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¿Quieres Dinero? ¡Lee!...


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PORF. JUAN T. GONZALEZ


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¿QUIERES DINERO? ¡LEE...!


Este libro enseñ a lo que se gana leyendo; el modo de
mejorarse en el mucho, ganar má s y ocupar un puesto
mejor, convirtiendo en pesos las letras que tienen los libros.

Quinta edició n: 1991


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Quinta edició n: 1991


2ª. Reimpresió n 1993

© Derechos reservados
conforme a la ley.

ISBN 968-6334-08-4

IMPRESO Y HECHO EN MEXICO


PRINTED AND MADE IN MEXICO
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¡LEE!
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La humanidad que lee es la


humanidad que sabe.
Víctor Hugo.
Un libro es una cosa sagrada.
Milton.
¿Sabes leer?
Si hacemos esta pregunta al que pasa por la
calle, es casi seguro que nos contesta: “Si señ or”.
Ya no hay analfabetos en nuestro pueblo. La
generalidad sabe leer. Hombres, mujeres y niñ os
vemos que pasan por la calle leyendo los avisos
que reparten los comerciantes o los programas de
los espectá culos en los salones de diversió n.
Si preguntamos a las mismas personas –“¿qué
libro lees tú ?”- la contestació n con una ligera
diferencia de palabras es esta: -“Yo no leo ningú n
libre: no me gusta leer”.
Qué tristeza tan profunda causa oír decir eso,
no solamente a las gentes de nuestro pueblo bajo,
ni a las de la clase media; sino a muchas personas
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que tienen mucho que ver con la lectura, pues ni


siquiera se acercan al libro, le huyen con mil
pretextos.
Unos dicen que no leen porque se enferman de
la vista; otros porque les cansa la luz, artificial y la
luz natural; los otros porque no tienen tiempo y los
má s simplemente porque no les gusta.
¡Qué espectá culo tan pobre presenta el pueblo
donde no se lee!
¿Qué es no leer? Buscar la ignorancia, caminar
para atrá s, volver a perder lo má s sagrado que nos
legaron nuestros antepasados: la ilustració n;
perder el desarrollo del pensamiento, perder
nuestras energías por falta de ejemplo; agotar
nuestro espíritu y envolverlo en una atmó sfera tan
vulgar, que se asfixia, y en fin, dar vueltas y má s
vueltas en un círculo tan estrecho que la parte
pensante de nuestro ser se embota, se rebaja y se
va materializando hasta que nos hace perder esa
barrera que nos se para el bruto. ¡Volvemos a la
estupidez! ¡Volvemos a la barbarie!
¿Có mo se sale de la ignorancia si no leemos?
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¿Por desgracia se ha imaginado alguna persona


que se instruirá sin leer?
¿Hay alguien en el mundo que piense que sin
leer va adelantando en conocimientos, en fuerzas,
en poder, en personalidad?
Diariamente estudiamos, si no en libros, sí en las
cosas pues desde que “Dios echó su luz al mundo”
cada uno trata de adivinarle al que negocia con él,
todo lo que tenga de debilidad para ganarle mejor;
en vez de estudiar el medio de mejorar el trabajo y
hacerlo má s efectivo para ganar má s. Cada uno
trata de llevarse al que pueda, en vez de tratar de
ayudarlo, pues los libros enseñ an que todos los
hombres no somos enemigos, sino hermanos; pero
el mundo no lee, por eso no sabe.
El que no lee se encuentra sumido en una
ignorancia, tanto má s negra, tanto má s criminal,
cuantas má s sean las facilidades que tenga para
mejorarse y para mejorar a los demá s que de él
dependan, y de esa ignorancia no saldrá mientras
no lea.
El libro es una antorcha, de una luz tan clara
que no só lo hace ver las tenebrosidades que
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esconden los corazones perversos de los hombres;


sino que rompiendo ese velo espeso que cubre
nuestra pequeñ ez, nos abre los ojos del alma, y
podemos remontarnos hasta el cielo, hasta
contemplar al Dios lleno de amor y sabiduría.
Si el mundo no leyera, si se acabaran los libros
en el mundo ¡podre humanidad! Tendría que
comenzar de nuevo su obra de civilizació n, que le
ha costado siglos de dolores y raudales de
lá grimas.
Estamos en una época prá ctica, en una época
donde se aprecia solamente lo que significa
verdad; pero ¿dó nde encontraremos esa verdad si
no la encontramos en el libro? Allí está n las
grandes verdades de la ciencia, que no es otra cosa
que la experiencia de muchos sabios y muchos
sabios. ¿Por qué el pueblo no utiliza esa
experiencia? Sabe leer, le falta solamente querer
hacerlo.
¿Hay entre todos los hombres uno solo que sepa
todo? No lo hay, ni puede haberlo: los hombres
tenemos que ayudarnos unos a otros; nuestras
ideas tienen que unirse para perfeccionar
cualquier arte, de manera que el obrero necesita la
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idea de todos los obreros que trabajan en su


mismo oficio; así como el ductor necesita las ideas
de otros doctores; el ingeniero de otros ingenieros,
el maestro de otros maestros y el sabio de otros
sabios. Pero esas ideas. ¿Có mo se comunican si no
es con el libro? No hay otro medio de comunicar
nuestros ideales, nuestra impresiones, nuestros
pensamientos, que por medio de esos batallones
de letras que tienen los libros hirviendo en sus
entrañ as.
Obrero, amigo mío, si tú quieres mejorar tu
oficio; si quieres mejorar tu trabajo; si quieres
reunirte con una sociedad culta, con una sociedad
que te anime, que te consuele, que celebre tus
luchas, que haga suyas tus victorias, que te enseñ e
el camino por donde marchan los que vencen, los
de allá que está n muy arriba, que te miran con
desprecio, que te niegan su ayuda que tanto
ambicionas y que para nada necesitas; si quieres,
en fin, bastarte a ti mismo, ser un héroe como no te
lo imaginas, busca el libro; ése es tu mejor amigo,
ése es el apoyo que has de tener porque ése no te
engañ a; siempre es el mismo. Te dice la verdad y te
la dice aunque sea contra ti y contra el mundo
entero. Esa letra muda que allí ves señ alá ndote un
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defecto y diciéndote que vas mal, no se cambiará


nunca: siempre estará allí para castigarte si faltas,
para ennoblecerte si cumples. ¡Bendito el libro que
no teme decir la verdad!
Ven a leer y ya no será s el para despreciado de
los ricos, juguete de los ambiciosos, instrumento
de los malvados y blanco impasible del cañ ó n y la
bayoneta. No naciste para ser un imbécil. Eres
hombre como todos y aú n má s que muchos,
porque la naturaleza te ha arrojado en medio de la
nuda batalla de la vida y tu cuerpo y tu espíritu
está n templados para la lucha. Lucha tremenda y
santa que tú sostienes con una abnegació n que
pasma y que los que te explotan tiemblan al ver
que llegará el día en que despiertes y ocupes el
lugar que te han robado, aprovechá ndose de tu
ignorancia.
Tienes fuerza, puesto que el hombre te ha
engordado; tienes valor porque no te asusta el
trabajo; eres sufrido porque obedeces a otros má s
débiles; te falta solamente que no te dejes explotar
y para eso necesitas saber, necesitas estudiar,
necesitas leer.
¡Lee! ¡Allí está tu salvació n!
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No creas en las prédicas de esos zá nganos que


beben tu sangre. Lee para que no te envuelvan en
una ilusió n y te quiten el fruto de tu trabajo con un
vaso de alcohol.
Eres un rey; pero un rey esclavizado porque no
sabes lo que significa leer, estudiar, aprender.
Cuando leas y te apropies esos verdades que
convierten al hombre en un ser poderoso, verá s
cuá nta má scara hay en derredor tuyo,
comprenderá s cuá nto has pagado por ser
ignorante, pues el “no leer” te ha costado la vida y
si quieres convencerte de ello, tiende tu mano en
tu derredor y contempla el triste papel que
desempeñ an los que no saben leer, pues otros
seres má s débiles los aprovechan tan só lo porque
leen y estudian, y en ese estudio y en esa lectura,
aprenden cualquiera fechoría, unos cuantos
garabatos que hacen en un papel: pero que porque
saben eso, ganan má s que tú , ocupan un lugar
mejor que el tuyo y no sudan esos eternos días de
sol a que está s condenado por ignorar lo que otros
saben.
El libro es un arma poderosísima y si llegas a
tenerla entre tus herramientas de trabajo, ¡ay de
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esos vampiros que chupan el su don bendito de tu


frente! La luz destruye las larvas; los gusanos se
esconden de ella y los murciélagos huyen
avergonzados donde penetra un rayo de luz.
El libro es la antorcha que iluminará tu camino.
El conduce a los obreros de las naciones
civilizadas: no a las huelgas terribles, no al
destrozo de la propiedad, sino al reclamo justo y
honrado del precio del buen trabajo. Tú no será s
un buen trabajador si no lees. Tú no sabrá s nada.
No saldrá s de esa atmó sfera de humillació n y de
dolor donde te puede hundir la ignorancia.
Hay en el mundo muchos sabios que está n
llamando a tus puertas, que quieren ayudarte con
sus ideas, y las bibliotecas y las librerías está n
llenas de libros que te hablan de un porvenir que
mereces, porque trabajas; del adelanto a que tiene
derecho el que como tú encallece sus manos en el
trabajo; pero tú has estado sordo a su voz, porque
mientras los libros se envejecen en las librerías, tú
te engolfas en una ignorancia estéril porque has
cometido el error de ver con desprecio al libro, al
amigo file de los que buscan el porvenir.
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Un libro es un tesoro inestimable, pues allí se


encuentra la sabiduría; y la sabiduría es un
atributo de poder tan grande que hace milagros.
Lee y tu porvenir cambiará inmediatamente. Si
eres ignorante puedes ser sabio; si eres, pobre
puedes ser rico. Tiende tu mirada en tu derredor y
verá s que hay solamente dos clases de hombres:
los que saben y los que no saben. Las que saben son
los que mandan, los que dirigen; y los que no
saben son los atrasados, los podres, los esclavos.
No hay desgracia má s grande que ser ignorante,
porque la ignorancia es una obscuridad muy
profunda y el que vive en la obscuridad camina de
una manera incierta, sin tener en la vida ni el
menor sabor, pues “vale má s un día que vida de un
sabio que toda la vida de un ignorante”.
Mientras seas ignorante habrá ambiciosos que
vengan a ofrecerte la riqueza, la abundancia, el
saqueo de las grandes poblaciones, la política de
las “manos libres” y armá ndote de un fusil te
pondrá n frente a tus hermanos, obrero también,
para que los mates, los destroces y de esa manera
te convierte en destructor de tu misma patria, ¡un
traidor! y tú sin saberlo vas defendiendo en quién
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sabe que, al que le dedicas tus desvelos, toda tu


vida, toda tu sangre… Montones y montones de
obreros caen bajo las balas mientras que los que
los utilizan, se ríen y gozan de la victoria; tus hijos,
que se han estado muriendo de hambre, te abrazan
cuando vuelves al hogar, decepcionado y triste
porque te falta un brazo o una pierna para ganar el
sustento, pues triunfaste; pero como no sabes, no
serviste para nada, y te despreciaron… Si por
desgracia perdiste, ya te imaginará s el dolor de tu
esposa, de tu madre y de tus hijos, al verte colgado
de un á rbol o atravesado por una bayoneta. Todo
porque defendías a otros, todo porque no sabías lo
que hacías, todo porque nunca lees y no sabes lo
que pasa y todo en fin, porque te falta el libro, la
historia, para que comprendas có mo el mundo ha
explotado por siglos y siglos a la ignorancia,
arrojá ndola a la boca de los cañ ones.
Tú , amigo mío, te recibe contra la idea de que
eres ignorante, pues nadie quiere serlo, ni quiere
que se lo digan, pero supongo que seas un hombre
muy instruido. Si no lees, estas estudiando para
ignorante.
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Cuando un doctor recibe su título, no creas que


se contenta con saber lo que sabe; sino que estudia
y a pesar de que no tiene mucho tiempo
disponible; un ingeniero hace la misma cosa; un
profesor debe hacer lo mismo, y, en fin, el que se
titula en alguna profesió n, estudia y estudia para
ensancharla, para engrandecerla, para
aprovecharla, pues todos los profesionistas
comprenden que si no estudian; olvidan, se
entorpecen y poco a poco pierden lo que costó
tanto tiempo y dinero y privaciones. ¿Cuá nto má s
tienes que estudiar tú , amigo mío, cuya ilustració n
no debe ser mucha?
Probablemente tú no te has imaginado que el
libro es un amigo que te habla en silencio, sin
levantar la voz, sin humillarte; que se dirige al
grupo; pero no a determinada persona. En
consecuencia, no te lastima, no te habla en pú blico
y que siempre, siempre, te dice lo mismo, pues
mientras lo leas, allí está ese batalló n de renglones
que te fusilan con sus verdades o que tiran salvas
para proclamar tus triunfos. Esas letras que se
agrupan allí está n festejando una verdad. Son
plenipotenciarios que vienen en representació n de
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un emperador muy grande que se llama: EL


PENSAMIENTO.
Lo que los sabios pensaron, lo que los grandes
dijeron, allí está aprisionado en el libro, esperando
solamente que pases por ahí tus ojos para que
recojas una idea que tiene que ser ú til, pues no hay
libro, por malo que sea, que no tenga algo bueno.
Lee, amigo mío; no hay otro medio de
comunicarse los hombres sus pensamientos
profundos, sus teorías, sus experimentos, sino
leyendo.
¡Con el libro dominará s siempre!
¡El libro es tu amigo!
¡LEER!
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COMO SE APRENDE
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Los mejores amigos en las


horas de desgracia, son los
libros.
Sentencia Arabe
Yo creo, amigo mío, que a tí como a mí y como a
todos, el problema que má s te preocupa es el de la
vida, pues eso de ganar dinero para vivir, eso de
tener que comer y vestirse, eso de gozar, y en fin,
todo lo que se relaciona con nuestra familia, con
nuestra posició n social, con la formació n del
porvenir, con los días negros en que no se consigue
trabajo, con las enfermedades que no faltan y con
esos gastos extraordinarios que nos irritan, son
problemas que al mejor lo hacen desesperar.
Verdaderamente, el problema de la vida es algo
difícil; pero no por eso dejamos de resolverlo bien
si nos proponemos. Pues cuando no podemos
nosotros, hay otros que nos ayudan a resolverlo,
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hay muchos amigos que nos dicen có mo debemos


hacer que no nos molesten aquellos a quienes les
debemos. Ellos nos presentan muchos planes que
debemos seguir y estos planes no son ilusiones,
sino el resultado de la experiencia y que se han
comprobado un sinnú mero de veces. Ellos nos
llevan de la mano cuando no podemos caminar
solos, pues el camino de la vida se ha hecho tan
difícil que necesitamos que nos lo enseñ en para
caminar bien. Nadie crea que todo lo sabe, porque
siempre se ignora mucho. Pues bien, esos amigos
de que te hablo son los libros. Con un peso o dos
compras un libro que te guía por el mejor camino y
que si lo sigues llegará s o donde te propongas.
Si tú eres carpintero y quieres ensanchar tu
oficio, ¿có mo haces? ¿Te contentas con aprender lo
qué te enseñ an los compañ eros? Pues eso en muy
poco tiempo ya lo sabes. ¿Qué má s haces para
aprender? Haciendo un viaje a Nueva York es
seguro que aprenderías muchísimo y sabrías có mo
se adelanta tu negocio; pero hay un medio má s
sencillo y es que hagas que un buen carpintería.
¿Crees tú que esto sería muy difícil? ¿Qué costaría
mucho dinero? No, señ or; no te cuesta má s que
una fuerza de voluntad y un poco de dinero, es
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decir: un peso o dos, pues compras un libro de


carpintería editado en Nueva Yorn y ya tienes es
en tu casa un carpintero sin que lo sepa nadie, sin
que haga ruido, sin que coma ni beba, y sí que te
responde siempre que le preguntes, aunque sea a
media noche. ¿Qué te falta, pues, para que
aprendas bien tu arte y para que seas un buen
carpintero? ¡Querer! Esa es una palabra má gica.
Todo lo que quieras puedes hacer…
¿Quieres ser dulcero? Pues en tu misma casa
puedes tener un dulcero que te enseñ e el arte y
que te conteste lo que le preguntes. Los libros
siempre está n dispuestos a responder; consú ltalos.
¿Quieres ganar dinero? Pues hay muchos libros
que enseñ an a ganar dinero; estú dialos y haz lo
que te digan y verá s qué fá cil se hace la vida.
De la misma manera: si eres albañ il compra los
libros de albañ ilería y si estudias, ya adelantaste tu
negocio. Pero quiero suponer que no tienes oficio y
que deseas mejorarte poco a poco y que no sabes
el camino que debes seguir, ¿có mo hará s para salir
de la situació n en que te encuentras? ¿De qué
medios te valdrá s para abrirte camino, pues nada
sabes y nada puedes? No creas que es una cuestió n
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muy difícil ésta, pues hace muy poco que publiqué


un libro que se llama “COMO SE TRIUNFA EN LA
VIDA”. (1) Este libro te presenta la vida en
conjunto y te dice có mo hacen todos los hombres
para levantarse de la nada y llegar a ser algo, a
formar una fortuna, a conquistar lo que se
proponen y en fin, a caminar con pasos seguros
por el sendero escabroso de la vida y gozarla
mejor. Tú tienes muchas felicidades que te rodean;
pero que no las gozas porque no las comprendes.
En este libro ves la dicha que tocas; pero que no
conoces porque no sabes. Tú tienes muchas
fuerzas ocultas que si las desarrollas, te hará n
poderoso y allí está n esas fuerzas. Este libro te
anima y te levanta enseñ á ndote cuá l es el camino,
mientras hace que nazca en ti la fe que debes tener
en tí mismo para que en las grandes vicisitudes de
la vida, sepas soportar como bueno y luchar como
hombre.
¡Eso son los libros! Esos son los verdaderos
amigos; no los que te engañ an con su amistad.
Pues de esos que dicen que son tus amigos y te
invitan a la cantina para enseñ arte a que
(1).- Publicado en las “Ediciones Botas”.
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tomes alcohol, ¡cuídate! Esos te quieren robar.


Quieren que te emborraches para quitarte hasta
los zapatos. Quieren que cometas algo malo para
después hacer que les pagues su silencio. Esos te
andan buscando algo débil que tengas para
explotarlo. Si eres tanto ya caíste, como han caído
miles y miles de obreros. Si tienes algo de capital,
no es difícil que por eso te inviten a la cantina.
Adelante, obrero hermano; cuidado con los
vampiros; esos chupan la sangre. La amistad es
muy escasa. Tú despides mucho miel, pues ganas
buen dinero y lo ganas donde no má s los
honorados pueden ganarlo; por eso los que no lo
son quieren quitá rtelo y para ello necesitan que
seas borracho, que seas estú pido; que no sepas
leer, que no compres libros. Porque el día que te
instruyas, adió s cantina, adió s falsos amigos, adió s
todas las explotaciones donde nuestros simpá ticos
obreros se embrutecen, se debilitan y sirven de
pasto a los buitres que los devoran.
El libro es tu salvació n. Este pequeñ o libro te
está enseñ ando una gran verdad en este momento
preciso. ¿Quieres probarlo? Pues allá va la prueba.
Cuando tú desees saber si tu patró n es un buen
hombre, (pues no creas que todos los ricos son
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malos) dile que entre tú y varios amigos han


formado una sociedad, que desean estudiar y que
han comprado unos libros muy buenos. Si él no ha
oído decir nada de este libro y te dice que está muy
bien y les ayuda para que se instruyan, es que es
un buen hombre; si te habla mal de la instrucció n o
de los libros, es hombre malo, cuídate de él:
porque ése quiere que les des veintiocho horas
diarias de trabajo y las quiere pagar a centavo.
Esto es tan cierto como la luz del día, pues las
grandes compañ ías como la Cervecería
Cuauhtémoc, las Fundiciones y muchas fá bricas de
la Repú blica tienen escuelas de obreros que los
ayudan a instruirse y a levantarse, para que siendo
instruidos comprendan lo que produce el trabajo y
así sean má s felices, má s constantes y má s
cumplidos, pues vale má s una hora de trabajo de
un trabajador honrado, que un día de un “trampa”.
Muchos no quieren estudiar porque dicen que los
libros son muy caros. Se equivocan: es má s cara la
ignorancia.
Cuá ntos hombres se tropiezan, se empujan, se
pelean por pagar una copa de vino por otro, por
pagar el boleto del tranvía, por pagar la entrada al
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cinemató grafo; pero no hay uno siquiera entre mil,


que compre un libro para instruirse y mejorar su
situació n; no hay uno que le haga a un amigo, a un
hermano o a un hijo el reglo de un buen libro.
Es que los hombres se matan por destruir; pero
no por reedificar.
Es un libro puedes encontrar una industria, una
idea, un consejo y con seo tienes para dirigir tu
vida por una senda que te conduzca al éxito y
levantarte de donde te encuentras.
Si tú deseas aprender, puedes tomar clases en
alguna academia y todo lo que gastes en
instrucció n, nunca está mal gastado, pues tú sabes
que el saber no ocupa lugar y que nadie puede
robá rtelo.
Hubo una vez en un pueblo un hombre que vió en
un libro una receta para hacer polvos para dorar.
Compró los ingredientes que se necesitaban e hizo
la preparació n y se convenció n de que era cierto.
Vino un tiempo en que le faltó el trabajo, pues
trabajaba al jornal, y entonces, no teniendo qué
hacer, se acordó de la receta, y se fue casa por casa,
buscando anillos, prendedores, cucharillas y
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objetos para dorar. Los doraba en presencia de


todos y luego ofrecía en venta los polvos. Lo que le
costaba cinco centavos lo vendía por treinta o por
cincuenta centavos y el primer día se quedó
asombrado al ver que le sacó a la industria cinco
pesos redondos. Como es natural, la població n no
era muy grande y pronto se agotó su industria;
pero vió que en ocho días se había ganado lo que
no se ganaba en un añ o, pues apenas comía con el
jornal. Nuestro amigo no era hombre flojo y volvió
al trabajo; pero empezó a comprar libros de
industrias y de repente resulto un industrial, pues
la industria siempre produce y el que sabe má s
industrias es un hombre muy industrioso y los
hombres industriosos son los hombres ú tiles, los
que ganan má s. ¿Qué hubiera sido de ese hombre
sin el libro?
Ya sabes que en tu casa puedes tener un maestro
si compras un libro.
Acuérdate que cada día que pasa y que aprendes
nada, eres menos que el anterior y tu deber, por tu
bien mismo, es ser mejor hoy que ayer, valer má s
mañ ana que hoy y así ir adelantando siempre,
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porque el hombre que no adelanta se atrasa: nadie


debe estar en el mismo punto.
Cada día que pase y que no estudies, ya lo
perdiste y ése ya no vuelve, cuéntalo perdido para
siempre, seguro que te va a hacer falta en tu vida,
pues todas las cosas en el mundo está n medidas.
Tú sabes que las frutas maduran a su tiempo, que
los fríos tienen su tiempo, que los relojes marcan
los minutos, que el sol aparece a su hora
determinada. Todo camino con regularidad y
armonía. ¿Crees tú que si la naturaleza te da un
tiempo que te sobra, no tienes que darle empleo a
ese tiempo? Pues te equivocas. La naturaleza es
muy exacta y llegará tiempo en que te pida cuenta
de lo que has hecho con ese tesoro que te confió ,
pues el tiempo es dinero.
Yo quiero suponer que hoy está s pasando una
vida feliz porque te bastas a ti mismo; ¿pero crees
tú que esa posició n en que te encuentras te durará
siempre? No, señ or, la vida es un eterno balance;
hoy subimos y mañ ana bajamos. No te engrías
porque ahora está s ganando tanto má s cuanto.
Mañ ana se te acaba el trabajo y entonces es tiempo
de sacar las reservas y si esas reservas no las
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tienes en dinero o en saber, podre de tí: ya te


hundiste. Entonces es cuando la naturaleza te pide
cuenta de lo que has hecho con el tiempo que te
sobraba después de trabajar, y la naturaleza habla
muy claro; nada o te ahogas. Piensa esto con juicio
y verá s qué cierto es Pregú ntatelo tu mismo y
respó ndete qué hará s mañ ana cuando venga el día
malo si nada tienes y nada sabes? ¿Con qué te
mantienes? Dios sabe. ¿Verdad? Pues te equivocas,
porque Dios no da al que no lo merece. Los flojos
nunca han tenido buena suerte. Esto se consigue
ú nicamente trabajando. Si quieres tú tener un
buen provenir, estudia ahora, y mañ ana, cuando te
toque la dura verá s los resultados. No necesitas
mendigar un empleo. Case; pero caes parado
puesto que tienes en qué sostenerte. Plaza dijo: en
vez de un peso ten dos; y yo te digo en vez de saber
una cosa sabe dos. ¡Estudia! El libro enseñ a muchas
cosas buenas.
No digas nunca que te falta tiempo para estudiar,
pues nunca te falta tiempo para comer y si vamos a
cuentas es lo mismo una cosa que otra, pues el pan
alimenta el cuerpo y el libro alimenta el alma.
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¿Crees tú , que los que han estudiado lo han hecho


porque estaban de flojos y les había sobrado
mucho tiempo? Nada de eso: solamente a los
muchachos ricos les sobra tiempo; pero ésos
nunca estudian. Los que estudian son los que
tienen que trabajar durante el día para sostener a
sus padres o a su familia, y en los ratos que le
roban al sueñ o se desvelan con el libro que los
levantará . Esos son los que estudian y siempre
tienen tiempo. De cien personas que digan que no
tienen tiempo para estudiar, hay apenas dos que
real mente no lo tengan. El día tiene 24 horas para
todos. Los que lo saben utilizar sacan tiempo de
esas 24 horas. Es cuestió n de que sepas dividir tu
tiempo y te sobra. Acostarse una hora má s tarde
por salir de la esclavitud, por labrar el porvenir,
por ganar mejor sueldo, por tener dinero, no es
ningú n sacrificio; muchos lo hacen para
convertirse en borrachos para tirar lo que ganan,
para desperdiciar el producto de su trabajo.
¿Cuá ndo sales de tu trabajo a dó nde vas? Unos
van a la cantina para distraerse, otros al cien y los
má s van donde se pueda perder tiempo y gastar lo
que se ganó en el santo día de trabajo. ¡Qué
despilfarro tan terrible! Si tú ganas un peso al día y
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el tiempo que te sobra del trabajo lo gastas en


estudiar o leer, muy pronto te pones apto para
desempeñ ar un trabajo mejor y ganar má s, pues
los que saben, siempre tienen trabajo bien pagado
y así salen de la pobreza y así mejoran; pero si vas
a la cantina, muy pronto te andas ladeando y de la
cantina a la penitenciaria hay unas cuantas
cuadras. Cada vaso de alcohol que te babas es una
merma que le haces a tus fuerzas. Te está s
envenenando tu solo y lo peor es que está s
envenenando a tus mismos hijos, pues ellas
seguirá n el ejemplo que les pones. Si alguna vez
has llegado borracho a tu asa, fíjate como tus niñ os
juegan a los borrachos de mentiras; cuando sean
grandes lo hará n de veras.
Si la décima parte de lo que un hombre gasta en
la cantina lo gastara en libros, tendrían una
hermosa biblioteca; pero qué pocos son los que
tienen sentido comú n. El hombre gasta má s en
alcohol que lo de degrada, que en libros que lo
regeneran; por eso los hombre andan mal, no
pueden enderezarse.
El libro te puede salvar de todos esos males.
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Los libros te enseñ an todo lo bueno que puedas


aprender. Hay un libro que se llama: “La Palabra
de Dios”; en él puedes aprender lo que Cristo Hizo
en el mundo, lo que enseñ o y su doctrina que ha
sido calificada como la mejor.
El libro hace má s bien a la humanidad que todos
los hombres buenos, que todos los hombres
sabios, pues sin un libro, ni los sabios ni los
buenos, ni sus doctrinas, ni sus hechos serían
conocidos. El libro es el instrumento de que se
valen los buenos y los sabios para mejorar el
mundo.
¡Estudia! Esa pereza para estudiar es el
instrumento que está labrando la cadena con que
la ignorancia te conducirá a tu ruina.
El libro es la voz viva de Dios que te habla por la
boca del sabio.
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CLASE DE LIBROS
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Dime lo que lees y


te diré lo que eres.
Alguien.
Los hombres hacen los libros y cada libro va
pintando el cará cter de su autor, porque el que lo
hace se identifica con el libro, de manera que así
como hay hombres buenos y hombres malos, hay
libros que dan mayor o menor utilidad.
Si tú vas a leer cuentos y mentiras, pues es
seguro que te diviertes; pero no aprendes gran
cosa, mientras que si buscas libros serios, les
sacaras mucha utilidad.
Has de tener cuidado con la clase de libros que
leas, pues segú n sean tus libros así será s tú . Lee
libros donde haya muchos bandidos y que a cada
basidio lo convierta el libro en un héroe y muy
pronto eres afecto a los bandidos y por allí va el
camino que te conducirá al mal.
Nuestro pueblo es un pueblo soñ ador por
naturaleza y siempre vive imaginando lo que hará
cuando se saque un premio de lotería, cuando se
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halle un tesoro escondido, cuando se encuentre


una cartera llena de billetes y se pasa la vida
haciendo cá lculos en lo que gastará ese dinero
cuando lo tenga. Es que nuestro pueblo se
encuentra enfremo del cerebro, porque anda
buscando en la imaginació n lo que tiene en las
manos. Bulle las manos, trabaja mucho, piensa en
emplear bien tu tiempo y estudia para que mejores
tu trabajo y verías que cuando seas un hombre
instruido y ú til te sacas un premio de lotería cada
mes. Pequeñ o el premio, pero seguro y no
necesitas quebrarte la cabeza en qué gastará s los
que no tendrá s nunca. Si teniendo ese cará cter te
pones a leer novelas, a llenar tu cabeza de desafíos,
de ilusiones, de capas y de espadas; ¡pobre de ti!
muy pronto andará s enderezando la luna con un
palo.
No amigo mío. No hagas eso. Busca libros
prá cticos. Busca libros que te enseñ en la verdad;
no que te llenen la cabeza de ilusiones, porque si
quieres tener una idea de lo mejor que puedes
hacer en la vida para mejorarte, busca ese libro
que se llama “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA”. Ese
libro es como éste: te enseñ a la verada. Te habla en
un estilo tan sencillo que todo el mundo lo
41

entiende, así como éstas entendiendo esto. Está


escrito por el mismo autor y no tiene otra misió n
que la de inculcarte buenas ideas y señ alarte el
camino llano y feliz de la vida, el camino del
sentido comú n practico. Si tú no lees este libro
ahora y cuando pasen algunos añ os cae en tus
manos, entonces comprenderá s lo que has perdido
por no leerlo.
Esta libro es el primero de la Biblioteca
“Ambició n” que voy a publicar y todos los libros
que componen esta biblioteca no tienen otro
objeto que levantar el espíritu del hombre y
enseñ arle el camino que debe seguir para que se
mejore.
Si tú quieres seguir solo por el camino de la vida
sin preguntarle a nadie, sin consultar a nadie
porque crees que todo lo sabes, te equivocas, pues
en todas las cosas para hacer las bien se necesita
experiencia y la experiencia siempre sale muy
cara, porque cada lecció n es un golpe muy fuerte.
Si tú quieres saber por experiencia lo que es la
Penitenciaría y lo que allí se sufre para que no te lo
cuenten, pues necesitas cometer un crimen y
después te pesa, porque quieres salir y no puedes;
42

¡y que largos son 10 a 15 añ os en la Penitenciaría!


Vale má s leer en un libro todos los sufrimientos
que tienen los presos y formarnos idea de ellos y
no que nos encierren allí para tener experiencia. Si
así quieres aprender tú , sale muy caro el
aprendizaje y nada aprendes.
Los libros son la experiencia que otros han
tenido, entones compro libros y allí tienes la
experiencia sobre lo que tú quieras. Si compras un
libro de panadería haz de cuenta que está s
platicando con un panadero que tiene experiencia,
pues por má s que tú hagas experimentos, nunca
descubrirá s lo que tiene el libro. La ciencia es la
recopilació n de la experiencia.
Quiero suponer que tú no puedes comprar libros,
pues compra perió dicos que son muy baratos y lee,
pues lo principal es que te acostumbres a leer.
Debes estar alerta respecto de los perió dicos,
porque así como hay perió dicos buenos, hay
perió dicos chismosos y malos, de mala raza. Fíjate
en esto: los perió dicos siempre toman un partido y
lo defienden a todo trance. De manera que si tú
eres del Partido de Saturno y lees perió dicos
saturnistas, te fanatizan hasta que te hagan que
43

des tu vida por Saturno: si por el contrario eres del


partido de Saturnino y lees la prensa saturnista, te
fanatizan hasta que des tu vida por Saturnino.
Todo depende de lo que leas, de manera que debes
tener mucho cuidado con esos perió dicos de
partido, porque te explotan.
Los mejores perió dicos son los instructivos, los
que no hablan de política, porque “lo mejor de los
dados es no jugarlos”. La política es un veneno que
no debe usar jamá s el hombre trabajador. La
política es para los políticos. La política es para
convertir en enemigo a nuestro má s querido
amigo. Huye de los perió dicos de política porque
son peligrosos. La mejor política es el trabajo.
En el perió dico aprendes como en el Diccionario,
de todo; pero si tú quieres aprender mucho de
algo, que es lo má s ú til, busca el libro.
Busca buenos libros aunque cuesten caros, pues
no es muy fá cil comprar lo bueno muy barato y lo
que gastes en libros te lo devuelven multiplicando
muchas veces su valor. Cuando tú necesites un
libro no importa lo que cueste; có mpralo; siempre
es barato.
44

¿Cuá nto pagarías a una persona por que te dijera


lo que debías hacer para ganar dinero y vivir bien,
a la hora que tú quieras, y lo que te dijera fuera
posible hacerse? Seguro que necesitaba saber
mucho y estudiar muy bien para que pudiera
decirte lo que debías hacer y te cobraría no menos
de cien pesos, con la condició n de que te lo diría
cuando él pudiera y no toda la vida. Pues en ese
libro “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA” tienes un
consejero para toda tu vida listo para responderte
a media noche si tú quieres, y no te cuesta má s que
$3.50. ¿No es esto una verdadera bagatela? Por ese
precio conoces tu provenir, el camino de tu vida.
No creas que los autores se ganan mucho en los
libros. Los Libros como negocio son muy malos;
nada se gana y menos en nuestro pueblo que no
quiere leer. Si se publican los libros, es porque los
que estamos impuestos a enseñ ar sufrimos mucho
cuando vemos a los hombres que sufren porque no
saben. Cuando un Profesor o un Moralista, pasa
frente a una casa donde ve que en la puerta tienen
amorrado a un cerdo, no te puedes imaginar lo que
sufre, pues ve la ignorancia completa de la higiene
en aquella casa y que el cerdo con sus inmundicias
está infectando, enfermando y matando a los que
45

viven dentro, que son mexicanos como nosotros,


que son nuestros mismos hermanos, hijos de
nuestra misma madre patria, pueblo glorioso que
nos ayudará a vencer: y un “maldito marrano” se lo
está acabando. Cuando mira a esa juventud
indolente y descuidada que está creciendo entre el
egoísmo y el despilfarro y que no ocupa del
porvenir; que acarrea con el vicio en todas sus
manifestaciones; que no aspira, sino que se
contenta con un sueldo “ratero” que medio mata el
hombre. Cuando mira esa juventud raquítica que
está perdiendo lo má s florido de sus añ os, lo má s
efectivo de sus energías y que camina derecho a su
perdició n por no querer hacer algo, por no
estudiar, por no leer; entonces es cuando
encuentra su calvario el Profesor honrado, que no
se acerca a indicarles el mal que está n sufriendo,
porque como son ignorantes le contestan con una
grosería y esa grosería hiere y lastima lo má s
profundo del alma del que enseñ a, pues no todos
somos Jesucristo, no todos estamos a esa altura
para sufrir ingratitudes y entonces es cuando el
Maestro sacrifica sus pequeñ os ahorros en hacer
un libro para ver si por ese medio se mejora el
46

obrero, el joven, el ignorante y el hijo necio que


nada estudia porque cree que todo lo sabe.
¡Compra un libro para que ayudes al que se afana
por introducir la luz en tu cerebro!
A pesar de esos sacrificios para publicar los
libros, allí los tienes en vejeciendo en las librerías,
mientras que los que los necesitan se divierten en
la cantina, en los pasos, en las diversiones y
tirando el dinero que es una fuerza tan necesaria
en este mundo, y que el hombre economizaría si
leyera, si estudiara, si se hiciera amigo del libro
que le está hablando la verdad, la eterna verdad de
su dicha y su felicidad.
¿Cuá nto cuesta al gobierno enseñ ar a leer a
nuestros niñ os? ¿Cuá nto le cuesta esto mismo a
sus padres? ¿Cuá nta falta hace un niñ o en su casa
cuando tiene que ocurrir a la escuela? ¿Cuá nto
puede ganar un niñ o si trabaja durante el tiempo
que va a la escuela? Preguntas son estas que no se
pueden contestar sin considerar las fuertes sumas
y los grandes sacrificios que se hacen para que el
pueblo se enseñ e. ¿Y para qué? Para que lea
programas de toros, chistes de política, mentiras
de la prensa. De cada cien hombree que saben leer,
47

apenas hay uno que lo aproveche. ¡Las tima de


tanto sacrificio que hacen nuestros padres! Los
jó venes no responden a las esperanzas de la madre
patria.
Se debería leer por patriotismo. El que no lee
está perdiendo el amor a esta tierra gloriosa,
porque no la conoce, no sabe de sus hechos, ni de
sus glorias. Leer es ser mexicano, no leer es ser
paria. ¡La ignorancia no tiene patria!
“Déme dinero y no me dé consejos” grita
soberbia la juventud ardiendo de sed en la cantina,
sin comprender que el dinero es como las armas:
muy peligroso en las manos del que no lo sabe
manejar. Darle dinero a un joven frívolo, sin
cará cter, sin conciencia de sí mismo, es arrojarlo al
abismo de la má s negra perdició n. ¡Podre
juventud! ¿Dó nde está el porvenir?
Con cuá nto avidez lee nuestro pueblo obrero el
programa del cinco, de los toros y del
cinemató grafo, que lo está hundiendo en la
miseria; y el libro de mecá nica y de la industria lo
abandona en un rincó n. La eterna ingratitud: el
que sire má s, vale menos.
48

¿De qué manera te levantará s, obrero amigo, si


no escuchas la voz del que te instruye? Tus
conquistas, tus glorias, tu porvenir todo está en el
libro. ¡Ay de tí si lo desprecias! ¡Será s lo que
siempre has sido: el esclavo de los que saben y de
los que te explotan!
49

LA SOCIEDAD
50
51

¿En qué sociedad mutualista te encuentras? ¿En


ninguna? Peor para ti, pues tus hijos sufrirá n las
consecuencias de que no seas precavido, y no está s
en alguna sociedad. Cuando te enfermes no habrá
quien te cure y cuando te mueras no habrá quien
te entierre, ni quien le dé a tus hijos el ú ltimo
socorro que les puedes dar.
Busca la sociedad, pues quieras o no, tienes que
vivir en sociedad, porque el hombre para
mejorarse tiene por necesidad que ser sociable.
Tú mismo vives en una sociedad en tu misma
casa, formada por tus parientes; pero yo no quiero
referirme a esa sociedad, sino a la sociedad
formada fuera de tu casa.
No hay hombre que no tenga amigos, pues hacer
amigos es lo má s barato del mundo: con diez
centavos de “mezcal” tiene un amigo que te saluda
dondequiera, que te sigue donde vayas, que te
invita la copita para que tú la pagues y que te da
siempre conversació n aunque muy alambicada,
porque huele a alambique. Si esos amigos forman
52

tu sociedad, ¡qué pobre eres! No, tú tienes otra


sociedad mejor, la de tus compañ eros de trabajo,
ésos son buenos porque son trabajadores; pero si
son ignorantes se está n haciendo malos, no porque
quieran serlo, sino porque el peso de la ignorancia
conduce al empobrecimiento de las ideas.
Si eres pobre no puedes entrar en la sociedad de
los ricos, porque te desprecian; y si eres ignorante,
no puedes juntarte con los que sepan algo porque
de encuentras fuera de tu centro, só lo tienes que
retirarte, de manera que parece que está s
condenado por la fatalidad, a no tener má s amigos
que los miserables borrachos, que repugnan con
sus modales embrutecidos.
No, amigo mío, -ninguna de esas sociedades es
buena para tí si quieres adelantar. La de los
borrachos te degrada, la de los que saben está muy
alta, la de los ricos está muy fuerte; busca una
sociedad que siempre te abra sus puertas, es la
mejor que puedes tener en el mundo y es la del
libro. Tú puedes tener en tu casa a los grandes
moralistas, a los mejores maestros, hablar con
ellos, platicar a la horas que tú quieras, y su
conversació n es tan agradable y tan amena que te
53

deleita el alma, te despierta el espíritu, te


entusiasma con sus consejos y en vez de estar
viendo la cara chorreada e idiota de un borracho,
está s escuchando la voz dulce y armoniosa del
maestro que se identifica contigo, que sufre
cuando tú sufres y te habla de tu porvenir, del
porvenir destinado al obrero que con sus manso
callosa labra el provenir de la patria.
Esa sociedad es la que conviene; déjale de
tonterías; los amigos que van contigo a la cantina
te engañ an, te llevan a un abismo; los que van
contigo a los toros, son los que no pudiendo
contener sus instintos sanguinarios necesitan
sangre, sangre humana si acaso no hay otra, para
alimentar el instinto feroz que los domina. Los que
te desprecian son los pretenciosos. Las medianías
que creen saberlo todo. Los ricos son ricos, déjalos,
esos hacen mucho bien sin saberlo. Ojalá y hubiera
siempre muchos ríos. Míralos con respeto.
De ninguna sociedad sacará s má s provecho que
de la de los libros.
Cuando un hombre se interna en alguna
sociedad, la primera condició n es que debe querer
a sus asociados; pues en esta sociedad es lo mismo.
54

Quiere a tus libros como ellos te quieren a tí.


Cuando leas un libro y no quieras dejarlo, cuando
en vez de ir a dar la vuelta te dan ganas de ir a leer:
entonces sí que ya está s adelantando; pues ya se
está formando en ti la costumbre de leer y en
consecuencia está aprendiendo. El cariñ o que
tengas a los libros te lo devuelve en pesos
contantes; no creas que son ingratos. La gente que
te conozca adivinará y notará en tí que cada día
vas mejorando, pues conforme vas aprendiendo
vas cambiando tu modo de ser y vas dirigiendo
mejor tus negocios.
Cambiando de trabajo descansas. Acostú mbrate
a leer y estudiar y verá s cuá nto goce hay en
sentares frente a una mesa de trabajo después de
un día de echar mazazos; o en reconcentrar el
pensamiento en algo que nos proponemos hacer,
después de hacer hecho todo el día lo que nos
mandan que hagamos. Lo que vas a estudiar a esa
hora es de tu propiedad, nadie te lo puede quitar,
es tuyo.
Cuando tú aprendes algo, brotan en tí ideas muy
hermosas; acaricia esas ideas, caliéntales con el
fuego de tu entusiasmo, quiérelas, pues son tuyas,
55

son los primeros frutos que da tu pensamiento que


quiere conquistar tu provenir. Es el deseo de
independencia y libertad que hay en tu espíritu y
que se resuelve por manifestarse, por hacerse libre
para gozar de la satisfacció n del triunfo. Si en las
horas libres te pones a experimentar alguna
industria, a estudiar alguna ciencia o aprender un
oficio: a esos estudios, a esos experimentos ¡có mo
los quieres! los cuidas como a tus hijos ¡que sueñ os
tan hermosas hay en esas horas! ¡Valen por todo el
día de trabajo! Te imaginas que ya dominaste tu
estudio, que ya perfeccionaste tu invento, tu
industria y abandonas el presente y vives en el
porvenir. En el provenir hermoso conquistado por
ti mismo, por tu propio esfuerzo, por tu potente
voluntad.
Busca este libro: COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA
(1) y él despertara tu espíritu, te animará para que
luches con fe y te dirá có mo se va al camino de la
riqueza que tanto ambicionas.
¿Notas tú la diferencia de modales entre uno que
sabe y uno que no sabe? Pues así se va notando en
ti conforme vas mejorando. La gente que te
observa, te ve má s serio en tus negocios, má s
56

comedido en tus acciones, má s trabajador, “má s


honrado” (si tal pudiera decirse) y te empieza a
respetar, te empieza a dar lugar y pronto te
sobrepones a todos los compañ eros que te rodean,
pues el saber es un poder muy grande, su mérito
se reconoce en el momento. Ahí tienes el primer
resultado de la sociedad de libro.
Cuando leas un libro, no lo leas de corrido, sino
ciérralo de vez en cuando y trata de decir tú lo que
el libro dice, trata de aprender, de hacerte de las
ideas que encierra, pues son para tí, no leas por
quedar bien; léelas para aprovecharlas y todo el
día piensa en lo que leas. Lo que allí aprendas
hazlo tuyo.
(1). – Publicado en las EDICIONES BOTAS
Cada vez que aprender alguna cosa te da mucho
gusto: es que lo natural es aprender. La madre
naturaleza nos premia y acaricia cuando seguimos
un camino natural, cuando hacemos lo justo, lo que
nos conviene, cuando hacemos nuestro deber.
Quiero suponer que tú leíste un caso en que una
persona tuvo mucha paciencia para hacer algú n
cosa, que gastó varios añ os observando esto a
57

aquellos, que sufrió hambres, sueñ o, necesidades


sin fin; cuando acabes de leer el caso, cierra el libro
y piensa si tú eres capaz de hacer lo mismo, si tú
tienes paciencia para soportar las vicisitudes de la
vida, si tú puedes dedicar horas y má s horas
enteras en el estudio y en la prá ctica de lo que
estudies; y compara tu vida con la del que leíste y
si no eres lo mismo, procura tener paciencia y
sigue teniendo paciencia. Haz que esta cualidad
que estudiaste ya, sea tuya y no la dejes jamá s. Si
estudias de esta manera, en muy pocos libros
puedes mejorar tu vida completamente y puedes
adelantar tanto como no te lo imaginas. Pero si te
pones a leer libros y má s libros, sin que te quede
nada, si no procuras retener lo bueno, si no quieres
inculcarte las ideas que hay en los libros, nada
aprendes; estudiar y no estudiar en este caso es lo
mismo. ¡Lá stima del sacrificio que estés haciendo
para estudiar si no quieres aprender! Si tú no
quieres aprender, nadie te puede hacer aprender
aunque te exijan que leas libros y má s libros; si tú
no quieres mejorate nadie te puede mejora en el
mundo, si tú no quieres oír, no oirá s. El que no
quiere, no puede nunca.
58

Ya comprenderá s que si deseas aprender las


cualidades que necesitas para dominar en la vida,
para salir siempre vencedor, para que venzas las
dificultades, para que nada te detenga en la carrera
de tu mejoramiento, debes lee y practicar con
mucho cuidado lo que te enseñ a mi obra “COMO SE
TRIUNFA EN LA VIDA”. En ella tienes todo lo que
necesitas para saber el desarrollo de tus
facultades. Busca ese libro que será el amigo má s
fiel que tendrá s en toda tu vida. Las cuestiones de
dinero son muy delicadas y allí las tienes tratados
con suma facilidad y puestas al alcance de todo el
mundo. Allí te enseñ a có mo puedes salir de la
pobreza hasta llegar a hacer negocios, que es lo
que debes saber para que te levantes de la
situació n en que te encuentras.
Vamos a hablar ahora de los resultados que
pueden darte las sociedades. La de los borrachos:
el ser boracho; la de los paseadores: el ser
despilfarrador; la de los industriales: el ser
industrial y la de libro: el ser instruido y pasar
mejor tu vida, mejorar tu condició n, conocer tus
derechos, conocerte a ti mismo, no dejarte
engañ ar, no perder la vida, sino ganarla, cumplir
como bueno en tu trabajo, en tu hogar y para con
59

la patria, resolver el problema de tu porvenir, de tu


comodidad, de la educació n de tus hijos, y en fin,
comprender que no venimos al mundo a sudar y
comer, sino que hay otro mundo dentro de nos
otros, donde podemos ser héroes, luchadores
incansables que llevamos a nuestros hijos el pan
de cada día, ganado en la lucha titá nica donde la
naturaleza con todo sus furor se arroja contra
nosotros y la vencemos en lucha franca y leal, y
estamos dispuestos a vencerla cada vez que se
oponga a nuestros deseos, porque sus golpes no
nos arredran, puesto que dan en hombre. El libro
te dirá que tú eres un rey; no te quieras rebajar tú
solo. Levá ntate, busca el libro que te levanta y
conquista lo que el destino hizo para tí. El camino
de la gloria está en la lucha; busca libros que te
hablen de esa lucha, y afuera temores, afuera
cobardía, será s grande, será s vencedor si estudias,
si lees, si aprendes. ¡Tú eres hijo de Dios! ¡Hazte
dingo de esa suprema inteligencia!
El libro dignifica en trabajo y todos los libros te
hablan de lo grandioso de la lucha en el trabajo y si
lees esos libros que animan, ya no comenzará s el
día de trabajo con una medició n, diciendo: “qué
vida esta tan infeliz, tan triste, tan miserable”; no:
60

entonces estará s deseando que amanezca para


bendecir a Dios porque te da un día má s de vida,
que tú dará s un día má s de gozo; porque te
considera hombre para hacer y que todo lo ha
encomendado a tí; porque ya vino el día glorioso
de trabajo en que vas a jugar una vez má s en la
gran lucha en que vamos a ver quién es mejor: tú o
la naturaleza; quién puede má s: tu trabajo o tú .
Naciste para vencer; pero si eres ignorante, allá
vienes derrotado, porque aunque el destino,
considerá ndote, que eres hombre te dió un trabajo
duro, no te pusiste a la altura de las circunstancias
y corriste como los cobardes y vienes diciendo que
no pudiste con el trabajo. Entonces lee el libro, él
te animará , él te enseñ ara de donde has de sacar
fuerzas para combatir, pues no naciste para
perder, só lo te falta estudio. Lee y será s vencedor y
hará s diez veces má s trabajo que cuando no lees.
Tu vida será una felicidad y con qué gusto irá s al
trabajo con nuevos bríos, con nuevo á nimo, con
nueva sangre y cuando termine el día de trabajo,
cuando vengas vencedor a tu casa verá s que
satisfacció n tan grande porque triunfaste y todavía
te sobraron fuerzas. ¡Esa satisfacció n es la
felicidad! ¡Esa es la obra que hace el libro! Quiérelo
61

acarícialo, léelo porque es tu mejor amigo. Busca


mi libro “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA”, y en él
encontrará s: alma, vida, corazó n, energía, fuerza,
valor…
62
63

PARA GANAR DINERO


64
65

Las Ciencias son cerraduras


y el estudio es la llave.
Sentencia Arabe
Por lo que has leído en este libro debes
comprender la falta que te hace leer, lo muy
importante que es para ti estudiar y que has
perdido mucho de tu vida por no haber tendió
amistad con el mejor amigo que puedas, tener en
el mundo. Si hay en ti un poco de amor propio, si te
quieres, si quieres a tus hijos, a tu familia y a tu
patria, ya no descuides la lectura, no cometas má s
es error tan tremendo. Desde hoy, desde este
momento a leer, estudiar y aprender.
Los jó venes trabajan y estudian mientras sus
padres los fuerzan a que estudien y trabajan; pero
cuando salen de la escuela, cuando empiezan a
ganar dinero, todo lo olvidan, ya no estudian, ya no
leen. Son como los niñ os pequeñ os: andan
mientras los llevan de la mañ o; soltá ndolos ya no
andan. Hay jó venes que llegan a hombres y todavía
66

sus padres hacen las veces de “pilmamas”. ¡Qué


valientes soldados para la patria!
Si no tienes con qué comprar libros, anda a la
biblioteca; allí no cobran por dejarte que leas. Es la
escuela del pueblo.
Cuando yo era joven había mucha dificultad para
aprender a leer: cada manguillo valía un real (12
cts.), cada pluma medio (6 cts.) y cada tintero dos
reales (25 cts.). Un lá piz, que no se conocían, un
real; un pliego de papel, cuartilla (3 cts.) Cada uno
llevaba a la escuela un cajoncito con arena para
enseñ arse a hacer nú meros y sacar las cuentas.
Había un muchacho que tenía una gramá tica. Era
la ú nica en todo el pueblo. El maestro era muy
duro, nos daba cuatro azotes o media docena de
palmetazos al que no aprendía la lecció n y nos
señ alaba una buena lecció n de gramá tica. La clase
se componía de 30 alumnos. Nadie podía estudiar,
pues no habías má s que una gramá tica y el que la
tenía era rico (otra plaga). Nos valíamos de esta
estratagema para poder estudiar. Nos dividíamos
en grupos de 10 alumnos y cada grupo tenía la
obligació n de traer el día que le tocaba, algo de
comer, alguna golosina, a la escuela, para comprar
67

al dueñ o de la gramá tica el permiso de estudiar la


lecció n. Este nos permitía que uno solamente
vierta la gramá tica mientas él la sostenía medio
cerrada para que no se le “ajara mucho”. Los
demá s formados en fila íbamos repitiendo quedo y
corriendo la voz todo lo que el primero decía, de
manera que el primero estaba en un rincó n del
cuarto estudiando y los demá s repetíamos la
lecció n hasta el otro extremo donde se encontraba
el ú ltimo. Batallá bamos algo; pero al fin
aprendíamos la lecció n y muy satisfechos salíamos
de la escuela cuando habíamos cumplido y no nos
apaleaban. El dueñ o de la gramá tica nunca sabía la
lecció n. De esta manera aprendíamos las cuatro
partes de la Gramá tica.
Compara aquella época con la de ahora. Ahora
necesitamos que nos escriban muchos,
muchísimos libros que nos enseñ an que debemos
estudiar y ni así. Es que la abundancia de medios
produce escasez de resultados.
Una hora diaria es lo que debes dedicar cuando
menos al estudio. Esa hora diaria es para ti un
tesoro y es también una necesidad; por lo tanto
cuídala como el comer. En ella está tu porvenir. Si
68

hoy comienzas a estudiar y mañ ana lo dejas, vas


mal, no hará s nada en tu vida y después lloraras
muy tarde. No dejes que se te pase la juventud en
vueltas, sujeta tu espíritu y hazlo que se doblegue a
la hora diaria del estudio. Esa hora será la hora de
tu salvació n: si la dejas perder será la hora de tu
esclavitud, la hora de tu muerte. ¡El tiempo te lo
dirá !
Tus hijos, tu familia y tu patria está n pendientes
de esa hora diaria. En esa hora puedes tener la
idea salvadora que señ alara tu porvenir. En esa
hora te sacará s el premio de lotería que tanto
esperas. Esa hora es la hora sagrada de tu destino
donde se está jugando tu vida, donde se juega tu
porvenir. Es la hora en que está s escribiendo tu
hombre en el reloj de la eternidad. Es la hora
marcada por el dedo de Dios en el libro de tu
destino; para tu vida o para tu muerte. Estudia,
que es la mejor oració n que puedes elevar al
Creador, porque tu hora ha llegado, tu porvenir
está escrito… Has firmado en esa hora tu sentencia
de desgracia o de felicidad.
Pero vamos a ver qué debes estudiar para
mejorar y ganar má s dinero. La cuestió n no es muy
69

difícil. Si tu trabajo es muy duro, estudia para que


estés apto para hacer un trabajo mejor y má s
productivo, pues ya sabes que sabiendo má s ganas
má s. Lo primero que debes saber es leer, escribir y
aritmética. La Aritmética debes saberla bien
porque es la materia principal. Esa calcula y pesa
tu vida; esa te dicen si vas bien o mal, pues te
marca los resultados y lo que te dicen los nú meros
es una verada tan grande que primero se cae el
cielo que dejar de cumplirse. Si sabes calcular,
sabes medir tus fuerzas, tus medios, tus
habilidades. Saber escribir bien y saber aritmética
es una ventaja muy grande, pues se puede
desempeñ ar un trabajo de oficina, se puede ser un
dependiente, “romanero” o empleado en algú n
almacén. Adelantando má s se puede estudiar
Ortografía y leyendo se corrige el lenguaje y
entonces se puede ocupar un puesto mejor. Si se
sigue estudiando y se aprende Mecanografía
(escribir en má quina) y se estudia
correspondencia mercantil, con un poca de
prá ctica se puede desempeñ ar un ejemplo
llevando la correspondencia de alguna casa de
comercio o calculando facturas y esto es ya algo
mejor. Sigue el estudio de Tenedor de Libros que
70

es una profesió n muy solicitada, y de esta manera,


con una hora diaria de trabajo el hombre puede
mejorarse materialmente hasta hacer de si algo
bueno, muy buenos, que cambie completamente su
destino. El porvenir está en tus manos, lee, estudia
y trabaja, y la meditació n te hará convertir en
diamantes las negras sombras que atraviesan el
lejano horizonte de tu vida.
Pero si tienes un oficio, busca entonces el libro
que hable de tu oficio, de tu profesió n o de tu
industria y estú dialo para que mejorá ndolo cada
día má s y má s llegues a dominar ese oficio y
compitas ventajosamente con tus compañ eros y
seas preferido y ganes má s.
Si no tienes oficio ni beneficio y no te gusta el
comercio, pues busca un libro de industrias, de
esos hay muchos, y en los ratos que te queden
libres, dedícate a estudiar una y ya verá s qué
paracaídas tienes para los días en que no haya
trabajo.
Yo tuve un compañ ero de trabajo que en los ratos
libres se ponía a hacer cajitas de madera. Como
sabía inglés compró un libro en que había muchos
barnices y logró hacer uno, después de un buen
71

nú mero de experimentos y hubo tiempo en que


tuvo que largar el trabajo para dedicarse a hacer
unas cajitas primorosas que vendía a muy buen
precio y en las que ganaba muy buen dinero.
Otro amigos mío se dedicó una vez a estudiar un
libro que se llamaba “Como se hacen y componen
los zapatos”. Este libro también estaba escrito en
inglés y yo le ayude a traducir cuando él no podía.
Las industrias está n muy adelantadas en Estudios
Unidos y sabiendo un poco de inglés se puede
traducir cualquier libro. Comenzó mi amigo por
componer sus zapatos y los de su familia en las
noches, y no dejaba de aumentar algo su sueldo y
con el tiempo llegó a poner una zapatería que
ahora es una gran tienda.
Ese hombre encontró su porvenir siguiendo el
libro.
Las industrias está n naciendo en nuestra Patria,
todos esta en que quieran de dicarse a ellas; pagan
perfectamente.
Nuestras mujeres, que generalmente no saben
nada, pues la sociedad nada ha hecho por nuestras
hermosas compañ eras, hallarían en la industria un
72

medio muy poderoso para salir de ese estado tan


terrible a que las condena nuestra sociedad,
porque todo se ridiculiza en la mujer, hasta el
trabajo. Esos libros de industrias son la salvació n
de las mujeres que deseen buscar algo para sus
hijos.
¡El libro! ¡El libro glorioso y bello es el mensaje
de paz, de trabajo y de ventura que llega cada
hogar para derramar su luz!
Estudia alguna industria y ponte a experimentar
en tu casa y verá s como de repente descubres la
piedra filosofal que tanto buscaron los sabios y los
brujos de la antigü edad; allí la tienes en el trabajo
y el estudio.
Hay sin embargo, un libro que todos necesitan y
es el libro que cuando está s caído te levanta,
cuando estas desanimado te rejuvenece
inyectando en tus venas nueva sangre, nueva vida,
y haciendo despertar en ti el sentimiento del
deber. Ese libro lo necesitas entre tus libros y su
lugar debe ser el primero: se llama “COMO SE
TRIUNFA EN LA VIDA”.
73

TÚ Y YO
74
75

El libro que te inculca una buena idea, es un amigo


que trae un pedazo de pan a tu casa.
El Maestro del Obrero.
Hemos terminado nuestra tarea. Ya es tiempo de
despedirnos. Vamos a hablar unas cuantas
palabras de “hombre a hombre”.
¿Te ha gustado este libro? ¿Le has sacado alguna
utilidad? ¿Se ha formado en ti la idea de leer?
¿Sabes lo necesario leer? Pues si tú crees, por lo
que te he dicho, que es necesario lee, ahora es
tiempo. Comienza inmediatamente a leer y no lo
dejes para mañ ana. Hazlo ahorita. Có mprate un
perió dico si no hay má s, y a leer. No arrojes este
libro en un rincó n. Léelo de nuevo, má s despacio
para que se fije mejor en ti esa idea. Esa idea es tu
salvació n. Si lees será s hombre ú til: si no lees
¡pobre de ti, no sabes sacar utilidad en la vida!
Vivirá s rodeado de unos amigos que muy pronto te
cansan, porque no dan nada de si, pues lo que te
pueden enseñ ar tus compañ eros es nada, porque
76

muy pronto lo cansado de la vida. Los suicidas no


leen buenos libros, por eso se matan. Lee y haz que
tu hijos, tus hermanos y tus amigos lean. Pá sate las
grandes tardes leyendo, cuando no vayas al
trabajo; pero no leyendo libros inú tiles; sino libro
que te instruyan, que te levante, que te ayuden.
Ya tienes un mundo nuevo donde divertirte y con
provecho, y muy pronto tu suerte cambiará .
Ahora dime si crees tú que si todos los mexicanos
leyeran, nuestra Patria sería grande y poderosa?
Pues si lo crees, ayú dame como yo te he ayuda. No
creas que con dos pesos cincuenta centavos se
pagan las ideas que has encontrado en este libro. Si
tú adquieres la costumbre de leer vale para tí
cientos y cientos de pesos y no quieres pagarla
con una cantidad tan pequeñ a. Lo que yo te cobro
es que me ayudes a inculcar en cada obrero la idea
de leer, es decir, que hagas que dos amigos tuyos
compren un libro como éste, cada uno. Haz eso y
ayudará s a tu misma patria, pues la educació n e
ilustració n se divulgan poco a poco y tú y yo
seremos medios que servirá n a la gran causa de la
regeneració n de nuestro pueblo.
77

Mientras el obrero no lea estamos “machacando


en fierro frío”. Necesitamos todos los mexicanos
unirnos en un lazo de patriotismo y ayudar a la
grande obra del despertamiento de la ambició n,
del amor al trabajo y a lo grande en nuestro pueblo
obrero, que es fuerte porque es sufrido y tiene en
su seno cualidades que envidian los obreros de
otras naciones, porque no pueden ni lejanamente
igualar.
Pueblo noble y abnegado, despierta que y a tu
hora se acerca.
¡Ayú dame, hermano, poniéndole ante sus ojos el
libro y cuando ese pueblo abra los ojos será el
gloriosos despertar de nuestra Patria!
Estrecha la mano del Maestro del Obrero que te
quiere.
Tu amigo,
Juna T. Gonzá lez
78
79

ALGUNAS OPINIONES SOBRE EL AUTOR Y SUS


LIBROS
80

Guadalupe, Hgo., D.F., septiembre 29 de 1912


81

Sr. Prof.

Juna T. Gonzá lez.

Isaac Garza 68.

Monterrey, N.L.

Muy estimado Profesor:

Le llamo a usted estimado aunque no tengo el gusto de


conocerlo personalmente, porque en mi humilde opinió n la obra
que ha emprendido Ud., lo hace estimable por todos conceptos y
acreedor al título de verdadero patriota. No es Ud. de los que con
vanas declamaciones pretenden hacer feliz a nuestro pueblo;
sino que, practicando el adagio latino: Facta non verba, ha
emprendido Ud. una labor que no será nunca suficientemente
aplaudida. Libros como el suyo. “COMO SE TRIUNFA EN LA
VIDA” son los que nos hacen falta a los mexicanos. En sus
pá ginas se aprende lo que só lo se consigue a fuerza
sufrimientos, decepciones y reveses de la fortuna. Ademá s,
constituyen una verdadera fuente de energía, pues cuando el
espíritu se siente cansado y el desaliento empieza a hacer preso
del individuo, no puede dá rsele mejor panacea que su libro.

Escriba Ud., Maestro; escriba Ud. muchos libros semejantes, y


la Patria se lo agradecerá má s incomparablemente, que si
tomara Ud. las armas y ensangrentara su suelo en pro de ideales
que si son muy bellos en la teoría, cuando se llega la hora de
aplicarlos se encuentra con que la sangre derramada es carísima
en comparació n a los bienes obtenidos.

Lo saluda afectuosamente su atto. y S.S.


82

Guillermo F. Gó mez.

Contador.

Monterrey, N.L., diciembre 15 de 1921

Sr. Prof.

Juna T. Gonzá lez.

Cuidad.

Muy Sr. Mío:

Por una casualidad vino a mis manos con ejemplar de su obra


titulada “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA”, y la que por
curiosidad comencé a leer y me interesó má s y má s, porque ví en
ella consejos sanos y lecciones prá cticas, no só lo al joven, sino a
todo hombre de cualquiera edad.

Tanto fué lo que me agradó su referida obra que desde luego


ordené a mi hijo mayor (de 16 añ os de edad) que la estudiara,
porque con ello obtendría, a mi juicio; reglas muy provechosas
para la carrera del comercio a que quiero dedicarlo.

Yo mismo tengo escritos algunas observaciones sobre


comercio, recogidas durante mi practica de treinta añ os y con
sorpresa las he visto recopiladas en su artículo sobre los
negocios cosa que me convenció n que las experiencia o el
sentido comú n forzosamente conducen a las misma
conclusiones.

Felicitá ndole muy sinceramente por su citada obra, me repito


de Ud. afmo., amigo y atto. S.S.

Julio Rosenblueth.

Prop. de “La Cuidad de Londres”.


83

Uno de los mejores comerciantes de Monterrey. Sastrería Ropa


hecha y Artículos en general para Caballeros.

Esquina Dr. Mier y Zaragoza.

Sabinas, Coah.

Sr. Prof. Juna T. Gonzá lez.

Isaac Garza 68.

Monterrey. N.L.

Muy estimado Sr. Y amigo:

Cuando leímos su libro “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA”


quedamos positivamente sorprendidos de la verdad de sus
conceptos y del vigor que comunican sus ideales.

Nuestra primera impresió n fue poseer un ejemplar para cada


uno de nuestros hijos; después consideramos que haríamos obra
ú til propagá ndolo también entre nuestro pueblo y al efecto le
pedimos 50 ejemplares, los que se vendieron en 15 días;
pedimos otros 50, y se vendieron en 5 días; pedimos 100 má s y
se terminaron de vender el mismo días que llegaron.

Cuando ofrecemos su libro de venta lo ofrecemos al


parroquiano bajo la siguiente garantía: si no le queda a Ud. la
convicció n de que posee en su casa, no só lo un buen libro, sino
una joya, devuélvalo y le reinteramos su valor.

Ninguno se nos ha devuelto y muchos nos han expresado su


gratitud por habérselos vendido.

Sinceramente felicitamos a Ud. por su gran libro.

De Ud. sus affmos., amigos y Ss. Ss.


84

M. D. Montemayor y Cía.

Comerciantes.

En su libro tenemos los padres de familia un valiosísimos


auxilio para formar el cará cter de nuestros hijos. Los jó venes
que se inician en la vida tienen en él un camino seguro. Enseñ ar
es salvar y Ud. con su libro de veras enseñ a y de veras salva.

Administrador de Correos en Monterrey.

Octaviano González.

__________

Es un libro de moral prá ctica de los que son bastantes para


modelar un cará cter y hacer una voluntad y a la vez es sencillo y
profundo.

M. Múzquiz Blanco.

Director de “La Prensa” Monterrey.

__________

Este libro debe ser leído por todos: por los ignorantes para
que aprendan y por los que saben mucho para que no olviden lo
que saben y aprendan algo má s.

Joaquín Manini, (hijo).

Alto empleado de la Cervecería Cuauhtémoc.

__________

Obrero: Si quieres algo que te aliente y dignifique, lee este


libro. Cada una de sus pá ginas vale para tí mil veces má s, que los
triunfos sangrientos de las democracias modernas.
85

Mariano Naranjo.

Gte. de la Cía. Brunswick Balke Collender.

Agencia Dr. Mier 93. Monterrey, N. L.

__________

Libros formados por espíritus fuertes hacen mucha falta a


nuestra raza indolente. Cuando aparece uno como el suyo, hay
que darte las gracias por esa dá diva hecha a la indiferencia de
los hombres; porque con libros iguales al que Ud. escribió se
hace lo que só lo el transcurso de los añ os y las influencias de un
progreso bien definido, pueden operar en el alma de los pueblos:
purificarlos y enseñ arles el triunfo.

Aldo B. Alarcón.

Poeta y escritor

Cuando su libro haya circulado bastante en todo el país, será


la influencia má s poderosa y trascendental que se haya
inventado, para cultivar en México una generació n de mexicanos
desconocida para los hombres de hoy. Una vez volviendo a
nuestra tranquilidad después de tantas agitaciones y matanzas,
la obra de Ud. conjuntamente con muchos elementos, ayudará a
transformar el México del futuro porque su obra también
produce un efecto psicoló gico y maravillosamente agradable y
alentador.

Clemente N. Idar.

Laredo, Texas.

El servicio que Ud. ha prestado a nuestro pueblo obrero con la


publicació n de “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA” es muy grande;
y no dudo que si persuadido por sus teorías se dedicara al
86

estudio y el trabajo, pronto se acabaría la “revolució n” y nuestra


Republica entraría en su época gloriosa de progreso material.

Fortunato Santos.

Notario Pú blico, Zaragoza, Coah.

“COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA” es un libro de esencial moral


robusta. La ética está determinada por la resultante de ese
sentido prá ctico que tanto han enaltecido en las ú ltimas obras
de aliento sobre la materia, los modernos soció logos alemanes e
ingleses.

El libro del Sr. Gonzá lez es un bello es fuerzo en pro de la


solidaridad moral de nuestro obrero.

Enrique Fernández
Ledesma.

Director de Zig-Zag. Monterrey.

Así como el navegante necesita una brú jula que le conduzca a


seguro puerto, el obrero necesita una obra que le aconseje para
llegar a conquistar la felicidad. Esta obra es la obra suya: “COMO
SE TRIUNFA EN LA VIDA”.

Dr. Daniel Cantú Lozano.

Maestro, ¡Que Dios bendiga su obra!

Abel Huerta (de 17 añ os de edad).

Calle V. Cepeda N° 72. Monclova, Coah.

En su libro he encontrado el ejemplar má s precioso que puede


dar un maestro de experiencia a la juventud, al obrero, al
industrial; al artesiano, etc., y a todos aquellos que quieran
guiarse por el buen camino.
87

José Gonzá lez (obrero).

Calle Dr. Coss 31 Monterrey.

Ojalá que pueda hacerlo llegar hasta el má s apartado rincó n de


los hogares, que bien lo necesitan todos y cada uno de ellos.
¡Otra cosa sería la situació n y condició n de la gran familia
mexicana!

Prof. Fidel Ramírez.

Nadadores,
Coah.

DON JUAN:- Su libro “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA” me


parece un intenso reflejo de la personalidad de Ud. Si acaso no
tuviera otros méritos (y los tiene), su libro este muy grande: es
el retrato de Ud. y es producto de su experiencia. Sus palabras
no son alimento de niñ o: nada de nubes, pá jaros ni flores; son
alimento de hombre: grano y médula. Nada má s propio para el
obrero: hombre roca de nuestros tiempos. Yo me inclino ante la
rudeza de su libro como me inclino ante la rudeza de la verdad:
con ternura y con respeto. Su amigo y compañ ero.

L. Garza Leal.

Sub-Director del Instituto Laurens.

Maestro: Un libro del mérito de “COMO SE TRIUNFA EN LA


VIDA”; que tiende a levantar las energías del obrero honrado
que vela por el porvenir de su familia, debería tenerse en todas
las Sociedades Mutualistas para inculcar sus sabios consejos a
los socios, y a la humanidad pervertida en el vicio.

Esteban Montelongo.

Albañ il y Contratista.
88

Monterrey, N. L., Méx.

Sus libros son unos có digos de moral tan buena como


novedosa.

Profesor Miguel C. Gutiérrez.

Alvarado, Veracruz.

Sus obritas son verdaderamente una bendició n del cielo para


la humanidad.

Profesor Jesús Cervantes.

Tejupá n, Oaxaca.

Después de leer “COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA” se adivina


en Ud. un verdadero cará cter; pero después de utilizar sus
enseñ anzas y practicar sus consejos se le admira.

Profesor Gabriel Martínez.

Cerritos, S. L. P.

Que sea Ud. inmortal hoy y siempre, querido Maestro, pues ha


arrojado a cada hogar el guía de buenos ejemplos que debe
conducir hacia un porvenir dichoso. Trabaje sí en pro de la
cultura de nuestros querido hermanos; para que llevá ndose a
cabo las prevenciones que Ud. hace sobre las consecuencias de
la vida desarreglada, se formen buenos y honrados mexicanos
que le venerará n con respeto y gratitud.

Manuel Flores M.

IxhuatIá n, Veracruz.

“COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA” es: padre que aconseja,


Maestro que instruye, la mano de caridad tendida al pueblo.
89

Profesor Maximiano Dávila.

Villa de Casas, Tamaulipas.


90

Índice
91
92
93

¡LEE!.........................................................................................................................................7
COMO SE APRENDE................................................................................................................21
CLASE DE LIBROS....................................................................................................................37
LA SOCIEDAD..........................................................................................................................49
PARA GANAR DINERO............................................................................................................63
TÚ Y YO..................................................................................................................................73
ALGUNAS OPINIONES SOBRE EL AUTOR Y SUS LIBROS..........................................................79
94
95

Esta edició n de 2000 ejemplares se terminó de imprimir en Marzo de


1993 en los talleres de la Impresora Azteca, S.A. de C.V. Poniente 140
No. 681-1 Col. Industrial Vallejo C.P. 02300
96

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