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ver lo que tenía delante, a consecuencia de lo cual atropelló a Constancia, que circulaba en
bicicleta por la urbanización... en la misma dirección, por el carril destinado a automóviles.
Constancia falleció a consecuencia del golpe con el firme de la carretera. Determine si hay
conducta (Fundamente el porque).
A) Cristina no realiza ninguna conducta
B) Cristina, realiza una conducta
No hay conducta, porque opera un factor externo, físico e incontrolable por sí mismo,
que bien podemos calificar como de fuerza irresistible.
Y es la víctima..
El terrorista Z., apostado en un edificio, espera que pase su víctima V. por la esquina
que divisa desde su ventana. A la vez, el terrorista Y., sin mediar acuerdo alguno entre ellos,
se halla apostado en la ventana contigua del mismo edificio, esperando que su víctima V., la
misma que espera Z., pase por la esquina que divisa desde su ventana. V. pasa por la esquina
y ambos disparan. V. resulta muerto con dos disparos en el corazón, sin que se haya podido
probar quién de los dos hizo impacto primero. ¿Quién mató a V? ¿El terrorista Z o el
terrorista Y?
Tanto Z como Y disparan a V. Hemos venido argumentando que Sólo era posible
imputar lo seguro, una tentativa de asesinato –pero no el delito consumado– a cada uno. La
razón de ello es sobre todo de prueba: no se ha podido determinar cuál de los dos disparos
incidió primero. Esto no quita que el riesgo en sí fuera ex ante de muerte, ni que no lo fuera
ex post. Pero esta argumentación tiene otra premisa y es que en los hechos se reseña cómo los
terroristas obran «sin mediar acuerdo alguno entre ellos».
Este dato impide apreciar coautoría, y sólo será posible valorar las intervenciones por
separado. En efecto, si falta el mutuo acuerdo entre los intervinientes, no es posible la
coautoría. Ésta exige mutuo acuerdo y distribución funcional de roles entre los que
intervienen. Precisamente por ser coautoría, procede la imputación recíproca entre todos los
intervinientes, de manera que todo lo que uno hace se imputa a todos los demás, si están
vinculados entre sí por el mutuo acuerdo y la distribución de tareas. De no ser así, como se
relata en este caso, sólo es posible que cada uno responda por lo que él ejecuta, sin que sea
posible la imputación recíproca. Procede más bien la imputación separada. Es lo que se llama
autoría accesoria, que se asemeja a la coautoría por el dato de que intervienen varios sujetos
en un curso de riesgo para un bien jurídico. Pero se diferencia de ella en que esos sujetos no
se hallan vinculados por el mutuo acuerdo ni, por tanto, se distribuyen funciones. Tampoco se
trata de un caso de autores y partícipes, sino que cada uno de ellos hace todo lo que sería
oportuno para la realización del tipo, con independencia del otro. Incluso seguiría siendo un
caso de autoría accesoria aquel en el que un interviniente sabe de las intenciones de otro, y
obra por su cuenta (quizá uno de los terroristas supiera de la presencia y disposición del otro),
sin acuerdo mutuo. Pues bien, aun en este caso falta la coautoría porque no se ponen de
acuerdo entre sí. Por lo tanto, de nuevo, imputación separada a cada uno (autoría accesoria).
Si se hubiera podido probar quién disparó primero, uno será autor de delito consumado, y el
que dispara después autor de una tentativa de asesinato. En nuestro caso, al no haberse
probado, cada uno será autor de una tentativa de asesinato
Cuando inicias una oración se empieza con mayúscula. Ejemplo. La casa es blanca. /
no la casa es blanca. Redacta mejor, se entiende tu idea, pero es un galimatías. No existe la
palabra «producio».
Id., redacta mejor.
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Sobre las 0,15 horas del día 25 de agosto del 2000, en la confluencia de las calles
Hermanos de Pablo y Sambara de esta capital, tras un incidente de tráfico, se apearon de sus
respectivos vehículos, Augusto y los acusados Carlos María, mayor de edad y con
antecedentes penales no computables y Vicente, mayor de edad y sin antecedentes penales,
iniciándose una discusión entre ellos. En el curso de dicha discusión, los dos acusados
comenzaron a propinarle puñetazos a Augusto hasta que, uno de ellos, le hizo caer al suelo de
un fuerte golpe en la espalda, quedando de rodillas o agachado con las manos en el suelo «a
cuatro patas»·, posición en la que le propinaron varias patadas, algunas de ellas en el tórax y
a la altura del hígado. En un momento dado, el acusado Vicente se dirigió al acompañante de
Augusto, Mauricio, que ya se había apeado del vehículo, y le propinó una patada por detrás
que le hizo caer sobre unos pivotes de hierro, causándole lesiones que precisaron de una 1ª
asistencia facultativa y tardaron en curar 7 días, con igual tiempo de incapacidad, quedándole
como secuela dolor en codo derecho de forma esporádica. Concluida la agresión, Augusto se
desplomo y cayó al suelo de bruces, golpeándose la cabeza contra el mismo. Poco después
fue trasladado a un centro médico, donde, ese mismo día, falleció a consecuencia de una
hemorragia subaracnoidea de carácter no traumático… La paliza de los acusados propinaron
a Augusto le produjo una contusión hepática con hemorragia intraparenquimatosa de
pronóstico grave que, dejada a su evolución natural, podía haberle causado la muerte». ¿Han
matado Carlos y Vicente a Augusto? ¿De qué muere Augusto? ¡Atención a la "hemorragia
subaracnoidea de carácter no traumático"!
¿Quién es Auvusto?
Respecto al riesgo de homicidio las cosas no son tan claras, pues se la víctima se
desploma y sufre un golpe en la cabeza, y experimentó una hemorragia subaracnoidea de
carácter no traumático. Este dato es clave, pues al ser de tal carácter, no puede tener origen en
los golpes (no traumática), sino que ha de vincularse con una lesión previa, congénita o de
carácter exógeno, pero no con la paliza. De se deduce que el riesgo de homicidio no se realiza
en el resultado, sino que es un nuevo riesgo, diverso, lo que se realiza, un riesgo proveniente
de las propias condiciones de la víctima. Por lo que el homicidio quedaría en tentativa. Que
además sufriera una hemorragia hepática que hubiera desencadenado la muerte no puede
tomarse como motivo para enlazar riesgo de homicidio y resultado de muerte, pues lo cierto
es que el de la hemorragia subaracnoidea adelantó el óbito. Y esta hemorragia, como ya
hemos dicho, tiene su origen, no en los golpes, sino en otro factor. Por lo tanto, de momento,
podemos afirmar que la conducta reviste objetivamente carácter típico a los efectos de la
vejación consumada, lesiones consumadas y homicidio en tentativa.
Respecto a la conducta de Vicente contra Mauricio (4), y por razones semejantes a las
ahora expuestas, nada nos permite dudar de su carácter objetivamente típico a los efectos de
la vejación (consumada) y lesiones (consumadas). Veamos también si es típica en lo
subjetivo.
II.3. En el plano subjetivo podemos afirmar que Carlos y Vicente se han de haber
representado que sus golpes (2) son de tal gravedad como para vejar a una persona (de que
están conmoviendo, empujando a alguien), también que están lesionando a esa víctima (zonas
a las que golpean, los ritos que darían la víctima, el conocimiento que toda persona tiene de la
importancia de zonas vitales…), y también que van a desencadenar en un riesgo de muerte
(por afectar repetidamente con patadas en la zona del hígado y tórax). Si no con dolo directo
de primer grado, puede defenderse el dolo directo de segundo grado, pues han de conocer que
sus golpes van a producir afectaciones internas, hemorragias, daños en órganos vitales: no
pueden no saber que dando una patada en el tórax, no se verá afectado el órgano respectivo, y
si golpean repetidamente, no pueden ignorar su gran potencialidad lesiva. Por tanto, la
vejación, las lesiones y el homicidio (en tentativa) son dolosos (obsérvese que la cuestión de
la hemorragia subaracnoidea no se resuelve en sede de tipicidad subjetiva, pues ya en la
objetiva ha quedado rechazada la tipicidad como infracción consumada).
Respecto a la conducta de Vicente contra Mauricio (4), llegamos a la misma
conclusión, avalada además por el dato de los pivotes sobre los que fue a parar al recibir la
patada, y que Vicente no podía ignorar que existían. Por tanto, la vejación y las lesiones son
también dolosos.