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El término protoindoeuropeo se
refiere a los individuos
pertenecientes a una hipotética etnia
o grupo de etnias de la Edad del
Cobre y la primera Edad del Bronce,
que se supone que hablaban
variantes del idioma
protoindoeuropeo y compartían una
cultura material y patrones
culturales similares.
La cultura comparada permite conjeturar que poseían tradición poética, que usaron para cantar
las hazañas de sus dioses y héroes que parece ser antiquísima. La cultura indoeuropea parece
constituir la raíz de la civilización europea antigua, así como de la civilización indoirania antigua.2
Índice
Historia del concepto
Evidencias de la cultura indoeuropea
Evidencias lingüísticas
Evidencias arqueológicas
Evidencias genéticas
Cultura material de los protoindoeuropeos
Tecnología
Domesticación de animales
Léxico doméstico
Instituciones culturales protoindoeuropeas
Religión
Organización social
Lenguas indoeuropeas
Tesis de los Kurganes
Europa antes de los indoeuropeos, según la tesis de los Kurganes
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
En conexión con el trabajo estrictamente lingüístico, durante el mismo siglo XIX se empezó a
especular sobre el pueblo o pueblos originarios que hablaron el protoindoeuropeo. En esa época se
concebía que dicho pueblo podía ser un supuesto grupo étnico racialmente homogéneo y con
tradiciones uniformes, al que se llamó "raza aria". Aunque esa propuesta no se basaba en un
trabajo estrictamente científico ni parece correctamente asentada,3 rápidamente dio lugar a
interpretaciones racistas de la "mentalidad aria", que supuestamente contrastaría con la
mentalidad de los semitas, que a su vez hablarían otro grupo de lenguas.
A principios del siglo XX, el filólogo germanista Gustaf Kossinna, tratando de unir las teorías
lingüísticas con las raciales que caracterizaban a los indoeuropeos como dolicocéfalos rubios,
afirmó que su origen era el Norte de Alemania. Poco después, el prehistoriador australiano Vere
Gordon Childe publicó un libro titulado Los Arios, nombre con el que denominó al supuesto
pueblo indoeuropeo primigenio. El término ario proviene del sánscrito arya 'noble', y los reyes
persas como Darío el Grande -que eran indoeuropeos-se llamaban a sí mismos arios. En 1926,
cuando apareció el tomo de Childe, que era marxista, se estaba gestando el movimiento nacional-
socialista. Para desolación de su autor, el abuso y utilización política de esa hipótesis intelectual
condujo al racismo que fundamentó parte de la ideología del nazismo alemán.
Hoy en día la hipótesis de que los pueblos protoindoeuropeos se desarrollaron en territorio alemán
ha sido completamente abandonada, y se considera simplista que su sociedad fuera similar a las
descripciones de Childe de la "sociedad aria". La genética igualmente ha contribuido a desacreditar
estas ideas iniciales. Las similitudes entre diferentes pueblos indoeuropeos a nivel cultural,
religioso y lingüístico no implican la existencia de una raza homogénea, por ende, el concepto
indoeuropeo pertenecería a la lingüística y no a la genética de poblaciones.
Dicha corriente antropológica insiste en que, aunque puede considerarse la posibilidad de que
existieran migraciones de pueblos indoeuropeos que difundieran rasgos culturales, entre otros
la lengua, en un periodo de la Edad Antigua, y en un espacio que iría de la costa atlántica de
Europa al norte de la India e Irán, sería impropio hablar de una única etnia indoeuropea originaria
en la actualidad.
Ello no resulta inconveniente para que otros arqueólogos, como la reputada Marija Gimbutas,
sitúen los orígenes indoeuropeos en los asentamientos de hace casi siete milenios en las estepas de
las riberas entre el curso medio e inferior del río Volga.2
Evidencias lingüísticas
Con todo, la relación idiomática se considera corroborada. Desde principios del siglo XIX,
numerosos lingüistas arribaron a la tesis de un tronco común repartido en diversas familias.
Trabajando cada uno por su cuenta, dos investigadores, el danés Rasmus Christian Rask y el
alemán Franz Bopp, llegaron a la misma conclusión, que hubo una sola lengua matriz en el
área de expansión de los indoeuropeos.
Rask demostró la relación del islandés y las lenguas germánicas con el griego y el latín. Bopp
demostró el parentesco entre algunas lenguas orientales, como el sánscrito de la India, con las
occidentales griego y latín.
Bopp comparaba la gramática, mientras que los esfuerzos de Rask se centraron en la fonética.
Entre ambos fundaron la Lingüística comparada y, tras ellos, a mediados del siglo XIX pudo
asegurarse científicamente que todas las lenguas europeas modernas, salvo cinco —vasco, finés,
estonio, húngaro y lapón, distintas por su léxico y por su estructura como lenguas— proceden de
un idioma primigenio común, fuente asimismo de numerosas lenguas orientales. Este idioma fue
llamado «indogermano» por sus primeros analistas, que eran alemanes, y después, respondiendo
a su ámbito de difusión, indoeuropeo.
Evidencias arqueológicas
La arqueología y el estudio de las religiones arcaicas revelan coincidencias entre sociedades muy
alejadas que podrían ser consecuencia de una conquista del territorio por los pueblos
indoeuropeos, con la consiguiente imposición de su cultura. En cambio, la gran diversidad cultural
que se aprecia entre los pueblos indoeuropeos apunta la posibilidad de que su lengua y patrimonio
se estableciera por contagio, sin desbancar las culturas originales, aunque las diferencias también
pudieron surgir de la adaptación a los sucesivos territorios durante la expansión, resultando en
variantes de una misma cultura indoeuropea.
Existen varias propuestas de identificación de antiguas culturas testimoniadas arqueológicamente
con los posibles hablantes indoeuropeos. Sobre la zona, la época y el pueblo donde surgió el
idioma matriz, han existido diversas teorías, basándose en la arqueología.
Una hipótesis que ha gozado de mucha popularidad es la hipótesis de los kurganes de Marija
Gimbutas que identifica el origen en la cultura de los kurganes, situada en la estepa rusa y sur de
Ucrania. La base de dicha identificación se basa en que la cultura material atribuible a los pueblos
indoeuropeos a partir de las especulaciones de la paleontología lingüística es similar a la cultura
material de los kurganes. Otras propuestas de identificación son las de Colin Renfrew y diversos
autores como T. V. Gamkrelidze y V. V. Ivanov, que proponen identificaciones diferentes, desde la
península anatolia. En cualquier caso, algunos de los rasgos culturales que se les atribuyen son la
domesticación del caballo y el uso de carros, junto con la ganadería y la agricultura.2
Evidencias genéticas
El factor o componente principal más importante parece relacionado arqueológicamente con las
fechas de la expansión de la agricultura neolítica en Europa hace entre 10 mil y 6 mil años. Este
componente no muestra correlación con lo que probablemente pudo ser la expansión de las
lenguas indoeuropeas en el continente. Se ha apuntado que el tercer componente principal podría
estar correlacionado con la expansión de las lenguas indoeuropeas en el continente. El segundo
componente muestra un gradiente norte sur y se ha relacionado con expansión de pueblos
urálicos, aunque es difícil asegurarlo.
Tecnología
Domesticación de animales
El protoindoeuropeo cuenta con términos para denotar al ganado bovino: *gwow- 'vaca, buey' y
*tauros 'toro' y al ganado ovino: *h2owi-. También conocían los caballos (*ekwos 'caballo') y los
cerdos (para los que existen la denominaciones *porkos y *suw-). Además conocían animales
salvajes como el oso (*h2rtkos > *h2rtkos 'oso') y el lobo (*wlkwos 'lobo').
el ganado vacuno de los uros o auroch. Las vacas europeas son en general más robustas y
producen más leche que las asiáticas y las africanas.
el ganado porcino de jabalíes (sus scrofa). Los cerdos europeos son en su mayoría alargados
en comparación con otras razas de cuerpo más corto. La mayoría son blancas o rosadas, con
algunas excepciones como el cerdo ibérico.
el ganado ovino del muflón (ovis musimon). Las ovejas europeas no presentan acumulación
de grasa en el rabo, dan bastante lana y menos leche que otras razas de Asia.
Léxico doméstico
El léxico doméstico incluye la raíz *dem- / *dom- 'conjunto de familiares, casa', del que deriva el
hitita "pam" 'casa', latín domus y el griego demos 'pueblo' e incluso déspota de *dems-potis 'señor
de la casa'. Se ha señalado que la organización política podría basarse en clanes, que compartirían
un conjunto de casas woikos (latín vīcus, griego oikos).
Religión
El léxico reconstruido sugiere que uno de los dioses o fuerzas naturales divinizadas más
importantes en la cultura de los antiguos indoeuropeos era un "Dios padre" del cielo *dyeus
patēr(< *dyews ph2ter) Esta expresión sobrevive tanto a través del griego Zdeus (<*dyeus), como
a través del latín Iu-piter (*dyeus patēr). De hecho la palabra para el resplandor del día y dios
derivan de la misma raíz (*dyw-).
Además, la comparación entre los dioses de las diversas
mitologías de pueblos indoeuropeos, sugiere que se habría tratado de una religión politeísta
encabezada por una trinidad de dioses supremos.
Organización social
Entre los términos reconstruidos está la raíz *rēg- (< *h3rēg-) interpretado como 'rey', aunque la
raíz originalmente podría haber significado simplemente 'gobernante' o bien 'poder, fuerza', ya que
en sánscrito védico aparece esa acepción.
Entre los conceptos abstractos está el de *h2yw- 'prosperidad, orden, ley' que aparece en latín
como iūs 'ley [humana]', en avéstico como yaoš 'salud, prosperidad' y en sánscrito āyu (nom.)/yós
(gen.).
Lenguas indoeuropeas
La idea de un tronco común a las familias de lenguas indoeuropeas fue anticipada en el siglo XVIII
y probada en a mayor parte de sus detalles en el siglo XIX, muy especialmente por los trabajos de
Rasmus Christian Rask y Franz Bopp, que relacionaron en un tronco común las lenguas
germánicas con las mediterráneas clásicas a través de la gramática, así como con las lenguas indo-
iranias por estudios sobre la fonética, especialmente
en el nombre de sus respectivos dioses.2 Dicha tesis
viene además avalada por los estudios del experto en
religiones comparadas Georges Dumézil,
especialmente tras el descubrimiento del Juramento
de Mattiwaza, tratado de paz entre el reino Mitanio y
el imperio Hitita, en el que se ponen por testigos tanto
a los dioses hititas, sirios y babilonios, como a los
dioses indoiranios (Mitra, Indra, etc.).7
De acuerdo a Gimbutas, desde su hogar original -las estepas al sur del río Volga- los indoeuropeos
habrían traspasado las montañas del Cáucaso hacia el Sudeste, pasando sucesivamente a Irán,
Mesopotamia y la India, donde llegaron en el siglo XX a.C.; en ese viaje hacia el Este se forjaron el
idioma sánscrito, el kurdo, y la lengua de los persas. Otra rama alcanzó la península de Anatolia,
donde floreció la cultura hitita, cuya lengua se ha descifrado por analogía con las europeas.
La ocupación de Europa por los indoeuropeos debió de hacerse en varias oleadas a partir del siglo
XXXIV a.C., según Gimbutas. Una de ellas habría ocupado la región de los montes Balcanes y
Grecia hacia 2700 a.C., mientras que otra rama subía al Norte, hacia Escandinavia y el mar Báltico.
A su vez, los pueblos indoeuropeos que se asentaron en Europa Central habrían constituido el
grupo que luego se diferenciaría en celtas, itálicos, armenios,...
Algunos de estos pueblos, unidos por lazos lingüísticos y tal vez culturales, prosperaron y siguen
vivos en nosotros, en nuestra lengua, leyes y filosofía, como los latinos o los helenos. Otros, como
los hititas, florecieron durante varios siglos y luego desaparecieron.2
El aspecto más interesante de la tesis de Gimbutas es su idea de los pueblos que había en Europa
antes de las invasiones indoeuropeas, entre el sexto y el cuarto milenio antes de Cristo.
Según ella, ocupaba el subcontinente un conjunto de sociedades agrícolas -los indoeuropeos eran
mayoritariamente ganaderos-, relativamente pacíficas e igualitarias, en las que las mujeres tenían
un papel predominante -frente al patriarcado y la sociedad aristocrática propia de los
indoeuropeos-.
No serían muy hábiles en la guerra, y escogían llanuras fértiles para asentarse, y no lugares
elevados de difícil acceso, como en cambio sí hacían los indoeuropeos.
Tendrían un profundo sentido religioso, rendían culto a la Diosa Madre -frente al Dios Padre
indoeuropeo y semítico- y, al parecer, inventaron alguna forma de escritura en épocas tan remotas
como el quinto milenio a.C.
Pero no conocían el bronce con el que los indoeuropeos forjaban sus armas, y sucumbieron a su
empuje, no sin antes mezclarse con ellos en una proporción indeterminada.2
Véase también
Religión indoeuropea
Sociedad protoindoeuropea
Referencias
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2. Porlan, Alberto; José Antonio Peñas de 2009. «Hidden patterns in the geography
(diciembre de 2007). «Nuestros abuelos los of Europe shown by the first five principal
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(319): 46-52. 22%, 11%, 7%, and 5% of the total genetic
3. Thomas V. Gramkelidze y V. V. Ivanov, 1995 variation for 95 classical polymorphisms (1,
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Bibliografía
Renfrew, A.C. (1987): Archaeology and Language: The Puzzle of Indo-European Origins,
London: Pimlico. ISBN 0-7126-6612-5
Thomas V. Gamkrelidze y Vjačeslav V. Ivanov (1995): Indo-European and the Indo-Europeans.
A Reconstruction and Historical Analysis of a Proto-Language and a Proto-Culture, Berlín -
Nueva York.
J. P. Mallory y D. Q. Adams (2006): The Oxford Introduction to Proto-Indo-European and the
Proto-Indo-European World, ISBN 978-0-19-929668-2.
Enlaces externos
Indo-European Origins in Southeast Europe (http://dienekes.110mb.com/articles/ieorigins/)
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