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El sistema de enfriamiento utiliza una hélice para forzar la corriente de aire necesaria que pasa
entre las aletas del ventilador y así lograr el correcto enfriamiento del líquido refrigerante. Esta
hélice puede ser accionada por un motor eléctrico, o directamente por el propio motor de
combustión, comúnmente acoplada en el extremo del eje de la bomba de agua y justo detrás
del radiador.
Esta hélice consume potencia útil del motor. La dinámica de las hélices establece que cuando una
hélice aumenta su velocidad de giro, el consumo de potencia crece mucho más rápido que la
velocidad de rotación, así por ejemplo, si la hélice duplica la velocidad, el consumo de potencia
puede crecer 9 veces sin producir este mismo incremento en el volumen de aire de la corriente
generada, por lo que salta a la vista que si se quiere ahorrar combustible su uso debe restringirse
solo a las situaciones donde hace falta, y detenerla cuando no sea necesaria, o bien limitar su
velocidad máxima de giro a valores donde la corriente de aire sea suficiente y la eficiencia de la
hélice no sea tan baja. En la práctica se utilizan ambas posibilidades.
Para lograr el objetivo los fabricantes de automóviles utilizan los siguientes cuatro métodos:
En este artículo solo nos ocuparemos del método donde la hélice se acciona a través de un
embrague de tipo hidráulico, que son los conocidos comúnmente como embragues de ventilador
o "fan clutch" en inglés.
Este dispositivo consta básicamente de un cuerpo al que está atornillada la hélice, este cuerpo
está lleno con un fluido especial (un aceite de silicona). Un eje de entrada (azul) se acopla al
extremo de la bomba de agua y recibe el movimiento del motor, este eje puede girar con relación
al cuerpo, está montado en cojinetes y está provisto de un empaque para evitar la pérdida del
fluido. En el extremo interior del eje de entrada hay un disco fijo a él que gira dentro del fluido
produciéndole cierto arrastre, el fluido en movimiento tiende a su vez a arrastrar otro disco
interior que puede deslizarse longitudinalmente en el cuerpo, pero que se mantiene solidario a él
en el sentido de rotación. Este arrastre hace girar el cuerpo y por tanto a la hélice.
El aire procedente del radiador impelido por la hélice o por el movimiento del vehículo modifica la
temperatura de la lámina bimetálica colocada en el frente del embrague, esta se dobla más o
menos en dependencia de esta temperatura y acerca o aleja los discos interiores. Cuando los
discos se acercan, crece la fuerza mutua de arrastre y cuando se separan disminuye, de forma tal
que la velocidad de la hélice estará en dependencia de la temperatura del aire procedente del
radiador, el que a su vez depende de la temperatura del refrigerante en él y de la velocidad de la
propia corriente.
Con este procedimiento se logra establecer una velocidad de giro de la hélice proporcional a la
necesidad de aire en el radiador.
Cuando el automóvil marcha por carretera, la corriente de aire que pasa por el radiador es rápida
y de gran volumen, el aire se calienta poco, y la lámina bimetálica separa los discos reduciendo
notablemente la fuerza de arrastre por lo que la hélice gira lentamente y el eje de entrada se
mueve casi libremente con respecto al cuerpo del embrague, si la situación cambia, por ejemplo,
se transita en tráfico urbano intenso, el aire se calienta, la lámina bimetálica también, y se produce
un notable incremento de la fuerza de arrastre al acercarse los discos, lo que equivale a "conectar"
el embrague, por lo que la hélice marchará virtualmente como si fuera fija al eje de entrada. En
este estado la generación de corriente de aire es máxima. El diseño de los embragues de
ventilador del tipo "termo" puede diferir del explicado y puede ser más complicado con el uso de
diferentes cámaras interiores y válvulas accionadas por la lámina bimetálica pero el principio de
funcionamiento es el mismo, arrastre hidráulico variable con la temperatura.
Los embragues de ventilador "no termo" tienen la misma construcción pero carecen del
mecanismo de aumento y disminución de la fuerza de arrastre por la temperatura, por lo que la
fuerza de arrastre solo podrá hacer girar la hélice hasta determinada velocidad a partir de la cual la
propia resistencia de la hélice es tal, que esta fuerza de arrastre no puede incrementarla más.
Como habrá podido comprenderse hay una interacción bien definida entre la capacidad de la
hélice y los valores de arrastre de estos embragues, por lo que estos dispositivos no son
libremente intercambiables y en caso de sustitución de uno defectuoso, hay que hacerlo con otro
apropiado al sistema.