Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Capacidad Física
Coordinación
1
Uso con fines académicos
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Rendimiento Deportivo
Figura 33: Cuadro sinóptico sobre las capacidades motoras determinantes del rendimiento
deportivo.
96
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
97
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Operaciones mnémicas
↔ Operaciones efectoras
↔
↔
Capacidades coordinativas
Operaciones perceptiva
↔ Operaciones
cognitivas
Al igual que todas las capacidades, las cualidades coordinativas se diferencian por su
dirección (aspecto cualitativo) y por su nivel (aspecto cuantitativo).
Las cualidades coordinativas son requisitos indispensables para el rendimiento en una
amplia categoría de tareas motrices. Esto significa que una capacidad coordinativa jamás es el
único requisito para obtener un determinado rendimiento, sino que la estructura condicionante
consta siempre de varias cualidades coordinativas que se encuentran en relación estrecha entre
sí, y a menudo también actúan en combinación con capacidades o cualidades intelectuales,
musicales, volitivas o de la condición física.
98
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
26% en el aprendizaje del rol con salto frente al 7% en el grupo de control) deja claro que una
capacitación coordinativa intensiva, y multilateral contribuye en gran medida al acortamiento del
tiempo de aprendizaje (ver Hirtz; Wellnitz, 1985).
En una destreza siempre son importantes varias capacidades coordinativas pero su
dominancia es diferente. En proceso de aprendizaje de destreza; motoras, pero especialmente en
la utilización de destrezas aprendidas y estabilizadas, también se alcanza una elevación del nivel
de las capacidades coordinativas, lo cual depende especialmente de la cantidad del tipo y de la
dificultad de esas destrezas. Sin embargo, una formación y aumento dirigido y acentuado de las
capacidades coordinativas requiere de otras medidas metodológicas más diferenciadas, las cua-
les serán tratadas más adelante.
Esta interrelación estrecha entre las destrezas motoras y las capacidades coordinativas
tiene su fundamento en los procesos y normas de la coordinación motora, siendo la expresión y el
reflejo de las mismas.
En los últimos años ha crecido el interés en analizar más profundamente la esencia de las
capacidades coordinativas. Los intentos de definir y deducir distintas cualidades coordinativas por
medios inductivos o deductivos son numerosos y variados, alcanzando desde la diferenciación de
algunas cualidades coordinativas poco complejas (ver Schnabel, 1973a; Letzelter, 1973;
Filippovic, 1974) hasta la deducción de una gran cantidad de capacidades coordinativas
elementales (ver Fleischman, 1972; Lütgeharm, 1978; Hirtz, 1979; Ljach, 1979, 1984;
Pöhlmann/Kirchner, 1979; Roth, 1982).
Hirtz y sus colaboradores (ver 1979), definieron las siguientes cinco capacidades
coordinativas fundamentales para el deporte escolar, por medio de un análisis profundo de las
crecientes exigencias sociales para con la actividad motora, mediante la caracterización de
aspectos coordinativos determinantes del rendimiento en los deportes incluidos en el plan de
enseñanza, mediante la consideración de las potencialidades funcionales neurofisiológicas y
psíquicas, y mediante cálculos de análisis de factores:
— capacidad de diferenciación kinestésica,
— capacidad de orientación espacial,
— capacidad de equilibrio,
— capacidad de reacción compleja,
— capacidad rítmica.
Al mismo tiempo se indica que también existen otras capacidades coordinativas fuera de
las cinco mencionadas. La capacidad de acoplamiento, la capacidad de combinación y la
capacidad de expresión motora se mencionan como cualidades cuya importancia debe ser
examinada por medio de trabajos científicos complementarios (ver Hirtz u. a., 1985).
Póhlmann/Kirchner (1979) intentan elaborar un sistema de cualidades útil en la práctica
deportiva, partiendo de la estructura de la conducta y de la regulación de la acción. Dentro de ese
sistema se incluyen las capacidades coordinativas en un "complejo de cualidades psicomotrices",
diferenciando cualidades elementales (en el sentido de potencialidades funcionales psicofísicas)
y las cualidades deportivas específicas como las capacidades de reacción, de conducción, de
coordinación, de transformación rítmica, de combinación y de expresión motora. Las capacidades
de adaptación, de aprendizaje y de transferencia motora son caracterizadas como cualidades
coordinativas superiores. Roth (1982) elabora un sistema jerárquico de cualidades coordinativas,
en parte sobre la base de los conocimientos ganados deductiva e inductivamente hasta el
momento, y en base a resultados de investigaciones empíricas propias. En el nivel superior del
modelo estructural se hace una distinción entre una "capacidad para la coordinación con límite de
tiempo" y una "capacidad para el control exacto de los movimientos". El nivel inmediato inferior
contiene:
— la capacidad para la conducción motora rápida,
— la capacidad para la adaptación motora rápida,
— la capacidad para la conducción motora precisa,
— la capacidad para la adaptación motora precisa.
Ljach (ver 1983, 1984) analiza las cualidades que conforman la esencia de las capacidades
coordinativas, partiendo de los mecanismos psicofisiológicos de la conducción motora del sistema
nervioso central. En el resultado de ese análisis se elaboran cuatro cualidades: corrección
(adecuación y exactitud), velocidad (oportunidad), racionalidad (economicidad y conveniencia) e
ingeniosidad (estabilidad e iniciativa). El autor acentúa en consecuencia que, las capacidades
99
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
coordinativas son cualidades de la conducción motora que garantizan una resolución correcta,
rápida, racional e ingeniosa de la tarea motora.
Zimmer (1984) elabora un modelo estructural de las cualidades coordinativas sobre la base
de resultados de investigaciones empíricas propias y considerando otras posiciones teóricas
importantes (ver Bernstein, 1975). Este modelo contiene, en un nivel clasificatorio superior, dos
cualidades coordinativas complejas (representantes de la formación de clases de capacidades
elementales),
— la capacidad para la estabilización de la coordinación de movimientos bajo condiciones
constantes de desarrollo, y
— la capacidad para la estabilización de la coordinación de movimientos cuando se producen
variaciones en su transcurso.
En un nivel inferior se clasifican las cualidades coordinativas elementales que sirven de
base para las cualidades complejas. Ellas son la capacidad de acoplamiento, la capacidad de
ritmización, la capacidad de orientación, la capacidad de reacción, la capacidad de equilibrio, la
capacidad de cambio y la capacidad de diferenciación. La autora indica, además, que la
coordinación de actividades motoras constantes (con un desarrollo regular) implica, en
comparación con la coordinación de actividades motoras variables (con alteraciones en el
desarrollo de la acción), una representación consciente que se desvanece rápidamente. Mientras
que en la primera es la regulación sensomotora la que adquiere el papel principal en la regulación
de la acción, en la coordinación motora con variaciones en el desarrollo de la acción predomina la
regulación perceptivo-conceptual e intelectual.
En relación a estas capacidades se deducen otras cualidades o aspectos cualitativos
elementales en el nivel jerárquico inferior.
El estado actual de los conocimientos y los fundamentos teóricos existentes no alcanzan
para establecer un concepto estructural general y de las capacidades coordinativas comprobado
científicamente.
Por ello es que en los conceptos elaborados hasta el momento predomina la porción
hipotética. La necesidad de un concepto de trabajo que pueda ser aplicado y utilizado
inmediatamente en la práctica y que a la vez ayude a asegurar el desarrollo teórico, hizo surgir
un modelo de trabajo en el campo de la teoría y metodología del entrenamiento.
Este modelo abarca las siguientes cinco capacidades coordinativas:
— Capacidad de diferenciación,
— capacidad de acoplamiento,
— capacidad de orientación,
— capacidad de equilibrio,
— capacidad de cambio,
— capacidad de ritmización.
Las capacidades coordinativas contenidas en ese concepto se dedujeron y describieron a
partir de una gran cantidad de conocimientos empíricos, de resultados experimentales
individuales y, principalmente, a partir de las cualidades características de la actividad deportiva,
tal como se reflejan en los deportes y disciplinas deportivas.
Tales cualidades esenciales, a través de las cuales se puede caracterizar la conducción
motriz de las actividades deportivas, son las siguientes:
—Para sobrellevar un determinado objetivo de acción se tiene que coordinar adecuadamente
una mayor o menor cantidad de movimientos corporales parciales, de movimientos aislados
o de fases de movimientos.
— El cuerpo, en su totalidad, cambia de posición continuamente respecto al ambiente que lo
rodea, en forma más o menos acentuada y variable.
— Los movimientos totales y parciales tienen que ser realizados, a menudo, con una gran
precisión para alcanzar el objetivo motor en forma óptima.
— Muchas veces es necesario reaccionar a determinadas señales, o sea ejecutar una acción
motora adecuada, en el momento oportuno.
— En una serie de deportes es necesario adaptarse a cambios repentinos de la situación.
— El cuerpo en movimiento debe ser mantenido en equilibrio, o puesto nuevamente en
equilibrio luego de cambios posicionales amplios y veloces.
— Una particularidad de la conducción motora, en algunos deportes, consiste en la
coordinación del movimiento con un ritmo determinado dado desde afuera en forma
acústica, musical u óptica, o existente en la propia imaginación del deportista.
Los primeros exámenes empíricos dieron como resultado que este modelo, surgido por vías
casi totalmente inductivas, comprende muy probablemente las condiciones coordinativas nece-
sarias e importantes para la ejecución exitosa de las actividades deportivas. El hecho de que el
100
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Capacidad de diferenciación
habilidad con fa cabeza y con los pies, el jugador de hándbal y de vóleibol necesita más habilidad
manual. La importancia de esta capacidad para cada uno - de los deportes es casi idéntica,
puesto que rendimientos elevados requieren siempre una gran precisión del movimiento en la
ejecución técnica del ejercicio de competencia.
Por ello es que en muchas investigaciones se pudieron comprobar siempre mejores
rendimientos en las personas entrenadas que en las no entrenadas.
Nazarov extrajo, para la capacidad de relajación muscular, un valor del 88% en los
deportistas y del 48% en los no deportistas (ver farfel, 1983, p. 22). hirtz (ver 1979, p. 176)
comprobó que los niños que practican deportes fuera de la escuela poseen una capacidad de
diferenciación kinestésica significativamente mayor, lo cual también se comprueba en las
investigaciones de kircheis (ver 1977).
Como medida de la capacidad de diferenciación puede valer la exactitud de la ejecución de
fases individuales del movimiento, la precisión de los movimientos parciales del cuerpo y del mo-
vimiento total respecto a los parámetros espaciales, temporales y dinámicos — bajo distintas
condiciones de ejecución (por ejemplo, con distintos implementos, diferentes distancias, etc.)—.
Algunas tareas que requieren, una gran capacidad de diferenciación son, por ejemplo, el
reproducir ángulos o fuerzas propuestas, lanzamiento de puntería con distintas pelotas, saltos de
precisión, correr una distancia en un tiempo determinado, etc.
El deportista que realiza ejercicios de diferenciación tiene que ser informado exactamente
sobre el resultado logrado luego de cada intento, puesto que sólo la comparación del movimiento
"percibido" subjetivamente con el resultado obtenido, le permitirá diferenciar verdaderamente el
siguiente movimiento (ver Kircheis, 1977; Jung, 1983).La capacidad de diferenciación está en
relación estrecha con las capacidades de acoplamiento y de orientación, teniendo un carácter
condicionante para con las capacidades de equilibrio y de ritmización.
Capacidad de acoplamiento
La capacidad de acoplamiento se entiende como la capacidad de coordinar
apropiadamente los movimientos parciales del cuerpo entre sí (por ejemplo, movimientos
parciales de las extremidades, del tronco y de la cabeza)y en relación al movimiento total que se
realiza para obtener un objetivo motor determinado.
Esta capacidad es un requisito esencial para todas las acciones motoras y es predominante
en tareas coordinativas de gran dificultad como las que se presentan en la gimnasia, en la
gimnasia deportiva y en todos los juegos deportivos.
A menudo se trata de resolver tareas manuales donde tienen que manipularse pelotas,
cubiertas, bastones u otro tipo de implementos pequeños.
La ejecución sucesiva y simultánea de balanceos o circunducciones de brazos, con y sin
implementos, durante la marcha, en la carrera, o en los movimientos de saltos de la gimnasia
hacen necesario una gran capacidad de acoplamiento para aprender rápidamente y presentar en
forma artísticamente expresiva los elementos gimnásticos.
Casi todos los elementos de la gimnasia en aparatos contienen la modificación permanente
y técnicamente apropiada del ángulo tronco-brazos y tronco-piernas, y de ese modo un alto nivel
respecto a la capacidad de acoplamiento de los movimientos del tronco y de las extremidades.
En los juegos deportivos se presentan exigencias elevadas a la capacidad de acoplamiento de
los movimientos parciales del cuerpo, especialmente en las variadas técnicas de manipulación
de los implementos de juego, como ser en los movimientos de recepción, de lanzamiento, de
pase, etc., y en la natación sucede lo mismo respecto a las diferentes combinaciones de los
movimientos de piernas, brazos y del tronco.
La gran variabilidad de los movimientos de las extremidades alcanza desde movimientos
simples, elementales, hasta movimientos difíciles y complejos que requieren a menudo un
prolongado proceso de aprendizaje.
Nazarov realiza una clasificación de los movimientos de los brazos en base a distintas
investigaciones:
— Movimientos simétricos,
— movimientos cruzados,
— movimientos sucesivos,
— movimientos de ambos brazos en distintos planos,
— movimientos asincrónicos (movimientos de ambos brazos a distinto ritmo) (ver Farfel, 1983,
p. 28).
Como unidad de medida de la capacidad de acoplamiento se pueden utilizar la velocidad y
perfección (exactitud) del aprendizaje de acciones motoras que contienen altas exigencias con
respecto al juego conjunto adecuado de movimientos parciales simultáneo o sucesivo y el tiempo
que se necesita para adaptarse apropiadamente a las condiciones externas cambiantes. La di-
102
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
ficultad coordinativa también puede valer como criterio para determinar el nivel de aquella
capacidad, con la condición de que haya tareas motoras combinadas según el aumento del gra-
do de dificultad.
Las capacidades de orientación, de diferenciación y de ritmización se encuentran en
relación de acoplamiento.
Capacidad de reacción
La capacidad de reacción se entiende como la capacidad de jnducir y ejecutar rápidamente
acciones motoras breves, adecuadas en respuesta a una señal, donde lo importante consiste en
reaccionar en el momento oportuno y con la velocidad apropiada de acuerdo a la tarea
establecida, pero en la mayoría de los casos el óptimo está dado por una reacción lo más rápida
posible a esa señal.
Esas señales pueden ser de muy distinto tipo y las condiciones bajo las cuales tienen lugar
pueden ser muy diferentes. Las reacciones motoras posibles también pueden ser muy variadas
(ver Vilkner, 1977).
Las señales se pueden transmitir por vías acústicas, ópticas, táctiles o kinestésicas. Los
corredores, nadadores y canoístas deben reaccionar al comando de partida, los jugadores deben
reaccionar al silbato del árbitro y los luchadores tienen que reaccionar a las órdenes del juez de
combate. En los juegos deportivos, las señales ópticas se presentan casi siempre a través de los
movimientos de los compañeros, de los adversarios o del implemento deportivo. Los movimientos
del adversario en los deportes de combate también son señales visuales que contienen informa-
ciones decisivas para inducir a acciones respectivas de combate. Los pases en las pruebas de
postas también se producen en base a percepciones visuales, el despegue correcto en los saltos
de esquí está condicionado por las señales ópticas que obtiene el saltador al observar
precisamente el borde de la plataforma de salto.
En judo y a veces en lucha, se debe reaccionar especialmente a señales táctiles y
kinestésicas.
Por lo general se debe reaccionar a señales que provienen de un objeto en movimiento. Se
puede tratar de una señal aislada como por ejemplo en el tiro al pichón artificial o en el tiro libre de
fútbol, pero muchas veces, especialmente en los juegos deportivos y en los deportes de combate,
se debe elegir seleccionar una señal determinada dentro de un conjunto de señales, la que es
portadora de la información decisiva para las acciones motoras apropiadas. Para el arquero es
importante reconocer entre la gran cantidad de acciones de los jugadores atacantes y los
defensores, aquellas acciones con las que se pretende hacer el gol. La velocidad, exactitud y
totalidad de las informaciones percibidas por él en la situación de juego y la corrección de las
acciones anticipatorias consecuentes, son el fundamento decisivo para una contención exitosa de
la pelota. Por ejemplo, si la visión del arquero es tapada por algún motivo, la consecuencia puede
ser una falsa reacción o una incapacidad de reacción debido a la percepción informativa
incorrecta o inexacta.
Pero las reacciones resultantes a esas señales también pueden ser muy diferentes. Se
puede tratar de una acción determinada, conocida anteriormente como, por ejemplo, en el caso
de las partidas o de los saltos de esquí, o también se puede dar el caso de tener que seleccionar
e inducir la reacción más adecuada dentro de una variedad de respuestas motoras que pueden
corresponder apropiadamente a la señal dada. En este caso no se reacciona a una sola señal
establecida, sino más bien a un conjunto de señales. Los juegos deportivos ofrecen los mejores
ejemplos. Lo fundamental para las reacciones seleccionadas es la reducción oportuna de las
posibilidades de elección hasta llegar a una alternativa simple, lo cual está condicionado por la ex-
periencia y por el grado de dominio de las reacciones posibles. Si bien una reacción lo más veloz
posible conduce generalmente al éxito deseado, muchas veces es apropiado retardar
intencionalmente la acción motora, como por ejemplo, en los tiros al arco o en los pases con
retardo.
La capacidad de reacción es una capacidad muy amplia del ser humano que debe ser
contemplada diferenciadamente de acuerdo a la actividad específica.
Esta cualidad es muy importante para la motricidad cotidiana y para la motricidad laboral si
se piensa por ejemplo en el comportamiento en el tránsito o en el manejo de las máquinas y
sistemas. La capacidad de reacción se basa en la percepción correcta de las informaciones del
medio ambiente, en la velocidad y exactitud de la elaboración de los estímulos percibidos, en la
decisión correcta sobre laa acción motora adecuada y en su ejecución oportuna y con la rapidez
apropiada. Ella está en estrecha relación con la capacidad de cambio, con la velocidad de
movimientos y con otras capacidades psíquicas, especialmente las capacidades intelectuales.
103
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Capacidad de orientación
La capacidad de orientación se entiende como la capacidad para determinar la posición y
los movimientos del cuerpo en el espacio y en el tiempo, en relación a un campo de acción
definido (por ejemplo un campo de juego, un ring de boxeo, un aparato de gimnasia) y/o a un
objeto en movimiento (por ejemplo una pelota, un adversario o un compañero). La percepción
de la posición y del movimiento y la acción motora para modificar la posición del cuerpo se
deben entender como una unidad, como la capacidad de conducción espacial-temporal de los
movimientos.
En cada uno de los deportes se presentan exigencias muy diferentes a esta capacidad. En
los juegos deportivos, el deportista debe realizar la modificación de su posición y movimientos en
un campo de acción más o menos grande (campo de juego), con muchos puntos de orientación
(adversarios, compañeros, implementos) y sus cambios de posición se tienen que adaptar a las
situaciones permanentemente cambiantes del juego.
En los deportes de combate se producen las mismas condiciones, pero los cambios de
posición no son tan variados como en los juegos deportivos.
En los deportes técnicos de composición, especialmente en la gimnasia deportiva, los
cambios de posición son comparativamente más pequeños y en general están asociados a
aparatos fijos. El acento de la capacidad de orientación radica en este caso en la gran velocidad
de los cambios de posición que se producen sobretodo mediante giros sobre los ejes transversal,
longitudinal y sagital del cuerpo. La posición y movimientos de la cabeza tiene una influencia
decisiva en la orientación porque los analizadores vestibular y óptico proporcionan informaciones
importantes para la conducción de movimientos.
Esta cualidad muestra relaciones relativamente estrechas; existen con la capacidad de
diferenciación puesto que la conducción espacial se expresa, por ejemplo, en la aplicación
dosificada y adecuada de las fuerzas y en la ejecución espacial precisa de los movimientos
parciales. Esto último se demuestra en las investigaciones de Birjutschkow, quien examinó la
exactitud de ángulos articulares preestablecidos, los cuales fueron realizados en posición erguida
y en posición invertida del cuerpo (ver Farfel, 1983, p. 99). Pero la capacidad de orientación
también está estrechamente relacionada con las demás capacidades coordinativas, lo cual es un
resultado del importante papel que cumplen las informaciones ópticas para ejecutar
exitosamente las acciones motoras.
Como unidad de medida para la capacidad de orientación se puede considerar la velocidad,
exactitud y corrección de la orientación (por ejemplo tomando el tiempo necesario para resolver
un determinado test), en combinación con el logro de una cierta exactitud en la ejecución de la
tarea motora.
Para registrar la capacidad de orientación se deben elegir, fundamentalmente, acciones
motoras que se caractericen por la percepción y procesamiento informativo de señales ópticas-
espaciales y que impliquen la conducción espacial-temporal del movimiento total del cuerpo de
acuerdo a la percepción del desarrollo de los movimientos propios y ajenos.
Capacidad de equilibrio
Como capacidad de equilibrio se entiende la capacidad de mantener o volver a colocar todo
el cuerpo en estado de equilibrio durante, o luego de cambios voluminosos de posición del
mismo.
Esta capacidad tiene dos aspectos que deben ser diferenciados: por un lado la capacidad
de mantener el equilibrio en una posición relativamente estática o en movimientos corporales
muy lentos (equilibrio estático) y por otro lado la capacidad de mantener, o recuperar el estado
de equilibrio cuando se realizan cambios voluminosos y a menudo muy veloces, en la posición
del cuerpo (ver Kocjasz, 1967; Schnabel, 1973; Issel, 1975; Blume, 1978a). Los procesos
fisiológicos en los que se fundamentan estos dos aspectos presentan diferencias muy claras.
104
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Capacidad de cambio
Capacidad de ritmización
tiempo libre y en el campo de la educación física y el deporte. Un buen nivel coordinativo ayuda
en gran medida al manejo seguro, exacto y rápido de las maquinarias y de las instalaciones
modernas en las industrias y en el tránsito, y en el manejo de los armamentos modernos en el
campo militar, sirviendo también para aprovechar las muchas posibilidades de organización del
tiempo libre, tan necesaria para el proceso regenerativo y para explotar cada vez más las
potencialidades de la educación física y el deporte. Lo expresado deja en claro que una
capacidad coordinativa elevada representa una condición esencial para la capacitación general
del individuo en la vida cotidiana (ver Hirtz, 1985). Para obtener rendimientos máximos en el
campo del deporte de alto rendimiento, frecuentemente se requiere un proceso de entrenamiento
prolongado, en el cual tienen lugar exigencias maximales de las destrezas técnico-deportivas y de
la capacidad de rendimiento coordinativo. Por ello es que, especialmente en el entrenamiento de
los principiantes, el grado de expresión de las capacidades coordinativas determina
esencialmente la formación de destrezas generales y específicas deportivas. Cuanto más
específicas son las exigencias, tanto más significativos se vuelven los aspectos específicos de las
capacidades coordinativas importantes para el rendimiento. Ello significa, por un lado, que cada
una de las capacidades coordinativas tiene una importancia diferente para el desarrollo del
rendimiento en determinados deportes y por otro lado, que los aspectos específicos de las
capacidades generales descriptas tienen una relevancia especial para los rendimientos
deportivos. Así, por ejemplo, todo individuo sano necesita un nivel determinado respecto a la
capacidad de equilibrio, a la capacidad de reacción o a la capacidad de orientación para poder
ejercer exitosamente las actividades que se desarrollan en la vida cotidiana, en el trabajo o en el
tiempo libre, pero para alanzar rendimientos deportivos en remo, en canotaje o en la gimnasia
deportiva se necesita la formación de aspectos específicos de la capacidad de equilibrio. Los
deportes de combate también provocan exigencias específicas de la capacidad de reacción, y del
mismo modo, la capacidad de orientación de un saltador ornamental y de un futbolista se
diferencia considerablemente en sus aspectos específicos.
Así, se puede decir que las capacidades coordinativas pueden ser vistas, en su
manifestación general, como una condición necesaria en todos los campos de la actividad motora
del ser humano, y para todos los deportes. Las exigencias especiales para la coordinación motora
en determinados campos de la actividad, y también en determinados deportes y disciplinas, hacen
necesario en cada caso el desarrollo de los aspectos específicos de las capacidades
coordinativas relevantes.
107
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
De ese modo se vuelve totalmente claro el hecho de que la capacidad de aprendizaje motor
de un jugador de hándbal está determinada esencialmente por las capacidades de orientación, de
reacción y de adaptación, mientras que en el complejo cualitativo de una gimnasta predominan la
capacidad de acoplamiento, la capacidad de ritmización y la capacidad de equilibrio.
Además de la capacidad de aprendizaje motor también se deben diferenciar otras dos
cualidades complejas, condicionadas fundamentalmente por aspectos coordinativos: la capacidad
de conducción y la capacidad de adaptación
En algunos deportes predominan condiciones de ejecución estandarizadas y el objetivo
consiste en ejecutar los movimientos con gran precisión y constancia, o sea que domina el
aspecto conductivo. Esto se da sobre todo en los deportes técnicos, en las disciplinas técnicas del
atletismo, de los deportes de fuerza pura, de fuerza rápida y de resistencia, donde predomina el
complejo de la capacidad de conducción. ¿Otros deportes se caracterizan por un cambio
permanente de las situaciones y por condiciones poco estandarizadas, mediante lo cual el
deportista es obligado a adaptar o modificar constantemente sus acciones motoras, cosa típica
fundamentalmente en los deportes de combate y en los juegos deportivos. El complejo de
cualidades coordinativas esencial para estos casos es el complejo de la capacidad de adaptación.
En el complejo de la capacidad de conducción predominan la capacidad de acoplamiento y
la capacidad de diferenciación, mientras que en el complejo de la capacidad de adaptación
dominan, por el contrario, las capacidades de reacción y de cambio. Las capacidades de
equilibrio, de orientación y de ritmización pueden estar contenidas en ambos complejos (figura
35). La capacidad de aprendizaje motor, de conducción y de adaptación deben ser comprendidas
como formas relativamente independientes, comprimidas y complejas de la capacidad de
rendimiento coordinativo. Ellas se expresan sobre la base dada por siete cualidades
coordinativas elementales. El deportista aprende tanto más rápida y efectivamente una técnica
deportiva nueva, se adapta motrizmente en forma más rápida y adecuada a situaciones
desacostumbradas o repentinamente cambiantes, y conduce más exactamente sus acciones
motoras, cuando más desarrolladas están esas siete cualidades coordinativas.
Este tipo de formaciones complejas de cualidades humanas no se limita solamente a las
capacidades coordinativas, sino que también incluye cualidades de la condición física y otras,
como por ejemplo cualidades intelectuales o artísticas.
El término "capacidad de juego" denomina, por ejemplo, un complejo cualitativo en el cual
las capacidades coordinativas ocupan una posición central, pero no en forma aislada sino en
estrecha relación con las cualidades de velocidad y las capacidades tácticas.
En la gimnasia se habla de un complejo de cualidades coreográficas, el cual, además de
capacidades coordinativas, intelectuales y físicas, incluye especialmente las capacidades
artísticas.
Las relaciones estructurales en este tipo de complejos cualitativos están subordinadas a
modificaciones de acuerdo a determinadas condiciones. Así, en el transcurso de la ontogénesis
se modifica esa relación estructural mediante la reducción de las relaciones de algunas
capacidades a favor de otras.
Filippovic/Turnevskij (ver 1977) pudieron comprobar este fenómeno experimentalmente.
Las relaciones entre los rendimientos en tests motrices se reducen considerablemente de los 8 a
los 17 años de edad. Lo mismo vale para las relaciones especialmente elevadas.
Otra condición bajo la cual se modifican las relaciones estructurales es la influencia del
entrenamiento deportivo regular. Los resultados de investigaciones hechas por Hirtz (1979)
muestran, por ejemplo, que el número de relaciones entre las capacidades coordinativas de los
jóvenes entrenados de 12 a 16 años se reducen considerablemente con respecto a los jóvenes no
entrenados (figura 36). En los jóvenes entrenados ya no se manifiestan más las relaciones entre
las capacidades de reacción y de equilibrio, de reacción y de ritmización, y entre la habilidad y la
capacidad de ritmización.
R R R
Gs Gs Gs
Rh Rh Rh
Gl Gl Gl
F F F
108
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
R = Capacidad de Reacción
Gl = Capacidad de Equilibrio
Gs = Agilidad
F = Fluidez del Movimiento
Rh = Capacidad de Ritmización
Figura 37: Nivel de las relaciones de las capacidades coordinativas (según Hirtz)
109
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Test motores deportivos generales seleccionados para medir las capacidades coordinativas.
test test
El test solamente podrá cumplir su verdadera función y ser tomado como lógicamente
válido si se lo construye de acuerdo a este procedimiento.
Wilkner (ver 1982) da un buen ejemplo mediante la construcción del test de reacción. El
analiza la cualidad "capacidad de reacción" extrayendo primeramente varios tipos de reacción (la
reacción simple, compleja y la reacción selectiva) y considerando luego la especificidad de la
señalización, donde se diferencia fundamentalmente entre señales ópticas y acústicas.
Como resultado de ese análisis cualitativo construye tres tests cuyas tareas corresponden a
los criterios cualitativos. Estos tests son el test de tiempo de reacción, el test de cronometraje y el
test de reacción complejo.
Sabiendo que una cualidad representa una condición necesaria para un gran grupo de
acciones motoras, se puede decir que el movimiento ejecutado en un test deportivo-motor y el
resultado obtenido nunca llegan a abarcar una cualidad coordinativa en su totalidad, o sea que
110
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
nunca la pueden registrar en todos sus aspectos. En el resultado del test se reflejan sólo uno, o
unos pocos componentes de la cualidad coordinativa dominante en la acción.
Por ello, al examinar amplia y diferenciadamente cada una de las cualidades coordinativas,
es necesario utilizar varios tests deportivo-motores diferentes. De acuerdo al problema de estudio
también es recomendable a veces combinar varios tests para establecen perfiles de rendimiento,
o emplear baterías de tests.
Por razones de economía para el diagnóstico total de cada cualidad coordinativa se
deberían emplear más acentuadamente tests complejos (con varias tareas) que permitan,
simultáneamente, un diagnóstico diferenciado de los distintos componentes de una cualidad,
gracias a las variadas posibilidades de interpretación (ver el capítulo 7, p. 424).
— La dificultad coordinativa de la tarea a resolver en el test se debe adaptar al nivel de
rendimiento del individuo (al nivel de la cualidad coordinativa evaluada). El test debe ser lo
suficientemente fácil como para que el deportista de menor rendimiento alcance a resolver la
tarea propuesta y lo suficientemente difícil como para representar una verdadera exigencia para el
deportista de mayor rendimiento. De allí se desprende que al producirse un aumento considerable
del nivel de las cualidades coordinativas también se debe realizar una elevación del grado de
dificultad coordinativa de las tareas a resolver en el test, ya que sólo en esa forma se puede estar
seguro de obtener verdaderamente una diferencia en los resultados de los deportistas menos
capaces respecto a los deportistas más capaces.
Para elevar la exigencia coordinativa de las tareas a resolver en el test, se pueden utilizar las
siguientes posibilidades:
— Condiciones externas más difíciles (por ejemplo utilización de varios implementos o
implementos adicionales, modificación de las escalas de evaluación);
— Modificación en la ejecución de la acción motora (por ejemplo modificación de las posiciones
corporales en las que se debe realizar el movimiento, modificación del tipo de locomoción, in-
clusión de combinaciones de movimientos)
— ejecución de acciones motoras excluyendo o limitando la percepción de determinados anali-
zadores (por ejemplo eliminando el sentido de la vista al tapar los ojos del ejecutante);
— ejecución de acciones motoras con límite de tiempo.
Una forma de test especialmente apropiada que posibilita la medición de un nivel
modificado de las capacidades coordinativas, sin necesidad de alterar o cambiar las tareas del
test, está dada por el test en serie (ver la sección 7.2.1., p. 431). De ese modo se puede realizar
una comparación de los rendimientos coordinativos a lo largo de varios años y del desarrollo del
nivel de rendimiento del individuo, lo cual muchas veces se hace imposible al realizar una
alteración o modificación de las tareas del test(ver Zimmer,1981).
— Los movimientos que, como, tests deportivo-motores, sirven de base para medir las
capacidades coordinativas, no se deben ejercitar en el marco de la actividad deportiva en la
misma forma que en el test, o sea que no se los debe utilizar como ejercicio de entrenamiento.
Al repetir continuamente esos movimientos se produce una automatización de los mismos,
o sea que se los transforma en destrezas motoras extremadamente estables, o sea sin
generalizarlos como se lo hace para desarrollar una capacidad. De ese modo existe el peligro
(mucho mayor que en el área de la condición física) de que la acción motora a ejecutar en el test
esté extremadamente automatizada, y que sus resultados reflejen en primera instancia el nivel de
una destreza, y no el nivel de la capacidad coordinativa que se desea examinar verdaderamente.
O sea que el test, que en un principio servía para evaluar la capacidad coordinativa, se transforma
en un test de destreza.
El hecho de que la acción motora tomada como test de coordinación no debe ser ejercitada
en la misma forma durante el entrenamiento, no excluye la posibilidad de que la misma pueda ser
utilizada en el proceso de ejercitación, en forma modificada, para contribuir a la formación de
cualidades coordinativas (variando la forma de ejecución de la misma en distintas formas).
La metodología del diagnóstico en el campo coordinativo requiere una gran atención puesto
que sólo con su ayuda se puede obtener un progreso cognitivo considerable en el campo de las
capacidades coordinativas y realizar una formación planificable, controlable, dirigible y previsible
de las capacidades coordinativas.
111
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
una gran amplitud en las articulaciones de las extremidades y de la columna vertebral (ver Bull,
1975; Bull/Bull, 1980; Harre u.a., 1982)
Esto se refiere a la gran amplitud que se alcanza por ejemplo en el espagat de la gimnasia
en aparatos, en el pasaje de vallas, o en la brazada del estilo mariposa de natación.
Lo importante no es simplemente la posibilidad de lograr una gran amplitud, un gran
volumen de movimientos en cada una de las articulaciones, sino que esos movimientos se
pueden realizar en un desarrollo coordinado sin la necesidad de esfuerzos adicionales, o sea sin
tener que ejercer mayor trabajo muscular que el necesario.
Ello vale especialmente para todas las disciplinas de velocidad y de resistencia. En ellas no
se aprovecha casi nunca la máxima amplitud posible del movimiento porque una amplitud media,
que evita alcanzar posiciones articulares extremas, posibilita un trabajo más económico de la
musculatura (movilidad de reserva). De todos modos es válida la regla de que: cuanto mayor es la
máxima amplitud motora posible, tanto mayor es también la amplitud motora óptima.
Ello significa por ejemplo que cuanto más pueda llevar brazos hacia atrás al realizar
ejercicios con implementos o en parejas tanto más fácil y relajada le será al nadador la
conducción hacia delante de los mismos en la brazada del estilo mariposa.
Algunas características de la movilidad son: la gran dependencia respecto a la temperatura,
puesto que un músculo "frío" es menos elástico y flexible que un músculo "caliente": la
dependencia respecto a la hora del día —la movilidad es menor a la mañana, inmediatamente
después de levantarse—: la gran dependencia respecto a la edad del individuo (ver el capítulo 6).
El fundamento y la condición necesaria para obtener una gran amplitud de movimientos son
condiciones anatómicas del aparato motor: la elongabilidad, o sea la máxima longitud alcanzable
del músculo, la elasticidad del aparato ligamentoso y de las cápsulas articulares y en cierta
medida, la posición y conexión de las superficies articulares, la cual es algo diferente en cada
caso. La mayoría de los ejercicios que se utilizan en el deporte escolar, en el entrenamiento, o en
el marco de las diferentes formas del deporte de tiempo libre y de regeneración, están dirigidas a
influenciar esas condiciones anatómicas.
Por cierto, no se debe olvidar que la longitud de un músculo depende en gran medida de su
inervación, aun cuando se lo elonge en forma pasiva. Por ejemplo, cuando se realiza un espagat
en el piso, la apertura de piernas se logra mucho más por la acción del peso del tronco que por la
tracción activa de la musculatura. En este caso adquiere una gran importancia el factor
coordinativo ya que la tarea motora sólo se podrá llevar a cabo si los músculos que deben ser
elongados ceden lo suficiente y se elongan por medio de un control neuromuscular correcto. En
los casos en los que la elongación es producida por medio de la tracción muscular activa y que
por lo tanto depende considerablemente de la capacidad de fuerza del deportista, la amplitud
alcanzable también está determinada considerablemente por la relajación coordinada de los
antagonistas.
El fundamento y la condición necesaria para obtener la mayor amplitud de movimientos posible,
o sea, para una actividad muscular lo más económica posible en un área articular amplia, son por
un lado las condiciones anatómicas ya mencionadas y la capacidad de fuerza de determinados
grupos musculares y por otro lado, una coordinación motora adaptada en medida óptima a la
tarea motora propuesta. Los procesos regulativos deben asegurar tanto la contracción
exactamente dosificada de los agonistas y sinergistas, como también la relajación simultánea de
los antagonistas. Si el descenso de la tensión de los antagonistas comienza fracciones de
segundo demasiado tarde, o si no se produce una relajación total, ello tendrá como consecuencia
un mayor esfuerzo por parte de los agonistas, lo cual acelera la aparición del cansancio y la
disminución del rendimiento. Debido a este proceso descripto recientemente, muchas veces se
habla de una capacidad de relajación, la cual es considerada como un componente de la
movilidad
La unidad de medida de la movilidad es la máxima amplitud motora alcanzable, la que se
mide por medio de la diferencia angular entre las posiciones articulares extremas. La mayoría de
las veces interesa el movimiento en una sola dirección, como por ejemplo, en el test de flexión del
tronco (ver richter, 1974) o al medir la amplitud de apertura de las piernas y por ello es suficiente
con medir un solo ángulo, por ejemplo, el ángulo entre el tronco y las piernas en la flexión dorsal
del tronco. En algunos casos también se puede emplear simplemente la medición de longitudes,
como por ejemplo la distancia entre la yema de los dedos y la superficie de apoyo en el test de
flexión del tronco. Todas estas mediciones se llevan a cabo en posición estática, de modo que el
factor coordinativo no tiene ninguna influencia y aún no se han llevado a cabo experimentos que
realicen una medición de éste en combinación con la movilidad.
112
Ipef – Espacio Curricular: Juego Motor – 2014
Lo expuesto hasta aquí deja ver que el desarrollo de la movilidad está determinado por tres
factores, el morfológico (anatómico), el coordinativo y la condición física. Esto se debe tener en
cuenta en el entrenamiento de la movilidad.
El hecho de que la movilidad dependa de un factor coordinativo, de un factor morfológico y
de la condición física, también explica el por qué no se la puede clasificar como una cualidad
coordinativa ni como una cualidad de la condición física. La misma tiene una posición intermedia
y por ello se la trató separadamente.
Resumen
Las cualidades coordinativas son características relativamente generalizadas y fijas del
desarrollo de los procesos de conducción y regulación de la actividad motora. Ellas representan
condiciones del deportista que lo hacen más o menos capaz para la ejecución exitosa de
determinadas actividades deportivas. Las capacidades coordinativas se expresan en la velocidad
y el grado de calidad del aprendizaje, perfeccionamiento y estabilización de las destrezas
motoras, y en su utilización en las situaciones y condiciones adecuadas. Ellas no sólo son
condiciones necesarias para la actividad deportiva, sino también el resultado de la misma, o sea
que las capacidades coordinativas se desarrollan únicamente en la actividad
— Las cualidades coordinativas son siempre condiciones necesarias para la realización de
una gran cantidad de acciones motoras, para grupos (tipos) completos de acciones deportivas.
Por el contrario, las destrezas motoras implican acciones fijadas y automatizadas parcialmente
por medio de la ejercitación repetida, sin una concentración conciente de la atención en el
desarrollo actual del movimiento. Ellas sirven para cumplimentar un único objetivo motor
determinado.
— A partir de las características generales de la conducción del movimiento en las actividades
deportivas se deducen empíricamente y se describen siete cualidades coordinativas:
— La capacidad de diferenciación,
— la capacidad de acoplamiento,
— la capacidad de reacción,
— la capacidad de orientación,
— la capacidad de equilibrio,
— la capacidad de adaptación,
— la capacidad de ritmización.
— Las capacidades coordinativas se expresan en el ser humano en forma general, como
condiciones necesarias para el rendimiento en la totalidad de las actividades motoras. Para
ejecutar exitosamente un tipo específico de actividad motora, como por ejemplo para practicar
determinados deportes, es necesario desarrollar aspectos específicos de esas capacidades.
• Las cualidades coordinativas, al igual que las demás cualidades, no actúan nunca aislada e
independientemente una de otra. Ellas actúan en forma interrelacionada encontrándose a veces
en estrecha relación con otras cualidades (cualidades intelectuales, volitivas, creativas y de la
condición física). Algunos grandes complejos cualitativos son la capacidad de aprendizaje motor,
la capacidad de conducción, la capacidad de adaptación, la capacidad de juego o el complejo de
las capacidades coreográficas. Las relaciones estructurales se diferencian de acuerdo a los tipos
de actividad, al estado de desarrollo cronológico y a la influencia respectiva del entrenamiento.
• La metodología de diagnosis adquiere una gran importancia para lograr mayores progresos
respecto a los conocimientos en el campo de las cualidades coordinativas y para asegurar un de-
sarrollo planificable, controlable, conducible y previsible de la coordinación. El método de
medición de las cualidades coordinativas utilizado principalmente en la actualidad es el test
deportivo-motor. Entre ellos se pueden diferenciar tests generales (examen del nivel general de
las capacidades coordinativas) y tests especiales (examen del nivel cualitativo para un deporte o
disciplina deportiva específica).
• La movilidad se puede incluir, por un lado, dentro del círculo de las cualidades coordinativas
como una capacidad motora importante, pero por otro lado, va aún más allá debido a su depen-
dencia respecto de las condiciones morfológicas, e incluso energéticas (de la condición física) de
cada individuo.
113
Capacidad Física Coordinación
BIBLIOGRAFÍA
1
Uso con fines académicos