Está en la página 1de 9

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA

Tema 1. Evolución legislativa de las minas y de los hidrocarburos


Guía Nro. 2
Concepto de mina.
Efectos jurídicos de la clasificación de minas de veta y minas de aluvión

Introducción

La materia relativa al derecho minero en Venezuela se encuentra regulado


en Decreto Nº. 295, Ley de Minas, de fecha 05-09-1999, que entro en vigencia con
su publicación en la Gaceta Oficial Nº 5.382 Extraordinaria de fecha 28/09/1999,
que deroga la Ley de Minas de fecha 28 de diciembre de 1944, publicada en la
Gaceta Oficial de la República de Venezuela Extraordinaria Nº 121, de fecha
18/01/1945, salvo lo dispuesto en el artículo 128 de la derogada ley, y en el
Reglamento General de la Ley de Minas Gaceta Oficial Nº 37.155 del 9 de marzo
de 2001, Decreto Nº 1.234 del 06 de marzo de 2001.

A-Definición de Mina en la ley vigente


El Decreto Nº. 295, mediante el cual fue promulgada la Ley de Minas, no
establece al igual que su Reglamento una definición sobre que debemos entender
por mina, del estudio de la ley, en específico del artículo 1 cuando regula su objeto
puede apreciarse características que permiten elaborar una definición amplia del
sentido y alcanza que utiliza la ley para referirse a lo que debemos concebir por
mina, así la norma citada al establecer el objeto de la ley señala:

 “…Artículo 1º: Esta Ley tiene por objeto regular lo referente a las
minas y a los minerales existentes en el territorio nacional, cualquiera
que sea su origen o presentación, incluida su exploración y
explotación, así como el beneficio, almacenamiento, tenencia,
circulación, transporte y comercialización, interna o externa, de las
sustancias extraídas salvo lo dispuesto en otras leyes.

Del citado artículo puede inferirse algunos elementos que orienta el


concepto de mina en la legislación venezolana; sobre este mismo particular el
artículo 2 de la Ley al señalar la condición de las minas como bienes del dominio
público de la nación establece:
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


“…Artículo 2º: Las minas o yacimientos minerales de cualquier clase existentes
en el territorio nacional pertenecen a la República, son bienes del dominio público
y por lo tanto inalienables e imprescriptibles…”

De lo expuesto, puede concluirse que nuestra ley si bien no establece un concepto


de mina, de forma general puede apreciarse una serie de características que
comprende una concepción amplia del concepto de mina, que abarca además a los
yacimientos minerales de cualquier clase existentes en el territorio nacional, que se
puede extraer de un terreno para ser explotado.

B- Definición de Minas

No es fácil elaborar una definición, toda vez que el objeto de la definición es


diferente si se le analiza desde los puntos de vista geológico, geométrico,
económico o jurídico.

Con ello se pretende señalar es que hoy en día lo que entendemos por
minas y minerales regulado por la vigente Ley de Minas, no coincide del todo con
lo que la corona española y posteriormente el legislador (hasta el siglo pasado)
apreció como tal; en este sentido, el ejemplo más revelador de los cambios que ha
sufrido el concepto de minerales fue el de la exclusión de los hidrocarburos del
Código de Minas de 1920, para ser tratados en otro texto legal. Así, en el ámbito
de lo legal, ya no podía considerarse el petróleo como un mineral en la forma
prevista en la legislación minera posterior a ese año, pues en lo sucesivo tendría
otra regulación.

La doctrina presenta entre otras las siguientes definiciones de Mina:

Hauriou, citado por Godofredo González, señala que “…geológicamente,


mina es una acumulación de substancias orgánicas o inorgánicas depositadas en
criaderos o yacimientos”.

En forma similar, Ezequiel Monsalve Casado sostiene que “…se


consideran minas las acumulaciones de sustancias inorgánicas u orgánicas que,
en capas o mantos, filones o cualquier otra forma de yacimientos, se encuentren
en el interior o en la superficie de la tierra”.

El término resulta bastante amplio como para abarcar hidrocarburos,


metales preciosos y no preciosos, piedras construcción y de adorno, salinas,
perlas, y casi cualquier elemento o compuesto presente en la naturaleza en forma
acumulada.
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


Por otro lado, se ha planteado una concepción de minas tomando en
consideración su geometría, esto es, la forma y medidas establecidas por el
legislador para su eficiente explotación, y en tal sentido el concepto de mina suele
confundirse con el de concesión minera.

La forma geométrica de la mina cuya explotación se autoriza al


concesionario, se circunscribe a una pirámide invertida cuya base, fijada a la
tierra, es rectangular, que se proyecta hacia el centro de la tierra de forma
ilimitada, porque se considera ilimitada la longitud de sus paredes.

Esta determinación fue establecida en el artículo 35 de la Ley de Minas de


1944 (publicada en la Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela No. 121
Extraordinario del 18 de enero de 1945), en la cual se regulaba que “Las
concesiones se miden por su extensión horizontal determinada en la superficie
por puntos fijos y líneas rectas, para lo cual se toma la hectárea como unidad de
medida, y, en profundidad, se extienden según planos verticales indefinidos”, y en
los artículos siguientes definía la extensión que debían tener las concesiones de
manto o de veta y las de aluvión. Sobre este particular, la vigente Ley de Minas
(publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela bajo el No. 5.382
Extraordinario de fecha 28 de septiembre de 1999) contempla en su artículo 26:

“El ámbito espacial sobre el cual se ejerce la concesión minera es


un volumen piramidal, cuyo vértice es el centro de la tierra y su
límite exterior, en la superficie es un plano horizontal medido en
hectáreas y de forma rectangular, cuyos vértices y linderos están
orientados de acuerdo al sistema de proyección Universal
Transversal Mercator (U.T.M.) u otro de mayor avance tecnológico
a ser adoptado por el Ministerio de Energía y Minas”.

Adicionalmente, el artículo 26 ejusdem, aclara que la extensión horizontal


de la concesión, deberá ser rectangular, y quedará fijada por puntos fijos y líneas
rectas. Su extensión vertical viene dada por la proyección del plano horizontal
hacia el centro de la tierra, siendo ilimitada su profundidad.

La circunstancia de que uno de los vértices de la pirámide invertida es “el


centro de la tierra” responde a una ficción legal (puesto que no es posible que la
perforación o excavación llegue al centro de la tierra); por consiguiente, en la
práctica la figura a la cual nos referimos se ve truncada en algún punto,
apreciándose como una pirámide invertida con dos planos horizontales.
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA

Desde el punto de vista económico el concepto en cuestión se


fundamenta en el aprovechamiento de los minerales y el beneficio
económico o utilidad que deriva de este. Si bien muchos de ellos no se
consideraban útiles en el pasado, con el avance industrial y tecnológico de la
sociedad, han surgido nuevas necesidades que reclaman la atención del Estado;
de allí el interés que este muestra en un momento dado en la explotación de unos
minerales con preeminencia sobre otros, y en ocasiones, como consecuencia de
lo anterior, en la regulación de los mecanismos empleados para su extracción,
distribución y comercialización.
Por otra parte, la definición jurídica de las minas, la que más interesa
destacar no solo se construye sobre la base de sus características más
resaltantes, sino que añade menciones de las cuales derivan efectos jurídicos,
apartándose de esta manera de la mera conceptualización fundamentada
exclusivamente en la existencia de un yacimiento.
Para José Ramón Ayala se entiende por mina “la acumulación de
sustancias orgánicas e inorgánicas, mercantil e industrialmente explotable, que en
cualquier clase de yacimiento se encuentre encima o debajo del suelo, declarados
por la ley patrimoniales del Estado en que se hallan; y del dominio fiscal de la
Nación”. El mismo autor, citado por Luis González-Berti, señala que el concepto
jurídico de mina atiende a las circunstancias de que es una propiedad
inmueble, inagotable, perfectamente determinada, transferible en propiedad
cuando la Ley lo permite, y en simple tenencia cuando no lo permite.
Además, es necesario tener presente que no toda acumulación de
minerales puede calificarse como minas de acuerdo a la ley, pues aunque no es
posible precisar esta información al comienzo de la fase exploratoria, deberá
tratarse de una acumulación de minerales lo suficientemente importante como
para asegurar que su explotación resulte rentable.
Frente a la amplia gama de minerales que abarca la perspectiva geológica,
en lo que concierne al ámbito de lo jurídico esta parece limitada, pues la ley no da
cuenta de la extensa enumeración que resultaría de contabilizar los distintos
minerales existentes; y es improbable que la doctrina y la legislación dediquen
páginas a tal señalamiento, puesto que el descubrimiento de nuevos minerales
haría obsoleta la lista de ellos.
No obstante, lo expuesto, en leyes que precedieron al texto de 1944 tal
enumeración tuvo lugar, en un intento de presentar con exhaustividad todo
aquello que para el legislador podía considerarse como mineral. Con posterioridad
a esa fecha la ley no aporta conceptos, aunque sí ofrece distinciones entre
algunos minerales al excluirlos expresamente y al contemplar en su artículo 7 un
régimen de explotación libre de formalidades especiales para las piedras de
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


construcción y de adorno. Siguiendo esa tendencia, la Ley de Minas de 1999,
no hace referencias a estos aspectos, limitándose a establecer de manera
amplia en su artículo 1° que el objeto de dicho texto “…es regular lo
referente a las minas y los minerales existentes en el territorio nacional,
cualquiera sea su origen o presentación…” y dedica su articulado a la
regulación de las actividades mineras: exploración, explotación,
almacenamiento, tenencia, circulación, transporte y comercialización.

Vale la pena analizar en las exclusiones preceptuadas en la Ley de Minas


de 1944, toda vez que la vigente ley omite estas menciones. Así, en la primera de
ellas se estableció que no se regirían por el indicado texto “Las perlas, corales,
esponjas, ámbar gris y demás sustancias similares” (artículo 6º).
Adicionalmente, quedaron fuera de dicha regulación el petróleo, el asfalto,
el gas natural y los demás hidrocarburos (artículo 3º), que tendrían un régimen
aparte dispuesto en la Ley Orgánica de Hidrocarburos y la Ley Orgánica de
Hidrocarburos Gaseosos; así como los yacimientos de sal gema, las salinas,
salinetas y demás yacimientos de sales halógenas, regidos por la Ley de Salinas
(artículo 5º).
El término “mineral” es esencial al de “mina”. Es claro que la mina es una
acumulación de los primeros, pero partiendo de la naturaleza de estos, cabría
preguntar, en primer lugar, si la diversidad de elementos y compuestos que han
requerido de una regulación especial queda excluida del conjunto de los
minerales por la circunstancia de tener tratamiento separado en la legislación. No
parece que pueda responderse esta cuestión afirmativamente y la explicación
debe hallarse en aspectos como los mecanismos de explotación que difieren de
los que pueden emplearse conforme a la Ley de Minas (como sucede con los
hidrocarburos, las perlas y la sal), o su estado físico (considérese el caso del gas
natural, de la categoría de los hidrocarburos, el cual no encuentra en la ley bajo
estudio normas que se ajuste a sus particularidades), o de las aguas minerales o
minero-medicinales.
Otro parámetro importante que ha reclamado un tratamiento distinto para
algunos minerales es la de su composición química. Sobre este aspecto, llama la
atención que los hidrocarburos, compuestos orgánicos caracterizados por
presentar átomos de carbono en su estructura molecular (cuestión que constituye
la diferencia fundamental entre lo orgánico y lo inorgánico), se regían hasta 1920
por la legislación minera, ese año, se dictó la primera Ley de Hidrocarburos, que
separó el tratamiento legal de las sustancias hidrocarburadas o sustancias
orgánicas, de las sustancias mineras y minerales dispuestas en el Código de
Minas vigente para la fecha.
En definitiva, todo aquello que pueda entenderse como mineral, no solo
está comprendido en la Ley de Minas, sino que se halla disperso en un conjunto
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


de cuerpos normativos creados conforme a las circunstancias y necesidades de la
época.

Noción general de minas, yacimientos y mineral extraído

Se ha discutido a nivel de la doctrina la precisión de los conceptos básicos que


comprende el Derecho Minero. Sobre el particular debemos comenzar por
distinguir (i) la mina; (ii) el yacimiento; y (iii) las substancias orgánicas o
inorgánicas que la componen.

Respecto al primero, la doctrina lo ha definido de diversas formas, entre las


cuales está como “una acumulación de substancias orgánicas o inorgánicas,
depositadas en los criaderos o yacimientos” (...) del cual se desprenden distintas
acepciones, como la geológica o jurídica. En este sentido, en la acepción jurídica
la mina se entiende como “una propiedad inmueble, transmisible
administrativamente a los particulares, en plena propiedad cuando la Ley lo
permite; y cuando no lo permite, es simple tenencia para los efectos de su
explotación”. GONZÁLEZ, Gorodfredo, G., Derecho Minero Venezolano,
Tipografía la Nación, Caracas, 1947, pp. 6-14.

Lo anterior, es cónsono con nuestra legislación ya que el Código Civil


establece, en el artículo 527, expresamente que la mina es bien inmueble por su
naturaleza. Adicionalmente, de ello deriva el hecho de que los derechos mineros
otorgados mediante la concesión son considerados como un derecho real
inmueble y por tanto podrá “enajenar dicho derecho, gravarlo, arrendarlo, sub-
arrendarlo, traspasarlo”, etc., de conformidad con el artículo 29 del Decreto Nº
295.

Asimismo, MOLINA, citado por ORTÍZ MONSALVE, ha definido la mina como


“yacimientos naturales de sustancias minerales, sólidas, apropiables, útiles y
aprovechables en la industria, ya se encuentren en la superficie o en el interior de
la tierra” (ORTÍZ MONSALVE, Álvaro, Derecho de Minas, Editorial Temis, Santa
Fe de Bogotá, 1992, p. 17).

De igual forma, RUFINO GONZÁLEZ MIRANDA la definió como “una


acumulación de sustancias orgánicas o inorgánicas, que se encuentren en el
subsuelo o en la superficie de la tierra, y que sean comercialmente útiles e
industrialmente explotables” (DUQUE SÁNCHEZ, José Román, 1966, Op. cit., p.
14).
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


En cuanto al yacimiento entendemos que se trata del “sitio donde se halla
naturalmente una roca, un mineral o un fósil”, mientras que por criadero que sería
el “agregado de sustancias inorgánicas de útil explotación, que naturalmente se
halla entre la masa de un terreno”.

Por tanto, el yacimiento sería la forma física en que se manifiesta una mina, es
decir como dichas substancias se acumulan. Entonces, se trataría de una figura
indivisible a la mina, por cuanto corresponde a la propiedad del subsuelo.

Cabe destacar que tanto la noción de mina como yacimiento se trata una
calificación presunta, toda vez, posteriormente en el marco de la exploración se
puede determinar que no hay mineral de ningún tipo, sin que ello nulifique hacia el
pasado dicha calificación y sus efectos. Ello se puede deducir de la exclusión de
la responsabilidad de la República como otorgante de una concesión sobre una
mina o yacimiento cuando se determine con posterioridad que no contiene ningún
mineral.

Adicionalmente, se trata de una calificación temporal por cuanto la cantidad de


mineral extraíble es limitado y por tanto eventualmente puede ser removido
totalmente, lo cual es justamente la finalidad de tan amplia regulación.

Por otra parte, distinto sería entonces el mineral susceptible de extracción, o


siguiendo los términos utilizados anteriormente las sustancias orgánicas o
inorgánicas que se encuentran en la mina o yacimiento. En efecto, Monsalve
Casado indica de manera precisa la distinción entre dichas figuras de la siguiente
forma: “Creemos, ya tratando el concepto físico-geométrico de mina, es el
momento de resolver una interesante aun cuando fácil problema, que se ha
suscitado alguna que otra vez; es aquel que interroga si el mineral extraído, es la
mina misma o solamente el fruto de ella. Si tenemos presentes los conocimientos
expuestos en este capítulo, observamos que la mina, en su noción genérica, es
una acumulación de sustancias, un depósito, un inmueble, no algo o parte de
sustancias mineras ya extraídas que vienen a constituir bienes muebles; por otra
parte, en el concepto físico-geométrico, bien clara y distinta es la noción del sólido
enclavado, que determina la propia ley, para que vaya a ser confundido con lo
que de él se extraiga. Además, la mina es teóricamente inagotable, como que se
prolonga hasta el centro de la tierra, y cuánto fuera el mineral extraído en nada
mermaría lo que es por naturaleza inagotable…”
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


Otro argumento, si puede más evidente, de que nuestro derecho minero
considera el mineral extraído sólo como producto de la mina y, por tanto,
distinto de ella, es el siguiente: la propiedad de las minas pertenece
originariamente al Estado en cuya jurisdicción se hallen y, en lo tocante a las
de hidrocarburos y demás minerales combustibles, las concesiones no
confieren la propiedad de los yacimientos a los concesionarios, sino el derecho
real inmueble de explorarlos y explotarlos; y este derecho que no es el de
propiedad de la mina, les hace dueños de los materiales extraídos ¿Cómo se
explica esto? Sencillamente: porque el mineral extraído es distinto de la mina,
es solamente su fruto...”

Hay que precisar que el mineral de que trate, conforme al artículo 527 del
Código Civil, de un bien inmueble por su naturaleza por tratarse de “frutos de la
tierra” (...), pero sólo mientras no hayan sido “separados del suelo”. En este orden
de ideas, una vez que el mineral sea extraído pasa a ser un bien mueble, ya que
“pueden cambiar de lugar, bien por sí mismos o movidos por una fuerza exterior”,
de conformidad con el artículo 531 del Código Civil. Por ejemplo, un terreno es un
bien jurídicamente distinto a la tierra que un particular puede sustraer con
diversos propósitos, por ejemplo para venderlo con fines botánicos o de
construcción, la misma circunstancia descrita que ocurre con los yacimientos
mineral, sólo que estaría fuertemente regulado.

Efectos jurídicos de la clasificación de minas de veta y minas de


aluvión
Como puede constatarse de la exposición de motivo y de la simple revisión
del articulado de la vigente Ley de Minas la clasificación según la forma de
presentación de los minerales que distinguía entre minas de veta o manto y minas
de aluvión prevista en la Ley de Minas de 1944 fue suprimida casi totalmente,
cabe destacar que de la citada clasificación la derogada ley de 1944 establecía
una serie de consecuencias o efectos jurídicos.
La derogada Ley de Minas de 1944, estableció entre otros efectos en
cuanto a esta distinción: en las concesiones de aluvión la obtención por parte de
los concesionarios del derecho de explotar los yacimientos de veta o de manto de
minerales y de sustancias denunciables que se encuentren en aquellas, así como
su derecho preferente al de cualquier otro denunciante previo el cumplimiento de
las prescripciones de la ley; la fijación del plazo de explotación (art, 24) el cual
dependía del tipo de mina, es decir, veta o aluvión, para establecer la extensión de
la concesión se aplicaba la presentación o tipo de mina de aluvión o veta
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA BÁSICA
DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZAS GENERALES

ASIGNATURA: LEGISLACIÓN MINERA Y PETROLERA


(Artículos 36 y 37 Parágrafo Primero); en igual sentido, el tiempo de otorgamiento
de la concesión era fijado de acuerdo con el tipo de yacimiento de veta o manto
(art. 41); para establecer si la explotación era de libre aprovechamiento conforme
al artículo 44 de la ley derogada se hacía alusión a los minerales de aluvión;
igualmente era el mecanismo para regular que la explotación debía ser realizada
por lavado a batea u otros procedimientos primitivos; así mismo fue utilizada la
citada distinción para el caso de las concesiones de aluvión y veta para fijar el
pago de impuesto superficial (artículos 84 y 85); finalmente fue aplicada dicha
distinción para establecer las obligaciones de los concesionarios conforme al
artículo 94, y en tal sentido, debían nivelar el terreno y reponer la capa vegetal que
hubiese removido cuando trabajara con draga depósitos aluvionales de más de
cien metros de ancho de tierra cultivadas o cultivables cuya capa vegetal de
espesor tenga más de cincuenta metros de espesor.
La Ley de Minas vigente solo hace mención a la clasificación de minas de
veta o aluvión en los artículos 10, 82 y 129 literal a), estableciéndose en los
mismos y dependiendo del tipo de minas unos efectos jurídicos, así el artículo 10
preceptúa que las actividades mineras realizadas en el subsuelo no generan
compensación para el superficiario, salvo que afecten al suelo u otros bienes; por
su parte el artículo 82 cuando se refiere a la minería artesanal la define como
aquella que se caracteriza por el trabajo personal y directo en la explotación de
oro y diamante de aluvión; finalmente el artículo 129 en su literal a) si bien no
utiliza de forma expresa las clasificaciones de veta o aluvión establece que el
beneficiario de derechos mineros conservará la titularidad del derecho de
explotación otorgado bajo la vigencia de la Ley de 1944 solo sobre los minerales y
en la forma de presentación conforme fueron otorgados en el título respectivo.

Conclusión

Por lo expuesto puede colegirse que la clasificación de minas de manto o


aluvión perdió la preponderancia que tenía en la derogada la Ley de 1944 toda vez
que la vigente Ley de Minas de 1999, estableció un régimen de concesión
caracterizado por la unificación del concepto de mina la cual en virtud de ser una
concesión única será de exploración y subsiguiente explotación; y
fundamentalmente por cuanto la otra característica de la concesión establecida en
la vigente ley elimina la distinción basada en la presentación del mineral, en
cuanto a veta, manto y aluvión, es decir, el concesionario tendrá derecho a la
explotación del mineral cualquiera que sea su presentación.

También podría gustarte