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ESPECIALIZACIÓN EN ORTODONCIA

Y ORTOPEDIA MAXILAR

BIOMECÁNICA

ESTABILIDAD POSICIONAL Y
COMPLICACIONES DE LOS
MINI-IMPLANTES

R1: Williams Marcelo Chinizaca Veloz

Asesor: Dr. Esp. Mg. José Vidalón Castilla

Coordinador de área: Dr. Esp. Mg. José Vidalón Castilla

Lima – Perú
2019
Contenido
Introducción..........................................................................................................3

Desarrollo..............................................................................................................4

Biología ósea.....................................................................................................4

Estabilidad primaria y secundaria.....................................................................5

Estabilidad primaria:.......................................................................................5

Estabilidad secundaria:..................................................................................6

Arquitectura del mini-implante...........................................................................7

Dimensiones del minitornillo: diámetro y longitud.........................................7

Forma del minitornillo.....................................................................................7

Tipos de minitornillo.......................................................................................8

Sistemas de fuerza de los mini-implantes.........................................................9

Fuerza lineal única:........................................................................................9

Fuerza de magnitud moderada:...................................................................10

Componente intrusivo de la fuerza:.............................................................10

Biomecánica y estudios con elementos finitos...............................................10

Complicaciones relacionadas con el uso de mini-implantes..........................20

Fallas inmediatas.........................................................................................20

Fallas mediatas o retrasadas.......................................................................21

Complicaciones generales...........................................................................22

Conclusiones......................................................................................................32

Referencias bibliográficas...................................................................................34
Introducción

La ortodoncia clínica ha evolucionado significativamente con la aparición de

dispositivos de anclaje temporal de uso en hueso, conocidos por sus siglas en

inglés como TADs (Temporal Anchorage Devices). Previamente, algunos TADs

intraóseos habían sido introducidos con el fin de mover un diente o un grupo de

dientes; sin embargo, los resultados de su aplicación no fueron favorables,

pues generaban movimientos indeseados y exigían su uso por parte del

paciente durante un largo tiempo. Dada la necesidad de dispositivos de anclaje

que no requieran de la cooperación del paciente y que reduzcan al máximo los

movimientos indeseados, se crean los anclajes absolutos o esqueléticos,

perteneciendo a este grupo los mini-implantes.

Los mini-implantes alcanzaron popularidad debido a que son seguros en

términos de fracasos, se pueden insertar y retirar fácilmente, son baratos,

estables y pueden ser colocados por el mismo ortodoncista. Dentro de sus

complicaciones más frecuentes está la inflamación del tejido blando

circundante, la fractura del mini-implante a nivel del cuello por la aplicación de

una fuerza excesiva durante su inserción y la espera de un tiempo prudente

hasta que los tejidos blandos y hueso cicatricen para colocar una carga en él.

Actualmente, las aplicaciones clínicas de los mini-implantes pueden ser

clasificadas en generales y específicas: una indicación general es la de

pacientes poco colaboradores que necesiten anclaje esquelético y movimientos

dentales asimétricos y difíciles, mientras que las indicaciones específicas son

varias como: impactación posterior, intrusión o extrusión de uno a varios

dientes, retrusión de incisivos o caninos, cierre de espacios edéntulos,

distalización, enderezamiento y mesialización molar.


Parra asegurar el cumplimiento de un tratamiento ortodóncico exitoso es

necesario conocer conceptos básicos de biología ósea y biomecánica de los

minitornillos.

Desarrollo

Biología ósea

Al colocar el mini-implante se producen fenómenos de osteoinducción y

osteoconducción que desencadenan la formación de hueso en el sitio

quirúrgico debido a una alteración celular asociada a microtraumas y

microfacturas. Para que los osteoblastos produzcan matriz ósea, primero es

necesario activar las BMU’s (de la sigla en inglés: unidades básicas

multicelulares), que se convertirán en osteoclastos para remodelar el hueso y

luego en osteoblastos para sintetizar nuevo hueso. Este proceso sigue un

estereotipo activación-reabsorción-formación (ARF). Por otro lado, las micro

fracturas ocasionan apoptosis de los osteocitos, que liberan prostaglandinas y

citoquinas para que finalmente se dé la remodelación ósea (Cadavid D, Duque

L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).

Al cargarse el mini-implante se produce deformación ósea, la cual está dada

por fuerzas de compresión y tensión, que a su vez inducen una respuesta

inicial osteoblástica a partir de los 3.92 GPa. Después de este punto se

produce un daño a la estructura ósea: aumenta la porosidad ósea y se reduce

la dureza y la resistencia del hueso. Una carga soportable para el hueso es de

1-2MPa, que equivalen a 50-100 micro-deformaciones (μE). Se produce daño a

60MPa que equivale a 4000μ y fractura inmediata a los 120MPa que son

25,000μE (Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).


Yadav et al. 2012, evaluó la acumulación de microfracturas y el porcentaje de

éxito cuando se colocaban mini-implantes autoperforantes y autoroscantes,

comparándolos con los que se hacía agujero piloto. Encontró que en el primer

grupo había mayor cantidad y profundidad de microfracturas y un mayor

porcentaje de éxito. Esto parece indicar que mayores niveles de esfuerzo y de

microfracturas producen daño estructural leve en el hueso, lo cual estimula la

activación de BMU’s y el rápido inicio de la cicatrización secundaria,

aumentando la probabilidad de retención del mini-implante en posición

(Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).

Estabilidad primaria y secundaria

1) Estabilidad primaria: es la estabilidad generada por la compresión

mecánica del hueso cuando este entra en contacto con el mini-implante

durante el proceso de inserción. La estabilidad primaria puede ser

afectada por varios factores como la madurez y calidad del hueso en el

que se coloca, el grosor de la cortical, las micro vibraciones que induce

el operador, la desinserción del destornillador, el procedimiento de

carga, entre otros. La estabilidad primaria disminuye con el tiempo y

depende del contacto directo entre el hueso y la superficie del implante.

La literatura menciona 4 tipos de hueso:

 Tipo I: hueso compacto, homogéneo, con poca irrigación.

 Tipo II: Espesa capa de hueso compacto rodeando un núcleo de

hueso trabecular.

 Tipo III: Fina cortical que rodea un núcleo esponjoso denso.

Proporciona buena estabilidad primaria.


 Tipo IV: cortical delgada y núcleo esponjoso de baja densidad

(Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).

2) Estabilidad secundaria: inicia con la cascada de eventos biológicos

posteriores a la colocación del mini-implante y aumenta a medida que se

da la cicatrización o remodelación ósea. La estabilidad primaria cae de

manera progresiva y es reemplazada por la estabilidad secundaria a la

8ta semana después de la colocación del mini-implante, alcanzando su

más bajo nivel de resistencia mecánica y estabilidad a la 4ta semana.

Para superar este período crítico en la estabilidad del mini-implante se

recomienda cargarlo inmediatamente ya que de lo contrario se tendría

que esperar hasta que se consolide el hueso nuevo y que la estabilidad

secundaria proporcione la rigidez necesaria para el anclaje respectivo.

En sí, la estabilidad del mini-implante resulta de la suma de las dos

estabilidades durante los primeros meses. En el hueso cortical humano, las

BMUs se tardan 120 días para atravesar un plano dejando una nueva osteona

atrás. Aproximadamente tardan 20 días en aumentar el diámetro de la cavidad

de reabsorción, seguido de 10 días de quiescencia y finalmente 90 días de

deposición centrípeta de matriz ósea. En la ortodoncia convencional, los

segmentos posteriores o molares siempre han servido de anclaje mientras que

el resto del arco ha actuado como la parte en movimiento. Por esta razón, el

desarrollo de la biomecánica era complicado debido a que el sistema de

fuerzas tenía que expresarse de manera distinta para el segmento móvil y para

el segmento fijo o de anclaje del mismo arco. Con el advenimiento de los

minitornillos, es posible el movimiento selectivo del sector anterior y posterior,

pero la selección de la fuerza y la cantidad exacta de movimiento dentario que


se quiere conseguir, es fundamental antes de iniciar el tratamiento como tal

(Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).

Arquitectura del mini-implante

Para fomentar la estabilidad posicional a largo plazo del mini-implante

insertado, es necesario seleccionar, a más del sistema de fuerzas, el tornillo

ideal a colocarse según sus características arquitectónicas, como:

1. Dimensiones del minitornillo: diámetro y longitud: de acuerdo a los

modelos de elementos finitos (FEM), los minitornillos cuyo cuello tiene

un diámetro de 1,8 mm muestran una tracción definitivamente menor

que los que tienen un cuello de 1,4 mm de diámetro. Por debajo de los

400 centinewtons (cN) de fuerza, el área sometida a elevada tracción se

muestra como un punto rojo, lo cual podría comprometer la fijación inicial

y la estabilidad a largo plazo del minitornillo. Acerca de la longitud del

minitornillo, una longitud de 6 mm dentro del hueso redujo

significativamente la tracción sometida alrededor del minitornillo en

comparación con una longitud de 4 mm. En cuanto a las porciones

enroscadas de los minitornillos, aquellas mayores a 6 mm de longitud

mostraron muy baja tracción al igual que las de 6 mm de longitud. Por tal

motivo, para conseguir la mejor estabilidad inicial, la porción enroscada

dentro del tejido duro debe medir como mínimo 6 mm de longitud

(Nanda R, Uribe F, 2010).

2. Forma del minitornillo: el minitornillo tiene forma cónica en la parte

inferior con una punta aguda en el extremo. Este diseño fue usado en

primera instancia por el sistema Orlus y tiene 2 ventajas importantes:

primero, el diámetro reducido del tornillo en el extremo inferior disminuye


el riesgo de lesionar la raíz, mientras que la gran área del cuello

distribuye de mejor manera la tensión en el hueso cortical; segundo, en

el sistema autoenroscante es fundamental mantener el contacto hueso-

implante inicial, independientemente de cualquier fluctuación que pueda

ocurrir durante la inserción. Ya que la corona ocupa un área mayor que

la porción apical, la estabilidad de los minitornillos cónicos es menos

sensible a la técnica que la ofrecida por los minitornillos cilíndricos

(Nanda R, Uribe F, 2010).

3. Tipos de minitornillo: El sistema Orlus proporciona 3 tipos de

minitornillos con diferentes indicaciones y formas, evitando la necesidad

de equipar el consultorio con dispositivos complicados.

 Tipo estándar (universal): este minitornillo se caracteriza por

tener un cuello de 1,8 mm de diámetro, una porción roscada de 6

mm de longitud para penetrar en el hueso y una porción de cuello

no roscado o suave de 1 mm. Este tipo universal está indicado

para el alvéolo bucal maxilar, el alvéolo bucal mandibular y el

área medio palatina, donde el tejido blando es muy delgado. El

grosor del paladar blando es incluso mayor que el del tejido

blando bucal. El minitornillo estándar es aplicable en la mayoría

de casos clínicos, incluyendo control molar y de incisivos (Nanda

R, Uribe F, 2010).

 Tipo de cuello ancho: muestra un diámetro mayor (2,2 mm) en

la porción de la corona. Este minitornillo está exclusivamente

indicado para personas con una calidad de hueso suave o

delgada y cuando el tornillo previo ha fracasado. Está indicado


también para niños en crecimiento que tienen un hueso cortical

inmaduro (Nanda R, Uribe F, 2010).

 Tipo de cuello largo: se caracteriza por su larga porción no

roscada de 2 a 5 mm capaz de atravesar tejido blando grueso

como el de las vertientes palatinas y el área de la almohadilla

retromolar (Nanda R, Uribe F, 2010).

Sistemas de fuerza de los mini-implantes

Los minitornillos se usan para generar una fuerza única y constante de

magnitud leve a moderada, independientemente del grado de cooperación del

paciente. Por tanto, el resultado final del tratamiento depende del sistema de

fuerzas diseñado por el ortodoncista. Para conseguir resultados predecibles

con la utilización de minitornillos es esencial el conocimiento de 1) la estructura

anatómica en donde se hará la inserción y 2) la comprensión de la biomecánica

para poder construir un sistema de fuerzas preciso.

La literatura distingue 3 tipos de fuerzas entregadas por los mini-implantes:

1. Fuerza lineal única: un mini-implante único y los componentes elásticos

(cadenas elásticas o resortes helicoidales de Niquel-Titanio)

enganchados a la cabeza del implante, producen una fuerza lineal cuya

línea de acción está representada por la dirección del componente

elástico. No se recomienda aplicar una fuerza de torsión sobre un mini-

implante único porque podría verse comprometida su integridad,

independientemente de si se trate de un movimiento de atornillar o

desatornillar. De esta manera, la línea de acción se determina mediante


el sitio de inserción y la ubicación de los anexos sobre los dientes o los

ganchos en el alambre torqueado (Nanda R, Uribe F, 2010).

2. Fuerza de magnitud moderada: un minitornillo es capaz de soportar

una fuerza de aproximadamente 200 a 300 gramos (g), lo cual parece

suficiente para mover segmentos de dientes o un diente único. Así, se

debe usar varios mini-implantes para proporcionar anclaje a fuerzas

mayores, para mover un segmento más largo, como el segmento

posterior del arco completo (Nanda R, Uribe F, 2010).

3. Componente intrusivo de la fuerza: la mecánica ortodóncica

convencional tiende a expulsar los dientes mediante un movimiento de

“bailoteo”. Ya que los mini-implantes tienen una posición apical al

alambre torqueado, las fuerzas que salen de ellos tienen un componente

intrusivo, produciendo un poco de intrusión de la dentición (Nanda R,

Uribe F, 2010).

Biomecánica y estudios con elementos finitos

Los estudios con elementos finitos, a diferencia de las radiografías y

tomografías que únicamente permiten planear el sitio de ubicación del implante,

sirven para determinar la trayectoria y distribución de los esfuerzos, así como

su magnitud internamente y en el hueso circundante cuando se aplica una

carga. Los análisis por elementos finitos simulan numéricamente una

determinada condición para cuantificar el comportamiento de una estructura,

con el objetivo de saber en qué medida el tipo y la magnitud de los esfuerzos y

deformaciones afectan el comportamiento biológico del mini-implante. El

estudio es computarizado y consiste en dividir una estructura 3D en múltiples

elementos que se conectan entre sí mediante nodos para su análisis. A este


modelo de estudio se le asignan restricciones según las condiciones

propuestas para el análisis, así como la participación clínica y de fuerzas que

se pretende simular. Un factor esencial que puede modificar drásticamente los

resultados del estudio, son las propiedades de los materiales que conforman el

modelo, como se describirá más adelante. Es importante mencionar que este

estudio deberá ser validado por trabajos experimentales ya sean in vitro o

clínicos.

Para establecer patrones de deformación, así como magnitudes de los

esfuerzos que brinden información sobre la biología ósea en distintas

situaciones de carga del mini-implante, son fundamentales las propiedades

mecánicas del hueso. Durante los primeros años de vida el hueso es de tipo

reticular y por tanto isotrópico (material con las mismas propiedades térmicas y

mecánicas en todas las direcciones), pero en la adultez el hueso es de tipo

laminar, ortotrópico, con diferentes propiedades mecánicas en los tres planos

del espacio. No basta con analizar morfológicamente al hueso cortical

(ortotrópico) y esponjoso (isotrópico), pues se necesita asignar valores

específicos a sus propiedades biomecánicas, lo cual arrojará resultados

diferentes en la simulación de elementos finitos (Cadavid D, Duque L, Correa

S, Buschang P, Roldán S, 2014).

Se ha hecho algunos estudios con elementos finitos para mejorar los diseños

de los mini-implantes con acero o titanio. Singh y cols. (2012) observaron que

los esfuerzos se concentran principalmente en la parte coronal del mini-

implante, ocasionando un doblamiento de su cuello, sin esfuerzos ni

deformaciones apicales. No obstante, en este estudio la geometría del mini-

implante tuvo propiedades isotrópicas ya que se obtuvo con un microscopio, de


modo que la estructura ósea fue considerada lineal y homogénea (Cadavid D,

Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).

Jasmine et al. (2012), evaluaron el efecto de la angulación en la que se colocan

los mini-implantes cuando se retrae caninos maxilares y mandibulares, creando

MEF (Modelos en Elementos Finitos) en base a una tomografía. Observaron

que los esfuerzos de mayor magnitud se concentraron primordialmente en el

cuello del implante y que la aplicación de fuerza a 90º del eje del mini-implante

conseguía valores de esfuerzos más bajos, lo cual disminuiría los niveles de

esfuerzos a nivel óseo y por tanto prolongaría la estabilidad del mini-implante.

En este estudio no se registraron esfuerzos en la zona apical y se modeló el

hueso de forma isotrópica (Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán

S, 2014).

Suzuki, et al. (2011), analizaron angulaciones de 30º, 40º, 45º, 50º, 60º, 70º,

80º, 90º aplicando una fuerza de 2N (200 gr aproximadamente) y hallaron que

los implantes colocados con angulaciones de entre 45º y 80º presentaban los

valores de esfuerzo más altos, superando los que según Frost (1988), podrían

ocasionar problemas óseos, mientras que los mini-implantes con angulaciones

menores a 45º o iguales a 90º mostraban rangos aceptables de esfuerzos para

que se genere una respuesta ósea adecuada.

Pickard et al. (2010), relacionaron los efectos de la angulación del mini-

implante con la fuerza de tracción y observaron que mientras más cerca esté la

fuerza aplicada al eje longitudinal del implante esta será mayor (Cadavid D,

Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S, 2014).


Duque et al. (2012), con un MEF obtenido a partir de una microtomografía,

evaluaron los esfuerzos y deformaciones óseas al cargar un mini-implante.

Observaron la mayor concentración de esfuerzos en el cuello del mini-implante

sin producirse esfuerzos en la zona apical, lo cual concuerda con los estudios

previos de elementos finitos. También se halló que en la capa de hueso más

cercana al mini-implante (6 micras), los valores de esfuerzos compresivos

fueron de 3.8 MPa y en la más externa (50 micras) de 2.7 MPa. Estos valores

se hallan dentro del rango que estimularían una respuesta de aposición y

remodelación ósea (Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S,

2014).

En este, al igual que en los estudios anteriores, la malla del modelo no pudo

ser validada debido a su gran tamaño. Por este motivo y porque en los estudios

mencionados el hueso cortical se modeló de forma isotrópica y no se reporta

claramente la manera en que se obtuvo la interfase mini-implante-hueso, estas

conclusiones no deben considerarse como verdades absolutas.

Una notable complicación de los microimplantes es su desinserción. Miyawaki

et al. (2003) utilizaron tres tipos de mini-implantes de titanio de diferentes

diámetros y longitudes como dispositivos de anclaje para el movimiento

ortodóncico y observaron que un diámetro de 1,0 mm o menos, la inflamación

del tejido periimplantario y un ángulo del plano mandibular aumentado, que a

menudo se relaciona con una cortical ósea delgada, se asociaron con la

movilidad del mini-implante. Para obtener mini-implantes estables, un favorable

Contacto Hueso a Implante (Bone-to-Implant Contact [BIC]) es importante.

Ikeda (2005) determinó que la estabilidad inicial de los mini-implantes está

relacionada con la cohesión entre hueso e implante e informó que cuando el


diámetro del lecho representa el 80 por ciento del diámetro del implante

(diámetro 1.4 mm; punta de lanza 1.2 mm) proporcionaba la mejor estabilidad

primaria del mini-implante, usando un test que incluía la remoción de implantes

de las costillas del cerdo. Akimoto et al. (1999) colocaron implantes dentales en

alvéolos de extracción simulados, con diferentes huecos entre el hueso y

implante dental en perros y evaluaron el efecto del ancho de los huecos en la

curación ósea alrededor de los implantes. Reportaron que cuando los implantes

fueron colocados en defectos anchos con grandes huecos, la estabilidad inicial

de los microimplantes se veía comprometida (Cadavid D, Duque L, Correa S,

Buschang P, Roldán S, 2014).

Yano et al. (2006), encontraron que cuando los mini-implantes se fijaron

rígidamente al hueso, tanto la estabilidad inicial como la tardía después de la

carga fueron adquiridas. Además, Wijaya et al. (2004), encontraron que uno de

los parámetros que afectaron el éxito de la implantación fue la movilidad del

implante, por lo que la movilidad disminuida resultó en mayor estabilidad para

los mini-implantes (Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P, Roldán S,

2014).

Estos estudios sugieren que el contacto cercano en el interfaz hueso-implante y

la disminuida movilidad del implante en el momento de su colocación, son

importantes para obtener la máxima estabilidad después la cicatrización.

Motoyoshi et al. (2006, 2007), basados en estudios clínicos concluyeron que el

espesor del hueso cortical en la vecindad del mini-implante debe ser de 1 mm o

más y que un adecuado torque de inserción del mini-implante debería estar

dentro del rango de 5-10 Ncm cuando los implantes son colocados en la región
posterior del hueso alveolar (Cadavid D, Duque L, Correa S, Buschang P,

Roldán S, 2014).

Alrbata RH y cols. (2016) en su análisis de elementos finitos plantea una

magnitud de fuerza óptima a cargar sobre los mini-implantes analizando el

estrés compresivo desarrollado en la vecindad ósea del implante. Se usaron

modelos en 3-D (CAD) de OMI (Microimplantes Ortodóncicos) a base de

aleación de titanio y una pieza de hueso cilíndrica de 7.5 mm de altura y 5.6

mm de diámetro; ambos materiales fueron exportados al software de FE

(Deform v6.1, Scientific Forming Technologies, Columbus, Ohio) (Alrbata RH,

Momani MQ, Al-Tarawneh AM, Ihyasat A, 2016).

Los OMI pertenecían a la serie No. SH 1413-07 y se caracterizaban por tener

una cabeza pequeña, un diámetro de cuello de 1.4 mm, un diámetro de punta

de 1.3 mm y una longitud de 7 mm (Absoanchor, Dentos Inc, Daegu, South

Corea).

Se incorporaron corticales óseas con grosores de 0.5, 1.2, 2.0 y 3.0 mm, que

representan los datos disponibles para el hueso maxilar y mandibular humano.

Varias magnitudes de fuerza (0.5, 1.0, 1.5, 2.0, 2.5, 3.0, 3.5 y 4.0 N) se

aplicaron horizontal y separadamente a la cabeza de los OMI insertados en los

ensamblajes óseos con diferentes corticales para simular las fuerzas de

ortodoncia típicas cargadas en microimplantes (Alrbata RH, Momani MQ, Al-

Tarawneh AM, Ihyasat A, 2016).

Los principales hallazgos de este estudio fueron que las tensiones radiales de

compresión desarrolladas en la vecindad ósea del microimplante, estaban

directamente relacionadas con las fuerzas aplicadas. A medida que aumentaba

la magnitud de la fuerza, también aumentaba la tensión de compresión. Por


otro lado, corticales óseas más gruesas toleran mejor la fuerza aplicada, con

mayor reducción de las tensiones (Alrbata RH, Momani MQ, Al-Tarawneh AM,

Ihyasat A, 2016).

La aplicación de fuerzas excesivas genera tensiones de compresión no

deseadas que contribuyen al microdaño del hueso cortical que entra en

contacto con el microimplante. Cabe destacar que los OMI, a diferencia de los

implantes protésicos, reciben cargas laterales unidireccionales lo cual

concentra alto estrés compresivo en pequeñas áreas del hueso cortical. Esto

afecta negativamente su integridad estructural.

La magnitud de fuerza óptima a cargar en un microimplante ortodóntico para

cumplir con los requisitos biomecánicos sin disminuir la estabilidad del

microimplante, no debe exceder los 3,75 a 4,5 N (458.872 gramos-fuerza),

considerando el grosor del hueso cortical. Más allá de esta magnitud, el estrés

compresivo supera la capacidad de resistencia del hueso induciendo su

reabsorción (Alrbata RH, Momani MQ, Al-Tarawneh AM, Ihyasat A, 2016).

En este estudio se consideró a la magnitud de la fuerza como único factor

significante relacionado con la estabilidad de los mini-implantes teniendo a la

densidad de la cortical ósea como variable para su comparación. Sin embargo,

clínicamente existen otros factores determinantes de la estabilidad de los MI,

como su cercanía a la superficie radicular, las fuerzas oclusales, la condición

de los tejidos blandos, la dirección de la fuerza, los momentos generados por la

fuerza, etc.

El estudio de Uemura et al. (2011), investigó cómo la relación entre el diámetro

del agujero piloto hecho con la fresa y el diámetro de los mini-implantes, resulta
en mini-implantes estables bajo tracción (Uemura M, Motoyoshi M, Yano S,

Sakaguchi M, Igarashi Y, Shimizu N., 2012).

Un agujero piloto de 1.1 mm de diámetro no confiere estabilidad inicial para

facilitar el soporte rígido cuando se usa mini-implantes de 1.3 mm de diámetro.

Con orificios de 1.1 mm de diámetro, tienden a existir muchos huecos en la

interfaz hueso-mini-implante, lo que resulta en un anclaje insuficiente (Uemura

M, Motoyoshi M, Yano S, Sakaguchi M, Igarashi Y, Shimizu N., 2012).

El valor del Periotest, que refleja la movilidad del mini-implante medida

inmediatamente tras su inserción, fue más alta en el grupo de orificios de 0,8

mm que en los grupos de 0,9 y 1,0 mm. Esto puede estar relacionado con la

retardada curación ósea causada por el estrés o la presión excesiva que

ejercen los tejidos circundantes sobre el hueso cuando el orificio es demasiado

pequeño en comparación con el diámetro del implante que se está insertando.

Sin embargo, la curación ósea en el grupo de 0.8 mm podría requerir

simplemente más tiempo en comparación con la de los grupos de 0.9 y 1.0 mm

para obtener una estabilidad similar (Uemura M, Motoyoshi M, Yano S,

Sakaguchi M, Igarashi Y, Shimizu N., 2012).

Los mini-implantes de 1.3 mm de diámetro insertados en orificios de 0.9 y 1.0

mm, presentan reducida movilidad. Este prometedor hallazgo no puede tener

aplicaciones clínicas directas ya que proviene de un experimento animal.

Este estudio concluye que, para conseguir estabilidad del mini-implante, el

diámetro del orificio debe representar entre el 69 y el 77% del cuerpo del mini-

implante de 1,3 mm de diámetro. Cuando el tamaño del orificio es adecuado, el

mini-implante insertado en ese orificio se vuelve progresivamente más estable

durante 3 semanas, independientemente de si recibe o no tracción. Una


disminución significativa en la movilidad del mini-implante después de 3

semanas, probado con Periotest, implica un buen pronóstico para la estabilidad

posterior (Uemura M, Motoyoshi M, Yano S, Sakaguchi M, Igarashi Y, Shimizu

N., 2012).

Meredith en 1996 introduce el uso del RFA para monitorear clínicamente la

formación de hueso alrededor del implante y por tanto su estabilidad primaria.

El dispositivo Osstell registra la frecuencia de resonancia que surge de la

interfaz implante-hueso (el pico del cambio de la amplitud en la banda de

frecuencia inducida) y la muestra gráficamente (Nienkemper M et al., 2013).

Este dispositivo tiene una piecita de acople con un imán, llamado ‘‘SmartPeg’’,

el cual se enrosca a la cabeza del implante. Una pieza de mano emite impulsos

electromagnéticos de 5 a 15 kHz (kilohertz; Hertz: unidad de medida de la

frecuencia) al smartpeg y detecta la frecuencia de resonancia de la unidad

implante-smartpeg. La unidad de medida es el cociente de estabilidad del

implante (ISQ) que va de 0 a 100.

El estudio de Nienkemper M et al. (2013), compara el espesor del hueso

compacto en contacto con el mini-implante, mediante CBCT (Tomografía

Computarizada Cone Beam), con los métodos RFA y Periotest. Los resultados

mostraron una correlación significativa entre el método ARF y el espesor del

hueso, pero un coeficiente de correlación bajo entre el espesor del hueso y el

método Periotest.

El RFA puede ser usado como un método de medición de la estabilidad de los

mini-implantes. En el futuro, el RFA podría ser usado rutinariamente para

evaluar la estabilidad de los mini-implantes a lo largo del curso del tratamiento

(Nienkemper M et al., 2013).


Crismani AG y cols. (2006), investigaron mediante RFA el comportamiento de

implantes palatinos cargados tempranamente.

La medición de la estabilidad mediante RFA se hizo en el momento de la

cirugía, después de la primera carga ortodóncica y subsecuentemente una vez

a la semana por 12 semanas.

La media del ISQ (Cociente de Estabilidad del Implante) desde la cirugía hasta

el momento de la primera carga temprana fue alto debido a la estabilidad

mecánica primaria (Crismani AG, Bernhart T, Schwarz K, Celar AG, Bantleon

HP, Watzek G, 2006).

Durante todo el tiempo de observación, el valor medio de ISQ disminuyó

significativamente 2 a 3 semanas después de la cirugía en comparación con el

valor medio de ISQ de la primera carga. Una posible razón de este fenómeno

es la disminución de la estabilidad mecánica de los implantes debido a la

relajación del tejido duro circundante. Simultáneamente, una formación de

nuevo tejido óseo entre las paredes óseas y la superficie del implante ocurre

predominantemente como la primera etapa del proceso de osteointegración

(Crismani AG, Bernhart T, Schwarz K, Celar AG, Bantleon HP, Watzek G,

2006).

El valor ISQ registrado a las 3 semanas posteriores a la cirugía fue el más bajo

de toda la serie. De la sexta a la 12ª semana postquirúrgica el valor ISQ medio

aumentó. Este hecho puede deberse a la mejora de la calidad ósea ya que el

tejido óseo formado inicialmente es sustituido por hueso laminar maduro que

proporciona estabilidad secundaria al implante (Crismani AG, Bernhart T,

Schwarz K, Celar AG, Bantleon HP, Watzek G, 2006).


Después de 6 semanas de la cirugía, el valor ISQ promedio nunca disminuyó

por debajo de 68.1 ± 4.1. Este resultado sugiere que se ha logrado un nivel

suficiente de estabilidad del implante y una osteointegración exitosa. Pocos

fallos deben esperarse (Crismani AG, Bernhart T, Schwarz K, Celar AG,

Bantleon HP, Watzek G, 2006).

Es importante recordar que la carga temprana de los implantes dentales se

define como la restauración de los implantes dentro o fuera de la oclusión al

menos 48 h después de la colocación del implante, pero en un intervalo de

tiempo más corto que el de la curación convencional, es decir, 3 meses para la

mandíbula y 6 meses para el maxilar. La carga o restauración inmediata se ha

definido como la unión de una restauración dentro o fuera de la función oclusal

directa dentro de las 48 h de la colocación quirúrgica (Ganeles & Wismeijer

2004). Usualmente los implantes palatinos, que aportan máximo anclaje

ortodóncico, son cargados después de un período de curación de 3 meses

(Wehrbein et al. 1996, 1998; Keles et al. 2003; Crismani et al. 2005a, 2005b).

Complicaciones relacionadas con el uso de mini-implantes

Los mini-implantes pueden ser instalados fácilmente y en la mayoría de

ocasiones son estables a lo largo de la duración del tratamiento.

El éxito del anclaje en mini-implantes depende de 3 factores

fundamentalmente: del diseño del mini-implante, del sitio apropiado de

inserción y de una operación clínica cuidadosa. Asegurar una firme fijación

inicial del mini-implante es el primer paso hacia el éxito del tratamiento.

Las fallas en la colocación de mini-implantes pueden ser inmediatas y mediatas


 Fallas inmediatas: las fallas inmediatas o el aflojamiento del

minitornillo, usualmente ocurre durante las fases iniciales de su

inserción. Las posibles causas incluyen:

 Sitio de inserción inadecuado: sitio de inserción con un grosor de

la cortical ósea menor a 0,5 mm y una densidad baja de hueso

trabecular (Sanu TA, Meenu CP, 2013).

 Inadecuada manipulación durante la inserción, incluyendo

bamboleo o cambio abrupto en la posición de inserción. En el

caso de los tornillos autoperforantes, la presión excesiva al

momento de la inserción fracturará la punta de corte del implante.

Por lo tanto, es aconsejable utilizar una muy buena fuente de luz

en el momento de la inserción (Sanu TA, Meenu CP, 2013).

 Alvéolos de extracciones recientes (Sanu TA, Meenu CP, 2013).

 Tejido blando superpuesto o redundante en pacientes que tienen

una mucosa gruesa. La distancia entre el punto donde se aplica

fuerza y el centro de resistencia del tornillo se incrementa, por lo

que se genera un gran momento cuando se aplica la fuerza. Por

lo tanto, es mejor usar un tornillo largo (Sanu TA, Meenu CP,

2013).

 Los tornillos ajustados en exceso tienden a fracturarse en el

momento en que el cuello ha alcanzado el periostio (Sanu TA,

Meenu CP, 2013).

 Fallas mediatas o retrasadas: Incluso si la fijación inicial parecía

favorable, el aflojamiento del microtornillo puede tener lugar durante la


ortodoncia activa. La razón exacta de las fallas mediatas es

desconocida. Las posibles razones incluyen:

 Carga excesiva del componente elástico (Sanu TA, Meenu CP,

2013).

 Impacto repentino en la cabeza del microtornillo durante la

masticación (Sanu TA, Meenu CP, 2013).

 Posible contacto con la superficie radicular (Sanu TA, Meenu CP,

2013).

 Remodelación ósea excesiva o insuficiente alrededor del

microtornillo (Sanu TA, Meenu CP, 2013).

 Cambio de posición del microtornillo dentro del hueso (Sanu TA,

Meenu CP, 2013).

Un microtornillo fracasado necesita ser removido, junto con la inserción de un

nuevo microtornillo en un sitio adyacente. La reinserción en el mismo sitio

puede aumentar el riesgo de fracaso. Si el sitio particular de inserción es

crucial, se recomienda usar un diámetro más amplio de reinserción, 2-3 meses

después.

Complicaciones generales

Como en cualquier otro procedimiento clínico, algunas complicaciones pueden

ocurrir en la colocación de mini-implantes. Estas son: deslizamiento del mini-

implante, fractura del mini-implante, contacto del mini-implante con el ligamento

periodontal o con la raíz, perforación del seno maxilar o la mucosa nasal, lesión

nerviosa, perforación de la raíz del diente por la fresa helicoidal, movilidad del

implante, enfisema subcutáneo, deglución de la llave digital o del mini-implante,

bacteriemia transitoria, infección, inflamación alrededor del implante,


hiperplasia tisular alrededor del implante y aftas. Se puede minimizar las

posibles complicaciones con entrenamiento técnico, planificación adecuada,

cuidado durante la instalación y mantenimiento de los mini-implantes.

1) Deslizamiento del mini-implante: Esta complicación suele ocurrir cuando

el operador desea instalar el mini-implante angulado en relación a la cortical

ósea, sobre todo en instalaciones con un ángulo inferior a 45º. Al apoyar el

mini-implante angulado sobre la cortical, este puede deslizarse y,

eventualmente, causar injuria en la mucosa adyacente. En algunos casos,

el mini-implante puede deslizarse entre la cortical y la mucosa, quedando

inmerso en esa región. Áreas con mayor riesgo de deslizamiento incluyen el

proceso zigomático, el trígono retromolar, la cortical vestibular a la altura de

la línea mucogingival y exostosis vestibulares del maxilar, cuando estén

presentes. Para prevenir esta complicación, se sugiere introducir

inicialmente el mini-implante perpendicular a la cortical ósea y girarlo tres a

cuatro vueltas, para obtener una indentación en la cortical. En seguida, se

recomienda girar el mini-implante en sentido contrario para retirar la punta

del mini-implante de la cortical y, por último, apoyar el mini-implante en la

perforación obtenida para proseguir con la instalación en la inclinación

deseada. Otra opción sería hacer una marca en la cortical con la fresa en

lanza de la llave manual o con la fresa helicoidal del contra-ángulo reductor

(Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

2) Fractura del mini-implante: La fractura del mini-implante puede ocurrir en

diferentes etapas de la instalación o durante el tratamiento ortodóncico. Al

principio de la instalación, se puede fracturar la punta del mini-implante

cuando el paciente presenta una cortical con densidad aumentada o cuando


el mini-implante presenta una punta frágil y se omite la realización de una

perforación previa en la cortical. En tal caso, el operador percibe que, a

pesar de estar girando el mini-implante, este no se proyecta en el hueso y al

quitarlo observa que ya no presenta punta. Para evitar esta complicación,

se sugiere perforar la cortical cuando presente un espesor superior a 1,5

mm o en situaciones en las que clínicamente se detecte una resistencia

aumentada de la cortical ósea (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

La fractura del mini-implante también ocurre cuando el operador cambia la

angulación del dispositivo durante la instalación. Se sugiere que, si se

pretende cambiar el ángulo de inserción, se remueva una parte de la

cortical y sólo a partir de ahí se continúe con la inserción angulada. Si el

operador tiene la intención de cambiar el ángulo del mini-implante durante la

inserción, como usualmente ocurre en la técnica de instalación de mini-

implantes extra-alveolares, se recomienda el uso de mini-implantes de

acero inoxidable.

En los casos de fractura del mini-implante, el operador puede liberar un

pequeño colgajo en la mucosa y eliminar el fragmento o aceptar que

permanecerá insertado en el hueso, siempre y cuando no obstaculice los

movimientos ortodónticos (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

La fractura puede ocurrir también durante la instalación, cuando el operador

realiza movimientos excéntricos en lugar de girar la llave en su propio eje.

Es más común que ocurra este tipo de fractura en la región posterior de la

mandíbula, cuando el mini-implante se instala con una fuerza excesiva.

Para evitar este problema, se sugiere aplicar una presión axial con la palma
de la mano en la llave manual, usando sólo los dedos índice y pulgar para

promover el giro de la llave, evitando así los movimientos excéntricos.

Aunque es más rara, la fractura del mini-implante puede ocurrir también

durante su remoción, principalmente si el mini-implante es de titanio,

bicortical y si se ha utilizado durante un largo período de tiempo, lo cual es

sinónimo de una excesiva osteointegración. Para evitar esta fractura, se

sugiere que el operador, al encontrar resistencia a la extracción del mini-

implante, posponga la remoción ya que probablemente ese intento inicial

promueva una alteración ósea alrededor del mini-implante que facilitará su

remoción algunos días después (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

Puede haber fractura del mini-implante durante el tratamiento, en casos de

impacto sobre él por interferencia de dispositivos intrabucales como

protectores deportivos. Se sugiere incluir en las instrucciones

postoperatorias una recomendación para que los pacientes que utilizan

protectores los lleven a la consulta a fin de ser desgastados en la región del

mini-implante.

3) Contacto del mini-implante con el ligamento periodontal o con la raíz

del diente: Suele ocurrir en casos de instalación del mini-implante en

espacios reducidos entre raíces o por dificultad del operador de mantener el

ángulo de instalación planificado (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

Este contacto hace que el pronóstico del mini-implante sea menos

favorable, pues estudios demuestran que la proximidad a la raíz dental

representa el factor más importante de fracaso en la instalación de los mini-

implantes. En la mandíbula, los mini-implantes instalados lejos de la raíz


mostraron una tasa de éxito del 84%, mientras que los que atravesaron la

cortical y penetraron en el ligamento periodontal sólo presentaron un 35%

de éxito.

Además del riesgo de pérdida del mini-implante, existe la preocupación por

la injuria de la estructura radicular como consecuencia de ese contacto. El

resbalamiento del mini-implante en la superficie radicular quita un área de

cemento, donde se inicia una reabsorción localizada. Este proceso

normalmente se limita a una pequeña área y los cementoblastos vecinos a

la región de la injuria reparan la superficie radicular afectada en

aproximadamente 2 a 3 meses (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

Para evitar esta complicación se recomienda:

 Usar radiografías interproximales o tomografías para evaluar los

espacios entre las raíces de los dientes vecinos al sitio donde el mini-

implante se instalará. Si no hay espacio favorable (3,0 mm o más

entre las raíces), se recomienda abrir espacio ortodóncicamente

antes de la instalación del mini-implante.

 No usar una técnica anestésica troncular de manera que el paciente

esté consciente de cualquier dolor o molestia provocada por la

aproximación del microimplante al ligamento periodontal. La

percepción de dolor por parte del paciente indica que el

microimplante debe ser retirado inmediatamente y redirigido para

evitar lesiones en la raíz dental (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C,

2018).

4) Perforación del seno maxilar o mucosa nasal:


Puede haber perforación del seno maxilar durante la instalación de mini-

implantes en la región posterior del maxilar. Si se produce la perforación del

seno maxilar, el riesgo de pérdida del mini-implante se incrementará. Sin

embargo, esta complicación no indica necesariamente la eliminación del

mini-implante. Se sugiere la evaluación radiográfica o tomográfica para

comprobar la distancia entre el seno maxilar y el lugar de instalación

planificada. Así también, se recomienda cuidado con la elección del tamaño

del mini-implante y de la inclinación durante su inserción. La instalación de

mini-implantes en la región sutura palatina media puede llevar a la

perforación de la mucosa nasal. Aunque esta intercurrencia no determina el

fallo del mini-implante, puede aumentar el riesgo de su pérdida y causar

sangrado e incomodidad para el paciente durante la instalación. Para

prevenir esta complicación, se sugiere evaluar el espacio óseo vertical

disponible, utilizando una tomografía del maxilar o telerradiografía de perfil,

considerando aproximadamente 2 mm más de disponibilidad ósea que lo

visualizado en la telerradiografía, y utilizar a longitud de mini-implante

compatible con la cantidad de hueso disponible (Marassi C, D’Aurea B,

Marassi C, 2018).

5) Lesión nerviosa: La lesión neural es rara, pero puede ocurrir al ponerse en

contacto el mini-implante con un nervio durante su instalación. Si se

identifica el contacto, el mini-implante deberá ser removido o reposicionado.

Las lesiones neurales suelen conducir a una parestesia temporal que cesa

a los seis meses. Las zonas con mayor riesgo de ser agredidas son: el

maxilar, en el foramen palatino mayor localizado entre 2ndos y 3eros

molares; la mandíbula, dada la posibilidad de agredir el nervio lingual en la


región retromolar o el nervio alveolar inferior en el área distovestibular del

segundo molar. Se recomienda planificar con cuidado la colocación del

implante y evitar la inserción de mini-implantes de más de 8 mm de longitud

en las regiones descritas. Técnicas de anestesia infiltrativa, con pequeñas

cantidades de anestésico frente a técnicas tronculares pueden evitar este

tipo de lesión (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

6) Sangrado y entumecimiento: Intraoperatoriamente, el excesivo sangrado

o entumecimiento pueden ocurrir como una complicación de la

implantación, debido a un trauma vascular (arteria palatina) o nervioso

(nervio dentario inferior). Se debe tener cuidado de no lesionar el haz de

nervios o el sistema vascular durante la implantación. El foramen palatino

mayor se encuentra distal al segundo molar superior a mitad de camino

entre la unión amelo-cementaria (CEJ) y el hemipaladar; el resto de encía

de la pendiente palatina es un área segura para la implantación (Marassi C,

D’Aurea B, Marassi C, 2018).

7) Perforación de la raíz dental por la fresa helicoidal: la fresa helicoidal

puede promover una fractura importante de la raíz dental por lo que debe

ser utilizada con mucho cuidado. Para prevenir esta complicación se

sugiere utilizar la fresa helicoidal apenas en regiones edéntulas, dando

preferencia a la fresa en lanza en áreas dentadas donde la cortical tiene

más de 1,5 mm de grosor. Usualmente se indica la perforación de la cortical

en la región posterior de la mandíbula, en la sutura palatina y en la sínfisis

mandibular. Se recomienda utilizar un curso endodóntico para delimitar en

la fresa el espesor del hueso disponible y prevenir una inserción excesiva

de la fresa. Se recomienda usar un poco de anestésico apenas en el área


próxima a la instalación para mantener la sensibilidad de los dientes vecinos

durante la inserción del mini-implante, permitiendo al paciente referir dolor si

el mini-implante se aproxima al ligamento periodontal (Marassi C, D’Aurea

B, Marassi C, 2018).

8) Movilidad del mini-implante: para contrarrestar la pérdida de la estabilidad

del mini-implante, se recomienda reapretarlo aplicando una fuerza de baja

intensidad (100 cN aproximadamente). En casos de movilidad excesiva se

recomienda remover el mini-implante y sustituirlo por uno nuevo, próximo al

sitio del mini-implante anterior. Para prevenir la movilidad de los implantes

es necesario considerar las siguientes recomendaciones: evitar cirugía

traumática; usar dos o un mini-implante más grueso, en lugares de baja

densidad ósea, pacientes adolescentes y pacientes dólicofaciales; evitar la

aplicación de fuerza ortodóncica excesiva sobre el mini-implante; controlar

la higiene para evitar la inflamación alrededor del implante; evitar trauma o

presión excesiva ejercida por el cepillo dental, presión digital o de lengua;

evitar proximidad o contacto del implante con la raíz del diente adyacente,

escogiendo lugares de instalación con mayor espacio entre las raíces

(Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

9) Desplazamiento del mini-implante: Algunos mini-implantes pueden

desplazarse si están estables. Esto puede ocurrir por microfracturas de la

cortical ósea, seguidas de una nueva estabilización del implante. El

desplazamiento del mini-implante puede convertirse en una complicación si

este entra en contacto con la raíz del diente vecino se desplaza a una

posición desfavorable para su uso (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).


10)Enfisema subcutáneo: es la distensión de los tejidos blandos causada por

la entrada de aire en la región subcutánea o submucosa. Esta complicación

puede producirse cuando se utiliza la jeringa de aire para secar la región de

la instalación del mini-implante. El aire penetra en la región submucosa,

causando un edema facial inmediato, que en dientes posteriores se

desplaza a la región del cuello o región de la órbita ocular. Se recomienda

comunicar al paciente que el edema desaparecerá después de 3 a 10 días,

y se sugiere la prescripción de analgésico para evitar incomodidad y

antibiótico para evitar el riesgo de infección. Se debe, por lo tanto, evitar el

uso de la jeringa de aire durante el procedimiento de instalación de los mini-

implantes; una gasa estéril debe ser utilizada para secar el lugar (Marassi

C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

11)Deglución accidental del implante o llave digital: debido a las

dimensiones reducidas del mini-implante y de la llave digital. En caso de ser

deglutidos, se espera que estos objetos pasen por el tracto digestivo y sean

expulsados espontáneamente en hasta dos días. Se sugiere a los pacientes

que han tragado accidentalmente un mini-implante o una llave, se realicen

una radiografía de las asas intestinales de dos a tres días después del

evento. Se debe informar al paciente de esta posibilidad antes de la

instalación en la región del paladar, principalmente, pues en esa área el

riesgo de deglución es mayor. Una vez que el paciente haya sido informado

es más difícil de sorprenderse y deglutir el objeto. También se recomienda

prender la llave digital con hilo dental (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C,

2018).
12)Bacteriemia transitoria: la colocación de mini-implantes provoca una

bacteriemia transitoria en el paciente. Por tanto, es necesaria una

antibioticoterapia profiláctica en pacientes con riesgo de complicaciones

cardíacas (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

13)Infección: Si falla la cadena aséptica, puede haber infección aguda en el

sitio del mini-implante justo después de su instalación. La infección

alrededor de los tornillos puede ser eliminada mediante la selección de un

sistema de microtornillos con longitud de cuello variable. El riesgo de

infección es alto cuando se requiere la previa liberación de un colgajo

quirúrgico. Por lo tanto, es mejor utilizar un sistema de implantes que no

necesite una perforación previa (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

Se recomienda antibioticoterapia y si no hay remisión de la infección o se

produce movilidad excesiva del mini-implante es mejor su eliminación

(Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

14)Inflamación alrededor del mini-implante: La inflamación alrededor del

mini-implante ocurre principalmente por la falta de higiene por parte del

paciente. El biofilm depositado en la interfase epitelio-mini-implante induce

un proceso inflamatorio similar a la gingivitis. Si este continúa puede

comprometer la fijación del implante y ocasionar su pérdida. Para prevenir

esta complicación el ortodoncista debe verificar mensualmente la situación

de los tejidos circundantes al mini-implante y concientizar el paciente sobre

la importancia del cepillado en la región. Se recomienda:

 Empapar el cepillo dental en solución de gluconato de clorhexidina al

0,12% o aplicar en los tejidos circundantes digluconato de

clorhexidina al 0,2% en gel.


 Evitar la instalación de mini-implantes en la región de mucosa

alveolar, pues los mini-implantes instalados en esta región son más

propensos a la inflamación perimplantar.

 Utilizar un microtornillo con cabeza tipo bracket, contorneando una

ligadura alrededor del tornillo o cubriéndola con composite. Esto

permitirá al paciente mantener el área del tornillo libre de inflamación

(Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

15)Hiperplasia tisular alrededor del mini-implante: Las hiperplasias tisular

peri-implantarias ocurren cuando pequeñas rupturas epiteliales, asociadas a

la presencia de una microbiota de baja virulencia, generan la formación

local de tejido de granulación revestido por epitelio. Estas hiperplasias

suelen cubrir la cabeza del mini-implante e impedir su activación o impedir

el cambio de las y los elásticos en cadena. Esta condición se produce

principalmente en la mucosa alveolar por ser más frágil y más sensible a la

formación de tejido de granulación. Por esta razón, los mini-implantes

instalados en áreas de mucosa alveolar deben recibir cuidado especial de

higienización (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

16)Aftas: la fricción provocada por el contacto de la mucosa con los mini-

implantes puede provocar ulceraciones aftosas. Estas ulceraciones están

íntimamente asociadas a la colocación del microtornillo en o cerca del

frenillo bucal (Marassi C, D’Aurea B, Marassi C, 2018).

Una manera simple de evitarlas es cubriendo los mini-implantes con un

material restaurador provisional fotopolimerizable o con cubiertas

especialmente diseñadas para mini-implantes por algunas casas

comerciales.
Se puede realizar una frenectomía incisional si la inserción está

estrictamente indicada en la zona del frenillo. El revestimiento periodontal

alrededor del microtornillo durante 1 semana adapta el tejido blando y

periostio del sitio de la inserción de vuelta a la superficie ósea y evita que la

cabeza del minitornillo quede atrapada en el tejido blando (Marassi C,

D’Aurea B, Marassi C, 2018).

Siempre que sea posible se recomienda instalar el mini-implante en

regiones libres de frenillo, de lo contrario el paciente tendrá mayor chance

de sufrir ulceraciones, des confort y dolor. Se puede curar la ulceración de

la mucosa bucal o yugal mediante la aplicación de Orabase durante 1-2

semanas.

Es importante la correcta planificación de la longitud de la parte activa del

mini-implante y de su perfil trans-mucoso, de modo que sean compatibles

con la región elegida para su instalación.

Otras causas de fracaso en la colocación de microimplantes incluyen

osteoporosis y diabetes no controladas, tabaquismo, alcoholismo, abuso de

drogas, irradiación, etc.

Conclusiones

Hoy en día los microimplantes tienen una vasta aplicación clínica en la

obtención de anclaje ortodóncico debido a su fácil manejo por parte del

especialista y a sus ventajosas propiedades biomecánicas.

La estabilidad posicional del microimplante depende de varios factores como la

magnitud de la tracción ortodóncica, la inserción del implante (manipulación,

angulación, torque), de la arquitectura del implante, del área anatómica a


abordar, etc. los cuales deben ser meticulosamente controlados por el clínico

para que se incremente la posibilidad de éxito terapéutico.

Las complicaciones asociadas a los microimplantes pueden ocurrir

independientemente de los cuidados que se tenga antes, durante y después

del acto quirúrgico de la implantación; sin embargo, es necesario disminuir al

máximo su incidencia mediante el seguimiento estricto y cuidadoso de

protocolos estandarizados.
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