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POPULISMOS LATINOAMERICANOS

PRIMERA MITAD DEL S. XX

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POPULISMOS LATINOAMERICANOS

Introducción.

El término populismo cataloga en América Latina a regímenes nacionales populares


con una amplia base social, guiados por las clases medias y alimentados por una
ideología nacionalista/reformista.

Como categoría socio-política, este término apareció en los círculos intelectuales


latinoamericanos, recién a fines de los años 50 y comienzos de los 60; para definir a
una serie de movimientos, partidos o gobiernos que presentaban características
similares.

Entre los años 1930 y 1960, en casi toda América Latina, las masas populares,
(trabajadores del campo y de la ciudad, empleados públicos, estudiantes, etc.)
dirigidas generalmente por élites intelectuales provenientes de la clase media,
constituyeron movimientos; exigiendo participación en el poder político.

Las clases medias aparecieron como nuevos actores en el escenario político de


América Latina, a fines del siglo pasado y comienzos del presente. En su lucha por la
participación política causaron el derrumbamiento de los regímenes oligárquicos y
aristocráticos, dominantes hasta entonces.

La ideología populista contiene elementos del liberalismo, del nacionalismo,


anarquismo, marxismo, socialismo; combinados con elementos autóctonos de cada
región, los que complican el mensaje ideológico.

Hay que observar que no todo populismo es un movimiento revolucionario, ya


que para que éste aparezca es suficiente que una clase o fracción de clase, asegure
su hegemonía a través de una transformación del bloque de poder. En ese sentido
se puede hablar de un populismo de la clase dominante y un populismo de la
clase dominada.

En la primera opción, el populismo se caracteriza por profundas crisis ideológicas


que se fundamentan en el afán hegemónico de una fracción de poder, que incentiva
a las masas a oponerse al estado; pero que a la vez las controla y oprime para
mantenerlas en determinados parámetros.

La segunda opción, el populismo de las clases dominadas, intenta que las clases
trabajadoras ganen poder, ampliando su antagonismo con respecto a la clase
dominante, e intenta fusionar la ideología popular-democrática con la socialista.

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Distintas definiciones de populismo.

Pocos conceptos han generado tanta controversia en la reflexión académica como el


de “populismo”, ya que el término populismo alberga procesos disímiles y hasta
contradictorios.

Se puede afirmar que la primera formulación de los elementos centrales que luego
definirían el populismo se encuentra en el libro de Víctor Raúl Haya de la Torre, El
antiimperialismo y el APRA.

El diagnóstico de Haya de la Torre releva la convivencia de economías de tipo feudal


y de tipo capitalista en un mismo espacio nacional, articuladas al capital imperialista.
De esta situación se desprende el carácter básicamente extractivo, más que
manufacturero, de las economías latinoamericanas. Luego Haya de la Torre define
los dos enemigos principales: la oligarquía y el imperialismo. El autor define como
un objetivo estratégico central terminar con la feudalidad y desarrollar el capitalismo,
creando un Estado que intervenga en la economía para controlar y planificar el
desarrollo económico.

Para Haya de la Torre, la organización del Estado debe descansar en la concertación


de los principales intereses sociales: el Estado, el capital y el trabajo.

Para Gino Germani, la modernización de los países latinoamericanos fue impulsada


por autocracias unificantes. Complementariamente, la democracia se caracterizó
tanto por la participación limitada de las clases subalternas que permitieron las
oligarquías, como por su inestabilidad. Las clases medias, por su parte, crecieron
al ritmo de la urbanización y de la industrialización. Estos sectores, que al principio
se identificaban con la oligarquía, después lograron adquirir «cierta conciencia» de
su existencia y posibilidades. Las masas, por otro lado, se caracterizaron por su
estado de anomia, se encontraban movilizadas, aunque carecían de recursos
políticos. Democracia limitada era sinónimo de no participación de los elementos
de las regiones periféricas y la marginación de las clases populares de las regiones
más modernas (o centrales). Es decir, exclusión de las poblaciones periféricas y
consenso entre los grupos dominantes de las regiones desarrolladas. El
desencuentro entre movilización y carencia de recursos vuelve a aquellas
masas elementos plausibles de la manipulación, sea por parte de las élites o
de, en última instancia, el líder. Germani afirma que como la relación líder-masa se
encuentra lejos de los valores de la democracia representativa, el populismo sería la
forma política particular que asumen los países latinoamericanos en la transición
hacia la modernidad.

Por su parte, Octavio Ianni señala que el populismo “corresponde a una etapa
determinada en la evolución de las contradicciones entre la sociedad nacional y
la economía dependiente”. Para él, los populismos ocurrieron durante la época en
que se conformó la sociedad de clases, en donde los valores culturales de tipo
comunitario fueron sustituidos por los valores creados en el ambiente urbano
industrial. El populismo, entonces, sería la expresión de un proceso de secularización.

El populismo –continúa Ianni– surgió durante la crisis del Estado oligárquico,


caracterizado por ser autoritario y paternalista. La dominación oligárquica estaba
impregnada de elementos estamentales o de casta. Como contrapartida, la
urbanización e industrialización son los procesos que aceleran la formación de la
estructura de clases y hacen estallar el Estado oligárquico.

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Ianni se pregunta a qué se debe el éxito del populismo en América Latina, a pesar
de la aparición de clases nuevas, especialmente la clase obrera. Al respecto señala
varias razones.

1. Porque no representa una ruptura con el pasado político de la clase obrera,


sino una etapa de su movimiento político.
2. Porque aparece en el momento en que el Estado oligárquico sufría su colapso
final.
3. Por su característica ideológica que busca la «paz social.
4. Por el papel que cumplen la demagogia y el liderazgo como técnicas de
reclutamiento político, pero también de politización.
5. Por el predominio del autoritarismo (abierta o veladamente).
6. Porque la crisis del Estado oligárquico dio paso al Estado burgués, sea
democrático o dictatorial.
7. Por su nacionalismo político y económico.

Para Francisco Weffort el populismo es la expresión de un proceso de


transición y de crisis que se manifiesta tanto en el Estado como en la estructura
social. Las características más resaltantes del populismo serían: ausencia de
conciencia de clase e identificación con ideologías superclasistas, sumisión emotiva a
liderazgos personalistas, y ausencia de representación política propia.

Desde otro énfasis, Alistair Hennessy define el populismo latinoamericano como el


“arma organizacional para sincronizar grupos de intereses divergentes, y se aplica a
cualquier movimiento no basado en una clase social específica”. El populismo
atraviesa a las clases y no se afinca en ninguna de manera exclusiva.

Marcos Winocur señala que el populismo está ligado a la conciliación social


cuando la burguesía busca ampliar su influencia en el espacio político, desarrollando
algunos mitos básicos como el papel del líder carismático y paternalista, la
participación popular y la ruptura de la dependencia. Por otra parte, las reformas que
el populismo ejecuta no son lo suficientemente profundas como para que incidan en
un cambio estructural. El populismo se caracteriza por la presencia estatal que
promueve una política de nacionalizaciones. Además, la conciencia nacional
desarrollada en el populismo no es otra cosa que la forma que adopta la conciencia
de clase.

Para Torcuato di Tella el populismo es un movimiento político con fuerte apoyo


popular en donde la clase media es exigua y, por ello, favorece diversos tipos de
populismo. El populismo, entonces, surge como consecuencia de la movilización de
las masas, así como de la existencia de sectores medios o altos desplazados,
que tratan de ser integrados precisamente por medio de la ideología populista. El
rasgo central del populismo es el carácter policlasista de su ideología.

Finalmente, Ernesto Laclau sostiene que el fenómeno populista consiste en la


presentación del esquema popular democrático como unidad antagónica frente
a la ideología dominante. Las características más importantes del populismo según
Laclau, son:

a) Existe una relación estrecha entre populismo y pueblo. Se trata de la


contradicción de éste con el bloque de poder dominante en la sociedad.

b) Las tradiciones populares como elementos ideológicos cumplen un rol


importante en la elaboración de discursos de clase.

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c) Las reivindicaciones popular-democráticas son susceptibles de ser incluidas
en diferentes discursos ideológicos, y así como las tradiciones populares,
pueden expresarse tanto en el liberalismo como en el socialismo.

d) El populismo presenta las reivindicaciones popular-democráticas, dándole un


carácter antagónico frente al discurso de clase dominante.

Factores que explican la aparición del populismo.

El populismo no puede explicarse por el mero carácter subdesarrollado o “no


educado” de los países subdesarrollados. Una de las explicaciones a este fenómeno
consiste en el hecho de que estos países no son solo pobres en términos absolutos,
sino que constituyen la periferia que rodea a zonas más ricas y centrales. Padecen lo
que los economistas llaman efecto de demostración. Sea o no que este efecto de
demostración actúe en la esfera del consumo exactamente como lo han hipotetizado
algunos economistas, queda en pie el hecho de que aquel tiene poderosas
manifestaciones en lo cultural. Las élites intelectuales de los países subdesarrollados
no pueden dejar de padecer una forma extrema del efecto de demostración, que
debiera llamarse con propiedad efecto de deslumbramiento.

La existencia de focos de una intensidad como la de Estados Unidos, Inglaterra,


Francia o la Unión Soviética, distorsiona sus perspectivas en tal medida que se les
hace casi imposible ofrecer respuestas adecuadas a los problemas de sus propios
países.

El efecto de demostración en lo cultural actúa con gran intensidad en la población


donde los medios de comunicación de masas elevan los niveles de aspiración de su
público, en particular en las ciudades y en el caso de las personas educadas. Es lo
que con acierto se ha llamado revolución de las aspiraciones. Lo anterior, inculca
en las masas el deseo de contar con representación aun cuando no tributen
impuestos. En otras palabras, grupos que no disponen de suficiente poder económico
u organizativo exigen participación en los bienes y en las decisiones políticas de la
sociedad.

Lo anterior necesariamente produce un atolladero, al subir las aspiraciones muy


por encima de las posibilidades de satisfacerlas.

Por otro lado, siempre han existido una serie de razones para que haya personas
descontentas, pero en los países subdesarrollados llegaban al máximo. Por esta
razón, ocurrió lo que lo que los sociólogos llaman incongruencia de status.
Aristócratas empobrecidos, comerciantes nuevos ricos que no son aún aceptados en
los círculos más elevados, minorías étnicas, todos añadían posibilidades para la
creación de este tipo de individuos y grupos. Los incongruentes, cuando las rigideces
sociales hicieron que les resultara difícil volver a obtener un equilibrio entre sus
diversos signos de status, acumularon resentimientos que los condujo a nuevas ideas
y formas de cambiar las cosas que, incluso, los llevó a utilizar sus recursos para
vengarse de la sociedad.

Los grupos incongruentes (por lo general ocupantes de un status superior al


término medio) y las masas movilizadas y disponibles, estaban hechos los unos
para los otros. Sus situaciones sociales eran bastante diversas, pero tenían en
común un odio y una antipatía por el status quo que experimentaron en forma
visceral y apasionada.

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Lo anterior, condujo a la formación de una coalición populista, puesto que las
alternativas liberales y obreras eran débiles debido a:

1. En este período histórico, el liberalismo ya no era esencialmente una ideología


anti-status quo. Se había mezclado con la ideología de las clases dominantes
de las potencias del mundo occidental y por ende estaba contaminada por el
imperialismo y por los grupos locales ligados a los intereses extranjeros. En
tanto ocurrió esto, no podía ser usada como un arma ideológica por las clases
medias partidarias de la reforma. Lejos de ello, se la utilizó más bien como
una justificación de la política de las clases superiores, ligadas por lo general
a los intereses del capital extranjero y de los grupos comerciales exportadores
e importadores.

2. Los políticos locales sindicalistas o izquierdistas no siguieron con entusiasmo


alguno el ejemplo del movimiento obrero en los países desarrollados. El grado
en que esos movimientos obreros aceptaron la política exterior de sus propios
países constituyó uno de los principales factores determinantes de su falta de
prestigio en el extranjero.

3. La formación de un movimiento obrero exigía una participación intensa por


parte de las masas y una lenta acumulación de experiencia organizativa. Este
proceso difícilmente pudo darse cuando ocurría un repentino incremento en
el volumen de la clase obrera urbana. En los países subdesarrollados, los
reducidos grupos de la clase obrera que poseían alguna experiencia
prolongada en cuanto a participación y negociación, por lo general se
volvieron demasiado razonables demasiado pronto y perdieron contacto con
las masas recién movilizadas que fluyeron desde el campo o que despertaron
de un sueño milenario en las propias ciudades.

4. La proliferación de grupos incongruentes en los diversos niveles sociales de la


comunidad produjo un vasto número de élites potenciales dispuestas a brindar
un liderazgo a las masas o a las clases medias. Estas élites, tenían la
capacidad de dar respuestas políticamente eficaces a los problemas de su
país. Esta capacidad se basó en sus sentimientos, sus odios, sus emociones,
con o sin recubrimiento ideológico racional. Su condición de incongruentes
hizo posible una adecuación funcional (si no intelectual o racional) entre sus
métodos y los que eran útiles para el liderazgo político y el despertamiento de
las masas.

El populismo, por consiguiente, fue un movimiento político con fuerte apoyo popular,
con la participación de sectores de clases no obreras con importante influencia en el
partido, y sustentador de una ideología anti-status quo. Sus fuentes de fuerza o
“nexos de organización” fueron:

1. Una élite ubicada en los niveles medios o alto de la estratificación y provista


de motivaciones anti-status quo.

2. Una masa movilizada formada como resultado de la “revolución de las


aspiraciones”.

3. Una ideología o un estado emocional difundido que favoreció la comunicación


entre líderes y seguidores y creó un entusiasmo colectivo.

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Los primeros populismos latinoamericanos.

Los gobiernos de José Batlle Ordóñez en


Uruguay (1903-1907 y 1911-1915), de
Guillermo E. Billinghurst en Perú (1912-
1914), de Hipólito Irigoyen en Argentina
(1916-1922) y de Arturo Alessandri
Palma en Chile (1920-1925) son
consideradas experiencias políticas
populistas tempranas que se desarrollaron
en América Latina, aunque dichas
experiencias políticas cuestionan uno de los
sentidos comunes de las ciencias sociales
latinoamericanas: relacionar el surgimiento
del populismo con el crecimiento hacia
adentro, identificado con la industrialización
por sustitución de importaciones a partir de
José Batlle Ordóñez
los años treinta.

Los gobiernos populistas iniciales no surgen como


resultado de la política de industrialización, sino de la
aceleración del crecimiento económico de dichos
países. En efecto, desde fines del siglo XIX los países
mencionados experimentaron un aumento espectacular
de su comercio exterior que no se manifestó solamente
en su balanza comercial, sino también en una inicial
conformación del sector industrial que propició la
aparición de nuevos sujetos sociales –especialmente
el proletariado urbano y rural– y ayudó a despertar
expectativas en cuanto a bienestar y participación
política.

En Perú, el boom exportador se tradujo en un


Guillermo Billinghurst aumento de casi el 100 por ciento entre 1891 y 1897,
tendencia que continúa unos años después, aunque a
un ritmo menor. La industria también empieza a crecer en Lima, pero muy
tímidamente, teniendo en cuenta el atraso visible en todo
el territorio nacional. Entre 1870 y 1914 la economía
argentina tuvo un crecimiento promedio anual del 5 por
ciento, mientras que su comercio exterior aumentaba en
esos mismos años en un 77,4 por ciento. De igual modo,
Uruguay, entre los años 1876 y 1886, incrementó la
exportación de cueros en un 40 por ciento y de lanas en un
30 por ciento, mientras que los campos para pastoreo
crecieron un 60 por ciento. En Chile, luego de la guerra del
Pacífico, la industria empezó a diversificarse y ampliarse.
Hacia 1920 ya existían más de 2.700 fábricas y más de
4.600 talleres artesanales y pequeños obrajes, además de
que se impulsaron otras ramas de la industria como la Hipólito Irigoyen
producción de locomotoras, la ingeniería civil, el
procesamiento de alimentos y acerías, entre otras.

Considerando las cifras anteriormente mencionadas, se puede señalar que el


populismo latinoamericano se debe al crecimiento económico acelerado
gracias a la dinamización del rubro exportador en tiempos del auge de «la gran

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transformación» que produjo el liberalismo económico, y que tuvo un impacto en la
industria por la diversificación de inversiones. No obstante la importancia del factor
económico, este no es omnicomprensivo, pues se debe agregar otro elemento, el de
la formación de sujetos sociales que desarrollan una cierta conciencia política y
organizativa que se opone al dominio oligárquico.

En efecto, otras características importantes de


los populismos latinoamericanos iniciales fueron,
en primer lugar, la experiencia organizativa
de las clases trabajadoras, que partiendo de
ciertas tradiciones gremiales del anarquismo
fueron adoptando nuevas formas de
organización y protesta. Esto coincidió con
una crisis institucional del orden oligárquico
vigente que permitió la aparición más o menos
exitosa de contendientes heterodoxos respecto a
la política oficial, conllevando la ampliación de
expectativas de sectores –especialmente
populares y medios– en relación, tanto con un
mayor bienestar, como con una ampliación de
ciudadanía cuando empezaron a sentirse
Arturo Alessandri integrantes de una comunidad política, es decir,
el Estado nacional. No se trata, sin embargo, de
procesos plenamente desarrollados, sino de la constitución inicial de tendencias que
después serán características de los populismos clásicos.

Considerando lo anterior, se puede señalar que el populismo tuvo dos fases: la


primera, que es un estado de transición hacia esta forma de gobierno (con las
experiencias que acabamos de mencionar), y la segunda, la de su consolidación con
formas más marcadas.

Los gobiernos mencionados de Perú, Uruguay, Argentina y Chile representan, en


efecto, momentos transicionales entre los gobiernos oligárquicos y los propiamente
populistas.

Billinghurst expresaba su distanciamiento de las formas de la política oligárquica,


aludiendo a sus promesas de «pan grande» y su política de construcción de casas
para obreros. En Uruguay, Batlle Ordóñez también llegó al poder utilizando en su
campaña presidencial un medio poco ortodoxo desde la perspectiva oligárquica, como
las manifestaciones callejeras para convocar al pueblo. Además, la política batllista
mostraba una clara simpatía por las causas de los trabajadores. En 1906 aprobó la
jornada laboral de ocho horas e impulsó una legislación para atender a los problemas
laborales y la seguridad social, entre otras cosas. Por otra parte, le dio mayor
participación al Estado, transfiriéndole la administración de la energía eléctrica,
fundando bancos y nacionalizando los servicios públicos.

Irigoyen, por su parte, pudo captar las simpatías del pueblo gracias a su política
antioligárquica y a su llamado a la «armonía de clases». Logró que las clases
populares se sintieran identificadas con su figura al mismo tiempo que la oligarquía
lo veía con sospecha.

Al mismo tiempo que fue llamado «el Apóstol» o «el padre de los pobres», Irigoyen,
al igual que Billinghurst, fue un duro represor del movimiento obrero cuando este se
decidió a protestar. El papel del líder bondadoso y estricto a la vez, que será tan

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familiar en la política populista, se anuncia tanto en este líder argentino como en el
peruano.

En Chile, Alessandri se convirtió en un líder de alcance nacional luego de que, en


Tarapacá, en 1915, levantó a los trabajadores contra los poderes locales de dicha
provincia. Desde ese momento, Alessandri se convertiría en la gran amenaza de la
oligarquía chilena. Su política frontal contra el orden de la aristocracia chilena le valió
además que le conocieran como «el demoledor». En efecto, se propuso destruir el
orden vigente para construir otro. En algún momento, Alessandri había dicho: “¡Yo
quiero ser una amenaza para los que se alzan contra el espíritu de justicia!”.

Todas estas características indican que los primeros esbozos del populismo
marcan un primer momento de quiebre en el dominio oligárquico; que abren
espacios e inauguran estilos que después serán propios de los populismos
latinoamericanos.

Estos gobiernos populistas iniciales revelan algunas características que permitirán


entender los populismos típicos. Estas características son:

1. La aparición del populismo latinoamericano está asociada, más que a la


industrialización impulsada por el Estado, a un crecimiento económico del
sector agroexportador al interior del auge liberal.

2. La elección de esos gobiernos corresponde a momentos de transición política,


por cuanto aparecen dentro de los regímenes oligárquicos, socavando su
legitimidad y hegemonía, pero sin poder derrumbarlos completamente.

3. Estos populismos iniciales muestran ya el interés por reconstituir el Estado


sobre bases más amplias, al buscar incorporar a los sectores excluidos para
así tratar de consolidar nuevas formas de ejercer la política y abrir espacios
de acumulación económica.

4. Estos primeros populismos el líder cumple un papel, ya no a la vieja usanza


de caudillo militar o hacendado, sino de jefe del Estado, una institución política
de carácter más general.

5. El populismo inicial, en tanto estrategia política que se profundizaría con el


tiempo, marcó el principio de constitución de un nuevo “pacto de dominación”
sustentado en la aparición de nuevos sujetos sociales –como producto del
crecimiento económico– que requerían a su vez de nuevos formatos
institucionales de representación política. Esto obligaba a reacomodar la
institucionalidad estatal, la cual ya resultaba obsoleta en relación con el
innovado escenario social.

Populismos clásicos.

A finales de los años veinte, los países latinoamericanos buscaron alcanzar su


industrialización por medio de la política de sustitución de importaciones, concebida
como una manera de acabar con la dependencia externa e impulsar un desarrollo
más autónomo de las potencias capitalistas.

México, Brasil y Argentina –los más grandes y desarrollados de América Latina– son
paradigmáticos en este sentido, pues se trata de países que experimentaron un
proceso de industrialización temprana, la cual se complementó con la actividad
agroexportadora. Si bien el límite de esta industrialización fue que no surgía de una

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estructura diversificada, “sino del aumento de unidades de producción similares a las
ya existentes”, su ventaja estribó en que contaba con mano de obra abundante y
que podía ampliar los círculos de consumo que permitió reforzar el mercado interno.

Con la crisis financiera internacional de 1929 se


inicia una segunda etapa en la industrialización
de los tres países mencionados. Se suprimen las
importaciones, se contrae el sector exportador y
se interrumpe el flujo financiero. Entonces es
cuando aparece como alternativa la
industrialización por sustitución de
importaciones, en donde el Estado busca
asociarse al imperialismo, a las multinacionales y
a la burguesía nacional, para convertirse en pilar,
mediador y artífice de la relación periferia-centro.
Lázaro Cárdenas

En México, durante el cardenismo (1934-1940), el Estado fue el protagonista


central en el proceso de la industrialización. Lázaro Cárdenas necesitó crear un
mecanismo rápido de acumulación de capitales –el Estado– desde el cual organizar
el movimiento obrero y el campesino, a los que otorgaba beneficios al mismo tiempo
que controlaba. Se trata del sistema corporativista ya característico del Estado
mexicano posrevolucionario, en el que las clases y sectores sociales no podían
organizarse autónomamente.

Para Cárdenas, el Estado debía cumplir la figura de árbitro en los conflictos,


dentro de un proyecto en el que predominaba el espíritu de conciliación de clases,
propio del populismo. De igual modo, otro elemento que definía al cardenismo, y que
lo caracteriza como populismo, fue la ideología nacionalista, y ahí están como
evidencias el discurso y la simbología que se crearon en diversas actividades, desde
el cine, la literatura, el muralismo, etc. Finalmente, cabe mencionar el papel
carismático del liderazgo.

Características del Cardenismo.

El cardenismo, en un sentido general, se caracterizó por lo siguiente:

• Un Estado fuerte y abiertamente apoyado por el sector militar, del cual


Cárdenas provenía, que intervino abundantemente en la economía y en la
sociedad.
• Se llevó adelante un conjunto importante de reformas en el sector
agropecuario (reforma agraria), responsable del mayor reparto de tierras de
la historia de México, entregando a los campesinos la propiedad de las
tierras que cultivaban y atacando abiertamente el latifundio.
• Se propuso un modelo de desarrollo económico distinto al de los grandes
países capitalistas, cuyo ideal era ir más allá del keynesianismo y
del fascismo, sin llegar al modelo soviético. Su prioridad fue siempre la
producción y no el capital.
• Se expandió el gasto público (alrededor de 40% en créditos,
comunicaciones y desarrollo agrícola) y se promovió la aparición del ejido,
para combatir el desempleo rural.
• Se atendió y unificó el movimiento obrero, impulsando la creación de
grupos sindicales centralizados. Esto fue particularmente importante en el

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sector ferroviario y en el sector petrolero, en los cuales ya existían tensiones
previas y que terminó por desencadenar la expropiación de ambas industrias.
• Expulsó del país a su antecesor Plutarco Elías Calles, y se distanció de
su proyecto a través de la postulación del Plan Sexenal (o sea, plan de seis
años) que aspiraba a alentar el crecimiento urbano, industrial y agrícola de
México.
• Se introdujo la educación gratuita, laica y obligatoria hasta los quince
años.
• Se recibió una enorme migración de refugiados españoles que huían de
la Guerra Civil española y la posterior dictadura franquista.

El Varguismo en Brasil.

En Brasil, la revolución de 1930 liquidó la


«República Velha» y despojó a la burguesía
agraria del poder del control del Estado. Con
Getulio Vargas (1930-1945 y 1950-1954)
ascendieron la “disidencia oligárquica”, la
burguesía industrial y nuevos grupos urbanos,
asumiendo el Estado la responsabilidad en la
dirección del desarrollo industrial. En este
sentido, el Estado no solo actúa como
mediador, sino que también adquiere el
papel de transformador de la sociedad,
económica y políticamente hablando.

La característica del populismo brasileño es


que no contaba con una burguesía industrial
poderosa, debido fundamentalmente a la
importancia mantenida por los grupos
económicos ligados al cultivo del café. De esta
manera, terminan englobados tanto la oligarquía Getulio Vargas
agroexportadora y la burguesía industrial y comercial,
como las capas medias urbanas. Por otra parte, en relación con las masas urbanas
movilizadas es necesario mencionar que el populismo getulista apoyó a los
“humildes”, pero bajo el signo de la “colaboración de clases” (lo que no negaba el
uso de la represión).

Con el varguismo se fundó el «Estado Novo» (1950-1954). El líder populista no dejó


que el partido interrumpiera la relación directa entre el pueblo y el líder. El
populismo brasileño no aceptó la regimentación de las masas en un partido
único, aspecto que lo diferencia tanto del fascismo, como de los populismos
argentino y mexicano.

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El peronismo en Argentina.

En Argentina, al lado de un sólido sector


agroexportador, las capas medias y algunos
sectores populares fueron incorporados al sistema
político por el radicalismo, aunque
mayoritariamente la clase obrera estaba afiliada
al Partido Comunista o al Partido Socialista. En
1945, Juan Domingo Perón llegó al poder, y
bajo su mandato el Estado se convirtió en el
árbitro entre el pueblo y la oligarquía.

Junto a su concepto de justicia social, el


peronismo se preocupó por mejorar los
niveles de vida de la población, especialmente
de los trabajadores asalariados. Como producto
Juan Domingo Perón de esta política, la Confederación General del
Trabajo se convirtió en un poderoso actor político
y social argentino. Se buscaba la conciliación de clases tratando de legitimar una
conducción nacional encarnada en el líder, además de la defensa de la soberanía
nacional y una propuesta de colocación equidistante entre los dos bloques del poder
internacional. La base social del peronismo estaba compuesta por la clase obrera
urbana, integrada en su mayoría por migrantes internos, especialmente recientes y
carentes de experiencia moderna, los llamados “descamisados”.

Características del peronismo.

Entre las principales características del peronismo, se destacan:

• La redistribución de la riqueza. Defendió las políticas que permitían


repartir las ganancias entre las clases más desfavorables, característica
común de una ideología de izquierda.
• La reducción del aparato estatal. Defendió la idea de reducir el gasto
público, optimizando la cantidad de empleados y de instituciones a cargo,
característica más común de las ideologías de derecha.
• La estatización de servicios públicos. Estatizó los servicios de agua, luz y
gas a través del uso de reservas nacionales acumuladas durante los períodos
de guerras.
• La estatización de ramales de ferrocarril. Estatizó ferrocarriles que
estaban en poder de empresarios británicos dispuestos a venderlos por su
escasa ganancia. El Estado argentino los adquirió y redujo el costo de los
pasajes para incentivar su uso.
• El derecho al voto femenino. Aprobó la ley 13.010 en 1947 como
consecuencia del trabajo de Eva Perón, que defendió el derecho del voto
femenino.

Pilares centrales del peronismo.

• La soberanía política en oposición a las políticas imperialistas o hegemónicas.


• La justicia social en búsqueda de la reivindicación de los derechos.
• La independencia económica para alcanzar la dignidad de los trabajadores y
defensa de los intereses nacionales.

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El Populismo Ibañista.

En el contexto del estancamiento del modelo ISI


y la masificación de las protestas sociales, el
gobierno de Gabriel González Videla comenzó a
ser cuestionado desde múltiples sectores. Una de
las críticas provino de un grupo aglutinado en
torno de la figura de Carlos Ibáñez del Campo,
quienes censuraron lo que ellos consideraban una
actitud pasiva de los políticos frente a las
demandas urgentes de la población, y los
acusaban de caer en la “politiquería” partidista,
en desmedro de los intereses generales de la
nación.
Carlos Ibáñez del Campo
Desde la década de 1920, el discurso de Ibáñez
se caracterizó por utilizar un alto contenido
nacionalista, moralista, antioligárquico y de oposición constante al gobierno de turno.
No tuvo mayores sesgos partidarios y, más bien, adoptó una postura acomodaticia,
que tendió a conseguir el apoyo de las masas. En este sentido, intentó conglomerar
a todas las clases sociales a realizar el carácter unificador de la nación. Este
modelo de acción política, que fue llamado populismo ibañista o ibañismo, se
transformó en una importante corriente política desde la década de 1930 y mantuvo
su influencia incluso hasta la década de 1960.

La campaña que lo llevó a la presidencia en 1952 se caracterizó por la crítica a la


"politiquería", el nacionalismo, el afán por lograr el apoyo de las masas y la
ambigüedad ideológica. El símbolo de su candidatura fue una escoba, que
representaba el deseo de barrer con los políticos corruptos que, según planteaba,
habían traicionado a la nación y gobernado según sus intereses. El resto de los
objetivos transitaban entre promesas asociadas a terminar con la inflación, ampliar
el electorado, terminar con la "ley maldita" y resolver las demandas urgentes de las
clases vulnerables.

Su campaña política relevó la idea de que la suya era una candidatura de unidad
nacional. Este último aspecto se evidenció en las masivas concentraciones cargadas
de simbolismos patrióticos. Ibáñez logró así conectarse con la sensibilidad popular,
se transformó en el "general de la esperanza" y consiguió apoyo en todas las
clases sociales y sectores políticos.

Consolidación de los gobiernos populistas.

La consolidación de los gobiernos populistas en América Latina guarda continuidades y


cambios con los populismos de principios de siglo.

• El Estado ya asume plenamente el papel de conductor del desarrollo


económico vía la política industrializadora. Esto fue posible no solo
porque sucedió una modificación en las élites, en las que comenzaba a cobrar
protagonismo el sector empresarial, sino también porque las clases populares
habían experimentado cambios producto de la relativa modernización y de las
migraciones, que permitieron la predominancia de lo urbano sobre lo rural en
cuanto a la dinámica económica.

• La consolidación, como discurso estatal, de una política conciliatoria de


clases, al mismo tiempo que cooptadora de los movimientos populares. En

13
ese discurso, la prédica nacionalista actuaba como un elemento que permitía
neutralizar los conflictos o, de no ser esto posible, reprimirlos mediante el uso
legítimo de la fuerza, apelando a intereses que iban más allá, que eran
superiores a los derechos individuales.

• El Estado ya aparece como una fuerza dirimente en los conflictos producidos


entre las distintas fuerzas sociales, algo que solo estaba en ciernes en los
populismos iniciales.

• Finalmente, si bien se habla de populismo en un sentido general, es necesario


situar el término históricamente y según casos específicos, pues la variedad
que adquieren sus modalidades y las fuentes iniciales de legitimación es muy
grande. Así, tenemos que puede haber populismos democráticos o
autoritarios, civiles o militares, de partido único o sin partidos, progresistas o
reaccionarios.

Legados del populismo clásico.

Como se ha dicho, los populismos fueron movimientos multiclasistas de la burguesía


industrial, la clase media y el proletariado. Estos fueron vistos como
democratizadores, pues expandieron el electorado y basaron su legitimidad en ganar
elecciones limpias. La política económica de los populistas redistribuyó el ingreso,
subió los salarios mínimos y promocionó la organización sindical. En muchos casos
se lograron transformaciones estructurales como la reforma agraria. Además, en
sociedades racistas, estos gobiernos incluyeron a los más pobres y a los no blancos,
representándolos como los baluartes de la verdadera nacionalidad.

Pese a los rasgos autoritarios de los liderazgos populistas que manipularon a la clase
obrera a través de la demagogia, que atacaron a la izquierda organizada y que
cooptaron a los trabajadores a través de prebendas, se reconoce que los gobiernos
populistas promocionaron la “democratización fundamental de América
Latina”. Lo anterior se debió a que los gobiernos populistas aplicaron políticas
económicas redistributivas, desarrollaron el nacionalismo, aplicaron una intervención
estatal y promocionaron la organización y la participación popular. La incorporación
populista dejó su legado en la manera en que se entiende la democracia en América
Latina. Enrique Peruzzotti señala que, si bien las elecciones limpias son la base de
las credenciales democráticas del populismo, una vez que el pueblo ha votado, los
populistas consideran que el electorado debe someterse políticamente al líder.

La ocupación de espacios a través de marchas, mitines políticos y asambleas se ha


dado junto con discursos maniqueos a favor del pueblo, construido como la
encarnación de las virtudes y los valores «auténticos» de la nación, y en contra de la
oligarquía “corrupta y vendepatria”.

14
RESOLUCIÓN EJERCICIOS DE SELECCIÓN MÚLTIPLE

1. “Es el interés social de la clase laborante en todas las industrias del país la que lo
exige. Es el interés público de los mexicanos […] Es la misma soberanía de la nación,
que quedaría expuesta a simples maniobras del capital extranjero, que olvidando que
previamente se ha constituido en empresas mexicanas, bajo leyes mexicanas,
pretende eludir los mandatos y las obligaciones que les imponen autoridades del
propio país…” (Discurso del Presidente Lázaro Cárdenas sobre la expropiación
petrolera. Palacio Nacional, 18 de marzo de 1938, fragmento)

La cita anterior corresponde a un discurso pronunciado por Lázaro Cárdenas el 18 de


marzo de 1938 en el contexto de la expropiación de las compañías petroleras que
estaba llevando cabo el gobierno mexicano contra las empresas estadounidenses.
Considerando la información de la fuente, ¿qué aspecto(s) propio(s) del cardenismo
se puede(n) observar?

I) El enfoque nacionalista en materia económica.


II) La referencia a los sectores obreros de México.
III) La diplomacia en las relaciones con Estados Unidos.

A) Solo I
B) Solo I y II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II y III

15
2. El populismo fue el modelo de acción política predominante en América Latina
entre las décadas de 1930 y 1970. De las siguientes aseveraciones, ¿cuál
corresponde a una característica de este fenómeno político?

A) El interés de los mandatarios por mantener un discurso de apoyo a Estados Unidos.


B) Las reformas económicas de tendencias liberales o librecambistas.
C) La presencia de caudillos políticos con gran respaldo popular.
D) El rechazo de políticas de fomento a la industrialización.
E) La persecución estatal del movimiento obrero.

3. Una diferencia sustancial entre el período posterior a la Gran Depresión, y el


anterior a esta, fue la diversificación de los países de destino de las exportaciones
latinoamericanas. Frente a esto, los Estados se vieron obligados a buscar nuevos
mercados receptores y, además

A) A aplicar bajas considerables en su política arancelaria.


B) A aumentar el precio de exportación de sus productos.
C) A ejecutar fuertes medidas proteccionistas e industrializadoras.
D) A considerar las ventajas comparativas al momento de exportar.
E) A fomentar la presencia de capitales privados en la infraestructura productiva.

4. En la primera mitad del siglo XX se desarrollaron en América Latina gobiernos de


corte populistas los cuales tuvieron una serie de elementos en común pero también
aspectos diferenciadores debido a la realidad nacional específica. En este sentido,
¿Qué alternativa representa un aspecto común que tuvieron los gobiernos populistas
en la primera mitad del siglo XX?

A) La instauración de policías secretas para reprimir a los opositores políticos.


B) La representación de los intereses política de las oligarquías tradicionales.
C) La presencia de líderes carismáticos que logran el respaldo de las masas.
D) La profundización de la estrategia económica de desarrollo hacia afuera.
E) El desarrollo de alianzas militares con Estados Unidos.

5. En las primeras dos décadas del siglo XX se desarrollaron en Latinoamérica


gobiernos que han sido considerados como populismos tempranos, por ejemplo, en
Perú, Uruguay, Argentina y Chile. Considerando el contexto de la época ¿qué
situación(es) permite(n) explicar el surgimiento de este tipo de gobiernos?

I) El crecimiento económico basado en la exportación de recursos naturales a los


principales mercados del mundo.
II) La implementación de un modelo de industrialización por sustitución de
importaciones.
III) El surgimiento de una crítica frente a regímenes oligárquicos incapaces de
responder a las demandas de nuevos actores sociales.

A) Solo I
B) Solo II
C) Solo III
D) Solo I y II
E) Solo I y III

16
6. “Lo que tomaron del fascismo europeo los dirigentes latinoamericanos fue la
divinización de líderes populistas valorados por su activismo. Pero las masas cuya
movilización pretendían, y consiguieron, no eran aquellas que temían por lo que
pudieran perder, sino las que nada tenían que perder, y los enemigos contra los
cuales las movilizaron no eran extranjeros y grupos marginales (aunque sea
innegable el contenido antisemita en los peronistas y en otros grupos políticos
argentinos), sino «la oligarquía», los ricos, la clase dirigente local” (Hobsbawm, Eric.
Historia del siglo XX)

El texto anterior da cuenta de las características que adoptaron los regímenes


populistas que se desarrollaron en Latinoamérica a contar de la década de 1930.
Considerando la información de la fuente citada, ¿qué distinguió a este tipo de
regímenes?

A) La persecución política a las minorías étnicas.


B) La generación de un discurso antioligárquico.
C) El desarrollo del racismo contra grupos minoritarios.
D) La nacionalización de todas las riquezas naturales.
E) La generación de fuentes de trabajo para toda la población.

7. En Chile, durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX se observó
un creciente proceso de proletarización de una parte de la fuerza de trabajo. ¿Cuál
es uno de los factores que explican este proceso?

A) La creación de un sector manufacturero controlado por el Estado.


B) La ausencia de inversiones tecnológicas incorporadas al sistema productivo.
C) La decadencia del sindicalismo como forma de organización de los trabajadores.
D) El desarrollo de una economía altamente vinculada al sistema capitalista mundial.
E) La influencia de las formas de trabajo campesinas en las nuevas actividades
industriales urbanas.

8. “Alessandri hará repercutir en el seno de la Cámara Alta hasta el más humilde de


los clamores que el dolor o la miseria arranquen al pueblo trabajador en esta apartada
provincia […] Alessandri rematará nuestra obra de regeneración social y política
lanzando al rostro mismo del gobierno su condena contra los corruptores y
explotadores de Tarapacá. Así será el verdadero representante del pueblo.” (Editorial
del Periódico La Provincia, Iquique, 10 de enero de 1915).

A partir del texto relativo a la campaña senatorial de Arturo Alessandri Palma por
Tarapacá en 1915, es posible distinguir algunos aspectos que caracterizaron su
conducción política como Presidente de la República en la década de 1920, entre los
que se destaca

A) El rechazo al dominio extranjero sobre las salitreras.


B) La lucha constante por industrializar las zonas extremas del país.
C) La apelación a los sectores populares como base de su gestión.
D) La defensa de las provincias frente al autoritarismo de la capital.
E) La oposición permanente al uso de la fuerza contra los trabajadores.

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9. “Compañeros: Desde hace tiempo vengo diciendo que está llegando la hora de los
pueblos. Y me siento inmensamente feliz frente a esta grandiosa asamblea, porque
observo que este pueblo es digno de esa hora […].
Los hombres que, como yo, viven solamente para el pueblo, necesitan de esa
solidaridad. Por eso siempre que yo he hablado al pueblo, más que órdenes, he
impartido consejos. Un presidente que aconseja, más que presidente es un amigo, y
eso es, precisamente, lo que yo quiero ser de mi pueblo: un amigo. Cumpliendo
siempre la primera verdad establecida en nuestro catecismo peronista, que dice que
la verdadera democracia consiste en que el gobierno haga solamente lo que el pueblo
quiere y defienda un solo interés: el del pueblo.” (Juan Domingo Perón, Discurso en
Plaza de Mayo, 15 de abril de 1953).

La cita anterior corresponde a un discurso pronunciado por el Presidente de Argentina


en 1953. A partir de su análisis, ¿cuál de las siguientes características del populismo
latinoamericano del siglo XX es correcto inferir?

A) El desprestigio de las funciones de los partidos políticos.


B) El marcado nacionalismo en las reformas económicas.
C) La alusión directa a las masas.
D) El rechazo a la inversión extranjera.
E) La diversidad de influencias ideológicas.

10. El populismo aparece en América Latina en el siglo XX, teniendo aspectos


característicos en los países en que se instaló. En este sentido, ¿qué características
comunes tuvieron los gobiernos populistas?

I) La instalación de líderes carismáticos capaces de convocar al pueblo.


II) La generación de discursos de corte nacionalista.
III) Un marcado antiimperialismo.

A) Solo I
B) Solo II
C) Solo I y II
D) Solo II y III
E) I, II y III

11. El populismo fue una forma de hacer política dominante en toda América Latina,
entre las décadas de 1930 a 1970. Entre las siguientes, ¿Qué enunciado(s)
representa(n) elementos propios del populismo?

I) La presencia de caudillos políticos con gran respaldo popular.


II) El fuerte apoyo de la clase dirigente tradicional.
III) La cooptación estatal del movimiento obrero.

A) Solo I
B) Solo III
C) Solo I y II
D) Solo I y III
E) Solo II y III

18
12. El populismo latinoamericano es una expresión polisémica que ha dado lugar a
diversas interpretaciones para explicar los movimientos o manifestaciones políticas
que se desarrollaron en América Latina durante el siglo XX. En este sentido, ¿cuál ha
sido uno de los argumentos que explican la aparición del populismo?

A) La llegada de cuantiosos recursos económicos debido a la Alianza para el Progreso.


B) La mantención de una estructura económica de crecimiento hacia adentro.
C) El reconocimiento de los derechos civiles para la población femenina.
D) La existencia de contradicciones entre la clase dirigente y el pueblo.
E) El fortalecimiento institucional del régimen oligárquico.

13. Uno de los factores que explican la llegada al poder de regímenes populistas a
distintos países de América Latina corresponde a la Gran Depresión de 1929. ¿Por
qué la crisis explica la instalación de gobiernos populistas en Latinoamérica?

A) Por el incremento del descontento de las clases populares frente a las élites
gobernantes.
B) Por el cierre de los mercados receptores para las materias primas
latinoamericanas.
C) Porque tras la crisis se generaron numerosos golpes de Estado de corte militar en
toda Latinoamérica.
D) Porque la depresión provocó el fortalecimiento de políticas represivas contra los
sectores medios.
E) Por el desprestigio que se generó en las organizaciones obreras incapaces de
asegurar el trabajo para los obreros.

14.

(https://es.educaplay.com)

La imagen adjunta refleja una de las características propias de los gobiernos


populistas. En tal sentido, ¿cuál es la característica aludida?

A) El reconocimiento de derechos políticos para las clases bajas.


B) La persecución política contra los partidos opositores.
C) El control de las masas por parte del líder populista.
D) El fortalecimiento del nacionalismo en la población.
E) La represión en contra del movimiento obrero.

19
15. El populismo como expresión política de una serie de gobiernos que se
desarrollaron en América Latina durante el siglo XX ha sido objeto de distintas
definiciones. No obstante, en términos generales el populismo puede ser definido
como:

A) Un sistema social y económico caracterizado por el control por parte de la sociedad


organizada con todos sus integrantes.
B) Un gobierno que basaba su estrategia política en propuestas demagógicas pero
que resultaban atractivas para el pueblo.
C) Un sistema político que defendía la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo
a elegir y controlar a sus gobernantes.
D) Un sistema político que resaltaba el predominio de la clase medio por sobre el
resto de la sociedad.
E) Una estructura partidaria de izquierda que promovió la instalación de economías
abiertamente liberales.

16. En Chile, el año 1952 fue elegido presidente Carlos Ibáñez del Campo. En su
ideario estaban representados los principales componentes del populismo. Entre ellos
se encuentra(n)

I) La crítica a toda la clase política.


II) La revalidación de los partidos políticos.
III) La utilización de una retórica nacionalista.

A) Solo I
B) Solo III
C) Solo I y II
D) Solo I y III
E) I, II y III

20
17.

(https://bradanovic.blogspot.com)

La caricatura anterior hace alusión al principal símbolo de la campaña presidencial


del general Carlos Ibáñez del Campo, la escoba. ¿A qué aspecto del populismo
ibañista se refiere la imagen?

A) A la aplicación de la denominada Ley maldita.


B) A la ampliación del electorado nacional.
C) A las protestas sociales ocurridas durante su administración.
D) A los problemas inflacionarios derivados del modelo ISI.
E) A la crítica a la clase dirigente y a los partidos políticos.

21
18.

“¡Niños! Aprendiendo en el
hogar y en las escuelas el culto
a la Patria, tendrán todas las
posibilidades de éxito en la
vida. Solo el amor construye, y
amando a Brasil, forzosamente
van a conducirlo hacia los más
altos destinos entre las
naciones, realizando los
deseos de engrandecimiento
que están en el corazón de
todos los brasileños”.

(www.goconqr.com)

La imagen adjunta retrata al Presidente Getulio Vargas junto a dos niños. La imagen
fue tomada de un folleto que se distribuyó en las escuelas brasileñas para enseñar
ciudadanía a los estudiantes. ¿Qué objetivo se buscó con esta medida?

I) Desarrollar una propaganda que resaltara la imagen de Vargas.


II) Incentivar el nacionalismo dentro de la población brasileña.
III) Apelar a la emotividad de las masas a través de la propaganda.

A) Solo I
B) Solo I y II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II y III

19. Uno de los rasgos que caracterizó a los gobiernos populistas fue que emergieron
como una alternativa política que prometía satisfacer las necesidades populares,
legitimando su poder apelando al pueblo. Sin embargo, ¿Qué ocurrió cuando estos
gobernantes llegaron al poder?

A) No integraron efectivamente a las masas a la administración del Estado.


B) Desarrollaron una política que incentivó la movilización y protesta obrera.
C) Promovieron leyes que sacaron de la institucionalidad política al Partido
Comunista.
D) Incentivaron la inversión extranjera y la apertura como estrategia de crecimiento
económico.
E) Ejercieron el pode de forma dictatorial con el apoyo político y financiamiento
económico de Estados Unidos.

22
20. “Pero para cumplir con este programa en el que están considerados: impulsar la
educación del pueblo; explotar las riquezas naturales por nuestros nacionales
mismos; elevar el poder adquisitivo de los obreros; la distribución de las tierras a los
pueblos que carecen de ellas; y desarrollar la industria del país por medio de la
organización cooperativa de los trabajadores, es indispensable que los pueblos se
organicen para que las mismas organizaciones sean el más fuerte sostén de sus
propios intereses. (…) Solo el Estado tiene un interés general y, por eso, solo él tiene
una visión de conjunto. La intervención del Estado ha de ser cada vez mayor, cada
vez más frecuente y cada vez más a fondo” (Discurso de Lázaro Cárdenas en Veracruz
(1934). En: Montes, E. Presidente Lázaro Cárdenas del Río, 1934-1940. Pensamiento
y acción. Zinacantepec, México: El Colegio Mexiquense, 1999)

La cita adjunta corresponde a un discurso pronunciado por Lázaro Cárdenas y desde


el cuál se desprende una de las características de su gobierno. En este sentido, ¿qué
alternativa(s) es(son) correcta(s) considerando la información de la fuente?

I) El Estado durante el gobierno de Cárdenas resolvía los conflictos entre empresarios


y obreros.
II) Cárdenas apoyó las reivindicaciones campesinas mediante la implementación de
una reforma agraria.
III) La administración de Cárdenas desarrolló una política destinada a la
nacionalización de las riquezas naturales.

A) Solo II
B) Solo I y II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II y III

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BIBLIOGRAFÍA

1. De la Torre, Carlos, “El populismo latinoamericano: entre la


democratización y el autoritarismo”, Nueva Sociedad 247, Septiembre - Octubre
2013.

2. Di Tella, Torcuato, “Populismo y reforma en América Latina”, Desarrollo


Económico Vol. 4 N°16. 1965.

3. Frisch-Soto, Teresa, “El populismo latinoamericano y su trascendencia


histórica en el siglo XX: Breve historia y análisis del Partido Aprista
Peruano”, 49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA). Quito, Ecuador,
1997.

4. González, Osmar. (2007). “Los orígenes del populismo latinoamericano: Una


mirada diferente”. Cuadernos del Cendes, 24(66), 75-104. Recuperado el 07 de
junio de 2021, de http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-
25082007000300005&lng=es&tlng=es.

5. Retamozo, Martín, “La teoría política del populismo en América Latina. Usos
y controversias en la perspectiva posfundacional”, Latinoamérica. Revista de
estudios latinoamericanos, 2017.

6. Trias, Vivián, “Getulio Vargas, Juan Domingo Perón y Batlle Berres-Herrera.


Tres rostros del populismo”, NUEVA SOCIEDAD NRO.34, ENERO-FEBRERO 1978,
PP. 28-39.

LINKOGRAFÍA

1. https://concepto.de/cardenismo/#ixzz6x8rtgVuT

2. https://www.caracteristicas.co/peronismo/#ixzz6x8u01vvl

Solucionario

Pregunta Alternativa Pregunta Alternativa


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2 C 12 D
3 C 13 A
4 C 14 C
5 E 15 B
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7 D 17 E
8 C 18 E
9 C 19 A
10 E 20 E

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