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Jerez, Javiera

Kuncar, Antonio
Sánchez, Paulina

La vivienda como expresión de los cambios culturales de la primera mitad


del siglo XX

La obra arquitectónica que hemos escogido para la realización de este trabajo ha sido el
Palacio Stoclet, esta edificación fue construida entre los años 1905 y 1911, por el arquitecto
Josef Hoffmann, discípulo del pionero del movimiento moderno, renombrado arquitecto, Otto
Wagner. El palacio fue construido en Bruselas, Bélgica, para el banquero, Adolph Stoclet y su
familia.

Características arquitectónicas
El palacio Stoclet conocido como una de las obras más emblemáticas en la época del siglo XX,
es una particular mansión diseñada y construida entre los años 1905 y 1911 por el reconocido
arquitecto Josef Hoffmann para el banquero Adolphe Stoclet y su esposa.

Esta propiedad, representativa de la


arquitectura moderna del periodo, se
encuentra ubicada en la avenida de tervueren
del acomodado municipio de Woluwe-Saint-
Pierre en Bruselas del país de Bélgica. Su
emplazamiento se caracteriza por vislumbrar
su opulenta construcción como una verdadera
obra de arte en comparación de las demás
edificaciones que la rodeaban. Además de su
gran tamaño una de las cosas que más
llamaba la atención de este ostentoso palacio
era su revolucionaria fachada, la geometría
que caracterizaba al edificio no combinaba
para nada con estilo de arte belga que se
definía en la arquitectura de Bruselas. De
hecho, el estilo que precisaba este edificio era
el moderno. Su exterior estaba completamente
cubierto de mármol, y presentaba una gran variedad de líneas rectas ya sea en la alineación de
sus ventanas o ventanales, como también en la delimitación de cada uno de sus vértices y/o
cúspides. En otras palabras, su exterior se caracterizaba principalmente en la creación de
cuadrados y rectángulos visuales presentados en sus ventanas y torres. Irónicamente, la
sencillez del diseño era lo que lograba resaltar en aquella época.

El palacio stoclet, posee una cantidad de tres plantas las cuales se encuentran emplazadas en
la mayor parte del terreno. Al igual que su exterior respecto al diseño, el interior es igual de
simple, geométrico y funcional para lograr
mantener el orden de la obra. Sin embargo, su
decoración, definida por el Art Nouveau, es algo
más excéntrica en contraste de la parcialidad
que presenta la obra. La simplicidad del diseño
no deja de lado la grandeza que el palacio
revela, puesto que la luminosidad del lugar
juega un rol bastante importante al momento
simbolizar la majestuosidad del

lugar. Un ejemplo de ello es la entrada que


posee este gran palacio, en el cual a pesar de
ser un espacio bastante sencillo visualmente, la
amplitud junto a la iluminación que esta entrada
posee deja en evidencia la interpretación de lo
majestuoso creado por Josef. La particularidad del interior no pasa desapercibida, al igual que
su exterior este se reviste en casi toda su totalidad de mármol, siendo este acompañado en
algunas de sus habitaciones por destacadas pinturas y esculturas realizadas por el artista
Gustav Klimt, quien fue el encargado de darles colores llamativos a los diferentes tipos de
espacios, siendo estas obras de un tanto abstractas, figurativas estilizadas.
Por otro lado, mediante los cortes podemos ver que la unificación del edificio se basa
principalmente en la escalera situada en la llamativa torre que posee el edificio. Asimismo otra
de la cualidad que se pueden ver mediante los cortes del palacio, es que se define
principalmente por una gran de cantidad de espacios amplios pero cerrados, identificados por
una gran cantidad de puertas a lo largo de la obra.

Relación entre las características arquitectónicas y los movimientos de la época

A finales del siglo XIX, hacía 1890, surgieron nuevas corrientes arquitectónicas en Europa, se
buscaba un nuevo estilo constructivo y de diseño que demostrara el paso al nuevo siglo.
El palacio nació en la época en la que las industrias y toda la maquinaria pesada estaba en su
apogeo, donde la arquitectura buscaba modelos más industriales y hechos en masa y la
creación arquitectónica evitaba ser muy detallada o sofisticada, como lo sería el estilo más
clásico que se llevaba hasta ese entonces. El palacio Stoclet muestra una mezcla del
modernismo al que se estaba guiando la época, con detalles florales geométricos y coloridos,
como lo serían el art Nouveau, el cual es impulsado por el grupo al cual Hoffman fue participe el
grupo secesión.

La arquitectura moderna buscaba


alejarse de cualquier arte clásico, puesto
que era un movimiento más sencillo,
pero no menos atractivo, puesto que
trabajaba con materiales más
industriales, manejaba el concepto de la
luminosidad y los espacios más abiertos,
con vidriales, con materiales más fáciles
de generar y menos exclusivos. El
palacio marca un momento decisivo los
movimiento artísticos que se llevaban
hasta la época o los que se estaban
integrando, puesto que es uno de los
edificios mejor logrados de la Secesión
pues es muy homogéneo y mezcla de manera muy armoniosa el arte Koloman Moser y Gustav
Klimt, dentro de la obra ingeniada por Hoffmann.
La época en el que fue construido el Palacio Stoclet fue una época de muchos cambios. Los
intereses en la sociedad estaban metamorfoseando debido a la revolución industrial y los
movimientos sociales que vinieron junto a esto. La arquitectura, de ninguna forma, se quedó
atrás, transformándose en lo que sería conocido más adelante como el modernismo. Este
movimiento se dio debido a que de a poco se estaba buscando romper con el movimiento
clásico que se llevaba hasta entonces. La estética que se buscaba crear en el modernismo
buscaba un quiebre, donde se dejaban los estigmas impuestos en los siglos pasados y llevaba
la arquitectura a las manos de la gente, algo más alcanzable, comprensible, pero no por eso
menos bello.

La vista exterior del palacio rompe con el romanticismo de los gran detalles y extravagancia: su
fachada está hecha de mármol blanco y decorada con cobre, cuenta con vidriales y estatuas
creadas por artesanos, pero por
sobretodo mantiene una elegancia
y simpleza al diseño.

Debido a que la edificación fue


creada de las manos de variados
artistas, el palacio cuenta con un
popurrí de ideas y arte que
convergen en su hermoso interior.
Lo básico del modernismo choca
con los colorido y extravagante del
Art Nouveau creando consigo lo
que sería llamado como Art Decó.

Pero el palacio no solo fue un icono


para la arquitectura europea, sino
que su belleza recorrería el mundo
e inspirará diferentes movimientos
artísticos y arquitectónicos que se
encontraban presentes hasta el día
de hoy: como el futurismo, el
expresionismo o el stijl. Movimiento que, al igual que el modernismo, buscaban encontrar una
mirada a lo que sería las construcciones del futuro, apoyandose en las industrias y pensando en
el crecimiento de las ciudades y con ellas, la misma
arquitectura.

Reflexión

En el siglo XX se vivió una serie de cambios. Ya sea políticos,


culturales o sociales, cada uno de estos fenómenos afectaron
de distinta manera a los diferentes sectores de la sociedad.
Estos procesos comenzaron también a cambiar la mentalidad
de la gente. Los artistas no fueron menos, durante el cambio
de siglo, muchos de los exponentes de la época comenzaron
a utilizar el arte como medio de expresión para denotar el malestar social que existía y para
hacer una crítica a los políticos de la época.

Viena, durante comienzos del siglo XX, pasa por una etapa de crisis y cambios sociales que
contrasta con estética y la belleza que proponía la ciudad y su arquitectura. En Europa estaba
naciendo las industrias, la maquinaria pesada y la creación en masa. Con ello, comienza un
movimiento poblacional que llegaría de golpe a las ciudades en busca de trabajo y una mejor
vida. Esto generaría también un impacto en la arquitectura de la época, puesto que esta debería
responder a las demandas de morada y buscaría nuevas formas para poder solucionar este
problema.

Es en Viena, también, y durante esa misma época, donde nacería el grupo Secesión, donde se
encontrarán distintos artistas tales como Otto Wagner, Gustav Klimt, Joseph Maria Olbrich,
entre otros. Sería en este grupo donde nacería el movimiento modernista, que, con el nuevo
poder que daban las máquinas le darían la espalda a la arquitectura
moderna y usarían un estilo más simple, funcional y menos detallado
que antes debido a que la creación de materiales sería más rápida, con
materiales más simples y más fáciles de manejar.

Joseph Hoffmann, discípulo de Otto Wagner y cofundador del grupo


Secesión, sería quien de vida a la obra que marca el cambio del siglo
XIX al XX: El Palacio Stoclet.

Stoclet es nominado un símbolo del cambio que sucede en la


arquitectura durante el cambio de siglo, puesto que cuenta con los
toques modernistas que se empiezan a imponer en la época, pero
también trae consigo un decorado de Art Nouveau, que con su
extravagancia rompe con la misma sencillez del modernismo y crea
consigo el Art Decó. En el palacio trabajaron más exponentes del arte
de la época como Gustav Klimt quien sería el que se encarga de la
decoración del interior de la casa con obras icónicas como “El árbol de
la vida” o “El Beso”.

El palacio, de todas formas, es un ejemplo de cómo el arte era


representado en la cultura aristócrata de la época, donde se podían
seguir costeando la artesanía y el producto personalizado. Sin embargo,
como se mencionó anteriormente, en el cambio de siglo ocurren
cambios sociales que afectarían los paradigmas de la época: la
migración campo ciudad, la pobreza y el hacinamiento de las clases más bajas serían otro de
los puntos a tocar cuando se habla de cambios en dicho siglo.

Las industrias traen consigo la capacidad de crear arquitectura en masa, como ya se ha


mencionado anteriormente, estas usan materiales más económicos y fáciles de manejar para
construir viviendas sociales: edificios sin mayor complejidad que servirían para albergar la
población obrera que laboraba en la época.

Las edificaciones para las viviendas sociales contarían con estilos modernos. Es decir,
edificaciones sin mayor detalle y que cumplirían con los servicios básicos que se exigían en
aquella época. En otras palabras: todo lo contrario a lo que el Palacio reflejaba.
Si bien la edificación es un patrimonio de la humanidad y rebosa en arte y belleza, refleja solo el
contexto de la élite de la sociedad: su vida lujosa y llena de arte, siendo que en las periferias se
encontraban las familias obreras en viviendas que ni siquiera tenían un patio. A pesar de ello,
años más tarde se comenzaría a aplicar más legislaciones y medidas para que el vivir de las
personas sea más digno y, a la vez, más bello.

En conclusión, el palacio Stoclet es una majestuosa obra de la arquitectura, cuenta con un


terminado arquitectónicamente perfecto, y es, como Hoffmann quería, una obra de arte
completa. Resalta, de igual forma, los movimientos artísticos y arquitectónicos que se imponen
para la época y les da un pase para que sigan avanzando. A pesar de esto, no es una obra que
represente de igual forma los cambios culturales y sociales que se vivían en la época.

Conclusiones

El Palacio Stoclet es un ícono del cambio de visión arquitectónica y cómo ésta ha evolucionado
hasta el día de hoy.

Con una mezcla de distintas olas artísticas el palacio logra hacerle honor al nombre que
Hoffmann quiso darle al edificio cuando comenzó a construir: una obra de arte completa.
Enseña los comienzos del modernismo con su construcción geométrica y también enseña un
lado elegante con las pinturas y obras que se encontraban en su interior. “El sueño de todo
arquitecto” es como llaman al palacio debido a que Stoclet, quien pidió a Hoffmann que
construyera la edificación, no le dió ningún límite económico ni estético de cómo debía lucir el
palacio. En otras palabras: le dió un lienzo en blanco.

Otro aspecto impactante del edificio es cómo fue creado: a mano. Cada detalle de cada obra
fue pensada en la mente del arquitecto y ejecutada por las manos de distintos artesanos,
pintores y artistas que le ayudaron con su proyecto. Desde las estatuas que adornan la torre
más alta, hasta los pilares que de observan en el interior del palacio.

No obstante, como ya se ha mencionado anteriormente, la obra, por más exquisita que sea, no
refleja los cambios sociales del paso de siglo. Más bien nos muestra una mirada de los barrios
lujosos de la época y muestra una gran diferencia a las viviendas de las familias que residían en
las periferias de las ciudades a comienzos de las industrias y la creación en masa. Aún así,
cabe recalcar la belleza visual que otorga el palacio y cómo nos enseña el punto de partida de
variados movimientos arquitectónicos y artísticos que se mantienen hasta el día de hoy.

Si bien el Modernismo dio el pase para muchas otras vanguardias, hubo muchos críticos de
ésta que decían que las industrias y la producción en masa le quitaron la belleza, por decir así,
a la arquitectura, puesto que ya no tenía el toque de un artesano y las obras ya dejaban de ser
únicas. Pero de la misma forma, existen otros que señalan que el modernismo le dio un pase a
la evolución de la arquitectura para que se volviera algo más alcanzable y funcional para la
población.
Bibliografia:

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