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Tarea 22
Tarea 22
El presente trabajo tiene gran importancia, ya que a través de los diferentes temas
trataremos los conceptos y definiciones referentes al tema en cuestión, del cual
comenzaremos explicando que el referimiento es una palabra que tiene su raíz en
el verbo Réfere, del Latín Referre; que significa referir, es decir; un procedimiento
rápido y bastante simple que tiende a obtener del tribunal civil o comercial una
decisión que resuelva de manera provisional un incidente, sin que se toque o
decida sobre el fondo del asunto.
Tribunal Competente
El tribunal competente para conocer la demanda en referimiento es de Jurisdicción
Original que se encuentre apoderado del caso de manera principal, lo cual quiere
decir que de no existir una instancia principal, no procede la demanda en
referimiento, a diferencia del procedimiento civil ordinario, donde sí se puede
demandar en referimiento aunque no exista una demanda principal cursando en el
tribunal apoderado.
Procedimiento del referimiento inmobiliario.
Está regido por el art 52 de la ley de registro inmobiliario y por los artículos 164 al
170 del reglamento de los tribunales de tierras.
Conforme lo establece el artículo 112 de la ley 834 del año 1978, donde le da
facultad al Presidente del Tribunal estatuir en referimiento sobre las dificultades de
ejecución de una sentencia o de otro título ejecutorio.
Solo pueden apelar los que fueron parte en el proceso en el proceso en primer
grado dando lugar a la ordenanza en el referimiento impugnada y esta persona
son la única que tienen calidad para interponer este recurso.
Para apelar debe estar acompañada de las pruebas que se harán valer. Y
depositarla en al tribunal de la jurisdicción original que dicto la ordenanza
atacada.
Hay que recordar que existe el monopolio del ministerio de abogado en todo el
procedimiento.
El recurso de apelación será conocido y fallado por una terna del tribunal superior
de tierras
En esa audiencia, las partes ejercerán todos los medios de defensa y presentara
conclusiones.
Este Procedimiento se torna contradictorio toda vez que el adversario debe ser
citado, ya que la demanda en reherimiento se introduce por medio de una citación
al demandado emplazándolo a comparecer a la audiencia que ha fijado el Juez
mediante auto, el cual deberá acompañar el acto de citación.
El Plazo que debe transcurrir entre la citación y la audiencia que deba conocer el
Tribunal es de un (1) día franco, es decir tres días, en cumplimiento de lo
dispuesto por el artículo 165 del Reglamento de los Tribunales de la Jurisdicción
Inmobiliaria.
Una vez concluida la audiencia sobre el fondo, el tribunal cuenta con un plazo de
quince días para emitir el fallo, este plazo comienza a computarse a partir de la
fecha de la audiencia sobre el fondo.
Algo muy parecido ha sucedido entre nosotros con el Derecho Inmobiliario, rama
desprendida del frondoso árbol del Derecho civil, la cual ya tiene ochenta y nueve
años de localización y adaptación plena al Derecho positivo dominicano. No
obstante, sigue teniendo estrechas vinculaciones con la disciplina de la cual
derivó; una de éstas es en materia de pruebas, donde a pesar de dominar las
reglas del Derecho común, se advierten algunas especificaciones particulares,
generalmente vinculadas al papel activo que tradicionalmente ha tenido los jueces
de tierras, que actualmente ha sido atenuado con la reforma de la Ley 108-05 del
23 de marzo de 2005, y a la libertad de pruebas, que en principio domina
importantes ámbitos de la materia.
Una de las pocas menciones que la Ley 108-05 hace de los medios de prueba se
encuentra en su Principio IX Noveno, al expresar: “En aquellos procedimientos de
orden público contemplados por la presente Ley, se admite la más amplia libertad
de prueba para el esclarecimiento de la verdad y la sana administración de
justicia”. Por lo cual, inferimos que se ha mantenido el Derecho común de las
pruebas para todo litigio que se desarrolle ante esta jurisdicción, particularmente
en las litis sobre derechos registrados.
En los art 140 y 141 de la ley 834, del 15 de julio de 1978, que conforma el art 53
de la ley de registro inmobiliario establecen las facultades o poderes del
presidente del tribunal superior de tierras para suspender la ejecución de la
ordenanza atacada.