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La primera pregunta que quiero hacerte antes de brindarte estas

herramientas que te servirán para darte cuenta que tu éxito como


Emprendedor está más cerca de lo que parece es:

¿QUÉ ES EL ÉXITO PARA TI?


Antes de pensar en obtener estas herramientas, las cuales te aseguro
que, si las utilizas bien, las incorporas y las aplicas conscientemente te
acercarán o quizás sobrepasarán los resultados que buscas para sentir
que tienes éxito, quiero que reflexiones profundamente en esta pregunta,
porque de esa simple definición dependerá el darte cuenta de cuánto te
falte para llegar ahí. De ello dependerán también las estrategias, los puntos
de apoyo, el equipo o personas que elijas que te acompañen hasta ahí, y
lo más importante, de ello dependerá que cada día te transformes hasta
cumplirlo.

Durante mi vida como Ingeniero, Entrenador, Facilitador del Cambio


y Agente Inmobiliario he transitado por momentos de incertidumbre
y aprendizaje constante para lograr compartirte con humildad estas
herramientas. He invertido dinero, tiempo y energía para poder darte
estas 5 valiosas herramientas que a mi parecer son fundamentales para
que conectes con tu negocio y tu economía, pero más allá de eso, con los
motores reales de tu vida.

¿Alguna vez has sentido miedo a darle de lleno al negocio? ¿Has tenido
problemas con alguna pareja, te separaste y tus emociones no juegan
a tu favor? ¿No sabes cómo mantener la estabilidad de tus hijos o de
tu familia? ¿Te han traicionado? ¿Has creído que fracasaste en algún
emprendimiento? ¿Te preocupa el qué dirán de ti cuando te muestras en
redes sociales?

Si la respuesta a alguna de estas preguntas es un “Sí”, pues te digo que


tienes la oportunidad para reconquistar todo aquello que creíste perdido.
Tienes la oportunidad de lograr mejorar tu vida, tus relaciones, tu economía
y todo lo que desees para ti. Tienes la oportunidad de sentir éxito y la
satisfacción de decir “lo logré y sigo lográndolo”.

Entonces, si te gusta la idea, vamos entonces a ver las 5 herramientas que


te prometí:
¿Últimamente has estado diciendo o pensado esto?

“La situación política no permite que se cierre la venta”, “es que soy mamá
soltera y no tengo tiempo”, “mi pareja no entiende mi trabajo y por su
culpa no atendí la urgencia de mi cliente”, “el dólar no ayuda”, “hay mucha
competencia”, “no tengo capital”, etc.

Si has caído en esa frecuencia, en esa vibración de tu energía entonces es


el momento de detenerte a reflexionar.

Qué rico se siente cuando encontramos las excusas perfectas, los motivos
fundados perfectos para sentarnos a llorar en ellos ¿verdad? ¿A caso no es
más fácil considerarte la víctima y que los factores “externos” a ti sean los
“culpables” de las causas de los problemas que enfrentas?

Más allá que puedas tener motivos sustanciales y bien fundados, que
limiten tus éxitos, la invitación es que te hagas responsable y no te detengas.
Date cuenta, que cuando enfrentas un problema, es el momento donde si
no te haces responsable de tus objetivos, tus conductas, tus emociones, tus
sentimientos y tus relaciones con las personas, serás TU PROPIA VÍCTIMA.

Créeme que tus clientes también se darán cuenta de ello y quizás ellos no
quieran ser tus víctimas, victimarios o salvadores. Quizás simplemente se
alejen.
Levántate, sacúdete el polvo y sigue para adelante con la frente en alto en
la batalla.

¿QUIERES SEGUIR SIENDO VÍCTIMA


DE TUS JUSTIFICACIONES?
Armas una estrategia, desarrollas un plan de acción y de repente dices…
“¿cómo sé si va a funcionar?”. En ese momento, te pegas y sigues armando
el plan, profundizas más, te quedas sentad@ escribiendo, planificando y
de repente dices… “¿pero cómo estaré segur@ de eso?”. Te detienes, te
levantas de tu silla, caminas un rato por ahí. Te sientas en el sillón, te vuelves
a levantar y te acercas a la ventana y piensas. Te llaman por teléfono y
conversas un rato, se pasó el día. Al día siguiente le preguntas a alguien
su opinión al respecto, luego al otro día preguntas y sigues preguntando.
No hallas la respuesta a lo que buscas. Y llega otro problema y quieres la
respuesta a ello. Te detienes varios días hasta encontrar la mejor respuesta,
la que te haga sentir seguridad.

Estás sufriendo del Síndrome de querer tener la Respuesta a TODO.

Si aún deseas quedarte en esa forma de pensar, pues te cuento que


Heráclito (filósofo griego del siglo VI a.C.) dijo: “Nadie se baña dos veces en
el mismo río”. Se refiere a que todo cambia, todo fluye y nada permanece.
Por este motivo sustancial, nunca tendrás el tiempo suficiente para tener
la respuesta exacta que cubra todas las aristas a ese tipo de problemas.
Los problemas que requieren soluciones adaptativas, esos a los cuales
necesitarás transformarte y adaptarte.

Cada cliente que encuentras es un mundo nuevo, por lo tanto, necesitarás


aprender a adaptarte a ellos. Deberás aprender a observar qué preguntas
tienen ellos. Es por eso que deberás enamorarte más de las preguntas que
te hagan ya que si sólo tienes respuestas para ellos, nunca sabrás lo que
quieren realmente.

Si te enamoras y escuchas mejor las preguntas y te planteas acciones


rápidas de prueba y error, tendrás respuestas concretas. Pequeños logros
o aprendizajes que construirán tus resultados.

Si la respuesta estuviese en punto más alto de esa escalera de problemas,


pues sube un escalón a la vez, sostente bien y mira siempre para arriba.

¿QUIERES SEGUIR ESPERANDO EL RESTO


DE TU VIDA POR LA RESPUESTA
CORRECTA?
El día a día te absorbe. Te separaste de tu pareja, pero aún sigues con ese
loop, ese circuito repetitivo de pensamientos que te distraen de tu objetivo.
Estás endeudad@ y piensas todos los días en la llamada del banco. Tienes
a tus hijos corriendo en casa haciendo ruido y no te concentras para hacer
tu trabajo. Te llenas de trabajos menores, acaparas todo lo que haya
que hacer (enviar correos, sacar copias, hacer llamadas, visitar clientes,
preparar la comida, barrer el piso, etc).

Has llenado toda tu agenda y se pasan las 24 horas del día como si sólo
fueran 12 horas.

Te pregunto: ¿Cuánto tiempo le dedicas a aprender?

Observa bien, no a obtener conocimientos sino a “aprender”.

Dedícale tiempo y asígnale una prioridad al aprendizaje. Acaso crees que


eres víctima de la vorágine cotidiana y el mundo no te deja aprender. Si
crees eso puedes volver al punto número 1 y empezar de nuevo.

Te has dado cuenta que tus clientes son tus principales maestros para tu
aprendizaje, ¿verdad?

Aprender significa aplicar el conocimiento ante un problema hasta que


el resultado sea satisfactorio. No es sólo darte cuenta, no es sólo decir:
“Ahhhh, ¡ya sé!”. ¡NO!

El aprendizaje constante de cada momento de tu día a día será el que te


brindará las herramientas necesarias para lograr los resultados exitosos
que buscas.

Bríndate al menos 10 minutos diarios para aterrizarlo y te darás cuenta.

¿QUÉ PASARÍA SI DEDICARAS ESE


TIEMPO PARA TI?
Has estudiado en institutos y universidades, has participado en charlas
y tienes todo el conocimiento. Estudias cursos de todo tipo, desde los
presenciales hasta los virtuales. Le cuentas a todos cómo se tienen que
hacer las cosas. Le das consejos a tus amig@s sobre relaciones de pareja,
relaciones con la familia, negocios, política y hasta bienestar espiritual,
pero… ¿es coherente con los resultados que tienes en tu vida y tu negocio?

O sea, si estás leyendo esto es porque te ha interesado conocer algo para


mejorar. Y si algo de lo que has leído antes te hizo sentido, entonces lo que
viene tendrás que aplicarlo al pie de la letra.

Necesitas abrirte a la posibilidad de que aún no has aprendido todo lo que


necesitas para lograr ese resultado tan importante en tu negocio y tu vida.
Y eso es un paso importante hacia la total Humildad.

En este momento necesitarás aceptar que ahora eres simplemente un


aprendiz. Y te darás cuenta de ello cada vez que te encuentres con un
cliente, porque nunca serás capaz de saber en este mismo instante al
100% y con total exactitud lo que piensan, sienten y hacen los 7.5 billones
de habitantes de este planeta.

Si alguna vez cuando eras niñ@ estudiaste algún curso de baile, artes
marciales, deportes o incluso vas al gimnasio, te habrás dado cuenta que
te dijeron: “Deja tu maleta en la puerta” o “guarda tus cosas en uno de los
casilleros”. Tuviste que cambiarte de traje y entraste a la clase, ¿verdad?

Ahora tendrás que hacer lo mismo contigo. Como dije antes, escucha más
a tus clientes, conviértete en su aprendiz.

Puedes hacer este ejercicio: párate frente a tu espejo, obsérvate y hazte


preguntas. Date un espacio para deja todo lo que conoces y empieza a
buscar en aquellos lugares inexplorados. Cambia de contexto. Coloca
lo que conoces en un lugar distinto o también llama a alguien para que
cuestione lo que conoces.

Ábrete a las posibilidades que no sabes que existen.

¿QUÉ PASARÍA SI NO SUPIERAS QUE


HAY ALGO QUE NO SABES?
Cada una de las herramientas que te he presentado se relaciona con todas
las anteriores, y esta no es la excepción.

Muchas veces ocurre que, al buscar tener todas las respuestas, tener las
justificaciones perfectas, conocer todos los porqués sobre lo que nos pasa,
refuerza la creencia para construir nuestra VERDAD. En este punto ganas
seguridad y crees que las explicaciones que te das son la verdad absoluta
y que el resto está equivocado. Por lo tanto, nos paramos en nuestro TENGO
LA RAZÓN, y es eso lo que necesitamos SOLTAR.

¿Te ha ocurrido alguna vez que un cliente te dio una opinión sobre la zona,
las características o el precio de la propiedad que vendías y te lo tomaste
personal? Como si no estuviera valorándote a ti, somo si fuera tuya la
propiedad, como si fuera más importante lo que tú crees que lo que tu
cliente quiere comprar. Quiero decirte que te entiendo perfectamente si te
pasó algo así, quizás de esa venta depende el pago del colegio de tus hijos,
tu vivienda o incluso la comida del mes. Pero reaccionando desde ahí lo
único que lograrás es que no llegue ese ingreso que tanto has esperado.

Piensa un momento, ¿qué es más fuerte, una bola de bolos o una pelota
de fútbol? Si no lo sabes, ¿ahora imagina que lanzas ambas de un edificio
de 100 metros de altura, ¿cuál de ellas crees que podría resistir el impacto
con la tierra?

Definitivamente la pelota tiene más probabilidades. La rigidez es frágil. La


flexibilidad es realmente resistente. Eso es ser Resiliente.

Mantenerte rígid@ en tu razón sólo te ayudará a hacerte crecer el orgullo


y el ego, pero no servirá para tus resultados. Soltar tu querer tener razón
te abrirá a una posición de aprendizaje que te ayudará a aprender más
sobre lo que necesitas para lograr el éxito que buscas.

¿QUÉ PREFIERES HACER AHORA CON


TU RAZÓN?
Bien, ahora tienes estas 5 herramientas principales que te ayudarán
a entrar en sintonía con tu ser Emprendedor. Si las aplicas lograrás dar
un paso importante para dedicarte y desempeñarte como profesional y
generar ingresos mucho más altos que los que ahora tienes.

Si te enfocas adecuadamente dejarás de perder oportunidades, mejorarás


tus activos, tendrás propiedades personales de valor, capital, viajes, tiempo
para ti y tu pareja si lo deseas.

Podrás enfocar tu vida hacia los resultados que sueñas tener y proyectar
todo tu éxito hacia tu entorno.

Créeme, yo he pasado alguna vez por barreras similares a las que tú estás
pasando y no te mentiré, atravesarlas cuesta mucho trabajo interior y a
veces es peor sol@ que bien acompañad@.

Además, hay otro punto importante: “más duele equivocarse con


conocimiento que con ignorancia”. Dicen que el conocimiento es poder
y ahora sabes que todo depende de ti para cambiar tus paradigmas y
lograr los resultados que necesitas.

Permítete transformarte y si lo necesitas, puedes comunicarte conmigo


para acompañarte en ese proceso.

Que tu vida se llene de éxitos.

Un fuerte abrazo.

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