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Psicolingüística

Tarea 3
Participante:
Sudonery Pérez Águeda
Matrícula:
15-6994
Facilitadora:
Daysi Ramos Gómez
1-Elabore un Ensayo Académico discutiendo el: “Porque el Modelo de
Wernicke-Gershwin no es capaz de explicar de manera completa la
relación cerebro-lenguaje?”

El modelo de Wernicke-Gershwin
Wernicke presentó uno de los primeros modelos de cómo se organiza el lenguaje en el
cerebro. Afirmó que las “imágenes de los sonidos” de los nombres de los objetos se
almacenan en el área de Wernicke. Cuando hablamos se envía esa información a lo
largo de una vía de fibras llamada”fascículo arcuato” hacia el área de Broca, en el
córtex frontal interior izquierdo, donde se transforman esas imágenes en movimientos
para controlar el habla. Los modelos modernos siguen esta guía aunque son más
sofisticados.

El modelo de Wernicke-Geschwind es una mejora del esquema de Wernicke.


Geschwind describió cómo fluye la generación del lenguaje de las áreas de la parte de
atrás a la parte frontal del hemisferio izquierdo. Cuando oímos una palabra, se
transmite la información de la parte del córtex responsable del procesamiento de la
información auditiva hasta el área de Wernicke. Si, a continuación, decimos esa
palabra en voz alta, la información fluye al área de broca donde se activa la información
articulatoria y pasa a continuación al área motriz responsable del habla. Si se va a
deletrear, el patrón auditivo se transmite a la circunvolución angular. Si se lee una
palabra, el área visual del córtex activa la circunvolución angular y, después, el área de
Wernicke.

El área de Wernicke desempeña un papel central en la comprensión del lenguaje. Una


lesión del fascículo arcuato provoca dificultades en la repetición del lenguaje, mientras
que la comprensión y la producción del mismo no sufren alteración alguna. Este patrón
es un ejemplo de un síndrome de desconexión. La desconexión se produce cuando la
conexión entre dos áreas del cerebro está dañada sin que se haya producido una
lesión en las propias áreas. Por su parte la circunvolución angular desempeña un papel
central en la mediación entre el lenguaje visual y el auditivo.
Este modelo se considera ahora demasiado sencillo por varias razones. En primer
lugar, aunque las funciones del lenguaje están localizadas en el hemisferio izquierdo,
no se limitan al mismo. Algunas funciones están en el derecho: el trastorno dislexia
profunda que desempeña facetas importantes en el reconocimiento visual de las
palabras y que está implicado en aspectos de la producción del habla,
fundamentalmente la prosodia (entonación, volumen, ritmo y tono del habla), también.
También algunas funciones están localizadas en regiones subcorticales, como parece
ser que lo pueden estar las reglas generales del lenguaje (pacientes con lesión en la
corteza podían recordar verbos irregulares, que son excepciones a la norma, pero
tenían dificultades con los regulares, sujetos a las reglas que en teoría están en el
córtex). En el cerebelo derecho se encuentra mucha activación cuando procesamos el
significado de las palabras. Segundo, incluso en la corteza izquierda, no sólo las áreas
tradicionales cumplen una función del lenguaje, sino las adyacentes también, parece
que toda la circunvolución temporal superior (de la que Wernicke es sólo una parte)
cumple una importante función. Tercero, las lesiones cerebrales no tienen un efecto tan
bien definido como predice el modelo: rara vez la destrucción total de las áreas
descritas producen las afasias permanentes que podrían esperarse. También rara vez
se encuentran trastornos exclusivos de la producción o de la comprensión (por ejemplo
pacientes sin Broca también pueden presentar dificultades de comprensión). Los
distintos tipos de afasia tienen agrupaciones variables de síntomas que tienden a
producirse juntos, y que no están claramente relacionadas con áreas como la de Broca
o la de Wernicke. Cuarto, casi todas las personas con afasia padecen además anomia
(dificultad para encontrar los nombres de las cosas), independientemente del lugar de
la lesión. Finalmente, la estimulación eléctrica de las áreas de Broca o Wernicke desde
el exterior no producen los efectos que cabrían esperarse.

Modelos recientes de cómo se relaciona el lenguaje con el cerebro

Ullman (2004) propuso el modelo D/P (declarativo/procedimental), de cómo se


relaciona el lenguaje con el cerebro. Afirmó que el lenguaje depende de dos sistemas
cerebrales. El diccionario mental o lexicón, que depende de la memoria declarativa
localizada fundamentalmente en el lóbulo temporal izquierdo. La gramática mental que
depende de la memoria procedimental que conforman varias regiones: lóbulos
frontales, ganglios basales, cerebelo y partes del lóbulo parietal izquierdo. Esta
distinción hace referencia a la separación entre las reglas sintácticas, o sintaxis y las
palabras.
El procesamiento del lenguaje utiliza, en cierta medida, procesos cognitivos y
estructuras que no están dedicadas exclusivamente al lenguaje. Algunas partes del
cerebro son más importantes que otras, pero no es fácil localizar procesos concretos
asociados a áreas concretas. Es probable que haya múltiples rutas para la producción
y comprensión del lenguaje. Las técnicas de neuroimagen han dado datos que
sugieren que las regiones implicadas en el lenguaje son mucho más de las que se
pensaba (como el caso de la circunvolución temporal, más allá del área de Wernicke,
muy implicada en la comprensión).

Hickok y Poeppel (2004), proporcionan una explicación de gran alcance de la relación


entre el lenguaje y el cerebro, centrándose en la comprensión auditiva a partir de datos
de los estudios de lesiones y de la neuroimagen cerebral. Afirman que las primeras
etapas de la percepción del habla implican a la circunvolución temporal superior
bilateralmente (aunque hay más activación en el izquierdo). El sistema de
procesamiento cortical diverge en dos sentidos:

Corriente ventral: hacia la parte delantera e inferior del cerebro. Se ocupa


fundamentalmente de convertir el sonido en lago con significado y es la mayor parte de
lo que se entiende como “percepción del habla”.

Corriente dorsal: hacia la parte trasera y superior del cerebro. Se ocupa de hacer un
mapa del sonido convirtiéndolo en una representación que implica articulación y que
relaciona la percepción del habla con la producción de la misma. El producto de la
corriente dorsal es una integración de la información auditiva y motriz y es muy
importante cuando nos centramos en los sonidos de las palabras implicadas (por
ejemplo al aprender a hacer los sonidos de las palabras, al analizar los sonidos de las
palabras o al repetir palabras inexistentes)

Aunque se puede apuntar a regiones concretas del cerebro (sobre todo en los lóbulos
frontal y temporal) que desempeñan papeles importantes en el lenguaje, los estudios
de lesiones y las imágenes neuronales muestran que los sistemas subyacentes del
lenguaje son variables, flexibles y se distribuyen en muchas regiones del cerebro.

Diferencias de género y lenguaje


Parece que las niñas tienen mayor capacidad verbal que los niños y que éstos son
mejores en matemáticas y tareas espaciales. Sin embargo esto resulta simplista y ha
de ser acotado (por ejemplo parece que las mujeres tienden a tener una mayor
memoria visual). También resulta hacer una distinción clara entre lo biológico y lo
cultural al establecer causas de estas diferencias.

Las niñas desde una edad muy temprana son mejores en algunas tareas verbales,
además de que empiezan a hablar de media un mes antes que los niños. Tienen mejor
memoria verbal, son mejores lectoras y cometen menos faltas de ortografía. Su
lateralización es menor. Tras una lesión del hemisferio izquierdo, las niñas se
recuperan más deprisa. Las imágenes cerebrales han demostrado que el área de
Broca se activa de distinta manera; en las niñas, cuando realizan una tarea lingüística
de decidir si dos palabras riman o no, se activan los córtex derecho e izquierdo. Parece
que un cerebro menos lateralizado genera una ventaja para el procesamiento del
lenguaje, tal vez porque pueden utilizar ambos hemisferios. Quizás por esto también
las afasias en mujeres tienen consecuencias menos graves.

Los niños muestran mayor ventaja del hemisferio izquierdo y del oído derecho a la hora
de percibir sonidos, por lo tanto una mayor lateralización. En las tarea de decidir si dos
palabras riman o no, en los niños sólo se activa el hemisferio izquierdo, lo que a la hora
de una afasia tiene repercusiones mayores.

En la edad adulta también persisten las diferencias. Sin olvidar los factores culturales:
es más probable que un hombre interrumpa a otra persona; es más probable que la
mujer sea interrumpida; las mujeres producen más palabras, frases más largas, con
menos errores y con mayor fluidez que los hombres; es mucho más probable que un
hombre padezca un trastorno como el tartamudeo.

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