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El INDIVIDUO EN EL DERECHO INTERNACIONAL

El derecho internacional clásico se basó en un escenario


constituido por una comunidad internacional en la que
predominaba una estructura interestatal. En tal sentido, el
derecho internacional clásico poseía una finalidad
principalmente de tipo relacional y competencial; es decir la
regulación de las relaciones entre Estados y la distribución de
las competencias entre ellos. Esta postura originó que los
Estados fueran considerados como los únicos sujetos de
derecho internacional, y desde una perspectiva doctrinal los
individuos eran sólo objeto del derecho internacional.

Se consideraba como sujetos de derecho internacional sólo a las


entidades que creaban y eran destinatarias de las normas
jurídicas internacionales y que poseían legitimidad para
reclamar (si había incumplimiento de tales normas) o eran
responsables (si las infringían). De ese modo, tradicionalmente
el sistema jurídico internacional no hacía referencia al individuo
sino por medio del Estado, lo cual estaba condicionado por la
noción misma de Estado y por la posición de las relaciones
interestatales,siendo un ejemplo de esta situación la figura de la
protección diplomática.

Una primera aproximación nos ofrece la noción de población


como elemento constitutivo del Estado, noción que no hace
referencia al individuo sino al Estado. En este marco, los
individuos que no poseen la condición de residentes son
calificados como extranjeros, no siendo parte de la población
del Estado. 

En igual sentido, se dirigían las doctrinas dualistas, en lo


referente a las relaciones entre el derecho internacional y los
derechos internos estatales. La estricta separación entre el
derecho internacional y los derechos de los Estados aislaban al
individuo del derecho internacional. Únicamente si "éste se
convertía en derecho interno podía ser invocado por el
individuo o, en sentido más amplio, por los particulares,
personas físicas o jurídicas".
Entre las teorías negadoras de la subjetividad jurídica
internacional del individuo en el derecho internacional clásico,
tenemos al positivismo clásico. Esta teoría se basaba en
considerar al Estado como único sujeto de derecho
internacional, en tanto esta disciplina jurídica era resultado de
la voluntad estatal y el individuo era solamente sujeto de
derecho interno.Pese a esta posición dominante, expresada
también a través de la jurisprudencia de la Corte Permanente de
Justicia Internacional,existieron en el derecho internacional
clásico algunos autores que reconocían la personalidad jurídica
internacional del individuo, y por ende, la titularidad efectiva de
derechos y obligaciones internacionales.

No debemos dejar de mencionar que en el derecho


internacional clásico se reconocía junto a los Estados a otras
entidadescomo poseedoras de un cierto nivel de subjetividad
jurídica internacional. Asimismo, es en el transcurso del siglo
XIX al siglo XX que se producen las primeras convenciones de
derecho internacional humanitario,las cuales fueron pioneras al
expresar la preocupación internacional por la suerte de los seres
humanos en conflictos armados, reconociendo al individuo
como beneficiario directo de las obligaciones convencionales
estatales.

OCÉANOS Y DERECHO DEL MAR

La vida surgió de los océanos. Las aguas


oceánicas abarcan un área inmensa, con
más de 360.132.000 km², que
representan aproximadamente un 72%
de la superficie del planeta. El océano
siempre ha sido una fuente importante
de alimento. En los océanos surgieron
los seres vivos y desde el principio de
los tiempos, han sido también fuente de
comercio, aventuras y descubrimiento.
Ha separado y unido a la gente.
La mayoría de la población no vive a
más de 320 kilómetros del mar, y hoy
en día, con la facilidad de transporte
por tierra, mar y aire, los océanos se
han convertido en una realidad más
cercana para mucha gente.
LIBERTAD DE LOS MARES

Durante mucho tiempo, los océanos


estuvieron sujetos al principio de
libertad de los mares, introducido en el
siglo XVII para limitar los derechos y la
jurisdicción de las naciones sobre los
océanos a la franja de mar que rodea las
costas de un país. El resto del mar fue
declarado territorio libre y propiedad de
todos. Tiempo después, a mediados del
siglo XX, surgió el ímpetu por extender
los derechos nacionales sobre los
recursos del mar. Como resultado, los
navíos de las potencias marítimas
empezaron a competir por mantener su
poder en las aguas mundiales e incluso
debajo de estas gracias a la tecnología
submarina.
En aquella época ya existía una
preocupación por el impacto de la pesca
de altura en los recursos costeros y por
la amenaza de la contaminación y los
residuos nocivos. Los peligros de la
contaminación han estado siempre
presentes ya que suponen una amenaza
para los recursos costeros y para todas
las formas de vida marina.
CONVENCIÓN SOBRE EL DERECHO DEL MAR
(CNUDM)

Las Naciones Unidas está a la


vanguardia de los esfuerzos
internacionales para asegurar el uso
pacífico, cooperativo y jurídicamente
definido de los mares y océanos para el
beneficio individual y común de la
humanidad. La urgente necesidad de un
régimen jurídico internacional efectivo
sobre los fondos marinos y oceánicos,
más allá de los límites de la jurisdicción
nacional, puso en marcha un proceso
que se extendió 15 años y que fue
testigo en 1958 de la creación del
Comité de Naciones Unidas sobre los
Fondos Marinos, así como de la firma
de un tratado que prohibía la utilización
de armas nucleares en el fondo marino.
En 1972 se convocó la Conferencia de
Estocolmo sobre el Medio Humano y se
aprobó la declaración de la Asamblea
General por la cual todos los recursos
que se encuentren más allá de los
límites de jurisdicción nacional son
patrimonio común de toda la
humanidad.
La labor pionera de la ONU para la
aprobación de la Convención de los
Derechos del Mar de 1982 constituye un
hito en la extensión del derecho
internacional a los grandes recursos
hídricos que compartimos en nuestro
planeta. Esta Convención ha resuelto
numerosas cuestiones importantes
relacionadas con el uso de los océanos y
su soberanía, como, entre otras:
 la creación de derechos de
libertad de navegación;
 el establecimiento de los límites
territoriales del mar a 12 millas
de la costa;
 el establecimiento de zonas
económicas exclusivas a 200
millas de la costa;
 la creación de normas para la
extensión de los derechos en la
plataforma continental a 350
millas de la costa;
 la creación de una Autoridad
Internacional de los Fondos
Marinos;
 la creación de mecanismos
alternativos para la resolución
de conflictos (por ejemplo, la
Comisión de Límites de la
Plataforma Continental).
PROTECCIÓN DEL MEDIO MARINO Y LA
BIODIVERSIDAD
El Programa de Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente (PNUMA), se encarga de proteger los mares y
océanos y promover el uso ambientalmente sostenible de los
recursos marinos, sobre todo a través de su Programa Regional
de Mares. Las Convenciones y Planes de Acción de los Mares
Regionales constituyen el único marco legal en el mundo para la
protección de los mares y océanos a nivel regional. PNUMA
también ha creado el Programa de Acción Mundial para la
Protección del Medio Marino Frente a las Actividades
Realizadas en Tierra. Es el único mecanismo
intergubernamental mundial que trata directamente las
relaciones entre los ecosistemas de agua dulce, terrestres,
costeros y marinos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la


Ciencia y la Cultura (UNESCO), coordina, a través de
su Comisión Intergubernamental Oceanográfica, varios
programas en la investigación marina, sistemas de observación,
mitigación de las amenazas y mejor gestión de las zonas
marítimas y costeras.

También cabe destacar la Organización Marítima Internacional


(OMI) institución de las Naciones Unidas clave en el desarrollo
del derecho internacional marítimo. Su misión principal es
crear un marco regulador justo y eficaz de la industria naviera.

TRANSPORTE MARÍTIMO Y CONTAMINACIÓN

Para garantizar que el transporte sea más respetuoso con el


medioambiente, la OMI ha aprobado un marco regulatorio
obligatorio de medidas de eficiencia energética para reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero que produce el
transporte marítimo internacional. Un cuerpo normativo que
incluye la histórica Convenio internacional para prevenir la
contaminación por los buques de 1973, modificada por un
Protocolo de 1978 (MARPOL) y la Convención Internacional
para Prevenir la Contaminación del Mar por Hidrocarburos de
1954.

CÓDIGO POLAR
En 2017, entró en vigor el Código Internacional para Buques
que Operan en Aguas Polares (Código polar). Este Código cubre
todos los aspectos navieros; diseño, construcción,
equipamiento, operaciones, capacitación, búsqueda y rescate y
asuntos de protección ambiental para barcos que operan en las
inhóspitas aguas que rodean a los dos polos. Un texto que
supuso un hito regulatorio en el campo del transporte y el
comercio, junto con una serie de avances regulatorios
relacionados con la seguridad marítima y la cadena de
suministro, sin dejar de lado las cuestiones ambientales.

PIRATERÍA

En los últimos años la piratería ha aumentado en las costas de


Somalia y en el Golfo de Guinea. Estos ataques ponen en peligro
tanto la vida de los marineros, como la seguridad de la
navegación y el comercio. Actos delictivos que pueden
desembocar en muertes, daño físico o secuestro y tienen un
impacto muy negativo en el sector ocasionando tanto
importantes perturbaciones en el comercio y la navegación;
como pérdidas económicas para los navieros; un aumento de las
primas de seguros y costes en seguridad; un incremento de los
precios para los consumidores y productores; así como daños en
el medio marino.

Los actos de piratería también pueden ocasionar prejuicios más


allá del ámbito marítimo, tales como restricciones o privación
de ayuda humanitaria debido a la inseguridad de la zona o el
aumento de los costes de transacciones en las zonas afectadas.
Para solucionar este grave problema, la OMI y la ONU han
aprobado resoluciones adicionales para complementar
la normativa de la Convención de los Derechos del Mar con el
fin de resolver las cuestiones relacionadas con la piratería.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito


(UNODC), a través de su Programa Mundial contra el Crimen
Marítimo (GMCP), combate el crimen organizado transnacional
en África enfocándose en contrarrestar la piratería en el Cuerno
de África y el Golfo de Guinea. El programa ha brindado apoyo a
los estados de la región mediante la realización de juicios y
encarcelamiento de sospechosos de piratería, pero también ha
ofrecido programas de formación sobre la aplicación de la ley
marítima. Desde el modelo de enjuiciamiento de la piratería, el
traslado de prisioneros y la capacitación de miembros del
sistema judicial del Atlántico y el Océano Índico, hasta la tutoría
a tiempo completo de los guardacostas y unidades policiales en
Somalia, Kenia y Ghana, el GMCP de la UNODC ha logrado
muchos éxitos en un ambiente desafiante. Esto se ha logrado a
través de una variedad de programas destinados a promover la
seguridad marítima y fortalecer el estado de derecho y los
sistemas de justicia de los países.

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