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MARCEL DUCHAMP

Clara Rodríguez

Nacido en 1887 en Blainville-Crevon, conocido como artista y como ajedrecista, a pesar


de tener una gran influencia en el movimiento dada, no encaja en ninguna corriente
artística precisa y tiene un estilo único. Sus obras están llenas de experimentación
científica, la energía, el movimiento, la velocidad… Ciencia y arte unidos. Su mayor
aportación, ha sido quizá el Ready Made, consiste en dar un valor artístico a objetos
producidos industrialmente, modificados mediante mínimas intervenciones o incluso
ninguna, declarándolos de esta manera obras de arte. En propias palabras del artista:
Arte es lo que se denomina arte, lo que quiere decir que cualquier cosa puede serlo.
Como es natural esto no fue gratamente recibido por el por el público y aún menos por
la crítica que cuestionaban su trabajo. ¿Marcel Duchamp está bromeando o es una
critica feroz al mercado del arte?

 El gran Vidrio: Ya desde 1911 comienzan a filtrarse en las obras de Duchamp


estas ideas mecanizadas y robóticas. Esta será la obra de su vida y volverá sobre
la idea una y otra vez, comienza con en 1912, y es algo que desarrollará hasta
1923, e incluso en el 36 tuvo que repararla porque se rompió después de viajar a
EE.UU. Poco a poco va cobrando de vida a estas máquinas, les da formas en un
conjunto que vibra de energía erótica.
La obra cumbre de todo este proceso creador será Los solteros intentando
desnudar a la novia, incluso o más coloquialmente conocida como el Gran
vidrio, título que la desvincula un poco del conjunto que forma esta obra. Cada
figura son placas de plomo recortadas, visualmente las figuras casi parecen
pegadas en el cristal. Para crear estas formas humanizadas toma de modelo los
patrones de sastre masculino, los resignifica dándoles otro valor. La Novia, en
la parte superior de la obra, con una forma más orgánica y monocroma parece
casi atrapada, mientras en el inferior se encuentran los solteros «La Machine
Célibataire» (la máquina de los solteros) las líneas se vuelven rectas y la obra
cobra color.
El gran vidrio es una de esas obras demasiado complejas como para poner a todo
el mundo de acuerdo, y la crítica nunca encuentra una única explicación que, de
sentido a la obra, la mayoría de ellos ve en la pieza una exploración del deseo
masculino y femenino, una especie de frustrante máquina de amor, que es
incapaz de conseguir su objetivo y es por eso ilógica en su existencia.
Sin embargo, teniendo en cuenta quién es el autor de la obra se debe valorar la
posibilidad de que, con esta pieza, Duchamp no haga más que una burla riéndose
de todos que muy solemnemente están tratando de dar con el significado único
de la pieza. Toda la obra, se encuentra, como ya hemos dicho, en una balanza,
dónde el erotismo y la crítica (desde un humor ácido) a la absurdez que envuelve
el mundo del arte, pesan exactamente lo mismo.
 La fuente: Lo cierto es que Duchamp lo explicó bien claro: “Les arrojé a la
cabeza un urinario como provocación y ahora resulta que admiran su belleza
estética…” ¿Se pueden hacer obras que no sean arte? En 1917, el artista compra
un urinario de porcelana blanca, lo firma con su seudónimo Robert Mutt
(Duchamp tendrá tres personajes, dos masculinos Robert/Richard y uno
femenino Rrose Sélavy) y lo envía al Salón de Artista Independientes. Crea esta
obra de arte que pone mucho más sobre la mesa el debate sobre si es o no una
pieza artística. Esta obra, llega al salón y como es natural escandalizó a todo el
mundo, fue expulsada del Salón de Artistas Independientes y devuelta a
Duchamp, esto hace que el propio taller del artista se convierta en su sala de
exposiciones, en esta nueva sala improvisada los objetos pueden ser obras de
arte y el lugar en el que se colocan tampoco será lógica. El estudio de Marcel
Duchamp se llena de objetos ilógicos que cuelgan o aparecen volcados, ready
mades suspendidos obstaculizan el paso del público que acude al taller.
La estética era lo de menos en una obra como esta, en esta ocasión Duchamp
quería hacernos llegar un mensaje claro y directo, una idea precisa que se
trasmitía con la propia absurdez del objeto elegido para su ready made, una
crítica feroz realizada desde un humor negro a la comunidad artística
internacional, algo ya clásico en el artista. Sin embargo, su obra más
provocadora fue probablemente esta, y lo que es más curioso, tras años de
rechazo, la obra comenzó a considerarse rompedora ( que lo era, es y será) y en
2004 se valoró como la obra de arte más influyente del siglo XX por 500
reputados profesionales del sector, algo que en mi opinión habría hecho llorar de
risa a Duchamp.

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