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Cartagena de Indias, septiembre de 2015.

HONORABLES MAGISTRADOS
SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA
CONSEJO SECCIIONAL DE LA JUDICATURA
M.P. DRA. GLADYS ZULUAGA GIRALDO

REF. PROCESO DISCIPLINARIO SEGUIDO CONTRA


EL DR. CARLOS WILSON MORA RICO
RADICACIÓN Nº 1300111020022012064500

Respetados Magistrados:

JEFFER ALFONSO CUELLO LÓPEZ , abogado titulado


en ejercicio de la profesión, identificado como aparece al pie
de mi correspondiente firma, actuando como apoderado
judicial del H. Juez Segundo Penal del Circuito de Cartagena,
DR. CARLOS WILSON MORA RICO, de manera comedida, y
con el fin de ejercer plenamente su derecho a la defensa
dentro de la actuación disciplinaria de la referencia, iniciada
con ocasión de la compulsa de copias emitida por el H.
Tribunal Superior del Distrito Judicial de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina relacionado con el trámite de la
acción constitucional cuyo conocimiento estuvo a cargo del
despacho dirigido por el H. Juez de la República que
represento, cuando en otrora oportunidad ejercía el cargo de
Juez Segundo Penal del Circuito de San Andrés, me permito
hacer de su conocimiento las siguientes particulares
situaciones:

1
CIRCUNSTANCIAS FÁCTICAS QUE GENERARON LA
PRESENTE INVESTIGACIÓN DISCIPLINARIA:

El H. Tribunal Superior de San Andrés, Providencia y


Santa Catalina, mediante providencia de fecha 28 de mayo de
2012, compulsó copias con destino a la Sala Disciplinaria del
H. Consejo Seccional de la Judicatura, a efectos de que se
investigue una supuesta irregularidad presentada en el
trámite de la acción Constitucional promovida por la
ciudadana ADELINA MERCEDES LIVINGSTON MC’LEN, en
contra de la EPS CAPRECOM y la Secretaria Departamental de
Salud de San Andrés, por haberse proferido el fallo sin dar
cumplimiento a los términos previstos en el D.2591 DE 1991.

DEL TRÁMITE SURTIDO EN LA ACCIÓN DE TUTELA


GÉNESIS DE LA INDAGACIÓN DISCIPLINARIA.

El conocimiento de la acción constitucional promovida


por la señora ADELINA MERCEDES LIVINGSTON MC’LEN ,
efectivamente correspondió al Juzgado Segundo Penal del
Circuito de San Andrés, del cual era en otrora oportunidad,
su titular, por reparto verificado por los despachos judiciales
que integran el distrito judicial–según consta en los libros del
Despacho- el día 9 de abril de 2012, con el fin de revisar un
posible quebrantamiento de derechos fundamentales por
parte de CAPRECOM EPS y la SECRETARIA DE SALUD DEL
DEPARTAMENTO DE SAN ANDRÉS ISLA, admitida la acción se
requirió a las autoridades accionada para que rindiera un
informe en un término de 48 horas a partir del recibo de

2
notificación del auto admisorio, a lo que las accionantes
rindieron sus informes los días 11 y 12 de abril de 2012.

Con la anterior información se adelantó la resolución de


la Acción Constitucional, que como indicó nuestras máximas
Colegiaturas de la Jurisdicción Ordinaria y Constitucional, la
decisión normal a tomar en un asunto como el presentado
sería la improcedencia de la acción constitución, la cual se
dio el día 25 de abril de 2012, empero encontró, en el
análisis de la segunda instancia, unas particularidades del
caso que sostienen su procedencia, argumentos expresados
en el cuerpo de la providencia de 28 de mayo de 2012.

EL DESCONOCIMIENTO DE ACTO PROCESAL QUE


VICIA DE NULIDAD EL PROCESO DISCIPLINARIO.

Revisada la Investigación Disciplinaria en la que se


emitió Pliego de Cargos en contra de mi apadrinado,
encontramos que no se ha surtido la etapa dispuesta en el
artículo 53 de la Ley 1474 de julio 12 de 2011, la cual
dispone: “ Decisión de Cierre de Investigacion ”. La Ley 734 de
2002 tendrá un artículo 160 A, el cual quedará así: “ Cuando
se haya recaudado prueba que permita la formulación de
cargos, o vencido el término de la investigación, el
funcionario de conocimiento, mediante decisión de
sustanciación notificable, y que sólo admitirá el recurso de
reposición, declará cerrada la investigación. En firme la
providencia anterior, la evaluación de la investigación
disciplinaria se verificará en un plazo máximo de 15 días
hábiles ”.

3
Lo anterior constituye una irregularidad sustancial que
afecta el debido proceso como principio fundamental,
inspirador de nuestro ordenamiento jurídico en el artículo 29
de la Constitución Política, que se consagra de la siguiente
forma: “El debido proceso se aplicará a toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas ….”

Es de recordar que la Ley 1474 de 2011, es una norma


procesal, por lo que debe ser aplicada desde el momento que
entre a regir, asi lo determina el artículo 7 de la Ley 734 de
2002. Efecto General Inmediato de las Normas
Procesales. La Ley que fije la jurisdicción y competencia o
determine lo concerniente a la sustanciación y ritualidad del
proceso se aplicara desde el momento en que entre a regir,
salvo lo que la misma ley determine. Disposición concordante
con el artículo 40 de la Ley 153 de 1887 que dispone: “ Las
Leyes concernientes a la sustanciación y ritualidad de los
juicios prevalecen sobre las anteriores desde el momento en
que deban empezar a regir…”.

Asi mismo el artículo 143 del Código Disciplinario Único


establece: “ Causales de Nulidad. Son causales de Nulidad las
siguientes:
(…)
1. La falta de competencia del funcionario para proferir
fallo
2. La violación del derecho de defensa del investigado
3. La existencia de irregularidades sustanciales que
afecten el debido proceso. ”

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Que igualmente, el artículo 146 de la Ley 734 de 2002,
establece: “ REQUISITOS DE LA SOLICITUD DE
NULIDAD.  La solicitud de nulidad podrá formularse antes de
proferirse el fallo definitivo, y deberá indicar en forma
concreta la causal o causales respectivas y expresar los
fundamentos de hecho y de derecho que la sustenten. ”

Así las cosas, los anteriores planteamientos, concurren


para que frente a las actuaciones adelantadas en mi contra,
se adviertan causales de nulidad que afectan el debido
proceso y el derecho de defensa, por lo que solicito de esta
Honorable Colegiatura la declaratoria de nulidad de lo
actuado a partir del auto de fecha 30 de junio de 2015,
inclusive, y en consecuencia se ordene reponer la actuación
de conformidada a lo establecido en el artículo 145 de la Ley
734 de 2002, dejando incolumes las pruebas aportadas y
practicadas oportunamente.

ARGUMENTOS DEFENSIVOS QUE INDICAN LA


AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA.

Atendiendo el alcance del fallo de tutela de segunda


instancia del Honorable Tribunal Superior de San Andrés, en
la que se advierte un yerro en el trámite constitucional que
revisó, en el que el accionante figura la señora ADELINA
MERCEDES LIVINGSTON MC’LEN, en contra de la EPS
CAPRECOM y la Secretaria Departamental de Salud de San
Andrés, en el que se sobrepasa el término máximo previsto

5
por el decreto reglamentario de la acción de tutela para
emitir el fallo correspondiente.

En el fallo de tutela proferido por el Despacho no


aparece una manifiesta desviación de la realidad procesal o
desconocimiento ostensible de la Constitución o la ley, por el
contrario, en dicha decisión se plasmó una posición jurídica
que razonadamente resultaba admisible, con un adecuado
respaldo jurisprudencial, lo cual no permite reproche
disciplinario.

La Corte Constitucional ha expresado:

“.. la responsabilidad disciplinaria de jueces y magistrados


no puede abarcar el campo funcional, esto es el que atañe a la
autonomía en la interpretación y aplicación del derecho según sus
competencias. Por consiguiente, el hecho de proferir de proferir
una sentencia judicial en cumplimiento de la función de
administrar justicia no da lugar a acusación ni a proceso
disciplinario alguno”. 1

En el mismo sentido, en posterior decisión expresó : “En


el ámbito de sus atribuciones, los jueces están autorizados para
interpretar las normas jurídicas en las que fundan sus decisiones.
Ello hace parte, justamente, de la autonomía que la constitución
les garantiza. Por supuesto, al buscar el sentido de la
normatividad, aunque no coincida con el alcance que a las
disposiciones correspondientes podrían dar otros jueces, el juez
de conocimiento, mientras no se aparte de ella la aplica en sus
1
Sent enc ia C -4 17 DE 1 99 3 .M.P . Jo sé G rego rio Herná ndez Ga lindo

6
providencias y, por tanto, la interpretación a partir de la cual lo
haga, mal puede tomarse como una vía de hecho, o como una
transgresión del ordenamiento jurídico. Si ello es así, no cabe la
tutela contra la interpretación que un juez, en el ejercicio de sus
funciones, haya hecho de las normas que gobiernan el proceso a
su cuidado. Esa es la misma razón para que esta Corte haya
sostenido que tampoco es posible iniciar procesos disciplinarios
contra los jueces con motivo de las providencias que profiere o a
partir de las interpretaciones que en ellas acogen ”. 2

En esas lides, si se revisa el tramite y decisión de la


referida acción de tutela, se observará que me limite a
dilucidar un problema jurídico, en asunto que llegó a mi
conocimiento aleatoriamente, en virtud del correspondiente
reparto.

La inactividad que se afirma sufrió el proceso


Constitucional en cuestión, durante el lapso en que estuvo el
proceso en el despacho, obedeció a múltiples causas que
agobian nuestra actividad judicial, y al estar debidamente
fundamentadas, pido que sean tenidas en cuenta para los
efectos pertinentes, en la evaluación que haya de hacerse
dentro del presente asunto, sin desconocer el servidor
judicial que represento, la categoría de prelación de dicho
trámite.

En efecto debe recordarse que conforme lo preceptuado


en el artículo 18 de la Ley 446 de 1998, los procesos deben
tramitarse y despacharse en el orden en que ingresan al
despacho, con excepción de aquellos que por mandato legal
2
Set enc ia C -0 94 de 1 99 7 .M.P .Jo sé G rego rio Herná ndez Ga lindo

7
gozan de prelación o son considerados de urgencia, como es
el caso de las acciones de tutela y sus impugnaciones, las
apelaciones de las sentencias anticipadas, de los Habeas
Corpus, peticiones y apelaciones de decisiones que se
refieren a la libertad de los procesados, colisiones de
competencia, incidentes de recusación, las solicitudes de
suspensión de detención por enfermedad grave, los trámite
para permiso de 72 horas y demás asuntos que por su
naturaleza o urgencia exigen ser atendidos de manera
inmediata; directriz que se encuentra ratificada en el numeral
12 del artículo 34 del Estatuto Disciplinario.

Cuando el trámite constitucional iniciado por la


ciudadana ADELINA MERCEDES LIVINGSTON MC’LEN, en
contra de la EPS CAPRECOM y la Secretaria Departamental de
Salud de San Andrés, arribó al despacho judicial que regentó
mi poderdante, para adelantar el trámite y decisión de
primera instancia, su calidad de funcionario titular de dicho
despacho judicial, estaba cuestionada, la cual se realizó por
un patrón de ciudadanos residentes de la isla de San Andrés
Isla, y no es mas que aquellos que se consideran “raizales”,
quien desde su llegada no estuvieron de acuerdo con su
nombramiento, como el es el común denominador de todo
ciudadano colombiano continental que quiere trabajar en el
Archipiélago.

Prueba de lo anteriormente indicado es la acción de tutela


proferida por los señores JUAN DE LA CRUZ RAMIREZ
DAWKINS, en contra del H. Tribunal Superior de San Andrés
por haber confirmado su nombramiento; CORINE DUFFIS

8
STEELE en contra de la misma Corporación, eso en atención
a las acciones de tutelas que se presentaron en febrero,
marzo y abril de 2012, pero de igual forma presentaron
acciones publicas de nulidad electoral, soportado sobre su
nombramiento como Juez de la República de San Andrés,
sumado a los sin número de solicitudes realizadas ante el
Tribunal Superior de San Andrés, en el que peticionaban la
revocatoria de su nombramiento.

Ahora bien, frente al periodo a evaluar fijado en el pliego de


cargos, se tiene que el total de días laborables es de 12, de
los cuales se sustraen los diez (10) días para fallar de que
habla el artículo 29 del D. 2591 de 1991, los días en el que
el proceso permaneció en secretaria surtiendo el trámite para
la notificación del auto que admitió la acción constitucional,
que fueron de cinco (5) días, correspondiendo solo al fallador
un total de cinco (5) días para resolver la acción
constitucional puesta en consideración, decisión que se surtió
dentro de los mismos, sin embargo la correcciones
gramaticales y ortográficas se extendieron hasta el día 12,
pero como asienta la secretaria del despacho la decisión se
confirmó el día 23, empero la providencia en el que se
comunicó la decisión definitiva fue el día 25, de ese mes y
año, lo que en estricto sentido indica esta Honorable Sala
Jurisdiccional disciplinaria, como motivo generador de la falta
por el cual se inicia esta investigación.

A la evacuación de los asuntos a cargo del disciplinable, se


tiene que sumar su gestión oficial del periodo evaluado, en
ese corto periodo la emisión de dos a tres decisiones por día,

9
lo que por sí sólo supera los estándares que demarcan un
resultado satisfactorio conforme a los criterios con que se
cuenta por parte de la Sala Administrativa del Honorable
Consejo Superior del Judicatura.

Ahora bien, es del caso señalar que desde que asumió sus
funciones como Juez de la República en el Juzgado Segundo
Penal del Circuito de San Andrés, ha venido asumiendo una
carga desbordante de expedientes, tomando para ello
medidas necesarias para el correcto funcionamiento del
mismo, sin que quepa consideración distinta de estarse
frente a la configuración de una causal justificativa en todo
aquello que pueda estimarse, con incumplimiento de los
términos procesales como resulta ser el caso del expediente
de la señora ADELINA MERCEDES LIVINGSTON MC’LEN, en
contra de la EPS CAPRECOM y la Secretaria Departamental de
Salud de San Andrés, procesos que en su mayoría comporta
un trámite preferencial, al pertenecer a la misma categoría
que el de aquella.

Sirva lo precedente para relevar ante esa Corporación que en


manera alguna puede ser considerado como autor
responsable por negligencia, descuido, desidia o apatía del
cargo que se le investiga, al hallarse justificada su conducta,
no sólo por los guarismos que vienen resaltados, sino porque
además produje providencias de alguna complejidad dándole
prioridad al examen de los mismos de acuerdo con su
importancia constitucional y demás factores que deben
tenerse en cuenta en la calificación que concierne a estos
casos, máxime que el disciplinado ejercía la defensa sobre la

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posesión de su cargo como Juez Segundo Penal del Circuito
de San Andrés, generado por los lugareños de la Isla de San
Andrés, quienes estaban inconformes por no pertenecer éste
a la comunidad “Raizal”, donde ejercía sus funciones como
Juez de la República.

Tal como se había adelantado en líneas anteriores, el


Juzgado Segundo Penal del Circuito de San Andrés, desde
antes de su posesión, viene presentando una congestión
laboral, que hace imposible físicamente la evacuación
oportuna de los asuntos a cargo de ese despacho, sumado a
las situaciones extrínsecas e intrínsecas, que imposibilitaron
el normal ejercicio del cargo.

Prueba de lo anteriormente afirmado lo constituye las


múltiples solicitudes elevada por mi representado dirigido a
la Presidencia de las Salas Administrativa del Consejo
Superior y Seccional de la Judicatura, a la autoridades
administrativas del H. Tribunal Superior de San Andrés,
donde se indicaba los obstáculos presentados desde su
posesión, que no descansaron hasta cuando presentó su
renuncia al cargo que ocupaba, a efectos de que pudiera ser
trasladado a un distrito judicial donde pudiera ejercerlo.

Ahora bien, esa congestión judicial, no es una simple excusa


de los operadores judiciales para justificar el retardo en la
resolución de ciertos asuntos, sino que ya es reconocido a
nivel nacional y por diversos estamentos, como un problema
estructural de la rama judicial tal como se comprueba,
haciéndose eco de estudios e investigaciones, el artículo

11
publicado en la revista SEMANA, Edición No 1478, de agosto
de 2010, páginas 28 a 31, a propósito del debate actual
sobre la reforma judicial, donde claramente se establece que
en los últimos diez años los casos han crecido en 180 por
ciento mientras que los encargados de resolverlos apenas si
han aumentado en 20 por ciento, circunstancia que per se
constituye una causal excluyente de responsabilidad, dado
que ningún funcionario está obligado a lo imposible, política
que terminaron con la actual reforma a la Justicia, en la que
solo se vio de ésta la supresión de un órgano colegiado,
empero no se realizó un nuevo diseño al esquema estructural
de la Rama Judicial, en la que se propendía la creación de
nuevos cargos, y la creación de jurisdicción constitucional,
para que se afronte de manera especial los temas
constitucionales, como lo es el de las acción de tutela, que
por estadísticas es la mayor parte del trabajo que emiten los
actuales jueces de la república.

A éste respecto se debe tener en cuenta lo expresado por la


Corte Constitucional en sentencia C-037 de 1996, al señalar:

“(…) debe advertirse que la sanción al


funcionario judicial que entre en mora
respecto del cumplimiento de sus obligaciones
procesales, es asunto que debe ser analizado
con sumo cuidado. En efecto, el responsable de
evaluar la situación deberá estimar si dicho
funcionario ha actuado en forma negligente o
si, por el contrario, su tardanza se encuentra
inmersa dentro de alguna de las causales de
justificación de responsabilidad, tales como la
fuerza mayor, el caso fortuito, la culpa del

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tercero o cualquier otra circunstancia objetiva
y razonable” ( subrayas fuera del texto. )

Precisamente, el fenómeno estructural de la congestión


judicial de la que todo el mundo habla y reconoce, se erige
en esa circunstancia objetiva y razonable a que alude la
Corte como constitutiva o integrante de las causales de
justificación.

De igual manera en la sentencia T-366 de abril 8 de 2005,


dictada por la H. Corte Constitucional, se expresa que el
mero incumplimiento de los términos no constituye por sí
mismo vulneración al debido proceso, y la mora se justifica sí
a pesar de actuar el funcionario con diligencia y celeridad se
encuentra ante situaciones imprevisibles e ineludibles, tales
como el exceso de trabajo que le imposibiliten cumplir los
términos judiciales, y la radicada en la defensa de la
posesión del cargo.

Retomando el tema objeto de indagación, el proceso


Constitucional referenciado génesis de la misma le
correspondió por reparto realizado el día 9 de abril de 2012,
y luego del trámite correspondiente se pudo dictar sentencia
el día 25 de abril de 2012, es de aclarar que el periodo en
que llegó el proceso al juzgado, fue cuando se encontraba
realizando su defensa al cargo ocupado, por cuanto según las
afirmaciones de los demandantes, por no ser “raizal”, no
podía ocupar dicho cargo, y si la justicia no respaldaban sus
dichos, ellos obrarían por las vías de hecho, generando una
inestabilidad jurídica y emocional, sumado al hecho que los
integrantes del despacho que regentaba, tenían vinculo

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directo con dicha comunidad, por cuanto o eran “raizales” o
era cónyuge de alguno de esa comunidad, colocándolo en
desventaja frente a las labores propias del cargo, por cuanto
el nivel de cuidado frente a los trámite era mayor, debiendo
revisar cuidadosamente los proyectos de decisión que
sustanciaban los empleados judiciales, pese a la supuesta
inobservancia de los términos judiciales para emitir la
decisión, objeto de cuestionamiento, nótese que las
decisiones que se emitían compartían dos componentes, una
de las cuales era la aprobación de la decisión tomada y otra
era la emisión en limpio la providencia que era suscrita por el
funcionario, que para efectos de un correcto distribución del
trabajo, se encomendaba a la secretaría, la impresión e
indicación de fechas de emisión, luego de plasmar en ella la
respectiva rubrica, por ello este servidor inició los
respectivas investigaciones disciplinarias, por cuanto la fecha
emitida no corresponde con la fecha de emisión, toda vez
que la misma comporta una fecha que resulta extemporánea
al término para la emisión de la decisión. Razones por la
cuales se inquirió a la empleada a efecto de que realizaras
las respectivos descargos, ciudadana que si revisan su hoja
de vida y datos personales, pertenece a la comunidad “raizal”
al tener un vinculo afectivo con uno de los integrante de
dicha comunidad, quienes estaban enfrentados por su
nombramiento.

Pero veamos otro aspecto sobresaliente que tiene relación


directa con la actividad de carácter específico que desarrollo
en su cargo y es que en los procesos de conocimiento de los
Juzgados en primera instancia, esto es, los procesos penales

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en la etapa del juicio como el que se estudia, deben
cumplirse las audiencias formulación de acusación,
preparatoria y pública, así como la práctica de pruebas, a las
que deben concurrir todos los sujetos procesales, que en
varias oportunidades, no se presentaban a la audiencia, o
renunciaban los defensores.

Sobre este factor de la intervención del funcionario en


audiencias públicas como tiempo invertido que permite
estructurar la justificante de la mora en la resolución de
determinado asunto, el precedente de la Máxima Autoridad
de Carácter Disciplinario de la Rama Judicial ha precisado:

“ En la determinación de si la mora judicial está o no justificada el


juzgador disciplinario no puede circunscribirse a examinar solamente las
providencias de fondo emitidas por el funcionario inculpado, so pena de
incurrir en injusticias. Si bien a ese propósito el aludido factor juega
papel trascendente, en cuanto es el que, por definición, le demanda
mayor esfuerzo intelectual y, por consiguiente, para su realización se
requiere la destinación de una gran parte de su tiempo laboral, no es
dable despreciar las demás funciones propias de su cargo, si se quiere
efectuar un examen que consulte la verdad real de lo sucedido. Está,
por tanto, obligado a efectuar un análisis integral de la actividad del
disciplinado, de acuerdo con la concreta función por él desempeñada,
pues es claro que todas ellas requieren la inversión de tiempo, eso sí
unas más que otras. Así entonces en el caso de los Fiscales
Seccionales, será necesario considerar las diligencias judiciales en las
cuales participe y las determinaciones que adopte diversas a las
interlocutorias, como los autos de sustanciación ”. (Providencia 1296
del 3 de agosto de 2000. Consejo Superior de la Judicatura.
M. P. DR. JORGE ALONSO FLECHAS DÍAZ)

15
Quiero resaltar igualmente como factor exógeno o endógeno
determinante de la justificante de fuerza mayor en la
conducta imputada, que este despacho judicial sólo contaba
con un empleado que tenía la profesión de abogado, siendo
que los demás empleados no le era exigible en aquella
oportunidad estudios de derecho, manteniendo en ellos la
propiedad del cargo hasta su retiro del cargo, sin poder
exigir al secretario del despacho la sustanciación de procesos
por cuanto ello no se encuentra en el manual de funciones
para ese cargo, situación irresistible también que
razonadamente impide el cumplimiento estricto de los
términos por parte del titular del Despacho.

Estas situaciones administrativas como factor igualmente


influyente en el traumatismo en la evacuación oportuna de
los procesos, fue reconocida por la Corporación en el
radicado No. 110010102000 2007 02759 00, seguido contra
el Dr. HERNANDO BETANCUR RAMÍREZ, cuando expresó:

“…A ello igualmente se debe poner presente el hecho de haber entrado


a operar en ese Distrito Judicial el nuevo sistema penal acusatorio, que
vincula a los funcionarios fiscales en rol diferente pero que así mismo
debieron asimilar para ponerlo en plena operabilidad, que como dijo el
inculpado y es de amplio conocimiento “se presentaron todo tipo de
situaciones administrativas, que causaron erosiones y grandes
dificultades en esta Unidad por el Traslado de casi todos nuestros
asistentes y el personal de secretaria hacia otras zonas del
Departamento””. (Negritas fuera del texto)

16
En tal orden, como quiera que la posición de la Sala que
usted integra, ha sido la de que el sólo vencimiento de los
términos legales por parte de los funcionarios judiciales no
implica per se la formulación de reproche disciplinario, sino
que se requiere que el mismo se muestre injustificado, no
siendo ajena a esa Superioridad la gran congestión que
enfrentan los diferentes despachos judiciales, por lo que de
manera pacífica se ha aceptado, como casual de justificación
de esta conducta, la excesiva carga laboral, de tal manera
que no obstante los ingentes esfuerzos desplegados por el
operador judicial para atender los asuntos sujetos a su
competencia, no logra evacuarlos dentro de los términos
legales, sumado a hechos exógenos que superaron el querer
del funcionario judicial disciplinado, por cuanto de suma se
analiza la situación administrativa del funcionario, en el que
se puso en cuestionamiento su nombramiento como Juez de
la República adscrito al distrito judicial de San Andrés,
hechos que son evidenciables en los documentos que se
anexan al presente memorial, y pese a salir avante en cada
una de las acciones judiciales, lo cierto es que los mismos
debieron ocupar un espacio de su tiempo a efectos de
realizar su defensa, los cuales debían hacerse en sede
distinta a su despacho, acciones judiciales que eran
exclusivamente sobre su cargo como juez de la república, lo
que indica le existencia de una inestabilidad jurídica, toda
vez de que si las decisiones fueran contrarias a sus
pretensiones, implicaría la declaratoria de insubsistencia de
su cargo, y por ende la ineficacia de sus decisiones.

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Por otra parte, la Sala que Usted integra ha sostenido que
una de las formas en que se exterioriza el compromiso y
esfuerzo del operador judicial en la atención de los asuntos
sometidos a su conocimiento es la concreta producción
laboral que registra durante el periodo en que se produjo la
dilación en el trámite de las diligencias, que como es
verificable de las estadísticas reportadas por el despacho
arrojan una producción igual o superior de dos providencias
por día, lo que es bastante aceptable, muy por encima del
promedio de producción de otros disciplinados cuyos
procesos han sido objeto de archivo definitivo, y evidencia mi
esfuerzo y compromiso en el ejercicio de mis funciones, lo
que justifica la tardanza en evacuar el proceso penal que dio
origen a la presente actuación disciplinaria , se reitera, en
razón de la imposibilidad física para evacuar en forma
oportuna la totalidad de los asuntos sometidos a mi
conocimiento, razones que motivaron la adopción de las
medidas de descongestión por parte de la Sala Administrativa
del H. Consejo Superior de la Judicatura.

Se quisiera que la producción fuera mayor, pero es necesario


ser consiente también, que por aumentar el factor cantidad,
no pudiera dejar de estudiar y decidir con mucha
responsabilidad los asuntos a mi cargo, en donde lo que está
en juego son derechos fundamentales de las personas,
debiendo responder a la sociedad con la responsabilidad y la
altura que el cargo exige, de manera tal que todo aquello
que conduzca a que los fallos sean justos, producto del
estudio serio de los mismos, aunque sean pocos, pues sólo
en esa medida se puede decir que se ha hecho justicia.

18
Máxime que las situaciones que se presentaron en las labores
del despacho que regentó mi poderdante, influyeron en el
normal funcionamiento del despacho por cuanto como
indicamos, los empleados del juzgado pertenecen a la
comunidad “raizal” quienes presentaron sendas acciones
judiciales en contra de su nombramiento como Juez de la
República.

A estas alturas se plantea entonces como causal de


justificación en la mora en que objetivamente se pudo haber
incurrido, la fuerza mayor proveniente de varios factores
endógenos y exógenos, entre ellos de manera principal la
circunstancias relacionadas con su nombramiento, que
implicaba una inestabilidad jurídica, quien debía procurar una
correcta defensa, a efectos de evitar traumatismos judiciales,
como la declaratoria de ineficacia de las decisiones
adoptadas por el disciplinable.

Al respecto en caso similar, en donde el funcionario judicial


se le venció el término para emitir fallo de tutela, en la que
sobrevino una justificación por fuerza mayor o caso fortuito,
providencia de fecha 29 de febrero de 2012, H. Consejo
Superior de la Judicatura, (rad. 13001110200020070056701):

“…, se puede interpretar que los jueces no son responsables


por no resolver los asuntos sometidos a su consideración
dentro del término previsto por la Ley (artículo 153-15 de la
Ley 270 de 1996 cargo que le fue imputado a la investigada),
siempre y cuando tenga un eximente de responsabilidad, … ”

19
En esa misma decisión, el H. Consejo Superior de la
Judicatura, apoyándose en decisión de la H. Corte
Constitucional, reiteró:

“ …, El Consejo Superior deberá tener en cuenta, entonces,


que la existencia de dilaciones puntuales en el marco de las
funciones de una magistrada que ha tenido un desempeño
ejemplar en el ejercicio de su cargo, y que ha cumplido
cabalmente sus funciones, deben ser valorados con mesura y
ponderados de manera casuística, relacionando siempre
las circunstancias personales, la incidencia del trabajo
colectivo dentro de un cuerpo colegiado, y las
dificultades y vicisitudes logísticas que tienen los
negocios en el estadio previo a su estudio ” (sentencia T-
2307872 de 19 de octubre de 2009)

Así mismo, señalo la H. Corte Constitucional, en referencia


que realizó el H. Consejo Superior de la Judicatura, de la
decisión estudiada en este punto:

“ Sin embargo la Corte ha aceptado (sentencias T-292 de


1999, T-097 de 2000 entre otras) que en ocasiones
excepcionales puede darse circunstancias ajenas a la
incuria o pereza del juez, en las que materialmente
sea imposible resolver dentro de los términos
judiciales, pero solamente una justificación
debidamente probada y establecida permite exonerar
al juez de su obligación constitucional de dictar
oportunamente las providencias a su cargo ” (sentencia
T-510.119 de 22 de noviembre de 2001).

20
De tal suerte, evidenciado el elemento de irresistibilidad de
la situación concreta de éste funcionario como investigado,
no se remite a dudas la ausencia de tipicidad –atipicidad- en
el presente caso, toda vez que el elemento normativo
“injustificadamente” que integra la descripción del
comportamiento disciplinario consagrado en el numeral 3 del
artículo 154 de la Ley Estatutaria de la Administración de
Justicia, se ha desvirtuado mediante el aporte de la prueba
que indica la existencia elementos externos que ocuparon la
atención del disciplinable, lo que impide al juzgador
disciplinario emitir en su contra juicio de reproche alguno, y
en consecuencia lo procedente al tenor de lo dispuesto en los
artículos 210 de la Ley 734 de 2002, en concordancia con el
artículo 73 de esa misma normatividad, es ordenar el
ARCHIVO DEFINITIVO de las diligencias, en el estado en
que se encuentra la actuación, con base en las pruebas aquí
anexadas, a fin de no generar mayor desgaste procesal.

No está demás señalar, que de acuerdo a lo establecido en


el artículo 13 de la Ley 734 de 2002, “En materia
disciplinaria queda proscrita toda forma de
responsabilidad objetiva. Las faltas sólo son
sancionables a título de dolo o culpa” , razón por la cual
no basta para efectos de la reprochabilidad disciplinaria,
que la conducta típica atribuida al agente exista
objetivamente, sino que se impone además analizar si
ésta se halla justificada por causal alguna.

Así lo ha precisado el H. Consejo Superior de la Judicatura,


cuando en su momento señaló:

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“En efecto, para verificar con certeza el grado de
culpabilidad que se le pueda endilgar al funcionario
inculpado, se debe examinar necesariamente los
elementos subjetivos de su comportamiento, con el fin
de determinar su responsabilidad disciplinaria o su
absolución de la misma”. (Radicado No 20010871 01 185-
19).

En los términos anteriores expongo ante tan ilustre dignidad


los argumentos fáctico-jurídicos con los que creo se llegará
al reconocimiento de la causal de justificación de la supuesta
mora y por ende la exoneración por fuerza mayor que implica
desde ya el archivo de la diligencia.

Me permito anexar los documentos relacionados en el cuerpo


de este memorial.

Con todo respeto,

JEFFER ALFONSO CUELLO LÓPEZ


C.C. 9’020.619
TP 214.037 C.S. de la J.

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