4 Técnicas psicológicas para aprender a decir que NO:
Desde la TBE con el objetivo de entrenarte a poner límites y superar el
miedo al rechazo, es decir, el miedo a la reacción de los demás. Aquí tienes algunos ejemplos de cómo podemos ayudarte.
1. Asumir pequeños riesgos:
Lo primero que te pediría es que te mostraras “como si” no temieses la
opinión de los demás y a continuación que, al menos una vez al día y durante un mes, ante un pequeño favor, respondas: “Disculpa me encantaría ayudarte pero ahora estoy ocupado”. Tras superar este primer objetivo, se continuará aumentando un poquito la dificultad de la respuesta, diciendo: “Disculpa, me encantaría ayudarte, pero tengo algo más urgente que hacer”. Lo siguiente será decir “Disculpa, pero tengo algo más importante que hacer” hasta poder llegar a decir: “Me gustaría, pero no quiero”.
2. Obtener un pequeño no de respuesta al día:
En las sesiones de terapia te ayudamos a afrontar el miedo a ser juzgado
por los demás. En definitiva, te haremos un recorrido personalizado para que puedas inmunizarte al rechazo de los demás. Por ejemplo, podemos pedirte que de forma voluntaria cada día realices una pregunta para obtener un pequeño no de respuesta de personas que no tengas mucha relación.
3. Habilidades comunicativas para vencer la reacción de rechazo de los
demás:
durante las sesiones con el psicólogo te enseñamos técnicas
comunicativas. Una de ellas son las dos siguientes: 1) la técnica de la anticipación para influir en tu interlocutor cuando sabes que lo que vas a decir puede no gustarle. En este caso, antes de decirlo, si prevés su reacción puedes empezar diciendo: “sé que no te va parecer bien o no te va a gustar, pero…”. Este tipo de comunicación tiene el efecto inevitable de influir en su reacción. 2) Pon en primera persona lo que no te hace sentir bien del otro, así evitarás que se sienta atacado. Por ejemplo: en lugar de decir “tú siempre llegas tarde y me preocupo” cámbialo por “yo me preocupo cuando siempre llegas tarde.”
4. Y por último, te indico una herramienta que te ayudará a mejorar. Mañana
cuando te levantes, cuando te preparas para comenzar el día, pregúntate: “¿Qué haría de diferente hoy, qué me gustaría hacer de diferente si me sintiera libre de las opiniones o críticas de los demás? Entre las cosas que se te ocurran, eliges la más pequeñita y la haces voluntariamente. Cada mañana te haces la misma pregunta y pones en marcha un micro-objetivo diferente cada vez.