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Las mediciones fisiológicas primordiales aportan datos sobre las actitudes de

los infantes a la estimulación ambiental. La actividad del corazón, las ondas


cerebrales y la contestación eléctrica de la dermis ofrecen información indirecta
en interacción a lo cual perciben y comprenden. Los estudiosos emplean,
además, imágenes bastante complicadas de los movimientos de los infantes;
ejemplificando, el desplazamiento de los ojos o la manipulación. Es por igual
fundamental un óptimo paradiqma (método o modelo) de averiguación.

Un plan bastante eficaz para medir sus competencias es el paradigma de la


novedad, que guarda estrecha relación con el procedimiento de habituación ya
descrito. Otra táctica recurrente es el procedimiento de la preferencia: al infante
se le posibilita escoger los estímulos que verá o escuchará.

Si dedica más tiempo a uno de ambos, la preferencia apunta que siente una
diferencia y responde de forma intencional a ella. Este procedimiento puede
combinarse con conductas como la de succión.

El paradigma de la sorpresa es un medio eficaz para aprênder la comprensión


que el infante tiene de todo el mundo que lo circunda. Tenemos la posibilidad
de evaluar

las actitudes de sorpresa del infante midiendo los cambios de la respiración y la


frecuencia cardiaca, lo mismo que observando sencillamente sus expresiones
faciales o movimientos corporales

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