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Cartagena de Indias, abril de 2014.

HONORABLES MAGISTRADOS
SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA
M.P. DR. PEDRO ALONSO SANABRIA BUITRAGO

REF. PROCESO DISCIPLINARIO SEGUIDO CONTRA


LA DRA. PATRICIA HELENA CORRALES
HERNÁNDEZ
RADICACIÓN Nº 11001010200020130281000

Respetados Magistrados:

De manera comedida, y con el fin de ejercer plenamente


mi derecho a la defensa dentro de la actuación disciplinaria
de la referencia, iniciada con ocasión de la un error en la
vigilancia de tratamiento penitenciario que se evidenció en el
trámite de la acción constitucional cuyo conocimiento estuvo
a cargo del despacho dirigido por la suscrita Magistrada, me
permito hacer de su conocimiento las siguientes particulares
situaciones:

CIRCUNSTANCIAS FÁCTICAS QUE GENERARON LA


PRESENTE INVESTIGACIÓN PREVIA:

La Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de


Justicia mediante providencia de fecha 9 de octubre de 2013,
compulsó copias con destino a la Sala Disciplinaria del H.

1
Consejo Superior de la Judicatura, a efectos de que se
investigue una supuesta irregularidad presentada en el
tratamiento penitenciario del señor JUAN GUILLERMO
ÁLZATE VERGARA, quien venia cumpliendo una pena por el
delito de peculado por apropiación.

DEL TRÁMITE SURTIDO EN LA ACCIÓN DE TUTELA


GÉNESIS DE LA INDAGACIÓN DISCIPLINARIA.

El conocimiento de la acción constitucional promovida


por el señor JUAN GUILLERMO ÁLZATE VERGARA ,
efectivamente correspondió a la suscrita, por reparto
verificado por la oficina de apoyo de repartos –según consta
en los libros del Despacho- el día 15 de julio de 2013, con el
fin de revisar un posible quebrantamiento de derechos
fundamentales por parte del Juzgado Primero de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de Cartagena y el
Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Mediana
Seguridad de Cartagena, admitida la acción se requirió a la
autoridad accionada para que rindiera un informe en un
término de 48 horas a partir del recibo de notificación del
auto admisorio, en la que sostuvo la primera de ellas que las
decisiones tomadas en el curso del cumplimiento de la
condena del accionante, fue revestida de total legalidad, y
notificada a cada uno de los sujetos procesales, y que se le
informó a los petentes que pueden realizar nuevas solicitudes
incorporando la documentación requerida para la concesión
del beneficio liberatorio, adicionando que dicha acción
constitucional resulta improcedente cuando no hay
agotamiento de todos los mecanismos de defensa judicial;

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por su parte el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de
Mediana Seguridad de Cartagena, informó que revisada la
información contenida en el “SISIPEC WEB”, el accionante no
cuenta con el tiempo suficiente para acceder a la libertad
condicional, debido a que a la fecha del informe solo lleva 10
meses de prisión domiciliaria, y en relación a los oficios
supuestamente remitidos por los Juzgados de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad, indica que no existe reporte
de recibido de los mismos.

Con la anterior información se adelantó la resolución de


la Acción Constitucional, que como indicó nuestra máxima
Colegiatura de la Jurisdicción Ordinaria, la decisión normal a
tomar en un asunto como el presentado sería la
improcedencia de la acción constitución, empero encontró, en
el análisis de la segunda instancia, unas particularidades del
caso que sostienen su procedencia, avizorando unas
irregularidades presentes en el tratamiento penitenciario,
cual fue la carencia de vigilancia en el cumplimiento de la
pena, argumentos expresados en el cuerpo de la providencia
de 9 de octubre de 2013, con ponencia del H.M. Dr. JOSÉ
LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ.

Por ello, al no ser palpable quien fue quien generó la


particularidad situación del señor JUAN GUILLERMO ALZATE
VERGARA, y ante la imposibilidad en el trámite de su
solicitud liberatoria, compulsa copias ante esta H.
Jurisdicción Disciplinaria y la Oficina de Control Interno
Disciplinario del INPEC, para individualizar los infractores y
las correspondientes sanciones de rigor.

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ARGUMENTOS DEFENSIVOS QUE INDICAN LA
AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA.

Atendiendo el alcance del fallo de tutela de segunda


instancia de la Honorable Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal, en la que se advierte un yerro en el
tratamiento penitenciario del señor JUAN GUILLERMO ÁLZATE
VERGARA, toda vez, que con la no remisión de los
documentos (resolución concepto favorable, cartilla
biográfica), no es viable el trámite de la solicitud de libertad
condicional, por lo que se limita el marco de acción del Juez
de Tutela frente al juez natural, en razón a la negativa de
administración de justicia, no por el trámite constitucional,
en la que actúe, en conjunto con mis compañeros de Sala,
como Juez de Tutela, sino en trámite en el proceso penal
sobre las solicitudes de libertad ante el Juez Primero de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, y el
Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Mediana
Seguridad de Cartagena.

Para mayor ilustración de la ausencia de responsabilidad


disciplinaria sobre el asunto en mención, me permito
informar los datos obtenidos del expediente que se encuentra
en el Juzgado de Ejecución de Penas, contra quien se dirigió
la acción constitucional, en ella se indica que el proceso
penal que se le adelantó al señor JUAN GUILLERMO ÁLZATE
VERGARA, corresponde a una condena que impartiera el
Juzgado 21 del Circuito de Medellín, al encontrarlo
responsable del delito de Peculado por Apropiación, sin que

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exista constancia que contra esa decisión se interpuso
recurso de apelación, seguidamente se encuentra solicitud de
libertad, la cual fue despachada desfavorablemente, el día 26
de septiembre de 2012, decisión que fue notificada el día 1
de octubre de esa misma anualidad, manifestando el
procesado que contra esa decisión interpone los recursos de
reposición y apelación, sin que la misma fuese sustentada.

Por otro lado, el defensor aquel día presenta solicitud


de corrección de sentencia, siendo resuelta negativamente el
día 19 de octubre de 2012, decisión que no fue objeto de
recurso de apelación, por lo que no existe constancia que el
proceso en mención hubiese sido objeto de decisión por
parte de la colegiatura que integro.

Siendo la única actuación o conocimiento del proceso, la


acción constitucional que promoviera el ciudadano JUAN
GUILLERMO ÁLZATE VERGARA, que atendiendo los postulados
constitucionales, legales y jurisprudenciales, se consideró
que la misma no cumplía con los requisitos generales de
procedibilidad, decisión que en parte fue de recibo de la
máxima colegitura, empero, como lo indicó ese cuerpo
Judicial, el caso bajo estudio presenta ciertas
particularidades que fueron advertidas por ese máximo
órgano.

En resumidas cuentas, de la lectura del fallo de tutela


de segunda instancia, proferido por la Sala Penal de la H.
Corte Suprema de Justicia, se puede establecer que el
Despacho a mi cargo, y la Sala que conformo, no tienen

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relación con la irregularidad presentada en el trámite de la
solicitud de libertad presentada por el señor JUAN
GUILLERMO ÁLZATE VERGARA, ni mucho menos con la
vigilancia en el cumplimiento de la pena, circunstancia que es
deducible del mismo fallo, verificable en las actuaciones
surtidas en el proceso penal referenciado en la acción de
tutela, de manera que los limites de la actuación de esta
servidora se limita a su actuación como Magistrada Ponente
del trámite de tutela, pero de las actuaciones penales, por
cuanto el proceso nunca a llegado a la Corporación que
integro a resolución alguna de recurso u otra actuación penal
que indique su competencia ordinaria.

Ahora bien, el fallo de tutela de primera instancia, que


resultó adverso a las pretensiones del quejoso, fue proferido
en virtud de la autoridad que la Constitución y la ley me han
otorgado como Magistrada de la República (juez colegiado) y,
en el referido pronunciamiento se evidencia un estudio de los
hechos, así como una valoración razonada de las pruebas y
un análisis jurídico motivado y para nada arbitrario.

Téngase en cuenta que el accionante al no quedar


satisfecho con la determinación, impugnó el fallo, y la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia, si bien lo revocó,
referenció como decisión normal la tomada por esta
Corporación, advirtiendo que el caso presentado por el
accionante implica una excepción a la regla, por ello se da la
protección especial de sus derechos, esto es, que podríamos
hablar entonces de una confirmación parcial del fallo, lo cual

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está dentro de las previsiones del ejercicio dialéctico, en
desarrollo del principio de la doble instancia.

Nótese igualmente, que en la parte materia de


revocatoria, si bien la alta Corporación no avala nuestra
consideración del no cumplimiento del requisito general de
procedibilidad, en la inmediatez del supuesto daño generado,
no se logra determinar quien es el generador del error que
origino la vulneración del derecho.

La Corte Constitucional ha expresado:

“.. la responsabilidad disciplinaria de jueces y magistrados


no puede abarcar el campo funcional, esto es el que atañe a la
autonomía en la interpretación y aplicación del derecho según sus
competencias. Por consiguiente, el hecho de proferir de proferir
una sentencia judicial en cumplimiento de la función de
administrar justicia no da lugar a acusación ni a proceso
disciplinario alguno”. 1

En el mismo sentido, en posterior decisión expresó : “En


el ámbito de sus atribuciones, los jueces están autorizados para
interpretar las normas jurídicas en las que fundan sus decisiones.
Ello hace parte, justamente, de la autonomía que la constitución
les garantiza. Por supuesto, al buscar el sentido de la
normatividad, aunque no coincida con el alcance que a las
disposiciones correspondientes podrían dar otros jueces, el juez
de conocimiento, mientras no se aparte de ella la aplica en sus
providencias y, por tanto, la interpretación a partir de la cual lo
haga, mal puede tomarse como una vía de hecho, o como una

1
Sent enc ia C -4 17 DE 1 99 3 .M.P . Jo sé G rego rio Herná ndez Ga lindo

7
transgresión del ordenamiento jurídico. Si ello es así, no cabe la
tutela contra la interpretación que un juez, en el ejercicio de sus
funciones, haya hecho de las normas que gobiernan el proceso a
su cuidado. Esa es la misma razón para que esta Corte haya
sostenido que tampoco es posible iniciar procesos disciplinarios
contra los jueces con motivo de las providencias que profiere o a
partir de las interpretaciones que en ellas acogen ”. 2

En el fallo de tutela proferido por el Despacho no


aparece una manifiesta desviación de la realidad procesal o
desconocimiento ostensible de la Constitución o la ley, por el
contrario, en dicha decisión se plasmó una posición jurídica
que razonadamente resultaba admisible, con un adecuado
respaldo jurisprudencial, lo cual no permite reproche
disciplinario.

En esas lides, si se revisa el tramite y decisión de la


referida acción de tutela, se observará que me limite a
dilucidar un problema jurídico, en asunto que llegó a mi
conocimiento aleatoriamente, en virtud del correspondiente
reparto.

Quiero reiterar entonces, que en el proceso penal en


relación limité mi intervención a la acción de tutela
instaurada por el señor JUAN GUILLERMO ÁLZATE VERGARA a
la que hice referencia en precedencia, y sobre la que he
explicado lo correcto de mi proceder dentro del ámbito de la
autonomía funcional, sin que se haya vislumbrado trasgresión
alguna de los derechos fundamentales del accionante, quien
hizo uso de los recursos que le otorga la ley.
2
Set enc ia C -0 94 de 1 99 7 .M.P .Jo sé G rego rio Herná ndez Ga lindo

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En los términos anteriores expongo ante tan ilustre
dignidad los argumentos fáctico-jurídicos con los que creo se
llegará al reconocimiento de mi inocencia, por ser ello lo que
corresponde a derecho y a sana justicia.

Con todo respeto,

PATRICIA HELENA CORRALES HERNÁNDEZ


MAGISTRADA SALA PENAL DEL CIRCUITO
DISTRITO JUDICIAL DE CARTAGENA

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