenta, etc. carecen en realidad de estudios
actualizados: “…algunos sociólogos han aceptado que … la clase trabajadora ha salido
de la pobreza y ha obtenido la ciudadanía industrial y política. Pero ha llegado a esta
conclusión sin haber realizado un estudio real de la evolución de las clases sociales en
tiempos recientes, o de los movimientos sociales contemporáneos que revelan las
posibilidades de la futura transformación social” )Ed. La Pleyade, p. 151).
Entre los esfuerzos para estudiar y analizar casos concretos referidos a la “nueva clase
obrera”, señalamos: en Inglaterra, Lockwood (The new Working class, 1960); en
Francia, S. Mallet (La nouvelle classe ouvriere, 1963), Touraine (La consciente
ouvriere, 1966); en Italia, B. Trencin (Tendencias actuales de la lucha de clases, 1965),
etc.
Pero la unidad de la FSM no pudo resistir a la división del mundo en dos bloques y al
desarrollo de la guerra fría. Se separan los Trades Union ingleses, la F.O. (Fuerza
Obrera) se escinde de la CGT francesa; en Norte América, el CIO apoya el plan
Marshall, la guerra fría y la lucha anti-comunista (1947). En 1955, fusiona la AFL. Así
el sindicalismo internacional se divide claramente en tres tendencias, la FSM,
comunistas (se adhieren los sindicatos chinos, después de 1949), la Confederación
Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, fundada en 1949, agrupando al
AFL/CIO (hasta 1969), los Trades Unions, la ORIT, etc. y la Confederación
Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC), fundada en 1920, que tomó el nombre de
Confederación Mundial de Trabajadores (CMT), en 1968.