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DIPLOMA DE POSTÍTULO

PSICOPATOLOGÍA INFANTO JUVENIL 2020

Trabajo práctico módulo 1


Prof. Anneliese Dörr

Integrantes

Elizabeth Valenzuela Grandón


Francisca Farías Sandoval
Wladimir Astudillo Sánchez
Luego de ver el video y respecto al “niño salvaje” de la película de Francois Truffaut
¿Considera usted que es un niño feral?

Fundamente su respuesta y elabore, en base al concepto de “neuroplasticidad” y otras


nociones vistas en clases, un plan de reinserción social para dicho niño

En consideración a la pregunta, que justifica este trabajo, nos parece pertinente antes de
argumentar nuestra respuesta definir qué entendemos por niño feral.

Un niño salvaje es una persona a la que se le ha privado de todo contacto con los de su especie
desde etapas muy tempranas de la vida. Sus experiencias han sido distantes del contacto
social humano, han sido desprovistos de amor y de cuidados propios de su naturaleza y lo
más importante, sin contacto alguno con el lenguaje humano (Dörr&Banz, 2010).

Estas autoras clasifican a los niños salvajes en tres categorías de estudio; niños encerrados o
aislados de la sociedad por sus padres o la persona que debería cuidarlos, niños ferales criados
y alimentados por animales salvajes y niños que pudieron subsistir solos,

En el caso de los niños encerrados o aislados de la sociedad por sus padres o la persona que
debía cuidarlos, son niños que desde edades muy tempranas han sido desprovistos del
cuidado y el afecto necesario para el desarrollo de su especie, sin posibilidad de experimentar
contacto físico con otros humanos, carente de interacciones sociales, sin posibilidad de
comunicarse de forma alguna con su entorno y sin recibir estímulo alguno del entorno. Estos
niños presentan graves retrasos en el desarrollo, presentando limitaciones tanto físicas como
intelectuales, alteraciones tanto en aspectos conductuales como cognitivos, siendo la falta
evidente y casi completa de lenguaje el daño más severo.

Los niños ferales, que han sido criados y alimentados por animales salvajes en una época
muy precoz de la vida y por períodos muy prolongados, se han visto privados de todo
contacto humano y alejado de las conductas características de su naturaleza, logrando
adaptarse a la forma de sobrevivencia de la especie que lo acoge, adoptando sus formas de
alimentación y conducta social. La forma de comunicación que establece con los animales
en nada se parece al lenguaje humano, sin embargo, han logrado establecer una forma de
comunicación imitando los sonidos del grupo. La manada lo ha aceptado, ha sido cuidado y
protegido como uno más de ellos. Según Dörr y Banz los niños ferales presentan las
siguientes características: “hirsutismo”, imposibilidad de hablar y dificultades para caminar
erguidos de forma permanente, poca sensibilidad al frío y al calor, visión nocturna y sentido
del olfato muy desarrollado, imitan los sonidos de los animales y prefieren la compañía de
éstos a la de los humanos, olfatean los alimentos que van a ingerir, duermen del anochecer
al alba, de acuerdo con las estaciones y parecen ser sexualmente indiferentes.

Por otra parte los niños que pudieron subsistir solos en un período muy temprano de su
existencia y que han estado alejados por mucho tiempo de cuidadores humanos, que fuesen
capaces de proveer lo necesario para un desarrollo acorde a su especie y momento evolutivo,
presentan conductas similares a los niños ferales, es decir, en términos adaptativos, han sido
capaces de sobrevivir al medio hostil mediante la acomodación de estructuras que les
permiten la alimentación y el autocuidado frente a las amenazas de los depredadores y
mantenerse vivos. Sin embargo, y a pesar de las similitudes, existe una importante diferencia
que está en relación al aprendizaje de la conducta social y la capacidad de vincularse con sus
cuidadores (Dör & Banz, 2010).

En opinión de Dörr y Banz, las funciones cognitivas de los niños de las tres categorías
descritas anteriormente, están igualmente afectadas, sin embargo, existe una diferencia en
cuanto a la capacidad de vincularse. En los niños ferales esta capacidad pudiese haber sido
estimulada por los animales, dado que éstos cuidan de sus crías, les proporcionan alimentos
y los protegen de los depredadores, como sucede en los casos descritos en niños ferales
encontrados en Ucrania, Uganda, India y chile, donde mostraron ser capaces de conservar la
capacidad de dar y recibir afecto. Es en este punto donde vamos a enlazar la respuesta a la
pregunta del presente trabajo.

Considerando las conductas observadas en Víctor, el niño de Aveyrón, que se muestran en la


película “El niño salvaje”, consideramos que no corresponde a un niño feral, sino más bien
a un niño salvaje que pudo subsistir solo. A nuestro parecer, carece de las conductas propias
de quien ha compartido por un tiempo prolongado en un grupo de animales.
La película nos muestra que Víctor de Aveyrón carece de cualquier tipo de lenguaje o forma
de expresión, no emite sonidos que pudiesen coincidir con alguna clase de animal, no se
evidencian conductas propias de los individuos que viven en grupos y comparten una
organización. Tampoco ha mostrado ser capaz, como se observa en la película, mostrar
respuestas afectivas ni capacidad de vincularse con sus cuidadores.

Plan de Intervención

Si llevamos esto al campo de la neurociencia nuestro desarrollo cerebral tiene cambios


estructurales considerables entre los 3 y 15 años de edad, en la película se puede evidenciar
que el niño tiene alteraciones en el lóbulo frontal el cual se desarrolla entre los 3 y 6 años,
éste controla las funciones ejecutivas, los procesos cognitivos para que los movimientos,
comportamientos y conductas que se vayan a realizar sean los apropiados.

A su vez, el lóbulo parietal que se desarrolla desde los 6 años hasta la pubertad, se afecta de
no recibir información sensorial; tacto, temperatura, presión, dolor, coordinación, equilibrio
y también habilidades como la escritura, matemáticas, apraxia construccional entre otras. El
lóbulo temporal está encargado de generar la memoria, las emociones, el lenguaje auditivo y
los sistemas de comprensión del habla, dentro de este lóbulo se encuentra también el área de
Wernicke que es la principal encargada de la comprensión del lenguaje, permitiendo la
comunicación verbal entre individuos. Sin embargo, la producción del lenguaje se da en otra
área conocida como área de Broca, situada en la corteza frontal.

Si bien es cierto su cerebro ha sido cambiado de manera significativa por las experiencias
que este ha vivido en el bosque, tuvo la capacidad para aprender y adaptarse en un ambiente
distinto. Lo anterior es una evidencia de la capacidad de adaptación de la especie humana y
la adaptabilidad del cerebro manifestada en la neuroplasticidad, que es la capacidad de los
nervios de producir nuevas conexiones nerviosas a través de la reorganización sináptica.
(Dörr&Sanz,2010).

Sin embargo, y a pesar de la capacidad de nuestro cerebro para adaptarse frente a situaciones
nuevas, existe un momento oportuno o “período crítico” para el aprendizaje y desarrollo de
cada habilidad, es el momento en que el sistema nervioso está más preparado para el
aprendizaje de ciertas habilidades. Si pasa este “período crítico” sin que el niño reciba la
estimulación adecuada para desarrollar la habilidad, se necesitará un esfuerzo mucho mayor
para que la destreza se logre. Si el tiempo transcurrido es demasiado, probablemente el
aprendizaje se de en una forma muy bajo lo esperado, o casi nula. (Lennenberg,1967).

Uno de los mayores logros de la especie humana es su lenguaje comprensivo y articulado,


este desarrollo cognitivo tiene su período crítico entre los 0 y 12 años (Lennenberg,1967).
aunque los esfuerzos por propiciar el lenguaje estén bien orientados, si se ha traspasado el
umbral de la pubertad no se logrará adquirir el lenguaje con su capacidad comprensiva, con
significado articulador entre el niño y su entorno. En el fondo, se va produciendo una pérdida
de adaptabilidad y la capacidad organizativa del cerebro.

Si bien el lenguaje es una capacidad cognitiva, transversal a toda la especie humana, en


cuanto a edad de aparición y período crítico, esto no depende únicamente de factores de
maduración, depende también de la estimulación del ambiente, de la capacidad de la madre
o cuidadores, de incorporar al niño en el lenguaje con significado, en el lenguaje simbólico,
que luego se traduzca en un una incorporación a la cultura (Ferrer, A. 2013).

Similar situación ocurre con la capacidad para establecer vínculos afectivos, su período
crítico se estipula entre los 0 y 2 años de vida. La importancia de este proceso, es que sobre
éste el niño sentará las bases sobre las cuales podrá establecer relaciones de afecto, será capaz
de empatizar y experimentar el amor. Estas bases sentarán pilares sólidos sobre los cuales el
infante podrá desarrollar no sólo su afectividad, sino que también permite la expresión de su
potencial heredado, promoviendo un ambiente seguro, estable y equilibrado que le permita
explorar, investigar y conocer el mundo.

Lo que vemos en el caso de Víctor de Aveyrón, es una deprivación total y absoluta, una falta
de estimulación sensorial, afectiva y social que ha afectado todas las áreas de desarrollo;
cognitiva, efectiva y relacional.

Si hemos establecido la importancia de la estimulación oportuna para el desarrollo de las


destrezas cognitivas y emocionales del niño, y también hemos señalado que es el ambiente
quien debe proveer de dicha información, es necesario entonces establecer las condiciones
del ambiente como facilitador de estos procesos.
El ser humano al nacer se encuentra en completa indefensión, en un estado de suma
fragilidad, sin un ambiente que lo provea de protección y cuidados la sobrevivencia del bebé
se verá amenazada. El ambiente para el recién nacido es la madre (o el cuidador a cargo) es
ella la encargada de ir presentando al niño el mundo y sus objetos, de manera graduada y
paulatina, en el tiempo y la medida en que el psiquismo del niño lo pueda tolerar. La madre
para lograr este objetivo, debe dedicarse por completo y en exclusividad al cuidado de este
frágil bebé, de tal modo, que la relación entre ellos sea inseparable, que parezcan uno sólo,
madre e hijo una sola unidad. De esta forma la madre logrará interpretar los movimientos,
los sonidos y los gestos del bebé que permitan cubrir todas sus necesidades. El padre (o quien
pueda ejercer el rol), debe sostener la díada proporcionando el ambiente adecuado que
permitan a la madre ocuparse sólo del bebé (Winnicott,1960).

De esta forma el niño al identificarse con esta persona que recurrentemente lo provee de
bienestar, seguridad y de forma repetida observa el mismo rostro que satisface sus
necesidades básicas, puede ilusionarse y fantasear con que siempre estará para él. Así el niño
no sólo recibe alimentos sino una “experiencia afectiva” (Dörr & Banz,2010).

Esta confianza, básica para desenvolvernos en el mundo, no ha sido proveída por persona
alguna en el caso de Víctor de Aveyrón. Tampoco hubo animales que cumplieran, aunque de
forma primitiva, la función contenedora y socializadora, por tanto tenemos un niño que
sigue encontrándose en una situación de extrema vulnerabilidad y fragilidad.

Tomando la teoría de Donald Winnicott como marco de referencia, es posible plantear una
reinserción social tomando como punto de partida la necesidad de Víctor de una madre de
dedicación exclusiva, que le entregue el sostén suficiente para lograr la seguridad y confianza
que requiere para nacer en este nuevo entorno, un cuidador que desde su yo auxiliar le permita
configurar una corporalidad, una identidad, el desarrollo del self y la posibilidad de generar
vínculos afectivos sólidos. Logrado lo anterior permitiría a Víctor explorar el mundo con más
seguridad, confiar en su entorno y atreverse a nuevos desafíos, dado que el mundo poco a
poco le resulta menos amenazante. Experimentar nuevos desafíos puede llevarlo a nuevos
aprendizajes estimulando áreas nunca antes activadas.
En cuanto al desarrollo de capacidades cognitivas, desde la neuroplasticidad que es la
capacidad para aprender y recordar lo que necesitamos usar, así como nuestra capacidad para
olvidar lo que no hacemos, el aprendizaje y la adaptación ocurren en niveles conscientes y
no conscientes: ejemplos de esto son el aprendizaje intencional y la memoria implícita. El
cerebro está formado estructuralmente y funcionalmente por experiencias de manera
significativa.

Si logramos que las ocupaciones de Víctor sean significativas, crearemos un aprendizaje y


lograremos que pueda desarrollar habilidades ausentes o perdidas, por la falta de estimulación
en ciertas áreas cerebrales. Por naturaleza, las experiencias de nuestro futuro serán similares
a las experiencias de nuestro pasado, pero acá nos vemos enfrentados a un cambio radical o
total de conductas, por lo que debe ser enseñado de forma paulatina sin provocar estrés y en
la medida que su afectividad le permita una base sólida para explorar nuevos conocimientos
a su propio ritmo y no bajo los estándares de exigencias del cuidador, como en el caso del
profesional a cargo de Víctor en la película.

Partiendo de la premisa que el cerebro se desarrolla hasta los 23-24 años de edad, la
oportunidad de reinsertar a Víctor en la sociedad es muy probable de ser lograda con éxito,
mientras trabaje en un equipo multidisciplinario será capaz de ir explorando sus falencias y
explotando sus habilidades ya que como definimos anteriormente, presenta desarrollo
anormal relacionado principalmente con el lenguaje y la socialización. De igual manera, nos
encontramos frente a un niño que ha agudizado ciertos sentidos para poder sobrevivir en el
ambiente salvaje en el que se desarrolló. El 80% de nuestro conocimiento es adquirido por el
órgano visual, seguido de la audición en menor porcentaje, en nuestro caso tenemos a un
niño donde ambos sentidos esenciales no están desarrollados o lo suficientemente
estimulados. Vemos en la película como afecta la luz en sus ojos y como es enviado a un
centro de Sordomudos debido a que aparentemente no reacciona ante los estímulos auditivos,
es por ello que desde el punto de vista médico iniciaríamos el proceso con un exhaustivo
examen visual para corroborar cual es la afectación de su aparato visual y si es necesario el
uso lentes u otro dispositivo para su corrección, ya que como sabemos existen diferentes
patologías visuales en los niños que son producto de la falta de estimulación en los primeros
años de vida. Un ejemplo de lo anterior es la ambliopía, también llamada ¨ojo vago”. Por
otro lado el estudio de la parte auditiva constituirá un papel fundamental en su reinserción al
permitirle el desarrollo del lenguaje, desarrollo tan importante en las habilidades sociales;
para ello tendríamos que descartar algún tipo de hipoacusia conductiva o sensorial para luego
descartar algún tipo de daño más orgánico con exámenes de imagenología.

Una vez descartado el daño orgánico con el estudio médico y de un profesional


fonoaudiólogo, procederemos a la estimulación paulatina como si se tratase de un bebé recién
nacido, ya que con Víctor el proceso de aprendizaje del lenguaje comenzaría de cero.

Es muy importante todos estos estudios para conocer cuáles son las verdaderas limitaciones
que tenemos con él y en ese caso no causar más estrés o trauma del que ya ha sido sometido,
como podemos ver en la película, se repiten momentos de frustración tanto del médico como
de Víctor que al no avanzar en ciertos aprendizajes termina en un desajuste conductual que
sin duda alguna causa un retroceso y estanca todo el proceso que se desea seguir.

Otra interferencia con la que se encuentra el médico en la película es captar la atención de


Víctor, tiene una atención flotante como la de un niño pequeño, se distrae fácilmente y le es
difícil mantener la concentración durante el proceso de aprendizaje. Se ha observado en niños
que presentan atención deficitaria alguna alteración localizada en ambos lóbulos frontales y
se ha descrito como un funcionamiento defectuoso de la corteza del lóbulo frontal y de sus
regiones inferiores, lo que podría explicar también el déficit atencional del niño. Sería
conveniente probar con medicamentos utilizados para este trastorno y observar si estos nos
permiten y facilitan el aprendizaje que queremos lograr en él.
Plan de intervención:

- Meta: Que Víctor logre reinsertarse en la sociedad.


- Modelos a utilizar: Teoría del desarrollo emocional de Donald Winnicott y Narrativa
Neuroplástica.

Objetivo General:

- Lograr insertar a Víctor en un hogar que le proporcione un cuidador de dedicación


completa y exclusiva a fin de que pueda desenvolverse socialmente de manera
autónoma.

Objetivo específico:

- Lograr en el niño el desarrollo de vínculos afectivos con figuras significativas


(cuidadores).
- Conseguir el desarrollo del lenguaje suficiente y necesario que le permita interactuar
con el medio de manera satisfactoria.
- Conseguir que Víctor desarrolle una imagen corporal y reconozca la existencia de
otros significativos.
- Alcanzar en él un nivel de seguridad tal que le permita aventurarse en actividades
lúdicas en relación con otros.
- Lograr una confianza básica en su entorno de forma tal que le permita el encuentro
con en un espacio de interrelación.
- Lograr adaptación a su nuevo ambiente y desarrolle sentido de pertenencia.
- Lograr adherencia a terapias de rehabilitación.

Objetivo específico:

- Que Víctor logre aprender los hitos del desarrollo del ciclo vital normal a través del
juego / Terapeuta Ocupacional
- Mejorar patrones de postura corporal/ Bipedestación
- Motricidad gruesa y motricidad fina
- Entrenar actividades de la vida diaria básicas alimentación, vestuario, higiene.
- Estimulación cognitiva
- Estimulación sensorial
- Descartar afección visual y corrección del mismo.
- Estudio de alteración orgánico del lenguaje mediante pruebas clínicas y de imagen.
- Tratamiento farmacológico para ayudar con el déficit de atención.

Objetivos específicos:

- Que Víctor logre desarrollar destrezas de interacción y comunicación/ Fonoaudióloga


- Articulación de palabras
- Compresión y emisión del lenguaje
- Identificación de emociones para su correcto manejo

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