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Capacidad Física Coordinación

Capacidad Física
Coordinación
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Uso con fines académicos
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014

LAS CAPACIDADES COORDINATIVAS Y LA MOVILIDAD

TEORIA DEL MOVIMIENTO – AUTORES: MEINEL KURT, SCHNABEL


GUNTER

Las capacidades coordinativas


En los capítulos anteriores se intentó poner de manifiesto la importancia de la coordinación
motora para la ejecución de un movimiento, y la manifestación de la misma en determinadas ca-
racterísticas de ese movimiento. La práctica deportiva —ya sea en la clase de educación física,
en el deporte extraescolar, en el deporte de tiempo libre, en la formación física militar, como en el
deporte de alto rendimiento— tiene la función de desarrollar en los deportistas aquellas
cualidades que los capaciten para obtener rendimientos coordinativos elevados. ¿Pero cuáles
son esas cualidades? Las mismas se denominan cualidades de rendimiento o mejor aún
capacidades.
Lo importante es seleccionar, dentro del cúmulo de cualidades que determinan el
rendimiento deportivo actuando en complejo, aquellas cualidades relacionadas primeramente a
los procesos de conducción y regulación, y que están condicionadas fundamentalmente por
éstos. Estas son las capacidades coordinativas. De acuerdo a una proposición de GUNDLACH
(ver 1968), las capacidades motoras (o físicas) se dividen en capacidades de la condición física y
capacidades coordinativas (Figura33).
Las capacidades de la condición están determinadas preponderantemente por procesos
energéticos, y las coordinativas por los procesos de la conducción y regulación motriz, o sea por
procesos informativos por lo tanto, las cualidades fuerza, resistencia y velocidad se cuentan entre
las capacidades de la condición física.
En el deporte se conoció durante mucho tiempo sólo una cualidad coordinativa, la
destreza, la cual era entendida muy complejamente y definida en forma relativamente
generalizada e imprecisa La palabra destreza deriva (esto se refiere al idioma original del texto, o
sea el alemán) del término "cambio" y significa originalmente agilidad, o también del término
"torcer" - "superar". La destreza era entendida en general como la capacidad para resolver rápida
y adecuadamente las tareas motoras .Esta capacidad general es esencial para muchos deportes y
además es importante para la capacidad de defensa, para el rendimiento en el combate moderno
y también para algunos procesos laborales que aún no están mecanizados o automatizados.
Así, por ejemplo, los gimnastas o esquiadores que superan dificultades elevadas son
calificados como personas diestras. El jugador de hándbal que se desenvuelve exitosamente por
medio de variantes motoras como fintas, saltos o tiros con caída, o un boxeador que contrarresta
el ataque del adversario también poseen un determinado grado de destreza. Esta del mismo modo
se muestra en una carrera de obstáculos y también se puede hablar de destreza en el trabajo de
un operario que se desenvuelve con movimientos seguros en un mástil de alta tensión, o en el
trabajo de un marinero en un barco que se mueve con el oleaje.
Por consiguiente, la destreza tiene muy diversas formas de expresión, siendo importante
no sólo en el ámbito de la motricidad deportiva.
Ella es una cualidad universal del rendimiento que está asociada a los objetivos, funciones
y métodos de todas las áreas de la actividad física y deportiva. Este concepto universal ya no es
apropiado para la extraordinaria multiplicidad y variabilidad de las acciones motoras,
especialmente en el campo deportivo. Las distintas exigencias que se le presentan a la capacidad
coordinativa del ser humano para aprender, perfeccionar y utilizar acciones motoras en todas las
áreas de la vida y especialmente en el área deportiva, hacen necesario diferenciar varias
condiciones coordinativas del rendimiento, o sea varias capacidades coordinativas.
¿Qué se entiende por capacidades coordinativas? Partiendo de conocimientos de la
psicología respecto a la teoría de la capacidad y a la teoría de la regulación conductiva, y teniendo
en cuenta posiciones teóricas básicas sobre la coordinación (ver la sección 2.1.), se puede
formular la siguiente definición: las capacidades coordinativas son particularidades relativamente
fijadas y generalizadas del desarrollo de los procesos de conducción y regulación de la actividad
motora. Ellas representan requisitos indispensables que debe poseer el deportista para poder
ejercer determinadas actividades deportivas más o menos adecuadamente (ver HIRTZ, 1979;
ZIMMERMANN, 1983).
Partiendo del hecho de que las acciones deportivas están determinadas permanentemente
por el proceso total de conducción y regulación. Las cualidades coordinativas también se pueden
caracterizar como particularidades comunes del transcurso de esos procesos totales. Esto
significa que las capacidades coordinativas son determinadas por las funciones parciales que
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sirven de base para el proceso coordinativo (percepción y elaboración de informaciones,


programación y anticipación, comparación de los parámetros ideales y reales del movimiento,
impulsos eferentes) (ver las secciones 2.3., 2.4., 2.5), y por ello no es correcto clasificar las
capacidades coordinativas dentro de una sola de esas funciones parciales.

Rendimiento Deportivo

Capacidades (físicas) motoras

Capacidades de la condición Movilidad Capacidades coordi-


Físicas nativas

Condicionadas sin condicionamientos condicionadas


principalmente predominantes primeramente
por procesos energé- coordinativos o por los procesos
ticos físicos de la conducción
y regulación
motora

Figura 33: Cuadro sinóptico sobre las capacidades motoras determinantes del rendimiento
deportivo.

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La clasificación interrelacionada de las cualidades psíquicas elementales (por ejemplo las


capacidades perceptivas, cognitivas y mnémicas) y las cualidades coordinativas es algo
problemática porque estas últimas, como cualidades habituales del desarrollo de los procesos
complejos de la conducción y regulación del movimiento, contienen a los componentes psíquicos
elementales (figura 34). Así es que, por ejemplo, la capacidad de observación y la capacidad de
idealización tienen influencia sobre la formación y la expresión de las capacidades coordinativas
pero no determinan de ningún modo su esencia. Recién la totalidad de los componentes básicos
que sirven de fundamento para el proceso complejo de conducción y regulación motora (por
ejemplo los procesos psíquicos elementales como la percepción la idealización y los procesos del
pensamiento y sus procesos equivalentes habituales), su grado de manifestación y su acción con-
junta condicionan en mayor medida la existencia de las capacidades coordinativas.
Los procesos de conducción y regulación de la actividad motora se desarrollan en todos
los individuos según las mismas normas, pero esto no significa que los mismos transcurren en
cada persona con igual velocidad, exactitud, diferenciación y movilidad. Estas particularidades
cualitativas del transcurso de los procesos conductivos y regulativos son los que determinan las
particularidades de su desarrollo, son precisamente las que determinan la esencia de las
capacidades coordinativas.
Por lo tanto, lo determinante de las cualidades coordinativas no son los procesos de
conducción y regulación asociados a una acción concreta, sino las características del desarrollo
de esos procesos típicos no sólo para una acción aislada, sino para varias acciones diferentes. La
gran velocidad del desarrollo de los procesos de conducción y regulación como una cualidad
caracterizante de la capacidad de reacción, es un requisito decisivo, por ejemplo, para obtener
buenos tiempos de partida en las carreras atléticas de velocidad, para contener con éxito los tiros
fuertes y precisos dirigidos al arco en hándbal y fútbol, o para defender y contrarrestar
exitosamente los ataques adversarios en los deportes de combate. La esencia de las capacidades
coordinativas está determinada por las particularidades de desarrollo generales o sea por las
particularidades de desarrollo independientes de la acción respectiva y de sus procesos de
conducción y regulación y que se fijan en forma generalizada, de modo que se las puede trans-
mitir a otras acciones. Las cualidades coordinativas representan, en combinación estrecha con
otras cualidades, condiciones indispensables para el rendimiento, las cuales se expresan en el
grado de la velocidad y calidad del aprendizaje, del perfeccionamiento y de la estabilización de las
destrezas motrices, y en su utilización adecuada de acuerdo a la situación y las condiciones
reinantes.

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Operaciones mnémicas
↔ Operaciones efectoras


Capacidades coordinativas

Operaciones perceptiva
↔ Operaciones
cognitivas

Figura 34: Componentes básicos esenciales de las capacidades coordinativas.

Al igual que todas las capacidades, las cualidades coordinativas se diferencian por su
dirección (aspecto cualitativo) y por su nivel (aspecto cuantitativo).
Las cualidades coordinativas son requisitos indispensables para el rendimiento en una
amplia categoría de tareas motrices. Esto significa que una capacidad coordinativa jamás es el
único requisito para obtener un determinado rendimiento, sino que la estructura condicionante
consta siempre de varias cualidades coordinativas que se encuentran en relación estrecha entre
sí, y a menudo también actúan en combinación con capacidades o cualidades intelectuales,
musicales, volitivas o de la condición física.

Las capacidades coordinativas y las destrezas motoras (destrezas técnico-deportivas)


Tal como se expresara anteriormente, existe una relación estrecha entre las capacidades
coordinativas y las destrezas motoras. A continuación se realizará una caracterización de aquella
en base a los rasgos característicos de las destrezas motoras expuestos en la sección 4.1.1.,
según los cuales las capacidades coordinativas y las destrezas motoras tienen algo en común:
son requisitos del rendimiento condicionados coordinativamente.
Ambos están determinados por los procesos de conducción y regulación, desarrollándose y
fijándose por medio de la actividad, en especial por medio de la actividad deportiva.
La diferencia esencial consiste en el grado de generalización, mientras que la palabra
destreza se relaciona con acciones motoras concretas, fijadas y totalmente automatizadas, las
cualidades coordinativas representan condiciones necesarias del rendimiento, pero fijadas
generalizadamente, o sea fundamentales para una serie de acciones motoras diferentes.
El nivel de desarrollo de cada una de las cualidades coordinativas condiciona al mismo
tiempo la adquisición de destrezas motrices, lo cual se expresa especialmente en el tiempo de
aprendizaje, el que depende siempre del nivel inicial de las capacidades coordinativas —y en parte
también de las cualidades de la condición física—.
En un experimento sobre el entrenamiento de la gimnasia deportiva se realizó una etapa de
ejercitación antes de dos etapas de aprendizaje, con el objetivo de elevar el nivel de las
capacidades coordinativas dominantes en los giros alrededor de los ejes transversal y longitudinal
del cuerpo. El experimento dio como resultado que los gimnastas con un mayor nivel coordinativo
fueron los que alcanzaron los mejores rendimientos en las etapas de aprendizaje. Estos
resultados se pudieron constatar también en un experimento hecho en el entrenamiento de
hándbal. El grupo experimental, que alcanzó un aumento de la capacidad coordinativa del 27%,
asegurado estadísticamente, (frente a un aumento del 10% en el grupo de control) luego de 20
horas de ejercitación acentuada de las cualidades coordinativas, mostró un aumento del 33% en
el rendimiento técnico-táctico de competencia (ver Zimmermann; Nicklisch, 1981).
En el área del deporte escolar también se pudo comprobar, por medio de resultados ex-
perimentales, que los alumnos del grupo experimental (cuarto grado) que tuvieron una formación
coordinativa acentuada, alcanzaron mejores rendimientos que otros alumnos de la misma edad, o
mayores, en el aprendizaje de acciones deportivas nuevas, luego de un período de aprendizaje
definido (luego de una determinada cantidad de repeticiones). Los grandes porcentajes de
aumento en las primeras cinco repeticiones (por ejemplo 38% en el aprendizaje del kip con apoyo
de rodilla en la barra baja, frente al 9% de aumento en los alumnos del grupo de control, o del

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26% en el aprendizaje del rol con salto frente al 7% en el grupo de control) deja claro que una
capacitación coordinativa intensiva, y multilateral contribuye en gran medida al acortamiento del
tiempo de aprendizaje (ver Hirtz; Wellnitz, 1985).
En una destreza siempre son importantes varias capacidades coordinativas pero su
dominancia es diferente. En proceso de aprendizaje de destreza; motoras, pero especialmente en
la utilización de destrezas aprendidas y estabilizadas, también se alcanza una elevación del nivel
de las capacidades coordinativas, lo cual depende especialmente de la cantidad del tipo y de la
dificultad de esas destrezas. Sin embargo, una formación y aumento dirigido y acentuado de las
capacidades coordinativas requiere de otras medidas metodológicas más diferenciadas, las cua-
les serán tratadas más adelante.
Esta interrelación estrecha entre las destrezas motoras y las capacidades coordinativas
tiene su fundamento en los procesos y normas de la coordinación motora, siendo la expresión y el
reflejo de las mismas.

Deducción y caracterización de las cualidades coordinativas individuales

En los últimos años ha crecido el interés en analizar más profundamente la esencia de las
capacidades coordinativas. Los intentos de definir y deducir distintas cualidades coordinativas por
medios inductivos o deductivos son numerosos y variados, alcanzando desde la diferenciación de
algunas cualidades coordinativas poco complejas (ver Schnabel, 1973a; Letzelter, 1973;
Filippovic, 1974) hasta la deducción de una gran cantidad de capacidades coordinativas
elementales (ver Fleischman, 1972; Lütgeharm, 1978; Hirtz, 1979; Ljach, 1979, 1984;
Pöhlmann/Kirchner, 1979; Roth, 1982).
Hirtz y sus colaboradores (ver 1979), definieron las siguientes cinco capacidades
coordinativas fundamentales para el deporte escolar, por medio de un análisis profundo de las
crecientes exigencias sociales para con la actividad motora, mediante la caracterización de
aspectos coordinativos determinantes del rendimiento en los deportes incluidos en el plan de
enseñanza, mediante la consideración de las potencialidades funcionales neurofisiológicas y
psíquicas, y mediante cálculos de análisis de factores:
— capacidad de diferenciación kinestésica,
— capacidad de orientación espacial,
— capacidad de equilibrio,
— capacidad de reacción compleja,
— capacidad rítmica.
Al mismo tiempo se indica que también existen otras capacidades coordinativas fuera de
las cinco mencionadas. La capacidad de acoplamiento, la capacidad de combinación y la
capacidad de expresión motora se mencionan como cualidades cuya importancia debe ser
examinada por medio de trabajos científicos complementarios (ver Hirtz u. a., 1985).
Póhlmann/Kirchner (1979) intentan elaborar un sistema de cualidades útil en la práctica
deportiva, partiendo de la estructura de la conducta y de la regulación de la acción. Dentro de ese
sistema se incluyen las capacidades coordinativas en un "complejo de cualidades psicomotrices",
diferenciando cualidades elementales (en el sentido de potencialidades funcionales psicofísicas)
y las cualidades deportivas específicas como las capacidades de reacción, de conducción, de
coordinación, de transformación rítmica, de combinación y de expresión motora. Las capacidades
de adaptación, de aprendizaje y de transferencia motora son caracterizadas como cualidades
coordinativas superiores. Roth (1982) elabora un sistema jerárquico de cualidades coordinativas,
en parte sobre la base de los conocimientos ganados deductiva e inductivamente hasta el
momento, y en base a resultados de investigaciones empíricas propias. En el nivel superior del
modelo estructural se hace una distinción entre una "capacidad para la coordinación con límite de
tiempo" y una "capacidad para el control exacto de los movimientos". El nivel inmediato inferior
contiene:
— la capacidad para la conducción motora rápida,
— la capacidad para la adaptación motora rápida,
— la capacidad para la conducción motora precisa,
— la capacidad para la adaptación motora precisa.
Ljach (ver 1983, 1984) analiza las cualidades que conforman la esencia de las capacidades
coordinativas, partiendo de los mecanismos psicofisiológicos de la conducción motora del sistema
nervioso central. En el resultado de ese análisis se elaboran cuatro cualidades: corrección
(adecuación y exactitud), velocidad (oportunidad), racionalidad (economicidad y conveniencia) e
ingeniosidad (estabilidad e iniciativa). El autor acentúa en consecuencia que, las capacidades

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coordinativas son cualidades de la conducción motora que garantizan una resolución correcta,
rápida, racional e ingeniosa de la tarea motora.
Zimmer (1984) elabora un modelo estructural de las cualidades coordinativas sobre la base
de resultados de investigaciones empíricas propias y considerando otras posiciones teóricas
importantes (ver Bernstein, 1975). Este modelo contiene, en un nivel clasificatorio superior, dos
cualidades coordinativas complejas (representantes de la formación de clases de capacidades
elementales),
— la capacidad para la estabilización de la coordinación de movimientos bajo condiciones
constantes de desarrollo, y
— la capacidad para la estabilización de la coordinación de movimientos cuando se producen
variaciones en su transcurso.
En un nivel inferior se clasifican las cualidades coordinativas elementales que sirven de
base para las cualidades complejas. Ellas son la capacidad de acoplamiento, la capacidad de
ritmización, la capacidad de orientación, la capacidad de reacción, la capacidad de equilibrio, la
capacidad de cambio y la capacidad de diferenciación. La autora indica, además, que la
coordinación de actividades motoras constantes (con un desarrollo regular) implica, en
comparación con la coordinación de actividades motoras variables (con alteraciones en el
desarrollo de la acción), una representación consciente que se desvanece rápidamente. Mientras
que en la primera es la regulación sensomotora la que adquiere el papel principal en la regulación
de la acción, en la coordinación motora con variaciones en el desarrollo de la acción predomina la
regulación perceptivo-conceptual e intelectual.
En relación a estas capacidades se deducen otras cualidades o aspectos cualitativos
elementales en el nivel jerárquico inferior.
El estado actual de los conocimientos y los fundamentos teóricos existentes no alcanzan
para establecer un concepto estructural general y de las capacidades coordinativas comprobado
científicamente.
Por ello es que en los conceptos elaborados hasta el momento predomina la porción
hipotética. La necesidad de un concepto de trabajo que pueda ser aplicado y utilizado
inmediatamente en la práctica y que a la vez ayude a asegurar el desarrollo teórico, hizo surgir
un modelo de trabajo en el campo de la teoría y metodología del entrenamiento.
Este modelo abarca las siguientes cinco capacidades coordinativas:
— Capacidad de diferenciación,
— capacidad de acoplamiento,
— capacidad de orientación,
— capacidad de equilibrio,
— capacidad de cambio,
— capacidad de ritmización.
Las capacidades coordinativas contenidas en ese concepto se dedujeron y describieron a
partir de una gran cantidad de conocimientos empíricos, de resultados experimentales
individuales y, principalmente, a partir de las cualidades características de la actividad deportiva,
tal como se reflejan en los deportes y disciplinas deportivas.
Tales cualidades esenciales, a través de las cuales se puede caracterizar la conducción
motriz de las actividades deportivas, son las siguientes:
—Para sobrellevar un determinado objetivo de acción se tiene que coordinar adecuadamente
una mayor o menor cantidad de movimientos corporales parciales, de movimientos aislados
o de fases de movimientos.
— El cuerpo, en su totalidad, cambia de posición continuamente respecto al ambiente que lo
rodea, en forma más o menos acentuada y variable.
— Los movimientos totales y parciales tienen que ser realizados, a menudo, con una gran
precisión para alcanzar el objetivo motor en forma óptima.
— Muchas veces es necesario reaccionar a determinadas señales, o sea ejecutar una acción
motora adecuada, en el momento oportuno.
— En una serie de deportes es necesario adaptarse a cambios repentinos de la situación.
— El cuerpo en movimiento debe ser mantenido en equilibrio, o puesto nuevamente en
equilibrio luego de cambios posicionales amplios y veloces.
— Una particularidad de la conducción motora, en algunos deportes, consiste en la
coordinación del movimiento con un ritmo determinado dado desde afuera en forma
acústica, musical u óptica, o existente en la propia imaginación del deportista.
Los primeros exámenes empíricos dieron como resultado que este modelo, surgido por vías
casi totalmente inductivas, comprende muy probablemente las condiciones coordinativas nece-
sarias e importantes para la ejecución exitosa de las actividades deportivas. El hecho de que el

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concepto es apoyado por numerosas investigaciones de Hirtz y colaboradores en muchas de


sus posiciones esenciales, sirve para subrayar su veracidad.
El mismo se ha comprobado, desde el punto de vista de las disciplinas deportivas, como
una orientación útil y practicable. Los siguientes aspectos van especialmente en pro de ese con-
cepto:
1. El concepto se dedujo de las exigencias características de la actividad deportiva y por lo
tanto, tiene validez para -casi todos los deportes.
2. A las capacidades coordinativas contenidas en ese concepto se le pueden asignar medios
de entrenamiento y métodos de diagnóstico en forma relativamente fácil, porque el contenido de
cada una de las cualidades está definido en forma clara, comprensible y generalizada.
Se hace claro que este modelo representa un fundamento útil para el trabajo en la práctica
deportiva y para nuevas investigaciones científicas, aun cuando tenga un carácter más o menos
hipotético.
En lo subsiguiente se caracterizará la expresión general, o sea la validez general de cada
una de las capacidades coordinativas contenidas en ese concepto para la actividad deportiva.

Capacidad de diferenciación

La capacidad de diferenciación se entiende como la capacidad para lograr una coordinación


muy fina de fases motoras y movimientos parciales individuales, la cual se manifiesta en una gran
exactitud y economía de movimiento total. Ella se basa en la percepción consciente y precisa de
los parámetros espaciales, temporales y de fuerza durante la ejecución motora, y en la
comparación con el programa motor codificado en distintos planos regulativos (modelo interno del
movimiento) Su nivel de expresión está determinado conjuntamente por la experiencia motora y
por el grado de dominio de las acciones motoras respectivas, ya que ella es la que posibilita la
percepción de las pequeñas diferencias de la ejecución motora con respecto al ideal propuesto, o
respecto a ejecuciones anteriores.
La capacidad de diferenciación adquiere, por ello, una importancia especial en las fases de
perfeccionamiento y estabilización del movimiento deportivo, en su aplicación en competencia.
Algunos aspectos específicos de esta capacidad para la coordinación fina del movimiento se
describen a menudo con los términos "sensación del movimiento", "sensación de la pelota",
"sensación del agua", "sensación de la nieve", "sensación de la velocidad", etc. La habilidad que
se expresa en los movimientos finos de las manos, delios pies o de la cabeza también puede ser
considerada como un aspecto de la capacidad de diferenciación, al igual que la capacidad de
relajación muscular es un aspecto de la capacidad de diferenciación en relación a la conducción
fina de la actividad muscular.
La capacidad de diferenciación es tan variada como la totalidad de las acciones deportivas
y, en definitiva, como la actividad motora de! hombre, debiendo ser vista como el requisito
esencial para el logro de altos rendimientos deportivos, en especial para alcanzar el nivel técnico
deportivo de los campeones.
Kircheis (ver 1977, p. 65 y sig.) realizó una clasificación de las formas de expresión de la
capacidad de diferenciación de acuerdo a criterios de ordenamiento:
1. Tipo de ejecución motora de acuerdo a los objetivos especiales de las acciones deportivas:
— Repetición exacta, conservación o matización de los movimientos;
— relajación de determinados grupos musculares, ejecución motora relajada, económica
(capacidad de relajación muscular);
— regulación de la velocidad de movimientos en las acciones motoras cíclicas (sensación de
la velocidad).
2. Tipo de parámetros del movimiento por medio de los cuales se realiza preponderantemente
la conducción fina:
— Parámetros espaciales;
— parámetros temporales;
— parámetros de fuerza.
3. Principales segmentos corporales participantes:
— Mano, dedos, pie, cabeza (habilidad);
— grandes segmentos corporales como el tronco, los brazos, las piernas.
4. Tipo de condiciones ambientales en las que se debe desenvolver el deportista:
— Medios como el agua, el aire, la nieve, el hielo, las particularidades del terreno;
— el adversario;
— los implementos deportivos (fijos, móviles, elásticos).
De allí resulta que muchos aspectos de la capacidad de diferenciación tienen que ser
diferenciados entre sí y que su formación en el deportista debería realizarse en forma
predominantemente específica. Mientras que un jugador de fútbol necesita fundamentalmente
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habilidad con fa cabeza y con los pies, el jugador de hándbal y de vóleibol necesita más habilidad
manual. La importancia de esta capacidad para cada uno - de los deportes es casi idéntica,
puesto que rendimientos elevados requieren siempre una gran precisión del movimiento en la
ejecución técnica del ejercicio de competencia.
Por ello es que en muchas investigaciones se pudieron comprobar siempre mejores
rendimientos en las personas entrenadas que en las no entrenadas.
Nazarov extrajo, para la capacidad de relajación muscular, un valor del 88% en los
deportistas y del 48% en los no deportistas (ver farfel, 1983, p. 22). hirtz (ver 1979, p. 176)
comprobó que los niños que practican deportes fuera de la escuela poseen una capacidad de
diferenciación kinestésica significativamente mayor, lo cual también se comprueba en las
investigaciones de kircheis (ver 1977).
Como medida de la capacidad de diferenciación puede valer la exactitud de la ejecución de
fases individuales del movimiento, la precisión de los movimientos parciales del cuerpo y del mo-
vimiento total respecto a los parámetros espaciales, temporales y dinámicos — bajo distintas
condiciones de ejecución (por ejemplo, con distintos implementos, diferentes distancias, etc.)—.
Algunas tareas que requieren, una gran capacidad de diferenciación son, por ejemplo, el
reproducir ángulos o fuerzas propuestas, lanzamiento de puntería con distintas pelotas, saltos de
precisión, correr una distancia en un tiempo determinado, etc.
El deportista que realiza ejercicios de diferenciación tiene que ser informado exactamente
sobre el resultado logrado luego de cada intento, puesto que sólo la comparación del movimiento
"percibido" subjetivamente con el resultado obtenido, le permitirá diferenciar verdaderamente el
siguiente movimiento (ver Kircheis, 1977; Jung, 1983).La capacidad de diferenciación está en
relación estrecha con las capacidades de acoplamiento y de orientación, teniendo un carácter
condicionante para con las capacidades de equilibrio y de ritmización.

Capacidad de acoplamiento
La capacidad de acoplamiento se entiende como la capacidad de coordinar
apropiadamente los movimientos parciales del cuerpo entre sí (por ejemplo, movimientos
parciales de las extremidades, del tronco y de la cabeza)y en relación al movimiento total que se
realiza para obtener un objetivo motor determinado.
Esta capacidad es un requisito esencial para todas las acciones motoras y es predominante
en tareas coordinativas de gran dificultad como las que se presentan en la gimnasia, en la
gimnasia deportiva y en todos los juegos deportivos.
A menudo se trata de resolver tareas manuales donde tienen que manipularse pelotas,
cubiertas, bastones u otro tipo de implementos pequeños.
La ejecución sucesiva y simultánea de balanceos o circunducciones de brazos, con y sin
implementos, durante la marcha, en la carrera, o en los movimientos de saltos de la gimnasia
hacen necesario una gran capacidad de acoplamiento para aprender rápidamente y presentar en
forma artísticamente expresiva los elementos gimnásticos.
Casi todos los elementos de la gimnasia en aparatos contienen la modificación permanente
y técnicamente apropiada del ángulo tronco-brazos y tronco-piernas, y de ese modo un alto nivel
respecto a la capacidad de acoplamiento de los movimientos del tronco y de las extremidades.
En los juegos deportivos se presentan exigencias elevadas a la capacidad de acoplamiento de
los movimientos parciales del cuerpo, especialmente en las variadas técnicas de manipulación
de los implementos de juego, como ser en los movimientos de recepción, de lanzamiento, de
pase, etc., y en la natación sucede lo mismo respecto a las diferentes combinaciones de los
movimientos de piernas, brazos y del tronco.
La gran variabilidad de los movimientos de las extremidades alcanza desde movimientos
simples, elementales, hasta movimientos difíciles y complejos que requieren a menudo un
prolongado proceso de aprendizaje.
Nazarov realiza una clasificación de los movimientos de los brazos en base a distintas
investigaciones:
— Movimientos simétricos,
— movimientos cruzados,
— movimientos sucesivos,
— movimientos de ambos brazos en distintos planos,
— movimientos asincrónicos (movimientos de ambos brazos a distinto ritmo) (ver Farfel, 1983,
p. 28).
Como unidad de medida de la capacidad de acoplamiento se pueden utilizar la velocidad y
perfección (exactitud) del aprendizaje de acciones motoras que contienen altas exigencias con
respecto al juego conjunto adecuado de movimientos parciales simultáneo o sucesivo y el tiempo
que se necesita para adaptarse apropiadamente a las condiciones externas cambiantes. La di-
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ficultad coordinativa también puede valer como criterio para determinar el nivel de aquella
capacidad, con la condición de que haya tareas motoras combinadas según el aumento del gra-
do de dificultad.
Las capacidades de orientación, de diferenciación y de ritmización se encuentran en
relación de acoplamiento.

Capacidad de reacción
La capacidad de reacción se entiende como la capacidad de jnducir y ejecutar rápidamente
acciones motoras breves, adecuadas en respuesta a una señal, donde lo importante consiste en
reaccionar en el momento oportuno y con la velocidad apropiada de acuerdo a la tarea
establecida, pero en la mayoría de los casos el óptimo está dado por una reacción lo más rápida
posible a esa señal.
Esas señales pueden ser de muy distinto tipo y las condiciones bajo las cuales tienen lugar
pueden ser muy diferentes. Las reacciones motoras posibles también pueden ser muy variadas
(ver Vilkner, 1977).
Las señales se pueden transmitir por vías acústicas, ópticas, táctiles o kinestésicas. Los
corredores, nadadores y canoístas deben reaccionar al comando de partida, los jugadores deben
reaccionar al silbato del árbitro y los luchadores tienen que reaccionar a las órdenes del juez de
combate. En los juegos deportivos, las señales ópticas se presentan casi siempre a través de los
movimientos de los compañeros, de los adversarios o del implemento deportivo. Los movimientos
del adversario en los deportes de combate también son señales visuales que contienen informa-
ciones decisivas para inducir a acciones respectivas de combate. Los pases en las pruebas de
postas también se producen en base a percepciones visuales, el despegue correcto en los saltos
de esquí está condicionado por las señales ópticas que obtiene el saltador al observar
precisamente el borde de la plataforma de salto.
En judo y a veces en lucha, se debe reaccionar especialmente a señales táctiles y
kinestésicas.
Por lo general se debe reaccionar a señales que provienen de un objeto en movimiento. Se
puede tratar de una señal aislada como por ejemplo en el tiro al pichón artificial o en el tiro libre de
fútbol, pero muchas veces, especialmente en los juegos deportivos y en los deportes de combate,
se debe elegir seleccionar una señal determinada dentro de un conjunto de señales, la que es
portadora de la información decisiva para las acciones motoras apropiadas. Para el arquero es
importante reconocer entre la gran cantidad de acciones de los jugadores atacantes y los
defensores, aquellas acciones con las que se pretende hacer el gol. La velocidad, exactitud y
totalidad de las informaciones percibidas por él en la situación de juego y la corrección de las
acciones anticipatorias consecuentes, son el fundamento decisivo para una contención exitosa de
la pelota. Por ejemplo, si la visión del arquero es tapada por algún motivo, la consecuencia puede
ser una falsa reacción o una incapacidad de reacción debido a la percepción informativa
incorrecta o inexacta.
Pero las reacciones resultantes a esas señales también pueden ser muy diferentes. Se
puede tratar de una acción determinada, conocida anteriormente como, por ejemplo, en el caso
de las partidas o de los saltos de esquí, o también se puede dar el caso de tener que seleccionar
e inducir la reacción más adecuada dentro de una variedad de respuestas motoras que pueden
corresponder apropiadamente a la señal dada. En este caso no se reacciona a una sola señal
establecida, sino más bien a un conjunto de señales. Los juegos deportivos ofrecen los mejores
ejemplos. Lo fundamental para las reacciones seleccionadas es la reducción oportuna de las
posibilidades de elección hasta llegar a una alternativa simple, lo cual está condicionado por la ex-
periencia y por el grado de dominio de las reacciones posibles. Si bien una reacción lo más veloz
posible conduce generalmente al éxito deseado, muchas veces es apropiado retardar
intencionalmente la acción motora, como por ejemplo, en los tiros al arco o en los pases con
retardo.
La capacidad de reacción es una capacidad muy amplia del ser humano que debe ser
contemplada diferenciadamente de acuerdo a la actividad específica.
Esta cualidad es muy importante para la motricidad cotidiana y para la motricidad laboral si
se piensa por ejemplo en el comportamiento en el tránsito o en el manejo de las máquinas y
sistemas. La capacidad de reacción se basa en la percepción correcta de las informaciones del
medio ambiente, en la velocidad y exactitud de la elaboración de los estímulos percibidos, en la
decisión correcta sobre laa acción motora adecuada y en su ejecución oportuna y con la rapidez
apropiada. Ella está en estrecha relación con la capacidad de cambio, con la velocidad de
movimientos y con otras capacidades psíquicas, especialmente las capacidades intelectuales.

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Como unidad de medida de la capacidad de reacción se puede considerar, la velocidad y


la adecuación de la reacción en relación a las condiciones o a la situación dada.
Para registrar la capacidad de reacción se deben emplear, preponderantemente,
reacciones motoras breves que involucren todo el cuerpo (por ejemplo, .movimientos de
carrera y de salto o también combinaciones de movimientos). Con respecto a la señalización
se deben tener en cuenta especialmente señales ópticas (por ejemplo, objetos en movimiento)
y señales acústicas (por ejemplo, un silbato), pero en algunos casos (por ejemplo, en los
deportes de combate) también se deben aplicar señales perceptibles táctil y kinestésicamente.

Capacidad de orientación
La capacidad de orientación se entiende como la capacidad para determinar la posición y
los movimientos del cuerpo en el espacio y en el tiempo, en relación a un campo de acción
definido (por ejemplo un campo de juego, un ring de boxeo, un aparato de gimnasia) y/o a un
objeto en movimiento (por ejemplo una pelota, un adversario o un compañero). La percepción
de la posición y del movimiento y la acción motora para modificar la posición del cuerpo se
deben entender como una unidad, como la capacidad de conducción espacial-temporal de los
movimientos.
En cada uno de los deportes se presentan exigencias muy diferentes a esta capacidad. En
los juegos deportivos, el deportista debe realizar la modificación de su posición y movimientos en
un campo de acción más o menos grande (campo de juego), con muchos puntos de orientación
(adversarios, compañeros, implementos) y sus cambios de posición se tienen que adaptar a las
situaciones permanentemente cambiantes del juego.
En los deportes de combate se producen las mismas condiciones, pero los cambios de
posición no son tan variados como en los juegos deportivos.
En los deportes técnicos de composición, especialmente en la gimnasia deportiva, los
cambios de posición son comparativamente más pequeños y en general están asociados a
aparatos fijos. El acento de la capacidad de orientación radica en este caso en la gran velocidad
de los cambios de posición que se producen sobretodo mediante giros sobre los ejes transversal,
longitudinal y sagital del cuerpo. La posición y movimientos de la cabeza tiene una influencia
decisiva en la orientación porque los analizadores vestibular y óptico proporcionan informaciones
importantes para la conducción de movimientos.
Esta cualidad muestra relaciones relativamente estrechas; existen con la capacidad de
diferenciación puesto que la conducción espacial se expresa, por ejemplo, en la aplicación
dosificada y adecuada de las fuerzas y en la ejecución espacial precisa de los movimientos
parciales. Esto último se demuestra en las investigaciones de Birjutschkow, quien examinó la
exactitud de ángulos articulares preestablecidos, los cuales fueron realizados en posición erguida
y en posición invertida del cuerpo (ver Farfel, 1983, p. 99). Pero la capacidad de orientación
también está estrechamente relacionada con las demás capacidades coordinativas, lo cual es un
resultado del importante papel que cumplen las informaciones ópticas para ejecutar
exitosamente las acciones motoras.
Como unidad de medida para la capacidad de orientación se puede considerar la velocidad,
exactitud y corrección de la orientación (por ejemplo tomando el tiempo necesario para resolver
un determinado test), en combinación con el logro de una cierta exactitud en la ejecución de la
tarea motora.
Para registrar la capacidad de orientación se deben elegir, fundamentalmente, acciones
motoras que se caractericen por la percepción y procesamiento informativo de señales ópticas-
espaciales y que impliquen la conducción espacial-temporal del movimiento total del cuerpo de
acuerdo a la percepción del desarrollo de los movimientos propios y ajenos.

Capacidad de equilibrio
Como capacidad de equilibrio se entiende la capacidad de mantener o volver a colocar todo
el cuerpo en estado de equilibrio durante, o luego de cambios voluminosos de posición del
mismo.
Esta capacidad tiene dos aspectos que deben ser diferenciados: por un lado la capacidad
de mantener el equilibrio en una posición relativamente estática o en movimientos corporales
muy lentos (equilibrio estático) y por otro lado la capacidad de mantener, o recuperar el estado
de equilibrio cuando se realizan cambios voluminosos y a menudo muy veloces, en la posición
del cuerpo (ver Kocjasz, 1967; Schnabel, 1973; Issel, 1975; Blume, 1978a). Los procesos
fisiológicos en los que se fundamentan estos dos aspectos presentan diferencias muy claras.

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El mantenimiento del equilibrio en una posición relativamente estática se basa


preponderantemente en el procesamiento de las informaciones provenientes de los analizadores
kinestésico y táctil y parcialmente de las informaciones provenientes de los analizadores
vestibular y óptico. Los estímulos vestibulares parten del oído, donde se registran las
aceleraciones rectilíneas y especialmente la aceleración de la gravedad.
Las informaciones vestibulares tienen una importancia dominante en los cambios de
posición voluminosos y en especial en el caso de los movimientos giratorios del cuerpo. Ello se
fundamenta en los estímulos registrados en el conducto coclear (oído interno), que son
provocados por las aceleraciones angulares (ver Farfel, 1960; Linke, 1976).
La capacidad de equilibrio tiene una gran importancia para todas las acciones motoras
deportivas. La capacidad de equilibrio estático, la percepción postural, es un fundamento esencial
para todas las acciones motoras, independientemente de si las mismas se llevan a cabo en
posición erguida (parado, caminando, corriendo o sentado en un bote), en posición horizontal,
como por ejemplo en la natación, o en posiciones invertidas, como por ejemplo en la gimnasia.
Este aspecto de la capacidad de equilibrio, respecto al mantenimiento del mismo en
posición erguida, se desarrolla en parte en los juegos infantiles y en la motricidad cotidiana. Pero
las dificultades iniciales que aparecen al aprender a andar en bicicleta, al aprender a esquiar,
patinar, o al aprender a remar en un bote de competición son una muestra clara de que esa
capacidad generalmente no es suficiente cuando se tienen que ejecutar ejercicios deportivos con
exigencias específicas.
La capacidad de equilibrio dinámico, se basa en la percepción acelerativa, adquiere una
esencial importancia en los deportes donde el individuo tiene que ejecutar cambios posicionales
grandes y veloces.
Ello se observa muy claramente en los saltos de la gimnasia deportiva, en el patinaje
artístico, en los saltos ornamentales o en los saltos de esquí, sobre todo en las salidas de los
aparatos o en las fases de aterrizaje, después de los saltos donde es necesario aterrizar en
forma segura. Muchas investigaciones han demostrado que existe una gran relación entre la
capacidad de equilibrio y el rendimiento deportivo (ver Lopuchin/Kopanev, 1967; Ronva, 1968);
Bondarew, 1969; Rossberg/talskij, 1970; Wlkstein, 1971; Birjuk, 1971; Farfel, 1983).
Las estrechas relaciones entre la capacidad de equilibrio y las demás capacidades
coordinativas resultan de la importancia general fundamental de las percepciones posicionales y
acelerativas para las acciones motoras, algunos autores hablan de informaciones de base.
Como unidad de medida para la capacidad de equilibrio se pueden tomar la duración del
mantenimiento del esado de equilibrio, o la velocidad y calidad de la reposición del equilibrio.
Al registrar la capacidad de equilibrio se deberían aprovechar totalmente las posibilidades
que se dan para el logro de condiciones de equilibrio más difíciles (por ejemplo, superficies de
apoyo pequeñas, elevadas y/o móviles, o estimulaciones adicionales del aparato vestibular).

Capacidad de cambio

Como capacidad de cambio se entiende la capacidad de adaptar el programa de acción a


las nuevas situaciones, en base a los cambios situativos percibidos o anticipados durante la
ejecución motora,o la prosecución de la acción en forma completamente diferente. Los cambios
situativos que obligan a la adaptación o modificación de la ejecución motora pueden ser más o
menos esperados, o pueden aparecer en forma repentina y totalmente sorpresiva. Los cambios
situativos pequeños, como por ejemplo las alteraciones del terreno en las carreras de "cross-
country", de esquí o en las carreras ciclísticas, requieren casi siempre una adaptación de la
ejecución del movimiento a través de la modificación de los parámetros espaciales, temporales y
dinámicos, (de fuerza) de su estructura, conservando el programa de acción planeado o ya en
desarrollo. Los grandes cambios sitúativos, por el contrario, pueden conducir a la interrupción de
la ejecución motora y a la continuación del movimiento con una acción totalmente diferente. Ello
ocurre frecuentemente en los juegos deportivos y en los deportes de combate cuando el
adversario contrarresta una acción de ataque en forma tal, que la misma ya no puede
continuarse con éxito.
La capacidad de adaptación se basa especialmente en la velocidad y exactitud de la
percepción de los cambios situativos y en la experiencia motora. Cuanto más ricas son éstas,
tanto mayor cantidad de posibilidades de adaptación posee el deportista y por lo tanto, sólo
necesitará seleccionar y realizar adecuadamente una acción que corresponda al nuevo objetivo
motor.
La capacidad de cambio aparece en relación estrecha con las capacidades de orientación y
de reacción. Sobre su desarrollo se conoce aún muy poco, pero se debe partir del hecho de que
esta cualidad ocupa una posición central en el complejo de las capacidades conocidas como
cualidades de juego.
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Como capacidad de medida de la capacidad de cambio puede valer la corrección de la


adaptación o modificación de la acción deportiva a consecuencia de situaciones o condiciones
repentinamente cambiantes y el tiempo necesario para ello. En este caso es aconsejable —
aunque difícil— que la tarea adaptativa se resuelva bajo condiciones totalmente estandarizadas,
ya que sólo de ese modo se pueden obtener resultados válidos y comparables.

Capacidad de ritmización

Como capacidad de ritmización se entiende la capacidad de registrar y reproducir


motrizmente un ritmo dado exteriormente y la capacidad de realzar en un movimiento propio el
ritmo” interiorizado” el ritmo de un movimiento existente en la propia imaginación. Se trata
fundamentalmente de la percepción de ritmos dados visual o acústicamente, a menudo
musicalmente, los cuales deben ser transformados en acciones motoras, como por ejemplo en el
caso de la gimnasia, del patinaje artístico, o en los botes por equipos. Si bien las informaciones
acústicas y visuales son predominantes, no se debe menospreciar la importancia de las
informaciones táctiles y kinestésicas, como por ejemplo en el patinaje en pareja, en lucha, o en
judo.
Muchos movimientos deportivos carecen totalmente de un ritmo externo. El modelo
“interiorizado ", como idea motora adquiere en este caso una gran importancia para el aprendizaje
y la ejecución perfecta de una acción motora con un ritmo apropiado. Las informaciones
kinestésicas tienen una importancia especial para la percepción del "modelo rítmico".
Si bien existen diferentes opiniones para caracterizar esta cualidad, siempre se hace
mención a la importancia fundamental que tiene la misma para la acción motora y muy
especialmente para la acción deportiva (ver Holtz, 1979). Lo que se realza es la unidad existente
entre la captación de un ritmo motor sobre la base de la percepción y sensación rítmica, y la
reproducción del misma. Teichert (ver 1964) habla de una "capacidad de captación rítmica y de
una capacidad de presentación motora. La capacidad de ritmización es, sin dudas, una condición
coordinativa importante para el rendimiento en todos los deportes; un nivel elevado de está"
cualidad estimula el proceso de aprendizaje motor, no solamente en los deportes y disciplinas
deportivas donde el ejercicio tiene que ser presentado estéticamente en combinación con un
acompañamiento musical, sino en el aprendizaje de cualquier acción deportiva. Esta cualidad es
una condición imortante para emplear exitosamente la "forma ritmizante de enseñanza"; la ayuda
acústica por parte del entrenador o del profesor de educación física, que sirve para facilitar la
comprensión del orden temporal de los impulsos de fuerza decisivos será tanto más efectiva
cuanto mayor sea la capacidad del deportista para procesar esas informaciones, o sea para
percibir y aplicar un ritmo.
El grado de adaptación de la capacidad de ritmización del deportista también se muestra en
la capacidad que tiene el mismo para adaptarse al ritmo motor de otros deportistas, al ritmo de un
grupo.
Esto es un aspecto importante para la configuración de los equipos en remo, en la gimnasia
grupal o en los juegos deportivos (por ejemplo en vóleibol). La interrupción conciente del ritmo del
adversario en los juegos deportivos, o en los deportes de combate y cualquier cambio rítmico
condicionado tácticamente, también está basado en la capacidad de rltmización.
La importancia fundamental de esta capacidad también se manifiesta en su estrecha
relación con las demás cualidades coordinativas, en especial con la capacidad de diferenciación,
con la capacidad de orientación y con la capacidad de acoplamiento y además, también con las
cualidades musicales, intelectuales y de la condición física.
Como unidad de medida a la capacidad de ritmización se puede mencionar la comprensión
y presentación (reproducción) correcta de ritmos predeterminados o contenidos en el movimiento.
La comprensión se produce, fundamentalmente, por medio de la comparación del "modelo
rítmico" predeterminado, o existente en el movimiento, con el ritmo del movimiento en ejecución.
En el caso de un aprendizaje de movimientos nuevos, rítmicamente muy difíciles, también
se puede tomar como criterio valorativo la velocidad y exactitud del aprendizaje del acto motor.
4. Expresión general y específica
En la sección anterior se describieron siete cualidades coordinativas desde el punto de vista
de su contenido general, considerando preponderantemente su relación para con la actividad
deportiva. El carácter general de las capacidades coordinativas, como condición necesaria para
ejecutar exitosamente las acciones motoras, se desprende de la importancia universal de la
motricidad para todas las actividades humanas (ver el capítulo 1). De ese modo, los contenidos
descriptos se pueden ver como acertados para todos los tipos de actividad humana. El grado de
expresión individual tiene influencia sobre el variado campo de la motricidad laboral, sobre los
quehaceres de la vida cotidiana, sobre las tareas de la defensa militar, en la organización del
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tiempo libre y en el campo de la educación física y el deporte. Un buen nivel coordinativo ayuda
en gran medida al manejo seguro, exacto y rápido de las maquinarias y de las instalaciones
modernas en las industrias y en el tránsito, y en el manejo de los armamentos modernos en el
campo militar, sirviendo también para aprovechar las muchas posibilidades de organización del
tiempo libre, tan necesaria para el proceso regenerativo y para explotar cada vez más las
potencialidades de la educación física y el deporte. Lo expresado deja en claro que una
capacidad coordinativa elevada representa una condición esencial para la capacitación general
del individuo en la vida cotidiana (ver Hirtz, 1985). Para obtener rendimientos máximos en el
campo del deporte de alto rendimiento, frecuentemente se requiere un proceso de entrenamiento
prolongado, en el cual tienen lugar exigencias maximales de las destrezas técnico-deportivas y de
la capacidad de rendimiento coordinativo. Por ello es que, especialmente en el entrenamiento de
los principiantes, el grado de expresión de las capacidades coordinativas determina
esencialmente la formación de destrezas generales y específicas deportivas. Cuanto más
específicas son las exigencias, tanto más significativos se vuelven los aspectos específicos de las
capacidades coordinativas importantes para el rendimiento. Ello significa, por un lado, que cada
una de las capacidades coordinativas tiene una importancia diferente para el desarrollo del
rendimiento en determinados deportes y por otro lado, que los aspectos específicos de las
capacidades generales descriptas tienen una relevancia especial para los rendimientos
deportivos. Así, por ejemplo, todo individuo sano necesita un nivel determinado respecto a la
capacidad de equilibrio, a la capacidad de reacción o a la capacidad de orientación para poder
ejercer exitosamente las actividades que se desarrollan en la vida cotidiana, en el trabajo o en el
tiempo libre, pero para alanzar rendimientos deportivos en remo, en canotaje o en la gimnasia
deportiva se necesita la formación de aspectos específicos de la capacidad de equilibrio. Los
deportes de combate también provocan exigencias específicas de la capacidad de reacción, y del
mismo modo, la capacidad de orientación de un saltador ornamental y de un futbolista se
diferencia considerablemente en sus aspectos específicos.
Así, se puede decir que las capacidades coordinativas pueden ser vistas, en su
manifestación general, como una condición necesaria en todos los campos de la actividad motora
del ser humano, y para todos los deportes. Las exigencias especiales para la coordinación motora
en determinados campos de la actividad, y también en determinados deportes y disciplinas, hacen
necesario en cada caso el desarrollo de los aspectos específicos de las capacidades
coordinativas relevantes.

Relaciones estructurales entre las cualidades

Una capacidad humana no determina nunca el rendimiento en forma aislada, no actúa


nunca sola o sin estar relacionada con otras condiciones necesarias para el rendimiento. Esto
también se ve sostenido por el hecho de que toda actividad deportiva concreta es influenciada por
varías capacidades coordinativas asociadas estructuralmente en forma especial. En la sección 3.
ya se hizo mención de las estrechas relaciones entre algunas capacidades coordinativas; la
experiencia muestra una y otra vez que en el aprendizaje motor aparecen diferencias individuales
claras, atribuibles no solamente a condiciones volitivas, motivacionales o condicionales.
Una persona con gran "talento motor", pero desatenta, inconstante y desmotivada, aprende
a veces más rápido que una persona concentrada y motivada, pero con menos talento. Por ello se
debe suponer que la mayor o menor capacidad de aprendizaje depende de las diferencias
existentes respecto a las condiciones coordinativas del rendimiento, o sea que la capacidad de
aprendizaje motor está determinada en gran medida, pero diferenciadamente, por las
capacidades coordinativas. Esta estructura compleja de las capacidades coordinativas, la cual
puede estar estructurada en muy diferente forma, se denomina capacidad de aprendizaje motor
(ver Hirtz, 1979). La capacidad de aprendizaje motor se debe comprender como un complejo
cualitativo donde se encuentran las siete capacidades coordinativas descriptas, con una
determinada relación estructural entre sí.
Herzenberg (ver 1972) caracteriza la capacidad de aprendizaje motor como una condición
imprescindible para la adquisición de distintos tipos de movimientos en los diferentes deportes y
hace mención a que, además de esas definiciones generales, también se deben diferenciar
aspectos especiales de ese complejo.
Así, en base a las particularidades específicas de cada deporte, o grupo de .deportes,
resultan diferentes estructuras internas de la capacidad de aprendizaje motor, como una
condición coordinativa compleja, necesaria para la apropiación del tipo de destrezas motoras
requeridas en cada caso. El peso y la relación estructural de cada cualidad dentro de ese
complejo también está determinado por la importancia de cada cualidad para el deporte dado.

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De ese modo se vuelve totalmente claro el hecho de que la capacidad de aprendizaje motor
de un jugador de hándbal está determinada esencialmente por las capacidades de orientación, de
reacción y de adaptación, mientras que en el complejo cualitativo de una gimnasta predominan la
capacidad de acoplamiento, la capacidad de ritmización y la capacidad de equilibrio.
Además de la capacidad de aprendizaje motor también se deben diferenciar otras dos
cualidades complejas, condicionadas fundamentalmente por aspectos coordinativos: la capacidad
de conducción y la capacidad de adaptación
En algunos deportes predominan condiciones de ejecución estandarizadas y el objetivo
consiste en ejecutar los movimientos con gran precisión y constancia, o sea que domina el
aspecto conductivo. Esto se da sobre todo en los deportes técnicos, en las disciplinas técnicas del
atletismo, de los deportes de fuerza pura, de fuerza rápida y de resistencia, donde predomina el
complejo de la capacidad de conducción. ¿Otros deportes se caracterizan por un cambio
permanente de las situaciones y por condiciones poco estandarizadas, mediante lo cual el
deportista es obligado a adaptar o modificar constantemente sus acciones motoras, cosa típica
fundamentalmente en los deportes de combate y en los juegos deportivos. El complejo de
cualidades coordinativas esencial para estos casos es el complejo de la capacidad de adaptación.
En el complejo de la capacidad de conducción predominan la capacidad de acoplamiento y
la capacidad de diferenciación, mientras que en el complejo de la capacidad de adaptación
dominan, por el contrario, las capacidades de reacción y de cambio. Las capacidades de
equilibrio, de orientación y de ritmización pueden estar contenidas en ambos complejos (figura
35). La capacidad de aprendizaje motor, de conducción y de adaptación deben ser comprendidas
como formas relativamente independientes, comprimidas y complejas de la capacidad de
rendimiento coordinativo. Ellas se expresan sobre la base dada por siete cualidades
coordinativas elementales. El deportista aprende tanto más rápida y efectivamente una técnica
deportiva nueva, se adapta motrizmente en forma más rápida y adecuada a situaciones
desacostumbradas o repentinamente cambiantes, y conduce más exactamente sus acciones
motoras, cuando más desarrolladas están esas siete cualidades coordinativas.
Este tipo de formaciones complejas de cualidades humanas no se limita solamente a las
capacidades coordinativas, sino que también incluye cualidades de la condición física y otras,
como por ejemplo cualidades intelectuales o artísticas.
El término "capacidad de juego" denomina, por ejemplo, un complejo cualitativo en el cual
las capacidades coordinativas ocupan una posición central, pero no en forma aislada sino en
estrecha relación con las cualidades de velocidad y las capacidades tácticas.
En la gimnasia se habla de un complejo de cualidades coreográficas, el cual, además de
capacidades coordinativas, intelectuales y físicas, incluye especialmente las capacidades
artísticas.
Las relaciones estructurales en este tipo de complejos cualitativos están subordinadas a
modificaciones de acuerdo a determinadas condiciones. Así, en el transcurso de la ontogénesis
se modifica esa relación estructural mediante la reducción de las relaciones de algunas
capacidades a favor de otras.
Filippovic/Turnevskij (ver 1977) pudieron comprobar este fenómeno experimentalmente.
Las relaciones entre los rendimientos en tests motrices se reducen considerablemente de los 8 a
los 17 años de edad. Lo mismo vale para las relaciones especialmente elevadas.
Otra condición bajo la cual se modifican las relaciones estructurales es la influencia del
entrenamiento deportivo regular. Los resultados de investigaciones hechas por Hirtz (1979)
muestran, por ejemplo, que el número de relaciones entre las capacidades coordinativas de los
jóvenes entrenados de 12 a 16 años se reducen considerablemente con respecto a los jóvenes no
entrenados (figura 36). En los jóvenes entrenados ya no se manifiestan más las relaciones entre
las capacidades de reacción y de equilibrio, de reacción y de ritmización, y entre la habilidad y la
capacidad de ritmización.

R R R

Gs Gs Gs

Rh Rh Rh
Gl Gl Gl

F F F

7 a 11 años 12 a 16 años 12 a 16 años

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R = Capacidad de Reacción
Gl = Capacidad de Equilibrio
Gs = Agilidad
F = Fluidez del Movimiento
Rh = Capacidad de Ritmización
Figura 37: Nivel de las relaciones de las capacidades coordinativas (según Hirtz)

Medición (diagnóstico) de las cualidades coordinativas


Para actualizar constantemente la perfección coordinativa-motriz es necesario utilizar no
solamente ejercicios efectivos sino, sobre todo, aplicar métodos diagnósticos auténticos. Estos se
necesitan para resolver las siguientes tareas:
— Control del desarrollo de las cualidades coordinativas,
— control de la efectividad de los ejercicios y métodos empleados,
— análisis más profundo de la esencia de las cualidades coordinativas y sus interrelaciones
Como método principal para el diagnóstico de las capacidades coordinativas se utilizan
actualmente los tests deportivo-motores.
Las ventajas del test deportivo-motor es que:
— Se adecúa en gran medida al objeto de estudio, ya que a partir del resultado de una acción
motora utilizada como test, se pueden extraer conclusiones respecto a la expresión de una
capacidad como cualidad de la personalidad (ver Blume, 1982);
— es utilizable fuera del laboratorio gracias al relativamente escaso requerimiento de aparatos
e instrumentos (ver cap. 7, p.424).)
Para esclarecer un poco el área de estudio se mencionaron hasta ahora métodos de
investigación biomecánicos, psicológicos y fisiológicos, como por ejemplo los tests por el método
de "tracking" (ver Pohlmann, 1983). En lo sucesivo será necesario tratar estos métodos más
profundamente puesto que con su ayuda se pueden investigar funciones relativamente
elementales del proceso coordinativo (funciones psicofísicas), las cuales representan los
fundamentos de las cualidades coordinativas. Los tests deportivo-motores para registrar
cualidades coordinativas se deben diferenciar en tests generales (control del nivel general de las
capacidades coordinativas) y tests especiales (con trol del nivel cualitativo específico de cada
deporte o disciplina deportiva)
A continuación se hará mención a algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta para
la elaboración y utilización de tests deportivo-motores.
En el desarrollo del movimiento que sirve de base para et test, y en el resultado de éste,
siempre se manifiestan varías cualidades. Por ello es que la tarea motora del test se debe
establecer, a partir de un análisis cualitativo, de modo tal que el desarrollo y el resultado de la
acción sean determinados lo más acentuadamente posible por el nivel de expresión individual de
la cualidad coordinativa a examinar. Esto significa que la capacidad a registrar se debe describir
hipotéticamente en base a conocimientos empíricos, que se debe analizar sus formas de
expresión en la actividad deportiva, y que la acción motora para el test se debe seleccionar de
modo tal que la cualidad coordinativa interesada se refleje en forma clara y dominante.

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Test motores deportivos generales seleccionados para medir las capacidades coordinativas.

Test Aparatos Tarea del test Valoración del Resultado del

test test

Test de 1 cruz Hacer equilibrio con una sola Se mide el Aspecto


equilibrio pierna sobre uno de los listones tiempo de cada estático de
1 cronó- de la cruz, con ojos cerrados y intento. la capacidad
metro. manos a la cadera. El intento de equilibrio.
comienza al levantar el pie de
apoyo y termina cuando el
ejecutante abre los ojos o
suelta las manos de la cadera,
o apoya el otro pie en el piso,
o sobre el pie de apoyo (sobre
la cruz).

Test de 1 metró- Durante 10 seg. se realiza una Se mide el Aspecto de


resisten- nomo, carrera al ritmo del metrónomo, tiempo empleado la capacidad
cia al 1 cronó- el cual es colocado a un tacto para 42 pasos de ritmi-
ritmo metro. de 42 golpes cada 15 seg. de carrera. Se zaclón.
Después de esos 10 seg. se establece la
detiene el metrónomo y el diferencia entre
ejecutante debe seguir ese tiempo y los
corriendo al mismo ritmo (42 15 seg. pre-
apoyos). establecidos.

Test de 1 maletín Luego de ejecutar un salto Se mide la Aspecto


diferencia- de saltos. extensión maxlmal, sin impulso diferencia dinámico de
ción de la de brazos, se deben realizar 10 promedio entre la capacidad
fuerza de saltos extensión sin impulso de la altura de diferen-
salto brazos a 2/3 de la altura alcanzada en los ciación.
máxima alcanzada. Luego de 10 saltos y el
cada intento se deben informar valor pre-
la diferencias respecto a ese establecido
valor (2/3 del máximo). (2/3).

Test de 1 cronó- El ejecutante se encuentra en Se mide el Aspecto de


reacción. metro. la posición inicial (parado, de tiempo empleado la capacidad
espaldas a la dirección de la desde el silbato de reacción
carrera), cuando suena el hasta alcanzar deportiva.
silbato debe ir a cuclillas, tocar la marca final.
el piso, pararse, dar media
vuelta y correr a una marca
situada a 3 metros de distancia.

El test solamente podrá cumplir su verdadera función y ser tomado como lógicamente
válido si se lo construye de acuerdo a este procedimiento.
Wilkner (ver 1982) da un buen ejemplo mediante la construcción del test de reacción. El
analiza la cualidad "capacidad de reacción" extrayendo primeramente varios tipos de reacción (la
reacción simple, compleja y la reacción selectiva) y considerando luego la especificidad de la
señalización, donde se diferencia fundamentalmente entre señales ópticas y acústicas.
Como resultado de ese análisis cualitativo construye tres tests cuyas tareas corresponden a
los criterios cualitativos. Estos tests son el test de tiempo de reacción, el test de cronometraje y el
test de reacción complejo.
Sabiendo que una cualidad representa una condición necesaria para un gran grupo de
acciones motoras, se puede decir que el movimiento ejecutado en un test deportivo-motor y el
resultado obtenido nunca llegan a abarcar una cualidad coordinativa en su totalidad, o sea que
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nunca la pueden registrar en todos sus aspectos. En el resultado del test se reflejan sólo uno, o
unos pocos componentes de la cualidad coordinativa dominante en la acción.
Por ello, al examinar amplia y diferenciadamente cada una de las cualidades coordinativas,
es necesario utilizar varios tests deportivo-motores diferentes. De acuerdo al problema de estudio
también es recomendable a veces combinar varios tests para establecen perfiles de rendimiento,
o emplear baterías de tests.
Por razones de economía para el diagnóstico total de cada cualidad coordinativa se
deberían emplear más acentuadamente tests complejos (con varias tareas) que permitan,
simultáneamente, un diagnóstico diferenciado de los distintos componentes de una cualidad,
gracias a las variadas posibilidades de interpretación (ver el capítulo 7, p. 424).
— La dificultad coordinativa de la tarea a resolver en el test se debe adaptar al nivel de
rendimiento del individuo (al nivel de la cualidad coordinativa evaluada). El test debe ser lo
suficientemente fácil como para que el deportista de menor rendimiento alcance a resolver la
tarea propuesta y lo suficientemente difícil como para representar una verdadera exigencia para el
deportista de mayor rendimiento. De allí se desprende que al producirse un aumento considerable
del nivel de las cualidades coordinativas también se debe realizar una elevación del grado de
dificultad coordinativa de las tareas a resolver en el test, ya que sólo en esa forma se puede estar
seguro de obtener verdaderamente una diferencia en los resultados de los deportistas menos
capaces respecto a los deportistas más capaces.
Para elevar la exigencia coordinativa de las tareas a resolver en el test, se pueden utilizar las
siguientes posibilidades:
— Condiciones externas más difíciles (por ejemplo utilización de varios implementos o
implementos adicionales, modificación de las escalas de evaluación);
— Modificación en la ejecución de la acción motora (por ejemplo modificación de las posiciones
corporales en las que se debe realizar el movimiento, modificación del tipo de locomoción, in-
clusión de combinaciones de movimientos)
— ejecución de acciones motoras excluyendo o limitando la percepción de determinados anali-
zadores (por ejemplo eliminando el sentido de la vista al tapar los ojos del ejecutante);
— ejecución de acciones motoras con límite de tiempo.
Una forma de test especialmente apropiada que posibilita la medición de un nivel
modificado de las capacidades coordinativas, sin necesidad de alterar o cambiar las tareas del
test, está dada por el test en serie (ver la sección 7.2.1., p. 431). De ese modo se puede realizar
una comparación de los rendimientos coordinativos a lo largo de varios años y del desarrollo del
nivel de rendimiento del individuo, lo cual muchas veces se hace imposible al realizar una
alteración o modificación de las tareas del test(ver Zimmer,1981).
— Los movimientos que, como, tests deportivo-motores, sirven de base para medir las
capacidades coordinativas, no se deben ejercitar en el marco de la actividad deportiva en la
misma forma que en el test, o sea que no se los debe utilizar como ejercicio de entrenamiento.
Al repetir continuamente esos movimientos se produce una automatización de los mismos,
o sea que se los transforma en destrezas motoras extremadamente estables, o sea sin
generalizarlos como se lo hace para desarrollar una capacidad. De ese modo existe el peligro
(mucho mayor que en el área de la condición física) de que la acción motora a ejecutar en el test
esté extremadamente automatizada, y que sus resultados reflejen en primera instancia el nivel de
una destreza, y no el nivel de la capacidad coordinativa que se desea examinar verdaderamente.
O sea que el test, que en un principio servía para evaluar la capacidad coordinativa, se transforma
en un test de destreza.
El hecho de que la acción motora tomada como test de coordinación no debe ser ejercitada
en la misma forma durante el entrenamiento, no excluye la posibilidad de que la misma pueda ser
utilizada en el proceso de ejercitación, en forma modificada, para contribuir a la formación de
cualidades coordinativas (variando la forma de ejecución de la misma en distintas formas).
La metodología del diagnóstico en el campo coordinativo requiere una gran atención puesto
que sólo con su ayuda se puede obtener un progreso cognitivo considerable en el campo de las
capacidades coordinativas y realizar una formación planificable, controlable, dirigible y previsible
de las capacidades coordinativas.

La movilidad como cualidad motora determinada coordinativamente


En el marco de las cualidades motoras comunes como la fuerza, la resistencia, la velocidad
y la destreza, también se encuentra la movilidad, denominada a veces también flexibilidad,
elasticidad. Con ello se entiende la capacidad; de ejecutar acciones motoras o movimientos con

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una gran amplitud en las articulaciones de las extremidades y de la columna vertebral (ver Bull,
1975; Bull/Bull, 1980; Harre u.a., 1982)
Esto se refiere a la gran amplitud que se alcanza por ejemplo en el espagat de la gimnasia
en aparatos, en el pasaje de vallas, o en la brazada del estilo mariposa de natación.
Lo importante no es simplemente la posibilidad de lograr una gran amplitud, un gran
volumen de movimientos en cada una de las articulaciones, sino que esos movimientos se
pueden realizar en un desarrollo coordinado sin la necesidad de esfuerzos adicionales, o sea sin
tener que ejercer mayor trabajo muscular que el necesario.
Ello vale especialmente para todas las disciplinas de velocidad y de resistencia. En ellas no
se aprovecha casi nunca la máxima amplitud posible del movimiento porque una amplitud media,
que evita alcanzar posiciones articulares extremas, posibilita un trabajo más económico de la
musculatura (movilidad de reserva). De todos modos es válida la regla de que: cuanto mayor es la
máxima amplitud motora posible, tanto mayor es también la amplitud motora óptima.
Ello significa por ejemplo que cuanto más pueda llevar brazos hacia atrás al realizar
ejercicios con implementos o en parejas tanto más fácil y relajada le será al nadador la
conducción hacia delante de los mismos en la brazada del estilo mariposa.
Algunas características de la movilidad son: la gran dependencia respecto a la temperatura,
puesto que un músculo "frío" es menos elástico y flexible que un músculo "caliente": la
dependencia respecto a la hora del día —la movilidad es menor a la mañana, inmediatamente
después de levantarse—: la gran dependencia respecto a la edad del individuo (ver el capítulo 6).
El fundamento y la condición necesaria para obtener una gran amplitud de movimientos son
condiciones anatómicas del aparato motor: la elongabilidad, o sea la máxima longitud alcanzable
del músculo, la elasticidad del aparato ligamentoso y de las cápsulas articulares y en cierta
medida, la posición y conexión de las superficies articulares, la cual es algo diferente en cada
caso. La mayoría de los ejercicios que se utilizan en el deporte escolar, en el entrenamiento, o en
el marco de las diferentes formas del deporte de tiempo libre y de regeneración, están dirigidas a
influenciar esas condiciones anatómicas.
Por cierto, no se debe olvidar que la longitud de un músculo depende en gran medida de su
inervación, aun cuando se lo elonge en forma pasiva. Por ejemplo, cuando se realiza un espagat
en el piso, la apertura de piernas se logra mucho más por la acción del peso del tronco que por la
tracción activa de la musculatura. En este caso adquiere una gran importancia el factor
coordinativo ya que la tarea motora sólo se podrá llevar a cabo si los músculos que deben ser
elongados ceden lo suficiente y se elongan por medio de un control neuromuscular correcto. En
los casos en los que la elongación es producida por medio de la tracción muscular activa y que
por lo tanto depende considerablemente de la capacidad de fuerza del deportista, la amplitud
alcanzable también está determinada considerablemente por la relajación coordinada de los
antagonistas.
El fundamento y la condición necesaria para obtener la mayor amplitud de movimientos posible,
o sea, para una actividad muscular lo más económica posible en un área articular amplia, son por
un lado las condiciones anatómicas ya mencionadas y la capacidad de fuerza de determinados
grupos musculares y por otro lado, una coordinación motora adaptada en medida óptima a la
tarea motora propuesta. Los procesos regulativos deben asegurar tanto la contracción
exactamente dosificada de los agonistas y sinergistas, como también la relajación simultánea de
los antagonistas. Si el descenso de la tensión de los antagonistas comienza fracciones de
segundo demasiado tarde, o si no se produce una relajación total, ello tendrá como consecuencia
un mayor esfuerzo por parte de los agonistas, lo cual acelera la aparición del cansancio y la
disminución del rendimiento. Debido a este proceso descripto recientemente, muchas veces se
habla de una capacidad de relajación, la cual es considerada como un componente de la
movilidad
La unidad de medida de la movilidad es la máxima amplitud motora alcanzable, la que se
mide por medio de la diferencia angular entre las posiciones articulares extremas. La mayoría de
las veces interesa el movimiento en una sola dirección, como por ejemplo, en el test de flexión del
tronco (ver richter, 1974) o al medir la amplitud de apertura de las piernas y por ello es suficiente
con medir un solo ángulo, por ejemplo, el ángulo entre el tronco y las piernas en la flexión dorsal
del tronco. En algunos casos también se puede emplear simplemente la medición de longitudes,
como por ejemplo la distancia entre la yema de los dedos y la superficie de apoyo en el test de
flexión del tronco. Todas estas mediciones se llevan a cabo en posición estática, de modo que el
factor coordinativo no tiene ninguna influencia y aún no se han llevado a cabo experimentos que
realicen una medición de éste en combinación con la movilidad.

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Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014

Lo expuesto hasta aquí deja ver que el desarrollo de la movilidad está determinado por tres
factores, el morfológico (anatómico), el coordinativo y la condición física. Esto se debe tener en
cuenta en el entrenamiento de la movilidad.
El hecho de que la movilidad dependa de un factor coordinativo, de un factor morfológico y
de la condición física, también explica el por qué no se la puede clasificar como una cualidad
coordinativa ni como una cualidad de la condición física. La misma tiene una posición intermedia
y por ello se la trató separadamente.

Resumen
Las cualidades coordinativas son características relativamente generalizadas y fijas del
desarrollo de los procesos de conducción y regulación de la actividad motora. Ellas representan
condiciones del deportista que lo hacen más o menos capaz para la ejecución exitosa de
determinadas actividades deportivas. Las capacidades coordinativas se expresan en la velocidad
y el grado de calidad del aprendizaje, perfeccionamiento y estabilización de las destrezas
motoras, y en su utilización en las situaciones y condiciones adecuadas. Ellas no sólo son
condiciones necesarias para la actividad deportiva, sino también el resultado de la misma, o sea
que las capacidades coordinativas se desarrollan únicamente en la actividad
— Las cualidades coordinativas son siempre condiciones necesarias para la realización de
una gran cantidad de acciones motoras, para grupos (tipos) completos de acciones deportivas.
Por el contrario, las destrezas motoras implican acciones fijadas y automatizadas parcialmente
por medio de la ejercitación repetida, sin una concentración conciente de la atención en el
desarrollo actual del movimiento. Ellas sirven para cumplimentar un único objetivo motor
determinado.
— A partir de las características generales de la conducción del movimiento en las actividades
deportivas se deducen empíricamente y se describen siete cualidades coordinativas:
— La capacidad de diferenciación,
— la capacidad de acoplamiento,
— la capacidad de reacción,
— la capacidad de orientación,
— la capacidad de equilibrio,
— la capacidad de adaptación,
— la capacidad de ritmización.
— Las capacidades coordinativas se expresan en el ser humano en forma general, como
condiciones necesarias para el rendimiento en la totalidad de las actividades motoras. Para
ejecutar exitosamente un tipo específico de actividad motora, como por ejemplo para practicar
determinados deportes, es necesario desarrollar aspectos específicos de esas capacidades.
• Las cualidades coordinativas, al igual que las demás cualidades, no actúan nunca aislada e
independientemente una de otra. Ellas actúan en forma interrelacionada encontrándose a veces
en estrecha relación con otras cualidades (cualidades intelectuales, volitivas, creativas y de la
condición física). Algunos grandes complejos cualitativos son la capacidad de aprendizaje motor,
la capacidad de conducción, la capacidad de adaptación, la capacidad de juego o el complejo de
las capacidades coreográficas. Las relaciones estructurales se diferencian de acuerdo a los tipos
de actividad, al estado de desarrollo cronológico y a la influencia respectiva del entrenamiento.
• La metodología de diagnosis adquiere una gran importancia para lograr mayores progresos
respecto a los conocimientos en el campo de las cualidades coordinativas y para asegurar un de-
sarrollo planificable, controlable, conducible y previsible de la coordinación. El método de
medición de las cualidades coordinativas utilizado principalmente en la actualidad es el test
deportivo-motor. Entre ellos se pueden diferenciar tests generales (examen del nivel general de
las capacidades coordinativas) y tests especiales (examen del nivel cualitativo para un deporte o
disciplina deportiva específica).
• La movilidad se puede incluir, por un lado, dentro del círculo de las cualidades coordinativas
como una capacidad motora importante, pero por otro lado, va aún más allá debido a su depen-
dencia respecto de las condiciones morfológicas, e incluso energéticas (de la condición física) de
cada individuo.

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Capacidad Física Coordinación

BIBLIOGRAFÍA

• MEINEL, K., SCHNABEL, G. (2014) Las capacidades coordinativas y la movilidad


- Teoría del movimiento. En A.A.V.V. (2014) Dossier Bibliográfico de Base Espacio
Curricular – Juego Motor, (pp: 95 – 113). Instituto Provincial de Educación Física de
Córdoba.1

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Uso con fines académicos

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