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UNIVERSIDAD DE LAS AMÉRICAS

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

MEDICINA VETERINARIA

DIAGNÓSTICO VETERINARIO I (MVET- 3307 – 01)

Trabajo de revisión sistemática: Constantes


fisiológicas en la especie equina.

Autores: Paula Almeida, Sara Castillo, Kimberly Erazo, Sheyla López,


Sara Oquendo y Edison Reyes.
Docente: MVZ. Lucía Cabascango.

Fecha de entrega: 16 de octubre de 2021.


Universidad de las Américas
Diagnóstico Veterinario I
Constantes fisiológicas en equinos

Trabajo de revisión sistemática: Constantes


fisiológicas en la especie equina.

Objetivo general:

Aprender sobre las constantes fisiológicas de la especie equina.

Objetivos específicos:
1. Reconocer indicadores fisiológicos de salud en el paciente equino adulto, potro,
gestante y geronte.
2. Considerar la gran variedad de constantes fisiológicas que se puede evaluar en el
paciente equino.
3. Relacionar las constantes fisiológicas del equino con su anatomía y fisiología saludable.
Introducción:

El caballo es un mamífero ungulado que pertenece a la familia de los équidos. En el


género Equus se incluyen el caballo doméstico, el poni y la cebra. El caballo es un animal
herbívoro que cuenta con adaptaciones sistémicas para triturar vegetación dura y gruesa.
Además, tiene gran movilidad debido al gran desarrollo de su musculatura (Gordon, Russell,
Montgomery y Waters, 2003).

El sistema locomotor del caballo se caracteriza por tener una gran musculatura y fuerza
en los miembros anteriores y posteriores. El esqueleto del equino está compuesto de una
columna vertebral que cuenta con 7 vértebras cervicales, 18 vertebras torácicas, 6 vértebras
lumbares, 5 sacras y de 15-21 vértebras coccígeas. La columna vertebral, vista lateralmente
presenta una serie de curvas. Cuando la cabeza y el cuello se encuentran en posición normal,
la parte craneal de las apófisis cervicales forman una curva cóncava. Por otro lado, los huesos
del carpo constan de siete u ocho huesos carpianos, dispuestos en dos filas: una poximal y una
distal. En el caballo están presentes tres huesos metacarpianos, de éstos solamente el tercero
está muy desarrollado, por lo que caminan sobre este dedo. De igual manera cuenta con una
falange proximal, media y distal siendo esta última parte del casco (Dieter, Sack y Horowitz,
2009; Grossman y Sisson, 2000).

El caballo tiene un gran desarrollo muscular tanto en sus miembros anteriores y


posteriores como en el tórax. La contracción muscular depende del control del sistema
nervioso. Las fibras motoras permiten llevar el potencial de acción desde el sistema nervioso
central hacia la placa motora. De esta manera, se da la contracción muscular gracias a la
interacción entre la actina y la miosina. Así mismo, las fibras aferentes llevan información
desde los músculos gracias a estímulos como la presión, el dolor y las sensaciones táctiles. De
esta manera se generan acciones reflejas en respuesta a un estímulo (Cunningham y Klein,
2014).

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Por otro lado, el sistema digestivo del equino está dividido en: tubo digestivo y
glándulas anexas. El primero se dubdivide en: boca, dientes, faringe, esófago, estómago,
intestino delgado, intestino grueso y ano. Y las glándulas anexas comprenden las glándulas
salivales, el hígado y páncreas. El equino no cuenta con vesícula biliar. Cada uno de estos
órganos cumplen una función distinta durante la digestión y absorción de alimentos (Grossman
y Sisson, 2000). Los equinos tienen entre 40 y 42 piezas dentales: cuentan con 3 incisivos
superiores e inferiores, 1 canino superior e inferior, 3 o 4 premolares superiores y 3 premolares
inferiores, 3 molares superiores e inferiores, de cada lado (Grossman y Sisson, 2000). Esto le
permite tener una masticación consciente y le permite triturar de mejor manera los alimentos,
lo cual es de suma importancia para la fermentación posterior. Una vez triturado el alimento,
se deglute y llega al estómago de manera irreversible, porque el velo del paladar no permite
que el alimento regrese hacia la boca. Una vez que llega al estómago inicia una digestión
enzimática breve (Gonzales, 2018).

El estómago del caballo es relativamente pequeño a comparación de su tamaño


corporal, pero tiene una capacidad de 8 a 15 litros. El estómago consta de 4 partes: la porción
aglandular, el cardias, el fondo y la porción pilórica. Una vez que el alimento llega al intestino
delgado, inicia el proceso de absorción de nutrientes gracias a la secreción de enzimas
pancreáticas y el transporte de sustancias a través del enterocito hacia la sangre (Merrick´s,
INC., 2012). El equino tiene un intestino grueso muy desarrollado donde la mayoría del
alimento no digerido ni absorbido se fermenta en el ciego del animal. El ciego cuenta con
condiciones adecuadas para que exista proliferación de bacterias (microbiota), las cuales son
capaces de metabolizar alimentos que contienen celulosa. Una vez se fermenta el alimento en
el intestino grueso, se obtienen ácidos grasos volátiles (AGV´s) que se absorben por osmosis,
y el resto se elimina con las heces (Gonzales, 2018).

El sistema respiratorio está compuesto de 2 porciones: una anterior la cual se ubica en


la zona cervical y una posterior que corresponde a las estructuras contenidas en el tórax. La
parte anterior está conformada por las narinas, la cavidad nasal, la nasofaringe, la laringe y la
porción cervical de la tráquea. En cambio, la parte posterior del sistema está compuesto por la
tráquea y los pulmones, que a su vez está formados por bronquios, bronquiolos y sacos
alveolares. El órgano principal del sistema respiratorio son los pulmones, los cuales no son
lobulados en el caballo y son de gran tamaño. Su principal función es realizar el intercambio
gaseoso entre la sangre y el medio externo, para poder enviar oxígeno a través del sistema
cardiovascular y excretar CO2. Mediante este mecanismo el sistema respiratorio también ayuda
a regular el pH, la temperatura, evapora agua y también permite la fonación (Cunningham y
Klein, 2014; Meneses, 2013).

En el sistema cardiovascular, el corazón es el órgano que impulsa la sangre a todo el


organismo del equino. Se localiza en la cavidad torácica y el peso promedio del órgano en
caballos adultos es de 4kg. El corazón se divide en dos mitades que a su vez tienen cavidades
conocidas como aurículas y ventrículos. Estos compartimentos se conectan por medio de las
válvulas auriculoventriculares: la mitral en el lado izquierdo del corazón y en el lado derecho
por la válvula tricúspide. Las aurículas reciben sangre que proviene de grandes venas como la
cava y la pulmonar. Por otro lado, los ventrículos expulsan sangre fuera del corazón. El
ventrículo derecho envía la sangre a través del tronco y las arterias pulmonares hacia los

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pulmones para el intercambio gaseoso. En cambio, el izquierdo impulsa la sangre oxigenada


por la arteria aorta para que se distribuya en todo el cuerpo. Además del corazón, el sistema
cardiovascular cuenta con vasos sanguíneos que transportan la sangre a través del cuerpo. Las
arterias y arteriolas por lo general llevan sangre oxigenada desde el corazón. Solo las arterias
pulmonares llevan sangre sin oxigenar. En cambio las venas y vénulas llevan sangre
desoxigenada hacia el corazón a excepción de las vena pulmonares (Palencia, 2015; Ross y
Wojciech, 2016).
En cuanto a la fisiología del sistema cardiovascular, la contracción del músculo cardíaco
se denomina sístole y la relajación para el llenado, diástole. La sístole ocurre cuando las
válvulas auriculoventriculares se cierran, mientras que la diástole se da cuando las válvulas
tricúspide y mitral se abren para que se llenen los ventrículos con la sangre proveniente de las
aurículas. Existen dos tipos de circulación: la sistémica y la pulmonar. La primera consiste en
el envío de sangre oxigenada desde el ventrículo izquierdo a través de la aorta y hacia el resto
del cuerpo. Se da la distribución de sangre a través de las arterias y arteriolas. Y posteriormente
el retorno de la sangre desoxigenada hacia el corazón a través de las venas que desembocan en
la cava, en la aurícula derecha. En cambio, la circulación pulmonar consiste en el envío de
sangre hacia los pulmones para el intercambio gaseoso de forma que la sangre se oxigene. De
igual manera termina con el retorno de sangre oxigenada al lado izquierdo del corazón a través
de las venas pulmonares (Hill, Wyse y Anderson, 2016; Palencia, 2015).
El sistema nervioso está dividido en sistema nervioso central (SNC) y sistema nervioso
periférico (SNP). El primero está formado por el encéfalo y médula espinal mientras que
segundo está conformado por nervios espinales y craneales capaces de transmitir señales
eléctricas (potenciales de acción), desde o hacia el SNC. A su vez estos nervios se dividen en
eferentes y aferentes. Los eferentes o motores pueden ser somáticos que van al músculo
esquelético o pueden ser viscerales que van a los músculos cardíacos y lisos, así como también
a las glándulas exocrinas. Los nervios aferentes de igual manera pueden ser: somáticos desde
la piel, retina y laberinto membranoso o viscerales desde órganos torácicos y abdominales,
epitelio olfativo y papilas gustativas. El sistema nervioso funciona gracias a la propagación de
potenciales de acción entre neuronas. Esto depende de la carga eléctrica de la célula y de la
apertura de canales iónicos. Las neuronas se comunican entre sí por medio de sustancias
denominadas neurotransmisores con el objetivo de controlar los movimientos motores,
autónomos y reflejos (Cunningham y Klein, 2014).
El sistema inmune tiene como objetivo proteger al organismo, de forma que se conserve
su estado de salud. Los órganos linfáticos se clasifican en primarios y secundarios. Los
primeros son aquellos que regulan el desarrollo de los linfocitos, es decir se encargan de la
formación, maduración y diferenciación de los linfocitos B y T. Los órganos secundarios en
cambio son aquellos en los que se concentran poblaciones de linfocitos para exponerse a
antígenos y generar una respuesta inmune (Tizard, 2009).
En el caballo, los órganos primarios son: el timo, la médula ósea y placas de Peyer en
el íleon. La médula ósea consiste en el tejido esponjoso de los huesos largos y planos. Esta
puede ser roja (en la cual se producen células blancas, plaquetas y células rojas) o amarilla (que
consiste en depósitos de grasa y células madre de cartílago y hueso). En la médula ósea se da
la hematopoyesis y linfopoyesis. El timo está localizado en el tórax y la región cervical, va

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desde la tiroides hasta craneal al corazón. Recibe células precursoras de linfocitos desde la
médula ósea y se encarga de la maduración y diferenciación de estas. De esta forma se da el
desarrollo de los linfocitos T en el caballo. Por último, las placas de Peyer del íleon en los
caballos consisten en una estructura simple y continua, compuesta de folículos llenos de
linfocitos B. Por otro lado, los órganos linfoides secundarios son: el bazo, los nódulos
linfáticos, las placas de Peyer del yeyuno y las tonsilas (Köning y Liebich, 2005; Tizard, 2009).
Hay tres sistemas de defensa en el organismo: las barreras fisico-químicas, la
inmunidad innata y la inmunidad adquirida. Las primeras consisten en el nivel más básico de
defensa y se encargan de evitar el ingreso de microorganismos o antígenos al cuerpo. Entre las
barreras físicas se encuentran: la piel intacta, tos, estornudos, el vómito, la diarrea, la orina,
entre otros. En cambio, algunos ejemplos de barreras químicas son: el ácido clorhídrico del
estómago, la lisozima (en las lágrimas y saliva), el sudor, etc. En segundo lugar, está la
inmunidad innata que involucra mecanismos inflamatorios. En este nivel de defensa actúan
citoquinas y leucocitos como neutrófilos, eosinófilos y basófilos. Finalmente se encuentra la
inmunidad adaptativa que corresponde al máximo nivel de defensa del organismo. En este
actúan los anticuerpos y linfocitos, produciendo una respuesta específica para neutralizar al
antígeno (Campos, 2014; Tizard, 2009).

Marco teórico:
Las constantes fisiológicas son los parámetros que permiten evaluar la salud del animal
en base a un determinado rango de valores y escalas. Es decir, si un parámetro sobrepasa o se
encuentra bajo el límite inferior, puede indicar una alteración en la salud del animal de acuerdo
a la evaluación integral del animal y el criterio del médico veterinario. Dentro de las constantes
que se deben tomar en cuenta, están: la frecuencia cardíaca, respiratoria, tiempo de llenado
capilar, temperatura corporal, pH de la orina y heces, entre otras (Asociación Mexicana de
Veterinarios Especialistas en Cerdos A.C, 2019).
A continuación, se presentan las principales constantes fisiológicas evaluadas y
consideradas en el paciente equino en una consulta veterinaria:

Esperanza de vida, tiempo de gestación y ciclo estral:

La esperanza de vida de los equinos va de 25-30 años. A partir de los 18 a 20 años, se


pueden considerar como gerontes en dependencia de la raza. Por otro lado, su tiempo de
gestación dura entre 330 a 340 días por lo que un parto antes de ese tiempo se considera
prematuro. El ciclo estral de las yeguas dura 21 días (Gutiérrez, 2020).

Temperatura:

La temperatura normal del caballo adulto oscila entre 37,5–38,5 °C, en el caso de los
potros esta temperatura puede estar ligeramente aumentada y esta debe de ser tomada por vía
rectal (ver anexo 1). Sin embargo, es recomendable comprobar la temperatura de cada caballo
de forma rutinaria ya que esta varía en cada individuo. De esta manera, cuando exista alguna
alteración en la temperatura, ya existe un punto de referencia (propio del individuo) (Fernández,
Conde y Fondevila, 2011).

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El potro nace con un mecanismo de control de la temperatura bien desarrollado. En el


momento del nacimiento, el potro puede mantener una temperatura corporal constante de 37 -
37,5 °C. Esta temperatura se incrementa a 38 - 38.5 °C al cabo de 1 hora, independientemente
de que el ambiente sea frío. Esto es debido a la alta tasa metabólica de los potros recién nacidos,
que es tres veces la de un potro de 2 días de edad (Sánchez y Álvarez, 2013).

Frecuencia Cardíaca:

La frecuencia cardíaca es el número de contracciones del corazón por una unidad de


tiempo. Para determinar este parámetro en equinos, el animal debe estar calmado, frío,
descansado y relajado. Se puede utilizar un estetoscopio para detectar el latido del corazón. Se
conoce que el mejor lugar para la auscultación es detrás del codo izquierdo del equino. De igual
manera, se puede evaluar el pulso en la arteria digital, arteria maxilar externa o en la arteria
transversa facial (ver anexo 2). Para medir el pulso se ejerce una presión digital ligera sobre un
punto del recorrido de la arteria (Fernández, Conde y Fondevila, 2011).
Tabla 1. Frecuencia cardíaca del equino adulto, potro, hembra gestante y caballo geronte.

Valores Normales:
Equino Adulto: 28-40 latidos por minuto
-Potros recién nacidos 50 – 60 por minuto, pero puede aumentar
Potro: rápidamente a 120 latidos por minuto.
-Potros de un año entre 40 y 60 latidos por minuto.
Geronte: 28-40 latidos por minuto.
Elaborado por Paula Almeida. Tabla basada en: Fernández, Conde y Fondevila, 2011.

Frecuencia Respiratoria:

La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones realizada en un determinado


tiempo. Este parámetro se puede alterar si el animal realiza algún tipo de actividad física, o en
caso de existir dolor, fiebre, toxicidad o, enfermedad. Se puede medir la frecuencia observando
el movimiento hacia adentro y hacia afuera producido en el costado del equino (cada inhalación
y exhalación cuenta como una respiración), o mediante auscultación con un estetoscopio.
También se puede colocar la mano en los ollares para notar la salid de aire y contar las
respiraciones (ver anexo 3) (Díaz, 2020; Fernández, Conde y Fondevila, 2011).

Tabla 2. Frecuencia respiratoria del equino adulto y el potro.

Valores Normales: (respiraciones por minuto)


Equino Adulto: 8-16 rpm
En potros de hasta de una semana varía de 25 a 60 rpm.
Potro: Pueden encontrarse frecuencia de 70 a 90 rpm durante la primera
hora que sigue al nacimiento.
Elaborado por Paula Almeida. Tabla basada en: Rose y Hodgson, 2995.

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Grado de hidratación:

Para medir el grado de hidratación, realizamos la técnica del pliegue cutáneo en la


zona preescapular o en las tablas del cuello; se pellizca la piel del caballo y luego se suelta
(ver anexo 4). Se debe contar cuántos segundos necesita la piel para volver a su estado
original. En condiciones normales debería tardar menos de dos segundos. Por encima de eso
nos indicaría un cierto grado de deshidratación. Otros signos para valorar el estado de
deshidratación, especialmente cuando están muy afectados, son el hundimiento del ojo,
mucosas orales secas, disminución de la producción de orina y menor distensión de la vena
yugular (Fernández, Conde y Fondevila, 2011).
Tabla 3. Grado de hidratación del equino adulto.

Grado de deshidratación Signos clínicos %Peso corporal


Ligera ↑ Pliegue cutáneo 5
Media > ↑ Pliegue cutáneo 7
Moderada Ojos caídos, extremidades frías 9
Grave Hipotermia, moribundo, tumbado 12
Recuperado de: Fernández, Conde y Fondevila, 2011.
Tiempo de llenado capilar:
El tiempo de llenado capilar es un indicador que refleja el estado de la circulación
periférica, así como también la hidratación del animal. Se lo realiza presionando ligeramente,
pero firme la mucosa de la encía sobre los dientes incisivos superiores (ver anexo 5).
Posteriormente, se observa y mide el tiempo que dura en desaparecer la marca del dedo en la
mucosa y regresar a su tono original. El tiempo debe ser medido en segundos y en caballos
adultos el rango normal es de 1 a 2 segundos (Paiz, 2012).

Condición corporal:

La condición corporal permite tener un estimado de la cantidad de grasa subcutánea que


posee un equino y de esta manera poder determinar si esa condición es o no saludable para el
animal. Actualmente, se utiliza el sistema de medición de condición corporal creado por
Henneke y Col en 1983, el cual asigna un puntaje desde 1 hasta 9, siendo la categoría 1 un
caballo emaciado, las categorías 5 y 6 consideradas ideales y la categoría 9 un caballo
demasiado obeso (Anexo 6). Para las hembras gestantes la condición corporal ideal será entre
6 y 7 debido a las necesidades nutricionales y fisiológicas de la yegua durante el periparto. Para
medir la condición corporal en esta escala se debe examinar 6 áreas del cuerpo del equino, tales
como: cuello, cruz, costillas, lomo, detrás de los hombros e inserción de la cola (ver anexo 7)
(Soto, 2013).

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Mucosas:
El término «mucosa» se refiere al “revestimiento interior húmedo de algunos órganos
y cavidades del cuerpo (como la nariz, la boca, los pulmones, etc)” (Instituto Nacional del
Cáncer, 2021). En las mucosas es posible evaluar su color, humedad y brillo. Estos parámetros
son indicadores de la perfusión sanguínea y el estado de hidratación. Normalmente se toma en
cuenta a la mucosa oral (gingival y labial) y ocular para la evaluación, pero es posible también
revisar las mucosas vaginal y peneana (Brejov, 2016).

Color de mucosas: El color de las mucosas es principalmente, un indicador del estado


del sistema vascular. Sin embargo, alteraciones en el color de las mucosas también pueden
indicar patologías de otros sistemas además del cardiovascular. Normalmente se evalúa la
mucosa oral o conjuntival (Fernández, Conde y Fondevila, 2011). A continuación, se expone
el color de las mucosas y la interpretación que se puede obtener de ellas. Además, en el anexo
8 se puede observar imágenes explicativas de la información presentada en la tabla 3.

Tabla 4. Color de las mucosas y su interpretación.


Color de las
Interpretación
mucosas
Rosas Coloración normal. Denotan una correcta perfusión sanguínea. (Anexo 8a)
Ictericia. Corresponde a una acumulación excesiva de bilirrubina en la
Amarillentas
sangre. Puede tener varias causas (ejemplo: piroplasmosis, ayuno
prolongado en cólico). (Anexo 8b)
Su causa primaria es la anemia. Es decir, al estar reducida la cantidad de
glóbulos rojos, no hay suficiente hemoglobina (que es la sustancia que da
Pálidas
el pigmento rojo a la sangre). También se puede presentar en casos de
isquemia. (Anexo 8c)
Corresponde a hemoconcentración y vasodilatación capilar. (Anexo 8d).
Si la mucosa presenta una coloración rojiza uniforme puede deberse a
Rojas/ causas locales (por ejemplo, inflamaciones digestivas o respiratorias). En
congestivas cambio, si la mucosa presenta un patrón ramificado de enrojecimiento, se
observa un fondo rosa con vasos sanguíneos de color rojizo. En este caso
se puede asociar a un mayor flujo de sangre o una compresión venosa.
Azuladas o Se debe a un proceso de cianosis. Existe falta de oxígeno en la sangre o
moradas problemas en el intercambio de gases. Los tejidos se afectan por la falta de
(cianóticas) oxigenación. (Anexo 8e).
Elaborado por Sheyla López. Tabla basada en: (Lighttowler, 2006) y (Brejov, 2016).

Humedad de mucosas: En la evaluación de mucosas también se puede determinar la


humedad de estas. Las mucosas pueden encontrarse húmedas (normales), pegajosas o secas.
Esto denota el grado de hidratación del animal. Las mucosas húmedas se deben a una
producción normal de saliva (la cual depende de la concentración de agua en el cuerpo). Sin
embargo, mucosas pegajosas implican una reducción en la cantidad de agua. Así mismo
mucosas secas podrían relacionarse con una deshidratación más severa (Díaz, 2020).

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Volumen, consistencia y color de fecas:

Las fecas son indicadores directos del estado de salud de los equinos por tal motivo
deben ser evaluadas diariamente. El color de las fecas y su consistencia están relacionadas a
los alimentos que consume al animal y el volumen depende de las raciones que se proveen al
equino (Fernández, Conde y Fondevila, 2011).
Tabla 5. Características de las heces de los caballos.
Características de las heces Interpretación
Excrementos con consistencia, El caballo ha digerido correctamente su ración y su tránsito
poco olor y color pardo intestinal es adecuado.
verdoso
Parte de la ración de alimento de ha desperdiciado, ya sea
Excrementos con granos de
por mala masticación o mala digestión. En este caso es
avena u otros alimentos
importante modificar el tipo de alimentación o la cantidad.
El caballo necesita menos alimentos secos y más alimentos
frescos. Algunos ejemplos de alimentos frescos son: hierba
Heces secas y duras verde, mezclada con forraje seco, zanahorias, hinojos,
entre otros. Además, heces duras pueden significar
deshidratación.
Implica un exceso de alimento verde. Se recomienda
Heces blandas y verdes incluir forraje seco y une abuena dosis de concentrado en
la dieta del animal.
Tiene una connotación patológica. Si no sabemos de dónde
Diarrea o qué está causando la diarrea, es fundamental acudir al
veterinario.
Elaborado por Sara Oquendo. Tabla basada en: (Fernández, Conde y Fondevila, 2011).

Volumen, consistencia, color y pH de orina:

La orina es un líquido que se evalúa en la consulta veterinaria e indica el estado


fisiológico de los riñones y en algunos casos puede presentar rastros de contaminación o
infección que guíen al médico hacia un diagnóstico. Por ello, las características de la orina
son importantes y aportan información al médico veterinario (Nuñez y Bouda, 2007).
Tabla 6. Características de la orina de los caballos.
Parámetros Normales
Volumen En caballos adultos de 500kg -------- 12 a 17 Litros al día
Consistencia Viscosa y turbia debido al alto contenido de moco y carbonato cálcico.
Color Amarillo con variaciones en la densidad dependiendo del grado de
hidratación.
- Amarillo Traslúcido: cuando está diluida (como en el caso de
los neonatos).
- Amarillo Verdoso: cuando está concentrada.
Densidad y pH Densidad: de 1.020 a 1.030
PH: de 7.1 a 7.4
Elaborado por Sara Oquendo. Tabla basada en: (Robinson y Sprayberry, 2012)

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Tiempo de coagulación:

El tiempo de coagulación es una prueba de campo que sirve para medir el tiempo que
demora una muestra de sangre entera en transformarse en coágulo y descartar la posibilidad de
alguna coagulopatía. El TC normal en equinos sanos es inferior a 14 minutos y su alteración
indica un trastorno del sistema intrínseco o una trombocitopenia, aunque el tiempo puede variar
dependiendo del material del envase ya que si es plástico se activarán más rápido los factores
XII y XI y se reducirá la acción de los trombocitos. Esta prueba no es muy confiable por lo que
se prefiere realizar una prueba de coagulación en donde se miden otros parámetros adicionales
como TP (Tiempo de Protrombina) y TPT (Tiempo Parcial de Tromboplastina), los cuales se
pueden observar en el Anexo 9 (Ruíz, Zuluaga, Palomino, Gómez, Loaiza. 2010).

pH de la saliva, consumo de alimento diario y consumo de agua diario:

El pH de la saliva de un caballo saludable es siempre alcalino (de 7,5 a 8). En su


composición el 99% es agua, y el resto son bicarbonatos, fosfatos y enzimas, la ingesta de
agua es de 8 –10 % de peso vivo, aunque este consumo va a depender de la temperatura
ambiente y la actividad física del animal. En lo que respecta al alimento, los potros pueden
comer de 2-2,5 kg de materia seca /100 kg de peso vivo, las yeguas gestantes de 1,2-1,4 kg
MS/100 kg de peso vivo y las lactantes de 1,8-2,4 kg MS/100 kg de peso vivo (Tisserand,
1979).

Hemograma y bioquímica sanguínea:


Aparte de las constantes fisiológicas presentadas en esta revisión bibliográfica, es
importante tomar en cuenta que los parámetros bioquímicos sanguíneos y de hemograma
también son parámetros constantes que dependen de la especie. Al momento de medir los
diferentes componentes sanguíneos, existe un rango dentro del cual se deben ubicar los valores
para considerarse normales. Sin embargo, la bioquímica sanguínea y el hemograma
corresponden a pruebas complementarias y métodos auxiliares que apoyan al diagnóstico. Al
no ser parte de la exploración física como tal, no se han desarrollado en el presente documento.
Sin embargo, se ha colocado una tabla de valores referenciales en el anexo 10.

Conclusiones:
El caballo es un animal doméstico que requiere de atención veterinaria. El médico, junto
con un auxiliar son los que manejan al animal y exploran sus signos clínicos en una consulta.
El diagnóstico de enfermedades debe basarse en la exploración del animal por medio de la
inspección, el olfato, la palpación, la percusión y la auscultación, entre otros. Las constantes
fisiológicas representan una referencia de salud en el animal, sin embargo, deben estar
acompañadas del criterio médico para tomar decisiones conscientes y objetivas que velen por
la salud del animal. Es importante saber medirlas pero también saber interpretarlas en base a
los valores normales y a la fisiología o fisiopatología del animal al momento del examen.

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Constantes fisiológicas en equinos

La presente revisión bibliográfica sobre las constantes fisiológicas de los equinos ha


sido de extrema utilidad para sintetizar y compilar todos los conocimientos básicos para realizar
un buen examen físico. Por un lado, se ha cumplido el objetivo general que era aprender sobre
los parámetros fisiológicos de los equinos. Comprender el motivo y el método para medir las
diferentes constantes fisiológicas es fundamental para el aprendizaje del estudiante veterinario.
Por otro lado, en relación a los objetivos específicos planteados, se ha podido reconocer los
diferentes indicadores de salud y considerar las diferentes constantes fisiológicas del paciente
equino. Entender que las constantes fisiológicas son una referencia para evaluar el estado de
salud del animal permite la aplicación de un criterio médico basado en herramientas
diagnósticas. Así mismo, gracias a la introducción del presente documento y al desarrollo del
marco teórico ha sido posible relacionar las constantes fisiológicas del equino con su anatomía
y fisiología saludable.

Referencias:
Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos A.C, (2019). Constantes
fisiológicas del cerdo. Recuperado de: https://www.amvec.com/web/content/19151
Brejov, G. (2016). Manual de Semiología Veterinaria. FCV-UBA. Tomo 1. Universidad de
Buenos Aires.
Campos, C. (2014). El sistema Inmune en los mamíferos: las defensas del cuerpo. Rev.
Nutrición Animal Tropical. 8(1), p.80-93. Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5166271.pdf
Cunningham, J. y Klein, B. (2014). Cunningham: Fisiología Veterinaria (5ta edición).
Barcelona: Elsevier España.
Díaz, H. (2020). Guía de exploración clínica en equinos como material didáctico para el
laboratorio de biotecnología de la reproducción asistida “Labira”. Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia, Universidad Cooperativa de Colombia. Recuperado de:
https://repository.ucc.edu.co/bitstream/20.500.12494/34724/1/2021_guia_exploracion
_clinica.pdf
Dieter, K., Sack, W. y Horowitz, A. (2009). Anatomy of the Horse. (5ta edición). Hannover:
Schlütersche Verlagsgesellschaft mbH & Co.
Fernández, A., Conde, T. y Fondevila, J. (2011). La exploración clínica del caballo. Zaragoza:
Servet.
Gordon, M., Russell, R., Montgomery, S. y Waters, A. (2003). Guía completa de Caballos.
Madrid: Editorial LIBSA.
Gonzales, K. (2018). Anatomía y Fisiología del Aparato digestivo del Equino. Recuperado de:
https://zoovetesmipasion.com/caballos/alimentacion-del-caballo/anatomia-y-
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Anexos (Fotografías, imágenes y tablas de información etc, con la respectiva fuente).

- Anexo 1: Imagen de la manera correcta de tomar la temperatura. Tomado de:


Fernández, Conde y Fondevila, 2011

- Anexo 2: Imagen sobre el método de obtención del pulso en equinos. Recuperado


de: Díaz, 2020.

Imagen 1. Método de obtención del pulso en equinos.

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- Anexo 3: Imagen sobre el conteo de respiraciones por minuto a nivel de los


ollares. Recuperado de: Fernández, Conde y Fondevila, 2011.

- Anexo 4: Imagen de la evaluación del grado de hidratación. Tomado de:


Fernández, Conde y Fondevila, 2011

- Anexo 5: Imagen de la evaluación del tiempo de llenado capilar. Tomado de:


Fernández, Conde y Fondevila, 2011.

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- Anexo 6: cuadro de condición corporal. Tomado de: Robinson y Sprayberry, 2012,


p 64-65.

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- Anexo 7: Imagen Zonas de evaluación de condición corporal. Tomado de:


Recuperado de: Soto, 2013, p.6.

- Anexo 8: Imágenes de las diferentes coloraciones de las mucosas bucales de los


equinos. Todas las imágenes fueron recuperadas de: Díaz, 2020, p.36-38. Sin
embargo, cada imagen cuenta con su fuente original.
a. Mucosas bucales rosas.

b. Mucosa bucal amarillenta (ictérica).

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c. Mucosa bucal pálida.

d. Mucosa bucal rojiza (congestiva).

e. Mucosa bucal azulada/morada (cianótica).

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Anexo 9: Tabla de valores promedio de parámetros de coagulación en equinos.


Recuperado de: Ruíz, Zuluaga, Palomino, Gómez y Loaiza, 2010.

Anexo 10: Tabla de valores referenciales de hemograma en equinos. Recuperado de:


Weiss y Wardrop, 2010.

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