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MANUALES HUMANITAS
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PRÁCTICAS Y SABERES DE
COMUNICACIÓN ALTERNATIVA

Mary Esther Gardella


(Compiladora)

MANUALES HUMANITAS


FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN
5

La Cátedra de Comunicación Alternativa agradece el valioso


aporte de Claudia Villamayor y a los autores y autoras de los
textos que enriquecen y amplían el horizonte académico de un
recorrido de formación; como así también el encomiable trabajo
de edición de María M. Lobo, Pablo Pérez y del Departamento de
Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras.
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7

Índice

Prólogo. La colectividad del conocimiento ............................................. 9


Claudia Villamayor
Introducción. Prácticas y saberes de Comunicación Alternativa.
La Comunicación Alternativa como dimensión política de
la comunicación .......................................................................... 13
Tina Gardella
Capítulo I. Comunicación Alternativa. Marco histórico,
estudios y prácticas .................................................................... 13
Francisco J. Núñez
Capítulo II. Hegemonía y Comunicación Alternativa: resistencias,
impugnaciones y construcción de poder ..................................... 105
Tina Gardella
Capítulo IIIa. Contrainformación: algo más que otra agenda de
noticias .................................................................................... 131
Sebastián Lorenzo Pisarello
Capítulo IIIb. La buena noticia como desafío de la
Comunicación Alternativa .......................................................... 157
Eva Fontdevila
Capítulo IV. Comunicación/Educación popular. Claves de
lectura y perspectiva histórica del campo .................................... 177
Eva Fontdevila y Emanuel Gall
Capítulo Va. Las radios comunitarias en el centro de la
experiencia de la comunicación alternativa. Emergencia,
diversidad, esencia, aspiraciones ............................................... 197
Rodrigo Campos Alvo y María Lobo
Capítulo Vb. Historia y tensiones en la emergencia de las
radios alternativas de América latina .......................................... 207
Eva Fontdevila
8 ÍNDICE

Capítulo VIa. Imagen, lenguaje, sentido. Contrahegemonía y


transformación social en el paradigma audiovisual alternativo de
América latina .......................................................................... 227
María Lobo
Capítulo VIb. El grafiti latinoamericano. Entre la resistencia de
un pueblo arrasado y las prácticas culturales contemporáneas .... 241
María Lobo
Capítulo VII. Acerca de las prácticas de Comunicación Alternativa
De la radio a la escuela. Voluntariado con el
Centro Cultural «Mate Cocido» ................................................... 251
Mikaela Domínguez y Santiago Romero
Radiografías. Breve recorrido sobre el quehacer radiofónico ............... 257
Liz Antonella López y Andrea Vuoto
Contrapunto: Razones de su surgimiento, recorridos, re-significación
de sus prácticas ........................................................................ 265
Mariana Rodríguez Fuentes
La Palta: una experiencia en comunicación popular que crece ............ 269
La Palta
Diario del Juicio Tucumán. Articulación de las Cátedras Comunicación
Alternativa, Comunicación Radiofónica, Fotografía y
Periodismo con la Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán y el
Colectivo de Comunicación Popular La Palta ............................... 277
Diario del Juicio
Anexo I. Coincidencias y oposiciones entre la comunicación con
identidad y la comunitaria ......................................................... 295
Liliana Lizondo
Anexo II. Literatura y conciencia crítica. La experiencia del programa
Gente y cuentos como lenguaje de la comunicación alternativa ..... 307
María Emilia Gutiérrez y María Lobo
Anexo III. La construcción mediática del escenario para la
baja de edad de punibilidad ....................................................... 313
Emanuel Gall y Eva Fontdevila
Anexo IV. Una radio en los cerros tucumanos: FM Raco 88.9 ............ 337
FM Raco
9

PRÓLOGO
La colectividad del conocimiento

Claudia Villamayor1

La palabra colectiva nombra lo que se hace y en ella es posible leer el


sentido profundo de lo que se transforma. ¿Qué quiere decir palabra colectiva?
Es un devenir significante producido en la acción cultural de los procesos
sociales; la podemos rastrear en el mapa genealógico de las prácticas sociales
y los sujetos que en ellas interactúan. El valor significante es adquirido en
movimiento, en la materialidad de la acción, por eso demanda esfuerzos
metodológicos para comprender la significación que es lo que en verdad tiene
carácter performativo.
La elaboración de este libro es producción de una palabra que activa,
que moviliza e interviene desde una dimensión política de la comunicación
que se concibe como alternativa a la mordaza. Es teoría producida en la
acción de las luchas que nombra. Este es su valor principal y por eso mismo
innova porque se atreve a escribir aprendizajes que nacen en colectivos de
participación político cultural, los conflictos por los que atraviesa la práctica,
sus objetivos y horizontes a los que aspira mientras estos se hacen.
Comunicación Alternativa es un libro para comprender la producción de
saberes colectivos y en sus páginas podemos encontrar una búsqueda clara:
construir teoría, metodología, recuperar procesos, las voces que en ellos
intervienen y los conflictos que en ese proceso se producen. Es un texto que
evita la linealidad de los relatos de experiencias funcionales y auto referenciales.

1
Docente e investigadora de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la
UNLP y de la UNQu. Dirige la Tecnicatura en Comunicación Popular de la FP y CS y la
Tecnicatura Universitaria en Gestión de Medios Comunitarios de la Universidad
Nacional de Quilmes.
10

Por el contrario, es una experiencia coral activada por una propuesta


pedagógica en la docencia, la investigación y la extensión que reúne a un
equipo universitario de trabajo. Celebramos la voluntad intelectual colectiva
de sus autoras y autores porque asumen el compromiso de otorgar un estatuto
sustantivo a la comunicación alternativa y popular: destacamos su fuerza
teórica porque crea aun en momentos de aspereza para construir categorías,
una malla comprensiva abierta para dar cuenta de la conflictividad social.
Es posible rastrear el hilo de sus artículos que subrayan la dimensión
política de la comunicación como perspectiva y como dimensión de los procesos
sociales: mira las lucha sociales cuando ella acontece aquí y ahora,
recuperando la historicidad de las prácticas y sus protagonistas, rastreando
los saberes producidos en ellas y objetivando las nociones y perspectivas que
no tienen una racionalidad sino que tiene varias. Se trata de un saber situado
que se preocupa por comprender la comunicación en contextos específicos.
Saber y aprender de experiencias son ubicadas en contextos no como
exterioridades sino como tejido comprensivo político, cultural económico,
tecnológico y social. Es importante destacar esta cuestión porque requiere de
un esfuerzo colectivo para mirar, comprender e intervenir una práctica social
emergente.
Cuando nace un libro referido a la comunicación popular, comunitaria y
alternativa lo que se recupera es fundamento de una epistemología del hacer
y conocer lo que surge de prácticas performativas y por ello mismo con voluntad
política que siempre es colectiva. Una voluntad que la encontramos tanto en
quienes investigan como en quienes son sujetos desde las propias experiencias
socio-políticas y culturales y no por ello los consideramos como los investigados,
sino como quienes hacen parte del proceso de investigación mirando y
comprendiendo ellos mismos los procesos en los que están comprometidos.
Hablamos de investigación en el sentido clásico, pero también hablamos de
extensión y de articulación de espacios de aprendizaje en la universidad pública
que se articula con diferentes territorios y prácticas emergentes.
Reconocemos en estas páginas, un trazo que tiene larga data en América
Latina: el reconocimiento de prácticas y saberes que surgen a partir del
reconocimiento de necesidades concretas por parte de diferentes grupos que
las identifican porque hace parte a su propia vida. No es un saber enfrentado
11

a la práctica. Es un saber surgido de ella. No hay que confundir la idea de


práctica con acción empírica. Cuando hablamos de prácticas, hablamos de
los sujetos que en ella interactúan y la producen, de las nociones y las matrices
culturales y políticas que las habitan y del social histórico en el que ellas son
producidas o como preferimos decir: la emergencia que dice y enuncia.
La necesidad de ejercicio de derechos se hace presente cuando se produce
la ausencia de los mismos o por la persecución institucionalizada y hegemónica
que tiene lugar. Por ello la emergencia de prácticas emancipatorias que luchan
por ellos son pulsión de vida social. El proceso comunicacional se observa en
la interacción de percepciones de sus protagonistas, en la lucha por generar
posicionamientos alternativos a los hegemónicos pero fundamentalmente hay
una voluntad de la comunicación popular y emancipatoria que consiste en
desnaturalizar la voz hegemónica que pronuncia la ignominia y excluye
enviando al silencio todo aquello que se vincula a la justicia social.
Habitualmente en todo el continente latinoamericano, existen grupos
organizados a partir de la batalla por la vigencia de derechos y la lucha por la
justicia social. Es un modo de producir saber nacido de las luchas y
comprendido en ellas. La comunicación en ese proceso no es mero instrumento
estratégico sino perspectiva para desnaturalizar conflictos, favorecer la voz
de los afectados y lograr orientar de manera planificada la democratización
de la palabra priorizando históricamente aquella que está perseguida y/o
censurada: la protesta social, los reclamos por los derechos perseguidos, la
movilización que quiebra con la visión del estatus quo del poder concentrado.
Comunicación alternativa quiere decir en este libro la capacidad de lograr
todo eso junto a partir de iniciativas que desde el diálogo de saberes producen
alteratividad y cambio en favor de la distribución de la palabra para alcanzar
libertades.
Boaventura de Sousa Santos2 expresa en su propuesta de pensar en
términos de epistemologías lo siguiente: «… las epistemologías del sur son el
reclamo de nuestros procesos de producción, de valorización de conocimientos
válidos, científicos y no científicos, y de nuevas relaciones entre diferentes

2
R e cuperado 2018 e n: htt p://www.bo ave nt urade so usasant os.pt /me dia/
INTRODUCCION_BSS.pdf
12

tipos de conocimiento, a partir de prácticas y de los grupos sociales que han


sufrido de manera sistemática, destrucción y opresión y discriminación causada
por el capitalismo, el colonialismo y todas las naturalizaciones de la
desigualdad…».
Esta es la base que se reconoce en la trama de este libro en el que se
evidencia una forma de conocer donde la multiplicidad de orígenes y
trayectorias de prácticas y sujetos son válidas para producir conocimiento
colectivo. El campo de la comunicación popular y alternativa se ve enriquecido
por atreverse al acontecimiento de publicar y compartir con otros.
Nos da aliento para producir una teorización que tiene capacidad de
traer novedad y fuerza en la medida que surge de las luchas de quienes son
afectados por las injusticias. La voluntad y la verdad como diría Rodolfo Walsh,
no se la cuenta, se la milita.
13

LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA
Introducción COMO DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA
COMUNICACIÓN

Tina Gardella1

«Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos


sacan del subdesarrollo, no socializan los modos de producción
y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenan la alegría del hacer y la
traduzcan en actos…
Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla,
aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la
realidad es transformable.»
Eduardo Galeano

Como parte y a la vez configuradores del proceso de aprendizaje, nos


adentramos a reflexionar y trabajar la Comunicación Alternativa2 en su carácter
de dimensión política de la comunicación. Lo hacemos a partir del diálogo
que establecemos con teorías, prácticas, sujetos y colectivos de comunicación.

1
Prof. Adj. Comunicación Radiofónica y Comunicación Alternativa, Lic. en Ciencias de
la Comunicación FFyL-UNT
2
Sin desconocer la importancia del sentido de la denominación y de los debates y
reflexiones que habilitan las diferencias entre «lo popular», «lo comunitario», «lo
alternativo» y que están presentes de una u otra manera en los artículos que componen
este texto, se toma el nombre de la asignatura tal como forma parte del plan de estudios
de la Lic. en Ciencias de la Comunicación de la FFyL de la UNT, carrera creada en
2004. En el Plan de Estudios, Comunicación Alternativa es una asignatura cuatrimestral
del 3er. Año de la Licenciatura y pertenece al área Comunicación.
14 TINA GARDELLA

Diálogo que lo instituimos desde un espacio comunicacional que considera a


sus estudiantes uno de los actores más importantes de este proceso.
Estudiantes ‘con’ y ‘en’ relación a contextos y estructuras; también con sus
propias convicciones y deseos. Estudiantes que irrumpen desde su subjetividad
toda propuesta de enseñanza.
Por lo mismo planteamos que si hay tramas, relaciones, diálogos,
intercambios, procesos colectivos de producción de sentido, es decir que, si la
comunicación es poner en común recursos, saberes, conceptos, sentimientos,
entre varios actores a la vez, es que la entendemos como socialización de
saberes, en un intercambio permanente que supone un encuentro cultural. Y
como en todo encuentro habitan múltiples entrecruzamientos, hay una
dimensión absolutamente imprevisible a la que debemos prestar atención
para que la novedad, lo creativo cuente con reales condiciones de posibilidad.
Pero como no se trata de pura conceptualización sino de modos de ser y
de estar en el mundo, pensamos a la comunicación como una práctica que
nos permite entender la realidad en donde nos encontramos para intervenir3
en ella, transformándola. Al intervenir configuramos espacio público, toda
vez que hay incidencia en los sentidos sociales en disputa. Lo hacemos desde
la responsabilidad y el compromiso social y político que supone considerarnos
también como actores socio-políticos, desde un abordaje que –como dijo ya
hace tiempo Mata (1994)– nos califica como tal; porque si en el trabajo que
realizamos desde nuestras cátedras o en la relación que establecemos con
organizaciones sociales no nos asumimos como un actor social de pleno derecho
y nos concebimos solo como alguien que coopera o que se compromete con
otro a quien reconocemos una mayor legitimidad en términos sociales y
políticos, se dificultaría seriamente la construcción de verdaderas alternativas
políticas plurales.
Estas prácticas son relacionales en tanto remiten recíprocamente a las

3
«Intervenir implica ‘venir entre’ un grupo de sujetos y una situación significada como
problemática (Rozados: 2009). El término remite no sólo a una «externalidad» sino
también a cierto centralismo autoritario de quien cree tener el saber y ser dueño de la
verdad; sin embargo fue tomando un cariz de construcción colectiva y participativa
tanto por un cambio en la conceptualización de la práctica académica como, y
fundamentalmente, por la propia comunidad de trabajo que supo y pudo poner límites,
resistir a manejos externos, empoderarse y construir sus propios caminos y territorios.
INTRODUCCIÓN. LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA COMO DIMENSIÓN POLÍTICA DE... 15

dimensiones desde las que se instituyen para un pensar, un sentir y fundamen-


talmente un hacer que transforma mientras se transforman también los propios
actores.
En esa articulación de prácticas que comunican, reproducen o
transforman sentidos, la universidad tiene mucho por decir y por hacer, no
solo desde el rol clave como actor socio-político en la democratización de la
comunicación, sino también en la validación de saberes que no surgen desde
su propio seno. Y porque como lo expresaran hace mucho tiempo Claudia
Villamayor y Víctor van Oeyen pero la vigencia de su proyección se resignifica
asombrosamente, la práctica inspira.
Por ello, desde la cátedra, consideramos necesario trabajar con dos
concepciones que configuran las prácticas –pensadas y actuadas– que se
anhela construir desde la Comunicación Alternativa:
 Una relación pedagógica que, como encuentro de sujetos en torno a
experiencias a conocer y compartir, tenga como norte la construcción de
una conciencia a partir de la inserción crítica en la realidad. Del individuo
interpelado al sujeto constituido, pensante y emocionante.
 Una finalidad política como dimensión de los procesos donde se debate y
se disputa, en diálogo no ajeno al conflicto, proyectos de cambio social
que abrevan en los principios tradicionales de las políticas de comunica-
ción en Latinoamérica. De luchas por continuar a proyectos colectivos a
tramitar.

Desde lo académico, la construcción de esta comunicación solo es posible


en un diálogo permanente de la universidad con la comunidad en tanto se
trabaja ‘con’ la comunidad y no ‘para’ la comunidad. Ese abordaje pone a la
universidad en el rol de gestionar redes de relaciones, pensadas en su
articulación institucional y política con otros espacios públicos o no. También
supone prácticas que configuran un proyecto; prácticas que, solo desde esa
configuración en un proyecto, pueden operar como dispositivos de
transformación.
Por otro lado, esas redes de articulación y relación son imposibles de
concretar sin propiciar y realizar un verdadero diálogo de saberes. El diálogo
de saberes, como proceso de encuentro cultural y político de los actores en
juego, es el reaseguro del reconocimiento del capital cultural y político de los
16 TINA GARDELLA

actores locales en territorio, pero además es la certificación de nuevos modos


de construcción del conocimiento por fuera de las lógicas disciplinarias y
académicas.
Los procesos de las prácticas en redes de articulación en un entramado
de diálogo de saberes también son una forma de construir una pedagogía
otra; un proceso de aprendizaje donde, más allá de la experiencia y el abordaje
por fuera del «profesionalismo» de la comunicación, se pueda pensar una
relación pedagógica como un encuentro de subjetividades y de saberes.
Relación que permite prestar atención no solo a lo que hacemos sino a lo que
nos sucede… a cómo se posibilitan los encuentros en los que se comparte
esas subjetividades y esos saberes. (Hernández: 2.000).
Solo desde ese lugar se podrá trabajar desde una perspectiva comunica-
cional que, a decir de Claudia Villamayor (2006), no significa planificar porque
la comunicación va más allá de ese supuesto; significa crear condiciones
para que las personas se comuniquen y sean ellas sujetos de derecho a la
comunicación.
Para encarar ese diálogo con perspectiva comunicacional, es importante
tener en claro qué saberes se reconocen en la práctica, cuáles son los saberes
que construye la academia, cómo se vinculan ambos y ver qué tipo de
producción conjunta tiene lugar a partir de los contextos sociopolíticos
cambiantes.
Si como dice Freire solo aprende verdaderamente aquel que se apropia
de lo aprendido, transformándolo en aprehendido, con lo que puede, por eso
mismo, reinventarlo; aquel que es capaz de aplicar lo aprendido/aprehendido
a las situaciones existenciales concretas, será cuestión de estar atento a la
relación de los comunicadores-educadores-educandos con esa realidad
aprehendida a través de la práctica social y en la que nos reconocemos como
sujetos políticos capaces de transformarla.
Precisamente a partir de las prácticas sociales y la producción de
conocimientos, surgen nuevos conceptos, nuevos objetos, nuevas técnicas y
lo que es más importante, nuevos sujetos de conocimiento que construyen un
nuevo saber.
Involucrados en la construcción de esos nuevos saberes y en la constitu-
ción de nuevos sujetos de conocimiento, miramos y nos adentramos, cual
INTRODUCCIÓN. LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA COMO DIMENSIÓN POLÍTICA DE... 17

«oficio de cartógrafo»4, a los distintos temas/problemas que atraviesan, tensan


y configuran la Comunicación Alternativa. Desde esas problemáticas la cátedra
propone las siguientes dimensiones de reflexión/acción:
 El carácter latinoamericano de una Comunicación Alternativa que surge
asociada a movimientos político-culturales de transformación que
confrontan el orden social vigente con la historización y principales
desplazamientos de sus teorías, estudios y prácticas. (Capítulo I)
 El carácter relacional de una Comunicación Alternativa que se construye
en las impugnaciones y resistencias contra-hegemónicas, pero también
en las tensiones y conflictos que suponen las propuestas de construcción
de poder desde las prácticas emancipatorias. (Capítulo II)
 El carácter dialéctico de una Comunicación Alternativa que se erige como
tal desde la tensión entre los circuitos productivos de la información y las
experiencias de cambio social a las que no se puede obviar, controlar,
censurar, y/o disciplinar. (Capítulo III)
 El carácter liberador de una Comunicación Alternativa que abreva en lo
educativo como formación del pensamiento crítico y como proyecto político
a través de la problematización de la concepción liberal dicotómica de
educador-educando. (Capítulo IV)
 El carácter interpelador de la Comunicación Alternativa en relación a la
potencia de las radios comunitarias para la democratización de la
comunicación, la construcción de ciudadanía y el desarrollo local y
territorial de su comunidad. (Capítulo V)
 El carácter articulador de la experiencia audiovisual entre los colectivos
político-sociales y la cultura, con un fin político y transformador que le
otorga clara dimensión político-cultural a la producción audiovisual de
la región. (Capítulo VI)
Cada una de estas dimensiones es reflexionada desde su doble condición
de abordaje conceptual y de práctica social problematizada, además, en la
identificación de las tensiones sociales, históricas y políticas que las sustentan
y constituyen.
Por lo mismo, integran esta propuesta la reflexión sobre una serie de

4
Término que acuñó Jesús Martín Barbero (2002) en, Oficio de cartógrafo: travesías
latinoamericanas de la comunicación en la cultura, Santiago de Chile, Fondo de Cultura
Económica.
18 TINA GARDELLA

prácticas y/o articulaciones con diversas organizaciones de la sociedad. Las


formas de articulación son diferentes en tanto dan cuenta de posicionamientos,
experiencias, conocimientos; como todo encuentro, es un encuentro de sujetos
situados. Tanto un Voluntariado, un Blog o un Programa Radiofónico, son
dispositivos para poner en relación a los estudiantes con la Fundación Mate
Cocido, Radio Universidad, la Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán, la revista
Contrapunto o el Colectivo La Palta. Todas desarman pensares, haceres y
sentires. Todas arman y se abren para nuevos pensares, otros haceres, mejores
sentires. Todas dan cuenta de experiencias y prácticas como horizonte de
expectativas de todos los que nos adentramos en sus complejos pero
asombrosos entramados de transformación. Todas las prácticas tienen la
alegría de ese intento de probar y certificar que la realidad sí es transformable
en tanto trabajo colectivo de anhelos y materialidades concretas. Como este
libro. Por ello, el agradecimiento a Claudia Villamayor que con su prólogo hila
el sentir comprometido más profundo de cada texto, a los profesores Eva
Fontdevila, Rodrigo Campos Alvo y especialmente a María Marta Lobo que se
encargó de una cuidadosa edición de los escritos, a los ayudantes estudiantiles
Mikaela Domínguez y Santiago Romero, a los tesistas y egresados de la Lic.
en Ciencias de la Comunicación que aportaron sus trabajos y entusiasmo y a
Liliana Lizondo que trajo otras categorías para pensar un campo siempre en
constante movimiento y permanente discusión.
19

COMUNICACIÓN ALTERNATIVA.
Capítulo MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y
I PRÁCTICAS

Francisco J. Núñez1

En tanto la Comunicación Alternativa representa una serie de prácticas


que se suceden en el campo de la cultura, se torna imposible cualquier
pretensión de establecer para estas prácticas una definición cerrada. Iniciadas
a mediados del siglo XX, en el devenir histórico la noción de Comunicación
Alternativa fue objeto de diferentes interpretaciones, definiciones y
conceptualizaciones. Categorías como Comunicación Alternativa, Comunica-
ción Popular, Comunicación para el Desarrollo, Comunicación Comunitaria,
son algunas de las denominaciones que se inscriben en diferentes tradiciones
políticas-ideológicas y hacen referencia al énfasis puesto en su labor cotidiana
(Pulleiro, 2011). Como lo define Barranquero (2011, p. 90):

Se evidencia que la comunicación alternativa constituye una teoría


localizada y situada en tiempo y espacio, por lo que sus conceptos y
metodologías se encuentran en permanente tensión con los contextos
políticos y sociales de los que estas experiencias derivan. Debido a
esto, resulta problemático delimitar modelos generales y universali-
zables a la extensa multiplicidad de unas prácticas concebidas desde
los más diversos medios y estrategias.

A pesar de estas diferencias geográficas y epistemológicas existen


coincidencias básicas entre todas estas tradiciones, ya que surgen y actúan

1
Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT. Tesis de Grado: Teoría y praxis de la
producción audiovisual alternativa en Tucumán bajo la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual: el caso de Fundación Memorias e Identidades del Tucumán y Biblioteca
Popular Osvaldo Bayer» 2017.
20 FRANCISCO J. NÚÑEZ

vinculadas a las necesidades comunicacionales de los sectores populares y


son medios de comunicación con objetivos que los trascienden, en el sentido
de tener como horizonte el cambio social y la construcción de sociedades más
justas y democráticas (Barranquero, Baeza, Sáez, 2010). En este sentido, las
diferentes tradiciones que reúne la comunicación alternativa comparten un
carácter alterador, en tanto tienen una finalidad política común; la de alterar
un sistema de cosas dadas (Mata, 1998).
Queda en evidencia de qué manera el origen y la finalidad de este campo
de estudio es eminentemente práctico. Las categorías derivan de la experiencia
misma y tienen que procurar adaptarse a un trabajo que se crea y se recrea
cada día y que, con mucha frecuencia, tiende a rebasar con rapidez lo ya
categorizado. Esto ha generado una dispersión conceptual respecto al campo
de la Comunicación Alternativa, así como la ausencia de un modelo preciso y
acabado (Barranquero, 2011).
Por otro lado, cuando nos referimos al campo de la comunicación
alternativa, lo hacemos en los términos de Pulleiro (2011, p.5):

Nos referimos al entramado constituido a partir del trabajo de


investigadores –generalmente vinculados a experiencias concretas–,
más los productos mediáticos en sí mismos; y la labor de
sistematización que desde las propias experiencias se lleva a cabo,
con mayor o menor rigurosidad y capacidad de difusión, que a su
vez se vuelven insumos necesarios para cualquier labor de
investigación o elaboración académica. Es decir, trabajamos con la
noción de praxis, en tanto reflexión sobre la práctica y práctica
reflexionada.

Desde este marco teórico proponemos reconstruir el devenir histórico


donde se dieron y gestaron las prácticas de Comunicación Alternativa, como
así también los principales debates teóricos que suscitaron a lo largo del
tiempo. En segundo lugar, proponemos acercarnos a un abordaje conceptual
de Comunicación Alternativa partiendo de las diferentes tradiciones teóricas,
en busca de un marco teórico integrado.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 21

Comunicación Alternativa
Si tuviéramos que establecer el origen de la Comunicación Alternativa, ¿qué
punto de partida podría servimos de referencia? En términos generales, podemos
considerar que la comunicación alternativa existe desde que la humanidad vive
en forma organizada bajo una sociedad puesto que, al hablar de una sociedad,
hablamos de un sistema de cosas instituidas, un orden establecido, legitimado
discursivamente en un determinado orden social (Mata, 1998).
Al mismo tiempo existen periferias, sectores subalternos que disputan
esa legitimidad y proponen un orden alternativo. Como lo indica Alejandro
Barranquero (2011):

Los orígenes de la comunicación alternativa se pierden en la noche


de los tiempos, por lo que rastrear sus inicios nos lleva a reconocer
una diversidad de formas de expresión, sobre todo a partir del
Renacimiento –con la invención de la imprenta–, que indican que la
lucha de los individuos por hacerse ver y oír no es en absoluto un
aspecto periférico de la Modernidad. (p. 2)

Sin embargo, a partir del siglo XIX con el desarrollo de las sociedades
modernas, la humanidad asiste a revolucionarios inventos tecnológicos que
permitieron nuevas formas de comunicación. Con la aparición del telégrafo,
las agencias de noticias, posteriormente la radio y televisión, se fue gestando
un modelo internacional de comunicación social que proponía ciertos usos
para estos medios técnicos, en consonancia con los modelos políticos,
económicos y sociales de la época.
Con el tiempo comenzaron a producirse ciertas experiencias que proponían
otras maneras de gestionar los medios de comunicación. Experiencias
articuladas por la sociedad civil que no buscaban el lucro comercial privado,
sino más bien, tenían objetivos sociales de justicia, cambio y desarrollo. Los
estudios y categorías sobre los medios alternativos, en este sentido, son algo
relativamente reciente, ya que los primeros modelos y metodologías datan de
década de los sesenta (Barranquero, 2011). De esta manera, proponemos
abordar el devenir de las comunicaciones en el surgimiento de las sociedades
modernas, estableciendo el marco donde se gestaron, posteriormente, las
prácticas e investigaciones sobre comunicación alternativa.
22 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Comunicación y sociedad de masas


A lo largo del siglo XIX se fueron gestando en Europa condiciones
estructurales que permitirían posteriormente la génesis y expansión
internacional del modelo masivo de comunicación social que hoy tenemos a
nuestro alcance. La conformación política del Estado-Nación sumado al
mercado liberal de tipo capitalista en lo económico, son estructuras fundamen-
tales en la base de la época moderna (Rubio, 2004). Asimismo, el universalismo
ilustrado resaltó la comunicación como elemento activo de progreso civilizatorio,
de manera que los nuevos medios de comunicación de la época (por ejemplo
el telégrafo) se convirtieron, en un complemento crucial para los proyectos
históricos de las nuevas sociedades del siglo XIX.
La construcción política de los grandes estados nacionales no podía darse
al margen de la nueva mentalidad de mercado y este factor encontraba un
impulso decisivo en el fomento de las redes de comunicación. En la pugna
por la conquista de nuevos mercados y territorios, se evidencia como las
comunicaciones se convierten en un eje central de las nuevas dinámicas
internacionales, siendo las agencias de noticas el centro de la estructura
internacional de recogida y difusión de datos. En este contexto, Rubio (2004,
p. 18) afirma: «La función de estas redes era de tipo integrador, y se apoyaba
en un modelo estructural, masivo, de influencia difusionista, que trabajaba
con una transferencia de decisiones y mensaje desde el centro a la periferia,
en sentido único».
Al mismo tiempo, el industrialismo y colonialismo junto con la expansión
militar, se articulaban con la definición de las nuevas redes tecnológicas,
dotadas de finalidades económicas, políticas e ideológicas. El desarrollo de
las comunicaciones, además de ser un eje fundamental en la actividad
comercial y bélica, también jugó un importante papel como aparto propagan-
dístico al servicio de los Estados Nacionales modernos dentro de sus fronteras,
al ser usado como una herramienta para la homogeneización de la identidad
nacional y la cohesión social.
El comercio y la sociedad de consumo ven el nacimiento de las instituciones
publicitarias que empiezan a desempeñar una función central más allá de los
intercambios mercantiles. A partir de la Primera Guerra Mundial (1914-1918),
quedó en evidencia el peso de la propaganda masiva, la cual llegó a adquirir
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 23

la reputación de todopoderosa2, y al convertirse prácticamente en un método


de gobierno. De esta manera, asistimos al advenimiento de un nuevo modelo
social que se ha descrito como sociedad de masas. Siguiendo con la descripción
que realiza Rubio (2004), podemos decir que este tipo de organización social,
exigiría un modelo comunicativo que supliera los vacíos interpersonales que
imponía el trabajo alienante del obrero en la sociedad industrializada.
La cultura de masas permite poner mercancías culturales (noticias,
películas, programas de entrenamiento, entre otros), al alcance de una gran
cantidad de gente, distanciada geográficamente, con diferencias de clase,
género, etnia o nación3. Se despliega una red de mensajes de largo alcance,
fuertemente controlado a nivel institucional y de propiedad, tendiente a la
homogeneización de la sociedad y a la jerarquización de los roles de emisor y
receptor.
Constituye así, ya con claridad a lo largo del siglo XX, un proyecto de
socialización, que fomenta la homogeneización de los individuos para el
funcionamiento sistemático del estado, como así también, la estandarización
de la producción de consumo dentro del mercado internacional.
La centralización de la emisión, la asimetría de roles entre las capacidades
operativas del emisor y el receptor, y la conexión unidireccional de dicha
relación, son elementos claves que se desarrollaron dentro de este modelo
comunicacional. En este contexto, intereses sociales e institucionales se
articularon entre el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX para
dar lugar a las primeras investigaciones modernas sobre comunicación, siendo
la sociología funcionalista, gestada en Estados Unidos en 1920, una de las
primeras corrientes explicativas que se ocupó de analizar las relaciones entre
comunicación y sociedad.
Resulta representativo pensar hasta qué punto el funcionalismo sintonizó
con la ideología y estructura institucional dominantes en el contexto norteame-
ricano de mediados del siglo XX, un periodo histórico que marcaría las políticas

2
Dentro de las Teorías de la Comunicación, la teoría conocida como «La bala mágica» o
la «Aguja Hipodérmica» realizados por Lasswell y Lazarsfeld representan estas ideas.
3
Por ejemplo, ya en 1919 el 90% de las películas proyectadas en Europa provenían de
Estados Unidos. Este proceso se intensificaría con el resultado de la Segunda Guerra
Mundial, donde Estados Unidos ocuparía todos los mercados que quedaron vacíos o
en situación precaria a causa del conflicto bélico.
24 FRANCISCO J. NÚÑEZ

económicas y comunicativas de la mayor parte del mundo en las décadas


siguientes, hasta llegar a la actualidad. Como lo expresa Rubio (2004):

La visión funcionalista de los medios de comunicación y sus


audiencias propone un conjunto integrado de instituciones emisoras
e individuos receptores, cuyos intereses se armonizan y auto-regulan
de acuerdo con los principios ideales del mercado libre y la democracia
liberal de carácter representativo. Salta a la vista que dicha visión
es, pues, funcional al avance hegemónico del proyecto social y cultural
norteamericano, tal y como se difundió en el mundo decididamente
a partir de la Segunda Guerra Mundial. (p.18)

Las sociedades Latinoamericanas se moldearon bajo el modelo norteame-


ricano de comunicación, tanto en la emisión de mensaje mediáticos como en
la investigación académica sobre comunicación. Sin embargo, a partir de la
década del 1950 comienzan a proponerse nuevos usos para los medios masivos,
como así también, comienzan a alzarse voces críticas dentro de las ciencias al
rechazar los puntos de vistas impuestos por el funcionalismo y el empirismo
de la sociología norteamericana de la comunicación (Moragas Spa, 1981).
Como veremos a continuación, estas nuevas experiencias e investiga-
ciones, marcarían la aparición y desarrollo del campo de la comunicación
alternativa.

1.1. Década de 1950

El primer mundo se mantuvo estable política y socialmente cuando


comenzó la guerra fría. Todo lo que pudiese bullir bajo la superficie
del segundo mundo pudo ser contenido por la tapadera del poder de
los partidos y por la posibilidad de una intervención militar soviética.
Por el contrario, pocos estados del tercer mundo, cualquiera que
fuese su tamaño, pasaron los años cincuenta (o la fecha de su
independencia) sin revolución, sin golpes militares para reprimir,
prevenir o realizar la revolución, o cualquier otro tipo de conflicto
armado interno. (Hobsbawm, 1994, p. 433)
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 25

Marco Histórico
La década de 1950 estuvo marcada por el inicio de lo que se conoció
como «Guerra Fría», donde Estados Unidos y la URSS tensaron sus relaciones
tras ser aliadas en la segunda guerra mundial. La disputa entre los dos nuevos
ejes mundiales se intensificó notablemente con la guerra de Corea (1951-
1953) y dio lugar a una carrera armamentista capaz de destruir todo el planeta.
La «Guerra Fría» fue el escenario donde ambas potencias desplegaron un
gran mecanismo propagandístico, trasladando la batalla a ámbitos de la
cultura, como la «carrera la espacial», los juegos olímpicos o el ajedrez. Al
mismo tiempo, la recuperación económica y social que vino tras la paz del
conflicto mundial bajo el estado de bienestar comienza mostrar sus grietas a
desacelerarse la economía.
Como lo señala Hobsbawm (1973):

Los Estados Unidos han apostado enteramente desde 1945 por la


superioridad de su poderío industrial y por su capacidad de dedicar
a la guerra más maquinaria y explosivos que cualquier otro país. Por
consiguiente, han sufrido una pésima conmoción al descubrir que
en nuestra época se ha desarrollado un nuevo método para ganar
guerras, y que este método supera con creces la organización y la
potencia industrial de las operaciones convencionales. Se trata de la
guerra de guerrillas, y la cantidad de Goliats que han sido derribados
por Davis con honda ya es impresionante. (pp. 231-232)

La Revolución china de 1949, la Revolución Cubana en 1959, o los


procesos políticos de descolonización en Oriente Medio, Asia y África, como el
caso de Argelia, se dan en este contexto. Estas experiencias revolucionarias
estuvieron acompañadas por líderes políticos que representaron una gran
influencia en la juventud de las décadas siguientes, tanto para América Latina,
como Europa y el mundo. Personajes como Mahatma Gandhi, Fidel Castro y
Ernesto el «Che» Guevara, líderes de la Revolución Cubana o Mao Tse Tung,
al frente de la Revolución Comunista China, forman parte las ideas políticas
de la cultura contemporánea.
26 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Estudios
En cuanto la comunicación, en la segunda mitad del siglo XX existían en
el mundo tres modelos diferenciados sobre cómo gestionar los medios masivos
de comunicación en una sociedad moderna. De una parte, reconocemos el
sistema comercial de Estados Unidos, que plantea el libre flujo comunicacional
en términos del liberalismo económico. Por otra parte, se encuentran los medios
estatales en régimen de monopolio de los países socialistas de Europa Oriental
y la URRS, que defienden la soberanía nacional frente a la invasión informativa
del mundo capitalista occidental. Una tercera posición es la tradición del
servicio público audiovisual en Europa Occidental, como fue el caso de la
BBS en Inglaterra (Moragas Spa, 1981).
Estos «tipos ideales» están presentes en mayor o menor medida en las
políticas públicas sobre comunicación de cualquier país. En América Latina,
como lo define Becerra (2010):

Predomina un híbrido que asume la tutela del modelo estadounidense


pero que sin embargo no es su mera copia: un arquetipo hiper-
comercial, con escasa regulación estatal y casi sin presencia de medios
auténticamente públicos, pero con caciquismo político tanto dentro
como fuera del sistema de medios. (p. 02)

Más allá de las diferencias intrínsecas de cada modelo, la producción


mediática de contenidos, en todos los casos, era fuertemente centralizada.
Pocas personas generaban un mensaje que luego se difundía masivamente,
sin participación social del público al cual los mensajes estaban orientados.
Es decir, una escasa participación ciudadana y un desconocimiento sobre los
públicos en tanto sujetos sociales, culturales y políticos (Gardella, 2008).
Respecto a la consolidación de las ciencias sociales, existe un consenso
entre la mayor parte de los investigadores latinoamericanos al establecer que,
después de la Segunda Guerra Mundial, los estudios adquieren un carácter
más institucional, con un método más riguroso en términos cuantitativos
(Valencia, 2005).
En este contexto, surgen las teorías del desarrollo, con un marco teórico
basado en el funcionalismo positivista estadounidense. A través de métodos
de medición cuantitativos se establecieron parámetros formales para medir el
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 27

«desarrollo» de una nación en comparación con los países industrializados.


Índices tales como por ejemplo, la alfabetización, la nutrición, la natalidad
y la mortalidad, el ingreso per cápita o los niveles de la pobreza.
La sociología funcionalista concibe el desarrollo en términos a-históricos
como el tránsito de la sociedad tradicional sub-desarrollada a la sociedad
industrial, desarrollada y moderna. La brecha existente entre ambos países
en proyectado como un camino lineal plausible a seguir bajo las políticas y
consejos de organizamos internacionales como la ONU y la UNESCO.
En este sentido, vienen al caso los consejos emanados desde la UNESCO
en los años 50 marcando la importancia de contar con centros de estudios
especializados en comunicación para la formación de comunicadores y en el
quehacer investigativo sobre comunicación en Latinoamérica (Moragas Spa,
Miguel, 1981).
Tales consejos tuvieron rápida acogida, abriéndose diferentes escuelas y
centros de estudios en diferentes países del continente4, muchos de ellos con
el fomento de diferentes organismos y empresas internacionales5. De esta
manera, el paradigma funcionalista de la tradición científica norteamericana
se convirtió en el estilo de comunicación de las agencias estatales, desde
donde se gestaron intentos de acción transformadora a través de la comunica-
ción, especialmente en el uso de la radio para proyectos de desarrollo.
Sin embargo, como fue puesto en evidencia años más tarde, estos
proyectos implicaban por su trasfondo teórico una visión etnocéntrica de los
centros transnacionales entendiendo el desarrollo como simple trasferencia
de innovaciones tecnológicas desde el centro a la periferia (Bello, Buenaventura,
Pérez, 1996). Al mismo tiempo, la vinculación de estos proyectos con intereses
foráneos, acentuaron los vínculos de dependencia y el freno al desarrollo
autóctono de las sociedades donde se inscribían. Como lo describe Moragas
Spa (1981): «La experiencia histórica latinoamericana ha sido lo suficientemente

4
El mayor referente es el CIESPAL (Centro Internacional de Educación Superior en
Periodismo para América Latina) fundado en 1959, en Ecuador, por iniciativa de la
UNESCO.
5
Fundaciones norteamericanas como Rockefeller y la Ford ofrecían recursos y becas al
exterior para que los futuros profesionales latinoamericanos puedan hacer su entrena-
miento en Estados Unidos.
28 FRANCISCO J. NÚÑEZ

contundente como para demostrar que estos conceptos no son otra cosa que
una cortina ideológica para justificar los intereses extranjeros en el área» (p.
201).
De esta manera, la investigación foránea de la comunicación se descubre
puesta al servicio de la racionalización de las inversiones económicas. Esta
dependencia política y económica en la producción científica latinoamericana,
empezó a ser cuestionada en la década de 1960, dando paso a una actitud
crítica entre los investigadores. Así, se propusieron nuevas definiciones, más
cercanas a las teorías de tradición europea como el existencialismo, la sociología
critica de la Escuela de Frankfurt, el Marxismo, la semiótica y el estructuralismo
(Moragas Spa, 1981).
Si bien los proyectos encarados desde el desarrollismo fracasaron en la
formación de políticas y realidades más justas en los países «subdesarrollados»,
cabe resaltar el esfuerzo institucional por formalizar las ciencias sociales, lo
que generó un importante quehacer investigativo que sentaría las bases del
pensamiento crítico desde las ciencias sociales latinoamericanas.

Prácticas
Las primeras experiencias de Comunicación Alternativa se dan en un
contexto donde se comienzan a confrontar los modelos tradicionales de
comunicación. Comienza a producirse un nuevo discurso desde los grupos
históricamente excluidos del espacio público.
Van apareciendo diversas formas de comunicarse desde un «nosotros»
que permite reconocerse y mostrarse a los demás. La especificidad de estas
prácticas consiste en que intentan revertir un discurso social hegemónico,
revertir legitimidades discursivas que venían determinando quienes podían
hablar en público, de qué manera y sobre qué temas. Lo alternativo adquiere
un carácter «alterador» ya que propone alternativas para la construcción de
otras relaciones sociales, de otra situación social, política y económica para
los sectores populares.
Se trata de experiencias que se desarrollaron fuera del ámbito privado o
gubernamental, vinculadas a prácticas sociales organizativas y reivindicativas,
destinadas a revertir procesos de exclusión a través de prácticas que intentan
revertir los modos de distribución de poder en nuestra sociedad a nivel del
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 29

discurso social (Mata, 1998).


El fenómeno de las radios sindicales mineras de Bolivia en la década del
50, representan una de las primeras experiencias que se enmarca en este
sentido, siendo el primer ejemplo a nivel mundial de autogestión integral de
un medio de comunicación por parte de una organización civil. Estas emisoras
fueron concebidas y planificadas por las comunidades mineras, donde se
utilizó la radio como un instrumento para bregar por la reivindicación histórica
del colectivo. Se habilitaron estructuras de «micrófono abierto», con la
generación de contenidos críticos y autónomos, en lenguas quechua y aymará,
que hasta entonces habían sido silenciadas en los medios generalistas del
país (Barranquero, 2011).
En la misma línea, otra experiencia pionera de gran valor fue la de «Radio
Sutatenza» gestada en 1947 por el sacerdote José Joaquín Salcedo, desde
una pequeña parroquia de Sutatenza (Departamento de Boyacá, Colombia).
Se trató de un proyecto de escuelas radiofónicas, bajo una organización social
denominada Acción Cultural Popular (ACPO) que mantuvo una importante
presencia entre 1954 y 1978 (Alarcón, 2012). Durante los años de actividad
se utilizó la radiodifusión, el periodismo y diferentes metodologías de comuni-
cación interpersonal y grupal para favorecer el conocimiento del alfabeto,
como así también diferentes saberes6 y la doctrina cristiana.
El material de archivo que dejaron los años de producción ofrece un
registro extraordinario de múltiples voces, música, usos, costumbres, creencias,
actividades económicas, religiosas y de entretenimiento de numerosas
comunidades, lo que le da un valor incalculable como acervo del patrimonio
intangible latinoamericano (Alarcón, 2012).
A partir de esta experiencia iniciada en 1947, se inspiraron decenas de
proyectos similares, siendo la Iglesia Católica uno de los principales actores
que impulsaron en América Latina el uso de la radio con fines educativos.
Ambos casos, el de las radios mineras de Bolivia y el de Radio Sutatenza,
propusieron una nueva manera de gestionar la comunicación. La comunicación

6
Saberes como: Cálculo matemático básico, salud individual y familiar, prevención de
enfermedades, aprendizaje de diferentes técnicas de producción agropecuaria, economía
campesina, desarrollo de valores, prácticas y comportamientos cívicos y religiosos
aplicables en la organización familiar y comunitaria.
30 FRANCISCO J. NÚÑEZ

evidencia su carácter instrumental en dichas prácticas, como un medio que


busca satisfacer necesidades específicas de un sector que hasta ese entonces
había sido excluido del espacio público.
Cabe destacar otra experiencia realizada en Argentina, tras el Golpe de
Estado del 16 de septiembre de 1955 que derrocó al presidente elegido democrá-
ticamente J. D. Perón. El golpe militar tenía como proyecto primordial la
restauración de un país «pre-peronista». En el ámbito de las comunicaciones,
se desactivó los efectos de la Ley 14.241 y las adjudicaciones realizadas por el
gobierno constitucional derrocado. Como lo señala Becerra (2010):

La dictadura militar bajo la denominación de «Revolución Libertadora»


revocó expropiaciones hechas por el peronismo, expropió a su vez
los bienes de Perón y de sus allegados, y decretó una nueva ley de
radiodifusión, la 15.460 en 1957, que prohibía el funcionamiento en
red para evitar la concentración de grandes actores y controlar de
esta manera el sistema de medios (que por la escasa presencia de la
televisión se trataba fundamentalmente el masivo sistema de radios).
(p.14)

Bajo este escenario, las organizaciones de base peronistas de todo el país


crearon la «Resistencia Peronista», que tenían como fin acciones de sabotaje
para debilitar a la Dictadura y contagiar al resto de las masas populares en
una insurrección que permitiera el regreso de presidente destituido.
Entre ellas podemos encontrar a la organización peronista «Uturuncos»,
oriunda de Tucumán. Esta organización construyó un aparato transmisor,
que funcionaría como la primera radio alternativa de argentina en medio del
cerco oficial impuesto por el gobierno militar. El alcance de la emisora era de
aproximadamente diez cuadras a la redonda, se sintonizaba en un lugar en el
dial cercano al de LV7 y las transmisiones no duraban más de quince minutos.
El aparato transmisor era relativamente pequeño por lo que podía ser
transportado en el portaequipaje de una bicicleta. Funcionaba alimentado
por la corriente común o por una batería de auto.
«Radio Patria Libre», como fue denominada, trasmitió desde fines de 1958
y durante 1959, dos o tres días a la semana. Conjuntamente, es el mismo año
en que «Radio Rebelde» comenzaba sus transmisiones en Cuba. El objetivo de
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 31

la radio era difundir proclamas, leer instrucciones para la resistencia y


mantener alto el espíritu combativo de los activistas y del pueblo en general,
evidenciando desde el primer momento el carácter político de transformación
social que desplegaba su discurso.
La aventura radiofónica llego a su fin en un intento de trasladar la radio
al cerro «San Javier» de Tucumán, desde donde se pensaba que se podría
transmitir. El transmisor sufrió desperfectos en una caída y luego, al perderse
un transformador, se la dio por inutilizable. Sin embargo, el fervor revolucio-
nario de los «Uturuncos» no terminó con la desaparición de la radio. A mediados
de 1959 una veintena de militantes subió a la zona boscosa del sur de la
provincia, en el departamento de Chicligasta, dando inicio a lo que fue una de
las primeras experiencias guerrilleras de Argentina con la toma de una
comisaría en la localidad de Frías.
Estas nuevas experiencias, sumadas a los cambios epistemológicos desde
los estudios de comunicación, tuvieron un amplio desarrollo en la década de
1960 y primeros años de 1970, en un contexto mundial de proyectos reformis-
tas y revolucionarios. La comunicación pasa a ocupar entonces, un lugar
central para el empoderamiento, la organización de las bases y la construcción
de iniciativas políticas contrarias al orden establecido.

1.2. Década de 1960

Casi desde el principio de la guerra fría, los Estados Unidos intentaron


combatir este peligro [comunismo] por todos los medios, desde la
ayuda económica y la propaganda ideológica, pasando por la subver-
sión militar oficial o extraoficial, hasta la guerra abierta, preferible-
mente en alianza con un régimen local amigo o comprado, pero, si
era preciso, sin apoyo local. Esto es lo que mantuvo al tercer mundo
como una zona de guerra, mientras el primero y el segundo iniciaban
la más larga etapa de paz desde el siglo XIX. (Hobsbawm, 1994, p.
433)

Marco Histórico
La década de los años 60 fue un período convulsionado donde aparecen
en la escena política nuevos actores que transformarán profundamente a las
32 FRANCISCO J. NÚÑEZ

sociedades occidentales, como así también al resto del mundo. Destacan en


un primer momento los movimientos sociales a cuya vanguardia está la
población estudiantil. Estos nuevos movimientos sociales pusieron en el centro
del debate a los sectores excluidos, y a los mecanismos de dominación
desplegados por los gobiernos, dentro y fuera de sus fronteras (Ríos, 1998).
Al mismo tiempo, se acentúa la migración masiva de los sectores campe-
sinos hacia los centros urbanos, en parte, gracias a la mecanización de la
agricultura. Los campesinos constituían la mayoría de la población Latinoame-
ricana al término de la segunda guerra mundial. Sin embargo, en los años
60, el campesinado se transformó rápidamente en una minoría. En veinte
años el porcentaje de campesinos se redujo a la mitad en Colombia, en México
y casi en Brasil (Hobsbawm, 1994).
El declive de la población rural en los países de Latinoamérica se dio en
un contexto donde el desarrollo industrial estaba, en el mejor de los casos, en
vías de desarrollo. Esto trajo aparejado una urbanización sin planificación
sumado a una sobreoferta de la mano de obra que favoreció el desempleo y la
creación de viviendas de emergencias en espacios abiertos alrededor de los
centros urbanos.
En la segunda mitad del siglo XX se asiste al auge de las profesiones de
formación secundaria y universitaria, fenómeno estrechamente vinculado con
el incremento demográfico de postguerra, la democratización de los estudios
superiores y la migración masiva del campo a las ciudades. La economía
moderna exigía muchos más administradores, maestros y peritos técnicos
que antes, lo cual trajo aparejado una expansión sustancial de la enseñanza
superior. La aspiración a un título universitario se vinculó directamente con
una mejor calidad de vida. Este estudiantado representó un nuevo factor en
la cultura moderna y en la política. Como lo describe Hobsbawn (1994):

«A diferencia de otras clases o colectivos sociales más antiguos, no


tenían un lugar concreto en el interior de la sociedad, ni unas
estructuras de relación definidas con la misma; y es que ¿cómo podían
compararse las nuevas legiones de estudiantes con los colectivos,
minúsculos a su lado (cuarenta mil en la culta Alemania de 1939),
de antes de la guerra, que no eran más que una etapa juvenil de la
vida de la clase media? En muchos sentidos la existencia misma de
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 33

estas nuevas masas planteaba interrogantes acerca de la sociedad


que las había engendrado, y de la interrogación a la crítica sólo hay
un paso. ¿Cómo encajaban en ella? ¿De qué clase de sociedad se
trataba? La misma juventud del colectivo estudiantil, la misma
amplitud del abismo generacional existente entre estos hijos del
mundo de la posguerra y unos padres que recordaban y comparaban
dio mayor urgencia a sus preguntas y un tono más crítico a su actitud.
Y es que el descontento de los jóvenes no era menguado por la
conciencia de estar viviendo unos tiempos que habían mejorado
asombrosamente». (p. 303)

Esta multitud de jóvenes tenían un carácter transnacional, al desplazar


y comunicar ideas y experiencias más allá de las fronteras nacionales. Resultó
innegable que los estudiantes se habían convertido, tanto a nivel político
como social, en una fuerza mucho más importante que nunca, no sólo como
políticamente radicales y explosivos, sino también, como portavoces de una
expresión nacional e incluso internacional de descontento político y social.
En este contexto, las voces críticas de la década de 1950 que cuestionaban
el materialismo y superficialidad del «Sueño Americano»7, cobran vigor con
los nuevos movimientos estudiantiles, actualizando muchas de las premisas
ideológicas de las ciencias sociales. Lo que trajo aparejado nuevas corrientes
de pensamientos y estudios académicos enfocados en los derechos civiles
como ser: los centros de estudios afroamericanos, los estudios feministas, los
movimientos pacifistas, ecologistas, libertad de género, nuevas espiritualidades,
entre otros.
Se caracterizó a estas nuevas prácticas sociales y corrientes de pensamien-
to como un movimiento «Contracultural»8 gestado entre las nuevas generaciones.
El movimiento se define como opuesto a la política tradicional y a los valores
conservadores de las épocas pasadas. Se comienza a revalorizar la solidaridad,
la libertad sexual, el amor y la naturaleza. Se reivindica el hedonismo, las
experiencias extrasensoriales como la búsqueda de alternativas de vida en

7
Desde la literatura norteamericana, la llamada «generación Beat» representó un «aullido»
crítico de los suburbios, con poetas como Allen Gingsberg, novelistas como Jack Kerouac
o dramaturgos como Arthur Miller, proponiendo nuevos modos de vidas y pensamientos.
8
Theodore Roszak en su libro de 1968 »El nacimiento de una contracultura», utiliza el
término por primera vez.
34 FRANCISCO J. NÚÑEZ

las filosofías orientales (Ríos, 1998). La contracultura encuentra en la música


uno de los elementos artísticos por excelencia para expresarse, siendo el festival
de Woodstock celebrado en 1969, uno de los eventos musicales más importan-
tes del siglo XX.
En Europa, los movimientos contraculturales comienzan en el occidente,
en ciudades como Londres, Ámsterdam, París y Roma. Siendo la movilización
estudiantil, sindical y política de 1968 en Francia, una de las protestas más
importantes de la década. El «Mayo Francés», como lo expresa E. Hobsbawm
(1973):

Pareció demostrar algo en que prácticamente ningún revolucionario


de más de veinticinco años creía, incluyendo a Mao Tse Tung y Fidel
Castro: que era posible llevar a cabo una revolución en un país indus-
trial avanzado en condiciones de paz, prosperidad y aparente estabili-
dad política. La revolución no triunfo y, como veremos, se discute
mucho si existía alguna posibilidad de que triunfara. Sin embargo,
el régimen político más orgulloso y satisfecho de sí mismo de Europa
fue llevado al borde del colapso.… Lo había logrado un movimiento
popular de base, sin la ayuda de nadie dentro de la estructura de
poder. Y fueron los estudiantes los que iniciaron e inspiraron ese
movimiento, haciéndose portavoces de él en momento cruciales de
su desarrollo. (p. 331)

El levantamiento francés de 1968 tuvo sus repercusiones en todo el


mundo, siendo replicado en mayor o menor medida por movimientos de
protesta en países de occidente como en México (representada en la matanza
estudiantil de Tlatelolco del mismo año), o Argentina (como el «Cordobazo» de
1969), y en países del bloque socialista, como Polonia, Checoslovaquia y
Yugoslavia.
Al mismo tiempo, cabe destacar la importancia de las nuevas tendencias
investigativas sobre comunicación iniciadas desde Europa, como la Escuela
crítica de Frankfurt (Adorno, Horkheimer, Walter Benjamín, Marcuse, Habermas,
entre otros), como así también, posteriormente, por los Estudios Culturales
Ingleses (Richard Hoggart, Raymond Williams, Edward P. Thompson, Stuart
Hall, entre otros). Como veremos a continuación, ambas corrientes de
investigación tendrán gran influencia en los estudios críticos latinoamericanos,
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 35

cuestionando el papel de los medios de comunicación masivos en las sociedades


modernas, y también, ampliando sus objetos de estudios a diversos temas
«culturales» que hasta ahora estaban excluidos de las ciencias.

Estudios
Los movimientos contraculturales de Estados Unidos tuvieron una rápida
acogida en América Latina, incorporándose de distintas maneras en los
pensamientos críticos y movimientos revolucionarios de la época. Siguiendo el
análisis que propone Mata (1998), podemos caracterizar a las experiencias de
comunicación alternativa de la década de 1960 y comienzos de 1970, desde
tres corrientes generales de pensamiento crítico; la «Teología de la Liberación»
dentro de la teología tradicional cristiana, la «Educación Liberadora» dentro de
la pedagogía, y distintas variantes del marxismo expresadas en organizaciones
políticas en relación a la «Teoría de la Dependencia». Estas corrientes de
pensamiento contaron, en mayor o menos medida, con un marco teórico
integrado que será la base de los estudios críticos latinoamericanos posteriores.
En primer lugar, la «Teología de la Liberación» fue un pensamiento
innovador dentro de la iglesia católica protagonizado por sacerdotes y obispos
de América Latina. Desde la reflexión filosófica, marcó una ruptura con la
teología oficial, al proponer un instrumental teórico sacado de las ciencias
sociales, en particular, del marxismo. Al mismo tiempo, basan su accionar en
un fragmento particular de la biblia. «El Espíritu del Señor es sobre mí, por
cuanto me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres; me ha enviado
para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a los cautivos
libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados» (Lucas
14:18, Versión Sagradas Escrituras 1569).
Inspirados en este versículo, la «Teología de la Liberación» sostiene una
exigencia de evangelizar entre los pobres. El sujeto excluido, el pobre, pasa
ser el centro de la reflexión para pensar la fe desde ahí. La iglesia no puede
ser indiferente a las condiciones que sumen en la miseria a hombres, por lo
cual, no pude ser políticamente neutral. Como lo describe Dussel (1969):

¿Por qué comprometerse políticamente? Para efectuar un cambio


social, económico y político que permitiera a las clases explotadas
36 FRANCISCO J. NÚÑEZ

(primero), a los pobres (más teológicamente) y al pueblo latinoame-


ricano (por último) alcanzar una vida justa, humana, realizada. Es
la doble exigencia de pensar teológicamente el «compromiso político»
para servir a los oprimidos, a los «pobres», al pueblo, lo que exigía a
la teología naciente usar otros elementos analíticos, interpretativos
que los conocidos por la tradición teológica anterior. Ante la ausencia
de una filosofía adecuada constituida, era necesario echar mano de
las ciencias sociales críticas latinoamericanas. No solo ciencias
sociales (como la sociología, economía, etcétera), sino ciencias sociales
criticas (porque se trataba de descubrir y situar la realidad de la
injusticia) y latinoamericanas porque nuestro continente tenía
cuestiones propias que resolver». La Teología de la Liberación produjo
una crisis al subsumir las ciencias sociales, y, entre ellas, como su
núcleo crítico, al marxismo. (p.140)

Este giro epistemológico dentro de la teología estuvo acompañado en la


práctica con diversas experiencias de proyectos sociales gestados en los barrios
humildes, poniendo especial énfasis en proyectos pedagógicos y alfabetizadores.
La comunicación, en especial la radio, representó una valiosa herramienta
desde donde se favoreció el empoderamiento de las clases menos favorecidas.
Las experiencias de radio alternativa (como la de Radio Sutatenza) gestionadas
por organizaciones católicas con propósitos educativos se fueron
transformando, junto a las ideas de la época, en experiencias que fomentaban
la organización y la movilización popular (Pulleiro: 2011).
En segundo lugar, la «Pedagogía Liberadora» es una corriente de pensa-
miento crítico dentro de la pedagogía que se desarrolló a partir de los aportes
realizados por Paulo Freire, a comienzos de la década de 1960 en América
Latina. Freire fue uno de los fundadores del movimiento de educación popular
en Brasil, donde pudo concentrar sus esfuerzos en la alfabetización de sectores
campesinos y suburbanos durante la década de 1950. Sus métodos fueron
ganando popularidad y se convirtieron en políticas públicas, hasta el golpe
militar de 1964, donde Freire es detenido y posteriormente, consigue el exilio,
comenzando su peregrinaje por diferentes países del continente y el mundo9.
La «Pedagogía Liberadora» es una reformulación teórica y metodológica

9
Paulo trabajo con ahincó en Chile, en toda América Latina, en Estados Unidos, en
Guinea-Bissau, en Cabo Verde, en Sáo Tomé, en Príncipe y, en Angola.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 37

de la pedagogía, que utiliza los aportes de la «Teología de la Liberación» y el


pensamiento marxista sobre la hegemonía10 y la cultura, con la finalidad de
modificar las condiciones de vida de los sectores oprimidos. En un primer
momento, el pensamiento de Freire sitúa al proceso educativo como centro de
la transformación política. Años más tarde amplía su punto de vista, resaltando
la necesidad de re-crear el poder, la disputa por la hegemonía, por un nuevo
orden social junto a la gente, creando las condiciones para que el pueblo, la
sociedad civil, los movimientos populares, lo conquisten y ejerzan
efectivamente. El poder entendido como participación en la articulación de
poderes populares. Como lo expresa Freire (Rebellato, 1989):

Sería totalmente ingenuo si dijera que la educación es el instrumento,


si te dijera que es la palanca de la transformación social… No es…
Pero si es algo dialectico, contradictorio. La educación no es palanca
de la transformación, pero la transformación social necesita de la
educación. (p. 51)

Freire evidencia que el acto educativo, en cuanto acto de conocimiento,


es un acto político que no puede ser neutral, ya que conocer significa pregun-
tarnos: para qué conocemos, con quien o a favor de qué conocemos.

Un pedagogo es un hombre o mujer que piensa que la política


educativa desde el punto de vista teórico, filosófico, critico. El
pedagogo es, entonces, un técnico-práctico de lo que significa la
educación, pero toda práctica educativa es –por naturaleza– un acto
político. (Rebellato, 1989, p. 51)

En una sociedad donde hay dominadores y dominados, los dominadores


utilizan ciertas estrategias donde se invalida la cultura del dominado,

10
Por lo pronto podemos entenderla como: una serie de actitudes, de comportamientos,
de valores y de pensamientos que permiten a una clase ejercer su supremacía y
articular, para los fines de su dominio, los intereses y las culturas de otros grupos
sociales. En definitiva, este proceso (fundamentalmente cultural) le permite a los grupos
dominantes hacerse dirigentes de la sociedad. Para esta finalidad, los grupos dominan-
tes trabajan el inter-juego entre hegemonía y consenso a través de la educación, el
derecho, los partidos políticos, la opinión pública, los medios de comunicación, etc.
38 FRANCISCO J. NÚÑEZ

resaltando la del dominador. El oprimido reproduce dentro de sí la imagen y


los valores del opresor.

El dominante necesita inculcar al dominado una actitud negativa


hacia su propia cultura. Los primeros favorecen en los últimos el
rechazo de la propia cultura, generándoles la falsa comprensión de
la misma como algo desagradable e inferior. Han sido explotados,
violados y se les ha negado violentamente el derecho a existir y a
expresarse (Rebellato, 1989, p. 50)

A partir de esta idea, Freire elabora su concepción dialógica de la


educación, donde el diálogo representa la posibilidad de construir políticamente
el saber, la cultura, a partir del contacto con el otro. Es en este intercambio
donde las relaciones se enriquecen y trascienden. La relación dialéctica entre
el lenguaje y la comunicación requiere procesos colectivos en su construcción.
De esta manera, la emancipación y la comunicación se necesitan y enriquecen
mutuamente. Esta concepción fue la base donde construyó su metodología
de acción, resumida en una famosa frase: «Nadie se libera solo; nadie libera a
otros, nos liberamos juntos».
Sin lenguaje, sin comunicación y sin deseo (sin pasión, en términos de
Gramsci) no habría transformación que involucre las estructuras y
subjetividades (Rebellato, 1989, p. 51). El pensamiento crítico de la «Pedagogía
Liberadora» hace referencia a la articulación de los poderes populares hacia
la construcción de un orden más equitativo. Al mismo tiempo, puso en evidencia
la importancia del lenguaje y la comunicación en la disputa discursiva por la
hegemonía, en donde la palabra pública es fundamental en la construcción
de otras sociedades más justas.
En tercer lugar, podemos nombrar a los pensamientos críticos esbozados
desde diferentes corrientes políticas y sindicales, entre las que cabe distinguir,
la «Teoría de la Dependencia». Se trata de una teoría desarrollada por un
grupo de científicos sociales latinoamericanos que centraron su crítica en el
injusto y marcado desequilibrio existente en las relaciones económicas entre
los países latinoamericanos y Estados Unidos de América, lo cual afectaba
directamente el desarrollo nacional de los primeros (Beltrán, 2004).
Desde el siglo XIX, con los Estados Nacionales organizados y con Inglaterra
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 39

como centro industrial de la economía mundial, América Latina ocupa un


lugar en la división internacional del trabajo como proveedor de materias
primas. Este sistema de organización económica funcionó sin grandes
sobresaltos hasta la primera guerra mundial. Las guerras mundiales, sumadas
a la crisis de los años treinta generaron un relativo aislamiento de la región
producto de la retracción de los flujos comerciales. Al mismo tiempo las medidas
proteccionistas desde el Estado y la canalización del aparato productivo hacia
la guerra, dio paso a un espontáneo proceso de industrialización por sustitución
de importaciones en la mayoría de los países de América Latina (Telechea,
Zeolla, 2014).
La Segunda Guerra Mundial había fortalecido las economías latino-
americanas en varios sentidos. Por un lado, la sustitución de importaciones
se vio estimulada porque la guerra había parado en gran medida el comercio
exterior, generando la falta de muchos productos que antes se importaban.
Por otro lado, las economías devastadas de Europa estimularon la exportación
en los países de Latinoamérica generando un superávit en las cajas adminis-
trativas. En Argentina, el primer gobierno de Perón coincide con el fin de la
guerra mundial, su economía es claramente un ejemplo concreto.

En el caso de la Argentina en particular, para el año 1900 el sector


agropecuario representaba el 23% del total del valor agregado, en
tanto que el sector industrial manufacturero era del 16%. Para el
año 1929, se mantenía esta relación ya que el sector agropecuario
representaba el 23% del valor agregado y el sector industrial el 29%,
sin embargo para el año 1943 la relación se invierte y en el año 1950
la participación del sector industrial representaba el 24% del valor
agregado total en tanto que el aporte del sector agropecuario era del
17%. Para el caso de la región en su conjunto, esta relación se logra
invertir con posterioridad (recién a partir del año 1955), cuando la
agricultura y otras actividades pasaron a representar el 19% del
valor agregado total en tanto que el sector industrial pasó a ser el
20%. (CEPAL, 1978; citado por Telechea, Zeolla, 2014)

Las raíces de la «Teoría de la Dependencia» se gestaron en este contexto,


expresadas a través de diversos ensayos de investigadores latinoamericanos.
40 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Un ejemplo argentino es la tarea de los intelectuales nucleados en FORJA11


(Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) fundada en 1935, y
disuelta en 1945. Durante su actividad funcionó como centro de estudios
agrupados bajo la esfera del partido político Unión Cívica Radical. Desde sus
bases se postularon las implicaciones culturales de la dominación económica
(inglesa y estadounidense) representadas en obstáculos concretos y tangibles
en el desarrollo Nacional. Como lo señala el filósofo argentino Hernández
Arregui (1960:01);

Aquí en América Hispánica el liberalismo penetró más que como


una ideología progresista como reflejo residual de la Europa
colonizadora, un medio de opresión y dominio envasado tras el rótulo
de libertad, democracia, progreso, derechos humanos, etc. La
historiografía oficial, desde Mitre en adelante, no ha sido más que la
idealización de la oligarquía por si partiquinos universitarios, y en lo
esencial, herramientas de la voluntad dominadora extranjera
empeñada en quebrar todo espíritu nacional, mediante el oculta-
miento de la verdad histórica. (p. 01)

Otro antecedente en la llamada «Teoría de la Dependencia» fue el trabajo


desarrollado desde el CEPAL, especialmente desde que el economista Raúl
Prebisch asumiera en 1950 como Secretario Ejecutivo. La CEPAL (Comisión
Económica para América Latina y el Caribe) había sido creada por la ONU en
1948, estableciendo su sede en Santiago de Chile.
El trabajo que Prebisch publica en 1949 titulado «El desarrollo económico
de América Latina y algunos de sus principales problemas», marcó una impor-
tante reflexión sobre las economías latinoamericanas y sus posibilidades para
el desarrollo. Prebisch evidencia las contradicciones del plan desarrollista
dentro de la división internacional del trabajo, al tiempo que resalta el signi-
ficado fundamental de la industrialización en los países «subdesarrollados».
No como un fin en sí misma, sino como el único medio para ir captando una

11
Entre sus principales pensadores destacan; Juan B. Fleitas, Manuel Ortiz Pereyra,
Arturo Jauretche, Homero Manzi, Oscar y Guillermo Meana, Luis Dellepiane, Gabriel
del Mazo, Atilio García Mellid, Jorge del Río y Darío Alessandro, Raúl Scalabrini Ortiz,
J. J. Hernández Arregui, entre otros.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 41

parte del fruto del progreso técnico y elevar progresivamente el nivel de vida
de las masas (Prebisch; 1949).
Esta línea de pensamiento es replicada por diversos autores como Enzo
Falleto, Theotonio Dos Santos y Enrique Cardozo. Se propuso una serie de
reformas económicas enfocadas en la Industrialización por Sustitución de
Importaciones (ISI) con un rol activo por parte del Estado en el manejo del
desarrollo productivo y el comercio internacional, como forma de fortalecer a
las economías latinoamericanas frente a las vicisitudes del comercio
internacional, particularmente desde el prisma de los términos de intercambio.
Como hemos visto, la Pedagogía Liberadora, la Teología de la Liberación
y la Teoría de la Dependencia, comparten el rechazo a las investigaciones que
se venían desarrollando desde la sociología funcionalista norteamericana. En
este contexto, autores como Luis Ramiro Beltrán, Juan Díaz Bordenave, Mario
Kaplún ayudaron a sistematizar las primeras experiencias de comunicación
alternativa.
Esto marca el surgimiento del paradigma «participativo», que sitúa a la
comunidad en el punto de partida del proceso y que concibe la comunicación
de forma participativa y horizontal a fin de estimular la «concientización» del
pueblo como paso previo a una mejora sustancial de la calidad de vida en
todos los ámbitos, no sólo el económico (Freire, 2002).
Al mismo tiempo, es a partir de influencias también extranjeras, como
del marxismo y estructuralismo, que los intelectuales de la época establecen
los puntos de apoyo para una nueva visión crítica desde las ciencias de la
comunicación (Moragas Spa, 1981).

Prácticas
Entre las principales prácticas comunicacionales alternativas en la década
del 60 cabe destacar las experiencias impulsadas por organizaciones políticas
y sindicales que expresaban proyectos orgánicos de transformación social.
Así fue el caso de «Radio Patria Libre» de la organización argentina «Uturuncos».
Como así también, el caso de las radios mineras de Bolivia que habían comen-
zado a funcionar la década anterior y se habían desarrollado ampliamente.
En este sentido, las transmisiones radiofónicas emitidas por el «Movimiento
26 de Julio» en Cuba a fines de la década de 1950, son un caso paradigmático,
42 FRANCISCO J. NÚÑEZ

en cuanto la comunicación fue puesta al servicio de un proyecto de


transformación social que resultó vencedor. La emisora fue fundada el 17 de
febrero, en la Sierra Maestra de Cuba. El comandante al mando era Ernesto
Guevara de la Serna, con un equipo eléctrico semi-improvisado y cuatro
compañeros. La primera transmisión se realizó el 24 de febrero de 1958 y lo
primero que salió al aire fueron las notas del Himno Invasor, el primer parte
de guerra del Combate Pino del Agua y otras acciones de la columna del Che;
al mismo tiempo se leyó un editorial relacionado con las efemérides del día y
la fundación de la emisora. Al final de la Revolución, cada columna rebelde
tenía su planta de radio con 32 emisoras guerrilleras que, al encadenarse con
Radio Rebelde, formaban la «Cadena de la Libertad». En la actualidad la Radio
sigue trasmitiendo, siendo innegable la importancia que tuvo esta experiencia
comunicacional como medio alternativo que fue construyendo desde la periferia
un discurso que se transformó en hegemónico.
Como lo señaló Fidel Castro durante la celebración del XV aniversario de
la fundación de la Radio:

Radio Rebelde se convirtió realmente en nuestro medio de divulgación


masivo, con el cual nos comunicábamos con el pueblo y llegó a
convertirse en una estación con alto rating... de manera que fue un
centro de comunicación militar sumamente importante además de
haber sido un instrumento de divulgación masiva que jugó un papel
político de gran trascendencia durante toda la guerra…» (Fidel Castro,
1973; citado por Radio Rebelde, 2017)

De esta manera, el fervor revolucionario de la década de 1960 estuvo


íntimamente ligado a experiencias comunicacionales. Como lo señala
Barranquero (2011), en Europa las radios «piratas» estuvieron lideradas por
los nuevos movimientos sociales de carácter posmaterialista, y, pese a contar
con escasos recursos y un sinfín de limitaciones legales, consiguieron trasmitir
en un espacio radioeléctrico entendido hasta entonces como mercado y no
como un servicio público accesible a toda la ciudadanía12.

12
Con precedentes como Radio Caroline en Reino Unido o Radio Sicilia Libera, Radio
Milano International, Radio Bologna, Radio Alice y Radio Popolare en Italia. Al mismo
tiempo, las emisoras libres tuvieron una réplica destacable en la España de la Transición
(Onda Lliure, Radio Madiuxa, TV Cardedeu, Radio Paraíso).
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 43

En Argentina, el golpe de estado del 25 de julio de 1966 puso fin a la


presidencia democrática de Arturo Illia. El nuevo gobierno de facto, con Juan
Carlos Onganía a la cabeza, impulsó una política de comunicación preocupada
por controlar los contenidos radiofónicos y televisivos de la época. En este
contexto, las experiencias comunicativas surgieron en una tensión entre las
innovadoras ideas de la época y el sesgo retrógrado y conservador de las
dictaduras militares.
Paradójicamente, en Tucumán el mismo año se fundan dos importantes
medios de comunicación bajo los festejos del sesquicentenario de la
independencia argentina. Estos son Radio Nacional Tucumán - LRA15 junto
a Canal 10, que sería el primer canal de Televisión de la provincia impulsado
por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
Es interesante destacar, siguiendo a Ovejero (2014), cómo el estatuto de
Canal 10, aprobado provisoriamente en 1966, refleja las esperanzas de los
fundadores de crear un medio cultural y educativo, orientado a construir una
sociedad mejor. Acorde al modelo ingles de televisión (como BBS) la UNT
buscaba diferenciarse de la TV comercial al enriquecer la pantalla de contenidos
educativos prohibiendo expresamente todo tipo de publicidad comercial. El
carácter «noble» de sus fundadores fue crear nuevos canales de diálogo entre
la comunidad y la universidad, fomentando la producción de contenidos locales
en pos de dicho fin13.
Sin embargo, ya sea el ideario de la televisión cultural o la televisión
comercial, en ambos sentidos se manifestó una clara «manipulación social,
de pretensión de dominio discursivo y de cierres de sentido, de construcción
hegemónica en beneficio de minorías sociales y en general, en el sostenimiento
de un orden establecido», como lo señala Toscano (2010). Es decir, si bien su
objetivo era cultural (en un sentido restringido del término), el medio no se
planteó como alterador del statu quo, sino que más bien estuvo más orientado
a la idea positivista de progreso y modernidad. Y cuando pretendió hacerlo en

13
Entre las realizaciones más importantes se pueden nombrar las siguientes; «Anfibios,
reproducción y desarrollo», «Chucalezna», «Claudia y yo», «Costas Patagónicas», «Costum-
bres Neuquinas», «Dinosaurios», «El Tincunaco», «Jujuy, la Quebrada de Purmamarca»,
«La Feria de Yavi», «La Patagonia Argentina», «Máximo Rojas, monturero criollo»,
«Potencial Dinámico de la República Argentina», «Reptiles Fósiles del Triásico de la
Argentina», «Salta y su Fiesta Grande», «Un teje-dor de Tilcara» (Salinas, 2011)
44 FRANCISCO J. NÚÑEZ

la década del 70, sobre todo en lo cultural-periodístico, sus periodistas fueron


cesanteados, exiliada su directora y desaparecidos sus trabajadores.
Asimismo, la UNT ya contaba con antecedentes en materia audiovisual
por los trabajos realizados desde el ICUNT. El Instituto Cinefotográfico fue
creado en 1946 bajo el rectorado de Horacio Descole. Héctor C. Peirano,
referente del Gabinete de Fotografía de la UNT, fue su primer director y bajo
su gestión el ICUNT asistió la producción de algunos largometrajes realizados
en las provincias como: «El diablo de las vidalas» de Belisario García Villar en
1950 y el film «Mansedumbre», de Pedro Bravo, primer largometraje realizado
íntegramente en Tucumán en 1952, entre otros. De esta manera, cuando se
crea Canal 10, muchos de los primeros técnicos del canal provenían del ICUNT.
Los problemas presupuestarios hicieron que con el tiempo la función del
instituto quedara reducida a ser auxiliar de las necesidades de las distintas
unidades académicas, quedando en el pasado las aspiraciones de mayor
alcance. El ICUNT se mantuvo con vida hasta el año 2005, cuando fue
convertido en la Escuela de Cine, Video y Televisión. Asimismo, gran parte de
la producción del instituto se encuentra actualmente en el archivo de dicha
escuela, siendo de gran valor testimonial de la época y las condiciones de
producción en las que se desempeñó el campo audiovisual en la provincia
(Ovejero, 2014).
De esta manera, el nacimiento de la TV Universitaria se dio en un contexto
de crisis social y política que repercutió de manera dramática en su proyecto
original de creación. Las medidas de intervención tomadas por la dictadura
de Onganía agudizaron los problemas institucionales en el seno de la
universidad y el panorama comunicativo. Al mismo tiempo, el perfil conservador
del gobierno provincial y universitario, sumado a la falta de presupuesto,
afectó directamente la programación y la producción de contenidos locales,
evidenciando la débil autonomía de las universidades nacionales en el contexto
político de los sesenta y setenta.
Finalmente, los apremios económicos del Canal hicieron que en 1969 se
autorice la difusión de publicidad comercial, medida que entro en funciona-
miento recién en 1972. Una vez que se abrió la puerta a la publicidad comercial
se hizo cada vez más difícil diferenciar el canal de todo el espectro de televisiones
comerciales. Salvo el breve periodo que fue desde agosto de 1973 a marzo de
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 45

1974, caracterizada por la política de medios del peronismo de izquierda14, el


Canal se sumió en un perfil comercial adicta al poder político de turno. En
este contexto, en 1976 Canal 10 fue convertido en Sociedad Anónima Estatal
mediante la resolución 1281/76 en el marco de la ley 19.798, impulsada por
el nuevo gobierno militar. La UNT mantenía el 85% del paquete accionario y
el Estado provincial el 15%, porcentaje que luego se modificaría en beneficio
del estado provincial.
En la actualidad Canal 10 continúa dividido de acuerdo a la antigua
usurpación militar, retransmitiendo la programación de Canal 13 perteneciente
al monopolio mediático del grupo Clarín. El canal de la Universidad en
manejado por el poder ejecutivo del gobierno provincial, desconociendo las
regulaciones de la ley 26.522 (Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual)
y su original estatuto. Al mismo tiempo, dicho funcionamiento excluye de
manera taxativa las producciones locales de contenido, tanto de los alumnos
de la Escuela Universitaria de Cine y Televisión (que funcionan en el mismo
predio), como de las organizaciones sociales y productoras independientes
que vienen produciendo contenido audiovisual en la provincia, muchas de
ellas sin fines de lucro.
De esta manera, el sueño romántico de los fundadores de Canal 10 no
solo no se cumplió, sino que además funciona al contrario de lo que se idealizó
en un comienzo, al favorecer contenidos comerciales y reproducir los intereses
políticos de turno. La incipiente producción audiovisual local, incluso la
proveniente de la misma universidad, no tienen cabida en el canal. Más allá
de los resultados que tuvo la iniciativa de Canal 10 es interesante señalar el

14
Como lo señala Salinas (2013, p. 66) «En 1973 el canal estaba dirigido por Stella
Garbarino, vinculada a la izquierda peronista y la cual entablaba una fuerte relación
de coproducción con FOTIA (sindicato de obreros azucareros). Gerardo Vallejo para
entonces, produjo «El Camino hacia la muerte del Viejo Reales» aquí reunió testimonios
de la condición de vida de los zafreros. Tiempo después realizó dos documentales más:
«Testimonios de Tucumán» y «Testimonios de la reconstrucción» donde registra la lucha
obrera de FOTIA (Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera) desde una
mirada política social y cultural; todas estas realizaciones fueron transmitidas en
canal 10 pero destruidas al año siguiente, ya en periodos de la dictadura militar, y por
estas presiones políticas Vallejo tuvo que exiliarse. Para el año 1974, se despertó una
violenta reacción del gobierno de derecha, lo que implicó el exilio y la desaparición de
muchos de los que conformaban el canal, profesores, trabajadores y estudiantes de la
UNT».
46 FRANCISCO J. NÚÑEZ

original intento de articulación de la casa de estudios con la comunidad.


Como lo señala Gardella (2016):

En esa articulación de prácticas que comunican, reproducen o


transforman sentidos, la universidad tiene mucho por decir y hacer,
no solo desde el rol clave como actor socio-político en la
democratización de la comunicación, sino también en la validación
de saberes que nos surgen de su propio seno. (p. 62)

Es en esta dimensión donde las prácticas de comunicación pueden


adquirir su carácter alternativo, en cuanto los sujetos en torno a las
experiencias tengan como objetivo la construcción de conocimiento critico en
la realidad donde están insertos, y al mismo tiempo, una finalidad política
encarnada en un proyecto de cambio social. Esta visión implica trabajar «con»
la comunidad y no «para» la comunidad. Las ideas políticas de los fundadores
de Canal 10 plasmadas en el primer estatuto sugieren una relación
contradictoria entre un acercamiento a la comunidad desde una posición de
saber que presta un noble servicio al pueblo (dar cultura) y la construcción de
nuevo conocimiento a través del diálogo y el conflicto en pos del cambio social.
Como se lee en el mismo:

La Universidad sale a la calle con su TV porque es un imperativo de


su existencia en el contexto social de la modernidad, porque como
hija especialmente consciente e ilustrada de la Nación y de la región
tiene el deber de actuar sobre el medio con toda la fuerza de su
pensamiento y de su trabajo… Anular el extrañamiento recíproco de
Universidad y Pueblo, he aquí otro de los objetivos capitales de la
TVU. (Estatuto de la Televisora Universitaria 1966; citado por Ovejero,
2015, p. 05)

Si bien el proyecto original no sobrevivió a los vaivenes históricos de la


provincia, el canal todavía existe y la universidad mantiene un porcentaje del
mismo, lo cual supone una posibilidad latente de recuperar el medio desde la
Universidad. En síntesis, en un contexto donde el uso de la palabra pública
era fuertemente controlada, comienzan a proliferar de forma espontánea,
autodidacta y con mayor o menor creatividad, colectivos de diversa índole
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 47

que aprovecharon el potencial emancipador de los medios con el objeto de


construir discursos más acordes con las necesidades y aspiraciones de sus
comunidades, y, en buena medida, contrarios a la cultura dominante de las
elites en el poder (Barranquero, 2009).
De esta manera, en América Latina, las prácticas de Comunicación
Alternativa se vieron impulsadas muchas veces por ideas políticas de distintas
fuentes, a veces contradictorias como ser; los «curas del tercer mundo» dentro
de la Teología de la Liberación, por los pedagogos sociales enmarcados dentro
de la Pedagogía de la Liberación y por distintas organizaciones políticas,
atravesadas por mayor o menor medida por la Teoría de la dependencia. Estos
posicionamientos críticos respondieron en gran parte a los programas de
desarrollo «modernizadores» impuestos del centro a la periferia y al cerco
informativo impuesto por los gobiernos militares. Al compás de diferentes
experiencias populares (indígenas, feministas, campesinas, urbanas, etc.)
surgió una forma radicalmente diferente de entender la comunicación para el
desarrollo, con una finalidad de autonomía y empoderamiento.

1.3. Década de 1970

El enemigo no era en estos países [tercer mundo] el capitalismo, si


es que existía, sino los intereses locales pre-capitalistas y el
imperialismo [estadounidense] que los apoyaba … Lo que sorprendió
tanto a los revolucionarios como a quienes se oponían a la revolución
fue que, después de 1945, la forma más común de lucha
revolucionaria en el tercer mundo –esto es, en cualquier lugar del
mundo– pareciese ser la guerra de guerrillas. (Hobsbawm, 1994, p.
436).

Marco Histórico
La década de 1970 asiste a la caída de la «Época Dorada» que habían
generado las políticas del Estado de Bienestar de postguerra. El mundo
industrial se había expandido y desolladlo en diferentes países del mundo,
acortando distancias con los Estados Unidos. La sustitución de importaciones
estuvo aparejada con una diversificación de los bienes y servicios que, con el
creciente nivel de vida los sectores antes excluidos, ahora podían consumirlos.
48 FRANCISCO J. NÚÑEZ

En los años dorados se consolidó el mercado de masas haciendo asequible


una gran variedad de productos y servicios que antes eran exclusivos a solo
un sector social. Desde heladeras, teléfonos, reproductores de discos, hasta
viajes internacionales con fines turísticos15, forman parte de un nuevo mercado
de masas.
Sin duda la revolución tecnológica de postguerra fue un motor importante
en la expansión económica. Contribuyendo al mejoramiento de los productos
que ya existían y creando muchos nuevos, a un ritmo cada vez más vertiginoso.
Como lo describe Hobsbawm (1994):

«La guerra, con su demanda de alta tecnología, preparó una serie de


procesos revolucionarios luego adaptados al uso civil… el radar, el
motor a reacción, y varias ideas y técnicas que prepararon el terreno
para la electrónica y la tecnología de la información de la posguerra.
Sin ellas el transistor (inventado en 1947) y los primeros ordenadores
digitales civiles (1946) sin duda habrían aparecido mucho más tarde.
(p. 264)

La industria transformó completamente la vida cotidiana en los países.


En el ámbito de las comunicaciones el mundo se había «achicado» con el uso
popular de la radio (que llegaba hasta las aldeas más remotas gracias a las
pilas de larga duración) y a partir de la década de 1960 también de la televisión.
Ahora no solo se podía escuchar los que pasaba en cualquier parte del planeta,
sino también, se podía asistir como espectador. Al mismo tiempo, la mayor
parte del contenido de la heladera o del congelador (los cuales eran escasos
en 1945) era nuevo: alimentos procesados, productos de granja avícola, carne
llena con productos químicos para alterar su sabor o productos frescos exóticos
importados por vía aérea. La revolución tecnológica penetró en la conciencia
del consumidor hasta tal punto, que la novedad se convirtió en el principal
atractivo a la hora de venderlo todo, desde detergentes sintéticos, hasta
computadoras portátiles. La «nuevo» pasó a ser un argumento de venta, que
no sólo quería decir algo mejor, sino también revolucionario.

15
Por ejemplo, antes de la guerra jamás habían viajado más de 150.000 norteamericanos
a Centroamérica y al Caribe en un año, pero entre 1950 y 1970 la cifra creció de
300.000 a 7 millones (Hobsbawm, 1994).
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 49

Las nuevas tecnologías empleaban de forma intensiva el capital y


eliminaban en gran medida el trabajo obrero de la industria clásica. Con
excepción de científicos y técnicos altamente cualificados, la mecanización de
la industria no necesita grandes cantidades de gente, salvo como consumidores.
De esta manera, el ser humano como tal, sólo resultaba necesario para la
economía en un sentido: como comprador de bienes y servicios.
La revolución tecnológica produjo una reestructuración y una reforma
sustancial del capitalismo internacional, y un avance espectacular en la
globalización e internacionalización de la economía. En este contexto, empezó
a aparecer a partir de los años 60 una economía cada vez más transnacional,
es decir, un sistema de actividades económicas que trascendían las fronteras
nacionales. Nace una «economía mundial» sin una base o límites territoriales
concretos y que restringió a las economías de grandes y poderosos estados.
Este nuevo fenómeno económico transnacional se convirtió en una fuerza de
alcance mundial, y continuó creciendo con rapidez durante las décadas
posteriores a 1970, trayendo aparejado diversas problemáticas.
Siguiendo la caracterización que propone Hobsbawm (1994), podemos
resaltar tres aspectos de estos nuevos actores económicos «multinacionales».
En primer lugar, este fenómeno tiene como antecedente las exportaciones
de manufacturas que los países del «tercer mundo» empezaron a realizar, en
una escala cada vez mayor, hacia los países desarrollados. Ya no se trataba
solamente de materia prima, sino también de productos elaborados. Así pues,
una nueva división internacional del trabajo empezó a socavar a la antigua.
En segundo lugar, la producción industrial empezó a trasladarse,
lentamente al principio, pero luego cada vez más deprisa, fuera de los países
europeos y norteamericanos que habían sido los pioneros de la industrialización
y el desarrollo del capitalismo. La tendencia de las transacciones comerciales
y de las empresas de negocios a emanciparse de los Estados Nacionales se
hizo aún más pronunciada a medida que el desarrollo de las comunicaciones
y el trasporte así lo permitieron. Las grandes industrias empezaron a globalizar-
se a partir de los años sesenta, donde la cadena de producción ya no atravesaba
hangares gigantescos en un solo lugar, sino el mundo entero. Por ejemplo, a
partir de mediados de los años 60 la marca alemana Volkswagen instaló
fábricas de automóviles en Argentina, Brasil (tres fábricas), Canadá, Ecuador,
50 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Egipto, México, Nigeria, Perú, Suráfrica y Yugoslavia. De esta manera, las


industrias empezaron a extenderse hacia los países pobres con mano de obra
barata, principalmente joven y femenina, lo que era un nuevo recurso para
evadir el control por parte de un solo país16.
En tercer lugar, esta nueva disposición económica mundial generó el
surgimiento de actividades offshore (extraterritoriales) en «paraísos fiscales».
Estos últimos no sólo fueron de las primeras formas de transnacionalismo en
desarrollarse, sino también las que demuestran con mayor claridad el modo
en que la economía capitalista escapó a todo control, nacional o de otro tipo.
Los términos offshore y paraíso fiscal se introdujeron en el vocabulario público
durante los años sesenta para describir la práctica de registrar la sede legal
de un negocio en territorios por lo general minúsculos y fiscalmente generosos
que permitían a los empresarios evitar los impuestos y demás limitaciones
que les imponían sus propios países. De esta manera, se hizo posible y
económicamente viable dividir la producción de un solo artículo entre, digamos,
Houston, Singapur y Tailandia, transportando por vía aérea el producto
parcialmente acabado entre estos centros y dirigiendo de forma centralizada
el proceso en su conjunto gracias a la moderna informática.
Todo esto generó un cambio paradójico en la estructura política de la
economía mundial. Las políticas del «Estado de Bienestar» dependían
económicamente de la coordinación entre el crecimiento de la productividad y
el de las ganancias que mantenía los beneficios estables. Una pausa en el
aumento constante de la productividad y/o un aumento desproporcionado
de los salarios provocaría su desestabilización. Por último, la edad de oro
dependía del dominio avasallador, político y económico, de los Estados Unidos,
que actuaba, a veces sin querer, de estabilizador y garante de la economía
mundial.
En el curso de los años 60 estos elementos mostraron signos de desgaste.
La hegemonía de los Estados Unidos entró en decadencia y, a medida que fue
decayendo, el sistema monetario mundial, basado en la convertibilidad del

16
Así, uno de los primeros centros francos de producción industrial, Manaos, en las
profundidades de la selva amazónica, fabricaba productos textiles, juguetes, artículos
de papel y electrónicos y relojes digitales para compañías estadounidenses, holandesas
y japonesas.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 51

dólar en oro, se vino abajo. Hubo indicios de ralentización en la productividad


en varios países, y avisos de que las grandes reservas de mano de obra que
aportaban las migraciones interiores, que habían alimentado la gran expansión
de la industria, estaban a punto de agotarse. Se desencadenó el «estallido
salarial mundial» a finales de los sesenta —escasez de mano de obra, esfuerzos
crecientes de los empresarios para contener los salarios reales o, como en los
casos de Francia y de Italia, las grandes rebeliones estudiantiles—, al mismo
tiempo el PNB de los países industrializados avanzados cayó sustancialmente
algo que no ocurría desde la guerra. Al mismo tiempo la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP), consolidó su posición disponiendo
de medidas para controlar el precio del petróleo, lo cual genero el
encarecimiento del mismo y arrastro a varios países industrializados a una
crisis en el sector energético. Como lo señala Hobsbawm (1994):

«El cambio fue drástico: la economía mundial no recuperó su antiguo


ímpetu tras el crac. Fue el fin de una época. Las décadas posteriores
a 1973 serían, una vez más, una era de crisis. Estallido salarial, del
hundimiento del sistema financiero internacional de Bretton Woods
en 1971, del boom de las materias primas de 1972-1973 y de la
crisis del petróleo de la OPEP de 1973. (p. 286)

En América Latina durante las décadas de 1960 y 1970 del siglo XX, se
vivió de manera sistemática un proceso de militarización, el cual utilizó como
acto político de expresión, la forma del golpe de Estado. 
Se trató de la captura del Estado por instituciones militares a partir de
un acto material y simbólico. Material, en la medida en que fueron golpes que
utilizaron infraestructura propia de una situación de guerra, movilizando
recursos para la conquista efectiva de instituciones organizadas exclusivamente
desde el poder civil. Simbólico, debido a que tales medidas debían justificarse
en el ámbito público (Serrano, 2010).
Si bien el fenómeno de los «Golpes de Estados» no era nuevo en las
sociedades latinoamericanas, las dictaduras iniciadas en la década de 1960
tienen características propias, distinguibles claramente. Por un lado, retrotraer
la injerencia del estado en materia económica, dando paso a las políticas
económicas conocidas como neoliberales. Por otro, sofocar el pensamiento
52 FRANCISCO J. NÚÑEZ

político de la sociedad civil a través de una feroz represión. Se inauguraba así


un periodo que tuvo como característica central el uso del ejército y sus tácticas
de guerra en contra de su propia población civil.
Como lo describe Serrano (2010):

Los golpes abrieron una nueva época, a partir de la cual hizo entrada
una estrategia de integración militar de carácter internacional
(caracterizada ejemplarmente en el Cono Sur por la llamada Opera-
ción cóndor), que tuvo por objeto erradicar de la región no sólo el
campo político y cultural de la izquierda (el comunismo, el utopismo
revolucionario, la conciencia crítica, la atmósfera intelectual a través
de la cual se nutrieron los partidos políticos de la revolución) sino,
principalmente, a los sujetos portadores de dicha cultura: su
militancia, el conjunto de hombres, mujeres y niños que se insertaban
en el horizonte de sentido que dicha cultura había construido. (p.
06)

Por primera vez en la historia política de América Latina, se pone en


funcionamiento una máquina global de exterminio, cuya característica más
significativa fue la coordinación supranacional, el esfuerzo de integración
político-policial para destruir, torturar y «hacer desaparecer» al cuerpo mismo
de la izquierda latinoamericana, en una guerra unilateral que no conoció
fronteras nacionales ni límites ideológicos.
Los Golpes de Estados latinoamericanos se dieron en un contexto mundial
donde la guerra de guerrillas había resurgido como una organización
paramilitar capaz de derrotar a las grandes potencias militares del mundo.
Las experiencias de la Revolución Cubana, la Revolución China, la Guerra de
Vietnam, la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, son algunos ejemplos
concretos. Al mismo tiempo, como vimos en la década del 1960, la juventud
en general y el estudiantado en particular, se consolidó como fuerza política
siendo portavoz del pensamiento crítico y el malestar social. La cultura juvenil
se convirtió en la matriz de la revolución cultural, en el comportamiento y las
costumbres, en el modo de disponer del ocio y en las artes comerciales
(Hobsbawm: 1994).
Los movimientos estudiantiles como el «Mayo Francés», el «Cordobazo»
en Argentina, o la matanza de Tlatelolco en México, ponen en evidencia a una
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 53

juventud organizada, y en muchos casos, con ideas políticas revolucionarias.


Con «La Guerra Fría» como telón de fondo, el temor al «comunismo» fue uno
de los argumentos más usados para justificar las medidas represivas de los
gobiernos latinoamericanos, asesorados de cerca por Estados Unidos.
En un principio, esta situación no supuso un enfrentamiento armado
entre el statu quo de las sociedades latinoamericanas y los pensamientos
revolucionarios. Por ejemplo; en 1970 en Chile, asciende a la presidencia el
partido socialista con Salvador Allende al frente, y el poeta Pablo Neruda
como compañero de fórmula, demostrando que existían otros caminos posibles
a la lucha armada para lograr un cambio social. Sin embargo, las arremetidas
de las dictaduras militares cortan tajantemente las posibilidades pacíficas de
un posible cambio. De esta manera se radicalizan las relaciones políticas, al
perseguir y «exterminar» (en la jerga de sus gestores) las diferencias políticas
existentes, en particular las relacionadas al marxismo y al estado de bienestar.
Así, en 1973, el gobierno que había sido elegido democráticamente en Chile,
es derrocado por una organización militar, deponiendo al presidente y
persiguiendo a sus seguidores, instaurando un gobierno de facto que se
mantuvo hasta la década de 1990. No es casualidad que un año antes, Allende
había nacionalizado la industria del cobre quitándole la explotación a
compañías norteamericanas.
De esta manera, Latinoamérica en la década de 1970 asiste a un panorama
político convulsionado por las dictaduras militares que buscan, sin importar
los medios, una despolitización del pensamiento crítico y un cambio de rumbo
económico hacia el neoliberalismo alejándose de las políticas del Estado de
Bienestar.

Estudios
A fines de 1960 y a comienzos de los 1970 los diversos pensamientos
críticos que se venían gestando por el continente se consolidaron y tomaron
fuerza. Hubo una evolución conceptual dentro de las ciencias sociales, en
especial, dentro de los estudios sobre la comunicación, el desarrollo y la
economía latinoamericana. Con una metodología diseñada por latinoame-
ricanos para América Latina, el enfoque crítico usó la tríada comunicación-
ideología-poder, para explorar las problemáticas locales y buscar soluciones
54 FRANCISCO J. NÚÑEZ

desde la comunicación que contemple la participación activa de los sectores


populares mayoritarios (Beltrán, 2004).
La década del 70 representó una época de auge para la comunicación
popular y el quehacer investigativo. Las diferentes propuestas, reflexiones y
debates fueron el correlato de diferentes experiencias que germinaban desde
la sociedad civil. De esta manera, empiezan a proliferar formas y procesos
alternativos de comunicación ante la necesidad de ciertos grupos a recons-
truirse como actores de un diferente ordenamiento social. Tomando lo Alterna-
tivo como un fin, como alterador de un sistema de cosas, en la búsqueda de la
autoexpresión, trasformando la exclusión en presencia, el no-reconocimiento
en legitimidad (Mata, 1994).
El enfoque crítico comienza a explorar problemáticas locales para el
autoconocimiento de las sociedades Latinoamericanas. En este primer
momento se tocan diversas temáticas entre las cuales podemos señalar las
siguientes: (Bello, Buenaventura, Pérez, 1986):
 Se contextualiza la comunicación con espacios más amplios de
interpretación desde la política y la economía.
 Se estudia el impacto y potencialidad de las políticas públicas tomando
la comunicación y la cultura como punto de desarrollo desde las caracte-
rísticas y necesidades propias de cada país.
 Se realiza un diagnóstico del flujo internacional de la información
 Se introduce el carácter ideológico haciendo hincapié en el «imperialismo
cultural» propuesto por la teoría de la dependencia.
 Se investiga sobre la propiedad de los medios masivos y los índices de
participación que estos proponían. Lo cual mostró el mínimo acceso que
tienen los sectores populares a las industrias culturales.

Esta serie de planteamientos determinan un cambio de actitud epistemoló-


gica como algunos cambios de objetos (Moragas Spa, 1981). Como pioneros
de lo que fue la ciencia de la comunicación figuran el grupo de venezolanos
encabezados por Pasquali (1960, 1963) y otros investigadores como Mujica
(1967), Marta Colomina (1968), Diez Rangel (1966), Santoro (1966), o el
encabezado por el Marqués de Melo (1969, 1971) en Brasil. El tronco común
de todos estos pensadores fue la búsqueda de herramientas teóricas para la
investigación sobre la realidad latinoamericana, alejándose de la sociología
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 55

funcionalista norteamericana y sus proyectos desarrollistas de comunicación.


En la conferencia realizada en 1773 en Costa Rica, la CIESPAL lo describía de
esta manera:

La teoría de la comunicación y la metodología de la investigación


elaboradas en los centros metropolitanos no siempre corresponden
a la realidad y a las necesidades de investigación de los países
atrasados y dependientes, no obstante lo cual se aplican, indiscrimi-
nadamente, a las situaciones de la zona, con resultados obviamente
inadecuados y a veces distorsionantes. Su uso ha sido inducido bajo
el supuesto de que la teoría social es universal y que validez desborda
de los espacios culturales y de los procesos históricos. (Beltrán, 2000,
p. 201)

Se pone en evidencia que la comunicación por sí misma no puede generar


desarrollo independientemente de las condiciones socioeconómicas y políticas
del lugar donde se inserta. Al mismo tiempo, se «politiza» al investigador social,
al situarlo dentro de un marco histórico particular, que la ciencia describe y
transforma en una relación dialéctica. La manera de investigar, los temas que
se tratan y los proyectos que emanan de ellos, presuponen decisiones políticas
que no pueden ser neutrales. Evidenciando el carácter político del quehacer
investigativo se puede indagar sobre las intenciones que existen detrás de las
mismas.
Una de las transformaciones teóricas significativas se produce en el campo
de las ciencias sociales a través de la influencia de las corrientes estructuralistas
francesas, y en general, de la semiótica europea. Desde el Centro de Investi-
gaciones Sociales «Instituto Torcuato Di Tella» con Eliseo Verón a la cabeza,
se propone una interpretación ideológica de los medios de comunicación y
con una síntesis teórica entre psicoanálisis, marxismo y lingüística estructural.
La investigación semiológica o de análisis de contenido abrió la posibilidad de
desentrañar lo oculto, lo no dicho explícitamente, para averiguar las intenciones
políticas de la dominación comunicativa (Moragas Spa, 1981). Esta propuesta
propuso pasar del análisis de los mensajes de los medios al estudio del lenguaje
como eje de las investigaciones sobre personalidad, la sociedad y la cultura
(Beltrán, 2004).
56 FRANCISCO J. NÚÑEZ

En este contexto, la comunicación dejó de caracterizarse por los medios


que empleaba, por sus productores o contenidos. Se empezó a definir por su
búsqueda, por los esfuerzos políticos que se articulaban dentro de ella desde
un contexto particular. La Comunicación Popular comienza a entenderse como
una manera de sentir y actuar de los sectores populares enfrentados al proyecto
de dominación capitalista que en muchos países se combinaba con gobiernos
militares de facto. Así, las prácticas de la comunicación popular buscaban
revertir las situaciones de injusticias, de exclusión y marginación en la que
vivían. Es el paso de una teoría de la comunicación para el desarrollo hacia
una teoría de la dependencia comunicativa. El interés de fuera hacia dentro
se convierte en un interés defensivo de adentro hacia afuera (Moragas Spa,
1981).
El CIESPAL, sensible a la evolución conceptual y procedimental que se
iba registrando a lo largo de la región en el primer tercio de los 70, decidió
convocar a una conferencia de expertos en comunicación celebrada en Costa
Rica en 1973. Fue el primer encuentro ex profeso y formal de un conjunto de
investigadores latinoamericanos comprometidos con la reflexión crítica sobre
comunicación, sobre el desarrollo y la democracia. Su importancia fue decisiva
para que tres años después se lleve a cabo la «Conferencia Intergubernamental
sobre Políticas de Comunicación en América Latina y el Caribe» organizada por
la UNESCO en 1976, también en Costa Rica. Fue un esfuerzo coordinado a
nivel internacional para analizar el papel de la comunicación, donde
investigadores y políticos se encontraron para diseñar políticas públicas que
fomenten la comunicación como derecho individual y comunitario en términos
de acceso y participación. Se reconoció así el derecho y la necesidad de
expresarse que tienen diversos grupos históricamente excluidos del espacio
público, donde los medios de comunicación significan una herramienta política
de transformación y disputa, en busca de una reorganización social más
justa.
Tras el congreso, en Latinoamérica se avanzó en el fomento de formatos
de comunicación alternativa, pero solamente los gobiernos de Venezuela, Perú
y México intentaron formular las políticas nacionales en este sentido. Sin
embargo, los intentos fueron rápidamente sofocados por la poderosa oposición
empresarial dueña de los medios de comunicación masivos, quienes vieron
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 57

en los investigadores a unos serios enemigos que ponían en riesgo las


cuantiosas ganancias que obtenían en sus negocios (Moragas Spa, 1981).
De esta manera, si bien las conclusiones de estas conferencias fueron bien
recibidas por la mayoría de los países participantes, las mismas demoraron
décadas en convertirse en políticas públicas.
Al mismo tiempo es importante desatar los aportes realizados por Armad
Mattelart, cuya investigación constante y rigurosa sobre el dominio de las
multinacionales en el panorama comunicativo de Latinoamérica ejerció una
gran influencia en todos los centros y núcleos de investigación de la zona.
Como así también, permitió diferenciar dos bloques en la tarea investigadora
autóctona: por un lado, la descripción de la compleja red comunicativa
transnacional y, por otro, la conveniencia del estudio para el establecimiento
de políticas comunicativas propias, nacionales o alternativas, según las
condiciones políticas de cada nación.

Prácticas
Como vimos anteriormente, la expansión de las corrientes de pensamientos
enmarcados dentro de la teología de la liberación en el interior de la Iglesia
Católica, la pedagogía crítica de Paulo Freire y la Teoría de la Dependencia,
politizaron a las radios que habían nacido en la década del 50 y el 60. El
objetivo alfabetizador se fue transformando en radios al servicio de las luchas
populares. Las radios educativas se vincularon así a la lucha social y política,
definiendo nuevos horizontes vinculados a la idea de cambio en la búsqueda
de sociedades más justas, en un contexto cada vez más complejo de dictaduras
militares, persecución política y terrorismo de estado.
Si bien las experticias de resistencia y lucha por parte de diferentes
movimientos revolucionarios no eran nuevos en la década de 197017, fue en
ese periodo donde se asiste a un crecimiento exponencial de los movimientos
revolucionarios de guerrilla por todo el continente, y al mismo tiempo, un uso
generalizado de los medios de comunicación al servicio de sus finalidades

17
Como vimos anteriormente, el movimiento de resistencia peronista «Uturuncos», surgido
en Tucumán, comenzó a trasmitir mensajes radiofónicos en l958 y durante varios
meses del año 1959 con una clara finalidad política de transformación social. Conjun-
tamente, es el mismo año que «Radio Rebelde» comenzaba sus trasmisiones en Cuba.
58 FRANCISCO J. NÚÑEZ

políticas. Cabe recordar que, hasta la década de los ‘80 no ingresó en América
Latina la tecnología de FM. De tal modo, a diferencia de lo que ocurrió más
tarde, instalar una radio en aquel momento implicaba un gran costo económico
en concepto de tecnología y equipamiento, lo cual supuso un límite importante
para los movimientos civiles no institucionalizados, en contraposición a la
Iglesia Católica o los sindicatos mineros de Bolivia.
En este sentido cabe resaltar la experiencia de producción audiovisual
realizada en San Luis, Argentina, durante 1973-74, que tuvo una intensa
participación popular. Se trató de un programa de televisión llamado «Todos
somos responsables» realizado por Carlos Alberto Bouhourcq (1975) para el
canal oficial de la provincia. Se trataba de un documental seriado que planteaba
la necesidad de organización para prevenir y enfrentar una grave enfermedad
endémica de fuerte origen social: el llamado «mal de Chagas». Los participantes
asumieron el papel de actores en el teledrama, previamente perfilaron sus
personajes y las historias de vida, orientados en el guionado por el equipo
técnico realizador. La realización fue emitida en diferentes grupos sociales
para ser comentada en foros de discusión generando un gran impacto en la
población. Esta experiencia de «producción compartida», movilizada con fondos
del estado, represento un importante factor de cambio en la sociedad,
dinamizando reflexiones y acciones colectivas orientadas a satisfacer una
necesidad especifica (Kaplún, 1978).
Por otro lado, volviendo al mundo radiofónico, en 1972 se funda la
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, ALER. En sus orígenes,
(y hasta 1994) esta organización nucleó a emisoras y centros de comunicación
de origen católico cuyos principales propósitos eran la educación a través de
la radio. La primera oficina de ALER tuvo su sede en la ciudad de Buenos
Aires. En este contexto, el único antecedente que se registró en Argentina de
una radio alfabetizadora católica, fue la fundación Instituto de Cultura Popular
(INCUPO) creado en 1969 en el noreste argentino. En la misma línea de las
escuelas radiofónicas de Sutatenza en Colombia, el INCUPO produjo sus clases
de alfabetización y de educación no-formal por radio. Su experiencia se vincula
a la producción de programas de radio y no a la fundación de una emisora.
Estos programas eran emitidos por radios del noreste argentino. También,
grabados en casetes, eran escuchados por grupos de hombres y mujeres
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 59

reunidos para tal fin (Kejval, 2009).


Durante los años 70, se pueden resaltar dos experiencias de comunicación
alternativa en argentina gestionadas fuera de la Iglesia católica, con una
finalidad política mucho más evidente. La primera es la radio parlante de la
Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba
(ECI). Como lo relata una militante de la agrupación estudiantil La Arcilla de
esa universidad relató:

Cuando se funda la Escuela de Ciencias de la Información, en el ’73,


se hace famosa por el proyecto de contrainformación, por sacar los
parlantes a la calle para transmitir el golpe en Chile. La ECI estaba
en pleno centro, al lado de donde estaba la CGT de los Argentinos de
Agustín Tosco. El año en que se funda la Escuela, Tosco tenía allí
una materia. Era una escuela muy politizada y con muchísimas
agrupaciones estudiantiles. Cuando sucede el golpe en Chile se
sacaron unos parlantes afuera y se empezó a informar lo que estaba
pasando. Eso quedó como práctica durante mucho tiempo. Los
sindicatos iban y hablaban por esos parlantes. Desde entonces hubo
una práctica radiofónica y de relación con la comunidad. (Citado en
Kejval, 2009, p. 18)

La segunda experiencia, fue «Radio Liberación (RL-TV)» desarrollada por


el movimiento guerrillero «Montoneros» durante la dictadura militar que
comenzó en 1976 tras el derrocamiento de María Estela Martínez de Perón.
Son pocas las referencias fiables de esta experiencia, quizás por clandestinidad
de las transmisiones y a la política de terror que recayó sobre Montoneros en
aquellos años (Kejval, 2009). Sin embargo, rescatando diversos testimonios
podemos mencionar algunos hechos interesantes. «Radio Liberación RL-TV»
fueron intervenciones sonoras, que irrumpían las emisiones televisivas
trasmitidas por aire para pasar proclamas políticas realizadas entre 1976 y
1983, pero fundamentalmente entre 1978 y 1980. Los equipos se conformaban
de un pasa-casete que contenía las proclamas grabadas previamente,
conectado a un transmisor que a su vez se unía a la antena, todo alimentado
por una batería de auto (Bruschtein, 2003). Como lo describe Vázquez (2012):

Las proclamas se graban previamente, en las casas operativas, y los


60 FRANCISCO J. NÚÑEZ

grupos, a la hora de operar, no superaban los tres integrantes. El


sonido de la grabación «montonera» comenzaba a escucharse en los
aparatos de televisión hogareños durante los programas de la
transmisión habitual, con contenidos que podían ser consignas
políticas generales del partido, o locuciones grabadas para intervenir
en conflictos puntuales que afectaban a la zona de alcance de la
interferencia. La imagen continuaba visualizándose normalmente
solo en el radio más alejado del punto en el cual se originaba la señal
de RL-TV, mientras que en los televisores más cercanos a la
interferencia, se perdía bajo una «lluvia».

Más allá del registro de la experiencia de Radio Liberación, la política de


silenciamiento y represión que caracterizó la segunda mitad de la década de
1970 tornó muy complicado la gestación de nuevas experiencias de radios
populares, comunitarias y alternativas. Sin embargo, la resistencia a los
gobiernos de facto por parte de diferentes actores sociales proliferó en otros
ámbitos, que también podemos considerar dentro del campo de la comunica-
ción alternativa. Desde la prensa gráfica clandestina, hubo una importante
proliferación de revistas, folletos, periódicos, entre otros formatos, que dispu-
taban el espacio público y la censura. Al mismo tiempo, la música, el humor
y la metáfora, también constituyeron un importante aporte crítico al cerco
mediático impuesto por las dictaduras latinoamericanas.
De esta manera, la Comunicación Alternativa en la década de 1970, sobre
todo a partir de la de la segunda mitad, se gestó en la clandestinidad, siendo
los medios de comunicación motorizados por las guerrillas en estrecha
vinculación con sus objetivos políticos y militares.
En este contexto, el 22 de noviembre de 1977, transmitiendo clandesti-
namente desde Costa Rica, sale por primera vez al aire «Radio Sandino»,
propiedad del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional). Se trató de
una Emisora clandestina que apoyaba la insurrección en contra del gobierno
de Somoza en Nicaragua. Inicialmente su programación se reducía a
información acerca de la lucha armada, sin embargo, en 1979 después del
triunfo de la «Revolución Sandinista» se deja la clandestinidad y la radio se
traslada a Managua, pasando a ser la radio más potente en el país cuya
cobertura pasaba las fronteras. Con la revolución, la emisora redefine sus
objetivos, programación y organización interna, apareciendo como emisora
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 61

oficial del FSLN. Su primer director fue Jesús (Chuno) Blandón de 1979 a
1985. En 1990 al perder las elecciones el FSLN, radio Sandino reestructura
su papel dentro del nuevo contexto sociopolítico (OEI, 2017).
Existe un dato interesante de colaboración internacional entre los
movimientos guerrilleros Latinoamérica en un proyecto de comunicación
alternativa. En 1979 el movimiento Peronista Montoneros instaló en Costa
Rica una emisora legal denominada «Radio Noticias del Continente» que llegaba
por onda corta, con mucha potencia y respetable claridad, a varias regiones
de Argentina.
Como lo describe Vázquez (2012):

Cuando la instalación técnica, y los profesionales ya estaban listos


para comenzar a emitir, el Frente Sandinista de Liberación Nacional
solicitó la onda de RNC para emitir como Radio Sandino, ya que el
ejército del dictador Somoza había bombardeado las instalaciones
de la emisora sandinista. En julio de 1979 el FSLN entró en Managua
y triunfó la revolución, y una semana más tarde se realizó la emisión
inaugural de Radio Noticias del Continente.

Se trató de un proyecto que nació como alternativa para romper la censura,


el cerco comunicacional y la represión que instalaron las dictaduras
latinoamericanas. Se eligió Costa Rica porque gobernaba Rodrigo Carazo, un
progresista social-cristiano, que mantenía una posición crítica contra el
gobierno de Somoza en Nicaragua y respecto de las dictaduras de Sudamérica.
La transmisión mantuvo una muy buena llegada a nivel mundial, lo que
permitió que se transformara en una fuente confiable, para otros medios, y
otros periodistas, de todas partes del mundo. El equipo estaba compuesto
por periodistas costarricenses y argentinos, además de las corresponsalías
fijas a cargo referentes políticos e intelectuales destacados de distintos países,
como Rodolfo Puiggrós, de Argentina, Ernesto Cardenal (el cura sandinista)
de Nicaragua, Genaro Carnero Checa, presidente de FELAP, y Guillermo
Torrielo, canciller de Guatemala durante la presidencia de Jacobo Arbenz.
Con la presidencia de Ronald Reagan en Estados Unidos, la política
exterior norteamericana estuvo expresamente enfocada en suprimir los
movimientos revolucionarios de guerrilla de Sudamérica, al mismo tiempo
62 FRANCISCO J. NÚÑEZ

que se prestó apoyo a las dictaduras que habían asaltado el poder en la


mayoría de los países del continente. Así, el gobierno costarricense perdió
fuerza política para asegurar la continuidad de las emisiones, como lo
demuestran los ataques a los periodistas de la radio, una bomba en los estudios
y un bombardeo aéreo fallido. Finalmente la presión política consiguió la
clausura el jueves 5 de marzo de 1981 y los equipos fueron trasladados
rápidamente a Nicaragua, antes del cierre definitivo (Vázquez, 2012).

1.4. Década de 1980: «Crisis Transformadora»

En toda América Latina grupos de jóvenes entusiastas se lanzaron a


unas luchas de guerrillas condenadas de antemano al fracaso, bajo
la bandera de Fidel, de Trotsky o de Mao. Excepto en América Central
y en Colombia, donde había una vieja base de apoyo campesino
para los resistentes armados, la mayoría de estos intentos fracasaron
casi de inmediato, dejando tras de sí los cadáveres de los famosos
—el mismo Che Guevara en Bolivia; el también carismático cura
rebelde Camilo Torres en Colombia— y de los desconocidos.
(Hobsbawm, 1994, p. 439)

Marco Histórico
La década de 1980 en Latinoamérica está signada por la eclosión de las
dictaduras sudamericanas y la reapertura de la democracia, siendo Argentina
unos de los primeros países en llamar a elecciones, realizadas en 1983. Al
mismo tiempo, Centroamérica se ve convulsionada por movimientos
revolucionarios de «guerrilla» que disputan el poder, y en algunos casos como
en Nicaragua, llegan a triunfar por un período relativo de tiempo.
La estructura social y económica de los países en Centroamérica era
muy similar en esa época, manteniendo enormes desigualdades, con una
población indígena marginada (principalmente en Honduras y Guatemala) y
una explotación económica basada en el monocultivo por parte de empresas
norteamericanas que aprovechaban la mano de obra barata y la protección
de los Estados adictos para hacer excelentes negocios. Estos factores serán la
base y el fermento para los conflictos sociales y revolucionarios en el siglo XX
(Barrado; Serrano; Blanco, 2010).
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 63

Antes de la década de 1980 Centroamérica había tenido dos olas revolu-


cionarias. La primera se gestó en la década de 1930 tras la crisis económica
mundial que puso en evidencia la fragilidad del sistema de monocultivo. Al
mismo tiempo, la Revolución Mexicana y la Revolución Rusa fomentaron la
conciencia social crítica que se manifestó a través de importantes personajes
como Sandino en Nicaragua, Farabundo Marti y Cayetano Carpio en Salvador
o el General Ferrara en Honduras. Esta primera tentativa de modificar el
orden establecido en busca de una sociedad más justa y equitativa fue rápida-
mente sofocada por EEUU con la intervención de los marines en Honduras y
Nicaragua aplastando esos movimientos y dando lugar a un período conocido
como la «paz de los muertos», de dictadores consentidos, como Jorge Ubico en
Guatemala, Hernández Martínez en el Salvador, Tiburcio Carías en Honduras
y Anastasio Somoza en Nicaragua.
La segunda ola de movimientos revolucionarios se da bajo con el influjo
de la Revolución Cubana en los años 60. El «focoismo cubano» fomenta los
movimientos guerrilleros inspirados en los héroes comunistas de los años 30,
que si bien, algunas de estas guerrillas son destruidas y la estrategia guevarista
se considera fracasada hacia finales de los años 60, la retirada de EEUU en
1975 de Vietnam inspira nuevamente la organización popular con una estrate-
gia de maduración política comunista inspirada en las ideas de Mao y Giap.
En el contexto de la Guerra Fría, la maduración de los movimientos
revolucionarios conlleva a seguir estrategias más prudentes de penetración
en la sociedad y maduración política, lo cual abre la posibilidad de un triunfo
revolucionario hacia principios de los años 80 en toda la zona. La victoria
Sandinista en Nicaragua, la creación del Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador, la Unión Revolucionaria Nacional
Guatemalteca (URNG) coordinando todos los grupos armados en Guatemala,
así lo atestiguan.
Desde una perspectiva económica, la década de 1980 fue para los países
del «tercer mundo» una época de estancamiento y crisis, profundizando la
tendencia que había comenzado la década anterior. En África, Asia occidental
y América Latina, el crecimiento del PIB se estancó. La mayor parte de la
gente perdió poder adquisitivo y la producción cayó en las dos primeras de
estas zonas durante gran parte de la década de los 80 y los 90. Nadie dudaba
64 FRANCISCO J. NÚÑEZ

de que en estas zonas del mundo la década de los ochenta fuese un período
de grave depresión (Hobsbawm, 1994).
La pobreza, el paro, la miseria y la inestabilidad, fantasmas que la edad
de oro había ocultado temporalmente, reaparecieron tras 1973. Las
desigualdades crecieron de manera evidente donde el sector alto obtenía casi
un tercio de la renta total en países como Filipinas, Malaysia, Perú, Jamaica,
Venezuela, Guatemala, Argentina, México, y Brasil18. En gran medida las
décadas de crisis fueron representadas como la pérdida de los poderes
económicos parte de los Estados Nacionales, poniendo fin al Estado de
Bienestar y dando paso a políticas neoliberales con menos restricciones.
De esta manera, las «décadas de crisis» que siguieron a 1973 dieron por
finalizada a la «edad de oro» de postguerra. Sin embargo, no fueron crisis a la
manera de 1930 como la «Gran Depresión» y el «Crack» de 1929. La economía
global no quebró, ni siquiera momentáneamente, se redujo la producción
industrial en las economías desarrolladas de mercado, y el comercio
internacional, pero el mundo capitalista avanzado continuó el desarrollo
económico, aunque a un ritmo más lento que en la edad de oro. Como lo
describe Hobsbawm (1994):

El comercio internacional de productos manufacturados, motor del


crecimiento mundial, continuó, e incluso se aceleró, en los prósperos
años ochenta, a un nivel comparable al de la edad de oro. A fines del
siglo XX los países del mundo capitalista desarrollado eran, en
conjunto, más ricos y productivos que a principios de los setenta y
la economía mundial de la que seguían siendo el núcleo central era
mucho más dinámica. (p. 402)

Por otra parte, en la antigua zona del «socialismo real» de Occidente se


evidenciaron graves síntomas de auténtica regresión económica desde
mediados de la década de los 60. El socialismo de planificación centralizada
ya no era sostenible en un contexto donde las impredecibles fluctuaciones de
la economía transnacional imperaban las transacciones económicas mundia-

18
Desde 1970, casi todos los países de esta categoría se habían endeudado profunda-
mente. En 1990 se los podía clasificar, desde los tres gigantes de la deuda internacional
(entre 60.000 y 110.000 millones de dólares), que eran Argentina, México y Brasil.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 65

les. En este sentido, la entrada masiva de la Unión Soviética en el mercado


internacional de cereales y el impacto de las crisis petrolíferas de los setenta
representaron el fin del campo socialista como una economía regional autónoma,
protegida de los caprichos de la economía internacional (Hobsbawm, 1994).
Las policías de apertura económica se profundizan cuando Mijaíl
Gorbachov asumió el poder como secretario general del partido comunista
soviético en 1985. Gorbachov inició su campaña de transformación del
socialismo soviético con los dos lemas de «perestroika» o reestructuración (tanto
económica como política) y «glasnost» o libertad de información. Se trata de
una serie de reformas económicas destinadas a desarrollar una nueva
estructura interna de la Unión Soviética que se ajuste al nuevo orden de la
economía trasnacional.
Estas políticas de reforma trajeron aparejado una enorme cantidad de
consecuencias en la economía y la sociedad Soviética, que finalmente
culminaron en la disolución de la URSS en la década siguiente. Con el súbito
desmoronamiento del sistema político, se hundieron también la división
interregional del trabajo y las redes de dependencia mutua desarrolladas en
la esfera soviética, obligando a los países y regiones ligados a éstas a enfrentarse
individualmente a un mercado mundial para el cual no estaban preparados,
lo cual trajo aparejado una profunda crisis económica, política y social durante
los noventa. De una forma u otra, gran parte de lo que había sido el «segundo
mundo» iba asimilándose a la situación del tercero. No sucedió lo mismo en
Oriente. Nada resulta más sorprendente que el contraste entre la desintegración
de las economías de la zona soviética y el crecimiento espectacular de la
economía china en el mismo período (Hobsbawm: 1994).
El principal efecto de las décadas de crisis fue, pues, el de ensanchar la
brecha entre los países ricos y los países pobres. Al mismo tiempo, se evidencia
el fortalecimiento de políticas conservadoras neoliberales llevadas a cabo por
personalidades políticas como Ronald Regan en Estados Unidos o Margaret
Tatcher en Inglaterra. El Estado-Nación como Estado de bienestar, típico de
la edad de oro, entra en crisis. De esta manera, la económica trasnacional y
sus instituciones como las empresas multinacionales, el mercado monetario
internacional y los medios de comunicación global, se fortalecen y rigen la
economía mundial más allá de las fronteras de cualquier país.
66 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Estudios
Si la década de 1970 fue una época de auge para las prácticas, debates
y análisis de la comunicación, la década de 1980 representó una época de
crisis y reformulación. Una etapa donde se replantearon las diferentes teorías
sobre comunicación a la luz de los hechos de la época. Por un lado, la vuelta
de los sistemas democráticos en los pases de América Latina significó una
redefinición a fondo tanto para los sectores populares como para los medios
masivos en un nuevo contexto sociopolítico y económico. Por otro, los levanta-
mientos armados por parte de las guerrillas en Centroamérica, plantearon
dinámicas de resistencia y propaganda desde la comunicación, utilizando
principalmente la radio para acompañar sus procesos revolucionarios.
Desde las ciencias sociales existe un evidente desplazamiento teórico
que propone como nuevo eje la relación entre la comunicación y la cultura.
Este desplazamiento toma distancia de las concepciones que sostenían la
existencia de relaciones de opresión, donde el oprimido padece al opresor;
como ser en la Teoría de la Dependencia de los 60. El desplazamiento se
realiza hacia perspectivas que se interrogan de qué maneras los dominados
trabajan a favor de su propia dominación, resaltado el concepto de Hegemonía
en el entramado cultural.
En este sentido, se avanzó en la comprensión sobre cómo los procesos
políticos y las relaciones de poder no podían considerarse aisladamente, sino
en la trama de los procesos y prácticas culturales. Siguiendo esta línea, hay
determinadas prácticas y procesos culturales que trabajan a favor del fortale-
cimiento de la dominación. Existen complicidades y seducciones que hacen
que los dominados internalicen intereses que los dominan y se subyuguen
con los gustos y modos de vida de los dominadores. No se trata de un verticalis-
mo impuesto, sino más bien, de una construcción colectiva.
En un contexto donde existía un creciente desencanto de las experiencias
históricas del «socialismo real», las diferentes corrientes que venían utilizando
las categorías marxistas de análisis plantean la insuficiencia de las mismas
para explicar los fenómenos de la sociedad, sobre todo los aspectos relacionados
a la cultura. Al mismo tiempo, los enfoques estructuralistas producen un
desplazamiento hacia modelos teóricos que intentan explicar procesos de
significación rompiendo con el inmanentismo del enfoque estructural clásico
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 67

y rescatando modelos que ponen de presente la riqueza histórica del discurso


(Bello, Buenaventura, Pérez, 1986).
En cuanto las experiencias desarrolladas desde la comunicación
alternativa se empiezan a cuestionar la falta de vinculación de algunas de
estas experiencias con las necesidades, expectativas y realidades culturales
de los sectores populares. Se replantea el concepto de lo alternativo y lo popular,
buscándolo en la cotidianidad de la gente, en la relación entre la cultura y la
comunicación. Evidenciando que la Comunicación Alternativa no es algo
autónomo sino que tiene sus bases en una dinámica política y social en la
que se desarrolla (Mata, 1998).
Es decir, la Comunicación Alternativa depende del contexto en cual se
inserta, adquiriendo sus características a partir de la relación que establece
con él. No importa qué medios se usen ni cómo sean las prácticas de
comunicación popular siempre que sean acciones reivindicativas destinadas
a revertir los modos de distribución de poder en la sociedad.
De esta manera, numerosos investigadores con diferentes enfoques
teóricos y distintos objetos de estudios y preocupaciones, centraron su interés
en la relación entre cultura y comunicación.
Como lo sugieren Bello, Buenaventura, Pérez (1986):

La cultura se constituye en un lugar privilegiado desde el cual se


puede interpretar los fenómenos y procesos de comunicación. La
relación entre comunicación y cultura no es, por lo tanto, un objeto
de estudio mas entre muchos otros, sino una perspectiva científica
desde la cual tenemos que abordar dichos fenómenos y procesos.

Siguiendo con la propuesta de los autores citados, podemos caracterizar


al renovado interés por la relación entre comunicación y cultura en cuatro
temáticas.
 La conexión entre comunicación e identidad cultural. Se intenta explorar
el papel de la cultura y la comunicación en la construcción de identidades
colectivas y su impacto en la construcción de la democracia y en las
estrategias de desarrollo de nuestros países.
 Las Culturas Populares. Se trata de estudiar al pueblo como productor de
sentido a partir de su propia realidad y de sus propias practicas cotidianas.
68 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Alejándose de la visión semiológica-estructural clásica donde el pueblo


es un receptor pasivo de los mensajes massmediáticos, la Comunicación
Popular se define como el conjunto de prácticas a partir de las cuales los
grupos populares van satisfaciendo sus necesidades (de informarse
adecuadamente, de reconocerse a sí mismos como sujetos históricos, de
comprender su realidad, de lograr formas auténticas de participación y
expresión), lo que representa además un modo de ir construyendo su
identidad como actores sociales y sentando las bases de un diferente
ordenamiento social (Mata,1994).
 Las nuevas tecnologías. Se trata de estudios que abordan el impacto de
las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, en distintas
aéreas de nuestra realidad
 La información trasnacional. Se trata de un debate, vinculado con el punto
anterior, donde los países periféricos, del «tercer mundo», o no alineados,
diagnostican y denuncian los flujos informativos nacionales y
trasnacionales. Al mismo tiempo, se formularon propuestas concretas a
través de organismos como la Agencia Latinoamericana de Servicios
Especiales de Información (ALASEI), la Interpress Service (IPS) o la Acción
de Servicios Informativos (ASIN).

Prácticas
Como vimos anteriormente, los movimientos revolucionarios de Centro-
américa estuvieron acompañados de proyectos comunicacionales alternativos,
principalmente a través de la radio, al estilo de «Radio Rebelde» en cuba o
«Radio Sandino» en Nicaragua. Estas experiencias se basaban en la necesidad
de mantener informada a la población civil y a los grupos guerrilleros de los
avanzases y retrocesos del conflicto armado, como así también, fue un medio
de propaganda y convocatoria para sumar adeptos a la lucha.
En este contexto, en la década de 1980 surge en El Salvador, «Radio
Venceremos» como una radioemisora clandestina durante la guerra civil (1980-
1991). Representó la voz oficial del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN) y un importante medio para el movimiento revolucionario.
Comenzaron a trasmitir el 10 de enero de 1981 desde las montañas de Morazán,
sosteniendo las transmisiones a lo largo de los años, muchas veces bajo el
bombardeo del Ejército Salvadoreño.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 69

Al mismo tiempo, se creó una unidad audiovisual que dependía de la


radio, llamada «Sistema Radio Venceremos». Desde ella se produjeron
contenidos audiovisuales destinados al público internacional, con el fin de
denunciar las violaciones a los derechos humanos por parte de la Fuerza
Armada de El Salvador y dar a conocer la lucha de liberación del frente
revolucionario.
Con la victoria revolucionaria la radio pasó a la legalidad ocupando una
frecuencia FM. Paradójicamente, tras sobrevivir más de diez años en la
clandestinidad, desde la legalidad fue perdiendo su fuerza política
convirtiéndose en una radio comercial. En la actualidad la frecuencia es
alquilada a una radio cristiana evangélica. Al mismo tiempo, el FMLN se
conformó como un partido político logrando una significativa representación
democrática.
Por otro lado, la apertura democrática de los países latinoamericanos
generó la proliferación de experticias comunicativas desde la sociedad civil.
El desarrollo y abaratamiento de la tecnología permitió a numerosos emprende-
dores, individuales y colectivos, empezar a trasmitir mensajes radiofonismos
sin grandes costos19. Muchas de estas experiencias se vincularon a lo político,
en cuanto comenzaron a disputar el espacio público que hasta ese momento
era un monopolio comercial, y en menor medida, estatal. Denunciar los
horrores de la dictadura, que los medios comerciales habían callado siendo
cómplices, y al mismo tiempo proponer nuevas maneras de reorganización
social aparejados con el entusiasmo democrático, ahora era posible sin que la
vida de los actores en juego corriera peligro.
En Argentina, como señala Larisa Kejval (2009):

A partir de la apertura democrática empezaron a surgir en Argentina


un conjunto de radios que no es posible comprender en el marco del
sistema de radiodifusión vigente hasta ese entonces, caracterizado

19
La tecnología de frecuencia modulada tenía dos ventajas incuestionables sobre la
transmisión en amplitud modulada: gran calidad en la recepción de señales sonoras y
menor costo de instalación de los equipos transmisores. Estas cualidades más la
necesidad de expresar lo que no se podía o estaba condicionado por los gobiernos
militares, fueron los disparadores de la multiplicación de emisoras de frecuencia
modulada que conformaron en esos años de recuperación democrática. (Gardella; 2012)
70 FRANCISCO J. NÚÑEZ

por la presencia de los medios privados motivados por la lógica del


beneficio y, en menor medida, por los del Estado, gestionados por
los gobiernos de turno con una perspectiva más de órgano de difusión
gubernamental que de servicio público. (p.6)

Si bien, como vimos anteriormente, las experiencias de comunicación


alternativa no eran nuevas en 1980 en el contexto Latinoamericano, en
Argentina la reapertura democrática representó el surgimiento sin precedentes
de radios comunitarias, populares y alternativas. Una vez que las radios
comenzaron a surgir, rápidamente entraron en relación con el conjunto de
experiencias latinoamericanas que ya tenía recorrida una larga historia. Por
ejemplo, a través de los espacios de formación y encuentros organizados y
promovidos por centros de comunicación como el Instituto de Cultura Popular
–INCUPO– y el Centro de Comunicación Educativa La Crujía, las nuevas radios
heredaron prácticas y reflexiones de las redes y experiencias radiofónicas de
otros países latinoamericanos (Kejval, 2009).
Entre 1983 y 1986 estas experiencias radiofónicas comenzaron a gestarse
tímidamente, sin embargo, entre 1987 y 1989 el fenómeno se extendió
masivamente. Si bien no todas las radios que nacieron en esta época fueron
proyectos políticos comunitarios, alternativos o populares, es innegable su
aparición e importancia, en cuanto la sociedad civil organizada toma la palabra
pública como medio para satisfacer sus necesidades en un contexto donde
los medios masivos ni la legislación existentes podían hacerlo.
La dictadura militar había comenzado una política de privatización sobre
los medios electrónicos en manos del estado, política que se profundizó a
fines de los 80 y durante toda la década de los 90 bajo el modelo económico
neoliberal. Los procesos de concentración y convergencia fueron posibilitados
por la Ley de Reforma del Estado y por las constantes modificaciones que
tuvo la Ley de Radiodifusión 22.285 a través de decretos presidenciales.
En este contexto, la expresión de diferentes sectores de la sociedad era
inviable desde un aspecto legal, ya que, además de favorecer la concentración
de los medios de comunicación, la legislación en radiodifusión no permitía la
adjudicación de nuevas licencias de radiodifusión y, menos aún, permitía el
acceso al espectro radioeléctrico a cooperativas u organizaciones sin fines de
lucro como asociaciones civiles, cooperativas y mutuales. Esto explica en gran
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 71

medida la «ilegalidad» de las iniciativas civiles a comunicar como una determi-


nación a ejercer el derecho a expresar más allá de las regulaciones y limitaciones
legales.
Por otro lado, muchas de las radios comunitarias, populares y alternativas
nacieron en el marco de organizaciones sociales y políticas, que ya venían
trabajando previamente. Como lo describen, en un diagnóstico de la situación
de la radiodifusión en Argentina realizado en 1988, María C. Mata y Marina
Silveri:

Más allá de personas entusiastas, guiadas por fines comerciales o


de servicios, se pueden observar que algunas emisoras, quizás las
menos, surgieron del anhelo de comunidades organizadas por poseer
un medio de comunicación que les sirviera de voz. Así encontramos
centros comunitarios o vecinales que usan el medio para pasar
información sobre sus actividades y con un propósito de educación
popular. También están los centros culturales que descubren en el
medio una herramienta de difusión de la cultura local. Otro ejemplo
lo constituyen las radios gestionadas por grupos parroquiales o por
instancias de la Iglesia que ven la necesidad de una comunicación
más directa con sus comunidades. Y por último, también los partidos
políticos recurren a este medio para lograr una divulgación de sus
propuestas y la participación de las bases más activamente en la
discusión de los temas que les incumben. Todas estas emisoras tienen
un origen en común: surgen como consecuencia lógica de un trabajo
previo de organización que para fortalecerse echa mano de este medio
de comunicación. (Mata, Silveri, 1988. Citado en Kejval, 2009, p.
28)

Son justamente estas radios las que se encuadran dentro del campo de
la Comunicación Alternativa por usar la radio como un medio alterador con
propuestas reivindicativas en el nuevo contexto democrático.

1.5. Década de 1990

Nuestro siglo demuestra que el triunfo de los ideales de la justicia y


la igualdad siempre es efímero, pero también que, si conseguimos
preservar la libertad, siempre es posible comenzar de nuevo... Es
72 FRANCISCO J. NÚÑEZ

necesario conservar la esperanza incluso en las situaciones más


desesperadas. (Valiani. Citado por Hobsbawm, 1994, p. 12)

El siglo xx corto acabó con problemas para los cuales nadie tenía, ni
pretendía tener, una solución. Cuando los ciudadanos de fin de siglo
emprendieron su camino hacia el tercer milenio a través de la niebla
que les rodeaba, lo único que sabían con certeza era que una era de
la historia llegaba a su fin. No sabían mucho más. (Hobsbawm, 1994,
p. 552).

Marco Histórico
La década de 1990 comienza en el contexto internacional con la desintegra-
ción de la Unión Soviética, proceso que se venía gestando desde finales de
1980, siendo el 21 de diciembre de 1991 la fecha oficial donde la URSS deja
formalmente de existir. El colapso «liberó» a distintas regiones que vivían bajo
la órbita soviética a una economía mundial para la cual no estaban prepara-
dos20. Una profunda crisis económica, política y social se hizo presente en los
restos del antiguo bloque.
La desintegración de la Unión Soviética significó el empoderamiento del
capitalismo occidental como victorioso de 40 años de «Guerra Fría». Un nuevo
cuadro internacional se desplegaba en el mundo con los Estados Unidos como
única superpotencia.
Con el derrumbamiento del «Socialismo real» como opción política viable,
la lucha de ideologías iniciada en el siglo XIX pareció haber llegado a su fin.
Como lo señala Hobsbawm (1994):

Con el colapso de la Unión Soviética el experimento del «socialismo


realmente existente» llegó a su fin. Porque, incluso donde los regímenes
comunistas sobrevivieron y alcanzaron éxito, como en China, se
abandonó la idea original de una economía única, centralizada y
planificada, basada en un estado totalmente colectivizado o en una
economía de propiedad totalmente cooperativa y sin mercado. (p. 490)

20
Por ejemplo, la desintegración de Yugoslavia. Estalla la guerra de Bosnia. La diversidad
étnica y religiosa, fue, desde los años setenta, uno de los principales problemas de las
seis repúblicas —Croacia, Eslovenia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y
Macedonia— integrantes de la Federación Yugoslava.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 73

En este contexto, el teórico estadounidense Fukuyama (1992) escribe «El


fin de la historia y el último hombre», donde proclama que la historia de la
humanidad como lucha entre ideologías ha concluido, dando lugar a un
pensamiento político y económico único basado en el modelo de Estados
Unidos. De esta manera, los acontecimientos del hombre moderno pasarán
por la innovación científica siendo los conflictos ideológicos anécdotas del
pasado. Una tecnocracia no tan diferente a la utopía positivista de Comte.
Con esta visión como telón de fondo las políticas neoliberales que venían
actuando con fuerza desde la década de 1970 se instauraron en la mayoría
de los países del mundo como la única opción viable de desarrollo moderno.
Políticas como la flexibilización laboral y privatización de empresas estatales,
pasaron a ser la vanguardia en políticas nacionales.
Sin embargo, como se demostraría más tarde, el fracaso del «Socialismo
Real Soviético» no empañó la posibilidad de otros tipos de socialismos. Es
decir, una economía basada, en esencia, en la propiedad social y en la gestión
planificada de los medios de producción, distribución e intercambio, es
económicamente racional. Demostrar la viabilidad de esta economía socialista
no supone demostrar su superioridad frente a otros tipos de ordenamientos
económicos, como por ejemplo, una versión de la economía mixta del Estado
de Bienestar en la década de 1950. La revolución de octubre fue un tipo de
socialismo, rudo, brutal y dominante, acorde a las coyuntura histórica y posibi-
lidades de realización donde se gestó. El fin de la experiencia Soviética fue el
fin de una experiencia, pero no el fin de las corrientes políticas y económicas
socialistas (Hobsbawm, 1994, p. 494).
Al mismo tiempo, la era de las Grandes Guerras, con la USRR disuelta,
parecía haber llegado a su fin. Lejos estaban los recuerdos de las primeras
Guerras Mundiales acontecidas medio siglo atrás. Si bien los medios de
comunicación y entretenimiento hicieron de ellas un tema privilegiado (pelícu-
las, libros, cómics, video-juegos, series televisivas, entre otros formatos), cada
vez eran menos las personas que creían que tales escenarios se podían repetir
tras el final de la guerra fría.
Esto no quería decir, evidentemente, que los conflictos armados hubiesen
llegado a su fin. Los años ochenta demostraron, como en el conflicto anglo-
argentino de 1982, o el conflicto ente Irán con Irak (1980 a 1988), que las
74 FRANCISCO J. NÚÑEZ

guerras podían darse sin la confrontación entre las superpotencias mundiales.


Y no solo eso, podían darse y eran posibles en cualquier momento. Los años
que siguieron a 1989 dan cuenta de ello, donde se gestaron un mayor número
de operaciones militares en más lugares de Europa, Asia y África de lo que
nadie podía recordar21.
En este contexto, es importante destacar que desde la segunda mitad del
siglo XX se asiste a una democratización y privatización de los medios de
destrucción. Los Estados Nacionales dejan de monopolizar el uso de la fuerza,
lo cual transformó profundamente las perspectivas de conflicto y violencia en
cualquier parte del mundo. Ahora resultaba posible que pequeños grupos de
disidentes, políticos o de cualquier tipo, pudieran crear problemas y destrucción
en cualquier lugar del mundo22. En síntesis, el peligro global de guerra no
había desaparecido; sólo había cambiado (Hobsbawm, 1994, p. 550).
En cuanto la ciencia, en la década de 1990 se asiste a un desarrollo
tecnológico vertiginoso que continúa y potencia los avances hachos hasta
entonces. En el campo de las comunicaciones se asiste a una revolución sin
precedentes. El uso de la computadora se popularizó gracias al desarrollo de
sistemas operativos fáciles de usar, como fue el caso Windows ‘95 y su
abaratamiento como bien de consumo. Años más tarde, con la irrupción de
internet, se abrirían un sinfín de posibilidades de comunicación cada vez más
asequibles para la sociedad civil.
Por otro lado, la década de 1990 en América Latina está signada por la
vuelta a la democracia en numerosos países que venían de una dictadura
militar o gobierno de facto23. Al mismo tiempo, las políticas de estados se
alinearon a las políticas económicas neoliberales, lo que llevó al poder en
varios países a sectores conservadores alejándose de las políticas de bienestar
esbozadas en las décadas anteriores. Quizás uno de los casos más paradigmá-
ticos, fue la derrota electoral que sufrió en 1990 el Frente Sandinista de
Liberación Nacional en Nicaragua, luego de haber salido victorioso de la llamada
«Revolución Sandinista» en 1979.

21
Liberia, Angola, Sudán y el Cuerno de África; en la antigua Yugoslavia, en Moldavia,
en varios países del Cáucaso y de la zona transcaucásica, en el siempre explosivo
Oriente Medio, en la antigua Asia central soviética y en Afganistán.
22
Como lo demostraron los atentados en Buenos Aires a la Embajada de Israel en 1992
y a la AMIA el 18 de julio de 1994.
23
Como es el caso de Chile en 1990.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 75

En términos económicos, siguiendo el trabajo realizado por el CEPAL


(2004), podemos decir que en América Latina se dio un crecimiento moderado
durante la década, sin recesiones, hasta 1997 (con excepción de Argentina,
México y Uruguay, que fueron afectados por la crisis de 1994-1995). Después
de 1997, los países sudamericanos enfrentaron un período de lento crecimiento,
con recesión en varios de ellos. Por el contrario, en los países de Centroamérica
y en algunos países del Caribe, se registró una considerable expansión en el
quinquenio 1996-2000.
Al mismo tiempo, en América Latina se vio un notable incremento de la
pobreza, relacionados a los procesos de recesión, auge y estancamiento
económicos por los que pasaron la mayoría de los países latinoamericanos en
los años ochenta y noventa, los cuales afectaron significativamente los niveles
de pobreza e indigencia en el continente.
En cuanto a la distribución espacial de la pobreza, ha habido un importan-
te cambio de la población, lo que ha hecho que la pobreza sea hoy un fenómeno
mayoritariamente urbano. De los 211 millones de pobres que había en 1999,
134 millones vivían en las zonas urbanas y 77 millones en las rurales. No
obstante, la incidencia de la pobreza es mucho mayor en el ámbito rural que
en el urbano (64% contra 37%) según las cifras dadas por CEPAL (2004, p. 37).
Paralelamente, en casi todos los países se expandieron los empleos
informales. Hubo en la década diversos cambios en las condiciones laborales
que perjudicaron a los trabajadores, como la falta de contrato; la proliferación
de los empleos temporales o de tiempo parcial; la carencia de seguridad social;
la ampliación de las causales de término de contrato; la reducción de las
indemnizaciones por despido, y las limitaciones impuestas al derecho de
huelga, la negociación colectiva y la afiliación sindical. La precariedad del
empleo se advierte también en la falta de previsión y seguros de salud, lo que
afectó más a quienes trabajan en microempresas o pequeños emprendimientos.
Otra característica de la época fue el aumento del desempleo, fenómeno
que se hizo sentir principalmente en los países sudamericanos: en efecto,
creció en forma persistente en Argentina, Brasil y Colombia, aunque en Brasil
alcanzó niveles equivalentes a la mitad de los registrados en los otros dos
países. También mostró una tendencia al alza en Bolivia, Chile, Ecuador,
Paraguay, Uruguay y Venezuela. En Chile sólo se incrementó a partir de
76 FRANCISCO J. NÚÑEZ

1998, luego de haber disminuido de manera sistemática desde comienzos de


la década. En contraste, la desocupación tendió a disminuir en México y en la
mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe. Al mismo tiempo, en la
mayoría de los países, se mantuvo o se acentuó a lo largo de la década la ya
característica mala distribución del ingreso de América Latina. Debe destacarse
que alrededor de 75% de los hogares perciben ingresos inferiores al ingreso
promedio (CEPAL, 2004, p. 24).
En este contexto, es pertinente destacar los resultados obtenidos en las
encuestas de opinión realizadas desde el CEPAL (2004), donde se describe las
reacciones de la población latinoamericana frente a los acontecimientos de la
década:

Se advierte un desencanto, al final del período, por los resultados


obtenidos, una reclamación por la desigualdad, que parece haberse
convertido en la principal preocupación, por encima incluso de la
pobreza, y un malestar con muchas de las instituciones clave de la
sociedad, en especial con la política, los partidos políticos y los
políticos mismo. (p. 32)

En Argentina, la crisis económica acabó anticipadamente con el gobierno


de Raúl Alfonsín; dando paso a la llegada de Carlos Menem a la presidencia
en 1989. Los primeros ministros de economía del nuevo gobierno eran directivos
de la multinacional Bunge y Born, evidenciando desde un principio el intento
de implementar de forma rápida y plena políticas económicas enmarcadas
dentro del capitalismo neoliberal. Las privatizaciones de las empresas
nacionales, las leyes de reforma del Estado y de flexibilización laboral, fueron
algunas de las políticas que caracterizaron la época y profundizaron la brecha
existente entre sectores populares y dominantes. Con el paso de los años,
esta brecha generó situaciones de creciente pobreza, marginalidad, desempleo,
precariedad laboral y analfabetismo, lo que derivó en el 2001 en una profunda
crisis económica, social y política24.

24
En aproximadamente una semana la República Argentina tuvo cinco presidentes
distintos. Fernando de la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño,
y finalmente Eduardo Duhalde que gobernó el país desde el 2 de Enero del 2002 hasta
mayo del 2003, cuando se llamó nuevamente a elecciones.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 77

Por otra parte, durante el mandato de Menem se indultó a 227 militares


y civiles involucrados en el genocidio de la última dictadura militar, lo que
generó un gran rechazo por parte de la opinión pública y los organismos de
derechos humanos. Al mismo tiempo, las políticas destinadas a la comuni-
cación no fueron la excepción dentro de las políticas neoliberales. A través de
diversas modificaciones al decreto-ley de Radiodifusión 22.285 se favoreció el
monopolio de los multimedios, obstaculizando todo tipo de comunicación que
no fuera privada o gubernamental. En este contexto, las miles de radios que
habían surgido en los 80, al margen de la legalidad, comenzaron a ser perse-
guidas por obstruir el dial FM de empresas privadas nacionales o extranjeras.

Estudios
Siguiendo los trabajos de Larisa Kejval (2013; 2009) podemos decir que
durante los años 90 los estudios y publicaciones realizados alrededor de
Comunicación Alternativa en argentina se multiplicaron respecto la década
anterior. La mayoría de las reflexiones provenían de aquellos comunicadores
e intelectuales que asumieron un compromiso explícito con experiencias
concretas, generando desde la práctica una reflexión sobre sus procesos. De
esta manera, si en los años 70 y 80 proliferaron los debates académicos en
Latinoamérica sobre la comunicación popular y alternativa, durante los años
90 las discusiones se desplazaron hacia aquellos actores e instituciones
involucrados directamente en experiencias concretas de comunicación.
Bajo esta línea, Rodríguez Esperón y Lamas (1995, p. 141) sostenían:
«En los últimos encuentros y congresos de investigadores y/o profesionales
del campo de la comunicación, se destaca llamativamente la eliminación de
los temas y problemáticas referidos a la comunicación alternativa».
En tiempos donde se predijo el fin de la historia y las ideologías, muchos
intelectuales y comunicadores dejaron de ver a los medios comunitarios,
populares y alternativas como una opción viable capaz de producir transforma-
ciones significativas en una época en que el capitalismo neoliberal lucía su
hegemonía y poder. Si los años 80 fueron prolíficos en el debate sobre la
comunicación popular y alternativa, en los años 90 la discusión explícita fue
más bien la excepción.
Por otro lado, como dijimos anteriormente, las instituciones orientadas a
78 FRANCISCO J. NÚÑEZ

la comunicación alternativa jugaron un papel fundamental en la producción


de contenido crítico acorde a sus experiencias. A nivel latinoamericano podemos
mencionar la labor realizada desde la Revista Chasqui, editada por CIESPAL,
las revistas académicas Diálogos de la Comunicación editada por la Federación
Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS), y Signo
y Pensamiento editada por la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia y
de los artículos y publicaciones de la Asociación peruana CALANDRIA. Al
mismo tiempo, dos asociaciones nuclearon a las emisoras comunitarias,
populares y alternativas: la Asociación Latinoamericana de Educación
Radiofónica (ALER) y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias en su
capítulo América Latina y Caribe (AMARC ALC). En Argentina se destacó la
labor del Centro de Comunicación La Crujía, el Centro Nueva Tierra y el
Instituto de Cultura Popular (INCUPO), la revista Causas y Azares, de la Carrera
de Ciencias de la Comunicación de la UBA, la revista Oficios Terrestres de la
Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, entre otros (Larisa
Kejval 2013, pp. 22-26).
Desde estas instituciones, radios y comunicadores se tematizaron acerca
el labor de la Comunicación Alternativa en Latinoamérica. Se fue tejiendo
una identidad común, rescatando la historicidad de los procesos transitados
en otras latitudes de América Latina y de Europa, en ocasiones como retazos
fragmentados escasamente contextualizados. Poco a poco puede leerse en la
búsqueda por precisar una identidad, formas de nombrarse que sistematicen
las diversas experiencias. El artículo de Lamas y Lewin (1995) es un ejemplo
de esta búsqueda:

Lugar de encuentro con iguales, defensa de espacios autogestionados,


confrontación al discurso hegemónico de los medios masivos de
difusión, creación de medios contraculturales, participación en
instancias de construcción política alternativa que dispute poder,
pueden ser tramos del camino recorrido más tarde en cuanto muchas
de esas experiencias necesitaron definiciones que profundizaran el
para qué. (pp. 71-13)

En esta búsqueda de definiciones de fondo algunos calificativos comen-


zaron a resonar con mayor intensidad: comunitarias, populares, alternativas.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 79

De esta manera, los medios alternativos no inventaron sus propios


nombres, sino que recuperaron y dialogaron con las identidades que se venían
construyendo en la región. Generalmente, las nociones de comunitarias,
populares y alternativas se utilizaron indistintamente, casi como sinónimos,
sin hacer explícitas las diferencias entre unas y otras nociones. De ahí que a
lo largo de toda la década algunos intelectuales o instituciones, tanto argentinas
como latinoamericanas, destinaron esfuerzos a intentar delimitar conceptual-
mente y debatir los alcances de cada noción (Larisa Kejval, 2013, pp. 22-26).

Prácticas
La década de 1980 significó en argentina un periodo de proliferación sin
precedentes para los proyectos alternativos. En la década de 1990, al contrario,
fue un período adverso para el desarrollo de nuevos proyectos comunicacionales
alternativos, al tiempo que desaparecieron muchas de las experiencias que
habían comenzado a gestarse la década anterior.
Las políticas nacionales en Latinoamérica en general y en Argentina en
particular, fueron cercando las posibilidades de expresarse libremente de
manera organizada desde la sociedad civil. La privatización de los servicios
públicos y las empresas nacionales más la reducción del rol del Estado,
fomentaron la visión neoliberal de la comunicación tornándola una mercancía
y no un derecho humano básico.
En este sentido, la «Ley de Radiodifusión 22.285» sancionada durante la
última dictadura militar era restrictiva para el desarrollo de los medios comuni-
tarios, alternativos y populares. Iniciada la «década neoliberal», entre 1989 y
2001, las políticas implementadas por el gobierno de Carlos Menem en alianza
con el capital financiero, favorecieron un sistema de medios caracterizado por
la homogeneización, la falta de pluralidad y la verticalidad. Fueron la puerta
que posibilitó la conformación de multimedios conformados por fusiones de
capitales nacionales y extranjeros de empresas e inversores privados.
A modo ilustrativo, se sintetizan algunos de estos cambios en la
legislación (Kejval, 2009, p. 35).
 La Ley 22285 decía que solamente podía haber hasta 20 personas físicas
socias como licenciatarias de una frecuencia. A partir de la ley de Reforma
del Estado se habilitó a que las licencias fueran entregadas a sociedades
de empresas.
80 FRANCISCO J. NÚÑEZ

 Se derogó el artículo 46 A de la Ley 22285 que decía que «el objeto único
y exclusivo de los servicios de radiodifusión tenía que ser prestar servicios
de radiodifusión». Esto habilitó a que una empresa que se transformaba
en dueña de un medio de comunicación social electrónico también pudiera
tener una naviera, un banco, un satélite, empresa de producción de papel,
etc. Esto implicó la distorsión del rol del medio al mezclar el interés a la
información con intereses políticos-comerciales.
 Se aprobó un tratado internacional con EEUU que habilitó a los norteame-
ricanos a ser radiodifusores en la Argentina en las condiciones de la
legislación norteamericana. Por lo cual, una cooperativa no podía ser
titular de servicio de radiodifusión en Argentina, pero sí podía serlo un
fondo de pensión norteamericano.
 Un decreto de necesidad de urgencia permitió que el plazo de 5 años de
servicios de radiodifusión en vigencia desapareciera como requisito para
ser licenciatario, admitiendo, en su lugar, transferencias inmediatas de
las licencias.
 Un decreto posterior permitió a los licenciatarios a poseer la titularidad
de hasta 24 servicios de radiodifusión, mientras la ley 22.285 permitía
hasta 4. Estas tendencias en el sistema de medios de comunicación
pueden ser leídas como políticas culturales del modelo capitalista
neoliberal que, desde la alianza entre gobierno y capitales financieros
nacionales y extranjeros, fue profundizándose en nuestro país durante
los años 90.

Este contexto planteó una necesidad de redefinición y reconfiguración


para las prácticas que se venían gestando dentro de la comunicación alterna-
tiva. Esto significó trabajar nuevos objetivos, enfrentar problemáticas, tensiones
y desánimos en los grupos de trabajo; como el alejamiento o expulsión de
personas de los equipos de gestión y producción; cierres de temporales y defi-
nitivos; en una época de crisis y reformulación. Como lo describe un miembro
de FM Tránsito, una radio alternativa de Castelar, Buenos Aires, que vivió la
época:

Los diez años de Menem fueron de desmovilización total, de no


participación y de desinterés. Y las radios comunitarias vieron
golpeada su identidad. Y de radios comunitarias o de baja potencia
habían pasado a ser radios truchas que sonaban mal y que ya no
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 81

tenían ese auge que habían tenido en los finales de los ’80 y principios
de los ’90. (Citado en Kejval, 2009, p. 51)

En la década de los 90 es posible encontrar rasgos en común en el modo


en que los medio comunitarios, populares y alternativos en Argentina (en
especial desde las radios), han ido precisando, redefiniendo y enriqueciendo
sus objetivos. Se abrió un rico espacio de diálogos, reflexiones y discusiones
que fueron compartiendo experiencias en redes de comunicación y en espacios
de formación promovidos por organizaciones vinculadas a la comunicación
alternativa.
Por otro lado, el uso cada vez más cotidiano de la computadora y
posteriormente el acceso a internet, fue abriendo un amplio abanico de
posibilidades de expresión. Lo que antes significaba un gran costo para solo
un sector de la sociedad, de pronto fue asequible a una gran cantidad de
personas. El tratamiento digital de imágenes y sonidos a un relativo bajo
costo, fomentó la participación de cada vez más personas en todo el mundo
en un marco de interconectividad.
Muchas de estas experiencias, más allá del formato empleado, todavía
no contaban con una finalidad política clara de transformación, por lo que no
se conciben dentro de campo de la comunicación alternativa. Ya que, el carácter
«alterador» de la comunicación, es justamente su finalidad política de
transformación, y no solamente el uso de un medio técnico diferente. Como lo
describe Lamas (1996):

Estas redes no podrán quedar en intercambio, producción y emisión


de información, sino que deberían ser parte de una construcción
política que articule distintas iniciativas comunitarias-alternativas-
populares. Con la construcción de redes podemos comenzar a visuali-
zar la posibilidad de constitución de un entramado sobre el que se
asiente un proyecto alternativo de carácter transformador. El desafío
será no sólo transmitir un discurso contra-hegemónico, sino ser prota-
gonistas de una práctica política que cuestione el actual consenso.
(p. 22)

Estas pequeñas experiencias fueron la antesala de la que sería la explosión


informática que se generaría más adelante con el desarrollo de internet, las
82 FRANCISCO J. NÚÑEZ

redes sociales y el uso de datos móviles a través de los celulares. En este


contexto, cabe destacar dos hitos históricos que marcarían el camino en los
años siguientes; se trata del Movimiento revolucionario EZLN levantado en
México en 1994 que lanzó su voz al aire y posteriormente al ciberespacio,
proponiendo así un proyecto de comunicación alternativa que albergaba a
una comunidad global desde la localía. Otra experticia histórica, que fortaleció
el interés y estudio en la comunicación alternativa, son las manifestaciones y
movilizaciones contra la cumbre de Seattle en 1999, en contra de la globali-
zación y del neoliberalismo y con ello la aparición del primer centro de medios
independientes llamado Indymedia. La experiencia de Seattle supo utilizar
las nuevas tecnologías: el internet, video y radio, así como los medios más
tradicionales de la comunicación, poniendo en escena el alcance e importancia
de las nuevas herramientas informáticas para la comunicación alternativa
(Corrales García y Hernández Flores, 2009).

1.6. Actualidad
El contexto internacional del nuevo milenio estuvo marcado por el declive
de las ideas y las políticas neoliberales, por lo menos en la primera década del
siglo. Diferentes fuerzas locales de creciente movilización pasaron a representar
una expansiva coalición de actores globales que plantearon nuevos proyectos
políticos, a luz de los resultados económicos neoliberales de la década anterior.
En los cuatro rincones del planeta, con desigual intensidad, estas expresiones
comenzaron a manifestarse y a disputar el poder púbico en busca de un cambio.
Movimientos sociales como los zapatistas en 1994, la aparición de los
piqueteros en Argentina en la crisis del 2001, las grandes huelgas ciudadanas
y de trabajadores en Francia y Corea del Sur poco después y, hacia finales de
siglo, la maduración y consolidación internacional de estas protestas en Seattle
y en Porto Alegre. Consecuentemente, estas nuevas fuerzas políticas han
pasado a disputar el poder político, y en muchos casos, pasaron a consolidar
sus expresiones en fuerzas políticas y controlar los gobiernos de turno (Boron,
2004).
Por otro lado, tras los ataques a «Las Torres Gemelas» y «El Pentágono», el
11 de Septiembre del 2001, la década estuvo marcada por la llamada «Guerra
contra el Terrorismo» declarada por los Estados Unidos bajo la presidencia de
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 83

George W. Bush. En este contexto, las fuerzas americanas con otros aliados
de Occidente invadieron varios países de Oriente (Afganistán a partir del 2001,
Irak desde 2003) modificando las políticas y economías de la región. Sin
embargo, más allá de estas tentativas bélicas en nombre de la «libertad y la
democracia», los grupos «Terroristas» organizados de oriente siguieron
provocando más ataques, como en Bali (2002), Madrid (2004), Londres (2005),
Bombay (2006) y multitud de atentados en Irak y Afganistán.
En el orden económico, la República Popular de China se posicionó como
la segunda potencia del globo, a la par que varios países «emergentes» como
la India y Brasil, se convirtieron en polos de referencia mundial. Estados
Unidos seguirá siendo la principal potencia económica y militar del mundo,
pero con un poder limitado, sobre todo tras la crisis internacional del 2008.
Se inicia así un proceso paulatino de un mundo multipolar en el orden
económico.
Por otro lado, Europa asiste a la mayor ampliación de la historia de
la Unión Europea (1 de mayo de 2004), con la incorporación de nuevos países,
en su mayoría procedentes del Este de Europa, que antes pertenecían al
bloque soviético.
El avance neoliberal en América Latina en la década de 1990 dio como
resultado una estructura social con una gran desigualdad económica y una
marcada crisis institucional y política. Este escenario desató una grave crisis
económica y social, como es el caso de México en 1995, Brasil 1999, Argentina
2001, Uruguay 2002, y posteriormente, significó la llegada al poder de diversos
gobiernos basados en las necesidades postergadas de los sectores populares
en la mayoría de los países de Latinoamérica25.
Es a la luz de este escenario que proponemos analizar los cambios políticos
que se han ido configurando en la región, como sostiene Demetrio Boersner
(2005):

En América Latina –el continente con la distribución del ingreso


más desigual del mundo– las presiones a favor del rechazo del modelo

25
Como es el caso de Evo Morales en Bolivia, Néstor Kirchner en Argentina, Rafael
Correa en Ecuador, Lula da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela, Tabaré Vázquez
en Uruguay, Lugo en Paraguay, entre otros.
84 FRANCISCO J. NÚÑEZ

«imperial», y del retorno a políticas de intervención del Estado en la


economía con fines de equidad social, son particularmente fuerte.
Como expresión de estos sentimientos, han sido elegidos para
gobernar, partidos y hombres que representan una nueva versión
actualizada de las ideas y programas de la izquierda democrática
latinoamericana. (p. 113)

La llamada Nueva Izquierda Latinoamericana26 se posicionó discursiva-


mente como una nueva versión del Estado de Bienestar, con políticas
orientadas a los sectores menos favorecidos, y en algunos casos, con un claro
enfrentamiento con los poderes internacionales (Estados Unidos, FMI, entre
otros), y los poderes tradicionales de cada región. En un contexto donde la
URSS se había disuelto, las denominadas «Nuevas Izquierdas» se diferencian
de la izquierda tradicional, porque no buscan un modelo socialista como meta
a alcanzar, sino que, proponen un Estado presente como regulador del
mercado, defensor y garante de los derechos sociales.
Al mismo tiempo, cabe distinguir como la bibliografía de referencia
(Lánzaro, 2006; Natanson, 2008; Korol, 2015) establece una clasificación que
distingue los casos más «radicalizados» (Venezuela, Bolivia, y Ecuador), de
aquellos «moderados», (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay) y «conservadores»
(Chile, Perú, Colombia).
El desinterés político que había sido una constante en la década de 1990,
bajo la predicción del fin de las luchas ideológicas, retomó un nuevo ímpetu
ante los estallidos sociales del nuevo siglo. La participación política tuvo un
gran auge en sectores de la juventud que acogieron con entusiasmo muchas
de las consignas proclamadas por organizaciones sociales y tuvieron buena
acogida en los nuevos gobiernos. Al mismo tiempo, se fue abriendo cierta
distancia entre los sectores de la población que veían en el discurso público
oficial un oportunismo basado en el «populismo»27, más que oportunidades
legitimas de desarrollo.

26
«La nueva izquierda Latinoamericana» es una tipología relativamente nueva cuyo
significado todavía es debatido. Para muchos autores lo correcto es hablar de gobiernos
progresistas, entre otras nomenclaturas. Sin embargo, preferimos la primera denomi-
nación por coincidir con los planteos básicos de los autores citados.
27
El término «populista» fue utilizado originalmente en Estados Unidos, a mediados de
1890 en referencia al Partido del Pueblo. En el lenguaje político corriente, el término
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 85

Más allá de los aciertos o desaciertos de los nuevos gobiernos, del consenso
o disenso con sus políticas (que el actual trabajo de investigación no tiene
como objeto dilucidar), es evidente el avance legislativo en la protección de
derechos sociales. Estos nuevos gobiernos se vieron favorecidos por un contexto
económico internacional favorable, por lo menos hasta finales del 2007 –
antes de la crisis financiera y económica producida en el 2008–, que permitió
ampliar el gasto público en políticas destinadas a los sectores hasta ahora
postergados.
En el caso de Argentina, particularmente en las comunicaciones, se
evidencia un esfuerzo político por modificar el entramado comunicacional del
país, llevando a cabo la sanción de la Ley 26.522 llamada: «Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual». Como veremos más adelante, dicha ley es el
resultado de un intenso debate en los diferentes órdenes de la sociedad
(universidad, sociedad civil, organizaciones sin fines de lucro, iglesia, partidos
políticos, entre otros), pero sobre todo, representó una respuesta organizada
a viejas necesidades heredadas de la última dictadura cívico militar, es decir,
la necesidad de contar una ley que garantice y proteja el derecho a comunicar,
como derecho humano básico de todas las personas, y no como una mercancía
sujeta a las leyes del mercado.
De este modo, tenemos un contexto con movimientos sociales que critican
diferentes aspectos del statu quo al tiempo que la crisis del modelo económico
neoliberal supone nuevas búsquedas de alternativas más acordes para la
región. La «Nueva Izquierda» retomará parte de estos reclamos caracterizándose
por desenvolverse en el ámbito de la Democracia Representativa, por darle un
rol preponderante al Estado como regulador del mercado y con un discurso
anti imperialista e integracionista en lo regional.
Sin embargo, cabe resaltar a grandes rasgos los cambios políticos
acontecidos en la segunda década del siglo. Si bien los hechos son demasiado

posee connotaciones contradictorias. Por un lado está su acepción negativa, al estar


asociado con términos como demagogia y prodigalidad económica, que indican
irresponsabilidad económica o política. Por otro lado, está su acepción más descriptiva
que centra el análisis en el discurso, la hegemonía y por lo tanto la relación de fuerzas
como los planteos de E. Laclau. Por lo cual, no existe en la actualidad un consenso
académico respecto al significado del mismo, aunque sí numerosos estudios y un
núcleo analítico común en torno al que giran los debates (Francisco Panizza; 2009).
86 FRANCISCO J. NÚÑEZ

cercanos para poder hacer un análisis certero sobre la actualidad, nos sirven
de referencia a la hora de plantear nuestra investigación.
Desde los países nucleados dentro de las «Nuevas Izquierdas Latinoame-
ricanas» entraron en una etapa de descrédito y resistencia por una parte de la
población nativa de cada país, como así también, por la injerencia de países
como Estados Unidos, que favorecieron la inestabilidad económica, política y
social, en cada región28.
De esta manera, asistimos a un retroceso en las políticas sociales propias
del estado de bienestar. Con una clara impronta de políticas neoliberales, los
nuevos gobiernos comenzaron un camino inverso al de sus antecesores,
desarmando en gran medida los avances conseguidos durante la primera
década del siglo. Al mismo tiempo, la organización y movilización popular que
tuvo un auge en la década del 2000, comenzó a ser resistida por parte de los
nuevos gobiernos, con graves casos de desapariciones, represión y encarcela-
miento de líderes políticos y sociales.
En el orden internacional, la Unión Europa entró en una etapa de incerti-
dumbre al ver cómo Inglaterra, uno de los integrantes más poderosos, decidiera
tomar distancia y retirarse. Por último, cabe resaltar los resultados de las
elecciones presidenciales de Estados Unidos que llevo a la presidencia al
candidato de ultraderecha Donal Trump, resistido por la mayoría de los
habitantes norteamericanos, y temido, en cuanto las consecuencias que podría
tener su mandato, por la mayoría de los líderes mundiales.

Estudios
En un contexto global mucho más conectado por Internet, el cambio de
siglo va a marcar un renacimiento de las experiencias alternativas y también
de la reflexión teórica sobre el tema a escala mundial, fortaleciendo diferentes
redes de conexión a nivel internacional (Baeza, 2008).
Cabe destacar el trabajo realizado durante el año 2000 de la ALER29

28
En países como Brasil (Juicio Político y destitución de Dilma Rousseff), Argentina y
México (gana las elecciones presidenciales un candidato de la derecha neoliberal),
Venezuela (desestabilización política y económica en el país fomentada, en parte, por
la oposición conservadora más la ayuda extranjera)
29
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 87

acerca de la inserción de las radios alternativas en el continente y el grado de


elaboración de los proyectos de intervención política y comunicacional de las
emisoras. El mismo fue publicado en forma de libro un año después con el
título «La radio popular frente al nuevo siglo: estudio de vigencia e incidencia».
Como una segunda fase de ese trabajo, en 2004 AMARC30 y ALER publicaron
un volumen de recopilación de experiencias, de carácter descriptivo y poniendo
como prioridad el testimonio de los protagonistas. El libro se llamó «La radio
popular y comunitaria frente al nuevo siglo: La práctica inspira». Sus autores,
Andrés Geerts, Víctor van Oeyen y Claudia Villamayor, plantean el rescate de
las diferentes tradiciones que identifican en el desarrollo de la radio alternativa
(educativas, populares, comunitarias) y asumen la noción de «movimiento
político comunicacional».
Las nuevas propuestas han contribuido a unificar criterios para asentar
el estatuto epistemológico de la Comunicación Alternativa. Como lo demuestran
la publicación de las primeras antologías y readers (Gumucio-Dagron, 2001;
Gumucio-Dagron y Tufte, 2006), o la multiplicación de programas de formación
universitaria y eventos profesionales y académicos. Así como de movimientos
globales de democratización y justicia, como el Foro Social Mundial (Pulleiro,
2011).
En las corrientes de pensamientos norteamericanas, el mundo de la
comunicación y el análisis de los medios alternativos se han desarrollado
diversos autores en relación al tema. Siguiendo la distinción que propone
Corrales García y Hernández Flores (2009), resaltamos las propuestas teóricas
sobre los medios alternativos radicales de Downing (2001), los medios
ciudadanos de Rodríguez (2001), el enfoque de la comunicación para el cambio
social de Gumucio Dagron (2001), los medios alternativos de Atton (2002) y
los medios comunitarios de Calleja y Solís (2005).
A partir de estos aportes, se pueden trazar las principales líneas de
renovación del pensamiento sobre comunicación alternativa a nivel
internacional (Baeza, 2008).
a) El planteamiento acerca de la audiencia activa desarrollada desde los
primeros trabajos de los Estudios Culturales ha dado un paso más

30
Asociación Mundial de Radios Comunitarias.
88 FRANCISCO J. NÚÑEZ

adelante en una de sus vertientes y ha vuelto desde aquí al carácter


productor de sentido del receptor no sólo en cuanto tal, sino también
como potencial emisor.
b) La revisión crítica del triunfo del neoliberalismo desde la teoría política
ha traído como consecuencia una reformulación del pensamiento sobre
el cambio social que también ha afectado el campo de la comunicación
alternativa, particularmente respecto de los sujetos del cambio, la
democratización interna de las experiencias y su vinculación con proyectos
políticos más amplios.
c) El desarrollo tecnológico se ha venido convirtiendo en una variable cada
vez más influyente tanto por arriba como por abajo del campo de la
comunicación. Por abajo, en el desarrollo de las experiencias de comunica-
ción alternativa, producto de su abaratamiento y de sus modos de uso
cada vez más cercanos a la gente común. Por arriba, como resultado de
la convergencia tecnológica pero también del lugar que están ocupando
las tecnologías de la comunicación en esta nueva fase del capitalismo

En Argentina, podemos distinguir de acuerdo al trabajo realizado por


Larisa Kejval (2013, 2009) sobre las radios alternativas, un grupo de libros y
artículos que se orientó a definir y a delimitar las nociones de comunicación
alternativa, comunitaria y popular, como así también, a proponer nociones
que den cuenta de modo preciso de las perspectivas comunicacionales y
políticas a las que adscribieron sus autores. Es el caso de las nociones de
Contrainformación (Vinelli y Rodríguez Esperón, 2004), Medios Sociales de
Comunicación (La Vaca, 2006), Mediactivismo (Cara y señal, 2006),
Comunicación Autónoma (Cara y señal, 2008) o Ciudadanía Comunicativa
(Mata, 2003).
Otros autores enfatizaron el carácter contextual, procesual e intertextual
de toda práctica que se defina en términos de comunicación popular,
comunitaria o alternativa (Huergo, 2004; La Tribu, 2004)
A continuación presentamos a modo de síntesis los puntos en común y
las continuidades que tuvo la reflexión teórica sobre comunicación alternativa,
propuestas por Larisa Kejval (2013, p. 116):
 Las radios comunitarias, populares y alternativas no sólo pugnaron por
democratizar las comunicaciones, sino que también expresaron, desde
su específico accionar en la esfera de la cultura, opciones de cambio
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 89

frente a las estructuras sociales o formas de vida injustas. De este modo,


hicieron explícitas las relaciones existentes entre comunicación y política
y comunicación y poder. En tanto los modos en que concibieron los
procesos de cambio social, el estatuto de la comunicación en estos procesos
y la articulación con los movimientos sociopolíticos que luchan por la
transformación desde diversos ámbitos y proyectos, fueron motivo de
divergencias entre las emisoras.
 El antagonismo respecto de los medios de comunicación comerciales,
recientemente concentrados y orientados por el fin de lucro fue constitutivo
de la construcción identitaria de los medios alternativos.
 Como en las décadas precedentes, la sanción de una nueva Ley de
Radiodifusión que no sólo reconociera el derecho de las organizaciones
sin fines de lucro de prestar servicios de comunicación audiovisual, sino
que garantizara también el ejercicio del derecho a la comunicación para
toda la ciudadanía y la democratización del sistema de medios en su
conjunto, continuó siendo una demanda de las radios comunitarias,
populares y alternativas. En este sentido, es necesario destacar el activo
protagonismo de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. A partir
de 2004 diversos actores sociales comenzaron a articularse en esta
Coalición: universidades, gremios de trabajadores de los medios de
comunicación, intelectuales, organismos de derechos humanos,
movimientos de trabajadores ocupados y desocupados, músicos, entidades
gestoras de derechos, pueblos originarios, organizaciones de mujeres,
entre otros.
 En un contexto caracterizado en términos de fragmentación y desarticula-
ción del tejido social, el encuentro y la articulación de las resistencias y
disputas, en tanto tareas políticas orientadas a construir fuerzas
simbólicas y sociales de creciente incidencia, continuó siendo un horizonte
relevante de los medios comunitarias, populares y alternativos. La
publicación de «Comunicación para el cambio social en América Latina:
prácticas de articulación entre movimientos sociales y redes de comuni-
cación» (Cremona, 2007), atestiguan esta relevancia.
 En un contexto de emergencia de nuevos protagonismos sociales, los
medios comunitarios, populares y alternativas volvieron a poner de relieve
la participación como rasgo propio de sus identidades. Podemos identificar
que esta noción en los textos de la época, ligados fundamentalmente a la
expresión de las voces de los sectores populares y de quienes habitualmen-
90 FRANCISCO J. NÚÑEZ

te han sido discriminados o estereotipados en los medios de comunicación,


sobre todo a través de sus movimientos y organizaciones. Estuvo asociada
también a la construcción de iniciativas para motivar el involucramiento
de oyentes, integrantes de las comunidades u organizaciones en instancias
de producción y gestión de las emisoras. Es el caso, por ejemplo, de la
conformación de la Red de Corresponsales Populares impulsada por FM
La Tribu entre 2002 y 2004 (La Tribu, 2004).
 La idea de participación estuvo estrechamente vinculada, asimismo, a la
aspiración de construir formas de gestión democráticas y participativas
en oposición a los modelos caracterizados por la centralización de la
información y la verticalidad en la toma de decisiones.
 En continuidad con los aportes latinoamericanos de los años 80 en
adelante, y estrechamente relacionado con lo anterior, la construcción
de relaciones dialógicas o no asimétricas entre emisores y receptores
cobró un nuevo énfasis como aspiración de los medios comunitarios,
populares y alternativos. La creciente extensión del acceso a las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación, fundamentalmente a
Internet, contribuyeron a revitalizar las reflexiones y las experiencias en
este sentido. Muchos vieron allí la posibilidad de subvertir las distancias
de los polos emisor-receptor impuestas por las tradicionales tecnologías
analógicas, así como la oportunidad de multiplicar el número de medios
y emisores.
 En un escenario en el que se extendió el cuestionamiento la pretendida,
objetividad e independencia de los medios hegemónicos de comunicación,
los medios comunitarios, populares y alternativos volvieron a considerar
estratégica su incidencia en la opinión pública y en la disputa de las
agendas mediáticas.
 En continuidad con las reflexiones que cobraron vigor en los años 90,
muchos medios comunitarios, populares y alternativos, siguieron recono-
ciendo el problema de dirigirse sólo a los círculos militantes y se
identificaron con los desafíos de ampliar sus audiencias más allá de estos
límites para construir masividad.
 Como ocurrió durante los años 90, para los medios comunitarios,
populares y alternativos continuó siendo un desafío la construcción de
formas de gestión colectivas, democráticas y participativas que posibilita-
ran la sostenibilidad y el logro de sus objetivos. Los nuevos proyectos y
experticias con posterioridad a 2001 procuraron nutrirse de las experien-
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 91

cias acumuladas previamente. De ahí que las preguntas, nociones,


herramientas y experiencias en torno a la sostenibilidad y la gestión se
expresaran en diversas publicaciones tanto al estilo de manual como de
aportes conceptuales o reflexiones provocadoras. A modo de ejemplo, se
puede citar la sistematización realizada por el Área de Comunicación
Comunitaria del Centro de Producción en Comunicación y Educación de
la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de
Entre Ríos, denominado «Construyendo Comunidades… Reflexiones
actuales sobre comunicación comunitaria» impreso en 2009.

Acabamos de sintetizar un conjunto de significaciones en torno a las


cuales se fue anudando la construcción identitaria de los medios comunitarios,
populares y alternativos durante el nuevo siglo. Significaciones que estiran
sus raíces en las décadas precedentes y que, por lo tanto, expresan continu-
idades, regularidades que dotan de sentido al conjunto de experiencias
particulares dentro un marco de totalidad que comprende el campo de la
comunicación alternativa.
Por último, creemos pertinente destacar el trabajo elaborado en el 2004
por la Coalición por una Radiodifusión Democrática31 donde se elaboraron
los «21 puntos básicos por el derecho a la comunicación» que luego sería la
base del proyecto de la ley de servicios de comunicación audiovisual. Estos
21 puntos, producto de un intenso debate, sintetizan las necesidades y luchas
mantenidas por diversos colectivos de la sociedad civil.
A continuación presentamos la lista completa:
1) Toda persona tiene derecho a investigar, buscar, recibir y difundir
informaciones, opiniones e ideas, sin censura previa, a través de la radio
y la televisión.
2) La radiodifusión es una forma de ejercicio del derecho a la información y
la cultura y no un simple negocio comercial. Es un servicio de carácter
esencial para el desarrollo social, cultural y educativo de la población.
3) Se garantizará la independencia de los medios de comunicación.
4) Las frecuencias radioeléctricas no deben transferirse, venderse ni

31
Colectivo que reunió a distintos actores sociales, como ser: organizaciones populares,
de derechos humanos, medios comunitarios, cooperativos y PyMEs, sindicatos,
trabajadores de la comunicación, universidades, pueblos originarios, entre otros.
92 FRANCISCO J. NÚÑEZ

subastarse. Pertenecen a la comunidad, son patrimonio común de la


humanidad, y están sujetas por su naturaleza y principios a legislaciones
nacionales así como a tratados internacionales. Deben ser administradas
por el Estado con criterios democráticos y adjudicadas por períodos de
tiempo determinado a quienes ofrezcan prestar un mejor servicio. La
renovación de las licencias estará sujeta a audiencia pública vinculante.
5) La promoción de la diversidad y el pluralismo debe ser el objetivo primordial
de la reglamentación de la radiodifusión. El Estado tiene el derecho y el
deber de ejercer su rol soberano de garantizar la diversidad cultural y
pluralismo comunicacional. Eso implica igualdad de género e igualdad
de oportunidades para el acceso y participación de todos los sectores de
la sociedad a la titularidad y gestión de los servicios de radiodifusión.
6) Si unos pocos controlan la información no es posible la democracia. Deben
adoptarse políticas efectivas para evitar la concentración de la propiedad
de los medios de comunicación. La propiedad y control de los servicios de
radiodifusión deben estar sujetos a normas antimonopólicas, asegurando
el pleno derecho a la cultura e información.
7) El público tendrá derecho a acceder a una información plural, así como
a la diversidad cultural. Para ello se deberá garantizar la indemnidad
intelectual y estética de los trabajadores de la comunicación y de todos
aquellos que participan en la producción de bienes culturales.
8) En los casos de una integración vertical u horizontal de actividades ligadas,
o no, a la comunicación social, se deberán establecer regulaciones que
promuevan el pluralismo, respeten las incumbencias profesionales y
derechos intelectuales de los artistas y demás trabajadores de la
comunicación y el espectáculo.
9) Deberá mantenerse un registro público y abierto de licencias. El registro
deberá contener los datos que identifiquen fehacientemente a los titulares
de cada licencia, y los integrantes de sus órganos de administración,
además de las condiciones bajo las cuales fue asignada la frecuencia.
10) No podrán ser titulares de licencias de servicios de radiodifusión ni
integrantes de sus órganos directivos, quienes ocupen cargos electivos
oficiales nacionales, provinciales o municipales, funcionarios públicos
de los distintos poderes, miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad,
como así tampoco aquellos que hayan tenido participación comprometida
con violaciones a los derechos humanos.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 93

11) Existen tres tipos de prestadores de servicios de radiodifusión: públicos,


comerciales y comunitarios de organizaciones de la Sociedad Civil sin
fines de lucro. Todos los servicios de radiodifusión podrán contratar
publicidad en igualdad de condiciones, ya que así se respetan los derechos
humanos económicos, sociales y culturales.
12) Los medios estatales deberán ser públicos y no gubernamentales. Deberán
proveer una amplia variedad de programación informativa, educativa,
cultural, de ficción y de entretenimiento garantizando la participación
ciudadana y la atención a las necesidades de la población. En todas las
regiones del país se destinará una frecuencia a la recepción gratuita del
canal de TV pública nacional y de Radio Nacional; y de igual forma se
reservará al menos una frecuencia para una radio y una emisora de TV
provincial y una emisora de FM municipal. Los servicios de la radiodifusión
universitaria constituyen un sistema público de gestión autónoma y se
reservará no menos de una frecuencia de radiodifusión a cada una de las
universidades públicas nacionales.
13) Los planes técnicos deberán reservar al menos el 33% de frecuencias, en
todas las bandas, para entidades sin fines de lucro.
14) La ley establecerá cuotas que garanticen la difusión sonora y audiovisual
de contenidos de producción local, nacional y propia.
15) La explotación de los servicios de radiodifusión es indelegable y debe ser
prestada por el propio titular de la licencia.
16) Las repetidoras y cadenas deben ser una excepción a la regla de modo tal
de priorizar el pluralismo y la producción propia y local, salvo para las
emisoras estatales de servicio público o la emisión de acontecimientos de
carácter excepcional.
17) La publicidad sonora y audiovisual será de total producción nacional y
deberá siempre diferenciarse de los contenidos de la programación, no
estará incluida en esta, se difundirá en tandas claramente identificadas
al inicio y al final por la señal distintiva del medio y no inducirá a estafas
y engaños a la comunidad.
18) Los sistemas de distribución de señales deberán incluir en su grilla de
canales las emisoras de TV de aire de la localidad, el canal público nacional
y un canal con producción informativa local y propia.
19) La autoridad de aplicación deberá respetar en su constitución el sistema
federal y estará integrada además por organizaciones de la sociedad civil
94 FRANCISCO J. NÚÑEZ

no licenciatarias y por representantes de las entidades representativas


de los trabajadores de los medios y de las artes audiovisuales.
20) Se creará la figura de la «Defensoría del público», con delegaciones en las
provincias, que recibirá y canalizará las inquietudes de los habitantes de
la Nación. Deberá incluirse un capítulo que garantice los derechos del
público. Estos podrán ser ejercidos directamente por los habitantes de la
Nación o a través de la defensoría del público.
21) En la nueva ley se deberá contemplar la normalización de los servicios de
radiodifusión atendiendo a las necesidades de aquellos impedidos de
acceder a una licencia por las exclusiones históricas de la ley 22.285 y la
administración arbitraria de las frecuencias por parte del Estado nacional.

Al mismo tiempo, cabe destacar que esta breve síntesis rescata algunas
de las reflexiones suscitadas en el último tiempo funcionales al presente trabajo
investigación, sin pretender ser de carácter exhaustivo.

Prácticas
La confluencia de un escenario de carácter nacional y otro internacional,
propiciaron un nuevo dinamismo: una nueva etapa política y social abierta a
partir de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, por un lado, y la
revitalización de los foros de debate internacional acerca de las políticas de
comunicación junto con un nuevo activismo comunicacional de carácter global,
por el otro, dieron paso a un estallido de proyectos y experiencias dentro de la
comunicación alternativa (Larisa Kejval, 2013).
La mayoría de los proyectos comunicacionales que nacieron inmediata-
mente después de las jornadas de diciembre de 2001 no fueron radiofónicos.
Más bien se trataron de grupos de cine, video y fotografía, agencias de noticias
por Internet, televisoras de emisiones eventuales, publicaciones gráficas, áreas
de prensa y comunicación de los movimientos de trabajadores ocupados y
desocupados. Poco después, numerosas organizaciones y movimientos
expresaron un renovado interés por fundar sus propias radios. (Larisa Kejval,
2013. p. 111)
Al mismo tiempo, como vimos anteriormente, en el contexto internacional
las experiencias de Chiapas en 1994 y Seattle en 1999 marcarán el inicio de
una conciencia global crítica y el uso de los medios de comunicación para
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 95

difundir estas nuevas formas de protesta social. Es en este punto cuando los
estudios y prácticas sobre comunicación alternativa toman mayor fuerza y
carácter global interconectado.
De esta manera, como lo señala Barranquero y Baeza (2010, 08), asistimos
al nacimiento y consolidación de un buen número de redes mundiales de
medio-activistas comprometidos con el cambio social, entre ellas: La Iniciativa
de la Comunicación (The Communication Initiative Network), la Asociación
Mundial para la Comunicación Cristiana (World Association for Christian
Communication-WACC), NUESTROS Medios (OURMedia), o el Consorcio de
la Comunicación para el Cambio Social (Communication for Social Change
Consortium-CFSC),
Asimismo, se reconoce una acumulación de las redes transnacionales
que fueron estableciendo relaciones entre sí, como en el caso del frente
comunicacional que en América Latina agrupó a organizaciones como la
Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), la Asociación
Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), La Agencia Latinoameri-
cana de Información (ALAI), la Asociación Mundial para la Comunicación
Cristiana (WACC, por sus siglas en inglés) y la Organización Católica
Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (OCLACC), entre otras.
En Argentina es pertinente destacar el activo protagonismo de algunas
redes que nuclearon diferentes organizaciones que trabajaban en el campo
de la comunicación alternativa. Entre ellas cabe nombrar al Foro Argentino
de Radios Comunitarias (FARCO)32 y la Red Nacional de Medios Alternativos
(RNMA)33, constituida en 2004, que luego se reunirían en la llamada «Coalición
por una Radiodifusión Democrática». A partir de 2004 diversos actores sociales
comenzaron a articularse en esta Coalición, como ser: universidades, gremios
de trabajadores de los medios de comunicación reunidos en la CGT y CTA,
movimientos cooperativistas, intelectuales, organismos de derechos humanos,
partidos políticos, músicos, organismos sin fines de lucro, pueblos originarios,

32
FARCO nucleaba en el año 2012 a 95 emisoras que se pueden consultar en el sitio de
la red nacional: www.farco.org.ar
33
Diferentes medios alternativos integraron esta red con el paso del tiempo, como ser en
el caso de Tucumán: El periódico ContraPunto, la Agencia de Noticias La Palta, El
centro cultural «Mate Cocido», entre otros.
96 FRANCISCO J. NÚÑEZ

organizaciones de mujeres, entre otros. (Larisa Kejval, 2013)


Poniendo en segundo plano diferencias políticas e ideológicas, se logró
consensuar 21 puntos por una Ley de Radiodifusión Democrática. A partir de
allí adhirieron y se sumaron nuevas organizaciones, llegando a ser más de
300 hacia 2009. La Coalición cumplió un rol fundamental en el proceso de
elaboración y sanción de la nueva Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual. De esta manera, se pudo plasmar el histórico reclamo por la
democratización de las comunicaciones a través de una legislación que proteja
el derecho a la comunicación e información.
En este sentido, la Ley 26.522 hace presente una nueva concepción de la
comunicación considerándola un derecho humano inalienable y no solamente
una mercancía, como lo establecía la regulación anterior. Se reserva un 33%
del espacio radioeléctrico y audiovisual para el llamado «Tercer Sector», es
decir, a organizaciones sin fines de lucro. Esto implicó «abrir» el juego a diversos
actores sociales, incorporando nuevas voces al espacio público a través de
políticas de fomento que alentaron producciones locales de contenido
radiofónico y audiovisual.
A partir de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
se asiste a una proliferación de experiencias de producción bajo subsidios del
estado, principalmente bajo el concurso FOMECA34. El mismo fue destinado
para financiar la producción de contenido radial y audiovisual, la compra de
equipamiento, la gestión del medio, la creación de redes de articulación locales
y nacionales, ente otras líneas de financiamiento. Diferentes organizaciones
de todo el país se vieron beneficiadas directamente por este programa. Los
resultados y alcances del mismo, en cuanto la posibilidad de producir contenido
desde lo local, como proceso de sociabilidad que genera nuevos sentidos, es
materia pendiente.
Es justamente en este contexto donde el presente trabajo pretende aportar
una reflexión sobre las experiencias realizadas por las organizaciones sociales
«Biblioteca Popular Osvaldo Bayer» y la «Fundación Memorias e Identidades
de Tucumán» constituidas como productoras de contenido bajo la legislación
de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

34
Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual.
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 97

Por último, es pertinente resaltar la experiencia de comunicación


alternativa realizada al margen de los subsidios otorgados bajo la ley 26.522.
Se trata de un trabajo articulado entre la Agrupación H.I.J.O.S Tucumán y
estudiantes de Comunicación de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Nacional de Tucumán en el marco de los crímenes de lesa
humanidad conocido como «Megacausa Tucumán» (Gardella, 2016). En
palabras de la autora, el proyecto:

Se abordó desde la búsqueda de nuevas estrategias políticas y nuevas


lógicas de lo social-cultural en términos de dinámica de auto-
organización colectiva con el potencial de prácticas de comunicación
propiciadas por las tecnologías digitales, en este caso, un blog. (p.
14)

El blog acompañó el VI Juicio de Lesa Humanidad desde el quehacer


periodístico. Como propuesta de articulación política fue tejiendo una memoria
colectiva entre todos los involucrados. El blog representó un doble espacio; de
visibilidad y sensibilidad. Significó instalar en la agenda pública nuevas
reflexiones y problemáticas frente a los lineamientos editoriales hegemónicos
de la provincia. Al mismo tiempo, abrió un rico espacio de trabajo entre
diferentes actores sociales (Universidad, organizaciones de derechos humanos,
sociedad civil, víctimas de la causa, entre otros) desde el cual se construyeron
saberes compartidos a partir de las prácticas sociales, en cuanto saberes en
acción que tienen una finalidad política de transformación.
Por último, esta experiencia nos lleva a reflexionar sobre el papel de las
Universidades Públicas en el desarrollo de propuestas enmarcadas dentro
del campo de la Comunicación Alternativa en los últimos años. Como lo señala
Méndez (2009):

Estos espacios solo son posibles en la Universidad Pública. En ella


tenemos la posibilidad de investigar, de compartir con otros lo que
investigamos y, a su vez, de poder también nosotros enriquecernos
con las múltiples experiencias que se producen en los distintos
espacios. Este intercambio, esta intercomunicación solo es posible
en el espacio de la Universidad Pública. (p. 18)
98 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Este espacio de encuentro entre la universidad y la comunidad puede ser


considerado «como la posibilidad de un verdadero dialogo de saberes en donde
el rol de la universidad en los procesos de comunicación para el cambio social,
supone promover y facilitar espacios donde la gente se organiza y toma
decisiones» (Gardella, 2016, p. 47).
Los espacios de articulación de la Universidad con la Comunidad no son
nuevos, como vimos en la creación de Canal 10 en la década de 1960. En el
pasado y en la actualidad la Universidad se desempeñó como un actor social
importante; a través de ella se establecieron diálogos con distintos actores
sociales para articular acciones en la comunidad donde está inserta.
Sin embargo, es importante señalar que dicha articulación se puede dar
(y se dio) desde distintos lugares, con distintos fines, objetivos y metas a
realizar. Como así también, diferentes horizontes políticos que marcaron el
tipo de relaciones que se establecieron en su seno. Es decir, la articulación
universidad/comunidad puede darse de muchas maneras en contextos y
situaciones particulares.
Siguiendo el planteo de Gardella (2016) podemos distinguir dos concep-
ciones que configuran las prácticas académicas en la sociedad dentro de la
comunicación alternativa. Por un lado, una relación pedagógica que, como
encuentro de sujetos, tenga como objetivo la construcción de consciencia a
partir de la inserción critica en la realidad. Por otro lado, una finalidad política
como dimensión de los procesos donde se debate y se disputa, proyectos para
el cambio social (Gardella, 2016, p. 62)
De esta manera, la principal diferencia entre la creación de Canal 10 y el
blog sobre la «Megacausa Tucumán» radica en que dichas experiencias
mantienen una relación pedagógica y finalidades políticas diferentes. En el
caso de Canal 10 no se plantea una relación dialógica entre las partes, sino
más bien un centro de saber que imparte conocimiento. No existe una relación
horizontal entre la Universidad y los distintos sectores de la sociedad tucumana
que intervinieron en la gestión del canal, sino más bien una estructura jerarqui-
zada donde se concentra el poder de decisiones.
La finalidad política del canal en sus comienzos fue de orden «civilizatorio»,
con el objetivo de «dar cultura» al pueblo tucumano. Se trata de valores nobles
de adecuación al statu quo que juegan siempre a favor del estrecho grupo que
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 99

manejó, en diferentes momentos, al medio. Como vimos con anterioridad,


con el cambio de dirección durante los años 1973-4 la finalidad política del
canal cambio y, por lo mismo, cambio el contenido y la gestión, más asociado
al peronismo de izquierda. Al mismo tiempo, no es casualidad que la posterior
dictadura militar cambiara con su intervención nuevamente la fisionomía del
medio adaptándola a sus finalidades políticas. Por último, tampoco es
casualidad que, a 50 años de su apresurada inauguración, el canal siga dividido
entre lo que debería ser y lo que en realidad es; un instrumento a merced del
gobierno de turno.
Por el contrario, en el caso del blog que acompañó el VI Juicio de Lesa
Humanidad «Megacausa Tucumán» se propone encarar un diálogo
(contradictorio, con tensiones, retrocesos y avances) abierto entre las partes
involucradas. Los saberes académicos se vinculan con otros saberes desde
una horizontalidad de legitimidad, y desde ahí, se construye un tipo de
producción conjunta en un lugar y contexto sociopolítico particular. Como lo
platea Bergomás (2009):

Se trata de plantear la re-significación del lugar de la Universidad,


en el cual ya no se puede seguir siendo «el» lugar de la verdad y la
única fuente de construcción y validación de conocimiento, cerrada
a las necesidades y demandas sociales. (p. 64)

La articulación universidad/comunidad entonces, se enfrenta al desafío


constante de construir espacios de participación donde se valore otros tipos
de conocimiento y se establezca una la finalidad política común como horizonte.
En este sentido, como lo señala Mata (2009), las prácticas de comunicación
comunitaria:

Deben ser un espacio de integración de diferentes grupos. No solo


de grupos de la misma comunidad sino de personas e instituciones
que, situadas en distintos lugares, pueden compartir un mismo
horizonte político. Siempre reconociendo las diferencias y asumién-
dose como actores sociales diferentes, aunque con una misma
obligación y legitimidad para actuar en política. (p. 29)
100 FRANCISCO J. NÚÑEZ

Este espacio de integración está ligado a la comunicación en tanto


representa un proceso de construcción colectivo de sentidos. La comunicación
de esta manera es animarse a pensar en la necesidad de construir nuevos
mundos que aborden necesidades concretas de personas concretas. La
planificación y gestión de las prácticas de comunicación entonces representan
procesos de transformación de las relaciones sociales-comunicativas. Como
lo señala Gardella (2016):

En esa articulación de prácticas que comunican, reproducen o


transforman sentidos, la universidad tiene mucho por decir y por
hacer, no solo desde el rol clave como actor socio-político en la
democratización de la comunicación, sino también en la validación
de saberes que no surgen desde su propio seno. (p. 62)

Bajo esta concepción se han abordado distintas experiencias entre la


universidad y la comunidad en los últimos años35.
A través de estas experiencias podemos observar cómo la Comunicación
Alternativa es una práctica social vigente que actualiza los saberes históricos
en la búsqueda de nuevos sentidos colectivos.
El breve recorrido histórico que acabamos de desarrollar nos sirve de
base para pasar a delimitar el concepto la Comunicación Alternativa de manera
teórica. Entendiendo la historicidad del concepto y su desarrollo político en
las sociedades latinoamericanas.

35
Como ser el trabajo realizado por diferentes Cátedras de Comunicación Alternativa o
Comunitaria pertenecientes a Universidades Públicas Nacionales (UNT, UBA, UNJu,
UNER, UNS, entre otras).
CAPÍTULO I. COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. MARCO HISTÓRICO, ESTUDIOS Y PRÁCTICAS 101

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105

HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN
Capítulo ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,
II IMPUGNACIONES Y
CONSTRUCCIÓN DE PODER

Tina Gardella

«La operación de códigos naturalizados revela


no la transparencia y naturalidad del lenguaje, sino
la profundidad del hábito y la casi universalidad de
los códigos en uso; ellos producen reconocimientos
aparentemente naturales y esto tiene el efecto
ideológico de ocultar las prácticas de codificación
que están presentes.»
(Stuart Hall1, «Codificar-decodificar», Culture,
Media y Lenguaje)

Un planteo inicial
En el marco de una serie de conferencias brindadas en la Universidad de
Illinois2 en 1983, Stuart Hall se refiere al concepto de hegemonía y a su
importancia en la configuración de las sociedades modernas, toda vez que el
establecimiento real de su dominación se produce cuando se tiene la capacidad
de contener, educar y remodelar activamente a las fuerzas opositores, de
mantenerlas en sus lugares subordinados. «En la hegemonía es más el trabajo

1
Teórico cultural y sociólogo jamaiquino, afincado en Inglaterra desde 1951 hasta su
muerte. Junto a Raymond Williams, Richard Hoggart y E. P. Thompson, es uno de los
principales referentes de los Estudios Culturales.
2
El Simposio se llamó «El marxismo y la interpretación de la cultura: límites, fronteras,
contornos». Las 8 conferencias fueron publicadas con el título de Estudios Culturales
1983. Una historia teorética (2017) por Editorial Paidós.
106 TINA GARDELLA

de subordinación que el logro de una incorporación total» –dice Hall–, que


como muchos otros autores, compila los escritos de Antonio Gramsci3.
Es precisamente a Gramsci a quien se debe el abordaje y los primeros
estudios iniciáticos y novedosos para su época acerca de la hegemonía; sus
conceptos atraviesan desde el principio hasta el final este capítulo. Este
pensador italiano afirmaba que una política hegemónica opera en los aparatos
culturales, en el discurso de los lenguajes morales, en la lucha económica, en
el espacio político; todos y cada uno, resortes insustituibles para modificar la
relación de fuerzas que configuran y construyen poder.
Desde ese lugar es que hablar de hegemonía en la comunicación y
particularmente en la Comunicación Alternativa, es hablar de poder. De
quienes lo producen, de quienes lo resisten, de porqué se lo lucha y como es
que se lo construye. En una palabra: de lo alternativo como la dimensión
política de la comunicación.
En su texto «Hegemonía, un concepto clave para comprender la
comunicación», Jorge Huergo4 presenta un panorama esclarecedor sobre esta
relación, en tanto es a partir de desentrañar el concepto de hegemonía como
nos acercamos a una cabal comprensión de los alcances constitutivos de lo
político y de la comunicación.
Huergo traza un camino para entender el concepto de hegemonía desde
sus inicios y de cómo este concepto fue re-significándose en la historia del
pensamiento político y de las prácticas socio-culturales.
Pero lo más importante de su propuesta es la ubicación del concepto de
hegemonía como abordaje clave para mirar los procesos políticos relacionados
con el sentido y la manera en que la comunicación actúa en esa construcción,
contrariamente a aquellos abordajes que relacionan a los procesos políticos
con la fuerza y/o dominación que se ejerce hacia los sectores subalternos.
Por eso la Comunicación Alternativa tendrá, como una de las particulari-
dades sobresalientes, el trabajar para de-construir esos sentidos naturalizados,

3
Antonio Gramsci nació en la isla de Cerdeña, Italia, en 1891. Participó en la fundación
del Comité Central de Partido Comunista Italiano. Siendo diputado, fue detenido por
el gobierno fascista de Mussolini en 1926. En 1929 comienza a escribir su obra
fundamental «Los cuadernos de la cárcel», donde su principal planteo es la hegemonía.
4
Ficha de cátedra de Jorge Huergo, referente en el campo del eje comunicación/
educación. Facultad de Periodismo UNLP (1998).
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 107

las verdades impuestas del orden establecido, la negación y/u omisión de los
intereses y derechos de quienes no están incluidos en ese orden… al menos
no desde sus propios intereses y derechos.

La hegemonía como proceso


Esta frase es una propuesta de Raymond Williams5 para quien la
hegemonía es un complejo entrelazamiento o articulación de fuerzas políticas,
sociales y culturales diferentes, con el fin de constituir y sostener la conducción
de una sociedad, sin necesidad de hacerlo por el dominio coercitivo o por la
fuerza.
Incluso también es un proceso el mismo concepto de hegemonía. En el
texto mencionado, Huergo presenta ese proceso del concepto al señalar que el
término hegemonía ya lo utilizaban los griegos antes de Cristo. Para ellos
significaba la conducción o dirección de otros, el poderío o la preponderancia
para gobernar un grupo o una sociedad. También se lo relacionaba con la
teoría de la guerra y con las teorías del conflicto en las relaciones sociales en
general.
En la historia del pensamiento político han existido –hasta los aportes de
Antonio Gramsci– dos significados prevalecientes del concepto de hegemonía:
 La hegemonía como dominio, como coacción, como la fuerza ejercida por
los poderosos sobre los subordinados, como la sumisión política en lugar
del consenso cultural.
 La hegemonía como capacidad de dirección intelectual, moral y cultural
en virtud de la cual una clase dominante o aspirante al dominio logra
acreditarse como legítima alcanzando el consenso como clase dirigente.

Antonio Gramsci: del dominio al conformismo


A este político y pensador italiano se le debe el mayor aporte para la
construcción de una teoría de la hegemonía. Para Gramsci, una clase ejerce
su primacía y dominio sobre los grupos antagonistas, a través de la coerción
de aparatos propios de la «sociedad política», pero también lo hace mediante
la hegemonía, en cuanto articula y dirige a los grupos sociales aliados o

5
Williams R., novelista, dramaturgo, comunicólogo inglés de la Escuela de Birmighan,
uno de los padres de los primeros Estudios Culturales.
108 TINA GARDELLA

neutrales, a través de los aparatos hegemónicos de la «sociedad civil».


Según el teórico italiano, un grupo concreto ejerce la dirección del conjunto
social integrando en forma subordinada a la mayoría, aislando a los menos y
encarnando con éxito el interés general. La hegemonía se despliega siempre
naturalizando en tanto que «sentido común», un determinado orden, integrando
en él en forma subordinada al mayor número posible de grupos sociales
subalternos, y fragmentando, neutralizando y aislando a los potenciales
desafiantes de ese régimen.6
Para Iñigo Errejón (2011) –quien aporta nuevas lecturas sobre el concepto
de hegemonía– no hay que olvidar algo tan sencillo como que Gramsci entendía
que la diferencia fundamental entre la política en los Estados «orientales» y
los «occidentales» estribaba en el carácter del poder político de unos y otros.
Mientras que en los estados tradicionales el poder de los grupos dominantes
estaba sostenido fundamentalmente por la coacción y la represión, en los
estados modernos se sostienen en primer lugar por su capacidad de integración
y articulación de la sociedad civil y sus instituciones (educación, iglesia, ocio,
prensa, etc.) a favor del régimen existente.
Para Gramsci, las prácticas hegemónicas tienen por objeto la formación
del conformismo cultural en las masas; este conformismo cultural se manifiesta
como una serie de actitudes, de comportamientos, de valores y de pensamientos
que permiten a una clase ejercer su supremacía y articular, para los fines de
su dominio, los intereses y las culturas de otros grupos sociales.
Es decir que este proceso –que es fundamentalmente cultural– les permite
a los grupos dominantes, hacerse también dirigentes de la sociedad. Para
esta finalidad, los grupos dominantes trabajan el inter-juego entre hegemonía
y consenso a través de la educación, el derecho, los partidos políticos, la
opinión pública, los medios de comunicación.
En este caso, ha sido muy estudiado en comunicación el rol de la televisión
como modelo de lectura en tanto herramienta que construye realidad a través
del entretenimiento fundamentalmente; construcción de realidad en tanto el
poder de decir es el poder de leer la realidad, es decir, de poner y situar las
cosas y las personas en algunos lugares y no en otros.

6
Estos conceptos, escritos desde su observación y análisis en sus años de cárcel, se
encuentran en los Cuadernos V, 1929-1937.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 109

Uno de los referentes político/intelectual latinoamericanos que re


significan a Gramsci es Álvaro García Linera7. Al reflexionar sobre el proceso
que llevó a Bolivia a tener un presidente indígena, García Linera produce
siempre conceptualizaciones significativas en relación a la construcción de
hegemonía como construcción de sentido común, al que se refiere como esos
preceptos íntimos, morales, lógicos con los que la gente organiza su vida. Al
preguntarse sobre lo que se entiende por revolución, suele afirmar en sus
variados discursos públicos, que en lo más íntimo de cada uno, organizar lo
bueno y lo malo, lo deseable y lo indeseable, lo positivo y lo negativo, no son
sólo temas de discurso, sino que se trata de los fundamentos íntimos y de
cómo nos ubicamos en el mundo. En este sentido, lo cultural, lo ideológicos,
lo espiritual, se vuelve decisivo. Para García Linera, no hay revolución
verdadera, ni hay consolidación de un proceso revolucionario si no hay una
profunda revolución cultural.
Desde la teoría política, Daniel Campione8, también hace referencia a la
realidad latinoamericana:
Preguntarse por la vigencia para la realidad latinoamericana de hoy de la
problemática gramsciana de la hegemonía, es comenzar por registrar los
enormes cambios que esa realidad (y la mundial) han sufrido en estos últimos
años. Ese proceso de cambio de las últimas décadas se ha manifestado como
una contraofensiva de las clases dominantes. Parte de su dinámica se extrajo
de la voluntad consciente de revertir, por medio de transformaciones
estructurales, ‘orgánicas’ y no con medidas de coyuntura, el ascenso en la
movilización y las luchas sociales de los años ’60-’70, apoyada en una
reformulación económica, social y política del capitalismo a escala mundial,
pero ha tenido un efecto paradójico: al destruir las organizaciones de las
clases subalternas, ‘descabezar’ a su dirección, promover el ‘transformismo’
de sus intelectuales orgánicos, ha minado también su propia capacidad (la de
las clases dominantes) de ejercer una ‘dirección intelectual y moral’, ha
disminuido la posibilidad de erigir indispensables ‘bases materiales’ para esa

7
Sociólogo e intelectual boliviano. Fue vicepresidente de Bolivia acompañando al
presidente Evo Morales desde 2006.
8
Profesor de Teoría del Estado y de Evolución del Estado Argentino en la UBA, del
comité editorial de la revista «Periferias» y de la conducción de la Asociación Antonio
Gramsci.
110 TINA GARDELLA

dirección, y ha desmantelado las herramientas organizacionales (partidos con


capacidad de organización y movilización de masas, sindicatos reformistas y
burocratizados) que le permitieran en su momento construir esos ‘equilibrios
inestables’, esa capacidad para las ‘soluciones de compromiso’ que Gramsci
sitúa como cimiento de la transformación de una clase en ‘dirigente’[1]. Al
derrotar a su adversario de clase, los capitalistas latinoamericanos han
disminuido paradójicamente su potencialidad de construcción hegemónica.
(Campione, 2003, p. 15)
Por lo tanto, la hegemonía no es un mero proceso de dominio, sino que
debe visualizarse a través de las vinculaciones entre la cultura y lo político. La
cultura misma, como lo expresa Martín Barbero, (2008, p. 15) es un espacio
de hegemonía puesto que la dominación, lejos de ser un proceso de imposición
desde el «exterior» de lo social y de la cultura, es un proceso en el que una
clase se hace hegemónica en la medida en que logra representar intereses
diferentes de las clases populares y, además, en la medida en que los sectores
populares se reconocen «adentro» del proceso hegemónico. Para este estudioso
de los procesos culturales y comunicativos, es vital la manera en que estos
sectores populares se relacionan con los intereses de la clase hegemónica, es
decir que los asumen, los hacen propio, son conformistas con ellos.
Para Martín Barbero es importante el estudio de estos temas en tanto
interpela a no desconocer la conflictividad de los procesos comunicacionales
porque es imposible entenderlos desde la armonía y la transparencia, puesto
que al hacerlo se eliminan los factores políticos, en tanto lo político es la
asunción de la opacidad de lo social en cuanto realidad conflictiva y cambiante.
En ese proceso, la cultura como espacio de hegemonía, es algo que se
transforma permanentemente: se transforman las culturas y las identidades
dominantes y se trasforman también las culturas e identidades populares,
conformando entre ambas, articulaciones muchas veces insospechadas.
Este es un abordaje muy importante para el estudio de lo popular. Para
Alberto Cirese9 lo popular no es lo original, lo folclórico, lo puro, lo esencial o

9
Mario Alberto Cirese fue un antropólogo italiano estudioso de la cultura popular. Sus
reflexiones aportan acerca del movimiento social de los hechos culturales y de las
relaciones hegemónicas de la cultura y la cultura subalterna, sobre todo en los textos
de tradición oral.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 111

lo sustancial, sino que lo popular siempre está en proceso de conformación o


de transformación, visible a través de los usos y de las relaciones que la
cultura popular establece con otras culturas.
Las culturas populares sobreviven a través de estratagemas, de tácticas
cotidianas frente a las estrategias hegemónicas, de manera de poder
materializar sus modos de vivir y de pensar. A través de estas tácticas y
estrategias, las culturas populares logran filtrar, apropiarse y reorganizar lo
que viene de la cultura hegemónica: productos de mercado, producciones
artísticas, modos de pensar y de vivir, etc.
En la cultura de masas, precisamente, es posible observar que las culturas
populares logran articular lo que viene de su memoria con lo que viene del
mercado burgués. Agrega Martín Barbero al respecto:

La necesidad de repensar la mirada desde la cual se piensa a la


comunicación se vincula con el imperativo de cuestionar como se
puede pasar tanto tiempo intentando comprender el sentido de los
cambios en la comunicación, incluidos los que pasan por los medios,
sin referirlo a las transformaciones del tejido colectivo, a la re
organización de las formas de habitar, trabajar y jugar. Y cómo
podríamos transformar el «sistema de comunicación» sin asumir su
espesor cultural y sin que las políticas busquen reactivar la
experiencia creativa de la gente, esto es, su reconocimiento como
sujetos sociales. (Martín Barbero, 2008, p. 6)

Uno de los libros más importantes de los 90, Culturas híbridas de Néstor
García Canclini (2005)10 está fundado en la cuestión de la hegemonía. Esa
fusión entre poder, identidad y discurso que permite el concepto, fue seguido
en sus otros textos que dan cuenta de la complejidad de fenómenos entramados
de cultura, política y comunicación. Para García Canclini, en la circulación y
sobre todo en el consumo, los bienes y mensajes hegemónicos interactúan
con los códigos perceptivos y los hábitos cotidianos de las clases subalternas.
Al analizar los conceptos de lo culto, lo popular y lo masivo, este autor afirma
que el repertorio de bienes y mensajes ofrecidos por la cultura hegemónica

10
Su reedición en 2005, actualiza la problemática abordando la hibridación en tiempos
de globalización.
112 TINA GARDELLA

condiciona las opciones de las clases populares, pero que éstas a su vez
seleccionan y combinan los materiales recibidos –en la percepción, en la
memoria y en el uso– y construyen con ellos, como el bricoleur, otros sistemas
que nunca son el eco automático de la oferta hegemónica.
Para Alejandro Grimson, cuando los maestros, los mineros, los indígenas,
los campesinos, o quien fuera, logran que una parte de quienes no integran
su colectivo comprendan que en esa lucha se encuentran en juego otras luchas,
comienza el carácter específicamente hegemónico y no estrictamente
corporativo de la disputa. Y agrega:

Si una hegemonía es siempre un proceso abierto, es porque niveles


de conflictividad le son inherentes y exigen redefiniciones en el tiempo,
impidiendo clausuras que no sean momentáneas. Pero además, una
hegemonía contempla la habilitación de lugares políticos de
enunciación, posiciones de sujeto que, incluso concediendo aquello
que no sea esencial, permitan perpetuar las desigualdades
principales. Conviene anotar que dada la complejidad de los procesos
latinoamericanos, «hegemonía» o «poder» nunca fueron palabras
malditas, sino elementos constitutivos de la vida social y hegemonías
y poderes de diferentes tipos. (Grimson, 2013, p. 5)

Barbero y sus estudios de la comunicación de masas y su desplazamiento


de los medios a las mediaciones, García Canclini y el uso que las clases sub
alternas hacen de la cultura, Grimson y la cultura como política de las
diferencias, abordan la construcción de hegemonía en tanto es lo que constituye
a los sujetos políticos en sus luchas y negociaciones por el sentido.
Pero es Ernesto Laclau11 quien ofrece una reflexión acerca de las preguntas
sobre cómo funciona la capacidad de crear consenso y legitimidad y en
particular, cómo y bajo qué condiciones los de «abajo» son capaces de darle la
vuelta a la subordinación y conformar un bloque histórico que dirija y organice
la comunidad política.

11
Ernesto Laclau fue un teórico político argentino pos marxista, profesor en la Universidad
de Essex y Doctor Honoris Causa en varias universidades argentinas. Dirigió la revista
Debates y Combates.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 113

Ernesto Laclau: la articulación en el proceso hegemónico


La articulación es un elemento condicionante del proceso hegemónico
según el aporte de Laclau12: para que exista hegemonía debe existir una práctica
de articulación. La articulación significa que dos elementos –dos identidades,
dos culturas– se ponen en relación, y al relacionarse cada una contribuye a la
formación de una situación cultural diferente a ambas, que sin embargo no
anula a ninguno de los dos elementos.
Esta comunidad política supone pensar a la política como disputa de
sentido, en la que el discurso no es lo que se dice verdadero o falso, desvelador
y encubridor –de posiciones ya existentes y constituidas en otros ámbitos
como el social, el económico, etc.– sino una práctica de articulación que
construye unas posiciones u otras, un sentido u otro, a partir de «datos» que
pueden recibir significados muy distintos según se seleccionen, agrupen, y
sobre todo, contrapongan.
Este proceso de articulación en el proceso hegemónico es simbólico y
puede adquirir distintos significados, según los intereses políticos que le
otorguen sentido. El ejemplo de la aparición de la Virgen de Guadalupe en
México en el siglo XVI da cuenta de estas tensiones13. Como todo símbolo
popular, la Guadalupana es polisémica. Su capacidad de condensar múltiples
significados y de constituirse en punto de convergencia sociocultural es
indudable. Por un lado el Papa Juan Pablo II y Televisa utilizaron su imagen
en 1990 para quitarle legitimidad a la corriente teológica de la liberación. Por
el otro, los chicanos y zapatistas también la relacionan con la movilización y
resistencia en la lucha contra la discriminación e injusticia de sus hijos por
parte de EE.UU.14
De alguna manera, Laclau remite a algunos abordajes de Raymond

12
Los principales aportes son fruto de la elaboración articulada con Chantal Mouffe, en
el libro Hegemonía y estrategia socialista.
13
La Virgen de Guadalupe se constituyó más que en un mito, en un símbolo de dominación
y resistencia a la vez. Fue enarbolada por Hidalgo contra la Virgen de los Remedios de
los realistas al iniciarse la etapa final del movimiento de independencia. Ha sido el
símbolo de diferentes momentos de la historia mexicana, en las luchas por la
independencia y por la hegemonía. Los zapatistas la llevan también como estandarte
y en sus sombreros, al reclamar tierra y libertad.
14
Una muestra de ello es que los acompañó en las huelgas de 1965, en California y en
las marchas de campesinos en Texas.
114 TINA GARDELLA

Williams que si bien no hablan de «articulación», plantean que la hegemonía


es un entrelazamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales diferentes
con el fin de constituir y sostener la conducción de una sociedad sin necesidad
de hacerlo por el dominio coercitivo o por la fuerza. De manera que debe
existir cierta internalización práctica de los valores, la ideología y las prácticas
de los sectores dominantes. Pero también, es imprescindible tener en cuenta
la articulación o entrelazamiento de diferentes formas de luchas culturales y
sociales y no sólo de diferentes grupos políticos.

La hegemonía como proceso de formación discursiva


Laclau considera que la sociedad es una gran configuración discursiva:
nada de lo que en ella ocurre carece de significado. Desde este lugar, el lenguaje
configura, es decir, no sólo hace posible o impide la experiencia sino que
también la expresa y la interpreta.
Los significantes y significados que conforman la sociedad como
configuración discursiva, son históricos, es decir, que son variables, abiertos,
contingentes –no necesarios– y procesuales –no esenciales–.
Esto es importante tenerlo en cuenta para comprender los dos sentidos
en los que trabaja la hegemonía con la finalidad de construir y sostener el
orden social:
 La producción de un imaginario de orden, coincidente con los propios
intereses de los sectores dominantes (el orden, también es contingente,
variable, abierto aunque la historia lo presenta cada vez como si fuera el
único camino posible). Este orden se presenta además, como algo natural.
 La elaboración de una serie de equivalencias discursivas por la que
determinados significantes tienen un significado fijo y permanente que
no debería ser subvertido.
Estas equivalencias van configurando estatutos en tanto se naturalizan
determinados significados que son sociales e históricos. El significante «mujer»
por ejemplo no siempre o no en todas las culturas, fue identificada como
«ama de casa».
Por otra parte, surgen otros significados que alteran la equivalencia y
marcan ciertas diferencias; «mujer» también puede significar «trabajadora».
Es decir que en cierto lapso, estos significados pueden ser integrados en los
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 115

estatutos, en la serie de equivalencias del significante «mujer». Pero esto


dependerá en gran parte de las culturas particulares e incluso de las culturas
de las distintas clases sociales.
En determinados momentos emergen significados que subvierten el
sentido de un estatuto como por ejemplo «mujer» = «travesti». En estos casos
en que los significados se desvían de los significados naturalizados en el
estatuto, se produce cierta frontera imaginaria porque quedan del «otro lado»
y generan cierto pánico moral.15
Es decir que la formación hegemónica va estableciendo fronteras, límites
fijos que pretenden estabilidad con el fin de afirmarse como un orden social:
ubicar esas situaciones del otro lado de una frontera imaginaria y ubicarse a
sí misma como lo opuesto de esas situaciones; situaciones que pasan a ser
objeto de pánico moral, de control y de disciplinamiento.
Pero además, la formación hegemónica, con el fin de obtener consenso y
legitimidad, trabaja para que toda la sociedad asuma y acepte esas fronteras.
Es más: aspira que quienes están del otro lado, deseen y aspiren a pasar las
fronteras. Para eso, interpela, es decir, invita a ser de determinadas maneras
a los sujetos, a través de la educación, la formación de opinión pública, los
medios de comunicación. Estas estrategias de un «deber ser» se visibilizan
notablemente en abordajes sexistas y misóginos de medios de comunicación
que reproducen estereotipos y naturalizan abordajes prejuiciosos y
discriminatorios.16
Esto es central para la relación comunicación/hegemonía, ya que en las
culturas se hacen dominantes determinados significados y otros son
censurados moralmente, son objetos de pánico moral y los sujetos que los
encarnan suelen ser discriminados. En ese proceso, la comunicación tiene
un rol preponderante.

15
Pánico moral/pánicos morales es un concepto clave de la sociología que se cruza con
la comunicación en relación a como se lo construye y/o reafirma desde los medios de
comunicación. Un clásico en el tema es Pánicos Morales de Kenneth Thompson, profesor
de Sociología del Reino Unido. Reeditado por el Departamento Publicaciones de la
UNLP en 2011.
16
Un caso muy elocuente fue el tratamiento del femicidio de la adolescente Melina Romero
de 17 años, a quien se presentaba como «una fanática de los boliches que no terminó la
secundaria»… Diario Clarín y TN Noticias del 13 de Setiembre de 2014.
116 TINA GARDELLA

Cómo trabaja la hegemonía desde lo discursivo


Laclau lo explica así: en una «formación social», que es la referencia
empírica, se construye una «formación hegemónica», que es una producción
simbólica o imaginaria.
Como referencia empírica, la formación social está constituida por
elementos variables, contingentes –es decir, no necesarios– y procesuales.
Como producción simbólica, la formación hegemónica va estableciendo
fronteras, límites fijos que pretenden estabilidad.
Por ejemplo, ser villero, ser joven, ser militante, más allá de todo análisis
sobre las causas de esas situaciones, es una situación variable, contingente y
procesual. Lo que hace la formación hegemónica es, con el fin de afirmarse
como un orden social, ubicar esas situaciones del otro lado de una frontera
imaginaria y ubicarse a sí misma como lo opuesto de esas situaciones, que
pasan a ser objeto de pánico moral, de control y de disciplinamiento.
Los villeros «cabecitas negras», los jóvenes «indisciplinados y contesta-
tarios» o los militantes «rebeldes y violentos», son ubicados así en un lugar
marginal, al margen de ese orden social, del otro lado de la frontera simbólica.
Lo que trata de hacer la formación hegemónica es afirmar, como deseable,
una sociedad ordenada, es decir: burguesa (no villera), adulta, seria (no
desordenadamente joven) y que observe las formalidades políticas (no el violento
desorden del activismo militante).
Pero además, la formación hegemónica –con el fin de obtener consenso y
legitimidad– hace que toda la sociedad asuma y acepte esas fronteras; incluso
apunta a que la mayoría de los villeros, los jóvenes o los militantes por ejemplo,
aspiren a pasar las fronteras, es decir, a responder y asumir el orden para
sus prácticas: ser burgués, ser adulto, adecuarse a las formalidad políticas.
Para esto, la formación hegemónica interpela –es decir, «invita» a ser de
determinada manera–, a los sujetos a través de la educación, la formación de
opinión pública y los medios de comunicación.

Los pares binarios


Para Laclau, es posible observar cómo la formación hegemónica, desde el
punto de vista estratégico, organiza el campo social a través de pares binarios,
que tienen una fuerte función ideológica al estructurar las percepciones del
mundo.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 117

El ejemplo del discurso sarmientino típico de «Civilización o Barbarie» es


altamente clarificador: la civilización es el espíritu, el progreso, lo deseable, lo
racional, la ciudad, etc. y la barbarie es la naturaleza, el atraso, lo indeseable,
lo irracional, el campo, etc. En este caso, la estrategia fue «civilizar la barbarie»,
ubicando a la barbarie del otro lado de la frontera imaginaria, internalizando
y aceptando la dicotomía y naturalizando y disciplinando conductas mediante
un sistema educativo que masificaba saberes y formas de acción europeas y
norteamericanas.
Así es posible entender no sólo cómo es que los significados naturalizados
responden a los intereses dominantes y a los procesos de dominación, sino
también comprender cómo es que los dominados muchas veces asumen
actitudes conformistas, es decir, aceptan como naturales aquellos significados
y los asumen como propios, de modo que colaboran en la reproducción social
del pánico moral y la discriminación.
Las crónicas policiales en los diarios y en los informativos de televisión,
dan sobrada cuenta de discursos familiares que en defensa de acusaciones
por parte de la policía, naturalizan los estereotipos y prejuicios sociales («Mi
hijo trabajaba, no era un vago…» –dice una madre–, con lo que se supone que
si estaba sin trabajo, bien podía haber sido el que haya delinquido…)
Lo mismo sucede con las crónicas periodísticas donde las adolescentes
que sufren violaciones y hasta son muertas «les gustan los boliches, no estudian,
usan polleras cortas…» o con activistas estudiantiles a quienes se identifican
como «crónicos estudiantes que no se reciben nunca»… Es decir, una caracteriza-
ción de los jóvenes como perturbadores del orden social.17
Este tipo de representaciones y significaciones están generalizadas, es
decir, son adoptadas y asumidas como propias por vastos sectores sociales e
incluso por los mismos sujetos que están al borde experimentar este tipo de
situaciones relacionadas con el desempleo, el no estudio o la informalidad.

17
Sobre el tema ver la tesina de grado Construcción y reproducción del imaginario adoles-
cente en los medios de comunicación digital. La Gaceta Online y la perspectiva de derechos:
análisis de casos entre los períodos 2015-2017 de Agustina Giménez Sánchez de la Lic.
en Ciencias de la Comunicación (FFyL-UNT). Otras tesis que dan cuenta de proble-
máticas similares son: Femicidio y violencia de género en los medios de comunicación.
Cobertura mediática y lenguaje periodístico de Noelia Meuli (FFyL-UNT-2016) y Los
adolescentes villeros en los imaginarios discursivos de La Gaceta On Line de Daniela
Varas (FFyL-UNT-2015).
118 TINA GARDELLA

Así es como trabaja la hegemonía en el nivel del lenguaje; y de tal forma


el lenguaje configura la experiencia, que muchas veces la imposibilita.
En el campo de la educación, esto es claramente visible cuando
encontramos docentes o autoridades educativas para quienes los sectores
periféricos son «irrecuperables» y por lo tanto no hay que perder tiempo en
esos niños o jóvenes que «nunca van a aprender nada»…Excluidos en la
práctica, más allá de las políticas públicas de inclusión. En el ámbito
universitario y más allá de ingreso irrestricto o no, muchos docentes que
piensan, y hasta les dicen a algunos que «la Universidad no es para ellos»,
logran que los propios estudiantes piensen que efectivamente, «ellos no son
para la Universidad».18
Esto significa que están condenados, que hay una situación «natural» de
la que no pueden escapar. La hegemonía trabaja precisamente cuando son
los propios estudiantes quienes incorporan este tipo de representaciones, las
internalizan, las hacen propias y no pueden vivir experiencias de aprendizaje.
Es decir, colaboran con la condena «natural» a la que son condenados; y no
pueden vivir experiencias autónomas de esas significaciones.
Esto es lo que refuerza, desde el dominado, el poder y las relaciones de la
dominación. De manera que la dominación, en términos de hegemonía, no
actúa por la fuerza, sino a través del consenso, de la legitimidad y del
conformismo.
Los sectores populares ofrecen consenso a aquellas representaciones
sociales sostenidas por significados: las consienten, las sienten como si fueran
propias. Además, las legitiman: consideran o creen que son legítimas, que se
sostienen en una especie de legalidad natural, que hace posible el orden
social.
Finalmente los sectores populares, los estudiantes, los excluidos, pueden
ser conformistas, es decir que están conformes con las ideas o representaciones

18
Eduardo Rinesi, doctor en Filosofía, ex rector de la Universidad General Sarmiento,
expresa que «encima de insultarlos y humillarlos, los docentes universitarios repiten
una y mil veces que los estudiantes vienen con demasiados déficits de la secundaria,
es decir, que el problema siempre es de ellos, nunca se les ocurre pensar que quizás,
se esté enseñando mal». En Cuales son las posibilidades reales de producir una
interacción transformadora entre Universidad y Sociedad (2012) Documentos para el
Debate, Instituto de Estudios y Capacitación, Conadu, CTA.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 119

que proliferan sobre ellos, aunque ellas provengan de los dominadores con el
fin de sostener su dominación.

Los puntos nodales


Los puntos nodales son significantes que también organizan el campo
social. Según Laclau, son significantes para los cuales son permitidos distintos
significados. Esto sucede en determinados períodos históricos.
Uno de los ejemplos que aporta es el de «Perón vuelve» porque admitía
diferentes significados: la instalación de un gobierno peronista sindical, la
constitución de una patria socialista, un gobierno de mano fuerte, etc. Lo
mismo con la frase emblemática «Que se vayan todos» que para algunos
significaba que se llame a elecciones, o que gobiernen las asambleas populares,
o que vuelva Menem, entre tantas otras acepciones.
Cada uno de estos significados se ven provisoria y precariamente
articulados, amarrados en ese punto nodal. Sin embargo, triunfará aquel que
sea capaz de articular a todos los demás. Si no, ocurrirá que los significados,
llegado el momento histórico determinado, permanecerán en lucha por la
hegemonía sobre otros. Una lucha no sólo simbólica, son también material,
como lo fue, por ej. la lucha entre la tendencia revolucionaria y el lopezreguismo
en los años 70.
Por lo general, los puntos nodales operan articulaciones precarias y
provisorias. En otros momentos, las articulaciones alrededor de puntos nodales
pueden tener mayor consistencia hegemónica. Como por ej. el significante
nodal «Democracia», donde más allá de los diferentes significados, hay cierta
homogeneidad. O el significante «Meritocracia» que es festejada por sectores
subalternos que reniegan de sus propios orígenes o por las clases altas que
concentran dinero y poder que justifican la obscena disparidad entre su riqueza
y la extrema pobreza de otros, mediante argumentos perversos que afirman lo
que niegan, y rechazada por quienes no ven mérito alguno en exigencias que
no tienen en cuenta las desigualdades existentes y el sentido de ser sujetos de
derechos.19

19
Para Natalia Torrado, docente de la Universidad del Cine, Buenos Aires, la posibilidad
y el impacto de una versión publicitaria de la meritocracia como la de Chevrolet,
constituye el síntoma actual de un profundo malestar en la cultura, que bajo el signo
120 TINA GARDELLA

Lo importante es tener presente que los significantes nodales están


abiertos. El significado que se les atribuya tendrá relación con el proceso de
lucha por el significado, un problema comunicacional en la construcción de
hegemonía. Y esto ya es un problema no sólo simbólico, sino fundamentalmente
material, donde se articula lo cultural y lo político.

Los significantes «flotantes»


En esta articulación juegan un papel principal lo que Laclau llama
«significantes flotantes», como aquellos símbolos o nombres portadores de
legitimidad pero que no están anclados a un sentido determinado y por tanto
pueden servir de catalizadores y estandartes de un conjunto de fragmentos o
reclamos desatendidos que se convierten en un «nosotros» político con voluntad
de poder, lo cual requiere siempre la definición de un «ellos» responsable de
los problemas.
Estas demandas son las que se van articulando más allá de su contenido
particular en demandas más universales que cuestionan al sistema. Ello es
posible en un momento determinado, en tanto estas demandas se cristalizan
en palabras o consignas en disputa que, por la sobrecarga de significados
que se le han atribuido históricamente, dejan paulatinamente de ser conceptos
para ser nombres: son significantes tendencialmente vacíos, susceptibles de
ser llenados por uno u otro contenido particular, en cuyo caso pasan así a
designar la nueva totalidad construida.20
Es decir que no es una operación de descripción sino de generación de
sentido. «Justicia», «Patria», «Libertad» son ejemplos de significantes
tendencialmente vacíos cuyo anclaje siempre estará en disputa en una
verdadera «guerra de posiciones» en la construcción de una voluntad colectiva,
en una articulación política que asegure el consenso de los grupos dirigidos
como así también en la construcción de lo que Gramsci llamaba la voluntad
colectiva nacional-popular.

de la posmodernidad, cristalizado en un inconsistente discurso que se pretende a


favor de la diversidad, no sabe qué hacer exactamente con el problema del «otro».
Agencia Paco Urondo (APU), 21 de mayo de 2016.
20
Para ampliar el estudio de la hegemonía desde las lógicas de constitución de lo político,
ver los análisis de E. Laclau y C. Mouffe (1985) en Hegemonía y estrategia socialista.
Hacia una radicalización de la democracia, Londres.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 121

En relación a estos significantes, Iñigo Errejón da cuenta de su importancia


al analizar la irrupción inesperada que significó el movimiento 15-M en España
al generar una nueva identidad como los llamados «indignados»:

El 15-M consiguió suscitar simpatías de una amplitud inédita en la


medida en que fue capaz de operar dentro –no contra– el sentido
común de época. En lugar de rechazar de plano los referentes
principales que ordenaban las lealtades de los españoles, jugó a re
significarlos, interrumpir la cadena que los ligaba con el establishment
y re articularlos dentro de una narrativa que, al contrario, los oponía
a éste. En lugar de una voluntariosa guerra de movimientos contra
el orden existente, emprendió una flexible y ágil guerra de posiciones
que aprovechó los núcleos de buen sentido (Hall.1996:432) para re
significarlos en su favor vinculándolos al empeoramiento cotidiano
de las condiciones de vida. (Errejón, 2011, p. 127)

Es decir que para Laclau la sociedad, que nunca logra constituirse como


un todo armónico debido a que las posibilidades de relación entre los
componentes de un orden político –consignas ligadas a demandas– siempre
son mayores que las relaciones actuales entre las mismas, es un producto
temporal de la acción política y se constituye a partir de la identificación
colectiva con algunos «significantes vacíos»; «patria», «pueblo», «igualdad»,
«nación», «raza pura», entre otras, cumplen acabadamente ese papel. Así es
como la sociedad, no es más que el producto de una «nominación» aceptada
masivamente como el rasgo definitorio de la identidad colectiva.

Otras miradas
Certificando que aún hoy los estudios sobre hegemonía ofrecen múltiples
lecturas dado los contextos cambiantes, existen varios autores que re significan
tanto la teoría de Gramsci como los aportes de Laclau.
Al analizar los procesos políticos latinoamericanos en su disputa por la
hegemonía, Javier Balsa propone ciertos postulados que articulan a Gramsci
y Laclau con la realidad de estos países:21

21
Doctor en Historia y Magister en Ciencias Sociales (FLACSO). Pertenece al Centro de
Investigaciones sobre Economía y sociedad en la Argentina Contemporánea de la UNQu.
122 TINA GARDELLA

a) No es conveniente pensar la hegemonía en términos de presencia o


ausencia, sino entender las situaciones como una permanente lucha por
la hegemonía y comprenderlas en términos de grado y de esquemas de
relaciones de fuerza.
b) La hegemonía, en tanto centrada en el consenso, implica un trabajo
eminentemente ideológico en el cual los actores modifican sus identidades.
Por lo tanto la cuestión discursiva es central.
c) Las luchas por la hegemonía, se dan no solo en términos del conjunto de
la sociedad sino también en el interior de cada uno de nosotros
d) El lado discursivo de la hegemonía está constituido por una articulación
a través de la cual se establece una relación tal entre elementos que la
identidad de estos resulta modificada como resultado de esa práctica.
e) El discurso no solo articula palabras o ideas sino también ciertos grupos
de prácticas, instituciones y organizaciones.

Campione, otro autor ya citado, al analizar la realidad latinoamericana a


la luz de los conceptos gramscianos, expresa que el bloque en el poder no
aspira hoy seriamente a ejercer la dirección obteniendo un consenso
permanente y activo, sino más bien a la neutralización y debilitamiento político
e ideológico, a la desorganización y parálisis política, al retiro duradero de la
esfera pública de las clases subalternas. Y amplía sobre conceptos de gran
actualidad:

Toda intervención ‘de masas’ (aun las de carácter subordinado,


heterónomo) es vista como potencialmente peligrosa para la
‘gobernabilidad’ del sistema.
El resultado más auspicioso para la clase capitalista es que, por
condicionamiento y por presión, por manejo de ‘aparatos hegemó-
nicos’ en medida mayor que el Estado nacional, los conglomerados
empresarios garantizan la aplicación fiel de sus políticas, sin tener
que tomar la responsabilidad directa de la misma. Los círculos de la
gran empresa suelen, incluso, sumarse entusiastas a la generalizada
denigración de la ‘clase política’, ya que ese desprestigio tiene al

Investigador CONICET, sus trabajos investigan cuestiones teóricas y metodológicas


sobre la teoría de la hegemonía.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 123

menos dos consecuencias que les son gratas: a) la ‘despolitización’


voluntaria de amplios sectores sociales, al mantenerse al margen de
una actividad a la que juzgan esencialmente mentirosa y deshonesta;
b) la desviación de la aversión que podría despertar la actitud de los
grandes capitalistas, hacia quienes cada vez más válidamente se
puede considerar su ‘personal subalterno’. (Campione, 2005, p. 31)

Para Laclau, el léxico hegemónico orienta la acción colectiva, pues no


sólo opera como «metáfora» de las consignas propias de múltiples grupos
particulares, sino que, debido al compromiso establecido con él, está
directamente ligado a sus prácticas. El lenguaje opera así, no como una
dimensión extrínseca a ella pues sólo está vivo en las «prácticas». La lucha
por la hegemonía ese modo, la lucha por establecer un léxico monopólico que
oriente la acción colectiva.
Sin embargo la sociología moderna interpela estos conceptos al plantear
que si bien se asume el carácter discursivo de la formación de la sociedad y
así da cuenta de una dimensión esencial de la acción política, debilita a la vez
el valor político del lenguaje argumentativo-racional, tanto desde el punto de
vista descriptivo como del prescriptivo.
Para el investigador colombiano de la Universidad Javeriana Carlos Andrés
Ramírez, un grupo alcanza la hegemonía o no con independencia de las razones
que ofrezca para hacerse a ella: las razones, para Laclau, operan sólo como
legitimaciones a posteriori de la identificación afectiva con tesis o consignas
(Ramírez, 2011, p. 203). Sin embargo es importante tener en cuenta que para
los actores sociales las justificaciones son parte esencial de sus acciones; es
decir que las creencias pueden ser de hecho entendidas como disposiciones a
actuar de cierta forma debido al compromiso con un juicio considerado
justificado. Las creencias, en esa medida, implican el ejercicio de la
racionalidad.
Para estos autores, la teoría de la hegemonía de Laclau puede ser así re-
descripta desde un horizonte menos hostil a la razón, entendida aquí como la
facultad de justificar los juicios capaces de determinar la propia conducta,
sin que se pierda su núcleo: que la acción de los agentes políticos está orientada
a priori a la formación de consensos masivos en torno a la identidad común –
incluyendo en ella la definición de expectativas comunes, lecturas del pasado,
124 TINA GARDELLA

definición de problemas a resolver– de un conjunto de grupos sociales


heterogéneos.
Para la teoría política, los grupos con proyectos políticos, esto es, con
proyectos hegemónicos, buscan siempre persuadir a la población de adoptar
sus creencias:

Su pretensión, en consecuencia, es que la mayoría de agrupaciones


posibles se disponga a actuar en conformidad con su perspectiva
particular. Si un grupo de este tipo no ha conseguido aún convertir
su proyecto en una formación hegemónica, el propósito de su
estrategia argumentativa será generar entonces un cambio de
creencias. Ese es el efecto pretendido de su acción comunicativa. No
obstante, no es eso siempre lo que consiguen, pero no por ello
fracasan; a veces, como diría Lyotard, «la política es la tragedia para
la autoridad y la comedia para el pueblo» (Lyotard, 1991: 167), pero,
dejando de lado este caso, el éxito de un proyecto político no depende
siempre de que alcance el efecto deseado. Si, siguiendo una distinción
de R. Pinto, puede distinguirse entre los «efectos directos» y los «efectos
oblicuos» de un argumento, en donde los primeros remiten grosso
modo a que las personas persuadidas actúen en conformidad con
una razón contenida en él y los segundos, más diversos, a cambios
en su set de creencias que no conducen sin embargo a tal acción
(Pinto, 2010), los argumentos de un grupo político pueden ser efectivos
aun cuando no generen efectos directos. Si un grupo logra que no se
acojan los argumentos de un adversario, al sembrar dudas sobre
ellos, por ejemplo, o al asociarlos a ciertos temores colectivos, está
logrando un efecto –aun si la población no hace lo esperado motivada
por esos argumentos–. Y muchas veces eso basta para asegurar, al
menos parcialmente, su posición hegemónica. El consenso también
puede incluir elementos de consentimiento pasivo: grupos que no
hacen nada particularmente útil al mantenimiento de una formación
hegemónica, pero, debido al influjo de los argumentos dominantes,
no obstaculizan su reproducción. Ese es el caso, por ejemplo, de
algunos segmentos de la población alemana durante el
nacionalsocialismo: no eran nazis comprometidos –como muchos
otros–, pero, debido a sus dudas sobre las ventajas de la democracia
representativa y el temor al comunismo ruso, que los nazis habían
propagado eficazmente, participaron del consenso vigente. (Ramírez
2011, p. 227)
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 125

Hablar de hegemonía es hablar de relaciones de poder. Y hablar de


relaciones de poder es hablar de lo político. Lo político en tanto se diferencia
de la política según Jorge Alemán22, como el instante en que el sujeto adviene,
como ese momento ontológico de la constitución misma de esa singularidad,
lo que nos hace ser a cada uno lo que somos, irrepetibles.
Precisamente a partir de esta distinción y aportando a los debates actuales,
Aleman establece la diferencia entre capitalismo y hegemonía al plantear que
el capitalismo, por su capacidad de conectar lugares, de carecer de barreras,
de absorber las crisis y potenciarse con ellas, de expandirse transversalmente,
de expulsar todo lo que sea posible, al ser un movimiento circular, ilimitado,
donde lo nuevo llama a lo nuevo para anularse como novedad y no producir
acontecimiento, donde lo diferente llama a lo diferente para que nunca surja
la diferencia… en ese sentido el capitalismo no es hegemonía sino que es un
poder.
Aleman, al reflexionar sobre las posibilidades de construir hegemonía
afirma que ésta se construye con las singularidades y siempre es vacía, tiene
como punto de partida la heterogeneidad, no puede borrar nunca las
diferencias. Las propias construcciones hegemónicas no satisfechas de las
propias instituciones neoliberales y esas demandas, ingresan a una cadena
equivancial. Nunca son borradas en las lógicas de la articulación hegemónica.
Así es como opone la estructura del discurso del capital que es un poder, a los
proyectos hegemónicos; y llama política al discurso del capital y a su vocación
de realizar como voluntad acéfala la conexión de todos los lugares en el circuito
de las mercancías. En tanto llama político a lo hegemónico, que es siempre
por esencia: fallido, inestable y debe jugar su partido en la brecha de la
estructura de emplazamiento del discurso del capitalismo.
Para este autor, una cosa es la producción de subjetividad por las lógicas
del poder, que es como vivir la propia vida como empresa y otra cosa es la
singularidad irreductible que surge en el advenimiento con la lengua en su
existencia hablante, sexuada y mortal.

22
Psicoanalista, escritor y ensayista argentino cuyo pensamiento aúna psicoanálisis,
filosofía y política. Profesor Honorario de la UBA y de la UNSM. Consejero Cultural
España/Argentina. Los conceptos sobre hegemonía y contra-hegemonía fueron vertidos
en el Foro del Pensamiento Latinoamericano realizado en la provincia de Tucumán en
2015. Archivo personal.
126 TINA GARDELLA

Alemán llama político al instante en que el sujeto adviene y política a la


producción de subjetividad. Y añade que si se confunde estas dos cosas y se
cree que el poder definitivamente capta ese momento de surgimiento del sujeto,
entonces sí el crimen es perfecto y entonces sí se puede decir que los medios
fabrican sujetos, producen sujetos cuando no es así porque la singularidad
no puede ser producida.
Desde este lugar alerta a que si se borra ese momento ontológico de la
constitución misma de esa singularidad, lo que nos hace ser a cada uno lo
que somos, irrepetibles, si se borra y se confunde con la producción de
subjetividad, no hay lugar para ejercer resistencia, ni para recuperar los legados
históricos, ni para practicar la rememoración y la invención. La política es lo
que surge de los dispositivos del poder del capital y lo político es lo inapropiable.
¿Puede entonces la comunicación participar de la constitución de lo político
como acto de resistencia y creación? ¿Hasta qué punto es la comunicación la
que crea las condiciones de producción para que lo inapropiable no deje de
ser inapropiable? ¿Cómo se construye contra hegemonía?
Tema no menor toda vez que situamos a la comunicación como el centro
de un proceso dialéctico que abarca –como dice Mata– el pensar y el hacer y
por lo tanto, la experiencia de vida y el trabajo específico.
Comunicarse, desde lo experiencial, es vincularse, poner en común,
compartir, intercambiar. Pero también la comunicación suele transformarse
en una tarea y un desafío laboral en distintos ámbitos de la actividad social,
cultural y pública. Tanto a la dimensión experiencial como a la laboral, las
atraviesa tensiones, luchas, conflictos, oposiciones, negociaciones, fusiones e
integraciones que van re configurando prácticas sociales como procesos
comunicacionales que construyen hegemonía…a la que siempre será posible
resistir con procesos contra-hegemónicos. Añade Mata:

El terreno del discurso social, el terreno de la cultura y la


comunicación es un terreno de modelación social, y por ende, terreno
de disputas y negociaciones, conflictos y acuerdos del orden del
sentido. Reconocer lo que hegemoniza ese campo no impide proponer
alternativas, emprender el camino del cuestionamiento. Construir
contra-hegemonía. (Mata, 2003, p. 14)
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 127

A modo de conclusión
La hegemonía se despliega siempre naturalizando en tanto que «sentido
común», un determinado orden, integrando en él en forma subordinada al
mayor número posible de grupos sociales subalternos, y fragmentando,
neutralizando y aislando a las potencias desafiantes de ese régimen.
No obstante, la hegemonía es un régimen siempre incompleto e inestable,
en la medida en que se base en un juego de inclusiones y exclusiones en la
coalición de poder que depende de una disputa y una redefinición de los
grupos en tensión constante, así como de la capacidad del sistema político
para representar y tramitar eficazmente un número significativo de reclama-
ciones.
En relación a qué es la hegemonía y cuál es la lógica política que la
sustenta según Ernesto Laclau, Aleman propone partir del momento básico
de su constitución como concepto fundamental de una «ontología política».
Primero: la realidad está constitutivamente construida por discursos; los
afectos, los cuerpos, las pulsiones, están atravesados por el discurso, marcados
por sus significantes, determinados por una retórica y una gramática que
suspende toda idea de una «fuerza original e inmanente» que se puede
representar directamente. Segundo: estos discursos que constituyen la realidad
lo hacen de tal manera que no pueden nunca representarla en su totalidad.
El discurso constituye a la realidad, no la puede representar de modo
exhaustivo, y sin embargo, se tiene que hacer cargo de intentar representarla
de un modo fallido. Esta brecha «ontológica» entre discurso y realidad es
irreductible e imposible de ser suturada. La representación vehiculizada por
el discurso es estructuralmente fallida, existirá siempre una «heterogeneidad»
que impide que la representación se produzca como totalidad. Por último, en
este límite del discurso al representar la realidad, frente a esta heterogeneidad
irreductible, frente a esta «diferencia» imposible de cancelar, se articula el
momento político al que se llama hegemónico.
La hegemonía remite entonces a lo político, como la necesidad insustituible
de articular y generar imaginarios que aúnen y movilicen. Esto es precisamente
el poder. Poder que significa –como lo estudia Laclau– la capacidad de un
actor político para presentar su proyecto particular como encarnando el interés
general. Es decir que no se trata sólo de liderazgo ni de mera alianza de
128 TINA GARDELLA

fuerzas, sino de la construcción de un sentido nuevo que es más que la suma


de las partes y que produce un orden moral, cultural y simbólico en el que los
sectores subalternos e incluso los adversarios, deben operar con los términos
y sobre el terreno de quien detenta la hegemonía, convertida ya en sentido
común.
Pero la hegemonía no se reduce a pensar cómo actúa la dominación,
distribuyendo y reproduciendo discursos, significados, ideologías y prácticas
favorables a los sectores dominantes; es decir: cómo se configura el
conformismo política, social y culturalmente.
Si la dimensión consensual del poder político pasa por procesos de
comunicación, en los cuales se transfieren enunciados de un grupo a otros
como componentes de sus argumentos, y no sólo como significantes vacíos,
es sólo asumiendo los límites de su eficacia como pueden ser incorporados
consecuentemente para comprender que la hegemonía también implica percibir
los modos en que los sectores populares se resisten a los significados
dominantes y los impugnan. Pero esa impugnación y esa resistencia no es
sólo una oposición a los significados dominantes. También es una práctica
bien concreta que consiste en saltar las fronteras imaginarias y luchar por los
espacios sociales donde los sujetos puedan lograr mayor autonomía y
encarnación de otros significados posibles para la vida y para las relaciones
sociales.
La hegemonía, en definitiva, tiene que ver con una serie de prácticas y
subjetividades para crear una voluntad colectiva, un nosotros. Y presenta
siempre la interpelación acerca de cómo convertir el descontento y sufrimiento
de mayorías en nuevas hegemonías populares. De cómo expandir el horizonte
de lo posible para que la política sea creación, tensión y apertura.
Desde la comunicación, es la dimensión en la cual se juega el conformismo
o la resistencia, donde se juega la posibilidad de ser más libres, más autónomos
y más humanos; donde se juega la posibilidad de luchar por una sociedad y
por unas condiciones de vida más justas, que superen los mandatos, las
prescripciones y las interpelaciones dominantes.
Para los comunicadores, estos abordajes nos permiten reconocer a la
Comunicación como parte del campo de lucha por el significado de la
experiencia, de la vida y del mundo.
CAPÍTULO II. HEGEMONÍA Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: RESISTENCIAS,... 129

Y precisamente por estar articulada con lo Cultural y lo Político, la


comunicación no puede ser reducida sólo a estrategias, instrumentos o
herramientas a implementar, sino a las estrategias para ampliar el horizonte
a los modos y formas de escribir la experiencia y el mundo, es decir, a las
prácticas comunicativas en su capacidad de alterar las posiciones políticas
dadas y de transformación del orden hegemónico imperante.
130 TINA GARDELLA

Bibliografía

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131

Capítulo CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS


III a QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS

Sebastián Lorenzo Pisarello1

Introducción
Los medios de comunicación son una instancia privilegiada de análisis
de las ideologías y los discursos que circulan y se disputan socialmente.
Ideología y discursos que se internalizan y se transforman en subjetividades,
operando luego para reforzar o intentar transformar el orden social vigente.
¿Por qué decimos privilegiada? Porque en sus prácticas periodísticas, en
sus discursos, en su materialidad (análisis de su estructura económica) pueden
visualizarse –a partir de una lectura crítica– las ideas que intentan transmitir,
la visión del mundo coherente y organizada que proponen, pero desde un
lugar distorsionador donde apelan a una supuesta independencia y neutralidad
para manifestar sus posiciones. Tomamos para analizar así los medios de
comunicación masivos, el modelo de Intencionalidad Editorial, cuya base
teórica es el marxismo y particularmente la teoría de la Hegemonía de Gramsci.
Su objeto de estudio, el proceso periodístico:

Encierra un conjunto de características de su propio hacer (práctica),


un campo simbólico (los discursos, las imágenes) y un campo de
materialidad (la estructura empresarial, económica, financiera y
laboral del medio). Presenta la idea de proceso periodístico que no
abarca a uno de estos componentes por sí solos. Tampoco está
comprendido por la mera suma de los tres. Es, para decirlo
claramente, el resultado de la relación dinámica entre todos ellos
(Espeche, 2009, p. 20).

1
Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT. Tesis de Grado: La construcción de la
Agenda de Noticias en los Medios de Comunicación Alternativa. El caso Contrapunto.
2014
132 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

Cuestionar sobre cuál es el rol de los medios de comunicación en la


sociedad significa intervenir en la dimensión política. No sólo de los medios
hegemónicos o dominantes, sino también de los medios alternativos, que
también operan políticamente. Lo que Ducrot (2012, p. 15) sintetizará
justificando en que «el periodismo y la práctica periodística forman parte de la
puja por el poder, ya sea para construirlo o defenderlo, ya sea para modificarlo
en su tipo o naturaleza».
La pregunta que surge necesariamente es: ¿cuál es la dimensión política
y qué rol tienen los procesos periodísticos en la construcción del poder?
Preguntas que habilitan a otras como ¿Qué es la dimensión de contrainforma-
ción en la Comunicación Alternativa?
En esa especificidad nos vamos a situar, para analizar cómo operan los
medios alternativos cuya práctica remite a una «praxis transformadora de la
estructura social en tanto totalidad» (Graziano, 1980, p. 5). Y lo haremos
analizando la experiencia de la Agencia de Prensa Alternativa (APA!), un medio
de comunicación alternativa de Tucumán anclado en antecedentes locales
(Contrapunto, un periódico que circuló en la provincia entre 2008 y 2012), y
en otros nacionales y regionales. Para explicarlo, desmenuzamos cuáles son
las dimensiones y tensiones de la comunicación alternativa como corriente
teórico/práctica y tomamos tres coberturas periodísticas de la Agencia APA!,
que reflejan en su praxis la coherencia entre el decir y el hacer.
Nos proponemos no solo contribuir a enriquecer las experiencias de medios
alternativos sino seguir fortaleciendo las corrientes teóricas en un contexto
donde la facilidad tecnológica para poner en pie nuevos espacios comunica-
cionales ha vaciado el contenido ideológico de la palabra alternativa o
contrainformacional.
Poner la lupa en la práctica, en el análisis de contenido, uso de fuentes,
agenda de noticias, propiedad y método de organización, nos permite situar a
APA! como una experiencia novedosa dentro de Tucumán, pero con
características heredadas de otros espacios que lo anteceden y lo enriquecen.

Dimensión contrainformativa
La comunicación alternativa/popular tiene como objetivo aportarle
algunos criterios/acción al interlocutor, ayudarlo a «aprender a aprender;
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
133

que se haga capaz de razonar por sí mismo, de superar las constataciones


meramente empíricas e inmediatas de los hechos que lo rodean –conciencia
ingenua– y desarrollar su propia capacidad de deducir, de relacionar, de
elaborar síntesis –conciencia crítica–.» (Kaplún, 1996, p. 52).
Conciencia crítica –o sea, el reconocimiento de las necesidades propias y
de las de la comunidad a la que se pertenece– para actuar, para ser actores
dinámicos y protagonistas de su propia realidad.
La lucha por el sentido, es la lucha por revertir un discurso social que
oculta, niega y distorsiona la realidad, que obtura la posibilidad de una mirada
crítica y transformadora, que intenta legitimar los intereses de las clases
dominantes como válidos universalmente; estos múltiples aspectos son, al
mismo tiempo, un aspecto de la Comunicación Alternativa. Dimensión donde
la disputa no pasa específicamente por el poder en sí mismo, sino por el
discurso (y todos los mecanismos de ‘sentidos’) que ese poder propone para
reafirmar sus privilegios. Mata (1983, p. 3) dirá que:

Si se piensa la comunicación como un conjunto de intercambios a


partir de los cuales se van procesando identidades, normas, valores
se van articulando intereses, se van acumulando y legalizando saberes
y poderes, es inevitable reconocerla como espacio privilegiado para
la construcción de diferentes sentidos del orden social. Es decir,
como un terreno a partir del cual diferentes actores propondrán sus
propios sentidos de ése orden, que competirán entre sí para
convertirse en sentidos hegemónicos.

La alternatividad es un proceso. Por lo tanto no está determinada a priori


sino que se va construyendo en una praxis. Abarca desde el discurso hasta la
organización del medio –democrática, horizontal, no verticalista–, el
financiamiento, las formas y las relaciones sociales y políticas con que se
utiliza. En ese proceso de construcción, la contrainformación juega un rol
fundamental.
El discurso contrainformacional es, para Vinelli y Esperón (2004, p. 13),

el elemento que, ya sea como intervención política de urgencia o


como reflexión más profunda, manifiesta las necesidades de la
134 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

coyuntura política y los objetivos de la organización político social


encarnados a su vez en la práctica misma del medio.

Lo determinante aparece en su dependencia de un proyecto de cambio


radical de la sociedad; es decir, en su inserción en un lugar y en una perspectiva
de enfrentamiento a lo dominante.

De modo que lo alternativo se levanta aquí frente a otra concepción


no sólo de la comunicación sino de las relaciones de poder, y de la
transmisión de signos e imposición de códigos que esas relaciones
permiten vehicular (Vinelli y Esperón, 2004: 13).

La contrainformación es una dimensión de la comunicación alternativa y


popular que se plantea un enfrentamiento, no sólo contra el discurso o relato
oficial, sino también contra el orden establecido.
Es un aspecto el tomar la información que generan los sectores dominantes
y ‘darla vuelta’, desde una perspectiva de la clase trabajadora, de los sectores
oprimidos. Su objetivo tiene como perspectiva ‘arrancarle’ el monopolio de la
palabra, de la información, de la legitimación social a la clase dominante y
construir una contra-hegemonía desde abajo, de carácter popular.
Sin embargo, la contrainformación, en tanto discurso propio, no se limita
a dar vuelta la información oficial; ésta es, en efecto, una forma de intervención,
pero no la única. La lectura crítica desde una perspectiva de clase no se limita
a los hechos que pueden ser noticiables por los medios masivos sino que
abarca la propia realidad y, por lo tanto, todo lo que queda fuera de dichos
medios en virtud del proceso de jerarquización noticiosa. Las prácticas
alternativas, contrainformacionales u oposicionales –en términos de Raymond
Williams– que se enmarcan en un proyecto de cambio social, definen su agenda
de acuerdo a los objetivos políticos del grupo que integran.

Tensiones de su construcción

Primera tensión: la construcción de agenda propia

Para Vinelli y Esperón (2004), el gran problema para los medios de


contrainformación es la generación de información propia, es decir, construir
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
135

otro modelo de noticiabilidad en el marco de una perspectiva instrumental.


La agenda de los medios alternativos, sus conceptos de noticias y sus
criterios de noticiabilidad, adquieren entonces una dimensión central. No
solo en tanto brinda identidad y sentido al medio, en tanto muestra las
tensiones con la comunicación hegemónica, sino además porque a partir de
ello podrá dilucidarse cuáles son los aspectos de ruptura con el orden
dominante que se intentan disputar.
La comunicación alternativa/popular es un proyecto que intenta aportar,
desde su especificidad, a develar los mecanismos de opresión vigentes en la
sociedad, a la construcción de una nueva legitimidad, a la reivindicación de
la identidad de los sectores populares, a reafirmar el protagonismo de los
oprimidos en la historia.
Su objetivo es que los sectores dominados asuman una postura crítica y
activa ante el mundo, transformándose en actores principales de su propio
destino y que, a través de una praxis colectiva, actúen para transformarlo.

Segunda Tensión: el mito de la neutralidad, objetividad e independencia

Conceptos como neutralidad, objetividad e independencia solo son


argumentos empresariales para ganarse la credibilidad de los ciudadanos y
la complacencia de grupos de poder. Dice Pascual Serrano (2011, p. 22):

Encontramos un panorama que alardea de neutralidad periodística


mientras tiene periodistas empotrados en las filas del ejército
estadounidense en Iraq, de pluralidad informativa cuando sus
redactores no salen de la sala de prensa de la Casa Blanca y nunca
han visitado un suburbio de Washington o de Nueva York, de
imparcialidad mientras siguen estigmatizando en sus informaciones
a los gobiernos que cometen el delito de recuperar sus recursos
naturales de las manos de las multinacionales.

Esta segunda tensión, de la que parte la comunicación alternativa y de


alguna manera también define a la contrainformación, es la imposibilidad de
seguir aceptando el mito del periodismo independiente. ¿Independiente
respecto a qué?, cabría preguntarse.
Todos los medios que definen su práctica como contrainformativa hacen
explícito su carácter dependiente de un proyecto de transformación social.
136 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

Es muy difícil encontrar prácticas comunicacionales en el circuito


oficial que asuman explícitamente su carácter dependiente de algún
tipo de proyecto extra-mediático. Por el contrario, construyen el mito
de la independencia periodística, mito difícil de derribar ya que, sólo
en nuestro país, tiene más de cien años, si tomamos como un
arbitrario comienzo el nacimiento de los grandes medios y su
pretendida autonomía con respecto al campo de la política. (…) La
idea central que sostiene la práctica periodística de la prensa oficial
se articula, por lo tanto, sobre tres ejes: independencia, objetividad,
verdad; mientras que las prácticas contrainformativas, al asumir un
carácter instrumental, desmontan esa falacia convirtiéndola en
dependencia, subjetividad, verdad (Vinelli y Esperón, 2004, p. 18).

Tercera Tensión: el carácter manipulador

Es necesario introducir una tercera premisa que nos permita abordar


«de forma sincrónica con la producción» el momento de la recepción, instancia
privilegiada de la lucha ideológica.
Para Vinelli y Esperón (p. 22) hablar de contrainformación supone una
perspectiva manipulatoria de los medios.

El tema de la manipulación puede sintetizarse diciendo que a partir


de la información recibida ‘el individuo podrá empezar a tener
elementos para juzgar y evaluar las situaciones que le afectan y ante
las que tendrá que responder en un sentido u otro. La ecuación es
bastante simple: si la información es controlada, seleccionada e
incluso distorsionada, el individuo partirá de una base parcial,
sesgada y probablemente falsa para formar su juicio’. Queda claro
que el problema de la manipulación se instala en la pelea por dominar
la formación de dicho juicio.

Manipulación y contrainformación son conceptos tan íntimamente ligados


que en algunos aspectos deben ser trabajados en conjunto. El reconocimiento
de la existencia de manipulación, al hacer explícitos los mecanismos de la
misma –‘transparentando’ no sólo los modos de producción sino también los
objetivos políticos que fundamentan la acción y estableciendo una concepción
diferente de la relación emisión-recepción–, constituye la tercer premisa de la
que hablábamos anteriormente.
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
137

Tal como lo señalan los autores (2004, p. 25):

Hasta aquí propusimos tres premisas básicas (enfrentamiento,


dependencia, reconocimiento de la manipulación) desde las cuales
reflexionar acerca de la contrainformación. Indudablemente, las tres
vuelven sobre el tema del poder: no se trata de pensar los medios
contrainformacionales como espacios mediacéntricos o de autorreali-
zación comunicativa, sino como herramientas destinadas a hacer
algún tipo de aporte dentro de un proyecto de cambio social. Prácticas
que, además de dar una batalla discursiva, se alistan en el combate
contra las instituciones dominantes que son las que, a su vez,
imponen determinado tipo de relaciones comunicativas.

De estas tres tensiones, nos interesa detenernos en la primera en tanto


interpela a las organizaciones sociales y a los medios alternativos, comunitarios
y populares a la construcción de la agenda propia.

Agenda de noticias
Este tema está relacionado a un debate central: los medios de comunica-
ción, ¿reflejan la realidad o la construyen? Nassif (2011, p. 59) defenderá la
postura de que existe una realidad independientemente del sujeto que la
conoce. Respecto a si la ideología es de por sí un elemento que obstaculiza o
niega la posibilidad de conocimiento científico –u objetivo–, Nassif dirá que no
toda ideología cumple la «función de ocultamiento o distorsión de la realidad».

La ideología es también un terreno en el que se libra la lucha de


clases entre la ideología dominante, distorsionadora de múltiples
maneras de la realidad, y la ideología que corresponde objetivamente
a las clases subordinadas, interesadas en conocer y transformar la
realidad’ (Nassif, 2011, p. 59).

Otra visión la da E. Espeche (2012, p. 23) quien dice:

La Ideología, como visión distorsionada de la realidad y de descripción


de las relaciones entre las clases no es dominante en el sentido de
que sea impuesta a la fuerza sino que es una influencia cultural
omnipresente e intencionada que sirve para interpretar la experiencia
de la realidad de manera encubierta pero coherente.
138 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

Por lo tanto, podemos decir que hay una realidad objetiva; y que la
selección y construcción de las noticias son construcciones ideológicas que
pueden tener como objetivo reproducir el orden dominante o intentar
transformarlo. Los medios tienden a legitimar ciertas voces, ciertos discursos
acordes a sus intereses, que pueden ser empresariales o políticos o sociales.
Estas «construcciones ideológicas» suponen que todo orden social organiza
respuestas ante los hechos que se producen para legalizar, para perpetuar su
existencia. Todo orden social necesita producir sujetos que reproduzcan ese
orden social sin cuestionarlo, aceptándolo tal como ha llegado a conformarse.
Y ese conjunto de ideas que emergen de la estructura que organiza ese orden
social, esa superestructura, es lo que llamamos ideología, como el conjunto
de ideas, de representaciones que dan una versión del mundo, que brindan a
los sujetos una concepción determinada de lo que es el mundo, del para qué
de lo que hacemos, de lo que es natural, de lo que es legal, lícito, normal, etc.
Los procesos comunicacionales se desarrollan en una compleja trama
social e histórica donde lo que se pone en juego es la disputa por los sentidos,
por cómo ese mundo externo a los sujetos se internaliza subjetivamente, se
apropia, se reproduce o se transforma. En esa trayectoria aprendemos a sentir,
a hacer, a pensar.
En su devenir, los seres humanos van internalizando formas de relación,
de encuentro con el otro y con sí mismos, y un sistema de significaciones
sociales –ideología– que da cuenta, que explica nuestra experiencia. Esa forma
de comprender, de mirar el mundo, está multideterminada. Operan en esos
procesos de subjetivación diferentes instituciones, como el trabajo, la escuela,
la iglesia, los medios de comunicación, etc.
Para Karl Marx (2001) «no es la conciencia del hombre la que determina
su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia».
Al producir sus condiciones de existencia, los hombres se producen y
reproducen a sí mismos, producen los objetos y producen las ideas. Es el
comportamiento, entonces, el que fundamenta toda producción intelectual,
toda conducta política o moral.
Si los medios tienen como una de sus tareas amplificar discursos, en esa
operación se legitiman ciertas voces como socialmente válidas, mientras a
otras se les niega valor. Por ejemplo, ¿cuántas veces leemos las voces de los
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
139

trabajadores en los grandes medios si no es a razón de un conflicto como un


paro? ¿Por qué las organizaciones de desocupados sólo son noticias cuando
cortan las rutas y no en sus labores cotidianas en el territorio? ¿Por qué
ciertos barrios son estigmatizados sin analizar las causas de su situación y
sin reflejar la complejidad en la que conviven?
También la legitimación se realiza a partir de cuáles temas se hablan y
de cuáles no, cuáles son los temas que forman parte de la agenda mediática.
Algunas teorías de comunicación hablan de tres agendas: la mediática, la
política y la social, que interactúan. A veces una logra imponerse sobre las
otras, como pasó durante la marcha #NiUnaMenos. Es interesante estudiar
la historia del movimiento de Mujeres en la Argentina. Como hecho
trascendente, es imprescindible resaltar el rol de los Encuentros Nacionales
que desde 1986 se desarrollan durante un fin de semana. En el primero eran
cerca de 1000 mujeres; 30 años después, fueron 65.000. Lo que comenzó a
desarrollarse como parte de la agenda social de las organizaciones políticas,
se fue transformando, dialécticamente, en parte de la agenda mediática y
política. La consigna #NiUnaMenos fue la visibilización y legitimación más
clara de un discurso resistente, rebelde y antihegemónico. Como lo explica
Rodríguez (2015):

A fines de los años 90 y principios del 2000 se comienzan a configurar


legislaciones que dan cuenta de estas luchas; ellas surgen como
necesidad frente a este flagelo y desde el impulso del activismo
feminista y de organizaciones populares y de izquierda que presionan
para que se legisle al respecto. Así comienzan las campañas públicas
de prevención de la violencia, muchas de ellas propuestas por
organizaciones populares con apoyo de organismos internacionales.
Se comenzaron a acuñar palabras específicas para dar cuenta de
esos horrores machistas, llamando por su nombre al asesinato de
mujeres solamente por ser mujeres: femicidios. Concepto que, luego
de tanto tiempo, hoy forma parte del lenguaje del activismo y hemos
logrado instalarlo en los medios de comunicación; cuestionando
crímenes pasionales».

Decimos que hay un referente real sobre el cual se construyen las noticias.
Pero esa realidad puede ser reflejada de manera más o menos justa, o puede
140 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

ser distorsionada, directamente mentir, elegir ciertos aspectos como los


principales o simplemente ocultarla, bajo la justificación de que eso no es
noticia.
Los medios buscan proponer una lectura «coherente» del mundo, una
lectura direccionada. Por lo tanto, cada nota debe leerse asimismo como parte
de un discurso totalizador, en un contexto determinado y tomando en cuenta
a quién pertenece el medio. ¿Qué nos intentan inculcar cuando informan?
Martini y Luchessi (2004, p.124) lo definen de esta forma:

La agenda no solamente instala temas y situaciones novedosas que


afectan la vida cotidiana de los consumidores mediáticos y el pulso
colectivo de la sociedad sino, además, los jerarquiza y permite la
construcción de otros subproductos periodísticos –o pseudoperio-
dísticos– en torno de ellos. Estas decisiones se producen por dos
razones: mantener audiencias y, por tanto, el lugar conseguido dentro
del mercado y, también, satisfacer consumidores para retroalimentar
la cadena que comienza con la producción.

Las clases dominantes, mediante el conjunto de las instituciones vigentes


–entre las cuales los medios masivos o hegemónicos de comunicación son
una instancia privilegiada– buscan mantener el statu quo, que nada cambie,
a través de diversos mecanismos ideológicos: naturalizando el orden socio-
histórico, generalizando lo particular, eternizando lo histórico, fragmentando
la realidad, negando los procesos sociales, desmintiendo la percepción y
simplificando la realidad a supuestas dicotomías.
El objetivo de la desmentida que persigue los discursos hegemónicos es
marginar y silenciar a quien percibe y denuncia lo que efectivamente está
ocurriendo, descalificando a quien resiste con el estigma de la locura. Si la
persona queda aislada, comenzará a dudar de lo que percibe con el sufrimiento
psíquico que esa duda le genera. Pero, además, se pone en cuestionamiento
si existe una realidad o hay percepciones. Ejemplos actuales como «no hay
despidos» o antiguos como «no hay inflación» son ejemplos de cómo desde el
poder se instauran relatos que apuntan a desmentir la percepción de los
sujetos, con profundas consecuencias psíquicas y sociales.
Por ejemplo, ¿por qué los diarios separan las secciones en política,
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
141

economía, sociedad, etc.? Intentan mostrarnos una realidad fragmentada,


donde la política, la economía y la sociedad parecen escindidas.
¿Cómo podemos ver esto? La agenda de noticiabilidad es la escena donde
se visibiliza la lucha, no solo por la imposición de las ideas y las palabras sino
por la dirección económica, política y cultural de la sociedad.
Por supuesto que esto tiene que ir con un análisis crítico de la propiedad
de cada medio, de cada grupo empresarial de comunicación. Es escenario
privilegiado donde se cristalizan las disputas dentro del bloque dominante y
entre los sectores hegemónicos y los contrahegemónicos. En esa disputa, los
medios de comunicación son un terreno de construcción del sentido común,
que no es más que es el sentido común dominante. Pero también de
naturalización de las ideas dominantes, del ocultamiento de los procesos
sociales, de la negación de la realidad, tal como se vio en el Capítulo II al
abordar la construcción de hegemonía tomando como base a Antonio Gramsci,
máximo referente en la materia.
La relevancia de los medios de comunicación dominantes –o hegemónicos,
en tanto presentan y representan a través del disfraz de noticias las ideas de
los sectores de poder– en la construcción del consenso ha aumentado en la
sociedad contemporánea. Los medios de comunicación hegemónicos son
instituciones que operan en la construcción del consenso necesario para
reproducir el orden dominante.
Sin embargo, no todos los medios de comunicación responden a los
sectores dominantes. Donde hay dominación, hay resistencia y proyectos
alternativos que tienen que ver con la lucha de clases y las posibilidades de
los sectores oprimidos para intentar imponer como dominantes sus propias
ideas.
En esta perspectiva es que se hace necesario «un tipo de discurso que se
piense en función de intereses y objetivos coyunturales de los sectores
populares y sus organizaciones», y que se produzca «como parte de una lucha
por develar las operaciones de la ideología dominante y por poder intervenir
en la pelea por instalar una visión del mundo alternativa» (Pulleiro, 2012, p.
109).
Los objetivos de la comunicación alternativa deben enmarcarse en:
142 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

La concientización, la denuncia, la articulación y la organización, en


una concepción de la lucha por la hegemonía en tanto proceso que
implica la disputa entre concepciones del mundo, que a su vez se
despliega en el terreno de los discursos, pero también de las prácticas
concretas (Pulleiro, 2012, p. 24)

Vemos en la comunicación alternativa la posibilidad de generar herra-


mientas para el desarrollo y la amplificación de esa «visión propia del mundo».
Una tarea productiva que está, por definición, en conflicto con la visión del
mundo que expresa los intereses de los grupos hegemónicos y que supone su
crítica y el develamiento de sus formas estructurales de funcionamiento
(Pulleiro, 2012).
Es también poner en cuestionamiento qué relatos contar, qué historias,
qué necesidades. La disputa pasa por quién impone, cuáles son los temas
«universalmente» relevantes y que responden no a las necesidades de una
clase social, sino verdaderamente al conjunto de la sociedad.

La experiencia de APA!
La Agencia de Prensa Alternativa (APA!) es un espacio periodístico y
documental de Tucumán que surgió en el año 2012. Reconoce como
antecedente a Contrapunto, Prensa Alternativa, un periódico que se imprimió
en la provincia desde el 2008 hasta el 2012 y del cual formaron parte dos de
los fundadores de APA!
Cuenta con una organización horizontal pero con divisiones de roles.
Trabaja sobre una tríada: documentalismo, periodismo y desarrollo territorial.
Hay una clara distinción de lo comunicacional, entendida como la producción
y reproducción simbólica de la realidad, lo periodístico, como el derecho a
informar a partir de datos objetivos (fuentes documentales, orales, etc.,
constatación empírica, análisis, etc.) y lo territorial que es el desarrollo como
organización social cuyo objetivo final es la transformación estructural de la
sociedad.
En un documento interno se sintetiza que «como medio de comunicación
alternativa, no podemos desconocer que el monopolio de los medios de
comunicación se ha propuesto, casi exitosamente, silenciar –en el mejor de
los casos– cuando no estigmatizar ciertas voces. Este proceso de silenciamiento
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
143

y/o estigmatización, incide claramente en la configuración de las subjetividades


de los miembros de una sociedad, que al encontrarse de frente con problemá-
ticas que le han sido presentadas como amenazas, activan inmediatamente
mecanismos de defensa a veces atroces, siempre injustos».
APA! cuenta con una página web (www.apaprensa.com.ar), un facebook
(www.facebook.com/apaprensa/), un twitter (@apaprensa) y un canal de
youtube (www.youtube.com/agenciadeprensalternativa). Además, tienen dos
documentales en su haber: «Costanera: comunicación de la esperanza» y
«Rehenes. Las consecuencias del pacto político policial en diciembre/2013».
Para APA! son noticias otros temas, aquellos ligados a desentrañar los
mecanismos de dominación, a construir una nueva subjetividad y defender a
los sectores oprimidos de la sociedad, priorizando sus voces y experiencias.
No (solo) lo nuevo, lo novedoso, lo cercano. Debe ser lo que «molesta a los
poderosos», lo que los sectores dominantes quieren ocultar pero también las
construcciones de abajo.
Como explica Maggio (2012, p. 32):

Un medio se puede orientar a ser un amplificador de los procesos


sociales de lucha que vienen desarrollando en un marco cercano o
estrecho (donde están las organizaciones de extrema confianza y
afinidad –como podría ser Izquierda Diario–), o puede optar por
arriesgar más y en el día a día encontrar nuevos márgenes de amplitud
ideológica y periodística.

Para el conjunto de medios alternativos y populares, que se proponen


como actores políticos cuyos objetivos trascienden lo estrictamente comunica-
cional,

la selección de las noticias es entendida como una operación ideoló-


gica, intencionada, en función de determinados objetivos, marcos
de alianza y criterios de relevancia social, subordinados a un
particular modo de entender el cambio social (Maggio, 2012, p. 32)

Se plantea, entonces, reforzar la propia agenda con definiciones políticas


claras y un lenguaje amplio, periodístico, no panfletario. Se busca tener buenas
144 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

investigaciones sobre los tópicos, con tratamiento periodístico y sin perder


razonamientos críticos. Recuperar lo que Gabriel García Márquez planteó: «A
veces se olvida que la mejor noticia no es la que se da primero, sino la que se
da mejor»2.
Una de las características principales del periodismo alternativo es que
al mismo tiempo que el sujeto de la noticia son los sectores populares,
principalmente aquellos en lucha por resolver sus necesidades y con una
perspectiva emancipatoria, esos mismos sujetos son las fuentes de las noticias.
APA! se plantea visibilizar a los oprimidos, a los sectores populares con el
fin de legitimar sus discursos y sus prácticas, reforzar sus praxis, interpelar
a los demás sectores para una toma de consciencia y postura activa ante la
sociedad y reivindicarlos como sujetos históricos del cambio social.
Este posicionamiento, que articula estos dos aspectos respectos a los
sujetos oprimidos –como fuentes y como protagonistas de sus noticias en
tanto los realizadores históricos del cambio social– será lo que determine la
construcción de su agenda de noticias: por una parte, reflejar la realidad de
los sectores populares que es ocultada por los medios hegemónicos; y por la
otra, una lectura contrainformacional, desde la mirada de los oprimidos, sobre
las noticias que publican esos medios.

Caso «Belén»
El 29 de abril del 2016, APA! publicaba una nota titulada «Una joven
tucumana fue condenada a 8 años de prisión por un aborto en el hospital
Avellaneda»3. La noticia tendría impacto internacional y sería conocida luego
como «la causa Belén», que se transformó en un símbolo del avasallamiento a
los derechos de las mujeres. La condena era por homicidio doblemente agravado
por el vínculo y por alevosía. Curiosamente, hasta entonces no había sido
divulgada en ningún otro medio la sentencia, a pesar de que en Tribunales
periodistas de varios medios locales circulan cotidianamente buscando
información.
Diferentes portales de la provincia replicaron el artículo de APA! Los diarios

2
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-244329-2014-04-17.html
3
http://apaprensa.com.ar/una-joven-tucumana-fue-condenada-a-8-anos-de-prision-
por-un-aborto-en-el-hospital-avellaneda/
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
145

Clarín4 y Página/125 también publicaron, apenas uno y dos días después


respectivamente, la información. Después de 10 días de silencio, cuando el
caso ya había tomado relevancia nacional y a partir de las extendidas reacciones
del movimiento de mujeres argentino, un importante redactor de La Gaceta
publicó en su cuenta personal de Twitter «asusta la ignorancia en las redes.
Belén no fue condenada por aborto porque no lo hubo. Enmudecerán cuando
lean los fundamentos, el martes». Preparaba, así, el terreno para lo que sería
la línea editorial del diario.

El principal diario de Tucumán primero ocultó y luego tergiversó el caso


de Belén ocultando un dato central: la joven fue condenada a 8 años de
prisión sin pruebas, lo que el movimiento de mujeres, más de una decena de
organizaciones prestigiosas de Derechos Humanos a nivel internacional como
Amnistía, Innocent Project, Asociación Pensamiento Penal, el Comité de
América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres

4
http://www.clarin.com/sociedad/dan-anos-prision-mujer-aborto_0_1564043724.html
5
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-297840-2016-04-26.html
146 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

(CLADEM), entre otras6, calificaron como un fallo «machista, clasista y


misógino».
«La bebé tenía 8 meses y nació viva. Murió por golpes en la cabeza y la
tiraron al inodoro. ¿De qué aborto espontáneo hablan?». Esta es la explicación
que dieron los jueces de la Sala III de la Cámara Penal de Tucumán, integrada
por Dante Ibáñez, Néstor Macoritto y Fabián Fradejas y que defendieron como
línea editorial varios medios hegemónicos y comerciales. La legitimación de la
voz de los jueces, a pesar de los múltiples de un variopinto arco judicial,
intelectual, político y social.
La Nación publicó, por su parte, una nota bajo el título «Tucumán: conde-
nan a una mujer por matar a su bebé y ella dice que fue un aborto espontáneo»,
donde en un párrafo se lee que «la mujer habría tratado de hacer desaparecer
a la criatura por las cañerías, empujándola con una sopapa que encontraron
en el baño». Ese dato no aparece en el expediente judicial al que APA! tuvo
acceso. La aparición en el artículo se explica como un rumor de la justicia
para generar sensacionalismo alrededor del caso y sensibilizar a quienes
dudaban cuál de qué lado situarse.
Una lectura minuciosa del expediente judicial demostraba que no se hizo
ADN para comprobar que el feto perteneciera a Belén, aparecen contradicciones
sobre el tiempo de embarazo de la joven –22 semanas según el médico que la
atendió– y del feto encontrado –32 semanas según la autopsia–, y tampoco se
hicieron los estudios correspondientes para demostrar que haya sido un aborto
provocado y no espontáneo como declaró Belén. Tampoco explica los tratos
inhumanos a los que fue sometida Belén ni incorpora en sus categóricas
respuestas la violencia obstétrica a la que fue sometida, violando tratados
internacionales de derechos humanos. Ni, por supuesto, cuestionó la defensa
oficial que, paradójicamente, no defendió a Belén del acoso judicial y médico.
Ni siquiera se tuvo en cuenta la violación al derecho de confidencialidad médico-
paciente. Como explicó a APA! Adriana Álvarez, Magister en Salud Sexual, «no
se deben denunciar las mujeres que llegan a una institución pública por
aborto, porque se viola el secreto profesional».
Ambas publicaciones, de La Gaceta y La Nación, coincidieron en un punto:

6
http://cosecharoja.org/caso-belen-diez-organizaciones-piden-su-liberacion/
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
147

sostener que la realidad se trata de versiones, queriendo reflejar ‘neutralidad’


para ganarse la credibilidad de los lectores y la complacencia de grupos de
poder –como los jueces, sectores conservadores de la Iglesia Católica, etc.–.
No hay un análisis crítico de la actuación judicial ni policial ni de agentes
sanitarios. En sus tardías notas –dos semanas después del fallo– no dudaron
en presentar en la noticia las ‘dos campanas’, sin investigar el expediente
judicial, y conociendo la desigualdad en la legitimación social de la voz de la
justicia y de la víctima. La postura fue mostrar «pluralismo» pero de fondo fue
reproducir y reforzar la versión de los jueces, seguir criminalizando a Belén y
menoscabar un debate que ha surgido a partir de su caso: las mujeres pobres
no tienen derechos sobre su cuerpo ni a una atención médica respetuosa de
sus derechos.
Finalmente, el 27 de marzo de 2017, casi un año después de su condena
por el tribunal penal y tres años desde su primer día presa, la Corte Suprema
de Justicia de la Provincia decidió «Absolver a ‘Belén’ del delito de homicidio
agravado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenua-
ción». Entre los títulos de cómo los medios hegemónicos relataron la noticia,
se destacan: «Absuelven a Belén, la joven acusada de haber abortado en un
baño de hospital»7, «Quedó absuelta Belén, la joven que estuvo presa por un
aborto espontáneo»8 y «Fue absuelta Belén, la joven tucumana condenada
por un supuesto aborto».
A partir de una ideología escondida bajo la premisa de la objetividad, la
información seleccionada e incluso distorsionada, buscaron que los lectores
partan de una base parcial, sesgada y falsa para formar su juicio sobre el
caso de Belén. En síntesis, apostaron a desinformar para deslegitimar el pedido
de libertad para Belén y desmovilizar a quienes se quieren sumar a la lucha
contra esta causa injusta. Se redujeron, prácticamente, en voceros del poder,
pero escondidos en el paraguas del periodismo neutral.
Para APA, no se puede desconocer que las fuentes de información son
fundamentales. Hay desigualdad en la legitimación que cada voz tiene. La

7
https://www.clarin.com/sociedad/absuelven-belen-joven-acusada-abortado-bano-
hospital_0_Sy6Pu08ne.html
8
https://www.diariopopular.com.ar/general/quedo-absuelta-belen-la-joven-que-
estuvo-presa-un-aborto-espontaneo-n304885
148 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

construcción de la noticia refleja el interés de cada medio de validar ciertas


voces y deslegitimar otras. En esencia, es defender una postura ideológica,
alejada de la neutralidad y la objetividad. La diferencia es que los medios
alternativos asumen un posicionamiento mientras que los diarios comerciales
o hegemónicos ocultan sus intereses.
Hubo intentos de transformar el periodismo en «difundir las dos campanas»
–como si la realidad se tratara de eso, como si en los hechos no hubiese múlti-
ples aspectos–; así fueron amplificadores de versiones irreales, tergiversando
los hechos, azuzando ideas reaccionarias y fortaleciendo la historia creada
por los jueces: Belén fue una joven que asesinó a su niño recién nacido y hay
gente que la defiende. Reducir la noticia a las «dos versiones» sin investigar,
sin hacer un análisis crítico no es hacer periodismo. Es hacer propaganda.
La mercantilización de la información y una ideología reaccionaria fueron
las razones de muchas coberturas donde no se priorizó informar desde los
hechos objetivos, sino «meter títulos» y ser fieles a las fuentes que les importan
a los periodistas: policías, jueces, iglesia y funcionarios públicos. Es ideológica
la selección de las voces que elegimos para entrevistar, aunque se lo quiera
disfrazar de pluralidad. Es ideológico preguntar una y otra vez por el nombre
real de Belén, aunque esté en las fronteras de la contradicción con la ética
periodística difundir su identidad por la sensibilidad del caso y aunque no
aporte informativamente nada a entender la causa. ¿Eso era todo lo que tenían
para preguntar? ¿Y la falta de ADN, la violencia institucional ejercida contra
Belén, la pérdida del feto? ¿No eran preguntas más pertinentes para poder
comprender la causa?
Hay que asumirlo: cuando el periodismo no aporta para colaborar en
dilucidar lo sucedido, entonces aporta a la desinformación, a la confusión.

Sedición policial
APA! produjo un documental periodístico que reconstruye lo sucedido en
el marco del levantamiento de la policía de Tucumán entre el 8 y el 10 de
diciembre del 2013, analizando las causas que ocasionaron esas jornadas. El
trabajo, que incluye 12 entrevistas e imágenes de archivo (propias, de otros
medios y también de vecinos que registraron los hechos en aquel momento),
buscó realizar un aporte a la construcción de la memoria colectiva y a lograr
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
149

sacar las enseñanzas y aprendizajes de ese proceso social, para que no vuelvan
a repetirse pero también para «preguntarnos qué hace falta cambiar y
transformar de la organización social vigente»9.
El primer capítulo de «Rehenes» reconstruye el proceso social que se
desató a partir de la huelga de la policía tucumana y analiza la responsabilidad
política de lo que el fiscal provincial Diego López Ávila caracteriza como sedición
policial. Se plantea cómo se organizó la huelga, la importancia de la reacción
popular para frenar los saqueos organizados y cómo se ocultó lo que sucedió
en aquel momento.
El segundo capítulo se adentra en la policía de Tucumán, explicando que
la corrupción que actualmente la atraviesa y su matriz profundamente represiva
tiene sus orígenes en la última dictadura militar. En este sentido, se analizan
los nexos que operan entre esta fuerza y los núcleos duros de la delincuencia
organizada y cómo funcionó este vínculo para organizar y efectuar los saqueos
en diciembre del 2013 para presionar al gobierno provincial con el objetivo de
lograr sus reivindicaciones.
El tercer capítulo analiza cómo operaron los servicios de inteligencia de
Tucumán para generar rumores para multiplicar el miedo y paralizar a la
población. También se aborda la actuación de los diferentes medios de comuni-
cación locales, los nuevos flujos comunicacionales que cobraron fuerza –el rol
de las redes sociales– y el intento de imponer una agenda centrada en la
‘inseguridad’ o en los «saqueos» y no en las profundas causas que operaron
en aquellas jornadas.
Finalmente, el cuarto capítulo se cuestiona sobre la cantidad de muertos
en aquellas jornadas, mostrando una política oficial tendiente a ocultar las
cifras. Se analiza el caso de Aldo Molina, un trabajador de Los Ralos que fue
baleado por un policía el martes 10 de diciembre a la tarde, cuando volvía de
trabajar en Yerba Buena. Como consecuencia del disparo, Aldo murió. Su
nombre no aparece en los registros oficiales. El capítulo culmina abordando
el tema de las barricadas, sus antecedentes y la significación social que
tuvieron.

9
http://apaprensa.com.ar/documental-rehenes-las-consecuencias-del-pacto-politico-
policial-en-diciembre2013-capitulo-i/
150 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

El documental fue presentado junto a la organización ANDHES (Abogados


y Abogadas del NOA en Derechos Humanos y Estudios Sociales) en el marco
del primer aniversario del levantamiento de la policía en Tucumán durante el
festival «Basta de Violencia Policial» que se desarrolló el 6 de diciembre de
2014 en el Piletón del Parque Avellaneda.
Allí, junto a numerosas bandas y organizaciones sociales, se pudo visibili-
zar una problemática que no es abordada en la agenda cotidiana de los medios
de comunicación comerciales: el rol de las fuerzas represivas respecto al crimen
organizado. Lo que ANDHES caracterizó como el doble pacto político-policial
y policial-criminal.
Nuevamente, APA! se propuso una estrategia para imponer en la agenda
mediática, pero también social y política un tema vedado en los grandes medios
comerciales o hegemónicos. Es que, para esos medios, la policía suele ser
una fuente inagotable de información. Esa relación tiene como obstáculo la
posibilidad de indagar a fondo la verdadera esencia de esa fuerza en la sociedad,
legitimando la institución en sus prácticas cotidianas que suelen ser irrespe-
tuosas de los derechos básicos de los sectores populares. Las detenciones
arbitrarias a partir del uso de la ley de contravenciones vigente en Tucumán
desde la última dictadura cívico-militar y declarada inconstitucional por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación10 reflejan el accionar policial, pero no
tiene consonancia en los medios de comunicación. Tampoco las denuncias
cotidianas en los barrios marginados de los atropellos que sufren en manos
de efectivos policiales.

La comunicación como esperanza


La Costanera es una de las villas de emergencia más grande de Tucumán.
Un barrio que tiene más de 40 años, situado al margen del río Salí, en el
límite entre el departamento Cruz Alta y la capital tucumana. El lugar se hizo
famoso por el boom mediático de lo que es el consumo de pasta base a partir
del 2006.
En general, los medios de comunicación han colaborado en reforzar

10
http://andhes.org.ar/la-corte-suprema-de-la-nacion-declaro-inconstitucional-la-ley-
de-contravenciones-de-tucuman/
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
151

estereotipos sociales y prejuicios, reduciendo a ese barrio a diversos


significantes: delincuencia, pobreza, drogas, jóvenes sin futuro, responsables
de su situación.
Emilio Mustafá, psicólogo y psicólogo social, explica en su texto «Los
medios de comunicación como posibles herramientas de salud mental» (2015)
que:

La comunicación en el hombre remite al lenguaje. Desde nuestra


perspectiva de la psicología social Pichoniana, no entendemos al
lenguaje reducido solamente como un campo de la lingüística, que
solo refiera al análisis y estudio de los significantes, vaciado de su
contenido histórico social.

Con esta perspectiva, cuenta la experiencia de un abordaje de la


problemática de adicciones en el Barrio La Costanera, entendiendo que:

Desde esta concepción de lenguaje y comunicación, la utilizamos


como herramientas en nuestro dispositivo terapéutico en el abordaje
de las adicciones, articulando con nuestra concepción de salud y
enfermedad, que plantea ‘el sujeto es sano en tanto aprehende la
realidad en una perspectiva integradora, y tiene capacidad para
transformar la realidad, transformándose a la vez el mismo’ y en
tanto ‘está activamente adaptado en la medida que mantiene un
ínter juego dialéctico con el medio’ (Mustafá, 2015)

Tomando en cuenta que el lenguaje está unido dialécticamente al mundo


objetivo y subjetivo de los sujetos y que esto aporta al proceso constitutivo del
psiquismo humano, pudieron usar estas herramientas en la intervención
terapéutica con jóvenes adictos de ese barrio, buscando:

posicionarlos en un rol activo, productor, que les permitan apropiarse


de las herramientas comunicacionales a partir del programa de radio
que favorece la organización de dichas herramientas, para producir
un mensaje al entorno social de que es parte, en este caso el barrio
(Mustafá, 2015)

El programa en la radio FM Ángel, situada en el corazón de la Costanera,


152 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

se emitía una vez a la semana, los viernes de 15 a 17 horas. El objetivo fue


partir de su problemática real, que es su enfermedad, pero desde una mirada
crítica, singular, real de la misma, con el objetivo de desnaturalizar la mirada
simplista, discriminadora que hay sobre la problemática.
En ese marco, un grupo de jóvenes decide torcer el brazo de la droga que
le fue impuesta sin darse cuenta cómo ni cuándo. Un grupo de psicólogos al
servicio del pueblo que apuestan trabajar con adicciones desde la esperanza
y un largo proceso vivido por la Agencia de Prensa Alternativa como partícipe
de un trabajo comunitario, interdisciplinario y barrial dónde los protagonistas
son los jóvenes del barrio que demuestran estar en camino a la transformación
social.
Este proceso es lo que relata el corto documental «Costanera, comunicación
de la esperanza», producido por la Agencia de Prensa Alternativa (APA) y
presentado por primera vez en dicho barrio el 12 de diciembre del 2013,
apenas dos días después de la sedición policial. Luego, sería proyectado por
segunda vez en el Centro Cultural Eugenio Virla, perteneciente a la Universidad
Nacional de Tucumán. Allí estuvieron presentes en la primera fila vecinos de
La Costanera, que por primera vez entraron a esa sala.
«Esta organización en el uso de herramientas y espacios y lenguajes
comunicacionales les aporta a los jóvenes a establecer un ínter juego dialéctico
con su medio, porque esa organización del mensaje que transmiten es recibida
por su entorno social y devuelta a la vez por distintos medios (ejemplo mensajes
de textos, llamados, opiniones cara a cara sobre el mensaje que transmiten
desde la radio). Esta repuesta del entorno social genera un registro a nivel de
lo real, y el mundo interno de los jóvenes incidiendo en su subjetividad en
forma favorable, ya que al poder mantener una forma de comunicación con
su entorno social, rompe conductas de estereotipia, que reforzaban el aisla-
miento, y la fragmentación de vínculos, promoviendo devastación a nivel de
subjetividad que se expresan en conductas de baja autoestima y desvaloración,
violencia, dificultando poner en palabras, sentimientos y emociones, generando
conductas compulsivas característicos de la enfermedad de las adicciones».
Para finalizar Musafá (2015) explicará que:

Desde nuestro dispositivo de abordaje entendemos que estos


CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
153

emergentes refieren a formas de adaptación activa saludables, de


los jóvenes en esa relación comunicacional con su entorno, y la
apropiación y uso del espacio de la radio, les permitió la posibilidad
de poner en palabras, sentimientos y vivencias que no podían
expresar, ese recuperar la palabra, ese producir un lenguaje,
entendemos que posibilitan efectos terapéuticos importantes en su
proceso de recuperación de las adicciones

En este tránsito de imponer otra lectura o complejizar la realidad de los


barrios más castigados de Tucumán, APA! propuso como premisa una
comunicación de la esperanza, definida así11:

Comunicación de la esperanza implica situarse en una sociedad


concreta, con sujetos concretos y operar desde ese lugar para registrar
procesos de salud e identidad que signifiquen una ruptura con las
metas socialmente disponibles para los oprimidos.

Pero no es una esperanza ingenua, infantil, desligada de la realidad. Es


comprender las contradicciones con las que se desarrolla la historia y
proponerse ser parte de esas corrientes emancipadoras, asumiendo un papel
protagónico reflejando la práctica de los sectores que resisten, pero que también
proyectan. La esperanza está en analizar al sujeto en su contexto, en sus
necesidades insatisfechas y comprender su lucha contra lo impuesto que
viene desde afuera y se internaliza. En ese camino, de reforzamiento identitario,
donde el sujeto quiere ser lo que es y no lo que le imponen, es donde la
comunicación opera como un mecanismo de reforzamiento de los aspectos
más saludables, sin negar las contradicciones vigentes.
En donde los medios hegemónicos legitiman un sistema que permite que
minorías dueñas de los todos (medios de producción material y simbólica, de
las posibilidades de los demás a elegir, de mandar desde la oscuridad) oprima
a una mayoría los medios alternativos, populares, intentamos construir ideas
contrarias, ajustadas a la realidad, que permitan comprenderla y a partir de
allí transformarla. Esos medios operan generando prejuicios, estereotipos,
simplificaciones, desesperanzas, individualismo, aislamiento, desconfianza.

11
http://apaprensa.com.ar/comunicacion-de-la-esperanza/
154 SEBASTIÁN LORENZO PISARELLO

Así construyen un consenso. Pero también a través de otros mecanismos.


En la naturalización de la pobreza, reflejamos sus profundas causas
sociales que le generan, la mantienen, la reproducen. En la generalización de
lo particular, exponemos las tensiones, las otras posibilidades, el todo que
incluye los aspectos múltiples y concretos de la realidad. En donde eternizan
lo histórico, retomamos el pasado, desempolvamos la memoria, rechazamos
el manto del olvido. En donde fragmentan la realidad, reflejamos la
multideterminación de aspectos que se repiten en la generación de desigualdad
y discriminación, en esas causas que igualan la miseria pero que al mismo
tiempo son herramientas para reforzar una conciencia crítica capaz de remover
los cimientos de las ideas conservadoras y negadoras.
Si la desesperanza es el inmovilismo, la negación de la posibilidad de
cambio, la repetición infinita de destinos, la esperanza representa todo lo
contrario: la transformación es posible porque es necesaria. Y se hará realidad
sólo a través del protagonismo de los oprimidos.
Pero esa posibilidad dependerá de que los propios sujetos que sufren las
consecuencias brutales sean protagonistas de su liberación. Y que en esa
ruta se encuentren con otros y otras. Esos encuentros representan la única y
la mejor posibilidad para cambiar radicalmente su realidad.
CAPÍTULO III . CONTRAINFORMACIÓN: ALGO MÁS QUE OTRA AGENDA DE NOTICIAS
A
155

Bibliografía

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156
157

Capítulo LA BUENA NOTICIA COMO DESAFÍO


III b DE LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA

Eva Fontdevila1

Argentina y Latinoamérica atraviesan una etapa de reflexión y creación


en torno al campo de la comunicación inédita en la historia. Los asuntos
relativos a la capacidad de instalación de temas por parte de los medios, su
visibilización como empresas y la explicitación de intereses políticos de los
trabajadores de prensa, son de un tiempo a esta parte temas de conversación
cotidiana y han desbordado los límites de la academia. El concepto de
posverdad, que acuñó Tesich (1992) describe una situación según la cual en
la actualidad los hechos tienen menos importancia o influencia en la
construcción de opinión pública que la apelación a emociones y creencias
personales. La posverdad hoy supera al concepto de videopolítica, propuesto
en el mismo año por Sartori (1992), aquella denuncia del debilitamiento del
debate de los grandes temas y su reemplazo por la comunicación.
En el Diccionario Crítico de Ciencias Sociales, Casado (2009) explica que
Sartori define la videopolítica como «un reflejo, pero también espejo del
videopoder más general que es el poder de la imagen». Enfatiza aspectos
negativos de un mundo progresivamente dominado por las imágenes, en el
que «el ojo se come a la mente: el puro y simple ver no nos ilumina en absoluto
sobre como enmarcar los problemas, adecuarlos, afrontarlos y resolverlos.
En realidad, sucede lo contrario: todo pierde su proporción y tampoco se
comprende qué problemas son falsos y cuáles verdaderos». La era de la nueva
política videoplasmada conforma una nueva videológica que, por una extensa

1
Auxiliar Docente de Grado de Comunicación Radiofónica, Comunicación Alternativa y
Teorías de la Comunicación I de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación,
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán.
158 EVA FONTDEVILA

variedad de razones, no resulta positiva para uno de los objetivos esenciales


de las democracias, la comprensión de los problemas.
La posverdad implica que la verdad no importa, que ya no es ni siquiera
una búsqueda. Tras al menos 30 años de discusión y aportes, a partir del
debate y efectiva sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual,
en 2009, los medios hegemónicos han sido colocados en la agenda pública en
tanto tales y han perdido su halo de ventanas al mundo. Hoy asistimos a una
virtual derrota del proceso de desconcentración mediática iniciado con la LSCA
y el contexto de mayor concentración de la propiedad de los medios en la
historia; sin embargo, la ruptura cultural iniciada no tiene vuelta atrás. Los
medios son definitivamente actores políticos, y en tiempos electorales sus
figuras centrales se involucran y hasta se atribuyen roles en la disputa política.
Por su lado la Comunicación contrahegemónica, que ha sido conceptuali-
zada durante décadas como popular, comunitaria, alternativa, alterativa, edu-
cativa, etc. es fuente inagotable de discusiones sobre su sentido, su definición
y su alcance. Aunque a veces ha sido nombrada indistintamente con los
adjetivos señalados entre comas, otras veces hemos destacado una de esas
maneras para establecer tajantes diferencias.
Lo que siempre hemos tenido claro es que la comunicación popular o
alternativa indicaba una vocación política transformadora y un posicionamiento
del lado de los más vulnerados, o al decir de Fanon (1961) los condenados de
la tierra, o de Freire (1969) los oprimidos. Los autores y autoras han planteado
que se trata de una transformación de las relaciones de comunicación a nivel
de las comunidades, de una ruptura del modelo tradicional de comunicación,
de la participación activa de las audiencias de los medios, de modos
participativos de gestión, financiamiento, y por supuesto de una agenda de
contenidos en disputa con las agendas oficiales de gobiernos y Estados; es
decir, una pelea por el poder.
Las preguntas por la comunicación alternativa nos han llevado necesaria-
mente a la pregunta por los comunicadores y comunicadoras alternativos,
populares, etc. El rol histórico que nos cabe (porque no andamos con
pretensiones profesionalistas sino con mochilas cargadas de sueños) está en
debate.
En los años 90, para cualquier militante o activista de la comunicación
CAPÍTULO III . LA BUENA NOTICIA COMO
B
DESAFÍO DE LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA 159

alternativa, o militante a secas, tanto el Estado como el Mercado eran enemigos


al mismo nivel. Expresaban a los sectores dominantes, sin matices ni fisuras.
El proyecto neoliberal se expresaba en lo económico, en lo político, en lo
social y en lo cultural. Y aunque habíamos aprendido con Gramsci a leer en
nuevas claves la dominación, y hablábamos de hegemonía, de las categorías
de Castoriadis (2013) de lo instituido y lo instituyente, no teníamos dudas
sobre que estábamos parados en la vereda de en frente del Estado.
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual inauguró un camino
mucho más árido, más inquietante, menos maniqueo, menos tranquilizador.
Fue para muchos militantes de la comunicación alternativa y popular un
punto de llegada en el cual tomar aire para seguir.
La comunicación popular o comunitaria se concibe en el marco de un
territorio, entendiendo por territorio algo lo suficientemente amplio y
contradictorio como sus protagonistas puedan conceptualizar.
La comunicación alternativa ha debatido mucho en torno a la posibilidad
de construir una agenda alternativa, tomar otros temas, hablar de lo invisi-
bilizado, considerar las fuentes informativas negadas por los grandes medios.
El problema que se presenta es la idea de debilidad en los proyectos
políticos de la comunicación alternativa. Cuando no había fisuras entre Estado
y mercado frente a las organizaciones de la comunicación popular, los débiles
eran los pobres, las mujeres, las organizaciones populares, los pueblos
originarios, los grupos de la diversidad sexual, los medios pequeños a los que
el Estado les decomisaba los equipos de transmisión. La situación que propuso
una nueva complejidad fue que el Estado cambió su lenguaje. Los desafíos se
multiplicaron con el reconocimiento oficial de los oprimidos. Entonces se
profundizaron los interrogantes.
¿Qué hacemos frente a una Ley que nos nombra, que nos reconoce?
¿Qué hacemos ante un Estado en el que pugnan fuerzas contradictorias?
¿Qué hacemos con la vocación denuncista? ¿Qué hacemos con nuestras
iluminadas miradas capaces de dar voz, de visibilizar, de hacer protagonistas?
Las preguntas sobre el sentido alternativo de nuestras prácticas no cesan
de aparecer. ¿Para quién, con quién, para qué hacemos comunicación
alternativa?
Como señalan Becerra (2017), Segura (2016) y otros autores, la nueva
160 EVA FONTDEVILA

regulación en materia de comunicación audiovisual a partir de la llegada de


Mauricio Macri al poder plantea nuevos desafíos para el sector de la comunica-
ción popular, dado que se ha retrocedido nuevamente a la idea de la
comunicación como mercancía y no como derecho. A fines de 2015 se derogaron
–por decreto– artículos clave para fomentar la desconcentración de la propiedad
de los medios, se vació el organismo de aplicación de la LSCA y se volvió al rol
de facilitador de la «libre competencia» entre empresas mediáticas, se detuvo
la ejecución de fondos de fomento (FOMECA) a los medios audiovisuales
comunitarios, de pueblos originarios, es decir los que no tienen fines de lucro.
Nadie dudaría de que el objetivo de la comunicación alternativa es aportar
a la liberación de los oprimidos. Sin embargo una pregunta necesaria es lo
que resulta verdaderamente liberador. ¿Cuál es la representación de los
problemas complejos que los oprimidos necesitan para luchar? ¿Con quién
se construyen esos mensajes? ¿Quiénes son los que sintetizan esos relatos?
¿Qué papel real les cabe a esos oprimidos en la construcción de esos mensajes?
Y entonces nos preguntamos ¿Qué es más liberador? ¿La mirada a cámara
de una desesperada, o el relato de aquella que logró superar una problemática
como las adicciones, la pobreza, el desempleo o cualquier otro? ¿Qué hacemos
con el primer plano del niño pobre (¡pobre niño!) con mocos? ¿Qué hacemos
con el primer plano de la mujer llena de lágrimas que pide justicia?
Vinelli y Rodríguez Esperón (2004) sistematizan reflexiones hechas al
calor de las luchas del 2001 por distintas organizaciones sociales y señalan la
imposibilidad de no manipular, sepultan la fantasía de la independencia del
periodismo y hacen un llamado a la explicitación de esa manipulación. Porque
la comunicación alternativa también jugó su juego engañoso de supuesta
ventana al mundo al anunciar que mostraban lo que los grandes medios no
muestran. Sostenemos aquí que muchas veces los medios alternativos no
muestran tampoco las experiencias superadoras de los colectivos a los que
pretenden visibilizar. Porque para algunos comunicadores populares no
estamos para mostrar lo bien que hace las cosas el Estado sino para señalar
lo malo. Esta convicción genera el riesgo de perder la causa de los oprimidos
y quedarnos en la nuestra.
Con la mirada en el rol estratégico de la comunicación popular podemos
preguntarnos entonces ¿Qué es más liberador, hacer una nota, un video, un
CAPÍTULO III . LA BUENA NOTICIA COMO
B
DESAFÍO DE LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA 161

spot radial que explique cómo tramitar una pensión, cómo gestionar los aportes
previsionales o la asignación por hijo, mostrar que una mujer se autonomizó
y pudo denunciar a su marido violento, que un grupo de jóvenes de un barrio
participa de una iniciativa grupal como parte de su recuperación de adicciones,
o hacer un video para denunciar la exclusión en abstracto?
A su vez el interrogante por el comunicador popular es también la pregunta
por la audiencia de sus producciones. ¿Hacemos nuestras producciones para
que nos vean nuestros pares en la universidad, en nuestra organización
política, nuestros financiadores, o para que los protagonistas de los problemas
los reflexionen, los asuman, los superen?
¿Qué espera ver una madre cuyos hijos sufren adicciones, un video de sí
misma llorando a cámara o la noticia de que en otro barrio una política pública
o la propia organización popular aportó una solución? ¿Qué espera ver una
mujer víctima de violencia, un ojo morado o un testimonio de la que se animó
a hablar y una puerta donde buscar ayuda? ¿Podemos desafiarnos a superar
la etapa de mostrar lo que nadie muestra?
La capacidad de empoderar de la buena noticia, de la experiencia
liberadora, de la superación de problemáticas extremas es muchas veces
negado por la propia comunicación llamada alternativa. Las políticas públicas
de derechos de las personas vulneradas muestran que los sujetos de derechos
se apropian de las conquistas cuando conocen las posibilidades: las mujeres
que consiguen insertarse en emprendimientos o cooperativas, las que acceden
a jubilación o son registradas como trabajadoras, reclaman inmediatamente
su acceso a la obra social. Porque esa es la dinámica de los derechos. Por ello
las organizaciones sociales que consiguen una licencia para tener una radio
reclaman pauta oficial y subsidios, apoyo y capacitación y hoy se encuentran
movilizadas ante el debilitamiento de la política de fomento al sector.
162 EVA FONTDEVILA

Bibliografía

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163

COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN
POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y
Capítulo
PERSPECTIVA HISTÓRICA DEL
IV
CAMPO

Eva Fontdevila
Emanuel Gall1

Los estudios sobre los fenómenos, prácticas y medios de la Comunicación


configuran, según Caletti (2002, p. 10) un amplio número de investigaciones

«resultado de preocupaciones convergentes, nacidas de un conjunto


de tradiciones de las ciencias sociales y las humanidades… las
perspectivas que parecen poner en juego los estudios de comunicación
resulta con frecuencia una que es propia de un tipo de corte de los
problemas, de una dimensión de ellos, antes de que una clase de
objetos».

Caletti (2002) afirma que ese tipo de recorte es el que remite a la


construcción de significaciones, es decir a la producción social de sentidos
(Verón, 2009). Sostendremos en este trabajo que Comunicación y Educación
son procesos inseparables, teniendo en cuenta que la producción social de
sentidos, es decir la puesta en circulación de significaciones, genera
transformaciones subjetivas que entendemos como educativas. A su vez el
sentido –hegemónico o contra hegemónico– de esas transformaciones es de
suma importancia para vincular educación con Comunicación Alternativa.
Buenfil Burgos (1993, pp. 18-19), explica que:

Lo que concierne específicamente a un proceso educativo consiste


en que, a partir de una práctica de interpelación, el agente se

1
Emanuel Gall es s fundador e integrante del Colectivo de Comunicación/Educación
ABROJOS y de la Agencia de Noticias ANITA.
164 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

constituya como un sujeto de educación activo incorporando de dicha


interpelación algún nuevo contenido valorativo, conductual,
conceptual, etc., que modifique su práctica cotidiana en términos de
una transformación o en términos de una reafirmación más
fundamentada. Es decir, que a partir de los modelos de identificación
propuestos desde algún discurso específico (religioso, familiar, escolar,
de comunicación masiva), el sujeto se reconozca en dicho modelo, se
sienta aludido o acepte la invitación a ser eso que se le propone

La definición nos invita a considerar de qué manera los discursos nos


interpelan a ser, pensar y hacer de cierta manera y por lo tanto produce una
transformación subjetiva. Por ello Huergo2 (2006) propone abandonar al menos
dos tipos de representaciones hegemónicas sobre lo educativo:
 Las que hacen de lo educativo un proceso o acción aislada de cualquier
condicionante histórico, social y cultural.
 Las que vinculan de manera absoluta y excluyente a lo educativo con la
institución escolar y los procesos de escolarización.

Al explicar estas dos dimensiones, dice Huergo:

En el primer tipo de representaciones, nos encontramos con los


rastros y los residuos de posiciones idealistas y espiritualistas, que
suelen «sacralizar» a la educación, abstrayéndola de cualquier
determinación material. De este modo, los procesos educativos suelen
verse como neutrales, más o menos estables en el tiempo, invariables
en su definición y cargados de positividad, es decir, de «valores» y
«prácticas positivas» socialmente … El segundo tipo de representa-
ciones sociales ha ligado (de manera necesaria y casi excluyente) a
la educación y lo educativo con los procesos de transmisión de
conocimientos (prácticas, saberes y representaciones) y de habilita-

2
Tomamos la genealogía trazada por Jorge Huergo, docente universitario, investigador,
formador de formadores/as y referente del campo de la Comunicación/Educación
Popular en nuestro país. Su esfuerzo de sistematización de este campo de estudio y su
comprometida tarea de docencia y divulgación facilitó la formación de educadores/as
populares en las universidades públicas, institutos de formación docente, medios de
comunicación popular, organizaciones políticas y sociales, comunidades religiosas de
base, entre otros ámbitos. La obra resulta de vital interés para una comprensión del
campo que no idealiza o niega tensiones sino que practica una verdadera pedagogía de
la pregunta, como proponía Paulo Freire.
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 165

ción para funcionar socialmente, que se viven en una institución: la


escuela … La escuela, como humanitas officina (un verdadero
«laboratorio de humanidad», según Juan Amós Comenio, fundador
de la «didáctica moderna»), fue un núcleo organizacional de la
modernidad occidental que se articuló con el desarrollo del
capitalismo, de la industrialización y las formalidades de la
«democracia» burguesa. Pero la escuela no existió siempre y en todas
las culturas, o no existió de la manera en que la conocemos...3

Si comprendemos entonces a la comunicación como producción social


de sentidos, articulados a través de discursos que interpelan y por lo tanto
educan, veremos con claridad que Comunicación y Educación son procesos
inseparables, dos caras de una misma moneda. Los medios de comunicación,
los espacios de socialización, los rituales religiosos, los discursos políticos,
las consignas paternas y maternas, educan y comunican, comunican y educan.

Una genealogía posible


Uno de los fundadores del campo de la Comunicación en América Latina,
Héctor Schmucler (1984, p. 7) planteó que

Un proyecto de comunicación/ cultura no podría continuar sin asumir


esta lacerante conciencia. Para empezar, deberíamos establecer
conceptualmente una barra entre los dos términos (comunicación,
cultura) que ahora articulan y destacan sus diferencias con una
cópula. La barra (comunicación/ cultura) genera una fusión tensa
entre elementos del mismo campo semántico. El cambio entre la
cópula y la barra no es insignificante. La cópula, la impone la relación,
afirma la lejanía. La barra acepta la distinción, pero anuncia la
imposibilidad de un tratamiento por separado.

3
Así es como afirma que «hoy experimentamos una crisis de esa institución formadora de
aquellos sujetos sociales, producida en gran parte por los procesos de «globalización»,
por las sucesivas políticas de reforma y ajuste neoliberal y por inadecuación entre los
persistentes imaginarios de movilidad social y las condiciones materiales concretas de
ese ascenso (a través del trabajo o la profesión). Además, los saberes que se producen,
se distribuyen, circulan y se reproducen a través de la escuela y los procesos de
escolarización, difícilmente pueden ser vistos como aquéllos que nos permiten «funcionar»
socialmente. Son saberes siempre desafiados y contestados por los saberes que proliferan
alrededor de otros discursos sociales, como el mediático, el callejero, el comunal, el del
mercado, etc.»
166 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

Bajo la misma premisa Huergo (2004) se ha propuesto reconstruir la


historia del campo de Comunicación /Educación, es decir la institucionaliza-
ción de esas dos caras de la moneda que mencionáramos más arriba. Para
ello trazó un esquema de etapas en el que muestra de qué manera a lo largo
de la historia de nuestro país se han construido a su vez proyectos educativos
populares, masivos, que respondieron a los distintos momentos históricos,
tanto desde los intereses de los sectores hegemónicos como desde propuestas
alternativas.
El autor conceptualiza cinco etapas en esa genealogía:
* La primera etapa, desarrollada hasta 1880, se contextualiza en la creación
del Estado-Nación, y su referente principal es Facundo, civilización o barbarie,
de Sarmiento (1845), que plantea una dicotomía central para explicar los
sujetos de la educación. Según Huergo (2006):

Sarmiento plantea que la barbarie es incultura, porque él tiene en


cuenta que la vida del bárbaro es una vida sin equipamientos
culturales, el bárbaro no transforma la naturaleza, se sienta arriba
de la cabeza de una vaca muerta, habita el desierto, es decir, no
constituye sociedad. El bárbaro es inculto desde todo punto de vista.
En la etapa del liberalismo nacional está imperando la idea de
Sarmiento; la civilización, en cambio, es una cultura situada en
Europa, y nosotros de alguna manera la tenemos que imitar;
Sarmiento habla de que nosotros nos tenemos que europeizar. Y
esto de algún modo pone énfasis en procesos de equipamientos
culturales que son propios de la ciudad. La civilización tiene que ver
con los modos de vestirse, de hablar, de mover el cuerpo, ideas,
normas, leyes etc.

Aquí aparecen las primeras ideas de educación popular, que para


Sarmiento está claramente vinculada con la instrucción pública, es decir
educación para todos. Lo que predomina en esta concepción es que la educación
popular masiva va a proveer las herramientas para construir una sociedad
civilizada. Y continúa Huergo:

Todos los niños tienen que pasar por una institución que es la
Escuela, y todos los padres tienen la obligación de mandar a sus
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 167

chicos a la escuela; la finalidad de la educación es doble, por un lado


la finalidad política, o sea que los argentinos podamos reconocer y
hacer uso de los derechos que están consagrados por las Constitución,
es decir la formación del ciudadano. La segunda es moralizar a los
trabajadores, fundamentalmente educar la mano de obra para
construir la incipiente industria nacional pero enfáticamente esa
educación de la mano de obra tiene que ver con la moralización, es
decir con conductas ordenadas, conductas «normales».
Esta justificación está presente en todas las estrategias de educación
popular de la etapa sarmientina que se centran en una posición que
podríamos llamar iluminista, es decir el papel que cumplen
determinados conocimientos, la incorporación de conocimientos para
lograr una igualación cultural, pero también la idea de transmitir o
de proporcionar las herramientas que son propias de una conciencia
esclarecida. Según esta visión/tradición el Educador popular posee
ya una conciencia esclarecida (aunque no esté dicho de esta manera
tan violenta); podríamos decir que un supuesto operante4 es que
nosotros tenemos que concientizar a los nuevos bárbaros a través de
las escuelas públicas que empiezan a fundarse y extenderse en todo
el territorio nacional.

*La segunda etapa, entre 1880 y 1930, se caracteriza por expresar por un
lado el antagonismo de clase, por poner en foco la relación entre educación y
trabajo, e identificar como sujeto central al Movimiento Obrero organizado.
Su expresión política son el Socialismo y Comunismo. En el mismo período,
también se difunde la idea de la Educación como herramienta para superar
los conceptos de nación, patria, religión y ejército, es decir los conceptos del
Anarquismo. Según Huergo (2006):

Podríamos decir que como característica común el desarrollo de este


periodo de educación popular tiene que ver con cierto desenvolvi-
miento de lo educativo por fuera del sistema escolar. Fundamental-
mente tenemos que prestar atención en este periodo a dos corrientes

4
Por supuesto operante se entiende una premisa de partida para plantear las metas u
objetivos del proceso educativo. Desde una concepción iluminista de la educación se
parte de la base de que el saber se encuentra depositado en un sujeto que tiene el
deber de transferirlo o depositarlo íntegramente en un tercero, su destinatario.
168 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

de pensamiento que son el anarquismo y el socialismo, principalmente


el anarquismo.
En Argentina estos movimientos tuvieron un desarrollo muy
importante vinculado con la resistencia a la educación oficial, por su
carácter liberal y ya en un segundo momento imperialista y además
por todo lo que significaba el sistema educativo oficial en cuanto a
integración acrítica a un sistema social. Allí aparecen las sociedades
populares de educación, las cooperativas y las colonias de educación
agrícola, las bibliotecas populares, las universidades populares, los
cursos de educación femenina, etc. La inmensa mayoría de estas
experiencias no tiene ninguna intencionalidad de ser reconocida por
el Estado, es decir se están desarrollando paralelamente a la
educación pública y en contraposición a la Educación Oficial.
En segundo lugar el comunismo, vinculado a los sectores populares
que desarrolla estrategias de difusión cultural, formación de cuadros
políticos y de maestros, y el movimiento magisterial, los sindicatos
de maestros, etc.

En paralelo Huergo (2006) identifica una estrategia progresista (Nacional


y Popular) que sintetiza sus valores en el proceso de Reforma Universitaria de
1918; y destaca la figura de su principal referente el cordobés Saúl Taborda,
quien:

Parte del reconocimiento de que todos los espacios sociales son


educativos, y no solamente la escuela, esto es clave para la idea de
la pedagogía comunal, él parte de esta perspectiva, de que las
diferentes formas de organización que se dan en la comunidad tienen
un carácter educativo. Incluso dice que cuando Sarmiento expresa
que es autodidacta está mintiendo porque Sarmiento se educó en
las conversaciones políticas con su padre, en las plazas, en la
parroquia, en diferentes organizaciones sociales de su comunidad y
a partir de allí fue formando su personalidad. Lo que ataca Taborda
es este sistema educativo oficial que tiene como ideal educativo una
idea central que es el progreso.

A su vez en la misma etapa la innovación pedagógica llega de la mano de


la Escuela activa y la Escuela Nueva, con el eje en la participación y el arte
como parte de la Educación. Para Huergo (2006):
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 169

Son experiencias que sí intentan un reconocimiento del sistema


educativo oficial. La centralidad está puesta allí en la comunicación
y el lenguaje, apuesta fuertemente a un lema que es aprender a
aprender, es decir, no es tanto el énfasis en la transmisión de
contenidos sino en la metodología de trabajo de acuerdo con la
psicología de niños y adolescentes. Y a partir de allí fundamentalmente
con acciones vinculadas al trabajo, a la recreación, a la producción
estética, etc., con la intención de que grupalmente los niños se vayan
formando en este tipo de experiencias. Por ejemplo casos en los que
el método educativo está centrado en el trabajo sobre huerta y pintura.

En cuanto a la tercera etapa, Huergo la ubica entre 1930 y 1960, y se


caracteriza por un contexto de integración de los trabajadores, en el marco de
desarrollo del Peronismo, cuya impronta se relaciona con la educación técnica
en el marco de un decidido proceso de sustitución de importaciones y
protagonismo del movimiento obrero organizado, en clave nacional, no ya
internacionalista como en el anarquismo o el socialismo. Y explica:

A través del gobierno peronista se intenta poner en el centro a los


trabajadores organizados, las escuelas fábrica, el papel formativo de
las unidades básicas, y continúa la formación de cuadros.
El peronismo inaugura en nuestro país la institucionalización de la
educación como derecho. A diferencia de la etapa liberal, en la que
se concebía a la educación como una estrategia de las clases pudientes
para construir un modelo de sociedad que respete un orden desigual
y una manera preconcebida de distribución de la riqueza, el
peronismo abre las puertas a la idea de educación como factor
determinante de la movilidad social ascendente. Resulta simple traer
a colación el indicativo «M’hijo el dotor» como un ejemplo muy
resaltado de una época que construyó comunidades basadas en
inmigrantes iletrados con descendencia titulada. La educación como
derecho social marca un punto de inflexión en nuestra historia y
una nueva manera de concebir los mandatos educativos.

Durante los gobiernos peronistas se crea y se pone en marcha la Comisión


Nacional de Aprendizaje y Orientación profesional. Las escuelas técnicas son
concebidas como escuelas de aprendizaje, y como centros docentes de múltiples
oficios artesanales. Además, se piensa como espacios de contención (e
170 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

igualación de derechos) donde los alumnos reciben sin cargo desayuno,


almuerzo, herramientas, libros, elementos de estudio y vestimenta de trabajo.
El símbolo en este caso, a diferencia de la escuela normal de Sarmiento, cuyo
emblema es el guardapolvo blanco, es el mameluco azul. El aprendizaje y la
orientación profesional comprende tres ciclos: Ciclo Básico, Ciclo técnico y la
Universidad Obrera Nacional (antecedente de la Universidad Tecnológica
Nacional).
La cuarta etapa, ubicada entre 1960 y mediados de la década del 80, se
despliega en el proceso de la corriente económica y política desarrollista, cuyo
propósito o principio era el de la modernización de la sociedad. Para ello los
medios podían ocupar un rol central en la educación, en particular en la
alfabetización en ámbitos rurales. Las sociedades del tercer mundo se
desarrollarían en la medida en que sus habitantes adquirieran competencias
adecuadas a la época. Huergo sostiene que

El Departamento de Estado de EE. UU., junto con la Universidad de


Stanford, el MIT y otros sectores, tal como lo relata Mattelart en La
Comunicación-Mundo, empiezan a idear un programa continental
que se llamó Alianza para el Progreso durante el gobierno de John
Kennedy que tiene como finalidad hacer como una contención a la
posibilidad de reproducción en América Latina de movimientos
revolucionarios, habida cuenta de la Revolución Cubana.
Precisamente el lema de la Alianza Para el Progreso es Revolución y
Libertad. Una Revolución no como la que hace Fidel y los cubanos,
sino por una vía, llamémosle, «democrática», y tienen una serie de
estrategias. Una de ellas es superar el crecimiento del analfabetismo
en América Latina, sobre todo vinculado a los campesinos, a través
de procesos de modernización de las sociedades. La idea es pasar de
una sociedad tradicional a una moderna, por un lado con las propues-
tas desarrollistas de la reforma agraria, por otro con los programas
vinculados a la planificación demográfica, la planificación familiar,
los programas internacionales de atención a la salud, etc. Y funda-
mentalmente una estrategia para superar el analfabetismo que ha
crecido.

Para esto una de las cuestiones centrales es el papel que cumplen los
medios en la posibilidad de llegar a alfabetizar a la mayor parte de la población
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 171

sin necesidad de reproducir la creación de escuelas. Ahí empieza una


vinculación fuerte entre educación y comunicación, los medios, las radios
fundamentalmente como instrumento alfabetizador, empieza la mirada de que
las radios pueden tener una función educativa. Claro que ya había experiencias
anteriores, está Radio Sutatenza en Colombia5, en Bolivia las radios mineras
que son de las primeras experiencias de radios educativas, pero ahora
explícitamente se deposita en la radio la misión de educar a los sectores
campesinos para ir desarrollando una sociedad modernizada.
Ese discurso encontró una respuesta sistemática en la corriente de la
Educación Popular Liberadora, cuyo principal referente es el brasileño Paulo
Freire. La mirada de Huergo sobre los aportes de Freira son sencillamente
esclarecedores:

Lo central en Freire es lo que él llama el trabajo educativo que es el


que se realiza con los oprimidos en la búsqueda por sus propias
formas de organización. La comunicación allí pasa por dos líneas de
trabajo. Una, lo que él llama el diálogo, como una posible
deconstrucción colectiva, y en segundo lugar desandar a través del
trabajo educativo las relaciones entre la experiencia y el lenguaje.
Freire enfatiza la necesidad de desnaturalizar el lenguaje que
condiciona nuestras experiencias. La idea es que este trabajo que es
profundamente comunicacional es lo que nos va a llevar a la
posibilidad de vivir experiencias de liberación. Mientras mantengamos
un lenguaje dominado, nuestras experiencias van a ser experiencias
de dominación. Entonces allí con los sectores oprimidos, en general
se comienza a trabajar con educación barrial, movimientos
revolucionarios, educación/ comunicación popular, campesinos y
aborígenes, experiencias sindicales de base, eclesiales, etc. En
Argentina esto tuvo fuerte vinculación con la resistencia peronista, y
con el desarrollo del movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo,
además de todo lo que fue el surgimiento de las organizaciones
revolucionarias de los 70.

5
Como ya se expresó en el Capítulo I, Sutatenza es la primera radio comunitaria de
América Latina y fue fundada en 1947 por el padre José Joaquín Salcedo con el objetivo
de educar para evangelizar. Las radios mineras en Bolivia se instalan a partir de 1949
generando una experiencia comunicacional de resistencia a las dictaduras militares
de ese país.
172 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

También el movimiento político de la izquierda nacional intervino en la


creación de estrategias educativas/ comunicacionales a través de las Cátedras
nacionales, pensadas como espacios de formación de cuadros políticos.
En el planteo de Huergo, la quinta y última etapa de la conformación
del campo de Comunicación/ Educación es la posterior a las dictaduras cívico
militares que se desarrollaron en todo el continente latinoamericano. El
principio motor de esta etapa fue el paradigma de los derechos humanos, su
reivindicación, la sistematización normativa, su expresión militante y la
reivindicación de la memoria, la verdad y la justicia sobre los crímenes
cometidos por las dictaduras. Las radios comunitarias fueron una expresión
extendida de esa búsqueda en todo el continente.

Luego del impacto terrible y atroz de la dictadura militar, aparecen


ciertas crisis en torno a las grandes organizaciones políticas, la
destrucción de algunos entramados sociales, etc. empiezan a emerger
antagonismos múltiples, antagonismos político sociales, y político
culturales múltiples, que en principio se vinculan con el problema
de los Derechos Humanos. Y aquí aparecen una serie de
antagonismos que dan idea de una tensión que podríamos llamar
multicultural, antagonismos que son de clase, que sigue siendo el
principal antagonismo, pero también el reconocimiento de
antagonismos de género, raciales, sexuales, generacionales, étnicos,
religiosos, etc. Empiezan a proliferar pequeñas formas de
organización, a veces con un alcance sólo local, vinculadas a
cuestiones de la mujer, de identidad sexual, de temáticas religiosas,
al arte, y perviven además formas de organización de etapas anteriores
que ahora tienen menos fuerza como los sindicatos, las organizaciones
políticas, los Partidos. Estamos en un panorama en el cual estas
múltiples formas de participación y de identificación tienen un
carácter educativo y configuran de nuevos modos lo que podríamos
llamar educación popular y comunicación popular.

Acá no tenemos que olvidarnos de las experiencias y el valor de las radios


comunitarias, y no sólo por sus contenidos y producciones sino por el valor
educativo por la radio como organizadora de la comunidad. Debemos tener
en cuenta cómo se sitúa la radio en el seno de la comunidad. Las radios
generan formas de participación y de formación de ciudadanía, de relación
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 173

con otras organizaciones y de difusión de derechos, son explícitamente


formativas pero esto no tiene que ver directamente con un programa de formato
educativo.

¿Por dónde pasa la educación entonces?


Tal como venimos planteando los procesos educativos no pasan
exclusivamente por las instituciones que dicen cumplir ese rol. La escuela,
definida como el espacio educativo por excelencia por Sarmiento hoy compite
y se complementa con otros ámbitos que producen discursos e interpelaciones,
con otros referentes y referencias que están en los medios de comunicación,
organizaciones sociales, movimientos culturales, redes sociales; la escuela
convive también con las formas de relación y lazos construidos en la calle, de
donde los niños y niñas van elaborando su experiencia y el mundo en el que
viven.
Para Huergo (2006):

La escuela está disociada también por el mercado, que va formando


identidades, entonces estamos en un panorama frente al cual tenemos
que empezar a visibilizar que en todos estos espacios diversos hay
una dimensión educativa aunque no desarrollen una actividad
predeterminadamente educativa. Si me junto con un grupo de amigos
a charlar en la esquina, no hay ninguna acción educativa organizada,
no hay estrategia, ni hay referentes fijos, no está el maestro ni el
padre; sin embargo ahí tomo elementos para poder leer mi experiencia
y el mundo que me rodea y para poder actuar en él.

Educación Popular liberadora


En la genealogía propuesta por Huergo que hemos desarrollado más
arriba, se destaca para la reflexión sobre comunicación alternativa, la corriente
de la Educación Popular Liberadora, cuya figura más resonante es el educador
brasileño Paulo Freire.
Desde ese paradigma la Educación Popular es la dimensión política del
trabajo educativo; se trata de una mirada que propone al proceso educativo
como práctica de libertad y de transformación social. En su más conocido
174 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

libro, Pedagogía del Oprimido, Freire (1970) hace hincapié en el proceso de


concientización de los sectores vulnerables. En este sentido, la educación
popular liberadora parte de una crítica al modelo de educación bancaria,
tradicional, que se basa en una relación desigual donde el saber está en el
maestro, educador, profesor, y la ignorancia en el alumno, en quien se
«depositan» saberes (por ello lo de bancaria). La educación bancaria para
Freire representa una formación narradora, porque la escuela tradicional (que
nosotros identificamos sobre todo con la instrucción pública sarmientina de
la primera etapa explicada en el apartado anterior) «narra» una realidad, no
reconoce que en realidad la está construyendo. La escuela enseña a memorizar,
a repetir, a narrar historias estereotipadas que en muchos casos no se
relacionan con la vida de los educandos.
Por eso la Educación Liberadora propone que el punto de partida en la
relación educativa debe ser la experiencia concreta del educando, el mundo
real de los sujetos, porque debe ser significativa, explicitar sus objetivos. En
La importancia del acto de leer, Freire (1981) explica que la lectura del mundo,
las ideas sobre lo que nos rodea, la capacidad de leer procesos de la naturaleza
y de la vida cotidiana se forjan desde la primera infancia, mucho antes que la
lectura de la palabra escrita (alfabetización). En ese sentido, ningún estudiante
llega a su escuela vacía o sin conocimientos. Los niños y niñas (educandos) se
presentan en el aula con sus saberes previos y los contrastan, los ponen en
diálogo con saberes sistematizados de la ciencia.
En este mismo sentido, esta pedagogía pone énfasis en el proceso de
aprendizaje, y no solamente en el resultado, y separa la autoridad del criterio
de verdad; si bien el educador o educadora tiene un lugar de autoridad en la
relación, puesto que su rol es facilitar el aprendizaje, el protagonismo del
vínculo está en los educandos. Desde esta perspectiva resulta central el objetivo
de apuntalar la capacidad crítica, por ello da mucha importancia a la duda, a
la pregunta, reconoce el papel pedagógico del error en el proceso y explicita el
conflicto social. En ese sentido, Freire (1981) sostenía que:

Inicialmente me parece interesante reafirmar que siempre vi la


alfabetización de adultos como un acto político y como un acto de
conocimiento, y por eso mismo un acto creador. Para mí sería
imposible de comprometerme en un trabajo de memorización
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 175

mecánica de ba-be-bi-bo-bu, de la-le-li-lo-lu. De ahí que tampoco


pudiera reducir la alfabetización a la pura enseñanza de la palabra,
de las sílabas o de las letras. Enseñanza en cuyo proceso el
alfabetizador iría «llenando» con sus palabras las cabezas
supuestamente «vacías» de los alfabetizandos. Por el contrario, en
cuanto acto de conocimiento y acto creador, el proceso de la
alfabetización tiene, en el alfabetizando, su sujeto. El hecho de que
éste necesite de la ayuda del educador, como ocurre en cualquier
acción pedagógica, no significa que la ayuda del educador deba anular
su creatividad y su responsabilidad en la creación de su lenguaje
escrito y en la lectura de su lenguaje.

Dado que la educación liberadora se propone que los educandos partan


de su realidad, se distancien, sistematicen conocimiento y vuelvan a
contrastarlo con su realidad, se considera una fortaleza la tarea de desocultar
relaciones de dominación, recuperar memorias de los pueblos y las historias
de lucha que están en cada comunidad.
En ese sentido, Freire propone dos conceptos fundamentales para
desarrollar la tarea de los y las educadoras: el universo vocabular y el universo
temático. El educador se pregunta por las palabras que son de uso cotidiano
para los educandos; con qué términos nombra el mundo que lo rodea, qué
significan esas palabras para su historia y su realidad. Y a su vez con qué
temas construye comunidad, qué temáticas lo convocan, le preocupan.
Por eso el llamado Método Freire consiste en la observación participante
de los educadores, que se ocupan de conocer y sintonizar con el universo
vocabular y temático de sus educandos, y a partir de ello realizar una
identificación de palabras generadoras que respondan a un sentido vivencial;
luego su codificación en imágenes (pasaje de la cultura del silencio a la
conciencia cultural); a continuación, la codificación en palabras escritas, y
finalmente la problematización del escenario cultural que involucra esas
palabras. En cartas a Guinea Bissau, Freire (1978) compiló su experiencia en
la alfabetización de campesinos como parte del proceso de descolonización de
ese país, a través de la revolución encabezada por Amílcar Cabral que los
liberó tras cuatro siglos de dominación portuguesa que habían dejado como
resultado un 90% de la población analfabeta.
En el texto Freire reflexiona sobre las actividades pedagógicas llevadas
176 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

adelante durante el proceso alfabetizador y sobre los problemas teóricos que


surgen en la propia práctica, dado que los educandos eran analfabetos pero
muy politizados.

Paulo Freire, militante educador


La vida de Paulo Freire es más que una biografía, una hoja de ruta del
compromiso contra las desigualdades que marcó una época en América Latina.
Había nacido en 1921 en Recife, al nordeste de Brasil. Cuando tenía 8 años
su familia emigró a Jaboatao. Estudió Derecho y se casó con Elza, una profesora
de primaria con la que tuvo cinco hijos. Dejó la abogacía e ingresó en la
División de Educación y Cultura de la administración brasileña. Allí entabló
contacto con la educación de adultos y vio la necesidad imperiosa de
alfabetización. En 1962 enseñó a leer y escribir a 300 trabajadores de
plantaciones de caña de azúcar en solo 45 días. Por esos resultados, el gobierno
brasileño aprobó la creación de miles de círculos culturales en todo el país.
Freire se tituló como doctor en Filosofía de la Educación, fue docente en
la universidad, participó en la Fundación del Movimiento de Cultura Popular
y desde ahí participó en la creación de los Círculos de Cultura. Tras el golpe
militar de 1964 fue destituido de sus cargos, encarcelado y se exilió en Bolivia
y Chile, donde escribió «Pedagogía del oprimido» y trabajó para los gobiernos
de Frei Montalba y Allende.
Después de 15 años volvió a Brasil. Y en 1989 asumió como Secretario
de Educación de Sao Paulo, un municipio con 17 millones de habitan-
tes gobernado por el Partido de los Trabajadores, en cuya fundación había
participado. Freire contó esta experiencia el libro «La educación en la ciudad».
Dos años después dejó el cargo y volvió a la docencia en la Universidad Católica
de Sao Paulo y a escribir. Murió en 1997 a los 76 años de edad.
La tarea de Freire es reconocida con premios y homenajes, entre ellos, 35
títulos de doctor Honoris Causa y una candidatura al Nobel de la Paz en
1993. Su influencia en el pensamiento pedagógico actual y en las experiencias
educativas han sido y siguen siendo muy importantes en todo el mundo.

Comunicación Popular y modelos educativos


Hemos profundizado en las implicancias de concebir a la educación desde
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 177

una perspectiva liberadora. Al comienzo del texto planteamos que Educación


y Comunicación solo tienen sentido pensadas como Educación/ Comunicación.
Por ello diremos que en toda propuesta educativa se trabaja una mirada
comunicacional.6 Mario Kaplún, comunicador/ educador uruguayo, trazó un
paralelismo entre los modelos educativos y comunicacionales, y criticó el
esquema tradicional que identifica a la Comunicación como un intercambio
de información (mensaje) entre un Emisor y un Receptor. Ese esquema ha
sido cuestionado por pensar a la comunicación como trasmisión unidireccional
(aun cuando reconoce la posibilidad de un feedback).
En El Comunicador Popular, Kaplún (1985) retoma a Díaz Bordenave
para sostener que

Aunque en la realidad existen muchas concepciones pedagógicas,


se las puede agrupar en tres modelos fundamentales. Claro está que
estos tres modelos no se dan nunca químicamente puros en la
realidad sino un tanto entremezclados y se encuentran presentes
los tres en distintas proporciones en las diversas acciones educativas
concretas. No obstante, esquematizándolos, acentuando un poco
sus rasgos, es posible distinguir estos tres modelos básicos. Los
Modelos exógenos de la Educación que ponen el énfasis en los
contenidos, los Modelos exógenos que enfatizan en la comprensión
de los efectos, y el Modelo endógeno de la Educación que pone el
énfasis en el proceso.

En estos modelos, los dos primeros no repararan en los sujetos, no harán


participar su trayectoria, contexto, historia, ni consideraran las fortalezas y
debilidades subjetivas que siempre están presentes las personas que mantienen
un vínculo educativo y social. En este sentido los modelos exógenos están
planteados desde afuera del destinatario, como externos a él, el educando es
visto como objeto de la educación.
La Educación que pone el énfasis en los contenidos se corresponde con

6
En ese sentido son importantes las experiencias de las radios socioeducativas en tanto
plantean abordajes novedosos y creativos para trabajar el eje Educación/Comunicación.
Ver la tesis de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT (2016) de Valeria
Flores «Radios Escolares: su rol en la construcción y apropiación de espacios de participa-
ción. Experiencias juveniles en la Escuela Media Pedro Fernando Riera».
178 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

lo que antes se describía como Educación sarmientina o Educación tradicional,


basada en la transmisión de conocimientos y valores de una generación a
otra, del profesor al alumno, de la élite «instruida» a las masas ignorantes. Un
inventario de conocimientos mínimos, organizado por edades y evolucionando
linealmente de manera de ir complejizándose a medida que se avanza en el
escalafón o en los grados que deben ser dictados, evaluados y aprobados y
que presuponen la adquisición de capacidades individuales que habilitan
roles sociales y diferentes modos de participar en la vida en común. Se estipula
previamente que los niños que terminan primer grado deberían ser capaces
de reconocer los números ordinarios de nuestro sistema decimal y escribir su
nombre y reconocer las letras del abecedario, mientras que un niño que acaba
la escuela primaria ya está en condiciones de desarrollar operaciones
matemáticas más complejas y construir relatos basados en formatos y géneros
propios del campo literario.
A su vez la Educación que pone el énfasis en los efectos se corresponde a
la llamada «ingeniería del comportamiento» y consiste esencialmente en
«moldear» la conducta de las personas con objetivos previamente establecidos.
Íntimamente relacionada con la preponderancia de los contenidos, presupone
un correlato actitudinal para la adquisición de determinados conocimientos
escolarizados. Esas actitudes o hábitos esperados a medida que se avanza en
el proceso de escolarización (o proceso educativo) siempre están ligados a un
determinado orden y modelo social que pretende imponerse (desde el Poder),
y que es narrado como deseable para «Todos» en detrimento de hábitos y
conductas que los niños acarrean desde sus casas y espacios primarios y
que, de manera evolutiva, deberían excluirse del comportamiento social
deseado. Siempre atendiendo a un modelo social fuertemente vinculado a un
orden económico, una legalidad jurídica y un sistema de acatamiento político
que se consideran premisas sociales a las que todos los ciudadanos deben
someterse.
Por último, la Educación que pone el énfasis en el proceso destaca la
importancia del proceso de transformación de la persona y las comunidades.
No se preocupa tanto por los contenidos a ser comunicados, ni por los efectos
en término de comportamiento, sino más bien de la interacción dialéctica
entre las personas y su realidad; del desarrollo de sus capacidades intelectuales
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 179

y de su conciencia social.
El modelo endógeno parte del destinatario, el educando (estudiante) es el
sujeto de la educación. Es protagonista y todo lo que describe su vida, los
modos de estar, sentir, sus formas particulares de reconocer y otorgar sentido
son puestos de relieve en el vínculo educativo y participan de las conversaciones
que construyen sentidos y conocimientos.
Decimos asimismo que cada modelo pone el énfasis en un objetivo distinto,
de este modo concibe a la educación desde diferentes planos y las propuestas
pedagógicas que construyen ponen en valor distintos aspectos priorizan
elementos diferentes del vínculo pedagógico.
Mientras que los modelos exógenos validan los contenidos trabajados,
que los planificados en el programa hayan sido trabajados y aprehendidos
por los estudiantes o los resultados de las evaluaciones parciales y finales, los
modelos endógenos, sin renegar de lo anterior, prestan atención a la calidad
de los vínculos, al protagonismo de los educandos, a la presencia de la cultura
propia de la comunidad en los intercambios, al uso de un lenguaje inclusivo
en las conversaciones y al salto crítico en las lecturas de mundo que consiguen
realizar los educandos. Y un punto no menor, los modelos exógenos tienden a
la apropiación individual del conocimiento, mientras que las miradas endóge-
nas parten de la consideración social de la información y la construcción
colectiva de los conocimientos.
Cabe aclarar que no se está hablando de sistemas puros e incontaminados,
sino de énfasis y acentuaciones que le van dando color a una propuesta o un
proceso pedagógico. La educación que enfatiza el proceso no se desentiende
de los contenidos y de los efectos; pero su acento básico no estará nunca en
éstos, sino en el proceso personal del educando.
La educación Popular Liberadora presupone al binomio Comunicación/
Educación como parte de un vínculo indisoluble que se propone el aporte a la
transformación subjetiva y la transformación social. La construcción colectiva
de saberes y sentidos requieren una coherencia ética y un posicionamiento
político por parte de los participantes del vínculo educativo que presupone
que los conocimientos no son objetos previos al sujeto ni asibles de manera
neutral. Todo conocimiento transforma y tiene consecuencias performativas
dado que genera las condiciones necesarias para la construcción de un mundo
180 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

basado en nuevos sentidos.


El mundo no es externo al sujeto sino que se constituye y se reconfigura
atendiendo también a la participación y capacidad de incidencia de los sujetos
de le educación, de ahí la relevancia de este aporte freireano que sostiene que
los conocimientos no solo describen al mundo tal cual es hoy, sino que sientan
las bases de la transformación que deseamos como comunidad, un mundo
con reglas renovadas, con mecanismos más participados de inclusión social,
con miradas más abiertas al pluralismo y la diversidad, con más herramientas
de reflexión en detrimento de las imposiciones violentas, un mundo con más
capacidad de facilitar la convivencia.

¿Y el modelo de comunicación?
Kaplún (1985) sostiene que «así como existe una educación «bancaria»,
existe una comunicación «bancaria» (…) como transmisión de información.
Un emisor (E) que envía su mensaje (M) a un receptor (R). El emisor es el
educador que habla frente a un educando que debe escucharlo pasivamente.
O es el comunicador que «sabe» emitiendo su mensaje (su artículo periodístico,
su programa de radio, etc.) desde su propia visión, con sus propios contenidos,
a un lector (u oyente o espectador) que «no sabe» y al que no se le reconoce
otro papel que el de receptor de la información»
Quienes difunden ese modelo E-M-R suelen representarlo en línea
horizontal, pero eso en sí mismo, para el comunicador uruguayo a quien
seguimos, es una trampa. En realidad expresa una realidad vertical, o mejor
dicho verticalista, autoritaria. En este sentido, para el autor, «El emisor domina,
es el dueño, el PROTAGONISTA de la comunicación. Se califica a esta
comunicación de unidireccional porque fluye en una sola dirección, es una
única vía: del emisor al receptor». (Kaplún, 1985, p.25)
Kaplún se pregunta por el papel de los comunicadores populares en este
proceso, y plantea que aún en prácticas y medios de comunicación que se
proponen como populares y alternativos, el esquema autoritario muchas veces
subyace y se impone:

Parecería que, en nuestra comunicación popular, este modelo


autoritario no tiene lugar; que nos es totalmente ajeno. Presentado
CAPÍTULO IV. COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN POPULAR. CLAVES DE LECTURA Y... 181

así, sólo nos merece rechazo. Sin embargo, la concepción


comunicacional emisor/ mensaje/receptor está tan incorporada a
la sociedad, aparece como tan corriente y natural, que acaso, sin
que seamos conscientes de ello, siga todavía influyendo con fuerza
en nosotros y en nuestra producción popular. En nuestro periódico,
¿quién es el que escoge los contenidos; quién los determina y
selecciona? ¿Hacemos el periódico consultando con la comunidad,
recogiendo sus necesidades y sus aspiraciones, o lo hacemos desde
nuestra propia perspectiva? Cuando creamos nuestra obra de teatro
o el guión de nuestro diapomontaje o de nuestro programa de radio,
¿tratamos de ir suscitando en los destinatarios un proceso personal,
o le dispararnos verticalmente la información que él tiene que
«aprender»?

Desde esta perspectiva, aún quienes practican una comunicación


comprometida con los destinos de los sectores populares, vulnerables, muchas
veces aún asumen «el clásico rol de emisores, de poseedores de la verdad que
dictamos esa verdad a los que «no saben»; en la medida en que sigamos
depositando informaciones e ideas ya «digeridas» en la mente de nuestros
destinatarios, por liberadores y progresistas que sean los contenidos de
nuestros mensajes, continuaremos tributarios de una comunicación
autoritaria, vertical, unidireccional.»
En definitiva, al inscribir a la comunicación alternativa en la matriz de
Educación/Comunicación proponemos, parafraseando a Freire, no un mundo
que ya es, sino uno que está siempre siendo, siempre pasible al cambio y la
transformación. Y siempre con los sujetos como protagonistas de esos cambios
posibles.
182 EVA FONTDEVILA, EMANUEL GALL

Bibliografía

BUENFIL BURGOS, R. (1993). Análisis de dis- -------- (2001). Hacia una genealogía de
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vista virtual Nodos de Comunicación/
Educación, N° 2, La Plata, Cátedra de
Comunicación y Educación (UNLP).
183

LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL


CENTRO DE LA EXPERIENCIA DE LA
Capítulo COMUNICACIÓN ALTERNATIVA.
Va EMERGENCIA, DIVERSIDAD,
ESENCIA, ASPIRACIONES

Rodrigo Campos Alvo


María Lobo1

«Un hombre que tiene algo que decir y no


encuentra oyentes, está en una mala situación. Pero
todavía están peor los oyentes que no encuentran
quien tenga algo que decirles.»
Bertolt Brecht
Teoría de la radio (1933)

Una aproximación a las radios populares, comunitarias y alternativas


En el contexto de las prácticas alternativas de comunicación, y en el
seno de los movimientos por la identidad y la liberación de los pueblos, la
América Latina de mediados del siglo XX es el escenario de aparición de las
experiencias radiofónicas alternativas. Tan diversas como los contextos políticos
que les dan origen, estas radios van a ser designadas y reconocidas como
alternativas, comunitarias o populares, sin que estas denominaciones permitan
deducir una sinonimia. La historia les otorga un motivo de emergencia que,
con las décadas, se ve transformado y su eje desplazado: las radios populares
se constituyeron como una herramienta de educación liberadora, como un
espacio de identidad de los oprimidos, y como estrategias de emancipación y
de construcción de identidad del campesinado. Sin embargo, desde sus inicios,

1
Rodrigo Campos Alvo y María M. Lobo son Auxiliares Docentes de Grado de Comuni-
cación Radiofónica y Comunicación Alternativa en la Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán.
184 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

la esencia de esta clase de radios es la de ser medios de comunicación con un


destino transformador. Para dar una idea sintética, diremos con Pablo Ramos
que las radios comunitarias impulsan modelos alternativos desde el campo
de la comunicación y la cultura como ámbitos modelantes de la sociedad
(Ramos, 2008, p. 69). Y siguiendo a Ana Ammann (Amman y Da Porta, 2008,
p. 13) podemos precisar que el carácter de un medio se cifra en su discurso
–como práctica socio discursiva– ya que sin discurso alternativo no hay medio
alternativo. Esto dicho sin desestimar en lo absoluto otros factores tales como
el régimen de propiedad o la estructura del medio, tal como veremos en el
último apartado de este capítulo, como así también y en forma relevante, las
prácticas radiofónicas de quienes se instituyen como actores socio-político-
culturales de estos medios.
Las radios alternativas de nuestro país tuvieron su auge en los años 80
con el retorno de la democracia2; luego encontraron un contexto multiplicador
con la crisis social, política y económica de 2001. Los conceptos de «radio
popular» y «radio comunitaria»3 resurgieron a partir de la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual, que estipuló nuevos regímenes de licencias para
las emisoras sin fines de lucro al otorgarles el 33% del espectro radiofónico4.
La Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, fue aprobada por el
Congreso de la Nación en octubre de 2009 y promulgada en misma fecha
durante la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. El proyecto
estaba basado en una propuesta de 21 puntos que había sido presentada por
la Coalición por una Radiodifusión Democrática en 2004 –como una deuda
de la democracia hacia la sociedad argentina– y debatida en diversos foros
que se desarrollaron en distintos puntos del país. Dicha normativa fue

2
Como precedente se puede citar las producciones radiofónicas en los 70 de INCUPO
(Instituto de Cultura Popular) destinadas a los campesinos del NOA y NEA argentino.
Como centro de producción radiofónica con base en Reconquista, provincia de Santa
Fe, en Tucumán sus micros se escuchaban a través de LV 12 Radio Independencia y
de Radio El Clavillo en Concepción.
3
Para un recorrido más profundo de la historia de estas denominaciones en cada etapa
histórica política de América Latina, ver a Adrián Pulleiro (2012) La radio alternativa
en América Latina. Experiencias y debates desde los orígenes hasta el siglo XXI,
Cooperativa Gráfica El Río Suena, Buenos Aires.
4
La Ley vigente hasta ese entonces –Ley 22.285 sancionada por la última Dictadura
Militar– sólo contemplaba dos tipos de prestatarios: público (estatal) y privado (comer-
cial).
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
185

modificada en diferentes oportunidades por el gobierno de Mauricio Macri vía


decretos y resoluciones del Ministerio y del ente gubernamental ENaCom5 (ex
AFSCA6), entre 2015 y 2018, con el objetivo de suspender la aplicación de
determinados artículos de la LSCA relacionados a la concentración mediática.7
En la circulación de experiencias radiofónicas puede advertirse que
democracia, crisis social y nueva ley son expresiones que dan cuenta de la
complejidad que subyace al concepto de radio popular no solo en nuestro
país, sino en América Latina toda. En estas páginas, proponemos sintetizar
algunas de las particularidades de los procesos radiofónicos contra-
hegemónicos, a partir de aquellas ideas y prácticas que marcaron las prácticas
de las radios populares en el continente.

Radio, educación y transformación. Primeras experiencias en América


Latina
Como dijimos inicialmente, ya sean nacidas en el seno de los procesos de
transformación de la educación popular, ya sean pensadas como herramienta
para el desarrollo de la conciencia crítica, las radios populares atravesaron
cambios y actualizaciones en los que predominó, desde sus inicios, la
diversidad.
Aunque existe un antecedente de las transmisiones de las llamadas «radios
libres» en la Europa de la década del 70 (Prado, 1981, p. 237), las radios
populares están vinculadas a un proceso común a los países de América
Latina: en un continente fragmentado y marcado por la pobreza extrema y la

5
El Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) es un ente autárquico y descentralizado
que funciona en el ámbito del Ministerio de Modernización de Argentina. Creado por
un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) durante el actual gobierno de Mauricio
Macri, eliminó a los los organismos de control designados por las leyes previamente
mencionadas, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA)
y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC).
6
La Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) fue un organis-
mo estatal argentino creado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
como autoridad encargada de la aplicación de la misma. Sucedió al Comité Federal de
Radiodifusión (COMFER).
7
Para profundizar en las polémicas alrededor del tema puede consultarse el blog del
Dr. Martín Becerra (investigador UNQ/UBA), que aborda críticamente la temática de
políticas y tecnologías de la comunicación. Asimismo su libro en co autoría con Guiller-
mo Mastrini (2017), La concentración infocumunicacional en América Latina 2000-2015
editado por la UNQ.
186 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

desigualdad, la radio emergió como un instrumento de transformación de


esas realidades locales y como una posibilidad de alcanzar sociedades más
justas y democráticas8. De esta manera, la radio representa uno de los lenguajes
más expresivos de la Comunicación Alternativa, sea en su dimensión educativa,
o como espacio para los procesos de democratización de las sociedades
latinoamericanas.
Como lo señala Kaplún (1999, p. 22), en 1977 la CEPAL9 advertía a los
gobiernos de la región que más de cien millones de latinoamericanos subsistían
en condiciones de pobreza extrema. Todos los programas diseñados hasta
entonces para revertir los flagelos de la pobreza habían fracasado, en gran
medida, porque muchos de ellos no habían sabido contemplar a los sujetos
latinoamericanos como agentes protagonistas de su propio desarrollo. En ese
contexto, la UNESCO10 planteaba la necesidad de iniciar programas de
educación; ya a fines de la década del 70, el rol de la comunicación en la
educación empezaba a ser indiscutible. Así fue como la radio apareció como
una herramienta esencial para los procesos educativos y de transformación
social: era el medio de mayor penetración y tenía la ventaja de que, para
recibir los mensajes, no era necesario saber leer. Además, tenía llegada a las
zonas rurales, que era donde precisamente se concentraban las mayores
poblaciones analfabetas y de extrema pobreza. En cuanto a la penetración
que la radio era capaz de ejercer para la época, Kaplún (1999, p. 23) señala
lo siguiente:

8
El capítulo I de este libro describe de manera sintética la historia de tensiones de las
radios alternativas y las vertientes que hubo en torno a las experiencias radiofónicas:
aquellas vinculadas a la Iglesia Católica y las radios pertenecientes a comunidades y
organizaciones políticas que tenían como finalidad la transformación social. En ambos
casos, radio y educación popular son parte de la médula de las experiencias radiofónicas
alternativas.
9
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es el organismo
dependiente de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el
desarrollo económico y social de la región. Sus labores se concentran en el campo de
la investigación económica.
10
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) es un organismo especializado de las Naciones Unidas. Se fundó en 1945
con el objetivo de contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación,
la ciencia, la cultura y las comunicaciones.
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
187

Hacia 1970 existían en América Latina 153 receptores de radio por


cada mil habitantes. Cinco años más tarde –esto es 1975–, la cantidad
de receptores existentes alcanzaba en cifras absolutas los 60 millones
de aparatos, lo que elevaba el índice relativo a 205 receptores por
cada mil habitantes. En solo cinco años se había operado, pues, un
aumento del 34 por ciento. Esta densidad de receptores permite
estimar que la radio llega actualmente al 61 por ciento de la población
latinoamericana, lo que la hace con mucho el medio más popular y
difundido.

Estas radios –que aprovecharon la penetración como una herramienta


para revertir la pobreza y la desigualdad– estuvieron vinculadas desde sus
orígenes a la educación popular. En ese sentido, aquellas experiencias
radiofónicas representaron una posición antagónica a la radio tradicional: a
nivel de objetivos, de productores, de metodologías, de producción (López
Vigil, 1984, p. 41). Las radios contestatarias proponían no solo temáticas
alternativas, sino también un nuevo productor de contenidos y metodologías
dialogales y participativas. En el centro, el propósito de utilizar la radio para
la educación y el desarrollo de la conciencia crítica en el sujeto latinoamericano.
Esta relación profunda entre la radio y la educación popular obliga a
revisar de qué manera emergió esa conciencia en torno a la educación y la
comunicación; Huergo sitúa esa relación en el centro de los debates que entre
1960 y 1985 problematizaron el concepto de educación popular en América
Latina (Huergo, 2006). Este investigador explica que, en verdad, la necesidad
de educar –y de hacerlo a través de la comunicación– aparece a partir de un
programa de política norteamericano, la Alianza para el Progreso11, cuyo

11
La Alianza para el Progreso fue un programa de ayuda económica, política y social de
EE. UU. para América Latina efectuado entre 1961 y 1970. Las principales medidas
eran; la reforma agraria en función de mejorar la productividad agrícola, libre comercio
entre los países latinoamericanos, modernización de la infraestructura de comunica-
ciones, reforma de los sistemas de impuestos, acceso a la vivienda, mejora de las
condiciones sanitarias a fin de elevar la expectativa de vida, mejora en el acceso a la
educación incluyendo la erradicación del analfabetismo, precios estables dentro del
control de la inflación y cooperación monetaria. El programa fracasó debido a que,
tras el asesinato de Kennedy, sus sucesores limitaron la ayuda financiera a la par que
su implementación encontraba cada vez mayores resistencias en las comunidades
empobrecidas de América Latina que veían en su implementación el único objetivo
que tenía EE. UU. de vender su maquinaria agrícola-industrial y sostener la dependen-
cia.
188 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

objetivo visible era «mejorar la vida de todos los habitantes del continente», y
de forma solapada evitar la expansión de los movimientos revolucionarios por
nuestro continente que tenían como referencia a la Revolución Cubana. Desde
la mirada de los Estados Unidos, América Latina debía «evolucionar hacia
una sociedad moderna», y para ello resultaba crucial erradicar el analfabetismo.
Se entendía que la comunicación, y en particular la radio, podían funcionar
como instrumentos de alfabetización. Sin embargo, ese propósito de la política
norteamericana encuentra su resistencia en los movimientos políticos que ya
habían iniciado un camino sin retroceso en América Latina. De la mano de
Paulo Freire, la relación entre comunicación y educación discutió ese concepto
de evolución hacia una sociedad moderna pretendida por los Estados Unidos.
Para Freire, la educación debía alcanzar la construcción de una identidad
latinoamericana, el desarrollo de la conciencia crítica en un proceso de diálogo,
participación colectiva, desnaturalización del lenguaje hegemónico.
Así, la educación que se desarrolló en las radios populares respondió a
este modelo de educación también popular, liberadora, problematizadora. Una
educación que, en palabras de Kaplún (1999, p. 32), destaca la importancia del
proceso de transformación de las personas y de las comunidades; no se preocupa
tanto por la materia a ser comunicada ni por los resultados, sino más bien por
la interacción dialéctica entre las personas y su realidad, y el desarrollo de la
capacidad intelectual y la conciencia social. Promediando el siglo XX, en América
Latina la radio se posicionó como el medio más efectivo para llevar adelante
estos procesos de educación problematizadora que pretendía llevar a los sujetos
a una reflexión profunda acerca de su realidad para así transformar sus
condiciones de desigualdad12. Muchas de las radios populares que se gestaron
en aquella época estaban focalizadas en el trabajo con comunidades de
campesinos. Como respuesta al problema del subdesarrollo, las radios ofrecían
programas que enseñaban técnicas agrícolas más eficaces. Esta educación
cuyo énfasis estaba puesto en mejorar resultados fue cediendo poco a poco
frente a la idea de una educación problematizadora con énfasis en los procesos,
que fuera capaz de ayudarle a los sujetos a desarrollar la conciencia crítica y la
inteligencia para intervenir en sus realidades.

12
Véase Kaplún, M. (1999). Producción de programas de radio. El guión-La realización,
Quito: Ciespal.
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
189

En la herencia de estos propósitos, las primeras radios populares se


definieron como aquellas que lograron motivar y fortalecer la expresión de
sectores normalmente marginados de los medios industriales; que contribu-
yeron a desarrollar nociones y actitudes políticas orientadas a la supresión de
la injusticia y la discriminación; que acompañaron el surgimiento de múltiples
organizaciones populares de carácter reivindicativo; que informaron desde
ópticas enfrentadas al poder (Mata, 1993, p. 7). Siguiendo a Mata, podemos
señalar algunos de los rasgos que caracterizaron a las primeras experiencias
de radios populares en América Latina:
 Fueron medios alternativos y democráticos donde los sectores e ideas no
hegemónicas se expresaban y se fortalecían: Las emisoras populares iban
acercándose a problemáticas juveniles, antes marginales (delincuencia,
drogadicción), a sectores medios o terciarios que antes no se consideraban
significativos.
 Promovieron la rearticulación del campo popular fragmentado y debilitado:
las emisoras buscaban vincular diferentes espacios regionales; en otros,
fomentaban el reconocimiento de las múltiples etnias o nacionalidades
que coexistían en un mismo país.
 Pretendían intervenir eficazmente en la generación de la opinión pública:
alentaban al debate, a legitimar la discusión de ideas, a cuestionar los
valores neoliberales
 Intentaban fortalecer la calidad de vida de las grandes mayorías: las
radios populares intentaban ser útiles a sus oyentes, desarrollando
campañas de salud, de nutrición, de educación, de protección del medio
ambiente; al mismo tiempo, se convertían en canales de difusión de
actividades colectivas que estimulaban la organización y la acción popular.

De la educación a la diversidad
En Argentina, las radios comunitarias aparecen con fuerza de la mano
de la democracia, que permitió a los sectores excluidos tener un espacio de
libre expresión. Aunque sus inicios fueron a través de transmisiones
clandestinas13 porque no tenían autorización legal para sus contenidos, entre

13
Para caracterizar el surgimiento de estas emisoras al margen de sistema de radiodifusión
vigente al retorno a la democracia en los años 80 del siglo pasado, la investigadora y
docente Larisa Kejval toma el significante «truchas». Según el diccionario de lunfardo
190 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

1987 y 1989 se empezaron a expandir de manera masiva y podría decirse que


hubo para aquella época una «explosión y revolución» de radios alternativas
por todo el país. Como lo explica Ramos (2008, p. 70), la génesis de una gran
cantidad de proyectos de carácter alternativo durante la década del 80 puede
obedecer al fracaso de los intentos por establecer políticas nacionales de
comunicación de carácter democrático, basadas en conceptos de acceso y
participación, impulsando la reflexión sobre las prácticas de comunicación
comunitaria. También, como lo señala Lamas (1987), fue esa imposibilidad
de los partidos políticos en tanto motivadores de la efervescencia por la
democracia lo que quizás explique este auge de medios alternativos y
radiofónicos, que fueron conducidos por jóvenes convencidos de la necesidad
de fortalecer la democracia argentina.
Más allá de estas variables en el período inicial de las radios populares,
el espíritu de estas emisoras que emergieron para transformar la realidad
podría sintetizarse en esta reflexión de Claudia Villamayor: «Su raíz hay que
buscarla en el deseo popular de hablar, de contar, de gritar, de disfrutar, de
hacer oír, de ser un canal de expresión de una pluralidad de voces diferentes.
Pluralidad política, pluralidad sexual, pluralidad religiosa. (…) Las radios
comunitarias argentinas fueron, desde la apertura democrática, una esperanza
de producción radiofónica y de comunicación alternativa que funda un espacio
de expresión necesario y demandado, luego de los años de censura y de
autoritarismo de la dictadura militar».
Educación problematizadora, medios alternativos y democráticos,
rearticulación del campo popular fragmentado, intervención en la opinión
pública, fortalecimiento de las grandes mayorías, democratización,
transformación de las realidades… Cada una de estas cualidades bien podría
describir, en mayor o menor medida, el conjunto de las experiencias de las
radios populares en América Latina. Sin embargo, con el paso de las décadas,
esas expresiones para definir a las radios populares fueron modificándose.
En tanto experiencias culturales, son los contextos los que actualizan y

de Adolfo Enrique Rodríguez, este término designa «cualquier objeto o cosa falsa o de
mala procedencia». Claramente no es esta la forma propia de nombrarse ni reconocerse
de estas radios emergentes, identificadas con el campo de la comunicación alternativa,
popular y comunitaria.
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
191

tensionan las definiciones. Como lo advierte Kejval (2009, p. 83), los proyectos
político-culturales de las radios que se autodenominan comunitarias,
alternativas o populares no pueden reducirse a una lista de concepciones y
objetivos definidos de una vez y para siempre. Hay en las radios comunitarias
una esencia de coyuntura, de un hacer radiofónico en un aquí y ahora, de
respuesta a unas problemáticas que son variables, movedizas. Las radios
populares son proyectos de Comunicación Alternativa y esa palabra –proyecto–
imprime una idea de dinamismo: un proyecto se piensa en relación a un
campo social y al tipo de relaciones que se suceden en esos contextos. La
radio es experiencia de Comunicación Alternativa y esto también supone
movimiento: no hay definiciones estables acerca de qué es lo alternativo, y así
podemos entender lo alternativo como una relación conflictiva con el orden
hegemónico, pero también como un rol confrontativo ejercido por una
determinada organización política, o como una posición coyuntural en un
contexto específico.
De esta manera, si bien el concepto de radio popular aglutinó –en sus
inicios– a una serie de experiencias radiofónicas alternativas con un propósito
pedagógico y transformador, a partir de las actualizaciones de los contextos,
es otra la palabra que ha caracterizado la vida de las radios populares: la
diversidad. Diversas fueron las experiencias que se sucedieron en el campo
cultural de toda América Latina; experiencias todas que atendieron a las
problemáticas de un tiempo, de una época, de un espacio social. Como lo
explica Kejval (2009, p. 85):

Realizadores, militantes e investigadores afirman una y otra vez que


las radios son diversas. Diversos son los contextos locales en los que
intervienen. Diversas son las organizaciones de las cuales emergen.
Diversas son sus definiciones políticas e ideológicas. Diversos son
los sujetos que les dan vida cotidianamente. Diversos son los temas
que priorizan en sus agendas. Diversas son las mujeres y los hombres
a quienes quieren interpelar. Pero afirmar la diversidad no resulta
suficiente en el momento de delinear caminos para una acción. La
complejidad de los contextos actuales nos enfrenta al desafío de
nombrar –o tal vez renombrar– la diversidad. He aquí una tarea.
192 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

Radios populares, alternativas y comunitarias: entre las aspiraciones


y la identidad
Más allá del dinamismo y la coyuntura, las radios populares pueden
definirse por una serie de proyectos, discusiones, enfrentamientos (Kejval,
2009: pp. 86-95). Y las aspiraciones que resumimos a continuación,
seleccionadas de entre otras tantas posibles, bien podrían entenderse como
las características de las radios populares en contextos actuales:
 Las radios populares producen y reproducen discursos contrainforma-
tivos. Resulta impensable un proyecto de radio popular que no esté
centrado en una discusión a la información que circula por los medios
hegemónicos: en la esencia de un proyecto radiofónico popular está la
problematización de aquello que se naturaliza a nivel de discurso social.
Aparecen así en las radios populares los discursos contrainformativos
con todo lo que ello implica: la contrainformación discute la idea de
independencia y reconoce su carácter dependiente de un proyecto
ideológico y político; pone en evidencia los mecanismos de manipulación
para dejar al descubierto quién está detrás de cada proceso manipulatorio;
critica la información oficial desde la óptica de las clases excluidas;
construye una agenda propia que pueda ir más allá de las informaciones
oficiales y dar cuenta de las problemáticas que impiden a las clases
excluidas su propia transformación social.
 Suponen un replanteo del concepto de «lo alternativo» y proponen la noción
de «comunicación autónoma». La Comunicación Alternativa se definió,
desde sus orígenes, desde una concepción que vinculaba lo alternativo
con la verdad o lo verdadero. En efecto, en tanto se oponía a lo hegemónico,
era posible asociar la alternatividad den términos de «la comunicación
verdadera» o «la comunicación de los excluidos». Desde este lugar, se
desprendía también la idea de un enfrentamiento entre la comunicación
dominante y la comunicación verdadera. Frente a esto, Kejval señala que
hoy es preferible hablar de una comunicación autónoma, en el sentido
de despegar la noción de alternatividad en relación al enfrentamiento
con el discurso dominante. Comunicación autónoma es aquella comunica-
ción que puede traducir el deseo del cuerpo social, y ello va más allá de la
discusión con los discursos dominantes. De hecho la construcción de
una agenda propia es el mayor desafío de las propuestas comunicacionales
alternativas, según lo abordado en el Capítulo III.
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
193

Este concepto de autonomía resulta interesante en tanto independiza a


la comunicación alternativa, y a las radios populares, de sus relaciones
con las asociaciones políticas. Un proyecto autónomo, sencillamente,
apunta a profundizar y a priorizar la relación con el cuerpo social. Kejval
(2009, p. 88) afirma que se trata de experiencias que aspiran a tomar
decisiones cada vez más independientes de fuerzas exteriores a ellas, a
autodeterminar sus objetivos y sus acciones, a construir en su seno
relaciones definidas por las mismas personas que las realizan,
reivindicando la capacidad de desear y la libertad como utopía.
 Las radios comunitarias buscan movilizar la normalidad. Hay una
búsqueda por introducir interferencias en el consenso social que ha
naturalizado ciertas relaciones de poder y de dominio. Se trata de mostrar
que el hecho de adaptarse a lo que se considera normal es solo una
decisión, y no una necesidad ineludible. Para ello, las radios comunitarias
pueden poner en funcionamiento distintas estrategias que permiten esta
movilidad de lo normalizado: poner en evidencia los mecanismos
evaluadores de los medios hegemónicos, utilizar el humor y la ironía,
como potentes herramientas de cuestionamiento acerca del modo en que
el discurso hegemónico naturaliza las decisiones arbitrarias.
 Se proponen reconstruir las condiciones de escucha, de creación, de libre
pensamiento. En este sentido, se hace evidente la necesidad de revalorizar
el silencio frente al «ruidoso» espectro mediático. En un mundo aturdido
por la construcción de lo hegemónico y la superabundancia de discursos
naturalizados, las radios comunitarias pueden recuperar este silencio, y
con ello encontrar identidades que están por fuera de lo construido. En
la contienda por reconstruir las identidades de los excluidos, la radio
aparece como un medio privilegiado: al no estar intervenida por la imagen,
ofrece una mayor posibilidad de escucha y de silencio reconstitutivo. En
palabras de Kejval (2009, p. 90), es el silencio de la visión, silencio de la
música en relación a la información; eso no significa estar callados, sino
escapar del ruido de la comunicación de masas y reconstruir las
condiciones para la escucha de un cuerpo.
 Las radios comunitarias pretenden hacer efectivo el ejercicio del derecho
a la comunicación. Como lo señala Kejval (2009, p. 92), las radios
populares, hace más de treinta años, se propusieron ser la voz de los sin
voz, y en su caminar junto a hombres y mujeres, indígenas, negros y
blancos, junto a los pobres del continente, se dieron cuenta de que no
194 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

podían ser la voz de los sin voz, sino trabajar para que ellos recuperasen
el derecho a la palabra.
 A través de las radios comunitarias, se legitiman personas e ideas. Aunque
la opresión favorezca la sensación de «no existir», el discurso radiofónico
va en la búsqueda de poner en la escena pública a los niños, a las mujeres,
a los jóvenes, como actores sociales.
 Las radios populares se constituyen en foros democráticos. En tanto
ejercen el rol de mediación entre los actores sociales que integran el campo
de la cultura, y en cuanto espacio de construcciones políticas, las radios
tienen la posibilidad de asumir una perspectiva y defenderla, pero también
de funcionar como el espacio donde sea posible construir consensos. Lo
señala Barrezueta (1999, pp. 107-118) al decir que las radios populares
reconocen que su rol no pasa solo por la lucha o la confrontación, sino
también por la negociación y el consenso. Por ello, crean un espacio de
discusión entre los diferentes actores de la región.
 Las radios comunitarias desarrollan una tarea formativa. Esta mirada
en torno a la educación ha dejado de estar vinculada exclusivamente al
trabajo formativo que en efecto realizaban las primeras radios populares.
Para Kejval (2009, p. 93), en la actualidad, el rol educativo de las radios
es el de empoderar a la ciudadanía desde una perspectiva educativa, tan
emancipatoria como apasionante, devolviéndole el ejercicio del poder
político. Aparece en esta labor, finalmente, la necesidad de que las radios
populares sean capaces de motivar el pensamiento a partir de discursos
contrahegemónicos que discutan lo establecido.

Algunas dimensiones para pensar los proyectos radiofónicos


alternativos
Del mismo modo en que las aspiraciones definen la esencia de las radios
comunitarias, es posible establecer cuatro dimensiones que componen la
identidad de estos proyectos alternativos. En las reflexiones de «Rutas
alternativas de la comunicación», Ramos (2008, pp. 71-73) propone una serie
de caracterizaciones que forman parte de la identidad y el deber ser de las
radios comunitarias:
 Lo institucional. Toda radio alternativa es una propiedad colectiva no
solo en términos de los propietarios de las emisoras, sino también de la
comunidad a la que esa radio pertenece. En este sentido, y en relación
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
195

con las problemáticas y uno de los nudos centrales de la Ley de Servicios


de Comunicación Audiovisual, las radios comunitarias siempre estuvieron
ligadas a la parcela menos competitiva de los sistemas de radiodifusión,
por fuera de la tendencia dominante del entretenimiento masivo. Esta
dimensión institucional, entonces, hace referencia a los propietarios de
las radios, a la comunidad en tanto propietaria, y al hecho de que esa
relación con el espacio social al que representa ha originado la escasa
competitividad de las radios populares.14
 El sentido. Cuando hablamos de sentido en las radios populares, nos
referimos al discurso que estas impulsan desde su espacio radiofónico.
Las radios populares son emisoras de contenidos regionales, siempre
con un interés comunitario, reflejo de la diversidad cultural de su entorno
social. Y entre esos contenidos, subyace una esencia discursiva: las radios
populares se encuentran en constante disputa por el sentido de la
comunicación en la sociedad. Están en la búsqueda de los discursos
dados, de las formas en que se consolida el statu quo, y ponen en
circulación discursos que ponen en evidencia y discuten esos sentidos
establecidos cultural y hegemónicamente.
 Lo dialógico. Es una característica esencial de las radios comunitarias el
cuestionamiento del proceso comunicativo tradicional. En los proyectos
radiofónicos alternativos –del mismo modo que en la experiencia
alternativa audiovisual– aparece una discusión al modelo de emisor-medio-
receptor, en el que el primero de los polos es activo y la recepción
permanece pasiva y receptiva. Por el contrario, la radio popular propone
un interlocutor-oyente activo en términos no solo de identidad sino de
participación efectiva. Esa relación entre los polos del proceso, entonces,
resulta de carácter dialogal. En palabras de Ramos (2008, p. 73), lo que
caracteriza a los medios alternativos es que son antimediadores,
intransitivos, que fabrican intercambio, como un espacio recíproco,
reconstituyendo la capacidad de respuesta.

14
Aspecto de gran complejidad en tanto señala los objetivos políticos de la organización
a la que esa radio pertenece. Para profundizar en estos temas ver las tesis de FFyL-
UNT «Prácticas de Comunicación Alternativa en el Movimiento Campesino de Santiago
del Estero: La FM del Monte» de Estefanía Cajeao, (2012), «El proyecto político-cultural
de la radio comunitaria: diferencias y similitudes en las radios comunitarias de los
departamentos San Martín y Rivadavia de la provincia de Salta» de Carla Wilig, (2016),
«La Audiencia Radiofónica en la Comunicación Popular: de las significaciones a las re
significaciones. El caso de FM Galpón» De Emiliano Vargas (2016).
196 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

 Lo político. Como todo proyecto alternativo, las radios populares


constituyen una experiencia política en cuanto proponen la transformación
de la realidad en la que intervienen. Ramos (2008) explica que este
propósito político excede a cualquier proyecto radiofónico alternativo, pues
más allá de la diversidad o la particularidad de cada radio, esa intención
transformadora está en su horizonte. Puede decirse que lo político
constituye un objetivo extra-comunicacional de cualquier práctica
alternativa. En la dimensión política, las radios populares expresan esa
vocación de cambio de una situación determinada, esa oposición al statu
quo.

Problemáticas y desafíos de las radios comunitarias


Para Pierucci (2004, pp. 19-20), el principal desafío de los medios
comunitarios estriba en proponer un conjunto de visiones emancipatorias
que rompan con lo establecido por los medios hegemónicos, en lugar de
convertirse en una simple lectura «alternativa» del recorte de hechos impuesto
por la agenda mediática de los poderes concentrados. Este autor nos recuerda
que las radios populares no precisaron para sus inicios de marco regulatorio
alguno –aunque ciertamente el contexto era otro y las radios tenían un carácter
claramente insurgente– y polemiza con algunos grupos políticos que
impulsaron la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, al advertir que
la inclusión del sector sin fines de lucro en la ley de radiodifusión puede
derivar en la cooptación de los medios nacientes que terminarían cediendo
terreno en sus contenidos críticos para asegurarse conseguir financiación
estatal. Así, advierte Pierucci (2004, p. 21), «los contenidos y el formato se
uniforman, el tono de la voz se vuelve grave y seductor, se eliminan las tonadas
locales, las voces de la disidencia se apagan ante la posibilidad (incierta) del
reconocimiento estatal». Sin embargo, para el director de Fes Media
Latinoamérica de la Fundación Friedrich Ebert Omar Rincón, el rol del estado
se torna insustituible cuando los actores del campo comunicacional son tan
desiguales en su poderío y convergencia y advierte que todo temor de
«cooptación» constituye una desvaloración de la capacidad crítica de las
organizaciones sociales en particular y de toda la sociedad civil en general.
Desde otra perspectiva, Villamayor y Lamas (2008: p. 179) señalan
acertadamente que «las radios comunitarias y ciudadanas tienen la opción de
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
197

diseñar estrategias comunicativas para relacionarse con las dependencias


estatales interesadas –o bien captar su interés–, articularse con ellas y
constituirse en instituciones confiables para colaborar con el Estado sin perder
coherencia con sus propios principios y valores.» Entonces ni adhesión
incondicional, ni rechazo anticipado: se trata definir cuál puede ser una agenda
de interés común, poner los temas en discusión, y negociar.
Volviendo al objeto de este parágrafo: ¿cuáles, entonces, serían las
problemáticas y desafíos de los medios radiales comunitarios? Pierucci (2004)
sugiere analizar el «todo» en sus elementos constitutivos: la propiedad, la
gestión, el financiamiento, los contenidos, la participación, la adaptación y la
apropiación tecnológica, y –finalmente– la integración con los movimientos
sociales y políticos. Avancemos esquemáticamente sobre ellos.
1) la propiedad: Desde su mirada de militante político y social Pierucci (2004)
no duda: no hay propiedad privada que no busque la obtención de utilidades
(ánimo de lucro). Ergo, una radio popular y comunitaria tiene que pensarse
también como una alternativa a la propiedad privada, es decir plantea la
propiedad colectiva del medio. Desde sus contenidos también promocionará
el servicio comunitario para generar prácticas de vínculos solidarios y nuevas
formas de relación social dentro del sistema capitalista. La visión de Villamayor
y Lamas (1998) es un poco más amplia en este punto, al afirmar que la
concentración de la propiedad de los medios implica una restricción del espacio
público y constituye un límite a la pluralidad de opiniones, de identidades, de
intereses y de voces, convirtiéndose a la vez en un límite a la democracia y la
vigencia de los derechos humanos. Respecto de las radios comunitarias, los
autores proponen pensar que la democracia interna (toma de decisiones) solo
es posible cuando la propiedad del medio es una co-propiedad, o propiedad
social, en igualdad –sostenida por políticas públicas– con los medios de
comunicación privados y los estatales. Esto es, en definitiva, lo que debería
entenderse cuando la Ley menciona a las instituciones del tercer sector o sin
fines de lucro.
2) la gestión: en los medios de comunicación tradicionales, las tareas de gestión
son delegadas a un «gerente» o «administrador profesional». Pierucci (2004)
denuncia que este modelo reproduce la división social del trabajo: los que
diseñan y conciben por un lado, por otro los que producen y ejecutan.
198 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

Villamayor y Lamas (2008: p. 12), por su parte, nos recuerdan que «la radio,
como toda organización, se constituye por el conjunto de sus partes
(departamentos, áreas, equipos, etc.) y a través de las personas (cada una
con sus aportes personales y su diversidad) necesita ordenar adecuadamente
sus recursos, sus esfuerzos e iniciativas. Alcanzar esta meta es el resultado
de la combinación adecuada entre sueños, utopías, objetivos, recursos y
posibilidades.» A la vez, los autores nos advierten que no debemos naturalizar
el modelo de gestión como administración, organización o conducción de un
organismo, ya que ese enfoque, así como las herramientas y recursos
metodológicos importados del mundo empresarial y/o del marketing están
imbuidos de una perspectiva ideológica y una concepción de mundo ajenas a
los fines de una radio comunitaria. Esto no significa desconocer los problemas
de gestión que aquejan a nuestras instituciones (improvisación, espontaneísmo,
asambleísmo, etc.), pero sí implica hacer en forma colectiva y representativa
un recorrido profundo y sistemático de la propia historia y del proyecto
institucional, y estar dispuesto a cuestionarlo, resignificarlo y –si es necesario–
hasta reformularlo.
3) el financiamiento: es un gran obstáculo para cualquier emprendimiento
comunicacional. Villamayor y Lamas (2008) nos recuerdan que las radios
populares son instituciones sin fines de lucro, lo cual no significa que sus
principales sostenes deban ser los propios organizadores, o que se regalen o
subsidien espacios que pueden –y deben en muchos casos– ser compensados
económicamente. Sí en cambio, significa que los beneficios que eventualmente
obtenga la emisora tienen que ser reinvertidos para el cumplimiento de los
fines estipulados, y de ninguna manera apropiados por cualquiera de los
productores. Una radio ciudadana aspira a encontrar la sustentabilidad
económica para cumplir sus servicios a la comunidad, por ello la venta parcial
de espacios es una primera opción de fuente de ingresos junto a las pautas
publicitarias. Como los contenidos pueden terminar siendo condicionados
por el contexto de la publicidad, Pierucci (2004) sugiere buscar el
financiamiento de organizaciones sociales y políticas, que participen en la
elaboración de la agenda y sus contenidos.
4) los contenidos: para Pierucci (2004) los temas, las notas o programas
abordados deben mantener una coherencia interna, ser la búsqueda de lo
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
199

popular, la constitución del discurso de los sectores sociales en lucha y contener


pluralidad. Estos aspectos son esenciales a la hora de planificar la
programación. No obstante, para una radio popular es deseable también
plantearse la re semantización de la realidad, es decir resignificarla, cuestionar
la constitución discursiva de la realidad tal como los medios hegemónicos la
ponen en circulación. Villamayor y Lamas (2008, p. 173) sugieren que esto
«implica tomar los relatos y las explicaciones que circulan para repensarlos,
reformularlos y producir cambios a nivel simbólico, cambios en las formas de
percepción y de argumentación, cambios en la forma de relatar la realidad».
Por otra parte, no podríamos pensar en contenidos alternativos sin detenernos
a ponderar nuevos lenguajes estéticos, una diversidad de formatos, músicas,
voces y sonidos que revitalice el espacio público y ponga a consideración de
los oyentes las propuestas de programación de una manera interesante y
atractiva.
5) la adaptación y la apropiación tecnológica: a esta altura sabemos que las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación no son una cuestión
simplemente de moda, como pudiera creerse algunas décadas atrás. La
adaptación y apropiación tecnológica forma parte del camino hacia el ejercicio
pleno del derecho a la comunicación. Además la digitalización de las
producciones permitirá generar a mediano y largo plazo, archivos sonoros
que pueden servir de referencia a otras instituciones locales, o al mismo equipo
de la radio ya que se convierte en los hechos en una suerte de «memoria
institucional». Hoy en día poseer un equipo de audio, producción y transmisión
de nivel profesional, no es un lujo sino una necesidad. Un espacio propio en
las redes sociales con actualización constante de información local; una página
web institucional de calidad y con posibilidades de escuchar la emisión en
vivo en formato streaming o emisiones pasadas como audioblog o podcast,
hacen a la proyección profesional de la institución.
6) la integración con los movimientos sociales y políticos: Villamayor y Lamas
(2008) advierten la presencia de dos fenómenos simultáneos. Por un lado la
emergencia de una nueva concepción de ciudadanía donde el ejercicio de la
participación social se entrelaza con la comunicación, el sistema de medios
se convierte en un ámbito potencial de debate de diferentes realidades, y el
uso de la palabra en acción política. Por otro lado, los tradicionales partidos
200 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

políticos han dejado de representar una pluralidad de voces, conformando


una argamasa donde muchas veces cuesta reconocer las plataformas originales
y las diferencias tienden a desvanecerse para convertirse en meros matices.
En este marco las propuestas comunicacionales de una radio popular,
comunitaria y alternativa, deben poder ser apropiadas por el público al cual
están dirigidas. Para ello, el medio no puede no integrarse con los movimientos
sociales y los procesos de lucha. A su vez, los sectores sociales en lucha
pueden ser productores y protagonistas de sus propias realidades, difundiendo
un mensaje propio a través del colectivo comunicacional.

A modo de cierre
A punto de cumplir cien años, y luego de ser declarada muerta por casi
cincuenta de ellos, la radio atraviesa una de sus mayores crisis y por lo tanto,
mayores desafíos. Los desarrollos tecnológicos dejaron obsoleto hace tiempo
al «aparato radio», que fue primero absorbido por el teléfono móvil manteniendo
la recepción analógica, y recientemente por las nuevas plataformas de
streaming digitales. Si observamos lo ocurrido en los medios tradicionales,
vemos que han cambiado notoriamente las modalidades de consumo de
contenidos. El cine fue virtualmente fagocitado por la visualización de series
a través de plataformas on-line. La prensa escrita debió reconvertirse a fin de
hacer frente a la notoria (e inexorable) tendencia a la baja de la venta de
periódicos en papel. La televisión abierta languidece con programación solo
sostenida a fuerza de escándalos mediáticos o incluso de falsas noticias. La
radio no genera nuevos oyentes, y la audiencia pre-existente la enciende solo
en horario matutino a los fines informativos locales. La opinión y el
entretenimiento se mudaron a otros confines mediáticos.
No se nos escapa que la brecha tecnológica es un atolladero del que el
voluntarismo de las agrupaciones sociales no podrá salir ni resolver en forma
sencilla. Esto no solo en tanto la convergencia de medios depende de una
infraestructura básica ajena a ellos (compañías telefónicas multinacionales,
servidores de internet radicados en el extranjero, grandes alianzas que generan
procesos de acumulación monopólica), sino que la brecha digital profundiza
las desigualdades de acceso a estas tecnologías, y su posesión no asegura
igualdad de oportunidades si no es acompañada por la mejora en la educación
CAPÍTULO V . LAS RADIOS COMUNITARIAS EN EL CENTRO DE LA EXPERIENCIA...
A
201

y la capacitación en su uso.
El contexto actual está lleno de contradicciones, de riesgos, y –por
supuesto– de posibilidades. ¿Están dispuestos los movimientos sociales y
políticos que luchan por la construcción de una alternativa al poder hegemónico
a profundizar el uso –y el estudio– del despliegue de redes alternativas de
comunicación en articulación con las nuevas herramientas tecnológicas?
En sus manos –y en las nuestras como institución formadora de
comunicadores e investigadores– está el futuro de las radios populares,
alternativas y comunitarias.
202 RODRIGO CAMPOS ALVO, MARÍA LOBO

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203

HISTORIA Y TENSIONES EN LA
Capítulo EMERGENCIA DE LAS RADIOS
Vb ALTERNATIVAS DE AMÉRICA
LATINA

Eva Fontdevila

En la historia de la Comunicación Alternativa en América Latina podrían


distinguirse una serie de momentos: los años 60 y 70 como la etapa de mayor
vigor y desarrollo, los años 80 como el momento de la relectura en clave de
comunicación «comunitaria», los años 90 como la etapa de reducción de esta
perspectiva a grupos acotados, y el período de 2001 con un nuevo protagonismo
y desafíos de «una nueva camada de investigadores que se preocuparon por
revitalizar la problemática (…) sin el corsé del anti intelectualismo ni de la
asepsia academicista» (Vinelli, 2012, p. 7).
El término alternativa según Pulleiro (2012, p. 21), «hace referencia a
una oposición de perspectivas de la acción, de concepciones sobre la
problemática comunicacional y sobre la sociedad». Tomando a Raymond
Williams, Pulleiro establece que, si

toda acción social emerge y se desarrolla en relación con un sistema


hegemónico de prácticas, valores, significados, podemos sostener
que el nivel fundamental de opciones o alternativas estará dado entre
el «polo reproductor» y el «polo transformador» de la existencia social,
entendida como una totalidad compleja, contradictoria y abierta».
(Pulleiro, 2012, p. 21)

La comunicación alternativa, sin dudas, se ubica en el polo transformador.


Para el autor que seguimos se trata, en definitiva, de la construcción de poder
popular como estrategia para conquistar una nueva hegemonía (desde la
perspectiva gramsciana).
Los proyectos de comunicación que se definen como alternativos,
204 EVA FONTDEVILA

alterativos, populares, educativos, comunitarios, contrainformativos, –todos


términos que sin dejar de lado sus matices conceptuales podemos agrupar de
un lado del campo contrahegemónico– son parte de las estrategias de los
sectores populares en la construcción de poder. Esa construcción requiere,
para Pulleiro (2012), «la conformación de una nueva subjetividad entre los
oprimidos, una conciencia liberadora. Implica, simultáneamente, el avance
de los niveles de organización y articulación erre las clases populares» (Pulleiro,
2012, p. 23) Y es desde allí que podemos pensar que la hoy popularizada
expresión «batalla cultural» es un faro de la comunicación alterativa, siempre
preocupada por los contenidos, temas, fuentes, voces, estéticas y enfoques
no expresados en los medios hegemónicos.
En las reflexiones sistemáticas sobre la alternatividad se reconocen
diversas tensiones: entre quienes sostienen la posibilidad de aprovechar las
«grietas» en los medios hegemónicos y los que enfatizan la posibilidad de
creación de «desplegar una iniciativa autónoma para las clases subalternas el
plano ideológico y organizativo» (Pulleiro, 2012, p. 25)
El desarrollo de la reflexión sobre comunicación alternativa y las prácticas
de ese campo muestra que lo relevante para definir prácticas y medios
alternativas está en el terreno de los contenidos, pero también (o como parte
de ello), tal como definen Vinelli y Esperón (2004), la alternatividad es un
modo de definir un «proceso que abarca desde el discurso hasta la organización
del medio y las formas sociales en que este se utiliza» (Vinelli y Esperón,
2004, p. 13)
Siguiendo a Pulleiro (2012) encontramos una serie de tensiones del campo
de la comunicación alternativa que valen también para la radio alternativa en
particular:

…la tensión entre el énfasis puesto en la discusión de información y


la concepción del medio como espacio de encuentro y articulación.
La que puede existir entre las búsquedas más vinculadas a la
experimentación formal y estética y aquellas prácticas que ponen
más peso en los contenidos. También la relación conflictiva entre
Estado y mercado. Vale mencionar también las perspectivas que
priorizan una mirada sobre las desigualdades sociales, lo que implica
una visión más global de la realidad social y aquellas que se
CAPÍTULO V . HISTORIA Y TENSIONES EN LA EMERGENCIA DE LAS RADIOS ALTERNATIVAS...
B
205

preocupan más por trabajar desde las diferencias y al diversidad


cultural» (Pulleiro, 2012, pp. 28-9).

En nuestro continente, las primeras experiencias de comunicación


alternativa están ligadas a un diagnóstico: la desigualdad informativa entre el
primer y tercer mundo, la concentración de las voces en unas pocas agencias
productoras de noticias, la desigualdad entre el poder de agenda de los sectores
subalternos y dominantes. El llamado informe «McBride» elaborado en 1980
en el marco de UNESCO como sistematizan de la situación informativa en el
mundo generó consenso en torno a la necesidad de establecer Políticas
nacionales de Comunicación, y en ese marco se debatió sobre la brecha entre
«acceso» a medios de comunicación y la «participación» en los mismos.
De acuerdo con Carlos Mangone, tomado por Pulleiro (2012),

En la década de 1980, la comunicación alternativa en el continente


–derrotas políticas e ideológicas de por medio– será fuertemente
influenciada por perspectivas culturalistas que pusieron en primer
plano la diferencia cultural en detrimento de la desigualdad social.
En ese trayecto las concepciones que se tornaron predominantes en
el campo de la alternatividad influenciaron en la práctica un
progresivo alejamiento de los problemas que hacen a la disputa por
el poder político y comunicacional. Del peso puesto en un proyecto
político que trasciende y da sentido a experiencia comunicacional y
de una visión instrumental de los medios, se pasó a hacer hincapié
en el proyecto político y comunicacional del propio medio, lo que en
la mayoría de los casos debilitó –cuando no anuló– la mirada
estratégica acerca de las consecuencias políticas de la práctica
comunicacional... de los cuadros marxistas y cristianos propios de
las experiencias de los ‘60 y ‘70 se pasará fundamentalmente a grupos
de jóvenes urbanos u organizaciones de la sociedad civil (mujeres,
vecinos, grupos étnicos, etc.) y habrán desplazamiento … de comuni-
cación popular o alternativa se pasará en gran medida, a la comuni-
taria, alterativa y luego ala ciudadana (Pulleiro, 2012, pp. 29-30)

Las radios alternativas de nuestro continente


En coincidencia con otros autores que han sistematizado la historia de
las radios alternativas de América Latina, Pulleiro (2012) señala dos grupos:
206 EVA FONTDEVILA

Las impulsadas y gestionadas por organizaciones vinculadas a la


Iglesia católica, creadas en general con propósitos educativos. Por
otro lado las experiencias surgidas como herramientas de
comunicación impulsadas por organizaciones políticas y sindicales
que expresaban proyectos orgánicos de transformación social …
radios gestionadas por los sindicatos mineros bolivianos durante
más de tres décadas, pero también las radios creadas por el
movimiento 26 de julio en Cuba a fines de la década de 1950, el
Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua a partir de
los ‘70 y el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El
Salvador en la década siguiente (Pulleiro, 2012, p. 33).

Las dos matrices identificadas por el autor tuvieron caminos divergentes,


pero también importantes coincidencias y confluencias en las prácticas.
La experiencia fundacional de la radio alternativa latinoamericana es la
Escuela Radiofónica de Sutatenza, en Colombia, en 1940. Llevada adelante
por un cura, el Padre Joaquín Salcedo, la radio se propuso combatir el analfabe-
tismo, al que identificaba como una causa importante de la pobreza. En ese
mismo modelo, se destacan otras radios, como Santa María en República
Dominicana, Pío XII en Bolivia, Huayacocotla en México, la Red de Escuelas
Radiofónicas ERBOL en Bolivia, y el Instituto de Cultura Popular INCUPO en
Argentina, que hoy sigue siendo una referencia de la radio comunitaria. Algunas
de ellas formaron luego la Asociación Latinoamericana de Educación
radiofónica, ALER.
El vínculo entre la Iglesia Católica y la comunicación alternativa/ educativa
/ alfabetizadora está estrechamente ligado a la corriente de la Teología de la
Liberación, al Concilio vaticano II y a la obra de la Paulo Freire y su pedagogía
liberadora.
En ese camino de construcción se encuentran ideas católicas e ideas
marxistas heterodoxas, y cumple un rol también la Teoría de la Dependencia,
plasmada por Fernando Henrique Cardoso Enzo Faletto en su texto
Dependencia y Desarrollo en América Latina.
De acuerdo con la investigación de Pulleiro (2012), las radios mencionadas
en estos orígenes luego dejarán paulatinamente «la educación formal y la
alfabetización como actividades principales y orientarán gradualmente su labor
con el propósito de aportar a la confirmación de la conciencia política de los
CAPÍTULO V . HISTORIA Y TENSIONES EN LA EMERGENCIA DE LAS RADIOS ALTERNATIVAS...
B
207

sectores populares, convirtiéndose en factores importantes para su


organización y movilización» (Pulleiro, 2012, p. 38).
La segunda vertiente señalada por los autores es la de las emisoras
vinculadas orgánicamente a movimientos sociales y políticos y a sindicatos.
El emblema de este grupo es la red de radios mineras bolivianas, una
experiencia mediática que se presenta como herramienta para un sector
específico en un contexto determinado. En Bolivia el 65% de los ingresos del
país provenían de la actividad minera. Y las radios sirvieron para problematizar,
visibilizar y reivindicar los derechos de los trabajadores de esa actividad. Desde
la década del 40 estas experiencias fueron construidas por los obreros, y
llegaron a conformar la red 23 emisoras en 1963. Según Pulleiro (2012)

...cuando el contexto era favorable la programación –orientada a la


información, la educación y el esclarecimiento ideológico– se refería
sobre todos a las actividades propias de los mineros, sus organizacio-
nes y sus familias. La radio cubría las asambleas sindicales, pero
también las festividades religiosas, los festivales artísticos y los eventos
deportivos. (…) en momentos de represión sobre la sociedad en general
y en particular sobre el movimiento obrero, las radios modificaban
su programación, al tiempo que se convertían en bancos concretos
de las fuerzas anti populares (…) las radios mineras se constituyeron
en herramientas fundamentales para la organización, la movilización,
la denuncia y la socialización de información (Pulleiro, 2012, pp. 43
y 44).

En resumen, este modelo abona a una estrategia más general de cambio


estructural que, al decir de Pulleiro (2012, p. 45), «a su vez le da sentido a la
experiencia comunicacional».
Entre los rasgos comunes de las dos matrices señaladas, Pulleiro (2012)
destaca que ambas fueron herederas de la Teoría de la Dependencia y se
basaron en la denuncia de la desigualdad entre el primer y tercer mundo, y
una respuesta a la Teoría del Desarrollo, que ponía el énfasis en la
«modernización productiva» y en la emulación de los modelos capitalistas de
los llamados «países desarrollados». En este sentido, las primeras experiencias
de radio alternativa están ligadas a la búsqueda de toma de conciencia por
parte de los sectores subalternos sobre su posición en el esquema desigual
impuesto por los sectores hegemónicos.
208 EVA FONTDEVILA

Los 80 y el desplazamiento conceptual


Aunque no es exclusivo del campo de estudio de las radios alternativas,
también se verifica en él, el desplazamiento conceptual ocurrido en los años
80: del énfasis en los contenidos y la propiedad de los medios se pasó a
considerar objeto privilegiado de reflexión la instancia de recepción y la
capacidad de resignificación y lectura de los sectores populares. En esta línea
aportaron la segunda generación de los estudios culturales de la Escuela de
Birmingham y también sus lectores latinoamericanos, como Martín Barbero
y García Canclini.
Este paradigma resalta la capacidad de resistencia de los sectores
oprimidos para dar sentidos propios, hacer, como señala Thompson, una
«apropiación localizada» de los contenidos globalizados. En esta línea suman,
según Pulleiro en la obra que seguimos en este texto, autores como Foucault,
Bourdieu y de Certeau, quienes se ocuparon de investigar la cultura, el poder
y las negociaciones de la cultura popular con la hegemónica. Tomando a
Saintout, sostiene Pulleiro (2012, p. 55)

«en el marco de la investigación en comunicación y cultura las


reflexiones de Gramsci oficiarán como un marco conceptual adecuado
para la revalorización del receptor y de las culturas populares (…) en
América Latina y el Cono Sur específicamente, es la derrota política
de los movimientos sociales de los setenta, la presencia de las
dictaduras militares y las respuestas de resistencia lo que marca el
quiebre y nacimiento de nuevas miradas».

En la misma línea aportaron al desplazamiento teórico al que aludimos


la obra de Schmucler, unos de los más influyentes intelectuales del campo de
la comunicación en la Argentina.
Una posible interpretación acerca de cómo este cambio de enfoque, de
medios todopoderosos a audiencias con capacidad de resistencia, es que esa
mudanza es en parte resultado de una lectura sobre la derrota de los
movimientos revolucionarios. En este sentido Simpson Grinberg ha sido el
autor que ha encarado una sistemática crítica a las experiencias de
comunicación alternativa ligada orgánicamente a movimientos políticos de
izquierda en los 60 y 70 y su teoría de la vanguardia. Pulleiro (2012) resume
esta discusión de la siguiente manera:
CAPÍTULO V . HISTORIA Y TENSIONES EN LA EMERGENCIA DE LAS RADIOS ALTERNATIVAS...
B
209

...estas expectativas puestas en la actuación de los movimientos


sociales supuso un desplazamiento más abarcativo desde una óptica
que coloca en énfasis en la desigualdad entre las clases, como criterio
fundamental para analizar la sociedad –criterio que marcó a la radio
alternativa en el periodo anterior– hacia una visión que hace hincapié
en la diferencia y la heterogeneidad entre grupos sociales» (Pulleiro,
2012, p. 67)

Y agrega que

...esta perspectiva que pone el foco en la expresión popular se hará


presente en el trabajo de muchas de las emisoras latinoamericanas
del periodo; tanto aquellas que surgen en ese momento como muchas
de las que cuentan con un largo recorrido (Pulleiro, 2012, p. 69).

Tercer momento: la creación de AMARC


Finalizadas las dictaduras en América Latina, se inaugura una nueva
etapa de la radio alternativa, signada según algunos autores, por «lo
comunitario» como eje organizador. Pulleiro (2012) sostiene que a diferencia
de las radios de los 60 y 70, construidas y protagonizadas por militantes y
cuadros políticos, las radios de la recuperación democrática son impulsadas
y protagonizadas por grupos de mujeres, de jóvenes, colectivos de la diversidad
sexual, minorías étnicas, etc. Lo comunitario aparece también como
característico de la posibilidad de comunidades que quedan aisladas
geográficamente.
Si bien esta lectura ha sido realizada por algunos investigadores, los
espacios de construcción de las radios comunitarias como FARCO (Foro
Argentino de Radios Comunitarias) han producido sobrada reflexión y
construcción sobre el rol de las emisoras populares y su potencialidad en la
organización política y la incidencia.

Los años 90
Los años posteriores al Consenso de Washington signaron la consolidación
del proyecto neoliberal en el continente. Es el momento de auge en cuanto a
la cantidad de radios alternativas creadas en Argentina, todas en la ilegalidad
210 EVA FONTDEVILA

ante la dificultad para la sanción de un marco normativo de la Democracia


para el sector. Con la vigencia del decreto 22.285 de la dictadura cívico militar,
la única alternativa para estas emisoras fue la tramitación de permisos
precarios y provisorios otorgados por el COMFER, un organismo que solo se
dedicaba a garantizar a las empresas sus posibilidades de lucro, dado que el
decreto establecía con claridad la imposibilidad de ser titular de licencia de
radiodifusión a todo aquel que no tuviera fines comerciales.
Las escasas reformas a la ley realizadas en la década fueron realizadas
para permitir la formación de multimedios y desde entonces los grupos
empresariales no han dejado de consolidarse y de concentrar el mercado.
La creciente convergencia tecnológica facilitó la integración vertical y
horizontal del mercado, la precarización laboral de los trabajadores de medios
de comunicación y la consolidación de la comunicación como mercancía.
Mientras tanto, medios comunitarios, alternativos, populares, dirigentes
gremiales, militantes políticos de diversos signos y épocas, constituían la
Coalición por una Radiodifusión Democrática, que elaboró la primera propuesta
sistematizada de cuestiones que deberían ser incluidas en una ley de la
democracia. Los 21 puntos fueron la base para la discusión que concluyó con
la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la 26.522, en
el año 2009. En esa norma, por primera vez en la historia, se reconoció el
derecho a la comunicación, y a las organizaciones sociales y políticas, el derecho
a ser titulares de licencia y se les reservó el 33% del espectro radioeléctrico,
ese bien preciado del que dispone el Estado para asegurar la circulación de
voces (o para negarla).
Las radios comunitarias y populares, nucleadas en distintos espacios
como la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), y el Foro Argentino de
Radios Comunitarias, participaron con diversos niveles de compromiso en el
debate, sanción e implementación de la Ley y hoy resisten a su derogación.
Desde los años 90, tiempos de resistencia y oposición absoluta con el
Estado y el mercado, las radios alternativas superaron viejos prejuicios y se
fortalecieron mediante la formación técnica, la capacitación de sus militantes,
la producción de materiales educativos, la mejora de equipos y la consolidación
de redes. La mayoría de las radios abandonó la idea de la radio «pequeña», se
preguntó por la masividad y la audiencia (incluso algunas realizaron estudios
CAPÍTULO V . HISTORIA Y TENSIONES EN LA EMERGENCIA DE LAS RADIOS ALTERNATIVAS...
B
211

al respecto), consolidó espacios culturales y sistematizó las relaciones con


sus oyentes, con universidades y otras instituciones.
La profesionalización formó parte de los objetivos de las emisoras, y desde
las redes se impulsó la formación en gestión de las radios, para facilitar su
sostenibilidad económica, institucional, social y comunicacional.
212 EVA FONTDEVILA

Bibliografía

Cardoso, F. H. y Faletto, E. (1969). Thompson, J.B. (1998)). Los media y la


Dependencia y Desarrollo en América modernidad, Barcelona: Paidós.
Latina, Buenos Aires: Siglo XXI. Vinelli, N. y Rodríguez Esperón, C (2004).
Pulleiro, A. (2012). La radio alternativa en Contrainformación. Medios alternativos
América Latina. Experiencias y debates para la acción política, Buenos Aires:
desde los orígenes hasta el siglo XXI, Peña Lillo.
Buenos Aires: Cooperativa gráfica El
Río Suena.
213

IMAGEN, LENGAJE, SENTIDO.


CONTRAHEGEMONÍA Y
Capítulo TRANSFORMACIÓN SOCIAL EN EL
VIa PARADIGMA AUDIOVISUAL
ALTERNATIVO DE AMÉRICA LATINA

María Lobo

La imagen audiovisual. Entre la espontaneidad y el poder del lenguaje


fílmico
La captura de imágenes a través de una cámara constituye un proceso
mucho más complejo que la ejecución espontánea de cualquier dispositivo
fílmico. Aun cuando un registro sea efectuado sin ninguna intencionalidad,
la imagen siempre tendrá el efecto de un discurso acerca de la realidad. Así,
cualquier producción audiovisual está lejos de la espontaneidad y próxima al
poder: la elección de determinadas imágenes, la forma en que estas son
procesadas y el contexto en el cual se reproducen tienen el poder de contar
las realidades de maneras diferentes.
En efecto, desde las primeras reflexiones acerca de las imágenes en
movimiento, el pensamiento filosófico ha advertido sobre esa potencialidad
de las imágenes para contar y mostrar el mundo de una manera intencionada.
Benjamin (2011, p. 117) ha señalado que la industria cinematográfica tiene
gran interés en aguijonear la participación de las masas por medio de
representaciones ilusorias y especulaciones ambivalentes. Luego, en su
aproximación a la televisión, Bourdieu (1997, p. 29) planteó la necesidad de
entender la lucha política que se pone en juego en el proceso de comunicación
televisivo: una lucha política que consiste en la capacidad de imponer unos
principios de visión del mundo, de hacer llevar unos lentes que hacen que la
gente vea el mundo según unas visiones determinadas.
El poder de la imagen registrada a través de una cámara reside en un
hecho a veces invisible pero a todas luces innegable: la imagen fílmica
constituye en sí misma un lenguaje. Cuando digo imagen fílmica me refiero a
214 MARÍA LOBO

cualquier contenido audiovisual: imágenes que pueden reproducirse mediante


diferentes sistemas como el cine, la televisión o el video. Más allá de los sistemas
de reproducción, los contenidos audiovisuales son imágenes con una
característica común: tienen su propia manera de hablar. Si un lenguaje
consiste en un dispositivo que permite otorgar significado a objetos o textos,
que permite expresar sentimientos o ideas, que permite comunicar
informaciones, la imagen fílmica se aparece plenamente como un lenguaje:
expresa, significa, comunica, y lo hace con medios que parecen satisfacer
esas intenciones (Casetti y Di Chio, 1998, p. 65).
Esa cualidad del film en tanto lenguaje tal vez sea una de las razones por
las cuales, desde sus orígenes, la imagen fílmica ha intentado producirse
desde distintas perspectivas. Con el nacimiento del cine se dio inicio también
a una serie de paradigmas de la producción cinematográfica primero, y
audiovisual después. El Cine Clásico Narrativo y sus variantes, el Cine No
Narrativo y el Paradigma Audiovisual Alternativo de América Latina son modos
entender la producción de imágenes fílmicas que se sucedieron durante el
siglo XX y que proponen, cada uno a su manera, cuáles deben ser los
mecanismos de producción y los fundamentos de la imagen audiovisual. Esos
paradigmas pueden entenderse como distintas maneras de dar sentido a los
mecanismos audiovisuales, pero más allá de las diferencias, subyace en ellos
una única cuestión en común: los modelos de producción audiovisual
entendieron siempre que las imágenes en movimiento no eran otra cosa más
que un lenguaje poderoso para construir la realidad.
En las siguientes páginas, me propongo describir los modelos de
producción audiovisual que convivieron desde la aparición del cine en Europa,
Estados Unidos y América Latina. El propósito de este recorrido es situar al
Paradigma Audiovisual Alternativo Latinoamericano en el entramado de los
modelos de producción fílmica del siglo XX para señalar que la propuesta
audiovisual de América Latina se diferenció de los modelos tradicionales por
su enfrentamiento con el orden hegemónico burgués y por su intencionalidad
de usar la imagen fílmica para mostrar y transformar las realidades
latinoamericanas. En efecto, desde la llegada del cine a América Latina,
distintas vertientes de producción audiovisual vislumbraron en la imagen
una herramienta poderosa para la liberación de nuestros pueblos y para la
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
215

independencia de los paradigmas de comunicación que nada tenían que ver


con nuestra realidad.

La imagen audiovisual como objeto de la cultura: más cerca o más


lejos del imaginario hegemónico
Desde una perspectiva antropológica, entendemos a la cultura como un
campo material de tensiones donde se suceden organizaciones y relaciones
sociales, formas simbólicas e ideológicas y sus propios mecanismos de
conservación y de reproducción (Altamirano y Sarlo, 1983, p. 25). Pero también,
la cultura puede entenderse como el campo de producción de los bienes de la
cultura; así, el arte, la literatura y el cine integran el engranaje de objetos de
nuestros campos culturales.
Es importante situar al cine y al audiovisual en tanto objetos de la cultura
por dos razones: en primer lugar, al integrar ese espacio cultural, entendemos
que la producción de los bienes también está atravesada por las mismas
tensiones que se suceden en el campo cultural. La segunda razón está
vinculada a la producción audiovisual del siglo XX: los modelos para entender
y hacer cine giraron en torno a un orden hegemónico dominante en las
sociedades occidentales, el orden hegemónico burgués, que dio sentido al
modelo de cine tradicional y que fue al mismo tiempo el modelo dominante al
que se opusieron otros paradigmas de producción audiovisual.
Como bien lo sabemos, el campo de la cultura es un espacio donde se
producen articulaciones entre un orden hegemónico y otro contrahegemónico;
por lo tanto, los objetos de la cultura también expresan esas mismas
articulaciones: el campo cultural permite la producción de objetos de orden
hegemónico y de otros tantos de orden alternativo. Bien podríamos
preguntarnos aquí de qué hablamos cuando hablamos de un orden
hegemónico. La sociología del conocimiento (Pintos 2002, 2204; Berger y
Luckman, 1968; Castoriadis, 2007) ha definido a los órdenes hegemónicos
en términos de imaginarios de orden: los sujetos se piensan a sí mismos y al
mundo que los rodea a partir de los principios establecidos en un orden
simbólico. La particularidad de todo orden está dada por sus mecanismos de
articulación: las ideas que están en los órdenes no son leyes sino construcciones
imaginarias que se establecen por consenso. Así, un imaginario social es algo
216 MARÍA LOBO

mucho más profundo que las construcciones intelectuales que puedan elaborar
las personas cuando reflexionan acerca del mundo distanciado; es también el
modo en que imaginan su existencia social, el tipo de relaciones que mantienen
unas con otras, el tipo de cosas que ocurren en ella, las expectativas que
suceden habitualmente, y las imágenes y normativas que subyacen a ellas
(Taylor, 2006, p. 37).
Para Taylor, el imaginario que domina a las sociedades occidentales tiene
su ascendente en el Orden Moral Moderno: las prácticas de ese orden
constituyen la base imaginaria sobre la que se asientan las sociedades
occidentales. Cada vez que hacemos referencia al «orden hegemónico» estamos
hablando de ese imaginario derivado del Orden Moral Moderno que domina a
nuestras sociedades. Este imaginario se caracteriza por una serie de valores
y prácticas: el principio de igualdad de las personas, el beneficio mutuo, el
principio de distribución y jerarquías, el principio del servicio, la conservación
de la vida propia, la individualidad, el servicio al prójimo y el principio de
intercambio económico que da motorización al sistema capitalista. ¿Qué
significa que ese orden es hegemónico? Significa que esos valores y prácticas
no se imponen por la fuerza, sino por consenso: los sujetos se piensan a sí
mismos y a la realidad que los rodea en base a este sistema de ideas porque
esas ideas han logrado legitimidad1. Y significa también que la fuerza simbólica
de ese imaginario es por demás poderosa: esos valores y principios no están
escritos en ninguna ley, y sin embargo los sujetos los respetan y piensan en
ellos incluso más que en las leyes.
Este orden hegemónico de las sociedades occidentales está en el centro
de la producción audiovisual moderna. En efecto, desde sus inicios el objeto
audiovisual va a girar en torno a él. Esto quiere decir que las producciones
audiovisuales se realizaron siempre en intentos por alejarse o acercarse a las
ideas de ese orden hegemónico burgués. Y de ese acercamiento o alejamiento
surgieron los principales modelos o paradigmas de producción audiovisual:

1
El pensamiento filosófico ha explicado los mecanismos de legitimación desde distintas
perspectivas. Para Gramsci, las instituciones juegan un rol fundamental en los procesos
de legitimación de las ideas en el campo de la cultura; Laclau le otorga al lenguaje la
centralidad en la articulación de ideas a nivel de entramado social, temas que fueron
abordados en el Capítulo II.
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
217

el Cine Clásico Narrativo y sus variantes, el Cine No Narrativo y el Paradigma


Audiovisual Alternativo de América Latina.
Estos paradigmas representan distintas maneras de entender a la
producción y al objeto audiovisual. En efecto, cada uno de estos modelos
entendió de diferente forma las cuestiones más centrales de la producción
audiovisual: los mecanismos de representación, la intencionalidad, el tipo de
producción y la relación con las industrias culturales, el concepto de identidad,
la estructura narrativa y el respeto por los grandes géneros cinematográficos.
En esas discusiones, los paradigmas audiovisuales del siglo XX fueron
acercándose o alejándose de los preceptos del orden moral burgués, lo que
dio sentidos diferentes también a los productos audiovisuales de los diferentes
paradigmas.

Del Cine Clásico Narrativo al montaje de Hitchcock. Las industrias


culturales y la alteración de la conciencia del espectador
En la actualidad, el término audiovisual es empleado para referirse al
registro de imágenes que pueden reproducirse mediante diferentes sistemas:
se habla de contenidos audiovisuales más allá de que estos sean pensados
para el cine, el video o la televisión. Sin embargo, el cine fue la primera
tecnología contemporánea que daría vida a la comunicación audiovisual
(Getino, 1996, p. 137). Por eso, en la historia del cine se encuentra precisamente
la división de los modelos de producción audiovisual: en el seno de la industria
cinematográfica fueron produciéndose profundas discusiones acerca las
posibilidades de hacer distintos tipos de objetos audiovisuales. De un lado,
un cine lejano al concepto de arte trascendente y cercano a las masas, un
cine que es extracto de vida pero sin reflexión alguna acerca de la condición
humana; del otro lado, un cine considerado culto y artístico, capaz de
trascender la realidad. Más aquí, en América Latina, un paradigma que
pretendía utilizar al cine como una herramienta de transformación social.
Desde sus inicios, el cine entabló una relación profunda con las industrias
culturales. Como lo explica Aumont (1996, p. 90), fue el propio Lumiére quien
caracterizó al cine como una «invención sin porvenir», pues en sus primeros
tiempos no era otra cosa que un espectáculo un poco despreciable, una
atracción de feria que se justificaba esencialmente por la novedad técnica.
Estaba lejos de ser reconocido como un arte, difícilmente comparable al teatro
218 MARÍA LOBO

y a la literatura, que sí representaban aquel tipo de arte noble, pues narraban


historias que eran dignas de interés.
Desplazado así, en sus inicios, del estatuto de arte, el cine comienza a
gestarse como una de las producciones más emblemáticas de las industrias
culturales. El nacimiento del cine es también el nacimiento del paradigma de
producción audiovisual más cercano al imaginario de orden burgués del siglo
XX: el Cine Clásico Narrativo. Un modelo de producción cinematográfica que
busca encarnar todos los preceptos del imaginario burgués de las sociedades
occidentales, y poner en la pantalla las representaciones de ese imaginario
para que las masas puedan verse reflejadas en las historias de una sociedad
ordenada.
Asentado sobre esos cimientos de discusiones en torno a la trascendencia
del arte cinematográfico, el Cine Clásico Narrativo será el paradigma predomi-
nante sobre el cual se erigirá la industria cultural cinematográfica del siglo
XX, cuyo epicentro estaba en Hollywood.
Podemos decir que el Cine Clásico Narrativo se caracterizó por una serie
de rasgos específicos:
 Propone un mecanismo de representación que no tuviera relación estricta
con la realidad. Ese mecanismo de representación se conoce como analogía
débil, que entiende que el mundo real no debería estar relacionado
necesariamente con el mundo posible del cine. Así, el Cine Clásico Narra-
tivo comenzó una industria cinematográfica desapegada de las realidades
sociales y cercana a la construcción de realidades ficticias en las pantallas.
 Pone acento en la producción industrial. El Cine Clásico Narrativo fue el
modelo de Hollywood, con una relación estrecha con las industrias
culturales.
 La identidad del Cine Clásico Narrativo es aquella que coincide con lo
que las vanguardias estéticas denominarán la «identidad de la autocom-
prensión burguesa» (Bürger, 2009, p. 70); es decir, el cine que pretende
retratar la conflictividad de una sociedad vacía que busca verse reflejada
en una pantalla cinematográfica.
 Considera como un valor a lo nuevo en el sentido de novedad. El Cine
Clásico Narrativo entiende a lo nuevo como una variación dentro de los
límites del género, o un efecto sorpresivo en la trama, o una renovación
de procedimientos.
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
219

 La estructura narrativa es lineal y orgánica: el relato cinematográfico


necesita de un orden, pues debe ser interpretado por las masas.
 Respeta los géneros convencionales: la comedia, el romance, el drama.

Poco a poco, los contenidos del cine empezaron a reflejar la preocupación


por quienes estaban en la industria del cine intentando alcanzar el estatuto
de arte. Fue aquella la época en que la cinematografía empezó a incluir en su
producción elementos extra-cinematográficos que en general provenían de la
literatura. Una variante del Cine Clásico Narrativo empieza a preocuparse por
narrar las mismas historias que podían encontrarse en las grandes obras
literarias. Como lo explica Aumont (1996, p. 96):

En 1908 se creó en Francia la Societé du Film D’Art, cuya ambición


era «reaccionar contra el aspecto popular y mecánico» de los primeros
filmes llamando a renombrados actores teatrales para adaptar temas
literarios como El retorno de Ulises, La dama de las camelias, Ruy
Blas y Macbeth. La película más conocida de esta serie es El asesino
del duque de Guisa (guión académico de Henri Lavedan, partitura
musical de Camille Saint-Saëns) con el actor Le Bargy, quien filmó
la realización (…). Los primeros films d’art, que se contentaban en
gran medida en filmar un espectáculo teatral, contaban con muy
pocos elementos específicamente cinematográficos, pese a tener una
imagen en movimiento registrada mecánicamente.

Así, dentro del paradigma Clásico Narrativo empezaron a surgir una serie
de variaciones que intentaban escapar de la narración lineal y de la
representación vacía. La filmografía de Hitchcock y Eisenstein se encuentra
dentro de este modelo de cine clásico, aunque sus obras no fueran del todo
narrativas y escaparan por momentos de la representación a través de imágenes
negras y otros recursos. En efecto, en la obra de estos maestros del cine
podemos hallar una apropiación de los mecanismos del Cine Clásico para
producir renovaciones en el paradigma y producir otros sentidos.
El uso del montaje fue uno de los mecanismos que el cine de Hitchcock y
Eisenstein supieron renovar para la producción de nuevos sentidos: en el
caso del primero, como herramienta narrativa del suspense y en el caso del
maestro ruso, para alterar la conciencia del espectador tanto emocional como
intelectualmente.
220 MARÍA LOBO

El Cine No Narrativo
Aun cuando el éxito del paradigma del Cine Clásico Narrativo se expandía
por las sociedades occidentales, un nuevo modelo de producción empezaba a
gestarse como otra forma de entender el arte cinematográfico, y tendría su
punto de maduración especialmente a partir de la década del 60. El Cine No
Narrativo se propuso como un paradigma de vanguardia que cuestionó
fundamentalmente tres de los tres preceptos centrales del modelo narrativo:
se opuso a la idea del imaginario de orden burgués, discutió la linealidad del
modelo narrativo como única posibilidad de hacer arte cinematográfico y
también cuestionó los sistemas de producción que habían empezado a hacer
del Cine Narrativo una industria de consumo masivo.
El modelo No Narrativo fue conocido como el cine underground, que se
producía fuera del sistema de Hollywood y que se asocia a cineastas como
Gregory Markopopulos, Stan Brakhage y Andy Warhol. Más allá de las
propuestas no-narrativas con una progresiva multiplicación de elementos frente
a la idea de un cine narrativo sin un trabajo de reflexión sobre el significante2
(Aumont, 1996, p. 94), ambos modelos representaron una oposición
fundamental: la posibilidad –o no– de utilizar el dispositivo y el lenguaje
cinematográfico para intervenir más o menos reflexivamente en las realidades
y discutir los principios del orden moral burgués.
El Cine No Narrativo puede considerarse como una de las manifestaciones
del movimiento vanguardista que atraviesa la producción estética desde
comienzos del siglo XX. Por lo tanto, las características centrales del paradigma
de Cine No Narrativo están vinculadas a los mismos rasgos de la estética de
vanguardia:
 Propone un mecanismo de representación de analogía débil; sin embargo,
a diferencia del Cine Clásico Narrativo, esa relación débil con la realidad

2
Para Aumont, resulta discutible la identificación a priori del cine clásico con el cine
sin significado. Le interesa más bien poner en discusión las marcas del cine
norteamericano, que no debería interpretarse como el único cine hegemónico, pues
toda la producción cinematográfica puede estar marcada también con sus propios
contenidos. Me interesa aquí la distinción entre estos dos modelos solo a los efectos
de establecer un antecedente de las discusiones sobre el uso del dispositivo
cinematográfico que atravesará después a toda la producción audiovisual. Véase
Aumont, J. (1996): Estética del cine. Espacio fílmico, narración, lenguaje, Paidós,
Barcelona, páginas 92 a 99.
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
221

no tiene el mismo sentido. Mientras que para la estética burguesa las


versiones de la realidad giran en torno a la vida disciplinada del ciudadano
burgués, la mirada de la realidad desde la perspectiva vanguardista es
crítica de ese imaginario de orden y pone en discusión los principios,
valores y sistemas de mercado del capitalismo burgués. El Cine No
narrativo empieza a pensar en el cine como una herramienta para
intervenir la realidad, devolver el arte a la sociedad y convertir a la sociedad
en una sociedad politizada.
 El Cine No Narrativo es crítico también de los sistemas de producción de
mercado. En efecto, las vanguardias inauguran en el seno del arte una
discusión no solo en torno a la estética de una obra de arte, sino una
crítica al estatuto mismo del arte.
 Se discute profundamente la idea de que el cine debe significar algo. Por
lo tanto, el valor de la identidad como sinónimo de la clase burguesa
desaparece en el paradigma No Narrativo. Para la vanguardia, el arte no
«significa» algo ni puede ser considerado como un medio para la
representación simbólica de la clase burguesa. Si el cine ha de llevar a
una intervención, esa intervención debe ser para la politización
revolucionaria de las sociedades. Allí es donde el Cine No Narrativo apelará
a una identidad.
 Desmiente la idea de que el cine debe pensarse en términos de novedad,
uno de los estandartes de la industria cultural. Frente al concepto de
novedad en tanto ruptura con los géneros o innovaciones en las tramas,
la vanguardia propone debe incorporar lo históricamente necesario. Lo
nuevo, para el vanguardismo, es la ruptura con la tradición y con las
lógicas del mercado del arte. Las vanguardias pretendían un arte que
fuera capaz de transitar por fuera de los circuitos del mercado.
 En cuanto a la estructura narrativa, el Cine No Narrativo propone una
obra no-orgánica, concepto que puede explicarse como una construcción
narrativa que no recorre ni un orden ni una lógica lineales. La obra no-
orgánica se produce a partir de un procedimiento alegórico: quitar un
elemento de la totalidad del contexto para privarlo de su función, y luego
reunir esos elementos aislados. Al reunirlos arbitrariamente, esos
elementos devienen en un nuevo sentido. El procedimiento alegórico
busca, en definitiva, problematizar la comprensión para liberar y producir
un pensamiento desestructurado.
222 MARÍA LOBO

 En el Cine No Narrativo, el respeto por los géneros convencionales está


ausente.

El Paradigma Audiovisual Alternativo contra el imaginario de orden:


analogía fuerte e identidad latinoamericana
¿Por qué es importante reconocer estos modelos de producción audiovisual
que se sucedieron y convivieron desde los inicios del cine? La respuesta resulta
evidente: el modelo de Cine Clásico Narrativo ocupó un papel preponderante
no sólo en Estados Unidos y en Europa, sino también en América Latina. La
historia del cine latinoamericano, en efecto, está atravesada por un marcado
predominio del cine clásico norteamericano. Sin embargo, la evolución del
cine en América Latina también hará nacer un modo de producción propio: el
paradigma audiovisual alternativo se despegó de los estándares de la industria
de Hollywood, enfrentó las ideas del imaginario de orden burgués y las de los
procesos capitalistas y se centró en un mecanismo de analogía fuerte para
reflejar e intervenir en las realidades.
Desde las primeras reproducciones cinematográficas que llegaron a
nuestro continente a fines del siglo XIX, se inició un proceso de difusión del
cine importado, que se limitaba a exhibir en las salas de América Latina las
grandes películas extranjeras. A esta etapa inicial le siguió un movimiento de
producción local que se desarrolló en muchos países latinoamericanos, como
México y Argentina. Sin embargo, Getino (1996, p. 143) explica que incluso
ese intento por independizar al cine local del modelo norteamericano resultó
insuficiente, pues las políticas de producción locales no pudieron implementar
una alternativa de verdadero desarrollo industrial: incapaces de articular un
proyecto integrador para la producción y comercialización nacional y regional,
como ocurría en Estados Unidos, los productores locales quedaron sujetos a
la protección que podía ofrecerles el Estado en cada país, y en consecuencia,
se hicieron dependientes de las circunstancias políticas y económicas locales.
Este predominio es bien descripto también por Getino (1996, p. 140):

En 1924 Brasil importaba el 83% de los filmes proyectados en las


salas del país. El cine norteamericano dominaría en términos
absolutos las pantallas durante el período del cine mudo. Su
producción anual –796 filmes en 1919– equivalía a casi quince años
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
223

de producción del cine mudo brasileño (…). La incorporación del


sonido en 1927 significó una verdadera revolución tecnológica, con
sus consiguientes efectos económicos y culturales (…). La aparición
del sonido obligaba a producir filmes en lenguas diferentes. Hollywood
se repartió el trabajo: mientras la MGM convocaba a sus estudios a
actores extranjeros a producir en otros idiomas, la Paramount lo
hacía en Francia (…). En menos de diez años, Hollywood produjo
más de 100 largometrajes en español, destinados a competir con las
nacientes cinematografías de la región.

Si bien la imposición de la industria cinematográfica norteamericana


resultó abrumadora, en América Latina ese proceso de dominación siempre
presentó resistencias. En efecto, con la llegada del cinematógrafo a
Latinoamérica, se inició un movimiento de producción de cine local en países
como México, Brasil y Argentina, donde desde fines del siglo XIX empezaron
a rodarse una serie de documentales que tenían como objetivo registrar
audiovisualmente la memoria latinoamericana. Como lo describe Getino (1996,
p. 139), ya en la primera década del siglo XX se habían abierto en México
treinta y tres nuevas salas de cine, en el marco de un proceso revolucionario
donde los campesinos que afluían a la capital exigían verse en las, todavía,
pantallas mudas. A la par de esta producción documental incipiente, América
Latina vio nacer también una vertiente de cine de ficción que pudiera escapar
de la identidad norteamericana: la película El fusilamiento de Dorrego (1908)
y La Revolución de Mayo (1910) son el reflejo de una vertiente de cine latinoame-
ricano que buscó relatar los hechos históricos más relevantes y dibujar así
una identidad local por sobre el contenido de las películas que se importaban.
El cine intentaba convertirse en una síntesis de historia, política y
acontecimientos de masas, que excediera la simple producción o exhibición
de imágenes para el entretenimiento (Getino, 1996, p. 139). Son los tiempos
en que el cine ruso también se inicia en lo que Benjamin (2015, p. 145) define
como uno de los más grandiosos experimentos de la psicología de los pueblos:
Eisenstein emprende la etapa del cine social, que retrata la vida de los
campesinos sin la presencia de ningún actor. En efecto, hay en el cine social
latinoamericano un vínculo profundo con las experiencias cinematográficas
rusas que se hacían completamente por fuera de la industria hegemónica
americana. Mientras los rusos dejaban en evidencia una ideología a favor de
224 MARÍA LOBO

la revolución, en América Latina se producían películas para la liberación de


los pueblos.
Se avecinaba por entonces la escisión de los dos modelos para producir
contenidos cinematográficos: de un lado el modelo hegemónico norteamericano;
y del otro, así como a la industria de Hollywood se oponían modelos de
producción fuera del sistema, en América Latina también se fue gestando un
paradigma de hacer cine alternativo que no solo intentaba romper con los
circuitos de distribución industriales, sino que empezaba a entender la
necesidad de un cine que narrara la identidad local. Sin embargo, habría que
esperar algunas décadas más para que se consolidara esa transición del cine
como entretenimiento a una herramienta para intervenir en la realidad desde
el modelo de la analogía fuerte. Este proceso se asentaría recién con la irrupción
del video, una tecnología que logró transformar la producción audiovisual de
manera decisiva.

El cine como herramienta de transformación de la realidad


La década del 60 encontró a América Latina en un contexto de transforma-
ciones. Continente de un profundo contraste entre el mundo «mágico» de la
tradición rural y el auge de la tecnología y la civilización urbana (Bello,
Buenaventura y Pérez, 1986, p. 2), la Latinoamérica del siglo XX se convirtió
en un espacio donde las reflexiones filosóficas de corte marxista empezaron a
considerarse como posibilidades para pensar a las sociedades que hasta
entonces habían dependido de las estructuras de dominación provenientes
de Estados Unidos y de Europa. La proliferación de movimientos políticos de
pensamiento socialista, la Teología de la Liberación y el replanteo de las
doctrinas educativas fueron la maduración de aquellas ideas: en todos los
ámbitos de la sociedad se iniciaron prácticas que viraron de la ideología
dominante hacia nuevas ideas asociadas al marxismo, con la convicción de
que estas categorías podrían explicar a la sociedad latinoamericana. Y no
solo explicarla: aquellas prácticas fueron el inicio de un verdadero proceso de
transformación en América Latina.
En ese contexto, la comunicación también experimentó un cambio
sustancial. A la par de esas incipientes representaciones políticas, religiosas
y educativas, los años 60 permitieron también una nueva manera de entender
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
225

a la comunicación: aparecieron así lo que Mata (1998, p. 3) describe como


alternativas comunicacionales, que fueron ni más ni menos que el correlato
expresivo de lo que se venía transformando en otros órdenes de la sociedad.
Desde esta nueva perspectiva, la comunicación empezó a pensar en un
esquema que saliera de la tradición difusionista: se planteó así un nuevo
modelo comunicativo que pretendía responder a la hegemonía comunicativa
transnacional. Como lo señala también Mata (1998, p. 4), ese modelo
representó la necesidad de construir un proyecto popular y fue la manera
para construir la participación de las personas en sus ámbitos de trabajo, en
sus organizaciones; fue, en definitiva, una nueva lógica de poder.
De esta manera, América Latina fue el escenario de una nueva perspectiva
para entender a la comunicación. Así, la tarea de los investigadores nucleados
en el marco de lo que se conoce como el Enfoque Crítico Latinoamericano
marcó un período de transformación para las prácticas comunicativas:
cuestionaron las categorías de los modelos comunicativos occidentales para
empezar a hablar de paradigmas inspirados en el marxismo y el estructura-
lismo. Como lo explican Bello, Buenaventura y Pérez (1986, p. 2):

Este enfoque crítico de la comunicación, centrado en la tríada


comunicación, ideología y poder, permitió explorar problemáticas
vitales para el autoconocimiento de nuestras sociedades latinoame-
ricanas. Los medios y los procesos de comunicación empezaron
entonces a ser definidos, no por la sofisticación de las posibilidades
tecnológicas, sino por su forma de uso en relación con la búsqueda
y la posibilidad de situaciones de participación activa en los sectores
populares mayoritarios. En tal sentido, sólo podría hablarse de
comunicación cuando se diera una situación de diálogo y no de
imposición autoritaria.

En América Latina, a partir de entonces, las prácticas comunicativas se


modificaron sustancialmente: los modelos de comunicación se plantearon
fuera de la lógica verticalista y de esta manera se convirtieron en herramientas
para intervenir en las realidades.
En ese contexto crítico, el panorama de la producción audiovisual inició
un camino de cambios. A partir de la década del 50, diferentes grupos de
cineastas de toda Latinoamérica se volcaron a la producción de películas de
226 MARÍA LOBO

corta o larga duración que tenían una característica común: informaban o


denunciaban aspectos críticos de la realidad social, procurando una inter-
vención activa de la población frente a los hechos (Getino, 1996, p. 213), una
práctica que se fortaleció especialmente en aquellos países cuyas democracias
se enfrentaban a las dictaduras. No solo denunciaban. Estos proyectos
audiovisuales intentaban instalar el concepto de democracia en el propio
proceso de producción audiovisual. Son múltiples los ejemplos de estas
campañas audiovisuales (Getino, 1996, p. 214):

Cabe recordar la experiencia del Grupo Ukamau en Bolivia, que


trabajó a partir de los años 50 en las áreas rurales con la población
indígena y campesina; el Grupo Cine Liberación en Argentina, que
hizo otro tanto con sectores populares organizados durante la época
de la dictadura militar a fines de los años 60; la Filmoteca del Tercer
Mundo, en Uruguay, ocupada en difundir el documentalismo lati-
noamericano y producir documentación cinematográfica local; el Cine
Urgente, en Venezuela; Liberación Sin Rodeos, en Perú; Taller Cine
Octubre, en México; Cineastas de la Unidad Popular, en Chile (…).
El conjunto de esa labor y de la que llevaron a cabo otros cineastas,
preocupados por tratar los problemas de la realidad latinoamericana
y de innovar estéticamente en la producción audiovisual, surgió lo
que luego se denominaría el Movimiento del Nuevo Cine Latinoame-
ricano.

Este movimiento protagonizado por cineastas de distintos países de


América Latina construyó los cimientos de un espacio audiovisual comunitario
que emprendió la cruzada del cine como herramienta crítica y de transforma-
ción. Un grupo de realizadores abocados a la producción de películas vincu-
ladas entre sí con el objeto de reflejar las temáticas del conflicto social, las
luchas de los movimientos sociales y de las organizaciones de los trabajadores;
cineastas comprometidos en fundar espacios colectivos en los que no solo se
produjeran contenidos audiovisuales sino también procesos de participación
activos y militancias políticas (Grupo Alavío, 2004, p. 205). Getino (1996, p.
17) señala que este espacio, si bien puede pensarse como un campo de
interacción conformado por los diversos medios de comunicación, es también
mucho más que la suma de las voluntades: constituye un espacio sociocultural,
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
227

basado en estructuras socioeconómicas, industriales, tecnológicas y


comerciales, de clara incidencia en la vida política y en el desarrollo global de
los pueblos. El Espacio Audiovisual Latinoamericano, en efecto, fue consoli-
dando un paradigma de producción audiovisual alternativo frente al modelo
hegemónico: a partir de esta nueva manera de entender el cine, la producción
de contenidos audiovisuales se convirtió en un medio alternativo, en una
herramienta comunicativa para vehiculizar los proyectos políticos inclusivos,
democráticos y contrahegemónicos de la nueva América Latina.

Del cine al video educativo, video social, video comunitario


Por su relación con la realidad, el cine de contenido político latinoameri-
cano se asentó sobre la base de una representación analógica fuerte. En
particular, una analogía absoluta, que en términos de contenido audiovisual
implica algunos compromisos: operar al abrigo de la realidad, limitar al máximo
los artificios y las manipulaciones técnicas, las formas puestas en cuadro
deben enfocarse a la reconocibilidad, así como la prohibición de construir
encuadres largos y complejos (Caseti y Di Chio, 1998, p. 166). La analogía
absoluta se opone a la manera de hacer cine que se sostiene sobre analogías
débiles o negadas, que mantienen una distancia respecto de la realidad o
que, en el peor de los casos, no tienen nada para decir acerca de ella. Así, la
producción audiovisual de América Latina opuso al modelo de hacer cine
clásico a un paradigma alternativo de contenido político y transformador que
desde sus inicios se presentó como una estrategia de comunicación puesta al
servicio de los sectores excluidos para la transformación de sus propias
realidades.
Sin embargo, aunque el cine hizo posible el uso de la imagen para construir
la identidad latinoamericana, hubo un hecho decisivo que consolidó esta nueva
manera de entender la producción audiovisual. La aparición del video fue lo
que permitió, por primera vez, reemplazar el modelo Emisor/Medio/Receptor
por un modelo real de comunicación, el esquema Interlocutor/Medio/
Interlocutor, un paradigma que quebró el monopolio de la producción, la
conservación y, sobre todo, la reproducción de los contenidos audiovisuales
(Korstanje, 2010, p. 5). El video y su consecuencia más directa –la posibilidad
de desarrollar y producir audiovisual de manera particular y sin la necesidad
228 MARÍA LOBO

de circuitos más amplios como en el cine– fue la piedra basal sobre la que se
asentó el quiebre definitivo de los contenidos audiovisuales en América Latina.
El video no solo permitió un replanteo profundo en cuanto al proceso de
producción, sino que significó también la consolidación de una vertiente
importante de los contenidos audiovisuales latinoamericanos. A la par del
cine político, con el surgimiento del videocassette América Latina se inició en
una fuerte tradición de una serie de experiencias que Getino (1996, p. 213)
define como la línea del «video educativo», «video alternativo», «video comunita-
rio» y «video popular». Son estas experiencias las que plantearon a la producción
audiovisual como un proceso educativo en sí mismo. Hasta entonces, aunque
los contenidos audiovisuales fueran pedagógicos, se seguía trabajando dentro
de un paradigma con acento en el emisor. El video, en cambio, permitió
replantear ese esquema y generar contenidos audiovisuales cuyos procesos
de elaboración podían ser procesos pedagógicos. A modo de síntesis, podríamos
señalar que el paradigma alternativo audiovisual se opone a los esquemas de
producción clásicos en sus diferentes aspectos:
 Propone un mecanismo de representación de analogía fuerte, esto es: la
herramienta audiovisual no tiene sentido si no es utilizada para el registro
de la realidad social. No solo se pone al servicio de ella, sino que se
propone transformarla. La mirada hacia los contextos, desde el paradigma
audiovisual, es la crítica, la denuncia. Solo a partir de este concepto se
hace posible la intervención efectiva para una transformación real.
 El Paradigma Audiovisual Alternativo es crítico de los sistemas de
producción de mercado. Aunque el modelo no solo critica, sino que también
propone sistemas de funcionamiento propios. Los circuitos de producción
y de distribución del cine y del video social que se fortalecieron a partir de
las primeras experiencias derivaron en mecanismos para el trabajo
audiovisual crítico y de denuncia social.
 Dado que el paradigma audiovisual parte de un mecanismo de represen-
tación de analogía fuerte, los textos audiovisuales siempre son pensados
con un sentido social y de transformación. Se trata de trabajos que se
identifican profundamente con los contextos sociales en los cuales
intervienen. En este punto, el paradigma plantea entonces una ruptura
radical con los modelos tradicionales. La identificación con el campo da
origen a un paradigma cuyos interlocutores aportan al proceso de
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
229

realización audiovisual. Así, se han desarrollado modelos audiovisuales


como el de la Pedagogía Masiva Audiovisual, que propone la figura del
interlocutor especializado, que es el sujeto social a quien el trabajo audiovi-
sual va dirigido y que interviene efectivamente, aportando sus códigos
para un proceso transformador.
 Los paradigmas audiovisuales alternativos no están centrados en los
conceptos de estética, y por lo tanto, tampoco hay una relación entre
texto audiovisual y novedad de mercado.
 En cuanto a la estructura narrativa, el paradigma alternativo propone
esquemas narrativos pedagógicos. Prevalece la idea de la comunicación
y la comprensión de los textos audiovisuales, de modo que las estructuras
suelen recurrir al orden y a la lógica lineal de forma prioritaria. El
paradigma de la Pedagogía Masiva Audiovisual, en este sentido, también
se presenta en términos radicales: las narraciones van de lo general a lo
particular, con el propósito de favorecer la internalización de los mensajes
producidos audiovisualmente. Quedan excluidos los procedimientos
estéticos que se alejen o que interfieran en el objetivo primordial que es la
producción se sentido para la transformación de los contextos en los
cuales el modelo interviene.

El video de contenido social se transformó en una herramienta pedagógica


que incluyó a los interlocutores en el proceso de producción, y allí radica una
de las instancias más revolucionarias de este modelo de producción. Como lo
explica Calvelo Ríos (1998, p. 23), a propósito de las experiencias de video
social que empezaban a desarrollarse en las comunidades rurales de América
Latina y que derivaron en el modelo de la Pedagogía Masiva Audiovisual:

Producíamos mensajes de enseñanza, repitiendo las pautas con las


que habíamos aprendido, sin tratar de conocer los procesos de
aprendizaje del destinatario de nuestros mensajes. Y así fracasamos
reiteradas veces, al no respetar los modelos de procesamiento de la
información que utilizaban los destinatarios de nuestro trabajo (…).
Nos resultó fundamental acercarnos a los modos en que el destina-
tario procesaba la información, y a conocer sus niveles de conciencia
(…). Pero entonces el receptor, que el modelo tradicional indica como
pasivo, se activaba. Dejaba de ser el blanco de nuestros mensajes y
pasaba a colaborar con ellos, a participar en las numerosas opciones
que un proceso de comunicación abre a los que lo mantienen. Ya no
230 MARÍA LOBO

era el objeto u objetivo, contra el cual se disparaba el mensaje: devenía


en sujeto del proceso comunicativo.

A modo de cierre
A partir de la irrupción del cine, el campo de la cultura vio emerger un
nuevo lenguaje de una potencialidad expresiva sin precedentes. La imagen en
movimiento produjo una revolución no solo en el campo de las artes visuales,
sino en los imaginarios de los sujetos sociales del mundo entero. Muchos de
los imaginarios que regulan a las sociedades se vieron influenciados por los
cambios en la percepción que las imágenes fílmicas producen. El pensamiento
intelectual, rápidamente, atendió al poder de transformación que subyacía
en las historias que se contaban en los filmes. También lo entendieron quienes
empezaron a producir cine, y fue así como aparecieron los paradigmas de
producción audiovisual: el Cine Clásico Narrativo y sus variantes, el Cine No
Narrativo, el Paradigma Audiovisual Alternativo de Latinoamérica. Cada uno
de ellos representan modos de entender, de narrar y de proyectas imaginarios
del mundo que inciden de maneras muy diferentes en los espectadores.
Representan, en suma, modos de construir realidades diferentes. De un lado,
el Cine Narrativo con su adecuación al imaginario de orden burgués,
reafirmando los valores de las sociedades capitalistas, desarrollando productos
de mercado. Del otro, los modelos de producción que discuten los órdenes
hegemónicos: las apuestas estéticas del Cine No Narrativo y el Paradigma
Audiovisual Latinoamericano.
Se han desarrollado aquí los caminos sinuosos que experimentó la historia
del cine en América Latina, desde el momento de su irrupción en nuestro
continente hasta la particular evolución que culminó con un paradigma propio
de fuerte discurso alterador y social. En ese recorrido, las experiencias de
video de contenido social se integraron con el cine alternativo de América
Latina para conformar un espacio de transformación de las sociedades. El
cambio de un modelo audiovisual desapegado de las realidades hacia un
paradigma de analogía fuerte –ya en la vertiente de cine y documental; ya en
la línea del video social y pedagógico– dividió para siempre y en adelante las
formas de entender la producción audiovisual en el sur del continente
americano.
CAPÍTULO VI . IMAGEN, LENGUAJE, SENTIDO. CONTRAHEGEMONÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL...
A
231

En el seno de las revoluciones de América Latina a partir de los años 50,


la producción de contenidos audiovisuales se distanció del modelo de cine
clásico para las masas y se convirtió en un proceso de comunicación popular,
de educación popular y, sobre todo, en una herramienta indispensable para
la reafirmación de las identidades latinoamericanas.
232 MARÍA LOBO

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233

EL GRAFITI LATINOAMERICANO.
ENTRE LA RESISTENCIA DE UN
Capítulo PUEBLO ARRASADO Y LAS
VIb PRÁCTICAS CULTURALES
CONTEMPORÁNEAS

María Lobo

Introducción
En términos específicos, se ha definido al grafiti como una práctica cultural
que interviene materialmente en un espacio social con un discurso de
resistencia. En ese contexto, el origen del grafiti se ha situado en el origen de
ciertas las prácticas modernas que tuvieron origen entre la década del 60 con
el Mayo Francés y los años 70, cuando las minorías silenciadas que habitaban
la ciudad de Nueva York invadieron los subterráneos con pintadas para
denunciar y visibilizar la presencia de las comunidades afrodescendientes y
latinas. Es frecuente asociar, entonces, al grafiti con estas prácticas estéticas
de una expresividad contemporánea.
Sin embargo, desde una mirada cultural, las manifestaciones que se
expresan a través de la técnica del grafiti exceden el soporte y la dimensión
artística: representan un modo de estar y de intervenir en las ciudades. Esa
intervención no es pacífica sino contestataria, subalterna, que se apodera de
los muros de las urbes para definir ese modo de ser en disidencia. La
sublevación, en este sentido, no puede ser considerada como una reacción
moderna: las paredes, desde tiempos antiguos, se han constituido en espacios
para manifestar un discurso contrahegemónico que denuncia la institución
simbólica de las sociedades. Así, es posible señalar que los antecedentes del
grafiti deberían rastrearse en las sociedades prehispánicas que, frente a la
Conquista, utilizaron los espacios públicos para expresar el exterminio de
sus pueblos.
En este trabajo me propongo, en primer lugar, aproximar una definición
del grafiti en tanto práctica que se articula en el campo tensivo de la cultura,
234 MARÍA LOBO

y establecer algunas dimensiones para pensar las prácticas de pintadas


callejeras en su relación con el complejo espacio simbólico de la ciudad. Luego,
se contextualizarán las expresiones del grafiti en movimientos mucho más
antiguos que aquellos acontecidos en Estados Unidos y en Europa.
Concretamente, a partir de un ensayo de perspectiva cultural de María
Auxiliadora Álvarez, será posible señalar que los orígenes del grafiti se sitúan
en una serie de manifestaciones como los códices, los frisos y las estelas
escritos por los pueblos latinoamericanos para denunciar los estragos de la
Conquista. En ese carácter de denuncia y de sublevación presente en las
expresiones de las sociedades prehispánicas radica, esencialmente, el carácter
contrahegemónico y alterador del discurso de las pintadas callejeras.
Finalmente, se dará cuenta de algunas particularidades que hacen del grafiti
una posibilidad discursiva para la expresión del discurso contestatario de la
Comunicación Alternativa.

Tres dimensiones para pensar el grafiti. Espacio urbano y conflictividad;


subversión; cultura popular
La expresión grafiti1 viene de la palabra italiana graffito, a su vez
descendiente del vocablo griego graphis que, en esa antigua lengua, se utilizaba
para referir a un carbono natural para trazar dibujos. Sin embargo, no es esa
procedencia etimológica la que interesa para definir la esencia alternativa del
grafiti: importa, en todo caso señalar que, en su evolución, el término parece
haber llegado a indicar más bien su «objeto representado», el motivo que se
escribe, y no el medio a través del cual se elabora (Silva, 1987, p. 21). En
efecto, cuando hablamos del grafiti desde una mirada cultural, el soporte
deja de ser relevante. Lo que distingue a esta expresión es, sin lugar a dudas,
su posibilidad de producir un sentido alterador. Esta es una de las razones
por las cuales el grafiti, en tanto práctica discursiva y no material, se integra
a las prácticas que permiten hacer circular los discursos contrahegemónicos
que componen el universo de la Comunicación Alternativa. El grafiti ha sido,
desde sus orígenes, una manera de denunciar, de visibilizar, de argumentar.

1
Aunque con frecuencia y en abundante bibliografía la palabra graffiti se encuentra
expresada en su forma original, el término ha sido incorporado a la RAE en su forma
castellanizada. Se prefiere aquí utilizar esta última.
CAPÍTULO VI . EL GRAFITI LATINOAMERICANO. ENTRE LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO ARRASADO...
B
235

Así, ha de ser definido como una práctica cultural y alternativa que interviene
materialmente en un espacio social con un discurso de resistencia.
Las prácticas culturales, en términos de Entel (1994, p. 32), son todos
aquellos despliegues en acciones hacia afuera o interiores –percepciones,
elaboraciones de conceptos, imaginaciones– por los cuales un ser viviente se
convierte en ser humano. Una práctica, en este sentido, le permite al sujeto
social familiarizarse con su entorno pero, además y a partir de mediaciones
simbólicas, ese sujeto puede comprenderse a sí mismo como actor de un
proceso histórico.
Toda práctica, además, sucede en el campo de la cultura2. Si pensamos
desde una mirada antropológica, la cultura es un espacio de relaciones tensivas
entre los sujetos, las instituciones, sus representaciones (Williams, 1980;
Altamirano y Sarlo, 1983). Para la perspectiva semiótica, es un campo que
ofrece el espacio para las disputas simbólicas que están atravesadas por las
lógicas del lenguaje y reguladas por los mecanismos hegemónicos de la
significación (Lotman, 1996; Todorov, 1991). El grafiti, en tanto práctica del
espacio simbólico de la cultura, se convierte entonces en una expresión
atravesada por estas tensiones y conflictos propios. No se trata de pintadas
expresivas, sino de la manifestación material y artística de relaciones mucho
más complejas.
Desde esta mirada amplia, podemos distinguir algunas dimensiones que
nos permiten pensar cuáles son los sentidos implicados en estas prácticas
que tienen lugar en un espacio tan complejo como lo es el de la cultura. En
primer término, el grafiti se materializa en los espacios urbanos. Diversos
estudios señalan la relación que estas expresiones callejeras mantienen con
la dimensión física de las ciudades. Es en esa relación donde el grafiti puede
ser pensado como una expresión de conflictividad. Retomo aquí una
investigación de Leticia Manrique (2015), quien señala las relaciones entre
grafiti y espacio urbano a partir de las reflexiones de Barthes y De Certeau.

2
En el capítulo de este manual correspondiente al Paradigma Audiovisual Alternativo
profundizamos acerca de las tensiones y de las articulaciones hegemónicas que se
suceden en el campo de la cultura. Pensamos en esas mismas relaciones conflictivas
del campo cultural cuando hablamos del grafiti en tanto práctica y en tanto objeto de
la cultura.
236 MARÍA LOBO

Las ciudades no son espacios equitativos o de dinámicas que fluyen. Por el


contrario, como lo expresa Barthes (1993, 0.260), el centro de la ciudad es
vivido siempre como el espacio donde actúan y se encuentran fuerzas
subversivas, fuerzas de ruptura, fuerzas lúdicas. De Certeau (1996) enfatiza
también esa presencia de sistemas en disputa que habita en las ciudades:
define al espacio social como el resultado del conflicto dialéctico entre el polo
del poder y el de la resistencia a este. Según esta mirada, en un sector del
espacio social se encuentran los productores, los agentes disciplinarios, es
decir, los grupos sociales que diseñan el espacio, lo construyen y lo poseen, lo
nombran y establecen sus reglas; en otro sector, en cambio, se ubican los
ciudadanos, que no pueden transformar el espacio sino solo adaptarse a sus
prácticas cotidianas, a sus normas, a sus significados (Salcedo, 2008). En
esa confrontación, las reglas no son simétricas: mediante mecanismos
hegemónicos, los productores son quienes imponen las leyes simbólicas que
diseñan la urbanidad física y simbólica de las ciudades. Si el grafiti ha de
intervenir en esas relaciones tensivas que ponen en movimiento a las ciudades,
resulta evidente que las prácticas de arte callejero están atravesadas por aquello
que, en forma silenciosa, se discute en el espacio social.
Es en este contexto de práctica materializada en la urbanidad desde
donde se hace posible pensar en una segunda dimensión de la práctica de
grafiti. En un entramado de disputas, las pintadas callejeras se constituyen
como un discurso con un sentido alterador. Ya mediante la técnica, ya en lo
discursivo, el grafiti no es una pintura que venga a reconfirmar lo que las
fuerzas dominantes desean naturalizar a partir de los mecanismos de la
hegemonía. Tampoco se presenta respetuoso respecto de las reglas de
organización espacial. Por el contrario, representa una forma de intervención
en esa relación asimétrica y hegemónica que constituye lo que está visible en
nuestro espacio social. El grafiti es una manifestación subversiva en la
urbanidad construida arbitrariamente por los sujetos que detentan el poder
las ciudades. A partir de la grafía no autorizada, puesta en un lugar en donde
está vedado escribir, esta expresión se torna contestataria no solo por la acción
de la pintura, sino también porque expresa un discurso alterador. Pone en
tensión, denuncia los procesos de dominación y de institucionalización para
desnaturalizar aquello que viene dado a través de los mecanismos simbólicos
CAPÍTULO VI . EL GRAFITI LATINOAMERICANO. ENTRE LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO ARRASADO...
B
237

de la escena social y de la cultura. En su acción material, en su potencia


verbal, en su iconografía, el grafiti representa un discurso de resistencia.
En una tercera aproximación, el grafiti debe ser pensado como una
posibilidad de expresión de los sectores subalternos, aquellos que no diseñan
sino que acatan aquello que viene impuesto desde los productores como reglas
para el espacio urbano. En este sentido, el grafiti es una manifestación de la
cultura popular con un sentido político: la denuncia de aquello que habita en
el entramado simbólico de una sociedad. Como lo señala Reguillo (2006, p.
14), la anarquía, los grafitis urbanos, los ritmos tribales, los consumos
culturales, la búsqueda de alternativas y los compromisos itinerantes, deben
ser leídos como formas de actuación política no institucionalizada, y no como
las prácticas más o menos inofensivas de un montón de desadaptados.

París, Nueva York o Nueva España: los muros de las civilizaciones


prehispánicas como antecedente de las pintadas callejeras
Aun cuando la palabra grafiti nos remite a una expresión eminentemente
contemporánea, la dimensión discursiva de resistencia sitúa a la expresión
del grafiti en un entramado que excede a su historia reciente. Retomaré en las
líneas siguientes un bellísimo ensayo de María Auxiliadora Álvarez, titulado
«Del códice a la calle: el caso del grafiti latinoamericano». A partir de una
mirada con fuerte arraigo en los estudios culturales, esta investigadora
mexicana rompe con las lecturas más frecuentes acerca del grafiti para plantear
que, en una historización amplia, es del todo justo vincular a estas prácticas,
hoy urbanas y callejeras, con el discurso de resistencia que el pueblo
latinoamericano ofreció frente al exterminio cultural que implicó la Conquista.
En efecto, si ha de dejarse de lado la perspectiva del soporte material y de la
técnica para atender a la voluntad alteradora del grafiti, sobran las razones
para situar entre los antecedentes de esta presión a las diversas
manifestaciones como los códices, los frisos y las estelas3 escritos por las
civilizaciones prehispánicas que, desde un comienzo, denunciaron de forma

3
En los estudios de Álvarez se explica que los códices de las tradiciones orales, las
estelas y los frisos son manifestaciones expresivas de los pueblos prehispánicos que
versaban sobre mitología, religión, comercio, calendarios agrícolas, ritos y ceremonias,
batallas y guerras, relatos proféticos, amorosos o históricos, enseñanzas morales,
ciencias, matemáticas, astrología y aspectos legales.
238 MARÍA LOBO

urbana y callejera los estragos de la Conquista.


Con frecuencia, los estudios acerca del grafiti no relacionan al grafiti con
las manifestaciones de resistencia de épocas remotas, sino que lo caracterizan
como una expresión moderna. Desde esta perspectiva, sitúan entre los
antecedentes de esta forma discursiva dos momentos relevantes para la
consolidación de esta práctica urbana. Como lo señala Silva (1987), el Mayo
Francés del 68 constituye un hito en la historia del grafiti. Fue para esa época
cuando esta técnica se reveló como una estrategia comunicativa para los
sectores marginales. El otro momento importante en la consolidación del grafiti
sucede en la década del 70, en la ciudad de Nueva York. Durante esos años
ocurre una especie de invasión de numerosos pictogramas pintados
furtivamente en los exteriores del subway, aunque esta manifestación luego
se extiende hacia otros espacios de la metrópoli. Resulta interesante el análisis
que Silva (1987, p. 23) establece en relación a estos dos hitos:

[En referencia al grafiti nortamericano] Desde nuestro punto de vista,


queremos llamar la manifiesta presencia allí de una cultura de ghetto,
pues lo que se dejó conocer ampliamente por sus gestores y
propiciadores, era que se trataba de diseños y mensajes construidos
por grupos marginales, como los «puertorriqueños», los «negros», y
los «latinos», quienes de esa manera habían encontrado una vía de
reconocimiento público (…). Mientras que el grafiti de mayo del 68,
principalmente París (pero también Berlín, Roma, México)
corresponde a una consigna mural de referencia anti-autoritaria y
con propósitos macropolíticos, el grafiti de Nueva York obedece a
una composición figurativa y subterránea, con autorreferencias ghetto
y de propósitos micropolíticos. En otras palabras, París del 68
construye una «grafitografía» sobre el ideal de «cambiar radicalmente
la sociedad», mientras que el de Nueva York hace notorio otro
paradigma, otro territorio, el espacio urbano, podríamos decir, por
el cual se lucha, dotando su escritura de un don objetual, pues la
inscripción es inseparable de su lugar de ejecución, el transporte
urbano y otros objetos de la ciudad.

Sin embargo, desde la mirada de los estudios culturales, el ensayo de


Álvarez atiende a la relación profunda que existe entre el grafiti y el paisaje
urbano. Si esto es así, resulta incompleto pensar que el grafiti ha sido una
CAPÍTULO VI . EL GRAFITI LATINOAMERICANO. ENTRE LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO ARRASADO...
B
239

manifestación solo de las ciudades modernas. Las urbes han estado allí para
interpelar a los sujetos sociales desde tiempos más remotos. Desde sus
orígenes, las ciudades han sido espacios simbólicos que revelan el ethos4 de
las personas y las comunidades de conocimiento a través de su ethos
discursivo, una forma de entender y estar en el mundo que los grupos
ideológicamente más activos necesitan reivindicar (Ramallo y Rodríguez Bracia,
2015, p. 133). Por ello, es en el escenario urbano donde las pintadas callejeras
han desafiado y desafían a la autoridad que escribe arbitrariamente las formas
de ser de las ciudades. En ese sentido, la función del grafiti ha sido la misma
desde la Antigüedad: contribuir al establecimiento de lo público hablándonos
de la subcultura, la resistencia, el sacrilegio y la blasfemia (Columas, 2009,
p. 20).
Atendiendo a este vínculo entre grafiti, paisaje y denuncia, el concepto de
grafiti urbano no puede considerarse un fenómeno del siglo XX. Así, en una
ampliación de la perspectiva, los estudios de Álvarez dan cuenta de que las
ciudades prehispánicas también fueron el espacio para las manifestaciones
de un pueblo latinoamericano que entendía que estaba siendo violentamente
invadido, aniquilado. Y la reacción a la Conquista, desde sus comienzos, se
expresó en las calles. Álvarez señala que existen muchas razones para pensar
que, desde el punto de vista de la intencionalidad subversiva, América Latina
ha dado expresiones alternativas en la esencia del grafiti desde el siglo XV.
Así, Álvarez (2009, p. 103) sostiene:

Nuestro estudio sobre la aparición y la continuidad discursiva del


grafiti en Latinoamérica arroja, sin embargo, la posibilidad de
presuponer que el texto contestatario latinoamericano se halle dirigido
hacia (o desde) la accidentada historia del continente impuesta por

4
Retomo aquí este concepto de Ramallo y Rodríguez Bracia, quienes acuden a esta
noción clásica que, junto con las nociones de logos y de pathos, surgen en el marco de
la retórica aristotélica. Más allá de su consideración como construcción discursiva de
la imagen del sujeto enunciador, se entiende este concepto en sentido amplio, como el
conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman la identidad de una
persona o una comunidad, y orientan su forma de ver el mundo y sus hábitos de vida.
En el grafiti, es en el acto de enunciación donde se pone de manifiesto el ethos personal
de los escritores y escritoras de pintadas, que revelan al mismo tiempo su opción vital
ética. Su fin principal es conseguir que ese ethos minoritario arraigue en la sociedad
y cambie las formas dominantes de poder.
240 MARÍA LOBO

las intervenciones colonizadoras. Si se piensa en la enorme diferencia


introducida durante y después de la Conquista en el contenido
informativo original de los códices, las estelas y los frisos, de inmediato
surge la conjetura de que la tradición comunicativa de las antiguas
civilizaciones prehispánicas se haya instrumentalizado como vocero
de resistencia política.

Los pueblos de América Latina encontraron en las calles un espacio para


expresar la disidencia frente al avance de la Conquista: la voz autóctona
adquirió la lengua del conquistador para elaborar sus propios documentos de
denuncia social (Álvarez, 2009, p. 103). Son numerosos los ejemplos que este
trabajo transcribe para fundamentar esta idea. Se han hallado cien grafitos
elaborados durante el siglo XVI en las paredes de los exconventos Tiripetío5 y
en el franciscano de Tzintzuntzan; otros estudios dan cuenta de un tipo de
grafiti hallado en Navarra. Los manuscritos indígenas denuncian la destrucción
de sus ciudades, y las alegorías alusivas se desplegaron en las pulperías, los
zaguanes, los traspatios y los biombos de la época colonial; los murales en
azulejos proveen a los frescos de continuidad informativa. El tenor contestatario
del siglo XV se ve reflejado en los textos literarios del período colonial y en los
pasquines, pero también, en relación con el grafiti, es posible encontrar rastros
de la resistencia en las ilustraciones de los biombos namban (Álvarez, 2009,
p. 104).
En el trabajo de Álvarez se destaca también que no solo el pueblo
latinoamericano expresó el malestar en las paredes de las urbes: los
conquistadores también supieron elegir este espacio para disputar el poder
en el proceso de colonización. Durante el año 1502, las paredes del palacio de
Coyoacán registraron una conocida contienda entre Hernán Cortés y sus
capitanes. Cortés pretende finalizar esta disputa a partir de una pintada pública
que es considerada un antecedente importante del grafiti latinoamericano:

Pared blanca papel de necios

5
Se trata de dos conventos ubicado en el estado mexicano de Michoacán. Tzintzuntzan
fue la ciudad más importante del imperio purépecha, y está ubicado junto a la Laguna
de Michoacán.
CAPÍTULO VI . EL GRAFITI LATINOAMERICANO. ENTRE LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO ARRASADO...
B
241

Se han encontrado, además, más de 500 inscripciones realizadas en el


Morro (Golfo de California) y en Nuevo México; muchos de ellos expresan
claramente una finalidad económica y política en formas poéticas:

Pasó por aquí el adelantado Don Juan Ornate del descubrimiento de


la Mar del Sur a 16 de abril de 1605. Yo, el Capitán General del Rey
de Nuestro Señor para la Provincia de Nuevo México, he pasado por
aquí al regreso de los pueblos de Zuni, el día 29 de julio del año
1620, habiéndolos dejado en paz a su humilde petición de convertirse
en vasallos de su Majestad y prometiéndole obediencia.

Como lo señala Álvarez (2009, p. 108), resulta interesante destacar que


la finalidad de estos grafitis perpetrados por los colonizadores no consistía
únicamente en fijar una nueva adjudicación de derechos sobre tierras o
personas, sino también destacar la información en lugares visibles para el
conocimiento público. Esta forma de imposición, por supuesto, obtuvo su
resistencia por parte del pueblo latinoamericano: ellos encontraron en los
muros de América el espacio para narrar su propia perspectiva de los hechos.
Como se describe en el trabajo de Álvarez (2009, p. 109):

Profusión de letreros anónimos se plasmaron en las puertas y paredes


de las ciudades coloniales criticando a los nobles y virreyes,
acusándolos de abuso de poder (…). En las mismas fechas que los
conquistadores inscribían las hazañas en las piedras y en los árboles
del camino, los pintores indígenas o tlacuilos (muchos anónimos y
algunos conocidos como los hermanos Juan y Miguel González)
ilustraban crudamente los «Episodios de la Conquista de México»
(1698) en enormes biombos de hasta 24 hojas (…)

El poema de 1528, Los últimos días del sitio de Tenochitlán, dice:

Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,


Y era nuestra herencia una red de agujeros.
[…]
Se nos puso precio.
Precio del joven, del sacerdote,
del niño y de la doncella.
242 MARÍA LOBO

Basta: de un pobre era el precio


solo dos puñados de maíz.

Esa impronta de denuncia callejera, que emerge con la Conquista en


América Latina, se extenderá durante los siglos siguientes. Ya en el XX se
inician registros fotográficos, entre los que destacan los de P. Flores Pérez,
que ilustra la invasión norteamericana en el puerto de Veracruz. Así, se llegó
a las obras monumentales de las pirámides en 1920 y al muralismo mexicano
que se expandió a partir de los años 60. Hacia la segunda mitad del siglo, las
imágenes aludieron al rescate del pasado precolombino y a la opresión de las
clases obreras y campesinas y se sintetizaron en rápidos letreros a manos de
la cultura popular y de los estudiantes universitarios (Álvarez, 2009, p. 104).
Los antecedentes del grafiti en tanto expresión de resistencia no terminan
allí: según el trabajo de Álvarez, fue David Alfaro Siqueiros6 quien en 1932 les
enseñó a los chicanos y a los argentinos el uso de la técnica del aerosol en la
pared, que él denominaba como «gráfica funcional revolucionaria para países
sometidos a la dictadura política». El siglo XX ve entonces una revigorización
de los impactos intervencionistas, heredados de sus predecesores, y lo hacen
con recursos como el humor, el sarcasmo, la burla cínica.
Por otra parte, todas estas expresiones del pueblo latinoamericano
prehispánico han sido clasificados de una manera similar a la forma en que
hoy pueden considerarse para agrupar al arte callejero. Según Álvarez (2009,
p. 105), los textos aztecas se dividían en cantos guerreros (yaocuícatl), cantos
a los dioses (teocuícatl), cantos a las flores (xochuícatl), y cantos filosóficos o
íntimos (icnocuítcatl). La poesía inca, en tanto, también tenía un esquema de

6
David Alfaro Siqueiros fue un pintor y mexicano que, junto a Diego Rivera y a José
Clemente Orozco, es considerado uno de los referentes del movimiento del muralismo
mexicano, aquel movimiento artístico de principios del siglo XX que, luego de la Primera
Guerra Mundial y la Gran Depresión, proponía una revolución social, política y
económica. Este movimiento avanzó por Latinoamérica bajo el impulso del problema
agrario, la protesta por el inicio de la expansión imperialista de Estados Unidos y el
triunfo ideológico de la Revolución Bolchevique. La escuela del muralismo contribuyó
a la ejecución de un mural de 800 metros (el más largo del mundo). En la realización
de esta obra, llevada a cabo entre 1976 y 1980, participaron 51 artistas y 250
expresidiarios latinos en USA. Véase Álvarez, M.A. (2009): «Del códice a la calle. El
caso del grafiti latinoamericano», en Revista Estudios, vol. 88, pp. 99-120, D.F: Instituto
Tecnológico Autónomo de México.
CAPÍTULO VI . EL GRAFITI LATINOAMERICANO. ENTRE LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO ARRASADO...
B
243

divisiones; la civilización maya organizó sus textos entre aquellos inspirados


en los sacerdotes por la divinidad y aquellos elaborados por los mercaderes.
Si se atiende a una tipificación actual del grafiti latinoamericano –que señala
tipos políticos, informativos, sexuales, de exaltación de derechos–, es posible
establecer en este punto otra relación que vincula a las pintadas callejeras
con las expresiones de resistencia de las civilizaciones arrasadas por la
Conquista.
De esta manera, de acuerdo a estos estudios culturales7, la herencia
étnica es un componente social de mucho peso en el mundo del grafiti; se
trata de una modalidad denunciativa que inició su autotransformación durante
la Conquista, respondió a las contingencias políticas de la Colonia y estas
bases fueron las que incorporó el muralismo en la centuria siguiente a las
guerras de independencia, hasta ocupar los muros que atraviesan la
contemporaneidad (Álvarez, 2009, p. 115).

El grafiti en tanto práctica discursiva: dimensiones de análisis


Más allá de los antecedentes en tiempos remotos o actuales, Gándara
(2002) señala que el grafiti ha trascendido como una práctica discursiva que
se caracteriza por elegir como soporte una superficie que no está destinada a
ello. Así, tanto género y retomando aquí los aportes de Gándara (2002, pp.
37-42), es posible establecer algunas dimensiones para analizar las particula-
ridades del grafiti urbano:
 En una primera dimensión, los grafitis se clasifican en relación a su
contenido temático. En este sentido, presentan tópicos recurrentes que
permiten definir subgéneros: propaganda política, expresiones de tipo
identitario como aquellos que referencias a bandas de rock o equipos de
fútbol. Otros grafitis abordan temáticas vinculadas a los sentimientos, y
también existen corpus cuyas temáticas centrales giran en torno a
cuestiones de sexo.
· También es posible clasificar a los grafitis en relación al estilo verbal
implementado. Como primer rasgo estilístico, se señala que el grafiti está

7
Los estudios de Álvarez se inscriben en otras teorías sobre los orígenes del grafiti,
como la expresada en el libro «Spectacular Vernacular: Hip Hop and the politics of
posmodernism, de Russell Potter.
244 MARÍA LOBO

condenado a la brevedad, porque el espacio en el que el mensaje se


despliega es limitado, y porque el destinatario suele ser alguien que no se
detiene frente al espacio (Gándara, 2002, p. 39). Es decir que la mayor
particularidad del estilo del grafiti son la economía de recursos y la síntesis;
a partir de esto, los escritores de pintadas callejeras suelen desplegar
diversas estrategias creativas cuyo objetivo es maximizar el poder de la
palabra en un espacio acotado y para un lector que se dispone solo de
manera circunstancial.
 Otra de las particularidades del grafiti en cuanto al estilo verbal es su
relación con la lengua oral. A la par de la concisión, el uso de expresiones
coloquiales le permite al autor del grafiti potenciar la significación e
interpelar a los destinatarios, propiciando procesos de identificación a
partir de expresiones que son más propias de lo coloquial.
 En cuanto a la estructura, el grafiti incluye un encabezamiento, un cuerpo
de mensaje y una firma; sin embargo, en infinidad de casos alguna de
estas tres instancias se encuentra elidida, por lo que el lector debe restituir
los elementos constitutivos de la estructura típica del género y de esa
manera aventurar hipótesis que les permitan completar la martriz
discursiva. (Gándara, 2009, p. 40).

Son estas particularidades, precisamente, las que expresan un carácter


alternativo de las prácticas de grafiti: a diferencia de otras formas expresivas,
se trata de un texto que exige una participación por parte de los interlocutores.
En esencia, el destinatario que en otros tipos de textos puede permanecer
pasivo, pierde esa condición estática cuando se enfrenta a una pintada callejera.
El grafiti lo interpela. Se trata de textos que activan a los lectores, y en ese
sentido, constituyen una forma que rompe el esquema de comunicación
tradicional. Altera las paredes de las urbes no solo a partir de una técnica que
irrumpe para cuestionar los modos de organización de las ciudades, sino
también a través de discursos vedados por disposiciones hegemónicas, y que
encuentran en las calles un único espacio para ser expresados.

A modo de cierre
En tanto prácticas que se articulan en el campo tensivo de la cultura, en
su relación conflictiva con el espacio físico de las ciudades o en su discurso
político contrahegemónico, las pintadas callejeras representan una de las
CAPÍTULO VI . EL GRAFITI LATINOAMERICANO. ENTRE LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO ARRASADO...
B
245

formas expresivas que permiten visibilizar el discurso de la Comunicación


Alternativa. Aunque el término grafiti esté asociado en mucho con las
manifestaciones políticas del Mayo Francés del 68 o a la intervención callejera
de ciertas minorías de la sociedad norteamericana de los años 70, hemos
dado cuenta en este trabajo que el grafiti tiene raíces culturales –profundas y
significativas– en las sociedades prehispánicas de América Latina. Frente al
avance impiadoso de la Conquista, las calles y paredes de ciudades arrasadas
se convirtieron en un espacio para la denuncia, la subversión, la alteración
del exterminio que acontecía. En los muros de la América Latina de la
Conquista, luego en las Colonias, y más tarde frente a las dictaduras, las
voces silenciadas se expresaron para discutir los procesos políticos de
hegemonía.
De los ensayos callejeros que narran y dan cuenta del proceso iniciado
con la Conquista, el grafiti ha tomado algunas características que le permiten
sostenerse hoy como una manifestación contrahegemónica. Interviene sin
permiso en las calles alterando lo instituido, denuncia los entramados
materiales y simbólicos que habitan en las ciudades. Para ello, utiliza la
brevedad y las lenguas coloquiales; interpela al espectador para completar
los sentidos; rompe modelos de comunicación estáticos.
Finalmente, es posible pensar que la dimensión alternativa de las prácticas
de grafiti no se encuentra solamente en el uso de un determinado soporte o la
construcción política contrahegemónica de sus discursos. En tanto práctica
emergente de un proceso devastador para las raíces latinoamericanas, la
resistencia quedó plasmada en su esencia misma. Así, las pintadas callejeras
deberían recordarnos a cada paso, en cada ciudad, cómo fue que estas
246 MARÍA LOBO

Bibliografía

prácticas nacieron. Deberíamos Entel, A. (1994): Teorías de la comunicación,


recordar, entonces, que alguna vez Buenos Aires: Fundación Universidad
Hernandarias.
fueron el canto de un pueblo
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Caro y Cuervo.
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Barcelona: Península.
247

ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE


COMUNICACIÓN ALTERNATIVA
Capítulo De la radio a la escuela.
VII Voluntariado con el Centro Cultural
«Mate Cocido»

Mikaela Domínguez
Santiago Romero1

De la Radio a la Escuela es un proyecto de Voluntariado Universitario de


la Cátedra Comunicación Radiofónica/Alternativa en articulación con el Centro
de Trabajo Popular Mate Cocido, ubicado en el barrio ATE de San Miguel de
Tucumán. El Voluntariado está formado por estudiantes de Ciencias de la
Comunicación y muy recientemente se incorporaron estudiantes de otras
carreras de la Facultad de Filosofía y Letras. De la Radio a la Escuela busca
involucrar a niños, niñas y adolescentes de escuelas cercanas a la organización
Mate Cocido, al mundo y al lenguaje radiofónico para el tratamiento y
tramitación de temas y problemas propios de la comunidad en la cual está
inserta la escuela a la que concurren. Este objetivo se trabaja en la propia
escuela mediante talleres de capacitación, pero también en la FM del Mate, la
radio del Centro Cultural Mate Cocido.
El Voluntariado nació el año 2012 como proyecto de extensión desde la
concepción de enseñanza/aprendizaje que interpela acerca de las condiciones
de producción de prácticas transformadoras de la realidad en la cual están
insertos los alumnos que concurren a las escuelas de los barrios que
circunscriben al centro comunitario. Se trabajó en un inicio con la escuela
primaria «Para la Vida» y la escuela secundaria «Presidente Perón». La
modalidad consistió fundamentalmente en talleres donde las problemáticas
de niños, niñas y adolescentes tomaban cuerpo mediante el lenguaje
radiofónico para trabajar formatos que combinaban los elementos del lenguaje

1
Ayudantes Estudiantiles de Comunicación Radiofónica y Comunicación Alternativa
Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT.
248 MIKAELA DOMÍNGUEZ, SANTIAGO ROMERO

radiofónico para un decir que entretenga y a la vez interpele. Se tomó en


cuenta la experiencia de Judith Gerbaldo, quien en el texto Radio Feroz expresa:

En contextos de alta vulnerabilidad social la radio puede ser una


aliada sin igual para promover intereses, despertar inquietudes y
vocaciones, generar nuevos aprendizajes y un sentido de pertenencia
social que siempre apunta a fortalecer la identidad personal y
colectiva. Es un error bastante difundido, cuando menos en la
práctica, creer que la radio escolar sólo existe para los alumnos:
existe para toda la comunidad educativa, porque implica una
enseñanza colectiva. La educación tiene por finalidad la socialización
de los educandos, su preparación para la vida como personas
responsables, autónomas y libres en un medio social y cultural, la
radio puede cooperar a ese objetivo. (2007, p.16)

La primera Radio Abierta se realizó en la Escuela de Nivel Medio Presidente


Perón. Se trabajó con el 4to. año de Humanidades. Luego se amplió al 5to.
año de Humanidades y esta vez se incorporó el proyecto en la materia EDI,
con acompañamiento de la docente encargada de la misma. Todos los temas
abordados se relacionaron con los derechos de niños, niñas y adolescentes.
La Radio abierta fue el fruto de los talleres previos que se realizaban en
coordinación con la Escuela, el Centro Cultural y los estudiantes de
Comunicación. Su estructura y organización se tomó de los aportes de Romina
Argote al plantear que

Las radios abiertas tienen como elemento común la utilización del


espacio público, las plazas céntricas y barriales, la peatonal de la
ciudad y algunas veredas significativas son zonas habitualmente
elegidas; aunque existen experiencias realizadas en el interior de las
instituciones. La opción por estos espacios de libre tránsito genera –
además de una escucha colectiva– una visibilidad social que reconoce
a los responsables de la actividad como grupo organizado. (2012, p.
24)

En el año 2015 se dio el ingreso notable al Voluntariado de 25 estudiantes


de la Carrera de Ciencias de la Comunicación. En esa oportunidad el trabajo
se centró en la Escuela Mutual Policial con talleres donde los protagonistas
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DE LA RADIO A... 249

eran niños y niñas del nivel primario. Se realizaron tres radios abiertas en el
patio de la escuela y con presencia de los padres de los niños.

Por qué articular con Mate Cocido


El trabajo surge ante un requerimiento concreto del Centro Popular Mate
Cocido, que buscaba profundizar la producción y propuestas de proyectos
comunicacionales. El Centro de Trabajo Popular surge en el año 1998 y en
2010 logran concretar la salida al aire de la radio comunitaria FM Del Mate.
Sin embargo, el colectivo encontraba limitaciones para establecer
programaciones a largo plazo en la que participen los vecinos del barrio. Con
la figura del Voluntariado Universitario que relaciona el campo académico
con el de la sociedad y fundamentalmente con sus organizaciones sociales,
Mate Cocido pudo delimitar su campo de acción y relacionar directamente su
radio con el campo escolar siendo los estudiantes de Comunicación el eje
articulador a través de problemáticas que respondan a los derechos de niños,
niñas y adolescentes.
El Centro Cultural Mate Cocido se encuentra ubicado en la zona sudoeste
de San Miguel de Tucumán. En su zona de influencia se encuentran las
Escuelas Primarias: «Escuela para la Vida» y la «Escuela Mutual Policial», y
una Secundaria, «Presidente Perón». Esta comunidad se caracteriza por un
alto grado de Necesidades Básicas Insatisfechas, provocando que algunos
jóvenes no estén contenidos en el sistema educativo y familiar, exponiéndose
a la deserción escolar, violencia familiar, explotación laboral infantil,
problemáticas con la ley penal, bajo autoestima, adicciones, embarazo
adolescente, entre otros.
Esta dura problemática se agrava porque en los medios de comunicación
prevalecen las representaciones negativas de las comunidades alejadas de la
conglomeración, dejando de lado los proyectos re-valorativos de identidad e
inclusión social. Al mencionar algunos barrios, como el ATE, los servicios de
comunicación audiovisual sólo exhiben noticias relacionadas con hechos
delictivos (por ejemplo, los asaltos de la línea 12) El centro de trabajo popular
Mate Cocido, que está trabajando hace 20 años buscando reforzar y mejorar
las situaciones de los actores sociales de su comunidad, considera importante
el trabajo comunicacional a través de los talleres y articulación de su propio
250 MIKAELA DOMÍNGUEZ, SANTIAGO ROMERO

medio con la comunidad del barrio.


En ese sentido resultan fundamentales los procesos comunicacionales
que Mate Cocido realiza con la comunidad a través de talleres audiovisuales
y de radio ya que los jóvenes pueden producir sus propios contenidos y hablar
de su comunidad desde una perspectiva alejada a la hegemónica, expresando
sus vivencias personales. Desde el proyecto «De La Radio a la Escuela», se
intenta reafirmar la voz e identidad de los adolescentes para así plantear su
propia visión de la comunidad y de su experiencia como jóvenes.
Como lo expresa UNICEF y la Defensoría del Público

«La niñez y una franja significativa de la adolescencia no poseen la


oportunidad y los recursos organizativos para intervenir en la vida
pública; además, por lo común, no son tomados en cuenta a la hora
de hacer aportes a la sociedad a la que pertenecen, inclusive en los
temas que más estrechamente les conciernen».

Por ello mismo, para el Voluntariado resultó importante la sanción de la


Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la Ley de Protección de los
Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes para pensar en los jóvenes y sus
derechos en la comunicación desde el mismo trabajo territorial y articulado
del campo académico y el campo social.
Generalmente se observa que las programaciones de los medios
audiovisuales de mayor alcance estigmatizan y estereotipan a los niños, niñas
y adolescentes vulnerando así sus derechos. Saintout (2009) hace un
interesante análisis de las categorías de jóvenes que se forman en los medios
de comunicación reconociendo tres tipos:
 Los exitosos, casi ángeles, construcción ligada al joven consumidor,
jóvenes de una clase social determinada, jóvenes de publicidades, que
responden a los estándares de bellezas mundializados, en cuales sus
conflictos cotidianos aparecen contextualizar los entornos políticos y
sociales. Son jóvenes exitosos, modelo de comportamiento para sus pares,
con acciones adultas.
 Los desinteresados. Los perdidos. Se dice que nada les interesa, ni mucho
menos lo que interesó a generaciones anteriores –la política, la solidaridad,
la transformación del mundo–, son presentados como apático, individua-
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DE LA RADIO A... 251

listas, entregados a los instintos animales y distanciados de problemáticas


sociales.
 Los peligrosos. Los Desangelados. Son quienes, generalmente, aparecen
con mayor presencia en los medios de comunicación. Estos jóvenes son
presentados como personas que no tienen nada que perder y por lo tanto,
son incontrolablemente peligrosos para el bienestar de la sociedad. Son
lo podrido de la comunidad, aquello que hay que extirpar del espacio
común. En sectores de San Miguel, como el Barrio ATE, donde hay un
índice importante de infracciones a la ley penal, estos jóvenes,
categorizados como los peligrosos, son los que prevalecen en los medios
de comunicación.

A fines del año 2012, la Agencia de Noticias sobre Infancias de Tucumán


Argentina (ANITA) relevó 870 noticias relacionadas a infancia y adolescencia
de la prensa gráfica online de Tucumán y concluyó que

«En cuanto a tópicos a los que se relaciona con las infancias, que
permiten una entrada discursivas y una manifestación de las
representaciones de los sujetos infantiles, se registra que del total de
publicaciones monitoreadas, Violencia y Educación –en ese orden–
fueron los temas que más notas reúnen: 449 notas, es decir, el 51%
del total. Violencia, como significante abierto y flexible que permitió
hacer referencia a distintos tipos de fenómenos y diversas maneras
de caracterizar la conducta, la palabra y el lugar de la niñez en la
sociedad. A su vez, Violencia insume más del doble de notas que
Educación (323 contra 126)».

A través de este ejemplo, tratamos de expresar que en nuestra provincia


se produce una visibilización de la adolescencia como lo negativo.
El objetivo de De la Radio a la Escuela es fomentar la participación de
jóvenes en medios de comunicación, enmarcados en un centro comunitario
para que los niños, niñas y adolescentes ejerzan su derecho a la libertad de
expresión y participación ciudadana, propios de una democracia comunicativa.
Además, se busca que los mismos puedan forjar sus propios discursos
identitarios alejados de los imaginarios sociales y tópicos con los que se
relacionan a la adolescencia e infancia en los medios de comunicación masiva.
Hay dos principales espacios de incidencia que De la Radio a la Escuela
252 MIKAELA DOMÍNGUEZ, SANTIAGO ROMERO

busca tener. El primero es en el Centro de Trabajo Popular Mate Cocido. Allí


se brinda, como ya se mencionó, diferentes talleres murga, teatro, comuni-
cación audiovisual, música, entre otros. La radio del Mate Cocido es un actor
clave en el barrio. El Voluntariado busca que niños, niñas y adolescentes
puedan acercarse a la radio y apropiarse de ella a través de la producción de
contenidos, como de su consumo. Por otro lado, trabajar sobre los derechos
humanos en la escuela brinda herramienta para que estudiantes y docentes
puedan forjar proyectos radiofónicos con enfoque de derecho dentro de las
instituciones, fomentando el trabajo radial en las aulas. Se eligió principalmente
el formato «Radio Abierta» porque permite que esos procesos se visibilicen y
tengan alcance en la comunidad escolar de forma inmediata.
Las escuelas con las que se trabaja no disponen de un gabinete, ni mucho
menos de una licencia de radio escolar. Ésta elección se realizó como si no
existiese otra opción, pero terminó configurándose como un eje fundamental
de encuentro con la comunidad, con los diferentes miembros de las
instituciones escolares, con las organizaciones sociales del barrio, los familiares
y vecinos.
Bien señala Argote (2013) que un espacio privado se encuentra cerrado,
limitado y prohibido para una mayoría, el uso y la pertenencia es sólo para
determinadas personas. Lo público representa el libre acceso, permitiendo la
posibilidad de presenciar y evidenciar todo lo que en ese espacio ocurra sin
limitaciones. Lo público trasciende. Lo privado se esconde.
Reguillo (2000) señala que la negación del acceso al espacio público de
numerosos actores sociales trajo como primera consecuencia la separación
entre el mundo de lo público y lo privado, de lo exterior y lo interior. Lo exterior
como espacio de lo importante, de lo políticamente correcto.
Calleti (2002) también destaca la importancia del mismo espacio público
al advertir que a través de y su condición de visibilidad es donde la sociedad
se advierte a sí misma, donde los sujetos se construyen como sujetos políticos
en interacción.
Virginia Pérez explicita en su tesis de grado «Modos de gestión en un
centro de trabajo popular» (UNC) que

«Ser ciudadano se aprende, este aprendizaje es con y partir de otro,


CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DE LA RADIO A... 253

es decir nos constituimos ciudadanos en el marco de nuestro


desempeño en la esfera pública, donde nos reconocemos parte de
una sociedad asumiendo obligaciones y responsabilidades que ello
conlleva. «Y justamente en lo público es donde legitimamos nuestro
rol como comunicadores sociales, buscando potenciar la capacidad
de espacios como Mate Cocido para la consolidación de ciudadanía
plena y la democracia participativa, clave de este proceso»

Por otro lado, el espacio del Voluntariado De la Radio a la Escuela tiene


un gran impacto sobre los propios estudiantes universitarios que participan
de la práctica. En primera instancia, porque pocas materias de la carrera
brindan prácticas pedagógicas en espacios escolares y segundo por la
posibilidad de interrelacionar contenidos teóricos y prácticas en «territorio».
Es fundamental este punto, ya que las Cátedras de Comunicación Radiofónica
y Comunicación Alternativa consideran necesario que el aprendizaje se
componga de la teoría y práctica como dos puntas de la misma cuerda que no
pueden ir separadas. Las Prácticas de Extensión Universitaria tienen un
posicionamiento político de las Universidades de incidir en la sociedad, de
formar profesionales que se instauren y constituyan dentro de contextos
sociales (Gardella 2014). Aunque esta afirmación parezca muy obvia, en el
ámbito educativo no parece ser explícito. Frecuentemente las prácticas de
extensión suelen ser vista sólo como asistencialismo y solidaridad vaciados
de políticas universitarias en pos a los derechos de la comunidad. Es necesario
desvincular el antónimo teórico vs práctica. Se debe repensar las estrategias
de transitar la aprehensión de la currícula que define a uno como profesional.
Un profesional compuesto de teorías no está aislado, trabaja con personas,
con una sociedad. Desde nuestra carrera, la comunicación es un espacio de
producciones de sentidos transformadores. El sentido sólo lo puede otorgar
un contexto social. La práctica aislada como la teoría solitaria quedan pobres
en nuestro universo comunicacional.
Freire (1970) expresa que la educación se rehace constantemente en la
praxis, es decir en su práctica. «Para ser, tiene que estar siendo». La conciencia
y el mundo, diría Sartre, se dan al mismo tiempo. Es imposible concebir el
aprendizaje sin la práctica territorial.
Bajo la misma postura, el Voluntariado De la Radio a la Escuela, trabaja
254 MIKAELA DOMÍNGUEZ, SANTIAGO ROMERO

con la convicción de que el encuentro con la comunidad necesariamente


produce conocimiento en ambos actores (estudiantes universitarios y actores
sociales de contextos particulares). Bajo la perspectiva de Paula Freire todos
somos maestro y estudiantes.
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DE LA RADIO A... 255

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Gardella, M., (2013), Una investigación cios» en Revista Diálogos de la Comunica-
ineludible en la extensión: el contexto, en ción, FELAFACS.
Extensión Universitaria (Comp. Sangui- Saintout, F. (2009), Jóvenes el futuro llegó hace
netti/Pereyra), Córdoba, Edit. Brujas. rato, La Plata, Edit. UNLP.
256
257

Radiografías. Breve recorrido sobre el


quehacer radiofónico

Liz Antonella López


Andrea Vuoto1

El programa Radiografías es un espacio radiofónico cedido por Radio


Universidad a la Cátedra de Comunicación Radiofónica para la práctica de
futuros comunicadores que forjan su formación educativa en la Universidad
Nacional de Tucumán. Desde 2008, y gracias a este espacio, alumnos de la
carrera de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación lograron, «haciendo
radio», plasmar los contenidos teóricos de la materia e incorporar reflexiones
y problematizaciones de la realidad local. Así, en Radiografías convergen,
por un lado, el aprender a «hacer radio» y, por otro, la puesta en marcha de
cuestionamientos y debates sobre las temáticas abordadas.
Originado en el marco de la materia Comunicación Radiofónica, este
proyecto propone la realización en vivo de programas radiofónicos. Iniciado
hace más de una década, el proyecto fue modificándose con el paso del tiempo.
De ser una propuesta focalizada particularmente en los estudiantes de la
materia, que pretendía aportar experiencia a sus conocimientos académicos
a partir de la creación, producción y distribución de discursos radiofónicos y
la ejercitación tecnológica propia de área, el programa se convirtió en un
espacio híbrido y heterogéneo. En 2016, tras muchos años de trasmisión
ininterrumpida y gracias a los aportes del estudiantado de Ciencias de la
Comunicación, el programa se trasformó en un Proyecto de Extensión, abriendo
paso a la incorporación de alumnos de múltiples carreras y niveles
universitarios. Este avance concuerda con la concepción de la radio como un
«encuentro cultural» (Gardella, 2012, p. 6) a partir del cual todos creamos y

1
Licenciadas en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT. Coordinadoras del Programa
Radiografías como Capacitandas períodos 2015 y 2016.
258 LIZ ANTONELLA LÓPEZ, ANDREA VUOTO

nos transformamos como sujetos que escuchan y hacen radio a la misma vez.
Los objetivos que impulsan a Radiografías y su lógica de trabajo realzan
la esencia del programa: apertura, multiplicidad de voces, problematización
de conceptos, complejización de lo abordado y un aprender a «hacer radio»
extendido a todo aquellos que tienen algo para decir, enriqueciendo la práctica
con sus respectivas perspectivas.
La identidad que Radiografías modeló a través de los años junto con los
cambios que vieron progresar el proyecto, debe ser entendida a la luz de la
emisora. Radio Universidad Tucumán (94.7 FM), emisora de la Universidad
Nacional de Tucumán, cuenta con un gran reconocimiento tanto a nivel local
como nacional en la formación de una agenda periodística pluralista y demo-
crática. De este modo, la vocación de Radio Universidad motiva a Radiografías
a hacer uso de la práctica radiofónica para difundir ciencia, arte, cultura e
información, fundamentalmente de nuestra provincia, a través de análisis
críticos, opiniones y un compromiso auténtico con la realidad y las problemá-
ticas actuales. Así pues, entre el programa y el medio donde este se emite, se
establece un intercambio donde Radiografías no solo contribuye a los objetivos
de Radio Universidad aportando identidad al medio, sino donde también su
impronta se reelabora y perfecciona constantemente.
Asimismo, el perfil de Radiografías también está modelado gracias al
aporte de la cátedra de donde surge el proyecto y también desde el espacio de
Comunicación Alternativa, asignatura que por extensión brinda la cátedra.
Desde este lugar, los alumnos son motivados a «pensar y hacer radio», como
un quehacer diferenciado pero integral, trascendiendo al dispositivo mediático
e instrumental. Por otra parte, son impulsados a reflexionar sobre las
problemáticas actuales, especialmente aquellas invisibilizadas por el discurso
hegemónico de los medios. Estas finalidades confluyen en Radiografías e
invitan a los alumnos a la elección de temáticas que incitan al diálogo, el
intercambio y el debate; noticias que despiertan el interés de los ciudadanos
por el arte, la ciencia, la tecnología y la realidad de la que somos parte. Que
interpelan e invitan a la participación, el encuentro y la toma de posición
desde una concepción de lo político como amplio campo de disputas para
transformar realidades injustas.
De este modo, la concepción que se tiene sobre lo radiofónico abarca no
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. RADIOGRAFÍAS... 259

solo a los discursos que se producen dentro del medio sino también a aquellos
que escapan de él pero que funcionan también como parte de sus producciones
(Lobo, 2011, p. 201). Integra a los sentidos, interpelaciones, posiciones e
interpretaciones de los escuchas, al conjunto de fenómenos propios de la vida
meta discursiva y social de los oyentes.
En el mismo sentido, el perfil de Radiografías y su razón de ser encuentran
conexión con lo planteado por Mario Kaplún en sus referencias a la radio
como instrumento de educación y cultura popular. Según este autor la radio
como instrumento de educación y como promotora de auténtico desarrollo
tiene una función social que cumplir, un aporte que hacer frente a las
necesidades de la sociedad de la que somos parte y a la que nos dirigimos De
este modo, Radiografías en su perseguido fin de transmitir valores, elevar el
nivel de conciencia, estimular la reflexión y convertir a cada oyente en agente
activo de la transformación de su medio social, trasciende lo comunicativo y
se constituye en un espacio donde lo radiofónico se nutre con lo pedagógico.
Prosiguiendo con la descripción del espacio radial, el proyecto universitario
cuenta con la contribución de coordinadores y tutores2, que promueven la
organización de los grupos de trabajo, la enseñanza sobre los aspectos técnicos
involucrados a la radio, la pre-producción de los programas, la producción en
piso y la realización de devoluciones semanales como parte de la post-
producción. Por su lado, la participación de los alumnos en el Proyecto de
Extensión no se limita a hablar frente a un micrófono; la radio es un experiencia
donde los sentidos, la música, las palabras y el silencio protagonizan la disputa
por el sentido de lo dicho, motivo por lo cual Radiografías implica un complejo
conjunto de tareas que incluyen el armado de guiones, la selección de
temáticas, la fundamentación de los contenidos elegidos para abordar, la
elaboración de debates, la realización de informes y entrevistas, la elección de
la musicalización y los efectos de sonido, como así también el análisis final
del programa de donde surgen ideas, sugerencias y motivaciones nuevas en
busca de la mejora permanente del quehacer radiofónico.

2
La coordinación es tarea fundamentalmente de quienes acceden al Programa de Inicio
a la Docencia. Se destaca el aporte invalorable de Anabel Palma, Pablo Pérez, Mirta
Peralta, Oscar Avellaneda, Natalia Gómez Fara, las autoras de este trabajo y
actualmente Alejandra Mamaní Hinojosa y Celeste Espeche Ocaranza.
260 LIZ ANTONELLA LÓPEZ, ANDREA VUOTO

No obstante, es la pre-producción, lienzo donde se imprime el discurso


radiofónico y los significados, connotaciones y sensaciones del enunciador,
como lo expresa Haye (2005), el punto en el que queremos detenernos. Desde
la coordinación del equipo de Radiografías, tarea que realizamos quienes
escribimos este artículo, hacemos énfasis en el trabajo previo a la emisión en
vivo ya que es la instancia, creativa, estratégica y audaz, donde se genera «el
decir» (Pansarasa, 2006, p. 222) conjugando elementos de manera tal que se
logre el significado que se desea comunicar. Entendiendo que el discurso
radiofónico se gesta entre enunciador y enunciatario, seguimos la línea de
José Luis Fernández (2008) quien considera que el punto de partida de la
relación discursiva está en la programación. Desde su perspectiva los modos
de enunciación tienen una doble finalidad; constituyen el origen y lo que
determina a lo construido entre locutor y radioescucha.
Sumado a esto y teniendo en cuenta el propósito de la cátedra de dar voz
a lo alternativo, este momento adquiere más relevancia. La elaboración de
guiones, la realización de entrevistas a personas con aportes valiosos, la forma
en la que nos posicionamos frente a las noticias, lo que decimos y no decimos,
son aspectos de imprescindible atención cuando se busca un posicionamiento
alternativo que se enfrente a las ideas y concepciones que difunden los medios
hegemónicos. Esto se debe a que el lugar que se toma no debe ser sólo
conceptual sino también debe plasmarse en modalidades, géneros, formatos
y estrategias discursivas; en las formas de ser y hacer radio (Ammann, Da
Porta, p. 27).
La persecución de la mencionada postura resulta muchas veces una
tarea compleja ya que implica «pensar radio» y no reducirnos a estructurar el
programa en base a noticias triviales ni a tratar superficialmente las temáticas
elegidas; lograr un discurso alternativo es un desafío para todos, es tomar
una posición y disputarle el poder de dominar la realidad a los discursos que
nos plantean los medios dominantes (Ammann, Da Porta, p.42).
Desde la coordinación estimulamos la realización de guiones donde se
haga explícita la fundamentación de las temáticas elegidas como una forma
de incitar la reflexión y toma de posición y que esto, en un segundo momento,
se haga notorio «en vivo». En pocos párrafos solicitamos a los alumnos que
expliquen la postura que van a tener en el programa con respecto al eje temático
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. RADIOGRAFÍAS... 261

elegido, la importancia de lo que se va a tratar, los aportes que significan su


puesta en discusión, el público al que se pretende dirigir, entre otras.
Así, algunas de las temáticas que los alumnos abordaron en este último
tiempo, y que dejan entrever la total libertad de los estudiantes a la hora de
elegirlas, fueron la diversidad sexual, el abuso de poder, las migraciones, las
adicciones y arte, así como la comunicación de noticias propias del ambiente
universitario. No obstante la variedad y amplitud que caracterizan a los
abordajes, encuentran su punto de conexión en la identidad de Radiografías;
perfil que estructura la multiplicidad y diferencia en la idea de la radio como
función social y hecho cultural que, al producir discursos, lee y escribe cultura
como lo sostiene Williams (1982).
Se hace evidente, en nuestro espacio de práctica, que el dispositivo
tecnológico no es el único elemento que marca lo radiofónico; por el contrario,
la radio es un medio complejo que, apropiándose de un soporte material,
construye experiencias discursivas, socialización, cristalización y modos de
ver la realidad. A la hora de «hacer», la radio es un artefacto técnico, formatos,
mezcla de códigos, normas y criterios de producción. En el momento de «pensar»
es oralidad, espacio de identidad, una historia de saberes y usos, sujetos en
vinculación, palimpsesto en el que se anudan, al decir de Mata (1998), variadas
escrituras y lecturas de la vida social.
En estas líneas nos propusimos describir el programa Radiografías,
resaltar sus aspectos más significativos y los objetivos que impulsan al proyecto.
Valorar su identidad y reconocer su mutación y perfeccionamiento a lo largo
del tiempo, que con el aporte actual que ofrecen de alumnos de otras carreras
de la Universidad Nacional de Tucumán, se enriquecerá en el intercambio de
ideas, conceptos y perspectivas. Asimismo, y a modo de conclusión,
aprovechamos para resaltar al espacio de Radiografías como fuente inagotable
de crecimiento académico y personal para los estudiantes universitarios que
piensan, hacen y sienten radio; experiencia que para muchos implica descubrir,
programa tras programa, la magia de este medio tecnológico, material, cultural
y simbólico.
262 LIZ ANTONELLA LÓPEZ, ANDREA VUOTO

Bibliografía

Ammann, B., Da Porta, E. (2008), Rutas Lobo, M. (2011), «Escuchar a nuestras ra-
alternativas de la comunicación, Córdoba, dios: un camino hacia nuestras socieda-
Ferreyra. des» en Cartografías regionales: de qué
Gardella, M. (2012), «La Radio como prác- hablan nuestras radios (Comp. Susana
tica comunicativa», en Prácticas y saberes Sanguinetti), Córdoba, Copy-rápido.
de Comunicación Radiofónica (Comp. M. Mata, M. C. (1998), «Saber sobre la Radio»
Gardella), Tucumán: Departamento de en Revista Signo y Pensamiento, Colom-
Publicaciones, Facultad de Filosofía y bia.
Letras, Universidad Nacional de Tucu- Pansarasa, R. (2006), «Producción en radio:
mán. una experiencia creativa» en Vocación de
Haye, R. (1995), Hacia una nueva Radio, radio (Comp. Susana Sanguinetti), Cór-
Buenos Aires, Paidós. doba, ECI-UNC .
263

Contrapunto: razones de su surgimiento,


recorridos, re-significación de sus prácticas

Mariana Rodríguez Fuentes1

Los orígenes de Contrapunto están marcados por una necesidad y un


deseo colectivo:

«Se muestra latente la necesidad de crear un medio diferente, con el


objetivo de llegar a un amplio campo de lectores dispuestos a ver
más allá de lo que se les muestra. Esto ligado a la idea de crear una
conciencia crítica en ellos y en nosotros, y de no quedarnos en un
solo análisis de la información, sino buscar otras miradas, otras
salidas»2.

Así lo indicaba el volante de presentación del primer número impreso de


Contrapunto, lanzado en diciembre del 2007. Allí, el grupo expresa la necesidad
provincial de leer y producir otras noticias; se definen a sí mismos como «un
medio de contrainformación que se plante frente al discurso hegemónico,
para cambiar el concepto de comunicación que se encuentra en la actualidad
absolutamente vaciado.»3
Este primer número, identificado como «número 0», es la expresión más
concreta de la prioridad en los objetivos iniciales del grupo: un medio vinculado
a los movimientos organizados y en lucha, tanto es así que esta edición de

1
Extracto del Trabajo de Tesina de Grado de la Lic. en Ciencias de la Comunicación
FFyL-UNT (2017) La relación entre organizaciones sociales/medios alternativos: tensiones
que configuran el vínculo. El caso Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita/Contrapunto»
donde la autora registra la creación y los inicios de la Revista Contrapunto.
2
Volante de presentación de la Revista «Contrapunto Nº 0» – material de archivo,
diciembre 2007
3
Texto Editorial Revista ContraPunto Nº 0 – material de archivo, diciembre de 2007.
264 MARIANA RODRÍGUEZ FUENTES

Contrapunto es una carta de presentación casi exclusivamente pensada para


las organizaciones que consideraban afines a sus objetivos y que además,
venían trabajando temáticas que ContraPunto como medio luego abordaría
con especificidad en sus áreas, como Género, Universidad, Medio Ambiente,
Pueblos Originarios, etc.
ContraPunto se inició siendo un grupo de alrededor de 12 personas al
momento de su primera edición. Estuvo conformado por jóvenes que
pertenecían a distintas carreras de la Universidad Nacional de Tucumán,
algunos estaban vinculados movimientos universitarios, como el MUCyT en
la Facultad de Filosofía y Letras y El Andamio en la Facultad de Arquitectura,
otros se reconocían como estudiantes independientes.
La idea de un medio alternativo se concretó a lo largo de reuniones de
formación y debate durante el 2007, en las que tuvieron mucha influencia las
sugerencias y recomendaciones brindadas por integrantes de ANRed,4 que se
acercaron a este grupo en formación que luego sería Contrapunto.
Hacia fines del 2007, con el número 0 en las calles, en Contrapunto se
había dado el debate interno sobre construirse como un medio alternativo y
se habían alcanzado acuerdos sobre algunos aspectos que definirían a la
organización ideológicamente (anticapitalistas y antiburocráticos) y
organizativamente (horizontalidad, estructura por áreas, mapeo de
organizaciones ordenado en anillos de relaciones)5.

La organización por dentro


La estructura interna de ContraPunto se mantuvo durante sus años de
actividad y respondía a un rasgo distintivo de los medios comunitarios,
alternativos y populares; era una organización horizontal, en donde había
roles y responsabilidades en las áreas de trabajo compartidas y las decisiones
se tomaban a través del consenso. Se procuraba realizar uno o dos plenarios

4
La Agencia de Noticias Red Acción –ANRed– fue creada en la ciudad de Bs As en 1994
con el objetivo de «crear una red comunitaria de noticias que contribuyera a la
recomposición del tejido social y batallara contra la fragmentación de las organizaciones
populares» (Vinelli y Rodríguez Esperón, 2004, p. 157) Actualmente difunde sus noticias
en el portal www.anred.org
5
Entrevista a Santiago Camuña, integrante fundador de Contrapunto, material de
archivo, septiembre 2015.
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. CONTRAPUNTO... 265

al año, en donde se debatían acciones y pautas de trabajo a largo plazo.


Se podría decir que las tareas de los integrantes de CP estaban organizadas
en tres grandes responsabilidades: actualización de la página web (contenido),
cobertura y actualización en las áreas temáticas para desarrollar los impresos
y participación en la Red Nacional de Medios Alternativos6.
La asignación de áreas temáticas era a elección de cada persona que
decidía tomarla, «primero cuando hacemos el mapeo general hay espacios
que salían como claros, como Pueblos Originarios, Derechos Humanos…
estaban ahí, había que tratarlos pero estaban dentro de un área; pero también
se conocían experiencias de otros medios alternativos, entonces eso también
nos ayudó a abrir la óptica para meter ciertas áreas como la de Género, por
ejemplo», explica Betania Álvarez Araoz.7
Una característica organizativa que tendrá mucha influencia en el posterior
desarrollo del colectivo fueron los anillos de relaciones por áreas temáticas.
Esta dinámica consistía, primero en realizar un mapeo general y amplio de
todas las organizaciones sociales, partidos, fundaciones y movimientos que
existían en Tucumán y además trabajaran en las áreas temáticas que el medio
se proponía cubrir (como Trabajadores, Derechos Humanos, Ambiental,
Pueblos Originarios); una vez presentado el panorama, se buscaba caracterizar
a cada uno de esos actores para buscar los grados de afinidad que podría
haber en relación a Contrapunto.
Así, se iban ordenando jerárquicamente en tres niveles distintos dentro
de los anillos a las organizaciones más y menos afines. Una apreciación que
será desarrollada más adelante, fue la permanente presencia de la Unión de
los Pueblos de la Nación Diaguita dentro de las organizaciones que componían
el área de Pueblos Originarios.

6
La Red Nacional de Medios Alternativos se define como «un espacio político amplio de
articulación, organización, debate y acción, en el que, en forma individual y/o colectiva,
desarrollamos comunicación alternativa, comunitaria y popular» (www.rnma.org). La
red es de Argentina y entre sus principales acciones se destaca su participación en el
reclamo por reconocer y caracterizar a los medios CAP en el contenido de la nueva ley
de medios 26.522. Contrapunto ingresó a la RNMA en julio de 2009.
7
Entrevista a Betania Álvarez Araoz, integrante fundadora de Contrapunto, material de
archivo, septiembre 2015.
266 MARIANA RODRÍGUEZ FUENTES

El vínculo con las organizaciones sociales


Casi por definición, los medios alternativos establecen una relación distinta
a los medios hegemónicos con las organizaciones sociales. Poner el énfasis
comunicacional desde abajo ha sido una característica propia de los medios
Comunitarios, Alternativos y Populares en América Latina, y en la historia de
ContraPunto esto no ha sido una excepción. Desde los orígenes de Contrapunto
vincularse con los sectores en lucha ha sido un objetivo:

«Nos proponemos la publicación de un periódico (…) que entienda la


comunicación como una herramienta para la transformación social,
fortaleciendo los espacios populares, ayudando a la difusión de sus
actividades (…) intentando que los movimientos sociales se apropien
de esta herramienta y la hagan crecer»8.

Siguiendo los aportes teóricos de Vinelli y Rodríguez Esperón en relación


a la contrainformación, podríamos decir que, si bien el vínculo con las
organizaciones sociales no es algo que defina en sí mismo a la comunicación
contrainformativa, «las prácticas alternativas, contrainformacionales, u
oposicionales –en términos de Raymond Williams– que se enmarcan en un
proyecto de cambio social, definen su agenda de acuerdo a los objetivos políticos
del grupo que integran» (Vinelli y Rodríguez Esperón, 2004, p.15)
En su acercamiento y trabajo con las organizaciones, Contrapunto también
intentaba producir una agenda propia que respondiera a los intereses y
problemáticas de las organizaciones y que escapara de las lógicas dominantes
de las agendas hegemónicas.
El interés en acercarse y representar a los sectores populares y en pensar
al medio como una herramienta más que aporte en el plano de la lucha
ideológica impulsó a que los primeros pasos de ContraPunto como medio sea
presentarse a las organizaciones sociales de Tucumán al momento de su
lanzamiento en 2008.
Eligieron hacerlo a través de una conferencia de prensa, lanzando el
impreso nº0; un periódico en blanco y negro, en formato tabloide de dieciséis
páginas que contenía entrevistas a militantes de organizaciones locales

8
Volante de presentación de «Contrapunto nº 0», material de archivo, diciembre 2007.
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. CONTRAPUNTO... 267

ambientalistas, de derechos humanos, sindicales, de género, estudiantiles y


de pueblos originarios.

«Las expectativas al principio eran bastante amplias porque sentíamos


que les estábamos dando la oportunidad de que ellos encuentren en
CP un altavoz para todo lo que querían decir y que no podían tener
en los medios comunes (…) no queríamos que sea el típico vinculo
del periodista con la fuente, de sólo pasar información, sino que nos
hagan participes del día a día de la organización».9

El contacto con las organizaciones cercanas, si bien se lo hacía desde el


colectivo ContraPunto, lo sostenían las personas encargadas de cada área
temática. Esto imprimía un toque personal a la relación con las organizaciones
y el afianzamiento del vínculo dependía en gran medida del seguimiento y
constancia que cada uno tenía con las organizaciones.
Se podría decir que el vínculo que ContraPunto pensó para con las
organizaciones parecía algo idealista cuando las relaciones empezaron a
activarse en la comunicación. Sin embargo, «pudo afianzarse en cierta medida,
con límites claros, que dependían más de relaciones que establecían militantes
concretos que relaciones orgánicas»10.

ContraPunto más allá del periodismo


Los objetivos de ContraPunto no se limitaban solo a lo comunicacional,
sino que pensaban otras instancias de intercambio y formación con otros
actores sociales. Con las organizaciones, siempre se persiguió el objetivo de
aportar ayuda a los movimientos sociales para que puedan conformar grupos
de prensa y difusión propios.
Algunos ejemplos que podemos mencionar son un taller de elaboración
de comunicados para miembros de la UNPD11 en abril del año 2011 y con
jóvenes de la comunidad India de Quilmes y de Amaicha del Valle, en

9
Entrevista a Betania Álvarez Araoz, integrante fundadora de Contrapunto, material de
archivo, septiembre 2015.
10
Lorenzo Pisarello, S. (2015) Tesina de grado «La construcción de la agenda de noticias
en los medios de comunicación alternativos. El caso ContraPunto», Tucumán.
11
Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita.
268 MARIANA RODRÍGUEZ FUENTES

articulación con ANDHES12, donde ContraPunto dictó un taller de seis


encuentros durante junio y julio del 2012.
ContraPunto también participó durante tres años consecutivos (2011 a
2013) de un espacio creado por la Cátedra de Comunicación Alternativa de la
Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UNT, cuyo objetivo era incluir a
organizaciones que lleven adelante prácticas de comunicación comunitaria,
alternativa o popular y que puedan integrar temporalmente a estudiantes
que estén cursando la materia en sus prácticas cotidianas de comunicación.
La propuesta de ContraPunto a la cátedra de Comunicación Alternativa
fue puliéndose con los años, pero básicamente siempre consistió en compartir
con los estudiantes que se acercaban características y modos de
funcionamiento interno del grupo, bases de la comunicación alternativa con
las que se trabajaba y acompañarlos en la elección y producción de una nota
elaborada por ellos mismos que posteriormente podía publicarse en la página
web de ContraPunto.

12
Abogados y Abogadas del NOA en Derechos Humanos y Estudios Sociales. ANDHES
es una organización no gubernamental (ONG), sin fines de lucro que trabaja con total
independencia de partidos políticos e instituciones religiosas. Su misión es contribuir
a un cambio social basado en la vigencia de los derechos humanos y la democratización
de las relaciones sociales, a través de la educación y defensa de estos derechos y la
incidencia en las políticas públicas. (extraído de www.andhes.org.ar)
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. CONTRAPUNTO... 269

Bibliografía

Ammann, B. y Da Porta, E. (2008): Rutas Vinelli, N. y Rodríguez Esperón, C. (2007):


alternativas de la comunicación. Procesos de Contrainformación, Buenos Aires, Edit.
significación social, ideología y poder. Peña Lillo.
Buenos Aires, Edit. Ferreyra.
270
271

La Palta: una experiencia en


comunicación popular que crece

La Palta

La Palta Comunicación Popular es un colectivo que nace y se consolida


como proyecto comunicacional alternativo y auto-gestionado en el año 2010.
El punto de encuentro fue una práctica de la materia «Comunicación
Radiofónica» y a partir de esta experiencia, y su continuidad en la materia
«Comunicación Alternativa, surgió la necesidad de continuar trabajando en
una propuesta que dé cuenta de esas historias que no tenían lugar en la
mayoría de los medios. Con el proyecto de instalar una radio comunitaria, las
limitaciones no tardaron en hacerse presente. Las nuevas tecnologías nos
permitieron generar un blog donde escribir sobre esas historias que nos
atravesaban.
En el camino de convertirnos en una página web se presentaron nuevos
desafíos. La primera articulación en la que La Palta participó fue con la
Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán. La propuesta confluyó en la publicación de
El Diario del Juicio - Tucumán, un proyecto de Extensión Universitaria de la
que también participa la Facultad de Filosofía y Letras. Esta experiencia y la
integración en la Mesa de apoyo a la Causa Ismael Lucena permitió a La Palta
constituirse como un referente de las temáticas vinculadas a derechos humanos
y violencia institucional.
A lo largo de los últimos siete años, el proyecto fue ampliando su posicio-
namiento en otros ejes temáticos. Así, a los vinculados a la promoción, defensa
y difusión de los derechos humanos y la violencia institucional, se sumaron
las luchas sociales y las organizaciones populares. Este posicionamiento se
hizo evidente no solo en el crecimiento en número de lectores sino también en
las relaciones con diferentes organizaciones sociales de la provincia que no
272 LA PALTA

solo nos consultan como medio de comunicación, sino que también nos
convocan para articular acciones.
Ser tenidos en cuenta como fuente, cosa que ocurrió en los últimos años,
significó y significa un mayor compromiso con la calidad de las producciones
que publicamos. Algunos medios nacionales utilizan datos ya sea de nuestra
página o nuestras redes o nos consultan a la hora de mostrar lo que ocurre en
la provincia. Además, muchas de nuestras notas fueron replicadas en su
integridad. Esto último muestra a las claras que el proyecto periodístico, todavía
en crecimiento, se ha convertido en un medio que visibiliza temáticas y
vulneraciones a los derechos que ocurren principalmente en la nuestra
provincia.
El contexto de la concentración de los medios de comunicación en nuestro
país ha sido ampliamente estudiada pero poco difundida: generalmente se
trata de los mismos dueños que están ramificados en todas las hileras
productivas en casi la totalidad de las industrias consideradas, particularmente
los casos de Clarín y Telefónica se destacan como grupos dominantes.
En el caso de la provincia, donde se desarrolla nuestro proyecto, el
panorama no es en absoluto diferente. Con la presencia de un único diario
impreso de tirada provincial (y alcance regional), solo dos canales televisivos
de aire (uno de los cuales cuenta con directivos que representan al gobierno
provincial) y pocas radios de gran alcance, la agenda mediática carece de
variedad.
Si la concentración de cualquier actividad en pocas manos reduce la
diversidad, erosiona la innovación y empobrece la dinámica de ese sector, en
los medios de comunicación se afecta, además, un derecho fundamental. Los
medios son los que vertebran en buena medida las noticias y las concepciones
que la población construye sobre su vida cotidiana. Sobre esta premisa, las
constituciones modernas y los tratados de derechos humanos han alertado
acerca de la necesidad de promover el pluralismo. En este sentido,
consideramos que nuestra tarea como medio de comunicación popular toma
vital importancia no solo respecto a la diversidad de temas que se tratan sino
también a la libertad y profundidad con la que estos se abordan.
El crecimiento de este proyecto implicó también la incorporación de nuevas
personas al equipo de La Palta. Los aportes de otros comunicadores,
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. LA PALTA... 273

estudiantes y profesionales han permitido incorporar el área de fotografía y


producción audiovisual. Teniendo en claro que los equipos de trabajo son
dinámicos, realizamos un una fuerte tarea de cohesión interna. Las reuniones
semanales son las oportunidades para organizar, rever las prioridades y discutir
las perspectivas a la hora de encarar las notas o las producciones tanto sonoras
como audiovisuales. También han ido surgiendo nuevas líneas de trabajo,
como ser el dictado de talleres y la organización de seminarios, uno de ellos
dictado por el periodista y escritor argentino Cristian Alarcón.
Muy de a poco, La Palta se posicionó como el único medio periodístico de
la provincia que publica con periodicidad coberturas completas de juicios de
delitos de lesa humanidad, temática que recibe cada vez menos atención de
los medios tradicionales. Este trabajo recibió el reconocimiento no solamente
de lectores y de los organismos de derechos humanos sino también el respaldo
de la Secretaría de Extensión Universitaria. Fue de esta manera que La Palta
fue invitada a participar con una muestra fotográfica sobre el juicio Operativo
Independencia en la Bienal Sur de Arte Contemporáneo que se realizó en
diciembre de 2017 en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán.
El año 2018 significó un punto de inflexión en la historia de este colectivo
auto-gestionado y compuesto, en su mayoría, por egresados y estudiantes de
la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UNT. En marzo de este año,
y por un mes, La Palta expuso en el Centro Cultural Virla una muestra multipla-
taforma con material fotográfico, escritos, sonoro y audiovisual llamada Diario
de la Memoria. En este espacio se recopiló el material documentado a lo largo
de la cobertura de la «Megacausa» Operativo Independencia, el registro sonoro
de ocho años de trabajo y producciones inéditas realizadas especialmente
para esta muestra. La misma contó con la curaduría de Julio Pantoja, foto-
documentalista de renombre internacional, y con la participación en un espacio
de radio abierta en las instalaciones del Centro Cultural de referentes de los
Organismos de Derechos Humanos, artistas y especialistas en los ejes de
literatura, música, periodismo, teatro; tópicos que fueron puestos en diálogo
como espacios de resistencia durante y después de la última dictadura cívico
militar.
Todas estas experiencias ponen al colectivo ante nuevos desafíos que
van más allá de sostener la calidad y el compromiso alcanzados. Cubrir con el
274 LA PALTA

mismo nivel de periodicidad las otras temáticas sobre las que La Palta trabaja
es uno los principales objetivos fijados para, de este modo, romper el cerco
informativo generado por la concentración de medios de comunicación.
La Palta colabora con el Foro Argentino de Radios Comunitarias, FARCO,
con el Diario del Juicio - Tucumán y con Cosecha Roja, la red de periodistas
judiciales de Latinoamérica. Los desafíos en cuanto al sostenimiento económico
de un medio de comunicación popular se hacen presentes en el devenir diario.
Buscando sostener el espacio y a la vez configurarse como una fuente laboral,
La Palta Comunicación Popular se ha constituido como Cooperativa de Trabajo,
donde se entiende a la comunicación como un derecho.
275

DIARIO DEL JUICIO TUCUMÁN.


Articulación de las Cátedras Comunicación
Alternativa, Comunicación Radiofónica, Fotografía y
Periodismo con la Agrupación H.I.J.O.S Tucumán y
el Colectivo de Comunicación Popular La Palta

Diario del Juicio

Breve historización y marco referencial


La práctica El Diario del Juicio surge a partir de un pedido de la Agrupación
H.I.J.O.S. Tucumán1 para colaborar en la comunicación de todo lo relacionado
al VI Juicio de Lesa Humanidad Jefatura II Arsenales II llamado «Megacausa»
por la cantidad de imputados y víctimas. El pedido anclaba en el trabajo que
hacía la Agrupación para «sacar el juicio a la calle», es decir, involucrar a toda
la comunidad más allá de familiares, amigos y conocidos de las víctimas del
terrorismo de estado.
El Juicio se inició en Noviembre de 2012 y la convocatoria a los estudiantes
se hizo en 2013 enmarcada en el Centro de Producción Radiofónica creado
por la cátedra Comunicación Radiofónica, con el objetivo de producir informes
en audio para subirlos al blog. Esto surgió de las primeras reuniones conjuntas
entre representantes de H.I.J.O.S. (Natalia2 y Carolina), de La Palta (Gabriela)
y del Centro (Pablo). Allí se definió además que se incorporaran las cátedras
de Periodismo y Fotografía y se definió el formato/contenidos del Blog. El 12
de Noviembre se inició el Juicio y el 4 de Diciembre ya estaba el Blog en
público. Se acordó además que pudiera ser sostenido por artículos y fotografías

1
La Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán se configura en los 90 y adquiere relevancia nacional
cuando en 1998 se realiza en Tucumán el 3er. Encuentro Nacional de la Agrupación.
En la provincia gobernaba Antonio Domingo Bussi quien a pesar de ser el mayor
responsable de los crímenes de lesa humanidad, había sido elegido por el voto
democrático de la sociedad tucumana. Para profundizar ver Todos somos hijos de la
misma historia Gardella (2016, p.110)).
2
Natalia Ariñez, una de las impulsoras del Diario del Juicio, falleció en un accidente
automovilístico junto a Marianella Triunfetti y Alejandra Wurschmidt mientras se
sustanciaba el Juicio Operativo Independencia en 2016.
276 DIARIO DEL JUICIO

aportados por los profesores hasta tanto se concretara la incorporación de los


estudiantes; esto se materializó tras la convocatoria de inicio de ciclo académico
2013.
A partir de allí se sucedieron una serie de Juicios de Lesa Humanidad
más pequeños hasta llegar a 2016, cuando se sustanció el Juicio Operativo
Independencia. Este último, más allá de constituir también una «Megacausa»
por la cantidad de casos e imputados, tenía dos características fundamentales:
el plan sistemático de detención y exterminio de personas que se implementó
fue anterior al golpe de estado de 1976 y la mayoría de las víctimas habitaba
en las localidades del interior de Tucumán.
El análisis y reflexión sobre estas experiencias se plasmaron en dos libros
compilados por Tina Gardella: Todos somos hijos de la misma historia. Juicio
Jefatura II Arsenales II (2016) y Escritos de la Memoria. Juicio Operativo
Independencia (2018), ambos editados por el Departamento Publicaciones de
la Facultad de Filosofía y Letras UNT3.
Más allá de las particularidades propias de cada uno de la Juicios en
tanto hechos, casos, imputados, víctimas y afectados, es decir, protocolos
jurídicos punitivos propios del derecho, se destaca en Todos somos hijos de la
misma historia. Juicio Jefatura II Arsenales II (2016) tres ejes temáticos
transversales:
 La constitución de los estudiantes de comunicación, integrantes de la
Agrupación H.I.J.O.S y del Colectivo La Palta, como actores socio políticos
y culturales en tanto su rol excede al desarrollo de habilidades y
capacidades disciplinares para situarse como ciudadanos comprometidos
con los derechos humanos y por mayor justicia en la comunidad en la
que están insertos.
 La configuración de la escena del juicio –todas y cada una de las
audiencias– en su dimensión histórica-política más que filosófica-jurídica
en tanto trasciende lo inherente a todo juicio para constituirse en espacio
de reflexión para el conjunto de la sociedad tucumana acerca de cómo y
por qué pasó lo que pasó.

3
Ambos con participación de los estudiantes integrantes del trabajo que participaron
no sólo con la escritura de los textos sino inclusive en la producción de prólogos,
fotografías y diseño de tapa.
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DIARIO DEL... 277

 Las estrategias comunicativas para la producción de las crónicas,


entrevistas y noticias desde una perspectiva de comunicación para el
cambio social y político que promueve y es garantía de creatividad y
transformación en la vida de nuestras comunidades, tomando al Blog
creado al efecto como un dispositivo comunicativo para cierta pedagogía
de la memoria.

En tanto en el texto Escritos de la Memoria, Juicio Operativo Independencia


(2018) se presentan las siguientes particularidades sobre la base conceptual
y relacional ya establecida en el anterior libro:
 Los textos son una recopilación de las crónicas que se escribieron en
relación a las audiencias y fueron agrupadas por localidad, dando cuenta
de la pertenencia de las víctimas a una comunidad geopolítica y territorial
más que al Centro Clandestino de Detención y Tortura donde pudo haber
estado.
 Para cada capítulo que comprende una comunidad fueron convocados
diferentes prologuistas. Esta diversidad no obstruye el anclaje relacional
con las características de las audiencias que dieron cuenta de esa
determinada comunidad.
 Cada capítulo, desde las particularidades del abordaje, es además una
mirada interna de relación en tanto dialoga con todos y cada uno de los
participantes de la articulación: estudiantes de comunicación, letras e
historia, integrantes de la Agrupación H.I.J.O.S. y del colectivo La Palta.

Logros, continuidades y desafíos


Algunos de los logros alcanzados como proceso continuo que se enriquece
y se resignifica son:
 La intensidad de experiencias y vivencias compartidas en la articulación
con una Agrupación de Derechos Humanos como H.I.J.O.S., con marcas
identitarias desde lo ideológico-político y con prácticas de comunicación
propias como el escrache4 que por primera vez se planteaba en la provincia
construir otro tipo de formas organizacionales de lucha.

4
Actividad que consiste en señalar la casa o el lugar de trabajo de algún integrante de
las fuerzas de seguridad o algún civil que haya estado involucrado en los crímenes del
terrorismo de estado y que por distintas razones se encuentre en la libertad. Fue
ideado por la Agrupación H.I.J.O.S. como respuesta colectiva ante la imposibilidad
judicial producto de las Leyes de la Impunidad.
278 DIARIO DEL JUICIO

 La posibilidad de asistir, conocer y ser parte de la «escena del juicio»5 de


los estudiantes involucrados para escuchar testimonios de interpelación
a la condición humana.
 La apertura de otros mundos posibles para trabajar profesionalmente la
comunicación a través de los ejes historia/memoria/comunicación.
 La incorporación de estudiantes de otras carreras de la Facultad de
Filosofía y Letras, como Letras e Historia, para el trabajo del Juicio Opera-
tivo Independencia.
 El contacto con periodistas de diferentes medios y sus prácticas profesio-
nales en relación a las rutinas informativas en general y a la problemática
particular de los DD.HH.
 La incorporación de periodistas a la estructura organizativa del Diario
del Juicio en la instancia del Operativo Independencia.
 El haber podido sostener y enriquecer durante varios años al Blog con
producciones propias.
 La producción y entrega de una edición impresa para el día de la sentencia
de la «Megacausa» Jefatura II – Arsenales II y la participación en actividades
de difusión para la asistencia a la sentencia del Juicio Operativo Indepen-
dencia
 El contar con un espacio de práctica comunicativa que canalice problemá-
ticas personales relacionadas (Integrantes con abuelo desparecido, o histo-
rias escuchadas por vecinos de lugares del interior donde hubo CCD, o
incluso con familiares militares y/o policías que también comentaron
historias…)
 La conformación de un grupo/equipo con interés de profundizar en la
problemática comunicacional de la memoria a través de trabajos de tesis
y/o investigación en relación a Memoria/Comunicación.
 El reconocimiento de la Facultad no solo al tener el proyecto aprobado
por el Consejo, sino por haber enviado al TOF una nota de agradecimiento
por la disposición a facilitar la participación de los estudiantes.
 La producción de dos libros de análisis y reflexión que articulan dialécti-
camente las tensiones del trabajo de poner «el juicio en la calle» hacia la

5
El concepto es de Silvia Delfino (2005) investigadora del campo de DD HH en general
y de los Juicios de Lesa Humanidad en particular (UBA-UNLP). La expresión refiere al
carácter perfomativo de los Juicios más allá de los rituales jurídicos que excede el
mero carácter punitorio del mismo.
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DIARIO DEL... 279

comunidad y hacia el propio grupo de trabajo.


 La presentación del Libro Operativo Independencia en la 44º Feria del
Libro en Buenos Aires con la presencia de integrantes del Diario del
Juicio (estudiantes, representantes de H.I.J.O.S. y periodistas que también
trabajaron con los escritos)

Problemáticas
 Los tiempos académicos, los tiempos de las organizaciones sociales y los
tiempos jurídicos propios de la actividad que se compartía. Tiempos no
solo simbólicos en cuanto a lo que representaban sino incluso desde su
misma materialidad para cumplimentarlos. Diferentes en su concepción
y en su resolución.
 El proceso que supuso apropiarse del juicio y del espacio destinado a
periodistas que causaba cierta inhibición en un comienzo y que, si bien
fue algo superado, demoró la inicial producción del Blog.
 El hacer. Poder materializar en un audio lo que se había visto y escuchado.
No solo desde lo tecnológico sino desde lo discursivo en su anclaje
subjetivo.
 Lo ideológico, traducido en algunos integrantes como una cierta postura
de teoría de los dos demonios y que luego se fuera situando claramente
en el campo histórico de lucha en contra de la violación de derechos por
parte del estado.
 La coordinación para la entrega del material en tanto había una primera
lectura de coordinación y una segunda lectura (de H.I.J.O.S.) para recién
subir el material al blog.
 La falta de continuidad en las coberturas en relación a las pautas de
organización de las audiencias (sólo jueves y viernes, por la mañana y
por la tarde) ya que coincidía con clases/parciales, etc. y se dificultaba
elaborar propuestas alternativas.
 Problemas básicos de redacción, narración, géneros, formatos, edición,
etc. no resueltos desde materias de primer año que dan por sabido algunos
temas y por conocido algunos otros pero que en la práctica resultan un
interrogante permanente.
 La falta de reflexión cultural-política de la sociedad en su conjunto acerca
de los años de terror que dificultan la contextualización necesaria para
abordar profesionalmente la producción de material de esta índole.
280 DIARIO DEL JUICIO

Perspectivas
El equipo se consolidó dispuesto a recambios con otros estudiantes que
quieran incorporarse. Es complejo y dudoso el panorama sobre el futuro de
los juicios de lesa humanidad en Tucumán6. Pero el Diario del Juicio se propone
otras producciones de carácter audiovisual con anclaje en los Juicios, pero
no necesariamente en lo que respecta al recinto judicial.
La participación en congresos, foros o encuentros relacionados a la
problemática se fue intensificando juicio tras juicio. De igual manera la
producción de material audiovisual a través del colectivo La Palta.
Sin embargo, aún es incipiente la relación del trabajo de los estudiantes
en el Diario del Juicio con producciones académicas de investigación y/o
extensión.

6
Panorama explicado por el Fiscal Federal Pablo Camuñas en la actividad desarrollada
por ANDHES «Pensar los juicios. Logros y desafíos en el contexto actual» el 23 de Marzo
de 2018 en la Facultad de Filosofía y Letras.
CAPÍTULO VII. ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DIARIO DEL... 281

Bibliografía

Delfino, S. (2007): La relación entre lenguaje Gardella, M. (comp.) (2016): Todos somos
y acción en las escenas de juicios contra geno- hijos de la misma historia, Tucumán,
cidas en Argentina, Rosario, VII Congre- Departamento de Publicaciones, Facul-
so Nacional y II Congreso Internacional tad de Filosofía y Letras, Universidad
de la Asociación Argentina de Semió- Nacional de Tucumán.
tica. Gardella, M. (2018): Escritos de la Memoria.
Focault, M. (1983): La verdad y las formas Operativo Independencia, Tucumán, De-
jurídicas, México, Gedisa. partamento de Publicaciones, Facultad
de Filosofía y Letras, Universidad Na-
cional de Tucumán.
282
283

COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES
Anexo ENTRE LA COMUNICACIÓN CON
I IDENTIDAD Y LA COMUNITARIA

Liliana Lizondo1

La complejidad que implica adentrarnos en el estudio de un tipo de


comunicación cuyo horizonte es la emancipación mediada por la palabra, exige
un esfuerzo por hacer aportes teóricos en un campo que aún está en formación
y que, en la mayoría de los casos, no es considerado como tal en los espacios
académicos. Por otra parte, significa poder conjugar los saberes que las propias
organizaciones sociales generaron para llevar adelante esas prácticas
emancipadoras, con los saberes que nacen a partir de reflexiones teóricas propias
de espacios universitarios. La producción de conocimiento desde sectores que
aspiran a la libertad, corre el riesgo de ser considerado como marginal por las
corrientes de pensamiento hegemónicas. Si bien la Comunicación Comunitaria
Alternativa o Popular2 hoy es objeto de debates en espacios académicos e
institucionales dedicados a promover la comunidad a través de estas prácticas,
aún queda pendiente un verdadero reconocimiento de esas discusiones que
producen conocimientos desde prácticas políticas concretas.
Entendemos que abordar la CCAP se convierte en un desafío que demanda
del análisis de, al menos, dos aspectos claves: en primer lugar la contra hegemo-
nía, ya que, en su mayoría, los medios que se reconocen incluidos en la
CCAP, se identifican como opuestos a los medios hegemónicos; el segundo
aspecto es la falta de acuerdo que aún existe acerca de los modos de reconocerse
como CCAP.

1
Profesora Adjunta Residencia/Pasantía en el Ámbito de la Promoción Comunitaria de
la Licenciatura en Ciencias de la comunicación Sede Regional Tartagal de la Universidad
Nacional de Salta.
2
En adelante CCAP.
284 LILIANA LIZONDO

El primero se relaciona con la oposición al discurso dominante enarbolado


por los medios hegemónicos con el fin de recuperar la palabra. Esta
recuperación sólo puede tener lugar en medios que no posean una visión
mercantilista de la comunicación, medios con una propuesta liberadora que
restituya derechos negados y que consideren a la política como instrumento
que acerca a los derechos. Con claridad, Fasano (2016, p. 10) esboza una
definición que explicita la condición política que venimos refiriendo:

Desde nuestro ámbito, definimos a la comunicación comunitaria


como un enfoque de la comunicación social que busca fortalecer la
dimensión comunitaria de la vida social, es decir, ese lugar de la
vida social en el cual la identidad se define por la pertenencia a un
nosotros, que quiere decir un «nos-otros», es decir un sujeto que
incluye a otros para poder ser plenamente. Este solo movimiento
inclusivo y fortalecedor de la dimensión comunitaria de la vida social
tiene profundas consecuencias políticas que a veces no se manifiestan
en el corto plazo pero que suponen la paulatina emancipación de las
personas respecto de sus condiciones de sometimiento y dominación,
a través del ejercicio de prácticas de comunicación soberanas, que
responden a sus propias pautas culturales y no a los mandatos de
las grandes corporaciones mediáticas.

El segundo aspecto a tener en cuenta es que los estudios que se realizaron


sobre la CCAP no han logrado aún establecer caracteríticas que diferencien
claramente a las prácticas, por lo que continúa siendo el horizonte político el
que las define por antonomasia. Cabe aclarar que no es intención de este
texto establecer una diferenciación sobre el modo en que las prácticas de
comunicación liberadora prefieren denominarse, pues, afirmamos que no
existen acuerdos establecidos y se presentan muchas dificultades para
lograrlos. Vinelli (2014) asegura que por mucho que se escribió sobre este
tema, no se obtuvieron respuestas totalizadoras que conformen a quienes
generan prácticas y teorías sobre el tema. Afirma que sobre la alternatividad
existen «consensos generales» en los que podemos diferenciar, de modo general,
a las experiencias que podemos incluir o no en esta perspectiva y que se
asientan en «una tradición latinoamericana de la comunicación popular, y
que hoy nos permiten echar algo de luz sobre los debates que han acompañado
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 285

la sanción y posterior reglamentación de la Ley de Servicios de Comunicación


Audiovisual» (Vinelli, 2014).
Explicitadas las consideraciones básicas sobre la CCAP, resulta necesario
plantear el otro eje en el que se sostiene nuestro artículo. La pluralidad étnica
de nuestro país amerita que la comunicación indígena sea incluida en nuestras
agendas académicas, más aún cuando desde los pueblos originarios se sostiene
es un error considerar a la comunicación sólo desde la perspectiva moderna y
occidental. Estos debates cobraron más fuerza durante la discusión que generó
el proceso de aprobación de la Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audio-
visual, la comunicación con identidad emergió en ese momento con una fuerza
inusitada en Argentina y como categoría que nos invita a su consideración.

Para pensar la comunicación indígena


En relación con esta temática, en el campo de las investigaciones en
comunicación existe una carencia importante al momento de pretender
reflexionar sobre la comunicación en los pueblos originarios. Beltrán (2008)
da cuenta de esos vacíos cuando, al referirse a la indagación histórico-cultural
de los procesos comunicacionales propios de las civilizaciones que habitan el
continente antes de llegada de Cristóbal Colón, señala que las publicaciones
latinoamericanas evidencian una vacancia importante en el análisis de los
procesos de comunicación previos al surgimiento de los medios. En el mismo
texto, Beltrán asegura que a pesar de esas carencias se pueden reconocer
tipos generales de comunicación pre colombina: la oral, la escrita, la
iconográfica, la gesto-espacial o la espacial-monumental.
En el entramado complejo de esos sistemas de comunicación, no es posible
introducir las distinciones propias del mundo europeo que separan el espacio
público del espacio privado. Los pueblos prehispánicos interactuaban, en
principio, con el mundo natural religioso, que habilitaba ciertos regímenes de
enunciabilidad, en el seno de los cuales se articulaba la comunicación entre
individuos y se otorgaba visibilidad a los hechos colectivos. Beltrán continúa
y expresa que:

Así la comunicación tenía carácter público en la dimensión que fue


visible para todos –gobernantes y gobernados– y se hallaba mediada
286 LILIANA LIZONDO

por la concepción religiosa –mítica, aquella búsqueda de las causas


y los principios de las cosas en poderes divinos, extrahumanos, bajo
la predestinación y el inexorable cumplimiento del presagio o de la
adivinación previa (p. 79).

La comunicación modulaba un espacio comunitario de experiencias


religiosas, políticas y culturales, donde lo individual y lo colectivo encontraban
su conjugación. Ahora bien, sin creer que la escueta caracterización de las
formas de comunicación anteriormente mencionadas permite superar las
carencias en términos de investigaciones específicas, es preciso señalar –
aunque dar mínima cuenta de esto excede los límites de este trabajo– que la
conquista de América implicó una brutal discontinuidad en lo que respecta a
las formas comunicativas y la integración comunitaria de los pueblos
originarios. En esto creemos que radica la dificultad de echar mano de ese
pasado para comprender así el sentido que la comunicación con identidad
puede tener en nuestro presente.
La carencia que referimos no fue saldada luego de la aparición de las
mediaciones tecnológicas. Son, sin dudas, muchos más los estudios sobre
medios comunitarios que los que se hicieron sobre comunicación indígena.
De igual modo, podemos afirmar que el material existente coincide con la
necesidad de descolonizar la palabra, expresión que no genera contradicciones
con lo antes expuesto sobre CCAP. Consideramos que las formas en que los
pueblos originarios deciden definir la comunicación indígena contiene rasgos
que van más allá de lo mediático y que no podríamos abordar desde la mirada
occidental; pero sin embargo, cuando se configuran en el espacio de lo público
adquieren otras características.
Los inicios de los medios occidentales de gestión indígena no son diferentes
a los de los medios populares, ambas perspectivas de la comunicación
encuentras espacios y tiempo de entrecruzamiento que podrían llegar a
confundirnos de no existir la intención manifiesta por parte de los
comunicadores indígenas de diferenciarse de los medios enrolados en la CCAP.
En un trabajo de recuperación sobre las luchas de los pueblos indígenas y el
modo en que aparecen en la producción de medios masivos, Doyle (2012, p.
1) afirma que para analizar la apropiación que hacen las comunidades
indígenas de los medios masivos necesitamos volver a mirar la década del 50,
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 287

momento de fuerte actividad en los medios alternativos, muchos de ellos


vinculados con la Iglesia Católica. Esas experiencias, dice Doyle, se situaban
en espacios en los que sólo se hablaban los idiomas nativos, por lo que los
religiosos o los educadores debían aprender a hablar estas lenguas. En relación
con la autodenominación de los comunicadores afirma:

Se trataba, como decimos, de grupos cuya indigenidad se asumía


pero que, sin embargo, eran pensados y nombrados principalmente
como campesinos, mineros, parte de los sectores populares. Este
particular interjuego entre clivajes étnico y de clase nos remite,
nuevamente, al hecho de que la adscripción de diversos grupos,
prácticas o experiencias a la categoría de indígena se configura
histórica, procesual y relacionalmente en la articulación de
condiciones económicas, políticas y culturales (Doyle, 2012, p. 3).

En la comunicación con identidad, los objetivos y prácticas políticas


comparten características similares a la CCAP, por esto consideramos que se
deben revisar las posiciones teóricas sobre ambos temas, aunque hayamos
planteado como problemática la falta de producción teórica sobre las formas
de comunicación, mediada por la tecnología, de los pueblos originarios.
Resulta necesario a esta altura de trabajo abrevar en los textos generados
desde el Equipo de Comunicación Indígena. Allí establecen diferencias entre
las cosmovisiones occidental e indígena y refieren a las consecuencias de la
colonización. Afirman lo siguiente:

Los Pueblos Indígenas poseemos propios modos y formas de


comunicación que son una expresión de cosmovisiones diferentes a
la occidental, y que tienen características singulares: son horizontales,
no lucrativas, democráticas y explícitamente colectivas. Y esa
comunicación se sustenta necesariamente en la identidad indígena,
lo que la hace única e irrepetible.
Cuando el imperio español invade Indoamérica comete matanzas,
saqueos, robándose el oro, la plata, especies y, nos robaría también
a los pueblos originarios la palabra, la palabra pública. Imponiendo
el silencio, nos mandaron a callar, nos prohibieron hablar y nuestros
idiomas serían a partir de ese momento histórico clandestinos, solo
practicados en ámbitos muy cerrados.
288 LILIANA LIZONDO

Se rompió la relación que se establecía con todas las vidas de la


naturaleza, esa comunicación que sabe interpretar los mensajes de
cada ser que habita en nuestros territorios a partir de establecer
una propia forma de comunicación con lo que vemos y con lo que no
vemos, con lo que tocamos y lo que no.
La colonización continuaría con los modernos países que se
«independizaron» de las colonias pero a través de las armas se
impusieron constituciones, Leyes y religiones, idiomas, jurisdicciones
y escuelas; un sistema ajeno y diferente a la cosmovisión indígena.
La asimilación del indígena al ficticio «ser nacional» era por las buenas
o por las malas (Doyle, 2012, p. 6).

No quedan dudas sobre el horizonte político común que comparten la


comunicación con identidad y la CCAP; el modo colectivo de concebir la
producción, la horizontalidad y la ausencia de fines de lucro. Esta afirmación
no implica, de ninguna manera, pensar que las concepciones occidentales e
indígenas de la comunicación sean iguales, marcamos sólo los aspectos que
se presentan como compartidos.
En la Cumbre Mundial sobre Sociedad de la Información, celebrada en
Ginebra en diciembre de 2003, la mesa de pueblos originarios publicó un
documento sobre la comunicación indígena en la que la define como superadora
de lo mediático porque incluye la convivencia armónica con la naturaleza. La
Declaración expresa:

La comunicación es una práctica social cotidiana y milenaria de los


pueblos indígenas que es fundamental para la convivencia armónica
entre los seres humanos y la naturaleza. Para los pueblos indígenas
la comunicación es integral pues parte de una cosmovisión en la
cual todos los elementos de la vida y la naturaleza se hallan
permanente relacionados e influidos entre sí. Por esta razón la
comunicación tiene como fundamento una ética y una espiritualidad
en el que los contenidos, los sentimientos y los valores son esenciales
en la comunicación.

En lo temporal, también podemos referir la emergencia de los medios


indígenas con los de la CCAP en Argentina y Latinoamérica; ambos nacen con
el advenimiento de la democracia en la región. Desde aquella época son muchas
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 289

las organizaciones indígenas que generaron estrategias mediáticas para hacer


pública la demanda de derechos y para poner en cuestión a una Argentina,
supuestamente, «bajada de los barcos». La estrategia, en muchos casos, tuvo
la particularidad de no ser una realidad mediada por la mirada blanca, sino
una voz propia, descolonizadora y que como tal, implique una dimensión
pública de la comunicación indígena, mediada a través de la tecnología. Esta
emergencia de temáticas indígenas con voz propia en los medios, se carga de
un valor político similar al que mencionamos sobre la CCAP. No podemos
hacer abstracción de lo que significa para el espacio público poder escuchar
radios que se expresen en varios idiomas que hasta hace poco no eran
reconocidos; tampoco podemos dejar de considerar los contenidos a los que
refieren esos mensajes: la recurrencia al reclamo por la tierra, el cuidado del
medio ambiente, la educación intercultural bilingüe o la descolonización de la
enseñanza de la historia. Temáticas como el acceso a la tierra, el cuidado del
medio ambiente, el reclamo por una educación bilingüe e intercultural, la
resistencia indígena a la colonización expresados desde las propias lenguas
generan efectos de sentidos. Sobre este tema retomamos una publicación de
Huergo, Morawicki y Ferreyra (2005) en una experiencia de extensión realizada
desde la Universidad Nacional de La Plata, en la provincia de Formosa.
En el análisis de la experiencia, los autores advierten sobre los riesgos de
asumir la voz propia, porque hay que poner en común las particularidades o
gustos que pueden no ser puros. Aseguran que de los pueblos originarios se
espera que la palabra propia tenga vinculación con lo ancestral o con lo exótico,
es decir, que esté en sintonía con las representaciones que existen en el
imaginario social sobre el mundo indígena, y alentar las producciones que no
están relacionadas con esa perspectiva podría ayudar a desnaturalizar esas
imágenes. En relación a los espacios interculturales afirman:

Por lo demás, el diálogo intercultural puede comprenderse de dos


maneras. Una, como el espacio comunicacional en que la comunidad
habla y a la vez es hablada (Bajtín, 1981), y que es en esas formas de
hablar donde carga esas características configuradoras de lo global/
local. La otra, como proyecto político que hace posible la comprensión
y la transformación de un mundo común –en el sentido del diálogo
freireano (Freire, 1973)–, o la lectura/escritura del mundo, pero no
290 LILIANA LIZONDO

ya separando a las instituciones políticas formales (como los partidos


políticos) de las prácticas políticas culturales particulares (como las
formas de organización, circulación y distribución del poder en la
cultura aborigen, por ejemplo), sino comprendiéndolas como
articuladas4. Es decir, el diálogo intercultural es con unos sujetos
que no son simplemente «exóticos» por ser aborígenes, sino que
pertenecen a un ambiente cultural y político complejo. (p. 108)

Reflexionar a partir de una práctica política concreta, como es el caso de


FM Comunitaria La Voz Indígena3, requiere de una serie de conocimientos y
habilidades que permitan trascender el interés académico y que respondan,
además, a las interpelaciones del contexto. Que los comunicadores indígenas
hayan decidido definir a la comunicación como identidad, como la forma de
presentarse ante los demás prestadores de servicios de comunicación
audiovisual, implica un diálogo con estas formas de comunicación que, como
ya lo dijimos, comparte características comunes con la CCAP.

FM Comunitaria la voz indígena


Asumimos que todos los procesos de reivindicaciones que se generan
desde los diferentes espacios sociales, deben ser interpretados desde el contexto
en que emergen. En este sentido, debemos situar el nacimiento de FM
Comunitaria La Voz Indígena en el marco de los movimientos indigenistas del
continente que, desde principios de los ‘80, reclamaron el derecho a la
comunicación y se fueron apropiando de las tecnologías existentes para el
ejercicio del mismo. Ese momento marcó también un aumento en las demandas
de visibilidad de las comunidades indígenas, ya que no sólo se reclamaba la
tenencia de tierras, la educación intercultural, el respeto a las creencias, sino
también una legislación en la que los medios indígenas estén incluidos.
El colectivo de comunicación que hoy lleva adelante FM Comunitaria la
Voz Indígena, en 1998 estaba formado por comunidades aborígenes de todo
el Departamento General San Martín de la Provincia de Salta y ARETEDE. El

3
Radio que se emite en la ciudad de Tartagal (Salta). Su principal característica es el
modo de gestión ya que está administrada y conducida por miembros de los siete
pueblos originarios que habitan el departamento San Martín. La emisora está al aire
desde octubre de 2008.
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 291

objetivo fundacional de ese colectivo tenía como eje el efectivo ejercicio de los
derechos indígenas y el rescate de la memoria de la resistencia de las
poblaciones aborígenes de la zona. Las primeras actividades que impulsó,
estuvieron dedicadas a otorgar trascendencia pública a las demandas en
relación al derecho a la tierra. Posteriormente, asumió como eje central de
sus actividades la defensa de los derechos de las mujeres indígenas,
organizando los Encuentros de Mujeres Indígenas del Departamento San
Martín (realizados en forma continua entre 2000 y 2005), y en el marco de los
cuales se llegaron a movilizar dos mil mujeres de toda la provincia. La agenda
de los Encuentros contenía temas como derecho a la educación y la salud y la
denuncia del racismo al que son sometidas. Estas fueron las motivaciones
que dieron lugar, el 11 de octubre de 2008, al nacimiento de FM Comunitaria
La voz indígena en Tartagal, Salta.
La diversidad es un rasgo propio de la vida humana, reconocerla como
tal es una tarea que exige agudizar las formas de percepción y un profundo
ejercicio de descentramiento de nuestras perspectivas sociales, políticas y
culturales. Pero esos reconocimientos no se llevan a cabo en espacios
neutralizados de relaciones de poder, ni desprovistos de los sentidos que
producen los discursos. En ese sentido, una de las principales características
de la radio consiste en reflejar y dar desde la diversidad cultural y étnica del
colectivo que la constituye. Las heterogeneidades del territorio son audibles
en su discurso radiofónico. Se escuchan programas conducidos por
comunicadores guaraníes, wichís, tapietes, chanés, tobas, chorotes, o
chulupíes. Esto genera una trama compleja de formas del decir, del actuar y
del sentir difíciles de abordar desde una perspectiva analítica. Sin embargo, a
pesar de las diferencias la identidad indígena del medio se manifiesta como
resultado de un proceso muy dinámico de conjugación de las diferencias. El
carácter único, en el sentido de singularidad del medio, no hace homogénea
la diversidad bajo un discurso monológico, ni oculta el hecho de que cada
palabra que emite la radio pone de manifiesto la pertenencia a alguno de los
distintos pueblos indígenas.
Un segundo rasgo es la transversalidad que tiene la demanda de derechos
en toda la programación. En las doce horas diarias de programación podemos
escuchar spots y programas que informan sobre el derecho a la tierra, a la
292 LILIANA LIZONDO

identidad, a la diversidad sexual, a la educación bilingüe, a la comunicación


con identidad, a la no violencia contra las mujeres indígenas, a la no
discriminación o al cuidado del medio ambiente. En los últimos años se
incorporó la demanda de que Argentina se convierta en un Estado
Plurinacional. Pero esto también puede ser reconocido en la variedad de sus
formatos radiofónicos, que van desde el spot hasta los radioteatros.
Un tercer aspecto que atraviesa el medio, en todas sus dimensiones, es
la búsqueda constante por rememorar la resistencia indígena local a la
colonización del territorio. La historia oficial de la provincia de Salta no
incorporó lo que sucedió entre las márgenes de los ríos Bermejo y Pilcomayo,
y esa falta se advierte en todos los pueblos, siendo más aguda entre wichis y
tobas. La radio generó dos piezas radiofónicas con contenidos de la historia
indígena local. Nos referimos a «Calendario indígena» y al radioteatro «Las
voces del destierro». El primero, marca mes a mes las fechas de la resistencia
indígena comprendida entre el sur del Estado Plurinacional de Bolivia y el
norte de Argentina. En tanto, el radioteatro relata la resistencia de Camba,
cacique de la resistencia toba del Bermejo, que se enfrentó a los ejércitos de
Romero Victorica en 1884, durante la presidencia del General Roca.
Un cuarto elemento, es la concepción del medio radiofónico como espacio
de militancia. De esta manera se lo asume desde las comunidades indígenas,
el equipo técnico que acompaña y las organizaciones sociales o políticas que
forman parte de la programación. La militancia se traduce no sólo en el
sostenimiento diario de la radio en los aspectos que tienen que ver con lo
económico, sino también en las intervenciones en los conflictos locales que
afectan a las comunidades indígenas, como son, por ejemplo, los desalojos de
las tierras ocupadas. La radio es el espacio en el que se hacen públicos y se
denuncian los acontecimientos, pero en el territorio se acompaña con la
presencia física, más allá de la pertenencia étnica, se suman cuerpos y
voluntades a la resistencia ante los atropellos. Un ejemplo es lo que sucedió el
5 noviembre de 2014 con el desalojo de la comunidad de Km.5, El Quebracho
27.
Por último, identificamos como característica, la interacción que se
mantiene desde la emisora con colectivos de comunicación comunitaria e
indígenas. Tal es el caso de la emisión diaria de los informativos del Foro
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 293

Argentino de Radios Comunitarias, del Servicio de Comunicación Intercultural


SERVINDI o el informativo de América Indígena en Red, producido por la
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica.

La dimensión estética en La voz indígena


Recorrer el dial de la ciudad de Tartagal es suficiente para dimensionar
el significado que adquiere la dimensión estética en FM Comunitaria La Voz
Indígena. Si coincidimos con Haye (2006) en que a través de la estética se
potencia la capacidad expresiva de la radio, y en que la radio es capaz de
generar, desde su discurso, «obras de arte», tendremos que acordar, también,
con que este medio no deja al azar la forma en que se conjugarán los elementos
del lenguaje radiofónico. Pero yendo un poco más allá, nos encontramos con
que las consideraciones actuales de lo estético, al modo en que Ranciére
(2012) lo plantea, vuelven a recuperar su sentido originario, el de la aisthesis
griega, o sea el de la indagación acerca de los problemas propios de la
percepción. Ante el problema de la domesticación de la percepción en las
sociedades contemporáneas, se despierta el interés por reconocer experiencias
de la sensibilidad que irrumpan en el continuo que establece el régimen de
percepción estética. Dicho en otros términos, la estética radiofónica de La Voz
Indígena está compuesta por la creación de sonoridades que potencian la
capacidad expresiva, y que no reducen la experiencia de la escucha radiofónica
a la escucha de la voz humana. No se trata de buscar formas de engalanar o
de aproximar un mensaje hablado a la audiencia, sino que la invención sonora
produce quiebres perceptivos que tiene efectos tanto sobre los criollos como
sobre los indígenas.
Si bien no se cuenta con un estudio de audiencia, basta con la experiencia
de la escucha de la programación para dimensionar el carácter contrastante
que tiene en relación con el resto de las emisoras de la región. Aunque es
importante señalar que se produce un quiebre en relación a las percepciones
del propio paisaje sonoro de las comunidades indígenas. La operación técnica
aporta sonidos de la naturaleza, tal como se pueden escuchar en las
comunidades. Sin embargo, el dispositivo radiofónico no reproduce las
sonoridades de un espacio real, sino las de un espacio utópico, en el que no
existen los ruidos de las avionetas fumigadoras, ni los de las topadoras del
294 LILIANA LIZONDO

desmonte, ni las excavadoras que abren paso a los gasoductos. El espacio


está purgado de los sonidos de la racionalidad hostil de la explotación de los
recursos naturales. Pero también, en la estética de la radio conviven las
sonoridades de los paisajes disímiles en que cada comunidad lleva adelante
la vida cotidiana.
Nos encontramos así con tres elementos centrales de la producción estética
de este medio: no está subordinada al mensaje de la voz; no busca reproducir
la sonoridad de un espacio real, sino inventar un espacio sonoro todavía
posible; y crea la coexistencia de paisajes sonoros distantes y heterogéneos.
La apuesta política que se desprende de la interpelación a los regímenes
de percepción, a partir de la estética de los paisajes sonoros, se hace presente
también en la programación en general, pero sobre todo en los spots
institucionales. Los locutores y locutoras que tienen a su cargo la grabación
de los spots, especialmente los referidos a derechos, dan cuenta de las
diferencias fonéticas indígenas en sus expresiones, pero también del lugar
que los silencios ocupan en sus prácticas comunicativas. Así, las pausas
largas entre palabras podrían ser consideradas como baches, si el público al
que se dirigiesen estuviese compuesto exclusivamente por criollos, pero en
este espacio radial dichos silencios reflejan modalidades comunicativas propias
de las comunidades, conjugadas con música o efectos que recrean los sonidos
de las geografías que desean habitar. Recrean, reinventan los tiempos y
espacios de las comunidades, con mensajes que reivindican el ejercicio pleno
de los derechos y la identidad indígena.
Referimos a la identidad indígena, en términos de Barth (1976), porque
las invenciones radiofónicas buscan posicionar nuevas interacciones políticas
en las que se acepte la diversidad cultural que convive en la región, pero
dejando claro las posiciones respecto a, por ejemplo, la tierra, la memoria o el
medio ambiente. Como ejemplos, reproducimos algunos textos de los spots
de la radio que reafirman lo anterior:
 95.5, la voz indígena, voces de la resistencia.
 95.5, fuerza de la voz, fuerza de la tierra.
 Nosotros somos la flor de la tierra.
 Somos un grupo formado por distintas etnias que estamos luchando
para ser alguien en un mundo que pueda abrir la puerta para conocernos.
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 295

 Nuestros pueblos buscan en la madre naturaleza la sabiduría, nos pueden


destruir el cuerpo, matarnos pero no pueden quebrar nuestro espíritu de
lucha. Buscamos construir una nueva conciencia que incluya a los pueblos
indígenas uniendo el pensamiento y la acción.

La producción de los textos sonoros de esta radio se asienta en la


expresividad del ejercicio de la oralidad propio de las comunidades. Siguiendo
a Haye (2006), para pensar la noción de expresividad radiofónica, pondremos
como ejemplo dos producciones sobre la memoria étnica: el radioteatro «Los
gritos del destierro» y el «Calendario de fechas indígenas». Ambos espacios
asumen lo «hablado» desde una intensidad que tiene origen en el sentimiento
de pertenencia con lo relatado, generando así formas radiofónicas expresivas,
que podríamos caracterizar como «las que poseen el atributo de la
multisensorialidad, el registro de los relieves y la virtud de la verosimilitud»
(Haye, 2006, p. 8).
Se suele pensar que el proyecto político cultural se expresa en la radio a
través de su mediación estética. En el caso de La Voz Indígena se advierte que
la estética tiene en sí misma un componente político cultural, que se expresa
en la diversidad de voces y de lenguas que de forma permanente definen la
identidad étnica que se pretende transmitir. Pero también en la forma en que
el dispositivo radiofónico posibilita la invención utópica y la interpelación a la
domesticación de la sensibilidad. Compartir un espacio occidental como es la
radio no implicó dejar de lado la pertenencia étnica de los comunicadores.
Por el contrario, se reafirma constantemente la diversidad de pueblos indígenas
de la zona. La afirmación se sostiene a partir de las producciones que no se
adecuaron a los hábitos de escucha de las radios locales, sino que se transfor-
maron en una búsqueda constante de una artística propia. La afirmación de
Grimson (2011) que citamos en el capítulo 3, toma sentido, también, en este
párrafo: «cruzar una frontera no es desdibujarla (…) la comunicación entre
dos grupos puede ser el proceso que permite distinguirse uno del otro» (p.
131). La identidad indígena no se desdibujó al enfrentarse a un medio masivo;
al contrario, operó como un medio de distinción de los otros.

A modo de cierre
La praxis comunicacional latinoamericana marca un rumbo político claro
296 LILIANA LIZONDO

al disputar los sentidos políticos a la hegemonía de los medios comerciales,


proponiendo un modo de pensar y hacer la comunicación desde una
perspectiva liberadora de la palabra y con ella la pronunciación del mundo.
Los apellidos con que llamamos a esta praxis difieren entre sí, pero guardan
en su interior subalternidades, formas colectivas de gestión, intención
educativa, el desapego a grupos empresariales y el respeto por las estéticas
populares. A esto debemos sumarle la voluntad transformadora que se
manifiesta en otras formas de organización; generalmente estos colectivos de
comunicación están asociados a movimientos sociales que encuentran en
estos medios una forma de hacer pública ese estado de movilización.
En Argentina la conquista de la democracia luego de la dictadura militar
fue el escenario que facilitó la emergencia de medios, mayormente radiales,
que se autodefinieron como comunitarios. El silencio cómplice de los grandes
medios y el silencio al que se obligó a los militantes políticos se rompió a
través de estos medios que para la regulación de servicios audiovisuales eran
considerados ilegales, poco importó esa situación y el éter argentino hizo
circular las voces calladas.
En relación a los medios alternativos, en nuestro país, Huergo (2004)
afirma que las podemos ubicar en los años 70 reafirmando la vocación de
sumar las voces que los medios hegemónicos dejaban de lado. En el mismo
texto Huego afirma que los medios comunitarios se vinculan a la idea de
rescatar los saberes que se generan en espacios geográficos cercanos a los
medios. Lo popular, afirma el autor, tiene una adscripción política indiscutible,
puntualmente señala «la comunicación popular es el campo comunicacional
del trabajo político que busca el protagonismo popular, habida cuenta de
determinados antagonismos sociales (de clase, de género, generacionales,
sexuales, étnicos, raciales, etc.» (Huergo, 2004, p. 3)
Al momento de finalizar la exposición de nuestra investigación, es preciso
retomar la cuestión central a partir de la cual llevamos a cabo el recorrido, es
decir, regresar al planteamiento del problema para intentar dilucidar si la
comunicación con identidad se configura como una alternativa ante la
comunicación comunitaria en el caso de la radio La voz indígena. En relación
a ello es preciso remarcar que no se trata de agotar el análisis de la comunica-
ción con identidad, particularmente si se tiene presente que las categorías, a
ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 297

partir de las cuales se produce la adjetivación de la comunicación emanci-


padora, cobran sentido en el marco de las experiencias que posibilitan y de
las luchas que sostienen.
Menos aún pretendemos ocultar las dificultades propias de todo intento
por establecer delimitaciones definitivas entre las formas de encarnar la
comunicación social, poniendo el énfasis en el interés emancipatorio. La
evaluación crítica del alcance de lo popular, lo alternativo y lo comunitario
forma parte de un debate abierto y fructífero de gran actualidad.
298 LILIANA LIZONDO

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ANEXO I. COINCIDENCIAS Y OPOSICIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN... 299

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300
301

LITERATURA Y CONCIENCIA
CRÍTICA. LA EXPERIENCIA DEL
Anexo PROGRAMA GENTE Y CUENTOS
II COMO LENGUAJE DE LA
COMUNICACIÓN ALTERNATIVA

María Emilia Gutiérrez1


María Lobo

Introducción
Desde que en 1968 Paulo Freire escribió los primeros fundamentos para
la Teología de la Liberación, los conceptos centrales de la Pedagogía del
Oprimido trascendieron las reflexiones teológicas hacia las bases de la
comunicación y la educación popular. América Latina era por entonces aquel
espacio en búsqueda de una transformación política que pudiera desprenderse
del pensamiento hegemónico europeo y norteamericano que poco representaba
a las realidades latinoamericanas: poblaciones en condiciones de miseria, sin
acceso a oportunidades de salud, vivienda, educación, trabajo y bienes físicos
y culturales necesarios para la vida humana (Bello, Buenaventura y Pérez,
1996, p. 43). Así, los fundamentos de Freire se convirtieron en piedra basal
para las prácticas de comunicación popular; conceptos que han sido discutidos
y repensados a la luz de las nuevas realidades que fueron construyéndose en
una América Latina de contextos políticos y sociales muy diferentes a los de
aquel entonces. A más de cuatro décadas de aquellos primeros planteos para
la transformación latinoamericana, y aun en contextos de democracias y de
políticas de inclusión mucho más fuertes, el trabajo de la comunicación y la
educación popular se ha consolidado como una necesidad y una manera de
existir de nuestras sociedades.
En este contexto, el pensamiento de Freire requiere no sólo de discusiones
y replanteos, sino de abordajes que puedan explorar en algunos de sus

1
Lic. en Ciencias de la Comunicación. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
Nacional de Tucumán. Tesis: Literatura y conciencia crítica (2014).
302 MARÍA EMILIA GUTIÉRREZ, MARÍA LOBO

conceptos centrales para pensar nuevas experiencias. Uno de esos debates


que no discuten sino que vuelven al pensamiento de Freire para pensar nuevas
posibilidades bien puede ser acerca de la noción de narratividad en la educación
liberadora. En efecto, una discusión cuyo centro sea el concepto de narración
debería conducirnos a nuevos abordajes y otras formas de entender las
posibilidades de la narración.
Algunas interpretaciones acerca del concepto de narración en Freire se
asocia a un tipo de educación que pone énfasis en los contenidos, en la que la
tarea de narrar por parte del educador permanece ajena a las realidades de
los educandos. Esto es lo que plantea el modelo de educación popular de
Kaplún (1978, p.26) cuando se refiere a aquel tipo de sistema tradicional de
transmisión de conocimientos sin otra pretensión que la de «depositar»
conocimientos desde un lugar de elite a las masas. En esta línea de pensa-
miento, el concepto de narración de Freire adquiere características negativas:
la educación liberadora se sostiene sobre la base de un sistema que
precisamente pueda escapar de la pura narración, del puro discurso. Esto es
así porque para la filosofía freireana, la situación narrativa supone un sujeto
que narra y otro que escucha, es decir, plantea nada más ni nada menos que
la más absoluta de las desigualdades en el proceso educativo. La desigualdad
de posiciones supone una inequidad aun más profunda: el sujeto que narra
tiene el poder, además, de decidir los contenidos. Tales estos algunos de los
problemas del sistema educativo hegemónico que, como lo señala Freire (2003,
p.78) está contaminado de narración e impide de esta manera el desarrollo de
una conciencia crítica y autónoma en los sujetos pasivos del proceso:

La narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los educandos a


la memorización mecánica del contenido narrado. Más aun, la
narración los transforma en «vasijas», en recipientes que deben ser
«llenados» por el educador. Cuando más vaya llenando los recipientes
con sus «depósitos», tanto mejor educador será. Cuanto más se dejen
«llenar» dócilmente, tano mejor educandos serán. De este modo, la
educación se transforma en un acto de depositar en el cual los
educandos son los depositarios y el educador quien deposita.

Más allá de esta mirada que muchos han interpretado como apocalíptica
ANEXO II. LITERATURA Y CONCIENCIA CRÍTICA. LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA GENTE Y... 303

sobre las posibilidades de la narración, el concepto funciona en la teoría


freireana para explicar la necesidad de generar, en los procesos educativos,
una problematización de los sujetos. Para Freire, la educación debía despegarse
de estas cadenas de repeticiones, para contextualizar los discursos y posibilitar
de esa forma sujetos activos en los procesos educativos: sujetos que fueran
capaces de desarrollar una conciencia crítica. Desde la interpretación negativa
acerca de la narratividad, el lenguaje ha sido concebido como un impedimento
del desarrollo de la conciencia crítica. Sin embargo, en este trabajo proponemos
recuperar las posibilidades semánticas del lenguaje para precisamente permitir
lo contrario. Decimos que el lenguaje es una de las expresiones más
interesantes para el desarrollo de experiencias de comunicación alternativa.
El programa Gente y Cuentos, de la filósofa norteamericana Sarah Hirschman,
es un ejemplo del uso del lenguaje en toda su riqueza para el despertar del
reconocimiento de los sujetos a partir de la lectura y del lenguaje de textos
literarios.
En las siguientes páginas, queremos señalar que la literatura puede
considerarse como una expresión de las prácticas de comunicación alternativa.
Que el trabajo a favor del campo contrahegemónico no debería agotarse en
los soportes radiofónicos, audiovisuales o en el discurso de la prensa
contrainformativa. Decimos que en la literatura subyace la posibilidad de
desarrollar experiencias de comunicación alternativa para la transformación
de nuestras realidades.

La conciencia crítica como propósito de las experiencias de


comunicación alternativa
Fue precisamente este concepto de conciencia crítica lo que se constituyó
en el centro y en uno de los principales propósitos de las experiencias de
comunicación y educación popular. Como lo señala Mata (1998, p.33), a partir
de estas discusiones sobre los contextos y las posibilidades de una identidad
en América Latina, distintos sectores sociales se lanzaron a la búsqueda de
una autoidentificación para hablar de sus realidades y para participar del
discurso público. La conciencia crítica se pensó así como una necesidad para
la transformación de las realidades.
¿De qué otras maneras sería posible el desarrollo de la conciencia crítica?
304 MARÍA EMILIA GUTIÉRREZ, MARÍA LOBO

Las experiencias comunicativas se vieron en la obligación de proponer distintas


prácticas. Así, al esfuerzo de la educación popular se sumaron las experiencias
de comunicación que asumieron, con el objeto del desarrollo de la conciencia
crítica, una variedad de lenguajes o prácticas distintas. La radio, la prensa
contrainformativa y el video social representan quizás los emblemas más
expresivos de estas prácticas. Radios populares o comunitarias, relatos
audiovisuales, experiencias gráficas que buscan revertir los discursos
hegemónicos y generar agendas propias son prácticas frecuentes en esta tarea
de la comunicación para transformar las realidades y proponer espacios
contrahegemónicos.
A lo largo de las páginas de este manual, hemos trabajado en el análisis
de esas prácticas emergentes que se sucedieron en América Latina como
manifestaciones de una comunicación alternativa; aprovechamos aquí para
hacer una lectura de esas prácticas en nuestro contexto. En Tucumán, muchas
de las experiencias que buscan desarrollar conciencia crítica forman parte de
la tarea de extensión de cátedra de Comunicación Alternativa de la Universidad
Nacional de Tucumán. Desde ese espacio se han puesto en marcha, por
ejemplo, experiencias radiofónicas que trabajan los procesos comunicativos
desde una perspectiva no hegemónica. Podemos citar así la experiencia de la
radio Mate Cocido, que en coordinación con la Cátedra de Comunicación
Alternativa y el centro cultural Mate Cocido viene desarrollando desde hace
tiempo prácticas radiofónicas que rompen con el proceso convencional en
experiencias horizontales y participativas. En el caso de la prensa contrainfor-
mativa, podemos mencionar diversas experiencias: la publicación Contrapunto,
surgida como un proyecto de alumnos de la cátedra que se materializó represen-
ta uno de los soportes gráficos más importantes de la prensa alternativa. El
colectivo La Palta, también surgido desde los proyectos de alumnos, imprime
digitalmente la experiencia de tratamiento alternativo de la prensa.
Estas experiencias consolidadas reflejan una preeminencia de los
lenguajes de la radio y de la prensa contrainformativa en las prácticas que
buscan el desarrollo de la conciencia crítica para la transformación de los
contextos: alternativas comunicacionales en la construcción de alternativas
sociales y políticas.
ANEXO II. LITERATURA Y CONCIENCIA CRÍTICA. LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA GENTE Y... 305

Otros lenguajes posibles para la comunicación alternativa


Aunque la radio, el audiovisual y la prensa contrainformativa representan
un paradigma de las prácticas de la comunicación alternativa, nos parece
necesario preguntarnos si lo alternativo puede agotarse en esas formas o
lenguajes. Si retomamos la noción de lenguaje, y si pensamos en las infinitas
posibilidades que este ofrece, las experiencias alternativas no deberían limitarse
a los soportes radiofónicos, gráficos, audiovisuales. En efecto, este trabajo
propone pensar al lenguaje de la literatura como una de las formas más
nobles de desarrollo de conciencia crítica y, en consecuencia, como una
experiencia alternativa para la discusión de las realidades dadas.
Para hablar de esta propuesta resulta necesario replantear precisamente
el concepto de narratividad de Freire: resulta necesario despojar a la narrati-
vidad de esa mirada pesimista que la entiende como un proceso unilateral.
¿Cómo es posible plantear una narratividad que sea capaz de incluir a
más de un sujeto? La noción de Benjamin acerca del lenguaje nos ilumina en
esta perspectiva. En efecto, el lenguaje representa mucho más que una
transmisión de ideas. Así, se convierte en una materialización del espíritu
humano, y por lo tanto, excede al momento experiencial del aquí y ahora. El
lenguaje siempre tendrá la posibilidad de vehiculizar el espíritu humano, de
generar conciencia crítica: cuando la narración está al servicio del espíritu
humano, trasciende al sujeto que narra. Como lo explica Benjamin (2011, p.
33):

Toda expresión de la vida espiritual humana puede ser concebida


como una especie de lenguaje (…). Se puede hablar de una lengua
de la música y de la escultura, de una lengua de la jurisprudencia,
que no tienen directamente ninguna relación con aquellas en que
son redactadas las sentencias de los tribunales ingleses o alemanes,
de una lengua de la técnica, que no es la especializada de los técnicos.
Lenguaje significa en este contexto el principio encaminado hacia la
comunicación de contenidos espirituales en los objetos en cuestión:
en la técnica, en el arte, en la justicia o en la religión. En resumen,
toda comunicación de contenidos espirituales es lenguaje.

Las posibilidades del lenguaje, de esta manera, exceden a un acto de


transmisión. Volvamos a Benjamin (2011, p. 34):
306 MARÍA EMILIA GUTIÉRREZ, MARÍA LOBO

¿Qué comunica el lenguaje? Comunica la esencia espiritual que le


corresponde (…) El ser espiritual se comunica en y no a través del
lenguaje: es decir, no es exteriormente idéntico al ser lingüístico. El
ser espiritual se identifica con el lingüístico sólo en cuanto a lo
comunicable. Lo que en un ser espiritual es comunicable es su ser
lingüístico. El lenguaje comunica por lo tanto el ser lingüístico de las
cosas, pero comunica su ser espiritual sólo en la medida en que está
directamente encerrado en el lingüístico, sólo en la medida en que
es comunicable.

Así, la narración a través del lenguaje posibilita la comunicación del ser


espiritual. Cuando la narración es tomada como herramienta, cuando se está
utilizando como un lenguaje, sus posibilidades de producir sentido se tornan
infinitas. Es posible desde este lugar pensar que la narración transmite mucho
más que contenidos unilaterales y automáticos. No es algo diferente a lo que
el propio Freire (1978, p. 35) plantea cuando se refiere a la necesidad de
desarrollar en los hombres un espíritu flexible:

Las sociedades que viven este paso, esta transición de una época a
otra, exigen, por la rapidez y flexibilidad que las caracteriza, la
formación y el desarrollo de un espíritu también flexible. El uso,
repitiendo a Barbu, de «funciones cada vez más intelectuales y cada
vez menos instintivas y emocionales» para lograr la integración del
hombre, a fin de que pueda percibir las fuertes contradicciones
profundizadas por el choque entre los valores que emergen en la
búsqueda de afirmación y plenitud y los valores del ayer, en búsqueda
de preservación (…). La época transicional, aun cuando se nutre de
cambios es más que simples cambios. Implica realmente, en esta
marcha acelerada que lleva la sociedad, la búsqueda de nuevos temas
y nuevas tareas.

La potencialidad de una narración puesta al servicio de la búsqueda del


espíritu del hombre es infinita. La narración es capaz de despertar conciencia
crítica y sujetos artífices de la transformación de sus propias realidades. Esto,
sin dudas, el planteo central de la obra de Sarah Hirschman, que encontró en
una actividad intelectual como la narración literaria una vía de transformación
de conciencias en los sujetos. Desde una relación entre literatura y comunica-
ANEXO II. LITERATURA Y CONCIENCIA CRÍTICA. LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA GENTE Y... 307

ción popular, Hirschman fundó el programa Gente y Cuentos, que constituye


una práctica de comunicación contrahegemónica enfocada en el desarrollo
de la conciencia crítica a partir de la lectura de textos literarios.

La escuela como espacio para la conciencia crítica


La escuela en la actualidad se ha transformado en un espacio generador
de nuevos significados a nivel social. Una de las consecuencias de este cambio
es, en palabras de Huergo (2007), la proliferación de espacios educativos
vinculados con el arte, y la apertura a nuevas manifestaciones del saber
alejadas de lo formal.
Esto implica que, dentro del escenario pedagógico, la escuela debe buscar
maneras de sintetizar la construcción de aprendizajes, con los nuevos desafíos
que plantea la era en la que vivimos: nuevas tecnologías, que traen aparejas
nuevas formas de comunicarnos y relacionarnos dentro de las sociedades
donde vivimos.
Actualizar el modo en que construimos estas bases para una educación
que apunte a ser inclusiva, integral y de calidad, no significa apartarnos de
los ideales que la constituyen. La educación popular nace de la lucha por
generar espacios de participación y de aprendizaje basados en el respeto por
la diversidad.
Sabemos que, en el discurso educativo actual, se suele repetir la frase
«formación de sujetos críticos y la producción de sentido». Belinche (2011,
p.63) se pregunta entonces: ¿cómo es el sujeto crítico que forma sentido?
Generar espacios pedagógicos que sigan vinculando a la educación popular a
los principios en los cuales fue fundada, implica hacerse esta pregunta. Desde
qué lugar, con los retos que nos plantea nuestra época, criticamos y formamos
un sentido, cuando estos lugares se modifican con el tiempo.
Conscientes de que seguimos necesitando de espacios donde el diálogo
problematizador, la expresión de opiniones, la escucha activa y la postura
crítica como sujetos pertenecientes a una comunidad se fortalezcan,
coincidimos con Belinche (2011, p. 63) en que la producción de sentido, y la
construcción de conciencia crítica, precisan de una continuidad:

Como leer con voracidad, o ver una película conteniendo la


308 MARÍA EMILIA GUTIÉRREZ, MARÍA LOBO

respiración, sin escindirnos, habitándola. Si salgo, si me rasco la


oreja y salgo, si me extraigo de ella (…) se rompe el sentido. El sentido
es la continuidad, el tiempo fabrica sentido. Y para derrotarlo hay
que olvidarse de él, sumergirnos en una ficción en la que somos
parte de ese universo.

Esta construcción de sentido sucede, por ejemplo, con aquello que nos
emociona. Por ejemplo, lecturas que nos atrapan, diálogos que nos retan a
preguntarnos y preguntar. Dice Belinche que la continuidad es inherente al
sentido, y el tiempo es su esencia y condición. Cómo llevar a cabo prácticas
donde el espacio sea ese continuum, que sólo nos haga salir de él para
comprender, en la distancia, aquello en lo que estábamos implicados, es una
cuestión esencial dentro de las prácticas de la educación popular en la
actualidad.
Existen numerosos programas que, abordados desde la impronta de lo
no formal, de lo participativo, de lo comunitario, intentan conservar la impronta
de la educación popular.
Dice Belinche (2011, p. 82):

… la elaboración de universos complejos, colectivos, capaces de liberar


la conciencia como antes se liberó la mano, dependen en gran parte
de la re-poetización de las conductas de resistencia (…) y en la
configuración de procesos colectivos, sintéticos, diversos y plurales
que suplan el elitismo que las vanguardias ya han transitado. La
construcción del horizonte es una tarea social.

Esta idea de la literatura como lugar desde el cual idear proyectos


pedagógicos de construcción de sentido y fortalecimiento de la conciencia
crítica del ser humano, está en el centro del programa Gente y Cuentos. Creado
por la filósofa y pedagoga Sarah Hirschman, comenzó en 1972 y se fue
extendiendo paulatinamente a otros países. La tarea de este programa es la
de acercar a jóvenes y adultos, generalmente carentes de educación formal, a
la literatura. Los resultados de este programa están registrados en el libro
Gente y Cuentos. ¿A quién pertenece la literatura? editado en el año 2011 por
Fondo de Cultura Económica.
ANEXO II. LITERATURA Y CONCIENCIA CRÍTICA. LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA GENTE Y... 309

El programa creado por Hirschman nace el día en que ella propone a un


grupo de madres latinas sentadas en las escaleras de un comedor, compartir
con ella la lectura del cuento La siesta del martes, del escritor Gabriel García
Márquez. La autora observa que, a partir de este encuentro, se genera en el
grupo un diálogo enriquecedor, un esfuerzo intelectual cooperativo que permite
a las personas hablar de ellas mismas, y de su universo particular, gracias a
la lectura del cuento.
A partir de ese encuentro, Hirschman fue perfeccionando su método con
numerosos grupos de gente, y comprobando en cada sesión el poder de la
literatura como vivificador de la palabra que nos construye. Llevar las opiniones
del espacio privado al espacio público, como plantea Petit (2011), se hace
entonces posible gracias al sencillo acto de poner en diálogo nuestras opiniones
e impresiones respecto de una obra literaria.
Hirschman (2011, p. 30) establece que la confianza en el poder de la
literatura para abrirse a nuevas lecturas y la fe en la capacidad de las personas
entrar en el mundo de la ficción a través de su experiencia de vida son la base
de este proyecto. Según la filósofa, el poder de la literatura, del cuento, consiste
en generar temas de discusión inesperados, que ponen a prueba las respuestas
hechas y generan una predisposición al juego. Su profusión de detalles poéticos
mueve la imaginación y la conducen más allá de los lugares comunes.
Cada sesión de Gente y Cuentos comienza con la lectura en voz alta de
un cuento, realizada por un coordinador a un grupo de personas de no más
de 10 o 15. Cada uno de los integrantes es munido de una copia del cuento
para poder seguir la lectura en voz alta. Al terminar, se hace hincapié en un
elemento específico del cuento para iniciar el diálogo: una palabra, una
metáfora, una imagen. El hecho de no comenzar con la pregunta clásica
«¿Les gustó el cuento?», favorece que la gente se sienta cómoda, y se susciten
todo tipo de reacciones respecto a la historia.
Hirschman funda su propuesta sobre un lenguaje particular: el de la
literatura. En cada sesión de Gente y Cuentos, se posibilita un encuentro
donde a partir de fragmentos de ficción, se reivindique la necesidad de construir
la propia historia. En ese proceso, se destaca la importancia de ser críticos,
teniendo en cuenta las palabras y cómo resuenan en nuestro inconsciente.
Petit (2008) manifestaba que las lecturas importantes son aquellas que
310 MARÍA EMILIA GUTIÉRREZ, MARÍA LOBO

se transmiten de inconsciente a inconsciente: el escritor muestra algo que


transcribe en caracteres, pero oculta el lugar de donde parten las represen-
taciones. La complicidad se establece entonces entre el texto y el lector en el
plano de los fantasmas inconscientes.
Consideramos que, más allá de lo mucho que pueda decirse sobre los
procesos de lectura, hay algo en el texto que al leerlo –indefectiblemente– se
nos escapa. Es en ese espacio, quizás, donde la lectura nos transforma.

Gente y Cuentos: intercambio, diálogo y aprendizaje


En el libro Gente y Cuentos, Hirschman cuenta cómo la obra de Freire
sirvió de inspiración a su programa y explica cómo él utilizó, en sus métodos
de alfabetización, «palabras generadoras», relacionadas al universo de los
educandos a fin de realmente aprehender y comprender el universo en el que
estaban insertos. Es así como se generaba una mayor seguridad, derivada
del conocimiento del mundo que precedía a la acción para transformarlo.
A través del estudio de la teoría de la transacción de Rosenblat, la cual
postula que pueden producirse infinidad de encuentros que entre el texto y el
lector, la polifonía de Bajtín a través de la cual se comprueba la riqueza de las
numerosas voces en un cuento, y de la educación libertadora de Freire, es
que Hirshman sienta las bases teóricas de Gente y Cuentos. El de Hirschman
es un programa que tiene su enclave en la educación popular, ya que genera
experiencias de intercambio, de encuentro a través del diálogo, en el tejido de
una obra de ficción, generando aprendizajes. El hecho de que lectores comunes
y corrientes, no particularmente preparados, puedan lograr compenetrarse
con obras consideradas de la «alta literatura», es quizás una de las
contribuciones más valiosas de Gente y Cuentos. Esto es lo que permite a
Allen (2011, p. 24) afirmar que, al mismo tiempo que los participantes del
programa transforman los cuentos de grandes autores en instrumentos para
su aprendizaje y desarrollo personales, también desmitifican la jerarquía social
y reclaman la verdad básica de la igualdad humana. La de Hirschman es la
expresión pedagógica de una propuesta que, en efecto, sembraría el
empoderamiento de cada uno y, por lo tanto, pone a la justicia social en el
centro mismo del proceso educativo.
ANEXO II. LITERATURA Y CONCIENCIA CRÍTICA. LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA GENTE Y... 311

Bibliografía

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Hirschman, S. (2011): Gente y cuentos. ¿A al espacio público. México, Fondo de Cul-
quién pertenece la literatura?: las comu- tura Económica.
312
313

LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL


Anexo ESCENARIO PARA LA BAJA DE
III EDAD DE PUNIBILIDAD

Emanuel Gall
Eva Fontdevila

Introducción: los medios no son ventanas al mundo


Para comenzar podemos rescatar un principio: los medios de comunicación
producen mensajes, representan y manipulan la realidad mediante
mecanismos de construcción de sentidos. Hay abundante bibliografía acerca
de que lo que vemos no es la realidad. Para ello han sido valiosos los aportes
teóricos que desde el análisis del vínculo de los medios y la educación ha sido
estudiado por Masterman (1993) identificando tres paradigmas cambiantes
(el vacunador en la década del 30, el de las artes populares en 1960 para
llegar al enfoque representacional en 1970) en dicha relación, hasta el para-
digma participativo y la noción de prosumidor (Urresti, 2008), sin obviar a los
estudios de Paulo Freire (1969). Por su parte, tal como desde principios de
siglo XX han estudiado las diversas corrientes en ciencias de la comunicación
(McCombs, 1975; Luchessi, 2010) los medios no son una ventana al mundo,
a pesar de que para algunos discursos aún la objetividad es un valor y algo
que agrega legitimidad al relato mediático.
Ese principio vapuleado de la manipulación abre puertas para reflexionar
críticamente sobre los mensajes mediáticos y para superar mecanismos con
los que los medios vulneran derechos al representar la realidad desde opciones
sesgadas y excluyentes. En este sentido nos preguntamos por los mecanismos
de los medios para ofrecernos versiones sobre tres «casos»: el de «El Polaquito»,
un niño al que Jorge Lanata ofreció en su show televisivo como representante
de una niñez delincuente y perdida; la historia de Camila, una niñita que
Canal 8 de Tucumán, del Grupo Telefé, mostró como paradigma de la niña
pobre (¡pobre niña!) que hace la tarea escolar mientas pide limosna, y la
314 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

cobertura de la «sorpresiva» e «intolerable» muerte de Matías Albornoz Piccinetti,


un adolescente de clase media, en pleno centro urbano de Tucumán.
Una lectura de las historias presentadas en distintos momentos y medios,
abona en definitiva una visión que justifica la baja en la edad de punibilidad
de acuerdo con la propuesta de Gobierno nacional argentino como parte de
las estrategias contra la inseguridad. Sostenemos que el tipo de coberturas
mediáticas que analizamos aportan al sentido común que apoya la baja,
cuestionada por especialistas y organismos involucrados con los derechos de
las infancias, conforme al artículo Amplio consenso para no bajar la edad de
imputabilidad en el nuevo Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil publicado
por UNICEF (2017).
En definitiva, en este artículo proponemos un recorrido reflexivo sobre
los mecanismos de construcción de agenda, el medio ambiente mediático, el
contexto político y social, la legislación vigente, y finalmente nos abocamos al
análisis de los casos propuestos.

Algunas creencias que los medios instalan sobre la baja de edad de


punibilidad
La baja de edad de punibilidad es un tema con presencia en los medios
de comunicación, que lo vinculan directamente con la inseguridad urbana,
asunto prioritario desde hace algunos años en la agenda mediática de nuestro
país. La prensa y canales de televisión hegemónicos suelen destacar la edad
de las personas involucradas en delitos cuando se trata de jóvenes o
adolescentes; por lo general enfatizan un presunto nivel creciente de violencia
en los delitos protagonizados por jóvenes, y por lo general instalan la idea de
que la participación juvenil en estos hechos asegura la impunidad de los
mayores, con lo que les carga una doble responsabilidad.
En el texto «Diez razones para no bajar la edad de punibilidad penal a los
14 años», publicado por CEPOC, la abogada, activista y docente de derechos
humanos Cesaroni (2013) plantea algunos ejes para el debate tales como la
no regresividad y la progresividad que plantea el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos son lisa y llanamente ignoradas. La búsqueda de castigo
como único objetivo de una política con respecto a determinados delitos,
sumado a la necesidad de que los Estados brinden garantías a los adolescentes
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 315

de 14 y 15 años, cuando aparece el debate en los medios discurre acerca de


las bondades que brindaría la solución penal. Asimismo advierte que los niños
encerrados tendrían más garantías que esos mismos niños libres en situaciones
vulnerables (contextos de pobreza o exclusión). Cabe destacar que
sistemáticamente en el marco del debate se ignoran las premisas de la
Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y la Ley de Protección Integral
de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (y la ley nacional 26.061 de
2005) y los tratados internacionales de derechos humanos, así como la
explicación racional del cuadro de situación. Sumado a las anteriores omisio-
nes, la cuestión acerca de cuántos adolescentes de 14 y 15 años realmente
cometen delitos graves es ignorada. En efecto, los estudios demuestran que
esta cantidad es ínfima en relación al número total de delitos violentos, pero
en los medios de comunicación aparece naturalizada la idea de que estamos
frente a una epidemia de chicos asesinos.
Cuando se habla de la posibilidad de encerrar en instituciones a niños
como forma de resarcir conductas incorrectas en su accionar público, no
deberían desconocerse características históricas y estructurales del sistema
penal argentino. Muchos estudios señalan sus aspectos discriminatorios,
selectivos y estigmatizantes (Cesaroni, 2013; Zaffaroni, AÑo). Está demostrado
que los niños que terminan participando en actividades delictivas son en
realidad las víctimas principales de un conjunto de políticas que les impide el
acceso a servicios adecuados de educación, de nutrición, salud, recreación,
infraestructura, culturales, de transporte, de espacios públicos. Esas dos
realidades que se solapan en la vida real nunca (o rara vez) son puestas en
relación en los modos de narrar la problemática en el espacio mediático tal
como se verá a continuación.

Los medios, ese actor clave que se oculta en el debate


Comprender el vínculo entre los medios y la baja de edad de punibilidad
se vuelve clave. Si pensamos en coberturas de noticias clasificadas como
«Información sobre inseguridad», o representaciones relacionadas con la
participación de niños y niñas en acciones consideradas delictivas y en el
relato acerca de cómo las instituciones abordan y procesan tales aconte-
cimientos, tenemos que situar a los medios en el lugar de actores clave del
316 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

mismo fenómeno que intentan relatar. Pero a diferencia de otros actores, los
medios no son frontales (Barthes, 2008; Gramsci, 1975; Hall, 1981); atraviesan
toda la escena que a su vez ayudan a construir pero esconden su condición
de juez y parte.
En un texto de la revista Anfibia, titulado Noticias Fusión, Mitchelstein y
Boczkowski (2017a) describen elementos del actual ecosistema mediático. El
97% de los encuestados en este estudio se reconoce como espectador televisivo.
La televisión según estos autores, es el medio que las personas encuestadas
mencionan con más frecuencia para los diversos grupos sociales y etarios,
rondando el 90%, luego las redes sociales para los menores de treinta (59%) y
la radio para la mayores. La lectura de diarios y el acceso a los sitios de
noticias quedan relegados al cuarto y quinto puesto, respectivamente
(Mitchelstein y Boczkowski, 2017a).
Decimos entonces que la TV es la fuente más creíble para la gente, en un
contexto de creciente importancia de la imagen como soporte y método. El
mundo comunicacional, o entorno mediático, es audiovisual. La población
cuenta con medios durante todo el día, y multiplicidad de contenidos diseñados
para formatos y soportes digitales de uso individual es lo que caracteriza el
modo en que se presenta la experiencia de consumo mediático en la actualidad.
En el texto «Qué lees, qué mirás, qué clickeás», también publicado en
Revista Anfibia, Boczkowski y Mitchelstein (2017b) plantean resultados de
una investigación del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina
(MESO) en donde analizaron las notas más cliqueadas en diversos portales
de noticias en 2016, identificando que el 59% de las noticias más vistas
correspondió a «asuntos no públicos» (deportes, información general,
entretenimiento y policiales), mientras que 41% a «asuntos públicos» (política,
economía e internacionales). Este tipo de investigaciones revela que existe un
contrato no escrito entre los medios y la sociedad por el cual las noticias
vinculadas a los asuntos de interés público encuentran mejores condiciones
de recepción para ser procesadas como simple espectáculo y no como
invitaciones al compromiso ciudadano con las soluciones colectivas de los
temas que se abordan.
Lo que vemos en forma de noticias, coberturas, informes especiales, o
simples cuadros informativos son modos de construcción del mismo escenario
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 317

en el cual nos posicionamos las audiencias para darle forma a lo que


socialmente termina interpretándose como «problemática de inseguridad». Los
medios no hablan como lo hace la policía, ni los referentes de Organizaciones
No Gubernamentales, la Justicia, los académicos, o los investigadores especiali-
zados. Tampoco como los funcionarios del sector cuya responsabilidad son
las políticas públicas (Secretaría de Niñez, Ministerio de Desarrollo Social,
etc.)
No se expresan en la discusión como medios sino que construyen el
escenario donde la discusión ocurre. Le ponen los límites y la coloratura al
teatro de operaciones, modulan las voces, distribuyen los elementos de la
escenografía. El objetivo del análisis crítico de los mensajes que consumimos
a diario debería ser el de alimentar con criterios y ejemplos de buenas prácticas
los modelos de comunicación basados en la perspectiva de derechos y la
intención de ampliar la participación de la ciudadanía en democracia.

¿De qué se trata el contexto actual? ¿Qué película estamos viendo?


Tras la derogación de artículos fundamentales de la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual (LSCA) a fines de 2015, según autores como Becerra
(2017) se verifica un contexto de debilitamiento de los medios públicos y de
concentración de la estructura de propiedad de los medios privados. Los
contenidos políticos que predominan tienden a ejercer una presión priva-
tizadora que fortalecen y promueven la tendencia neoliberal.
En la actualidad se naturaliza la concepción de información como
mercancía, como parte de un esquema de negocios, mientras se debilita la
presencia del concepto de noticia como derecho, como parte de las garantías
intrínsecas del sistema democrático sin las cuales resulta irrisorio el ejercicio
de la plena participación, la expresión, la voz propia y la diversidad.
En lo que hace al tratamiento de temas vinculados a las infancias
vulnerables (niños pobres, en situación de calle, niños que han infringido la
ley, niños con necesidades básicas insatisfechas, niños que sufren violencia,
abandono, niños en situación de adoptabilidad) las coberturas informativas
tienden a fortalecer imaginarios de abordajes individualistas o filántropos
(colectas solidarias, búsquedas de personas, etc.) mientras se debilita la
esperanza en la eficacia de las políticas públicas.
318 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

Hoy asistimos a un fuerte repunte de políticas y estrategias neoliberales.


Ajuste económico, medios concentrados (más concentrados que hace dos años),
política represiva en aumento y legitimada (nunca la policía dejó de reprimir,
pero antes no tenían el acompañamiento gubernamental explícito) y discursos
que construyen consenso en torno a la idea de que «los derechos son lujos
que no podemos permitirnos» (o sea discursos pro mercado y anti políticos).
El Poder Judicial, por su parte, tiene un viso de legitimidad que le da impuni-
dad, y las fuerzas represivas se encuentran habilitadas para todo tipo de
atropello en pos del «orden».
Cuando Wacquant (2000) describió el modo en que el neoliberalismo
desorganizaba furioso la vida de las familias trabajadoras, asalariadas o
desempleadas en todo Occidente fue tajante en el uso de la metáfora: «Donde
se retira el Estado Providencia, lo reemplaza el Estado Penitencia». En la
actualidad la escena es construida por un Estado que quita derechos a quienes
debería proteger y potenciar. La solución a un laberinto sin horizontes de esa
naturaleza es la política de mano dura para los sectores populares, para las
familias de los barrios periféricos de las grandes ciudades. A mayor desigualdad
social, mayor necesidad de punición.
A este combo de disciplinamiento social le cabe una distribución de roles
entre los diversos actores de poder y una máquina aceitada. El Estado nacional
sostiene la distribución de algunas herramientas de subsistencia. La policía
persigue pobres y desarrolla una verdadera razzia en los barrios más golpeados
(estas líneas comenzaron a escribirse en la semana en que acribillaron a dos
niños/ adolescentes en presunta situación de robo en Buenos Aires y se
terminan de escribir con un activista de los derechos de pueblos originarios
desaparecido tras una represión de Gendarmería Nacional). Y a su vez los
medios de gran audiencia desarrollan una batería de mecanismos de
estigmatización social que encasilla a los niños pobres en roles previsibles, y
preparan a los sectores medios para que brinden un consentimiento pasivo
hacia las políticas de mano dura y de baja de edad de punibilidad.
Este contexto en términos de medios y manejo de la información desconoce
los avances jurídicos de nuestro país en los últimos años que contemplan a la
comunicación como parte del universo de derechos a ser resguardados tanto
para garantizar la aparición mediática de las diversas voces representativas
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 319

de los niños y las niñas, como para las instancias en que ellos/as se
transforman en objetos informativos y producciones noticiosas de los medios
de comunicación. Tales concepciones han sido consignadas en la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN) con jerarquía superior a las
leyes, por la Ley nº 26.522/09 (LSCA y la Ley 26.061, de Protección Integral
de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. Por último cabe consignar
que el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas en la Observación
general Nº 13, de 2011, expresa: «Un planteamiento de la atención y protección
del niño basado en sus derechos, requiere dejar de considerarlo principalmente
como «víctima» para adoptar un paradigma basado en el respeto y la promoción
de su dignidad humana y su integridad física y psicológica como titular de
derechos».
Hasta ahora hemos analizado la capacidad de los medios de comunicación
para construir versiones sobre la realidad, y su rol educativo en la formación
de subjetividades; también analizamos un medio ambiente mediático de
múltiples pantallas y plataformas que hacen sinergia; planteamos que los
medios distribuyen creencias sobre la baja de edad de punibilidad y su estrecho
vínculo con el Estado en un marco de creciente concentración de la propiedad;
finalmente hemos expuesto las leyes que protegen los derechos comunicacio-
nales de niños y niñas. A continuación analizamos tres casos de construcción
de noticias por parte de medios masivos en las que de fondo se escucha y se
lee el reclamo por la baja de edad de punibilidad.

Ahora sí...vayamos a los casos

a. El Polaquito con Lanata (o la Policía como productora de información)

El domingo 16 de julio de 2017 el conductor televisivo Jorge Lanata


presentó en su programa Periodismo Para Todos, por canal 13 del grupo
Clarín, un informe sobre El Polaquito, un niño de 11 años con una patología
psiquiátrica, consumo de sustancias y problemáticas sociales evidentes que
el programa no tematizó. Frente a cámara este niño confesó, como suelen
titular los medios, haber cometido diversos robos y al menos un homicidio. Al
día siguiente, el diario Clarín compartió con sus lectores el título «El Polaquito:
la historia estremecedora de un nene de 12 años que dice que mató y robó». Y
luego ofreció una bajada en la que pretendía hacerse cargo de una realidad
320 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

social compleja a la que el diario resumió en «Es un chico sin protección


familiar ni contención del Estado que convive con el delito en Villa Caraza, en
Lanús».
Tanto las imágenes como las palabras que cuentan la realidad del niño
están puestas en función de un show televisivo destinado a generar espanto,
bronca, impotencia o, en el mejor de los casos, lástima. El juez de Menores de
Catamarca y miembro de la Asociación Pensamiento Penal, Morabito (2017)
escribió una columna titulada «Periodismo e infancia, un conflicto innecesario»,
en el que critica el informe de Lanata detallando las violaciones a las normas
que consagran derechos humanos los niños que se cometieron en el mismo
en pos de otros intereses. En este mismo sentido organizaciones sociales,
especialistas en infancia, docentes, otros periodistas e incluso organismos de
derechos humanos denunciaron que el informe de Lanata solo servía para
estigmatizar a la infancia pobre. El dirigente social Juan Grabois, integrante
del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE) y la madre de ´El Polaquito´
incluso denunciaron penalmente a Lanata, que no obstante incluso sostuvo
al aire que no comprende por qué se lo cuestiona. Grabois denunció que ‘El
Polaquito’ fue secuestrado para la entrevista, y que se vulneraron todos
sus derechos como niño, en la medida que el informe no consideró que
se trataba de un niño con discapacidad metal, en una situación social
muy vulnerable. El referente denunció también a las fuerzas policiales por
«coacción previa, ya que levantaron a un chico en un auto y lo amenazaron
y lo hicieron llegar a un lugar. El niño no estaba por casualidad en ese
lugar». Además agregó que «personal policial le indicó que posara con armas
dos días antes que se haga la nota. A ustedes los estoy acusando de
servirse de la coacción previa para poder hacer una nota», dijo.
Más aún, según la asesora de UNICEF en temas de comunicación e
infancia, Salviolo hizo hincapié en que «la difusión de datos como el nombre,
el apodo, los grupos de pertenencia o el lugar de residencia o tránsito de
chicos en estas circunstancias no hace más que aumentar el riesgo social en
que viven» (s/n, 2017) cuanto aumentar la estigmatización sobre los niños
que padecen situaciones similares reforzando una relación construida y
discriminadora entre pobreza, violencia y delincuencia. Luego de ello, Lanata
puso en tela de juicio las advertencias: «Respeto mucho el trabajo de Unicef,
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 321

pero no creo que sepan mucho de periodismo», dijo al aire.


En el caso de esta cobertura, lo más destacado es que la Policía no fue
fuente, sino productora de la noticia. Según las denuncias realizadas, la policía
extorsionó a un niño para que declare en contra de sí mismo. Más allá de la
vulneración de derechos individuales, debemos pensar en las implicancias
políticas de este accionar y en el avance hacia la explicitación del rol político
de las fuerzas de seguridad.
En el Polaquito se expresa la necesidad de un sector político de legitimar
la represión en alianza con los medios y la policía como forma de disciplinar
barrios y de desarrollar una política de higiene social. Va de la mano el pedido
de baja de la edad de punibilidad y de deslegitimación de los movimientos
sociales. Y en este caso en particular, el lugar no es casual, porque tiene entre
sus figuras públicas importantes al Jefe de seguridad del municipio de Lanús,
Diego Kravetz, y su jefe de policía, Daniel Villoldo, un ex comisario exonerado
de la fuerza y re contratado por Kravetz. El jefe comunal ya había sido denun-
ciado por la violencia con que la policía local había irrumpido en el comedor
Cartoneritos, de la organización. En esa oportunidad había declarado «que el
funcionario permitió la tortura y el secuestro por más de cuatro horas de un
menor y un adulto que fueron «paseados» en un patrullero» (La Vaca, año).
En este sentido, la estigmatización se genera mediante el uso de elementos
retóricos y narrativos: ángulos de cámara contrapicados (desde abajo), música
de suspenso, un cintillo que combina las palabras «droga» y «curro» para
volverlo Hashtag, imágenes blanco y negro de archivo, en los que se ve gente
delinquiendo, y por supuesto las preguntas del notero que ignoran el hecho
de que el niño se tapa todo el tiempo la cara. Todos esos mecanismos
construyen simultáneamente al ´Polaquito´ como un pibe que se esconde y se
muestra, al que no le importa nada, por un lado, y por lo tanto como él mismo
dice, «no le tiene miedo a nada». Si ´El Polaquito´ no le tiene miedo a nada, es
probable que se «enfrente» con la policía y termine muerto.
Al día siguiente del informe de Lanata, otro reconocido periodista, Ernesto
Tenenbaum, entrevistó a la madre del ‘Polaquito’ en su programa de radio. Y
allí ella cuenta que forma parte del MTE y trabaja en un centro de reciclaje
desde hace varios años, después de haber trabajado como cartonera por su
lado dos años y haberse incluido en un programa del Gobierno de la Ciudad
322 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

de Buenos Aires para recuperadores urbanos. Relata que tiene miedo por lo
que pueda pasarle a sus hijos. En esta nota la madre tiene que incluso aclarar
la edad del niño. Reconoce que el niño tiene problemas de adicciones, pero
niega que haya matado o tenga armas. Sostiene que muchas de las cosas
relatadas por el Polaquito para la cámara de Lanata son historias fantasiosas.
Tenenbaum pregunta cómo es que un niño tan chico es adicto. Y la entrevista
transita por una autocrítica materna y la culpabilización al entorno, la crianza
y el barrio.
Dos jóvenes militantes acompañan a la madre en el estudio. Dan cuenta
de que hace tiempo que la mamá del ‘Polaquito’ pide ayuda. Cuentan que la
han acompañado a diversos organismos públicos de atención. Y critican la
manera en que se está abordando el tema en los medios: «Vemos una
vulneración de todos los derechos al exponerlo de esta manera. Todo el mundo
en el barrio sabía que era él. Si se difunde que él mató un ‘transa’ podrían
haber tenido una represalia. Él tiene una patología psiquiátrica de bipolaridad
que no aparece en ningún lado». Lo que tampoco se destaca en ningún lado
es que el niño dice que «si pinta» volvería a la escuela. Es indudable que la
difusión del informe sobre el Polaquito y la «polémica» posterior es parte, tal
como sostiene el referente del Observatorio Derechos de Infancia Eduardo
Bustelo, Machaín (2017, s/n) del contexto político-social actual, en el que el
Gobierno Nacional se empecina en impulsar una reforma del Régimen Penal.

b. «Camila»: de informativo a show y de show a campaña solidaria

Un informe noticioso emitido el jueves 30 de marzo de 2017 por la pantalla


de Canal 8 en Tucumán da cuenta de operaciones discursivas que describen
y analizan a la infancia desde matrices estigmatizantes.
La construcción del «caso Camila» comenzó cuando el portal El Tucumano
puso en conocimiento público la foto de «una niña que, mientras espera que
el semáforo brille rojo para ir a pedir una moneda, hace los deberes sentada
en el cordón de la vereda a sólo centímetros de los autos». La nota se había
originado, a su vez, por una imagen tomada por una persona que cruzó con
su auto por una esquina donde estaba la niña. La información y la foto no
abundaron mucho más que en ese aspecto, pero la viralización generó rebotes
en diarios de alcance nacional como Clarín, La Nación e Infobae. Una semana
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 323

después de la publicación de la foto, Canal 8 de Tucumán, del grupo Telefé,


puso al aire un informe realizado desde la escuela de Camila para retomar su
historia y empalmar el servicio netamente informativo con una campaña
solidaria impulsada y protagonizada por el canal, para que los ciudadanos
tucumanos enviaran donaciones de ropa, comida y medicamentos.
El informe comienza con la conductora Silvina Saleme dándole el pase al
notero Luis Medina para que comience la transmisión del vivo y en directo
desde el patio de la Escuela Benjamín Villafañe en Villa 9 de julio. Ahí
encuentran a Camila acompañada de madres, autoridades, y gente que
merodea por la escena. Micrófono en mano y ojos directos a cámara, Medina
presenta un segmento: «La vestimos, la maquillamos, mirá como quedó de
hermosa, tiene 6 años y va con su mamá a recibir la ayuda de la gente. Pero
todos los días viene Camilita a la escuela».
El comienzo de la nota fue el principio de un show, tal como hace un
presentador cuando introduce la participación de un artista. Pero Camila no
es una artista, es una niña que no cometió ningún acto particular que merezca
ser relatado. Es una niña que estaba en una esquina junto a su madre a la
que un adulto que pasó por azar le sacó una foto.
De repente la niña llora; no quiere salir en TV, no pidió ser filmada y no
llamó a Canal 8, no solicitó ninguna nota, no quiso tener una visita. El
periodista lo sabe y en al menos tres oportunidades reconoce a cámara que
ellos ahí están «molestando» y que no tienen nada que hacer en momentos en
que la escuela debería estar dando clases como todos los días.
La directora de la escuela, a su vez, declara que días anteriores ya habían
llegado periodistas de otros medios, fotógrafos y camarógrafos preguntando
por la niña, pero al no saber el apellido y con una foto difundida en redes
sociales, que no se parecía a la niña pulcra y prolija que llega todos los días a
la escuela, no habían podido reconocerla. El tono moralista y pedagógico del
informe se manifiesta en diversos momentos. La madre es analfabeta y vive
en la miseria «pero» quiere otra vida para su hija y por eso la trae a la escuela
todos los días. Parecen explicarnos que hasta los pobres más pobres pueden
hacer un esfuerzo para que sus hijos estudien y se superen.
Camila llora y se resguarda, Ángela (la mamá) también llora pero está a
la altura de las del informe del mediodía. Ángela detalla el lugar donde vive y
324 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

habla sobre la composición familiar. Destaca que nadie la ayuda y se muestra


desesperada. Las preguntas de Medina no parecen contemplar la capacidad
reflexiva de Ángela, no la consideran una persona pensante que pueda dar
algo más que un mensaje que implora Asimismo el Informe Camila tiene
innegables ritmos televisivos, en ese sentido es un producto logrado, mantiene
cadencia, suspenso, y una buena administración de golpes bajos, entre vueltas
a estudio y salidas a la pista de la escuela. Los conductores de estudio generan
el nexo comunicacional entre la experiencia de la escuela y la audiencia. De
hecho Sergio González (co-conductor), aggiornado a los tiempos, relata el
segundo a segundo de las respuestas de la audiencia y se festeja en público el
resultado on line, mientras le da un toque de realismo al verdadero montaje,
el de un espectáculo basado en la historia desgarradora de una niña pobre,
muy pobre que a pesar de todo va a la escuela.
La cámara es un vaivén indefinido de imágenes que se proponen transmitir
conmoción (no información); emocionar más que otorgar datos que permitan
reaccionar de manera positiva y democráticamente ciudadana. A lo largo de
toda la nota, en ningún momento se requirió o se nombró al Estado ni a sus
instituciones. Mucho menos a las políticas públicas que abordan las
problemáticas que pudieran estar atravesando Camila y su familia. Salvo de
modo lateral, como una insinuación de que para este caso el Estado está
ausente. No hay en la nota ninguna política ni conexión real que pueda dar
una respuesta positiva a este caso.
Para eso el registro es el de las emociones individuales y el mensaje
moralista. Se busca ganar audiencia de a uno, y se los monitorea con followers
de Twitter a un hashtag ocasional. No se busca construir una vocación colectiva
que deposite esperanzas en el accionar público. El informe prefirió enfatizar
los sentimientos de culpa de las audiencias y de lástima por un prójimo que
se encuentra en el fondo de la pirámide social.
En un momento, Medina retoma la conducción, mira a cámara y le toca
la cabeza a una nena que por entonces ya llora a moco tendido. Camila llora
y esconde la cabeza porque siente vergüenza de estar viviendo una situación
no elegida. Y al mismo tiempo se abraza a una de sus maestras. El conductor
sabe que por unos instantes no podrá sostener la nota en el patio cerrado de
la escuela. Le señala eso a la conductora de piso, hay un límite claro que se le
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 325

pone al informe, un dato que seguramente estaba calculado. ¿Qué hacemos


cuando la nena llore?, Volvemos al estudio y seguimos desde ahí (podría ser
un acuerdo previo entre los conductores). Una vez en el estudio habla la
conductora del noticiero Silvina Posleman Saleme, para aseverar que «estamos
todos conmocionados, todos». La cámara se cierra y la toma en un primer
plano casual «aunque parezca un papelón, no podemos más» y el gesto es
claro. Silvina está casi llorando en cámara. Y siguiendo el movimiento le
devuelve la iniciativa a Medina «Hablemos de ella, ¿Cómo es Camila, a qué
hora se despierta? ¿Come todos los días?, ¿Qué le gusta comer?»
Sergio González en piso acompaña a su co conductora en un sentimiento
de lamentación, y aprovecha nuevamente para decir que en las redes sociales
están llegando un sinfín de mensajes de gente conmovida. Interfiere las
palabras de Medina y pide un corte «para reponerse» y seguir. Claramente los
tiempos televisivos requieren del sacrosanto momento del corte publicitario y
eso no puede abandonarse ni por toda la tristeza que genere la realidad.
De repente el tema se desvía y Medina intenta retomar sin mucho éxito el
hilo de la conducción. No puede hacerlo si no quiere que parezca una falta de
respeto hacia la madre. Pero necesita interrumpirla y decirle que después van
a hablar de eso. Mientras la madre dice que necesita una casa. La mujer
reclama una casa. Medina entra en tema y la fuerza a decir dónde vive. Ángela
responde y por los datos que comparte le grafica un lugar miserable. El
periodista comenta «Seguro ahí todos tienen muchas necesidades, también
les debe faltar ropa, alimento, cosas necesarias que todo ser humano consume
día a día». Y ese es un punto de inflexión clarísimo, un momento en que la
nota ya no vuelve más a ser lo que había sido. Deja, a partir de esa frase, de
ser una nota periodística y pasó a ser una campaña solidaria con un canal
como promotor. Una campaña por Camila y sus compañeros para donarles
productos de primera necesidad.
Una vez más Silvina Saleme Posleman dice desde el estudio, mirando al
monitor que es «increíble la cantidad de personas que se están conmoviendo
con este informe y ya quieren donar. A vos Luis te comprometo a que vuelvas
mañana y lleves las donaciones que ya estamos consiguiendo. Ya lanzamos
una campaña solidaria desde el canal y la idea es ayudar a Camila y sus
compañeros». Pero ni Camila ni su madre pidieron comida o ropa. Fue una
326 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

decisión del propio periodista; la única vez que Ángela hizo mención a una
necesidad concreta y a una promesa estatal no cumplida fue cuando refirió
que le estaba haciendo falta una casa en buenas condiciones, porque en el
lugar dónde viven no están bien y tienen problemas de hacinamiento.
Antes de cerrar la nota desde el estudio se lanza una nueva requisitoria.
Necesitan saber si la mamá de Camila «tiene algún plan social». Luego agregan
una pregunta ineludible que hace alusión a si Ángela está en condiciones de
trabajar, «¿Quiere trabajar?» pregunta directamente Silvina. Y luego suma un
ya ofensivo «Hay mucha gente que quiere ayudar, pero ella ¿quiere trabajar?».
Va Luis, con la orden de ejecutar la consulta y le suelta a Ángela «si le ofrecen
un trabajo ¿usted podría trabajar?» Por último se mete en la charla una persona
que pide que no desvíen el tema prioritario y que haga caso al pedido de
buscar una casa, porque la familia tiene problemas de vivienda.
Como se ha mostrado en este análisis el informe Camila contribuye a la
estigmatización de los niños y niñas pobres. El medio de comunicación se
enfoca en las carencias y justifica la intervención externa (del propio canal en
este caso) sobre la vida de esa familia. Construye un «otro» marginal (sin
ningún análisis estructural) que no tiene derechos sino que debe ser asistido
incluso sin consentimiento por la caridad. Hay una delgada línea entre la
infancia pobre y a infancia peligrosa que la buena voluntad de los espectadores-
donantes podría prevenir. Hay que actuar a tiempo para que la marginalidad
no se vuelva un problema para todos. Ahora veremos un último caso de
cobertura que abona ese terreno, donde los jóvenes pueden ser peligrosos y la
salida punitivista puede ser la solución.

c. Matías Albornoz Piccineti, muerte en pleno centro y sorpresa mediática

El 19 de mayo de 2017 a la noche murió Matías Albornoz Piccinetti, un


joven de 17 años que había sido herido junto a otros dos compañeros en una
esquina de la capital tucumana. Los medios de comunicación locales se hicieron
eco inmediato de la noticia y le dieron un tratamiento particular que expresó
las expectativas y reflejos sobre la adolescencia, la disciplina, el ser urbano y
la punición de delitos cometidos por jóvenes.
La Gaceta, el principal medio gráfico y digital de la provincia, le dedicó 62
notas entre el 19 de mayo y el 26 de junio; la revista digital Contexto, cultora
del periodismo sensacionalista, puso on line 28 notas. Y El Tucumano, sitio
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 327

web de noticias que irrumpió el año pasado con una impronta de identidad
local, publicó 14 notas sobre el tema entre el 20 de mayo y el 2 de junio.
Una lectura de los artículos publicados, con la noticia ya decididamente
fuera de la agenda cotidiana, permite analizar cómo construyeron la
información y qué nos proponen a los lectores estos medios.
En una primera recorrida se destaca uno de los factores comunes de las
notas sobre el caso: todos los medios se refirieron a la víctima fatal en la
mayoría de las notas como «Matías». Las noticias construyeron un «nosotros
inclusivo», una familiaridad con el joven asesinado, su familia y sus compañeros
de estudio. La Gaceta incluso puso en su sitio la transmisión del velorio en
vivo y publicó notas tan emotivas como la que se titula «El Facebook de Matías
Albornoz Piccinetti se llenó de dolor y desconsuelo por el crimen».
Para presentar la larga serie de artículos sobre el caso, El Tucumano
eligió los cintillos «violencia adolescente», «violencia juvenil» y «homenaje» para
contar los diferentes momentos de la noticia. La Gaceta también optó por
«violencia adolescente» e insistió con «muerte en Barrio Norte» y «crimen en el
centro», con los cuales marcó uno de los ejes principales de las coberturas:
los tucumanos no estamos preparados para que «esto» pase entre las 4 avenidas
principales de la ciudad capital.
Además los redactores o redactoras de las noticias mostraron entre líneas
su «sorpresa» por la procedencia de los jóvenes involucrados, los agresores,
todos estudiantes de colegios privados de la zona. Si bien la mayoría de las
publicaciones sobre el caso se dieron en la sección Policiales, La Gaceta también
le dedicó un espacio editorial: «El homicidio de un estudiante en el microcentro»
en el que condensó la «sorpresa» porque los eventos violentos a los que la
periferia nos tiene acostumbrados haya llegado «al centro». En 2016 habían
titulado «Video: así fue la batalla campal entre estudiantes que se produjo en
pleno centro», mostrando la misma inquietud.
La solidaridad inmediata ante el caso Piccineti no sólo se expresó en el
nivel afectivo, manifestado en diversos titulares como «El emocionante rap
con el que despidieron a Matías Albornoz Piccinetti» (El Siglo) sino también en
el nivel racional, en la elección de las fuentes que se pronunciaron sobre «el
caso» y «la temática». Los medios se esmeraron por contar con la voz autorizada
de un sociólogo y un psicólogo; el ministro de educación de la provincia, la
328 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

rectora de la Universidad y hasta el gobernador se refirieron tanto a la muerte


de Albornoz Piccinetti como al problema de «la violencia».
El Tucumano propuso un fuerte posicionamiento al titular «La tragedia
enluta a la comunidad estudiantil», y fue el único medio que incluyó entre sus
publicaciones una «políticamente incorrecta» nota de opinión de un egresado
del Colegio al que iba Matías Albornoz. En esa nota se reflexiona sobre la
participación por acción u omisión de todos nosotros/as en situaciones de
violencia cotidianamente. La revista Contexto dio cuenta de la relevancia de la
temática, que fue tomada por las autoridades educativas provinciales: «Muerte
en Barrio Norte: estudiantes dedicaron el día a reflexionar sobre la violencia».
Si de encuadre hablamos, en cuanto al lenguaje usado para referirse a
los hechos, se destacaron curiosos titulares como «Dos alumnos fueron
atacados por tres adolescentes con armas blancas», de La Gaceta, que contrastó
«alumnos» (víctimas) con «adolescentes» (agresores), en plena vigencia de la
propuesta del gobierno del presidente Mauricio Macri de bajar la edad de
punibilidad. El mismo diario propuso «Tres menores están acusados por la
agresión a dos estudiantes, tras la pelea en el centro» el mismo 19 de mayo.
Para esos presuntos homicidas, que no sólo también son «alumnos» sino
que son –al menos dos de ellos– inimputables, las notas se hicieron eco de un
supuesto «reclamo social» de internación en el instituto Roca que aloja adoles-
centes infractores a la ley penal. Incluso los medios «vigilaron» durante la
siguiente semana que los «menores» no fueran liberados. Contaron casi minuto
a minuto la extensión del encierro y finalmente su liberación. El eje de la
imputabilidad de los menores quedó también presentada como reclamo en el
titular «El principal sospechoso de la muerte del alumno del Gymnasium
tiene 15 años y es inimputable». Más tarde, el 26 de junio, La Gaceta profundizó
esta línea aunque en otro caso: «Un adolescente atacó a balazos a un grupo
de personas en el parque 9 de Julio», con lo que dejó claro que los adolescentes
–al menos cuando incurren en un acto violento– no serían personas.
La noticia circuló durante varias semanas, y perdió fuerza cuando otros
menores protagonizaron situaciones graves: uno de 13 años manejaba un
auto y chocó, otro de 16 atropelló a una joven y huyó. Pero mientras se mantuvo
en primera plana, la muerte de Matías fue el centro de charlas informales
familiares, de grupos de amigos, en los espacios de trabajo. Y da cuenta de
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 329

esta capacidad de generar conmoción, la publicación del 22 de mayo, cuando


La Gaceta aportó una timeline con la que reconoció que los medios convirtieron
a la noticia en un acontecimiento mediático: «Día por día: la cronología del
asesinato de Matías Albornoz Piccinetti y sus repercusiones» Contexto aportó
en la misma tónica con «Video: a una semana de la noticia que sacudió
Tucumán, la muerte de Matías Albornoz».
En el medio de la conmoción causada por la muerte de Albornoz Piccinetti,
se vislumbraron algunos gestos de análisis, de mesura, de intento de
comprensión. En El Tucumano, Juan Pablo Sosa escribió la nota titulada
«Entiendo la bronca, pero no compartan esa foto», para referirse a la imagen
del presunto agresor que comenzaba a circular en las redes sociales y a
fomentar el instinto linchador que en Tucumán está a la orden del día. «Hay
que ver qué fue lo que llevó a este chico a tomar la decisión de quitarle la vida
a otro chico casi de su misma edad. Qué pasa en los lugares en donde deberían
contenerlo. En qué estamos fallando los adultos. No alentemos a los oportu-
nistas que van a salir a pedir mano dura y penas para menores de edad. Hay
que comprender que ese chico tiene muchísimo para aprender en la vida. Por
lo demás, respeto y acompañamiento a la familia y amigos de Matías», expresó.

Reflexiones finales
En este trabajo hemos reflexionado sobre los modos en que los medios
construyen versiones discriminatorias sobre las infancias pobres. Criminalizan,
estigmatizan y generan el consenso necesario para que la Baja de la edad de
punibilidad aparezca como mágica solución a problemas de inseguridad,
narcotráfico, pobreza, debilidades del sistema educativo, de salud y de justicia.
Intentamos contextualizar los datos analizados, para comprender qué
tiene de particular este momento histórico y nos encontramos con el ajuste,
la criminalización de la protesta, el nivel inédito de concentración de la propie-
dad de los medios, la posverdad y el aumento de la represión de protestas
sociales.
Ha quedado descripto cómo es que los medios de comunicación producen
mensajes, representan y manipulan la realidad mediante diversos mecanismos
de construcción de sentidos. Y por qué el denostado principio de la manipu-
lación permite hacernos cargo de leer críticamente y aprovechar la potencia
330 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

de los medios en la promoción de la democracia comunicacional.


Con la recorrida por los paradigmas sobre la relación entre los medios y
la educación, aprendimos que a partir de la propuesta participativa, lejos de
proponerse la impugnación de los contenidos o la discriminación entre
productos «buenos» y «malos» podemos comprender mejor y desangelar a los
medios. A partir de allí, hemos podido ver cómo la discusión por la baja de la
edad de punibilidad ocurre en gran parte «en», y «gracias a», los medios de
comunicación, que es donde se define la agenda de cuestiones que la sociedad
debe considerar prioritarias.
Como hemos sostenido en este texto, los medios de comunicación vinculan
mecánicamente el tema de la baja de edad de punibilidad con la inseguridad
urbana, asunto prioritario desde hace algunos años en la agenda mediática
de nuestro país. En este trabajo hemos aportado visiones que desmienten esa
asociación. Uno de los rasgos de la discusión mediática de tema es que siempre
se retoma o refuerza a partir de un hecho, un caso individual, y se mantiene
mientras la narración de ese caso resulta atractiva para las audiencias. No se
siguen las experiencias reales de vida de cada uno de los niños que en su
momento fueron retratados como delincuentes y peligros sociales. Por ello
entendimos que comprender el vínculo entre los medios y la baja de edad de
punibilidad se vuelve clave. Si pensamos en coberturas de noticias clasificadas
como «Información sobre inseguridad», o representaciones relacionadas con
la participación de niños y niñas en acciones consideradas delictivas y en el
relato acerca de cómo las instituciones abordan y procesan tales aconteci-
mientos, tenemos que situar a los medios en el lugar de actores clave del
mismo fenómeno que intentan relatar, reflejar, transmitir.
Pero a diferencia de otros actores atraviesan toda la escena que a su vez
ayudan a construir pero esconden su condición de juez y parte. Lo que vemos
en forma de noticias, coberturas, informes especiales, o simples cuadros
informativos son modos de construcción del mismo escenario en el cual nos
posicionamos las audiencias para darle forma a lo que socialmente termina
interpretándose como «problemática de inseguridad».
Los medios informan, eligen los límites de la agenda, se inclinan por la
consulta a determinadas fuentes, narrativizan y ficcionalizan el relato para
enmarcar el debate dentro de los cánones del infoentretenimiento. Los medios
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 331

no hablan como lo hace la policía, ni los referentes de Organizaciones No


Gubernamentales o Movimientos Sociales, no se expresan sobre la edad de
punibilidad como la Justicia, los académicos, o los investigadores
especializados. Tampoco como lo hacen los funcionarios del sector cuya
responsabilidad son las políticas públicas (Secretaría de niñez, Ministerio de
Desarrollo Social, etc.) No se expresan en la discusión (como medios) sino que
construyen el escenario donde la discusión ocurre. Le ponen los límites y la
coloratura al teatro de operaciones, modulan las voces, distribuyen los
elementos de la escenografía.
El otro carril por el que transita este trabajo es la profunda concepción
de la comunicación que se esconde en el tratamiento sobre las noticias que
involucran a niños/as, en particular de sectores vulnerables: se naturaliza la
concepción de información como mercancía, como parte de un esquema de
negocios, mientras se debilita la presencia del concepto de noticia como
derecho, como parte de las garantías intrínsecas del sistema democrático sin
las cuales resulta irrisorio el ejercicio de la plena participación, la expresión,
la voz propia y la diversidad. El recorrido por la normativa nacional e
internacional realizado da cuenta de un marco inclusivo y de derechos
humanos que sin embargo está nuevamente enfrentado a los intereses del
mercado, y con un Estado que se limita a facilitarle las condiciones de
concentración de la propiedad y sinergia de contenidos y visiones.
Desde un tiempo a esta parte, como se ha documentado en este trabajo,
la legislación de protección de derechos ha avanzado considerablemente.
También la normativa sobre comunicación audiovisual pretendió adecuarse
a los estándares de derechos humanos, aunque su parcial derogación por
parte del gobierno de Mauricio Macri la ha debilitado considerablemente.
Numerosas guías de recomendaciones sobre cómo realizar coberturas
responsables circulan en el país y Latinoamérica. Conocimiento sistematizado
sobre la importancia de abordajes periodísticos cuidadosos ha sido puesto a
disposición de todos los comunicadores. Sin embargo, la lógica comercial no
se deja penetrar tan fácilmente.

Además hemos documentado entre las operaciones discursivas hegemó-


nicas, que el tratamiento de temas vinculados a las infancias vulnerables
332 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

tiende a fortalecer imaginarios de abordajes individualistas o filántropos


(colectas solidarias, búsquedas de personas, etc.) mientras se debilita la
esperanza en la eficacia de las políticas públicas. Hemos mostrado cómo los
medios de gran audiencia desarrollan una batería de mecanismos de
estigmatización social que encasilla a los niños pobres en roles previsibles, y
prepara a los sectores medios para que brinden un consentimiento pasivo
hacia las políticas de mano dura y de baja de edad de punibilidad.
En cuanto a los informes tomados como muestra en este artículo, cada
uno de ellos da cuenta de una característica particular de la relación entre
medios y política: en el de El Polaquito se expresa la necesidad de un sector
político de legitimar la represión en alianza con los medios y la policía como
forma de disciplinar barrios y de desarrollar una política de «higiene social».
Va de la mano el pedido de baja de la edad de punibilidad y de deslegitimación
de los movimientos sociales.
El caso de «Camila estudia en una esquina mientras pide limosna» fue
utilizado como un condensador de los males sociales que aquejan a la provincia
de Tucumán y sus cuentas pendientes irresueltas, como el hambre, la pobreza,
la inseguridad y el no cumplimiento de derechos básicos. Entendemos que el
informe construyó una mirada estigmatizante a través de aspectos retóricos
audiovisuales como juegos de cámara (del estudio al móvil y viceversa), con
un permanente tono condescendiente por parte de los conductores y el
movilero, la recurrente mirada a cámara para apelar a la emotividad, y el uso
de redes sociales para dar cuenta de la conmoción social generada por la
situación. En este sentido hay una alusión permanente al rating del informe
y a la celebración de la visibilidad mediática de la niña en cuestión.
El tono moralista y pedagógico del informe se manifiesta en diversos
momentos. La madre es analfabeta y vive en la miseria pero quiere otra vida
para su hija y por eso la trae a la escuela todos los días. Parecen explicarnos
que hasta los pobres más pobres pueden hacer un esfuerzo para que sus
hijos estudien y se superen
Las guías disponibles sobre coberturas responsables en clave de derechos
humanos indican la importancia de relacionar problemáticas puntuales de la
vida de los niños con políticas públicas destinadas a abordar las mismas con
lógica social.
ANEXO III. LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DEL ESCENARIO... 333

En cuanto a la muerte de Albornoz Piccinetti, el joven de clase media, se


destaca el lenguaje y los énfasis de los medios al titular sus noticias: el contraste
entre «alumnos» (víctimas) y «adolescentes» (agresores), en plena vigencia de
la propuesta del gobierno del presidente Mauricio Macri de bajar la edad de
punibilidad produce un claro sentido estigmatizante. Y el refuerzo de
estereotipos sobre los jóvenes, no a partir de la descripción de los jóvenes
pobres como delincuentes, sino de los de clase media como pobres estudiantes
que repentinamente pueden morir como consecuencia de «la violencia».
Entonces nos preguntamos quién gana con este tipo de coberturas. Y ahí
nos damos con tres aspectos: la pauta que reciben los medios por parte del
Estado, la impunidad que ganan las fuerzas represivas, y el consenso sobre
la necesidad de la baja de edad de punibilidad.
Frente a ese panorama, nos preguntamos por los desafíos educativos y
las posibilidades de formarnos como lectores críticos de mensajes mediáticos.
Nos vemos en este escenario ante la posibilidad y necesidad de retomar la
senda trazada por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, con la
desconcentración de la propiedad de los medios pero sobre todo con el fomento
de los medios populares, estatales, universitarios. Y sin fines de lucro en
general. No hay posibilidad de enriquecer el paisaje comunicacional si no es
aumentando la cantidad de voces que efectivamente circulen y puedan
participar del debate ciudadano. Hay que mantener activas todas las vías de
financiamiento que aumenten la producción de contenidos federales,
regionales, respetuosos de las identidades y enmarcados en el respeto a los
DDHH.
En particular pensamos que es necesario el fomento de medios
protagonizados por niños y jóvenes, y el desarrollo de una escucha atenta,
una real empatía y una mirada que no estigmatice. En este sentido, también
es estratégico fortalecer los medios llevados adelante por organizaciones sociales
y formar estudiantes de comunicación y periodistas que al insertarse en medios
comerciales pueden usar otro enfoque. Y empoderar audiencias.
334 EMANUEL GALL, EVA FONTDEVILA

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336
337

UNA RADIO EN LOS


Anexo CERROS TUCUMANOS:
IV FM RACO 88.9

FM Raco

Esta radio comunitaria, emplazada en los cerros tucumanos1, ha sido


sede de múltiples prácticas comunicacionales, culturales, de lectura y escritura
del mundo. Estudiantes de Comunicación y de otras disciplinas han dialogado
con vecinos y vecinas de todas las edades en la experiencia territorial de la
Fundación Abrojos, que tras un recorrido de varios años se hizo aire, se convirtió
en nuestra onda en el cerro.

Breve Historia y Antecedentes Organizativos


La Fundación Abrojos obtuvo su persona jurídica en 2009. Sin embargo,
desde 2007 trabaja en la localidad de Raco, donde tiene su sede física. En
2013 obtuvimos la licencia para la radio comunitaria de baja potencia, que
comenzó a transmitir en mayo de 2014 con el apoyo de la Comisión Nacional
de Comunicaciones, que nos donó la antena y la instalación.
Fue un hito en el proceso de construcción con jóvenes comunicadores
raqueños. El estudio de la emisora había sido montado en 2011 con apoyo de
la Secretaría de Niñez, Adolescencia y familia de la Nación y equipado en
2012 (cuando adquirimos consola, micrófonos, auriculares y una computadora
que nos donó el Ministerio de Industria).
En 2007 la actividad había comenzado con la revista Periodistas Escolares,
en la que adolescentes raqueños asumieron la responsabilidad de contar su

1
Raco es una villa veraniega bella y pintoresca situada a 50km. De San Miguel de
Tucumán. Enclavada entre los cerros, se destacan sus callecitas onduladas cuyos
nombres remiten a canciones de Atahualpa Yupanqui. Raco significa «expansión,
firmamento, vista».
338 FM RACO

realidad. En 2008 creamos la Biblioteca Popular Paulo Freire, Desde 2009 se


llevaron adelante talleres de reciclado, diseño gráfico, gimnasia para mujeres,
lectura para niños y niñas, plástica, armando de bijouterie y computación.
Recuperar la historia de algunos hitos es clave para comprender a la
Radio Comunitaria como un eslabón más que compone una cadena de
intervenciones en vistas a fortalecer la comunicación comunitaria. Todas
forman parte de una estrategia común que parte de concebir a los sujetos
como protagonistas de los procesos de enseñanza y aprendizaje y como
constructores de sentidos sociales.
En 2010 en articulación con la Mesa de Gestión Local inauguramos el
actual Telecentro Educativo Raco o ciber comunitario, espacio que formó parte
de la Red de Centros de Enseñanza Aprendizaje del programa MI PC del
Ministerio de Industria de la Nación.
En 2011 el marco del Taller de Periodismo se organizó el primer debate
de candidatos a delegados comunales abierto a la comunidad.
En 2010 y 2011, convocados por el Ministerio de Desarrollo Social de la
Provincia, coordinamos la capacitación de 13 radios comunitarias en formación.
En esta experiencia desarrollamos propuesta de diagnóstico participativo con
los responsables de cada una de las futuras emisoras a lo ancho y largo de la
provincia.
Desde 2011 Abrojos formó parte del Nodo de Televisión Digital de
Tucumán, el espacio «Ronda por los derechos», la «Feria de Políticas Sociales»,
el «Foro por una Nueva Ley de Contravenciones», la «Red de Jóvenes» que
impulsa la Fundación ANDHES y la mesa No a la Baja de Edad de Punibilidad.
Abrojos produce materiales gráficos y en otros soportes aptos para ser
utilizados en propuestas pedagógicas. En 2008 los miembros de Abrojos
escribieron el Manual de Periodismo y Comunicación para el trabajo
Comunitario.
Durante 2011 realizamos el CD Radioarmadores 1 para facilitarles a las
radios comunitarias un material que acompañe la formación. Y la organización
publicó dos libros: «Pensar en/con los Niños, Niñas y los Jóvenes. Entrevistas
para reflexionar desde la praxis pedagógica y política», y «Cuando la
Comunicación une Territorios. Conversaciones para pensar nuestras radios
comunitarias». Y las guías «Cómo armamos un programa de radio, «Cómo
ANEXO IV. UNA RADIO EN LOS CERROS TUCUMANOS: FM RACO 88.9 339

hacemos la cobertura de un evento» y «Cómo usamos la fotografía para cubrir


nuestros proyectos y eventos».
El mismo año creamos la Agencia de Noticias sobre Infancias de Tucumán,
Argentina (ANITA) que distribuye información sobre infancia con enfoque de
derechos. Esta experiencia le permitió a la organización el acercamiento a
diversas organizaciones sociales, agrupaciones estudiantiles, organismos
públicos, cooperativas, militancias alternativas, etc. que favorecieron el vínculo
con fuentes diversas que pudieron enriquecer los contenidos de la agencia.
Ese camino recorrido también ayudó a visibilizar nuevos temas y contenidos
con un enfoque respetuoso del trabajo acumulado por la militancia durante
años. En ese sentido la agencia no es solo una herramienta informativa sino
que se transforma en un espacio de socialización, educación y construcción
colectiva de saberes.
La agencia de noticias fue de alguna manera un antecesor de la radio y
un productor de agenda que sirvió para ir construyendo una dinámica
previsible de trabajo. La radio como productora de contenidos locales encuentra
en la Agencia ANITA un espacio en donde se ejerce una dinámica cotidiana de
producción de contenidos con una temática específica, y basados en el enfoque
de derechos.

En Raco sonó una Radio


La radio debía tener peso e identidad en su propio nombre. FM Raco 88.9
como medio local en un lugar sin experiencia de medios locales previos era
una elección que sintetizaba la búsqueda de un nombre que refuerce el sentido
de pertenencia y la necesidad de que desde el mismo nombre se haga alusión
a la información local de modo preponderante. «Nuestra onda en el cerro»
como slogan de bajada también remite al contexto en el que la radio se inserta,
un pueblo de cerro con prácticas propias de un lugar con características de
montaña. Grandes distancias, muchas caminatas al borde de la ruta para
poder desarrollar las actividades de la vida cotidiana y sobre todo mucha
cultura del boca a boca en una comunidad que no cuenta con buenos medios
de transporte público y tampoco con medios de comunicación para informarse.
Desde la puesta al aire de FM Raco, la repercusión entre vecinos y vecinas
ha mostrado la importancia de contar con una radio comunitaria que sirva
340 FM RACO

como herramienta de difusión y construcción de voces locales, como canal de


expresión y participación, como lugar de encuentro y socialización, etc. Los
objetivos siempre tuvieron que ver con construir un medio que informe sobre
cuestiones de interés local (sin perder de vista la necesidad de informarse
sobre lo provincial y nacional), que promueva los valores artísticos y culturales
de Raco y Tucumán, que sea una herramienta de educación social, de
integración y una puerta abierta a la participación de todos los actores
significativos de la comunidad raqueña.
Por otro lado FM Raco debía tener una capacidad articuladora de la
agenda de las instituciones políticas, culturales y sociales de Raco, de las
instituciones con capacidad de producir contenido político significativo de
manera cotidiana. La capacidad de transformar esos estímulos locales en
información válida para el ejercicio de la ciudadanía era un desafío comunica-
cional que disparó la iniciativa y sigue siendo un desafío actual que requiere
un fortalecimiento institucional costoso pero importante. Toda radio que se
transforma en agente consolidado capaz de procesar el vínculo sistemático
con las agencias e instituciones de la comunidad ya tiene un paso dado, muy
importante en ese proceso permanente de construcción de un medio local
como tal. No se trata solo de acceder a información local, se trata de poder
constituirse en un interlocutor relevante para las figuras predominantes de
cada una de las instituciones locales, sean estas del campo político, social,
cultural, educativo, deportivo, artístico, etc. Un contacto oficial de una radio
local debe ser el primer lugar a llamar con el fin de transmitir una información
relevante para un referente institucional local. Cuando eso pasa y se ejerce de
manera cotidiana es señal de que la radio ya se ganó un lugar de importancia
en la consideración pública de la comunidad. La Comuna Local, las escuelas,
los CAPS, los clubes, los centros culturales, las bibliotecas, los comedores y
las agrupaciones deben encontrar en la radio un espacio de confianza, receptivo
y productivo donde la información fluya, se procese, se emita, genere
intercambios, se retroalimente, genere devoluciones por parte de la comunidad.
En ese sentido el diagnóstico inicial contemplaba las necesidades de contar
con un medio donde niños, jóvenes, adultos, personas que actúan en las
instituciones locales, o que trabajan en los comercios de la zona, así como las
autoridades políticas tengan cada vez más lugar en la radio para hacer conocer
ANEXO IV. UNA RADIO EN LOS CERROS TUCUMANOS: FM RACO 88.9 341

sus pensamientos y aportar así a un verdadero diálogo social que ayude a


construir protagonismo y haga participes a los vecinos de la agenda diaria.
Promover el derecho a la comunicación a partir del ejercicio concreto y la
práctica cotidiana de ese derecho. Una radio como una herramienta de
empoderamiento social a nivel local con fines concretos de incidencia territorial.
Una radio como una senda hacia la ampliación de derechos a partir de la
visibilización y el pleno ejercicio de la voz propia.

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