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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO
CÁTEDRA: DERECHO MINERO Y ENERGÉTICO

Profa.: Dra. Luisa Blanco Pérez

Período Académico 2016 – 2017


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UNIDAD I:: EL DERECHO MINERO Y LAS NOCIONES DE ORDEN


TÉCNICO

OBJETIVO GENERAL: Distinguir el Derecho Minero y las Nociones de Orden Técnico

CONTENIDO PROGRAMÁTICO:

1.1. Concepto y definición


1.2. Objeto
1.3. Características
1.4. Ubicación
1.5. Autonomía
1.6. Principios Fundamentales
1.6.1. Propiedad Minera
1.6.2. Utilidad Pública
1.6.3. Temporalidad
1.6.4. Indivisibilidad
1.6.5. Imprescriptibilidad
1.6.6. Reversibilidad
1.6.7. Extensión
1.6.8. Desarrollo sostenible
1.6.9. Riesgo Unilateral
1.7. Relaciones del Derecho Minero con otras Ciencias Jurídicas y con otras Ciencias
1.7.1. Derecho Constitucional
1.7.2. Derecho Administrativo
1.7.3. Derecho del Trabajo
1.7.4. Derecho Ambiental
1.7.5. Derecho Financiero
1.7.6. Sociología
1.7.7. Economía Política
1.8. Nociones de Orden Técnico
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UNIDAD I:: EL DERECHO MINERO Y LAS NOCIONES DE ORDEN


TÉCNICO
1.1. CONCEPTO Y DEFINICIÓN

Premisa introductoria

Cada una de las ciencias jurídicas posee un objeto propio al cual orienta su
actividad, cuenta con un método propio y específico y tiene principios científicos y
netamente jurídicos. De la aplicación de estos principios científicos -específicamente
técnicos- y jurídicos al campo de las minas nace la ciencia jurídico-minera como un
derecho especial.

La justificación para la existencia de esta ciencia jurídica la encontramos en las


características excepcionales de la actividad de explotación minera y en las condiciones
de las relaciones que surgen con motivo de tal explotación, lo que impone la adopción
de normas jurídico técnicas propias y específicas para regular estas sustancias. Es así
que surge el derecho minero como ciencia, y éste acorde con la naturaleza misma de la
materia que regula como lo son las minas, posee principios de tipo natural impuestos
por la naturaleza, principios técnicos y principios netamente jurídicos que dan origen a
normas tanto jurídicas como técnicas.

En el derecho minero existe una unión entre lo técnico y lo jurídico, lo que


determina que la norma legal no pueda prescindir de los principios técnico científicos
en la regulación de las minas, lo que hace que a esta ciencia se le ubique dentro de las
ciencias jurídicas y técnicas, pero al Derecho Minero también se le ubica dentro de una
de las dos ramas en que se divide el derecho, concretamente dentro del derecho
público, si se toma en consideración su verdadera naturaleza.

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, para conceptualizar el Derecho Minero


manera lo ubicaremos dentro de las ciencias jurídicas y técnicas y para definirlo de
manera concreta, tomaremos en consideración su naturaleza y los principios y normas
que lo conforman de acuerdo a esa naturaleza.
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a) Concepto

Con base a las consideraciones anteriores se conceptualiza al Derecho Minero


como: El conjunto de normas tanto jurídicas como técnicas, que tienen aplicación
en el aprovechamiento económico de la riqueza mineral.

b) Definición

Al seguir el orden de ideas antes expuesto, se define al Derecho Minero como: El


conjunto orgánico de principios de Derecho Público que regula la relación entre
el Estado y los particulares con motivo del aprovechamiento económico de la
riqueza mineral. (González, Berti, 1981)

Al detenernos en el contenido de la definición y realizar un somero análisis de la


misma de acuerdo con los elementos que en ella se contienen tenemos que:

- El derecho minero esta conformado por un conjunto orgánico de principios de Derecho


Público: Es esta una afirmación de indudable certeza, ya que ese conjunto de principios
está conformado por normas legales que informan la legislación minera, pero estos
principios no solo son jurídicos sino que son también de Derecho Público, y al realizar
tal afirmación nos estamos refiriendo a la naturaleza del Derecho Minero, fundamentada
entre otros aspectos por la declaratoria de utilidad pública que informa a todo lo
relacionado con las minas.

- Regula la actividad del Estado y los particulares: Con motivo de la explotación de las
minas, se establece una relación entre el Estado, en la mayoría de los casos propietario
o tutor de la riqueza minera, y los particulares que las explotan a través de
habilitaciones administrativas. De esa relación surge un vínculo jurídico que genera
derechos e impone obligaciones a ambas partes.

- Con motivo del aprovechamiento económico de la riqueza mineral: El


aprovechamiento económico de la riqueza minera es el fin último de la industria minera,
y nuestra ciencia no tendría razón de ser si no existiese este aprovechamiento
económico, ya que como consecuencia del mismo se regulan las relaciones entre el
Estado y los particulares.
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1.2. OBJETO

En términos generales podemos decir que el objeto del Derecho Minero es el de


regular en forma propia y especifica la explotación y aprovechamiento de la riqueza
minera de manera tal que ésta aporte beneficios económicos tanto a los particulares
que las explotan como al Estado propietario o tutor de las minas, para que en última
instancia los beneficios que se produzcan con la explotación de este bien contribuyan al
logro del bienestar colectivo que es uno de los fines del Estado.

1.3. CARACTERÍSTICAS

El Derecho Minero como ciencia posee fisonomía propia y especifica demostrada


a través de las características especiales que orientan a la legislación minera, y es así
que podemos señalar como elementos o características individualizantes que
distinguen a esta ciencia, las siguientes:

- La adaptación de la legislación minera a la forma de presentación de los


minerales en la naturaleza

Para regular la explotación y el aprovechamiento de los minerales, el diseño de la


norma por parte del legislador debe respetar la forma de presentación del mineral en la
naturaleza, es decir, el legislador debe adaptar sus disposiciones a la forma en que el
bien se presenta en la naturaleza.

- La existencia de principios propios y específicos inaplicables a otras ramas del


derecho

Los principios del derecho minero son impuestos por la naturaleza misma de las
minas, como por ejemplo el principio de indivisibilidad minera y como consecuencia de
este, el principio de la unidad del yacimiento, que aplica en virtud de que las minas
fraccionadas, divididas no son aprovechables económicamente. En trozos pequeños no
podría establecerse una industria minera técnicamente implantada y de provechoso
rendimiento.
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- La concepción que se tiene de la propiedad, diferente a la que se tiene en


cualquier rama del derecho y de manera especial en el Derecho Civil

Para la Legislación Minera la superficie tiene poco o escaso valor, mientras que el
subsuelo posee relevante importancia para sus intenciones ya que en el mismo se
encuentra ubicada la riqueza minera. Con base a ello se establece en todas las Leyes
de Minas el principio de distinción entre suelo y subsuelo, y se consagra que la
superficie debe ceder su lugar al subsuelo cuando así lo exija la necesidad de la
explotación minera. De igual manera se imponen limitaciones al uso del suelo en aras
de la explotación minera, como por ejemplo las servidumbres mineras, la ocupación
temporal y la expropiación.

- La consagración en las Leyes Mineras de normas de tipo técnico, privativas del


Derecho Minero

La superficie y el subsuelo son separados por el Derecho Minero y demandan


disposiciones diferentes.

- La consagración del principio de utilidad pública para todo lo referente a las


minas

En la mayoría de las legislaciones de los estados modernos todo lo referente a las


minas se declara de utilidad pública y se constituye en uno de los principios
fundamentales de las legislaciones mineras. Este principio con la amplitud que se le
reconoce en relación con las minas no lo encontramos consagrado en otras ramas del
derecho, por lo que podemos afirmar que en nuestra ciencia tiene un carácter
especialísimo.

- La diferencia entre la propiedad minera y la propiedad civil

En virtud de ello se establece la necesidad de desarrollar legislaciones diferentes y


específicas que regulen ambas propiedades.
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- La naturaleza eminentemente administrativa de que participan las Leyes de


Minas

Esta característica orienta a que el derecho minero goce de un marcadísimo


carácter de derecho público, que sirve a la vez como fundamento para ubicar a esta
ciencia dentro del campo del derecho público.

1.4. UBICACIÓN

Ubicar al Derecho Minero dentro del contexto de las ciencias jurídicas significa
asegurarle el lugar que le corresponde dentro de la división de las normas de
naturaleza jurídica en normas de derecho público y normas de derecho privado. Esta
ubicación reviste importancia por las individualizaciones que le son pertinentes a la
ciencia que ocupe uno u otro lugar, así como también por las consecuencias diversas a
unas u otras materias jurídicas.

Sin entrar en disquisiciones ya superadas basadas en teorías que ubican al


Derecho Minero en el campo del derecho privado, la mayoría de las definiciones
consideran al Derecho Minero dentro del Derecho Público, es decir, forma parte de un
derecho más amplio como lo es el Derecho Público, pero cabe preguntarse: ¿por qué el
Derecho Minero pertenece al Derecho Público?. La justificación para tal pertenencia se
produce acorde con diversos criterios que se esgrimen sustentados en los siguientes
fundamentos:

1.- El Derecho Minero tuvo su origen dentro del campo del Derecho Administrativo,
quien lo revistió con las formas administrativas que lo configuran, y es así que dentro de
las características que lo informan tenemos que tanto los procedimientos como también
algunas figuras jurídicas esenciales como por ejemplo la utilidad pública y la concesión
son instituciones de Derecho Administrativo, pero tienen en el Derecho Minero diferente
alcance.

2.- El Derecho Minero busca la solución a los problemas específicos de interés público
que orientan su objeto de estudio. El interés público o de la colectividad es elemento
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fundamental en el Derecho Minero, de allí que se consideran las minas como de utilidad
pública para otorgarle al Estado el derecho de intervención frente a esta riqueza natural
de modo que con su aprovechamiento económico se logre el beneficio del colectivo.

3.- La declaratoria de utilidad pública para todo lo que se refiera a las minas, indica que
esta riqueza minera es para el beneficio de la colectividad: trasciende del ámbito
particular para orientarse al beneficio colectivo. El beneficiario de la riqueza natural que
se encuentra en el subsuelo no es en último término del Estado, aunque este asuma una
posición privilegiada, sino el colectivo.

4.- El ámbito de la legislación positiva de cada Estado determina la ubicación de una


ciencia dentro de los dos grandes campos del Derecho, y en el caso que nos ocupa la
mayoría de las legislaciones modernas encaminan al Derecho Minero al campo de
Derecho Público.

En lo que concierne a la legislación venezolana al seguir este criterio, podemos


observar que en los textos positivos venezolanos se realiza una contemplación
específica de las minas, así tenemos que:

 La Constitución Nacional sobre la base de la importancia que reviste la


industria minera contempla postulados fundamentales en relación con las minas que
constituyen normas de Derecho Público, dentro de los cuales podemos citar la
declaratoria de propiedad de los yacimientos mineros y de hidrocarburos a la República
y la afectación de éstos bienes al dominio público con las consecuencias que de ello se
derivan; la competencia que se otorga al Poder Nacional para establecer el régimen y
administración de las minas de hidrocarburos; la reserva al Estado de la actividad
petrolera, etc.

 El preestablecimiento en la legislación minera de normas que rigen toda la


actividad en esa materia, realizada tanto por el Estado directamente como por los
particulares mediante habilitaciones administrativas, donde la voluntad de los
habilitados con el Poder Público ha de someterse a las condiciones prefijadas por la
norma legal. Esta reglamentación de la voluntad, porque todo se encuentra
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preestablecido y legislado, se encuentra con frecuencia en las materias que integran el


Derecho Público y no es propio del Derecho Privado donde la misma no pierde su
autonomía.

 Las disposiciones de carácter excepcional que contiene el Derecho Minero, las


cuales escapan a la influencia del Derecho Privado, ya que este se encuentra
imposibilitado para dictarlas y mas aún para imponerlas, ello ocurre en virtud de la
prevalencia en el Derecho Minero del interés colectivo frente al interés de los
particulares, ejemplo de ello tenemos la amplitud de la expropiación por causa de la
utilidad pública, la particularidad de las servidumbres mineras, etc.

Los razonamientos expuestos nos permiten precisar que el fundamento de la


ubicación del Derecho Minero reside en la materia que regula, el fin que se propone,
el contenido de las normas y el objeto para el cual se dictan.

1.5. AUTONOMÍA

En la acepción lata, amplia del término, autonomía significa condición del que
nadie depende en ciertos aspectos.

En el ámbito doctrinario se entiende por autonomía de una ciencia la capacidad


que posee determinado grupo sistematizado de conocimientos humanos para poseer
principios, métodos y una esfera de actuación determinada, con propia sustentatividad.

Circunscribiéndonos al campo del Derecho Minero podemos afirmar que es un


derecho con propia personalidad frente a otros derechos. Esta rama del derecho
plantea problemas diferentes a las que plantean otras ramas jurídicas, posee
especificidad en los problemas a resolver y cuenta para ello con la formulación,
mantenimiento y desarrollo de normas jurídicas propias. Así las cosas podemos definir
la autonomía del Derecho Minero como la capacidad de este derecho para abarcar
un campo de acción especial vedado a otros derechos por una parte, y por la otra,
la capacidad de resolver problemas y dictar normas cónsonas con la materia
minera a la que se aplica. En la doctrina se admite la autonomía del Derecho Minero y
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la misma debemos estudiarla considerándola desde tres aspectos o puntos de vista: a)


Autonomía didáctica, b) Autonomía científica, c) Autonomía jurídica.

a) Autonomía Didáctica: Se concibe la autonomía didáctica del Derecho Minero


como la capacidad que tiene este derecho para que sus contenidos sean enseñados
en cátedras de universidades y escuelas específicas que estudian la minería; es
decir, desde el punto de vista didáctico se considera autónomo este derecho por existir
en las universidades y escuelas especiales, cátedras definidas donde se imparten sus
principios, se detallan sus conceptos y se analiza el alcance de sus disposiciones.

En sus inicios como disciplina jurídica el derecho minero no contaba con la


posibilidad de detallar sus contenidos en una cátedra especializada por encontrarse
inmerso dentro del Derecho Administrativo, pero gradualmente fue perfilando sus
características, individualizando sus fundamentos y disposiciones convirtiéndose de una
disciplina en una ciencia jurídica, que se ha eregido en cátedras en las universidades
nacionales y extranjeras con el nombre de Derecho Minero, haciéndose acreedor con
ello al reconocimiento de la autonomía didáctica.

b) Autonomía Científica: El Derecho Minero se encuentra informado por


principios científicos, jurídicos y técnicos que le son propios y de los cuales le es
imposible prescindir ya que muchos de ellos vienen impuestos por la naturaleza, y
otros aunque los toma de otras ciencias, presentan dentro de la legislación minera
alcances y modalidades especiales no acogidos por ninguna otra rama jurídica, es
decir, poseen personalidad propia porque son asimilados en forma tal, que
desempeñan funciones específicas, ejemplo de ello lo tenemos en la consideración
que dentro del Derecho Minero se realiza de la propiedad superficial, observando
que los principios que sobre esta establece el Derecho Minero no lo podemos aplicar
a otras ramas del derecho, como por ejemplo el Derecho Civil, pues son principios
de índole específica que no prescinden de la naturaleza de la cosas y el destino o
función de ellos: el Derecho Minero considera esta propiedad superficial de manera
diferente a como lo hace el Derecho Civil y el subsuelo es para el Derecho Minero
algo fundamental, en cambio la superficie posee escaso valor o importancia y esto es
así en razón de la naturaleza misma de las minas.
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De acuerdo con esta línea de razonamiento se concibe la autonomía científica del


Derecho Minero como: La capacidad que posee el Derecho Minero para formular
sus propios principios científicos con modalidades y alcances propios no
acogidos en esta forma por ninguna rama jurídica.

c) Autonomía Jurídica: También en el aspecto jurídico puede apreciarse en


forma precisa la autonomía de nuestra materia ya que aplica principios e instituciones
jurídicas que si bien pueden ser comunes a otras ramas del derecho, éste los ha
asimilado de tal forma y los a hecho desempeñar tal función y alcance que hoy se
consideran privatísticos de ella.

Estos principios e instituciones sirven de fundamento para el diseño de las normas


que son de tipo jurídico y técnico, así tenemos el principio de utilidad pública, la figura
de la concesión minera, etc.

Lo anteriormente expuesto orienta a concebir la autonomía jurídica como la


capacidad que posee el Derecho Minero para dictar normas jurídicas y técnicas
con base en principios e instituciones que tienen un alcance propio y específico,
orientadas a la materia objeto de su estudio como lo son las minas.

1.6. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

Estudiar los principios Fundamentales del Derecho Minero significa referirnos a los
fundamentos que informan a esta ciencia jurídica y por ende a la legislación minera, y
referirnos a los fundamentos implica orientarnos hacia el sutratúm jurídico en el cual reposa
toda la construcción legal del Derecho Minero, por lo que los mismos son acogidos en
conjunto por la mayoría de las legislaciones mineras con modalidades de diversa
profundidad.

Podemos identificar como principios propios de Derecho Minero los siguientes:

- Principio de Propiedad Minera

- Principio de Utilidad Pública

- Principio de Temporalidad
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- Principio de Indivisibilidad

- Principio de Imprescriptibilidad

- Principio de Reversibilidad

- Principio de Extensión

- Principio de Desarrollo Sostenible

- Principio de Riesgo Unilateral

Estos principios revisten fundamental importancia dentro de la legislación minera


venezolana que en su conjunto con las características que los individualizan constituyen
la base fundamental sobre la cual reposa nuestro Derecho Minero, por lo que
distinguiremos cada uno de ellos y estudiaremos su aplicación en la legislación
venezolana, tanto para el área de las minas como para la de los hidrocarburos e
hidrocarburos gaseosos.

1.6.1. Principio de Propiedad Minera

El principio de propiedad minera constituye en la mayoría de los estados modernos


la base que orienta las legislaciones mineras. Es un principio que se hace valer pero al
definirlo o conceptualizarlo se hace difícil concretarlo en los términos que estas
encierran. Por nuestra parte lo definiremos de la siguiente forma:

Es el principio en virtud del cual las minas por razones de soberanía,


económicas, estratégicas y de interés colectivo pertenecen en propiedad al
Estado, adquiriéndose la misma por atribución expresa de la Ley o mediante
diversos medios o mecanismos jurídicos.

Aplicación del Principio en la Legislación Venezolana

En Venezuela las minas, concepto que abarca los yacimientos mineros y de


hidrocarburos, han sido siempre bienes patrimoniales de la República, Estado o Nación
o de los Estados Federados.
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En el pasado, normas constitucionales y legales declararon la propiedad


patrimonial de las minas al Estado, formulándola de manera expresa o tácita, pero cabe
preguntarnos : ¿por qué la propiedad de las minas pertenece al Estado?. Ante esta
interrogante podemos precisar, que el principio básico de que la propiedad de las minas
pertenece al Estado, deriva originalmente de las Ordenanzas de Minería de Nueva
España aplicadas en la época colonial, las cuales atribuyen a la corona la propiedad de
las minas, y luego pasa a nuestras leyes republicanas sustituyéndose la propiedad del
rey por la propiedad de la República. Es así que el decreto del Libertador de 1829,
primer cuerpo de ley de la Venezuela republicana, atribuyó a la República la propiedad
sobre las minas y desde entonces el propietario de las minas ha sido del Estado.

Al realizar una revisión histórica tanto de las constituciones como de las Leyes de
minas e hidrocarburos que han regulado la materia, se pone de manifiesto que en
Venezuela ha regido el principio de ininterrumpida tradición que distingue entre la
propiedad del suelo y las minas que se encuentran en el subsuelo, todo ello como
tradición constitucional en razón del legado español: la propiedad del suelo puede ser
pública o privada, la propiedad de las minas que incluyen los yacimientos mineros
metálicos y no metálicos, piedras preciosas y los de hidrocarburos siempre han sido del
Estado. El Estado ejerce el dominio del subsuelo y de las riquezas que en él se
encuentran, por lo que el propietario del suelo no tienen ningún derecho sobre las
minas que yacen bajo el suelo.

En lo que respecta a nuestro derecho positivo, por disposiciones constitucionales y


legales, los yacimientos mineros y de hidrocarburos son propiedad de la República.

La Constitución de 1999 consagra de manera expresa este principio. Antes de la


promulgación del texto fundamental las vigentes: Ley de Minas y Ley Orgánica de
Hidrocarburos Gaseosos promulgadas en septiembre de 1999 bajo la vigencia de la
Constitución de 1961, contienen la declaratoria de propiedad de estas sustancias a la
República, y la vigente Ley Orgánica de Hidrocarburos del año 2001 consagra también
esta declaratoria.
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La concreción de la adopción de este principio en la vigente legislación venezolana


lo tenemos cuando se dispone:

Artículo 12 C.R.B.V.: “Los yacimientos mineros y de


hidrocarburos, cualquiera que sea su naturaleza, existentes en
el territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona
económica exclusiva y en la plataforma continental, pertenecen
a la Republica, son bienes del dominio publico y, por tanto,
inalienables e imprescriptibles”

Artículo 2 L.M.: “Las minas o yacimientos minerales de


cualquier clase existentes en el territorio nacional pertenecen a
la República, son bienes del dominio público, por tanto
inalienables e imprescriptibles.”

En lo atinente al mineral de oro y demás minerales estratégicos, la Ley Orgánica


de Nacionalización del Oro y demás Minerales Estratégicos establece en su Artículo 3
lo siguiente:

Artículo 3 Ley Orgánica de Nacionalización del Oro y


demás Minerales Estratégicos: “Los yacimientos de oro y
otros minerales estratégicos existentes en el territorio nacional,
cualquiera sea su naturaleza, pertenecen a la República
Bolivariana de Venezuela, son bienes del dominio público y
atributos de la soberanía territorial del Estado, por tanto son
inalienables e imprescriptibles por ser recursos naturales no
renovables, agotables e imprescindibles para el fortalecimiento
del desarrollo integral de la Nación”.

Artículo 1 L.O.H.G.: “Los yacimientos de hidrocarburos


gaseosos existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del
mar territorial, en la zona marítima contigua y en la plataforma
continental, pertenecen a la República, son bienes del domino
público y por tanto inalienables e imprescriptibles”.

Artículo 3 L.O.H.: “Los yacimientos de hidrocarburos


existentes en el territorio nacional, cualquiera que se a su
naturaleza, incluidos aquellos que se encuentren bajo el lecho
del mar territorial, en la plataforma continental, en la zona
económica exclusiva y dentro de las fronteras nacionales,
pertenecen a la República y son bienes del domino público, por
tanto inalienables e imprescriptibles”.

Si nos detenemos en el contenido de las normas transcritas, se observa que existe


una gran semejanza en el diseño o redacción de las mismas, con la salvedad de las
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modulaciones que le son propias a cada sustancia al atender a la naturaleza de los


yacimientos. Al realizar un análisis de manera concordada, podemos precisar que:

1. Bajo un esquema de rango constitucional y legal, mediante normas expresas se


atribuye la propiedad de los yacimientos mineros y de hidrocarburos a la República,
cualquiera que sea su naturaleza, clase o presentación. De esta manera, tanto el
constituyente como el legislador han declarado a estos yacimientos como parte del
patrimonio de la República. Al consagrar este principio de propiedad se llena un vacío
legal en cuanto a la propiedad de las minas en Venezuela.

La asignación de la propiedad a la República y no al Estado o a la Nación, en


nuestro criterio y teniendo como premisa la orientación de la vigente Constitución
Nacional, no tiene mayores implicaciones y carece relevancia jurídica, ya que si bien es
cierto que en el campo doctrinario estos términos poseen diferente significado: La
nación es un termino sociológico que orienta a la unión de ciudadanos en un mismo
territorio; el Estado es la personificación jurídica de la Nación; y la República es la
personificación jurídica del Estado, en el texto constitucional el constituyente utiliza
indistintamente y sin precisión estos términos, ejemplo de ello lo tenemos en la parte in
fine del artículo 113 al establecer, que cuando se trata de la explotación de recursos
naturales propiedad de la Nación, el Estado podrá otorgar concesiones por tiempo
determinado asegurando siempre la existencia de contraprestaciones o contrapartidas
económicas adecuados al interés público; el artículo 1º dispone, que Venezuela se
constituye en un Estado democrático y social de derecho y de justicia y el artículo 4
consagra que: La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e
independiente.

En consecuencia desde que entró en vigencia la actual Constitución en el campo


jurídico venezolano tienen igual significado los términos Estado, República y Nación.

2. Considerada la República como personificación jurídica del Estado y a la vez


como nivel político territorial, las minas son bienes formalmente propiedad de la
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República con exclusión de cualquier pretensión de titularidad por otros entes políticos
territoriales, como lo son: Los estados federados y los municipios.

3. La propiedad sobre los yacimientos mineros y de hidrocarburos se ejerce sobre


los siguientes espacios geográficos: territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial,
plataforma continental, zona económica exclusiva, zona marítima contigua y dentro de
las fronteras nacionales, donde la República ejerce derechos exclusivos de soberanía,
jurisdicción y control, modulados estos espacios según sea la naturaleza del
yacimiento; es así que en el caso de las minas el espacio geográfico donde se ejerce la
propiedad es en el territorio nacional, ya que solo en este espacio se encuentran las
minas o yacimientos minerales de cualquier clase. En lo que concierne a los
hidrocarburos gaseosos llama la atención que se establece como espacio la zona
marítima contigua, mientras que en la Constitución la norma se refiere en su lugar a la
zona económica exclusiva, y en cuanto a la Ley Orgánica de hidrocarburos esta admite
el concepto de que la propiedad se ejerce sobre todos aquellos hidrocarburos que se
encuentran dentro de las fronteras nacionales, la razón para ello según se expresa en
la Exposición de Motivos de la Ley, es porque con tal delimitación se comprenden áreas
derivadas de la celebración de Tratados Internacionales con países circunvecinos.

4. Por primera vez en el ordenamiento jurídico venezolano se afectan


expresamente los yacimientos mineros y de hidrocarburos al dominio público, lo que
trae como consecuencia que a esta categoría de bienes se les someta a un régimen
jurídico público exorbitante del civil, cuya característica principal es la ineliabilidad y la
imprescriptibilidad de los mismos.

Precisa destacar que antes de la afectación expresa al dominio público la doctrina


venezolana venía incluyendo a las minas e hidrocarburos dentro de la categoría de
bienes patrimoniales del dominio privado del Estado.

De la implementación del principio de propiedad de los yacimientos mineros de


hidrocarburos a la República se derivan importantes consecuencias jurídicas como lo
son:
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- El Estado ejerce un dominio pleno sobre estos bienes que le permite explotarlos
directamente o a su discrecionalidad, si su regulación lo permite; otorgarlas a los
particulares para su explotación mediante habilitaciones administrativas, sin que
en ningún momento se desprenda de su propiedad.

- En atención al derecho de propiedad que le asiste sobre los yacimientos puede


regular su explotación.

- Cuando las actividades inherentes a los yacimientos mineros y de hidrocarburos


son realizadas por otras personas diferentes al Estado, este tiene el derecho a
obtener contraprestaciones o contrapartidas económicas sobre el recurso
explotado.

- Sobre la base de este principio conjuntamente con el de utilidad pública se


desarrolla toda la legislación minera venezolana.

1.6.2. Principio de Utilidad Pública

Como necesaria introducción a las consideraciones que desarrollaremos en


relación a este principio fundamental para el Derecho Minero, es preciso destacar que,
en términos generales se entiende por utilidad pública la conveniencia particular para la
colectividad. Esta conveniencia se impone en todo momento frente a los intereses de
los particulares, por lo que cuando un bien o el ejercicio de una actividad satisface
necesidades de toda la colectividad se dice que existe utilidad pública.

Para que un bien o el ejercicio de una actividad queda afecto a la utilidad pública
se requiere de una declaratoria expresa por parte del Estado, y en el caso de los
bienes para que esto se produzca es necesario por una parte, que el bien por su
potencialidad económica debe ponerse en circulación, pues de no hacerlo se
ocasionaría un grave daño a la colectividad, y por la otra, la existencia de una
necesidad colectiva que deba proveer el Estado por medio de esos elementos de
riqueza, sacrificando casi siempre la conveniencia o intereses particulares.

Esta declaratoria de utilidad pública constituye una formula jurídica para habilitar el
ejercicio de potestades administrativas en la regulación de bienes y en la regulación y
ejecución de actividades, sean asumidas estas ultimas directamente por el Estado o
bajo un régimen de habilitaciones para otorgar el derecho al ejercicio, en el caso que
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nos ocupa, de actividades mineras.

Se define el principio de utilidad pública en materia minera, aplicado a las minas e


hidrocarburos, como: el principio de derecho público en virtud del cual el Estado
dicta normas de suprema eficacia para la consecución de sus altos fines.

Aplicación del principio en la Legislación Venezolana

En la legislación venezolana este principio tiene rango legal ya que el mismo es


acogido en materia de minas, hidrocarburos e hidrocarburos gaseosos, y el mismo,
como lo estableciéramos anteriormente, conjuntamente con el principio de propiedad
minera fundamenta el régimen jurídico al que están sometidos los yacimientos mineros
y de hidrocarburos en Venezuela.

En relación con la regulación que se hace de las minas, en la vigente Ley de


Minas el alcance de este principio es absoluto, ya que según lo establece el artículo 2:
“Se declara de utilidad pública la materia regida por esta Ley”, y la materia que rige
la Ley la encontramos establecida en el artículo 1 de la misma, por lo que la aclaratoria
de utilidad pública abarca todo lo referente a las minas y a los minerales existentes en
el territorio nacional, cualquiera que sea su origen o presentación, incluidas las
actividades primarias: exploración y explotación, así como las actividades conexas con
la minería: beneficio, almacenamiento, tenencia, transporte, y comercialización de las
sustancias extraídas.

Al seguir el orden de ideas expuesto se observa que el espíritu y propósito del


legislador es el de declarar de utilidad pública tanto a las minas y a los minerales como
bienes inmuebles, así como también a las actividades primarias y conexas con la
minería.

Precisa destacar que en relación al mineral de oro y demás minerales


estratégicos, la declaratoria de utilidad pública no abarca las actividades primarias y
conexas, toda vez que su alcance se circunscribe a todos los bienes y obras existentes
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vinculadas con la reserva prevista en la Ley Orgánica de Nacionalización del Oro


(artículo 8).

En lo referente a la materia de hidrocarburos, el artículo 2 de la Ley Orgánica de


Hidrocarburos establece, que: “Las actividades a las cuales se refiere la Ley, así
como las obras que su manejo requiera, se declaran de utilidad pública y de
interés social. “

Se desprende del contenido de la norma transcrita, concatenado con lo que


dispone el artículo 1º de la ley, que la declaratoria de utilidad pública e interés social
abarca: a) las actividades que regula la ley como lo son: la exploración, explotación,
refinación, industrialización, transporte, almacenamiento, comercialización y
conservación de los hidrocarburos, b) lo referente a los productos refinados y c) las
obras que la realización de estas actividades requiera.

Lo anteriormente expuesto nos permite precisar que en alcance de la declaratoria


de utilidad pública e interés social que se hace para los hidrocarburos no se comprende
a los yacimientos de hidrocarburos como bienes inmuebles como si ocurre en el caso
de las minas. La declaratoria abarca las actividades, los productos refinados y las obras
que para el ejercicio de estas actividades se requieran.

En lo que concierne a los hidrocarburos gaseosos, de igual manera la Ley


Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos establece la aplicación del principio para estas
sustancias con similar diseño al que se desarrolla para los hidrocarburos en relación al
alcance de la declaratoria, al disponer que: “Las actividades a las cuales se refiere la
ley así como las obras que su manejo requiera se declaran de utilidad pública”
(artículo 4). Al concatenar esta norma con el contenido del artículo 2 de la Ley, que
consagra la materia que rige la ley, el ámbito de la declaratoria de utilidad pública
comprende: a) las siguientes actividades: exploración y explotación de los
hidrocarburos gaseosos no asociados ; la recolección, almacenamiento y
utilización tanto del gas natural no asociado proveniente de dicha explotación, como
del gas que se produce asociado con el petróleo y otros fósiles ; el procesamiento,
industrialización, transporte, distribución, comercio interior y exterior de los
20

gases tanto asociados como no asociados; b) lo referente a los hidrocarburos


líquidos y a los componentes no hidrocarburados contenidos en los hidrocarburos
gaseosos ; c) el gas proveniente del proceso de refinación del petróleo ; y d) las obras
que la realización de las actividades requiera.

1.6.3. Principio de Temporalidad

En nuestra legislación y en las demás que lo admiten, podemos definir el principio


de Temporalidad Minera como: El principio en virtud del cual la explotación de las
minas conlleva un límite en el tiempo impuesta por la Ley.

Este principio puede ser acogido o no por las legislaciones mineras, por lo que se
considera un principio no esencial y su ausencia en algunas legislaciones aplica porque
las mismas no establecen límites al otorgamiento de derechos para el ejercicio de
actividades mineras. En estos casos es necesario precisar, que aunque no se
establezca tiempo determinado al otorgar los derechos mineros, el dominio del Estado
se mantiene en una u otra forma, y ello ocurre en virtud de la propiedad sui-generis que
constituye la propiedad minera.

Aplicación del Principio en la Legislación Minera Venezolana

Nuestra legislación minera impone una limitación temporal al disfrute del


otorgamiento del derecho para el ejercicio de actividades mineras de exploración y
explotación, administrando un límite en forma bastante continua, es decir, un límite al
otorgamiento a un tiempo preestablecido.

En nuestro derecho el principio de temporalidad minera tiene rango constitucional


y legal, consagrándose normas que esclarecen claramente los límites para la
exploración y la explotación.

La Constitución acoge este principio en forma indirecta cuando al consagrar las


competencias por Poder Nacional en el artículo 156 ordinal 16 dispone, que el ejecutivo
no podrá otorgar concesiones mineras por tiempo indeterminado, por lo que al realizar
21

una interpretación a contrario sensu de la norma se infiere que las concesiones mineras
deben ser otorgadas por un tiempo determinado, preestablecido, definido, y en forma
directa, al establecer que cuando se trate de la explotación de recursos naturales
propiedad de la nación, el Estado podrá otorgar concesiones mineras por tiempo
determinado. (art. 113 in fine)

En materia de minas, la Ley de Minas consagra el citado principio cuando se


establece la disposición general de que los derechos mineros son temporales (art. 9
L.M.), así como también cuando de manera puntual consagra que la duración de las
concesiones de exploración y subsiguiente explotación no excederá de veinte (20)
años, contados a partir de la fecha de publicación del Certificado de Explotación en la
Gaceta Oficial de la República de Venezuela, pudiendo prorrogarse su duración por
períodos sucesivos no mayores de diez (10) años, si así lo solicitase el concesionario
dentro de un lapso de tiempo establecido en la norma (art. 25 L.M.).

En el caso del mineral de oro y demás minerales estratégicos, se establece en la


Ley que regula la materia, que la extensión para el ejercicio de las actividades primarias
por parte del Ejecutivo Nacional será determinada por el Ministerio con competencia en
la materia, y cuando se trate de la pequeña minería la autorización de explotación no
podrá ser mayor de diez (10) años.

En relación a los hidrocarburos, encontramos que el legislador nacional


desarrolla el principio cuando regula lo relativo a las empresas mixtas que realizan
actividades primarias, dentro de las cuales se encuentran la exploración y explotación
de los hidrocarburos, y se establece que estas tendrán una duración máxima de
veinticinco (25) años, prorrogable por un lapso a ser acordado por las partes no mayor
de quince (15) años (art. 34 num. 1º L.O.H).

En lo que respecta a los hidrocarburos gaseosos, se consagra el principio de


temporalidad cuando se establece que la licencia que se otorga para el ejercicio de las
actividades de exploración y explotación de los hidrocarburos gaseosos no asociados
22

tendrá una duración máxima de treinta y cinco (35) años, prorrogable por un lapso a ser
acordado por las partes, no mayor a treinta (30) años (art. 24 num. 2 L.O.H.G).

1.6.4. Principio de Indivisibilidad

La indivisibilidad es algo connatural a la mina en atención a la naturaleza misma


de estas sustancias, por esto es que el Derecho Minero al no dejar a un lado la realidad
que lo circunda al enfocar sus problemas y dictar sus normas, por principios de técnica
minera, acoge el principio de indivisibilidad: las minas fraccionadas, en pequeños trozos
no son aprovechables económicamente ya que no permiten establecer una industria
técnicamente implantada y de provechoso rendimiento.

Podemos definir este principio, fundamental para el Derecho Minero, de la


siguiente manera: Es el principio en virtud del cual se considera a las minas como
una unidad no susceptible de división a los efectos de la ley.

Este principio es considerado de gran importancia ya que de su aceptación o no


derivan importantes consecuencias o implicaciones hasta el punto de poder anular el
rendimiento de las minas toda vez que las mismas son contrarias a la división.

Aplicación del principio a la legislación minera venezolana

En cuanto a nuestra legislación patria se refiere dicho principio ha sido de


aplicación constante a excepción de lo establecido en el Código de Minas de 1854 y en
las constituciones de 1864 y de 1881.

En materia de minas, antes de comenzar a examinar la normativa que lo


consagra, por razones didácticas, se hace necesario precisar algunas consideraciones
generales sobre la concesión minera, la cual constituye una de las modalidades a
través de las cuales se pueden ejercer derechos mineros de exploración y explotación
de los minerales.

Interesa destacar entonces, que la misma a la luz de la legislación minera


23

venezolana, constituye el acto del Ejecutivo Nacional, mediante el cual se otorgan


derechos e imponen obligaciones a los particulares para el aprovechamiento de los
recursos minerales existentes en el territorio nacional. Este acto jurídico confiere al
concesionario, sus herederos o causahabientes el derecho exclusivo y excluyente de
explorar y explotar determinada sustancia mineral en el área concedida por un lapso de
tiempo preestablecido.

El derecho de exploración y explotación que se deriva de la concesión, es un


derecho real inmueble y, como tal goza de los atributos de los derechos reales,
pudiéndose realizar negocios jurídicos, por lo que el concesionario podrá enajenar
dicho derecho, gravarlo, arrendarlo, subarrendarlo, traspasarlo o celebrar sobre el
mismo sub contrataciones para la explotación, mediante permiso previo otorgado por el
Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería, siempre y cuando demuestre
efectivamente que la negociación cuya autorización solicita se hace exclusivamente
para el eficiente desarrollo del proyecto minero.

Precisados estos aspectos, pasamos a destacar que el principio de indivisibilidad


minera lo consagra expresamente la Ley de Minas en el bloque normativo donde se
regula la concesión, al establecer el Artículo 31 lo siguiente:

Todo acto jurídico que tenga por objeto la concesión o que de algún
modo la afecte, respetará la indivisibilidad de la misma. Los traspasos
parciales no surtirán efecto respecto del Ejecutivo Nacional, pero
quedan a salvo de esta disposición los traspasos que versen acerca
del derecho proindiviso de los cotitulares, cuyos cesionarios
responderán solidariamente del pago de la totalidad de los impuestos y
del cumplimiento de las demás obligaciones que apareja la concesión.

Al realizar un análisis de la norma transcrita se observa que:

- El concesionario al realizar un acto jurídico (enajenar, arrendar, subarrendar,


traspasar, subcontratar para la explotación) en atención al derecho real inmueble
que deriva de la concesión, no podrá traspasar parcialmente los derechos que se
involucran en tal acto, en virtud de que debe respetar la indivisibilidad de ésta, por lo
que si realiza el traspaso debe este ser total.
24

- En el supuesto de que el concesionario realice un acto jurídico mediante el cual


traspase de manera parcial la concesión, el Ejecutivo Nacional no reconoce los
efectos jurídicos de dicho traspaso, es decir, no surten efectos jurídicos, respecto a
este.

- En la disposición normativa analizada se establece una excepción a la aplicación del


principio de indivisibilidad de la concesión minera, que aplica para las comunidades
proindiviso en lo relativo a los traspasos que versen acerca del derecho proindiviso
de los cotitulares, en cuyo caso quedan a salvo de la disposición. Esta excepción
tiene su fundamento en virtud de que en la comunidad proindiviso, la propiedad de
un bien o de un derecho de idéntica naturaleza jurídica pertenece a varias personas
en común, denominados comuneros, y esta propiedad no esta dividida o separada
en partes, y por lo tanto lo que se traspasa es el derecho que tiene el cotitular. En
esta comunidad la responsabilidad es solidaria.

El orden de ideas expuesto en el párrafo anterior permite precisar, que la


excepción consagrada en la norma no contraria el principio de indivisibilidad minera, en
virtud de que este se concreta a la unidad material de la explotación, ella es una
indivisibilidad meramente material, por lo que nada se opone a la pluralidad de
intereses proindiviso en el titulo. Al legislador no le interesa el numero de integrantes de
la concesión, a condición de que ante la Ley solo aparezca una sola parte, y en la
comunidad proindiviso esta unidad permanece, esta unidad material se mantiene,
porque cuando se realiza un traspaso solo se trasmite el derecho que posee el cotitular,
por lo que no se divide materialmente la mina.

En cuanto a la materia de hidrocarburos e hidrocarburos gaseosos, las leyes


que las regulan consagran el principio de unidad de yacimiento, el cual constituye
una consecuencia directa del principio de indivisibilidad.

En efecto en los artículos 20 y 21 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos


y 34 del Reglamento de la citada Ley, y los artículos 42 y 43 de la Ley Orgánica de
Hidrocarburos se establecen los casos en los que se aplica esta unidad del yacimiento.
25

El examen concordado de las normas señaladas, permite establecer dos


supuestos para la aplicación del principio en ambos tipos de hidrocarburos:

a) Primer supuesto: yacimientos nacionales (arts. 20 L.O.H.G, 34 R.L.O.H.G,


y art. 42 L.O.H.)

Aplica este supuesto cuando un yacimiento de hidrocarburos o de hidrocarburos


gaseosos se extienda bajo áreas sobre las cuales la República ejerce la propiedad y
dominio de los yacimientos, - señaladas cuando se examino el principio de propiedad
minera - , y en las que actúe más de un explotador. En este caso las partes deben
celebrar un convenio de unificación, para su explotación, el cual estará sujeto a la
aprobación del Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería. A falta de acuerdo el
citado despacho establecerá las normas que regirán la explotación.

b) Segundo supuesto: yacimientos limítrofes con otros países (art. 21


L.O.H.G y art. 43 L.O.H.)

Aplica cuando un mismo yacimiento de hidrocarburos o hidrocarburos gaseosos se


extienda sobre las áreas donde la República ejerce propiedad y dominio sobre los
yacimientos, y bajo áreas que formen parte del domino de países limítrofes. En este
caso su explotación igualmente no podrá realizarse sin la celebración de un convenio
de unificación con las partes, haciendo notar que en lo que atañe a los hidrocarburos
gaseosos se requiere para su validez de la aprobación del Ministerio del Poder Popular
de Petróleo y Minería y de la Asamblea Nacional, pero no ocurre lo mismo en el caso
de los hidrocarburos, toda vez que su validez no se encuentra condicionada a las
citadas aprobaciones. En ambos casos establecen las normas, que a falta de oportuno
acuerdo, el Ejecutivo Nacional adoptará las medidas necesarias para salvaguardar los
intereses de la República, incluida la revocatoria del derecho de explotación.

1.6.5. Principio de Imprescriptibilidad

Como necesaria introducción a las consideraciones que se expresan en este


contenido es preciso destacar, que en relación con las minas existen legislaciones
donde el principio de imprescriptibilidad tiene un enunciado afirmativo, en virtud de que
26

se refieren a la prescripción en relación con las minas, mientras que en otras


legislaciones, como es el caso de la legislación venezolana, se refieren a la
imprescriptibilidad minera.

Se define la imprescriptibilidad en relación con las minas como el principio en


virtud del cual la propiedad de las minas no se puede adquirir por prescripción.

Una vez definido el principio, procede destacar, que si bien es cierto que el mismo
es acogido por la mayoría de las legislaciones de los estados modernos, en todas no
tiene el mismo alcance, ya que en algunas de ellas aplica la prescripción solo para las
sustancias de mayor valor económico, quedando excluidas de la imprescriptibilidad las
de menor valor económico, por lo que el alcance entonces es relativo, y en otras
legislaciones no se admite la prescripción para ninguna sustancia por lo que el alcance
es en este caso es absoluto o total.

Aplicación del principio de la legislación venezolana

En el devenir del tiempo, la legislación venezolana de manera uniforme ha


acogido el principio de imprescriptibilidad como consecuencia indirecta de aplicar desde
sus inicios los sistemas regalista y dominial en relación con la propiedad de las minas,
ya que en virtud de lo que establecen los postulados de estos sistemas la propiedad
originaria de las minas pertenece al Estado.

Precisa destacar, que a pesar de que en el pasado no existían normas expresas


que consagrarán este principio, al otorgarse la propiedad de las minas al Estado, la
explotación de estas por parte de los particulares solo podía realizarse mediante títulos
habilitantes en las formas y condiciones establecidas en las leyes, lo que impedía que
operara la prescripción.

Actualmente, la legislación vigente consagra normas con rango constitucional y


legal que de manera directa imponen la imprescriptibilidad en materia minera con
alcance absoluto, aplicable a los yacimientos mineros y de hidrocarburos cualquiera
que sea su naturaleza, clase o presentación.
27

En efecto, los yacimientos mineros y de hidrocarburos, por expresa declaratorias


constitucionales y legales son bienes inmuebles imprescriptibles como consecuencia
directa de afectarse los mismos al dominio público, así lo establecen los siguientes
artículos: Artículo 12 C. N.: “Los yacimientos mineros y de Hidrocarburos Omisis…
son bienes del dominio público y por lo tanto, inalienables e imprescriptibles”;
Artículo 2 L.M.: “Las minas y yacimientos minerales de cualquier clase Omisis…
son bienes del dominio público y por lo tanto, inalienables e imprescriptibles”;
Artículo 3 Ley Orgánica de Nacionalización del Oro y demás Minerales
Estratégicos: “Los yacimientos de oro y otros minerales estratégicos Omisis…son
bienes del dominio público, por lo tanto son inalienables e imprescriptibles”; Artículo
1 L. O. H. G.: Los yacimientos de hidrocarburos gaseosos Omisis… son bienes del
dominio público y por lo tanto, inalienables e imprescriptibles”; y Artículo 3 L. O. H.:
“Los yacimientos de hidrocarburos cualquiera que sea su naturaleza Omisis… son
bienes del dominio público y por lo tanto, inalienables e imprescriptibles”.

Además de estas normas que consagran la imprescriptibilidad como consecuencia


de la afectación expresada, la legislación venezolana contiene normas que impiden que
pueda operarse o ni si quiera admitirse la prescripción en materia minera, en virtud de
que:

- La utilidad pública que necesariamente se reconoce y se declara para las minas las
hace imprescriptibles, al implementarse principios en base a los cuales se desarrollan
normas para asignarles una protección especial.

- El ejercicio de actividades mineras de exploración y explotación por parte de los


particulares solo puede realizarse mediante las modalidades taxativamente
establecidas y reguladas en las leyes otorgándose un titulo habilitante, sin admitirse
excepciones, por lo que es imposible ejercer la exploración y explotación sin obtener el
derecho conforme a la Ley, y al otorgarse ese derecho se genera una relación jurídica
entre el Estado propietario de las minas, y los particulares que las explotan, donde se
establecen condiciones y se imponen obligaciones que el particular debe cumplir,
evitándose la posibilidad de la prescripción.
28

- De conformidad con la Ley, el carácter de la imprescriptibilidad es de orden público, ya


que uno de sus fundamentos lo constituye la declaratoria de utilidad pública y la

afectación de estos bienes al dominio público, por lo tanto los convenios de los

particulares no pueden ni deben relajarlos, y cualquier convención que se realice para

ello esta viciada de nulidad absoluta.

- Por la aplicación del principio de reversibilidad minera, en nuestra legislación, todas


las minas retornan a su propietario originario que es el Estado, sin tomar en cuenta el
motivo o razón de la terminación del derecho minero, lo que impide que opere la
prescripción.

- Cuando se analizan los postulados que sobre la prescripción contiene el Código Civil,
se evidencia la imposibilidad de su aplicación en materia minera, toda vez que para que
opere la prescripción es necesario la concurrencia de dos supuestos. En primer término
el Artículo 1953 del citado Código dispone, que para adquirir por prescripción se
necesita posesión legítima, y la posesión que ejerce el particular sobre las minas es
precaria, porque este no la ejerce en nombre propio, sino en nombre del Estado que es
el propietario originario de las minas. Por otra parte, el Artículo 1959 del mismo
Código, dispone que la prescripción no tiene efecto respecto de las cosas que no están
en el comercio, y los yacimientos mineros como bienes inmuebles que se encuentran
en el subsuelo al afectarlos el dominio público son inalienables, lo que lo sustrae del
tráfico comercial.

1.6.6. Principio de Reversibilidad

En la acepción data del término reversibilidad, significa volver al estado o


condición que una cosa tuvo

Desde el punto de vista jurídico, la reversibilidad es la figura mediante la cual, un


derecho regresa a su anterior titular y ésta tiene en el Derecho Público su sólida
justificación en que el Estado debe garantizar a la comunidad un conjunto de
actividades y servicios indispensables para el normal desenvolvimiento de la misma, a
29

cuyo efecto requiere contar con una compleja universalidad de bienes que debe
construir por sí mismo u obtener de los particulares, que temporalmente estén
realizando o prestando las mencionadas actividades y servicios (Silva: 2011).

Se define la reversibilidad minera, como el principio en virtud del cual las


minas, si bien es cierto que se otorgan a los particulares por tiempo determinado
o a perpetuidad, revierten en plena propiedad al Estado que es su dueño
originario.

El retorno de las minas al Estado tiene su fundamento, en primer término, por la


aplicación de principio de temporabilidad en las legislaciones mineras, ya que la
extinción del término plazo otorgado para la explotación trae como consecuencia que
automáticamente, sin necesidad de declaratoria expresa, la mina revierta al Estado,
pero también revierten las minas al Estado como consecuencia de la extinción de los
derechos mineros por las siguientes causas: al producirse la renuncia del titular del
derecho, con las formalidades establecidas en la Ley; cuando opera la caducidad,
como sanción que se impone al titular del derecho minero por el incumplimiento de sus
obligaciones; al producirse la nulidad del acto por vicio en el otorgamiento del título y,
por la revocatoria o la rescisión del título o certificado minero. Esta extinción del
derecho produce como efecto inmediato el que la mina revierta al Estado.

Aplicación del principio en la legislación venezolana

Con anterioridad a lo establecido en la legislación vigente, el principio de


reversibilidad se consagraba en forma restringida e incompleta, tanto en la Constitución
de 1961 como en la Ley de Minas de 1944 y la Ley de Hidrocarburos de 1943. En
relación con los hidrocarburos fue a través de la Ley sobre Bienes Afectos a la
Reversión en las Concesiones de Hidrocarburos del año 1971, que se reguló de
manera amplia y específica esta figura en relación con estos bienes. En las vigentes
leyes mineras este principio se consagran en forma expresa y amplia: Artículos 102
Ley de Minas; Artículo 24, numeral. 6, literal “a” de la Ley Orgánica de Hidrocarburos
Gaseosos y, Artículo 34, numeral. 3, literal “a” de la Ley Orgánica de Hidrocarburos.
30

Cuando examinamos el contenido de estas normas de similar redacción, se puede


precisar que:

1. La legislación nacional acoge el principio de reversibilidad, como un derecho


que le asiste al Estado, y una obligación que se le impone al titular de derechos mineros
para que las tierras pasen en plena propiedad, o sean entregadas en propiedad a la
República, libres de gravámenes y cargas y sin indemnización alguna al extinguirse los
derechos mineros cualquiera que sea su causa.

Es menester destacar, que en Venezuela la propiedad del suelo puede ser pública
o privada, pero la propiedad del subsuelo y de todo lo que en el se encuentra,
pertenece a la República, por lo que las tierras, expresión que comprende el suelo y el
subsuelo, que pasarán en plena propiedad a la República serán las del subsuelo, y las
del suelo siempre, y cuando estas sean de propiedad pública.

La propiedad que la República ejerce sobre el subsuelo y sobre las minas que en
el se encuentran, objeto del otorgamiento del derecho minero, se encuentra limitada en
sus atributos mientras se ejerce el derecho por parte de los particulares, por lo que al
extinguirse este, el subsuelo y la mina deben retornar en propiedad plena a la
República que es su dueño originario.

2. Se consagra igualmente: a) El derecho que asiste al Estado para que las obras
permanentes, incluyendo las instalaciones, accesorios y equipos que formen parte
integral de ellas y cualesquiera otros bienes sea cual fuere su naturaleza o titulo de
adquisión, adquiridos con destino al ejercicio de actividades mineras mediante la
concesión, licencia, o constitución de empresas mixtas, pasen o sean entregados en
propiedad a la República, es decir, pasen al patrimonio de la República, libres de toda
carga y gravamen y sin indemnización alguna al extinguirse los derechos mineros
otorgados cualesquiera que sea su causa y, b) La obligación que tiene el beneficiario
de derechos mineros de mantener y conservar en buen estado durante todo el término
de duración de los derechos, las instalaciones y los bienes a los que antes se hizo
referencia.
31

Es importante destacar que, la traslación del derecho de propiedad a la República


sobre los bienes esenciales adquiridos con destino a la realización de actividades
mineras tiene como fundamento el que la naturaleza pública de la actividad concedida
se proyecta a los bienes afectos a esta

3. Cuando expresamente se establece, sin realizar distinciones, que el particular


no tiene derecho a indemnización alguna al pasar las tierras, obras permanentes y
cualesquiera otros bienes en plena propiedad a la República, se estarían violando
principios generales de derecho, porque si bien es cierto que la extinción de los
derechos mineros puede ocurrir por expiración del término o plazo, - lo que produce ope
lege la traslación a la república del derecho pleno de propiedad - así como también por
causas imputables la concesionario o licenciatario como lo son, la caducidad, la
renuncia y la nulidad, no es menos cierto que tal extinción también se puede producir al
decidir el Estado rescindir unilateralmente el título habilitante, sin que el particular
haya dado motivo para ello. Al configurarse este supuesto lo procedente es que si se
causa daño debe indemnizarse.

2.6.7. Principio de Extensión

Podemos definir el principio de extensión de la siguiente manera: Es el principio


en virtud del cual la explotación de las minas se circunscribe a un espacio o
ámbito geográfico determinado, dentro del cual puede el beneficiario ejercer los
derechos mineros que le fueron otorgados.

Aplicación del principio en la legislación venezolana

En cuanto nuestra legislación se refiere, el principio es de tipo legal, ya que el


mismo se encuentra consagrado en las leyes mineras.

En el área de las minas, se establece que el derecho para realizar actividades


mineras debe ejercerse dentro de límites geográficos determinados (Art. 9 LM). Los
límites geográficos se encuentran determinados y contenidos dentro del ámbito espacial
sobre el cual se ejerce la concesión minera. Este ámbito espacial es un volumen
32

piramidal, cuyo vértice es el centro de la tierra y su límite exterior, en la superficie, es un


plano horizontal de forma rectangular, medido en hectáreas (has). (Art 26 L.M.)

Gráficamente el volumen piramidal se corresponde con una pirámide invertida,


cuyo vértice es el centro de la tierra.

GRAFICO No. 1
Ámbito Espacial
Limite Exterior: Plano
SUPERFICIE TERRESTRE
horizontal de forma
rectangular medido en
hectáreas

Centro de la Tierra

Fuente: Blanco P.

Este volumen piramidal tiene una extensión horizontal y una extensión vertical. La
extensión horizontal, será de forma rectangular y esta determinada por puntos fijos y
líneas rectas sobre la superficie terrestre. La extensión vertical, estará definida por la
proyección de la extensión horizontal hacia el centro de la tierra e ilimitada en
profundidad (Art. 28 L. M.).

GRAFICO No. 2
Extensión horizontal y extensión vertical de la concesión

Extensión horizontal:
Determinada por
puntos fijos y líneas
rectas sobre la
superficie de la tierra
SUPERFICIE TERRESTRE

Minerales existentes en
el subsuelo Extensión vertical:
Proyección de la
extensión horizontal
ilimitada en
profundidad

Centro de la Tierra

Fuente: Blanco P.
33

El espacio geográfico en forma de rectángulo que conforma la extensión


horizontal se divide en lotes y los lotes en unidades parcelarías, por lo que la
unidad parcelaria es la división mínima de lote.

La extensión de cada unidad parcelaria varia entre un mínimo de


cuatrocientas noventa y tres hectáreas (493 has), y un máximo de quinientas
trece hectáreas (513 has). Cada lote se esta conformado por doce (12)
unidades parcelarias y tendrá por lo tanto una extensión máxima de seis mil
ciento cincuenta y seis hectáreas (6.156 has). (Art. 28 L. M.)

La extensión máxima a otorgar para explorar será hasta de dos (2)


lotes, es decir, veinticuatro (24) unidades parcelarías, representadas en
Doce Mil Trescientas Doce hectáreas (12.312 has), según lo estipula el
artículo 28 L.M., cuando consagra que no podrán otorgarse lotes en concesión
a un solo titular sobre más de veinticuatro (24) unidades parcelarias, o el
equivalente a dos (2) lotes, y en cuanto a la extensión máxima a otorgar para
explotar establece la Ley en el artículo 48, que la superficie a que tiene
derecho a elegir el concesionario para explotar, será la que determine el estudio
de factibilidad, técnico, financiero y ambiental, pero en ningún caso dicha
superficie será mayor de la mitad del área concedida para la exploración
en parcelas que dentro de ellas seleccionare y no podrán exceder de
quinientas trece hectáreas (513 has) cada una, y según lo consagra el
citado Artículo 28 de la L.M., el concesionario tendrá derecho de
seleccionar hasta un máximo de seis (6) unidades parcelarias de manera
contigua para la explotación minera formando un bloque único, quedando
el resto como reserva nacional, las cuales podrán ser otorgadas en
concesión en fase de explotación conforme al procedimiento previsto en el
artículo 47 de la Ley.

Ejemplo práctico:

Para el ejemplo se toma como base dos (2) lotes de doce (12) unidades
parcelarias cada una, de quinientas trece hectáreas (513 has) cada unidad parcelaria.
34

Extensión máxima para explorar = 2 lotes = 24 U.P. = 12.312 has. (Art. 28LM)

up up up up up up up up up up up up
1 lote 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 =6.156 has
513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 513 has
has

up up up up up up up up up up up up
1 lote 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 =6.156 has
513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 513 has
has

2 lotes 12.312 has

Lotes otorgados para la exploración

Extensión máxima para explotar = la superficie para explotar en ningún caso será mayor a la
mitad del área concedida para la exploración en parcelas
que
dentro de ellas se seleccionen (Art. 48 LM)= 1 lote = 12 U.P.
No podrán seleccionar mas de 2 U.P. contiguas (Art. 28 LM).
Los lotes quedantes constituyen reservas nacionales.

up up up up up up up up up up up up
1 lote 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 =6.156 has
513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has

up up up up up up up up up up up up
1 lote 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 =6.156 has
513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has 513 has

2 lotes 12.312 has

Lotes seleccionados para la explotación


Reservas nacionales

También se consagra el principio de extensión en la Ley de Minas cuando se


regula la pequeña minería, al estipularse que la actividad ejercida para la explotación
de diamante se realizará en áreas previamente establecidas, cuya superficie no será
mayor de diez (10) hectáreas (Art. 64 LM).
35

Igualmente se consagra el Principio de Extensión para la explotación del oro y


demás minerales estratégicos, encontrándose establecido en los Artículos 20 y 23 d ela
Ley que regula la materia.

En materia de hidrocarburos gaseosos, la exploración y explotación de gas


natural no asociado se realizará sobre un área geográfica determinada y su extensión,
se establecerá en cada licencia en función de su atractivo comercial, prospectividad y
madurez de su conocimiento biológico. La superficie del área geográfica determinada
tendrá forma de polígonos de ángulos rectos. En cuanto a la extensión el área
determinada no podrá ser mayor de mil kilómetros cuadrados (1000 Km 2) de
superficie, dividida en bloques y estos a su vez en parcelas. (Arts. 24 L.O.H.G y 31,
32 R.L.O.H.G).

En lo que respecta a los hidrocarburos, las áreas geográficas donde las


empresas operadoras realizarán las actividades primarias de exploración y explotación,
serán divididas en lotes con una superficie máxima de cien kilómetros cuadrados
(100 Km2) (Art. 23 L.O.H).

1.6.8. Principio de Desarrollo Sostenible

Consideraciones Generales

El término de desarrollo sostenible se acuña por vez primera en la década de los


ochenta, en el enfoqué realizado por la ex primer Ministra noruega Gro Harlen
Brundetland, para la organización de las Naciones Unidas (O.N.U.), en el cual se
expresa, que el desarrollo es duradero, es decir sostenible, cuando responde a las
necesidades del presente sin poner en peligro las capacidades de las futuras
generaciones.

En un comienzo el desarrollo sostenible orientaba al logro de la preservación del


ambiente como elemento para lograr asegurar a las generaciones futuras la
disponibilidad de los recursos naturales no renovables.

En la actualidad el concepto de desarrollo sostenible posee una visión integrada


del desarrollo en contraste con la tradicional sectorización a las políticas ambiéntales. El
36

desarrollo sostenible no es un concepto exclusivamente ambiental, sino que es un


triangulo entre lo ambiental, lo económico y lo social.

Así concebido, se debe abordar el desarrollo sostenible desde el enfoque que


implica la necesidad de lograr desarrollos nacionales que combinen positivamente los
objetivos ambientales, económicos y sociales, lo que implica también el respeto a la
diversidad étnica y cultural tanto nacional como regional y local.

Desde este enfoque, la sustentabilidad hace referencia a tres (3) elementos que se
interrelacionan, son ellos: el crecimiento económico, que implica el crecimiento del
ingreso nacional; la equidad social, que se corresponde con la justa distribución de la
riqueza y, la protección al ambiente, que implica la integración de lo económico y lo
social con el ambiente.

Con base a los razonamientos expuestos, se puede definir, el desarrollo sostenible


como un proceso de cambio continúo y equitativo para lograr el desarrollo integral con
fundamento en medidas apropiadas para la conservación de los recursos naturales, el
equilibrio ecológico, el crecimiento económico y la equidad social, satisfaciendo las
necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las capacidades de las
futuras generaciones.

En relación con las minas, el desarrollo sostenible se erige en principio, y el


mismo se define como: el principio en virtud del cual el ejercicio de la actividad
minera, el desarrollo tecnológico y las inversiones en este sector se deben llevar
a cabo en concordancia con aspectos ambientales, de ordenación del territorio,
de estabilidad económica y de responsabilidad social, conjugadas con principios
de racionalidad y optima recuperación del recurso.

Aplicación del principio en la legislación venezolana

En la legislación venezolana conforme a lo establecido en la vigente Constitución y


en las leyes mineras se consagra por primera vez el principio de desarrollo sostenible

La vigente Constitución venezolana de 1999 en su exposición de motivos


postula al desarrollo sostenible como principio y objetivo fundamental de la acción del
37

Estado. Igualmente el preámbulo de la misma, al recogerse los fines, valores y el


espíritu predominante de las instituciones, inspirado en la sociedad que rige, se refiere
al equilibrio ecológico y a los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e
irrenunciable de la humanidad. En el cuerpo del texto constitucional, tanto en la
parte dogmática como en la parte orgánica se refieren a la sustentabilidad; es así que
cuando se consagran los derechos ambientales, el artículo 127, al determinar la
orientación de las políticas de ordenación del territorio considera a la variable ambiental
como fundamental, y la misma estará regida por el principio de desarrollo sostenible. Y
cuando se establece el régimen socio-económico, el artículo 299 consagra a la
sustentabilidad como un fin esencial del sistema socio-económico.

Así las cosas, el texto constitucional recoge el principio del desarrollo sostenible
desde un enfoque que hace referencia a los elementos ambiental, económico y social.

En materias de minas, igualmente se acoge este principio en la vigente Ley de


Minas. La exposición de motivos dispone que se establece para las minas el principio
de desarrollo sostenible, el cual implica el ejercicio de la actividad minera en
concordancia con aspectos ambientales, de ordenación del territorio, de estabilidad
económica y de responsabilidad social, conjugados con principios de racionalidad y
optima recopilación del recurso, por que se infiere que el legislador adopta el enfoque
integral del desarrollo sostenible, y luego en el cuerpo la Ley, concretamente en el
artículo 5 se consagra el principio, pero es necesario hacer notar que la redacción del
mismo es confusa toda vez que pareciera que no se mantiene visión integrada del
desarrollo sostenible al no involucrar el elemento ambiental como integrante del mismo,
sino como un elemento independiente, al establecer: ”…Con arreglo al principio de
desarrollo sostenible, la conservación del ambiente…”.

Para la explotación del oro y demás minerales estratégicos, precisa destacar que
el principio lo consagra la Ley que regula la materia en su Artículo 6.

En materia de hidrocarburos, la Ley Orgánica de Hidrocarburos acoge el


principio, y la norma que lo consagra recoge una visión integrada del mismo, al
establecer un triangulo entre lo ambiental, lo económico y lo social.
38

En efecto el artículo 5 establece que:

- Las actividades reguladas por la Ley estarán dirigidas a fomentar el desarrollo


integral, orgánico y sostenido del país, atendiendo al uso racional del recurso y a la
preservación del ambiente (elemento ambiental).

- Y para el logro de tal fin se promoverá el fortalecimiento del sector productivo


nacional y la transformación en el país de materias primas provenientes de los
hidrocarburos, así como la incorporación de tecnologías avanzadas. (Elemento
económico).

- Los ingresos que reciba la nación propenderán a financiar la salud, a la educación y


a la inversión productiva, de manera que se logre una propiedad vinculación del
petróleo con la economía nacional todo ello en bienestar del pueblo. (Elemento
social y económico).

En lo que respecta a los Hidrocarburos Gaseosos se acoge el citado principio


en el artículo 5 de la Ley Orgánica a los hidrocarburos gaseosos, haciendo énfasis en
los elementos económicos y ambiental.

1.6.9. Principio de Riesgo Unilateral

El riesgo unilateral constituye uno de los principios rectores de la actividad minera,


y el fundamento que se esgrime para la aplicación de tal principio es el de la naturaleza
de los yacimientos mineros.

El legislador tiene necesidad imprescindible de atender al dictado imperioso de la


naturaleza de las cosas para crear este principio jurídico, ya que las condiciones
invariables de la naturaleza, es decir, como están colocadas las sustancias minerales;
su mayor o menor longitud, espesor o profundidad de los yacimientos hace que sea
aleatoria y no cierta la existencia del mineral, por lo que el riesgo de tal existencia debe
ser asumido por quien tiene o se le otorga el derecho de explotar y no por el Estado que
es el propietario de la mina.

Este principio no ha sido definido comúnmente por la doctrina minera, pero se


refiere al mismo al tratar lo relativo a las concesiones mineras cuando se establece, que
39

las mismas se otorgan a riesgo del interesado, lo que se denomina riesgo unilateral.

Por nuestra parte, al considerar que el riesgo a asumir por el beneficiario de los
derechos mineros debe constituirse como uno de los cimientos sobre los cuales
descansa la legislación minera, construiremos una definición del mismo sobre la base
de lo establecido de la legislación minera venezolana.

Con base a lo anteriormente expuesto, se define el principio de riesgo unilateral


como el principio según el cual la exploración y explotación de los yacimientos
mineros queda a todo riesgo del interesado por las particularidades que pueden
presentar los ambientes geológicos, por lo que el Estado al otorgar el derecho de
exploración y explotación de las minas no se responsabiliza por la existencia y
aprovechamiento económico e industrial del mineral, y no responde por
saneamiento legal.

Aplicación en la legislación venezolana

En la legislación minera venezolana, el riesgo unilateral es un principio común para


las minas y los hidrocarburos, pero no así para los hidrocarburos gaseosos en virtud de
que la normativa que los regula no consagra el mismo.

La vigente Ley de Minas consagra este principio en su articulo 34 cuando


preceptúa, que se presume hasta prueba en contrario, la existencia del mineral y que
este es industrial y económicamente explotable; pero con el otorgamiento del titulo no
se hace responsable la República de la verdad de tales hechos; estableciéndose
igualmente que la República no responde por saneamiento legal.

Del contenido de la norma se puede precisar, que la existencia del mineral, así
como también el que este sea económica e industrialmente explotable es una
presunción que admite prueba en contrario y con el otorgamiento del título minero la
República no se hace responsable de la verdad de estos hechos ni responde por
saneamiento legal, por lo que el riesgo corre solo por cuenta del concesionario, es decir
es unilateral.
40

Es importante destacar, que en materia de minas este principio es privatistico


únicamente para las concesiones mineras como modalidad de ejercicio de las
actividades mineras, y no aplica para otras modalidades como lo es la autorización para
el ejercicio de la pequeña minería. Esta discriminación no se justifica en virtud de que el
riesgo es característico de la minería y no de la figura jurídica mediante la cual se ejerza
la actividad minera por lo que entonces el principio de riesgo unilateral debería aplicarse
no solo a quienes ejerzan la minería a través de la modalidad de la concesión sino a
quienes la ejerzan mediante otras modalidades de explotación.

En lo que concierne a los Hidrocarburos, la vigente Ley Orgánica de


Hidrocarburos en su artículo 35 consagra de manera expresa el principio cuando
preceptúa lo siguiente: La República no garantiza la existencia de las sustancias ni se
obliga al saneamiento, La realización de las actividades se efectuará a todo riesgo de
quienes las realicen en lo que se refiera a la existencia de dichas sustancias. Tales
circunstancias en todo caso, deberán hacerse constar en el instrumento mediante el
cual se otorgue el derecho a realizar las actividades, y para el caso de no constar
expresamente, se tendrán como incorporadas en el texto del mismo.

Este principio igualmente aplica para el mineral de oro y demás minerales


estratégicos, según se establece expresamente en el Artículo 7 de la Ley respectiva.

Si nos detenemos en el contenido de la norma, observamos que a diferencia de lo


establecido en la ley de minas, donde el riesgo para el titular del derecho minero aplica
tanto para la existencia del mineral como para su aprovechamiento industrial y
económico, para los hidrocarburos el riesgo unilateral aplica solamente para la
existencia del mineral, es decir, el alcance del riesgo unilateral en relación con las
minas es absoluto, mientras que para los hidrocarburos dicho riesgo es relativo.
41

1.7. RELACIONES CON LAS CIENCIAS JURÍDICAS Y CON OTRAS CIENCIAS

Relaciones con las Ciencias Jurídicas

1.7.1. Con el Derecho Constitucional

El Derecho Constitucional constituye una rama del derecho público que sienta las
bases del ordenamiento jurídico de un Estado, por lo que la relación del Derecho
Minero con el Derecho Constitucional es primordial, ya que la mayoría de las
constituciones reconocen la existencia de las minas y establecen principios y normas
fundamentales que deben ser respetadas por la legislación minera.

En el derecho positivo venezolano la Constitución de 1999 reconoce la existencia


de las minas y en la misma se consagran normas, principios y preceptos, que deben ser
respetados y ratificados por las legislaciones mineras. La consagración de estas
normas evidencian la relación de nuestra ciencia con el Derecho Constitucional, y
dentro de ellas tenemos: La atribución de la propiedad de los yacimientos mineros y de
hidrocarburos a la República, y la afectación de estos bienes al dominio público (art.
12); la atribución de la competencia al poder nacional para: a) establecer el régimen y
administración de las minas e hidrocarburos b) establecer mediante ley un sistema de
asignaciones económicas especiales en beneficio de los estados en cuyo territorio se
encuentre situadas minas e hidrocarburos, c) establecer los impuestos en materia de
minas e hidrocarburos d) la legislación en materia de minas e hidrocarburos (art. 156
ord. 12, 16 y 32); La facultad o discrecionalidad de el Estado para otorgar concesiones
mineras en el caso de la explotación de los recursos naturales, siempre que se asegure
la existencia de contra prestaciones económicas adecuadas al interés público (art. 113
in fine); La competencia exclusiva de los estados para establecer el régimen y
aprovechamiento de los minerales no metálicos, no reservados al Poder Nacional (art.
164 núm. 5); La obligación por parte de el Estado de no lesionar la integridad cultural,
social y económica de los hábitat indígenas cuando se produzca el aprovechamiento de
los recursos naturales. Así mismo tal aprovechamiento esta sujeto a previa información
y consulta de los citados hábitat (art. 120); la obligación de el Estado de proteger al
42

ambiente (art. 129); la obligación de acompañar estudios de impacto ambiental cuando


se va ha realizar actividades susceptibles de generar daños a los eco sistemas ( art.
129); la sustentabilidad como un de los principios que fundamentan el régimen socio
económico de el Estado (art. 299); la reserva al Estado por razones de conveniencia
nacional de la actividad petrolera y de otras industrias explotaciones, servicios y bienes
de interés público y de carácter estratégico (art. 302); La conservación de la totalidad
de las acciones de Petróleos de Venezuela S.A. (art. 303).
43
44

NORMAS CONTENTIVAS DE LA APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS


FUNDAMENTALES DE DERECHO MINERO EN LA LEGISLACIÓN VENEZOLANA

Ley Orgánica
Constitución de Ley de Minas Ley Orgánica de Ley Orgánica de
Principios de
la República y su Nacionalización Hidrocarburos
Hidrocarburos
Reglamento del Oro y demás
Gaseosos y su
Minerales
Reglamento
Estratégicos
Propiedad Minera Exposición de Exposición de
Art. 12 motivos Art. 3 motivos Art. 1 LOHG
Art. 2 Art. 3 LOH

Utilidad pública Exposición de Exposición de Exposición de


motivos motivos motivos
Arts. 3 – 1 LM Art. 8 Arts. 4, 1 LOH Arts. 4 – 2
LOHG

Temporalidad Exposición de Art. 24 numeral


motivos 2 LOHG
Art. 156 ordinal 16 Art. 20
Art. 24 numeral
Art. 113 in fine Art. 9 LM Art. 23 Art. 34 numeral 1
3 LOHG
Art. 25 LM
Art. 64 LM
Indivisibilidad Art. 42 LOH Art. 20 LOHG
Art. 31 LM Art. 43 LOH Art. 21 LOHG
Art. 34 RLOHG

Imprescriptibilida
Art. 12 Art. 2 LM Art. 3 Art. 3 LOH Art. 1 LOHG
d
Reversibilidad Art. 24 numeral
Exposición de
Art. 34 numeral 3 6 literal a)
motivos
literal a) LOH LOHG
Art. 102 LM

Exposición de
Extensión Art. 24 LOHG
motivos
Art. 34 numeral 2 Art. 31 RLOHG
Art. 9 LM Art. 20
LOH Art. 32 RLOHG
Art. 26 LM Art. 23
Art. 28 LM Art. 23 LOH
Art. 48 LM
Desarrollo Preámbulo
Sostenible Exposición de
motivos Exposición de
Art. 127 motivos Art. 6 Art. 5 LOH Art. 3 LOHG
Art. 128 Art. 5 LM
Art. 129
Art. 299

Riesgo Unilateral Art. 34 LM Art. 7 Art. 35 LOH

Profa. Dra. Luisa Blanco Pérez


Cátedra de Derecho Minero y Energético
45
UNIDAD No. 1

PRINCIPIO DE PROPIEDAD MINERA:


APLICACIÓN EN LA LEGISLACIÓN VENEZOLANA.

ESPACIO GEOGRÁFICO SOBRE EL CUAL ENTE ESTATAL AL CUAL


TIPO DE YACIMIENTO LA REPÚBLICA, EJERCE SU DERECHO DE PERTENECEN EN TIPO DE BIENES
PROPIEDAD PROPIEDAD

- Yacimientos mineros y de  En el territorio nacional.


Dominio Público
hidrocarburos cualquiera  Bajo el lecho del mar territorial.
La República - Inalienables
que sea su naturaleza.  En la zona económica exclusiva. - Imprescriptibles
(Art. 12 C.N)  En la plataforma continental.

- Minas o yacimientos Dominio Público


minerales de cualquier  En el territorio nacional La República - Inalienables
clase.(Art. 2 L.M) - Imprescriptibles
- Oro y demás minerales
Dominio Público
estratégicos (Art. 3 Ley
 En el territorio nacional La República - Inalienables
Orgánica de
- Imprescriptibles
Nacionalización del Oro)
 En el territorio nacional.
- Yacimientos de  Bajo el lecho del mar territorial. Dominio Público
hidrocarburos cualquiera
 En la zona económica exclusiva. La República - Inalienables
que sea su naturaleza.
 En la plataforma continental. - Imprescriptibles
(Art. 3 L.O.H)
 Dentro de las fronteras nacionales.
- Yacimientos de  En el territorio nacional.
hidrocarburos gaseosos Dominio Público
 Bajo el lecho del mar territorial.
cualquiera que sea su La República - Inalienables
 En la plataforma continental.
naturaleza. (Art.1 - Imprescriptibles
L.O.G.H )  En la zona marítima contigua.
46
UNIDAD No. 1
PRINCIPIO DE UTILIDAD PÚBLICA: APLICACIÓN EN LEGISLACIÓN VENEZOLANA.
BIENES O ACTIVIDADES DECLARADAS DE UTILIDAD PÚBLICA EN EL ÁREA DE MINAS.
TEXTO LEGAL QUE
BIENES O ACTIVIDADES DECLARADAS DE UTILIDAD
TIPO DE YACIMIENTO CONTIENE LA
PÚBLICA EN EL ÁREA DE MINAS
DECLARATORIA
Bienes:
 Minas y los Minerales existentes en el territorio nacional.

Actividades: De las Minas y Actividades


 Exploración los Minerales primarias
 Explotación.
Minas y los minerales existentes  Ley de Minas
en el territorio nacional  Beneficio. Arts. 3 - 1
cualquiera que sea su origen o  Almacenamiento. Actividades
presentación. de las conexas o
 Tenencia.
 Circulación sustancias auxiliares de
 Transporte. extraídas la minería
 Comercialización
interna y externa

Vinculadas con la reserva prevista Ley Orgánica de Nacionalización


Bienes:
en el Decreto con Rango, Valor y del Oro y demás Minerales
Mineral de Oro y demás  Bienes
Fuerza de Ley que reserva al Estado Estratégicos
Minerales Estratégicos  Obrasdeexistentes
las actividades exploración y Art. 8
explotación del oro y demás
minerales estratégicos.
47

UNIDAD No. 1

PRINCIPIO DE UTILIDAD PÚBLICA


APLICACIÓN EN LEGISLACIÓN VENEZOLANA

MATERIAS O ACTIVIDADES DECLARADAS DE UTILIDAD PÚBLICA EN


EL ÁREA DE HIDROCARBUROS
MATERIA O ACTIVIDADES DECLARADAS DE TEXTO LEGAL QUE
TIPO DE YACIMIENTO UTILIDAD PÚBLICA EN EL ÁREA DE CONTIENE LA
HIDROCARBUROS DECLARATORIA
Actividades

 Exploración.
 Explotación.
 Refinación
 Yacimientos de  Industrialización.
hidrocarburos  Transporte. De los Hidrocarburos
cualquiera que sea su  Almacenamiento
naturaleza  Comercialización
 Conservación Ley Orgánica de
Hidrocarburos
Arts. 4 - 1
Materia
De los Hidrocarburos
 Productos refinados

 Las obras
Que la realización de las
actividades requiera

* Estas materias y actividades son declaradas también de


Interés social, aunada a la utilidad pública.
48
UNIDAD No. 1
PRINCIPIO DE UTILIDAD PÚBLICA
APLICACIÓN EN LEGISLACIÓN VENEZOLANA
TEXTO LEGAL QUE
MATERIAS O ACTIVIDADES DECLARADAS DE UTILIDAD
TIPO DE YACIMIENTO CONTIENE LA
PÚBLICA EN EL ÁREA DE HIDROCARBUROS GASEOSOS
DECLARATORIA

Actividades

 Exploración. En busca de
 Explotación. Hidrocarburos gaseosos
no asociados

 Recolección - Del gas no asociado


 Almacenamiento proveniente de la explotación
 Utilización de los hidrocarburos gaseosos
no asociados.
 Procesamiento - Del gas asociado con el
 petróleo u otros fósiles.
 Yacimientos de Industrialización Ley Orgánica de
 Transporte Hidrocarburos Gaseosos
hidrocarburos
 Distribución Tanto del gas no
gaseosos  Comercio
Arts. 4 - 2
asociado como del gas
asociado con el petróleo
Materia
La materia referente a
 Los hidrocarburos líquidos
 Los componentes no hidrocarburados contenidos en los
hidrocarburos gaseosos
 El gas proveniente del proceso de refinación del petróleo

 Las obras Que la realización de


las actividades requiera
49
UNIDAD No. 1
PRINCIPIO DE TEMPORALIDAD MINERA
APLICACIÓN EN LEGISLACIÓN VENEZOLANA
TEXTO JURIDICO QUE
CONTIENE LA
MATERIA APLICACIÓN
CONSAGRACIÓN DEL
PRINCIPIO
 No se otorgarán Concesiones Mineras por tiempo Constitución de la República
indeterminado: Al realizar una interpretación a contrario sensu de la Bolivariana de Venezuela
norma se infiere, que las concesiones mineras deberán otorgarse
por un lapso determinado, preestablecido (Art. 156. Ord. 16)

 En el caso de que el Estado otorgue a su discrecionalidad Constitución de la


concesiones para la explotación de los recursos naturales, República Bolivariana de
 Minas y
deberá realizarlas por tiempo determinado (Art. 113 in fine) Venezuela
Yacimientos
Minerales
 Los Derechos Mineros son temporales, se ejercen dentro de
Ley de Minas
límites geográficos determinados y conforme a los términos de la
Ley de Minas y demás disposiciones legales aplicables (Art. 9 )

 El plazo o término máximo de duración de la Concesión Minera


de exploración y subsiguiente explotación otorgada por el Ministerio Ley de Minas
de Industrias Básicas y Minería no excederá de 20 años, contados
a partir de la publicación del certificado de explotación en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela (Art. 25)
50
UNIDAD No. 1
PRINCIPIO DE TEMPORALIDAD MINERA
APLICACIÓN EN LEGISLACIÓN VENEZOLANA
TEXTO JURÍDICO QUE
CONTIENE LA
MATERIA APLICACIÓN
CONSAGRACIÓN DEL
PRINCIPIO

 Hidrocarburos  El término o plazo máximo de duración de las empresas mixtas


Ley Orgánica de
que se constituyan para el ejercicio de actividades primarias es de 25
Hidrocarburos
años, prorrogable por lapso no mayor de 15 años (Art. 34 numeral
1°)

TEXTO JURÍDICO QUE


CONTIENE LA
MATERIA APLICACIÓN
CONSAGRACIÓN DEL
PRINCIPIO

 La licencia otorgada por el Ministerio de Energía y Petróleo para Ley Orgánica de


la realización de actividades de exploración y explotación de Hidrocarburos Gaseosos
 Hidrocarburos hidrocarburos gaseosos no asociados por parte de personas
Gaseosos nacionales o extranjeras con o sin la participación del Estado, está
sometida a una duración máxima de 35 años, prorrogable por un
lapso no mayor de 30 años a ser acordado por las partes (Art. 24
Numeral 2)
51
UNIDAD No. 1
PRINCIPIO DE INDIVISIBILIDAD MINERA
APLICACIÓN EN LEGISLACIÓN VENEZOLANA
TEXTO JURIDICO QUE
CONTIENE LA
MATERIA APLICACIÓN
CONSAGRACIÓN DEL
PRINCIPIO
Al regularse la figura de la concesión, en el artículo 31 de la Ley de
Minas, se establece que cualquier Acto Jurídico que tenga por objeto
la concesión, (Traspaso, enajenación, arrendamiento etc.), o que de
algún modo le afecte, respetará la unidad de la misma, y los
traspasos parciales que se realicen, no surtirán efecto respecto al
Ejecutivo Nacional.

El Legislador Nacional, a través de la citada norma consagra el


principio de invisibilidad minera, pero establece una excepción a la
aplicación del mismo en lo que respecta a la comunidad proindiviso,
 Minas y cuando consagra que quedan a salvo de la disposición los traspasos
Yacimientos que versen acerca del derecho proindiviso de los cotitulares, cuyos Ley de Minas
Minerales cesionarios, (el que cede el derecho) responderán solidariamente del
pago de la totalidad de los impuestos y del cumplimiento de las
demás obligaciones que apareja la concesión.

Esta excepción a la aplicación del principio se explica porque lo que a


la Ley le interesa es la unidad material de la mina, y al realizarse un
traspaso parcial de derecho no se afecta la unidad material de la
misma, ellos por un lado, y por el otro, los derechos de la República
están garantizados al responder los cesionarios, (quien cede el
derecho) de manera solidaria del pago de impuestos y demás
obligaciones que apareja la concesión.

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