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El Pequeño Gran Circo de Ilusiones

 
 

 
(Obra de teatro en cuatro actos y múltiples desacatos)
 
por Mario Lamo Jiménez
 
(Escrita para Latino Theater Initiative de la Universidad de Texas, Río Grande Valley)
 
Dirigida por María Dolores Alvarado
 

 
 
 
Personajes, en orden de emoción y aparición
 
**La Directora:** Es la presentadora del circo de ilusiones y a la vez uno de los personajes
centrales de la obra; canta, baila, encanta y narra todo lo que pasa y no pasa en escena.
 
**El Gran Cateto:** Trapecista sin trapecio, es un equilibrista de la vida que aprendió a
caminar sin miedo por los lugares invisibles y risibles de la existencia.
 
**Amalia la Gitana:** Violinista consumada y domadora de emociones desmesuradas,
navega por olas de ternura con la altura de un alma inquieta.
 
**Artemiro:** Clown silencioso, la personificación de la dulzura, descubre la voz de la
vida en el silencio y crea con sus manos y gestos mundos que no sabíamos que existían en
nuestro propio patio de juegos.
 
**El Autor:** Él mismo se incluye en la obra, como una extensión de sus personajes. A
veces se le sale el guion de las manos y echa a volar por cuenta propia.
 
 
 
**ACTO I**
 
(Estamos en un escenario redondo de circo, del cual vemos media luna. Algunos afiches
desteñidos por el tiempo invitando al mismo cuelgan de sitios diversos. Una peluca roja
reposa por allí; un traje de bailarina, sin bailarina por allá; una jaula que perdió su pájaro y
su puerta se balancea en un extremo; algunos instrumentos musicales se agazapan en una
mesa de colores. Suenan unos alegres acordes, ¡la función de circo va a comenzar!
Retocándose el maquillaje y mirándose en un espejo realmente imaginario, aparece la
directora, con su traje negro de dos piezas con bordes bordados de brillantes hilos dorados,
pañoleta roja al cuello y sombrero que hace juego con el traje. Suena una trompeta que
anuncia la función).
 
**Directora:**
Niños y niñas
de todos los países y matices,
bienvenidos a esta noche (tarde, mañana, amanecer) de circo…
 
(Hace una pausa, espera la reacción del público, con aire magistral dice):
 
**Directora:**
¡Aplausos por favor!
 
(Hace una venia, aplaude un poco, lanza su sombrero al aire, mira hacia arriba, esperando a
que caiga, sin embargo el sombrero no regresa, agita las manos, como pidiéndole al
sombrero que regrese, pone las manos en forma de binóculos, después de catalejo, lo busca
por el cielo, hace como si el sombrero hubiera salido de la órbita de la tierra, lo despide,
hace un gesto de resignación, continúa).
 
**Directora:**
Aquí no verán
Elefantes voladores,
no, no, tenemos esa intención,
pero podrán volar
¡en los elefantes elegantes
de la invención!
 
(Se escucha un coro que dice: “Elefantes elegantes
de la invención, ¿elefantes?, ¿elegantes? ¡qué grandiosa función!”).
 
(La Directora mira de lado a lado para ver de dónde salen las voces, continúa.)
 
**Directora:**
Ustedes perdonarán ese coro,
pero este teatro es tan completo
que viene incluido con todo y eco.
Como les iba diciendo,
tampoco tenemos ballenas ni princesas,
perdonen esa omisión,
pero tenemos bailarinas tiernas
que le danzan a la luna llena
la tonada del agua mientras nadan
en burbujas de imaginación.
 
(Las burbujas de imaginación invaden el escenario, son de todos los colores, sabores y
tamaños, la Directora las besa, las abraza, las persigue, las desplaza, hasta que todas
desaparecen).
 
(Se escucha a la vez un coro que canta:
Burbujas de imaginación,
¡qué invención!,
versos que flotan desde el corazón,
¡qué emoción!
pequeños mundos de agua y jabón…)
 
**Directora:**
Como les iba diciendo,
no presentamos
al hombre con dos cabezas,
ni a la mujer araña con ocho piernas,
no exhibimos enanos, gigantes,
ni mucho menos asnos ni elefantes,
pero tendremos espectáculos sin palabras:
Trapecistas de espuma
que se balancean
en el vuelo sutil de una pluma;
fieras domadoras
de malas emociones
que transforman con canciones
todas esas ganas de gritar, espantar,
ignorar, patear, relampaguear
e incluso de roncar sin parar;
payasos silenciosos
que hablan sin palabras,
que lloran sin lágrimas
y que hacen reír a todos,
¡hasta por los codos!
 
Damas y caballeros,
bienvenidos al
Pequeño Gran Circo de Ilusiones,
donde todo lo que parece,
no es,
y lo que desaparece
tampoco es… ¡lo que no es!
 
Para empezar,
con ustedes y para ustedes,
nuestro gran trapecista,
señor de las alturas bajas,
que no le teme al vacío lleno
porque su especialidad
son los saltos mortales
siempre y cuando
no sean fatales.
 
Con ustedes y para ustedes,
¡El Gran Cateto!
Pintor sin pinceles,
explorador de lo ya descubierto,
así como de lo incierto y lo desierto...
 
(Aplausos en off, en la pantalla de la imaginación —pantalla de proyección de fondo—
vemos diferentes escenas de circo con saltos mortales, equilibristas de la cuerda floja, tensa
o simplemente suelta, tragadores de espadas, lanzadores de fuego y de burbujas, y mucho
más...)
 
Entra en escena el Gran Cateto con traje azul de trapecista, cubierto por brillo y estrellas
precoces y montado en su maravilloso y brioso uniciclo. Suena la música del circo, la
trompeta lo introduce mientras él saluda a público real e imaginario. Se desmonta del
uniciclo, el cual da un saltito y sale de escena como flotando, halado por un cable invisible
para el público. Cateto saca de su bolsillo un cepillo con un mango de espejos, cepilla su
traje y en la pantalla de la imaginación vemos volar estrellas a medida que él se cepilla).
 
**Cateto:**
Buenas, buenas, buenísimas,
a veces no tan buenas,
pero siempre llenas
de aplausos, emociones,
malabares, canciones,
ejem… perdonen que me cierre los botones,
en resumen, padrísimas noches
a todos los presentes y hasta
para los ausentes.
 
(Se quita su brillante chaqueta, la cuelga de un gancho, la chaqueta —sostenida por un
actor vestido de negro y con la ayuda de una luz negra— queda flotando perfectamente a su
lado. En el parlamento siguiente, la chaqueta gesticula por su cuenta, Cateto trata de
ganarle la batalla de gestos, pero la viva chaqueta siempre le lleva la delantera.)
 
**Cateto:**
Permítanme presentarme,
mi nombre es Cateto,
¡yo soy el trapecista sin trapecio!
 
(La chaqueta se balancea).
 
 
**Cateto:**
Puedo decirles con aprecio
y con nada de desprecio
(la chaqueta se abraza)
que cuelgo sin miedo de la altura…
de la altura de su imaginación,
doy saltos mortales
a dos centímetros del suelo
y también vuelo
de corazón a corazón…
¿Listos para la función?
 
(La chaqueta aplaude hasta rabiar y desaparecer).
 
(Canción *La altura de la imaginación*, cantada por Cateto; efectos especiales de luces y
de animación digital, cortesía de los productores de esta obra, la cual puede seguir muy
bien las escenas descritas a continuación).
 
**Cateto:**
La imaginación no tiene límites
vuela con alas de gato
y convierte un zapato
en un hermoso tranvía.
 
Toda nube es un gigante
que se despierta en el cielo
y soplada por el viento
se convierte en un sombrero.
 
Un león es una hormiga
y una araña es un dragón
cuando en tu mente pintan
pinceles de imaginación.
 
Si quieres volar muy alto
no te desprendas del suelo
porque es más alto el vuelo
de aquel que vuela soñando...
 
(Globos de todos los colores vuelan por el escenario; cae una lluvia de confeti, Cateto saca
su paraguas rosado con puntos negros. Hace algunos actos de equilibrio con su paraguas,
que a veces se le vuela o que a veces lo hace volar. Lo cierra y lo convierte en un catalejo,
de pronto en una caña de pescar. Cuando parece que ha pescado un pez gordo, este lo tira y
empieza a sacarlo de escena. Se cruza saliendo con la Directora que entra. Se miran, se
imitan, se chocan y se evitan. La Directora porta un paraguas negro con puntos rosados,
baila bajo la lluvia de confeti y luego bajo una lluvia simulada en la pantalla de la
imaginación).
 
**Directora:**
(Blandiendo el paraguas).
La magia del circo continúa,
como decía
mi finada abuela Dulcinea,
amante de la vida
y de las cosas buenas:
"Algo debe de tener la música
¡que amansa hasta a las fieras!"
 
(Coro cantado:
La música amansa a las fieras
dijo la abuela Dulcinea
era una abuela dulce
¿domadora de fieras?)
 
(Suena la tonada dulce del violín, un spot ilumina a la Directora).
 
**Directora:**
Les presento ahora
a nuestra domadora musical,
violinista profesional,
gitana errante y herradora
de sentimientos gigantes,
a fuerza de su violín
ha amansado huracanes,
con solo dos notas
le ha doblado el espinazo
a los toros de la discordia
y en la Quinta Sinfonía
apagó incendios que ardían
en bosques y corazones
con el agua de la fantasía.
 
Con ustedes la grande y única,
la violinista del arco eterno
y del corazón tierno,
el pan nuestro de cada hambre
y nuestro sol de la mañana,
con ustedes la inigualable,
¡Amalia la Gitana!
 
(Suena el clarinete azul y Amalia hace su gran entrada como si estuviera desafiando
grandes animales que logra alejar de su camino. Viste un traje rosa de domadora, con un
chaleco a prueba de fuego y de miradas áridas, da vueltas a un látigo imaginario. De la
mesa de los instrumentos toma un violín—según la artista, puede tratarse de otro
instrumento o puede ser reemplazado por una banda de sonido—. Saca el instrumento de su
caja, toca unas notas para verificar que esté afinado. Se dirige hacia el público. Se
presenta).
 
**Amalia:**
Yo soy Amalia,
la domadora
de malas emociones.
 
(Empieza a sonar su violín, unas notas rápidas se elevan por el escenario, las emociones
domadas se escapan de su arco en la pantalla gigante, Amalia las sigue con la mirada).
 
**Amalia:**
Las malas emociones
son feroces tigres,
 
(Entra Artemiro, pintado como tigre, hace un círculo alrededor de Amalia, le ruge sin voz,
la persigue).
 
**Amalia:**
Nos rugen por sus heridas
nos miran de reojo
(Artemio hace una cara de gato con hambre, persigue a Amalia).
 
**Amalia:**
Y en medio de su enojo
¡les lanzan zarpazos a la vida!
 
(Amalia y Artemio el tigre tienen un simulado duelo de espadas, que bien puede ser
también con instrumentos, cada cual dando una nota que asuste al otro. Finalmente, Amalia
da la nota más alta y Artermiro-gato sale espantado del escenario).
 
(Amalia una vez más se tercia su violín y continúa con una canción gitana, la música
deslumbra por el escenario, en la pantalla del trasfondo desfila un relampagueo por un
pentagrama del cielo ).
 
**Amalia:**
Las malas emociones
no conocen las estrellas
porque viven presas
en su propia jaula
de rayas blancas y negras,
con sus lazos invisibles
nos doblegan la vida.
Las malas emociones
yo las transformo
en poemas y canciones
a las espinas en rosas
y a las rosas en ilusiones…
 
(Mientras dice este parlamento, Artemiro-gato, da vueltas en el suelo y de sus bolsillos
emerge una rosa, la huele y como arrastrado por ella, se la coloca a Amalia en su vestido).
Amalia agradece, Artemiro sale de escena y Amalia con su violín enternece el ambiente y
la música deviene en una canción, acompañada por un instrumento de percusión que se
escucha en el fondo).
 
**Canción, cambio su ira por alegría**
 
(Amalia canta).
 
**Amalia:**
Cambio su ira
por alegría
domo emociones
de una caricia,
ando sin prisa
canto a la vida,
nunca reniego,
menos me niego
a ser tu amiga.
 
(Mientras sucede este parlamento, Artemiro-gato se restriega melosamente contra Amalia y
Amalia le acaricia cariñosamente el lomo).
 
(Escuchamos ahora una música bailable de un violín alegre y rápido, las luces la siguen y
poco a poco, Amalia va saliendo del escenario. Hace su entrada pomposa la Directora).
 
**Directora:**
Ya conocieron
a nuestro trapecista
y a nuestra domadora violinista,
pero ahora les voy a presentar
¡al señor de las palabras!
 
(Breve música de suspenso).
 
**Directora:**
¡Al señor de las palabras silenciosas!...
Él es exxxxx...perrrrrto en hacer rimar
las cosas que no riman...
 
(Con gran velocidad verbal).
 
**Directora:**
En mover las cosas
y dejarlas quietas al mismo tiempo
en meterse y salirse
del otro lado del espejo,
es el hombre que crea ilusiones
con la mirada…
 
(Bajando el ritmo verbal).
 
**Directora:**
Al que le vuelan mariposas
en las pestañas
y le mariposean
sus pestañas voladoras
es el ilusionista
sin ilusiones
el acordeonista
sin acordeones
que toca  las notas
en los botones de su camisa
y en los de las rosas...
 
(Resuena la batería).
 
**Directora:**
Damas y caballeros, con ustedes,
¡el Gran Artemiro!
 
(Coro cantado:
Tenía pestañas de mariposa
era un acordeonista sin acordeones
que tocaba las notas en los botones
de su camisa y de las rosas).
 
(Aparece Artemiro en escena, es un clown silencioso, que porta un gran maletín negro y
viste zapatos unas tallas más grandes de brillante charol, traje y corbata. Está maquillado al
estilo clown, con sus toques personales. Se arregla su roja nariz, mira al público con
seriedad y por medio de gestos le indica que lo deben aplaudir fieramente,
emocionadamente, olímpicamente cuando él entre. Es así que se devuelve y hace de nuevo
su entrada. El público aplaude, pero no muestra suficiente entusiasmo, de modo que
Artemiro entra repetidamente hasta que el publico se entusiasma con su acto,
aplaudiéndolo, arrojándole prendas y zapateando hasta desfallecer...)
 
Artemiro saca entonces un letrero de su maletín que dice: "Continuará", y sale de escena.
 
(Entra la directora en escena. Un violín toca en el fondo un ritmo de corrido).
 
 
**Directora:**
Permítanme ahora que me presente
mi nombre es Quinti,
soy la directora de este
espectáculo dramático,
cromático y acrobático
 
(Coro cantado:
Qué gran directora,
ahora ríe, ahora llora,
¡que viva el circo
a toda hora!).
 
**Directora:**
Empecé mi carrera artística
con un pequeño
gran circo de pulgas,
yo les servía de dueña,
y a la hora del almuerzo,
les servía... de perro...
 
(Desfilan por la pantalla perros diversos que corren en un parque,  saltan, juegan, se
persiguen... se rascan. Sorpresivamente entra en escena un señor mayor y de gafas.
Artemiro se asoma por un rincón con un letrero que dice: "Aplausos, entró el autor".)
 
**Autor:**
(A la directora)
Un momento,
¿dijo “circo de pulgas”?
Me parece que está equivocada...
 
(Toca distraídamente una dulzaina, repite el ritmo, parece insatisfecho, se alista a repetirlo
cuando lo interpela la Directora).
 
**Directora:**
¿Equivocada yo?
¡Imposible!
Es lo que dice el guion,
si quiere, lea usted también:
“Empecé mi carrera artística
con un pequeño
gran circo de pulgas”.
 
(Mira al Autor. Sigue, con tono acusatorio...)
 
**Directora:**
De todos modos,
¿quién es usted?
¡Usted ni siquiera
aparece en el libreto!
 
**Autor:**
Por supuesto, ¡los autores nunca aparecemos en los libretos!
(Saca el guion de un bolsillo y lee).
 
**Autor:**
“Empecé mi carrera artística
con un pequeño
gran circo de pulgas”.
Umm, tiene razón, eso dice.
 
**Autor:**
(Al público)
Si yo les contara,
¡qué días aquellos!
Hasta las pulgas se me murieron de hambre.
Fue entonces cuando empecé con este circo…
Pero, bueno, dejemos que la Directora
continúe con la obra...
(Sale de escena tocando en su dulzaina una dulce tonada que nos recuerda a la famosa
Adelita).
 
**Directora:**
Perdonen la interrupción...
el autor está un poco (hace una señal en su cabeza)...
¿En qué íbamos?
Ah, sí...
Si yo les contara,
¡qué días aquellos!
Hasta las pulgas se me murieron de hambre.
Fue entonces cuando empecé con este circo.
 
(Se dirige al público).
 
¿Han visto alguna vez un circo de pulgas amaestradas haciendo saltos mortales, arrastrando
carrozas como bueyes, volando en un trapecio como mariposas?
 
(Suena la música de circo, las luces se prenden y se apagan, entra en escena una pequeña
mesa con un telón negro que le sirve de fondo).
 
Con ustedes, directamente de la China,
realmente venidas de contrabando
en un barco desde Argentina
y nacionalizadas mexicanas
el gran circo de pulgas amaestradas,
“¡Las cuatro amigas!”
 
(Resuena la batería, luces dispersas engrandecen el día, y sigue la *Canción de las pulgas
con hambre*, cantada por la directora, acompañada por la gran Amalia en el violín y el
formidable Cateto en la percusión, con la dirección orquestal animada del silente y
sobresaliente Artemiro, estos tres últimos harán también el coro).
 
**Directora:**
Este era un gran circo
de pulgas muertas de hambre
hasta el perro del que comían
sufría de calambres.
 
(Coro, de los demás actores).
¡Sufría de calambres
era un circo de pulgas,
de pulgas muertas de hambre!
 
(Suena una música de suspenso. La directora saca de una caja imaginaria una pulga,
Artemiro coloca una pequeña carroza en la mesa, la Directora hace como si amarrara la
pulga a la carroza, da la espalda a la mesa para presentar el acto, mientras que Artermiro ve
con espanto cómo la pulga se escapa y da grandes saltos, trata de capturarla, la sigue con la
vista, la pulga sube y baja, mira hacia arriba, mira hacia abajo, la pulga se le escurre entre
los dedos de la mano.
 
**Directora:**
Ahora verán a Sansón
la pulga más pulga poderosa,
con más fuerza que un caballo
arrastrar una carroza.
 
(Se voltea, Artemiro le explica con señas que la pulga se escapó. Artemiro pretende ser la
pulga y empieza a halar imaginariamente la carroza).
 
(Coro)
¿Arrastra una carroza?
¡Qué preciosa!
 
(La directora abre la caja imaginaria para sacar otra pulga, la agarra entre dos dedos y se la
muestra al público).
 
**Directora:**
Dalila es su esposa
salta en el aire
montando en un camello
y en 30 elefantes.
 
(Dalia también se escapa, la Directora y Artemiro la persiguen inútilmente por el
escenario).
 
(Coro)
¡Montando en un camello
y en 30 elefantes,
¡se escapó saltando
como la pulga de antes!
 
**Directora:**
Bueno, eso es lo que pasa
con los circos de pulgas
después de tanto esfuerzo
se escapan de inmediato,
después del almuerzo.
 
(Comienza a buscar a la pulga escapada por el escenario, busca entre el público).
 
Dalila, ¿dónde estás?
¿Estarás en esta orejita?
Dalila, ¿estás escondida?
¿Tal vez en esta manita?
 
(Se dirige al público).
 
Por suerte Ananías,
nuestro perro cirquero
tenía pulgas de sobra
para diez circos enteros.
Fue así, como un día,
llegó al circo el alcalde
y las pulgas se enfermaron
después de picarle...
 
(Coro)
¡Después de picarle!
(Se miran uno a otro con cara de interrogación).
 
(Artemiro se pone el sombrero de Alcalde, hace la pantomima de lo que dice la Directora).
 
**Directora:**
Después de picarle la nariz,
una pulga infeliz
contrajo paludismo...
después de picarle
una oreja,
una pulga bermeja
se murió en la moraleja
 
(Coro)
Y la moraleja es... es y es...
 
**Directora:**
Hay que tener cuidado
de qué está contagiado
un perro enamorado...
 
(Coro):
Esa no es una moraleja,
alguien nos cambió la letra,
 
**Cateto:**
(Como narración de fútbol).
Atención, avanza el Chinche con la pelota,
se la pasa a la Pulga,
la Pulga la rebota, la dribla,
dispara, el Chapulín se estira,
se tira, se retira, ni respira, y... gol,
gooool,
goooooooooooooool...
goooooooooooooool...
goooooooooooooool...
¡Golazo!
 
(En la pantalla de la imaginación se ven goles de todos los colores y sabores, tapadas
sensacionales, el escorpión de Higuita, la mano de Dios de Maradona, la rabona de
Ronaldo, autogoles y hasta algunos bemoles).
 
**Directora:**
Ustedes sabrán perdonar
la interrupción
de la canción
con esa narración,
pero es lo que dice en
el libreto...
(Dubitativa).
¿Una narración de fútbol?
 
(Entra el autor, Artemiro se asoma por un rincón con un letrero que dice: "Abrazos para el
autor").
 
**Autor:**
Bueno, ya que me preguntan
por esta gran narración y ese golazo,
pues, verán, se trata de una técnica teatral
muy conocida, por medio de la cual
se cambia el tema
por el anatema,
lo cual no es lo mismo que el sistema,
y nada tiene que ver con el morfema,
porque pasando a la lingüística,
como bien lo dijo el poeta:
todo no vale nada si el resto vale menos...
(Mirando el guion, exclama):
¡Aquí falta una página!
¡Falta preciso la parte cuando le dan paperas a la princesa!
 
(Una gran trompeta marca la salida de escena del autor. Al final de la música, suben las
luces y la Directora aparece vistiendo su capa de presentadora de circo).
 
 
**ACTO II**
 
**Directora**:
Niños y niñas de todos los países y matices,
bienvenidos a esta noche de circo…
Este no es un circo común
ni corriente
es el circo donde todo lo que es igual
a la vez es diferente...
¡El mundo es un gran circo
donde cada noche
suceden cosas mágicas en el cielo!
 
(En la gran pantalla vemos proyecciones astronómicas del universo).
 
**Directora**:
Niños y niñas
el mundo no es lo que miramos
sino lo que tampoco se ve,
¡Con ustedes, el Gran Cateto!
 
(Suena una música festiva de trompetas y violines, luces de constelaciones llenan el
escenario, circulan por él varias lunas llenas y el planeta Tierra, visto desde el espacio
comienza a hacerse más y más grande, hasta convertirse en el Gran Cateto.)
 
**Cateto:**
¿Alguno de ustedes
ha hecho equilibrio
en el borde de un abismo
en la punta de una aguja
en la redondez de una burbuja
en un trapecio redondo?
Hoy, niñas y niños,
les mostraré cómo balancearse
en las cosas más hermosas
de la vida,
en un pétalo de rosa
en la tela de una araña
en la cuerda resonante de
una guitarra...
 
(Titilan las luces, Cateto queda congelado, lo enfoca una luz...)
 
(Cara de mujer en la pantalla).
 
**Voz en off**
Cateto, ¡cuántas veces te he dicho que dejes de soñar!
Que no tenemos casi dinero ni para que aprendas a leer y a escribir, mucho menos para que
tomes clases de circo.
¿Eso es lo que quieres ser en la vida, un vulgar payaso?
¿Ya hiciste la tarea? ¿Repasaste las tablas de multiplicar?
¿Te sabes los 10 Mandamientos, las 99 Enmiendas,
los 33 himnos a la patria, las 78  oraciones a la Virgen?
 
**Cateto:**
Pero, mamá, déjame soñar
y decidir lo que quiero ser en la vida...
Yo no quiero andar siempre
con la cabeza gacha,
teniendo miedo de que algún jefe me diga:
“Cateto, tu trabajo ya no existe,
tus sueños quedan enterrados,
y tus anhelos frustrados”...
Sí... como si el control remoto del poder
le pusiera a uno en pausa la vida
y le cambiara el canal de la existencia...
 
 (Cateto se aleja en el escenario).
 
**Voz en off**
Cateto, regresa, no te vayas...
 
(Cateto vuelve a un primer plano).
 
**Cateto**:  (Al público).
No, no me aprendí los 10 Mandamientos,
ni las 99 Enmiendas,
ni los 33 himnos a la patria,
ni las 78 oraciones a la virgen...
pero aprendí cómo hacer reír a un niño,
cómo ayudarle a encontrar
esa voz que todos llevamos dentro,
además aprendí a ser...
 
(Cateto empieza a salir de escena, antes de salir completamente, dice):
 
Además, aprendí a ser…
¿Qué aprendí a ser? (Sale de escena).
 
**Directora:**
Aprendiste a ser el gran Cateto,
equilibrista de emociones,
soñador de sensaciones,
saltarín de estrellas,
salvador de doncellas
perdidas en la noche...
Pero, niños y niñas
de todos los matices y países,
la alegría del circo continúa.
Con ustedes, la señorita Amalia,
domadora de malas emociones,
violinista de las mil canciones,
gitana de día y música de noche.
¿Saben ustedes lo que es una mala emoción?
Yo no lo sé explicar,
pero se los vamos a decir
¡en forma de canción!
 
**ACTO III**
Amalia:
(Canta)
Hay emociones de todos
los colores y sabores
emociones amargas
y emociones dulces
emociones cortas
y emociones largas
algunas hieren
como brisa loca
dejando en la boca
el sabor agrio
de alguna derrota.
Las emociones
(canciones del alma)
se aprenden
se cantan
como un alfabeto
la *A* del amor
o la *A* de amargura
la *D* del dolor
o la *D* de dulzura
la *F* de falsedad
o la *F* de la felicidad...
Las emociones
positivas
son como flores
que crecen
con la luz
y la alegría,
nunca te dejes opacar
por aquellos
que ven la vida
negándote tu derecho a ser
a sentir, a soñar
en tu idioma
en tu cultura...
la vida es
una hermosa locura
y  más que vivirla
¡hay que sentirla,
consentirla, 
divertirla!
 
(Finaliza la canción, Amalia sale de escena).
 
**Directora:**
Por eso, niñas y niñas
de todos los países y matices,
esta noche les voy a enseñar
un truco de verdad,
un truco al alcance de la mano
o de su hermano, ¡se llama felicidad!
 
**VOZ de comercial:**
(Aparece Artemiro portando y demostrando la máquina invisible de la felicidad)
Atención, despierte todo el mundo
la felicidad ha llegado,
un gran invento
que parece de cuento
tienen la felicidad
al alcance de las manos,
o mejor aún al alcance
de los dedos,
la felicidad no es un don
tan solo es apretar un botón,
¿quieren ser felices por un día,
por toda una vida?
Hagan la fila,
niños y niñas
de todos los países y matices,
con esta máquina mágica
pueden comprar la felicidad,
la misma de las revistas,
de los artistas,
de los cocodrilos
y de los economistas.
 
(Una luz ilumina a Amalia).
 
**Amalia:**
¿Quién dice que la felicidad
se compra o se vende?
 
(Canción de las cosas sencillas de la vida, cantada por Amalia).
 
**Amalia:**
La felicidad proviene
de las cosas sencillas
de la vida,
una sonrisa de cariño
la dulzura de un niño
que juega en una esquina,
el vuelo de una mariposa
que se posa
de rosa en rosa,
una pluma distraída
que vuela sin su pájaro
haciéndonos compañía,
el canto del agua
las caricias del viento,
todas aquellas pequeñas cosas
que damos por hecho,
¿no es acaso
lo que parece insignificante
lo más importante de la vida?
 
(Para la canción, Amalia se congela escuchando una voz).
 
**VOZ de hombre en off, su cara en la pantalla):**
¡Amalia, deja de soñar
y haz las tareas de la casa!
¿Ya barriste el patio,
planchaste la falda,
compraste la leche,
lavaste los platos,
limpiaste los trastos,
hiciste la cama,
acostaste al gato,
levantaste al perro,
desplumaste al pato?
 
**Amalia:**
No, yo quiero soñar,
ser lo que quiero ser,
quiero escribir poemas,
alejar las penas, quiero ser
domadora de esas emociones
que no alientan la vida
sino que la arrinconan
y la encierran...
Me niego a
levantar al pato,
a acostar al perro
y a desplumar al gato...
 
**VOZ en off:**
¿Cómo vas a ser buena esposa
si no sabes
lavar
planchar
cocinar
amamantar
limpiar
ordenar
obedecer
aceptar?
Tienes que aprender
a vestirte
a caminar
a posar
a seducir
a enamorar
a pensar...
con el trasero
y a dejar tu cerebro más atrás...
 
 
**Amalia:**
No, solo quiero ser yo...
no la imitación
del reflejo
de una imagen
de una revista
de la cara de una artista
que nunca envejece
porque las arrugas
se las pintan
se las operan
se las rellenan
hasta que la mujer
se convierte
en una sola arruga gigantesca
que asusta a la vista...
Yo quiero ser dueña
de mi propia cara
de mi propio cuerpo
de mi propio cerebro.
 
(Bajan las luces en Amalia, ella desaparece de escena, pasa la Directora a primer plano).
 
**Directora:**
Como les iba diciendo
empecé mi carrera artística
con un pequeño
gran circo de pulgas,
¡que tiempos aquellos!
un día las pulgas se fugaron
con un perro callejero,
así que me tocó a mí
hacer de pulga de circo,
de presentadora y hasta
de perro.
¡Pero la magia del circo
debe continuar!
Con ustedes, ahora,
¡el gran Artemiro!
 
(Artemiro entra en escena, camina con la cabeza gacha, saluda a gente imaginaria que pasa
a su lado. Lleva un cartelón, lo exhibe al público, se da cuenta de que lo tiene al revés, lo
voltea. El cartelón dice: “Caminante de ciudad”. Lo pone a un lado.
Artemiro camina como quien recorre calles, mirando vitrinas. Mira una vitrina donde ve
cosas fabulosas las cuales refleja con su lenguaje corporal,  se mira sus bolsillos y los
encuentra completamente vacíos, se mira triste...
 
(Uno de los actores asistentes pasa con un letrero que dice: “Artemiro, el pájaro y el gato”).
 
Artemiro eleva la vista, muestra al público que está viendo un pájaro muy bonito. (Para
ello, junta las manos para imitar la forma de un pájaro volando Empieza a seguir con la
vista una pluma que pasa volando a su lado, se imagina que es un pájaro y vuela por el
escenario, huele las flores, canta en una rama... de repente, lo enfrenta un gato que quiere
devorárselo, Artemiro trata de evadirlo, y cuando el gato está a punta de devorarlo,
recuerda que puede volar, hace cara de alegría y se aleja volando hacia al cielo, riéndose del
gato, mostrando con su cuerpo que el gato puede ser muy rápido pero no puede volar.
Finalmente vuelve a perseguir la pluma, la pluma se clava en su sombrero, se lo quita para
observarla, y en ese momento alguien deposita un billete en su sombrero. Artemiro hace
una avión de papel con el billete imaginario, lo lanza a volar por el escenario y sale de
escena, como si estuviera volando detrás del mismo.)
 
 
 
**ACTO IV**
 
(Suena la música alegre de carnaval y todos los personajes aparecen en escena, bailando y
encantando al público. Artemiro hace sus malabares imaginarios, Amalia esquiva a los
leones de la ira, Cateto camina bailando en la cuerda floja, la directora funge como
directora de orquesta. Pausa la música.)
 
**Directora:**
Niños y niñas
de todos los países y matices,
grandes y pequeños,
rubios y morenos,
dueños de gatos
y de perros,
ahora, el gran Cateto
nos mostrará
lo que es colgar
en la cuerda floja de la vida,
cómo es caminar
a medio metro del suelo
y a kilómetros del cielo.
Para este acto,
NO tendrá más red protectora
que las telas de las arañas
que ha dejado el tiempo
entre las cortinas
y debajo de los asientos.
Este es un acto
en que la vida del artista
corre un gran peligro...
un gran peligro
de quedarse para siempre
en su imaginación...
Con ustedes
Niños y niñas
de todos los países y matices,
¡el gran Cateto!
 
(Suena el repicar de un tambor, luces de colores dan vueltas por el escenario. De repente,
mágicamente, a 50 centímetros del suelo, aparece una cuerda floja* que es a la vez una luz
LED multicolor. Una luz ilumina una figura oscura acostada en esa cuerda, ¡es el gran
Cateto, que usa por cama una delgada fibra de luces!
La directora asume ahora el papel de trompetista y toca una música celeste para despertar al
bello durmiente. Cateto se restriega los ojos, se despereza, sus brazos que cuelgan de lado
se empiezan a balancear. Recoge una pierna, luego la otra, levanta el torso, y con elegancia
de bailarín se incorpora y se para en la cuerda floja. La música de la trompeta sigue sus
pasos y sus movimientos. Cateto pasa de un  lado a otro de la cuerda floja, baila, se para en
un pie, da media vuelta. Cuando retrocede, ve caer una hoja en cámara lenta, se mueve al
ritmo de la hoja, se quita el sombrero, da una voltereta hasta que la hoja, de manera mágica
cae en su sombrero. Cateto se quita el sombrero, hace la venia al público y de su sombrero
comienza a crecer un árbol. Cientos de hojas bailan entonces por el escenario. Cateto sale
de escena. )
 
*Si el actor no sabe cómo caminar en la cuerda floja, lo cual es probable, esta será
simulada, montando la luz en una superficie curvada de color negro que sea invisible a la
vista para dar la sensación de que el actor hace equilibrio en ella, esto aunado a su lenguaje
corporal.
 
(Bajan las luces, suena la música suave de un violín danzarín. Un spot light recorre el
escenario lentamente, hasta irse a posar directamente en la cara perfumada y azulosa de
Amalia. Otro spot alumbra a la directora, mientras Amalia baila con la música del violín).
 
**Directora:**
Ahora, niños y niñas
de todos...
 
(Aparece el autor, entra Artemiro con un letrero que dice: "¿Países, matices?,
¡lombrices!" ).
 
**Autor:**
...de todos los países y matices...
¿No podemos cambiar esta parte?
Ya se ha repetido demasiadas veces.
Podríamos decir, por ejemplo:
Niños y niñas
de todos los países y matices,
pequeños poetas
que navegan mares
en unas pocas gotas de agua,
niñas que llenan el cielo
con las estrellas de mar
de su mirada,
niños como ovejas
pastando en el cielo
con orejas del tamaño
de algún sueño,
ovejas con ojos de niño
en las alas de un vuelo
con las cuatro patas
muy bien asentadas
en la bruma,
ovejas de plumas
con caras de caracola
o de luna
flotando inesperadas
cantándole a la vida
su balada de cuna…
tejedoras de ilusiones
hiladores de emociones
que convierten las  palabras
¡en canciones!
 
(El Autor sale del escenario, Amalia pasa a un primer plano. Entran en escena Cateto,
Artemiro y la Directora, uno a uno con un instrumento real o imaginario: Un guitarrón, una
guitarra y un violín. Amalia canta "Una balada libertaria").
 
**Amalia:**
La música es la libertad de soñar
con los ojos abiertos
como cuando nos crecen
alas en los dedos
y volamos piel afuera
mar adentro
 
Es la libertad de expresar
los sentimientos
al ritmo de la vida
al batir del viento
 
La música es aprender a escuchar
los cantos del sonido y del silencio
el zumbar de una abeja
el caer de una hoja
el sutil aleteo de un ensueño
 
La música es libre
como un violín
que se transforma en mariposa
o como una guitarra
que palpita al roce de unos dedos
 
La música es alimento espiritual
no se la puede encarcelar en una partitura
ni encerrar en un instrumento
su casa es el universo entero
cielo arriba, piel adentro…
 
(Amalia, Cateto y Artemiro salen de escena).
 
**Directora:**
Ahora, el Gran Artemiro,
pintor sin lienzo
ni pinturas
músico sin notas
de instrumentos sin cuerdas,
poeta de las cosas
que no riman,
sembrador de sentimientos
y cosechador de vientos...
 
(Entra el autor a escena, libreto en mano).
 
**Autor:**
(Leyendo)
Ahora, el Gran Artemiro
saldrá a escena
con su acto
del teatro de la existencia,
porque niños y niñas...
de todos los planetas
y galaxias,
encantadores de estrellas
y cometas,
tejedores de espirales
de nuestra Vía Láctea
 
(Directora y Autor, a coro)
 
Sin más preámbulos...
¡El Gran Artemiro!
 
(Bajan las luces, suena una batería, luces de colores se pasean por el escenario. Aparece
Artemiro con un letrero que dice: "Aplausos silenciosos y hermosos", viste una camisa
amarilla brillante, un pantalón rosado y una cachucha de tela escocesa. Uno de los actores
asistentes pasa con letrero que dice: “Artemiro, las flores y el policía”).
 
Artemiro hace un paseo estático por el escenario, se ve que camina por una gran ciudad.
Saluda a un amigo, casi es atropellado por un auto, compra un helado en una esquina, ve
pasar una mujer hermosa, escucha el canto de un pájaro, participa involuntariamente en una
manifestación, finalmente llega a un parque, se pasea tranquilamente, fuera del agite de la
ciudad. Contempla las flores, se acerca a oler una flor, disfruta de su exquisito aroma. Mira
al cielo, agradece el aroma de la flor... con un gesto de cambio de personaje se convierte en
un policía que lo observa. El policía hace un gesto, se transforma en Artemiro, él hace
como si estuviera sacudiendo el polvo a la flor. Se transforma en policía, el policía le hace
un gesto de que está prohibido oler las flores. El policía da la espalda, se transforma en
Artemiro, quien hace señas de que el policía está loco, Artemiro comienza a desplazarse
por el imaginario jardín oliendo todas las flores. Hace cara de éxtasis, se transforma en
policía, el cual lo amonesta una vez más y le dice con gestos que las flores son para las
abejas y que si las sigue oliendo lo arrestará. El policía se distrae viendo un accidente de
tráfico, sale de escena. Artemiro baila al ritmo del viento y de las flores. Se transforma en
policía quien lo ve soñando con las flores. El policía corta solapadamente una flor y la deja
caer en el piso y se esconde. Se transforma en Artemiro, quien la ve en el piso. Mira a su
alrededor para asegurarse de que nadie lo está viendo, recoge la flor, la acaricia, le habla y
se dispone a olerla cuando... se transforma en policía, le muestra a Artemiro que lo vio
cortando la flor, Artemiro alega su inocencia, el policía lo persigue, Artemiro huye flor en
mano, el policía está cada vez más cerca, cuando el policía lo va a agarrar, Artemiro se
resbala, la flor vuela en el aire, él y el policía la tratan de alcanzar, la flor vuela como una
mariposa, el policía se estira para agarrarla, el viento le lanza la flor en la nariz, se la
desprende, mira a Artemiro, decide oler una vez más la flor, sonríe poco a poco, se
emociona, empieza a oler todas las flores del jardín, se pone la flor en el ojal, se despide
jovialmente de Artemiro, cada cual sale por extremos opuestos del escenario. (Todo lo
anterior en mima y figurativamente, claro está).
 
**Directora:**
Y, para el acto final
de esta gran noche de circo,
el Gran Cateto,
arquitecto sin planos,
armador de recuerdos
y recordador de cuadros,
saldrá al escenario
para el acto más difícil
de su carrera artística...
 
(Entra Cateto en escena, es presentado por Artemiro quien pide al público que lo aplauda.
Cateto saca su barra de equilibrio de colores que brillan en la oscuridad y se dispone a
caminar en la cuerda floja. Artemiro mira hacia la altura y explica con gestos que va a
colgar la cuerda floja por la que caminara Cateto entre dos altos edificios. “Vemos” cómo
trepa un edificio, amarra la cuerda de un extremo, baja, sube al otro edificio, amarra la
cuerda del otro extremo. Suena una música de suspenso. Cateto se alista a dar el primer
paso. Artemiro le dice que espere, que quiere comprobar si la cuerda está estable. Artemiro
camina por la cuerda de ida y vuelta, dando saltos, parándose en un pie, en un momento se
cae y se agarra, logra treparla de nuevo. Llega al extremo donde está Cateto y le dice que es
segura para él. Suena la batería, Cateto, con su barra de equilibrio da muy lentos pasos en la
cuerda. Artemiro "lo mira desde abajo", Cateto se desbalancea, Artermiro sufre, Cateto
recupera el equilibrio, Artemiro se sonríe... lo sigue con la mirada, se ve que Cateto está a
punto de perder el equilibrio, Artemiro trepa hasta la cuerda, camina detrás de él en una
imagen de espejo, listo a cogerlo por si pierde el equilibrio, hasta que Cateto logra llegar al
otro lado. Artemiro aplaude y pide al público que haga lo mismo. Camina con Cateto por el
escenario, como si fueran caminando por una calle. Artemiro indica que hay un grupo de
niños saltando lazo. Artemiro y Cateto se unen a los niños y saltan rápidamente al ritmo de
una alegre música.    
Bajan las luces y la música y los actores salen del escenario).
 
Un spot ilumina a Amalia con su violín, quien toca una pieza suave, poco a poco, los otros
actores se alinean detrás de ella y con los brazos forman una estrella. Amalia se vuelve y
los demás actores pasan con ella a un primer plano. Suena la música de fondo y empieza la
canción final.
 
 
**Canción final**
 
**Amalia**
Cada cual es libre
de realizar sus sueños
los sueños no tienen
límite ni dueño…
 
**Cateto**
Yo soñaba
con escalar el cielo
y disfrazarme de nube
para emprender el vuelo
entonces, sin saberlo
mis brazos se volvieron alas
y de plumas mi pelo
y pude volar muy alto
sin moverme del suelo...
 
**Directora**
Yo aprendí que no existe
ningún sueño pequeño
si la semilla sueña
con ser árbol inmenso,
¿por qué no podemos
volver un bosque
nuestros sueños?
 
**Artemiro**
Yo aprendí
a hablar sin palabras
(Muestra cómo habla sin palabras).
a abrir cualquier puerta
¡hasta las puertas del alma!
(Abre una de sus puertas imaginarias, muestra cómo con afecto, una persona seria que no le
quiere prestar atención, cuando él le ofrece un ramo de flores imaginario, le da un gran
abrazo. Después se acerca al autor).
 
**Artemiro**
Perdón señor autor
(un spot ilumina al autor)
Es es la emisora HJCPKLMNOPQ,
¿Tiene algún mensaje para el público?
 
Autor:
Claro, cómo no.
Estimado público
Aquí unido, reunido y reído:
espero que se hayan divertido tanto
viendo esta obra
como yo me divertí escribiéndola.
Y, como dijo el poeta,
“Todo no vale nada,
si el resto vale menos”.
Nos vemos, chatos, nos vemos.
(Hace señales de despedida con la mano).
 
Artemiro:
Una pregunta final,
pero no banal,
¿cuál es el mensaje de la obra?
 
(Todos los personajes se enganchan del brazo. Bailan mirando al público se escucha una
música alegre de carnaval y una canción).
 
(El Autor pasa al frente)
 
**Autor**
El mundo no es lo que ves
uno y uno
también son tres
 
(Se une a los bailarines, Amalia deja el grupo, pasa al frente, canta).
 
**Amalia**
El que repite no aprende
el que discute no escucha
el que se pregunta, entiende
 
(Se une a los bailarines, Cateto deja el grupo, pasa al frente, canta).
 
**Cateto**
No hay camino que no valga
pero a veces,
la distancia más corta
es la distancia más larga
 
(Se une a los bailarines, la Directora deja el grupo, pasa al frente, canta).
 
**Directora:**
Eres dueño de tus sueños
no los dejes marchitar
si te prohíben soñar
levanta más alto el vuelo.
 
(Baja la música, los actores bailan lentamente en el trasfondo).
 
**Directora:**
Niños y niñas
de todos los países y matices,
gracias por haber venido
a esta noche de circo…
 
(Se escucha un ruido supersónico, la Directora mira hacia arriba, enfoca sus manos como si
fueran un catalejo, el ruido se acerca más y más. La Directora cambia las manos a la
posición de unos binóculos, sigue auscultado el cielo. Suelta las manos, sonríe, el ruido se
convierte en una explosión y el sombrero desaparecido en el primer acto desciende
mágicamente sobre su cabeza. La Directora se acomoda el sombrero con cuidado y
continúa).
 
**Directora:**
(Haciendo juegos con el sombrero).
Ahora, si gustan,
podrán volar
con las alas azules
de la imaginación
resbalarse cuesta abajo
por una gota de agua,
hacer equilibrio
en la punta de un paraguas
transformar sus tristezas
en alegrías
tocar un violín sin cuerdas
y contar un cuento sin palabras…
 
Damas y caballeros,
niñas y niños,
grandes y pequeños…
se despide de ustedes
el Pequeño Gran Circo de Ilusiones,
donde todo lo que parece,
no es,
(Levanta el sombrero y lo muestra al público).
y lo que desaparece
¡tampoco es lo que es!
(El sombrero se trastoca en un ave que sale volando).
¡Los esperamos de corazón
en nuestra próxima función!
 
(Los actores bailan, bajan las luces lentamente, se cierra el telón, un spot ilumina la cortina
cerrada, vemos cómo aparece una mano, la cual da lugar a una cabeza y después a una
pierna. Detrás de la cortina aparece Artemiro, quien hace una venia y simula a abrazar a
incontables espectadores, pasa su sombrero imaginario, como recogiendo dinero, mira el
sombrero encantado del que misteriosamente surge un ramo de girasoles, Artemiro se los
lleva al pecho, suspira, mira a los espectadores y arroja después los girasoles al público.
Baja la luz y vemos a Artemiro salir de escena).
 
 
**F I N**

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