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La hojarasca y el coronel no tiene quién le escriba son obras clásicas de García marques
que coexisten en el universo de Macondo, el lugar imaginario construido por este autor para
dar vida a narrativas en distintas épocas de la historia de este pintoresco lugar. A través del
presente texto se buscará entonces, analizar los sistemas de valores sociales que se
representados en la obra por dos bandos sólidos, mientras unos impulsan un río de
esperanza con la modernidad y sus maravillas, otros se plantan de cara a proteger los
llega cuando uno de los valores más importantes se ve nublado por el odio colectivo de la
gente que habita el pueblo, esto haciendo referencia a la negativa de la comunidad a brindar
santa sepultura, uno de los pilares del sistema de creencias que profesa la gente, a un doctor
muy odiado por la misma. ¿Quién es el verdadero traidor del pueblo? ¿Aquel que irrespeta
la voluntad de todos los demás para cumplir con el marco de valores preestablecidos o
aquellos que no respetan dicho sistema de creencias basados en su odio? Suena como una
pregunta simple de resolver, pero en realidad conlleva una partición importante del
pensamiento social.
Ahora bien, al conocer el marco general del sistema de valores en la hojarasca, llega el
turno de “El coronel no tiene quién le escriba” la cual consta de una similitud latente,
Macondo, sin embargo, a este hombre, tal como al coronel de la hojarasca, la vida no tiende
a sonreírle. Este hombre expone un marco de valores dividido en dos esferas, una esfera
global, donde este individuo sucumbe ante el cambio social que sufren los veteranos de
guerra, de ser tratados como héroes a ser menospreciados; y en la otra esfera encontramos
un dilema que a simple vista resulta trivial, como la venta de un gallo, pero que engloba un
debate moral que trastoca a nuestro coronel por múltiples frentes. Desde el área sentimental
fuerte carga de haber perdido a su hijo del cuál este gallo es su único recuerdo y para hacer
la situación aún más compleja, su mujer y él mismo sucumbían ante el hambre por la
crueldad de su nuevo panorama social para con ellos. Todos estos eventos construyen un
Llegados a este punto, es momento de preguntarnos ¿Qué tienen en común estas obras? ¿En
qué se parecen nuestros Coroneles? Es entonces que salta a la vita que estos dos hombres
arremete sin pensarlo contra la voluntad de todo su pueblo para seguir fiel a aquellos
de una encrucijada entre asegurar el pan a costa de la memoria de su hijo o padecer ante la
posibilidad de triunfo o derrota del mentado gallo decide tomar el riesgo sin miedo a las
consecuencias. Se quiera o no, es inevitable destacar que ambos personajes cuentan con un
estridente sentido del valor y sobre todo un extenso reconocimiento de sus ideales y valores
cada una de estas obras reflejan la contraposición de dos visiones del mundo antagónicas,
representantes de pasado y futuro, siendo la elección del gallo, por ejemplo, la selección de
que le ofrecieron al coronel por el animal; y por su lado la hojarasca presenta la prevalencia
encima de los intereses personales de los que ahora “Conforman el pueblo”. Para finalizar,
como autora independiente considero que estos dos relatos presentan una valiosa lección
respecto a los sistemas morales a los que estamos acostumbrados; dejando bastante claro
mismo tiempo.