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ANÁLISIS TRANSACCIONAL DE ERIC BERNE

El análisis transaccional es un sistema de psicoterapia nacida en los años 50 del


sigo XX dentro de la denomina psicología humanista. Actualmente alguno de sus
paradigmas está cambiando. Sin embargo, la práctica del método sigue
persiguiendo que el paciente pueda cambiar sus sentimientos, pensamientos y
comportamientos.

Eric berne fue el creador del análisis transaccional (AT). Estudio psicología y
medicina en plena segunda guerra mundial, ingresa al cuerpo medico del ejercito y
empieza a trabajar en terapia de grupo con el objetivo de que los militares que se
daban de baja en el ejercicio por causas psicológicas, tuvieran la oportunidad de
conseguir suficiente grado de normalidad como para poder reintegrarse al servicio
activo.

Eric berne planteo que si nos fijamos con atención cuando miramos y escuchamos
a las personas que tenemos delante podremos apreciar cambios de estado, los
cuales son simultáneos y afectan la expresión facial, el vocabulario, gestos y
posturas. Este tipo de cambios es usual en todo sujeto, sea niño o adulto, no
obstante, la persona sigue siendo la misma, ya que su estructura ósea, muscular y
su atuendo no cambian.

LOS TRES ESTADOS DEL YO EN EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL

Uno de sus casos era un abogado de 35 años, que solía decirle: “En realidad, yo
no soy un abogado, ni siquiera un adulto; soy un chiquillo”. Fuera del consultorio,
el hombre era realmente un abogado de notable prestigio, pero durante las
sesiones se sentía y comportaba como un niño. Fue por ello que Berne y su
paciente denominaron a estas dos personalidades, el “adulto y el niño”. Poco
después, surgió en el paciente un tercer personaje al que le llamaron “padre”,
pues se parecía al progenitor del joven.

Berne concluyó que esos tres estados existen en todas las personas, por lo que
los denomino “estados del Yo”: PAN (Padre, Adulto y Niño).
En el padre se hallan todos los avisos, todas las reglas, prejuicios, opiniones y
leyes que el niño ha oído a sus progenitores y observando en su modo de vida. El
niño, por el contrario, corresponde al registro de vivencias reales desde el
nacimiento hasta los 5 años, es decir, los sentimientos experimentados por el
paciente hasta la edad.

El adulto corresponde al registro de datos adquiridos y calculados por medio de la


exploración y del testimonio personal. Hasta el decimo mes de vida una persona
tiene un padre y un niño, lo que le falta es la capacidad de elegir sus respuestas,
luego poco a poco comienza a experimentar y aprender por su propia cuenta. La
misión del adulto no es excluir al padre o al niño sino verificar la fiabilidad de sus
mensajes o si se quiere, en emancipar al individuo de los prejuicios que pesan
sobre él.

CONCEPTOS DEL ANÁLISIS TRANSACCIONAL

Eric Berne hablaba del análisis del guion. Un guion es un conjunto complicado de
transacciones, recurrente por naturaleza, aunque no precisamente periódico, ya
que seria necesaria toda una vida para completar una representación. El objetivo
del análisis del guion es el de cerrar la representación y elaborar otro mejor. En
otras palabras, para Berne los guiones constituían la repetición de
acontecimientos desdichados de la infancia por parte del individuo, por lo que el
objetivo de su análisis consistía en liberar al sujeto a revivir esas situaciones,
dirigiendo su atención a otras direcciones.

Otro concepto de gran relevancia en el análisis transaccional es el de “juego”. El


juego es un tipo de transacción oculta que encuentra su origen en la acumulación
de sentimientos de inferioridad registrados desde la infancia. El niño por lo
general, se ve obligado a sacrificar sus propias satisfacciones para obtener
recompensa de la satisfacción paterna. Asimismo, a esto se añade la percepción
que tiene de sí mismo que suele ser de tipo negativo “soy muy pequeño”, “yo no
sé”, “ustedes lo saben todo”, etc. El análisis transaccional tiene como objetivo
señalar la presencia de estos juegos para desarrollar comunicaciones francas y
autenticas en las que seamos conscientes de los correspondientes papeles del
niño y del padre y procedamos a hacer un esfuerzo de escucha y comprensión.

POSICIONES VITALES EN EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL

Según el análisis transaccional tenemos cuatro posiciones vitales posibles:

Si Yo Estoy Mal, Tu Estas Bien

En el primer año de vida, el niño acumula una serie de sensaciones que le hacen
sentirse mal. A pesar de ello, también disfruta de buenos momentos en donde se
ve atendido por sus padres. El recuerdo de esta incomodidad, indefensión e
inferioridad que vive el infante es el que puede prevenir en el adulto. A lo largo de
su vida, el individuo puede seguir repitiendo esta postura psicológica que le llevara
a un estado de postración interior y de desesperación.

Si Yo Estoy Mal, Tu Estas Mal

A partir del primer año, cuando el niño empieza a andar se origina esta posición.
En ese momento, el niño puede moverse y buscar nuevos estímulos por si mismo,
lo que conlleva a una reducción de las atenciones y caricias que obtuvo en el
primer año. Además, hay tropiezos, caídas y los padres reprenden con mayor
frecuencia e intensidad, por lo cual, el niño empieza a sentir que no solo él esta
mal, sino que también lo están los demás. Esta posición implica mayor dificultad
en la terapia puesto que no solo se ve mal a su mismo sino al terapeuta.

Si Yo Estoy Bien, Tu Estas Mal

Esta postura surge en el transcurso del segundo y tercer año de vida. El niño que
empieza a ser reprendido por sus padres busca una compensación que viene
dada por caricias que él mismo se produce. Esta forma de auto compensación es
una clara postura de supervivencia (ustedes me dañan, pero yo puedo sobrevivir a
su daño), lo que genera un rechazo hacia otros que puede producir una psicología
criminal. Esta postura es propia del jefe o del padre arrogante, en quienes
predomina la fuerza y el desprecio por lo ajeno.
Si Yo Estoy Bien, Tu Estas Bien

Las tres posturas anteriores son inconscientes porque fueron adquiridas a una
edad muy temprana, sin embargo, esta cuarta posición es una decisión consciente
en donde nuestra concepción de lo que es bueno no se limita a las propias
experiencias personales, pues ya somos capaces de trascenderlas. Esta postura
es una muestra de autoestima que permite que los demás no sean percibidos
como temibles o rivales y genera que el individuo se sienta bien.

En este sentido, cabe concluir que, a partir de la clasificación del AT en cuanto a


las cuatro posiciones vitales del individuo, ninguna persona “normal” vive
exclusivamente en una de ellas. Lo normal es que vivamos en una mezcla de las
cuatro.

Así, por ejemplo, si una persona se despierta tarde y no llega a tiempo a una cita
importante, puedo pensar que la culpa la tiene su pareja que no se ha acordado
de llamarle en la mañana (yo estoy mal>tu estas mal). Mas tarde, a esa misma
el jefe le explica una estrategia de acción que ha de seguirse para la realización
de un proyecto del cual no sabe nada (yo estoy mal>tu estas bien). Una vez
asimilada la estrategia a seguir, la persona trata de explicársela a sus
subordinados que parecen encontrar dificultad en su comprensión (yo estoy
bien>tu estas mal). Por último, esa misma noche, la persona en cuestión se
reúne con amigos en una cena informal en la que trata de explicar los beneficios
del proyecto laboral y todos parecen convencidos y le desean que el proyecto sea
un éxito (yo estoy bien>tu estas bien).

El verdadero objetivo de la psicoterapia actual es enseñar a nuestros pacientes a


vivir con plena y total consciencia el aquí y el ahora, con todo lo que eso implica.

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