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Sara Castrillón
“La displasia de cadera canina, es una enfermedad con un complejo componente hereditario, en
cuyo desarrollo influyen factores genéticos fundamentalmente, pero también ambientales. Un
exceso de laxitud articular durante el desarrollo en la articulación de la cadera, llevará a una
pérdida de congruencia entre la cabeza femoral y el acetábulo, deformando ambas superficies
articulares, provocando sinovitis, incremento de la presión del líquido sinovial y subluxación o
incluso luxación coxofemoral. Todos éstos cambios llevarán a la instauración de una enfermedad
degenerativa articular (EDA), generando superficies articulares irregulares, anatómicamente
imperfectas, que causarán inflamación, dolor y manifestación clínica evidente.” (Sánchez, 2012)
Ya sabiendo esto, debemos tener en cuenta que existen diferentes grados de displasia clasificados
de la siguiente manera:
“Según la OFA (Orthopedic Foundation for Animals) podemos clasificar la displasia en
diferentes grados:
Grado II: marcada subluxación lateral de la cabeza femoral, donde el 25-50 % está fuera
del acetábulo.
Grado III: el 50-75 % de la cabeza femoral está fuera del acetábulo por lo que hay
cambios degenerativos importantes.
Grado IV: luxación de la cabeza femoral con aplanamiento del borde acetabular y la
cabeza femoral; hay cambios degenerativos muy importantes.” (kivet, 2020)
Esta enfermedad está asociada a diferentes factores de causa que pudimos resumir de la siguiente
manera:
Ahora bien sabiendo que le causa, debemos comprender como detectarla, para ello
necesitamos:
“Una completa exploración clínica es premisa fundamental y necesaria para enfocar bien
el control y manejo del paciente displásico. Hay maniobras y test específicos, (Bardens,
Barlow y Ortolani), que nos permiten detectar un exceso de laxitud articular, en la
mayoría de los casos bajo sedación del paciente, ya que es importante eliminar en mayor
o menor medida, la contracción de la musculatura implicada en la articulación de la
cadera. La
“Dolor a la palpación.
Cojera.
Caminar y trotar con balanceo de caderas.
Rigidez articular.
Dificultad para levantarse.
Atrofia muscular.
No quiere levantarse o moverse.
Cambios en el humor.” (kivet,2020)
Para poder tratar esta enfermedad existen diferentes tipos de procesos ya que:
Al igual que existen diversas formas de tratamiento, también hay pautas que podemos seguir
para prevenir el desarrollo y complejidad de la enfermedad como:
Para cerrar el análisis quisimos cerrar el telón con 3 conclusiones fundamentales de la displasia
de cadera en pastores alemanes así:
Bibliografía