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RESUMEN EJECUTIVO EM ESTUDIO

DE MERCADO

2019

El mercado
de vino
en Vietnam
Oficina Económica y Comercial
de la Embajada de España en Ho Chi Minh
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EM ESTUDIO
DE MERCADO

15 de mayo de 2019
Ho Chi Minh

Este estudio ha sido realizado por


Gabriel Aizpuru Uriarte, y actualizado posteriormente por Ander
Garetxana Egaña

Bajo la supervisión de la Oficina Económica y Comercial


de la Embajada de España en Ho Chi Minh

Editado por ICEX España Exportación e Inversiones, E.P.E., M.P.

NIPO: 114-19-038-4
EM EL MERCADO DE VINO EN VIETNAM

El futuro del vino en Vietnam contiene numerosos interrogantes, que hacen dudar sobre las
posibles opciones de negocio que puedan abrirse en un futuro cercano. El acuerdo de libre
comercio entre la UE y Vietnam puede hacer que facilite mucho la comercialización de vino en
este país, pero el acuerdo que estaba previsto que se firmara en 2018, aún sigue en proceso de
aprobación por el Parlamento Europeo.

Sin este acuerdo, la comercialización del vino en Vietnam contiene numerosos obstáculos,
que frenan las posibles oportunidades que puedan tener. Todas las bebidas alcohólicas han
tenido un estancamiento en las importaciones en Vietnam en los años 2016 y 2017, aun así si nos
fijamos en años anteriores, la importación de vino ha crecido considerablemente. Aunque a priori
parezca un dato positivo, no lo es tanto, ya que el crecimiento ha sido mucho menor que otros
licores y la cerveza importada.

En el caso de Vietnam, no se pueden conocer las cifras reales de importación de vino. Las
diferencias entre las declaraciones de los exportadores y de los importadores son demasiado
grandes. Por ejemplo, en 2016 (último año declarado a Naciones unidas por Vietnam), las
importaciones de vino fueron de 22,3 millones de dólares. Sin embargo, si sumamos las
exportaciones declaradas por cada país, la cifra sería de 94,3 millones de dólares. Es decir: Las
cantidades que Vietnam contabiliza como entrantes en el país, son solo el 23% de las
cantidades que se declara que se envían.

Dentro de estas incongruencias estadísticas, destaca Estados unidos: según las aduanas
americanas, se enviaron 546 millones de dólares de vino a Vietnam en 2016, pero las aduanas de
este país declaran entradas por valor de 11 millones de dólares, (declara 95% menos de lo que
dice que envía la aduana de EEUU).

Estas diferencias aparecen con todos los países. El porcentaje declarado por Vietnam como vino
importado, respecto a lo declarado por la aduana de otros países como vino exportado a Vietnam:

 Francia: 43´55%
 Italia: 48´22%
 Chile: 51´98%
 España: 54´34%

El origen de este problema son las prácticas informales del sector: la doble facturación con
minoración del valor es la práctica habitual. Muchos importadores mantienen almacenes en
Camboya e introducen la mercancía de contrabando. En el caso de estados Unidos, se rumorea
que la mercancía es reenviada a otros países, especialmente a China.

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Estas prácticas son consecuencia de un régimen muy desfavorable para los importadores de vino.
La administración vietnamita es clara en su objetivo de frenar, si no de parar, las importaciones de
alcohol. El consumo de cerveza en el país no hace más que crecer por lo que han lanzado
regulaciones técnicas y legales que tienen como resultado llenar de barreras el sector entre
ellas destacan:

Barreras técnicas:

 El vino está en la lista de “Bienes a los cuales hay que desincentivar la importación”. Las
empresas no pueden obtener crédito bancario en divisas para la compra de estos
bienes.
 Existe una lista de “precios de referencia” que se aplica en aduanas a los vinos importados.
Si un vino llega con un precio inferior al de la lista, independientemente de la legalidad de la
factura, Vietnam lo tasará fiscalmente según el precio en su lista “secreta” (La OMC
prohíbe esta medida, pero Vietnam se defiende diciendo que es “solo para referencia” y
que no existe ninguna ley que obligue a los funcionarios a su aplicación).
 El comercio del vino se basa en un sistema de licencias limitadas en cada provincia según
el número de habitantes. Según, la propia administración, en algunas provincias las
licencias han sido ya concedidas en su totalidad, e incluso han superado el límite. Las
licencias distinguen y son independientes entre importadores, mayoristas y minoristas. Una
empresa no puede obtener las tres licencias, y debe establecer y registrar empresas
diferentes para cada actividad y para optar a cada licencia.
 Ante la posible entrada del acuerdo de libre Comercio en Vietnam (Acuerdo que debería
haber entrado en vigor el 2018 y aun no lo han ratificado), que eliminaría los aranceles
(actualmente del 50%), Vietnam cambió el sistema de cálculo del impuesto especial al
consumo “SCT”, de manera que la carga fiscal posterior al acuerdo, después de la posible
aplicación de un arancel del 0%, será superior a las cargas fiscales existentes en el
momento de negociación del acuerdo.

Barreras legales:

El decreto 105/2017 dice lo siguiente:

 Está prohibida la publicidad y promoción de bebidas alcohólicas, incluido el vino.


 Prohíbe la venta de alcohol en máquinas expendedoras y por vía online (este último si
la bebida alcohólica tiene una graduación superior a 15º).
 Hasta la implementación de este decreto, no estaba permitido introducir muestras en
Vietnam. Las muestras debían estar ya registradas para la venta al público y tributar por el
precio de venta ordinario, aunque no tenga valor comercial. Incluso las muestras
destinadas al registro del producto deben estar previamente registradas. Sin embargo, con
este cambio legal, está permitido introducir 3 litros para el registro de la marca.

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El decreto 15/2018, es un decreto que habla de cómo hay que registrar una marca y sustituye al
decreto 38/2012. Con el decreto 38, el producto para ser comercializada, tenía que ser anunciada
o declarada primero y autorizada por el Ministerio de Salud posteriormente para poder registrarlo.
Con el cambio de decreto, ahora no se necesita que se autorice para poder registrarlo, se hace
una auto-declaración en un medio público y delante de las autoridades correspondientes y
registrarlo por un comité popular local o por un individuo. Esto bien, siempre cumpliendo los
estándares exigidos en la Ley de Seguridad Alimentaria. Es una mejora a la hora de registrar un
producto, pero aún está muy lejos de los estándares convencionales de los países occidentales.

A estos problemas que impone la administración, se suman las idiosincrasias culturales de


Vietnam: el vino no es una bebida popular. Para la mayoría de los vietnamitas el criterio para
elegir una u otra bebida, es el contenido del alcohol. Los vietnamitas no tienen ningún interés por
criterios de sumiller como denominaciones de origen, notas de cata, añada, producción ecológica,
etc. El alcohol se bebe con dos posibles fines: emborracharse y/o mostrar riqueza económica. Por
este segundo criterio, los vietnamitas prefieren el vino francés, que copa casi el 30% de la
cuota de mercado del vino importado (si empleamos las estadísticas de Vietnam) o el vino
chileno, que cuenta con el 31% de la cuota de mercado, ya que han conseguido establecerse
como los vinos más conocidos, gracias a una estrategia comercial muy buena. Sigue después
Italia con casi el 16% y Australia con un 8%. España tiene alrededor de un 4,4% de la cuota de
mercado.

Otro de los problemas presentes para el vino, y que el futuro amenaza con empeorar, es el precio.
Los importadores, distribuidores y Horeca aplican márgenes comerciales muy altos (hasta el
200% en el caso de Horeca), que vuelva bienes de lujo a vinos de calidades cuestionables. Un
vino que en España o Italia costaría 10 dólares, puede alcanzar los 80 dólares en un restaurante
de Vietnam. Si se tiene en cuenta que la renta per cápita en Vietnam es de algo más de 2100
dólares por persona y año, esto hace que el vino se aleje del alcance de prácticamente toda la
población.

Aprovechando esa circunstancia, dos empresas vietnamitas, Ladofoods y Thang Long,


empezaron a producir un vino con la referencia del vino de uvas tradicional, aunque no lo es. Es el
“Vino Dalat”, que contiene no solo uvas, sino bayas y otros frutos. Su producción es industrial sin
envejecimiento, pero con embotellado y etiquetado de los vinos tradicionales europeos. Respecto
al proceso de calidad, no llega a ser del nivel de un vino europeo pero poco a poco van
mejorándolo. El éxito de este producto ha sido tan grande que no solo ha conseguido ocupar el
hueco que existía en los consumidores de rentas más bajas, sino que está ascendiendo a los
canales de distribución más especializados y amenazando los vinos importados. En la actualidad,
el vino Dalat producido por estas empresas, tiene una cuota de mercado del 25%, y sigue
aumentando.

Los vietnamitas son el segundo país con mayor consumo de alcohol detrás de Corea. Los
vietnamitas son bebedores sociales y sobre todo beben para relacionarse en bares y restaurantes

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(sobre todo beben cerveza). Aun así, hay que decir, que la mayoría del consumo se produce en la
época del año nuevo lunar “Tet”, que tiene lugar entre finales de enero y primeros de febrero.
Durante este tiempo, los vietnamitas celebran numerosas festividades, incluidos los cumpleaños
de la mayoría de la gente. Para los importadores y distribuidores es la época más importante y la
que puede compensar con sus beneficios las pérdidas del resto del año. Para los importadores, es
absolutamente fundamental que las mercancías estén en Vietnam entre finales de noviembre y
principios de diciembre, para poder venderla en las fechas anteriores al “tet”.

Los consumidores vietnamitas no conocen el vino español. Para la mayoría, España es una región
europea difícil de ubicar y el vino español es asimilado como “vino europeo, no francés”.

Los importadores y distribuidores sí que conocen el vino español y es generalmente bien


apreciado en su relación calidad-precio. Sin embargo la percepción de la empresa, la bodega
española, no es tan positiva. Las quejas más habituales son la falta de compromiso financiero de
la bodega española. Para situar el vino, y la lentitud administrativa para facilitar los procesos de
registro.

Las bodegas españolas también tienen experiencias mejorables con los importadores vietnamitas,
que son descritos como extremadamente demandantes de ayudas y compensaciones, a pesar del
pequeño tamaño de sus compras.

Con la idea que existía de qué se iba a implementar el acuerdo de libre Comercio entre la Unión
europea y Vietnam y que debía reducir el peso fiscal sobre el vino, no ha habido ni va a haber
ventajas significativas por la adopción en 2017 del nuevo sistema de cálculo del impuesto
especial al consumo. Este acuerdo de libre comercio era de implantarse el 2018 pero aún sigue
en fase de aprobación.

Si hablamos del canal de distribución, está habiendo cambios muy importantes. El canal de
distribución habitual para el vino en Vietnam siguen siendo las pequeñas tiendas tradicionales
pero poco a poco los canales de distribución modernos están aumentando su cuota. La entrada
de nuevas empresas a este nuevo canal en alza, es uno de los principales impulsos y esperanzas
del sector porque añade nuevas opciones de atacar el mercado vietnamita. A pesar de ello, puede
pasar que las licencias vayan agotándose. Las mismas empresas distribuidoras son pesimistas
respecto al futuro por los ataques que sufren mediante regulaciones que vuelven en muchos
casos su actividad insostenible. Por eso mismo, muy pocas empresas se encuentran en
disposición de acometer estrategias a medio o largo plazo y lo que prima es el beneficio a corto
plazo que compense sus costes.

En los dos últimos dos años, España ha aumentado un 2% su cuota de mercado pero esto no
significa que vaya al mismo nivel que por ejemplo el vino chileno. Esta tendencia seguirá igual
mientras no se realicen acciones de promoción hacia el público: el consumidor final. Hasta la
fecha, solo se han realizado (y no se prevén cambios en la política de promoción por parte de las

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bodegas o asociaciones españolas), eventos restringidos al importador licenciado. Estos eventos


restringidos tienen un impacto pequeño puesto que no responden a la demanda fundamental de
estos agentes: ayudar a la rotación del vino español, mediante promociones a los clientes finales.

Con todas estas circunstancias ensombreciendo el mercado y las oportunidades, solo cabe
prevenir a las bodegas que la entrada en Vietnam debe estar precedida de un análisis y
compromiso financiero importante. Los costes de apertura del mercado son muy altos. Se
tienen que asumir que en el medio plazo y debido al tamaño de mercado y escasa permeabilidad
del producto español, los pedidos y beneficios serán pequeños y probablemente no compensen
esos costes. Tan solo estrategias con una visión a muy largo plazo pueden encontrar retornos
significativos, pero el largo plazo del sector se presenta lleno de incertidumbres.

Resumen de la situación actual del vino en Vietnam en 2019:

*Los datos están en miles de dólares

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